Fisiopatología Endócrina

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FISIOPATOLOGÍA ENDÓCRINA

FISIOLOGÍA ENDÓCRINA
El sistema endocrino está formado por un grupo disperso pero muy integrado de órganos que
regulan un estado de equilibrio metabólico u homeostasis entre los diferentes órganos del cuerpo.
La señalización por moléculas secretadas al medio extracelular puede clasificarse como autócrina,
parácrina o endócrina, según la distancia a la que actúa la señal. En la señalización endocrina las
moléculas secretadas, que a menudo se denominan hormonas, actúan sobre células diana distantes
al lugar de síntesis. Por lo general, una hormona endocrina es transportada por la sangre desde la
zona de secreción hasta su objetivo. Como respuesta el tejido diana secreta a menudo factores que
disminuyen la actividad de la glándula que produce la hormona estimulante, un proceso
denominado inhibición retrógrada.
Existen dos tipos de hormonas:

1. Hormonas descencadenantes de señales bioquímicas mediante la interacción con


receptores de la superficie celular:
• Hormonas peptídicas (hormona de crecimiento e insulina).
• Moléculas pequeñas como la adrenalina.

2. Hormonas que difunden a través de la membrana plasmática e interactúan con receptores


intracelular:
• Hormonas liposolubles como los esteroides (estrógenos, progesterona y
glucocorticoides) y la tiroxina.

HIPÓFISIS

La hipófisis está formada por dos componenetes:


o el lóbulo anterior o adenohipófisis que representa alrededor del 80% de la glándula.
o el lóbulo posterior o neurohipófisis.

La producción de la mayoría de las hormonas hipofisarias está controlada por factores de liberación
en su mayoría positivos y algunos negativos procedentes del hipotálamo que son transportados
hasta la hipófisis anterior por un sistema vascular portal.
Hay cinco tipos celulares en la hipófisis:

▪ Somatotropas, productoras de hormona de crecimiento (GH): estas células acidófilas


suponen la mitad de todas las células productoras de hormonas de la hipófisis anterior.
▪ Lactotropas, productoras de prolactina: estas células acidófilas secretan prolactina,
esencial para la lactancia.
▪ Corticotropas: estas células basófilas producen hormona adrenocorticotropa (ACTH), pro-
opiomelanocortina (POMC), hormona estimulante del melanocito (MSH), endorfinas y
lipotropina.
▪ Tirotropas: estas células pálidas basófilas producen hormona estimulante del tiroides
(TSH).
▪ Gonadotropas: estas células basófilas producen hormona estimulante del folículo (FSH) y
hormona luteinizante (LH).
Las funciones de las hormonas secretadas por la adenohipófisis son:

▪ Hormona de crecimiento (GH): también llamada hormona somatotropina, es una hormona


peptídica. La GH estimula el crecimiento, reproducción celular y la regeneración. Los
péptidos liberados por los núcleos neurosecretores del hipotálamo (hormona liberadora de
la hormona del crecimiento/somatocrinina y hormona inhibidora de la hormona del
crecimiento/somatostatina) en la sangre venosa del portal hipofisiario rodeando la
pituitaria son los principales controladores de la secreción de GH por las somatotropas.
Además de aumentar la altura en niños y adolescentes, la hormona del crecimiento tiene
muchos otros efectos en el cuerpo:
o Incrementa la retención de calcio y la mineralización de los huesos

o Incrementa la masa muscular a través de la hiperplasia sarcómera

o Promueve la lipolisis

o Incrementa la biosíntesis proteica

o Estimula el crecimiento de todos los órganos internos excluyendo al cerebro

o Juega un rol en la homeostasis

o Reduce el consumo de glucosa del hígado

o Promueve la gluconeogénesis en el hígado

o Contribuye al mantenimiento y función de lo islotes pancreáticos

o Estimula el sistema inmune

▪ Prolactina: es una hormona proteica producida por la glándula pituitaria de los mamíferos,
que actúa junto a otras hormonas para iniciar la secreción de leche por las glándulas
mamarias. En la escala evolutiva, la prolactina es una hormona antigua, que sirve a
múltiples funciones en el organismo. Se sintetiza y secreta a partir de lactotropos, que
constituyen aproximadamente el 20 por ciento de la glándula pituitaria anterior y se
encuentran mayormente en las partes laterales de la glándula. En las mujeres la principal
acción de la prolactina es iniciar y mantener la lactancia. En las madres en período de
lactancia, la estimulación táctil del pezón y los pechos bloquea la secreción de dopamina
por parte del hipotálamo, la cual normalmente inhibe la prolactina. Esta inhibición se
traduce en un fuerte aumento de las concentraciones de prolactina en sangre, seguido de
un descenso significativo cuando la lactancia se detiene.
Las concentraciones elevadas de prolactinainhiben la secreción de hormona liberadora de
gonadotropina (GnRH) desde el hipotálamo, disminuyendo de ese modo la secreción de las
gonadotropinas (la hormona luteinizante y la hormona folículo-estimulante), e
imposibilitando la acción de las gonadotropinas sobre las gónadas. Por tanto, durante la
lactancia estos niveles reducen la fertilidad, considerándose este hecho como un
mecanismo de protección para que las mujeres no queden embarazadas mientras están
alimentando a los recién nacidos.
Debido a que la prolactina actúa para mantener el cuerpo lúteo del ovario, que constituye
la fuente de la hormona sexual femenina progesterona, se dice que también ayuda a
mantener el embarazo, un período que se caracteriza por el aumento considerable de la
secreción de prolactina. Factores como las altas dosis de estrógenos y la estimulación
transitoria por el estrés y los ejercicios pueden influir también en la liberación de esta
hormona.
La regulación hipotalámica de la secreción de prolactina por la glándula pituitaria anterior
es diferente de la regulación hipotalámica de otras hormonas en dos aspectos. En primer
lugar, el control hipotalámico de la secreción de prolactina es principalmente inhibitorio,
mientras que el control hipotalámico de la secreción de otras hormonas de la pituitaria
anterior es estimulador. Por lo tanto, si la pituitaria anterior se separa de la influencia del
hipotálamo, la secreción de prolactina aumenta, mientras que la de las otras hormonas
disminuye.
El factor hipotalámico que inhibe la secreción de prolactina es el neurotransmisor
dopamina, que no es un neuropéptido, como son las otras hormonas hipotalámicas que
regulan la secreción de hormonas de la glándula en cuestión. Por tanto los fármacos que
imitan la acción de la dopamina son útiles en el tratamiento de los pacientes con
altas concentraciones de prolactina en sangre.
Existen otros factores estimulantes de la prolactina, lo que incluyen a la GnRH, la hormona
liberadora de tirotropina y el polipéptido intestinal vasoactivo. Sin embargo, la importancia
fisiológica de estos factores estimulantes no está bien definida. Otro factor estimulante es
el estrógeno, que estimula la síntesis y la secreción de prolactina en las últimas etapas del
embarazo, de modo que las glándulas mamarias se preparen para la lactancia.

▪ Adenocorticotropina (ACTH): es una hormona polipeptídica, producida por la hipófisis y


que estimula a las glándulas suprarrenales. Ejerce su acción sobre la corteza suprarrenal
estimulando la esteroidogénesis (síntesis de hormonas esteroideas), estimula el
crecimiento de la corteza suprarrenal y la secreción de corticosteroides. La ACTH estimula
dos de las tres zonas de la corteza suprarrenal que son la zona fascicular donde se secretan
los glucocorticoides (cortisol y corticosterona) y la zona reticular que produce andrógenos
(hormonas sexuales masculinas como la testosterona).
Su secreción está regulada por el factor estimulante de corticotropina (CRF) procedente
del hipotálamo, es pulsátil y presenta un ritmo circadiano característico, la máxima
secreción se produce por la mañana. Su secreción también aumenta como respuesta a los
niveles bajos de cortisol circulante, junto con el estrés, la fiebre, la hipoglucemia aguda y las
intervenciones quirúrgicas mayores.
Es una hormona con una vida media corta e inestable, usada en tratamientos con
corticoides y muy vulnerable a las enzimas celulares.

▪ Hormona estimulante de tiroides o tirotropina (TSH): es una hormona producida por


la hipófisis que regula la producción de hormonas tiroideas. Se trata de
una hormona glicoproteica secretada por el lóbulo anterior de la hipófisis (adenohipófisis)
que aumenta la secreción de tiroxina y triyodotironina. Produce efectos específicos sobre
la glándula tiroides, tales como:
✓ El aumento de la proteólisis de tiroglobulina (proteína yodada que proporciona
los aminoácidos para la síntesis de las hormonas tiroideas), lo que hace que se
libere tiroxina o T4 y triyodotironina o T3 a la sangre.
✓ El aumento de la actividad de la bomba de yodo.
✓ El aumento de la actividad secretora y del tamaño de las células tiroideas.
✓ El aumento de la yodación del aminoácido tirosina, entre otros.
El hipotálamo produce un factor regulador llamado hormona liberadora de
tirotropina (TRS) o tiroliberina que regula la secreción de tirotropina. Se trata de
un tripéptido secretado por las terminaciones nerviosas del hipotálamo, que
posteriormente es transportado hasta las células glandulares de la hipófisis anterior, donde
actúa directamente sobre ellas aumentando la producción de TSH.
El descenso de las concentraciones de T3 y T4 estimula la liberación de TRH desde el
hipotálamo y de la TSH desde la hipófisis anterior, provocando un aumento de T3 y T4.
Las concentraciones elevadas de T3 y T4 a su vez, suprimen la secreción de ambas, TRH y
TSH (retroalimentación negativa).

▪ Gondadotropinas (LH y FSH): La FSH estimula la formación de folículos de Graaf en el


ovario y la LH induce la ovulación y la formación del cuerpo lúteo en el ovario. Estas dos
mismas hormonas regulan también la espermatogenia y la producción de testosterona en
el sexo masculino. Su secreción está estimulada por la hormona GnRH producida por el
hipotálamo.

La hipófisis posterior está formada por células gliales modificadas (denominadas pituicitos) y
prolongaciones axonales procedentes del hipotálamo a través del tallo hipofisario hasta el lóbulo
posterior (terminales axónicos). Las dos hormonas peptídicas sintetizadas por el hipotálamo y
secretadas en la hipófisis posterior son:
▪ Oxitocina: La dilatación del cuello uterino al final del embarazo provoca una secreción
masiva de oxitocina que induce la contracción del músculo liso uterino y facilita el parto
(parto vaginal). De modo similar, la oxitocina secretada tras la estimulación del pezón
durante el período posnatal actúa sobre los músculos lisos que rodean los conductos
galactóforos de las glándulas mamarias y facilita la lactancia. Puede administrarse oxitocina
sintética a la embarazada para la inducción artificial del parto.

▪ ADH: su función principal es conservar agua mediante restricción de la diuresis durante los
períodos de deshidratación e hipovolemia. El descenso de la presión arterial detectado por
los barorreceptores (receptores sensibles a la presión) presentes en las aurículas cardíacas
y en las carótidas estimula la secreción de ADH. Un aumento de la presión osmótica del
plasma detectado por los osmorreceptores estimula también la secreción de ADH. Por el
contrario, los estados de hipervolemia y de aumento de la distensión auricular inhiben la
secreción de ADH.

Ambas se sintetizan en el hipotálamo y se almacenan en los terminales axonales localizados en la


hipófisis posterior. En respuesta a los estímulos apropiados las hormonas prefabricadas son
liberadas directamente en la circulación sistémica a través de los conductos venosos de la hipófisis.

HIPOTÁLAMO

El hipotálamo, en cuanto órgano endocrino, se ocupa de liberar factores estimuladores o


inhibidores a la sangre, pero también es capaz de producir neurohormonas listas para su secreción,
como la ADH o vasopresina y la oxitocina.
Aparte de las dos hormonas de acción directa mencionadas, el hipotálamo segrega diversas
hormonas o factores que regulan la secreción de hormonas hipofisarias:

• Hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH): actúa sobre la hipófisis, estimulando la


producción y la liberación de la hormona luteinizante (LH) y la hormona
foliculoestimulante (FSH). El balance de estas hormonas coordina el ciclo menstrual femenino y
la espermatogénesis en los hombres.
• Hormona liberadora de tirotropina (TRH): Estimula la secreción de prolactina (PRL) y
de tirotropina (TSH) por parte de la adenohipófisis.

• Hormona liberadora de hormona adrenocorticotropina (CRH): estimula la secreción de ACTH.


La vida media de la CRH sigue un patrón bifásico en el plasma; dura aproximadamente entre 6
a 10 min y 40 a 50 min. Tanto la hormona antidiurética (ADH) como la angiotensina II potencian
la secreción de ACTH mediada por CRH. En contraste, la oxitocina inhibe la secreción de ACTH
mediada por CRH. La CRH también se secreta a partir de la placenta humana. La concentración
de esta hormona aumenta significativamente al final del embarazo y durante el parto.

• Somatocrinina, hormona liberadora de somatotropina (STH) o factor liberador de hormona


del crecimiento (GRF): Las neuronas productoras de este factor se encuentran en el núcleo
arcuato del hipotálamo. Estimula la liberación de la hormona del crecimiento hipofisaria (GH).

• Somatostatina u hormona inhibidora de la liberación de somatotropina (GIH): inhibe la


secreción de somatotropina y de otras hormonas como la insulina, el glucagón, el polipéptido
pancreático y la TSH. Es un tetradecapéptido que se encuentra en el hipotálamo y en las
células D de los islotes de Langerhans.

• PIF (Factor inhibidor de la liberación de prolactina): Actúa en forma constante inhibiendo la


secreción de prolactina hipofisaria.

• Angiotensina II (AII): Es un octapéptido que estimula la acción de la hormona liberadora de


corticotropina; libera algo de adrenocorticotropina hipofisaria (ACTH).
PATOLOGÍAS ENDÓCRINAS

Las enfermedades endócrinas pueden clasificarse:


1) Por producción deficitaria o excesiva de hormonas.
2) Relacionadas con lesiones ocupantes de espacio.

TRASTORNOS HIPOFISARIOS

Las manifestaciones de los trastornos hipofisarios son:


• Hiperpituitarismo: provocado por una secreción excesiva de hormonas tróficas. Las
causas son adenoma, hiperplasia y carcinoma de la hipófisis anterior, secreción de
hormonas por tumores no hipofisarios y ciertos trastornos hipotalámicos. Los
síntomas de hiperpituitarismo se explican en el contexto de los tumores específicos
más adelante.
• Hipopituitarismo: provocado por la deficiencia de hormonas tróficas. Puede estar
causado por procesos destructivos como lesión isquémica, cirugía o radiación,
reacciones inflamatorias y adenomas hipofisarios no funcionales.
• Panhipopituitarismo: es el déficit de dos hormonas hipofisarias.
• Efecto masa local: entre los cambios más tempranos por efecto masa están las
anomalías radiológicas de la silla turca. Además puede originar anomalías en el
campo visual, habitualmente defectos en el campo visual lateral, debido a la
estrecha proximidad del quiasma y de los nervios ópticos a la silla turca, las lesiones
hipofisarias expansivas comprimen a menudo las fibras que se cruzan en el quiasma
óptico. Por otro lado, pueden producir signos y síntomas de hipertensión
intracraneal, como cefalea, náuseas y vómitos. En ocasiones la hemorragia aguda
en el interior de un adenoma se asocia a signos clínicos de expansión rápida de la
lesión, un fenómeno bien llamado apoplejía hipofisaria que puede causar una
muerte súbita.

HIPERPITUITARISMO

Se caracteriza por una secreción excesiva de hormonas hipofisarias.

La causa más frecuente es:


1. Adenoma en el lóbulo anterior de la hipófisis, es un tumor epitelial benigno cuya estructura
interna es semejante a una glándula.

Las causas menos frecuentes son:

1. Hiperplasia que es aumento del número de células.


2. Carcinoma que es un cáncer maligno glandular o epitelial.
3. Producción excesiva de hormona hipotalámica.

ADENOMAS HIPOFISARIOS

Los adenomas hipofisarios son una lesión blanda delimitada que puede estar confinada en la silla
turca. En general están formados por un tipo de célula y producen una única hormona. Algunos
adenomas hipofisarios pueden secretar dos hormonas (GH y prolactina es la combinación más
frecuente) y de modo excepcional, son plurihormonales.
Los adenomas hipofisarios pueden clasificarse según su función en:
• Funcionales aquellos que causan una hipersecreción hormonal detectable en
plasma que genera manifestaciones clínicas, en función del tipo de hormona
secretada.
• No funcionales aquellos que no se acompañan de ninguna manifestación de
hipersecreción hormonal. Es decir, que producen la hormona, pero sólo a nivel
tisular ( no la libera a la sangre) y por lo tanto no producen manifestaciones clínicas
asociadas al exceso hormonal. Su sintomatología está asociada generalmente a la
masa que ocupa el adenoma, la cual puede generar compresión.

Cabe destacar que ambos son adenomas secretorios, es decir, que tiene gránulos secretores que
contienen una o varias hormonas detectables por inmunohistoquímica, aunque los no funcionales
suelen ser escasamente secretorios.
Los adenomas hipofisarios grandes y sobre todo los no funcionales pueden causar hipopituitarismo
porque invaden y destruyen el parénquima hipofisario anterior adyacente.
Los adenomas, además se clasifican según el tamaño en:
• Microadenomas si su diámetro es menor de 1 cm.
• Macroadenomas si miden 1 cm.
Los signos y síntomas de los adenomas hipofisarios consisten en anomalías endócrinas y en efectos
de la masa (explicado al comienzo).
Por otro lado, se clasifican según la hormona(s) producida por las células neoplásicas que se
identifican con tinciones inmunohistoquímicas:

Prolactinomas
Los prolactinomas (adenomas lactóforos) son el tipo más frecuente de adenoma hipofisario
hiperfuncional y representan el 30% de todos los casos con diagnóstico clínico. Estas lesiones
pueden ser microadenomas pequeños o tumores expansivos grandes asociados a un efecto masa
pronunciado. Los prolactinomas son propensos a la calcificación distrófica, pudiendo terminar en
cálculos hipofisarios.
La concentración sérica de prolactina es proporcional al tamaño del adenoma. El aumento de la
concentración sérica de prolactina, o prolactinemia, produce amenorrea, galactorrea, disminución
de la libido y esterilidad.
La hiperprolactinemia puede estar provocada por otras causas distintas de un adenoma hipofisario
secretor de prolactina.

✓ La hiperprolactinemia fisiológica se produce durante el embarazo. La concentración sérica


de prolactina aumenta durante el embarazo y alcanza el máximo en el parto. La
concentración de prolactina aumenta también al estimular el pezón, como sucede durante
la lactancia y en respuesta a diversos tipos de estrés.

✓ La hiperprolactinemia patológica puede deberse a hiperplasia lactófora, como sucede por la


interferencia con la inhibición fisiológica de la secreción de prolactina provocada por la
dopamina. Esto puede estar causado por daños en las neuronas dopaminérgicas del
hipotálamo, daños en el tallo de la hipófisis (p. ej. traumatismo craneal) o fármacos que
bloquean los receptores de dopamina en las células lactóforas. Cualquier masa en el
compartimento supraselar puede alterar la regulación inhibidora normal del hipotálamo de
la secreción de prolactina y puede causar hiperprolactinemia. Por tanto, una elevación leve
de la prolactina sérica en una persona con un adenoma hipofisario no indica
necesariamente que sea un tumor secretor de prolactina.

✓ Otras causas de hiperprolactinemia son algunos fármacos (como los antagonistas de la


dopamina), estrógenos, insuficiencia renal e hipotiroidismo.
Diagnóstico:
▪ Mediciones séricas de PRL.
▪ Pruebas de estimulación con TRH, hipoglucemia y cloropromazina (bloquea el receptor
inhibitorio de la dopamina).
▪ Prueba de inhibición con L-dopa (precursor metabólica de la dopamina).
▪ Diagnóstico radiológico.
▪ Resonancia magnética de cráneo.
▪ Tomografía computarizada de cráneo.
▪ Densitometría ósea de columna y cadera.

Tratamiento:
Los fines del tratamiento son:
▪ Eliminar la causa.
▪ Restauración de las funciones pituitarias, gonadales y visuales.
▪ Evitar la recurrencia y progresión de la enfermedad.

Las opciones de tratamiento (dependiendo de: Tamaño del tumor, habilidad del neurocirujano, el
deseo de embarazo, decisión del paciente) son:
▪ Fármacos (agonistas del receptor de la dopamina que disminuye el tamaño del adenoma).
▪ Cirugía.
▪ Radioterapia.

Adenomas de la célula de la hormona de crecimiento (somatotropas):

Los tumores secretores de GH son el segundo tipo más frecuente de adenomas hipofisarios
funcionales. Pueden ser bastante grandes en el momento del diagnóstico porque las
manifestaciones del exceso de GH pueden ser poco llamativas.
La hormona del crecimiento es producida en la adenohipófisis y liberada al torrente sanguíneo, y
luego estimula el hígado a producir somatomedina C. La somatomedina C luego estimula el
crecimiento del cuerpo de forma sistémica, y tiene efectos promotores del crecimiento en casi
todas las células del cuerpo, especialmente en el
músculo esquelético, cartílago, hueso, hígado, nervios, piel, células hematopoyéticas y pulmón.
Además de los efectos similares a la insulina, la somatomedina C también puede regular el
desarrollo y crecimiento celular, especialmente en las células nerviosas, como también la síntesis
de ADN celular.
La GH ejerce su acción en muchos tejidos y órganos (hueso, cartílago, músculo, hígado, corazón,
pulmones, riñones, intestino, páncreas, suprarrenales, etc.). En general, su papel es promover el
crecimiento de los órganos y tejidos y presenta un papel anabólico. Para ello:
▪ Actúa sobre el metabolismo, asegurando por un lado el aporte adecuado de aminoácidos a
los tejidos y la síntesis de proteínas.
▪ Favorece la salida de sustratos energéticos (AGL) procedentes de la lipólisis en el tejido
adiposo.
▪ Aumenta la glucemia, para lo cual ejerce diferentes acciones tanto en hígado (favoreciendo
la gluconeogénesis) como en los tejidos que captan glucosa (inhibiéndolos).
▪ Actúa sobre el riñón para movilizar hacia los tejidos en crecimiento el Na+ y el K+.

Regulación:

Causas:
Las causas de una hiperproducción de la GH son las siguientes:
▪ Hipofisiarias (macroadenomas 82%, microadenomas 18%):
• Adenomas (variedades escasa o densamente granulados y mixtos)
• Hiperplasia
• Carcinoma

▪ Extrahipofisiarias:
• Adenoma del seno esfenoidal
• Tumor productor de hGH (pulmón, ovario, mama).
• Tumor productor de GH-RH u hormona liberadora de la hormona de
crecimiento (gangliocitoma, carcinoide, célula no b del páncreas).

Los factores fisiológicos implicados en la hiperproducción de GH son:

Los factores farmacológicos implicados en la producción de excesiva de GH son:

Efectos directos de la hipersecreción de la GH:


▪ Aumenta el metabolismo basal
▪ Mantiene la concentración sérica de IGF's (factor de crecimiento similar a la
insulina o somatomedina C).
▪ Facilita el metabolismo oxidativo de glucosa, glucógeno y ácidos grasos.
▪ Aumenta el flujo renal, la filtración glomerular y la reabsorción tubular.
▪ Aumenta la síntesis de eritropoyetina y el volumen extravascular.
A través de IGF-I e IGF-II:
▪ Mantiene el crecimiento postnatal
▪ Aumenta la captación de aminoácidos a niveles hepático y óseo
▪ Estimula el transporte de aminoácidos y la síntesis de proteínas, de
colágeno, de otras proteínas del cartílago y de poliaminas
▪ Aumenta la condrogénesis, la incorporación de sulfato en proteoglicanos y
la proliferación de condrocitos
El exceso de GH también se correlaciona con diversas alteraciones como disfunción gonadal,
diabetes mellitus, debilidad muscular generalizada, hipertensión, artrosis, insuficiencia cardíaca
congestiva y aumento del riesgo de cáncer digestivo.

Diagnóstico:
El diagnóstico de exceso de GH hipofisaria se basa en la identificación de una concentración sérica
elevada de GH e somatomedina C. Además, la ausencia de supresión de la producción de GH en
respuesta a una sobrecarga oral de glucosa es uno de los hallazgos más característicos de la
acromegalia.

Tratamiento:
El adenoma hipofisario puede extirparse quirúrgicamente o puede tratarse con fármacos como los
análogos de la somatostatina (la somatostatina tiene un efecto inhibidor de la secreción hipofisaria
de GH) o antagonistas del receptor GH que impiden la unión de la hormona a los órganos diana
como el hígado. Cuando se logra un control efectivo de la concentración elevada de GH el
crecimiento tisular excesivo característico y los síntomas relacionados remiten de modo gradual y
las alteraciones metabólicas mejoran.

Alteraciones por adenomas:


Las alteraciones dadas por un exceso de la hormona de crecimiento son:
▪ Gigantismo: aparece Si el adenoma somatotropo aparece en la infancia antes del cierre de
las epífisis, la concentración elevada de GH (y de IGF-1) produce gigantismo caracterizado
por un aumento generalizado del tamaño corporal con brazos y piernas
desproporcionadamente largos.
Los tipos de gigantismo son:
• Generalizado: crecimiento del esqueleto y de las víseras, donde la talla supera los 2
metros.
• Localizado: aumento del térmico medio normal de alguna de las partes del
organismo. Por ejemplo en la acromegalia.
• Fetal: se encuentra el síndrome de Perlman que es de carácter autosómico recesivo
y se caracteriza por crecimiento excesivo del feto.

▪ Gigantismo eunucoideo: suele estar acompañado del debilitamiento de las funciones


sexuales debido a que la hormona del crecimiento disminuye la capacidad de secreción de
las gónadas. Se caracteriza por una figura desproporcionada, con brazos y piernas
demasiados largos.

▪ Acromegalia: Si la elevación de la concentración de GH se produce tras el cierre de las


epífisis, el paciente presenta acromegalia. En este trastorno, el crecimiento es más
pronunciado en la piel y en partes blandas, las vísceras (tiroides, corazón, hígado y
suprarrenales), así como en los huesos de la cara, manos y pies. Puede aumentar la
densidad ósea (hiperostosis) en la columna y en las caderas. El aumento de tamaño de la
mandíbula puede causar prognatismo con ensanchamiento de la región facial inferior. Las
manos y los pies aumentan de tamaño, con dedos gruesos en forma de salchicha.
El paciente también puede presentar: voz profunda y cavernosa, nariz grande y carnosa,
piel grasienta, hipertensión arterial, debilidad y fatiga de los músculos proximales,
macroglosia (lengua es más grande de lo normal), hiperhidrosis (sudoración excesiva) y
visceromegalia generalizada. Como tratamiento se debe prevenir la complicación de la
extensión paraselar del tumor (adyacente a la silla turca del esfenoides), atenuar
manifestaciones clínicas de la acromegalia y evitar el desarrollo de las otras complicaciones
como diabetes mellitus e HTA.

En la mayoría de los pacientes el gigantismo se asocia también a signos de acromegalia. Estos


cambios evolucionan durante décadas antes de ser detectados, de ahí la posibilidad de que el
adenoma alcance un tamaño considerable.
La alteración morfológica más frecuente dada por el déficit de hormona de crecimiento es:
▪ Enanismo: es una condición que se caracteriza por una estatura inferior a los 1,20 metros.
Algunos enanos no han sobrepasado los 64cm al alcanzar la madurez esquelética. La
principal causa de talla baja es la alteración genética, pero también puede darse por
carencias nutricionales, trastornos endócrinos u ortopédicos.

▪ Enanismo acondroplásico: es un trastorno genético del crecimiento óseo. Se debe a una


mutación en el gen que codifica el receptor para el factor de crecimiento de fibroblastos de
tipo 3 en los condrocitos. Produce estatura baja, pies en arco, diferencia marcada en el
tamaño de la cabeza en relación al cuerpo, brazos y piernas cortas y sifosis o lordosis.

Craneofaringioma
Es un tumor de crecimiento lento, que suele localizarse en el interior del cráneo, cerca de la
hipófisis y el quiasma óptico (usualmente supraselar). Proviene de la bolsa embrionaria de Rathke.
Es un tumor benigno, comprende el 25% de las neoplasias pituitarias. A pesar de ser un tumor
benigno puede ocasionar complicaciones como elevar la presión intracraneal. Es la primer causa de
panhipopituitarismo en niños o adultos jóvenes.

SÍNDROMES ASOCIADOS A LA NEUROHIPÓFISIS


Los síndromes hipofisarios posteriores con relevancia clínica afectan a la ADH y comprenden la
diabetes insípida y la secreción excesiva de ADH .

▪ Diabetes insípida: La deficiencia de ADH produce diabetes insípida, un trastorno


caracterizado por un volumen excesivo de orina (poliuria) por la incapacidad del riñón para
reabsorber adecuadamente el agua de la orina. Las causas son diversas:
• Traumatismo craneal
• Tumores
• Trastornos inflamatorios del hipotálamo y la hipófisis.
• Intervenciones quirúrgicas en estos órganos.
• Espontánea en ausencia de un trastorno subyacente.
• El sangrado puede afectar la capacidad que tiene el cerebro de liberar la cantidad
correcta de vasopresina.
La diabetes insípida por deficiencia de ADH se denomina central para distinguirla de la
diabetes insípida renal, que es la consecuencia de una insensibilidad tubular renal a la ADH
circulante. Las manifestaciones clínicas de estas dos enfermedades son similares y
consisten en excreción de un volumen elevado de orina diluida con una densidad específica
anormalmente baja. El sodio y la osmolalidad sérica están elevados por la excesiva pérdida
renal de agua libre, con sed y polidipsia. Los pacientes que pueden beber agua compensan
por lo general las pérdidas urinarias, mientras que los pacientes obnubilados, encamados o
limitados de alguna otra forma para obtener agua pueden sufrir una deshidratación
potencialmente mortal. Las dos pruebas más comunes para diagnosticar la diabetes
insípida son la prueba de la sed/prueba de vasopresina y la prueba de infusión de suero
fisiológico hipertónico. También existen otras como la prueba de la ansiedad de la orina y la
prueba de la osmolalidad sérico o urinaria.

▪ Síndrome de secreción inapropiada de ADH (SIADH): El exceso de ADH produce una


reabsorción excesiva de agua libre con hiponatremia generando una orina muy
concentrada y sangre muy diluida. Las causas más frecuentes de SIADH son:
• La secreción ectópica de ADH por un cáncer (sobre todo carcinoma pulmonar
microcítico).
• Fármacos que aumentan la secreción de ADH, por estimulación del hipotalámo,
tales como la nicotina, los antidepresivos y algunos fármacos utilizados para el
cáncer.
• Enfermedades neurológicas como síndrome de Guillan-Barre, esclerosis múltiple y
meningitis.
• Diversos trastornos del sistema nervioso central como infecciones y traumatismos.
• Tumores o neoplasias que nacen fuera del hipotálamo, pero que son capaces de
fabricar ADH.
• Enfermedades pulmonares no malignas como TBC, asma o neumonía.
Entre las manifestaciones clínicas del SIADH predominan la hiponatremia, el edema
cerebral y la consiguiente disfunción neurológica. Aunque aumenta el agua corporal total,
el volumen sanguíneo permanece normal y no hay edema periférico. Los niveles de sodio
por debajo de 120meq/l provocan sintomatología neurológica como agitación, confusión,
irritabilidad, disminución del nivel de conciencia, convulsiones y coma.
El tratamiento consiste:
• en eliminar la causa.
• mejorar los niveles de sodio e incrementar la concentración de sangre y disminuir
la concentración de la orina.
• disminuir la ingesta de líquidos.
• fármacos que actúan inhibiendo la secreción de ADH o bloqueando su acción.

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