Manual CNV Final
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Manual CNV Final
no violenta
CHACALES Y JIRAFAS
Rosenberg eligió a estos dos animales (tanto por su fisonomía
como por algunos aspectos de su conducta) como ejemplo de
dos formas distintas de comunicarnos. El chacal representa la
forma de pensar y de expresarse basada en juicios moralistas,
mientras que la jirafa representa la empatía y la toma de
conciencia de las necesidades propias y ajenas.
En lenguaje chacal está lleno de calificativos. Cuando alguien
hace algo que no le gusta, lo etiqueta como “malvado” o
“estúpido”. También juzga duramente su propio
comportamiento. Expresiones como “soy tonto “debería haber
hecho...” son habituales, por lo que su autoestima es muy baja. Los chacales no
intentan entender los sentimientos ni las necesidades de los demás y tratan de
cambiar su comportamiento utilizando castigos, recompensas y palabras
aleccionadoras, ya que la forma de relacionarse del chacal es asimétrica, o intenta
ponerse por encima, o se somete - victimiza.
Cuando conseguimos que alguien haga lo que queremos por miedo, culpa o
vergüenza, es probable que le quede un resentimiento que en el futuro puede jugar
en nuestra contra. Otro aspecto del lenguaje chacal es que niega la responsabilidad
de nuestras decisiones, con frases como “tengo que...” o “me obligan las normas”,
que ocultan la posibilidad de elegir.
También tienen en cuenta las necesidades ajenas. Las jirafas son conscientes de
que siempre podemos elegir. Cuando las circunstancias les dejan dos opciones
poco apetecibles, toman la decisión dándose empatía, conectando con las
necesidades que esperan satisfacer, pero siempre siendo conscientes de que elijen.
Si lamentan haber cometido una acción, recuerdan las necesidades que trataban de
cubrir cuando la emprendieron, y tratan de aprender para encontrar mejores
estrategias. La mayoría de nosotros hemos sido educados como chacales, esto no
nos exonera de la responsabilidad, si no que nos para en un lugar de conciencia
mayor de lo que queremos desaprender según el camino que queramos construir
para nuestra vida.
1. OBSERVACIÓN
Los juicios de valor son diferentes a los moralistas, juicios de valor hacemos todo el
tiempo, lo que consideramos tal o cual cosa, son definiciones que definen qué es
para nosotros la honradez, la libertad, la bondad, etc., los juicios moralistas son en
relación a las personas y conductas cuando no coinciden con nuestros juicios de
valor. Por ej.: la violencia es mala, quien mata a otro ser humano es malvado,
usando el lenguaje que propicie la compasión podríamos decir que me asusta tal
hecho y que valoramos el uso de otros medios para resolver conflictos.
La CNV no nos dice que no hagamos evaluaciones, dice que hagamos una
distinción clara entre observación y evaluación, porque al combinar observación y
evaluación la otra persona escuchará crítica, no es lo mismo decir “sos un
desconsiderado porque llegás siempre a cualquier hora y no pensás en mí” que
decir, veo que últimamente estás llegando más tarde de lo habitual y cuando esto
sucede yo me siento poco considerada” o las generalizaciones “los adolescentes de
hoy carecen de valores” en lugar de decir “me encontré este último tiempo con 4
adolescentes que no me dijeron ni buen día, ni gracias, ni chau” o “Todos los
hombres son....” O “todas las mujeres son...” en lugar de las últimas 3 parejas que
tuve hacían tal o cual cosa.
Cuando nos enfrentamos a una situación que deseamos que cambie es importante
despejar el hecho, ser lo más objetivos posibles, es decir, la observación es el hecho
tal cual está ocurriendo, sin condimentos de juicios, interpretaciones, imaginaciones,
etiquetas, clasificaciones, generalizaciones (siempre, nunca, nada, todo, todas,
todos) etc.
Por ej:
Durante esta charla de hoy hubo 3 veces en que estaba tratando de contarte algo y
antes de que pudiera terminar empezaste a contar algo propio, cuando esto sucede
siento...
A veces cuando vengo a visitarlos surgen situaciones de pelea entre uds, cuando
esto pasa me siento...
2. SENTIMIENTOS
3. NECESIDADES
“La tragedia de las relaciones afectivas es que no hemos aprendido a comunicar
nuestras necesidades y deseos. Por eso la persona con la que quiero vivir una
proximidad especial se transforma en la persona con la que me resulta más difícil
entrar en sintonía” Marshall Rosenberg.
En tercer lugar implica el reconocimiento del origen de nuestros sentimientos,
aceptar responsabilidad de lo que hacemos para generar nuestros propios
sentimientos. Todos los juicios, críticas y diagnósticos que hacemos de los demás
son expresiones TRÁGICAS de nuestras propias necesidades, si alguien nos dice
“vos no me entendés” en realidad está expresando su propia necesidad de ser
comprendido, y además una evaluación de lo que el otro hace.
Las peticiones versus las exigencias Las peticiones se interpretan como exigencias
cuando quienes las reciben temen ser objeto de recriminaciones o castigos si no
acceden a satisfacerlas. Cuando una persona percibe que le están exigiendo algo,
sólo ve dos opciones posibles: la sumisión o la rebelión. En cualquiera de los dos
casos, advertirá una actitud coercitiva en la persona que le pide algo y disminuirá su
capacidad de responder a dicha petición de manera compasiva. Cuanto más
hayamos culpado, castigado o intentado hacer sentir culpables a los demás en el
pasado cuando no respondieron a nuestras peticiones, más probablemente oirán las
peticiones que hoy les hagamos como exigencias.
Podemos ayudar a los demás a confiar en que les estamos pidiendo algo, y no
exigiéndolo, si les decimos que sólo queremos que hagan algo si realmente están
dispuestos a hacerlo. Así, por ejemplo, podemos formular la petición de la manera
siguiente: «¿Estarías dispuesto a poner la mesa?», en lugar de decir: «Me gustaría
que pusieras la mesa». Aun así, la mejor manera de indicar a otra persona que le
estamos pidiendo algo, y no exigiéndoselo, consiste en ponernos en su lugar si no
accede a hacer lo que le pedimos. Demostramos que pedimos, y no exigimos, con
nuestra forma de responder a los demás cuando no aceptan satisfacer nuestros
deseos. Si estamos preparados para expresar una comprensión empática a una
persona cuando no accede a nuestros deseos, entonces, de acuerdo con mi
definición, le hemos formulado una petición, y no una exigencia.
Optar por pedir en lugar de exigir no significa que nos resignemos cuando alguien
responde con un «no» a nuestra petición. Significa que no intentaremos persuadirla
hasta que no hayamos empatizado con aquello que le impide a la otra persona
respondernos afirmativamente.
La experiencia me muestra una y otra vez que desde el momento en que las
personas comienzan a conversar sobre qué necesitan, en lugar de hacerlo sobre
sus mutuos defectos, aumenta en gran medida la posibilidad de que encuentren
maneras de satisfacer sus necesidades.
Inventario de necesidades
Esta lista no es ni exhaustiva ni definitiva, es simplemente un punto de partida
Estadíos de NECESIDADES:
1. La esclavitud afectiva (nos consideramos responsable de los sentimientos de los
demás, nos subsumimos a las necesidades y reclamos de los demás).
A menudo cuando nos sentimos incómodos con el dolor del otro queremos
repararlo. Queremos ayudarlo a resolver el problema para sentirnos mejor. A veces
podemos llegar a engañarnos y creer que lo hacemos para que el otro se sienta
mejor, pero en realidad somos nosotros los que estamos incómodos y queremos
sentirnos mejor.
Cuando podemos expresar nuestros problemas frente a alguien que está cómodo
escuchándonos y que cree en nuestra habilidad para resolver nuestros asuntos es
muy sanador.
4. PETICIÓN:
Una vez hemos analizado y expresado cómo estamos, hacemos una petición
concreta, realizable y negociable.
A veces nos sentimos molestos porque damos por sentado erróneamente que la
otra persona entiende la necesidad implícita en nuestras palabras. Nos limitamos a
echar palabras difusas en él otro como si fuera un recipiente y como si tuviera que
adivinar mágicamente qué es aquello que necesitamos cuando a veces ni nosotros
lo tenemos claro. Las peticiones que no van acompañadas de sentimientos y
necesidades propias pueden parecer exigencias y cuando una persona recibe una
exigencia en general toma dos caminos, someterse o rebelarse.
2. Concreta y precisa: “...con quien, donde, como, cuando...”, en vez de algo vacío o
impreciso, por ejemplo “¿...quieres ser amable, demostrativo/a?”
3. Realizable: “...intenta...”
PODER CON:
. CONTRIBUIR
. COOPERAR
. SATISFACER AMBAS NECESIDADES
PODER SOBRE:
. COMPETIR
. MANIPULAR
. PREMIO/CASTIGO
.
.
INTENCIÓN DE GENERAR CULPA EN EL OTRO
INTENTAR QUE EL OTRO SIENTA VERGÜENZA
Ej. de pedido claro: “necesito tu compañía, se me ocurre que al menos 2 veces por
semana vengas directo del trabajo para que podamos pasar más tiempo juntos”,
distinto a un pedido difuso, ej.: “Me gustaría estar menos tiempo sola” acá la
persona no define ni con quien quiere estar acompañada ni cuanto tiempo la haría
sentir satisfecha.
Puede ser que al hacer nuestro pedido el otro no pueda satisfacer nuestra
necesidad totalmente porque esté fuera de su alcance o se contraponga con una
necesidad propia, pero sí podemos escuchar su devolución de manera empática
quizás podamos comprenderlo y no llevemos de ese momento una posibilidad de un
vínculo más valioso, la oportunidad de conocernos de otra forma. También puede
ser que el otro esté dispuesto a contribuir a satisfacer nuestra necesidad pero no a
realizar la estrategia planteada, en este caso quizás se pueda conversar una
estrategia nueva con la que ambas partes estén satisfechas.
Por ej.: “entiendo que estás haciendo un esfuerzo por hacer horas extras para que
tengamos un mejor pasar económico, pero yo necesito y quiero pasar más tiempo
con vos”
La expresión del mismo tema con violencia y sin empatía podría ser “cada vez llegas
mas tarde, siento que no te importa estar conmigo, y yo cada vez estoy más sola
como una tonta, no me tomás en cuenta, no pensás en mí? Lo único que te importa
es la plata”.
5. EMPATÍA
“SI MANTENEMOS LA EMPATÍA,
PERMITIMOS QUE EL OTRO LLEGUE
A NIVELES MÁS PROFUNDOS DE SÍ MISMO”
La CNV permite aprender tanto sobre uno mismo como sobre los otros, es decir
aprender a autoevaluarse, aprender a respetarse y a comprender sus propias
necesidades (saber perdonar(se), deshacerse de...) tanto como la de los demás.
Debemos estar animados por un deseo de " contribuir a la vida " más bien que por la
culpabilidad, la vergüenza o la obligación. Cada elección debe ser reflexionada con
arreglo a su utilidad y con arreglo a su importancia en la realización de las
necesidades.
. Recibe empatía
. Toma conciencia de tus sentimientos y necesidades:
. "Cuando te escucho siento.... porque necesito.... ¿Estarías dispuesto a...?”.
Expresa honestamente tus observaciones de forma clara, sin prejuicios, tus
. propias necesidades, siendo consciente de lo que sientes en ti.
Ten la voluntad y el coraje de expresar sentimientos y necesidades sin miedo
. a exponer tu vulnerabilidad.
Ten la fuerza moral de hacer peticiones claras y detalladas.
. Da empatía
Escucha empáticamente las observaciones, los sentimientos y las
. necesidades de los demás.
Estate presente, mantén el enfoque, refleja verbalmente los sentimientos y
. necesidades del otro: "¿te sientes...?", "¿Estás necesitando...?"
NO aconsejes, no intentes solucionar nada, no consueles, no cuentes
. historias, no intentes simpatizar, no analices, no expliques, no te defiendas.
No importa lo que se diga, escucha sólo los sentimientos, las necesidades,
. las peticiones y las observaciones.
Haz una observación SOLO después de ver una "señal" para hacerlo o que te
lo pidan
IMPEDIMENTOS PARA LA CONEXIÓN EMPÁTICA
> Consolar
“Estas cosas pasan...”
“Tranquila... ya va a pasar, todo pasa”
“Pobre... realmente aguantaste mucho...”
> Elogios:
“Vos que sos tan inteligente ya le vas a encontrar la vuelta...”
“Sos fuerte, vas a poder con esto...”
“Con lo simpático y entrador que sos vas a ver que revertís la situación...”
> Generalizaciones:
“A todos nos pasan esas cosas...”
“No sos la única que está mal acá...”
Ejemplo de escucha con orejas de Chacal y de Jirafa Escucha
Chacal:
- No me escuchas nunca cuando te hablo. Me ignoras constantemente.
¡Simplemente no te importo!
- ¿Cómo? ¡Si te escucho todo el rato!
- No puedes escucharme ¡y leer el periódico a la vez! ¡Eres un irrealista!
- ¿Soy irrealista? No tienes ni idea de... (Y sigue una discusión sin fin que no
lleva a ninguna parte salvo a la frustración de ambos...)
Escucha jirafa:
- Cuando te veo leer el periódico mientras te hablo, se siento frustrada porque
tengo la necesidad de ser escuchada. ¿Podrías cerrar el periódico 5 minutos
y escuchar mi idea?
- Cuando me pides de cerrar el periódico cuando estoy leyendo un artículo que
es muy importante para mí, me siento con ansias porque tengo la necesidad
de comprender qué pasa en el mundo. También me siento preocupado por tu
bienestar. ¿Puedes esperar 5 minutos que acabe de leer el artículo así podré
darte luego mi completa atención?
Supone hacer callar al conjunto de voces que murmuran dentro de nosotros y que
se llaman recuerdos, remordimientos, alegrías, preocupaciones, sentimientos
diferentes. Voces interiores que emergen queriendo dialogar con la conciencia
porque tienen derecho de ciudadanía y de audiencia, voces que evocan cuando el
interlocutor presenta.
Escuchar implica un cierto “vacío de sí”, de las cosas propias y de los prejuicios
(aceptándolos se puede neutralizar su fuerza negativa). Escuchar es hospedar sin
condiciones y sin ceder nuestro estar de acuerdo a bajo precio.
Escuchar es, entonces, acoger las expresiones de la vida del otro, es leer las
páginas del libro de la vida de la persona que nos la enseña con confianza si
nosotros nos situamos con atención ante ella, con respeto y modestia.
La escucha sana porque da espacio a los otros a abrirse con creciente confianza y
libertad y les permite sentirse comprendidos y afirmados.
DAR LAS GRACIAS
Expresar y recibir agradecimiento sincero nos conecta con los demás, con la alegría
de contribuir al bienestar de otros y de que contribuyan al nuestro.
A veces nos incomoda que nos den las gracias porque pensamos que no lo
merecemos o nos preocupa lo que la otra persona espera de nosotr@s. Cuando
recibimos un agradecimiento con empatía, celebramos con la otra persona haber
podido servir a su vida, sin superioridad ni falsa modestia.
También podemos darnos las gracias a nosotr@s mism@s por las cosas que nos
alegramos de haber hecho. A menudo dedicamos mucho más tiempo a pensar en
aquellas que lamentamos..
EVITAR GENERALIZAR
Es usar expresiones singulares que nos describan en nuestra existencia. “Todos”,
“nadie”, “cualquiera”, “siempre”, “nunca” son expresiones inexactas y vagas que nos
distancian de los que estamos experimentando.
NO JUZGAR
No etiquetamos a la experiencia de buena o mala. Tan solo es lo que es. La
observamos y descubrimos lo que nos sucede frente a ella. Tampoco nos
convertimos en jueces del otro. Describimos lo que nos está sucediendo en vez de
calificarlo.
INTERPRETACIONES
Interpretar es adjudicar significados. Es asegurar que puedo conocer las
motivaciones más íntimas. Es confundir el imaginario con la percepción, creerlo y
suplantar la realidad por la fantasía. Diferenciamos lo obvio de lo imaginario,
sentimos en función de lo obvio y expresamos lo que sentimos, adecuándolo al otro.
La adjudicación de intenciones es una interpretación que acusa y causa mucho
daño.
“Eso lo hiciste porque...”.
NO DISCULPARSE
La culpa es el resultado de un diálogo interno entre un aspecto acusador y otro
acusado, que se siente culpable. Esto esconde resentimiento en un disfraz de noble
arrepentido. Si no me culpo, si no me torturo y me trato afectivamente, es más fácil
admitir mis errores y corregirlos. Puedo sentir dolor por haber dañado a otro y
ofrecerme a reparar lo que sea posible. No hace falta inventarme una
autoacusación.
NO MINIMIZAR
“Siento un poquito de rabia” en vez de “Estoy enojado”. Debemos aceptar
plenamente la emoción sin achicarla, sin quitarle importancia. Todo lo que sea “un
poco...” es otra manera de descalificar lo que siento.
NO AMORTIGUAR
Ser directo en la expresión es más sencillo que dar mil rodeos para evitar la fuerza
de lo que quiero expresar. Los largos discursos esconden mensajes directos y
simples.
EVITAR INTERRUMPIR
Es dejar que el otro desarrolle su proceso sin detenerlo con nuestra intervención. Es
aprender a callar y esperar nuestro momento. Es permitir que la persona se exprese
hasta el final. También es importante estar atento a las interrupciones. Por ejemplo,
algunas personas se muerden los labios en vez de expresar la rabia que están
sintiendo. Otras tragan reiteradamente para no llorar.
NO MANIPULAR
Controlar al otro es hacerle decir o hacer algo que el otro no sabe si quiere hacer o
decir. Para ello, lo seducimos o lo llenamos de culpa o lo hacemos poderoso, etc., a
fin de que nos diga o haga lo que queremos nosotros.
GENERALIZACIONES
Evitamos expresarnos con generalizaciones que anulen la descripción de lo que me
está pasando. La singularidad de mi autoexpresión me ayuda a responsabilizarme
de lo que me está sucediendo sin esconderme en la idea que “A todos nos pasa” o
“a nadie le pasó”. “Jamás”, “Siempre”, “Cualquiera”, “Nunca”, etc., son las
generalizaciones más comunes.
NO PUEDO/ NO QUIERO
Algunas veces es genuino uno y otra veces el otro. Si me escondo en un “no puedo”
y no asumo mi responsabilidad, me alejo de mi libertad adulta. Juego el rol del
pobrecito el impotente y evito correr riesgos. Cuando puedo asumir la
responsabilidad de la negativa, me afirmo en el “No quiero” y acepto las
consecuencias. Tampoco tiene sentido la omnipotencia y es imprescindible aceptar
mis limitaciones. Aceptar que no puedo algo me conducirá a la búsqueda de
recursos para hacerlo posible o a la reformulación de la meta.
SI, PERO...
Es un juego descrito por Eric Berne. Decimos que sí a toda propuesta que nos
hacen y encontramos un obstáculo que la descalifica. Finalmente, terminamos
desalentando al proponedor de soluciones. Si esto lo hacemos con nosotros
mismos, nos paralizamos. Para salir de esta trampa necesitamos reemplazar el
“pero” por una “y”.
PREGUNTAS
Transformar las preguntas en aseveraciones es darle una chance a la
autoafirmación. “¿Te parece que sería buena idea que fuéramos al cine?” en vez de
decir. “Me gustaría ir al cine con vos”. Las preguntas válidas son: ¿cómo? O ¿qué?
Y qué necesidades tengo satisfechas en mí por esa acción. Tomate bien el tiempo
necesario para enlazar con las necesidades que han sido satisfechas, no dudes en
consultar la lista de necesidades. A menudo nos sorprendemos y emocionamos al
comprobar el número de necesidades que han sido satisfechas por algo
aparentemente “banal”
Ficha para decir “No” utilizando la Comunicación no Violenta Petición inicial:
2. Acoger con empatía la petición de esa persona, teniendo conciencia de que es un regalo.
Reflejar los sentimientos y necesidades de esa persona, tomando el tiempo necesario
3. Expresar sinceramente cómo te sientes, y que es lo que te impide de decir “sí” ahora a
esa petición (nombrar necesidades)
4. Continuar con una petición que indique a nuestro interlocutor que tenemos empeño
en encontrar una solución que satisfaga las necesidades de cada uno