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LA
ÚLTIMA
ARCA
Génesis 6:1-7
INTRODUCCIÓN.
E
n las heladas profundidades de las montañas de la isla de Spitsbergen,
entre Noruega y el Polo Norte, se halla el “Banco Mundial de Semillas de
Svalbard” o conocida comúnmente como “la bóveda del fin del mundo”.
Este lugar fue inaugurado el 2008 por el gobierno de Noruega y tiene entre sus
propósitos salvaguardar toda clase de especies de cultivo ante un eventual
escenario de catástrofe mundial.
Este banco, también conocido como el “arca de Noé del siglo XXI”, se extiende a
más de mil metros cuadrados bajo tierra y está dividida en tres grandes niveles
que sirven como almacenes que conservan más de un millón de muestras de
semillas de casi todos los países del planeta. No cabe la menor duda que la
humanidad de manera consciente o inconsciente, en su imaginario colectivo,
sabe que el planeta puede entrar eventualmente a una crisis global.
¿En qué formas esto podría ocurrir? Hay especulaciones de todo tipo:
desde una invasión de extraterrestres hasta la llegada de un asteroide que
eliminaría la vida sobre el planeta. ¿Es posible que el planeta termine de
una manera catastrófica? La dramática historia del Diluvio Universal y la
sobrevivencia de Noé y su familia ¿podría volver a repetirse?
• Explicarles que Dios le había hablado y no tener más evidencia que solo
su testimonio.
• Hacerles entender que un arca, un gran barco, sería el medio para que
sobrevivan.
“Dios dio a todos los que querían la oportunidad de arrepentirse y volverse a
él. Pero no creyeron en la predicación de Noé. Se burlaron de sus advertencias
y ridiculizaron la construcción de aquel inmenso navío sobre tierra seca. Los
esfuerzos del patriarca para reformar a sus congéneres no tuvieron éxito.
Por más de cien años perseveró en sus intentos por conducir a los hombres
al arrepentimiento y a Dios. Cada golpe que se daba en el arca equivalía
a una predicación. Noé dirigía, predicaba y trabajaba, mientras la gente
lo contemplaba con asombro y lo consideraba fanático”. (Historia de la
Redención, 65).
Es interesante notar que Noé no dejó de predicar y advertir al mundo del
juicio que se avecinaba, a pesar de las burlas a las que fue sometido. Hoy el
mundo no es diferente ni mejor en ese sentido. Millones desprecian el plan
de salvación que Dios nos ha dado a través de su Hijo, y ven como fábulas
ridículas las realidades espirituales que nos enseña la Palabra de Dios.
Si alguna vez tú has sido objeto de burla por causa de Dios y su mensaje,
ten en cuenta que otros ya sufrieron lo mismo. También recuerda que es un
privilegio ser embajador de Cristo en estos tiempos y que no hay mayor honor
que sufrir, algunas veces, por causa de Aquel que no se negó a sufrir y aún
morir por nosotros: “Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo,
no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él” (Filipenses 1:29).
El evangelio de esperanza que Dios te ofrece hoy no debe ser jamás motivo
de vergüenza o rechazo. El deseo de Dios es salvarte y librarte de las terribles
consecuencias que el pecado ha producido a este mundo. Noé y su familia
no se avergonzaron del gran cometido al que Dios les llamó. Ese hombre con
debilidades como tú y yo “halló gracia ante los ojos de Dios” (Génesis 6:8).
Noé mostró inmediata disposición y disponibilidad para hacer el arca que
Dios le había ordenado. No cuestionó la orden, simplemente obedeció.
Tampoco se detuvo en la construcción del arca ni abortó el plan debido a las
incesantes burlas de los antediluvianos. Su decisión de amar a Dios y servirle
estaba sobre toda injuria o sentimiento de vergüenza que pudiera sentir por
causa de las burlas de los hombres.
Recuerda las palabras de Jesús: “Porque cualquiera que se avergüence de mí
y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre
también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los
santos ángeles” (Mateo 8:38).
impulsados por la culpa, sino por amor a un Padre que desea lo mejor para
nosotros y que por ello nos pide tiernamente que le obedezcamos: “Dame
hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” (Proverbios 23:26).
Miles y millones de vidas se perdieron por su propia decisión. ¿Cuán terribles
pueden llegar a ser las consecuencias de una decisión tomada sin considerar
los resultados eternos?
¿Cuánta gente camina hoy en nuestro mundo sin tomar en cuenta las
constantes y tiernas invitaciones de amor de Dios para sus vidas? Quizás
han nacido en hogares creyentes, pero al crecer abandonaron sus ideales y
se entregaron a una vida materialista y disipada que fija su destino solo por
unos pocos años de placer y felicidad en una tierra temporal, en tanto Dios
nos ofrece una vida plena y abundante, y la promesa de un mundo eterno
y sin dolor que pronto dará inicio cuando Jesús regrese a reinar sobre esta
tierra.
Gracias a Noé, su amor a Dios y la obediencia a su Palabra la humanidad pudo
subsistir, ya que cuando las aguas del diluvio se desvanecieron y se fueron
secando meses después, Noé y su familia salieron a repoblar una tierra que
ahora había quedado desolada y vacía.
Hoy existen en el mundo más de ocho mil millones de seres humanos porque
hubo un hombre y su familia que creyeron en Dios y se pusieron al resguardo
de sus indicaciones. ¡Qué increíble el impacto que puede tener tu ejemplo y
las consecuencias de tus decisiones para las próximas generaciones!
LLAMADO.
Es asombroso saber que Dios no nos ha dejado en oscuridad frente a lo que
hará en el futuro, lo hizo en el pasado con Noé, su familia y el arca de madera
que construyeron fielmente de acuerdo con las indicaciones de Dios. Mi
amigo y amiga, Dios también ha dejado un instrumento de madera que es el
símbolo de salvación para este tiempo y el juicio inminente que se acerca a
esta tierra. Ese instrumento fue la cruz, y sobre ella el Hijo de Dios murió por
tus pecados y los míos.
No es la madera ni los clavos los que nos salvan, es el salvador del mundo que
murió en esa cruz y resucitó venciendo a la muerte y prometiéndonos vida
eterna si creemos en Él. Esta historia dramática del mundo pronto terminará
y Jesús es el arca para este tiempo en donde todos podemos encontrar
salvación y vida eterna.
Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). No hay un camino
que pueda darte paz completa a tu ser y el perdón total de tus pecados sino a
través del nombre de Jesús.
Muy pronto este conflicto terminará, Jesús regresará como Rey de reyes
y Señor de señores “para recompensar a cada uno según sea su obra”
(Apocalipsis 22:12).
Ese día mi amigo está cerca, las señales del fin de este planeta se están
cumpliendo al pie de la letra, y cuando esto acabe solo habrá dos grupos:
aquellos que imploran la muerte al ver a Jesús viniendo en gloria y majestad
en las nubes de los cielos, y estarán aquellos que levantarán sus manos
diciendo: “este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es
Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su
salvación” (Isaías 25:9).
Nadie tomará la decisión de entregar tu corazón a Jesús por ti. Nadie se
preparará para su venida en tu lugar. ¡Eres tú el autor de tus decisiones hoy!
No postergues tu determinación esperando tiempos diferentes. Pronto
las nubes grises se pondrán sobre la historia de este mundo y la puerta del
perdón y la gracia de Dios se cerrará. Hoy es el momento de entrar al arca
llamada Jesús y descansar en sus tiernos brazos, no hay mejores que ellos en
todo el mundo.