Delegación para Las Celebraciones y Ministerios Laicales Litúrgicos

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Delegación para las celebraciones y ministerios laicales litúrgicos

Manual de Celebraciones Litúrgicas: Vigilia y


Eucarístia Solemne de Pentecostés.
VIGILIA DE PENTECOSTÉS

Lo que se debe preparar:


La iglesia se ambientará con sencillez y con dignidad
Se buscarán los cantos de alabanza para los momentos iniciales. Los demás
cantos de la misa se hacen como de costumbre.
Las vestiduras litúrgicas son de color rojo.
Para la aspersión se dispone una Fuente Bautismal, ojalá con el agua
bendecida en Pascua. También la Caldereta con el hisopo.
Turíbulo con la naveta y el incienso.
Debe tenerse en el espacio litúrgico preparado el Cirio Pascual encendido.
Deben disponerse delante del altar siete candeleros para colocar allí los
cirios en el lucernario cerca al cirio pascual.
Se usará para la misa sobre las ofrendas, el Prefacio de la misa de la Vigilia
de Pentecostés. (Página 25 de este Misal) y Plegaria 3 en Pág. 25 a 29)
Esta guía no contiene RC ni RI
La oración post comunión y la Bendición Final son también de la Vigilia de la
Solemnidad de Pentecostés.
Esta guía contiene todo el rito de la vigilia y la Eucarístia, contiene la Oración
de fieles del rito, la plegaria eucarística 3 (recomendada) y el prefacio de la
solemnidad.

2
CANTO
Cuando rezamos, cuando cantamos, cuando la fiesta es un celebrar gozoso es el
día grande: Pentecostés. Cuando llevamos en nuestras manos un resplandor de
luz / en nuestro pecho vive y palpita, el que murió en la cruz. / (2)
CUANDO EL SEÑOR, ALIENTA EN NOSOTROS, SIEMPRE ES
PENTECOSTÉS. CUANDO EL AMOR, NOS LANZA A LA VIDA, SIEMPRE ES
PENTECOSTÉS.
Cuando queremos comprometernos en una misma fe, una tarea, un
compromiso... siempre es Pentecostés. Cuando decimos sí a la Iglesia con plena
lucidez, / soplan de nuevo vientos del cielo, porque es Pentecostés. / (2)

El celebrante:
En el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo.

R. Amén

El celebrante:
La gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión
del Espíritu Santo estén con ustedes.
El celebrante:
En esta noche, gozoso reflejo de las noches santas que iluminan el camino de la
Iglesia, de la noche del Nacimiento del Señor, de la noche de su Pascua Gloriosa,
nos hemos congregado para velar y orar, para pedir la gracia de un renovado
Pentecostés, para suplicar que el Espíritu de Consuelo y Fortaleza renueve en la
Iglesia y en el mundo la gracia que regaló a los discípulos de Jesús cuando
descendió sobre ellos cincuenta días después de la victoria del Señor sobre la
muerte y el pecado. Sumida en el dolor y en la incertidumbre por el fenómeno del
coronavirus que estamos viviendo, nosotros proclamamos hoy la vida y la
esperanza, porque Jesús nos prometió su presencia y la fuerza del Espíritu Divino
que hizo brotar la vida en la creación, que llenó de vida la historia del pueblo
santo, que restaura el corazón de cuantos sufren. Vivamos con fe los signos,
unidos a la Madre del Señor, acojamos la Palabra y abramos el corazón a la
gracia del Espíritu Santo que colma con sus dones a su Iglesia.

3
PRIMER MOMENTO

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO


LUCERNARIO

Luz
Delante del Cirio Pascual, el celebrante dice:
En la noche de la Pascua de este año, encendimos esta luz como signo de
resurrección y de esperanza. Por eso, te rogamos, Señor, que esta luz encendida
en honor de tu Nombre, continúe ardiendo para disipar la oscuridad de esta noche
y nos recuerde a Jesucristo, tu Hijo, que, resucitado de entre los muertos, brilla
sereno para el género humano prometiéndonos el Espíritu Santo como luz que
llena de vida al mundo.
R. Amén

Hace una venia al Cirio Pascual y es posible lo inciensa mientras se canta.


Oh Cristo tú eres, luz Santa y alegre del Padre, grande e inmortal Salvador.
(Cristo Luz del Padre, Cantoral Arquidiócesis de Medellín)

CANTO
Esta es la luz de Cristo; yo la haré brillar.
Esta es la luz de Cristo; yo la haré brillar.
Esta es la luz de Cristo; yo la haré brillar.
Brillará, brillará, sin cesar. (bis) (luego de cada estrofa)
Soy cristiano y esta luz, yo la haré brillar.
Soy cristiano y esta luz, yo la haré brillar.
Soy cristiano y esta luz, yo la haré brillar.
Llevo mi luz por la ciudad, yo la haré brillar.
Llevo mi luz por la ciudad, yo la haré brillar.
Llevo mi luz por la ciudad, yo la haré brillar
4
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
El celebrante va diciendo cada una de las invocaciones apenas se van
encendiendo los cirios frente al altar. La luz se toma del cirio pascual.

Don de Sabiduría
Se enciende el cirio
El Celebrante
Dios de amor, regálanos la Sabiduría, la que acompaña con su gracia a quienes
nos han enseñado a vivir, haz que aprendamos a saborear los secretos de tu amor
y a vivir en santidad.
Don de Consejo
Se enciende el cirio
El Celebrante
Danos, Dios de amor, el don del consejo, así sabremos mostrar el camino del bien
a nuestros hermanos, podremos mostrar el camino de la fe a todos y podremos
aprender a dejarnos conducir por el camino del amor de Dios.
Don de Ciencia
Se enciende el cirio
El Celebrante
Danos, Dios de amor, el don de la Ciencia, para que, ilustrados en los valores de
la fe verdadera, sepamos guardar en el corazón tus enseñanzas que superan todo
saber.
Don de Fortaleza
Se enciende el cirio
El Celebrante
Danos, Dios de amor, la fuerza que de ti procede para vencer las acechanzas del
mal, para caminar por tus senadas, para vivir en tu amor, fortalecidos por tu
gracia, capaces de dar aliento y paz a los que sufren

5
Don de Entendimiento
Se enciende el cirio
El Celebrante
Danos, Dios de amor, la capacidad de entender el amor con el que nos regalas
paz y esperanza, que nuestra inteligencia, iluminada por el esplendor de la verdad,
construya la vida y transforme el mundo con tu amor.
Don de Piedad
Se enciende el cirio
El Celebrante
Danos, Dios de amor, la piedad verdadera, el amor profundo y humilde, la
capacidad de glorificarte con nuestra vida, infunde en el alma de tu Iglesia el
anhelo de santidad y de gracia.
Don de Temor de Dios
Se enciende el cirio
El Celebrante
Danos, Dios de amor, la gracia de tu santo temor, el propósito de nunca ofenderte,
la voluntad de seguir tus mandamientos, el firme deseo de ser fieles a tu voluntad.

CANTO

Espíritu de Dios, llena mi vida,


llena mi alma,
llena mi ser. (bis)

Lléname, lléname,
con tu presencia, lléname,
lléname con tu poder, lléname,
lléname con tu bondad. (bis)

6
SEGUNDO MOMENTO

LA PALABRA DE DIOS
INTRODUCCIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

El comentador
Vamos a acoger la Palabra que el Espíritu Divino grabo en el alma de los profetas,
del salmista, del apóstol. Pidamos que abra nuestro corazón a este don
maravilloso y pidamos la capacidad de comprender con el alma lo que Dios nos
quiere revelar.
Entonando un canto apropiado, se trae procesionalmente el leccionario con las
Lecturas y se entrega al que preside, quien a su vez lo entrega al primero de los
que van a proclamar las lecturas indicadas para la misa de la vigilia y su
respectivo salmo y que son seguidas con las oraciones que se indican a
continuación.

CANTO
POR TI, MI DIOS, CANTANDO VOY,
LA ALEGRÍA DE SER TU TESTIGO, SEÑOR
Me mandas que cante
con toda mi voz, no sé cómo cantar
tu mensaje de amor;
los hombres me preguntan
cuál es mi misión, les digo: testigo soy.

Es fuego tu palabra
que mi boca quemó,
mis labios ya son llamas
y ceniza mi voz,
da miedo proclamarla,
pero tú me dices: no temas, contigo estoy
7
PRIMERA LECTURA

Comentario
El Espíritu Divino viene para permitirnos un mismo lenguaje para expresarnos. Es
el lenguaje del amor, el de la gracia, el de la vida. Dios nos ofrece en esta palabra
una invitación a buscar la unidad, el amor verdadero que supere toda división y
nos una en la verdad y en la esperanza.

Y se proclama la Lectura con su salmo


Lectura del libro del Génesis (11,1-9)

Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al


emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de
Sanar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Vamos a
preparar ladrillos y a cocerlos.» Emplearon ladrillos en vez de piedras,
y alquitrán en vez de cemento. Y dijeron: «Vamos a construir una
ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para
no dispersarnos por la superficie de la tierra.» El Señor bajó a ver la
ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo:
«Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el
comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará
imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no
entienda la lengua del prójimo.» El Señor los dispersó por la superficie
de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel,
porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí
los dispersó por la superficie de la tierra.

Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor

8
Salmo 112
R. Alabado sea el nombre de Dios

¡Alabad, siervos del Señor,


alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor. R.

Levanta del polvo al desvalido,


alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos. R

Terminada la lectura con su salmo, el Celebrante dice

Oremos

Dios de amor, que en esta noche nos concedes acoger tu Espíritu de amor, haz
que la Iglesia extendida de uno a otro confín de la tierra, sea en medio del mundo,
dividido por odios y discordias, instrumento de tu paz y vínculo de amor para todos
los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
R. Amén.

9
CANTO
Se siente aquí, (3)
el Espíritu de Dios se siente aquí.
Si este pueblo empieza a orar
y deja al Señor obrar,
el Espíritu de Dios se siente aquí.

Se siente aquí, (3)


el Espíritu de Dios se siente aquí.
Si los hombres de la tierra
Glorifican al Señor,
el Espíritu de Dios se siente aquí.

SEGUNDA LECTURA

Comentario
Dejemos que la gracia de Dios renueve la creación y pidamos que el Espíritu
Divino transforme nuestras vidas y llene con su poder el vació que reina en tantos
corazones.

Y se proclama la Lectura con su salmo

Lectura del Profeta Ezequiel (37, 1-14)

En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y con su


Espíritu el Señor me sacó y me colocó en medio de un valle todo lleno
de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran
innumerables sobre la superficie del valle y estaban completamente
secos. Me preguntó: —Hombre mortal, ¿podrán revivir estos huesos?
Yo respondí: —Señor, tú lo sabes. Él me dijo: —Pronuncia un oráculo
10
sobre estos huesos y diles: ¡Huesos secos, escuchad la Palabra del
Señor! Así dice el Señor a estos huesos: «Yo mismo traeré sobre
vosotros espíritu y viviréis. Pondré sobre vosotros tendones, haré
crecer sobre vosotros carne, extenderé sobre vosotros piel, os
infundiré espíritu y viviréis. Y sabréis que yo soy el Señor.» Y profeticé
como me había ordenado, y a la voz
de mi oráculo, hubo un estrépito, y los huesos se juntaron hueso con
hueso. Me fijé en ellos: tenían encima tendones, la carne había
crecido y la piel los recubría; pero no tenían espíritu. Entonces me dijo:
—Conjura al espíritu, conjura, hombre mortal, y di al espíritu: Así dice
el Señor: «De los cuatro vientos ven, espíritu, y sopla sobre estos
muertos para que vivan.» Yo profeticé como me había ordenado; vino
sobre ellos el espíritu y revivieron y se pusieron en pie. Era una
multitud innumerable. Y me dijo: 10 —Hombre mortal, estos huesos
son la entera casa de Israel, que dice: «Nuestros huesos están secos,
nuestra esperanza ha perecido, estamos destrozados.» Por eso
profetiza y diles: Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros
sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os
traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os
saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor.
Os infundiré mi espíritu y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y
sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor

Salmo 95, 1-2a. 2b-3. 9-10a. 11-12 (R.: 3)


R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,


Cantad al Señor, toda la tierra;
Cantad al Señor, bendecid su nombre. R.
11
Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,


tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: “El Señor es rey.” R.

Delante del Señor que ya llega,


ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.

El celebrante

Oremos

Señor Dios, lleno de poder, que levantas al hombre caído y lo conservas en tu


fidelidad; aumenta el número de los que serán renovados por tu gracia santificante
y haz que tu Espíritu conduzca siempre a todos los bautizados. Por nuestro Señor
Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.

R. Amén

12
CANTO
Ven, ven, ven. Espíritu Divino,
ven, ven, ven, acércate a mí. (2)

Apodérate, apodérate,
apodérate de todo mi ser. (2)

Aquí se siente la presencia de Dios. (2)


Siento el fuego del Espíritu Santo. (2)

Siento gozo, siento paz,


siento el amor que Dios me da.
Aquí se siente la presencia de Dios. (2)

TERCERA LECTURA

Comentario
Toda carne, todo ser humano, fortalecido e iluminado por el Espíritu será profeta,
es decir, podrá iluminar la historia de la humanidad con la luz de la fe, podrá leer la
presencia de Dios en la vida de la humanidad, podrá mostrar el camino del bien a
sus hermanos

Y se proclama la Lectura con su salmo

Lectura de la profecía de Joel (3, 1-5)

Así dice el Señor: «Derramaré mi Espíritu sobre toda carne: profetizarán


vuestros hijos e hijas, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes
verán visiones. También sobre mis siervos y siervas derramaré mi Espíritu
aquel día. Haré prodigios en cielo y tierra: sangre, fuego, columnas de humo.
13
El sol se entenebrecerá, la luna se pondrá como sangre, antes de que llegue
el día el Señor, grande y terrible. Cuantos invoquen el nombre del Señor se
salvarán. Porque en el monte de Sión y en Jerusalén quedará un resto; como
lo ha prometido el Señor a los supervivientes que él llamó.»

Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor

Salmo 146
R. Alabad al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una
alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén,


reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas. R.

Cuenta el número de las estrellas,


a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. R.

Entonad la acción de gracias al Señor,


tocad la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra. R.
14
Que hace brotar hierba en los montes,
para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado
y a las crías de cuervo que graznan. R.

No aprecia el vigor de los caballos,


no estima los músculos del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia. R.

El celebrante

Oremos

Dios todopoderoso y eterno, tú has querido prolongar la celebración del misterio


pascual durante cincuenta días; has que los pueblos dispersos se congreguen y
las diversas lenguas se unan en la proclamación de la gloria de tu nombre. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

R. Amén

CANTO
ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN
ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN
ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR

15
Acompáñame, ilumíname,
Toma mi vida.
Acompáñame, ilumíname,
¡Espíritu Santo, ven!

Santifícame, transfórmame,
Tú cada día.
Santifícame, transfórmame,
¡Espíritu Santo, ven!

HIMNO DEL GLORIA


Proclamemos (cantemos) o en su defecto, leamos, ahora la gloria de Dios:
Ténganse en cuenta el numeral 53 de IGMR, sea cantado o leído.

Gloria a Dios en el Cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el


Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias. Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros: porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo
tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.

Amén

16
Se prosigue con la Oración Colecta

Oremos

Oh Dios que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia extendida por


todas las naciones; derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la
tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas
maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.

R. Amén

Y se prosigue con las dos lecturas y el salmo del día de Pentecostés y los demás
elementos de la liturgia.

EPÍSTOLA

El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables


Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (8, 22-27)

HERMANOS: Sabemos que hasta hoy la creación entera está


gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también
nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en
nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención
de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una
esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando
uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, esperamos
con perseverancia. Así también el Espíritu viene en ayuda de nuestra
debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y
17
que su intercesión por los santos es según Dios.

Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor

Aleluya
Aleluya, aleluya
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos la llama de tu amor.
Aleluya.

CANTO
Alelu, alelu, alelu, aleluya
Gloria al Señor (bis)

Gloria al Señor, aleluya.


Gloria al Señor, aleluya
Gloria al Señor, aleluya
Gloria al Señor.

18
EVANGELIO

Manarán torrentes de agua viva


Lectura del Santo Evangelio Según San Juan (7,37-39)

El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba: —El que
tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí que beba. (Como dice la
Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva.) Decía esto
refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él. Todavía
no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.

Palabra del Señor


R. Gloria a ti Señor, Jesús

Si resulta conveniente se cantará nuevamente el Aleluya, en caso de procesión o


desplazamiento con el evangeliario.
Homilía propuesta
El Espíritu Santo, maestro de la armonía1 “«Nacer de lo alto» (Jn 3,7) es nacer
con la fuerza del Espíritu Santo. Nosotros no podemos tomar el Espíritu Santo
para nosotros, sólo podemos dejar que nos transforme. Y nuestra docilidad abre la
puerta al Espíritu Santo: es Él quien hace el cambio, la transformación, este
renacer de lo alto. Es la promesa de Jesús de enviar el Espíritu Santo (cfr Hch1,8).
El Espíritu Santo es capaz de hacer maravillas, cosas que ni siquiera podemos
pensar. Un ejemplo es esta primera comunidad cristiana, que no es una fantasía,
esto que nos dicen aquí: es un modelo, donde se puede llegar cuando hay
docilidad y se deja que el Espíritu Santo entre y nos transforme. Una comunidad,
digamos, “ideal”. Es cierto que inmediatamente después de esto comenzarán los
problemas, pero el Señor nos muestra hasta dónde podemos llegar si estamos
abiertos al Espíritu Santo, si somos dóciles. En esta comunidad hay armonía (cfr
Hch 4,32-37). El Espíritu Santo es el maestro de la armonía, es capaz de crearla y
lo ha hecho aquí. Debe hacerlo en nuestros corazones, debe cambiar muchas
19
cosas de nosotros, pero debe crear armonía: porque Él mismo es la armonía.
También la armonía entre el Padre y el Hijo: es el amor de la armonía, Él. Y Él,
con armonía, crea estas cosas como esta comunidad armoniosa. Pero luego, la
historia nos habla —el mismo Libro de los Hechos de los Apóstoles— de tantos
problemas en la comunidad. Este es un modelo: el Señor ha permitido este
modelo de una comunidad casi “celestial” para hacernos ver a dónde deberíamos
llegar. Pero luego comenzaron las divisiones en la comunidad. El Apóstol Santiago
dice en el segundo capítulo de su Carta: “No mezcléis vuestra fe «con la acepción
de personas»” (St 2,1): ¡porque las hubo! “No hagan discriminaciones”: los
apóstoles deben salir y amonestar. Y Pablo, en la Primera Carta a los Corintios, en
el capítulo 11, se queja: “Oigo decir que existen entre vosotros divisiones” (cfr
1Cor 11,18): empiezan las divisiones internas en las comunidades. Este “ideal”
debe ser alcanzado, pero no es fácil: hay muchas cosas que dividen a una
comunidad, ya sea una comunidad cristiana parroquial cristiana o diocesana o
presbiteral o de religiosos o religiosas... muchas cosas intervienen para dividir a la
comunidad. Observando qué fue lo que causó divisiones en las primeras
comunidades cristianas, yo veo tres: primero, el dinero. Cuando el apóstol
Santiago dice los de evitar favoritismos personales, pone un ejemplo porque “si en
vuestra iglesia, en vuestra asamblea, entra un hombre con un anillo de oro,
inmediatamente lo lleváis adelante, y al pobre lo dejáis a un lado” (cfr St 2,2). El
dinero. El mismo Pablo dice lo mismo: “Los ricos traen comida y comen, ellos, y
los pobres, de pie” (cfr 1Cor 11,20-22), los dejamos allí como diciéndoles:
“Arréglatelas como puedas”. El dinero divide, el amor al dinero divide a la
comunidad, divide a la Iglesia. Muchas veces, en la historia de la Iglesia, donde
hay desviaciones doctrinales —no siempre, pero sí muchas veces— hay dinero
detrás: el dinero del poder, tanto poder político como dinero en efectivo, pero es
dinero. El dinero divide a la comunidad. Por esta razón, la pobreza es la madre de
la comunidad, la pobreza es el muro que protege a la comunidad. El dinero divide,
el interés propio. Incluso en las familias: ¿cuántas familias han acabado divididas
por una herencia? ¿Cuántas familias? Y ya no se hablaban... Cuántas familias...
Una herencia... Se dividen: el dinero divide. Otra cosa que divide a una comunidad
es la vanidad, ese deseo de sentirse mejores que los demás. “Gracias, Señor,
porque no soy como los demás” (cfr Lc 18,11), la oración del fariseo. Vanidad,
sentirme que... Y también vanidad en mostrarse, vanidad en los hábitos, en el
vestir: cuántas veces —no siempre pero sí muchas veces— la celebración de un
sacramento es un ejemplo de vanidad, quién va con la mejor ropa, quién hace eso
y lo otro... Vanidad... para la fiesta mayor... La vanidad entra ahí también. Y la
vanidad divide. Porque la vanidad te lleva a ser un pavo real y donde hay un pavo
real, hay división, siempre. Lo tercero que divide a una comunidad son las
habladurías: no es la primera vez que lo digo, pero es la realidad. Es la realidad.
Esa cosa que el diablo pone en nosotros, como una necesidad de hablar de los
demás por la espalda. “Qué buena persona es...” — “Sí, sí, pero...”:
20
inmediatamente el “pero”: es una piedra para descalificar al otro e inmediatamente
digo algo que he oído decir y así disminuyo un poco al otro. Pero el Espíritu
siempre viene con su fuerza para salvarnos de esta mundanidad del dinero, la
vanidad y la habladuría, porque el Espíritu no es el mundo: está contra el mundo.
Es capaz de hacer estos milagros, estas grandes cosas. Pidamos al Señor esta
docilidad al Espíritu para que nos transforme y transforme nuestras comunidades,
nuestras comunidades parroquiales, diocesanas, religiosas: 17 las transforme,
para que podamos avanzar siempre en la armonía que Jesús quiere para la
comunidad cristiana”

1Francisco. (2020). Homilía, 21 de abril. Recuperado de:


https://www.vaticannews.va/es/papafrancisco/misa-santa-marta/2020-04/papa-silencio-
este-tiempo-aprender-escuchar-santa-martahomilia.html

TERCER MOMENTO

SIGNOS BAUTISMALES
RENOVACIÓN DE LA GRACIA DEL BAUTISMO Y DE LA CONFIRMACIÓN

En la Vigilia del día gozoso de Pentecostés, anual memoria de las maravillas que el
Espíritu Divino realizó al inicio de la evangelización, renovemos nuestra fe y reavivemos la
gracia recibida en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación.

El celebrante
¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Asamblea
Sí, renuncio
El celebrante
¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los esclavice?
Asamblea
Sí, renuncio

21
El celebrante
Hagamos ahora nuestra profesión de fe

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que
el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra
salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre, y de nuevo vendrá con gloria
a juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria y que habló por los 18 profetas. Creo en la
Iglesia que es una, santa, católica y apostólica, confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados, Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.

Amén.

Compromisos:

El celebrante
Una vez hemos profesado nuestra fe,
¿Quieren seguir siendo fieles a la gracia recibida en los sacramentos de Iniciación
Cristiana?
Asamblea
R. Sí, quiero

22
El celebrante
¿Quieren seguir anunciando con la vida la presencia renovadora del Espíritu
Santo?
Asamblea
R. Sí, quiero
El celebrante
¿Quieren vivir la alegría de la fe en comunión con toda la Iglesia, con el Papa, con
nuestros Obispos y con cuantos anuncian el Reino de la paz y de la verdad?
Asamblea
R. Sí, quiero
El celebrante
¿Quieren dejarse iluminar y guiar por la luz y la fuerza del Espíritu Divino que se
nos ha dado en la gracia del Bautismo y en la alegría de la Confirmación?
Asamblea
R. Sí, quiero

Aspersión
El celebrante
Digamos con fe
Esta es nuestra fe,
esta es la fe de la Iglesia
que nos alegramos de profesar
en Cristo Jesús.
Amén.
El celebrante rocía al pueblo con el agua bendita, mientras se recita la siguiente antífona,
u otro canto bautismal:
Antífona: Cfr. Ez 47,1.9

Vi brotar agua del lado derecho del templo, aleluya; y todos aquellos, a los que
esta agua alcanzó, fueron salvados y cantan: aleluya, aleluya.
23

ORACIÓN DE LOS FIELES


FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Reunidos para celebrar la plenitud de la revelación del amor de Dios, en este día gozoso
de Pentecostés, presentamos nuestras necesidades diciendo:

Oh, Señor, escucha y ten piedad.


 Por la Iglesia, para que unida al Papa Francisco en la caridad, sea constructora
de paz en medio del mundo, Roguemos al Señor
 Por nuestros pastores para que, imitando la mansedumbre y la bondad del
Pastor de los pastores, hagan crecer en la esperanza a cuantos les han sido
encomendados, Roguemos al Señor  Por los sacerdotes y diáconos, para que,
enriquecidos con la prudencia, sigan sirviendo al Pueblo de Dios que se les ha
confiado. Roguemos al Señor
 Por los que gobiernan las naciones para que, movidos por la paciencia, sean
servidores de la unidad y de la reconciliación. Roguemos al Señor
 Por los hogares, para que, valorando la modestia, la castidad, trabajen unidos en
el gozo de la fe y alienten a todos a vivir en el amor de Dios. Roguemos al Señor.
 Por cuantos han padecido en estos días de la Pandemia, para que el Espíritu
Santo glorifique a quienes han muerto, sane los enfermos, premie la bondad de
quienes los han cuidado y colme con la esperanza nuestra vida. Roguemos al
Señor.

Celebrante
Acoge, Señor, nuestras súplicas confiadas que te presentamos por mediación de
Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

La misa prosigue con todos los elementos de la misa de la vigilia de Pentecostés:


oraciones, prefacio. Se recomienda la Plegaria eucarística III y puede impartirse la
bendición solemne para este día.

24

PLEGARIA EUCARÍSTICA III


V. El señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.


R. Es justo y necesario.

Prefacio según las rúbricas: pentecostés

EN verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Pues, para llevar a plenitud el Misterio pascual,


enviaste hoy el Espíritu Santo
sobre los habías adoptada como hijos
por la encarnación de tu Unigénito.
El Espíritu que,
desde el comienzo de la Iglesia naciente,
infundió el conocimiento de Dios en todos los pueblos
y reunió a diversidad de lenguas
en la confesión de una misma fe.

Por eso,
con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría,
y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles,
cantan el himno de tu gloria diciendo sin cesar:

25
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

El sacerdote con las manos extendidas, dice:


CP
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC

Por eso, Padre, (🔔)te suplicamos


que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente,
diciendo:
de manera que se conviertan
en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y
con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:


tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: 26

Se inclina un poco.
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora,

haciendo genuflexión. (🔔)

Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:


tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.

HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo

genuflexión. (🔔)

Luego dice una de las siguientes fórmulas:


CP
Éste es el Misterio de la fe.

O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:


Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús! O bien:
CP
Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió.
27
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
O bien:
CP
Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Salvador del mundo, sálvanos,
que nos has liberado por tu cruz y resurrección.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:


CC
Así, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,


y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.

C1
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José,
los apóstoles y los mártires,
(san N.: Santo del día o patrono)
y todos los santos,
por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.

C2
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa N., 28
a nuestro Obispo N., (Aquí se puede hacer mención del Obispo Coadjutor o Auxiliar,
de acuerdo con la Ordenación general del Misal Romano, n. 149).
El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
a mí, indigno servidor tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es el Ordinario, dice:
a mi hermano N., Obispo de esta Iglesia de N., a mí, indigno siervo tuyo,

al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.

INTERCESIONES PARTICULARES
en el día en que la efusión de tu Espíritu
ha hecho de ella sacramento de unidad para todos los pueblos.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.
+ A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice.
CP o CC
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama: Amén
Rito de comunión, RC. 29

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