El Lado Más Oscuro de La Modernidad Occidental
El Lado Más Oscuro de La Modernidad Occidental
El Lado Más Oscuro de La Modernidad Occidental
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autor actualiza el presente histórico de Latinoamérica, al que escruta e
interroga con el propósito de conjugar lo nacional y lo global, dos escalas
imprescindibles a la hora de fomentar el pensamiento crítico. Lo que antes
era un preludio del tiempo histórico, en esta edición en castellano, trece
años después, son hechos consumados. No se trata de una profecía por
parte de Walter Mignolo sino de constatar la eficacia de la lógica analítica
que subyace a los fundamentos de la teoría de la colonialidad del poder y
del saber, la cual toma como punto de partida las ideas decoloniales del
intelectual y activista peruano Aníbal Quijano a partir del inicio de los años
90 del siglo pasado. En otro de sus libros publicado en 1995, también en
inglés, El lado más oscuro del Renacimiento: Alfabetización. Territorialidad y
Colonización apelaba ya a la imagen de una oscuridad superlativa, cuya
experiencia corresponde a América y no a Europa porque el planteo se
centra en el patrón colonial del poder -y patrón en varios sentidos- como
ese otro lado del tapiz de la modernidad occidental. Para decirlo con
Buñuel, se trata de ese obscuro objeto del poder colonial amasado de
racismo, exterminio, explotación y de los distintos dispositivos de
dominación que se expanden y capilarizan de tal modo que las prácticas
coloniales no han cesado y continúan hasta hoy, aun cuando la situación
política del colonialismo ya no exista.
En su paso por Buenos Aires, Walter Mignolo hace del “giro decolonial” de
sus investigaciones un relato oral, apasionado, cuya matriz es la
conversación y explica “que se trata del lugar de enunciación donde somos
y pensamos, como traducción del “I am where I think”. Sin dudas, Mignolo
es un causer: imbuido de la tradición literaria argentina, su estilo diáfano del
decir y del escribir rehúye los lenguajes crípticos como una forma de
desprenderse de la colonialidad del saber, de democratizar la charla. Crítico
de la literatura latinoamericana y cultor de la filosofía analítica, reconoce
como caja de herramientas la semiología: recuerda, de los años parisinos, al
maestro Roland Barthes, director de su tesis doctoral. Habla con nostalgia
de los tres Barthes que conoció: el Barthes profesor de l’Ecole, el de las
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reuniones en el Café Bonapart y el más íntimo, el de su casa de Saint-
Sulpice.
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-La idea de Modernidad es un invento en la constitución misma de
Occidente, de Europa y del Eurocentrismo. Sin duda, las vanguardias
comenzaron a intuir que algo no andaba bien. El juego verbo-semántico de
Vallejo es justo, y más hoy: Occidente está Oxidado, allá y acá, en Argentina,
en Perú, en Ecuador. Quién capturó este sentimiento fue el santiagueño
Bernardo Canal Feijóo en su libro Los confines de occidente, en 1954. Eso es
América del Sur y Latina, confines de occidente: occidente en el Tercer
Mundo no en el Primero.
-La colonialidad del poder opera sobre todas las áreas de la experiencia. El
instrumento es el patrón colonial de poder: control del conocimiento y de la
comprensión; control de la gobernabilidad; control de la economía; de las
relaciones subjetivas e intersubjetivas mediadas por un concepto universal
de Humanidad que justifica la deshumanización. Toda destitución
(deshumanización, por ejemplo) instala la herida colonial. Las tareas
decoloniales en este rubro consisten en la sanación de las heridas
coloniales, lo cual implica la reconstitución de lo destituido. “Recursos
naturales” y “recursos humanos” son dos expresiones de la retórica de la
modernidad para justificar y ocultar la explotación, la opresión y la
deshumanización utilizando expresiones que suenan a positividad. Es un
buen ejemplo de cómo la retórica de la modernidad oculta y disfraza la
lógica de la colonialidad.
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alimentar la Revolución Industrial. Al parecer Adam Smith habló de “capital
natural” para referirse a lo mismo. “Recursos humanos”, por su parte, fue
introducida al comienzo del siglo XX para ¨dignificar¨ la explotación del
trabajo. ¿Recursos para qué y para quienes? Una expresión equivalente de la
segunda en los años 90 fue “capital humano”, que modificó la expresión
¨capital natural¨ en Adam Smith.
-En las Américas todas, incluidos Estados Unidos y Canadá y el Caribe, hay
tres grupos internamente diversos y diversos entre ellos, que a partir de
1500 le dieron forma demográfica. Primero los Pueblos Originarios, desde
los Mapuches en Chile a las Primeras Naciones de Canadá, que habitaron
estas tierras desde tiempo largo. Algunas fechas de algunos grupos como
Caral en Perú o los Olmecas en lo que es hoy México, datan al menos 5000
años AC. Segundo grupo, diverso, los españoles y portugueses que llegaron
sin invitación, sin pasaporte, se instalaron, desplazaron los saberes de los
Pueblos Originarios y sus instituciones e impusieron los suyos. Conventos,
universidades, escuelas, iglesias e impusieron el castellano y el portugués.
Este segundo grupo se encargó de traer forzadamente, el tercer grupo
diverso extraído por captura y transporte a millones de seres humanos
africanos y africanas a estas tierras. Son mayoría en el Caribe insular, son
numerosos en Brasil, en Colombia, en Ecuador. Han legado cuatro prácticas
que son ejemplos de la reconstitución que ellas y ellos hicieron de lo que la
modernidad occidental los privó cuando les arrancó de sus civilizaciones
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africanas: el Candomblé en Brasil, el Vudú en el Caribe Francés, la santería
en el Caribe español y el rastafarianismo en el Caribe inglés. Bob Marley es
un filósofo que no paró de reconstituir tanto el legado de sus antepasados
africanos como el de sus legados isleños deshumanizados por el
imperialismo inglés.
Sí, claro, en tu libro aparece un rol más activo de la figura del autor:
hay alusiones a tus objetos de estudio, a proyectos, a la tarea del
intelectual, hay menciones a acontecimientos gravitantes del presente
como Rusia-Ucrania, Israel-Palestina o la situación de Africa ¿Responde
a un cambio de rol en cuanto intelectual e investigador académico,
como si bregaras por una suerte de activismo o de intervención sobre
la realidad? ¿Se trata de una salida de la academia para seguir el
diálogo por otra vía?
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disciplinas sino los conflictos del presente, nuestra inserción en ellos,
como nos afectan sensorialmente, que nos enoja, que nos entusiasma, que
nos empodera, cuáles son los factores sociales que intentan descalificarnos,
deshumanizarnos, convertirnos en “capital humano”. Se trata de no dejar
que las regulaciones disciplinarias sometan la necesidad y los esplendores
del pensar. Ni menos aún los medios sociales y la comunicación digital.
Todo apunta hoy a manejarnos con lugares comunes e insultos.
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de-la-modernidad-occiden