Tarea 6.3. Alimentacià N en El Lactante e Infancia

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CUADERNO DE ACTIVIDADES

CFGS DIETÉTICA Grupo DIE1A


CURSO 2023/2024
Módulo: ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
U.D 6.3.Alimentación a lo largo de la vida. Lactante e infancia
CPIFP AYNADAMAR

DEPARTAMENTO SANIDAD

Apellidos: León Guerrero


Nombre: Javier
Fecha: _______/____________/_________
A- ¿Cuándo comenzar la “Alimentación Complementaria”?
recomendaciones_aep_sobre_alimentacio_n_complementaria_nov2018_v3_final.pdf
(aeped.es)

Para poder ingerir alimentos diferentes a la leche, es conveniente que el organismo


tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune.

Podemos considerar que un bebé está preparado cuando adquiere las destrezas
psicomotoras que permiten manejar y tragar de forma segura los alimentos. Como
cualquier otro hito del desarrollo, no todos los niños lo van a adquirir al mismo tiempo,
aunque en general estos cambios suelen ocurrir en torno al sexto mes.

El lactante debe presentar un interés activo por la comida, que desaparezca el reflejo
de extrusión, que sea capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca y que
mantenga la postura de sedestación con apoyo.

Ahora voy a explicar que ocurre cuando se adelanta o se retrasa la alimentación


complementaria:

Una introducción muy precoz de la alimentación complementaria puede conllevar


riesgos a corto y largo plazo. Entre los 4 y 6 meses no se han encontrado beneficios de
la introducción de la alimentación en niños amamantados y sí se ha visto un aumento
de las infecciones, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados. Por
tanto, la recomendación actual es esperar a los 6 meses para comenzar con
alimentación complementaria en los niños con lactancia materna.

Algunos riesgos pueden ser: La posibilidad de atragantamiento y el aumento de


gastroenteritis agudas e infecciones del tracto respiratorio superior.

En nuestro medio, es excepcional que más allá de los 6 meses de edad todavía no se
hayan comenzado a ofrecer otros alimentos distintos de la leche. Aunque en ocasiones
puede ocurrir en niños que toman LM y que no han mostrado aún un interés activo por
la comida, esta práctica es inadecuada. Se desaconseja demorar el inicio de la AC por
encima de las 26 semanas de edad, ya que esto también puede aumentar el riesgo de
problemas nutricionales, como el déficit de hierro.

Algunos riesgos pueden ser: Las carencias nutricionales (Fe y Zn), el aumento del riesgo
de alergias e intolerancias alimentarias, una peor aceptación de nuevas texturas y
sabores y una mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.
B- Pautas de introducción de los distintos tipos de alimentos y su
justificación:

Alimentos superfluos (azúcares, miel, cacao, bollería, galletas, embutidos y charcutería): a


partir de 12 meses, pero cuanto más tarde mejor.

Sólidos con riesgo de atragantamiento (frutos secos enteros, manzana o zanahoria cruda,
etc.): a partir de los 3 años.

Fruta y verdura:

Se aconseja introducir progresivamente toda la variedad de frutas y verduras


disponible, en cualquiera de las comidas diarias, e ir variando también la forma de
presentación (triturada, chafada, en pequeños trozos...). No hay unas frutas mejores
que otras para comenzar, la decisión dependerá de los gustos de la familia.

Se recomienda evitar durante el primer año de vida las verduras de hoja verde con alto
contenido en nitratos, como la acelga, la espinaca o la borraja, por el riesgo de
metahemoglobinemia. En el caso de introducirlas en la alimentación, deben
representar menos del 20% del contenido total del plato. En los niños mayores, hasta
los 3 años, conviene no dar más allá de una ración diaria de estos vegetales.

Hay que introducir al niño a una serie variada de sabores (ácidos,dulces…) para que se
vaya acostumbrando y reduzca el riesgo de rechazo en el futuro.

No introducir los zumos ya que tampoco van a aportar beneficios.

Cereales:

Los cereales pueden introducirse en polvo disueltos en leche, añadidos a purés, en


forma de arroz hervido y chafado, pan, pasta, arepas o tortas de maíz, quínoa o avena,
según la edad y el estado madurativo del lactante y las costumbres familiares. Existen
además otras fuentes de hidratos de carbono complejos que aportan energía, como las
patatas o el boniato.

Si la madre se extrae leche por otros motivos, se podrían añadir los cereales en polvo a
la leche extraída para dar al niño en alguna de las tomas, pero es un error sustituir una
toma de pecho por leche de fórmula con el único objetivo de dar cereales, ya que
puede condicionar un destete precoz innecesario y no son alimentos de consumo
obligatorio en el proceso de diversificación, especialmente si la dieta es equilibrada y
rica en hierro a través del consumo de otros alimentos como las carnes. En estos casos,
se pueden mezclar las harinas con frutas, verduras o agua.

Se recomienda evitar los azúcares libres en la dieta de los lactantes. Por ello, si se
consumen cereales en polvo u otros productos específicos para lactantes, hay que
desaconsejar aquellos que contengan miel o azúcares añadidos en su composición.
Alimentos ricos en proteínas:

Este grupo está constituido fundamentalmente por las carnes rojas, el pollo, el
pescado, el marisco, los huevos y las legumbres. Se pueden ofrecer en forma de puré,
cocinados y desmigados o en pequeños trozos en lactantes más mayores. Ofrecer
diariamente alimentos de este grupo, de forma variada, especialmente aquellos ricos
en hierro.

El pescado es un buen alimento, aunque se debe limitar el consumo de pescados de


gran tamaño depredadores y de vida larga, como el emperador, el pez espada, el
cazón, la tintorera y el atún, por la posibilidad de contaminantes como el
metilmercurio, especialmente en niños pequeños.

Alimentos ricos en hierro:

El hierro es un micronutriente cuyos depósitos se ven influenciados por el pinzamiento


tardío del cordón al nacer, entre otros factores. Los depósitos disminuyen desde el
nacimiento y a partir del sexto mes aumenta el riesgo de anemia ferropénica. La carne
roja es una fuente principal de hierro con buena biodisponibilidad. También son una
buena opción la yema de huevo y los cereales enriquecidos con hierro. Existen
alimentos de origen no animal con hierro no hemo, como guisantes, lentejas, alubias,
frutos secos, brócoli y algunos tipos de pan que, aunque representan una fuente de
hierro menor y de más difícil absorción, también deben formar parte de la dieta de los
niños.

Lácteos:

Entre los 6 y 12 meses, la leche materna sigue siendo el alimento principal, por lo que
se recomienda mantenerla a demanda, sin disminuir el número de tomas. La
alimentación complementaria no es “sustitutiva”, sino “complementaria”. Si el lactante
mayor de 6 meses realiza al
menos 4-5 tomas de pecho al día, no se precisan otras fuentes de lácteos. Si la madre
trabaja fuera de casa, se puede ofrecer la aimentación complementaria las horas que
esté fuera, y cuando regrese del trabajo continuar con el pecho frecuente y a
demanda. Se puede ofrecer yogur natural o queso desde los 9 meses y leche de vaca
entera a partir de los 12 meses. Hay que tener en cuenta que la leche materna sigue
siendo el lácteo de primera elección y se recomienda por encima de cualquier otra
leche, siempre que madre e hijo lo deseen, hasta los 2 años o más. En el caso de
lactantes no amamantados, la fórmula indicada por encima de los 6 meses de edad es
la fórmula de continuación. Según se vaya diversificando la dieta, disminuirá la
cantidad de leche ingerida, aunque se recomienda mantener al menos dos raciones de
lácteos diarios (aproximadamente 500 ml al día).

C- ¿Cómo ofrecer los alimentos?


No interpretar como permanente un rechazo inicial a un nuevo alimento. Seguir
ofreciendo en los siguientes días o semanas sin presionar (pueden ser necesarias hasta
10-15 ocasiones para conseguir la aceptación). La exposición regular y gradual a los
alimentos favorece su tolerancia y aceptación, a corto y largo plazo

Respetar su ritmo de desarrollo y permitir cierta autonomía, según sus capacidades.


Tolerar un cierto desorden apropiado para su edad (por ejemplo, no molestar al niño
limpiándolo después de cada bocado)

Establecer rutinas puede ayudar:

 Lugar: tranquilo, sin distracciones (televisión, móviles). Cuando sea posible,


sentar al niño frente a los otros miembros de la familia para que pueda
interactuar con ellos. Acercar al niño a la mesa de forma segura, ya sea en el
regazo o utilizando una silla apropiada (trona).

 Tiempo: un horario aproximado de comidas, con flexibilidad, puede ayudar a la


anticipación y regulación del lactante. Como orientación, 4 o 5 tomas al día.

 Menú: seleccionar una dieta variada y sana. Servir raciones apropiadas a su


edad y ritmo de crecimiento.

Cuidar el “ambiente emocional”:

 Ser paciente con el ritmo de adquisición de los nuevos logros


 Ante las situaciones negativas (no come, no le gusta, se porta mal), mantener
una actitud neutra. Evitar enfadarse, no mostrar el enfado
 Una conducta muy controladora o exigente de los padres impide que el niño
aprenda a autorregularse.
 Evitar distracciones (pantallas, juguetes)
 Disfrutar de la comida en familia, reforzando los logros. No utilizar los
alimentos como premios o castigos, ni como consuelo o chantaje.

D- ¿Qué es el BABY-LED WEANING?

Es una forma de ofrecer la AC en la que al bebé se le permite “dirigir” el proceso desde


el principio. Los padres deciden qué ofrecen (y es su responsabilidad ofrecer comida
sana, segura y variada), pero el bebé coge por sí mismo la comida que se pone a su
alcance; decidiendo qué elige comer y cuanta cantidad.
E- Realiza la valoración nutricional de un niño de 3 años de edad
teniendo en cuenta los percentiles en los que se encuentra:
Peso: 11 Kg; Talla: 88 cm; Perímetro craneal: 46 cm
Realiza la interpretación de los distintos datos obtenidos en
función de los Percentiles en los que se encuentre.
Utiliza las curvas crecimiento de la OMS

Perímetro craneal: 46 cm y 3 años de edad dan un percentil de: 46


Apropiado para la edad de gestación.
Pesa 11 kg y tiene 3 años, su percentil es de 11 el cual esta en niveles apropiados para su edad y
peso.
Estatura de 88 cm y 3 años de edad, percentil de 88 que es adecuado para su edad.

Por lo tanto el niño estará en condiciones óptimas de salud y niveles adecuados para su edad y
datos clínicos.

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