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Revista de Ingeniería Sísmica

ISSN: 0185-092X
[email protected]
Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica
México

Arroyo Espinoza, Danny; Terán Gilmore, Amador


Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de
disipación de energía
Revista de Ingeniería Sísmica, núm. 66, enero-junio, 2002, pp. 73-93
Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=61806603

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Revista de Ingeniería Sísmica No. 66 73-93 (2002)

FACTORES DE REDUCCIÓN DE FUERZAS SÍSMICAS PARA EL


DISEÑO DE ESTRUCTURAS CON SISTEMAS PASIVOS DE DISIPACIÓN
DE ENERGÍA
Danny Arroyo Espinoza(1) y Amador Terán Gilmore(1)

RESUMEN

Los reglamentos actuales de diseño sísmico no contemplan explícitamente el diseño de estructuras con
sistemas de disipación pasiva de energía. Uno de los aspectos más importantes para el desarrollo de una
metodología para el diseño de este tipo de estructuras es el planteamiento de métodos para estimar sus
fuerzas sísmicas de diseño. Con base en el estudio de la respuesta de sistemas de un grado de libertad
ante la acción de acelerogramas registrados en México durante eventos sísmicos recientes, se proponen
expresiones para estimar el factor de reducción que debe utilizarse para reducir el espectro de diseño
elástico de resistencia para establecer fuerzas sísmicas de diseño para sistemas con diferente capacidad
de deformación plástica y de disipación de energía viscosa. Se ofrecen expresiones para suelo firme y
suelo blando, en donde el valor del factor de reducción se estima en función del periodo de la
estructura, de su demanda máxima de ductilidad y de su coeficiente equivalente de amortiguamiento.

SUMMARY

Current seismic design codes do not contemplate explicitly the design of structures having passive
energy dissipation systems. One important issue for the development of a design methodology for
these structures is the formulation of methods to estimate their design seismic forces. From the
study of the response of single degree of freedom systems subjected to accelerograms recorded
during recent seismic events in Mexico, expressions to estimate the value of the reduction factor
that should be used to reduce the elastic strength design spectra to establish the design seismic
forces for systems having different plastic deformation and viscous energy dissipation capacities,
are derived. Expressions corresponding to firm and soft soil sites are presented, in which the value
of the reduction factor is estimated as a function of the period, maximum ductility demand and
equivalent viscous damping coefficient of the structure.

INTRODUCCIÓN

Desde hace tiempo, el diseño sismorresistente de las estructuras considera que la resistencia
lateral que debe suministrársele a una estructura de ocupación estándar, para que exhiba una

Artículo recibido el 22 de febrero de 2001 y aprobado para su publicación el 11 de septiembre de 2001. Se aceptarán comentarios
y/o discusiones hasta cinco meses después de su publicación.

(1) Universidad Autónoma Metropolitana. Departamento de Materiales. Av. San Pablo # 180. Col. Reynosa, 02200 México,
DF. [email protected] [email protected]

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Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

desempeño estructural adecuado cuando se le sujeta a excitaciones sísmicas de alta intensidad,


disminuye conforme aumenta su capacidad de deformación plástica. Con base en lo anterior, el
diseño sísmico de las estructuras estándar contempla la posibilidad de proporcionarles una
capacidad importante de deformación plástica, como una forma de mantener su resistencia lateral
de diseño dentro de un intervalo de valores que hagan que su diseño sea asequible desde un punto
de vista económico.

Una de las consecuencias de permitir la incursión significativa de las estructuras en su


rango de comportamiento plástico, es la aparición de daño estructural de importancia cuando se
les sujeta a excitaciones sísmicas de alta intensidad. Por un lado, aunque el diseño sísmico se
plantea de manera que el nivel de daño en la estructura no resulte en su colapso, este daño puede
igual conducir a situaciones altamente indeseables, tal como a elevados costos de rehabilitación
estructural. Por otro lado, si la estructura incurre de manera excesiva en su rango de
comportamiento plástico, las deformaciones resultantes pueden llegar a ser excesivas, lo que se
reflejaría en un desempeño no estructural deficiente.

Eventos sísmicos recientes, tales como el de Northridge 1994 (Northridge Reconnaissance


Team, 1996) en EE.UU. y el de Kobe 1995 (Mitchell, 1996; Bruneau y Yoshimura, 1996) en
Japón, han puesto en evidencia algunos de los problemas asociados al uso de sistemas estructurales
tradicionales para resistir las acciones sísmicas durante sismos intensos. Como consecuencia de esto,
el uso de sistemas estructurales innovadores ha llamado la atención de investigadores e ingenieros
prácticos. Dentro de este contexto, una opción atractiva es el suministro de amortiguamiento
adicional a las estructuras por medio de sistemas pasivos de disipación de energía. El buen
desempeño sísmico de este tipo de sistemas ha sido puesto en manifiesto en investigaciones
analíticas y experimentales (Aiken y Kelly, 1990; Aiken, et al., 1993; Hanson, 1993; Tena y
Vergara, 1997; Badillo, 2000), así como durante los eventos sísmicos mencionados con
anterioridad (Northridge Reconnaissance Team, 1996).

Actualmente, existe una variedad de dispositivos disipadores de energía que han sido
implementados en un número importante de estructuras. En muchos casos, el diseño
sismorresistente de estas estructuras ha requerido del apoyo de consultores especializados;
mientras que en otros, los ingenieros prácticos han recurrido a la aplicación de diferentes
enfoques, particularmente el de amortiguamiento viscoso equivalente. Aunque más adelante se
discutirán con más detalle sus fundamentos, baste decir por el momento que este enfoque se
centra en la caracterización de la capacidad de disipación de energía del sistema disipador por
medio de un coeficiente equivalente de amortiguamiento, que corresponde a una fracción del
amortiguamiento viscoso crítico; y que existen algunos lineamientos de diseño sísmico que
utilizan este concepto, tal como los que se incluyen en el capítulo 9 de las NEHRP Guidelines for
the Seismic Rehabilitation of Buildings (FEMA 273, 1999).

A pesar de lo anterior, existe un vacío importante en cuanto a metodologías y


reglamentación para el diseño sísmico de sistemas pasivos de disipación de energía. Uno de los
aspectos fundamentales que deben resolverse para hacer posible un diseño racional de estos
sistemas, es establecer espectros de resistencia que permitan establecer las fuerzas sísmicas en

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Danny Arroyo y Amador Terán

estos dispositivos y la estructura que los contiene. Esto lleva, dentro del contexto de la
normatividad actual, a la necesidad de plantear factores de reducción para estos sistemas.

DEFINICIÓN DE FACTOR DE REDUCCIÓN

Las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismo (NTS) del Reglamento de
Construcciones para el Distrito Federal (Gaceta Oficial del D.F., 1995) especifican en su Sección
4, titulada REDUCCIÓN DE FUERZAS SÍSMICAS, lo siguiente: “Con fines de diseño las
fuerzas sísmicas para análisis estático y las obtenidas del análisis dinámico modal empleando
los métodos que fijan estas normas se podrán reducir dividiéndolas entre el factor reductivo Q’.”

El factor Q’, se estima en función del factor de comportamiento sísmico Q, que entre otras
cosas, refleja la capacidad de deformación plástica de la estructura sismorresistente. A través de
los factores Q y Q’, las NTS-95 adoptan una filosofía de diseño que contempla la posibilidad de
proporcionar una menor resistencia lateral a la estructura conforme mayor es su capacidad de
deformación plástica. Las especificaciones de las NTS-95 contemplan la reducción de las fuerzas
sísmicas mínimas requeridas para mantener a la estructura en su rango elástico de
comportamiento durante el sismo de diseño, por medio del factor Q’, para obtener las fuerzas
sísmicas de diseño. Considerando que las fuerzas sísmicas elásticas corresponden a Q de 1 y a un
coeficiente equivalente de amortiguamiento o fracción de amortiguamiento crítico (ξ) de 5%, y
que las fuerzas reducidas de diseño para un Q mayor que 1 están asociadas a ese mismo valor de
ξ, el criterio de la NTS-95 puede expresarse como:

FS (Q > 1, ξ = 0.05, T ) = FS (Q = 1, ξ = 0.05, T ) Q ′(T , Q ) (1)

En la ecuación (1), FS denota fuerza sísmica de diseño, y T el periodo fundamental de


vibración de la estructura. Note que tanto FS como Q’ son función, además de lo discutido en el
párrafo anterior, del valor de T. Con base en lo anterior, puede definirse el factor Q’, dentro del
contexto de las NTS-95, conforme a lo siguiente:

Q(T0 , Q0 ) = FS (Q = 1, ξ = 0.05, T0 ) FS (Q0 , ξ = 0.05, T0 ) (2)

donde To y Qo son los valores específicos de T y Q asociados a la estructura. Es importante


mencionar que dentro del contexto de las NTS-95, el factor Q’ no solo contempla la reducción de
las fuerzas sísmicas debido al comportamiento plástico de la estructura, sino también que esta
calibrado para que, a juicio de quienes han elaborado el reglamento, resulte en resistencias
laterales que lleven a las estructuras a un desempeño estructural adecuado. Dado que en el cuerpo
de las normas estas consideraciones se hacen de manera no explícita y poco racional, puede
considerarse que la ecuación (2) provee una definición razonable del factor Q’ dentro del
contexto de las NTS-95.

En el presente artículo el factor de reducción se definirá con base en la ecuación (2). Sin
embargo, por un lado dicho factor contemplará explícitamente la capacidad de deformación
plástica de la estructura y su nivel de amortiguamiento viscoso; mientras que por el otro no

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Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

considerará la sobrerresistencia de diseño. La capacidad de deformación plástica de la estructura


se caracterizará por medio de su ductilidad (µ), definida como el cociente entre la máxima
demanda de desplazamiento lateral durante la excitación sísmica normalizada por el
correspondiente desplazamiento de fluencia. El nivel de amortiguamiento de la estructura se
caracterizará por medio de su fracción de amortiguamiento crítico (ξ). Con base en lo anterior, el
factor de reducción, Rµξ, se define como:

Rµξ (µ 0 , ξ 0 , T0 ) = FS (µ = 1, ξ = 0.05, T0 ) FS (µ 0 , ξ 0 , T0 ) (3)

donde µo, ξo, To son los valores específicos de µ, ξ y T asociados a la estructura para la cual se
determina el valor de Rµξ.

ALCANCE PARÁMETRICO

El estudio que aquí se realizó en dos etapas. Dentro de la primera etapa se utilizaron
acelerogramas sintéticos, y se estudió el efecto que sobre el factor de reducción tienen la duración
de la fase intensa, y el contenido de frecuencias de la excitación sísmica. En la segunda etapa, se
consideraron acelerogramas reales registrados en México durante eventos sísmicos recientes para
proponer expresiones que estimen dicho factor. Cabe aclarar que con los resultados obtenidos en
la primera etapa se determinó que variables se incluirían en el análisis de regresión llevado a cabo
en la segunda etapa, y que en ambas etapas se analizó la influencia que en el valor del factor de
reducción tienen las siguientes características mecánicas de la estructura sismorresistente:
periodo, demanda máxima de ductilidad y coeficiente equivalente de amortiguamiento.

Para la primera etapa se consideró la respuesta de sistemas de un grado de libertad (S1GL)


con comportamiento elastoplástico perfecto. El estudio contempló valores de T de 0.1 a 6
segundos; µ de 1 a 3; y ξ de 0.02 a 0.30. Se utilizaron 4500 acelerogramas sintéticos, agrupados
en tres grupos de 1500 acelerogramas con duración de fase intensa (td), definida acorde a
Trifunac y Brady (1975), de 10, 20 y 30 segundos, respectivamente. Estos acelerogramas fueron
generados filtrando ruidos blancos gaussianos con un filtro Kanai-Tajimi (Tajimi, 1960). El uso
de este filtro implica la definición de los parámetros Tg y ξg, que aunque no poseen un significado
físico preciso, están cercanamente relacionados con el periodo dominante del terreno y con el
contenido de frecuencias de la excitación, respectivamente (Lai, 1982; Tung, et al., 1992).

La tabla 1 muestra el valor asignado a los parámetros del filtro Kanai-Tajimi para la
generación de los acelerogramas sintéticos. Para cada combinación mostrada y para cada
duración se generaron 100 acelerogramas. Cabe aclarar que se eliminaron las frecuencias bajas de
las muestras por medio del filtro de Hodder (1983), y que dichas muestras se filtraron en el
dominio del tiempo de acuerdo a las indicaciones de Tung et al. (1992), de manera de
suministrarles una variación razonable en el tiempo de la intensidad sísmica. La figura 1 muestra
la media de los espectros elásticos de resistencia para tres de las familias de acelerogramas
sintéticos. Se grafica periodo (T) contra coeficiente sísmico (Cy), definido como la fuerza cortante
horizontal máxima que actúa en la base de un sistema sismorresistente normalizada por el peso

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Danny Arroyo y Amador Terán

reactivo de dicho sistema. La figura 1a, obtenida a partir de Tg de 0.4 seg. y ξg de 0.35,
corresponde a acelerogramas sintéticos que modelan movimientos de terreno generados en suelo
firme. Se observa un pico en un periodo de 0.4 seg, que corresponde al periodo dominante de la
excitación, y una amplificación máxima de la aceleración del terreno cercana a 2.5 para dicho
periodo. La figura 1c, obtenida a partir de Tg de 2.0 seg. y ξg de 0.05, corresponde a
acelerogramas sintéticos que modelan movimientos de terreno generados en la zona del lago del
D.F. Para la muestra de suelo blando, se observa una amplificación máxima cercana 5 para un
periodo dominante de 2.0 seg. Las características de los espectros mostrados en las figuras 1a y
1c comparan muy bien con aquellas observadas en espectros obtenidos a partir de excitaciones
sísmicas reales generadas en suelo firme y suelo blando, respectivamente (Arroyo 2001).

Tabla 1. Combinaciones de Tg y ξg consideradas


Tg ξg Tg ξg Tg ξg Tg ξg Tg ξg
0.4 0.20 0.7 0.20 1.0 0.20 1.5 0.05 2.0 0.05
0.4 0.35 0.7 0.35 1.0 0.35 1.5 0.20 2.0 0.20
0.4 0.50 0.7 0.50 1.0 0.50 1.5 0.35 2.0 0.35
Cy 0.6 Cy 0.5
a) Tg=0.4 b) Tg=1.0
0.5 0.4 ξ=0.20
ξ=0.35
g g

0.4
0.3
0.3
0.2
0.2
0.1
0.1

0 0
0 2 4 T(s) 6 0 2 4 T(s) 6

Cy 0.7

0.6 c) Tg=2.0
ξg=0.05
0.5
0.4

0.3
0.2

0.1
0
0 2 4 T(s) 6

Figura 1. Espectros elásticos promedio de resistencia para acelerogramas sintéticos, ξ = 0.05 y


td= 30 seg.

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Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

En la segunda etapa se consideró la respuesta de S1GL con comportamiento elastoplástico


perfecto, µ de 1 a 4 y ξ de 0.02 a 0.30. En la formulación de una expresión para estimar Rµξ para
excitaciones características de suelo firme, se consideró un rango de T de 0.1 a 4 segundos. Dado
que en el caso de suelos blando la dependencia de Rµξ con respecto a T puede expresarse de una
forma más conveniente al normalizar T por el periodo dominante de la excitación (Tg), en este
caso se consideró un rango de T/Tg de 0.1 a 3.2.

Para el caso de suelo firme, se utilizaron 152 acelerogramas registrados en diferentes sitios
de terreno firme a lo largo de la costa del pacífico mexicano y en la zona de lomas del D.F. Cabe
mencionar que los acelerogramas utilizados fueron filtrados, para eliminar las frecuencias bajas y
corregir problemas de línea base, con el programa Degtra 2000 (Ordaz y Montoya, 2000).
Detalles de este filtrado pueden encontrarse en Arroyo (2001). La muestra incluyó acelerogramas
con aceleraciones máximas entre 0.005g y 0.45g, y estuvo constituida por una gran cantidad de
movimientos menores del terreno, y un número limitado de movimientos de alta intensidad (mas
adelante se discutirá en detalle que el valor de Rµξ no se ve afectado considerablemente por la
intensidad o duración de la excitación sísmica, lo que implica que la muestra utilizada arroja
resultados confiables).

Para el caso de suelo blando, se utilizaron 152 acelerogramas registrados en diferentes


sitios ubicados en la zona de lago de D.F. Aunque inicialmente el Tg de estas excitaciones se
definió como el valor de T en que el espectro de velocidad para un ξ de 0.05 alcanza su valor
máximo, cabe mencionar que los resultados obtenidos con esta definición no fueron del todo
satisfactorios. Como consecuencia, Tg se redefinió como el valor de T en que el espectro de
energía de entrada para un ξ de 0.05 alcanza su máximo. Los acelerogramas utilizados fueron
filtrados para eliminar las frecuencias bajas y corregir problemas de línea base; proceso que se
llevó a cabo mediante el filtro de Hodder (1983). Los detalles de este filtrado y una serie de
problemas asociados al mismo puede encontrarse en Arroyo (2001). La muestra incluyó
acelerogramas con aceleraciones máximas entre 0.01g y 0.10g, y con Tg entre 0.8 y 4.7. Cabe
destacar que un gran número de acelerogramas en la muestra estaban caracterizados por Tg
cercanos a 2. Como en el caso de suelo firme, la muestra estuvo constituida por muchos
acelerogramas de baja intensidad, y un número limitado de movimientos con alta intensidad.

Arroyo(2001) presenta información de todos los acelerogramas reales utilizados en el


estudio que aquí se reporta, y discute de manera general sus características dinámicas, las cuales
se discuten brevemente aquí con ayuda de la figura 2. La figura 2 presenta, para ξ de 0.05, la
media de los espectros elásticos de resistencia normalizados por la aceleración máxima del
terreno, para las muestras de suelo firme y suelo blando. Para el caso de suelo firme, se observa
una amplificación máxima promedio cercana a 2.5 y periodo dominante cercano a 0.3 seg. Cabe
mencionar que este valor de Tg coincide con los valores de Tg reportados por Tung et al. (1992)
para excitaciones generadas en suelo firme. Para la muestra de suelo blando, se observa una
amplificación máxima promedio cercana 4.5 y, como era de esperarse, un espectro que se
maximiza para T/Tg de 1.0. Es interesante notar que el espectro promedio para suelo blando
incluye un segundo máximo en T/Tg cercano a 0.5, lo que indica que muchos acelerogramas en la
muestra exhibieron más de un pico en su espectro de resistencia.

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Danny Arroyo y Amador Terán

C ynorm C ynorm
3 5

2.5 4
2
3
1.5
2
1
0.5 1

0 0
0 1 2 3 T(s) 4 0 1 2 3 T/T g

a) Suelo firme b) Suelo blando


Figura 2. Espectros elásticos promedio de resistencia para acelerogramas reales, ξ=0.05

ESTUDIOS PREVIOS Y RESULTADOS OBTENIDOS EN LA PRIMERA ETAPA

Los resultados obtenidos en la primera etapa, así como una revisión bibliográfica de estudios
previos en el tema se utilizaron con dos objetivos: primero, para definir las características de las
excitaciones sísmicas y las características mecánicas de las estructuras sismorresistentes que
deberían utilizarse durante las regresiones planteadas durante la segunda etapa; y segundo, para
definir criterios de selección para los acelerogramas que pasaron a formar parte de las muestras
utilizadas en dichas regresiones. Cabe mencionar que aquí solo se presentan las conclusiones
derivadas de esta primer etapa, y se comparan con las conclusiones obtenidas por otros
investigadores. Una presentación detallada de los resultados obtenidos durante la primer etapa,
así como de los trabajos de dichos investigadores puede encontrarse en Arroyo (2001).

En primer lugar, el estudio de la respuesta de S1GL ante excitaciones sintéticas con


diferente contenido de frecuencias muestra una clara dependencia de los valores de Rµξ con el
contenido de frecuencias de la excitación, lo que a su vez implica una dependencia importante
con respecto al tipo de suelo donde se genera el movimiento sísmico del terreno. En particular, se
observó que para excitaciones características de suelo firme y ξ de 0.05, el valor Rµξ tiende a uno
para T pequeño. Para sistemas que desarrollan una ductilidad de µ durante la excitación sísmica,
se observó que el valor de Rµξ crece rápidamente conforme el valor de T se incrementa a partir de
cero, hasta que alcanza un máximo con valor ligeramente mayor que µ para T cercano a Tg, tras
lo cual exhibe una ligera reducción hasta alcanzar el valor de µ para T grande.

En el caso de suelo blando y ξ de 0.05, se observó que Rµξ también tiende a uno para T
pequeño. Para sistemas que desarrollan una ductilidad de µ, Rµξ crece conforme el valor de T se
incrementa a partir de cero, hasta alcanzar un valor significativamente mayor que µ para T
cercano a Tg, tras lo cual exhibe una importante reducción hasta alcanzar valores menores que µ
para T grande.

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Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

Dado que el uso de acelerogramas sintéticos arrojó tendencias para Rµξ muy similares a las
observadas por varios investigadores, entre ellos Nassar y Krawinkler (1991), Miranda (1993) y
Ordaz y Pérez (1998), se consideró que el uso de acelerogramas sintéticos es una herramienta
razonable para estudiar en detalle el efecto que en valor de Rµξ tienen algunas características,
tanto de la excitación sísmica como de la estructura, que no fueron consideradas en estudios
previos.

Después de comparar los resultados obtenidos a partir de acelerogramas sintéticos con


duración de fase intensa definida acorde a Trifunac y Brady (1975) de 10, 20 y 30 segundos, se
concluyó que dicha duración tiene poca influencia en Rµξ. Aunque el efecto de la duración no ha
sido considerado directamente por otros autores, cabe mencionar que la poca influencia de la
duración en el valor de Rµξ es consistente con lo planteado por Miranda (1993) y Nassar y
Krawinkler (1991), quienes han observado que el valor de Rµξ no se ve afectado de manera
importante por la intensidad de la excitación sísmica o por su distancia epicentral. A partir de esto
se tomaron dos decisiones: primero, excluir del análisis de regresión la duración de la excitación
sísmica; y segundo, plantear para la regresión muestras que tuvieran sismos reales con diferente
intensidad y registrados a muy diferentes distancias del epicentro del evento sísmico.

A partir de comparar los resultados obtenidos de acelerogramas sintéticos con diferente


contenido de frecuencia (recuerde que este contenido se define a partir de Tg y ξg), se concluyó
que este tiene una influencia importante en el valor de Rµξ. Para que el lector pueda poner en
contexto las afirmaciones que se hacen a continuación, debe considerar que, como lo sugiere la
tabla 1, un incremento en el periodo dominante de la excitación suele verse reflejado en una
reducción en la banda de frecuencias dominantes alrededor de este periodo (esto es, un
incremento de Tg suele verse acompañado con un decremento de ξg). Dentro de las tendencias
observadas destacan las siguientes: primero, un incremento en el periodo dominante de la
excitación sísmica se ve reflejado en un aumento significativo del valor máximo de Rµξ, el cuál se
da para T cercano a Tg; segundo, para valores pequeños de Tg (por ejemplo 0.4 segundos, valor
característico de suelos firmes), una reducción en el contenido de frecuencias no tiene influencia
importante en el valor de Rµξ (note en la tabla 1 que el valor de ξg osciló entre 0.20 y 0.50 para Tg
de 0.4 segundos); y tercero, conforme el valor de Tg se incrementa, la reducción en el contenido
de frecuencias tiene mayor influencia en el valor de Rµξ, hasta llegar a tener una influencia de
consideración para valores grandes de Tg (por ejemplo 2.0 segundos, valor característico de
suelos blandos, para el cual se observó, entre otras cosas, un incremento considerable en el valor
máximo de Rµξ cuando el valor de ξg pasa de 0.20 a 0.05). A partir de lo anterior se decidió
conformar dos muestras de acelerogramas, una correspondiente a suelo firme y la otra para suelo
blando, y llevar a cabo análisis de regresión para cada una de ellas. Además, y dado que la
muestra correspondiente a suelo blando incluyó acelerogramas con muy diferente Tg y por tanto
contenidos de frecuencia, se consideró importante hacer submuestras para suelo blando; con el
objetivo de estudiar lo robusto de dicha muestra.

Finalmente se estudió la interacción entre ξ y µ, y su influencia en los valores de Rµξ. Se


observó que aún para la mayor µ considerada en el estudio (con valor de 4), un incremento en el
valor de ξ se refleja en un incremento importante en el valor de Rµξ; mientras que aún para el

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Danny Arroyo y Amador Terán

mayor ξ considerado en el estudio (con valor de 0.30), un incremento en el valor de µ se refleja


en un incremento importante en el valor de Rµξ. Lo anterior implica que la combinación de
comportamiento plástico con disipación pasiva de energía representa una alternativa viable para
resistir las acciones sísmicas y, por tanto, que es importante plantear expresiones para estimar el
valor de Rµξ para estructuras con diferentes combinaciones de µ y ξ.

SEGUNDA ETAPA: REGRESIÓN

Una vez conformadas las muestras de acelerogramas reales, se procedió a hacer un análisis de
regresión para plantear expresiones que, en función de las variables identificadas como
importantes durante la primera etapa del estudio, sean capaces de estimar confiablemente el valor
de Rµξ.

Suelo firme

Después de algunas propuestas preliminares, se consideró estimar el valor de Rµξ para suelos
firmes a partir de una familia de curvas con la siguiente forma.

θ
  Tα  
R µξ = φ  α
 + 1
 (4)
  β + T  

La forma básica de la ecuación (4) esta definida por el término Tα/ (β + Tα), el cuál tiende a
cero conforme T se aproxima a cero, y tiende a uno conforme el valor de T se incrementa. El
valor máximo de Rµξ depende de φ y θ, mientras que el valor de θ define la velocidad de caída del
valor de Rµξ a partir de que alcanza ese máximo. Mediante un análisis de regresión basado en
mínimos cuadrados para reducir el error cuadrático máximo, se encontraron las siguientes
expresiones para α, β, φ y θ.

β = 0.16 (5)
α = 1.2 (6)
φ = µ (3.4ξ + 1.4) − 1.2ξ −0.1 (7)

0.93 −
(µ − 4 )
θ= 67
1 (8)

T

En la figura 3 se comparan, para ξ de 0.05, 0.10, 0.20 y 0.30, y µ de 1, 1.5, 2, 3 y 4, los


factores de reducción promedio reales (líneas continuas) para la muestra de suelo firme con los
valores estimados con la ecuación (4) (líneas discontinuas). Puede observarse una excelente
coincidencia entre los valores arrojados por las expresiones propuestas y los valores reales de Rµξ.

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Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

Es importante mencionar que la aplicación de la ecuación (4) puede ser incómoda para
algunos ingenieros de la práctica, particularmente en cuanto a la estimación del exponente θ se
refiere. Para proponer expresiones prácticas para estimar Rµξ, debe considerarse un balance entre
la precisión requerida durante el diseño sísmico y lo complejo de la expresión matemática
propuesta. Para ilustrar este punto, considere una simplificación de la ecuación (4) conforme lo
siguiente:

 Tα 
R µξ = φ   +1
(9)
 β +Tα 
 
en la cual:
β = 0.002 (10)
α = 1 .2 (11)
φ = µ (2.2ξ + 1) − 0.75ξ −0.1 (12)

R µξ 8 R µξ 8
ξ =0.05 ξ =0.10
7 7
6 6 µ=4
5 µ=4 5
4 4
3 3
2 2
1 µ=1 1 µ=1
0 0
0 1 2 3 T (s) 4 0 1 2 3 T (s) 4

R µξ 8 R µξ 8
ξ =0.20 µ=4 ξ =0.30
7 7
µ=4
6 6
5 5
4 4
3 3
2 2
µ=1
1 µ=1 1
0 0
0 1 2 3 T (s) 4 0 1 2 3 T (s) 4

Figura 3. Comparación de factor de reducción estimado (ecuación 4) y real para suelo firme

En la figura 4 se comparan los valores de Rµξ obtenidos con la ecuación (9) (líneas
discontinuas) con los factores de reducción promedio reales (líneas continuas). Puede observarse
que la simplificación de la ecuación (4) para obtener la ecuación (9) resulta en que la predicción
del valor de Rµξ se aleje un poco del valor real, particularmente para la combinación de ξ alto y µ

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Danny Arroyo y Amador Terán

baja. Sin embargo, puede considerarse que, dentro de un contexto práctico y para el rango de T
considerado en este estudio, la ecuación (9) conduce a valores razonables de Rµξ.
R µξ 8 R µξ 8
ξ =0.05 ξ =0.10
7 7
6 6 µ=4
µ=4 5
5
4 4
3 3
2 2
1 1 µ=1
0 µ=1 0
0 1 2 3 T (s) 4 0 1 2 3 T (s) 4

R µξ 8 R µξ 8
ξ =0.20 µ=4 ξ =0.30
7 7
µ=4
6 6
5 5
4 4
3 3
2 2
1 µ=1 1
µ=1
0 0
0 1 2 3 T (s) 4 0 1 2 3 T (s) 4

Figura 4. Comparación de factor de reducción estimado (ecuación 9) y real para suelo firme

Suelo blando

Después de algunas propuestas preliminares, se consideró estimar el valor de Rµξ para suelos
blandos a partir de una familia de curvas con la siguiente forma.

θ
T 
 
T 
=   ϕ +1
g
Rµξ (13)
T
b+ −1
Tg

La forma básica de la ecuación (13), (T/Tg)/(b+|T/Tg-1|), se planteó de manera que fuera


muy similar a la forma básica planteada para suelo firme. La forma básica para suelo blando
tiende a cero conforme el valor de T tiende a cero, y adquiere valores considerablemente mayores
a los estimados por la forma básica para suelo firme para valores de T cercanos a Tg. El valor
máximo de Rµξ para suelos blandos depende de los valores de b, ϕ y θ; mientras que el valor de θ
define la velocidad de caída de Rµξ a partir de ese máximo. Mediante un análisis de regresión

83
Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

basado en mínimos cuadrados para reducir el error cuadrático máximo, se encontraron las
siguientes expresiones para b, ϕ y θ.

b = 0.175 (14)
ϕ = 0.92µξ 0.17 + ξ − 0.6 (15)
µ4
θ= (16)
2 .5 + µ 4

En la figura 5 se comparan, para ξ de 0.05, 0.10, 0.20 y 0.30, y µ de 1, 1.5, 2, 3 y 4, los


factores de reducción promedio reales (líneas continuas) para la muestra de suelo blando con los
valores estimados con la ecuación (13) (líneas discontinuas). Puede observarse una buena
coincidencia entre estos valores. Cabe mencionar que los valores reales de Rµξ correspondientes
al primer pico identificado en el espectro elástico de resistencia (ver figura 2b) son mayores que
los obtenidos con la ecuación (13); sin embargo, corregir esta deficiencia resultaría en una
expresión mucho mas compleja que la propuesta. Una vez más se enfatiza, ahora para suelo
blando, la necesidad de equilibrar la precisión requerida durante el diseño sísmico con la
complejidad de la expresión propuesta para estimar Rµξ.

R µξ 20 R µξ 20
ξ =0.05 ξ =0.10
15 15
µ=4
10 10
µ=4

5 5

µ=1 µ=1
0 0
0 1 2 3 T/T g 0 1 2 3T/T g

R µξ 20 R µξ 20
ξ =0.20 ξ =0.30
15 15
µ=4

10 10
µ=4
5 5

µ=1 µ=1
0 0
0 1 2 3 T/T g 0 1 2 3 T/T g

Figura 5. Comparación de factor de reducción estimado y real para suelo blando

84
Danny Arroyo y Amador Terán

OBSERVACIONES

Condiciones de frontera

Las ecuaciones (4) y (13) permiten estimar Rµξ para sistemas ubicados en sitios de suelos firme y
blando, respectivamente, en función de su periodo, su capacidad máxima de deformación plástica
y su capacidad de disipación de energía viscosa. Para el caso de suelo blando, también se
considera el periodo predominante de la excitación.

Las ecuaciones (4) y (13) deben satisfacer algunas condiciones de frontera que pueden
establecerse a partir de algunos fundamentos de la dinámica estructural. En primer lugar, el valor
de Rµξ debe tender a uno, independientemente de los valores de µ y ξ y del tipo de suelo,
conforme el valor de T tiende a cero. Esto se debe a que la aceleración máxima que experimenta
un sistema infinitamente rígido durante una excitación sísmica es igual a la aceleración máxima
del terreno. Las ecuaciones propuestas cumplen satisfactoriamente con esta condición. En
segundo lugar, el valor de Rµξ debe tender a µ, independientemente de los valores de µ y ξ y del
tipo de suelo, conforme el valor de T tiende a infinito. Esto se debe a que el desplazamiento
relativo máximo para un sistema muy flexible es prácticamente igual al desplazamiento máximo
del terreno. Note que las ecuaciones propuestas no cumplen con esta condición, ya que han sido
planteadas para rangos de T cuyo límite superior esta muy lejano de los valores de T para los
cuales se cumple la segunda condición.

Ahondando un poco en lo que se refiere a la segunda condición mencionada en el párrafo


anterior, cabe mencionar que se observó que el valor de T para el cual el desplazamiento relativo
de la estructura (ya sea elástico o inelástico) es igual al desplazamiento máximo del terreno
depende, de manera importante, de dos factores: el filtrado del acelerograma y la resistencia del
sistema sismorresistente. Al respecto, se encontró que por lo general, este valor de T disminuye
conforme se filtre un mayor rango de frecuencias bajas, y conforme la resistencia de los sistemas
disminuye con respecto a su resistencia elástica mínima. En particular, se encontró que en el caso
de suelo firme, la segunda condición se cumple con rigurosidad a partir de un T entre 15 y 20
segundos, mientras que para suelo blando, dicha condición se satisface para T/Tg entre 8 y 12.
Note que ambos límites están muy por arriba de los valores de T considerados en las regresiones.

Una tercera condición que deben cumplir las ecuaciones propuestas, esta última derivada de
la definición presentada en la ecuación (3), es que Rµξ para µ de1 y ξ de 0.05 debe ser igual a uno
para todo T. Para estas condiciones, las expresiones propuestas dan lugar a valores entre 0.96 y
1.00 para suelo firme y entre 1.00 y 1.02 para suelo blando, valores que para fines prácticos
pueden considerarse aceptables.

Comparación con otras propuestas

Hasta el momento, varios investigadores han planteado expresiones para estimar los factores de
reducción asociados a las estructuras sismorresistentes (Nassar y Krawinkler, 1991; Miranda,

85
Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

1993; Ordaz y Pérez, 1998). Normalmente estos estudios se han concentrado en sistemas de un
grado de libertad (S1GL), con comportamiento elastoplástico y ξ de 0.05, sujetos a excitaciones
sísmicas características de suelo firme. Dentro de los estudios hechos para excitaciones sísmicas
características de suelo blando destacan los de Miranda (1993) y los de Ordaz y Pérez (1998);
estos últimos investigadores han estudiado el efecto del valor de ξ en el valor del factor de
reducción. En cuanto a reglamentos de diseño, el FEMA 273 (1999) establece criterios para
estimar espectros elásticos de resistencia para sistemas con valores de amortiguamiento
equivalente diferente a 0.05.

Las figuras 6 y 7 comparan, para ξ de 0.05, los resultados obtenidos con las ecuaciones (4)
y (13), respectivamente, con aquellos obtenidos con las ecuaciones propuestas por los
investigadores mencionados anteriormente. Cabe mencionar que algunas de las diferencias
identificadas pueden deberse a que las diferentes expresiones han sido obtenidas a partir de
diferentes muestras de acelerogramas.
Rµξ 2 Rµξ 6
µ=1.5 µ=4
5
4

1 3
2
1
0 0
0 1 2 3 T(s) 4 0 1 2 3 T(s) 4

Figura 6. Propuestas para estimar Rµξ en suelo firme, ξ de 5%


Rµξ 3 Rµξ 12
µ=1.5 µ=4
2.5 10
2 8
1.5 6
1 4
0.5 2
0 0
0 1 2 3 T/T g 0 1 2 3 T/T g

Figura 7. Propuestas para estimar Rµξ en suelo blando, ξ de 5%

La figura 6 muestra que todas las expresiones consideradas para suelo firme arrojan
resultados muy similares para ξ de 0.05. Para el caso de suelo blando y ξ de 0.05, se observa que
la ecuación (13) tiende a subestimar ligeramente el valor de Rµξ para µ pequeña combinada con T

86
Danny Arroyo y Amador Terán

grande; que la expresión propuesta por Ordaz y Pérez (1998) tiende a subestimar ligeramente Rµξ
para T cercano a Tg y a sobreestimarlo para T grande, sobreestimación particularmente importante
para µ grande; y que la expresión propuesta por Miranda (1993) conduce a una subestimación
importante de Rµξ para T cercano a Tg. Se aclara que aunque Miranda (1993) ajustó su expresión
para suelo blando de manera que tomará en cuenta la incertidumbre en la estimación de T y Tg, su
expresión no parece reflejar adecuadamente la magnitud del pico encontrado en este estudio para
suelos blandos.

Rµ 5
ξ=0.10
4

0
0 1 2 3 T(s) 4

Figura 8. Propuestas para estimar Rµξ en suelo firme, ξ de 10%

Rµ 8
7 ξ=0.10
6
5
4
3
2
1
0
0 1 2 3 T/Tg

Figura 9. Propuestas para estimar Rµξ en suelo blando, ξ de 10%

Las figuras 8 y 9 comparan, para suelo firme y suelo blando, respectivamente, los valores
de Rµξ obtenidos para ξ de 0.10 a partir de la expresión propuesta por Ordaz y Pérez (1998) y de
las ecuaciones (4) y (13). Puede concluirse que las ecuaciones (4) y (13) arrojan resultados mas
cercanos a los valores reales de Rµξ, tanto para suelo firme como para suelo blando. Cabe aclarar
que las ecuaciones (4) y (13) se han planteado para estimar, a partir del espectro elástico de
resistencia para un ξ de 5%, las fuerzas sísmicas de diseño para sistemas con diferentes

87
Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

combinaciones de µ y ξ; mientras que la propuesta de Ordaz y Pérez (1998) requiere estimar los
espectros elásticos de resistencia y desplazamiento para el valor de ξ para el cual se desea estimar
las fuerzas sísmicas de diseño.

Consideraciones especiales para suelo blando

Resulta interesante mencionar que los valores de Rµξ para suelo blando muestran variaciones
importantes en función del valor de Tg y el contenido de frecuencias de los acelerogramas. Para
ilustrar esto, la figura 10 compara el Rµξ promedio para acelerogramas con Tg de 2 segundos y
con Tg de 4 segundos. En dicha figura se consideró un ξ de 0.05 y µ de 1.5, 2, 3 y 4. Se aclara que
la muestra utilizada para obtener la ecuación (13) incluyó acelerogramas registrados en diferentes
sitios ubicados en la zona de terreno blando del D.F., y que incluyó una mayoría de
acelerogramas con Tg cercano a 2 segundos (Arroyo, 2001). Se observa que aunque los valores
máximos de Rµξ son muy similares para ambos Tg (ligeramente mayores para Tg de 4 segundos),
la velocidad de caída del valor de Rµξ para T/Tg mayor que uno es mayor para Tg de 4 segundos.
Lo anterior refleja que los sitios con Tg de 4 segundos poseen un menor contenido de frecuencias
alrededor de Tg que aquellos con Tg de 2 segundos.

Rµξ 12 Rµξ 12
Tg=2 s Tg=4 s
10 µ=4 10 µ=4

8 8

6 6

4 4
µ=1.5 µ=1.5
2 2

0 0
0 1 2 3 T/Tg 0 1 2 3 T/Tg

Figura 10. Rµξ para sitios de suelo blando con diferente Tg, ξ de 0.05

Las diferencias ilustradas en la figura 10 implican que es necesario tener mucho cuidado
para conformar muestras de acelerogramas de suelo blando para llevar a cabo un análisis de
regresión. En particular, el uso de los valores de Rµξ mostrados en la figura 10a para estimar los
valores de Rµξ para excitaciones con Tg de 4 segundos, llevaría a sobreestimar el valor de Rµξ para
T/Tg ligeramente mayor que uno. Una solución a este problema implica analizar cuidadosamente
el balance entre la precisión requerida durante el diseño sísmico, el manejo de la incertidumbre
involucrada, y la complejidad de la expresión propuesta para estimar Rµξ. En todo caso y de
considerarse necesario, sería posible hacer una consideración explícita de los valores de Tg y ξg
en los análisis de regresión.

88
Danny Arroyo y Amador Terán

A diferencia del caso de suelo firme, donde el valor de Rµξ es insensible al valor de T en un
amplio rango de valores de T, en suelo blando existe una variación muy importante de Rµξ con el
valor de T, particularmente cuando este esta cercano al valor de Tg. En este rango de valores, una
pequeña variación de T se ve reflejado en un cambio considerable de Rµξ, lo que refleja la
importancia de considerar para este caso la incertidumbre involucrada en la determinación de los
valores de T y Tg. Miranda (1993) comenta un criterio simple para contemplar dicha
incertidumbre en las expresiones para estimar Rµξ. Con base en la confiabilidad implícita en los
códigos de diseño sísmico y a la magnitud de la incertidumbre involucrada, será necesario
modificar las ecuaciones (4) y (13), o en su caso cualquier otra expresión, para su uso práctico.

Aspectos relevantes para el uso y diseño sísmico de sistemas disipadores de energía

El buen desempeño sísmico observado en estructuras con dispositivos disipadores de energía


durante eventos sísmicos recientes, plantea la necesidad de estudiar su posible uso en la
República Mexicana. En particular, los estudios hechos hasta la fecha sugieren que estos
dispositivos podrían ser una alternativa muy eficiente para resistir los efectos sísmicos en algunos
edificios construidos en la zona del lago de Ciudad de México (sobre todo para aquellos con
periodo muy cercano al periodo predominante del terreno). Una de las bases para el uso racional
de estos sistemas es la definición de factores de reducción que permitan estimar sus fuerzas
sísmicas de diseño a partir de un espectro elástico de resistencia de diseño.

Un aspecto relevante durante el diseño sísmico de un sistema estructural integrado por este
tipo de dispositivos, es una caracterización adecuada de su capacidad de disipación de energía.
En particular, dentro del contexto planteado en este artículo, es posible hacer dicha
caracterización a través de un valor de ξ. La formalización de este enfoque se da a través del
concepto de amortiguamiento viscoso equivalente (ξEQ), discutido en detalle por Chopra (2001).
Considere la energía disipada en un ciclo de vibración de un dispositivo disipador de energía
(información usualmente obtenida experimentalmente), y aquella disipada por un sistema viscoso
equivalente durante un ciclo de vibración igual. El valor de ξEQ se define como aquel valor de ξ
que debe asignarse al sistema viscoso equivalente para que ambas energías sean iguales. El
concepto de amortiguamiento viscoso equivalente puede extenderse para modelar el
amortiguamiento o capacidad de disipación de energía en sistemas de varios grados de libertad,
con la particularidad de que es necesario determinar valores de ξEQ para cada modo de vibración.
La extensión del concepto de amortiguamiento equivalente para el diseño sísmico de estructuras
con disipadores de energía, ha dado lugar a varios requerimientos formales de diseño sísmico,
dentro de los cuales destacan los resumidos en el capítulo 9 de las NEHRP Guidelines for the
Seismic Rehabilitation of Buildings (FEMA 273, 1999).

A pesar de que algunos investigadores sugieren que el concepto de amortiguamiento


viscoso es aplicable a cualquier tipo de estructura, en algunos casos su aplicación puede llevar a
idealizaciones poco confiables. En particular, en muchos casos de interés práctico, la respuesta de
una estructura no solo queda definida por su capacidad de disipación de energía, sino por algunas
de las particularidades asociadas a su comportamiento histerético.

89
Factores de reducción de fuerzas sísmicas para el diseño de estructuras con sistemas pasivos de disipación de energía

Las simplificaciones en las que se incurre cuando se usa el concepto de amortiguamiento


viscoso equivalente, aunado a las grandes incertidumbres involucradas en el diseño sísmico
(determinación y modelado de las características mecánicas y dinámicas de la estructura,
incluyendo ξEQ; la caracterización de la excitación sísmica de diseño y su espectro elástico de
resistencia para ξ de 5%; la estimación de los factores de reducción; etc.), llevan a la necesidad
de discutir la aplicabilidad de las expresiones planteadas en este artículo para estimar Rµξ. En
particular, estas expresiones pueden utilizarse durante la concepción y el diseño preliminar de la
estructura. Una vez planteado el diseño preliminar, será necesario verificar el desempeño sísmico
de la estructura, mediante la simulación numérica detallada de su respuesta dinámica. Esto
requiere del análisis estructural de modelos detallados (no lineales de ser necesario) de la
estructura, que sean capaces de caracterizar adecuadamente el comportamiento histerético de los
disipadores de energía y de los demás elementos estructurales.

Conforme a lo discutido arriba, el diseño sísmico de dispositivos y sistemas disipadores de


energía requiere de consideraciones diferentes a las que normalmente se plantean para el diseño
de sistemas estructurales tradicionales. En particular, el desempeño sísmico de algunos de estos
sistemas innovadores depende de manera importante de parámetros de respuesta tal como las
demandas máximas de desplazamiento y velocidad. Dado lo anterior, la incorporación racional de
este tipo de dispositivos y sistemas a la práctica común del diseño sísmico en la Ciudad de
México solo será posible si se invierten esfuerzos importantes de investigación que conduzcan a
cambios sustanciales en las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismo.

Las expresiones propuestas en este trabajo no pueden ser incorporadas actualmente a las
Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismo del Reglamento de Construcciones
para el D.F. En particular, la forma de los espectros elásticos de resistencia de diseño dentro de
estas normas está muy alejada de la forma que exhiben los espectros correspondientes a
acelerogramas registrados en diferentes sitios en el D.F.; de tal manera que el uso de las
expresiones aquí propuestas en conjunto con los actuales espectros elásticos de diseño llevaría en
muchos casos a resultados no conservadores. Para la incorporación racional de expresiones como
las aquí propuestas a la normatividad actual, es necesario impulsar un cambio de enfoque en la
misma, a partir del cual se promueva la transparencia durante el proceso de diseño sísmico. En
este sentido, los autores consideran que los conceptos que han dado lugar al Apéndice A en la
última propuesta de actualización para las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por
Sismo (Ordaz et al. 2000), sientan las bases para un diseño sísmico confiable y transparente, y
hacen posible el uso racional de las expresiones aquí propuestas para el diseño sísmico.

CONCLUSIONES

Aunque a la fecha se han hecho planteamientos importantes para estimar el factor de reducción
para diferentes tipos de estructuras, todavía es necesario articular los resultados obtenidos y
ampliar su alcance. Al respecto, es necesario enfatizar que no se ha estudiado lo suficiente,
particularmente para suelos blandos, la posibilidad de plantear sistemas que con base en una
combinación de comportamiento plástico y una capacidad importante de disipación de energía
viscosa puedan resistir excitaciones sísmicas intensas.

90
Danny Arroyo y Amador Terán

El valor del factor de reducción depende de una manera importante del contenido de
frecuencias de la excitación sísmica, y del periodo, capacidad máxima de deformación plástica y
capacidad de disipación de energía viscosa de la estructura. En este artículo se han propuesto
expresiones para estimar, en función de dichos parámetros, el valor del factor de reducción para
las zonas de terreno firme y terreno blando del Distrito Federal. Aunque las expresiones
propuestas pueden resultar demasiado complejas para algunos ingenieros de la práctica e
investigadores, es posible contemplar su simplificación para permitir su uso en la práctica
profesional. Dicha simplificación debe plantearse en función de la confiabilidad requerida para el
diseño, la incertidumbre involucrada, y lo que se considere en el medio profesional como una
complejidad numérica aceptable para un diseño sísmico práctico.

Un aspecto importante en la aplicación de las expresiones propuestas para estimar el factor


de reducción, consiste en caracterizar la capacidad de disipación de energía del los dispositivos
disipadores de energía mediante un porcentaje de amortiguamiento viscoso crítico. En muchos
casos, se obtienen resultados razonables con fines de diseño mediante la aplicación del concepto
de amortiguamiento viscoso equivalente, el cual ha sido incorporado en varios requerimientos
formales de diseño sísmico (por ejemplo, el FEMA 273).

Las expresiones propuestas para estimar el factor de reducción no pueden aplicarse para
estimar las fuerzas sísmicas de diseño a partir del espectro elástico de diseño planteado en el
cuerpo de las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismo del Reglamento de
Construcciones para el D.F. El uso de estas expresiones requiere de una representación más
realista de los espectros de resistencia correspondientes a los diferentes sitios y zonas del D.F.
Además de lo anterior, se requieren de otros cambios importantes a estas normas, dentro de los
cuales destacan una mayor transparencia durante el diseño, y el planteamiento de una revisión
detallada del diseño preliminar de la estructura.

AGRADECIMIENTOS

Los autores deseamos agradecer el apoyo recibido por parte de la Universidad Autónoma
Metropolitana, y el patrocinio recibido por parte de la Secretaría General de Obras del Gobierno
del Distrito Federal bajo el Convenio 2115/31897.

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