Retiro de Servidores Del Altar
Retiro de Servidores Del Altar
Retiro de Servidores Del Altar
OBJETIVO: que los servidores del altar junto con sus padres descubran el verdadero sentido del
servicio a Cristo, para formar un comunidad como los primeros apóstoles.
LEMA: “Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes” (Juan.15,16)
ESQUEMA:
Empecemos por concentrarnos (con los ojitos cerrados), poniendo nuestro corazón y mente en
Jesús. Él está aquí, en la custodia en el Santísimo Sacramento.
Hagamos un acto de Fe, como los niños de Fátima: “Dios mío, yo creo, te adoro, espero y te amo.
Y te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”.
Pidamos ayuda a María, ella está siempre aquí adorando a Su Hijo con nosotros. Démosle gracias
por el regalo de su Hijo.
Ahora vamos a rezar el Padre Nuestro, 1 Aves Marías y terminaremos con el Gloria y
¡Oh!, buen Jesús.
Muy bien, empecemos una oración en silencio...en secreto, desde el corazón para agradecer a
María por su ayuda.
Invitemos al arrepentimiento:
A veces, a pesar de que queremos ser bueno, ofendemos a Dios. Piensen en las distintas maneras
que pudieran haberlo ofendido recientemente y pídanle perdón. Háblenle en el silencio de su
corazón. Dios nos ama y nos perdona cuando estamos arrepentidos y pedimos su Misericordia.
Permanecer un poco en silencio y después leer el pasaje de (Juan 6 – 51,54,56).
Tomemos un minuto para pensar en lo que acabamos de oír. Demos gracias a Dios por su Palabra.
Oraciones finales:
Pidamos por las almas del Purgatorio...Por todos los sacerdotes, las vocaciones, por nuestras
familias. Es tiempo para decir adiós y darle gracias a Jesús por Su bendición en el día de hoy. Amén
Objetivo:
Experimentar la necesidad de confiar en los demás, y medir el grado de confianza existente entre
las personas del grupo. Fomentar la sensibilidad no visual.
Desarrollo:
Se forman parejas entre los integrantes del grupo, procurando que se constituyan entre personas
que tienen menor relación interpersonal. “Busquen una pareja, alguien al que quieran conocer
mejor”.
Uno de los integrantes de la pareja hace el papel de ciego (vendándose los ojos), y el otro de
lazarillo. El lazarillo conducirá al ciego por el mundo que le rodea. Durante un tiempo determinado
(5 minutos), el lazarillo conducirá al ciego por lugares y en la forma que más quiera (una forma
interesante de practicar este ejercicio es hacer el acompañamiento en silencio, prohibiéndose
hablar a los participantes).
Después del tiempo estipulado, se invierten los papeles y se repite la experiencia.
Terminado el ejercicio, el grupo reflexiona la experiencia. El grupo puede realizar una ronda en
círculo utilizando la frase: “He descubierto....”.
El coordinador puede ayudar con algunas de estas preguntas:
¿El lazarillo inspiró confianza, por la firmeza de su voz, lo claro de sus indicaciones, etc.?
¿El lazarillo dio indicaciones erróneas?
¿El ciego sintió en algún momento que iba a caer o iba a tropezar?
Al ser lazarillo, ¿nos sentimos preocupados por entendernos bien con el ciego?
¿Qué sentimos al conducir al otro: responsabilidad, cariño, nada especial, instinto protector?
Al ser ciego, ¿cómo nos sentimos: como un juguete a merced del lazarillo?, ¿como un hermano
menor?, como un huésped bien tratado, pero con cierta frialdad?, ¿cómo un amigo tratado
familiarmente?
El conjunto de respuestas puede ser uno de los criterios para detectar el grado de confianza
existente entre los miembros del grupo.
Al final se evalúa la dinámica.
- Variantes:
Podemos utilizar distintos métodos para guiar al ciego: tacto únicamente, tacto y palabra, palabra
únicamente, sonidos y palabras sin sentido, o cualquier otro método que inventemos.