Quien Es Filã Sofx
Quien Es Filã Sofx
Quien Es Filã Sofx
“De hecho, el valor de la Filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real
incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de
los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su
país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento
deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio;
los objetos habituales no le suscitan problema alguno y las posibilidades no familiares son
desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar hallamos, por
el contrario, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales solo
podemos dar respuestas muy incompletas. La Filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza
cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades
que amplían nuestro pensamiento y nos libran de la tiranía de la costumbre. Así el disminuir
nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son aumenta en alto grado nuestro
conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han
introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la
admiración presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar”
Bertrand Russel
“El filósofo no busca saber (…) en función de las necesidades vitales más inmediatas, para
defenderse de la agresión del contorno natural o humano y tener éxito en la acción. Es
necesario, sin duda, saber para poder subsistir (…). Pero el filósofo busca el saber por sí mismo,
sin el aceite de ninguna finalidad ulterior, extraño al mismo saber. No lo busca por la
resonancia que pueda producir en el sujeto que lo posea. El encanto, la fascinación, el goce
podrán venir por añadidura. Pero no llegan, no son una razón para desistir de la búsqueda. En
actitud teórica, el filósofo quiere (…) aprehender la verdad (…) sea grata o penosa, le depare
dolor o placer. (…) Su saber aspira a superar el esto, el aquí y el ahora, a trascender los límites
de la experiencia, aunque sus primeros pasos se apoyen en ele precario suelo [de la
experiencia]. El filósofo quiere un saber de la totalidad (…), quiere que su saber tenga unidad
(…), en una palabra, quiere un saber de los fundamentos (…). [Pero a la vez, ese saber] no es
un bien ajeno a la propia vida del filósofo, ni se reduce a una posesión intelectual indiferente
para el que lo detenta. La comprensión de una verdad filosófica me transforma interiormente,
despierta en mí posibilidades de realización moral que antes permanecían ocultas e
inoperantes. Configura desde adentro mi propia personalidad y se traduce en mi
comportamiento exterior (…). La teoría termina por traducirse en práctica, (…), el saber, en
camino de vida”
Eugenio Pucciarelli
“Creo que todos nacemos filósofos y que solo algunos singuen siéndolo. No tengo hijos (…)
pero siempre observé que los chicos tienen preguntas eminentemente filosóficas y metafísicas
que hacen pensar en aquella de Heidegger: “¿Por qué el Ser y no más bien la nada?” Son
capaces de preguntar cosas extravagantes a los padres, que no suelen tener la cultura ni el
reflejo de decir: “Hay bibliotecas; allí está el saber que permitirá responder a tus preguntas”. Y
los chicos renuncian cuando crecen. El filósofo es el que no renuncia, el que siempre se plantea
preguntas, como cuando era chico y preguntaba: “¿Por qué llueve? ¿Por qué morimos? ¿Por
qué las cosas son así y no de otro modo? ¿Cómo funciona esto?” Yo descubrí en mí esa
naturaleza [y] el cuestionamiento filosófico fue una verdadera revelación (…)”
Michel Onfray
Hay que destruir el prejuicio muy difundido de que la filosofía es algo muy difícil por
el hecho de que es la actividad intelectual propia de una determinada categoría de científicos
especialistas o de filósofos profesionales y sistemáticos. Por lo tanto, hay que demostrar
preliminarmente que todos los hombres son “filósofos”, definiendo los límites y características
de esta “filosofía espontánea”, propia de “todo el mundo”, esto es de la filosofía que está
contenida: 1) en el lenguaje mismo, que es un conjunto de nociones y de conceptos
determinados y no solamente de palabras gramaticalmente vacías de contenido; 2) en el
sentido común y buen sentido; 3) en la religión popular y por lo tanto en el sistema de
creencias, supersticiones, opiniones, modos de ver y actuar que se revelan en aquello que
generalmente se llama “folklore”.
Habiendo demostrado que todos son filósofos, aunque sea a su manera,
inconscientemente, porque incluso en la mínima, manifestación de cualquier actividad
intelectual, el “lenguaje”, se halla contenida una determina concepción de mundo, se pasa al
segundo momento, al momento de la crítica y la conciencia, o sea, a la siguiente cuestión: ¿es
preferible “pensar” sin tener conciencia crítica, en forma disgregada y ocasional, o sea,
participar en una concepción de mundo “impuesta” mecánicamente por el ambiente externo, o
es preferible elaborar la propia concepción de mundo consciente y críticamente y por lo tanto,
ser guía de sí mismo y no ya aceptar pasivamente desde el exterior el sello de la propia
personalidad? (…)
Así pues, hay que explicar cómo sucede que en todo tiempo coexistan muchos sistemas
y corrientes de filosofía, cómo nacen, cómo se difunden, por qué en la difusión siguen ciertas
líneas de fractura y ciertas direcciones, etcétera. (…)
Antonio Gramsci
Extraído del Cuaderno de la cárcel N°11, 1932-1933