Biografia de Jorge Müller

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Una vida confiada-biografa de Jorge Muller

La vida de confianza y dependencia en Dios de Jorge Mller es un gran testimonio de la bondad, fidelidad, poder y realidad de Dios. Y Dios, hoy, igualmente se mostrar a s mismo a todo aquel que confe en l. La ejemplar vida de Jorge Mller, en cuanto a la fe y a la oracin, no se puede acreditar a una crianza cristiana. Naci en 1805 en Prusia, y su niez y juventud carecieron de enseanza e influencia cristiana. No tuvo Biblia para leer. Su padre le daba a l y a su hermano demasiado dinero, considerando que eran solamente unos jvenes: eso les permiti seguir en sus hbitos pecaminosos. Sin embargo, despus de un tiempo, Jorge se propuso estudiar con empeo, y al fin lleg a aprender seis idiomas, incluyendo el hebreo, el latn y el griego. Su padre le anim a ser ministro, puesto que eso le servira a Jorge para darse una vida comodona, y as, cuando l se jubilase, podra vivir cmodamente con Jorge. Por lo tanto, Jorge comenz a estudiar en un seminario teolgico. Aunque era un estudiante religioso, no tena conocimiento alguno del significado de la salvacin, ms bien continuaba su vida pecaminosa. Aunque s, tena deseos en su corazn de reformarse; pero sus esfuerzos para ese fin repetidamente fallaban.
EL CAMBIO

Cuando tena casi veinte aos, fue invitado al hogar de unos creyentes, un sbado por la noche, para asistir a un culto de oracin. La reunin consista de lecturas bblicas, oracin y lectura de un sermn escrito. La misma dej una gran impresin en Jorge, y se fue a su casa con gran gozo en su corazn. Dios haba comenzado una obra de gracia en su corazn, y ste fue el comienzo de un cambio en su vida. Aunque no conquist todos sus hbitos pecaminosos en este tiempo, su vida s fue diferente desde ese entonces en adelante. Rompi las amistades pecaminosas, y comenz a leer la Biblia y a orar. l amaba el compaerismo de los creyentes y lo buscaba dondequiera que fuera posible. A veces caminaba hasta veinte kilmetros para poder or a predicadores santos. Sus condiscpulos se burlaban de l. Cuando le escribi a su padre y a su hermano acerca de la nueva felicidad que haba encontrado, su padre se disgust mucho.

Una nueva luz y la ayuda vinieron a Jorge cuando un profesor, quien era un verdadero creyente: el Dr. Tholuck, vino al seminario. Tambin se reuna con otros estudiantes creyentes que tenan cultos todos los domingos por la noche. Dios us todo esto para guiar al joven creyente en su camino. El deseo de vivir completamente para Dios creci en su corazn, y l comenz ansiosamente a prepararse para el servicio del Seor y a orar en cuanto a saber la voluntad de Dios para su vida. Con los consejos del Dr. Tholuck, quien era temeroso de Dios, Jorge aplic para ir a las comunidades de los judos como misionero. Pero le pidieron que fuera a estudiar a Londres por un perodo de seis meses, como un tiempo de prueba. Su padre estuvo de acuerdo que fuese, pero pareca que haba un obstculo, que no poda vencer: Los jvenes de Prusia tenan que servir un tiempo en el ejrcito. Al ser examinado por un mdico y declarado fsicamente incapaz, Jorge fue exento de comenzar su entrenamiento en el ejrcito carnal, pero esto le dio la oportunidad de empezar su entrenamiento misionero. Despus de llegar a Londres y estudiar mucho, se puso tan mal de salud que le pareca a l que iba a morir. Pero or, pidiendo saber la voluntad del Seor, y pronto comenz a recobrarse. Luego, se fue al campo para recuperarse aun ms; y all, bajo las enseanzas de un hermano consagrado a Dios, comenz a comprender que l necesitaba depender ms de la direccin del Espritu Santo, especialmente en cuanto a prepararse para predicar. Con esto, comenz a dejar a un lado los comentarios y otros libros, e invirti ms tiempo a la lectura y estudio nico de la Palabra de Dios. "El resultado de esto", l dijo, "fue que la primera tarde que me encerr en mi cuarto para entregarme a la oracin y meditacin sobre las Escrituras, a las pocas horas aprend ms de lo que haba aprendido durante los varios meses anteriores. Pero la diferencia particular era que yo recib genuinas fuerzas para mi alma, cumplindolo..." Cuando regres a Londres para estudiar, Jorge les sugiri a sus compaeros que se reuniesen por las maanas, de las seis a las ocho, para orar y leer las Escrituras, y para compartir lo que el Seor les estaba mostrando. l relat que varias veces, en las tardes, despus de un tiempo de devocional, encontr "una comunin tan dulce con Dios" que sigui orando hasta la medianoche, y, luego fue al cuarto de otro hermano, donde pasaron como dos horas en oracin. Estando as, demasiado lleno de gozo para dormir, se quedaba despierto hasta las seis de la maana, para orar con sus condiscpulos. Su salud comenz a empeorar otra vez, y sinti que no deba gastar ms tiempo estudiando, sino que deba comenzar a servirle al Seor. Fue as, como comenz a ministrar a los judos que vivan en Londres y le fue relevada su obligacin de servir

en la sociedad de los misioneros, para que as pudiese servir a Dios segn l lo guiara.
APRENDIENDO A ESPERAR EN DIOS

No mucho despus de dejar la escuela, le pidieron que pastorease una iglesia en Teignmouth. Siendo un pastor joven, lleg a darse cuenta que l no saba cul era el mejor texto para la congregacin. Comenz con el hbito de ir al Seor en oracin, para decidir cual texto deba usar. A veces estaba de rodillas durante largo tiempo antes de que Dios le diera un texto apropiado. Si nada vena a su mente, calmadamente segua leyendo las Escrituras en las partes donde l lea a diario, hasta que un texto le era trado a su memoria. Tambin, hubo veces cuando tuvo que ir a los cultos sin texto alguno, pero lo recibi de Dios unos pocos minutos antes de predicar. El Seor siempre le fue fiel en proveerle, si l le haba sido fiel en buscar su guianza, en la oracin. Era prctica de Jorge el meditar en el texto o el pasaje que seleccionara, con pluma en mano, escribiendo el bosquejo que vena a su mente. Rara vez usaba otro medio para entender las Escrituras, excepto otras buenas traducciones de la Biblia en otros idiomas. En la mayora de los casos dependa nicamente de la oracin. As, Jorge suba al plpito, confiando que el Seor le traera a la memoria el mensaje en en el que haba meditado; y a veces aadi nuevos pensamientos que le venan mientras predicaba. La mayora de sus predicaciones consistieron en explicar las Escrituras, y se dice que aquellos que escuchaban sus sermones se pusieron fuertes y eruditos en la Palabra de Dios, ms que la mayora de otros creyentes.
DEPENDIENDO DE DIOS POR LAS FINANZAS

Unas pocas semanas despus de casarse con la Seorita Mery Groves, los dos decidieron que l debera dejar de recibir los usufructos por vender las entradas a la iglesia. No creyeron que tal prctica fuera bblica, ms bien pensaron que la gente debera entrar gratis a la iglesia. Adems, dudaban que algunos lo dieran con alegra. Se puso en la iglesia una caja, en la cual la gente poda depositar sus ofrendas para l. A veces las ofrendas fueron muy escasas. Y otras veces, los que administraban el dinero de la caja, tardaron en drselo a tiempo. Como resultado, hubo veces cuando Jorge y su joven esposa no tuvieron lo suficiente para los gastos. Pero Dios contest sus fervientes oraciones, impresionando a algunos de la congregacin al darles comida o dinero, satisfaciendose de esa manera sus necesidades, y animndoles en la fe. Ellos dos fueron diligentes para no contraer deudas, escogiendo ms bien a vivir sin ellas. Adems, deseaban dar testimonio de su plena confianza nicamente en el Dios Viviente.

Jorge escribi: "Esta manera de vivir, con frecuencia ha sido el medio por el cual la gracia ha vuelto a reanimar mi enfriado corazn, y me ha restablecido en el Seor despus de un tiempo de reincidencia. Porque no es tolerable ni puede uno vivir en el pecado y a la vez mantener la comunin con Dos, para conseguir de los cielos todas las necesidades de esta vida presente. A menudo, una nueva respuesta a mi oracin, cuando la obtuve de esta manera, me reanim el alma, y llen de mucho gozo". A veces, ellos tuvieron que orar para que Dios les supliese la cena, mientras le daban gracias por el almuerzo. Y algunas veces Dios usaba los donativos de los pobres; pequeas donaciones, pero preciosas, quizs una hogaza de pan. Al cumplir el primer ao de vivir sin sueldo, ellos descubrieron que haban recibido ms de lo que solan ganar recibiendo el sueldo. Jorge dijo: "No he servido a un maestro cruel, y eso es lo que me da gozo de demostrar". Despus de un poco ms de dos aos en Tiegnmonth, fue guiado a mudarse a Bristol. Dios bendijo su ministerio all y unas personas se convirtieron a razn de su ministerio. Mucha gente pobre vino a sus puertas, y tuvieron oportunidades de ayudarlos de la manera como Dios les supla, con pan. Tambin establecieron una escuela para nios: a los estudiantes les lean las Escrituras y les hablaban del Seor.
INSTITUCIN DEL CONOCIMIENTO DE LAS ESCRITURAS

Despus de varios aos de ministerio fructfero en Bristol, con su colaborador: el hermano Craik, sintieron ser guiados a establecer una institucin misionera para difundir el evangelio, dentro de y fuera del pas. La misma sera conocida como "La Institucin del Conocimiento de las Escrituras". Esa inclua una escuela dominical para nios, escuelas diarias para nios, y de igual manera, escuelas dominicales y escuelas nocturnas para adultos, en las que se les instrua con bases bblicas. La Institucin tambin trabajaba en la distribucin de Biblias y tratados, y ayudaba a los misioneros en sus obras. Las bases para la obra de esa institucin tenan que ser iguales a las que los mismos Mller siguieron: confiar totalmente en el Seor para suplir las finanzas, no contraer deudas y no suponer que el xito de la institucin fuera determinado por la cantidad de dinero que daba, ni por la cantidad de Biblias distribuidas, etctera; pero, ms bien el xito se determinara por la bendicin del Seor sobre la obra (Zacaras 4:6). Esto se consigue en la medida en que esperamos en el Seor, orando. Despus de varios meses de operacin, oyeron de un huerfanito, quien haba asistido a su escuela de plan diario, y se haba afanado mucho por su alma a razn de las enseanzas que haba recibido all. Pero el nio se puso muy triste cuando las autoridades de la ciudad le cambiaron de escuela, a una "casa de pobres" lejos de la

escuela. Eso toc muy profundamente el corazn de Jorge, y l dese hacer algo para ayudar a los nios pobres.
PRIMER ASILO DE HURFANOS

En 1835, a la edad de 30 aos, Jorge se sinti guiado por Dios a establecer un hogar para hurfanos. Varias consideraciones le guiaron a esto. l deseaba demostrarles a los creyentes que Dios quera probarse a s mismo como el Dios Viviente, como fue en antao con todos los que confiaron en l. Jorge vio a padres que trabajaban 14 o 16 horas al da para proveer a sus familias. El demasiado trabajo no solamente les haca dao fsico, pero tambin les dificultaba tener tiempo adecuado para la oracin y la lectura bblica, as que sus vidas espirituales sufran. Pero los padres que eran concienzudos en esto, apenas ganaban lo suficiente para mantener sus familias. Cmo hacer para que trabajasen menos horas? Jorge quera que ellos vieran que era el Seor, y no el trabajo, el que los sustentaba. Adems haba ciertos creyentes que estaban bastante preocupados en cuanto a su vejez, cuando ya no pudieran trabajar. Teman ir al asilo de los pobres. Jorge les quera demostrar, de igual modo, que Dios no desampara a los que confan en l. Sumado a todo esto, Jorge vio a ciertos cristianos negociantes que cedan un poco al mal, al igual que los hombres del mundo, para poder salir bien en sus negocios. l quera que ellos confiaran en el Dios viviente, y que condujeran sus negocios honradamente, y de ese modo salir adelante; porque era Dios quin les bendeca y les honraba. Adems, haba quienes trabajan en profesiones que no honraban a Dios, pero los mismos tenan miedo de dejar sus trabajos, y as (teman) quedarse desempleados. Jorge les quera demostrar la fidelidad inmutable de Dios, y Su deseo y capacidad de ayudar a todo aquel que le clama a l. l mismo haba confiado en Dios y en Su palabra, y haba probado su fidelidad; y a los temerosos, quera animarles a hacer lo mismo. Si ellos le podan observar a l, un hombre sin muchas cosas materiales, establecer y mantener un orfanato por medio de la sola oracin y fe, ciertamente ellos se animaran igualmente a confiar en el Seor. Y, posiblemente, los inconversos se convenceran de la realidad y veracidad acerca del vivo y genuino Dios. Y, claro, en su corazn estaba tambin el deseo de ayudar a los hurfanos, no solamente en aliviar su necesidad material, sino que tambin, guiarlos al camino de Dios. Una tarde, leyendo las Escrituras, Jorge se asombr mucho por el texto: "Abre tu boca, y yo la llenar" (Salmos 81:10). Aplic lo mismo para el orfanato, le pidi al Seor un local que pudiese alquilar por mil libras esterlinas y por personas adecuadas que pudiesen hacerse cargo de ese trabajo. Dos das despus, recibi su

primer cheln [una moneda inglesa] para el orfanato. Obreros se ofrecieron a s mismos. Amigos trajeron utensilios de hogar, muebles, telas para hacer ropas y sabanas para las camas. Una casa apropiada se alquil. Donaciones en efectivo llegaron. Pero, se requiri 18 meses de diaria oracin, antes de que las 1000 libras esterlinas llegaran. Alabanzas a Dios, porque l suplira, estaban mezcladas con las oraciones; porque Jorge senta que el mensaje de Marcos 11:24 era muy importante: "...todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiris, y os vendr". Un regalo sacrificador, de 100 libras esterlinas, vino de parte de una hermana pobre, quien no estaba bien de salud y slo era capaz de ganar muy poco. Ella haba recibido una pequea herencia, y habiendo ya usado una buena porcin de la herencia para las necesidades de su familia; ella dio esas 100 libras esterlinas para el orfanato. Cuando le preguntaron si ella realmente deba dar tal cantidad, su respuesta fue: "l Seor Jess ha dado su ltima gota de sangre por m, no puedo yo darle a l estas 100 libras?" Aunque Jorge haba orado intensamente acerca de los detalles involucrados para establecer el orfanato, sus necesidades haban sido suplidas; pero haba faltado orar por los nios. Cuando el tiempo lleg para abrir el asilo de nios, nadie haba solicitado admisin. Entonces, rog al Seor ansiosamente por postulantes y al da siguiente lleg el primero. Sus intenciones eran las de recibir nios de edades de 7 a 12 aos. La casa pronto se llen. Despus de ms oracin, Jorge se sinti guiado a abrir un hogar para infantes. Alrededor de un ao y medio, despus de abrir el primer hogar, el tercer orfanato se abri; ste fue para varones de 7 a 12 aos de edad. Milagrosamente, una casa en la misma calle donde estaban ubicadas los dos primeros orfanatos la haban desocupado y estaba disponible para este propsito. Jorge ahora tena la responsabilidad de alimentar a 90 personas en cada comida, incluso a los trabajadores. Con una "familia" de este tamao, Jorge pas mucho tiempo arrodillado, entregndose a la oracin. l crea que Dios esperaba sus peticiones. Su esposa y uno o dos colaboradores escogidos fueron los nicos a quienes l enter acerca de las condiciones financieras.
LA FE PROBADA

Durante los primeros aos de los orfanatos, hubo muchas pruebas financieras. En cierta ocasin, cuando los fondos estaban muy escasos, Jorge convoc a dos reuniones especiales de oracin, las cuales duraron desde las 6 hasta las 9 de la noche. Aun en este tiempo, l no mencion la escasez de los fondos, ms bien habl de la abundancia, con la cual Dios estaba supliendo las necesidades. Mientras

meditaba en Hebreos 13:8, "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" un sobre le fue entregado, el cual contena los fondos carentes. En otra ocasin, Jorge no tena ni un centavo para los hurfanos, y una mujer, mientras ella oraba sinti el deseo de donarles cinco libras: pero esas se acabaron rpidamente por la gran necesidad. Mientras las pruebas financieras seguan, l escribi: "El Seor en su sabidura y amor todava no ha mandado ayuda. De dnde vendr, no debo preocuparme. Pero creo que Dios, a su tiempo, mandar ayuda. Su hora todava no ha llegado... Esta es la hora ms dura que he pasado en la obra, por lo que necesitamos; pero s que todava he de alabar al Seor pidiendo su ayuda...". Unos das despus escribi: "El Seor misericordiosamente nos ha dado lo suficiente para nuestra necesidad diaria: pero l nos est supliendo para la necesidad de cada da, y casi a la hora justa, como lo necesitamos...'. Mientras segua la crisis, plante convocar a la directiva y decirles de la necesidad. Pero en ese momento lleg una mujer con un regalo, diciendo que se haba tardado demasiado en traerlo. Algunos de los trabajadores daban lo que podan, uno vendiendo su reloj, y otros vendan algunos de sus libros. El Seor mantuvo a Jorge en paz, a pesar que las luchas eran arduas. Y, le permiti estar animado por medio del ver los frutos de su labor. En ciertos casos, como ltimo medio, fueron reunidos todos los trabajadores y les cont de la gran necesidad. Se pusieron de acuerdo a no comprar nada que por lo cual no se pudiera pagar. Algunos de los trabajadores dieron todo lo que tenan. Jorge fue alentado en su corazn por las Escrituras, y, con la ayuda que recibi, anim los corazones de los trabajadores. Cierto da, se vieron sin otro recurso, que el de vender cualquier cosa que tuvieran a la mano y que no fuera realmente necesaria. Pero antes que esto fuera llevado a cabo, una mujer vino con el dinero suficiente para las provisiones del da siguiente. La mujer se haba hospedado durante varios das en la casa de la vecindad, con la intencin de entregar esos fondos. La reaccin del Jorge al enterarse del acontecimiento fue as: "El hecho de que el dinero estuviera tan cerca de las casas del orfanato durante varios das, sin ser entregado, demuestra la clara verdad de que, desde el principio, estaba en el corazn de Dios ayudarnos; pero, a razn de que l se deleita en las oraciones de sus hijos, l nos permiti orar tanto tiempo; adems de probar nuestra fe y para hacer aun ms dulce su respuesta. Es verdaderamente una liberacin preciosa. Proclam en voz alta, con las alabanzas y gratitud al primer momento que me encontr solo, despus de haber recibido el dinero." En otra ocasin, los fondos estaban completamente finiquitados. Jorge se sinti guiado a hacer un paseo. Mientras caminaba, se encontr con un hermano, quien le

estaba buscando y recibi de ese hermano los fondos que necesitaba para ese da. Si Jorge hubiera salido de su casa 30 segundos ms tarde, no se habra encontrado con el hermano, ni tampoco hubiera recibido los fondos necesarios para el da. Pese a que las necesidades de las casas del orfanato eran grandes, Jorge se sinti impulsado a orar por fondos extras, especialmente para las viudas de la comunidad, puesto que el precio del pan haba subido. Luego, un hermano fue guiado a dar un regalo grande para este propsito, el cual asisti a muchas viudas, hasta que el precio del pan baj un poco otra vez. En un tiempo de gran necesidad, lleg un regalo de un hermano que tena una familia grande y un sueldo pequeo. l, cada vez que su jefe le daba dinero para comprar cerveza, lo apart; l no us ese dinero para tal vanidad, pues se haba convertido. Una mujer, que se mantena de trabajos manuales, sac sus ahorros del banco y los entreg a la obra que Jorge tena a su cargo. El corazn de ella haba sido tocado por las Escrituras: "Vended lo que poseis, y dad limosna" (Lucas 12:33); y "No os hagis tesoros en la tierra" (Mateo 6:19). A veces en su diario se ve lo siguiente: "Hoy estamos especialmente pobres...". Una vez l anot: "Despus que el Seor ha probado nuestra fe, l, en el amor de su corazn, nos da de su abundancia, para demostrar que no con ira, sino que para la gloria de su nombre y para la prueba de nuestra fe, nos ha permitido estar pobres...". Con frecuencia, los trabajadores del orfanato se reunan a orar en la maana, tarde y noche para que Dios supliese las necesidades. En una ocasin de crisis, la necesidad del hogar fue suplida por medio del regalo de un misionero alemn pobre, quien apenas estaba comenzando el servicio misionero, y el regalo que les dio era todo lo que tena. En otro tiempo de gran necesidad, una hermana, quien haba tomado la decisin de vender algunos artculos que le haban sido enviados para ese propsito, report que, a pesar de que ella no se senti bien por el hecho y que tard en traer las ganancias de la venta, con todo eso, haba sido tocada fuertemente por una impresin en su corazn de traerlo cuanto antes, y que ella no poda hacer ms que llevarlo al hogar. Esos fondos se necesitaban en ese mismo momento. Un da mientras ellos experimentaban una severa prueba de fe, el Seor puso en el corazn de un hermano, mientras caminaba a su trabajo, dar un regalo para los hurfanos. Ese hombre pens que no ira al orfanato inmediatamente, pero regalara algo esa tarde. Sin embargo, el Seor lo hizo sentirse obligado a tomar pasos a las casas de los hurfanos, en ese mismo momento. Si no hubiera sido por su regalo, ese da no habra tenido leche para los nios. Otro da, solamente faltaba una hora para que los nios tomaran el t de la tarde, pero no haba nada de comida en las casas:

hasta que un hermano lleg en esa hora, con el dinero suficiente para hacer las compras. En algunos das, la necesidad fue tan urgente que aun los trabajadores sintieron la presin. Pero Dios nunca fall! Esas provisiones "apenas a tiempo" hicieron que Mller exclamara: "Verdaderamente vale la pena estar pobre y grandemente probados en la fe, por el motivo de experimentar a diario tales preciosas pruebas, las cuales nuestro Padre carioso, con inters amante, nos hace pasar en todos los asuntos que nos conciernen! Cmo puede hacer otra cosa nuestro Padre? l, quien nos ha dado la prueba ms grande que su amor poda hacer darnos su propio Hijo, no nos dar tambin con l todas las cosas?' (Romanos 8:32). Jorge pudo escribir: "Aunque nuestras pruebas de fe durante estos 17 meses duraron ms tiempo y fueron ms agudas que las anteriores, sin embargo no faltaba ni la comida nutritiva ni la ropa necesaria para los hurfanos, durante todo ese tiempo." Otra prueba de fe fue la de ver morir a su padre y a su hermano, aparentemente sin ser salvos. Qu poda ser ms duro? Pero aun en esto, Jorge encontr paz por medio de la palabra de la Escritura: "El Juez de toda la tierra, no ha de hacer lo que es justo?" (Gnesis 18:25). De igual modo, acudi a la Palabra de Dios para consuelo y paz, cuando falsas noticias circulaban; las que decan que los hurfanos no tenan suficiente para comer, y que eran tratados cruelmente.
FORTALECIENDO SU FE

Jorge Mller insista que l no tena un don particular de fe, aunque s reconoca que la fe es un don. l animaba a todos los creyentes a que probaran a Dios. Sus opiniones en cuanto a cmo fortalecer la fe eran las siguientes: "Puesto que la fe es un don, uno lo tiene que pedir. 'Toda buena ddiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces...' (Santiago 1 17). La fe es fortalecida al leer cuidadosamente la Palabra de Dios y meditar en ella. Esto te ensear que, aparte de ser un santo y justo Dios, l es un Dios carioso, amante, benigno, soberano, misericordioso, potente, sabio y fiel, no solamente hbil para suplir nuestra necesidad, pero deseoso de cumplirlo. "Es necesario mantener un corazn recto y una buena conciencia. No debemos evitar las pruebas por las cuales nuestra fe recibe fortaleza. En tiempo de prueba, no debemos buscar por nuestras propias fuerzas la liberacin, ms bien debemos esperar a Dios y la liberacin que viene de l.
EDIFICANDO!

Desde el tiempo que se abri la primera casa, de 1835 a 1845, los orfanatos operaron en casas alquiladas en la calle Wilson. Entonces, en 1845, uno de los residentes de la calle Wilson cuidadosamente le mencion a Jorge que era incmodo, para algunos de los vecinos, tener tan gran nmero de nios viviendo en su calle. Jorge hizo de esto un asunto de oracin y anot las razones por las cuales el orfanato deba quedarse all y las razones por las cuales se deban cambiar. Una gran consideracin era la "regla de oro": "Todas las cosas que queris que los hombres hagan con vosotros, as tambin haced vosotros con ellos... (Mateo 7:12). Jorge saba que l mismo encontrara difcil vivir cerca de tantos nios, a causa del ruido que hacen durante su tiempo de juego. Adems, a veces los problemas en el drenaje, que ocasionaba la gran cantidad de nios que vivan en la casa de los hurfanos, afectaban a los vecinos. Otros puntos a favor de cambiarse eran que: (1) no haba espacio adecuado para que los nios jugaran; (2) no haba lugar donde los varones aprendieran a cultivar un huerto; (3)ya no haba lugar adecuado para lavar la ropa, y sera bueno si las nias pudieran tener la oportunidad de aprender a lavar; (4) cuando haba enfermos, no haba algn cuarto desocupado para enfermera; y (5) haba una lista de hurfanos quienes queran venir, pero no podan por falta de espacio adecuado. Considerando todas las cosas, Jorge lleg a la conclusin que deba edificar su propia casa. l sinti que Dios quera probarle una vez ms que l era suficiente para proporcionarle la cantidad de dinero necesario que esta obra iba a requerir. Jorge sinti que deba construir algunas casas para hospedar a 300 hurfanos, ms del doble de la cantidad que ahora tena bajo su cuidado, los cuales eran 130. Fue as como Jorge y su esposa comenzaron a orar cada maana para que Dios supliese de los fondos: unas 10.000 libras esterlinas para comprar el terreno y hacer la construccin. Durante 35 das oraron, pero ni una libra fue dada para el edificio. Luego, Jorge se sinti movido a pedirle al Seor la fe y la paciencia para el proyecto de edificar el orfanato. Despus de treinta y seis das de oracin, recibieron un regalo de 1.000 libras para el edificio. Un arquitecto cristiano ofreci sus servicios para hacer el plano y supervisar la construccin, sin cobrar por sus servicios. Jorge sinti que no deba notificar al pblico de su necesidad ni de buscar fondos; pero s esperar en el Seor con fe y paciencia, para que el Seor supliera. l quera que Dios mismo lo hiciera, usando su humilde siervo como medio.
ASHLEY DOWN

Despus de orar durante tres meses seguidos, Jorge comenz a buscar un terreno. Encontr unos lugares buenos, pero demasiado caros. Luego, oy de un terreno en Ashley Down, y le pareci que era lo que buscaba. Fue a ver al dueo, pero no lo pudo encontrar, ni en la casa y ni en la oficina. Le dej un recado acerca de su propsito, pero sinti que era del Seor el no haberlo podido encontrar ese da. Cuando vio al dueo el siguiente da, supo que el dueo, cuando recibi el recado, se qued despierto esa noche durante dos horas, pensando a qu precio deba vender el terreno para el orfanato, y determin venderlo a 120 libras por acre, en lugar del precio de 200 libras por acre que haba pedido. Al mismo tiempo que haba esperado en el Seor por fondos para edificar el nuevo orfanato, con la provisin del Seor fue capaz de continuar supliendo a cuatro escuelas privadas con 278 nios inscritos; a una escuela dominical; y a una escuela para adultos. Biblias, Nuevos Testamentos y tratados se consiguieron y repartieron, y ms de 595 libras esterlinas fueron dadas para las misiones en el exterior y las locales. Hasta 150 nios cuidaban a la vez. Algunos de los hurfanos se convirtieron y fueron aadidos a la iglesia, al igual que algunos adultos. Un gran gozo para el Seor y la Seora Mller en este tiempo fue que su hija recibi a Jesucristo como su Salvador. Durante 18 meses haban orado por esto. Era gran gozo para Jorge que Dios le confiara los crecientes fondos para los misioneros de dentro y fuera del pas. l quera ayudar a aquellos que no tenan un salario regular, dndose cuenta que vez tras vez su ayuda financiera haba llegado a los misioneros en un tiempo de gran necesidad, y a menudo lleg cuando ellos no tenan nada de dinero. Algunos de los que l ayudaba haban sido previamente hombres de bastante comodidad, pero haban dado todo por seguir a Cristo o todo les haba sido quitado por la causa de Cristo. Jorge tambin ayudaba a estos hermanos, orando por ellos. l no dudaba que la fe de estos escogidos siervos de Dios fuera reforzada cuando vieran como Dios les supla en tiempos de apuro y necesidad. Esto hizo que, ms y ms, l pidiera a Dios por fondos para ayudarles. Jorge puso diligencia en usar los fondos designados para los misioneros, usndolos solamente para ese propsito, no importaba qu tan escasos estaban los fondos de sus otros ministerios.
LOS PRECIOS SUBEN

Una vez, pidiendo al Seor por las urgentes necesidades de los hurfanos, cuando la caja estaba vaca, l escribi: "Qu bendicin es poder acudir al Dios Viviente! Especialmente precioso es conocerlo en este tiempo de tremenda escasez! En este tiempo, para hacer la comida de los hurfanos, las papas estn muy caras. El arroz

que usamos, en lugar de las papas, cuesta el doble de lo acostumbrado, y la avena, an ms del doble, y el pan subi la mitad sobre su costo. "Pero las riquezas de Dios son igualmente grandes como siempre. l sabe que nuestros gastos son enormes. l sabe que un poco de dinero no basta en estos das, cuando las provisiones son tan caras, pues son casi ciento cincuenta personas para las cuales tenemos que proveer, incluyendo maestros y aprendices. Mi alma est en paz..." De este tiempo del alza de precios, l escribi: "Es el tiempo oportuno cuando la vista cesa, para que la fe empiece a funcionar. Entre ms grandes son las dificultades, ms fcil es la fe. Mientras haya esperanza en prospectos naturales, la fe no obra tan fcilmente como cuando todas esas perspectivas naturales fallan. "Es cierto que durante el tiempo de caresta, nuestros gastos eran considerablemente ms grandes de lo acostumbrado; tambin es verdad que muchas personas, que de otra manera hubieran dado, no les fue posible o dirigan sus fondos sobrantes a otras direcciones... el oro y la plata son del Seor. A l hicimos nuestras oraciones. En l confibamos. Y, l no nos desampar. Porque pasamos tan fcilmente ste invierno como cualquier otro invierno, desde que esta obra comenz. No poda ser de otra manera; porque Dios tuvo en este mismo tiempo una oportunidad especial para demostrar que tan bueno es confiar en l. "Busca, amado lector, ms y ms en el depositar tu confianza en l para todo lo que se refiera a tu vida, y llegars a reconocer que es muy precioso hacerlo." Sin duda alguna, que el pensamiento se le turb con la ida de que si l era tan pobre cuidando 150 hurfanos, deba l seguir adelante con los planes de edificar y acomodar a 300 hurfanos? Pero vio que las luchas presentes eran solamente una prueba de la fe. Aunque los gastos nunca haban sidos tan grandes, tampoco los regalos que estaban llegando haban sidos tan grandes. "Le ser fcil al Seor suplirme con todo lo necesario que requiera la obra, cuando se abra la Casa de Hurfanos, de igual modo que ahora le es fcil darme lo que necesito en estos momentos; aunque los gastos sin duda vendrn a sobrepasar por dos mil quinientas libras al ao a las necesidades presentes". As pensaba Jorge. l se deleitaba en las seales de la minuciosa atencin de Dios en cuanto a sus necesidades. Por ejemplo, alguien les escribi que por un tiempo tuvo una cantidad de dinero guardado en una gaveta, con las intenciones de mandarlo, pero despus sinti mandarlo sin tardar ms; y, al recibirlo, se prob ser exactamente la precisa cantidad que se necesitaba para ese tiempo. Aparte de los afanes financieros de la obra, Jorge tambin tena que considerar a los nios que a veces se enfermaban, y en algunos casos pareca que no se sanaran

por completo; pues, permanecan enfermizos y necesitaban cuidado extra, y sabidura tocante a su salud. Adems, los nios mayores necesitaban lugares para servir como aprendices. Y, a veces alguno de los trabajadores de los orfanatos tena que irse, y le toc a Jorge buscar a otro para reemplazarlo. No era cosa fcil encontrar trabajadores que fueran adecuados, que sirvieran por amor a Dios y no por recompensa, y que estuvieran listos para aguantar las pruebas y difciles circunstancias que a veces se enfrentaban. l mismo tuvo que mantener el balance entre el servir a sus trabajadores - colegas y mantener el lugar de responsabilidad que Dios le haba dado como jefe de la obra. Muchas eran las necesidades de Jorge, las que llevaba al Seor y esperaba en l por ellas. "Estoy en continua necesidad", tuvo que decir. Pero, a pesar de todas estas necesidades, pudo escribir: "No encuentro que la vida en conexin con este trabajo sea solamente una vida de pruebas, sino una vida de mucha felicidad. Es imposible describir la abundancia de paz y la suprema alegra que frecuentemente ha fluido a mi alma por medio de las respuestas frescas que he obtenido de Dios, luego de esperar en l por ayuda y bendicin; y, entre ms tiempo necesitaba esperar en El o entre ms grande fuera mi necesidad, ms grande fue el gozo cuando lleg la respuesta, que frecuentemente fue de una manera asombrosa, para hacer as ms manifiesta la mano de Dios... No estoy ni siquiera en lo ms mnimo, cansado de esta manera de vivir." Mientras que Jorge supo que Dios oa sus oraciones en cuanto a la necesidad de los fondos para la construccin, dijo: "Tambin s que l se deleita en ser seriamente solicitado (Ezequiel 36:37), y que se encanta en la importunidad, o sea, en la oracin continua que tan claramente se hace patente en la parbola de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:18)'. As que, vez tras vez, Jorge oraba a Dios para que l le supliera de los fondos para las nuevas casas de hurfanos. Su fe no se disminuy. Tena confianza que a su tiempo, Dios suplira. Das se convirtieron en semanas y meses, mientras Jorge segua esperando en Dios por las finanzas necesarias para los edificios. Sus oraciones se convirtieron y fueron caracterizndose por ser fervientes, porque senta la necesidad, por el amor a los vecinos y a los nios, de comenzar pronto a construir. Adems, la lista de hurfanos que queran entrar en el orfanato estaba creciendo. Jorge se haba propuesto a no comenzar a comprar la propiedad y edificar la casa hasta que el dinero llegara. Por fin, despus de 607 das de buscar a Dios a diario, lleg la cantidad necesaria y pudo comenzar el trabajo. Ms de once mil libras le haban llegado, en respuesta a sus oraciones. Cuando la casa estaba casi terminada, fondos adicionales comenzaron a llegar. Esos se necesitaban para comprar ropa y artculos personales para los hurfanos

adicionales que iban a venir: Sumaran 300 en lugar de los 150 actuales. Cuando se trasladaron a las casas nuevas, haba suficiente para los gastos adicionales, aparte de una buena cantidad para cubrir los gastos que tena que ver con el cuidado de la casa. Al tiempo que Jorge se estaba trasladando a las ms amplias casas, una epidemia de clera afect el pas, y Jorge se vio obligado recoger a 26 nios que haban perdido a sus padres por la epidemia. Ms tarde, se recibieron ms nios a razn de la misma causa. Al mismo tiempo que los gastos del orfanato se aumentaban, Jorge tuvo el privilegio de ministrar a ms misioneros sin salario. Y, que gozo fue para l enterarse que esos misioneros tenan ministerios muy fructferos en ese mismo tiempo!
LA SEGUNDA CASA DE HURFANOS

Apenas acababan de abrir el nuevo orfanato con capacidad para 300 nios, cuando Jorge comenz a pensar en otra casa para poder acomodar a 700 nios ms, sumando todos 1000 hurfanos. Para comenzar esto, l necesitaba saber la voluntad de Dios, y crea que estaba en buena posicin para conseguir esa voluntad de Dios. Escribi: "La quietud de mente, la condicin de no tener nada que ver con mi propia voluntad en el asunto, el tener que ver solamente con el deseo de complacer a mi Padre celestial en esto, el buscar nicamente Su honor y no el propio; en tal condicin de corazn consiste para m en la plena seguridad, que mi corazn no est bajo el estmulo carnal, y que s recibir ayuda en esto para poder seguir adelante, conocer la voluntad de Dios en su plenitud... Para m, el punto principal en todo este asunto es que el Seor sea honrado. A travs de la ayuda de Dios, seguir esperando en l, en oracin en cuanto a este asunto, da a da, hasta que l me diga que acte." Cuidadosamente, Jorge hizo una lista de las razones que respaldaban la idea de abrir otra casa, y las razones en contra. Una importante consideracin fue la de que haba 6000 hurfanos encarcelados, nicamente por el hechho de no haber otro lugar para ellos. Estaba en su corazn, no nicamente los propsitos de salvar a los hurfanos de la crcel y ayudarles a llevar una vida honorable e industriosa en este mundo, sino tambin el de ganar sus almas para el Seor. Despus de ocho semanas de oracin y deliberacin, consigui la paz en su corazn y el gozo espiritual, en cuanto a la idea de agrandar el orfanato. Crey que sera mejor mantener en secreto el asunto delante del Seor, sin siquiera decirle a su esposa, y continuar orando, para que fuese guardado de errar o de ser engaado.

Mientras que buscaba al Seor, orando a solas, en cuanto al asunto, toda incertidumbre desapareci. Sin embargo, resolvi a no comenzar la construccin hasta que el Seor mandara las 35 mil libras que iba a necesitar para la construccin del nuevo edificio. Jorge crey que fue un punto de gran importancia, el de "no estar ansioso del maana, ni andar gastando escasamente [por las necesidades, no para las vanidades], a razn de la posibilidad de no tener lo suficiente para las necesidades futuras, las cuales quizs nunca vendran; pero solamente considerar que el momento presente es nuestro para servir al Seor, y que el maana, tal vez, no vendra...". Cuando l anunci al pblico acerca de edificar el segundo orfanato, ofrendas pequeas comenzaron a llegar regalos de un cheln, dos chelines, tres chelines de veras, un comienzo pequeo. Pero no se desanim. Despus de 19 meses de esperar en Dios para los fondos necesarios, Jorge se puso serio en pedir a Dios por donaciones ms cuantiosas, pues hasta entonces, haba recibido slo cantidades pequeas. Qu grande fue su alegra cuando recibi un regalo, dado por varios cristianos, sumando ms de 8.000 libras! Respecto a esto, escribi: Mira qu precioso es el esperar en Dios! Mira cmo los que le confan no son confundidos! Su fe y paciencia pueden ser probadas fuertemente y durante mucho tiempo, pero al fin, es cierto que se ver que los que honran a Dios, l los honrar, y no permitir que ellos sean avergonzados. La cantidad fue inmensa, y mientras ella fue usada para refrescar mi espritu, no fue, ni en lo ms mnimo, una sorpresa para m, porque espero grandes cosas de parte de Dios...".
REGLAS PARA LA ORACIN

"Somos recompensados ricamente, esperando en Dios," aconsej Jorge. "T puedes ver cmo l, en Su corazn, est listo para or las splicas de sus hijos, los que confan en l Pero, para poder recibir las respuestas a tus oraciones, necesitas exponerle tus peticiones a Dios, basadas no en tus propios mritos, sino solamente en los mritos del Seor Jess, como base de aceptacin delante de Dios por tu persona, oraciones, labores y por todo lo dems. "De igual modo, para que tus oraciones sean contestadas es necesario que las cosas que le pides a Dios, sean de la clase de cosas que Dios puede dar, porque conllevan su honra y tu propio bien... Por ltimo, necesitamos continuar en oracin hasta que se nos conceda la bendicin. "No es suficiente el solo comenzar a orar, ni el mero orar correctamente; ni tampoco es suficiente orar de continuo slo por un tiempo no ms; ms bien,

debemos continuar pacientemente, creyendo y orando, hasta que se obtenga la respuesta. Y aun ms, no solamente debemos orar hasta se realice lo que pedimos, sino que tambin tenemos que creer que Dios nos oye, y que contestar nuestras oraciones. A menudo fallamos en el no continuar en oracin hasta que se obtenga la bendicin, y en no esperar la bendicin. Cada vez que todos estos aspectos se cumplan en una persona, seguramente que se cumplirn las respuestas a sus peticiones". Jorge vendi los trapos y aun los huesos de los animales que se acumulaban en la casa. Dijo: "Como administrador de dinero del pblico, creo que es razonable que aun estos artculos sean cambiados por dinero. Tampoco podemos esperar respuestas a nuestras oraciones, sabiendo que se ha permitido prdida alguna en relacin con este trabajo. Puesto que recibimos de Dios el dinero en respuesta a nuestra oracin, nos conviene usarlo sabiamente". En el ao 1852, Jorge experiment la ms dura prueba de fe que haba enfrentado. Su nica y amada nia se enferm de tifus. Durante un tiempo, pareci que ella no vivira ms. Despus de su esposa, su hija era el tesoro terrenal ms amado; pero l se guard en paz, porque crea que si el Seor se la llevaba, sera para el bien de ella y de s mismo, y para la gloria de Dios. Despus de muchos das, Dios le restaur la salud. Considerando el edificar ms casas, le pareci mejor que en lugar de edificar una nica segunda casa grande para el orfanato, edificara, en el mismo terreno donde estaba la primera, otras dos casas ms, capaces de acomodar a 1000 nios entre las tres. Qu gozo hubo cuando en 1857 se inugur la segunda casa! En cierta ocasin, la caldera que se usaba para calentar la primera casa, estaba goteando. Fue a comienzos del invierno, y un recio viento fro comenz a soplar del norte. Luego de suficiente consideracin y oracin, Jorge or y le pidi al Seor que cambiase el viento del norte por un calmado viento que vieniera del sur, y, que les diese a los trabajadores el denuedo para trabajar y hacer las reparaciones lo ms pronto posible. El da que tenan que apagar el fuego de la caldera, el Seor mand un viento calmado. Los trabajadores decidieron trabajar toda la noche, y las reparaciones de la casa fueron hechas sin ocasionarles ningn dao a los nios, a causa del fro en los cuartos.
MOVIMIENTO DEL ESPRITU SANTO

En 1859, entre las hurfanas hubo un notable movimiento del Espritu Santo. Sesenta y tres de las ciento veinte se convirtieron en un mes. En otra ocasin, como 200 nias fueron movidas en sus almas, y la mayora se convirti. En 1866, aconteci un bendecido avivamiento, y ms de 100 nios se convirtieron. En 1872,

una epidemia de viruela les quit la vida a algunos nios y tambin a algunos trabajadores. Esto hizo que comenzara otra obra de gracia, en la cual unos 700 hurfanos, segn pareci, se entregaron al Seor Un joven en Irlanda: Santiago McQuilkin, ley el libro de Jorge y se impresion mucho tocante a lo que se puede obtener a travs de la fe y la oracin. Fue as como reuni a unos de sus amigos para orar, y el resultado fue que decenas de miles de almas se convirtieron. Al pasar los aos, Dios prosper a Jorge de tal manera que nunca ms vio escasez de fondos. Una tercera casa fue edificada en 1862. Antes de terminar la tercera casa, se sinti guiado a edificar otra, para que una suma de 2000 nios pudiera ser acomodada. Dos casas ms, la cuarta y la quinta, fueron edificadas, dando espacio para 2050 nios. Cuando fue difcil conseguir trabajadores para cuidar tal cantidad de nios, Jorge y su esposa empezaron a orar tres veces al da, en lugar de una sola vez como anteriormente lo hacan. Dios contest sus oraciones y los trabajadores faltantes llegaron. Los visitantes estuvieron grandemente impresionados por la limpieza y el orden en las casas, y, por la salud y la felicidad de los nios. Esto fue an ms asombroso, porque muchos de los hurfanos tuvieron padres que no gozaron de buena salud, muriendo estos en su juventud. Y muchos de los hijos heredaron sus debilidades. Durante toda su vida, Jorge nunca tuvo terreno propio, tampoco tuvo ingresos personales en dinero o ganancias en especie, de lo cual l pudiera depender. Sus necesidades fueron provistas por creyentes que enviaban regalos, recibiendo estos solamente despus de orar para que sus necesidades fuesen suplidas. Aunque era un hombre de fe y un hombre que tuvo comunin con Dios, tambin era un gran trabajador, y llev a cabo obras increbles. Se dijo de l: "l ora como si Dios hiciera todo el trabajo, pero trabaja como si todo dependiera de l mismo". A lo largo de los aos, Jorge fue bendecido por Dios de tal manera que pudo dar cerca de tres millones de dlares a la obra misionera. Por medio de las Biblias y los folletos que distribuy, miles de almas se convirtieron. Jorge atribuy el buen xito del orfanato, incluso las casas y su ministerio en general, a su humilde esfuerzo de "hacer la obra de Dios a Su modo", buscndole solamente a l para que fuera su gua y apoyo. Prob que hay poder en Dios, el que se aprovecha a travs de la fe y la oracin. Jorge pudo decir al fin de su vida, que ni siquiera una vez haba pedido a otra persona dinero, ni pblicamente ni privadamente: solamente oraba

Una entrevista personal con Jorge Muller


Carlos R. Parsons-1897

Un cierto da clido de verano, me encontr subiendo lentamente la frondosa colina Ashley de Bristol, Inglaterra. Al llegar a la cumbre, vi los inmensos edificios que dan refugio a ms de dos mil hurfanos. Los mismos fueron construidos por un hombre que ha dado al mundo una de las ms patentes lecciones de fe que se han visto en la actualidad. La primera casa estaba a la derecha, y en ella, junto con los hurfanos y en un sencillo y modesto apartamento, viva el santo patriarca: Jorge Mller. Pasando el portn, me par un momento para mirar la Casa #3, una de las cinco construidas a costo de $600,000.00 (US$4.5 millones en la actualidad). Al tocar el timbre, uno de los hurfanos lleg a la puerta y me gui, subiendo una gran escalinata de piedra, hacia uno de los cuartos privados del honorable fundador de esa gran institucin. El Sr. Mller haba alcanzado la notable edad de 91 aos. Estando en su presencia, la admiracin por l llen mi mente. Delante de las canas te levantars, y honrars el rostro del anciano (Levtico 19:32) Jorge me recibi, dndome cordialmente la mano, y asimismo me dio la bienaventurada. Es algo impresionante el solo ver a un hombre a quin Dios ha usado para llevar a cabo una gran obra; pero, ms all de esto, el tono de su voz toca el corazn; y aun ms magnfico es el privilegio de compartir de su espritu, y sentir las alentadoras respiraciones entrando a la propia alma. La comunin que tuve en aquella hora que compart con Jorge estar grabada

en mi memoria hasta mi muerte. Ese siervo del Seor me abri su corazn, me aconsej, or conmigo y me dio su bendicin. En ese momento, la fuente de la gran fuerza espiritual de Jorge Mller se hizo muy patente. Ese anciano santo, quien todava no sufra del debilitamiento de sus capacidades, se demostr como elocuente en un tema: La alabanza a Jehov, quien escucha y contesta las oraciones de Su pueblo. Durante la entrevista, mis palabras fueron pocas. Siempre ha encontrado que el Seor es fiel a su promesa, Sr. Mller? Siempre: Nunca me ha fallado! Durante casi setenta aos, cada necesidad que afectaba su obra ha sido suplida. Los hurfanos, desde el primero hasta el ltimo que ha llegado, numeran 9500: pero nunca les falt, ni siquiera una comida. En cientos de ocasiones, comenzamos el da sin tener ni siquiera un centavo, pero nuestro Padre Celestial envi los vveres en el preciso momento que se necesitaron. Nunca nos falt ni siquiera una comida saludable. Durante todos estos aos, he podido confiar solamente en el Dios Viviente. $7,500,000.00 ($50,000,000.00 actuales) me han sido mandados como respuesta a las oraciones. En cierto ao, necesitbamos $200,000.00 ($1,500,000.00 actuales), y todo esto lleg en el tiempo debido. No hay nadie que pueda decir que le he pedido algo, ni siquiera un solo centavo. No tenemos juntas [creo que se refiere a las juntas para solicitar fondos], ni cobradores ni votos ni fundaciones. Todo ha venido en respuesta a la sola oracin de fe. Dios tiene muchas maneras de tocar los corazones de los hombres para ayudarnos, en todas las partes del mundo. Mientras oro, l le habla a uno de este continente y a otro de otro continente, para que nos manden ayuda. Hace unos das no ms, mientras yo predicaba, un hombre fue tocado para llenar un cheque por una gran cantidad de dinero, y despus del culto, nos lo dio. He ledo su biografa, Sr. Mller, y he notado que a veces fue tan duramente probada su fe. Sigue siendo probada su fe en estos mismos momentos? Mi fe est siendo probada ahora, al igual que siempre, y, mis dificultades son ms grandes que nunca. Ms all de nuestras responsabilidades financieras, siempre hay que buscar trabajadores y hogares para los cientos de hurfanos que estn saliendo del orfanato. Y, a menudo los fondos se acaban; hace unas semanas no ms, que los vveres casi se acabaron otra vez. Reun a los amados trabajadores y les dije: Oren, hermanos, oren!. Inmediatamente llegaron $500.00, luego $1,000.00 y pocos das despus, llegaron $7,500.00 ($54,000.00 actuales). No obstante, siempre tenemos que estar orando, confiando. Oh! Tan bueno es confiar en el Dios Viviente, porque l ha dicho: No te desamparar, ni te dejar.! (Hebreos 13:5) Cree que recibirs cosas maravillosas de Dios, y las recibirs. No hay lmite a lo que Dios puede hacer. Alabanzas a Su nombre sean para siempre! Albale por todo! Le he alabado muchas veces, al recibir diez centavos, y le he alabado al recibir $60,000.00 ($500,000.00 actuales). Me supongo que Usted nunca se ha propuesto tener un fondo de reservas, para los tiempos difciles? Hacer eso sera una locura. Cmo podra yo orar a Dios por ayuda, si tuviera una reserva? Dios me dira, Trae esas reservas, Jorge Mller. Nunca me he propuesto tal cosa. Nuestro fondo de reservas est en el cielo. El Dios Viviente es nuestra suficiencia. He confiado en l por un solo dlar y he confiado en l por miles de dlares: pero nunca en vano. Dichoso el hombre que confa en l. (Salmo 34:8) Por supuesto, nunca ha pensado en ahorrar algo para usted mismo? Le pregunt.

Siempre recordar la noble manera en que ese hombre de gran fe me contest. Hasta entonces, haba estado sentado frente a m, con sus rodillas cerca de las mas, sus manos apretadas, y con el semblante de alguien que posee un espritu calmado, quieto y meditabundo. Casi todo el tiempo, se inclinaba hacia m un poco, mirando hacia abajo. Pero al escuchar esta ltima pregunta, se puso recto, mirndome a la cara durante un rato, con un fervor que penetraba hasta mi propia alma. Haba una grandeza y majestad en sus penetrantes ojos; como el de un hombre que se acostumbr a mirar las cosas profundas de Dios. No s si la pregunta le pareci como algo srdida, o si le haba tocado el yo, del cual l haba descrito a menudo en sus discursos. Con todo, no haba duda alguna de que esa pregunta le haba despertado todo su ser. Luego de una breve pausa, durante la cual su cara pareca la de alguien que va a dar un sermn y sus ojos lucan chispeantes, abri su abrigo y sac de su bolsillo un antiguo portamonedas. La coloc a mis manos, diciendo: Todo lo que poseo est en este portamonedas; cada centavo que tengo! Ahorrar para m? Nunca! Cuando recibo dinero que ha sido enviado para mi propio uso, se lo doy a Dios. He recibido de esa manera hasta $5,000.00 de una sola vez, pero no considero tales donaciones como mas; todo es de Dios, quin es dueo de m persona, y a quin sirvo. Ahorrar para m? No debo ahorrar para m mismo; eso deshonrar a mi amante, misericordioso y bondadoso Padre. Le devolv el portamonedas al Sr. Mller. Me dio por enterado de la cantidad que en el contena, y de la cantidad que l haba donado al orfanato y a la Institucin para la Ciencia de las Escrituras. Sin embargo, de estos asuntos, junto con unos otros, no me fueron permitidos publicar. Mientras ese anciano hombre de fe me relataba algunos de los incidentes que le ocurrieron en sus viajes de predica en 42 diferentes pases, su cara lustraba de santo entusiasmo, compartiendo de cmo sus necesidades fueron suplidas mientras viajaba de un lugar a otro, a veces miles de kilmetros. Cientos de miles de hombres y mujeres, de casi todos los pases que existen, vinieron a escucharle. Sus temas favoritos en sus prdicas fueron los del sencillo mensaje de salvacin y el de animar a los creyentes a confiar en el Dios Viviente. Me dijo que haba orado por sus sermones ms que cualquier otra cosa, y que muchas veces el texto para el sermn no le fue dado sino hasta que se suba a la escalera del plpito, a pesar de que haba estado orando para que le fuera dado durante toda la semana anterior. Luego de decirme esto, le pregunt si l inverta mucho tiempo en la oracin. Muchas horas, a cada da. Mas, vivo en el espritu de oracin, orando mientras estoy caminando, cuando me acuesto y cuando me levanto. Y, las respuestas siempre vienen. Mis oraciones han sido contestadas decenas de miles de veces. Una vez que estoy convencido de que estoy en lo correcto para pedir algo, sigo orando hasta que se me cumpliera. Nunca paro de perseguirlo! Esas palabras fueron dichas en un tono tan glorioso, y haba un sonido de triunfo en s mismas. El semblante de Jorge luca un gozo santo. Mientras las deca, se levant y camin al otro lado de la mesa. Miles de almas se han convertido en respuesta a mis oraciones segua diciendo. Voy a encontrar decenas de miles de ellos en el cielo. Hubo otra pausa. No dije nada, y luego l continu: Lo que se debe notar es acerca de nunca parar de orar hasta que venga la respuesta. He estado orando durante 52 aos, cada

da, por dos hombres, que son hijos de un amigo de mi juventud. Todava no se han convertido, pero, van a convertirse! Cmo podrn resistirse para siempre? Existe una promesa incambiable de Jehov, y en sa confo. La gran falla de los hijos de Dios es que no persisten en la oracin; no perseveran. Si desean algo para la gloria de Dios, deben orar hasta que lo logren. Oh! Cun bueno, benevolente, misericordioso y condescendiente es l con quienes tenemos que dar cuenta (Hebreos 4:13)! l me ha dado, a pesar de ser muy indigno yo, mucho ms de lo que he pedido o pensado! Soy solamente un pobre y dbil hombre pecador; no obstante, l ha escuchado mis oraciones en decenas de miles de ocasiones, y me ha usado como un canal, para traer decenas de miles de personas al camino de la verdad, en esta tierra y en tierras lejanas. Estos indignos labios mos han promulgado la salvacin a grandes multitudes, y muchos han credo hasta llegar a la vida eterna. Luego, le pregunt al Sr. Mller si, al comienzo de la obra, l hubiera imaginado de cun grande llegara a ser su ministerio. Primero l habl de los comienzos en la calle Wilson, y luego dio contestacin a mi pregunta: Solamente saba que Dios tena parte en ella, y guiaba a Su hijo en nuevas sendas. La seguridad de Su presencia me dio fortaleza. No puedo olvidarme de la idea de cmo Usted habla de s mismo, le dije, conciente del hecho de que yo tocaba un asunto sagrado y tierno, que tambin fue aliado con lo profundo de su espiritualidad y su relacin personal con Dios. Me culp un poco al mencionar el asunto. Pero, l ahuyent mis temores, diciendo: Hay un solo lugar a dnde merezco ir; el infierno! Te digo, hermano mo, es el nico lugar que merezco. Por naturaleza, soy un hombre perdido, pero tambin soy un pecador salvado por la gracia de Dios. Aunque soy un pecador por naturaleza, no vivo en pecado; odio el pecado; ms y ms lo odio, y ms y ms amo la santidad. Me supongo que, viviendo esos muchos aos en la obra de Dios, se ha encontrado mucho de lo que le desalent. He encontrado muchas cosas desalentadoras; pero siempre confiaba en Dios replic Jorge. Mi alma descansaba en la palabra de Jehov! Oh! Qu bueno es confiar en l! Su palabra nunca volvi vaca (Isaas 55:11)! l da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas (Isaas 40:29). Esto se aplica a mis ministraciones pblicas tambin. Hace 62 aos, prediqu un sermn pobre, seco y estril, que no me dio consuelo a m, y segn yo me imaginaba, ni a otros. Pero, mucho tiempo despus, escuch 19 distintos casos de bendicin que resultaron de ese mismo sermn. Luego, le compart de unas cosas que me haban desanimado, y de la esperanza que yo tena que Dios me usara ms en el futuro. T sers usado por Dios, hermano mo exclam Jorge. Dios mismo te bendecir! Sigue trabajando! Puedo pedirle que me d una palabra de especial consejo en cuanto a mi propia obra para Dios, le pregunt, para poder compartirlo con otros obreros cristianos en la gran cosecha de almas? Procura depender de Dios en todo contest. Ponte a ti mismo y a tu obra, en Sus manos. Al considerar iniciar una nueva obra, debes preguntarte: Es sta agradable a la mente de Dios? Es para Su gloria? Si no es para Su gloria, no es para tu bien, y debes rechazarla por completo. Date cuenta de eso! Pero, al estar seguro que el rumbo que piensas comenzar es para la gloria de Dios, cominzalo en Su nombre, y sguelo hasta el final. Cominzalo en oracin y fe, y, no te desanimes! Otro consejo es de no mirar la

iniquidad, que hay en tu corazn (Salmo 66:18). Si lo haces, el Seor no te escuchar. Mantn esto en tu mente siempre. Luego, confa en Dios. Encomindate solo a l. Espera en l. Cree en l. Ten de l grandes expectativas. No desmayes si la bendicin se tarda. Y, sobre todo, confa solamente en los mritos de nuestro adorable Seor y Salvador, para que, a razn de ellos, y no de los tuyos, tus oraciones y tus obras sean aceptadas. No tena yo palabras ms. Qu poda decir? Mis ojos se llenaron de lgrimas y mi corazn rebosaba, como dice el refrn: Haba un silente ambiente asombroso, que no osaba moverse, Junto con el silente ambiente celestial del amor. De otro cuarto, Jorge trajo un ejemplar de su biografa, en la portada del cual escribi mi nombre. Mientras iba a traerlo, tuve la oportunidad de mirar su apartamento. Los muebles eran muy simples, de un estilo til y en armona con lo dems de la vida del hombre de Dios a quien visitaba. Fue un gran principio en la vida de Jorge, el pensar que no es recto que los hijos de Dios sean ostentosos en su estilo, en el modo de vestirse, ni en cualquier parte de su vida. Jorge crea que el lujo y la comodidad no tienen nada en comn con los que profesan ser discpulos del humilde y manso Jess, quien no tuvo dnde recostar su cabeza (Mateo 8:20). Sobre su escritorio estaba una Biblia abierta, sin notas ni referencias. Aqu, pensaba yo, est dnde se aloja el hombre ms destacado, espiritualmente, de nuestra era; un hombre que Dios ha levantado para demostrar a un fro, egosta y cientfico mundo las realidades de las cosas de Dios, y para ensearle a la iglesia tal como ella puede ganar, si solamente se afianza en la Mano Omnipotente. Haba estado con este guerrero de oracin una hora, y solamente una vez fue tocada la puerta. Al ocurrir esto, Jorge la abri, y encontr a una de las hurfanas; una miembro de una de las familias ms grandes del mundo, la del orfanato de Jorge. Mi amada dijo Jorge, no puedo atenderte en este momento. Espera un momento, y te llamar. As, fui privilegiado quedarme con ese hombre de fe sin interrupciones; ese prncipe de Dios; ese viajero de un peregrinaje turbado de 91 aos; un hombre que, al igual que Moiss, le habl a Dios como un hombre le habla a su amigo. Para m, fue como una hora en el cielo, pero disfrutada en la tierra. Su oracin por m fue pequea y sencilla. Arrodillndose, dijo, O Seor, bendice a este amado siervo que est ante ti, ms y ms, ms y ms y ms y ms! Y, gua, con tu gracia, su pluma, en lo que l va a escribir en cuanto a esta T obra, y en cuanto a nuestras conversaciones del da de hoy. Lo pido por los mritos de T amado Hijo, nuestro Seor y Salvador Jesucristo. Amen! Nota: Jorge vivi hasta los 92 aos. A los 70 aos, dej de superentender al orfanato y empez a viajar para predicar por todas las partes del mundo. Al llegar a los 87, ces de viajar, pero ya haba viajado alrededor de 300,000 kilmetros, en 42 diferentes pases, y les predic a unos 3 millones de personas. A continuacin, se comparten las mismas palabras de Jorge, en cuanto al secreto de su poder espiritual:

Hubo un da en que Jorge Mller muri:

Jorge Mller muri a: sus gustos, sus opiniones, sus preferencias y su propia voluntad. Muri al mundo su aprobacin y censura. Muri a la aprobacin o crtica de los dems, aun de sus hermanos en Cristo y amigos: desde entonces en adelante, he procurado con diligencia presentarme a Dios aprobado. (2 Timoteo 2:15) [Con esto Jorge no quiso decir que no escuch los consejos de otros, pero si esos consejos no estuvieran sentado sobre bases bblicas, no les hizo caso.]

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