Rodera, Juan Ignacio
Rodera, Juan Ignacio
-UNCPBA-
Marzo, 2019
Tandil
Diagnóstico de síndrome nervioso en canino geronte
A mí amada gran familia de Veterinarias, por ser eso, una gran familia hecha
facultad.
Simplemente gracias.
Resumen
INTRODUCCIÓN 1
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Introducción al sistema nervioso 2
Componentes tisulares 2
Anatomía funcional del sistema nervioso 4
ENCÉFALO 4
MÉDULA ESPINAL 5
MOTONEURONA SUPERIOR 6
MOTONEURONA INFERIOR 7
Examen semiológico y clínico del sistema nervioso 7
RESEÑA Y ANAMNESIS 7
EXAMEN FÍSICO 8
MÉTODOS COMPLEMENTARIOS 18
Análisis básicos 18
Análisis específicos 19
Diagnóstico por imagen 21
Análisis del líquido cefalorraquídeo 22
Electrofisiología 23
Biopsias (músculo y/o nervio) 23
Patologías del sistema nervioso 23
DISCUSIÓN 36
CONCLUSIÓN 38
BIBLIOGRAFÍA 39
INTRODUCCIÓN
Los objetivos del presente trabajo consisten en describir los pasos a seguir
para la realización de un correcto examen neurológico, destacar la importancia
de los métodos complementarios y por último reportar los hallazgos clínicos y el
seguimiento de un canino geronte Golden retriever con síndrome nervioso.
1
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
El sistema nervioso (SN) está formado por una red tisular altamente
especializada. Se encarga de recibir diferentes informaciones y desencadenar
las respuestas adecuadas para adaptar al organismo a su situación y
necesidades.
En definitiva, el sistema nervioso es el que siente, piensa y controla el
organismo. Para ello desarrolla tres funciones básicas: sensitiva, integradora y
motora.
El SN se puede clasificar:
• Anatómicamente, en sistema nervioso central (SNC) y sistema nervioso
periférico (SNP).
• Funcionalmente, en sistema nervioso somático y sistema nervioso autónomo.
Las vías somáticas se dirigen a músculos estriados, mientras que las vías
autonómicas inervan músculos lisos, corazón y glándulas. Por lo tanto, el SN
somático controla funciones voluntarias, mientras que el autónomo controla
funciones vegetativas (Aige y Morales, 2010).
COMPONENTES TISULARES
El tejido nervioso contiene dos tipos celulares principales: las neuronas y las
células de sostén. Las neuronas reciben, transmiten y almacenan información
mientras que las células de sostén confieren soporte a las estructuras
neuronales, las protegen del medio externo y colaboran en la transmisión de
impulsos (Ver Tabla 1) (Aige y Morales, 2010).
2
Tabla 1: Células nerviosas y sus funciones.
La neurona es la célula del sistema nervioso y tal vez del organismo, más
vulnerable debido a sus grandes requerimientos de energía y oxígeno, para
mantener su metabolismo, sistema de transporte y creación de citoesqueleto
del axón.
Los procesos de stress oxidativo generado por radicales tóxicos de oxígeno, o
la excesiva estimulación por neurotransmisores (glutamato y aspartato) pueden
producir la degeneración y la muerte de la neurona (Zachary, 2007).
3
ANATOMÍA FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO
ENCÉFALO
CEREBRO ANTERIOR
4
PROTUBERANCIA Y MÉDULA OBLONGA
CEREBELO
MÉDULA ESPINAL
5
interneuronas y de las neuronas motoras inferiores (NMI). La sustancia blanca
está compuesta por fibras nerviosas organizadas en columnas de tractos
ascendentes y descendentes. Estos tractos transmiten información sensorial
ascendente (propiocepción, tacto, temperatura, presión y dolor) y las señales
motoras descendentes entre los centros superiores del cerebro y las neuronas
de la médula espinal (Taylor, 2010).
Funcionalmente, se puede dividir la médula espinal en cuatro partes: de C1 a
C5, de C6 a T2 (plexo braquial), de T3 a L3, de L4 a S3 (plexo lumbosacro) y
un número variable de segmentos caudales. Los cuerpos celulares de las NMI
que inervan el miembro torácico se originan en el plexo braquial o
intumescencia cervical, mientras que las NMI que inervan a las extremidades
posteriores se originan en el plexo lumbo-sacro (Delgado y Raurell, 2012).
Debido a que los tractos nerviosos ascendentes y descendentes de las
extremidades posteriores se encuentran periféricamente en la médula, es
frecuente que lesiones compresivas a nivel cervical, tengan déficit de neurona
motora superior (NMS) más pronunciados en las extremidades posteriores que
en las anteriores (Taylor, 2010).
6
de las funciones motoras voluntarias, involuntarias (mantenimiento del tono
muscular, postura y equilibrio) y la liberación del efecto inhibitorio de la NMS
sobre las NMI caudales al nivel de la lesión (Taylor, 2010). Los signos clínicos
de lesión de NMS en todos los músculos caudales a la lesión incluyen reflejos
normales o exagerados, tono muscular normal o aumentado y paresia o
parálisis espástica. Pasadas varias semanas el animal puede mostrar atrofia de
los músculos por desuso (Mayhew y Bagley, 2002). Los signos sensoriales
asociados, como ataxia o disminución de la sensibilidad de la piel y las
extremidades caudales al punto de la lesión son reflejo de la interrupción de los
tractos sensitivos de la NMS que median en la propiocepción y la percepción
del dolor (Taylor, 2010).
7
pronóstico adecuado. Para ello son de gran utilidad los métodos
complementarios (Palma, 2015).
RESEÑA Y ANAMNESIS
EXAMEN FÍSICO
Estado mental
Se define como el estado de conciencia. Puede estar disminuido o aumentado.
Se lo clasifica como:
Normal: alerta, responde a los estímulos del medio
Depresión: poco activo, responde a los estímulos del medio.
Delirio: alerta, responde de forma inapropiada a los estímulos, confuso.
Estupor: inconsciente, no responde a los estímulos del entorno pero si a la
sensación dolorosa
Coma: el animal no responde a estímulos, ni siquiera los dolorosos.
(Mayhew y Bagley, 2002)
Postura
Por medio de la inspección externa directa se evalúa la postura del animal y la
posición de la cabeza, cuello, tronco y cola. En condiciones normales el animal
8
presenta una carga simétrica sobre las cuatro extremidades (Gutiérrez et al.,
2013).
La postura normal del cuerpo se mantiene gracias a la integración de múltiples
vías del SNC y de reflejos espinales. Las alteraciones posturales reflejan que
hay una alteración de esta integración fisiológica.
Una posición en base amplia es frecuente en animales atáxicos, en especial en
animales con alteraciones cerebelares o vestibulares. Un ladeo persistente de
la cabeza, con resistencia a permanecer en la posición correcta, suele ir
asociado a una alteración vestibular (Palma, 2015).
Otro tipo de posturas están asociadas al decúbito y según cómo se presenten
pueden sugerir el sitio de lesión.
Postura Schiff-Sherrington: se asocia a lesiones agudas y graves a nivel
de la médula, en la región tóraco lumbar. Se representa clínicamente
con aumento del tono extensor en los miembros anteriores, con
movimientos voluntarios, fuerza y propiocepción normales. Las
extremidades posteriores se encuentran paralizadas con reflejos
normales o incrementados (Taylor, 2010).
Rigidez de descerebración: asociado a lesiones en la porción rostral del
tronco encefálico. Los animales afectados se encuentran en un estado
de estupor o coma, con extensión de todas las extremidades y extensión
dorsal de la cabeza y el cuello (Gutiérrez et al., 2013).
Rigidez de descerebelación: una lesión en esta región presenta
clínicamente un tono muscular incrementado de los músculos
extensores en la extremidad torácica, en opistótono y en un estado
normal de consciencia. En el miembro pelviano, las caderas suelen
flexionarse hacia atrás como resultado del incremento del tono muscular
iliopsoas. Esta postura puede ser episódica (Taylor, 2010).
Marcha
Para realizar una correcta evaluación clínica de la marcha, es importante una
superficie, plana y no resbaladiza. El paciente es observado desde lateral, con
movimientos de acercamiento y alejamiento del examinador, marchas en
círculos cerrados y hacia atrás (Seim, 2002).
Dentro de las alteraciones de la marcha se puede presentar:
9
Paresia: debilidad o incapacidad para soportar el propio peso resultante
de una disfunción de la NMI o NMS (Mayhew y Bagley, 2002). Los
animales con alteraciones de NMI suelen estar muy débiles y dan pasos
cortos dentro del centro de gravedad, suele confundirse con problemas
ortopédicos. Estos animales pueden presentar temblores o colapsar al
menor esfuerzo. En cambio, los animales con afecciones en la NMS
presentan un retraso en el inicio de la protracción y un paso más amplio
de lo normal, con grado variable de espasticidad en las extremidades
(Taylor, 2010).
Ataxia: es la falta de coordinación que puede implicar la cabeza, tronco o
extremidades. La ataxia puede ser consecuencia de una serie de
lesiones anatómicas del sistema nervioso, sobre todo del cerebelo,
sistema vestibular y las vías sensoriales medulares (Mayhew y Bagley,
2002). Los animales con ataxia cerebelar presentan una posición de
base amplia, balanceo del cuerpo de un lado al otro e hipermetría. La
enfermedad puede acompañarse con un temblor de la cabeza. La ataxia
vestibular se manifiesta principalmente con una pérdida del equilibrio
con inclinación de la cabeza y puede presentarse nistagmo. Los
animales con ataxia propioceptiva pierden la localización espacial de sus
extremidades. Presentan postura en estación de base amplia, pasos
largos con abducción excesiva de las extremidades durante los giros y
tendencia a doblar o arrastrar las extremidades en la marcha (Taylor,
2010).
Marcha en círculos: por lo general se asocia a dos tipos de lesiones,
ubicadas en el tronco cerebral caudal o el sistema vestibular. Se
diferencian principalmente en que las lesiones unilaterales del
prosencéfalo generan caminatas en círculos amplios, en cambio los
asociados a trastorno vestibular, son giros de poca amplitud,
acompañados de nistagmo e inclinación de la cabeza (Seim, 2002).
Dismetría: indica la medida inapropiada de la fuerza y el alcance en los
movimientos musculares. La dismetría puede incluir las características
de hipo e hipermetría. Con hipermetría, el movimiento muscular
voluntario sobrepasa el objetivo intentado y suele dar lugar a una
marcha con paso exagerado, a diferencia de la hipometría cuyos pasos
10
son rígidos y cortos. Ambas alteraciones se observan sobre todo en
lesiones de cerebelo o vías espinocerebelares (Mayhew y Bagley, 2002).
Reacciones posturales
La compleja serie de respuestas que mantiene un animal en una posición
adecuada se denomina reacciones posturales. La evaluación de estas
reacciones se utiliza para determinar si los animales pueden reconocer la
posición de sus extremidades en el espacio (propiocepción consciente). Los
receptores sensoriales de la propiocepción se originan en los músculos, los
tendones y las articulaciones, y los tractos propioceptivos medulares transmiten
dicha información sensitiva a la corteza cerebral. Las anomalías que se
presenten en dicha evaluación, no proporcionan información precisa sobre la
localización de la lesión, pero son unos indicadores muy sensibles de que
existe una disfunción neurológica en alguna de las vías nerviosas (Taylor,
2010). Dentro de la evaluación se debe incluir:
-Prueba de posicionamiento propioceptivo: para la evaluación de la
propiocepción, se debe colocar el animal en postura cuadrupedal en superficie
no deslizante. Se posiciona una de las patas, de modo que la superficie dorsal
se pone en contacto con el suelo. Se espera que el animal vuelva la pata al
posicionamiento anatómico normal de inmediato. La prueba debe repetirse
hasta que el examinador tenga plena confianza en la respuesta presentada, ya
que el déficit sutil puede estar presente y no ser claro (Gutiérrez et al., 2013).
-Prueba de salto: para esta prueba el peso del animal se coloca sobre una
extremidad y el cuerpo se fuerza en una dirección, generalmente lateral. La
respuesta esperada es la de un salto. Una alteración en el tiempo o en el salto
indica una afección neurológica (Mayhew y Bagley, 2002).
-Prueba de carretilla: con el animal de pie, se levanta la parte trasera o
delantera de modo que el peso del animal lo carguen las extremidades
torácicas o pélvicas. La respuesta normal será que el animal camine con las
extremidades que tocan el suelo (Mayhew y Bagley, 2002).
-Hemi-marcha: se levanta la extremidad torácica y pélvica de un lado. Se debe
forzar al animal lateralmente en la dirección opuesta. A medida que el animal
se mueva lateralmente las extremidades que contactan con el suelo se deben
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mover lateralmente para acomodarse a la nueva posición del cuerpo (Mayhew
y Bagley, 2002).
-Prueba táctil: se acerca el animal alzado, con los ojos tapados en posición de
estación rozando el borde de la camilla con el dorso de las manos. Se puede
realizar con ambas manos o con una de ellas por vez. Al sentir el borde el
animal levanta la mano y pisa sobre la camilla (del Amo, 2015).
Tamaño/tono muscular
El tono muscular y las posibles atrofias se evalúan mediante la palpación y el
movimiento de cada una de las extremidades, siguiendo un amplio rango de
movimientos. Una atrofia muscular focal que se detecte en una extremidad
puede utilizarse para saber en forma precisa en que nervio periférico se
encuentra la lesión, ya que se conocen con exactitud los nervios que inervan
cada músculo. Generalmente el tono muscular está disminuido en patologías
de NMI mientras que en lesiones NMS está aumentado o normal (Taylor,
2010).
Reflejos espinales
La evaluación de los reflejos espinales (Ver Tabla 2) constituye el
procedimiento más fiable para clasificar un trastorno neurológico como NMS o
NMI. Los reflejos espinales están disminuidos o ausentes en los trastornos NMI
y normales o incrementados en procesos NMS. Cada reflejo puede ser
clasificado como: ausente, disminuido, normal o aumentado (Seim, 2002).
En la exploración neurológica, se caracteriza a cada una de las extremidades
como normal o con signos de NMS o NMI. Esto permite que se localice el punto
de la lesión en cuatro regiones anatómicas funcionales: segmentos espinales
C1-C5, C6-T2, T3-L3 o L4-S3 (Taylor, 2010).
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Retirada de la Pinzar el pie de la Retirada de la
L6,L7,S1,(S2)
extremidad posterior extremidad posterior extremidad
Evaluación sensitiva
La sensibilidad es la propiedad de la corteza cerebral de responder con
sensaciones conscientes o inconscientes a estímulos que recibe
exteroceptivamente (piel, mucosas) o propioceptivamente (tendones, músculos,
articulaciones).
En medicina veterinaria es bastante difícil explorar la sensibilidad debido a que
la mayoría de los métodos aplicables son subjetivos. Dentro de la sensibilidad
superficial la mejor explorable es la dolorosa.
La evaluación de la sensibilidad consciente (superficial y profunda) viaja por los
fascículos gracilis y cuneatus en la parte más dorsal. La herramienta más
importante para el pronóstico es la valoración de la nocicepción o sensibilidad
profunda. Su integridad señala que parte de las rutas medulares están intactas
y que hay posibilidad de un mejoramiento de la función motora de los
miembros. Si la sensibilidad superficial es normal, no se justifica hacer la
revisación la sensibilidad profunda.
- Sensibilidad superficial:
Térmica
13
Táctil
Dolorosa: es la más utilizada, se realiza un pinchazo con aguja fina o
alfiler en la piel. Se observan movimientos de la cabeza dirigidos al
pinchazo, o en animales más estoicos se ausculta en la búsqueda de
taquicardia como respuesta adrenérgica al dolor.
- Sensibilidad profunda:
Se explora con una pinza hemostática o diente de ratón en las estructuras más
profundas o tendinosas. No se debe hacer presión en los pulpejos ya que la
respuesta de retirada se puede confundir con el reflejo flexor.
- Alteraciones de la sensibilidad:
Anestesia: anulada
Hiperestesia: exaltada
Hipoestesia: disminuida
Hemianestesia: medio cuerpo insensible
Parestesia: percepción de sensaciones desagradables.
(Del Amo, 2015)
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médula y de ahí hacia el cerebro. Los axones del nervio pélvico terminan en
interneuronas, que luego acaban en los cuerpos preganglionares del nervio
pélvico del sistema parasimpático, lo que da lugar a la contracción del músculo
detrusor (músculo liso). Interneuronas adicionales realizan sinapsis en los
nervios pudendos eferentes, que inervan la musculatura estriada de la uretra
para inhibir su contracción.
La micción voluntaria se inicia en la corteza cerebral, con impulsos
descendentes hacia el nervio pudendo, para excitar o inhibir el esfínter uretral
externo (Mayhew y Bagley, 2002).
Si se afectan las vías ascendentes, no se reconoce que la vejiga está llena.
Cuando se lesionan las vías motoras descendentes (NMS), por encima del arco
reflejo de la micción (delante de la L5), se pierde el control voluntario de la
misma y la sensación de llenado. Debido a que los nervios periféricos no se
ven afectados y no están inhibidos por la NMS, la vejiga presenta buen tono y
el esfínter uretral externo se vuelve más espástico. Es difícil vaciar la vejiga en
forma manual, la incontinencia urinaria aparece cuando la presión intravesical
supera la resistencia, siendo permanente y de pequeños volúmenes (Hutter,
1995).
En las lesiones de NMI que afectan a los segmentos medulares sacros o a los
nervios periféricos asociados, la vejiga también se agranda, porque la
información ascendente y descendente no puede transmitirse a través de los
nervios periféricos dañados (Mayhew y Bagley, 2002). El tono de la vejiga se
reduce y se nota flácida, además se vacía fácil a la presión (Hutter, 1995).
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- El par craneal II es el nervio óptico. Este nervio está implicado en la visión.
Para identificar una lesión de este par se utilizan algunas pruebas como la
prueba de los obstáculos en la que se colocan diferentes objetos y se observa
si el animal puede sortearlos. Otra prueba consiste en tirar una bola de algodón
y observar si el animal sigue con la vista el recorrido (movimientos conjugados).
La prueba más utilizada para la evaluación de la visión en el consultorio es el
reflejo de amenaza. La misma consiste en acercar la mano hacia el ojo a
explorar y ver el cierre del párpado. Esto es posible porque al recibir la
amenaza se estimula la vía del nervio óptico y si el animal puede ver responde
con el cierre del párpado, que realiza el nervio facial (par craneal VII) (Mayhew
y Bagley, 2002). También es posible utilizar el reflejo fotopupilar, explicado en
el par craneal III, el cual nos brinda información sobre la integridad del nervio
óptico, quiasma y nervio oculomotor.
- El par craneal III u oculomotor común proporciona inervación a los músculos
que controlan los movimientos oculares y la pupila. Para evaluar esta última se
realiza el reflejo pupilar o fotomotor. Se evalúa la integridad de la vía del nervio
óptico. Dicho reflejo se evalúa con una luz puntiforme estimulando el nervio
óptico, estas fibras hacen sinapsis en núcleos del mesencéfalo y controlan la
constricción pupilar (miosis) mediante fibras parasimpáticas del nervio
oculomotor-común. El entrecruzamiento de fibras del quiasma óptico permite la
miosis de la pupila tanto ipsilateral como contralateral. Es decir que si se
ilumina un ojo con una linterna puntiforme la respuesta obtenida será una
miosis del ojo iluminado (reflejo pupilar directo) y al mismo tiempo se producirá
la miosis en el ojo no iluminado (reflejo pupilar indirecto o consensuado o
cruzado).La parálisis del nervio oculomotor ocasiona midriasis, ptosis palpebral
y estrabismo divergente (Palma, 2015).
- El par craneal IV o nervio troclear y el par craneal VI o nervio abducentese
evalúan juntos por su proximidad, ya que son responsables juntamente con el
óculo-motor de la inervación de los músculos orbiculares del globo ocular. Los
movimientos del globo ocular están controlados por estos nervios más el
oculomotor común. La lesión de estos nervios ocasiona estrabismo. Así, la
parálisis del IV par o troclear provoca un estrabismo convergente dorsal
externo (Taylor, 2010).
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La parálisis del VI par o abducente provoca un estrabismo convergente medial.
Si estuvieran involucrados los tres nervios en la lesión esto generaría una
imposibilidad de mover el globo ocular. Para evaluar correctamente estos
nervios se cuenta con el reflejo vestíbulo-coclear u óculo-cefálico. Como el
aparato vestibular es quien controla los movimientos que realiza la cabeza a
través de estos nervios, si se mueve la cabeza del animal hacia un lado, los
ojos se mueven en la misma dirección. Así el clínico puede evidenciar el
nistagmo fisiológico que se produce en consecuencia (Palma, 2015).
- El par craneal V o nervio trigémino, es mixto; es decir, con función sensitiva
como la rama oftálmica proporcionando inervación a la córnea y piel medial del
ojo. La rama maxilar proporciona sensibilidad a los músculos faciales y una
rama motora que brinda inervación motora a los músculos masticadores. La
valoración de la rama oftálmica se realiza mediante la realización del reflejo
palpebral o corneal. El estímulo se produce tanto en la piel del párpado como
en la córnea. Tocando la córnea se estimula el V par rama oftálmica (vía
aferente) se produce el cierre del párpado a cargo del nervio facial. Para
evaluar la sensibilidad de la cara se realiza mediante palpación externa directa
de la zona de los belfos o se puede tocar el interior de la nariz. Si la lesión
neurológica es de larga data se observa la atrofia tanto por denervación como
por desuso de los músculos masticadores. El animal llega a consulta con
imposibilidad de abrir la boca (Palma, 2015).
- El par craneal VII o nervio faciales el encargado de mantener el tono de los
músculos de la cara. Su lesión producirá una deformación asimétrica (lesión
periférica unilateral) de la expresión facial con descenso del pabellón auricular,
párpado y belfo o incluso ojo seco por ausencia de parpadeo y disminución de
la producción de lágrima. Su porción sensitiva aporta fibras a los dos tercios
rostrales de la lengua y el paladar (sentido del gusto) (Font et al., 2014).
- El par craneal VIII o nervio vestíbulo-coclear poseé dos divisiones: vestibular,
que brinda información sobre la orientación cefálica con respecto a la
gravedad; y coclear, responsable de la audición. Las anormalidades asociadas
a la disfunción nerviosa comprenden ataxia, inclinación de la cabeza, marcha
en círculos, nistagmo y pérdida de la audición que se hará notorio ante una
alteración bilateral (Seim, 2002).
17
- El par craneal IX o nervio glosofaríngeo es también un nervio mixto con una
porción motora (rama faríngea) y una sensitiva relacionada con el sentido del
gusto. Para evaluar la función motora se observa al animal tragar brindándole
agua y se realiza el reflejo faríngeo. El mismo consiste en estimular la base de
la lengua con la mano o con un baja lengua y se observa si la deglución es
normal. La parálisis provoca una disfagia.
La rama sensitiva del gusto se puede evaluar proporcionándole al animal un
hisopo con atropina, sustancia amarga que provocará la salivación inmediata.
En este reflejo también participa el nervio facial (Palma, 2015).
- El par craneal X o vago es un nervio de tipo mixto (sensitivo y motor)
proporciona inervación sensitiva a la faringe y zona caudal de la lengua junto
con el nervio glosofaríngeo. La valoración clínica consiste en provocar el reflejo
de deglución mediante el estímulo con un dedo las paredes de la faringe/
laringe y observar si el animal deglute y cómo. Si el animal no colabora
podemos evocar este reflejo mediante presión en la zona externa de la laringe
(Delgado y Raurell, 2012).
El par craneal X también participa en la inervación del esófago. Su afección
trae como consecuencia la regurgitación de la comida. La laringe también está
inervada por este par craneal por los nervios laríngeos craneales y recurrentes.
La parálisis unilateral provoca una hemiplejia laríngea y como signos clínicos
se reconoce estridor inspiratorio. Se puede inspeccionar las cuerdas vocales
mediante una laringoscopía bajo sedación (Palma, 2015).
Además de lo nombrado anteriormente, el nervio vago inerva sensitivamente la
piel del meato acústico interno, la faringe (sensibilidad gustativa), órganos
digestivos, respiratorios y circulatorios (sensación de distención). Por último
inerva con fibras eferentes parasimpáticas motoras al corazón, musculo liso y
glándulas, del aparato respiratorio y digestivo.
- El par XI o nervio accesorio sólo tiene componente visceral especial eferente
(motor) e inerva a los músculos trapecio, esternocefálico y braquicefálico. Se
forma a partir de raíces craneales o rama interna (medula oblonga) y raíces
espinales que forman la rama externa (C2-C7). Su valoración clínica consiste
en la observación y palpación del músculo trapecio, ya que una lesión en este
nervio causa atrofia muscular. A nivel práctico son raras las lesiones
restringidas a este nervio/músculo concretos (Delgado y Raurell, 2012).
18
- El par craneal XII o nervio hipogloso proporciona inervación motora de la
musculatura lingual. Las anormalidades pueden detectarse humedeciendo la
nariz del paciente y observando su capacidad para extender la lengua. Se debe
evaluar la fuerza de la retracción lingual, desvío de la lengua y presencia o
ausencia de atrofia (Seim, 2002).
MÉTODOS COMPLEMENTARIOS
Análisis básicos
Los análisis básicos son importantes por los siguientes motivos: para valorar el
estado general del paciente, porque la mayoría de pruebas posteriores
requieren una anestesia general y porque hay enfermedades sistémicas que
pueden afectar al sistema nervioso central y/o neuromuscular (Font et al.,
2014). Los análisis básicos incluyen un hemograma, un perfil bioquímico
completo y un urianálisis.
Hemograma: el análisis hematológico selectivo de rutina puede tener cierta
aplicación en pacientes con enfermedad neurológica. Una leucocitosis podría
sugerir un proceso inflamatorio. Un perfil inflamatorio marcado y desvío a la
izquierda se esperan en una meningitis o encefalitis bacteriana. La microcitosis
con trombocitopenia o sin ella es común en perros con anastomosis
portosistémicas. En la mayoría de los casos, sin embargo, los datos del
hemograma carecen de particularidades interesantes (Meric, 1995).
Perfil bioquímico: el perfil bioquímico es de mayor utilidad para determinar la
probabilidad de etiologías metabólicas para neuropatías, encefalopatías y
convulsiones (Taylor, 2010). Los parámetros más importantes son los niveles
sanguíneos de glucosa, calcio, fósforo, sodio y potasio y azotemia (Font et al.,
19
2014). La diabetes mellitus, hipoglucemia, hipopotasemia y uremia pueden ser
descartadas del diagnóstico diferencial si el panel bioquímico se encuentra
normal. La detección de hipercolesterolemia justifica la indagación adicional por
hipotiroidismo. La hiperactividad enzimática de enzimas hepatoespecíficas o
hipoalbuminemia son sugestivos de hepatopatía y encefalopatía hepática. La
hiperactividad CPK, AST sugiere miopatía/miositis (Taylor, 2010).
Urianálisis: es un análisis sencillo, rápido y económico. Permite la aproximación
a 45 enfermedades de la medicina interna. Ciertas afecciones renales, del
hígado u otros sistemas pueden generar signos nerviosos, pudiendo confundir
el diagnóstico (Hutter, 2010).
Análisis específicos
20
- Creatin Quinasa (CK): es una enzima muy sensible y específica de músculo
esquelético y cardíaco, y se debe valorar en casos de sospecha de miopatías o
miositis. Hay que tener en cuenta que hay procesos no patológicos como
extracciones de sangre dificultosa, ejercicio intenso, inyecciones
intramusculares, que pueden elevar levemente y de manera temporal los
niveles sanguíneos (Coppo, 2010).
- Anticuerpos contra los receptores de acetilcolina: esta determinación está
indicada en casos de sospecha de miastenia gravis. Es una prueba muy
sensible y específica, aunque aproximadamente el 2% de animales afectados
son seronegativos. Una terapia inmunosupresora durante 7-10 días puede dar
lugar a falsos negativos.
- Test de Tensilon (prueba de edrofonio): consiste en la administración
intravenosa de un inhibidor de la acetilcolinesterasa de acción ultracorta, que
permite confirmar alteraciones de la unión neuromuscular. Este test puede
causar crisis colinérgicas temporales (salivación excesiva, vómitos, diarrea,
miosis, bradicardia, disnea) reversibles con atropina (Font et al., 2014).
- Anticuerpos contra las fibras musculares 2M: es la prueba de elección para el
diagnóstico de la miositis de los músculos masticatorios (miopatía inflamatoria
inmunomediada que afecta a los músculos de la masticación).Es una técnica
poco invasiva y con una sensibilidad entre el 85-90% y especificidad del 100%
en la fase aguda de la enfermedad.
- Colinesterasa: los niveles en sangre se determinarán en casos de sospecha
de intoxicación por organofosforados o carbamatos. Una reducción en sus
niveles superior a un 25% indica exposición a dichos tóxicos (Font et al., 2014).
Radiología: las radiografías del tórax y abdomen pueden ser de valor para
observar procesos infecciosos o neoplásicos. No son invasivas y deben
practicarse como rutina en pacientes donde se sospechan esta clase de
patologías.
Las radiografías raquídeas son necesarias y útiles en el diagnóstico de
discopatías, discoespondilitis y algunos procesos neoplásicos radicados en
vértebras o médula espinal (Taylor, 2010).
21
Mielografía: se realiza mediante inyección de contraste yodado en el canal
espinal. El procedimiento se lleva a cabo solo después de confirmar que el
líquido cefalorraquídeo (LCR) no es inflamatorio porque puede agravar la
flogosis en un animal con meningitis. Es esencial en los pacientes con
evidencia de mielopatía o compresión medular. Se requiere para confirmar,
localizar y caracterizar la lesión. Es de particular valor en la identificación de
discos herniados, compresión y tumores medulares. Las lesiones en masa se
caracterizan como intramedulares, intradurales/extramedulares o extradurales
(Meric, 1995).
22
Concentración de proteínas: los valores normales son <0.3g/L. Existen
métodos cuantitativos y cualitativos para su determinación, y su valor puede
incrementarse debido a un aumento de la producción de proteínas en el LCR,
una alteración de la barrera hematoencefálica o una obstrucción de flujo del
LCR (Madrigal, 2015).
Recuento celular: en una muestra normal, puede haber 5 leucocitos/μL en
perros y 3 leucocitos/μL en gatos como máximo. Un incremento en el recuento
leucocitario se denomina pleocitosis, la cual puede ser leve (<25 células/μL),
moderada (26-100 células/μL) o grave (>100 células/μL) (Font et al., 2014).
Citología: permite determinar el tipo de células predominantes, se recomienda
su realización incluso siel recuento celular es normal (Madrigal, 2015).
Cultivos bacterianos o fúngicos: se realizarán en casos de sospecha de
infección bacteriana o fúngica, pero debido a que el número de
microorganismos presentes suele ser bajo y algunas bacterias sufren autólisis,
existe entre un 70 - 88 % de falsos negativos (Font et al., 2014).
Serologías: se realizarán en caso de sospecha de enfermedad infecciosa.
Frente a un título positivo es difícil determinar si la producción de anticuerpos
se ha realizado en el sistema nervioso, o bien si es por contaminación o por
disrupción de la barrera hematoencefálica. Con el objetivo de aumentar su
fiabilidad se pueden realizar simultáneamente serologías sanguíneas (Madrigal,
2015).
PCR: es la técnica más específica para detectar agentes infecciosos que
pueden causar lesiones en el SNC (Font et al., 2014).
ELECTROFISIOLOGÍA
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BIOPSIAS (MÚSCULO Y/O NERVIO)
Las biopsias musculares pueden servir para detectar procesos que afecten al
propio músculo o secundarios a una neuropatía. En ocasiones se requiere de
técnicas adicionales tales como la electrofisiología o la resonancia magnética
para precisar el músculo o la parte de éste a biopsiar. En el caso de los
nervios, los resultados de la biopsia pueden ser menos específicos, pero nos
puede proporcionar información sobre el grado de pérdida de fibras nerviosas y
de la regeneración, siendo útil para el pronóstico. En ambos casos es
importante mandar las muestras a laboratorios especializados (Meric, 1995).
Existen múltiples causas que pueden afectar al sistema nervioso. Como último
objetivo en el examen neurológico, es ideal poder definir el tipo de proceso o
etiología que afecta al sistema (Palma, 2015).El diagnóstico diferencial es
amplio e incluye causas vasculares, inflamatorias inmunomediadas e
infecciosas, traumáticas, tóxicas, congénitas, metabólicas, idiopáticas,
neoplásicas, nutricionales y degenerativas (Ver Tabla 3).
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Neoplásicas Primarias o metastásicas
Nutricional Carencia de tiamina
Degenerativa Enfermedades de almacenamiento lisosómico
(Adaptado de Sánchez, 2003)
Más allá de las múltiples etiologías que pueden afectar al sistema nervioso en
un canino geronte, existen una serie de mecanismos fisiológicos de mucha
importancia, que no sólo pueden generar signos por sí mismos, sino también
favorecer a las causas nombradas. Esta serie de fenómenos se pueden
englobar en una palabra: el envejecimiento. El envejecimiento se define como
el cúmulo de modificaciones fisiológicas y morfológicas a las que da lugar el
paso del tiempo.
Sin embargo, los diferentes órganos y sistemas del organismo no parecen
envejecer al mismo ritmo y dependen en alguna medida uno del otro. Así es
concebible que el envejecimiento del sistema nervioso sea también
consecuencia del deterioro de otros sistemas. El envejecimiento disminuye la
capacidad de respuesta de cada uno de los componentes de un organismo vivo
ante agresiones externas.
Los mecanismos biológicos del envejecimiento han pretendido ser explicados
mediante algunas teorías. Hasta el momento no existe una teoría única o
mecanismo que explique el proceso de envejecimiento, pero sí se presentan
fenómenos que son relevantes para éste.
Estos fenómenos podrían afectar de distinto modo a aquellos tejidos con
capacidad regenerativa importante (ej: médula ósea, piel, etc.) que a otros
como el tejido nervioso con capacidades regenerativas muy limitadas.
Entre los mecanismos más significativos se encuentran:
Estrés oxidativo.
Factores genéticos.
Telómeros.
(Dubrosvky, 2007).
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EL ENVEJECIMIENTO DEL CEREBRO
En la medida que pasan los años se puede observar en el cerebro una serie de
cambios estructurales. Existe una pérdida del volumen y peso significativa. Los
surcos se ensanchan como resultado de la pérdida neuronal. Existe una
pérdida de sinapsis y simplificación de los árboles dendríticos, degeneración
neurofibrilar y gránulo vacuolar, así como una acumulación de lipofucsina.
A pesar de que todas las regiones pierden volumen, la declinación no es pareja
en todas las áreas y tampoco lo es su ritmo de progresión.
Los estudios de neuroimágenes confirman que la sustancia gris se pierde
linealmente con la edad, mientras que la sustancia blanca no es tan lineal y el
patrón se representa mejor mediante una curva, que a mayor edad decrece
pronunciadamente.
El flujo sanguíneo encefálico disminuye en un 20 % y en cuanto a los nervios
periféricos aquellos de gran tamaño el número de fibras nerviosas se reduce en
un tercio (Dubrosvky, 2007).
Plasticidad neuronal
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DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO
Datos demográficos
El animal fue atendido de urgencia el día 05/06/2018 en el “Hospital veterinario
Prof. Ernesto Hutter” de Olivos, Buenos Aires a las 9:30 h.
Motivo de consulta
El dueño comentó que desde el jueves 31/05/18 “Simón” no se incorpora, no
come ni toma agua.
Antecedentes relevantes
El día viernes 01/06/18 fue llevado a consulta con un veterinario de su barrio,
quien según indica el propietario, le administró un corticoide y un antibiótico y
que no hubo una mejoría notoria.
El canino vive en un departamento en Olivos, en lejanía del río y no convive
con otros animales. Presenta el plan sanitario al día y come alimento
balanceado (sin especificar).
Evaluación inicial
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PALPACIÓN: reaccionó mordiendo al aire, pero no presentó particularidades.
AUSCULTACIÓN TORÁCICA: sin particularidades
FRECUENCIA CARDÍACA: normal
FRECUENCIA RESPIRATORIA: disminuida
PULSO: normal
TEMPERATURA: 38.7 (normal: 38.5-39ºC)
Tiempo llenado capilar (TLLC): 3.5 segundos (aumentado)
Estudios complementarios
Análisis rápido de orina: se extrajo orina por sondaje. De color amarillo oscuro,
turbia. Con un pH por encima de lo normal y la presencia de proteína en gran
cuantía. Compatible con una infección urinaria.
Densidad 1030 (refractómetro)
pH 7.5 (tira reactiva)
Pigmentos biliares+ (método de Heller)
Proteínas ++++ (método de Heller)
Leucocitos ++ (tira reactiva)
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Bioquímica: sin alteraciones, con un leve aumento del colesterol (Tabla 5)
Tabla 5: Bioquímica del paciente
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Además una L-L de abdomen con el fin de evaluar la columna (Imagen 2).
Tratamiento
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Evaluaciones de seguimiento y evolución
Se decidió el manejo ambulatorio del animal, debido a que podía comer y tomar
agua por sus medios. Se mantuvo con la misma medicación.
Volvió el 08/06 para realizar control y la última terapia descompresiva. El
animal mostró mejoría, con una disminución de la ataxia, pero seguía con el
movimiento de tambaleo de la cabeza.
A partir del sábado (9/06): se decidió que comience por vía oral con: doxiciclina
150 mg/12 h, ranitidina: 75 mg /12 h y prednisolona: 20 mg/12 h.
31
posteriores, junto con una disminución propioceptiva de los cuatro miembros.
Los reflejos eran normales, el estado mental estaba deprimido y presentaba
tambaleo de la cabeza. Se le realizó un test de glucemia mediante glucómetro,
la medición dio por debajo de lo normal.
Se le recomendó al propietario realizar una resonancia magnética de encéfalo,
ante la sospecha de una afección a nivel central debido a los signos
presentados desde que llegó la primera vez y a su escasa respuesta al
tratamiento.
Se administró dextrosa al 5 %, manitol y ceftriaxona.Quedó internado en el
hospital hasta el día siguiente.
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Figura 3:Resonancia magnética del paciente.
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Test serológicos:
-TOXOPLASMA: NEGATIVO (IFI IgM-IgG)
-NEOSPORA: POSITIVO (inmunocromatografía). Se recomienda confirmar con
PCR.
MÉTODOS
FECHA CUADRO CLÍNICO RESULTADOS
COMPLEMENTARIOS
Incapacidad para
31/05 incorporarse.
No come, ni toma agua.
Mismo cuadro clínico,
01/06
visita a un veterinario.
Sugestivo de infección
Análisis de orina
urinaria
Hemograma Sin particularidades(s/p)
Bioquímica s/p
-Patrón bronquial.
Animal en decúbito lateral.
RX tórax -Espondilosis a nivel
Incapacidad para cervical
incorporarse.
05/06
Respiración lenta. Espondilosis a nivel
RX abdomen
Estado mental deprimido. lumbar.
TLLC 3.5seg.
-Imágenes sugerentes
de cistitis.
Ecografía - Ligera
esplenomegalia.
- Reacción peritoneal
Mejoría clínica.
Ausencia de
Conectado con el medio. Frotis de sangre
07/06 hemoparásitos(no
Come y toma agua por sus periférica
excluyente).
medios.
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Postura de estación base
amplia.
Incoordinación y tambaleo Toma de muestra de
de la cabeza. sangre, para test
Negativo
Propiocepción disminuida. serológico de
Erlichiosis
Momentos de mejoría
clínica.
Ataxia.
-Atrofia cortical senil
Debilidad de miembros Se sugiere realizar
11/06 incipiente.
posteriores. resonancia magnética
-Otitis media derecha.
Tambaleo de la cabeza.
Incapacidad para
incorporarse
Se extrae sangre para -Negativo para
realizar test serológico Toxoplasma.
14/06 Mismo cuadro clínico
para Toxoplasma y -Positivo para
Neospora Neospora.
-Signos de afección
central, la otitis media
15/06 Informe neurólogo encontrada en la
resonancia no explica el
cuadro clínico.
18/06 Eutanasia
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DISCUSIÓN
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descartar el diagnóstico de Neosporosis, que había sido positivo por
inmunocromatografia pero se requería de una PCR, ya que sólo la detección de
anticuerpos no es una prueba confirmatoria. Además no pudo evaluarse la
evolución del paciente ante los últimos tratamientos instaurados para esta
enfermedad (clindamicina y trimetoprim-sulfa).
Queda también planteado el interrogante del rol del envejecimiento en el caso
presentado, ya que el paciente era un animal geronte, y en la resonancia se
observó atrofia cortical senil.
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CONCLUSIÓN
38
BIBLIOGRAFÍA
39
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interna en animales pequeños. Ed. Nelson R, Couto G. Editorial
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