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El hombre y la cultura

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Pablo José Jaramillo


Universidad EAFIT
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EL HOMBRE Y LA CULTURA

PABLO JARAMILLO E.

RESUMEN alas de ángel caído, de halcón exilado de las alturas


que anhela, mirando al cielo y soñando con su
Pudiera decirse que en términos de cultura todo es poder demiúrgico extraviado. Esto es lo que todas
relativo, amén de la insondabilidad del hombre. Con las utopías y los sistemas morales aprovecharán
semejantes postulados de entrada habríamos para agenciar como "Criaturas demoníacas",
arribado al fin de cualquier reflexión posible. Pero, según la expresión de E.M. Ciaran, prometiéndole
como Sísifo reiniciamos la restauración de la figura al hombre una recompensa en la exterioridad
del hombre en la cultura, intentando sondear haciéndole olvidar que el camino hacia la divinidad
elementos estructurales que se revelen un poco pasa necesariamente por el si mismo.
más firme subyaciendo al devenir de los aconte-
cimientos históricos. ¿Tiene el poder una lógica Ellas viven del temor a la muerte no elaborado, ope-
inflexible acorde con una eventual configuración rando mediante el taponamiento de la incertidum-
estructural del sujeto?, a continuación proponemos bre, garantizando la felicidad o la trascendencia,
algunos elementos para la reflexión. por el camino de la exterioridad, pretendiendo
ahorrar al hombre el trabajo de construirse un
INTRODUCCION verdadero ser paradoja!, capaz de metamorfosear
los contrarios a la manera del alquimista que
El hombre es la criatura que posee la facultad convierte el más vulgar de los metales en oro
de facultades, la facultad por excelencia: la del puro.
asombro. Siente, es surcado por el lenguaje y por
estas vías, la del sentimiento y la del verbo, se 1. EL HOMBRE
sumerge en la nostalgia de un origen mítico que,
en su indescifrabilidad esencial, le deja en manos Pero ¿Quién es esa criatura llamada
del lagos y del pensamiento, guardianes encar- hombre? Lo primero que reconocemos es su
gados de protegerle contra la incertidumbre total. corporeidad de individuo perteneciente a la espe-
Ante el gran velo nocturno de la muerte todo cie Hamo Sapiens. Inserto en el reino animal pero
palidece o bien se exacerba hasta el furor. La inte-
rrogación y el asombro se instalan visceralmente PABLO JARAMILLO E. Jefe del Departamento de
de entrada cuando de lo humano se trata. El Humanidades y Lenguas. Psicólogo, Universidad de
hombre recorre la faz de la tierra arrastr~ndo sus Antioquia.

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en condiciones de fuerte inferioridad respecto a cuanto sujeto particular encarnado en lo simbólico
otras especies. El grado de dependencia de sus de un nombre propio, deseo del otro en tanto
padres no tiene símil en la naturaleza. La madre le objeto de placer. Cuádruple acepción del deseo
brinda cuidados, satisfacción a sus necesidades, que involucra la irrestricta presencia del otro como
a sus demandas y poco a poco, le va introdu- condición SINE QUAN NON de la emergencia del
ciendo en el mundo alternativo de lo simbólico. El sujeto. Es claro que la supervivencia en el puro
lenguaje será el hilo que teje la urdimbre de lo aislamiento es bien improbable, aparte de la
simbólico, enhebrando al hombre a sus repre- presencia de la muerte misma como límite funda-
sentaciones de orden intelectual y afectivo. La mental. En cuanto a la expresión del sujeto, el
entidad biológica organizada con las coordenadas lenguaje está hecho de signos que no son la
propias de la especie, será acogida en las redes cosa misma, aluden y ocultan a la vez. El reco-
del lenguaje por otro que, al hacerlo, da forma nocimiento de sí pasa por el otro, poniendo la
no sólo al cuerpo mismo, sino a la psique que subjetividad en circulación, y el placer demanda
se actualiza en representaciones conscientes o un objeto inclusive en la más exacerbada de las
inconscientes, susceptibles de tornarse idea o fantasías. Esta estructura obliga y marca una ética
permanecer en el registro, bien de la emoción y en consecuencia un orden en las cosas que
o en el de la formación de lo inconsciente cifrado. define un proceder independiente de la buena
voluntad.
El hombre entonces aparece como una entidad
biológica que, cuando entra en contacto con el Hay que afirmar entonces que el hombre habita
hecho fundacional de la interlocución, deviene de entrada en la ley en tanto límite, aún previa-
verdaderamente CUERPO y PSIQUE, potencial- mente a cualquier contrato. Es la ley la que funda
mente acción e intelecto. Lo humano específico al sujeto. Pero se trata de una carencia que hará
CAE, destila allí donde dos se encuentran, se del sujeto un buscador de plenitud, de completitud
reconocen y se comunican a través del lenguaje, inalcanzable. Y esa búsqueda se convertirá fácil-
de donde se desprende que, tanto en el uno mente en lucha por la supremacía, abandonando
aislado como en la masa, no hay más que Hamo al hombre al imperio del Hamo Homini Lupus. Allí
Sapiens en el mejor de los casos en tanto reflejo surge la necesidad de crear una ley positiva que
de una virtualidad humana no consumada. Lo dialectice las relaciones de fuerza entre sujetos y
auténticamente humano es una consumación de las convierta en posibilitadoras. Es necesario pasar
la interlocución. La moral y la utopía estereotipan de la relación de dos, fundada en la fuerza que
al hombre, presuponiendo en él sólo aquello que produce violencia, parálisis o servilismo (depen-
de masificable hay en su naturaleza. diendo de la estructura}, a una relación potencia-
lizante alrededor de la ley impersonal que opera
Ahora bien, ese otro que vehiculiza mi inserción en como función.
lo humano, también es el límite de mi caída en el
goce de la omnipotencia imaginaria. Sin ese límite Esta ley fundadora, vehiculizante, invita al sujeto a
no hay marco, habrá caos infinito, no existirá la luchar por su supervivencia, a la construcción de
posibilidad de construirme una forma libre por el un sentido y una expresión personal de su subje-
camino de la elección. El hombre será libre allí tividad, a una demanda de reconocimiento y a una
donde pueda elegir. Y para ello hace falta que búsqueda de objetos de placer, todo ello en un
el otro esté allí. El sólo hecho de convocar su espacio reglado por la ley positiva.
presencia ya me convierte en un demandante de
algo y ello ya limita mi omnipotencia imaginaria. El hombre entonces aparece
como una entidad biológica que,
Además el otro a su vez demandará de mí algo,
restringiendo igualmente mi campo imaginario. Por cuando entra en contacto con el
el límite o carencia que se encarna en la presen- hecho fundacional de la
cia ineludible del otro, se insinúa el ingreso en lo interlocución, deviene
humano, como sujeto deseante en una múltiple
acepción. Deseo de permanecer vivo, deseo de verdaderamente CUERPO y
expresarse mutando su intensión y su límite en PSIQUE, potencialmente acción e
forma que da sentido a su ser específico en el
mundo, deseo de ser reconocido por el otro en intelecto.

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El orden natural de las cosas nos hace carentes, conscientemente pero, en tanto sujeto, una espe-
dependientes del otro, en tanto la ley positiva de la cie de ··cordón umbilical"" le ata a cierto orden
cultura específica nos regla esa aproximación al estructural de los asuntos de la cultura, impidién-
otro a fin de impedir su aniquilación. Lo humano dole someterse a voluntad. El hombre no está
permanece y el reino de la cultura se levanta diseñado para la obediencia ciega.
como una arquitectura alternativa al reino de la
fuerza. La ley, en tanto nos disuade del camino
del extrañamiento en la ilusión de dominar al
El orden natural de las cosas nos
otro, inaugura el camino del retorno hacia nuestras hace carentes, dependientes del
más vivas fuentes interiores. ""Dios es inconsciente·· otro, en tanto la ley positiva de la
decía Lacan. De nuevo debemos advertir sobre
el peligro de todo tipo de ideologías políticas cultura específica nos regla esa
y morales, utópicas construcciones del miedo aproximación al otro a fin de
a todo, particularmente del paso obligado por
los círculos infernales, vía regia de acceso a
impedir su aniquilación. Lo
los campos celestes. Todas aquellas siniestras humano permanece y el reino de
producciones del miedo a la muerte y la incer- la cultura se levanta como una
tidumbre que produce el descenso a nosotros
mismos, suponen poder operar sobre la comu- arquitectura alternativa al reino de
nidad de hombres como si fuesen individuos en la fuerza.
serie, moldeables como el barro fresco, para
luego, al mejor estilo del ··soplo divino··, inscribir
2.2 La Dialéctica Amo-Esclavo
en ellos cualquier tipo de características espe-
radas, obviamente consideradas como exclu-
yentes y exclusivamente buenas. Es claro que Quien más temor a la muerte tenga o más
se postulan como una forma de poder. sometido esté a la necesidad claudicará ante el
otro en la lucha por la supremacía que siempre
2. EL PODER EN LA CULTURA se establece entre dos que se encuentran. Prefiere
la protección y las obligaciones que comporta,
La ley positiva debe ser hecha por alguien y antes que la muerte a manos del otro. Aquí hay
aplicada a su vez. Esto nos plantea un nuevo cierta complicidad transitoria, pues el verdadero
problema, el de quién ejerce el poder y cuáles son amo es el tiempo que trae de su mano enguan-
las vías de acceso a él. La ley no garantiza su tada a la muerte misma, constituyéndose en el
aplicabilidad, así como tampoco la capacidad de verdadero amo del amo. Las relaciones de fuerza
adquirir poder no otorga PER SE la legitimidad. siempre se modifican por el simple paso del
Demos una mirada a algunas de las principales tiempo. Además, el hombre sometido debe renun-
fuentes de donde emana el poder en sus diversas ciar a su deseo identificándose con el del amo.
manifestaciones. No habrá confrontación y el sentido no avanzará
sino en dirección del deseo del amo, lo cual fijará
2.1 La Fuerza Física la relación en un inexistente presente, soportado
realmente en la muerte estática, en el no-
Es la forma más inmediata de acceder al movimiento, en la vida caricaturizada. Es el reino
poder, sometiendo al otro y doblegando su voluntad. de la parálisis.
Su dificultad mayor estriba en ser excesivc¡mente
transitorio, pues careciendo de la complicidad del 2.3 El Líder
sometido, es fuente permanente de conflicto,
latente o manifiesto. Además los sometidos, A diferencia del amo, nadie renuncia a su
- aparte del esfuerzo necesario para mantenerlos deseo en nombre del líder. Por el contrario, cada
en tal situación,- darán lo peor de sí o lo mínimo uno pensará que los asuntos de la comunidad
en caso tal que el miedo movilice parte de su son un asunto privado entre él y su líder, prolon-
acción. El caso británico en la India o la suerte del gación de su yo ideal, héroe interior soñado y
"Terror·· robesperriano o la parálisis mental produ- ejercitado una y otra vez en la fantasía. La com-
cida por la dictadura bolchevique, son elocuentes plicidad es particularmente afectiva. El líder se
al respecto. Un sujeto puede querer oDedecer convierte en una verdadera fuente de inspiración

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para la comunidad. Su clave radica en la capacidad demás. La ciencia puede ser la fuerza máxima
de interpretar -a diferencia del amo, que juzga- las jamás conocida. De ella se desprende la clave del
necesidades y deseos de la masa que no se control económico.
constituye como tal - por oposición a la simple
yuxtaposición de individuos - sino a condición de 2.6 El Mito
este hilo interpretativo que genera una corriente
afectiva que le recorre unificando algo que deno- El ordenamiento primordial, configurado por
minamos masa. él, asigna lugares en la jerarquía del poder, legiti-
mando a la vez a sus representantes. La narración
El ejemplo clásico es el del enemigo externo mítica se convierte en orden y mandato a la vez,
combatido por un líder que aglutina el deseo del legitimando formas de acceso al poder. El pueblo
pueblo por arrojarle afuera. Y el caso del líder que judío se siente elegido por Dios, para reinar sobre
interpreta los sueños del pueblo, basados en una los otros pueblos de la tierra, siendo indudable
particular visión del mundo. Estos dos casos se el poderío que tal convicción otorga.
reunen en Gandhi quien no sólo encarna el odio
de la India contra la invasión británica, sino que 2.7 La Renuncia
sabe interpretar el sueño de la suspensión del
caudal fenoménico, ya lanzado por Mohabira en Quien disminuya al máximo sus deseos y
su doctrina antigua de la no-violencia. necesidades -conscientemente elaborada tal renun-
cia, pues lo contrario sería una caída en la magia-
difícilmente podrá ser sometido. Y quien exorcisa
La ley positiva debe ser hecha por la gran debilidad, -la muerte-, ya jamás transitará
alguien y aplicada a su vez. Esto por el camino de la sumisión. El deseo es posibi-
lidad y límite.
nos plantea un nuevo problema,
el de quién ejerce el poder y 2.8 La Representatividad
cuáles son las vías de acceso a
El hombre de la cultura, a diferencia del de
él. La ley no garantiza su la ideología, se siente en capacidad de guiar su
aplicabilidad, así como tampoco propio destino y de respetar el derecho de los
demás a hacer lo mismo en nombre de una ley
la capacidad de adquirir poder no impersonal que opera con una funcionalidad regu-
otorga PER SE la legitimidad. ladora de los espacios susceptibles de compartir
por todos y cada uno de los ciudadanos. Ante la
2.4 La Moral ley positiva, ese ciudadano optará por gobernarla
o bien delegará en otro su poder soberano de regir
ese destino personal. Quien reciba la delegación
Es otra modalidad de la fuerza, más sutil en
del poder deberá saber que el sujeto político
su apariencia. Es la fuerza en el plano afectivo.
quiere verse reflejado en las medidas y decisiones
Opera como un chantaje culpabilizante, impi-
del poder, sentirse y verse reconocido en las
diendo que el hombre halle el sentido ético de su
acciones del gobierno, captar su sentido, compar-
existencia. El sujeto por tanto, es negado y masifi-
tirlo y en consecuencia saberse y sentirse seguro,
cado en la estereotipia del supuesto principio
libre de toda amenaza contra su vida. Este sería
moral. Su camino es el del juicio, por oposición de
el objetivo de la República, crear un espacio
la interpretación que reconoce la movilidad de
apropiado para la interlocución donde se supone
todo negando la existencia de categorías inmóviles para todos el derecho a la palabra en la doble
y absolutas. El juicio moral condena al sujeto a
dirección de la expresión y la escucha, derecho
la doble moral. que comporta un esfuerzo para su merecimiento.
La ley positiva como límite y como posibilidad,
2.5 El Saber sólo en tanto función impersonal.

El control sobre las leyes de las cosas, sin El anterior recorrido por las distintas fuentes de
duda, es una incomparable fuente de poder. Utiliza- emanación del poder podrían agruparse en dos
ble de diversas maneras a favor o en contra de los grandes categorías. La de la FUERZA, que se

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presenta sin duda como una capacidad pero que, que donde el sujeto se presente, por fuerza será
al violar el deseo y el derecho del otro, se convierte ético, salvo en los casos en que la perversión, ya
en una verdadera USURPACION, personalizando apoderada de lo mejor del sujeto que un día
aquello que debiera permanecer como pura existió, se empeñe en interpretar como debilidad
función, es decir, la ley. Los resultados de una los espacios que se le ofrezcan para su actuali-
violencia tal sobre el sujeto, de acuerdo con su zación. Razón de más para configurar una ética
estructura, serán complejos. En unos generará del poder que impida la emergencia de tales
un irrefrenable impulso hacia la transgresión de la sujetos perversos. En este contexto, la misma
ley de carácter perverso, en otros, una suerte sanción se legitima en nombre del orden irrever-
de parálisis que les conduce a la abdicación de sible de las cosas del deseo. Es la vida misma
cualquier posible expresión personal, sacrificando quien sanciona, suspendiendo los logros en
la eventual intención creadora subyacente en contravía. La omnipotencia no es posible como
cada sujeto. También podrá generar servilismo en tampoco las utopías y la moral en sus diversas
sujetos dispuestos a claudicar en su deseo si facetas pseudo-religiosas y pseudo científicas. Al
bien tendrán que pagar un altísimo costo pues, menos en el pensamiento, el paso de la ideología
como quedó dicho, cierto orden de las cosas niega a la cultura está consumado.
el carácter del esclavo. Ahora bien, en el extremo
encontramos hombres extraordinarios que ante el CONCLUSION
acoso de su subjetividad, ante la asfixia de la repre-
sión externa, responden con una obra personal, a La historia pareciese ser el escenario de una
menudo genial, como si se nutriecen precisamente tensión entre la fuerza y la ley. La direccionalidad
de la aparente adversidad. Su expresividad se de esta tensión, por lo visto avanza hacia el creci-
configura y toma cuerpo en contra del mandato miento de los espacios que permitan al hombre,
vertical. una cada vez mayor expresión de su individualidad.
El hombre se reconcilia poco a poco con la idea
La segunda gran vía es la de la LEGITIMIDAD que de que la soberanía del poder emana de todos y
parte de la introyección por parte de cada sujeto cada uno de los individuos. La relación que ubicaba
de la inevitabilidad de la ley. Es el paso de la la ley en referencia a la voluntad del poder, lenta-
naturaleza y sus fuerzas en lucha, a la cultura como mente se invierte para instalar el imperio de la
espacio de interlocución, donde la ley es una Ley que en adelante controlará las condiciones al
función y en la que cada sujeto se verá reconocido ejercicio del poder.
y, a su través, dará un sentido nuevo al mundo,
recorriendo las estructuras sociales se expresará,
tornando palabra lo visceral en principio, ganando BIBLIOGRAFIA
terreno a lo real innombrado, tallando su ser en
una ética del ··bien decir"" en sentido lacaniano. Cioran, Emil. Mecanismo de la Utopía. Madrid:
Sólo a través del espacio, del campo neutro que Tauros Ediciones, 1982.
funda la ley, podrá emerger el sujeto, más alto que
Freud, Sigmund. El Malestar en la cultura. Buenos
la individualidad del horno sapiens negada, y en
Aires: Amorrortu Editores, 1979.
su emergencia, por fuerza, se expresará y será
creativo, gobernará su destino y será el ""líder"" de Freud, Sigmund. Psicología de las masas. Buenos
sí mismo, buscando al otro para actualizar la Aires: Amorrortu Editores, 1979.
fiesta humana de la interlocución que le da cate-
goría ontológica en el mundo y entonces será Lyotard, Jean Francois. Los derechos del otro.
-de facto- sociable. Todo ello conlleva a asegurar Medellin: Universidad Nacional, 1994.

References
Cioran, E. M., & Howard, R. (1987). Mechanism of utopia. Grand Street, 83-97.
Freud, S. (2013). Psicología de las masas y análisis del yo. FV Éditions.
Freud, S. (1975). Group psychology and the analysis of the ego (No. 770). WW
Norton & Company.
Freud, S., & González, M. R. (1999). El malestar en la cultura (Vol. 3). Madrid:
Biblioteca Nueva.
Lyotard, J. F. (1994). Los derechos del Otro.

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