La Funcion Del Hecho Teatral en Algunos
La Funcion Del Hecho Teatral en Algunos
La Funcion Del Hecho Teatral en Algunos
(El presente ensayo está publicado en el libro de mi autoría Borges o el cuento ausente y
Resumen:
Sabido es que Borges nunca escribió una obra teatral, pero sí era un entusiasta
lector de textos dramáticos. El propósito del trabajo es analizar algunos pliegues de la
cuentística borgeana donde se desarrollan hechos teatrales y señalar sus distintas
funciones en los cuentos “El simulacro”, “El Evangelio según Marcos”, “La busca de
Averroes”, “Everything and nothing” , “El milagro secreto” y “Tema del traidor y del
héroe” . Luego de un breve análisis de los fragmentos, se justificará su inclusión en la
trama total del texto, y se demostrará la relación de esos verdaderos montajes escénicos
con la técnica de la mise en abyme, la concepción del Gran Teatro del Mundo, el valor
actualizador y vital de la re-presentación, la ruptura del tiempo cronológico, la
polifonía, la intertextualidad, la ampliación de perspectivas y el juego borgeano con la
teoría de la recepción. Finalmente, se sintetizarán todas las funciones señaladas como
otra forma de la particular postulación de la realidad de Borges.
Palabras clave: Borges. Narrativa y hecho teatral. Montaje escénico. Polifonía.
Intertextualidad.
1
La página era extraña.
No era una descripción de la batalla,
era la batalla.
Borges: “El espejo y la máscara”
Sabido es que Borges nunca escribió textos teatrales, ni dedicó la mayor parte de
sus trabajos periodísticos en diarios y revistas a este particular género. 1 Sin embargo,
real. El teatro ocurre en un aquí, que varía, pero siempre en un ahora, el ahora del
espectador.
narrativas desempeñan.
En 1984 Borges responde a Enrique Pezzoni sobre la evolución positiva del teatro
argentino:
1
1 Al respecto, Jorge Dubatti resume: “El teatro, en su dimensión espectacular, no fue
una de las pasiones intelectuales de Jorge Luis Borges. Sí le interesó, por supuesto, la
literatura dramática, especialmente la de algunos grandes autores: William Shakespeare
(cuya presencia es constante en la producción del autor de Ficciones) o George Bernard
Shaw, entre ellos” (Dubatti en PROA: 128).
2
Naturalmente, dada mi edad yo tiendo a pensar que todo declina. Yo no he escuchado que el
teatro mejore, si es así, lo celebro (…) No he ido casi nunca al teatro; yo prefiero leer las
piezas de teatro; yo prefiero leer a Shaw- si hay representación, no-, leer a Shakespeare, a
Ibsen, a O´Neil, a los trágicos griegos, a Racine. Aun cuando tenía vista, prefería leer teatro,
pero es una singularidad mía que no debo imponer a nadie y menos aconsejar a nadie.
(Pezzoni 197).
teatrales. Y cuando en la misma entrevista el periodista lo interroga acerca del teatro del
absurdo, y en especial sobre la relación entre Beckett y Sartre, Borges opina con
mediante dos autores que no he leído. Busque otros ejemplos Yo vi dos piezas de
Ionesco, y me parecieron realmente absurdas, pero lo absurdo no hay que buscarlo, uno
Yo he visto Yerma, pero no me quedé hasta el final. Quizás hubiera sido mejor leerla que
verla. Yo pienso así de las obras teatrales. Lo mismo me ocurrió cuando vi obras de
Shakespeare, Bernard Shaw o Ibsen. Resulta más ameno leer que ver obras teatrales. Desde
hace tiempo tengo el problema de la vista y ahora que ya no veo quizá es por eso que no
comprendo el encanto del escenario (Gasió 88).
teatral en Buenos Aires: “Hay un gran interés por el teatro en Buenos Aires, sobre todo
por las compañías de actores aficionados, que ahora se llaman “vocacionales”; es muy
posible que sean los que estén salvando el teatro” (Alazraki 344).
3
El cuento “La noche de los dones” incluye una de las dos únicas alusiones de
proyecta más allá de la muerte de Juan Moreira convirtiéndose, por efecto del teatro, en
tiempo, ya no sé si me acuerdo del hombre de esa noche o del que vería tantas veces
también en una cara rubiona, picada de viruela” (Borges: 1989 43). Creemos que este
gauchesco. 2
titulada “Epílogo”, donde reconoce el problema del sainete como género menor: “Los
gente culta no podía gozar de sus espectáculos con la conciencia tranquila”. (Borges:
1974 1144).3 Notemos que los dos ejemplos, el drama sobre Moreira y los sainetes
Dentro de los textos dramáticos leídos y releídos por Borges, sobresalen las obras de
de diversas formas en sus ensayos, cuentos y poemas. En diálogo con Roberto Alifano
2
2 La popularidad de Juan Moreira originó unas “30 versiones teatrales, una ópera, un
libreto televisivo y cinco películas nacionales” (Dubatti 100).
3
3 Un curioso antecedente: El 10 de febrero de 1956 Borges publicó en la columna de El
Hogar un cuestionario titulado “¿Qué sabe Ud. de teatro”. En él formulaba quince
preguntas sobre el tema, donde confluían dramaturgos europeos y argentinos, además de
actores, actrices y versiones fílmicas de clásicos dramáticos (Borges: 2000 175).
4
confiesa la fuerte reacción emotiva, muy cercana a la catarsis, que le provoca la lectura
de una obra de Shakespeare: “ Esa pieza no decae en ningún momento. El drama nos
arrebata, nos estremece como una pasión o una música. Entramos en él, nos entregamos
voluntaria suspensión de la incredulidad (…) Es una obra de arte que bien puede
influencia- metafórica y real- de los ancestros del escritor sobre su obra. Continuando
en cierta forma el enfoque anterior, Martín Hadis analiza un dato relacionado con el
Y. Haslam redactó y publicó en Hanley por cuenta propia un extenso artículo titulado
de Heidelberg para ser evaluado como su segunda tesis doctoral. Allí fue rechazado en
1845. Sin embargo, este aparente fracaso no impidió que la crítica Cristina Grau lo
confrontara con la obra de su bisnieto, y destacara en los dos autores, E.Y. Haslam y
Jorge Luis Borges, la misma” representación nítida del espacio, una percepción
subjetiva y afectiva de las ciudades que retratan, un uso claro de imágenes y recursos
de imágenes que son como fotogramas, Borges consigue que el texto se haga visual, en
definitiva, que el lector se haga espectador” (En Hadis 262). Este último concepto, que
Quiroga, Roberto Arlt, Julio Cortázar, Leopoldo Marechal), Borges nunca se dejó tentar
por la escritura para la escena” (Dubatti 128). Es verdad. Sin embargo, Borges estuvo
5
muy vinculado con el cine y, a pesar de su ceguera, siguió concurriendo acompañado
por alguien que le explicaba las imágenes que su problema visual le impedía percibir.
Llevado por esta pasión por el cine, especialmente el de Stemberg y los westerns,
Borges publicó en la Revista Sur, entre 1931 y 1944, una columna sobre crítica de
Casares, Los orilleros, El paraíso de los creyentes e Invasión, adaptó los Cuentos de
Pago Chico con Bioy, Manuel Peyrou y Eduardo Mallea,(Dubatti 219) y, con Betina
Edelberg, redactó el guión para un ballet (Williamson 351). 4 Creemos que esta pasión
de Borges por el cine y su efímera actividad de guionista podrían haber influido a dar
Hacedor)
Por otra parte, los antecedentes citados pueden enriquecerse si se consideran los
4
4 Al enfocar el gusto de Borges por el cine, Pascual detalla los filmes preferidos por el
escritor, su asidua concurrencia a las salas cinematográficas y las numerosas versiones
fílmicas de sus relatos. (Pascual 148-151).Resulta muy evidente que el intercambio de
intereses por el cine fue recíproco, tal como lo analiza la crítica María Gabriela Cittadini
en su ensayo “Moebius: un laberinto de simetrías borgianas”, destacando, también, la
cantidad de cortos sobre el escritor, especialmente a partir del décimo aniversario de su
muerte. (Cittadini 29-36). Sobre este mismo tema de la relación entre Borges y el cine,
pueden confrontarse sus declaraciones en “Entretiens avec Napoleón Murat”. (En L
´Herne 384 - 386) y el artículo “Jorge Luis Borges y el cine”, de Federico Irazábal
(Irazábal 211).
6
De todas formas, la inclusión de un hecho teatral dentro de algunas tramas de los
cuentos de Borges, coincide con su gusto por corroer los límites entre los géneros
tradicionales.
Cierta vez Borges afirmó: “Los géneros no son otra cosa que comodidades o
rótulos” (Rest 33). Borges es un gran jugador. Su afán lúdico lo llevó, según la crítica, a
Literatura. Su escritura apela a un lector activo que sepa descubrir sus trampas y pistas
diseminadas a lo largo de sus textos y su sistemática “ruptura del marco”, según Piglia.
Gauss y sostiene que, al igual que para Borges, “Un género es una perspectiva de
171). De acuerdo con este enfoque que pone su acento en el acto de recepción, el lector
Saer reitera esta problemática al evaluar los textos borgesianos de la siguiente forma:
“Creo que las categorías clásicas resultan demasiado rígidas para encarar la obra
borgeana, ya que hay una continua transmigración estilística y temática que se desplaza
a través de las formas y de los géneros (…) Así que para una estimación correcta de su
drama como un género literario, sino como un hecho escénico, que difiere de la
7
del lenguaje, a la persuasión, y está dirigido al tú, mientras que la novela acentúa la
claro intersticio donde surge el hecho teatral. Son ellos “Tema del traidor y del héroe” y
“El milagro secreto” (en Artificios, 1944), “El simulacro” y “Everything and nothing”
(en El Hacedor), “La busca de Averroes” (en El Aleph) y “El evangelio según Marcos”
Ahora bien, el cuento de Borges titulado “El evangelio según Marcos” retoma la
la Biblia en una familia de peones analfabetos, los Gutres, que deciden vengar un hecho
pasional. Para ello transfieren la lectura del Evangelio a sus vidas, y ponen en escena la
crucifixión de Cristo, tantas veces escuchada. La oralidad del texto evangélico, tal como
común. El montaje del escenario avanza gradualmente a medida que padre e hijo
preparan en el galpón una reproducción del Gólgota. Y llevado tal vez por la ley del
escupieron y lo empujaron hasta el fondo (…) El galpón estaba sin techo; habían
8
arrancado las vigas para construir la cruz” (Borges: 1974 1072). El carácter dramático-
Enrique Anderson Imbert quien reconoce dos modos o grados de visibilidad del
narrador informa sobre una acción y dice que “algo ha ocurrido”. En el segundo, que es
el que nos interesa para iluminar nuestro enfoque, el cuento es un espectáculo ofrecido
por los personajes. La acción se despliega a la vista del lector que se convierte,
coincidiendo con la opinión de Sarlo, en un espectador que percibe, así, una acción
dramatizada. “El narrador se ha escondido- sostiene Anderson-. Está ahí, puesto que
alguien ha narrado lo que ahora leemos, pero no nos estorba. El efecto es como si la
final de “El Evangelio según Marcos” se ha deslizado hacia el efecto actualizador del
hecho teatral.
5
5 Coincidiría, en cierta forma, su apreciación con el concepto de focalización.
9
El cuento “Emma Zunz” podría ser incluido dentro este apartado. En efecto, el
plan preparado para la venganza de Emanuel Zunz adquiere el perfil de una auténtica
puesta en escena: Emma se convierte en una actriz al asumir actitudes que jamás
Emma se desploma y el parlamento que debía pronunciar nunca llega a ser emitido.
Finalmente, un guiño del narrador legitima el fracaso de Emma y, tal vez, nuestro punto
El cuento “Tema del traidor y del héroe”, incluido en Artificios (1944) aporta a
que Enrique Pezzoni lo cataloga como “una exhibición desaforada de la literatura como
literatura” (Pezzoni 29). Los modelos literarios que operan sobre la trama son,
10
propio Borges- destaca que Nolan “había traducido al gaélico los principales dramas de
Shakespeare, entre ellos, Julio César.”7 (Borges: 1974 497). También había redactado
que requieren miles de actores y que reiteran episodios históricos en las mismas
Es aquí donde el clásico tema del Gran Teatro del Mundo se introduce en uno de
los numerosos pliegues del relato. Esta idea tradicional también dialoga con el concepto
del universo concebido como texto donde el lector/ espectador debe buscar el sentido,
favoritas de Borges, el narrador describe que “Kilpatrik fue ultimado en un teatro, pero
de teatro hizo también la entera ciudad, y los actores fueron legión, y el drama coronado
…urgido por el tiempo (…) tuvo que plagiar a Shakespeare. Repitió escenas de Macbeth, de
Julio César. (…) La pública y secreta representación comprendió varios días. (…) Centenares
de actores colaboraron con el protagonista; el rol de algunos fue complejo; el de otros,
momentáneo. (…) Kilpatrik (…) más de una vez enriqueció con actos y palabras
improvisadas el texto de su juez. Así fue desplegándose en el tiempo el populoso drama.
7
7 Recordemos que Borges sostuvo que de R. L. Stevenson tomó el uso de escenas
favorables. Y la alusión al asesinato de Julio César – sea en un texto histórico o en uno
literario- es una constante en la obra del escritor argentino.
11
prefigurando el asesinato de Lincoln, en un “palco de funerarias cortinas”. La inclusión
universaliza el episodio y corroe los límites históricos para invadir la ficción y volver
esta forma, se cancela el tiempo cotidiano pues todo sucede por primera vez- como en
con la verdad, pero el “aparato histriónico (se ha) confundido con la realidad hasta el
convertido en clave y enigma del relato. Y Borges nos invita a participar como actores
Shakespeare, siempre
la obra de Borges, tal como se comprueba en las numerosas biografías y entrevistas del
autor10. Sin embargo, la figura de Shakespeare/actor surge con nitidez en el ensayo “De
8
8 No es casual que los argumentos de novelas se cuenten en pasado, y los de obras
teatrales deben, según la costumbre literaria, narrarse en presente.
9
9 La idea de la vida como teatro también coincide con el concepto del mundo como
texto. Para una mayor comprensión de la totalidad del cuento, pueden confrontarse los
estudios de Claude Ollier (en L´Herne 276-279) y Enrique Pezzoni (Opus cit 29 – 109).
12
alguien a nadie” (Otras Inquisiciones) y, sobre todo, en el cuento “Everything and
nothing” (El hacedor). En ambos textos Borges desarrolla uno de sus postulados
enfoque del hecho teatral es más evidente. En efecto, el narrador destaca el papel del
personas que juegan a tomarlo por aquel otro” (Borges: 1974 803 – 804). El presente de
la recepción, o el valor actualizador del hecho teatral que solo cobra vida en el ahora
del espectáculo, llevó a Borges a declarar: “Es cierto que Shakespeare trabajaba para el
presente, no para el tiempo. Escribía para sus actores, para la representación teatral y es
probable que jamás haya pensado quedar en la Historia de la Literatura” (Alifano 74).
Por otra parte, Borges compartía el concepto de San Agustín que sostenía la
inasibilidad del presente, ya que “el presente está (atravesado) por un juego paradójico,
del hecho teatral. El actor, al multiplicarse en la infinidad de seres que debe encarnar,
histriónicas le enseñaron una felicidad singular, acaso la primera que conoció; pero
irrealidad recaía sobre él”. Notemos la paradoja que se oculta en la cita anterior, al
13
transcurrido encima del escenario. Los personajes devienen de carne y hueso, a la vez
que borronean a la persona: “Dejaba de ser Ferrex o Tamerlán y volvía a ser nadie”.
El crítico Gerardo Mario Goloboff opina al respecto: “En esa máscara vacía con
lo que dice “representarse” encuentran su forma las formas innúmeras de los personajes
de sus textos, pero no por eso el escritor alcanza a llenar su máscara, a saber quién es.
Reflejo él mismo de otro que no conoce, siente que sus textos “representan” una y otra
tabernas de Londres, el alma que lo habitaba era César, que desoye la admonición del
El cuento-ensayo que nos ocupa presenta, desde nuestro enfoque, dos aportes
significativos, que podrían integrarse a los diversos análisis que ha originado. Desde el
del Chaco”. El segundo incluye las especulaciones del narrador que irrumpe con sus
14
grotesca, a fin de responder al título de “simulacro” 11. Cabría aquí transferir el concepto
de Anderson Imbert comentado con anterioridad, acerca del modo de narrar “mostrando
incluye las dudas del narrador que acumula vocabulario del campo semántico del teatro.
Así confluyen “farsa, representar un papel, actores”. En medio de este contexto surge
la duda: “La historia es increíble, pero ocurrió y acaso no una vez sino muchas, con
distintos actores y con diferencias locales. En ella está la cifra perfecta de una época
“no una vez, sino muchas” y la técnica de mise en abyme12, del sueño dentro del sueño,
(como en “Las ruinas circulares”), o del drama dentro del drama como en Hamlet,
Cervantes, Las Mil y Una Noche, el Ramayana y Hamlet, y concluye así el ensayo:
¿Por qué nos inquieta que el mapa esté incluido en el mapa y las mil y una noches en el libro
de Las Mil y Una Noches? ¿Por qué nos inquieta que Don Quijote sea lector del Quijote, y
autoría titulado “Perón desde Borges: un caso particular en la ficcionalización del otro”,
en Borges, paso a paso (Zwanck de Barrera 97-100).
15
Hamlet, espectador de Hamlet? Creo haber dado con la causa: tales inversiones sugieren que
si los caracteres de una ficción pueden ser lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o
espectadores, podemos ser ficticios. En 1833, Carlyle observó que la historia universal es un
infinito libro sagrado que todos los hombres escriben y leen y tratan de entender, y en el que
también los escribe (Borges: 1974 669).
nuestro enfoque cuando afirma en El orden y la paradoja: “La dualidad del mundo
paralelo y aporta a la totalidad del cuento-ensayo, las funciones de toda cita: legitimar
(Eliade 192 y ss.). En efecto, en ellos el sujeto realiza un corte en el tiempo objetivo o
una revelación superior. A la luz de este concepto enfoquemos una parte de la trama de
“El milagro secreto. El texto narra los pormenores de la ejecución del escritor judío
13 “El milagro secreto” fue publicado en la Revista Sur, en el año 1943, en un número
13
dedicado por Victoria Ocampo a criticar la guerra. Esta circunstancia llevó al crítico
Balderston a declarar: “El dilema de Hladik en “Los enemigos” y el de Borges en “El
milagro secreto” es encontrar maneras de escapar de una pesadilla circular, cuyo autor
es Adolfo Hitler” (Balderston 112).
16
Jaromil Hladik14 por parte de un pelotón de fusilamiento nazi. El nombre del
en Praga entre 1892 y 1912. En el cuento, Hladik pide a Dios el favor de terminar su
obra inconclusa que, según su parecer, lo justificaría ante la posteridad. Dios le concede
divide las aguas de la ficción y el hecho teatral se separará del relato. El drama en verso
que se desarrolla dentro de la mente de Hladik se titula “Los enemigos” y está lleno de
incoherencias:
Empieza el tercer acto, el último (…) vuelven actores que parecían descartados ya de la
trama; vuelve, por un instante, el hombre matado por Roemerstadt, (…) El reloj da las siete –
como al comienzo del primer acto- (…) Aparece el primer interlocutor y repite las palabras
que pronunció en la primera escena del primer acto. (…) El drama no ha ocurrido: es el
delirio circular que interminablemente vive y revive Kubin – jardinero enloquecido- (Borges:
1974 510).
tiempo presente, ya que fue preparado “para la escena, no para la lectura” (Borges: 1975
144), al mismo tiempo que se recorta con nitidez sobre el fondo narrativo, redactado en
pretéritos. Creemos que este uso discrecional del tiempo del discurso es un claro indicio
14
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del valor actualizador que Borges reconoce en el hecho teatral. Recordemos que en el
acota: “…la verdad es que el drama que soñó Shakespeare, y que ahora soñamos, está
fuera del tiempo de la historia o, mejor dicho, crea su propio tiempo” (Borges: 1975 146).
En 1977 Umberto Eco confesó su interés por el cuento “La busca de Averroes”,
al que calificó como “historia extraordinaria”. Agregó que su “fascinación” por el texto
lo condujo a comenzar el único ensayo sobre semiótica del teatro con la historia de
culturales, porque él tiene la realidad delante de sus ojos (los chicos jugando) y no lo
puede relacionar con lo que el libro le está describiendo” 16 (Eco 127). En un ensayo
escritor, poeta y estudioso de la obra de Aristóteles, debe traducir al árabe los términos
doctrina del Islam que condena la representación por figuras humanas, y no puede
16
16 La traducción es nuestra.
18
comprender el significado. Preocupado por este dilema y, al mismo tiempo, ignorante
donde…
… jugaban unos chicos semidesnudos. Uno, de pie en los hombros de otro, hacía notoriamente
de almuédano; bien cerrados los ojos, salmodiaba No hay otro dios que el Dios. El que lo
sostenía, inmóvil, hacía de almínar; otro, abyecto en el polvo arrodillado, de congregación de
fieles. El juego duró poco: todos querían ser el almuédano, nadie la congregación o la torre
(Borges: 1974 583).
atención. Poco más tarde, visita a Farach, quien comparte con Averroes todo un mundo
Abulcásim, un viajero que describe una ópera china. Abulcásim detalla un edificio
teatral y explica el valor de re-presentar: “Las personas de esa terraza tocaban el tambor
y el laúd, salvo unas quince o veinte (con máscaras de color carmesí) que rezaban,
se percibía el caballo; combatían, pero las espadas eran de caña; morían, y después
Como vemos, Averroes escucha por boca del viajero la descripción de todos los
tramoya, etc. Sin embargo, Farach, el dueño de casa, al igual que Averroes, opina que
las personas de “la terraza” estaban locas. Abulcásim responde: “No estaban locos (…)
Estaban figurando (…) una historia”. E insiste más adelante: “Imaginemos que alguien
palabras condensan el núcleo del arte dramático, pero Farach continúa desoyéndolas y
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dictamina con orgullo: “…no se requerían veinte personas. Un solo hablista puede
referir cualquier cosa, por compleja que sea”. Notemos la oposición entre los verbos
que indican distintos tipos de percepción: mostrar, ver, hablar, cantar, y dialogar,
frente a referir. Averroes comparte la opinión de Farach y desconoce los dos hechos
acuerdo con la crítica y nuestro punto de vista, la inclusión de los dos hechos teatrales
el libro (Corán) antes que sobre la vida, y sobre la fe, antes que sobre la razón.
Averroes tiene interés por los conceptos de “tragedia y comedia”, pero carece de
- Destacar el carácter lúdico y espontáneo del hecho teatral (en el juego de los
- Sugerir la vitalidad de los hechos teatrales por encima del saber libresco.
Para el menos letrado de los chinos, aunque imperfecta, la ópera es una realidad precedida por
historias heroicas y por siglos de decodificación y de entrenamiento actoral. Para uno de los
hombres más sabios del Islam, en cambio, en una etapa de esplendor de la cultura árabe, el
simple hecho de la representación teatral es casi un enigma indescifrable, aunque tenga bajo
sus ojos las reflexiones de un filósofo y de un espectador (Rivera 13).
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- Señalar los peligros de seguir solo la coherencia un sistema de ideas que es
- Destacar un caso particular de recepción de un texto (el hecho teatral), sea este
historia de Averroes un extenso párrafo, con el que imprime al texto una vuelta más de
Sentí que la obra se burlaba de mí. Sentí que Averroes, queriendo imaginar lo que es un
drama sin haber sospechado lo que es un teatro, no era más absurdo que yo, queriendo
imaginar a Averroes, sin otro material que unos adarmes de Renan, de Lane y de Asín
Palacios. Sentí en la última página, que mi narración era un símbolo del hombre que yo fui,
mientras la escribía y que, para redactar esa narración, yo tuve que ser aquel hombre y que,
para ser aquel hombre, yo tuve que redactar esa narración, y así hasta lo infinito (Borges: 1974
588).
dibujando amplios círculos concéntricos que, tal vez, lleguen hasta el presente de
A modo de conclusión
21
Al enfocar la inclusión de hechos teatrales en algunos cuentos de Borges, hemos
temáticos adquieren en su escritura: Concepción del mundo como teatro, indicio del
polifonía, catarsis y mise en abyme son algunos de los ítems a que nos hemos referido y
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