Predicci Ondevida Util de Puentes Reforzados Con FRP Sujetos A Esfuerzos de Fatiga
Predicci Ondevida Util de Puentes Reforzados Con FRP Sujetos A Esfuerzos de Fatiga
Predicci Ondevida Util de Puentes Reforzados Con FRP Sujetos A Esfuerzos de Fatiga
ESCUELA DE INGENIERIA
Profesor Supervisor:
HERNÁN SANTA MARÍA OYANEDEL
Le agradezco a mi familia el apoyo que me ha dado durante estos dos años de estudio.
Al profesor Hernán Santa Marı́a por su guı́a y apoyo durante el proyecto de investi-
gación y mi estancia en el programa de postgrado.
A Ana Marı́a por ser mi apoyo, por motivarme a sacar lo mejor de mı́ e incentivarme
siempre a superarme.
iv
INDICE GENERAL
AGRADECIMIENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . iv
INDICE DE TABLAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . x
RESUMEN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xi
ABSTRACT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xii
1. INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
1.1. Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2. Hipótesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.3. Sistemas de Monitoreo de Puentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.4. Información Existente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
1.4.1. Estado del arte en sistemas de monitoreo de puentes . . . . . . . . . . 6
1.4.2. Estimación de vida útil de estructuras . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.4.3. Caracterización y comportamiento de NSM FRP . . . . . . . . . . . 16
1.4.4. Ensayos de fatiga de NSM FRP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
v
3.1.2. Comparación las mediciones trimestrales de los strain gauges (ERSG)
del HMS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
3.1.3. Comparación con las mediciones de la prueba de carga del HMS . . . 46
3.1.4. Solicitaciones teóricas máximas sobre la zona reforzada . . . . . . . . 49
3.2. Pruebas de pull-out . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.2.1. Determinación de la configuración para el ensayo de pull-out . . . . . 51
3.2.2. Optimización de la configuración para el ensayo de pull-out . . . . . . 53
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
vi
INDICE DE FIGURAS
vii
3.8 Comparación esfuerzos VWSG - C1, HMS vs. EF. . . . . . . . . . . . . . . . 41
3.22 Distribución de esfuerzos verticales para las distintas longitudes sin adherencia
analizadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
viii
4.8 Distribución del esfuerzo de corte τ a lo largo de la barra de FRP. . . . . . . . . 68
5.2 Esquema del refuerzo de las probetas utilizadas por Quattlebaum et al. . . . . . 75
5.3 Deflexiones al centro de la luz durante los ciclos de carga. . . . . . . . . . . . 77
5.4 Variación de los esfuerzos en el FRP durante los ciclos de carga. . . . . . . . . 77
ix
INDICE DE TABLAS
x
RESUMEN
Esta técnica de refuerzo fue utilizada por primera vez en Chile para el refuerzo del
puente Centenario en el 2008, por lo que se implementó un sistema de monitoreo estructural
(HMS) para seguir el comportamiento y funcionamiento del refuerzo NSM FRP.
Palabras Claves: adherencia, fatiga, polı́meros reforzados con fibras, NSM FRP, sis-
tema de monitoreo estructural, puentes, funciones de vida.
xi
ABSTRACT
The use of fiber reinforced polymers (FRP) near surface mounted (NSM) is a struc-
tural reinforcement technique that offers great advantages compared with other reinforce-
ment methodologies, especially the simple and fast application process that requires. This
technique has been developed in the past 20 years, and some properties like the long time
behavior are unknown.
This reinforcement technique was used for the first time in Chile to strength the Cente-
nario bridge in 2008, because of the novelty of the reinforcement a structural health moni-
toring system (HMS) was implemented in order to monitor the behavior and performance
of the NSM FRP reinforcement.
Finite element simulations were carried out in order to compare them with the informa-
tion given by the HMS and estimate the actual state of the reinforced zone in the Centenario
bridge. Experimental tests results regarding the behavior of the anchoring length of the FRP
strips used in the bridge are also reported and analysed.
Keywords: Bonding, fatigue, fiber reinforced polymers, NSM FRP, health monitor-
ing system, bridges, lifetime functions, reliability index.
xii
1. INTRODUCCIÓN
La importancia que tiene conocer el estado actual de las estructuras en uso ha crecido
significativamente en los últimos 30 años. Las construcciones son diseñadas para una vida
útil determinada, pero se desconoce cómo se comportarán realmente durante ese perı́odo;
se tiene una incertidumbre con respecto a cuales son las propiedades fı́sicas y geométricas
reales de sus elementos y materiales, ası́ como la degradación que pueden presentar con el
paso del tiempo.
Los puentes son básicos para el desarrollo de las ciudades, ya que permiten la co-
municación con las zonas alrededor, por lo que su correcto funcionamiento es clave y es
necesario implementar HMS para garantizar su integridad estructural.
Con el paso del tiempo, los puentes se ven sometidos a un aumento de solicitaciones,
ya sea por el constante incremento de las cargas que deben transportar los vehiculos al
trasladarse de un punto a otro, o por el aumento de carriles de tránsito dentro de las es-
tructuras existentes en busca de aumentar el flujo vehicular. Esta situación provoca que el
puente deba ser reforzado para que pueda tener un desempeño adecuado, manteniendo su
integridad y su serviciabilidad.
1
se empezaron a utilizar como materiales para el refuerzo estructural. Existen varios tipos,
dentro de los cuales destacan los polı́meros reforzados con fibras de carbono (CFRP) y los
polı́meros reforzados con fibras de vidrio (GFRP). El CFRP presenta una resistencia a la
tracción bastante superior al GFRP, aunque el costo de este último es menor.
2
puentes reforzados con esta técnica, ya que son el ejemplo perfecto de estructuras sujetas a
cargas cı́clicas.
Es importante indicar que para el análisis del puente Centenario no se tomó en cuenta
los efectos de las cargas de impacto de vehı́culos contras las barreras de contención, esta
solicitación sı́ fue tomada en cuenta en el diseño del refuerzo. Estas cargas provocan una
solicitación bastante importante en la losa en voladizo del puente, que puede provocar una
degradación notoria en la zona reforzada. Estas cargas no fueron contempladas dentro del
análisis, ya que su frecuencia de ocurrencia es bastante baja respecto al flujo vehicular que
soporta la losa.
3
1.1. Objetivos
1.2. Hipótesis
4
1.3. Sistemas de Monitoreo de Puentes
Los sistemas de monitoreo en puentes se empezaron a utilizar en los años ochenta (Wen-
zel, 2009). Inicialmente estos sistemas se basaron únicamente en observaciones visuales
de las estructuras, en busca de detectar defectos o daños visibles a simple vista. A finales
de esa década se volvió bastante popular la evaluación de daños basándose en propiedades
vibratorias, como las curvas modales, las frecuencias de vibración e ı́ndices dinámicos
matriciales de flexibilidad.
(i) Planteamiento operacional: Es necesario plantear los objetivos del HMS, deter-
minando las zonas que son más crı́ticas e importantes de la estructura, tomando
en cuenta la trascendencia que puede tener el daño o fallo de estas zonas en la
estabilidad y serviciabilidad global de la estructura; el HMS también puede estar
orientado al monitoreo de zonas no tan crı́ticas pero que son de interés, en busca
de poder caracterizar y analizar su comportamiento en el tiempo. En esta etapa
de diseño del sistema, se debe realizar un análisis costo-beneficio tomando en
cuenta la trascendencia de la estructura para la población y el costo económico
de la implementación del sistema, para poder estimar la cantidad y calidad de los
instrumentos que se pueden colocar en la estructura.
(ii) Monitoreo de las propiedades y condiciones de la estructura: luego de definir los
alcances del HMS es necesario definir la metodologı́a que se utilizará para medir
5
las propiedades de interés; se debe elegir entre sistemas de medición periódica o
continua.
(iii) Evaluaciones no destructivas (NDE): Para medir la respuesta de la estructura es
necesario medir sus propiedades en reposo (sin sobrecargas de uso) y en condi-
ciones de funcionamiento normal. Estas últimas se miden usualmente mediante
pruebas de carga no destructivas, aplicando a la estructura fracciones de las car-
gas de diseño para medir la respuesta que tienen las zonas monitoreadas.
(iv) Procesamiento estadı́stico y filtración de los datos obtenidos del monitoreo: Las
estructuras civiles, en especial los puentes, se encuentran expuestas a distintos
factores ambientales que varı́an constantemente, como por ejemplo la humedad y
la temperatura ambiente, los cuales afectan las propiedades y comportamiento de
los materiales que componen la estructura. Es necesario filtrar estas alteraciones
en los datos, ası́ como los posibles ruidos generados por los sistemas de medición
de los instrumentos, para garantizar que los datos que se analicen en las etapas
posteriores sean fiel representación de las condiciones reales de la estructura.
(v) Prognosis de la estructura: Con los datos del HMS procesados y filtrados se
debe realizar el análisis de estos para determinar, ubicar y cuantificar los posi-
bles daños en los elementos monitoreados, y posteriormente evaluar la condición
actual de la estructura y definir las medidas preventivas o correctivas necesarias
para garantizar el correcto funcionamiento de la construcción por lo que le resta
de vida útil.
6
Los métodos que utilizan observaciones globales de la estructura, como los basados en
los modos y perı́odos de vibración de la estructura no permiten identificar y localizar con
precisión los daños que pueda presentar la estructura. Patjawit y Kanok-Nukulchai (2005)
afirman que las alteraciones en las formas de los modos y en las frecuencias pueden no ser
lo suficientemente significativas para inferir la condición del puente, por lo que proponen
establecer ı́ndices de flexibilidad globales lı́mite, tal que al ser superados estos valores se
debe realizar una inspección detallada de la estructura.
Yan y Golinval (2005) presentan una alternativa para poder localizar el daño de la
estructura, combinando el método de flexibilidad con el de rigidez. A partir de una pseu-
doinversión de la matriz de flexibilidad global de la estructura obtienen la matriz de rigidez
actual de la estructura, la cual comparan con la matriz de rigidez teórica de referencia.
Las variaciones que se presenten entre las diagonales de ambas matrices pueden ser rela-
cionadas con un elemento o zona en especı́fico, permitiendo ubicar las zonas con posibles
daños.
Durante la última década se han explorado novedosos sistemas de medición, por ejem-
plo las distribuciones de sensores de fibra óptica (DOFS, por sus siglas en inglés). Zhang
et al. (2006) emplearon dos tipos de DOFS, basados en rejillas de Bragg (FBG) y Bril-
louin optical time domain reflectometry (BOTDR), dentro de un sistema integrado de HMS
para vigas de hormigón armado reforzadas externamente con torones de fibras de aramida
reforzadas con polı́meros (AFRP). Utilizaron mediciones estáticas y dinámicas para deter-
minar niveles de alarma de seguridad para las vigas.
7
El futuro de los sistemas de monitoreo de estructuras se centrará en la prognosis de
daños (DP). La DP intenta predecir el desempeño del sistema estructural evaluando el es-
tado actual de daños del sistema (i.e. HMS), estimando los futuros escenarios de carga
y predecir a través de simulaciones y experiencias pasadas la vida útil remantente de la
estructura (Farrar y Lieven, 2007).
Se han realizado esfuerzos para estimar la vida útil remanente de estructuras a partir
de los datos del HMS. Por ejemplo, Li, Chan, y Ko (2001) analizan el caso de puentes
con vigas de acero y se centran en el análisis de las conexiones entre los elementos, es-
pecı́ficamente la fatiga de éstas, y proponen una metodologı́a para determinar la vida útil
modificando la regla básica de Miner para la estimación de la resistencia a la fatiga de los
materiales. Se basan en un sistema de monitoreo continuo, el cual les permite medir con
precisión las solicitaciones que tiene el puente en todo momento, obteniendo la historia
completa de esfuerzos que soportan las conexiones, para poder estimar con exactitud la
fatiga acumulada de las mismas.
La regla de Miner (Miner, 1945), indica que el daño por fatiga, D, se puede expresar
ası́:
k
X nj
D= (1.1)
j=1
Nj (X)
La regla de Miner permite evaluar la fatiga de elementos de acero con relativa facilidad
y precisión, sin embargo su aplicación a elementos de hormigón armado es más complicada
debido a que se trata de un material compuesto anisotrópico, y esta regla plantea el análisis
enfocándolo a las conexiones entre elementos.
8
En los últimos 20 años, la investigación de la vida útil de estructuras de hormigón
armado, principalmente puentes, se ha enfocado en la aplicación de análisis de confiabil-
idad y funciones de vida (lifetime functions) como las propuestas por Yang et al. (2004)
y Enright y Frangopol (1998).
9
El deterioro de la resistencia de un componente estructural con el tiempo se puede
expresar de la siguiente manera (Mori y Ellingwood, 1993):
g(t) = 1 − k1 ∗ t + k2 ∗ t2 (1.3)
10
y la función de distribución cumulativa (CDF, por sus siglas en inglés) de la carga viva,
respectivamente; S2 es la carga muerta, que se asume invariante en el tiempo; fS2 es la
función de densidad de probabilidad (PDF, por sus siglas en inglés) de S2 ; y fR0 es la PDF
de la resistencia inicial (R0 ).
Esta ecuación está relacionada a un cierto instante de tiempo en la vida de una estructura,
generalmente su estado inicial. Con el paso del tiempo la situación cambia, como se ob-
serva en la Figura 1.2: además de un posible aumento de las solicitaciones S(t), el deterioro
estructural puede causar daño, provocando una reduccción en la resistencia R(t). Este daño
se puede expresar como un indicador de daño Di , que aumenta con la acumulación de di-
versos daños, como lo son la disminución de rigideces, resistencias y áreas efectivas. La
evolución del daño provoca que el margen original de seguridad γ0 se vea reducido sucesi-
vamente, pudiendo llegar a desaparecer antes de que se termine la vida útil proyectada de
la estructura.
11
Enright y Frangopol (1998) utilizaron las ecuaciones propuestas por Mori y Elling-
wood, para estimar la probabilidad de falla en flexión de las vigas de un puente de hormigón,
asumiendo que la corrosión del acero de refuerzo era el único factor de degradación de la
resistencia de las vigas. Analizaron diversas curvas de degradación de la resistencia y tasas
de ocurrencia de la carga viva. Las curvas de degradación y las probabilidades de falla que
obtuvieron se pueden observar en la Figura 1.3. Dentro de las principales conclusiones
que obtuvieron está el hecho de que solo es necesaria una estimación gruesa de la tasa de
ocurrencia de la carga viva para los cálculos de confiabilidad, ver Figura 1.3.b, pero es im-
portante estimar bien la curva de degradación de resistencia.
Y =R−Q (1.6)
12
La media de Y, µY , se puede calcular de la siguiente forma:
n
X
µ Y = a0 + ai µxi = µR − µQ (1.7)
i=1
= σr2 + σQ
2
− 2CoV (R, Q)
σY2 = σr2 + σQ
2
− 2ρRQ σR σQ (1.8)
VY = = (1.10)
µY µR − µQ
Akgül y Frangopol (2004) presentaron una guı́a metodológica probabilı́stica para prede-
cir el desempeño (i.e., seguridad y serviciabilidad) de puentes existentes de hormigón
pretensado a lo largo de su vida proyectada. Derivaron las ecuaciones de estado lı́mite
basándose en las fórmulas y requerimientos de carga y capacidad flexural de la norma de
diseño AASHTO (American Association of State Highway and Transportation Officials).
El nivel de serviciabilidad lo definieron mediante tensiones admisibles en el hormigón.
13
Identificaron las variables aleatorias y los parámetros determinı́sticos en estas ecuaciones
de estado lı́mite. Los análisis de los resultados fueron presentados en términos de los
ı́ndices de confiabilidad iniciales y los perfiles de confiabilidad a lo largo del tiempo. En la
Figura 1.4 se presentan los perfiles que obtuvieron para dos de los puentes que analizaron.
14
F IGURA 1.5. Índices de confiabilidad para las distintas estrategias de manten-
imiento y reparación. (Petcherdchoo et al., 2008).
En la Figura 1.5 se puede observar como la ejecución de las dos actividades de man-
tención más económicas, el tratamiento quı́mico con silano (SL) y las reparaciones en la
losa (SRA), en los momentos adecuados permiten mantener el ı́ndice de confiabilidad por
encima de 2 hasta los 44 años de vida del puente, siendo esta combinación bastante más
económica que las otras estrategias que requieren de la sustitución de la losa (SRL) para
obtener un ı́ndice superior a 2.
Wenzel (2009) indica que para poder realizar una predicción de vida útil los registros
disponibles de mediciones deben ser lo suficientemente extensos para poder cubrir por lo
menos tres ciclos relevantes para la estructura, lo que normalmente es el equivalente a tres
años de mediciones.
15
1.4.3. Caracterización y comportamiento de NSM FRP
Lorenzis y Teng (2007) realizaron una exhaustiva revisión crı́tica de las investiga-
ciones existentes sobre NSM FRP, enfocándose especialmente en el tipo de FRP utilizados,
pegamentos investigados, caracterı́sticas geométricas de las ranuras, comportamiento de la
interfaz epóxica y en los tipos de falla de vigas reforzadas flexuralmente.
En la Figura 1.6 se muestran las distintas curvas bond-slip de refuerzos de NSM FRP
que se han reportado en investigaciones previas. La curva tipo I reproduce de una man-
era más precisa el decrecimiento gradual del esfuerzo local de adherencia luego de que
se alcanza su máximo valor; esta caı́da gradual se presenta cuando la falla de adheren-
cia se ubica en la interfaz (epóxico-hormigón o epóxico-barra) o por el desprendimiento
de la cobertura de epóxico-hormigón que cubre la barra. La curva tipo II representa de
mejor manera la falla por desprendimiento de esta cobertura cuando las barras presentan
superficies rugosas, ya que tienen un comportamiento más frágil, con una caı́da abrupta
del esfuerzo de adherencia luego de alcanzar su máximo valor. La ecuación general que
describe estas curvas es (Lorenzis y Teng, 2007):
α
s
τ (s) = τm ∗ (1.12)
sm
donde s es el slip (deslizamiento) del borde libre de la barra; τ (s) es el esfuerzo de ad-
herencia correspondiente a s; sm corresponde al slip asociado al esfuerzo de adherencia
máximo, τm ; α es un coeficiente de ajuste que debe ser menor a 1.
16
F IGURA 1.6. Curvas tı́picas bond-slip de refuerzos con NSM-FRP. (Lorenzis y
Teng, 2007). a) Curva tipo I, b) curva tipo II.
Stallings et al. (2000) evaluaron los efectos del refuerzo con laminados de FRP en un
puente actualmente en uso, compuesto por cuatro vigas de hormigón simplemente apoy-
adas, con losa colaborante. Muestran la disminución en los esfuerzos del acero de refuerzo
existente, y en las deflexiones de las vigas. Además de estos resultados muestran datos en
los que se presentan patrones de respuestas asimétricos en las vigas, ante patrones de carga
simétricos, los cuales justifican en parte por las variaciones en la fricción en los apoyos de
las vigas y la variación en el deterioro a lo largo de la estructura.
17
1.4.4. Ensayos de fatiga de NSM FRP
El comité ACI 440, del American Concrete Institute (ACI, por sus siglas en inglés), en
su código ACI 440.2R (ACI Committee 440, 2002) recomienda mantener los esfuerzos en
el FRP por debajo de 0.55 ff u cuando se sometan los elementos reforzados externamente
con FRP a ciclos de esfuerzos de fatiga.
Harries y Aidoo (2006) indican que en ensayos de fatiga realizados a elementos re-
forzados externamente con CFRP se presentó una degradación de la interfaz epóxica den-
tro de un rango de esfuerzos no mayor al 4% de la capacidad última del CFRP. Además
indican que las recomendaciones del ACI 440.2R no son adecuadas para mitigar efectiva-
mente el desprendimiento del refuerzo inducido por grietas intermedias. El mismo Harries
(2005) indica que todos los ensayos de fatiga realizados a especı́menes reforzados con FRP
se han centrado en el comportamiento global de los elementos, sin prestar atención a la
degradación de la unión epóxica, con excepción de la investigación realizada por Aidoo y
él.
En los últimos cinco años se ha puesto mayor atención a los refuerzos NSM, realizando
pruebas de pull-out con el objetivo de determinar las longitudes de anclaje de las fibras y
18
caracterizar la unión entre el hormigón y el FRP, dentro de este tipo de investigaciones
destaca la de Yun et al. (2008) que comparan distintos tipos de refuerzo, externos y NSM.
Con respecto a la respuesta de refuerzos flexurales con NSM FRP sometidos a en-
sayos de fatiga Quattlebaum et al. (2005) analizaron la respuesta de elementos reforzados
con perfiles de FRP, Badawi y Soudki (2009) utilizaron barras con FRP para el refuerzo,
y Rosenboom et al. (n.d.) que utilizaron ambos tipos de FRP.
Todas estas investigaciones en NSM padecen el mismo problema señalado por Harries,
se enfocan en la resistencia general de la probeta, sin enfocarse en el análisis de la posible
degradación de la interfaz epóxica.
En la Tabla 1.1 se presenta un resumen de las pruebas realizadas por estos autores,
indicando el tipo de ensayo realizado, el tipo de refuerzo utilizado, la frecuencia (f) de
aplicación de la carga y los porcentajes (P) mı́nimos y máximos de la carga última del
elemento que definen el rango de carga durante los ciclos de fatiga.
Se puede observar en esta tabla que no existe un patrón constante de uso de frecuencias
para los ciclos, y ningún autor presenta una justificación para su elección. En las pruebas
de flexión se nota la significativa caida en el número de ciclos que es capaz de resistir el
elemento conforme aumenta el Pmax , especialmente para las pruebas de Badawi y Soudki.
19
TABLA 1.1. Resumen ensayos de fatiga con NSM-FRP.
20
2. SISTEMA DE MONITOREO DEL PUENTE CENTENARIO
El puente cuenta con tres luces de 61.1 m, 80.0 m y 64.1 m, con una longitud total de
205.2 m. Además presenta una curvatura vertical con un radio de 3810 m. El puente se
encuentra esviado 65.9◦ con respecto al cauce del rı́o Mapocho. En la Figura 2.2 se muestra
una vista lateral del puente.
El puente está compuesto por vigas cajón de hormigón armado, con cables de posten-
sado ubicados en las almas de las vigas. El acero de refuerzo de la losa es A63-42H,
mientras que cada cable de postensado está compuesto por 12 torones de 0.6” de diámetro.
La estructura es continua en toda su longitud. La sección transversal está compuesta por
dos vigas cajón de altura variable con una losa de espesor variable en voladizo, como se
muestra en la Figura 2.3.
Debido a la construcción del nuevo acceso nor oriente a Santiago, fue necesario au-
mentar la capacidad del puente Centenario a ocho pistas (Flores y Garcı́a, 2009). Se decidió
eliminar los pasillos peatonales, para tener cuatro carriles de 3.20 m y cuatro de 3.35 m,
y construir un puente peatonal independiente. Además se modificaron las barreras de los
bordes, colocando barreras tipo New Jersey.
Este aumento en las solicitaciones del voladizo, tanto por el peso de la nueva barrera
como por la carga de flujo vehicular y la carga de impacto en la barrera, implicaba esfuerzos
flexurales inadmisibles en la zona de unión de la losa en voladizo con la viga cajón, por lo
que fue necesario colocarle un refuerzo flexural adicional.
21
F IGURA 2.1. Ubicación del puente Centenario. (Google Maps, 2010).
F IGURA 2.2. Vista lateral del puente Centenario. Se observan las tres luces del
puente, y la variación de la sección transversal de las vigas cajón.
La cantidad de acero de refuerzo adicional requerida para que la losa fuera capaz de
resistir las solicitaciones era muy difı́cil de colocar debido a las pequeñas dimensiones de
la losa que dificultaban su intervención, además que se requerı́a cerrar por lo menos dos
carriles en cada dirección mientras se realizara la colocación del refuerzo (Flores y Garcı́a,
22
F IGURA 2.3. Sección transversal del puente Centenario.
2009). Por otro lado, se presentó la opción de reforzar la losa con polı́meros reforzados con
fibras (FRP, por sus siglas en inglés), las cuales requieren menos espacio en comparación
con el acero y presentan un proceso de colocación menos invasivo y destructivo comparado
con el acero, requiriéndose cerrar solo un carril por sentido durante su instalación, por lo
que esta última opción fue elegida.
El diseño del refuerzo fue realizado por los ingenieros Manuel Rodrı́guez, Luis Acuña
y Patricio Hauck, de la empresa Ingelab. Se colocaron barras de CFRP con una sección
transversal de 2x16mm, cada 16.5 cm, alternando longitudes de 115 cm y 275 cm, con una
longitud de anclaje de 45 cm dentro de la viga cajón para ambos casos, tal como se muestra
en la Figura 2.4.
23
F IGURA 2.4. Detalle de la ubicación y colocación del FRP.
Las barras utilizadas fueron los MBar 500 NSM, mientras que el epóxico utilizado fue
el Concresive 1090, ambos productos producidos por la empresa BASF CC. El proceso de
colocación de los sistemas de refuerzo cercanos a la superficie (NSM) consiste en limpiar
la superficie en donde se van a colocar las barras; con un disco de corte de pavimento se
crea una ranura de 20 mm de profundidad y 4 mm de espesor, la cual es limpiada para
eliminar las impurezas; luego se coloca el epóxico en la ranura y por último se incrusta la
barra hasta que quede totalmente embebida en el pegamento, dentro de la ranura.
24
Esta distribución es la misma para ambos voladizos en toda la longitud del puente,
excepto en los extremos, donde debido a la esviación que se presenta se debió adoptar una
distribución radial.
En las Tablas 2.1 y 2.2 se presentan las propiedades nominales del FRP y el epóxico
utilizado.
TABLA 2.1. Propiedades del perfil de CFRP Mbar 500 NSM. (BASF, 2008)
Propiedad Valor
Dimensiones 2 x 16 mm
Área transversal 32 mm2
Resistencia a tracción 2068 MPa
Módulo de elasticidad 131 GPa
Elongacion ultima 0.017
Propiedad Valor
Módulo de elasticidad en compresión 2200 MPa
Esfuerzo fluencia compresión 79 MPa
Resistencia a la tracción 34.5 MPa
Elongación a la ruptura 0.01
Resistencia al corte inclinada (2 dı́as curado) 13.8 MPa
Resistencia al corte inclinada (14 dı́as curado) 16.5 MPa
25
2.2. Sistema de monitoreo (HMS) del puente Centenario
El puente Centenario es la primera estructura en Chile que ha sido reforzada con NSM
FRP, por lo que la Pontificia Universidad Católica en conjunto con el Ministerio de Obras
Públicas y la empresa Ingelab crearon un sistema de monitoreo de la zona reforzada para
observar el comportamiento del sistema durante su funcionamiento.
Se colocaron 20 strain gauges (ERSG) en cuatro barras de FRP y tres cuerdas vibrantes
(VWSG) en el hormigón ubicado entre las barras, tal como se puede observar en la Figura
2.5.
El plan inicial de monitoreo incluı́a seis pruebas de carga con un camión de 25 ton, la
primera antes de la colocación del refuerzo, la segunda poco tiempo después de la colo-
cación, y las cuatro restantes cada 4 meses, para cumplir con un primer plazo de monitoreo
de dos años. Sin embargo, debido a complicaciones en la gestión y coordinación de estas
pruebas solo se han realizado las dos primeras pruebas.
Durante las pruebas el camión se coloca sobre el carril derecho de la vı́a en dirección
al norte, ubicándolo longitudinalmente en el tercio medio del puente, y haciendo calzar
su centro de masa con la zona reforzada instrumentada. La distribución de los pesos y la
separación entre ejes del camión utilizado se describen en el siguiente capı́tulo.
Adicional a las pruebas de carga, se realizan lecturas mensuales de las VWSG y trimes-
trales de las ERGS, para tener un seguimiento más detallado de la zona reforzada. Estas
mediciones se hacen igualmente en horas de la noche, pero sin el cierre del tránsito.
26
F IGURA 2.5. Ubicación de los ERSG y VWSG.
La primera prueba de carga fue realizada en junio del 2008, antes de que fuera colocado
el refuerzo de FRP. La deformación promedio que experimentaron las cuerdas vibrantes fue
de 34 microstrains (µε).
La única prueba de carga posterior a la colocación del refuerzo de FRP que se pudo
realizar durante el proyecto de investigación fue la segunda prueba de carga, en agosto del
2008, antes de que fuera colocada la carpeta asfáltica y la barrera New Jersey. En la Figura
27
2.6 se muestran las deformaciones medidas por las tres VWSG, justo después de colocar el
camión y justo antes de removerlo. La cuerda CVN corresponde a la que se encuentra a la
izquierda en la Figura 2.5, la CVC corresponde a la central y la CVS a la de la derecha. La
CVN y la CVC presentan un comportamiento prácticamente idéntico, mientras que la CVS
presenta valores entre un 25 % y un 50 % mayores. La deformación promedio tomando las
lecturas de las tres cuerdas es de 32µε.
En la Figura 2.7 se muestran las deformaciones medidas por los ERSG colocados en
los cuatro perfiles de FRP monitoreados. El SG1 se ubica a 0 cm del borde exterior del
alma de la viga cajón, el SG2 a 20 cm, el SG3 a 90 cm, el SG4 a 110 cm y el SG5 a 130
cm.
Los perfiles azul y rojo presentan un comportamiento bastante parecido, con diferen-
cias no mayores al 15 %. Los perfiles verde y negro presentan un comportamiento parecido
al de los otros dos; con excepción del SG4, que entregó una lectura muy alta.
28
F IGURA 2.7. Deformaciones en el FRP durante la prueba de carga. Se observa
la gran dispersión que existe entre los datos de cada ERSG, se indica el valor de
deformación promedio.
Las mediciones de los strain gauges fueron planteadas inicialmente con perı́odo entre
mediciones de tres meses, pero debido a la falta de equipos en algunas ocasiones las medi-
ciones tuvieron que realizarse más distanciadas temporalmente, por lo que los intervalos
de tiempo entre cada medición no son constantes.
Las cargas a las que está sometida la estructura durante estas mediciones corresponden
al peso propio de la barrera New Jersey y la carpeta asfáltica de 8 cm de espesor. La carga
viva se considera despreciable, ya que el flujo de vehı́culos sobre el carril extremo derecho,
en donde se ubica sobre la zona monitoreada, es prácticamente nulo durante las mediciones.
29
En la Figura 2.8 se muestran las deformaciones promedio en µε (10−6 ) para cada una
de las ubicaciones de las galgas extensiométricas (ERSG). No fue posible tomar las lecturas
de SG4 y SG5 luego de la segunda prueba de carga, en agosto del 2008, ya que los cables de
medición quedaron inalcanzables desde la zona asignada para la colocación de los equipos
de medición. Los datos de SG3 están reportados hasta septiembre del 2009, ya que en las
mediciones siguientes no se logró registrar ninguna medición.
30
F IGURA 2.9. Deformaciones de las cuerdas vibrantes (VWSG).
A pesar de la dispersión inicial, las cuerdas CVC y CVS tienden a tener un compor-
tamiento más parecido con el paso del tiempo, teniendo una variación de solo 12 % en la
medición de abril de 2010.
La CVN presenta datos bastante discutibles y poco fiables, ya que indica un aumento
relativamente constante de esfuerzos en compresión, situación que es poco realista ya que
las cuerdas vibrantes se encuentran en la parte superior del voladizo, zona en la que sola-
mente se presentan esfuerzos de tracción. Por esta razón se descarta el uso de estos datos
para los siguientes análisis.
31
F IGURA 2.10. Variación de las deformaciones promedio de las cuerdas vibrantes
(VWSG) y la temperatura ambiente a lo largo del tiempo.
32
3. MODELACIÓN EN ELEMENTOS FINITOS
Para la modelación de la zona reforzada con FRP del voladizo se decidió tomar una
franja de 34 cm de ancho de la sección en voladizo del puente, ya que los perfiles de FRP se
encuentran distribuidos uniformemente a cada 17 cm en el puente, alternando longitudes
de 70 y 230 cm desde el apoyo, como se observa en la Figura 2.4. En la Figura 3.1 se
muestra la conceptualización del modelo.
33
El modelo fue creado en tres dimensiones, mediante elementos Solids en el programa
SAP2000. El mallado general se realizó con elementos de dimensiones de 50x24x12 mm,
mientras que en la zona de interés, cercana al FRP, el tamaño de los elementos se re-
dujo a 1.00x0.25x1.00 mm; estas dimensiones fueron escogidas respetando las relaciones
mı́nimas entre la dimensión menor y la dimensión mayor de los elementos de 1:8 recomen-
dadas por Bathe (2007). Este último mallado tan fino permite tener tres nodos interiores
en la zona más angosta del epóxico y siete en la misma zona del FRP, cantidad que se
considera suficiente para poder caracterizar bien la zona de unión hormigón-epóxico-FRP,
y permitir una buena transmisión de esfuerzos entre las partes.
En la Figura 3.2 se muestra el detalle del mallado, mientras que en la Figura 3.3 se
presenta el esquema general del modelo en el programa computacional. En la Tabla 3.1 se
presentan las propiedades asignadas a cada material, los valores del FRP reportados fueron
obtenidos de pruebas de laboratorio, que son ligeramente distintos a los reportados por el
fabricante.
La modelación fue realizada utilizando adherencia perfecta entre los materiales, esto
significa que cada uno de los nodos correspondientes al epóxico de la zona de unión
hormigón-epóxico y de epóxico-FRP tienen los mismos desplazamientos que los nodos
correspondientes al hormigón y el FRP en las respectivas zonas de unión.
34
F IGURA 3.2. Detalle del mallado de los elementos.
35
F IGURA 3.4. Modelo de losa en SAP2000.
36
Para determinar las variaciones que se presentan en los esfuerzos en el perfil de FRP
y en el hormigón se definieron varios puntos de comparación. En la Tabla 3.2 se muestran
los resultados de cada modelo en dos puntos para el mismo escenario de cargas, correspon-
diente al peso de la barrera New Jersey y la carpeta asfáltica de 8 cm de espesor.
Como se puede observar en la Tabla 3.2, las variaciones en los esfuerzos del FRP y el
hormigón son despreciables entre las tres configuraciones analizadas, la mayor diferencia
se presenta en el FRP a una distancia de 110 cm del apoyo, en donde la opción 1 difiere
en un 1.5 % de la opción 3, por lo que se puede afirmar que la distribución de esfuerzos
durante la fase elástica es prácticamente independiente de la ubicación horizontal del acero.
37
Por esta razón se asumirá para el modelo que existe una barra de acero justo debajo de la
barra de FRP más larga, y se colocará otra barra de acero desfasada 21 cm, tal como se
puede observar en la Figura 3.3.b. La ubicación del acero inferior tampoco afecta la dis-
tribución de esfuerzos en el FRP, por lo que se colocará una barra de 18 mm de diámetro
alineada con el perfil de FRP más largo.
En las Figuras 3.6 y 3.7 se muestran los valores y distribución de las cargas utilizadas
para modelar el camión de la prueba de carga (camión PC) y el camión de diseño propuesto
por el AASHTO (American Association of State Highway and Transport Officials), indi-
cado en la sección 3.6.1.2.2 de sus especificaciones para diseño de puentes. Para ambos
vehı́culos se asume que la huella de los neumáticos es un rectángulo de 25 cm de longitud
y 50 cm de ancho, siguiendo la recomendación del artı́culo 3.6.1.2.5 de la misma norma.
En las figuras, el P.M. corresponde al punto de medición, zona en donde está ubicado el
segmento de 34 cm indicado en las Figuras 3.1 y 3.4.
En la Figura 3.7 el P.M. corresponde al centro de gravedad del camión, que fue tomado
como referencia en las pruebas de carga y las mediciones mensuales.
38
F IGURA 3.6. Distribución de cargas del camión AASHTO.
39
3.1.1. Comparación mediciones mensuales de las cuerdas vibrantes (VWSG) del HMS
El estado de deformación cero inicial del sistema se definió a partir de las mediciones
realizadas durante la prueba de carga de agosto de 2008, ya que durante esta prueba se
midieron las deformaciones de las cuerdas, ya colocadas en la losa, sin ninguna carga apli-
cada. Es importante notar que la temperatura ambiental de referencia durante esta prueba
fue de 10.5 ◦ C.
40
F IGURA 3.8. Comparación esfuerzos VWSG - C1, HMS vs. EF.
La deformación teórica para el caso con aumento de temperatura es de 160 µε, rela-
tivamente semejante a la medida en terreno en enero de 2010, que fue de 126 µε, ya que
se tiene una diferencia de un 27 %. Para obtener la deformación medida en terreno se re-
quiere un aumento de temperatura de 7.49 ◦ C, 3.01 ◦ C menor que la temperatura ambiente
de enero de 2010.
41
La deformación del modelo para la disminución de temperatura corresponde a -6 µε
que difiere bastante de la deformación de 40 µε medida en setiembre de 2009. El error es de
40 µε, bastante parecido al error del caso de aumento de temperatura (34 µε). Para obtener
esta deformación medida en terreno se requiere un aumento de temperatura de 0.15 ◦ C con
respecto a la temperatura de referencia.
Es importante señalar que en el modelo se asumió que todos los materiales que con-
forman el elemento se encontraban sometidos a las mismas variaciones de temperatura, y
que éstas eran iguales a la temperatura ambiente.
Tomando en cuenta lo expuesto en el párrafo anterior, se puede afirmar que durante los
meses de verano la temperatura de la losa no varı́a notablemente con respecto a la temper-
atura ambiente durante las mediciones, mientras que en los meses de invierno esta variación
es bastante notoria, puesto que la losa retiene bastante del calor que recibió durante el dı́a.
Las tensiones máximas de tracción en el hormigón obtenidas del modelo de EF, para
la combinación C1, son de 13.5 kg/cm2 , valor bastante inferior a su capacidad máxima
en tracción de 45 kg/cm2 . Dada la congruencia que existe entre el modelo de EF y las
mediciones del HMS, se puede afirmar que la losa se ha mantenido en estado elástico
durante todo el tiempo en el que se ha realizado el monitoreo.
42
3.1.2. Comparación las mediciones trimestrales de los strain gauges (ERSG) del HMS
En la Figura 3.11 se muestran las deformaciones del FRP, medidas en terreno, en los
cinco puntos de monitoreo y los valores teóricos para C1, C4 y C5. Los datos de de-
formaciones provenientes del sistema de monitoreo presentan una gran dispersión, que es
notoria desde la primera medición realizada en setiembre de 2008 para los cinco puntos de
medición, y se mantiene en las siguientes mediciones.
Observando la Figura 3.11.f que presenta las deformaciones promedio para cada SG,
es más notable la dispersión en las mediciones; el SG4 y el SG5 presentan un aumento
sostenido en sus deformaciones a lo largo del tiempo, llegando en las últimas mediciones a
valores tres veces mayores que los máximos teóricos. El SG3 presenta valores poco confi-
ables, ya que la deformación máxima que presenta es un 10 % de la deformación de rotura,
situación irreal para el estado de carga durante las mediciones. Además seis meses después
presenta una contracción de 1500 µε, situación que no tiene una justificación fı́sica real.
43
F IGURA 3.10. Deformaciones teóricas ERSG - C1. Se observa la poca variación
de deformaciones que existe a lo largo de la barra de FRP para la combinación de
carga C1.
44
(a) SG1 (b) SG2
F IGURA 3.11. Deformaciones ERSG - C1, HMS vs. EF. Se observa la dispersión
de los datos, que aumenta a lo largo del tiempo.
45
3.1.3. Comparación con las mediciones de la prueba de carga del HMS
Para la comparación de las deformaciones en las cuerdas vibrantes y los strain gauges
durante la prueba de carga (PC) se le aplicó al modelo la combinación C2, ya que esta se
realizó antes de que fuera colocada la carpeta asfáltica y la barrera New Jersey.
46
La comparación de las deformaciones del FRP medidas en terreno y las obtenidas con
el modelo teórico se presentan en la Figura 3.13. Se observa en esta figura que todas las de-
formaciones medidas en el puente son menores a las del modelo de elementos finitos, con
excepción del SG4 negro. Este punto y el correspondiente al SG4 verde fueron ignorados
para calcular la deformación promedio del FRP en terreno, debido a la gran diferencia que
presentan con respecto al SG4 azul y rojo.
Se observa la gran similitud que tiene la forma de la curva promedio con respecto a
la de EF, las mediciones de EF son en promedio un 35 % mayores que las deformaciones
promedio de PC.
47
Asumiendo que la distribución de cargas sı́ está correcta, pero que el peso del camión
es un 80 % de las 25 ton que fueron informadas, el modelo de EF indicara una deformación
de las cuerdas idéntica al promedio de las mediciones de la PC, mientras que la distribución
de deformaciones de los strain gauges se acerca más a las mediciones reales, prácticamente
coincidiendo con algunos de estos valores, como se puede observar en la Figura 3.13.
48
3.1.4. Solicitaciones teóricas máximas sobre la zona reforzada
Se realizó un análisis para las condiciones de servicio, las cargas del camión fueron am-
plificadas un 33 % para representar el efecto dinámico debido al impacto de los neumáticos
durante el movimiento siguiendo la recomendación del AASHTO (2005). En la Figura
3.14 se muestra la distribución de esfuerzos horizontales longitudinales normales al plano
YZ en la dirección X (esfuerzos S33) en la zona cercana al FRP, en el plano YZ con X
igual a cero. La barra de FRP se encuentra entre los 34.2 y 35.8 cm de altura y entre los 8.4
y 8.6 cm en la dirección x. Los esfuerzos en el hormigón mostrados en esta figura tienen
incluidos los esfuerzos producidos por el peso propio de la losa, que solo actúa sobre el
hormigón armado y no sobre el FRP ni el epóxico.
49
Se observa que las tracciones en el hormigón cerca del FRP se encuentran entre los 50
y 75 kg/cm2 , valores superiores a la resistencia a tracción teórica de 45 kg/cm2 que tiene el
hormigón del puente. Las tensiones en el epóxico son bastante bajas, menores a 10 kg/cm2 .
F IGURA 3.15. Distribución de esfuerzos S33 en la zona cercana al apoyo del voladizo.
Para las cargas de servicio de diseño, el voladizo del puente presentará fisuras en el
hormigón alrededor del FRP. La tensión máxima en el FRP es cercana a 400 kg/cm2 , 2 %
de su resistencia última a tracción. Sin embargo este valor no es cierto ya que el modelo
aplicado es elástico lineal, y como se comentó existen zonas de hormigón que superan su
capacidad última en tracción, y dejan de aportar resistencia que entonces debe ser aportada
por el FRP, por lo que las tensiones en el FRP serán realmente cerca de cinco veces mayores
que las predichas por el modelo para este escenario de carga.
50
3.2. Pruebas de pull-out
Las probetas utilizadas en los ensayos son cubos de hormigón de 30x30x30 cm, con
ranuras en la mitad de cada cara de 2 cm de profundidad y 0.4 cm de ancho en toda la altura
del cubo, en donde posteriormente se coloca la resina epóxica y se embebe la barra de FRP.
Durante las pruebas, el perfil es tirado hacia arriba mediante un gato hidráulico, mientras
es sujeto en su posición mediante unas vigas de reacción. Para la ejecución de los ensayos
se analizaron dos configuraciones,que se muestran en la Figura 3.16, las cuales difieren
únicamente en la zona de contacto de las vigas de reacción con el bloque de hormigón.
51
La configuración A tiene como zona de contacto la zona apoyada de las vigas, que
corresponde a dos rectángulos de a x 30 cm, donde a es la longitud apoyada de la viga sobre
el bloque. La configuración B tiene solo un cuadro de d x d cm como zona de contacto para
la reacción. La configuración A tiene la ventaja de ser más sencilla de instalar, mientras que
la configuración B permite alejar la zona de compresiones en el bloque, producidas por las
vigas de reacción, de la zona donde se encuentra el epóxico y el FRP, con lo que se podrı́an
reducir los efectos de estas compresiones sobre el ensayo, especialmente un posible efecto
de confinamiento de las barras de FRP.
52
Para la comparación entre ambos modelos, se eligieron los siguientes valores para las
variables mostradas en la Figura 3.16, a la distancia a se le asignó 6 cm, a d también 6 cm,
mientras que La se fijó en 10 cm para ambos modelos.
Se concluye que el efecto que tiene la distribución de la zona de contacto entre las
vigas de reacción y el bloque de hormigón sobre la distribución de esfuerzos horizontales
en el bloque es despreciable, por lo que se elije la configuración A para el desarrollo de
las pruebas de pull-out, en la siguiente sección se presenta la optimización de esta config-
uración.
53
(a) Opción A, hF RP = 10 cm. (b) Opción B, hF RP = 10 cm.
Se realizaron modelaciones para analizar distintas longitudes de apoyo (a) de las vigas,
especı́ficamente 6 y 10 cm. A los parámetros La y Of se les asignaron valores de 15 cm y
0 cm, valores definidos arbitrariamente, ya que no eran importantes dentro del análisis de
sensibilidad de la longitud de apoyo de las vigas. En las Figuras 3.20 y 3.21 se muestran
los esfuerzos verticales en la cara superior del cubo para las dos propuestas, los valores
positivos corresponden a tracciones y los negativos a compresiones.
55
(a) Plano XY, z=30cm. (b) Concentración esfuerzos al ini-
cio del apoyo viga (x = 10 cm).
Las zonas que concentran mayores compresiones son las que se encuentran en el borde
de las vigas, en el caso de la Figura 3.20 a los 10 cm y 20 cm en la dirección x, y en la
Figura 3.21 a los 6 cm y 24 cm en la misma dirección, en donde se alcanzan valores
que se encuentran entre los 150 y 200 kg/cm2 de compresión. Hacia el centro del bloque
desde estos puntos, que corresponde a la zona del cubo sin contacto con las vigas, las
compresiones caen drásticamente llegando a valores despreciables, menores a 10 kg/cm2 a
una distancia de 1.5 cm desde el final de la zona de contacto de las vigas.
56
(a) Plano XY, z=30cm. (b) Concentración esfuerzos al ini-
cio del apoyo viga (x = 6 cm).
con una longitud libre de compresiones bastante parecida, por lo que fue elegida para los
ensayos. Por estas razones se decidió utilizar una distancia de 6 cm para apoyar las vigas
de reacción sobre los bloques durante las pruebas de laboratorio.
57
Con una distancia Of de 0 cm se observa una gran concentración de esfuerzos de
tracción en la zona superior del bloque, llegando a valores de 500 kg/cm2 , situación que
implica una falla de esa zona de la probeta, ya que el hormigón utilizado no es capaz de
resistir más de 50 kg/cm2 en tracción.
Al comparar los resultados de cada configuración para los distintos planos no se notan
grandes diferencias entre las formas de las distribuciones de esfuerzos para las distintas
longitudes de Of en los mismos planos, con excepción del Plano T para Of de 0 cm, ya
que es el mismo plano V, y por lo tanto la distribución de esfuerzos se ve alterada por la
presencia de los apoyos del modelo.
58
(a) Cara lateral, Of = 0 cm.
59
que se obtienen con una Of de 5 cm. Con la Of de 3 cm las compresiones son ligeramente
más altas, entre 5 y 10 kg/cm2 , que las de Of de 5 cm. Esta situación ejemplifica como se
obtiene una distribución de esfuerzos más uniforme conforme se tiene una distancia libre
Of más grande.
Esta situación refuerza la afirmación realizada luego de analizar la Figura 3.19 sobre
la mejor distribución de esfuerzos que presenta la configuración con una Of de 5 cm, por
lo que se concluye que la distancia Of mı́nima más apropiada para realizar las pruebas de
laboratorio es de 5 cm.
En conclusión se puede afirmar que la configuración oṕtima para los ensayos de pull-
out corresponde a tener una longitud de apoyo a de las vigas de 6 cm, y una longitud Of
mı́nima de 5 cm. Esta configuración fue la utilizada en los ensayos de laboratorio, cuyos
resultados principales se muestran en el siguiente capı́tulo.
60
(a) Plano V, Of = 0 cm. (b) Plano V, Of = 3 cm. (c) Plano V, Of = 5 cm.
Dentro del programa de monitoreo del puente Centenario se realizaron varias pruebas
de laboratorio para observar la respuesta del sistema de refuerzo ante distintas condiciones
de carga. Se realizaron ensayos de carga monotónica en viguetas, pruebas de pull-out y en
el futuro se realizarán ensayos de fatiga flexural.
62
F IGURA 4.1. Set-up del ensayo de pull-out.
63
F IGURA 4.3. Instrumentación ensayo pull-out 45 cm.
En la Figura 4.4 se presentan las deformaciones medidas con los SG durante el ensayo
del bloque de 50 cm. Como era esperado, las deformaciones son mayores cerca del borde
cargado del FRP, mientras que la barra en la zona inferior del bloque prácticamente no
sufre deformaciones durante todo el ensayo. Los SG1 y SG2 son los que presentan mayores
deformaciones durante el ensayo, llegando a valores cercanos (14 500 µε) a la deformación
de rotura teórica, 17 000 µε. El SG1 presenta un comportamiento bastante lineal, que se
debe a que la zona superior adherida sufrió un deslizamiento en las primeras etapas de
carga.
64
F IGURA 4.4. Variación de las deformaciones de los SG con respecto a la carga
aplicada durante las pruebas de pull-out.
65
En la Figura 4.6 se muestran las deformaciones a lo largo de la barra de FRP para
diferentes niveles de la carga aplicada. Se observa que las deformaciones se concentran en
los 22.5 cm iniciales cargados, mientras que los últimos 22.5 cm presentan deformaciones
marginales, inferiores a un 5 % de la deformación última nominal.
66
F IGURA 4.7. Segmento infinitesimal del FRP. Se muestra la ubicación de las
variables y los puntos i e i + 1 correspondientes a la ecuación 4.1.
Es importante resaltar que para cargas cercanas a la rotura de la barra, a pesar del
traslado de la zona de esfuerzo máximo, la zona superior adherida no presenta una caı́da
drástica en su resistencia, por lo que se descarta la falla del adhesivo en esta parte. Este
fenómeno también se presenta en otras investigaciones como la de Blaschko (2003).
Observando la Figura 4.8 se puede concluir que de los 45 cm adheridos trabajan efec-
tivamente los 30 cm superiores, mientras que los 15 cm inferiores experimentan esfuerzos
despreciables. Por esta razón se puede pensar que para futuras aplicaciones estas barras
de FRP podrı́an ser ancladas solo 30 cm para que sean capaces de desarrollar su tracción
última. No obstante, en las estructuras reales el hormigón presenta una alta variabilidad
en su calidad, por lo que es justificable tener los 15 cm extra como un factor de seguridad,
67
para garantizar una longitud suficiente para que las barras de FRP puedan desarrollar su
capacidad última.
En conclusión se puede afirmar que las barras de FRP utilizadas en el puente Cen-
tenario tienen la suficiente longitud de anclaje para que sean capaces de desarrollar su
capacidad última, por lo que se puede considerar el 100 % de su aporte para el cálculo de
la capacidad flexural del voladizo.
68
para medir el desplazamiento vertical del bloque de hormigón en las cercanı́as de la ranura
donde se ubicaba el FRP. En la Figura 4.1.b se muestra la ubicación de estos instrumentos
en la probeta.
Se observa que para desplazamientos pequeños, menores a 1 mm, las pendientes de las
curvas para distintas longitudes de anclaje son bastante parecidas.
F IGURA 4.9. Curvas P vs slip del extremo cargado del FRP. Se observa la similitud
entre las pendientes iniciales de los distintos ensayos.
69
Durante estas pruebas de pull-out no fue posible obtener curvas descendentes como las
mostradas en la Figura 1.6, ya que si bien se presentó deslizamiento de las barras de FRP
con respecto al hormigón, la capacidad de resistencia de la unión no se degrada.
En la Figura 4.10 se muestran las curvas de la Figura 4.9 junto con las curvas obtenidas
por Cruz y Barros (2004) para una longitud de adherencia de 8 cm y por Mohamed Ali et
al. (2008) para 20 cm de adherencia.
Se observa la similitud de las pendientes iniciales de las pruebas realizadas en esta in-
vestigación con la obtenida por Cruz y Barros, aunque la curva de estos autores tiene una
degradación notoria en su resistencia a partir de 0.5 mm, presentándose deslizamiento de
la barra a partir de los 0.8 mm. La curva de Mohamed Ali et al. presenta una pendiente
mucho más alta y constante, es importante notar que para este ensayo la probeta falla por
rotura de la barra antes de que ocurra un slip de 1 mm.
F IGURA 4.10. Comparación de las curvas P vs slip del extremo cargado del FRP
obtenidas de los ensayos con las reportadas en investigaciones previas.
70
Los desplazamientos reportados en la Figura 4.10 se pueden separar en dos compo-
nentes: el alargamiento elástico de la zona adherida de la barra y el slip del borde libre de
la barra, que para el set-up utilizado corresponde al movimiento relativo entre la base del
cubo y el extremo inferior del FRP.
Para los datos de la prueba de 45 cm se utilizó esta distribución de esfuerzos para deter-
minar el alargamiento elástico, mientras que para los otros datos se asumió una distribución
triangular en toda la longitud de adherencia. Los datos de slip del borde libre corregidos se
presentan en la Figura 4.11.
F IGURA 4.11. Curvas P vs slip del borde libre del FRP. Se observa que para la
carga última nominal de la barra (6.7 ton) el slip máximo es menor a 1 mm.
71
Observando la Figura 4.11 se nota que el desplazamiento del borde libre para cargas
inferiores a 5 ton es menor a 0.5 mm. Para todas las longitudes de anclaje analizadas el
slip del borde libre para la carga nominal de rotura de la barra (6.7 ton) es menor a 1 mm.
Por esta razón se descarta que la falla de las probetas pueda ser catalogada como falla por
deslizamiento, ya que los slips representan menos de 1 % de la longitud de adherencia.
Se puede afirmar que la barras de FRP colocadas en el puente Centenario pueden desar-
rollar toda su capacidad de resistencia. En los siguientes capı́tulos se presenta el desarrollo
y obtención de las funciones de vida del refuerzo NSM FRP y la resistencia flexural de la
losa en voladizo del puente Centenario.
72
5. ESTIMACIÓN DE VIDA ÚTIL DE ZONAS REFORZADAS CON FRP
En este capı́tulo se presenta una propuesta para la estimación de la vida útil de elemen-
tos reforzados con FRP. En la primera parte del capı́tulo se propone una metodologı́a para
la obtención de funciones de vida para la interfaz hormigón-epóxico-FRP a partir de los
resultados de pruebas de fatiga, mientras que en la segunda parte del capı́tulo se presenta el
cálculo de ı́ndices de confiabilidad para refuerzos flexurales con FRP, ası́ como los valores
lı́mites admisibles de estos asociados a probabilidades de falla por fatiga.
Las normas de diseño actuales, como el ACI 440 (2002) asumen que existe adherencia
perfecta para el cálculo de la resistencia de estos refuerzos. En la Figura 5.1 se muestran
los perfiles de deformaciones para el caso ideal con adherencia perfecta entre el hormigón,
el epóxico y el FRP (Fig. 5.1.a); y la situación cuando se presenta una degradación en la
interfaz (Fig. 5.1.b). Al comparar la Figura 5.1.b con la 5.1.a se observa que si la adherencia
73
FRP-epóxico-hormigón se degrada, la deformación que puede desarrollar el FRP es menor
que si la adherencia es perfecta y, por lo tanto, se desarrolla una tensión menor en el FRP.
Para este análisis, la degradación del sistema de refuerzo de NSM FRP en cada ciclo
de carga se representará mediante una disminución del área transversal de la barra de FRP,
estimando un área efectiva que, asumiendo adherencia perfecta en la interfaz tal como
se muestra en la Figura 5.1.c, aporte la misma resistencia que en el caso de adherencia
degradada.
Este modelo se utilizará con el objetivo de poder utilizar las ecuaciones de diseño
existentes, y posteriormente realizar los cálculos de ı́ndices de confiabilidad del refuerzo.
74
5.1.1. Pruebas de laboratorio de Quattlebaum et al.
Estas pruebas consistieron en realizar ciclos de carga y descarga a dos vigas de hormigón
armado reforzadas con NSM CFRP, cuya configuración se muestra en la Figura 5.2.
En la Tabla 5.1 se presentan las propiedades de los materiales utilizados en estos en-
sayos. Se observa que presentan valores bastante similares los utilizados en las pruebas de
laboratorio realizadas en la presente investigación y en el refuerzo del puente Centenario.
Sólamente el epóxico utilizado por Quattlebaum et al. presenta una resistencia a la tracción
un 40 % mayor que la del Concresive 1090, situación que no es relevante debido a las bajas
solicitaciones que tiene el epóxico en este sistema de refuerzo.
F IGURA 5.2. Esquema del refuerzo de las probetas utilizadas por Quattlebaum et al.
Estos autores ensayaron dos vigas, cargadas al centro de la luz con los siguientes pro-
gramas de carga:
75
TABLA 5.1. Propiedades de los materiales utilizados por Quattlebaum et al.
Durante los ensayos monitorearon las deflexiones de la viga al centro de la luz y las defor-
maciones en el FRP en el centro de la luz. En las Figuras 5.3 y 5.4 se presenta la variación
de las deflexiones de las vigas al centro de la luz y las deformaciones medidas en el FRP
(en la mitad de la luz) con respecto al número de ciclos.
La viga a la que se le aplicó el esquema de carga menor, N-L, alcanzó los 2 000 000
de ciclos sin fallar, por lo que a partir de este punto fue cargada con el programa N-H hasta
los 3 500 000 ciclos, momento en el que la viga falló.
Las deflexiones y deformaciones mostradas en las Figuras 5.3 y 5.4 fueron utilizadas
para estimar el área efectiva de FRP (Aef ect ) que trabaja en la viga, mediante el proceso
de cálculo que se presenta a continuación y se resume en el diagrama de flujo de la Figura
5.5. Este esquema está planteado para vigas simplemente apoyadas cargadas al centro de
su luz.
76
F IGURA 5.3. Deflexiones al centro de la luz durante los ciclos de carga.
F IGURA 5.4. Variación de los esfuerzos en el FRP durante los ciclos de carga.
77
Datos iniciales:
deflexiones (∆)
deformaciones FRP (εF RP )
para k ciclos de carga
Estimación
Para inercia efectiva:
i = 1, ...., k 3
Ief f i = 48PEcL ∆i
Esfuerzo
hormigón Esfuerzo en FRP:
a nivel de FRP: σF RP i = EFERP
c
σci
(P L/4)yef f i
σc i = Ief f i
Degradación Deformación
en el FRP: teórica del FRP:
Dg i = εF RP teor i =
εF RP teor i −εF RP i σF RP i
εF RP teor i EF RP
F IGURA 5.5. Diagrama de flujo para estimación del área efectiva de FRP.
El proceso consiste en estimar para cada ciclo i la inercia efectiva de la viga asociada
a la deflexión medida (∆i ):
P L3
Ief f i = (5.2)
48 Ec ∆i
donde P es la fuerza aplicada al centro de la luz; L es la longitud libre entre apoyos y Ec
es el módulo de elasticidad del hormigón.
78
La distancia desde el FRP al eje neutro (yef f i ) se calcula con la siguiente ecuación (Bran-
son y Trost, 1982):
" 2.5 2.5 ! #
Mcr Mcr
yef f i = df − cg + 1− ccr (5.3)
P L/4 P L/4
donde df es la distancia desde el extremo en compresión hasta donde se ubica el FRP; Mcr
es el momento de agrietamiento de la viga; cg y ccr son la profundidad del eje neutro para
la sección gruesa y agrietada respectivamente.
Con Ief f i e yef f i se obtiene el esfuerzo en el hormigón a la altura del FRP (σc i ) y el
esfuerzo en el FRP (σF RP i ) producidos por la carga externa P ; la deformación teórica en
el FRP (εF RP teor i ) se obtiene a partir del esfuerzo que se acaba de calcular.
αF RP i = 1 − Dg i
εF RP teor i − εF RP i
αF RP i = 1−
εF RP teor i
εF RP i
αF RP i = (5.5)
εF RP teor i
Con este factor se procede a calcular el área efectiva de FRP para el ciclo de carga i:
79
Finalmente, con el vector de αF RP se estima la función de vida LF (c) mediante un
análisis de regresión, en donde c es el número de ciclos.
12∆i yef f i − L2 εF RP i
αF RP i = 1 − (5.7)
12∆i yef f i
F IGURA 5.6. Funciones de vida obtenidas a partir de los datos de Quattlebaum et al.
80
Las funciones de vida del FRP se obtuvieron mediante regresiones lineales a partir de
las curvas de degradación y están caracterizadas por las siguientes ecuaciones:
en donde:
fs = Es εs < fy
ff e = Ef εf ≤ Ef εf e
81
El coeficiente ψf es un factor de reducción del aporte del FRP debido a su baja confia-
bilidad (ACI Committee 440, 2002). En la Figura 5.7 se muestran las variables utilizadas
en la ecuación 5.10; en la Tabla 5.2 se muestra la descripción de las variables aleatorias
utilizadas en la ecuación 5.10 y siguientes; en la Tabla 5.3 se describen los parámetros
determinı́sticos utilizados.
Para el análisis de vida útil se asumirá que todas las variables de la ecuación 5.10 son
parámetros determinı́sticos con excepción del área del FRP (Af ) y la profundidad del FRP
(df ), que se considerarán variables aleatorias con una distribución normal. Estas considera-
ciones fueron tomadas para que sea posible determinar la degradación en la resistencia de
los elementos de hormigón reforzados con NSM FRP debido únicamente a las variaciones
en el refuerzo con FRP.
R = Af df λ1 + λ2 (5.11)
en donde:
β1 c
λ1 = ψf ff e 1 −
2 df
β1 c 0 0 β1 c 0
λ2 = As fy d − + A s fs −d
2 2
82
F IGURA 5.7. Diagrama de tensiones y deformaciones de elementos
reforzados con FRP.
Variable Descripción
Af Área de FRP en tracción (cm2 )
df Profundidad del refuerzo de FRP (cm)
P1 Peso de la mitad del eje del camión de diseño (kg)
Pb Peso de la barrera New Jersey en el ancho ta (kg)
ω1a Peso propio del voladizo en el extremo (kg/cm)
ω1b Peso propio del voladizo en el apoyo (kg/cm)
ωcarp Carga distribuida debido a la capa asfáltica (kg/cm)
83
TABLA 5.3. Parámetros determinı́sticos para la losa reforzada con FRP.
Parámetro Descripción
As Área de acero en tracción (cm2 )
A0s Área de acero en compresión (cm2 )
at Ancho de la franja de la losa en voladizo analizada (cm)
c Profundidad del eje neutro (cm)
d Profundidad del refuerzo de acero en tracción (cm)
d0 Profundidad del refuerzo de acero en compresión (cm)
Ef Módulo de elasticidad del FRP (kg/cm2 )
Es Módulo de elasticidad del acero (kg/cm2 )
fy Esfuerzo de fluencia del acero (kg/cm2 )
L Longitud de la losa en voladizo (cm)
Lb Separación entre el borde del voladizo y la primera rueda
del camión (cm)
Le Separación entre ruedas del camión (cm)
β1 Factor de distribución de esfuerzos en el hormigón
εf Deformación unitaria en el FRP
εs Deformación unitaria del acero en tracción
ε0s Deformación unitaria del acero en compresión
κ Factor de distribución de la carga del eje sobre la franja
analizada
ψ Coeficiente de reducción del FRP
Q = Pb λ3 + P1 λ4 + ωd λ5 (5.13)
en donde:
λ3 = L
λ4 = κ(2L − 2Lb − Le )
L2
λ5 =
6
ωd = ω1b + 2 ω1a + 3 ωcarp
84
F IGURA 5.8. Cargas aplicadas sobre el voladizo del puente Centenario.
Utilizando las ecuaciones 5.11 y 5.13 se puede obtener los valores de las medias (µ) y
las desviaciones estándar (σ) de la resistencia (R) y de la demanda (Q). Con estos valores
se puede calcular los ı́ndices de confiabilidad mediante la siguiente fórmula, que se obtiene
de sustituir las ecuaciones 1.7 y 1.9 en la ecuación 1.11:
µR − µQ
β=q (5.14)
σR2 + σQ
2
Los ı́ndices β mı́nimos aceptables varı́an entre 2 y 4 para distintas aplicaciones estruc-
turales (Ghosn et al., 2003). Debido a la poca información que existe con respecto al
85
comportamiento de este tipo de refuerzos con FRP, se utilizará un βobjetivo de 3.5, valor
que fue utilizado para la calibración de las especificaciones AASHTO LRFD (Ghosn et al.,
2003).
86
6. EVALUACIÓN DEL PUENTE CENTENARIO
En este capı́tulo se presenta la evaluación del comportamiento del refuerzo con NSM
FRP en el puente Centenario. En la primera parte del capı́tulo se analiza el estado actual
del refuerzo y la losa en general, evaluando aspectos como la longitud de anclaje de las
barras, y esfuerzos experimentados por los materiales.
6.1. Estado actual de la zona reforzada del voladizo del puente Centenario
87
La máxima solicitación teórica sobre el voladizo, correspondiente a la combinación
C3, es un 50 % de la capacidad última que alcanza la losa con la colaboración del re-
fuerzo de FRP. Al hacer el cálculo tomando en cuenta los factores de mayoración de las
solicitaciones y reducción de la capacidad flexural este porcentaje aumenta a un 87 %.
Los resultados de las pruebas de pull-out permiten concluir que los 45 cm que tienen
de anclaje las barras de FRP en el puente Centenario son suficientes para permitir que estas
desarrollen su capacidad última nominal. Para futuras aplicaciones esta longitud podrı́a
reducirse hasta los 30 cm, y seguir garantizando que el FRP desarrolle su tracción última.
88
El análisis fue realizado para una franja de 17 cm de ancho de la losa en voladizo,
usando la distribución de cargas mostrada en la Figura 5.8. En la Tabla 6.1 se muestran
las medias (µ), las desviaciones estándar (σ) y los coeficientes de variación (COV) de las
variables aleatorias definidas en la Tabla 5.2 para la losa en voladizo del puente Centenario,
que como se indicó en el capı́tulo anterior se asume que estas variables siguen el compor-
tamiento de una distribución normal de acuerdo con Nowak (1999). El µ de la profundidad
df se calculó asumiendo que la barra de FRP se encuentra en el centro de la ranura, mien-
tras que el COV se obtuvo suponiendo que la barra se encontraba en el extremo exterior de
la ranura.
Variable µ σ COV
df 35.0 cm 0.2 cm 0.006
P1 7400 kg 1.96 ton 0.265 Ellingwood et al. (1980)
Pb 120 kg 31.8 kg 0.265 Ellingwood et al. (1980)
ω1a 0.64 kg/cm 0.06 kg/cm 0.100 Nowak (1999)
ω1b 1.44 kg/cm 0.14 kg/cm 0.100 Nowak (1999)
ωcarp 0.26 kg/cm 0.07 kg/cm 0.250 Nowak (1999)
En la Tabla 6.2 se presentan los valores µ y σ del área efectiva del FRP (Aef ec ), para
distintos ciclos de carga, obtenidos mediante las funciones de degradación LF1 y LF2 . Se
observa que los coeficientes de variación son bastante pequeños, inferiores al 2 %.
En la Tabla 6.3 se presentan los valores utilizados para los parámetros determinı́sticos
definidos en la Tabla 5.3. Los parámetros indicados en la Tabla 5.3 pero no mostrados en la
Tabla 6.3, como las deformaciones unitarias, se obtienen a partir de cálculos en cada ciclo
analizado.
89
del puente y la distribución de cargas mostrada en la Figura 5.8, asumiendo que el eje del
camión se encuentra justo por encima de la barra de FRP del segmento analizado. La carga
distribuida ω1 (peso propio de la losa) varı́a entre 0.64 kg/cm en el extremo del voladizo y
1.44 kg/cm en la zona de unión con la viga.
TABLA 6.2. Valores medios y COV del área efectiva del FRP.
LF1 LF2
# Ciclos µ (cm2 ) σ (cm2 ) COV µ (cm2 ) σ (cm2 ) COV
0 0.320 0.0 0.0 0.320 0.0 0.0
100 000 0.317 5.25*10−4 6.65*10−3 0.318 3.56*10−4 1.12*10−3
200 000 0.315 2.11*10−3 1.93*10−2 0.317 3.25*10−3 1.02*10−2
300 000 0.312 6.08*10−3 8.09*10−3 0.315 5.20*10−4 1.65*10−3
400 000 0.309 4.21*10−3 1.36*10−2 0.314 2.35*10−3 7.48*10−3
500 000 0.306 3.34*10−3 1.09*10−2 0.313 1.97*10−3 6.31*10−3
600 000 0.304 2.34*10−3 7.70*10−3 0.311 5.71*10−4 1.83*10−3
700 000 0.301 2.05*10−3 6.82*10−3 0.310 3.04*10−4 9.79*10−4
800 000 0.298 6.15*10−4 2.06*10−3 0.309 1.82*10−4 5.88*10−4
900 000 – – – 0.307 1.02*10−3 3.32*10−3
1 000 000 – – – 0.306 5.90*10−4 1.93*10−3
1 100 000 – – – 0.305 1.02*10−3 3.36*10−3
1 200 000 – – – 0.303 4.66*10−4 1.54*10−3
1 300 000 – – – 0.302 5.13*10−4 1.70*10−3
1 400 000 – – – 0.301 9.56*10−4 3.18*10−3
1 500 000 – – – 0.300 9.22*10−4 3.07*10−3
1 600 000 – – – 0.299 3.49*10−4 1.17*10−3
1 700 000 – – – 0.297 9.79*10−4 3.29*10−3
1 800 000 – – – 0.296 2.07*10−4 6.98*10−4
1 900 000 – – – 0.294 7.94*10−4 2.70*10−3
2 000 000 – – – 0.293 2.04*10−4 6.96*10−4
En la Tabla 6.4 se presenta la cantidad de ciclos de carga a los que se verá sometido el
puente Centenario en un perı́odo de un año, 50 años y 100 años, dependiendo del tránsito
promedio diario (TPD) de los camiones de carga.
90
TABLA 6.3. Parámetros determinı́sticos para la losa reforzada con FRP.
Parámetro Valor
As 4.11 cm2
A0s 0.92 cm2
at 17 cm
d 31.1 cm
d0 3.4 cm
Ef 1 310 ton/cm2
Es 2 100 ton/cm2
fy 4 200 kg/cm2
L 348 cm
Lb 30 cm
Le 180 cm
β1 0.81
κ 0.055
ψ 0.85
91
En este estudio se analizaron cinco escenarios: TPD de 10, 25, 50, 100 y 200 camiones
por dı́a para realizar las estimaciones de vida útil. Los valores de TPD se tomaron con-
stantes a lo largo de la vida útil del puente para cada escenario.
Las funciones de vida LF1 y LF2 usadas fueron calculadas a partir de datos de de-
flexiones y deformaciones de las pruebas de laboratorio realizadas por Quattlebaum et al.
(2005). Las propiedades de los materiales utilizados por estos autores son bastante pareci-
das a las de los materiales presentes en el puente Centenario, por lo que la predicción de
vida útil del refuerzo en la zona reforzada de esta estructura con estas funciones permite
tener una estimación aceptable de este parámetro.
Estas funciones de vida LF1 y LF2 se obtuvieron de ensayos con cargas cı́clicas de
60% y 40% de la carga última de las probetas. En el caso del puente, estos porcentajes
corresponden a pesos de 17.0 y 11.3 ton por eje del camión que pasa por la losa en volado.
Se asume que la mayor parte de los 190 camiones diarios, tienen pesos máximos por
eje entre las 11.3 y las 14.8 ton, por lo que se utilizará la LF2 para analizar TPD de 50, 100
y 200 camiones diarios.
Es importante notar que para el TPD de 200 se alcanzarı́an más de siete millones de
ciclos a los 100 años, valor bastante superior a los dos millones de ciclos a los que fueron
sometidas las vigas en los ensayos de Quattlebaum et al. (2005), por lo que se deben realizar
ensayos en el futuro que permitan garantizar la integridad de los materiales después de los
92
siete millones de ciclos, para este análisis se asumirá que el refuerzo es capaz de alcanzar
esta cantidad de ciclos.
Haciendo el mismo cambio en la ecuación 5.4, se obtienen las funciones de vida LF2 :
93
de peso propio y el camión de diseño AASHTO (14.8 ton por eje).
94
años, especı́ficamente a los 44 y 88 años de vida del refuerzo. La falla se presenta por
rotura debido a fatiga del material y no por una degradación importante de la resistencia
del mismo.
Se observa que para todos los casos analizados con TPD menores a 100, la degradación
en la resistencia flexural es despreciable, siendo menor al 2 %. El LF1 TPD 50 y el LF2
TPD 100 presentan una leve caı́da en su resistencia, mientras que en el LF2 TPD 200 la
caı́da es más rápida, llegando a un 7% de pérdida de resistencia a los 100 años. Para las
otras funciones la degradación es todavı́a menor, alcanzando menos del 1 % a los 100 años.
En la Figura 6.2 se muestran los ı́ndices de confiabilidad obtenidos para los seis esce-
narios analizados, todas las funciones de vida presentan ı́ndices de confiabilidad superiores
a 3.8 durante los 100 años, con excepción de la LF2 TPD 200, que alcanza el valor de 3.5
al final de los 100 años.
Los ı́ndices de confiabilidad se mantienen por encima del valor mı́nimo de 3.5 para
todos los escenarios analizados, por lo que se puede afirmar que durante la vida útil del
refuerzo no se llegan a presentar condiciones inaceptables de servicio.
95
Las funciones de vida LF1 y LF2 fueron desarrolladas para solicitaciones del 60 y
40 % de la carga última, mientras que la solicitación sobre el voladizo debido al camión
AASHTO es de un 50 % de su capacidad última, por lo que para el caso del TPD 50, el
voladizo del puente deberı́a tener una vida útil que se encuentra entre los 44 y 88 años.
La vida útil del refuerzo está controlada por la falla por fatiga del material, ya que en
ningún momento de su vida su resistencia se degrada lo suficiente como para alcanzar el
valor mı́nimo del ı́ndice de confiabilidad, que en el capı́tulo anterior se fijó en 3.5.
Bajo las condiciones analizadas, que pretenden incluir todos los escenarios posibles de
carga del puente Centenario durante los próximos años, el refuerzo con FRP tiene una vida
útil que permitirá su correcto funcionamiento más allá del año 2050. Si los pesos de los
camiones son menores a los supuestos en el análisis, el refuerzo podrı́a mantenerse ı́ntegro
hasta el 2100.
Se debe señalar que este análisis de vida útil se realizó para cargas de flujo vehicular,
sin tomar en cuenta los efectos del impacto de vehı́culos contra la barrera de protección,
solicitación que en el caso especı́fico de este puente es bastante importante. La ocurrencia
de estos impactos pueden provocar una degradación importante del sistema de refuerzo,
provocando una reducción en la vida útil del refuerzo, reduciendo los valores presentados
en esta investigación.
96
7. PROPUESTA DE METODOLOGÍA ANALÍTICA
Todos los procesos que se han descrito a lo largo de esta tesis se pueden resumir y
ordenar para obtener una metodologı́a analı́tica que permita estimar la vida útil de los
refuerzos con NSM FRP en puentes.
Se tienen dos lı́neas principales de trabajo para poder estimar la vida útil de estos
refuerzos: la estimación de la resistencia del refuerzo a lo largo del tiempo, y la estimación
de las solicitaciones a lo largo del tiempo.
El HMS permite monitorear los esfuerzos en el FRP, el hormigón y el acero, los cuales
pueden ser comparados con modelos de elementos finitos (EF) para verificar la integridad
de los materiales y su adecuado comportamiento con el paso del tiempo, especialmente la
adherencia entre los mismos, y además estimar la degradación que pueden experimentar en
sus propiedades fı́sicas y geométricas.
Con los ensayos de fatiga en el laboratorio se puede estimar funciones de vida para el
refuerzo siguiendo los lineamientos de la Figura 5.4 y determinar el número de ciclos que
puede experimentar el refuerzo antes de que ocurra la falla del mismo. Para estas pruebas se
97
deben definir los parámetros de fuerza mı́nima (Pmin ), fuerza máxima (Pmax ) y número de
ciclos (#ciclos ) a los que se someterán las probetas durante los ensayos, con el objetivo de
reproducir lo más preciso posible las condiciones reales de carga que existen en el puente.
Con el número de ciclos que resiste la probeta antes de que ocurra la falla y la esti-
mación de ciclos de carga por año se puede determinar el tiempo T1 necesario para que
ocurra la falla por fatiga del refuerzo.
Con las funciones de vida provenientes de los ensayos de laboratorio y las propiedades
reales de los materiales obtenidas del HMS se puede estimar la resistencia R del elemento
reforzado a lo largo del tiempo, su media (µR ) y su desviación estándar (σR ).
Finalmente, la vida útil del refuerzo de FRP corresponde al menor valor entre T1 y T2 .
98
Estimación de vida útil
de refuerzos con NSM FRP
Estimación β en el tiempo
Sustituyendo µR , σR , µQ y σQ
en ecuación (5.5)
F IGURA 7.1. Diagrama de flujo para estimación del área efectiva de FRP.
99
8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
100
Para el futuro uso de strain gauges en sistemas de monitoreo se recomienda utilizar
cables de conexión de mejor calidad y con una mejor aislación de las condiciones ambien-
tales, buscando tener una protección semejante a la que presentan los cables de conexión de
las cuerdas vibrantes, con el propósito de obtener mediciones más confiables y ası́ alargar
la vida útil del sistema de monitoreo.
Mediante los resultados de los ensayos e investigaciones previas fue posible determi-
nar funciones de vida para los refuerzos NSM FRP para distintas condiciones de carga,
y a partir de estas funciones se pudieron realizar predicciones de vida útil de este tipo de
refuerzos.
De acuerdo con los resultados de esta investigación, los refuerzos con NSM FRP
pueden ser utilizados para reforzar flexuralmente estructuras sujetas a ciclos de carga y
descarga, logrando obtener perı́odos de vida útil usualmente superiores a 50 años.
Es importante señalar que el análisis de vida útil se realizo para cargas de flujo vehicu-
lar, sin tomar en cuenta los efectos del impacto de vehı́culos contra la barrera de protección,
solicitación que en el caso especı́fico de este puente es bastante importante. La ocurrencia
de estos impactos pueden provocar una degradación importante del sistema de refuerzo,
provocando una reducción en la vida útil del refuerzo. El análisis del efecto de estas cargas
de impacto en las funciones de vida del NSM FRP se debe investigar en el futuro.
101
A la luz de los resultados obtenidos en este trabajo, surgen nuevas lı́neas de inves-
tigación a desarrollar en el futuro. Se debe investigar a fondo las propiedades de los
epóxicos utilizados en este sistema de refuerzo, como por ejemplo su resistencia a tracción
pura, posibles delaminaciones, sensibilidad a cambios de temperatura, ası́ como su com-
portamiento fuera del rango elástico.
Se deben realizar más pruebas de laboratorio, variando las condiciones de los ensayos,
con el propósito de obtener parámetros estadı́sticos suficientes que permitan obtener valores
medios y desviaciones estándar de las áreas efectivas de FRP y las funciones de vida, para
poder incluirlas en las normas de diseño de estructuras reforzadas con FRP.
102
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Infrastructure Engineering, v. 21(n. 6), 411–424.
106
ANEXO A. CORRECCIÓN DE SLIPS DE LAS PRUEBAS DE PULL-OUT
En la Tabla A.1 se presentan los factores para convertir las unidades medidas por el
gato hidráulico, el LVDT y el transductor a través del TDS Portable Data Logger en valores
de desplazamiento y fuerza.
donde P es la fuerza aplicada por el gato hidráulico; Llibre es la distancia entre el punto de
medición del LVDT y el extremo cargado; A es el área de la sección transversal de la barra
(0.32 cm2 ); y E es el módulo de elasticidad de la barra (1510 ton/cm2 ).
El slip obtenido luego de esta corrección corresponde al slip del borde cargado (slipbc ).
Para obtener el slip del borde libre (slipbl ), el slip debe ser nuevamente corregido, para elim-
inar el efecto del alargamiento de la barra en la zona adherida. Asumiendo una distribución
triangular de esfuerzos, este alargamiento ∆a se obtiene ası́:
P ∗ Lalargamiento
∆a (A.2)
2AE
donde Lalargamiento es la parte de la longitud adherida que experimenta deformaciones.
107
A continuación se presentan los datos medidos para las pruebas de pull-out realizadas.
108
TABLA A.3. Pull-out La = 12.5 cm, Llibre = 18.5 cm.
109
TABLA A.4. Pull-out La = 45 cm, Llibre = 6.0 cm.
110
ANEXO B. CÁLCULO DE RESISTENCIA E ÍNDICES DE CONFIABILIDAD DE
LA LOSA EN VOLADIZO DEL PUENTE CENTENARIO
A continuación se muestra el cálculo realizado para LF2 en el ciclo 1 000 000, con el
objetivo de ejemplificar los cálculos realizados.
Suponiendo que la profundidad del eje neutro cen es de 5.379 cm, se obtienen las
siguientes deformaciones en el acero y en el FRP:
d − cen 31.1 − 5.379
εAs+ = εcu = ∗ 0.003 = 0.014
cen 5.379
d0 − cen 3.4 − 5.379
εAs− = εcu = ∗ 0.003 = −0.001
cen 5.379
df − cen 35 − 5.379
εF RP = εcu = ∗ 0.003 = 0.0165
cen 5.379
111
Verificación equilibrio de fuerzas:
Q = Pb λ3 + P1 λ4 + ωd λ5
en donde:
λ3 = L
λ4 = κ(2L − 2Lb − Le )
L2
λ5 =
6
ωd = ω1b + 2 ω1a + 3 ωcarp
112
Sustituyendo los valores indicados en las Tablas 6.1 y 6.3 se tiene que:
λ3 = 348 cm
La transformación del número de ciclos c a tiempo en años para los distintos TPD
analizados se realiza de la siguiente manera:
c 1 000 000
tT P D10 = 10∗365
= 10∗365
= 274.0 años
c 1 000 000
tT P D25 = 25∗365
= 25∗365
= 109.6 años
c 1 000 000
tT P D50 = 50∗365
= 50∗365
= 54.8 años
113
TABLA B.1. Dimensiones y propiedades de los materiales.
114
TABLA B.3. Valores de R, Q y β para LF2.
115