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Ansiedad

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Ansiedad

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No debe confundirse con Trastorno de ansiedad.
Para otros usos de este término, véase Ansiedad (desambiguación).

Ansiedad
Una persona diagnosticada con panfobia, del libro de Alexander Morison
de 1843 The Physiognomy of Mental Diseases.

Especialidad psiquiatría
psicología clínica
psicoterapia

[editar datos en Wikidata]

La ansiedad (del latín anxietas, ‘angustia, aflicción’) es un mecanismo de defensa


natural del organismo frente a estímulos externos o internos que son percibidos
por el individuo como amenazantes o peligrosos,1 y se acompaña de
un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos de tensión. Se trata de una
señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que
adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.23 El estrés
generado por la ansiedad se caracteriza por deberse a una situación repentina
que carece de estímulos, a diferencia del estrés derivado de un examen el cual es
un estrés normal, el problema surge cuando el estrés provocado por la ansiedad
se activa en situaciones no amenazantes para la persona. Un cuadro inusual,
patológico de ansiedad se conoce como trastorno de ansiedad.
Aparte de tomar las medidas necesarias para prepararse ante una amenaza la
ansiedad también conlleva un componente psíquico que provoca distintos estados
en el cuerpo humano, ya sea angustia, taquicardia, fatiga…
La ansiedad adaptativa o no patológica es una sensación o un estado emocional
normal ante determinadas situaciones y constituye una respuesta habitual a
diferentes situaciones cotidianas estresantes.4 Por lo tanto, cierto grado de
ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias o
demandas del medio ambiente. Únicamente cuando sobrepasa cierta intensidad
—desequilibrio de los sistemas de respuesta normal de ansiedad— o se supera la
capacidad adaptativa entre el individuo y el medio ambiente, es cuando la
ansiedad se convierte en patológica,5 la cual se puede definir como una respuesta
desproporcionada en intensidad y duración que pone en marcha los mecanismos
fisiológicos de alerta y defensa, provocando un malestar significativo, con
síntomas físicos, psicológicos y conductuales, la mayoría de las veces muy
inespecíficos.26
Una amplia gama de enfermedades médicas puede producir síntomas de
ansiedad. Para aclarar si estos son la consecuencia fisiológica directa de una
enfermedad médica, se evalúan los datos de la historia clínica, la exploración
física, las pruebas de laboratorio y los estudios complementarios, necesarios en
función de los síntomas del paciente.2 Presentar altos niveles
de neuroticismo aumenta el riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad.7
Descripción general[editar]
La ansiedad es un estado emocional que surge cuando una persona se siente en
peligro, sea real o imaginaria la amenaza. Es una respuesta normal o adaptativa,
que prepara al cuerpo para reaccionar ante una situación de emergencia. Es una
inclinación de temor o miedo sobre lo que está por venir. El día principal de clases,
ir a una reunión de empleo, o dar un discurso puede hacer que la gran mayoría se
sienta asustada y ansiosa. Por lo tanto, tiene una función muy importante
relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o
la felicidad. Para preservar su integridad física ante amenazas, el ser humano ha
tenido que poner en marcha respuestas eficaces y adaptativas durante millones de
años: la reacción de lucha o huida.8
Ante una situación de alerta, el organismo pone a funcionar el sistema
adrenérgico. Por ejemplo, cuando el organismo considera necesario alimentarse,
este sistema entra en funcionamiento y libera señales de alerta a todo el sistema
nervioso central. Cuando se detecta una fuente de alimento para la cual se
requiere actividad física, se disparan los mecanismos que liberan adrenalina, y se
fuerza a todo el organismo a aportar energías de reserva para la consecución de
una fuente energética muy superior a la que se está invirtiendo para conseguirla y
que normalizará los valores que han disparado esa "alerta amarilla". En esos
momentos el organismo, gracias a la adrenalina, pasa a un estado de "alerta roja".
El sistema dopaminérgico también se activa cuando el organismo considera que
va a perder un bien preciado. En esta situación, el organismo entra en alerta
amarilla ante la posibilidad de la existencia de una amenaza, que no es lo mismo
que cuando la amenaza pasa a ser real, pues en ese caso lo que se libera es
adrenalina.
Desde este punto de vista, la ansiedad se considera una señal positiva, de salud,
que ayuda en la vida cotidiana, siempre que sea una reacción frente a
determinadas situaciones que tengan su cadena de sucesos de forma correlativa:
alerta amarilla, alerta roja y consecución del objetivo. Si la cadena se rompe en
algún momento y esas situaciones se presentan con ansiedad, entonces el
organismo corre el riesgo de intoxicarse por dopaminas o por otras catecolaminas.
Esas situaciones ayudan al organismo a resolver peligros o problemas puntuales
de la vida cotidiana.
Ansiedad patológica[editar]
Artículo principal: Trastorno de ansiedad
En las sociedades avanzadas modernas, esta característica innata del ser humano
se ha desarrollado de forma patológica y conforma, en algunos casos,
cuadros sintomáticos que constituyen los denominados trastornos de ansiedad [1],
que tiene consecuencias negativas y muy desagradables para quienes lo
padecen. Entre los trastornos de ansiedad se encuentran las fobias, el trastorno
obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno por estrés
postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad
social, etc. El miedo escénico es una forma de ansiedad social, que se manifiesta
frente a grupos y ante la inminencia de tener que expresarse en público o por
efecto de imaginar dicha acción. En el caso del trastorno de ansiedad
generalizada, la ansiedad patológica se vive como una sensación difusa de
angustia o miedo y deseo de huir, sin que quien lo sufre pueda identificar
claramente el peligro o la causa de este sentimiento. Esta ansiedad patológica es
resultado de los problemas de diversos tipos a los que se enfrenta la persona en
su vida cotidiana, y sobre todo de sus ideas interiorizadas acerca de sus
problemas.
No se conocen totalmente las causas de los trastornos de ansiedad, pero se sabe
que la interacción de múltiples determinantes favorece su aparición. Se conoce la
implicación tanto de factores biológicos como ambientales y psicosociales.
Además, es muy común la comorbilidad con otros trastornos mentales, como
los trastornos del estado de ánimo.2
Entre los factores biológicos, se han encontrado alteraciones en los sistemas
neurobiológicos gabaérgicos y serotoninérgicos; anomalías estructurales en
el sistema límbico (córtex paralímbico), que es una de las regiones más afectadas
del cerebro; ciertas alteraciones físicas; una mayor frecuencia de uso o retirada de
medicinas, alcohol, drogas o sedantes y otras sustancias; y cierta
predisposición genética.2
Entre los factores ambientales, se ha encontrado la influencia de ciertos
estresores ambientales, una mayor hipersensibilidad y una respuesta aprendida.
Los factores psicosociales de riesgo son las situaciones de estrés, las
experiencias que amenazan la vida, el ambiente familiar y las preocupaciones
excesivas por asuntos cotidianos. Determinadas características de la personalidad
pueden ser factores predisponentes.2
Diferencia entre ansiedad normal y patológica[editar]
La ansiedad normal es adaptativa y permite a la persona responder al estímulo de
forma adecuada, por lo que es necesaria para la supervivencia. Se presenta ante
estímulos reales o potenciales (no imaginarios o inexistentes). La reacción es
proporcional cualitativa y cuantitativamente, en tiempo, duración e intensidad.9
La ansiedad se considera patológica cuando el estímulo supera la capacidad de
adaptación de respuesta del organismo y aparece una respuesta no adaptativa,
intensa y desproporcionada, que interfiere con el funcionamiento cotidiano y
disminuye el rendimiento. Se acompaña de una sensación desagradable y
desmotivadora, síntomas físicos y psicológicos, y persiste más allá de los motivos
que la han desencadenado.9 La ansiedad patológica presenta las siguientes
características: se manifiesta intensamente, se prolonga y mantiene en el tiempo
más de lo debido, aparece de forma espontánea sin un estímulo desencadenante
(de manera endógena), surge ante estímulos que no debieran generar la
respuesta de ansiedad y se presenta una respuesta inadecuada respecto al
estímulo que lo suscita.10
El límite entre la ansiedad normal y la ansiedad patológica no es fácil de definir y
puede variar entre los individuos en función de los rasgos de personalidad o, sobre
todo, en función de lo que se ha descrito como un "estilo cognitivo propenso a la
ansiedad". Los criterios diagnósticos del Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales, ediciones cuarta y quinta (DSM-IV y DSM-5,
respectivamente), señalan que la ansiedad debe considerarse patológica cuando
"La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar
clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes
de la actividad." Es útil distinguir entre la ansiedad "estado", que es episódica y
transitoria, y la ansiedad "rasgo", que es persistente y puede reflejar una
personalidad "propensa a la ansiedad".11
Si una persona reacciona en alguna ocasión con altos niveles de ansiedad ante
una situación, ante la que otras no experimentan tanta ansiedad, se puede
considerar simplemente una reacción de alta intensidad, o aguda en un nivel no
demasiado alto, que es puntual y no extrema. Esto no suele suponer ningún
trastorno.12
El problema surge cuando esta forma de reacción aguda es excesivamente
intensa, como en los ataques de pánico o en las crisis de ansiedad (en los que la
persona no puede controlar su ansiedad y alcanza niveles extremos), o bien
cuando dicha reacción aguda se establece como un hábito, es decir, si una
reacción de ansiedad de alta intensidad se convierte en crónica, o se vuelve muy
frecuente.12
Una reacción aguda de ansiedad no siempre es patológica, sino que puede ser
muy adaptativa. Por ejemplo, cuando la situación que la provoca requiere una
fuerte reacción de alarma que prepare para la acción (si se exige una gran
concentración en una tarea para la que se necesitan muchos recursos de la
atención); o si requiere una gran activación a nivel fisiológico (porque se necesita
tensar más los músculos, bombear mayor cantidad de sangre, más oxígeno, etc.).
Dicha reacción de ansiedad ayuda a responder mejor ante esta situación.12
BIBLIOGRAFIA

https://es.wikipedia.org/wiki/Ansiedad

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