La Desaparecida de San Juan - OCR
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La Desaparecida de San Juan - OCR
BROUSS.111
@Plan~ta
PHILIPPE BRoussARD es redactor en jefe del
servicio Encuestas de L'Express. Célebre
reportero del diario Le Monde (1989-2005),
recibió el premio Albert Londres en 1993. Es
autor de varias obras publicadas en la
editorial Stock, entre ellas La Prisonniere de
Lhassa (2007), con Danielle Laeng.
La desaparecida San
PHILIPPE BROUSSARD
La desaparecida
de San Juan
Argentina, octubre de 1976
La increíble historia de Marie-Anne Erize.
De las pasarelas a las villas, de modelo a militante.
Planeta
Philippe Broussard
la desaparecida de San Juan. -1a ed. - Buenos Aires: Planeta, 2012.
368 p.; 23x15 cm.
A 1hierry Pasquini
ISBN 978-950-49-2806-5
MARIE-ANNE ERIZE
1
velocidades en c d
' aso, no era na a grave. El arreglo sería rá ido
bastaba con dar una vuelta por la ciudad y l • , P_ '
e d 1. a recuperana ensegmda
uan o vo v1ó, a eso de las doce del mediodía el I b•
hecho y la factur d , arreg o esta a
. a prepara a. La bella desconocida pagó y de. ó el
negoc10. Desde adentro Domingo p 1 . . J
b ºd d ' a aCio VIO entonces que un hom
re vesti o e civil se acercaba a ella en la vereda Pa , . -
amenaz t .h • recia agresivo y
. , an e, como s1 ubiera querido llevársela a algún lado. Ella se
res1stia con fuerza. comerciante intentó int
tres h b l · erponerse, pero otros
om res o mmovilizaron contra la fachada del ne . U d
ellos lo am , gocio. no e
enazo c~n un arma y lo obligó a entrar: «Guardá la bicicle-
ta, segur~ que algmen va a venir a buscarla», le gritó al irse.
París, 22 de noviembre de 2008
p dD~ pie del~nte de su kiosco, Elsa Emperatriz Astensio tampoco
u o ~cer na a. Apenas tuvo tiempo de ver que dos de los a reso-
Señora,
res metlan a la fuerza a la muchacha en el asiento trasero de uf Ford
Fakon de color claro. Ella gritaba e intentaba escaparse
Tal vez esta carta la sorprenda. Hace ocho años que no le he dado
Las puertas del coche se cerraron de un golpe el cho.e ,
tod 1 •d d , 1er arranco a signos de vida. Acuérdese, era en noviembre de 2000.
a ve o~1 a • Otros dos vehículos siguieron al Ford con paradero
d esconoc1do. ' Yo trabajaba entonces en el diario Le Monde y nos habíamos visto
Así empezó el caso Marie-Anne Erize. en Buenos Aires para evocar la desaparición de su hija. Habíamos
tomado un café en un salón de té del centro de la ciudad, cerca de mi
hotel. Para serle sincero, yo temía ese encuentro. Es demasiado violen-
to y hasta falto de pudor irrumpir de golpe en la vida de una madre
para imponerle semejante ejercicio de memoria. Su abogada francesa,
Sophie Thonon- Wesfreid, me había avisado que usted era una mujer
con carácter, sólida pero sensible, y yo ignoraba hasta qué punto eso
era cierto. Es extraño, pero lo comprendí cuando la escuché hablar...
en francés.
Vaya uno a saber por qué, la había imaginado con un acento argen-
tino muy marcado y una tendencia a mezclar las dos lenguas. Había
pensado que el hecho de pasar medio siglo a miles de kilómetros de
París y educar a siete hijos en diferentes regiones de la Argentina, borra
muchos puntos de referencia, lingüísticos y culturales. Pero no, usted
hablaba sin acento extranjero y tenía hasta un modo muy personal de
intercalar unas cuantas sabrosas réplicas francesas en los momentos
más inesperados. Mientras yo le hacía una pregunta tras otra, usted
había interrumpido mi apresuramiento diciéndome con brusquedad:
«Minute, papillon!» [¡Momentito, mariposa!], lo cual me había dado
risa. Viniendo de usted, no era un reproche sino una manera deliciosa-
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 15
14 1 PHILIPPE BROUSSARD
Philippe
En noviembre de 1975, mi hija Marie-Anne Erize, franco-argentina, Recién mucho más tarde, y gracias a las investigaciones del abogado
que trabajaba en Buenos Aires en la compañfa aérea Austral, pidió ser Horacio Méndez Carreras, tuvimos algunas informaciones de nuestra
transferida a Mendoza, adonde permaneció hasta febrero de 1976, fecha
hija, pero no sabemos dónde fue enterrada.
en que su novio fue detenido por haber robado un coche. Se escondió Buenos Aires, 26 de mayo de 1999,
entonces en San Juan, provincia vecina a Mendoza, desde donde nos
Fram;:oise Erize
escribió varias veces. Envió su última carta el Día de la Madre, que ese
año cayó el 17 de octubre.
Cuando en la primavera de 1999 el juez parisino Roger Le Loire
El 21 de octubre de 1976, a las 23 horas, unos quince hombres ves- descubre este relato, comprende que tiene en sus manos un enigma
tidos de civil pero armados, entraron en nuestra casa de Monroe 1062
cuyo secreto se halla a miles de kilómetros del Palacio de Just~cia de
en Buenos Aires. Nos amenazaron y nos interrogaron por separado, ~
París. Aunque sepa que la justicia francesa puede tratar ese tipo de
mi marido, a mis hijos y a mí. Se llevaron los documentos, las cartas asuntos, 1 es consciente de que la cooperación de los argentinos será
y fotos de Marie-Anne, le advirtieron a mi marido que iban a ponerla
indispensable para él. ¿Jugarán el juego? ¿Lo autorizarán a presentarse
dos metros bajo tierra y a mí me dijeron que la condenarían a muerte, en el lugar de los hechos, a tomar declaración indagatoria a even-
agregando que no valía la pena escribirle, y que ya podía rezar por su tuales sospechosos, a acceder a los archivos? Ese país sigue siendo
alma. Nos advirtieron también que nuestro teléfono estaba intervenido. una democracia frágil en que las organizaciones de defensa de los
Al día siguiente, o sea, el 22 de octubre de 1976, recibimos una
derechos humanos estiman en 30.000 el número de víctimas de la
carta anónima proveniente de San Juan en que se nos decía que Marie-
dictatura entre 1976 y 1983. 2 El ejército goza aún de una influencia
Anne había sido secuestrada el 15 de octubre, a mediodía, en la calle,
considerable. La Marina, sobre todo en la Escuela de Mecánica de la
po'r cuatro hombres que habían bajado de un Ford Falcan, que ella se
Armada (ESMA), sirvió como centro de torturas. En los años ochenta,
había dejado capturar sin oponer resistencia alguna. Desde entonces, la mayoría de los torturadores se benefició con las leyes de amnistía.
no tenemos ninguna noticia de ella.
Algunos de ellos obtuvieron grados más altos dentro del Ejército, con
Mi marido y yo somos franceses. Fuimos enseguida al consulado una tranquilidad y un sentimiento de impunidad humillantes para los
para pedir consejo. El cónsul nos consiguió una cita en el Departamento
parientes de los desaparecidos. . .
Central de Policía con el encargado del servicio de extranjeros, que nos La abogada parisina de la familia Erize, Soph1e Thonon-Wesfre1d,
prometió hacer una investigación. Unos días después, volvimos pero no conoce bien ese país herido. Presiente que habrá que luchar, sobrepa-
vimos más a ese hombre y otra persona nos dijo que la Policía no sabía
sar la amnesia de los hombres y la pesadez del sistema. La antigüedad
nada. Mi marido partió entonces para Mendoza y San Juan, y acompa-
ñado por los cónsules franceses fue a ver a los gobernadores de esas dos
provincias, dejándoles una carta que relataba los hechos. El gobernador l. El arresto del dictador chileno Augusto Pinochet en Londres, en octubre de 1998,
abrió una brecha jurídica y probó que era posible iniciar juicios en Gran Bret_aña,
de Mendoza nos respondió que Marie-Anne había partido a San Juan, España O Francia, en nombre de las familias de desaparecidos europeos. A partir _de
y el de San Juan no nos contestó nunca. De regreso en Buenos Aires, mi ahí, las personas cuyos cuerpos no se han encontrado -como es el caso de Mane-
marido volvió a ver al cónsul, que le dijo que la embajada se encargaría Anne Erize- no pueden ser consideradas difuntas.
de reclamar noticias. Pero las autoridades argentinas le contestaron que 2. El número exacto de desaparecidos suscita aún hoy debates en la Argentina. Los
no sabían nada. ultranacionalistas nostálgicos ponen en tela de juicio la cantidad, considerada en
general certera, de 30.000 víctimas. Según el periodista estadoun_idense John D~nges,
Cuando la Comisión de Derechos Humanos vino a Buenos Aires, autor de una obra de referencia sobre las dictaduras sudamencanas de esa epoca
denuncié la desaparición de Marie-Anne, comprobando que una inmensa (Operación Cóndor. Una década de terrorismo internacional en el Cono Sur. Santiago
muchedumbre de gente venía a ese lugar por las mismas razones que yo. de Chile, Ediciones B, 2004), la estimación más fidedigna se situaría alrededor de
22.000 desaparecidos.
20 j PHILIPPE BROUSSARD
Querida Franr;oise,
En la página se especifica que «toda información sobre una se esperaba a una esposa, un hermano, un_ hijo, o evocar voluntad
u otra de estas personas puede significar un paso importante en la bús- de pelear, de saber, luego el miedo a renunciar, ~ pensar en la
queda de la verdad y la justicia». avanza y avanza, sin curar nunca de la Ausencia. .
«Modelo», «asistente social», «parroquia», «verdad», «justicia» ... Usted me había hablado poco de todo eso, el día en que nos vimos
Son referencias e indicios en el camino de su destino. en el salón de té, en 2000. Todo eso pertenecía a su jardín secreto. Y~
¿Por dónde empezar? ¿Por Francia? ¿Por la Argentina? Por suerte, no había insistido y adivinaba, por su molestia, que el tema era tabu
conservé algunos archivos: entre ustedes. Sin haber tenido que enfrentar nunca ese drama, supon-
- mis cuadernos de notas del otoño del año 2000· go que una familia, por unida que esté, no puede salir in~emne de_esa
' situación. Llega siempre un momento en que la «estrategia» a seguir se
- varios documentos confidenciales·
' vuelve motivo de división y querellas, y a menudo de ruptura. Supe, por
. - una decena de artículos de diarios franceses, italianos y argen-
tmos. ejemplo, que su marido tuvo un ata~~e de bronca_ ese día, hacía fi_n~:
En Francia, solo Le Monde, Paris Match, Elle y L'Express hablaron de los años setenta, cuando la asocíacwn de Jean-Pierre Lhande decidw
verdaderamente de Marie-Anne. Nada comparable con la Argentina, exhibir en público, en París, el retrato de Marie-Anne, entre otras fotos
donde su nombre se había vuelto emblemático en lo referente a la suer- de desaparecidos franceses. Su marido tenía sin duda sus razones, como
te de los desaparecidos. Es cierto que esta palabra no posee el mismo padre y marido; solo él podía juzgar. . . .,
Y usted, ¿qué pensó de la actitud de Francia, de la mov_ilizacwn de
significado en las dos orillas del océano Atlántico. Aquí se asocia con
los raptos ruines, con los avisos de búsqueda de niños o adolescentes personalidades políticas (Mitterrand, Dela~oe), de ~lgunos mtelectua_les
(Marek Halter, Bernard-Henri Lévy), o artistas (Julien Clerc, Cathen~e
robados en estaciones de tren o comisarías. En su país alude a un pasado
de odio y de suplicios, a esos millares de personas detenidas, torturadas Deneuve ... )? Jean-Pierre Lhande, para nombrarlo otra vez, me di;o
y luego eliminadas en los años 1970 y 1980 por grupos de torturadores hasta qué punto Simone Signoret e Yves Montand se habían compr~-
al servicio de la dictadura. metido con esa causa. Pero Marie-Anne no era para ellos nada mas
Usted lo sabe mejor que nadie: «desaparecido» no quiere decir que un rostro entre otros quince: no podía~ imaginar l_~ riqueza_ de su
«muerto». En cierto sentido, es todavía peor. ¿La desaparición no es destino. En última instancia, habrían escrito una cancwn o un libro, o
acaso la negación misma de la existencia? Portadora de vacío y de rodado una película... ,
Cuando volví a París después del viaje del otoño de 2000, pense a
miedo, impone silencio a un duelo imposible y suscita preguntas sin
menudo en usted, Franfoise, y en sus seis hijos, cuando se encontra-
respuesta: «¿Dónde?», «¿Cómo?», «¿Por qué?»
Hablar de los «desaparecidos» en América del Sur equivale a volver ron cuerpos en la Argentina en el anonimato macabro de alguna fosa
común. o cuando, en agosto de 2005, se identificó el cadáver de un
a abrir una llaga viva, a despertar un teatro de sombras cuyo telón no
cayó nunca. Marie-Anne y otros miles están allí, en los corazones y cuerpo femenino enterrado en el cementerio de General Lavall~, e_n
las memorias de sus amigos y parientes, no así en la conciencia de sus la desembocadura del Río de la Plata, reconocido como el de Leonie1
Duquet, secuestrada el 1O de diciembre de 1977 en la Capital Federal.
verdugos.
Usted, que conoce a tanta gente dentro de la comunidad francesa en
Todo eso es difícil de entender para nosotros, europeos, que tenemos
solo un recuerdo confuso de esa época. Y sin embargo, sus fotos existen,
las de Marie-Anne y tantos otros, la mayoría en blanco y negro, retratos l. Un ex militar argentino, Alfredo Astiz, considerado un es~ecialista de la tortura,
fue condenado por contumacia a prisión perpetua en,Fr~ncia en octubre de 1990,
fijados por la eternidad, semejantes a esos rostros inmovilizados que
inculpado por la desaparición de Alice Domon y Leome Duquet. Juzgado en la
ornan las piedras de las tumbas en nuestros campos. Al contemplarlas, Argentina a partir del 11 de diciembre de 2009, fue condenado a cadena perpetua
no se puede evitar pensar en la angustia de los primeros días, cuando el 15 de octubre de 2011.
24 1 PHILIPP.E BROUSSARD
vado. No encuentra, por el momento, otra salida que incorporarse por sus padres. Mientras estos estén en Berlín, ella se recibirá deba-
a una empresa francesa de Buenos Aires que produce cacerolas de· chiller en la escuela de Hulst, un liceo versallesco donde sus hermanas
aluminio. Las finanzas familiares resisten mal a esta decisión: aunque habían estudiado antes de la guerra. Los pensionistas reciben allí una
en los primeros tiempos gozan de cierta holgura, los Tisseau termi- educación rigurosa en el marco del estricto dogma católico. Su paso
nan por abandonar la residencia para vivir en un departamento más or ese establecimiento será para ella una etapa decisiva. Saldrá de
modesto. Pese a todo, Frarn;:oise está satisfecha y los niños también. ~li profundamente cambiada, y mucho más piadosa que el resto de
Han crecido y forjan proyectos adultos: Roger quiere seguir una for- la familia. Hasta sus padres, con los que se reunirá en Alemania en
mación de piloto bombardero en Estados Unidos; Anne-Marie sueña 1946, quedarán sorprendidos por ese fervor repentino._ .
con seguir estudios de medicina; Jacqueline frecuenta siempre a uno Sin embargo, la joven bachiller no olvida a su «nov10» argentmo.
de los soldados que había conocido en el buque, Roger Erize. «Quiero casarme con él», le repite a su padre en 1947. Pr~oc~pado
Para unos y otros la vida sigue así su curso en una Argentina di- por la idea de una eventual guerra con Rusia en Europa, Loms T1sse~u
vidida entre los partidarios de los aliados y una elite militar seducida se muestra favorable a ese proyecto y él mismo incita ahora a su h1Ja
más bien por el régimen nazi. El golpe de Estado de junio de 1943, menor a ir hasta Southampton y a tomar sola el buque con destino a
que lleva al poder al general Ramírez, confirma la atracción de cier- la Argentina. Su futuro marido la esperará en Espartilla~, el pueblo de
tos oficiales por las dictaduras europeas. Más aún, habrá que esperar los Erize, al sur de la gigantesca provincia de Buenos Aues. ,
al 26 de enero de 1944 para que el país rompa por fin sus relaciones Sería vano buscar ese pueblo en un mapa. No figura en ningun
diplomáticas con la Alemania de Hitler, ¡y al 27 de marzo para que le atlas. Solo algunos mapas locales lo mencionan apenas. Al sali_r de la
declare la guerra! Ese retraso no tiene nada que ver con una actitud capital, hay que ir hada el sur, bajar cada vez más, recorrer tr~sc1entos,
pacifista; revela más bien la rigidez ideológica y el sentimiento anti- cuatrocientos, quinientos kilómetros a través de la pampa humeda en
est~dounidense de una buena parte de las elites. No es de extrañarse, dirección al puerto de Bahía Blanca. Al norte de esta ciudad costera se
pues, que la Argentina haya recibido en su suelo a centenares de nazis halla el pueblo de Pigüé, una especie de end~ve francés que debe s,u
o «colaboracionistas» franceses en busca de olvido. relativa notoriedad a la presencia de una coloma de Aveyron que habia
Por el momento, el señor y la señora Tisseau tienen otras prio- llegado allí en el siglo XIX. Qué extraño país, donde se p~ede d~safiar
ridades y no piensan en la política interna. Saben que la Liberación la pampa y criar vacas gordas como bisontes, pero al mismo tie~po
marca el fin de su experiencia sudamericana. vivir en la nostalgia de los platos de tripas de Auvergne y de su vmo.
Ya en 1945, las nuevas autoridades francesas le piden, en efecto, a Espartillar, fundado en 191 Opor españoles, franceses y aleman:s
Louis, que reanude su tarea, esta vez en Berlín, donde será adjunto del del Valga, se sitúa a unos treinta kilómetros de allí. Es una pequena
«director de división política» y luego, jefe de archivos de los aliados. aldea perdida en los extremos confines. Comparado con ella, el Pigüé
Solo sus hermanas mayores se quedarán en la Argentina: Anne-Marie, de los nativos de Aveyron merece el rango de metrópolis. Hay allí una
para seguir sus estudios de medicina, y Jacqueline, para casarse con escuela, un equipo de fútbol, una cooperativa agrícola y una iglesia
Roger Erize. Frarn;:oise, por su lado, se ha encaprichado con otro de los flamante, San Miguel Arcángel. Pero eso no disipa el sentimiento de
hermanos Erize, Albert, nacido en Pau en 1921. Si dependiera nada aislamiento impuesto por los horizontes rectilíneos, los campos de
más que de ella, ¡la adolescente no esperaría llegar a la mayoría de trigo y de girasoles, y esos ríos en que Albert y sus herm~~os adoran
edad para casarse! Pero su padre no quiere saber nada: «Tienes solo ir a pescar. La región es más ventosa y soleada que la reg1on francesa
17 años -le repite-, ¿estarás todavía enamorada de él dentro de dos de Beauce O el Middle West juntos, los estancieros reinan allí sobre
años? Mientras tanto, vienes con nosotros a Europa». propiedades ilimitadas e innumerables hectáreas de tierra generosa
Frarn;:oise se resigna y se dispone a cumplir el programa planeado que recorren a caballo con sus gauchos.
1
36 1 PH!LIPPE BROUSSARD
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 37
Vista desde esas comarcas, Buenos Aires y ~u agitación política . de ramos generales. Desde entonces, no se movieron más, sobre todo
pertenecen a un país diferente y menos apacible. Juan Domingo Pe- Albert. El joven sabe cuán inmenso es el amor de su padre por esa
rón, el general que preside los destinos de la Argentina desde 1946, tierra y su historia, hasta el punto de dedicarle un proyecto exorbitado,
imprime su marca inventando un concepto ideológico que no condice esto es, la redacción de un diccionario de mapuche, la lengua -solo
realmente con la derecha ni con la izquierda: el «justicialismo». Inspi- oral- de los autóctonos epónimos, célebres por su ideal de indepen-
rado en parte en los modelos italiano (Mussolini) y español (Franco), dencia. Fascinado por su lucha milenaria, Esteban Erize se empeñó
este régimen autoritario -calificado de «fascista» por sus adversa- en estudiar su idioma y dejar huellas escritas.
rios- se caracteriza por un extremo personalismo: el líder y su esposa Este patriarca a la antigua conoce demasiado la región como para
Eva (Evita) ocupan el centro de todo. Este populismo y las profundas no alertar a su futura nuera, Frarn;:oise Tisseau, sobre la melancolía de
reformas sociales (convenciones colectivas, suba de salarios, sistemas la pampa. ¡Cuántas veces el viento, el sol y el silencio invernal hicieron
de jubilación ... ) lanzadas desde los comienzos del gobierno (1943) huir de allí a las mujeres acostumbradas a las ciudades ... ! Pero el tem-
le valen a Perón la adoración de los humildes. Obreros y campesinos peramento de Frarn;:oise no es de esos que hacen las valijas llevados
sienten que Perón, acompañado por la popular Evita, es el único que por una depresión repentina. Su unión con Albert, celebrada el 26 de
vela por su dignidad. El despegue de la Argentina, estimulado por mayo de 1948 en la iglesia de Espartillar, le depara una única tristeza:
las necesidades de una Europa que debe reconstruirse, refuerza el la ausencia de sus padres, demasiado entrados en años para viajar.
aura de su jefe providencial, permitiendo que su dan use y abuse del Louis, el autodicacta de Vendée convertido luego en diplomático, tie-
dientelismo y la propaganda. ne problemas cardíacos que lo obligarán a retirarse al poco tiempo en
. Los Erize son ajenos a ese mundo. Su horizonte de emigrados de su gran residencia solariega cerca de Tours, donde morirá en 1961.
la región de Béarn se limita al coto cerrado de Espartillar, sociedad En Espartillar, la joven pareja vive en una casita que Albert, apa-
rural regida por usos codificados. Hace varias décadas que han echa- sionado por la arquitectura, había construido con sus propias manos.
do raíces en esa región, donde una aldea y una estación en medio del Allí, a dos pasos del negocio familiar de ramos generales, van a nacer
campo llevan su nombre. De un villorrio al otro, los Erize son tantos los dos primeros bebés: Marc (21 de agosto de 1949) yYolande-Marie
que resulta a veces difícil decir a qué rama del árbol genealógico per- (24 de octubre de 1950).
tenece tal o cual descendiente. Pero en Espartillar no hay nadie que no Aunque la mamá no sienta todavía la nostalgia por su país, no está
conozca a Albert, Gaston y Roger: son los hijos de Esteban (Étienne) a gusto en la pampa. Ni la belleza de los crepúsculos ni las partidas
Erize, el dueño de un comercio de ramos generales, el lugar donde de polo de su esposo preservan sus días de una rutina desesperante.
los productores venden sus cosechas a cambio de útiles y semillas. Lo único que la ayuda a mantenerse es el amor de su familia y la fe
Este hombre de carácter y muy culto, 1 había nacido en Bahía en en Dios. En los momentos de duda, consulta al cura de la aldea, el
marzo de 1891 pero nunca había renegado de sus orígenes france- padre Santiago Bakker. Este sacerdote de origen irlandés, miembro
ses. Dio prueba de ello durante la Primera Guerra Mundial, cuando de la congregación de los Misioneros del Verbo Divino, está radica-
se enroló para combatir contra los alemanes. Habiéndose quedado do en Espartillar desde 1940. Frarn;:oise; quien ve en él a su «padre
en Francia hasta 1933, tuvo tiempo para ser padre de familia y para espiritual», no dejaría que nadie, salvo él, bautice a su segunda hija,
crear luego una empresa de fabricación de muebles en el sudeste. Por nacida el viernes 28 de marzo de 1952 a las diez y media de la noche:
desgracia, la quiebra de esa sociedad lo obligó a volver a la Argentina, la pequeña Marie-Anne.
donde sus hijos, todavía menores, lo ayudaron a fundar el comercio
usted, y al cabo, pero es así: la historia de Marie-Anne desborda como para preguntarse si el lugar ha cambiado tanto desde qu_e .
de contradicciones y enigmas íntimos. Marie-Anne, en marzo de 1952. Emana de ese lugar una terrible im-
Volviendo al Che, me enteré de que esta palabra es de origen mapu- • na dºie.r
resión de vacío ¡No se ve a na d ie, .
che. Se trata de una interjección utilizada en toda una parte de América P En el censo de 2001, el pueblo contaba sin embargo co_~ 913 habitan-
del Sur, que se podría traducir como «macho». Tengo que verificar en
el diccionario de su suegro, Esteban Erize. ¡Qué personaje! Para tener
una idea más precisa sobre él, consulté una copia de su libreta de ma-
::~s
t Una foto tomada desde el andén de la pequeña estacwn muestra
que se alejan. ¡Ahí tampoco se ve a ning~n viajer~, ningún obr~ro
de ferrocarriles! En cuanto a la iglesia San Miguel Arcangel, construida
trimonio y anoté los pocos mencionados en la columna de por su amigo el padre Bakker, parecería que se conserva en buen . ,
«Señas particulares»: Cabellos: castaños. Ojos: castaños. Frente: alta. como también el hogar de la parroquia. Que yo sepa,. n_~, hay nmgun
Nariz: rectilínea. Rostro: largo. cura desde 2001, la parroquia se ha anexado a la de ~1fue.
No me pregunte cómo lo conseguí pero tuve acceso también a un Antes de terminar, quisiera nada más decirle que 1re probablerr:en;e
documento militar referido a su marido. En la página derecha, se lee a la Argentina en primavera (¡la primavera francesa, no la a:g~ntma.).
que sirvió durante algunos años en el ejército francés, a principios del Bueno, creo no haberme olvidado de ninguna entre las ultimas no-
año 1945, en África del Norte. En la página izquierda figuran su altura, ticias.
1 m 77 cm, y una foto de identidad. Debe rondar los treinta años, tiene Con mi recuerdo amistoso,
pelo corto, un rostro anguloso, sonríe, es un hombre de hermoso aspecto.
Philippe
Algo me intriga, pese a todo: sus dos nombres de pila, René y Albert.
Cuando yo la vi en 2000, usted siempre decía «René». Pero su hermana,
su sobrina y toda la gente que encontré aquí lo llaman «Albert» o tam-
bié11 «Alberto». ¡Confieso que estoy perdido! Me atengo por mi parte a
esta ficha militar firmada «Albert Erize>>. Pero observe, eso de jugar así
con los apellidos y nombres de pila es una costumbre de la familia: en la
parte inferior de un texto sobre la desaparición de Marie-Anne llegué a
leer, escrita por usted, esta firma sorprendente: «¡Francesca Tisseau de
Erize»! ¿Es tal vez su faceta franco-argentina?
Otra cosa: cuando nos conocimos en Buenos Aires, usted me había
hablado de la aldea de Espartillar, de un «lindo chalé» familiar cons-
truido al lado de negocio de ramos generales. Pero según su hermana
Anne-Marie, ese rincón perdido no le gustaba mucho que digamos. Por
curiosidad, busqué en Internet fotos de las aldeas de Erize y Espartí-
llar...
Para Erize, hay que conformarse con una vista aérea, una especie
de relevo topográfico carente de interés.
Para informarse sobre Espartillar, es igualmente inútil recurrir a
Google Earth, la «lupa» planetaria. Apenas se divisan las casas en me-
dio de una miríada de campos con un trazado perfecto. Los raros sitios
locales difunden solamente una media docena de fotos. Mirándolas, es
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 43
de cuatro casitas prefabricadas: un correo, una enfermería, bles, llevan a la capital. En el verano de 1960, decide pese a
la intendencia, la comisaría. • todo ir a Buenos Aires con Marie-Anne para que su cuñado Domingo,
Albert Erize no se compromete en política. Es un empresario, un cirujano traumatólogo, le haga un examen. A los ocho años, la niña
simpatizante de la derecha y no un militante. Ese tema le interesa muy se queja siempre de dolores de cadera, su rostro se contrae al efectuar
poco, sobre todo en la Argentina, un país implicado en una historia ciertos movimientos, sobre todo del izquierdo. Sus padres temen
compleja y jalonada de violencia. En Buenos Aires, una capital con que tenga un amago de poliomielitis. . . .,
un temperamento eruptivo, el poder cambia de manos de la noche a Auscultándola, Domingo constata que sufre de descakificac1on en
la mañana, según el capricho de la burguesía o el ejército. Es así la cabeza del fémur. Tendrá que llevar en la pierna un aparataje pesado
que, en 1955, los ultraconservadores derrocan a Perón, el «general- e ingrato para no apoyar el pie y evitar toda presión.
presidente». Elegido dos veces, en 1946 y 1952, los últimos años de su Después de la operación, Marie-Anne pasa varias semanas de con-
gobierno habían caído en una franca demagogia. Después se refugió valecencia en la casa de Domingo y su mujer, Anne-Marie. A pesar
en España, dejando a sus adoradores el cuidado de mantener el mito de la presencia de su prima Monique, los días le parecen insípidos.
y soñar -en secreto- con un regreso triunfal. Arde en deseos de volver a Wanda para ver a su familia, sus amigos
Si a Albert Erize no le atrae la política argentina, es en parte por- y su selva.
que su trabajo y su familia lo acaparan completamente. Desde abril de A comienzos de 1961 está de vuelta en Wanda con sus muletas y
1959, el dan cuenta con un quinto hijo: Étienne. Como sus hermanos el mencionado aparato. La curación completa le llevará varios meses.
y hermanas, lo educan «a la francesa», preocupándose por que no Aprovechará ese período de vacaciones escolares para ser a su vez la
rompa los lazos con la tierra de sus abuelos. Frarn;:oise hace espe- anfritiona de Monique, que ha llegado de Buenos Aires en hidroavión.
cial hincapié en que cante «Les Freres Jacques» y le lee extractos del Para esa pequeña habitante de una gran ciudad, la estada anuncia
Rea<J,er's Digesto de la revista católica Ecclesia, que recibe por correo. aventuras excitantes pero también temibles. Por feliz que se sienta al
También habla a sus hijos de Vendée y de Béarn, comarcas que deben reunirse con la tribu Erize, Monique teme ese verano en la selva: no
resultar muy misteriosas para quien crece a la sombra de los árboles sabe trepar a los árboles, tiene miedo de los insectos y los ruidos noc-
gigantescos del norte argentino. turnos. Su prima Marie-Anne, temeraria por dos, es todo lo contrario.
Marie-Anne tiene entonces siete años. Solo le quedan de Francia Su aparato le molesta, sus muletas la fastidian, pero si le hacen falta
imágenes fragmentadas y vagos re.cuerdos de viajes. Sus padres sa- para atontar a una serpiente, no duda un solo instante. Uno de sus
ben, no obstante, que confluyen en ella las dos vertientes familiares: juegos favoritos con Monique consiste en recuperar restos de ananás
el espíritu de aventura de los Tisseau y la obstinación de los Erize. El en un conservero vecino y después, con las manos agarradas en la es-
hecho de crecer en los aledaños de la jungla añade un elemento más palda y una cuchara en la boca, agarrar los pedazos líquidos y jugosos
a ese mestizaje originario: la dimensión indígena, salvaje, que le pro- dispuestos sobre una mesa. «Marie-Anne era una chica alegre, muy
porciona una energía casi animal que no la abandonará nunca. Wanda positiva -se acuerda su prima-, no buscaba nunca enredos inúti-
es su reino, un lugar aislado del mundo pero cercano a lo esencial: la les ni hada sufrir a los demás. A diferencia de muchas muchachitas
naturaleza, la libertad, la vida. argentinas, a veces malignas, ella era franca, directa, espontánea, de
Para el viajero que no tiene medios para ofrecerse un hidroavión, una bondad natural y no calculada.»
el viaje hasta Buenos Aires se parece mucho a una expedición. En Familia extraña ... Se la creería surgida de una novela de aventu-
coche, hay que calcular unas veinte horas, primero por el camino, des- ras. Un verdadero dan, con tendencias boy-scout, devota y bohemia
pués en balsa a través del Paraná (a la altura de la ciudad de Corrien- a la vez, con padres que poseen el arte de lograr una armonía entre
tes) y, por último, hay que tomar las rutas, asfaltadas pero intermina- obligaciones y libertades.
50 1 PHILIPPE BROUSSARD
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 51
Cada uno gozaba de su autonomía pero tenía también sus deberes tudo y corpulento, no se asombra de ver llegar a Yolande o a Marc a
para con la colectividad. Chicas y muchachos d~ben participar en las· caballo. Marie-Anne viene a menudo en una carreta conducida por
tareas, ayudar a limpiar, lavar los platos, trabajar el jardín, mantener el hombre que sus padres contrataron como «peón». Es tan delgada
en ~uen es~ad~ ~os terrenos, cuidar los dos caballos, Mederick y Pingo. que sus compañeros la apodan Tacuarita (pequeño bambú), pero ella
La 1mprov1sac10n es solo aparente, todo está regulado, Frarn;:oise diri- nunca dejará que nadie se burle de ella.
?e sus «hu_estes» con una vigilancia de sargento en jefe, estricta pero La casa de los Erize, separada del centro de la dudad por una
Justa. Mane-Anne y Yolande, las dos hermanas, se complacen en ese distancia de cinco kilómetros, es la más frecuentada de los alrededo-
funcionamiento y anudan una complicidad que se consolidará con la res. Los muchachos de todo origen y condición han hecho ella un
adolescencia, sobre el telón de fondo de los compromisos políticos. punto de encuentro. Después de la siesta del domingo, cuando el sol
Marc, ~l_hermano mayor, parece más rígido y desentona en el conjun- baja detrás de los árboles gigantes, al oeste del Paraná, vienen a jugar
to fam1har. Su madre, sin embargo, aprecia su generosidad y sentido al fútbol y -lujo de los lujos- saborean una Fanta Naranja y una
de las responsabilidades, apoyándose mucho en él. Étienne, el menor, porción de postre. Frarn;:oise los recibe con alegría y se siente feliz es-
empieza a hacer de las suyas. Sin que se sepa por qué, le encanta tirar cuchándolos gritar o reír a cada gol. Apenas dejada atrás la fatiga de su
su pequeño camión en el foso que sirve de baño, lo cual arranca gritos último parto, da a luz un sexto bebé, Mari e-No elle, el 19 de diciembre
a la madre pero divierte a los hermanos mayores. de 1961. Imaginemos a esta joven mamá en su caserón salvaje, con un
En febrero de 1961, todos están reunidos en una linda foto en clima de 40 grados a la sombra, con el bebé en sus brazos, vigilando al
blanc~ y negro. Detrás se puede ver una especie de refugio con techo mismo tiempo las escapadas de Étienne al foso, suplicando para sus
. d~ hoJas secas. Albert es el único que está de pie. Es un hombre más adentros que los adultos no hagan imprudencias en la orilla del río o
bien_ delgado, bastante alto, vestido con un pantalón de tela y una no se caigan por un agujero de tres metros ...
canusa con mangas arremangadas. En la mano izquíerda sostiene un A veces, en los fines de semana, Albert los amontona a todos en
cigarrillo. No mira el objetivo sino a su esposa y a sus hijos sentados su coche y van a hacer un picnic a las Cataratas del Iguazú. Marie-
~e!ante de él. De izquierda a derecha se ve a Yolande, Frarn;:oise con Anne adora ese lugar salvaje, impenetrable, donde se baña sin ningún
Etienne sobre sus rodillas, un primo (André), y por último Marc. En temor. Casi se diría que no nació en la pampa de Espartillar, a miles
la primera fila está Monique, después Bernard y un muchacho desco- de kilómetros al sur, sino en esa tierra roja que las tempestades del
nocido en posición de perfil, desviando la mirada. Marie-Anne son- crepúsculo diluyen en barro. La naturaleza no la espanta, ha aprendi-
ríe mostrando sus dientes, como siempre. Con su vestido abotonado do a dominarla y a subir a los árboles con la agilidad de una pantera,
hasta el cuello, tiene un aire de chica modelo, alegre y satisfecha. Esos a penetrar el secreto de los frutos, raíces y creencias indígenas. Los
~ños le dejarán recuerdos maravillosos, la imagen de una infancia guaraníes la fascinan, le gustan su pureza y su lengua, que aprende
ideal a pesar de su discapacidad. palabra por palabra como un tesoro de infancia. Desde el primer día,
Su madre se ha vuelto ahora experta en esa vida cotidiana de ellos saben que esa muchachita de ojos verdes no hace trampa, que
combatiente. Y mala suerte si las ausencias de Albert, que pasa sus estará siempre del lado de ellos. En Buenos Aires también, en su vida
semanas en Posadas para tratar los asuntos de la concesión Citroen la futura.
o~l_igan a _encargarse, a su modo, de toda la familia, hasta a maneja; la
Vl~Jª camioneta familiar. Al fin y al cabo, la vida se organiza muy bien
as1, con la complicidad vigilante de una empleada de origen alemán.
En Wanda, los Erize están presentes en todas partes. En las fiestas.
En la misa. En la escuela ... El director, don Gómez, un hombre bigo-
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 53
la metieron a la fuerza en el asiento trasero del coche, una precisión que puse a preguntarme qu,é inte:és tiene rer~-wver todo ese pasado. ¿Por qué
parece contradecir el relato que usted recibió en una carta anónima. • la Argentina? ¿Por que Mane-Anne Enze?
Un zapato, anteojos, gritos ... Sí, esa es la imagen que se me hizo No tengo ningún vínculo con ese país.
presente cuando me enteré de la broma de Berlusconi en Cerdeña. No conocí a su hija.
Hoy quisiera que por un instante Berlusconi pudiera ponerse en el En 1976, tenía solo trece años.
lugar del padre de una hija de veinticuatro años que no ha dado más •Por qué me pongo a buscar una aldea adonde no iré nunca en mi
signos de vida desde hace treinta años. Que la imagine arrastrada por ·d~ a esperar un mail de un sacerdote francés exiliado en Nicaragua,
~ , . . d
hombres ebrios de odio. Que el grado del dolor, el sentimiento de haciendo preguntas a su sobrina, a su hermana, a sus amigos, vien o
impotencia y tal vez de culpabilidad, el deseo nunca satisfecho de tener fotos, documentos ... ?¿Por qué? ¿Para quién?
por lo menos una tumba, un lugar donde recogerse. Ojalá encontrara Pero por suerte, ese momento de desaliento no duró mucho. Uno o
un día alguien que como usted, Fran<;oise, lo mirara de frente. dos días, tres como máximo. Para recobrar gusto y sentido a todo esto,
Las reacciones a las palabras de Berlusconi tuvieron por lo menos el me bastó una conversación telefónica con una mujer que usted conoce
mérito de mostrar que ese período de la historia suscita siempre interés, muy bien: su prima Franroise Besse, la viuda del PDG (Presidente Di-
y que existen todavía en nuestros países hombres y mujeres capaces de rector General) de Renault.
memoria e indignación. Sin saber cuáles eran las relaciones entre ustedes, me imagino que
Para serle franco, desde que me lancé en este proyecto, a veces he el asesinato de su marido por un grupo terrorista de «Acción Directa»
dudado, pensando que el destino de Marie-Anne y de miles de otros en noviembre de 1986 debió ser un golpe para toda la familia, llegan-
desaparecidos pertenece a una época demasiado lejana como para in- do esa impresión hasta la Argentina. Siempre pensé que su actitud
teresar a la opinión actual. ¿El mundo en crisis de 2009 no tiene acaso después del drama era digna y valiente. No e:oqué ese tema ,duran~e
otr(J,s preocupaciones que las dictaduras de 1976? nuestra conversación, por supuesto, pero mientras respondia a mis
Al fin y al cabo, visto desde el extranjero, ¿qué queda de la Argen- preguntas, tenía presente la fuerza 1e su carácter, ~resentía que s,u
tina y del Chile de esos años? El vago recuerdo de generales con ante- testimonio sobre Marie-Anne tendna un peso particular, que sena
ojos negros, uniformes y cascos, bigotudos de mirada sombría, frente justo y verdadero. .
alta y busto erguido. En el imaginario colectivo, sus crímenes son casi «No sé si le seré muy útil... », me previno de entrada. ¡Es evidente
irreales, parecen pertenecer a una historia cadaverizada, archivada en que podría serme útil! ¡ Y cómo! La imagen que había conservado de
blanco y negro. Para muchos de nuestros compatriotas, la Argentina Marie-Anne era tan luminosa y positiva que me dio ganas de perseverar
de los dictadores se reduce al Mundial de 1978, con Platini vestido con y superar las tristezas de la pampa. .
la camiseta azul. El resto, todo el resto, se ha disipado como se borra Franroise Besse me dijo lo siguiente: «Debían correr los comienzos
una pesadilla. de los años setenta. Marie-Anne estaba entonces de vacaciones en Fran-
Discúlpeme que sea tan duro, querida Franroise, pero estoy seguro cia. Pasaba algunos días en Touraine en la casa de su tío Roger. Como
de que usted también· debe hacerse preguntas similares sobre el tiempo, yo me encontraba también en la región, ella me había hecho una visita.
el desgaste, tal vez el olvido. ¡Tantas cosas han cambiado para usted, su Todavía hoy la veo llegar a casa, radiante de vida, frescura y alegría. Era
familia y para ese país desde octubre de 1976! Tuvo otros seis hijos que una chica totalmente espontánea, llena de dones y promesas, respiraba
educar, después tuvo nietos y el presente predomina sobre el pasado. libertad. Como su look. Hasta con un jean y una remera, su aspecto era
Mi período de las peores dudas se sitúa hace unas semanas. Creo una locura, la gente se daba vuelta cuando la cruzaba en la calle. Yo
que era el momento en que escribí el final del pasaje sobre Espartillar. no la vi mucho pero conservo ese recuerdo. Después, seguí con tristeza
Como si hubiera sido presa, a mi vez, del «blues» de la pampa ... Me y emoción la historia de su desaparición en la Argentina».
56 1 PHILIPPE BROUSSARD
Roger, la otra pareja Tisseau-Erize. 1 Pero esa proximidad no atenúa Veinte años después, cuando el general De Gaulle viaja para a
en lo más mínimo la decepción de los niños. Por niás que se diviertan firmar un acuerdo de cooperación, es recibido triunfalmente. Delante
con sus primos y primas, el barrio no les gusta, añoran los árboles y la de los scouts, inmóviles en posición de firme, y de sus padres embele-
libertad, extrañan Wanda. Yolande, la mayor, conserva sus costumbres sados, pone la primera piedra del liceo Mermoz en la calle Ramsay. Y
de hija de la selva jugando al fútbol con los pies desnudos y se asombra dice a propósito de la Argentina: «Nunca hubo, en su historia y en la
de que le reprochen usar el caballo de un vecino. Marie-Anne, por nuestra, nada que nos haya dividido. Al contrario, estuvimos siempre
su parte, comparte su tiempo entre la casa familiar y la escuela pri- de acuerdo en lo esencial de nuestra vida en medio de los pueblos». De
maria, un establecimiento católico de San Isidro que poco tiene que Gaulle olvida, no obstante, que esos visitantes tardaron en distanciarse
ver con la escuela del buen don Gómez. Hasta Frarn;:oise, la madre, de Hitler y que, por iniciativa del germanófilo Juan Domingo Perón,
tiene la impresión de asfixiarse, y se marchita en ese desierto urbano acogieron en su suelo a centenas de nazis en fuga, entre ellos el médico
de Boulogne en el que demasiados adolescentes le parecen librados jefe del campo de Auschwitz (Josef Mengele): el jefe de ~a Gestapo en
a sí mismos. Albert, que trabaja todavía en Misiones una parte de la Lyon (Klaus Barbie) y el secretario de Adolf Hitler (Mar~m Bormann).
semana, comprende que habrá que acercarse, una vez por todas, a Entre los franceses, colaboracionistas notorios se refugiaron en la Ar-
Buenos Aires. gentina, desde Charles Lesca, director del semanari?.ª~tisemita/e suis
Apenas dos años más tarde, los Erize se mudan a Ciudadela, en partout, hasta Georges Guilbaud, fundador de la m1he1~ en el nort~ de
el límite con la capital. Esta vez, la casa es por lo menos espaciosa y Francia 1 ... Los católicos tradicionalistas tampoco tuvieron motivos
confortable, el barrio está poblado por gente aceptable. Y aunque el para quejarse de la Argentina: el sacerdote Jean Ousset, ex secretario
jardín no puede rivalizar con las diez hectáreas de Wanda, será la de Charles Maurras (Acción Francesa)' pudo implantar allí con toda
2
alegría de los más pequeños, Étienne y Marie-Noelle. libertad su organización integrista llamada «La Ciudad Católica».
F~arn;:oise, aliviada de vivir bajo un techo que le agrada, se es-
fuerza siempre por inculcar una cultura francesa a sus hijos. Apenas 1. Para la acogida de los nazis y colaboracionistas, y en general para los vínculo_s e~tre
instalada en Ciudadela, se apresura por inscribir a los «más grandes» la Argentina y la extrema derecha, recomiendo la lectura del libro de la peno~1sta
Marie-Monique Robín, Escuadrones de la muerte, la escuela francesa, Buenos Aires,
en la Alianza Francesa de Buenos Aires, donde siguen cursos de ac-
Sudamericana, Les escadrons de la mort, l'école fran<;aise, París, La Découverte, 2004.
tualización lingüística. En esa época, la capital es todavía una ciudad
2. Action Jranraise designa tanto el movimiento monárquico-antiparlamentario-na-
profundamente francófila. Profesionales liberales, jefes de empresa, cionalista, inspirado sobre todo en las doctrinas del católico Charles Maurras, ~orno
personal de embajada ... todos los expatriados ven en Buenos Aires un el título de la revista que difunde su ideario fundada por M. Pujo en 1908. Asociando
lugar de exilio ideal cuyos vínculos con Francia, nunca rotos, se ha- un nacionalismo intransigente y antigermanófilo con un «antisemitismo de Estado»
(Maurras) y viejas tendencias de la Restauración monárquica, la Acción Francesa
bían anudado en la segunda mitad del siglo XIX. Georges Clemenceau
sentó las bases de la extrema derecha francesa, constituyendo paralelamente el motor
y Jean Jaures residieron en la Argentina, René Goscinny, guionista de más poderoso de movimientos de choque en la calle desd~ 19~0. Nacid~ en ~arte
Astérix, vivió en la Argentina, y allí nacieron el escritor Joseph Kessel como reacción al juicio Dreyfus (1894-1899) y al bloque de 1zqu1erdas anticlericales
y el actor Bernard Blier... Cuando París se liberó en 1944, decenas que se imponen en el parlamento f~ancés a prin~i~ios del siglo X~,,5e desar~olla en
el momento histórico en que Francia alcanza el apice de su expans1on colon~al. Pese
de miles de personas invadieron el centro de la capital entonando La
a la condena del papa Pío XI en 1926, su influencia ideológica entre la Pnmer_a, y
Marsellesa. la Segunda Guerra Mundial se ejerció sobre un amplísimo sec~or de la pobl~~10n
(sobre todo católica), desbordando los intereses partidarios estnctamente pohticos
l. Jacqueline Tisseau, hermana mayor de Frarn;:oise, y Roger Erize, uno de los her- e incluyendo intelectuales de renombre como G. Bernanos, L-. F. Céline, _P. Bou:an_g,
manos de Alberto. Se conocieron durante los años de la Primera Guerra Mundial, Drieu La Rochelle y muchos otros. Aunque su compromiso con el mariscal Petam
en el buque que los llevaba de España a la Argentina. Festejaron su matrimonio en (en cuya estrategia Maurras vio siempre un doble juego para con el _ocupan~~) le
1944 en el Alvear Palace Hotel, uno de los más grandes de Buenos Aires. haya atestado un duro golpe, su doctrina subsiste actualmente en partidos pohticos
60 j PH!LIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 61
Es esta nación compleja, a la vez conservadora e insumisa, nacio- la menor palabra de «frañol», el cóctel lingüístico característico
nalista y abierta al mundo, la que va a ofrecer a Marie-Anne Erize una la juventud francófona de Buenos Aires. «Fram;ais, parle franraís!»,
adolescencia a su imagen, o sea, mitad argentina y mitad francesa. les grita cuando sorprende a uno de ellos en flagrante delito. Albert
Desde su mudanza a Ciudadela, sus padres la inscribieron en el comparte esa exigencia identitaria, a él también le importan las
Instituto Padre Elizalde, un colegio de renombre fundado en 1956. acariciando tal vez la idea de volver a Francia dentro de unos años. Y
Se codea allí con otros estudiantes de origen extranjero, sobre todo no importa que tenga una visión idealizada del Hexágono, alimentada
1
eslovenos, muy numerosos en esa comuna del Gran Buenos Aires. por sus actividades dentro de la Unión de los ex combatientes ...
Contrariamente a la mayoría de los hijos de expatriados, no estudia Esta necesidad de Francia se manifiesta en casa
en el colegio francés de la calle Pampa, en un barrio de la capital, el dela, donde el visitante observa muebles de tipo provenzal y adornos
cual sobrepasa los recursos financieros de sus padres, que están lejos al estilo de Béarn o Vendée. Al anochecer, en las reuniones familia-
de formar parte de la elite francófona de Buenos Aires. Excepto la res, le gusta hablar de las regiones francesas, juega con sus hijos a
lengua y un apego visceral por el Hexágono, los Erize no comparten bochados si no responden bien a preguntas de Geografía o Historia,
tampoco muchas cosas con esos compatriotas más afortunados con suscita debates y reflexiones. En los días feriados, canta con ellos en
que se cruzan a veces en la iglesia y en los cursos de catecismo, cuyo francés y no en español, siguiendo un ceremonial inmutable. Marie-
universo y estatuto social les son ajenos. Quedó atrás la época en Anne toca la guitarra, Marc el acordeón, y Yolande la armónica. El
que Frarn;:oise frecuentaba con su padre, Louis Tisseau, los ambientes living se convierte en una sala parisina de concierto donde se evoca
diplomáticos. Se casó, conoció la Argentina rural de Espartillar, la a Aznavour, Trenet y Moustaki. Es así: desde los cumpleaños hasta
Argentina subtropical de Wanda y la urbana de Ciudadela; Albert, por las comuniones se terminan cantando en esta familia atípica. Adulto
su parte, multiplicó sus proyectos y ganó algo de dinero, pero nunca o niño, cada uno con su voz y su rol, como en La novicia rebelde, de
fueron advenedizos ni habitués de las recepciones y cócteles munda- Robert Wise. Desde que los Erize vieron esa película premiada por
nos. Su acercamiento al país es más íntimo y carnal: no están allí de cinco Oscars en Hollywood, la erigieron en modelo de vida. La actriz
paso, como tantos exiliados con pasaportes vagabundos que pasan Julie Andrews encarna allí a una gobernanta austríaca que inicia en el
hoy por Buenos Aires y reaparecen mañana en Saigón. Esa tierra los canto a siete hijos de un viudo, el capitán Trapp, del cual se enamora.
alimentó, trabajaron en ella, sus hijos nacieron allí y no podrán dejarla También los Erize son siete desde el nacimiento de un cuarto varón,
tan fácilmente, afectados por el síndrome argentino, una atracción Jean (20 de abril de 1965), y juegan de buena gana a ser los Trapp de
fusiona! con esa nación excesiva y violenta pero siempre acogedora Ciudadela. Con la diferencia, no obstante, de que en la película los
para los audaces. Marie-Anne no se lo oculta: si Francia es el país de nazis amenazan la felicidad familiar pero a ellos nada los perturba
sus padres, Argentina es el país de su corazón, y no puede imaginar en la realidad. Albert se dedica a sus negocios, Fran~oise a su casa,
otro horizonte para sus sueños de adolescencia. los niños al scoutismo. Desde que se unieron a la sección local de los
Frarn;:oise y Albert conocen la solidaridad de este apego a la Ar- Scouts de Francia, participan en toda clase de actividades, especial-
gentina -¡ellos mismos lo experimentan hace ya tanto tiempo!-, mente expediciones con «carpas y mochilas» hacia las provincias más
pero se esfuerzan por preservar el vínculo con Francia, hasta el punto remotas de ese vasto país.
de que prohiben hablar en español a Marie-Anne y a sus hermanos El mayor, Marc, es miembro de los Castores. Es un muchacho
y hermanas. Frarn;:oise es presa de un ataque de rabia en cuanto oye
1. La Unión de ex Combatientes implantada en la Argentina es la prolongación de la
como el «Front National» y otros grupúsculos (incluso republicanos), que renuevan Asociación francesa de los ex Combatientes creada en la posguerra, que agrupaba a
su adhesión apasionada a la «soberanía» nacional a propósito de la implantación de integrantes de la Resistencia interior y del FFL (Fuerzas Francesas Libres) durante
la moneda europea única o del aflujo masivo de inmigrantes a Europa [N. de la T]. la Segunda Guerra. [N. de la T]
62 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN j 63
robusto y resistente, dotado para las carreras a pk Se dice de él que en el corazón de los Andes. Un nuevo sacerdote francés, Jean Loison,
es áspero, directivo, con iniciativa. Aunque tenga pocos amigos, su acompaña al grupo. En general, oficia en alguna periferia pobre del
fuerza de carácter y su franqueza lo elevan al rango de adjunto del jefe Gran Buenos Aires y allí no se ocupa, por ende, de los scouts. Pero
de la patrulla, Alex Maudet, un argentino cuyo padre enseña francés. como su amigo Baqué no está disponible, acepta reemplazarlo.
El equipo reúne a los adolescentes del mismo estatuto social, los «re- Jean Loison, que vino a la Argentina por orden de la diócesis de
chazados» [rebuts], como los apoda Maudet en un arranque de burla Orleans, no tiene nada de un sacerdote tradicionalista. Es joven, sim-
de sí mismo, o sea, los que no tienen acceso a la alta sociedad de pático, tolerante, un heredero del Concilio Vaticano II, un hombre de
Buenos Aires y para los cuales los juegos anodinos se asemejan a una fe y corazón, contemporáneo de su época. No vacila en responder a
especie de lucha de clases, o de revanchas contra los privilegiados de preguntas sobre la educación sexual y se reconoce en el discurso de
las patrullas adversas, esos jóvenes franceses de los que se sospecha Hélder Pessoa Ca.mara, el obispo de Recife (Brasil), célebre en Amé-
que se burlan de los argentinos. rica del Sur por su defensa de una Iglesia solidaria con los humildes,
Los Erize, por su parte, no desprecian a nadie. El menosprecio no liberada de las viejas convicciones del sistema, de algún modo una
es un ingrediente de las costumbres familiares. La vida les enseñó la Iglesia de izquierda: «Cristo está en el barro», repite el obispo bra-
humildad y el gusto por el esfuerzo. Resisten al dolor, son robustos sileño en las favelas del nordeste de Brasil. Ese credo llega hasta la
y obstinados. Hasta las muchachas dejan atónitas a sus compañeras Argentina, donde muchos sacerdotes toman sus distancias respecto
por sus cualidades atléticas, que debieron ejercer durante los años de de una jerarquía excesivamente conservadora, adepta al Ejército y a
la salvaje Wanda. la derecha radical. Los «sacerdores del Tercer Mundo», como se auto-
Marie-Anne forma parte de los Guías, el grupo exclusivamnente denominan, prefieren dedicarse a los habitantes de las villas miseria.
femenino dirigido por el padre André Baqué, un cura originario del El padre Loison defiende esta visión social del sacerdocio con
sudeste de Francia, apasionado por el rugby. Marie-Anne encuen- tanto ardor que desconfía de la vida en común con estas jóvenes bur-
tra entre ellas a hijas de diplomáticos, ejecutivos e ingenieros. Entre guesas francesas. No forma parte del ambiente de los expatriados,
ellas está Laurence Fabre, guía desde 1963, seducida desde sus prime- prefiere el de las márgenes. Sin embargo, muy pronto, se deja conven-
ros encuentros por la peculiar personalidad y la frescura vivificante cer por la riqueza humana de esas adolescentes. Simpatiza con varias
de Marie-Anne. Hasta su fe de novicia terminó por impresionarla. de ellas, sobre todo con Marie-Anne, tan singular en su modo de ser
Agreguemos que Marie-Anne reza con frecuencia, por toda clase de y actuar. Jean Loison ve desde el primer día que ella no proviene del
razones ... mismo mundo que sus compañeras, que es el producto de un trayecto
Una tarde, mientras el grupo prepara la fiesta anual, empieza a incomparable con ningún otro. Para él, Marie-Anne encarna el ideal
llover. Marie-Anne, que participa siempre con gran alegría de esas scout de sus propias exigencias: dar, compartir, servir.
festividades, dice bruscamente a su compañera: De misión en misión, Marie-Anne va subiendo en la jerarquía de
-¡Laurence, hay que rezar! los Guías, hasta el punto de que le confían la dirección de grupos. Así,
-¿Rezar? ¿Para qué? en un campamento en la provincia de Jujuy, en el límite entre Chile y
-Por la lluvia, Laurence. Para que pare. ¡Vamos! ¡Por favor! Bolivia, se ocupa de un grupo mixto de adolescentes más jóvenes que
¡Arrodillate! ella. Entre ellos hay un muchacho de unos doce años, Roger Sorbac,
Con las manos juntas y el rostro chorreado de agua, las dos mu- cuyo padre preside la Unión de ex Combatientes. Como la mayoría
chachas imploran al Señor. Poco a poco, el chaparrón se detiene. Aho- de sus compañeros, admira a Marie-Anne, cinco años mayor que él.
ra sí, la fiesta se podrá hacer. «No era solamente una cuestión de belleza -precisa-; más allá de
Unos meses después, otra estada lleva a Marie-Anne a Bariloche, eso, su carisma hacía de ella una persona aparte. Podíamos contar
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con el menor ~~··-···._ Su mirada, su sonrisa y su rostro al «caudillo» justicialista. Su alejamiento del país no matado al
despedían una bondad y una humanidad increíbles. Era radiante, sí, peronismo sino que, al contrario, lo ha reforzado más aún. El propio
ese es el término, irradiaba» .1 Perón activa sus apoyos, de derecha o izquierda, en la óptica de un
Una foto de la época nos la muestra con el atuendo azul del guía, eventual retorno.
al lado del padre Loison. Detrás, se percibe una media docena de mu- A los 15 años, Marie-Anne es indiferente a esas maniobras poli-
chachas vestidas del mismo modo, con una pollera recta y calcetines tiqueras. La vida le impone una prueba mucho más penosa cuando
alzados casi hasta las rodillas. En otras fotos, toca la guitarra ante una se entera de que su padre está afectado por un cáncer de cavum, la
chimenea encendida o adopta una pose que imita una estrella de cine, parte de la faringe situada detrás de las fosas nasales. Es
con los ojos ocultos detrás de unos amplios anteojos de sol. tabaco, esos malditos cigarrillos de los que no pudo prescindir desde
Dentro de la comunidad de los Guías, donde rige la costumbre de su más temprana juventud. Tal vez sus preocupaciones profesionales
disfrazarse con un sobrenombre (el tótem), sus compañeras la bauti- incidieron también en su estado anímico: la dirección de Citroen, en
zaron como «Lagarto mañoso». Es cierto que tiene un aspecto «hija de Buenos Aires, le retiró la concesión cuando había vendido más de mil
la selva», semejante a Mowgli, pero femenino: la naturaleza es su reino coches en seis años: «Salí por la puerta grande», solía decirle a su hijo
y su cómplice. En Wanda conoció sus secretos. Encender el fuego, mayor con una voz apagada cuando se enteró de la noticia.
armar una carpa, pescar pececillos con una botella vacía, hacer una Cuando aparecieron los primeros síntomas de la enfermedad - un
sopa con dos raíces y una cacerola de agua, no se detiene ante nada. ganglio en la garganta-, su familia no se inquietó sobremanera, pero
Como si la sangre guaraní corriera por sus venas, preparándola para su estado empeoró, y antes de la Navidad de 1966, el veredicto del can-
los miles de desafíos de la vida a la intemperie. cerólogo sentenció que «le quedaban seis meses de vida». Desde ese
momento, los Erize, la «familia Trapp» a la moda franco-argentina,
reciben un golpe en pleno corazón. Frarn;:oise reza más que nunca,
Tanto chicas como muchachos, los jóvenes franceses del movi- aferrada a la frágil esperanza de un tratamiento a base de rayos en el
miento scout crecen bajo la férula protectora de la comunidad fran- Instituto Curie, en París. Pero para eso hacen falta cuarenta sesiones,
cófona, preservada de las agitaciones que sacuden la Argentina. Desde demasiado caras para la pareja. Felizmente, una colecta organizada
el exilio forzado del general Perón en 1955, el país vive, en efecto, al por iniciativa de la Acción Católica de Ciudadela va a ayudarlos a
ritmo de los golpes militares. Como en el resto de América latina, el financiar el viaje. En París, Albert se alojará en la casa de su suegra,
surgimiento de los movimientos de izquierda fragiliza los equilibrios Suzanne Tisseau, en el distrito XVI de la capital.
tradicionales y el «peligro rojo» espanta a las clases dirigentes. Para Cuando desembarca en Francia un día de 1967, el ex pionero de
algunos militares, el espectro del comunismo se ha vuelto una obse- Wanda es un hombre enfermo pero luchador, animado por una fe de
sión. En cuanto un gobierno anuncia medidas sociales, se lo sospecha penitente. Desde la primera consulta con el director del Instituto, este
de izquierdismo y corre peligro de ser derrocado. adopta una actitud contraria a la del cancerólogo argentino: «Vamos
Más allá de la división tradicional entre izquierda y derecha, el a curarlo», espeta a Albert. Este recobra esperanzas y se dispone a
conjunto de la sociedad se divide en torno al caso Perón. Ni su exilio afrontar las sesiones de rayos.
ni la disolución de su movimiento -¡está prohibido hasta pronunciar En su ausencia, Frarn;:oise dirige la tribu familiar con autoridad.
el nombre del ex presidente!- han logrado acabar con el mito. Una Empleados y mucamas de la casa colaboran con energía. Pero es ella
parte de la población, dispuesta a olvidar sus derivas, celebra el culto quien dirige, presente tanto en los resultados escolares de los más
pequeños como en las crisis de adolescencia de los más grandes. Su
l. Entrevista con el autor en mayo de 2009.
experiencia en Wanda le enseñó el arte de orquestar la vida cotidiana,
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de jugar con todos los registros, desde la intransigencia hasta la tole- En pleno centro de ciudad, el colegio acoge alumnos entre ocho
rancia, desde el autoritarismo hasta la flexibilidad. La prioridad reside y dieciocho años. Los ciento veinte internos se alojan en el primer
siempre en no apartarse del marco espiritual que gobierna su propia piso, en un dormitorio colectivo donde las camas se alinean en hileras
existencia. En la casa como en los cursos de catecismo, Frarn;:oise de treinta, bajo la vigilancia de una hermana que no tiene sueño fácil.
Erize gobierna el grupo con un rigor de madre superiora, hasta pecar Durante la semana, el ritmo de la jornada se organiza al compás de
a veces por exceso de devoción ... Según ella, la misa sigue siendo las plegarias: antes de las comidas y antes de acostarse. Sin embargo,
una cita insoslayable, está excluido sentarse a la mesa sin bendecir la Inmaculada Concepción está lejos de ser un predio integrista. En el
los alimentos, salir sin agradecer al Señor, o ir a dormir sin leer los cisma entre la tradición y el modernismo, la dirección eligió el segun-
Santos Evangelios. Los hijos están tan impregnados de la fe materna do, siguiendo a las tendencias del Vaticano II. Marie-Anne se siente
que algunos se imaginan ya que su futuro está en el sacerdocio o a sus anchas allí, como entre los Guías y los padres Loison y Baqué.
la vida conventual. Para gran tristeza de su madre, los impulsos de Desde los primeros días, un núcleo de compañeras se forma alre-
emancipación adolescente borrarán muy pronto esas efímeras aspi- dedor de ella: Marta Fortunato, Norma Tanno, Nora Bilbao ... Todas
raciones eclesiásticas. ellas comprenden que no pueden confundir a esa buena alumna, muy
Marie-Anne no piensa verdaderamente entrar en las órdenes pero dotada para la música y el dibujo, con una pretenciosa habitante de la
nunca rezó tanto como en ese año 1967. Muy marcada por el cáncer ciudad. Han entendido, además, que su belleza no la envanece.
de su padre, siente alivio cuando sabe que se dispone a volver a la Una de las monjas, la hermana Gabrielle, profesora de castellano
Argentina. Los médicos del Instituto Curie lo han confirmado: es y literatura, suele llevarlas al campo a una propiedad de la congrega-
seguro que se va a curar. ción. Marie-Anne toma la guitarra y entona canciones de Moustaki, su
• En medio de sus inquietudes más tenaces, Marie-Anne se ha im- ídolo del momento. La hermana Gabrielle, cómplice de esos pequeños
puesto una especie de prueba para «merecer» esa curación inespe- placeres dominicales, las autoriza a veces a fumar uno o dos cigarri-
rada: la inscripción en un pensionado alejado del nido familiar de llos. Durante la semana, después del desayuno, las acompaña a dar un
Ciudadela. Eligió el colegio de la Inmaculada Concepción, en Benito paseo cotidiano por las calles de Benito Juárez. Marie-Anne y Nora,
Juárez, a cuatrocientos kilómetros al sur de Buenos Aires. Un esta- inseparables vecinas de dormitorio, esperan con ansias ese paréntesis,
blecimiento femenino dirigido por las Hermanas Azules de Castres, que las hace felices. Con un poco de suerte, se cruzarán tal vez en el
una congregación de origen francés fundada en 1836. camino con dos muchachos del colegio vecino, Mariano y Simón.
Se dispensa allí, al parecer, una enseñanza calificada, que culmi- Nora se ha enamorado del primero y Marie-Anne del segundo, y se
na con una formación para ejercer la profesión de maestra. Esa es la han prometido verse lo antes posible ...
vía profesional elegida por Marie-Anne: ocuparse de niños. También
tener hijos, «por lo menos veinticuatro», dice riéndose. En principio,
pues, debería estudiar dos años en Benito Juárez para recibirse de
bachiller y a la vez de maestra. Los fines de semana se quedará allí y
solo volverá a la casa de Ciudadela para las vacaciones.
Su llegada al colegio en marzo de 1968 no pasa inadvertida. Al
contrario, es el gran evento del inicio del año. Todo el mundo se pre-
gunta qué puede ir a hacer una bella francesa en ese rincón perdido de
la pampa. Todo la distingue de sus compañeras: la manera de hablar,
su vestimenta, su sentido del humor, su personalidad extravertida.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 69
al sacrificio de una vida por los más pobres. Sus primeras palabras se
refirieron a ese país donde sus amigos lo llaman «Juan» y no «Jean». Me
confió su impaciencia por volver. «No antes de varios meses», le dijeron
los médicos. Empezaba a contar los días.
Esa tarde, en un pequeño restaurante del bulevar la
conversación no tardó en traspasar los límites nicaragüenses para aven-
turarse en pleno sur argentino. Muy pronto, evocó el motivo dé su pri-
mera visita a la casa de ustedes entre 1967 o 1968. Según él, ese evento
debió ocurrir después del viaje con los Guías a Baríloche.
que tenía entonces unos quince años, había insistido en invitarlo para
París, 5 de abril de 2009 que la conociera a usted y hablara con su marido. Entabló de entrada
una amistad con todo el clan Erize. Según él, ustedes eran más accesibles
Querida Franfoise, y menos «burgueses» que la mayor parte de los otros expatriados, y eso
los hacía muy simpáticos.
Al releer mis notas de las últimas semanas, me di cuenta de que me Por supuesto, aproveché la oportunidad para hacerle preguntas
olvidé de contarle mi entrevista con una persona que le es muy querida acerca de usted, Franfoise, y su relación con la religión. Mi objetivo no
al padre Jean Loison. No es usted la única en apreciar a este sacerdote era emitir juicios sobre su fe sino más bien comprender la que animaba
francés instalado en Nicaragua: Monique, su sobrina, no me ha dicho más a Marie-Anne. ¿Por qué rezaba con tanta devoción? ¿De dónde venía
que cosas positivas acerca de él. Marie-Anne también lo quería mucho. su acercamiento casi místico al catolicismo? El padre Loison no esquivó
De$pués de varios mails sin respuesta, logré por fin entrar en con- mis preguntas. Respondió con franqueza y profundidad, hablándome
tacto con él ¡pero no en Nicaragua sino ... en Francia! Vive en su región sobre todo de usted.
natal, Orleáns, donde acababan de operarlo después de un episodio Más vale prevenirle: sería injusto ver en sus palabras un cuestiona-
cardíaco. Desde la primera conversación por teléfono, me aseguró que miento de la amistad que los une. Jean Loison no hizo una caricatura
le encantaría verme para hablarme de Marie-Anne. de usted, solo quiso destacar honestamente las diferencias entre el modo
Nos encontramos en el mes de marzo, cuando vino a pasar unos de creencia de su hija y el suyo.
días en la capital. Fui a buscarlo a la estación de Austerlitz, porque Me imagino, además, que ya se lo había dicho directamente: por
venía de Orleáns. momentos, todo un mundo lo separa de usted. Para decirlo rápido,
En el hall de la estación, Jean Loison se me apareció tal como me lo usted pertenece según él a la «vieja tradición». Jean Loison es un
había imaginado: de altura y corpulencia medianas, rasgos regulares hombre de Iglesia y tiene una edad avanzada, sin embargo, vive con
y una mirada serena de septuagenario que ha atravesado por todas su tiempo y se burla de las costumbres de otrora. En su espíritu, la fe
las pruebas de la existencia. No se preocupe: para un convaleciente, es un asunto de actos, de don de sí mismo y de amor, no tiene nada
estaba en muy buen estado. Observándolo, tan discreto y simple, con que ver con aparatos y devociones. Así, el hecho de que usted le diga
una pequeña mochila como único equipaje, no podía evitar pensar en todavía «padre» o «reverendo padre Jean Loison» después de cuarenta
la gente a nuestro alrededor, ya sea viajeros o empleados de tren ... To- años de amistad, le hace sonreír. Sepa que preferiría que lo llame por
dos pasaban sin saberlo al lado de un anónimo con un destino poco su nombre de pila.
común, que conoció la Argentina de los años sesenta, las premisas del Semejante detalle podría parecer ridículo si no se refiriera a la madre
golpe de Estado de 1976, la partida para Nicaragua, todo eso en vistas que usted era en los años sesenta: «Franfoise encarnaba un catolicismo
70 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 71
un poco cerrado -me explicó en medio de una larga conversación- no hija de esta extraña mezcla de orden y desorden, sumisión y rebelión.
estaba en consonancia con la época. A pesar del amor que tenía por sus Para avanzar en el descubrimiento de sus otras vidas -las que usted
hijos, existía el gran peligro de una ruptura con ellos. Viéndolos juntos, desaprobaba- era imposible no demorarse en esa alquimia sorpren-
llegué a pensar: "Es una gallina que ha criado patos". Tenía un modo dente cuyo secreto me reveló el fino análisis del padre Loison.
obsoleto de vivir su fe. Me acuerdo del día en que uno de sus hijos, que Bueno, ha llegado el momento de dejarla, esperando, una vez más,
luchaba con un dilema personal, le espetó: "Estoy solo para decidir, es que mi carta no la haya lastimado.
difícil para mí". Fram;:oise le contestó con la mayor seriedad del mundo:
"¡Pero tenés a tu ángel guardián!" En su manera de reducir todo a la fe, Con mi recuerdo amistoso,
presentaba un desfase respecto de sus hijos, que esperaban respuestas
y soluciones concretas. En cambio, me parece que Albert, su marido, Philippe
estaba más cerca de los jóvenes de los años sesenta».
No me entienda mal, querida Franroise: si Jean Loison se expresó en N.B.: Su hija Marie-Noelle me escribió desde Marbella. Acepta re-
estos términos, no fue por animosidad sino para facilitarme una mejor cibirme en las próximas semanas.
comprensión del contexto familiar. Usted sabe que la religión ocupaba
un lugar importantísimo en la vida de Marie-Anne. Ella rezaba en
Wanda, en Boulogne, en Ciudadela, con los Guías. Y ahora estoy con-
vencido de que rezó el 15 de octubre de 1976, cuando los hombres del
Ford Falcan la secuestraron en las calles de San Juan.
Usted misma mencionó en mi presencia, en 2000, su deseo de ha-
cerse monja. Sus amigas del colegio de Benito Juárez, con las que estoy
en contacto, no recuerdan nada de un proyecto similar, pero yo recuperé
algunas cartas en castellano donde se evidencia su fe. En una de ellas,
Marie-Anne dibuja una cruz y una joven madre con rostro de María.
En otra, con fecha de fines de 1969, escribe: «Señor, que la verdad de
tu vida sea el camino de mi vocación.,.» A veces, en cartas a tal o cual
compañero argentino, termina su carta, en francés, con «Que Dieu te
protege».
Su marido, de quien el padre Loison dice que era menos devoto
que usted, alimentaba también, no obstante, ese fervor. Una amiga de
Marie-Anne me contó que lo vio bendecirla cuando esta salía de su casa
para ir al cine o a una fiesta.
Llegamos así a los mecanismos íntimos de su hija. Y también a los
suyos. «Para tratar de comprender a los hombres, hay que cavar hasta
las raíces», escribe el novelista Philippe Claudel en su maravilloso libro
Almas grises.
Estamos allí, Franroise, en las «raíces».
Marie-Anne le debía a usted la fe y, a la selva, su faz salvaje. Sí, era
►
Después de varios meses de ausencia, sus amigos .de la comunidad tación. Mario, el seductor inveterado, acompaña a su amigo con la
francesa, y sobre todo Laurence Fabre, observan cómo se afirma su esperanza de que alguna de esas bonitas francesas le dé su número
belleza, sin que esa maduración atenúe su aspecto salvaje e indomable. de teléfono. Al verlas con sus mochilas, queda impactado ante la más
Y si los muchachos se dan vuelta cada vez más para mirarla, ella acoge bella: Marie-Anne. Durante los cinco minutos en que se intercambian
sus miradas con relativa indiferencia, y hasta con cierto fastidio. «Al tres o cuatro banalidades, queda flechado por su encanto y piensa que
comienzo, ella no entendía por qué atraía tanto la atención -cuenta al fin y al cabo, su relación con Henry no debe ser muy seria ...
el padre Loison 1- pero su belleza era tal que era inevitable. Sobre En cuanto sale de la estación, y pensando en el modo de volver
todo porque tenía el don de embellecerse con nada. Me acuerdo, por a verla y quizá seducirla, termina diciéndose que existe una única
ejemplo, de que había recogido por ahí un trozo de tela banal para solución, es decir, ir hasta Bernardo de Irigoyen, ¡no importa que
atarse el pelo con una especie de vincha. En otra persona nadie lo quede a mil kilómetros!
habría notado. Pero en ella ... » Laurence Fabre lo confirma: «No se Es así como, el sábado siguiente, es el primero en subir al avión
puede decir que Marie-Anne fuera muy coqueta, al contrario, a veces que sale por la mañana destino a Posadas, capital de Misiones. Una
se vestía con mucho descuido, pero su elegancia natural, su rostro vez arriba del avión, no tiene idea de cómo llegar. No hay tren, ni
luminoso y vivo predominaban sobre todo el resto y le daban un aire coche de alquiler, el último micro se fue el día anterior. No importa:
fuera de lo común». tomará otro avión, si lo encuentra ... Pero ocurre que la pista es tan
Entre los franceses de Buenos Aires, frecuenta sobre todo a Hen- corta y peligrosa que hay pocos pilotos que se arriesgan a hacer el
ry Floquet, uno de los hijos del vicecónsul. Sus relaciones amorosas viaje, por más billetes en pesos que se les ofrezca. Mario termina por
comienzan en el verano de 1969, en Miramar. Se ven en forma in- encontrar uno, un médico con aire de aventurero, piloto en sus horas
termit~nte pero siempre con alegría. Marie-Anne presentó incluso a perdidas, perfecto conocedor de la región. ¡Él, por lo menos, no tiene
Henry asus padres, que lo invitaron a cenar varias veces. Por su lado, miedo de llevarlo hasta allá en su diminuto aparato!1
el joven aprecia mucho a esa familia, «tierna y divertida», según dice. 2 Mientras sobrevuela la jungla, se vuelve hacia Mario:
Marie-Anne tiene tanto éxito con los muchachos que son cada -¿Pero por qué es tan importante para vos ir a ese pueblito? ¿En
vez más los pretendientes que la rodean. Pero el que se lleva la palma qué negocios andás?
de oro de la insistencia es un amigo ítalo-argentino de Henry Flo- -No son negocios. Voy a ver a una chica que conocí en una esta-
quet, Mario Berlingieri, el flamante director de ventas de la concesión ción de tren en Buenos Aires, que se iba para Bernardo de Irigoyen.
Renault-Mercedes de su tío. Conoce por primera vez a la joven fran- Es linda, no te imaginás lo linda que es.
cesa en enero de 1970 en los andenes de la estación Federico Lacroze -¿ Y cómo se llama esa beldad? -prosigue el piloto, divertido.
en Buenos Aires, cuando ella se dispone a partir a Misiones con una -Marie-Anne. Una frarn;:esa. Su familia vivió en Wanda, creo.
quincena de Guías. Marie-Anne se entusiasma particularmente con -¿Franceses en Wanda? ¡Debe ser el padre de los Erize, Albert,
esa estada, organizada en Bernardo de Irigoyen, ciudad límite con el de Citroenl
Brasil: Wanda, el paraíso tropical de su infancia, dista apenas algunas Algunos minutos después, la avioneta aterriza ante las miradas
decenas de kilómetros de allí, a vuelo de pájaro. desorbitadas de un puñado de chiquilines atónitos.
Henry Floquet, su novio del momento, fue a saludarla a la es- -¿Sabe dónde están las francesas? -pregunta Mario.
-Allá, frente a la iglesia.
Se acerca, abordando a un guía tras otro, por fin se topa con Ma-
l. Entrevista con el autor en París en marzo de 2009.
2. Intercambio de mails con el autor en abril de 2009. Henry Floquet vive actual-
mente en Arabia Saudita. l. Escena relatada por Mario Berlingieri en enero-febrero de 2010.
►
rie-Anne, que parece asombrada pero no muestra ninguna turbación. de fricciones familiares. «Nuestros padres no vieron venir las cosas
La maniobra del joven la hace más bien reír. Se lo contará después a -dice Laurence Fabre-, tardaron en percibir los cambios que se es-
Henry, con esa sinceridad espontánea que es y será siempre la marca taban produciendo, en nosotras y en el planeta. En su modo de ser y
de los Erize. 1 juzgar a los argentinos, seguían siendo muy franceses. A veces, y como
Mario pasa la noche en el campamento, sin llegar a sus fines ... reacción, era frecuente que rechazáramos a Francia, que era para no-
Marie-Anne no le deja entrever ninguna ilusión: entre ellos, nunca será sotras el símbolo del corsé familiar. Hablábamos poco de ese tema,
cuestión de otra cosa que amistad. Viendo la furiosa energía con que no nos interesaba tampoco conocer la situación en París. Solamente
anima una sesión de plegaria el domingo por la mañana, Mario com- nos fascinaba la Argentina y su futuro. En ese entonces, si usted no
prende que esa chica no hace trampa, ni consigo misma ni con los de- actuaba en alguna organización de jóvenes, pasaba por un has been.
más. La volverá a ver, ya que ella se lo ha prometido, pero como amigos. Agregue a eso el contexto general de los años sesenta en América del
Luego de su partida el domingo por la tarde, los Guías prosiguen Sur y comprenderá por qué los viajes de Guías contribuyeron a hacer
su viaje. La llegada del hermoso ítalo-argentino había suscitado co- nacer en nosotras convicciones de izquierda, despertando deseos de
mentarios diversos y hasta algunos celos entre las adolescentes. Pero actuar en el campo humanitario. Por eso, nuestros padres se mostra-
no alteró en nada la alegría de sus actividades colectivas. La mayoría ron muy agresivos con ciertos sacerdotes, que ejercían, según ellos,
de las muchachas aprovecha esas expediciones para huir de un uni- una excesiva influencia sobre nosotras ... »
verso familiar muchas veces asfixiante. Una vez en el viaje, se olvidan En el caso particular de los Erize, sin embargo, nadie en la familia
del círculo cerrado de los «expatriados» y del Buenos Aires de los tiene nada que reprochar a los padres Loison y Baqué. Al contrario, los
«ricos»; se abre ahora ante su vista la Argentina de las manos callosas aprecian mucho. Los sacerdotes les devuelven ese aprecio visitando
y los rostros quemados por el sol. Marie-Anne conoce esa Argentina, a menudo a la familia, cuyas hijas tiene personalidades tan fuertes.
donde l;ia crecido. Otras muchachas, en cambio, reciben un verdadero A pesar de sus 17 años, Marie-Anne es la más difícil de captar y
schock «Esos campamentos -relata Laurence Fabre- eran verda- la más rebelde. Desde los tiempos de Wanda, sus padres saben que
deros momentos de descubrimiento y la oportunidad de conocer el sueña con «ayudar a los pobres», pero no ven que esa generosidad,
corazón del país real. Por nuestros orígenes y el estatuto social de impregnada todavía por la religiosidad de una madre devota, anun-
nuestros padres, sentíamos cierta culpabilidad, teníamos la impresión cia a corto plazo una evolución radical, un vuelco cuya amplitud y
de ser privilegiadas superprotegidas.» consecuencias no pueden imaginarse. En el universo scout, poblado
Sacerdotes como Loison y Baqué perciben claramente el abismo de adolescentes perfectos, su hija se distingue por su franqueza y
que separa a esa juventud en busca de sentido de la generación an- su sed de libertad. Sus amigas ven que crece en autonomía y que
terior. Ven que muchas muchachas atraviesan un período crucial, ya en su modo de ser, amar, indignarse, se va delineando una «con-
que todo cambia en ellas y alrededor de ellas: su cuerpo, su mirada ciencia social». En Benito Juárez, la ciudad de su pensionado, se ha
hacia los hombres, su percepción de las injusticias. comprometido ya en diversas acciones humanitarias, sobre todo
Alejadas del entorno nostálgico de una Francia de posguerra que la reconstrucción de la casa destartalada de un hombre anciano.
ya no existe, son propulsadas así en el torbellino de los años sesenta, «Entre todas las chicas de esa época -dice Jean Loison- era la
en la revolución de las costumbres, los espíritus y los valores. Pronto más sensible a esas problemáticas.» El padre André Baqué agrega:
serán mujeres hechas y derechas, un poco de izquierda, más argen- «Era simple, humilde, muy comprometida. Admiro a la gente con
1
tinas que francesas, y qué importa que eso acarree un nuevo motivo convicciones y que las defienden. Era su caso».
l. Interrogado por el autor, Henry Floquet afirma «haberse reído mucho» con ese
episodio y haber conservado su amistad con Mario Berlingieri. l. Entrevista con el autor en septiembre de 2009.
78 / PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 79
En la Argentina de esos años, esa actitud comprometida no debe Sus padres quieren que conozca «su» país, su lengua y su cul-
1
sorprender. Temeroso de las ideas de izquierda, cansado de los gol- tura, y que visite a su abuela materna, que todos llaman «Gram».
pes militares, el país aspira a la justicia. En el campo, ligas agrarias Marie-Anne se alojará primero en su casa de la calle Longchamp, en
desafían a los propietarios de tierras. En Córdoba, los obreros se rebe- el distrito XVI de París, antes de trabajar como niñera en la casa de
lan. En las parroquias de Buenos Aires, miles de jóvenes de las clases diferentes familias.
medias colaboran con los «curas del Tercer Mundo» en su acción a El 8 de junio de 1970, se presenta primero en el aeropuerto inter-
favor de los pobres. Por todos lados, reuniones de acción y reflexión nacional de Ezeiza. Un amigo francés la acompaña: Patrick D'Espéries,
se organizan en las villas miseria, que los poderosos desprecian. un apuesto muchacho con físico de actor, tres años mayor, cuyos pa-
Estos movimientos no pueden rotularse como fenómenos de dres están radicados en la Argentina desde 1953. Tiene entrada a las
moda y sería injusto ver en ellos una mera excentricidad de gente bambalinas del mundo francés del espectáculo: su hermana política,
privilegiada. Al contrario, apuntan a conocer mejor esas poblaciones France Louis-Dreyfus, es la mujer del célebre actor y productor Jac-
e inventar nuevos modos de socorrerlas. Para una parte de los argen- ques Charrier, el ex marido de Brigitte Bardot. ,
tinos, el país debe prepararse incluso para un «gran día final» de la Marie-Anne, que no tiene nada que ver con ese mundo, hab1a
revolución. Un hombre encarna esta esperanza: Juan Domingo Perón, conocido a Patrick un tiempo atrás en una fiesta. Charlando, des-
el artesano de las reformas sociales de la década 1945-1955. cubrieron que partirían a París por la misma época y acordaron la
Desde hace unos quince años, el ex presidente espera, en el extran- fecha del viaje. 2 Antes de embarcarse, los dos jóvenes se hacen sacar
jero, que le llegue su hora. Alimentando su leyenda de hacedor de la una fotografía en la escalerilla del avión. Valía la pena inmortalizar la
unión de los argentinos, es capaz de seducir tanto a la izquierda como a escena, ya que la última estada de Marie-Anne en Francia se remon-
la derecha, con sus extremos respectivos. En 1970 goza todavía de una taba a 1956, ¡a los 4 años!
inmens1¡1 popularidad, sobre todo entre los estudiantes que encuadran Llegados a París, Patrick la deja en taxi en casa de «Gram», a la
Yasisten a los villeros. Un día, se levantarán. Un día, Perón volverá. altura del número 20 de la calle Longchamp, un lindo edificio burgués,
Por el momento, se acerca el fin del año 1969. Marie-Anne, por de estilo haussmaniano, con balaustradas de hierro negro y pomposas
sensible que sea a la miseria humana, no tiene nada de una militante. iluminaciones. La estación Iéna del subterráneo está a cinco metros,
Acaba de recibir su diploma de bachiller en el colegio de la Inmacu- bajando hacia la izquierda en dirección al Museo Guimet.
lada Concepción y se prepara para abandonar la apacible aldea de Mientras espera descubrir la ciudad, Marie-Anne se muda a un
Benito Juárez y seguir estudios en Buenos Aires. En una carta a su altillo situado en el último piso del edificio donde vive su abuela. El
amigo Mariano, confidente de sus días de tristeza, escribe en unos lugar es diminuto, apenas cabe una cama, pero a través de las cortinas
breves renglones una última alusión a la similaridad de sus nombres: se puede ver la Torre Eiffel, y eso basta para hacerla feliz.
«A mi "hermanito" tan querido, quisiera expresarle con esta simple En los meses siguientes, la vida cotidiana de Marie-Anne se repar-
tarjeta todo lo que nos ha unido, nos une y nos unirá ... Acuérdate te entre sus paseos por París, los cursos de francés «para extranjeros»
siempre de tu tocaya, como yo también te recordaré con gratitud ... » en el Instituto Católico de la calle Assas.en el distrito VI, y sus tareas,
Por consiguiente, Marie-Anne no formará parte del viaje de fin a veces ingratas, de niñera. La primera familia que la acoge elogia
de año que Nora y las otras chicas de Melipal (el conjunto musical) mucho a su abuela y a todos los Erize de Buenos Aires. Son parientes
habían previsto, a las montañas de Bariloche. Ella las ayudó a prepa- próximos del escritor Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El Princi-
rarlo e incluso a financiarlo, organizando animaciones musicales y
produciendo un disco autofinanciado. Pero un destino más exaltante l. Condensación de grand-mere (abuela). [N. de la T]
la está esperando: Francia. 2. Entrevista con el autor en febrero de 2010.
So I PHILIPPE BROUSSARD
Pero volvamos a nuestra conversación de noviembre de 2000 y a mi «Muy diferente», dijo usted. «Muy diferente.» ¿En qué no se les pa-
cuaderno de notas. recía? ¿Era más influenciable, más impulsiva, más radical? Marc, el
Usted no habría podido descifrar esos garabatos escritos a las apura- mayor, tenía 27 años en el momento del secuestro; Marie-Noelle, la
das. Como todos mis colegas, tengo mis códigos, mis trucos o palabras- menor, se acercaba a los 15. Sin duda, estaban a mil leguas de poder
clave para los casos en que la memoria falle. No importan las faltas de evaluar, por diversas razones, el camino recorrido por su hermana desde
sintaxis, las tachaduras, las frases sin verbo, los verbos sin sujeto, los su nacimiento en Espartillar hasta su desaparición en San Juan vein-
adjetivos huérfanos, las palabras desordenadas y perdidas en el ángulo ticuatro años después. Como usted, solo tenían una vaga idea de sus
de una página. Al ir en busca de su significación, es todo su recorrido, zonas más sombrías.
el suyo, el que se escribe en estilo telegráfico. Un retrato así solo se completa en toques sucesivos, caminando a
tientas y a veces al azar, según lo dado en los encuentros, contando con
3 dic. 1940 llegada a Buenos Aires, padre diplomático nombrado la buena voluntad de unos y otros y desafiando también a la tecnología
en la Argentina. (Internet hace milagros). Por supuesto, la obra destructora del tiempo y
Marido nativo de Béarn, nacido en Pau. el olvido es de temer. No es difícil sospechar que ciertos episodios conser-
7 hijos, 4 varones y 3 niñas, entre ellas Marie-Anne. varán para siempre su secreto. Los años pasan, los testigos disminuyen,
Espartillar. Almacén agrícola. Lindo chalet construido por su pa- la indiferencia nos amenaza ... En la Argentina, como en Chile, miles
dre (dice. mapuche). de destinos fueron tragados así, como aspirados por el agujero negro de
Misiones (norte) Wanda (polacos), casonas de madera. la memoria. No así el de Marie-Anne. Tanta gente la conoció y amó,
Padre mentalidad de pionero. Rutas forestales, ferretería, estación que es posible reconstruir una parte del rompecabezas. Cada día un
Sh~ll, Citroen. nuevo elemento viene a completarlo: una foto, una fecha, un número
Católico militante. de teléfono.
Ambiente francés. Trenet, Montand. Así, por ejemplo, me puse en contacto con un tal Éric Bancharel, que
Ciudadela. tuvo una breve relación con Marie-Anne en Buenos Aires a principios de
Colegio argentino (parroquial). 1970 y que vive ahora en la región de Landes, en el sudoeste de Francia.
Nada de política. Me divirtió mucho la manera en que su hija lo conoció, y me parece muy
San Juan, M-A escondida. revelador de su modo de ser.
San Juan, M-A desaparecida. Un día de septiembre de 1971, en un café de Buenos Aires, percibe
a un hombre de unos veinte años absorbido en la lectura del diario
Entre una y otra página, observaciones suyas captadas al vuelo es- France-Soir.
bozan un retrato de Marie-Anne, sirviendo de puntos de referencia. -¿Sos francés? -le pregunta ella.
-Euh ... oui.
Idealista. -¿ Y francés de dónde?
Muy elegante, muy simple. -DePau.
Dibujos con tinta china (mujer estilizada con un bebé en los brazos). -Comme mon pere!
Ayudar a los pobres. Al día siguiente, sin haber tenido tiempo de entender lo que le ocu-
Quería mucho a su padre. rre, Éric Bancharel será su invitado. No he tenido oportunidad de hablar
Nunca enojada, muy diferente de los otros chicos. con él, por el momento intercambiamos algunos mails. En el primero,
escribía:« Yo conocí a Marie-Anne en septiembre del 1971 y fui, digamos
►
así, su durante el mes que me quedé en Buenos Aires. No veo Viendo a Laurence, no pude evitar imaginarme qué mujer sería
qué puedo contarle de interesante, en esa época parecía tan tran- Marie-Anne, a los 57 años. ¿Sería madre? ¿Abuela? ¿En Francia? ¿En la
quilo. Una cosa me había sorprendido en ella, o sea, bajo apariencias de Argentina? ¿Qué habría hecho de su vida? ¿Se habría vuelto maestra de
superficialidad se hacía muchas preguntas sobre la muerte. La última escuela en el campo, como lo ambicionaba en su infancia? ¿O periodista,
película que vimos juntos fue Muerte en Venecia, que ella quería ver como lo supe hace poco? Nadie lo sabrá nunca. En sus proyectos, sus
a toda costa. Si tiene preguntas precisas, no lo dude. Lo felicito por su ideas, sus amores, su hija cambia de camino, de vida, de sobrenombre.
trabajo porque ELLA lo merece. Era una chica realmente adorable.» Hasta ahora, recogí cuatro: Katy, Pirú, Sofía, Lucía. Identidades pres-
Muerte en Venecia. Visconti. 1971. Una obra sobre la belleza, la tadas para escapar de los que la perseguían, pero tal vez,
angustia, la búsqueda de la perfección. Parece que esa película había huir de sí misma. Pero volveremos a todo eso ...
impresionado mucho a Marie-Anne. Cuando el film terminó y volvió la Laurence Fabre no conoció ese período de su vida, todavía menos
luz a la sala, se había quedado un momento sentada, silenciosa, como esos últimos meses en San Juan, en 1976. Pero la quería mucho y me
paralizada por la emoción. habló con ternura de ella, sin ocultar nada de su complejidad. «Marie-
Toda su riqueza está ahí, en esa capacidad de desarmar lo previsible Anne era una persona excepcional -me confió-, no digo eso porque
y ofrecernos de golpe otra faceta más sombría y más frágil de su persona- fuéramos amigas. Otros se lo confirmarán. Adonde iba, su alegría de
lidad. Dos mujeres que vi en la periferia parisina me confirmaron en ese vivir irradiaba. Nada resistía a sus deseos. Lograba todo lo que quería.
análisis de una Marie-Anne inapresable. Hasta para usted, Franroise, Dinámica, enérgica, actuaba por pulsiones, pasaba rápidamente de una
hasta para usted. cosa a otra. Pero eso no quiere decir que fuera superficial. Al contrario,
La primera de ellas es una de sus amigas francesas de Buenos Aires: había en ella una verdadera profundidad. Simplemente, quemaba la
Laurence Fabre. Haga memoria: se frecuentaron en los viajes de los vida, como previendo que moriría joven. También creo que los hombres
Guías. y también en otros lados. Laurence había llegado a la Argentina desempeñaron una función importante en su evolución. El amor era su
en 1962, donde su padre, que es ingeniero, había sido trasladado, desde motivación y su motor. Estaba siempre en busca de algo, llevada por
Brasil. Para contarle una anécdota, formaba parte de las muchachas una especie de inquietud existencial.»
encargadas de recibir al general De Gaulle en la inauguración del fu- Una semana después, otra relación de Marie-Anne me ayudó a
turo liceo francés en Buenos Aires en 1964. ¡Ese día, el general hasta le completar este análisis: Christine Grigny. Creo que usted nunca la co-
estrechó la mano! noció. En Buenos Aires, trabajó un tiempo en el liceo Jean Mermoz. De
Han pasado más de cuarenta años. Parece un siglo. Laurence man- padre francés y madre uruguaya, se fue de la Argentina a principios de
tuvo un contacto muy limitado y hasta temeroso con ese país, que dejó los años ochenta y hoy ejerce como psicóloga en Corbeil-Essonnes, en
en 1976, en el momento del golpe de Estado. Tuvo hijos y ahora vive la periferia parisina.
en Nanterre, en las afueras de París, al oeste, y trabaja a unos veinte Fui a verla un martes a la tarde. Había caído la noche y hacía frío
kilómetros, en Conflans-Sainte-Honorine (Yvelines). Allí, cerca de su hasta en el andén del RER. Christine vino a buscarme en coche a la esta-
lugar de trabajo, fue donde almorzamos juntos, un lunes lluvioso de ción y me llevó a su consultorio, en un edificio a orillas del Sena. Por sus
febrero. Era una experiencia muy desconcertante estar allí sentados a silencios y su reserva, me di cuenta de que le era muy difícil evocar esta
una mesa, en 2009, en un restaurante indio de las afueras, hablando época y que había decidido hacer un gran esfuerzo para ello. Sus recuer-
de acontecimientos acaecidos treinta años atrás en un país tan lejano dos eran más vagos que los de Laurence Fabre, su amistad menos intensa,
como la Argentina. Uno sale de ahí medio grogui, aturdido, como un pero pintó a Marie-Anne en estos términos: «A veces parecía ''acelerada",
cinéfilo que a la salida de la sala de proyección se topa de golpe con las como se dice en nuestra jerga psicológica, es decir, un poco excitada, lo
luces de la ciudad. cual traducía probablemente una forma de angustia e inquietud».
86 1 PHILIPPE BROUSSARD
Philippe
Armadas Revolucionarias) y sobre todo los Montoneros (peronistas salón. A la derecha, siguiendo el pasillo, están la cocina, el comedor
de izquierda), se vuelven cada vez más virulentos. En cuanto a los y el escritorio de Albert. El mirador, adonde les gusta reunirse en
«curas del Tercer Mundo», se hacen cada vez más presentes en las vi- invierno, da al jardín, el lugar reservado de Franc;:oise. Ha plantado
llas, lo cual indigna al ala conservadora de la Iglesia ... Desde Madrid, allí dos paltas que cuida con amor, pidiendo a menudo a los chicos
donde su exilio se eterniza, Perón activa sus grupos, tanto de derecha que arranquen las hierbas secas a cambio de algunas monedas. En el
como de izquierda. fondo, a lo largo de la pared cubierta por una hiedra, Albert ha ins-
También para los Erize se produjeron cambios durante la ausen- talado su galpón, donde ha puesto sus herramientas y una parrilla.
cia de Marie-Anne: la familia ha dejado Ciudadela para acercarse La escalera central lleva por un lado al sótano y por el otro a los tres
al centro de Buenos Aires. Sus padres desean que los «más chicos» dormitorios, repartidos en círculo en torno al palier. Los dormitorios
(Étienne, Marie-Noelle y Jean) ingresen lo más pronto posible en el de los pequeños disponen de un balcón con vista a la calle. El tercero,
liceo francés, inaugurado en marzo de 1969 en el barrio de Belgrano. orientado hacia el jardín, espera a Marie-Anne.
Ese trámite era una prioridad para Frarn;:oise, no quería que sus hijos Pocos meses después de la mudanza, el nº 1062 de la avenida
cursaran lo que ella consideraba como una formación mediocre en Monroe se ha convertido en el epicentro de la vida familiar, la sede
la Alianza Francesa de Ramos Mejía. Aceptada su solicitud de beca, de todas las reuniones y fiestas. Primos y primas, amigos y amigas ...
los inscribió, pues, en el liceo, donde estudian con otros niños de la el desfile es permanente.
comunidad francófona, donde la mayoría son miembros de los grupos Albert aprecia la companía de esas visitas de jóvenes con los cuales
de los Scouts y los Guías. • suele jugar a las cartas y al mahjong. Todo ello regocija a Frarn;:oise, a
.Franc;:oise tardó cinco meses en encontrar una vivienda a un pre- quien le gusta mucho recibir. Hace poco caso de los reproches de su
cio razonable en el sector residencial del barrio de Belgrano. Después marido, que se inquieta cuando ella abre la puerta ingenuamente a
de leer asiduamente los avisos, terminó por encontrar una casa a dos desconocidos indigentes. Buenos Aires no carece de pobres, la ciudad
pasos del liceo Jean Mermoz. Los niños encuentran allí todo lo que está construida como un inmenso patchwork social y étnico, de tal
deseaban: sus compañeros viven en el barrio y es fácil acceder al centro modo que no hace falta ir lejos para enfrentarse con la pobreza. No
de Buenos Aires, en ómnibus o en tren; hay muchos espacios verdes y hay que caminar mucho para encontrarse en medio de una villa. La
el barrio vibra al clamor de la cancha de River Plate, uno de los clubes casa de Marie-Anne está situada en el límite con uno de esos barrios,
de fútbol más grandes de la ciudad. Las calles de los alrededores, largas el Bajo Belgrano, donde centenares y hasta miles de personas sobrevi-
y aireadas, se cruzan en forma de cuadrados al estilo norteamerica- ven en condiciones de extrema indigencia. Sus padres lo sabían antes
no, que el grand reporter Albert Londres describía así en 1927: «Solo de mudarse, pero esa vecindad tan peculiar es lo que les ha permitido
un individuo fuera de serie podría circular por Buenos Aires sin un negociar la compra de la casa a un costo inferior a las tarifas del mer-
mapa. Es un nido de abejas, hecho como un radiador de automóvil. cado. Mientras Albert vaciló mucho tiempo antes de firmar, Franc;:oise
Los alvéolos se llaman cuadra, que quiere decir "cuadrado''. Son cua- nunca dudó. Esa gente no la espanta, al contrario, ya que el Señor y la
drados perfectos de cien metros de lado. Buenos Aires es un campo Providencia así lo quisieron ...
interminable donde se han plantado casas hectárea por hectárea. Los Muchos adolescentes conservarán sus distancias con ese mundo
estrechos surcos que separan cada una de esas hectáreas son las calles». tan alejado del suyo. No así Marie-Anne. Cuanto más pasa delante de
Marie-Anne y sus padres viven en la avenida Monroe 1602. Vista ese dédalo de callecitas embarradas y casonas insalubres, más arde en
desde afuera, su casa hace recordar a esas series de televisión nor- deseos de socorrer a esos habitantes, en su mayoría paraguayos. Esos
teamericanas donde se ven viviendas separadas de la vereda por un náufragos del milagro argentino le hacen recordar a los guaraníes de
jardincito y una vía de acceso al garaje. La puerta de entrada abre al su infancia en Wanda. Se siente uno de ellos.
90 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 91
A medida que pasan los días, con su sonrisa y su simplicidad, se Entre la cólera y la esperanza, todo se mezcla, todo hierve en ella,
gana su afecto y se empeña en ayudarlos, llevándoies víveres y ves- a veces de un modo confuso. No tiene todavía convicciones políticas
timenta, ocupándose de los niños mientras las madres van a buscar definidas sino más bien un impulso surgido de su recorrido personal:
trabajo. No es la única que hace esos esfuerzos. En la capilla de la villa, Wanda, los campamentos de scouts, la villa miseria. Más allá de sus
sede de la mayoría de las actividades sociales, se encuentra a menudo propias dudas, el espectáculo cotidiano de un país cada vez más des-
con un amigo del barrio, Luis Pittau. Como ella, ha trabado amistad garrado entre partidarios y opositores a Perón _l~ hace sufrir. ~Perón
con esas familias pobres y les dedica una parte de su tiempo libre. debe volver? ¿Quedarse en España? El tema d1V1de a los partidos, a
«Organizábamos fiestas y meriendas para los niños -cuenta1- . Yo la Iglesia, a las familias. La suya no se sustrae al conflicto: sus padres
conocía gente de la alta sociedad que iban a la "zona''; era incluso bas- perciben claramente que sus hijas mayores, Yolande y Marie-Anne,
tante común en esa época, en que el compromiso social estaba muy di- podrían dejarse seducir por el compromiso político y poco les falta
fundido. Pero Marie-Anne no iba allí para mostrarse sino para actuar para volverse «revolucionarias».
y trabajar duro, poniendo las manos en el barro y sin buscar sobresalir.
Su sinceridad era evidente. Era muy hermosa, muy femenina, encar-
naba a la perfección a "la francesa': una mujer idealizada que ocupa un Como miles de otros jóvenes católicos, Marie-Anne sueña con
lugar peculiar en el imaginario argentino. Pero su energía y dinamismo una sociedad más equitativa y abierta. No está lejos de pensar que
sorprendía a todos, empezando por los habitantes del Bajo Belgrano.» los Montoneros -el ala izquierda del peronismo- tienen razón en
La gente de la villa le devuelve sus esfuerzos con un profundo desafiar al poder mediante acciones más o menos violentas.
afecto y no guarda secretos para ella. Un día, su tía Anne-Marie le Cuando el movimiento nace en 1970, el grupo solo cuenta con
dice que alguien robó el portafolio a uno de sus pequeños primos unas veinte personas. Pero se popularizó muy rápidamente, hacién-
cerca del liceo Jean Mermoz. Como suele ocurrir, la sospecha recae dose conocer ese mismo año con el secuestro y asesinato del general
sobre los ladronzuelos del Bajo Belgrano. A esa ahora, deben haber Aramburu, un ex dictador que había ordenado en 1956 la ejecución
ya vendido o distribuido cuadernos y lápices ... Furiosa, Marie-Anne de militares peronistas y civiles inocentes. El asesinato de Aramburu
pide a su tía y a su primo que esperen un momento. Sale de la casa, y los acontecimientos trágicos de Trelew en 1972 1 terminaron impo-
dobla en la esquina a la izquierda. Una, dos, tres cuadras, y llega a la niendo a Montoneros en la escena política nacional. A partir de en-
villa. Todos la conocen: los adultos, los adolescentes, hasta el jefe, el tonces aumentan sin cesar en número e influencia. Después de haber
«Negro» Vidal.2 Unos minutos después, Marie-Anne está de vuelta creado ramas regionales de la Juventud Peronista, constituyen ahora
con el portafolio intacto. su vanguardia político-militar.
En esa época, el liceo Mermoz la emplea como maestra jardinera Para Fran<;:oise y su marido, conservadores de alma, se trata solo
en la sección del jardín de infantes, junto con su amiga Christine. Le de agitaciones de «comunistas». Piensan que la Argentina, como la
gusta ocuparse de los niños e iniciarlos en la lectura, el canto y el dibu- Francia de mayo del 68, tiene todo que perder si se deja llevar por
jo. ¿Es su vocación? Marie-Anne duda, busca su camino. Debe haber
también otras vías para ella. Asistenta social, tal vez. O periodista. l. El 22 de agosto de 1972 en Trelew (sur de la Argentina), 16 jóvenes militantes
de diferentes organizaciones de izquierda (ERP, FAR, Montoneros) detenidos por
Sí, eso, periodista ... Para relatar la realidad argentina, denunciar el el ejército en una base militar, son ejecutados en medio de la noche por soldados.
dominio de los militares sobre el país. Tres de sus compañeros, heridos de bala, sobrevivirán a la ejecución. Para muchos
observadores, la masacre de Trelew marcó el comienzo del terrorismo de Estado
argentino. Las víctimas formaban parte de un grupo de activistas de izquierda que
l. Entrevista con el autor en febrero de 2010. habían intentado evadirse algunos días antes de la cárcel local. Seis de los principales
2. Un paraguayo de piel oscura, muy autoritario y carismático. líderes de la rebelión habían logrado huir a Chile.
92 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 93
esas utopías. Albert Erize sigue siendo un hombre pragmático, un por el Chaco, una región muy pobre, limítrofe con el Paraguay. Los
empresario que se arremanga la camisa para resolver ante todo sus Erize tienen allí unos amigos, los Cokombet, que frecuentan desde
negocios. La construcción de rutas que sigue dirigiendo acá o allá le la época de Wanda en los años cincuenta. En esa época, Albert Erize
permite ganar suficiente dinero como para encarar otros proyectos e dirigía un almacén de ramos generales, mientras Michel Colcombet
invertir sin ponerse límites. explotaba plantaciones de mate (el «té de los jesuitas»). Su amistad
En Río Negro, en el sur, compró tierras que no tardarán en pro- había nacido en el sudor de los desafíos subtropicales.
ducir frutos y maíz. Presionado por Marie-Anne y su hermano Marc, Los Cokombet viven ahora en Colonia Benítez, una aldea de co-
adquirió también una casa de vacaciones en la estación balnearia de lonos agrícolas y ganaderos. Albert pasa allí algunos días cuando sus
Miramar. Cuando Frarn;:oise la visitó por primera vez, no había agua negocios lo obligan a ir al norte argentino. A Marie-Anne le gusta
corriente ni electricidad, y el jardín estaba invadido por matas salva- acompañarlo y quedarse en su casa esperando su retorno.
jes. Pero una Erize no se arredra ante tan poca cosa. Para las vaca- Saliendo de Buenos Aires, hay motivos para que el trayecto desalien -
ciones del año siguiente, el dan desembarcaba en Miramar, con las te a los choferes más temerarios. Se necesita por lo menos una jornada
bicicletas amarradas en el Citroen y las valijas en el baúl, listo para para llegar a Resistencia, para encaminarse después a Paraguay. La
desbrozar, lavar y frotar esa bella durmiente bautizada «La Quinta», ruta 11 es un camino lleno de agujeros, rectilíneo, donde los camio-
capaz de acoger hasta veintiséis personas. neros no tienen nada que envidiar a Yves Montando a Charles Vanel
Esa casa se volvió desde entonces su sede veraniega. Desde el fi- en la película El salario del miedo. Los días de diluvio, cuando el suelo
nal de las clases, hacia mitades de diciembre, Frarn;:oise y sus hijos se satura bajo el exceso de agua, se prohíbe la circulación. Hay que
se instalan allí periódicamente por dos meses. Todos los muchachos armarse de paciencia y esperar dos o tres días antes de ponerse de
y chkas tienen sus propios dormitorios, sin contar las camas en los nuevo al volante.
pisos de arriba para los amigos, el dormitorio para huéspedes y una Algunos kilómetros después de Resistencia, siempre en la ruta
especie de anexo. Adolescentes y adultos, laicos y curas, todos viven 11, un cartel indica la entrada en el territorio comunal de Colonia
en un ambiente de campamento de vacaciones y durante las noches Benítez, la propiedad de los Colcombet. Girando a la derecha, se llega
ríen y cantan, mientras comparten un asado. A Frarn;:oise le gusta esa al centro del pueblo. «Centro» es un término un poco pretencioso
efervescencia. Solo exige que cada uno contribuya con lo que pueda. para ese lugar: hay una escuela, una capilla y un cementerio donde
¡Ay de aquel que se olvide de lavar los platos! descansan generaciones enteras de italianos y franceses. Pero el pai-
En la playa, la familia tiene sus costumbres. Está el puestito de saje de los alrededores se limita a una inmensidad verde, surcada por
José, donde se puede comer algo y alquilar hamacas y sombrillas. riachos perezosos que mueren zigzagueando en el río Paraná. Como
Los chicos, que vienen en bicicleta desde la mañana, pasan el día en en todos lados en este país de la desmesura, las casas están alejadas
la playa, almorzando a mediodía con los sándwiches preparados por unas de otras y ciertos propietarios reinan en medio de terrenos cuyos
Frarn;:oise. Marie-Anne saborea esos placeres del verano, en medio de límites ni siquiera conocen.
los efluvios de las frituras y las cremas solares. Como su hermana ma- Con sus diez mil hectáreas de tierras, los Colcombet ocupan un
yor Yolande, es íntegra, natural, indiferente a la opinión ajena, capaz rango de notables. Todos saben, a decenas de kilómetros a la redonda,
de entablar relaciones con una facilidad desconcertante. Hace mucho que pusieron la primera piedra de la capilla de la aldea y que Michel,
tiempo que sus padres se han acostumbrado a ver llegar a Miramar nombrado cónsul de Francia en todo el norte de la Argentina, es un
o a la avenida Monroe simpáticos desconocidos a los cuales ella ha hombre influyente, cercano a las autoridades civiles y militares. Se
sugerido simplemente que «vengan a casa», aún estando ella ausente. parece en muchos puntos a Albert Erize, es decir, es resueltamente
Tampoco sorprende a Frarn;:oise y Albert el amor de Marie-Anne de derecha, resueltamente católico, resueltamente francés. Uno y otro
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anticipan constantemente proyectos de explotación de la selva, pla- Juárez, era un flirteo de adolescencia; el hijo de los Delpech, un efí-
nes ganaderos y de creación y mantenimiento de caminos. El último mero «novio»; Éric, en Buenos Aires, un vínculo pasajero. Eudes es
empecinamiento de Albert, al parecer, fue cortar las palmeras que otra cosa. Por su manera de ser y de pensar, es el opuesto exacto de
crecen por decenas de miles en las tierras de su amigo y venderlas los galanes despreocupados que quisieron seducirla en la Argentina
a los constructores de la ciudad de Tigre, la muy coqueta «Venecia 0 en Francia. Su amor es de los que importan, y su fuerza proviene
argentina» en el delta del Paraná. de la mejor fuente: la tierra rojiza de Wanda. Allá, a la sombra de los
En Colonia Benítez, la casa de los Colcombet, edificada en el cruce mangles gigantescos, Eudes la conoció recién nacida. Trató luego a
de dos rutas, es una construcción de ladrillos rojos que el viajante la niña débil pero temeraria. Ahora es casi una mujer, seductora e in -
identifica fácilmente por una bandera tricolor que flamea en el mar- domable. De estada en estada, Eudes observa su evolución. Conserva
co superior de la puerta. Por si esto fuera poco, se lee en el frente del la sonrisa radiante de los Erize, pero cuando se trata de denunciar
edificio, en un pequeño cartel, la incripción «République franraise». las injusticias que padece el «pueblo», la rebelión nunca está lejos,
Marie-Anne se siente a su gusto en ese curioso consulado; tiene a flor de piel y en el corazón. En Colonia Benítez, le gusta cosechar
la impresión de estar en Wanda, aunque sin las Cataratas del Iguazú. el algodón, compartir la vida cotidiana de los obreros de estación,
Aquí también se usa como medio de transporte el caballo, la bicicleta recuperar vestimentas usadas para ir a distribuirlas junto con Eudes,
o el sulky. Los jardines son espléndidos, plantados con árboles cente- en carreta o sulky, entre los indígenas pobres. Esa generosidad no
narios. Aquí también el calor somete la vida cotidiana al cansancio y obedece a ningún cálculo, no lo hace para tener buena conciencia.
la fiebre, al soplo lancinante de los ventiladores durante la siesta. Aquí Siempre fue parte de ella.
también es un placentero alivio sumergirse en las aguas marrones del Eudes se indina menos por los problemas sociales, es más carte-
río vecino, donde pirañas y yacarés son, al parecer, inofensivos. siano, pero le complace la capacidad de su amiga para burlárse de las
Uno de los cinco hijos Colcombet, Eudes, entabló con Marie-An- convenciones. No se puede programar nada con esa chiquilina. Un
ne una amistad que no tardaría en convertirse en amor. Es un joven día le propone cruzar el Paraná para llegar, haciendo dedo, hasta las
brillante, cinco años mayor que ella, que se ha lanzado en estudios Cataratas del Iguazú, a cinco kilómetros de allí, simplemente porque
de veterinaria en Corrientes, ciudad-puerto de la orilla oriental del no se ha bañado allí desde hace más de cinco años. Otro día se le
Paraná. Su piel es cobriza y su mirada luminosa. Su lenguaje tiene la ocurre dar una vuelta por Buenos Aires, cerca de ochocientos kiló-
franqueza de los «gringos», nacidos entre la selva y el río. Hace mucho metros al Sur. La misma noche, aparecen en Resistencia, la ciudad
que se ha acostumbrado a los mosquitos, al aislamiento, a la canícula. vecina. La noche ya cayó y ningún coche se detiene para recogerlos.
Ya no se sobresalta con los ruidos de la noche tropical. Su casa no tiene Felizmente, encuentran un camionero dispuesto a llevarlos hasta la
agua corriente. Revisa sus cursos a la luz de una lámpara de petró- capital, con la condición de que viajen atrás sobre unos bolsos de
leo. Adora esa Argentina impetuosa y salvaje donde las limitaciones algodón.
de velocidad están hechas para transgredirlas, las líneas blancas para Los enamorados aprovechan plenamente esa libertad. Saben que
cruzarlas, ese país donde un hombre capaz de arriesgarlo todo, como sus padres respectivos tienen rigurosos principios religiosos y morales
su padre, tiene derecho a los sueños más audaces. «Aquí tú dominas pero que, en el fondo, están encantados de su relación. Sobre todo las
tu destino», replica a todo el que le sugiere volver a Francia, donde madres, que están al borde de organizar las mesas para la fiesta de
su familia posee un castillo en Dompierre-sur-Besbre, en la zona del casamiento.
Bourbonnais. Frarn;:oise Erize conoce las cualidades de Eudes. Tiene el mismo
La relación amorosa con Eudes es la más seria que Marie-Anne temple que su padre, se labrará su camino en ese país exigente y sabrá
haya tenido hasta entonces. Simón, el alumno del liceo de Benito comprender a Marie-Anne, y también canalizarla. Por más que la mu-
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vestida de invierno o verano, siempre sonriente. Grandes anunciantes, misma naturalidad. Todas nosotras nos maquillábamos, nos pintába-
como la compañía aérea colombiana Avianca o los cigarrillos Jockey, mos las uñas y teníamos el pelo largo. Solo una francesa podía tener
recurren a sus servicios. En enero de 1972, participa en el concurso de el aplomo de presentarse como ella, con el pelo corto y sin maquillaje.
Miss Punta del Este, el Saint-Tropez uruguayo. Tres meses después, la Marie-Anne era una aventurera que se burlaba de la opinión de los
revista argentina Siete Días la selecciona para su concurso de belleza demás. Para ella, ese laburo no era un fin en sí mismo, nada más que
y la premia en calidad de «primera princesa» sacándola en su tapa del un modo de ganar dinero que la liberase de trabajar en una oficina.
4 de mayo. Aparece en la foto con una gran sonrisa, con un pulóver En los camarines, mientras preparábamos los desfiles, nos hablaba del
a rayas y el pelo peinado al estilo carré. En la misma semana, su rival barrio de Bajo Belgrano. A su modo, tenía una modernidad asombro-
mediático, la revista Gente, dedica su cobertura a esa modelo que se sa. Libre, muy libre». 1
ha convertido en tema de todas las conversaciones. Esa semana, se Esa libertad la autoriza a burlarse de los límites sociales y senti-
la ve solo a ella en una foto que ocupa toda la tapa, con una remera mentales, a pasar de una «vida» a otra con un frenesí embriagador.
amarilla y muy ajustada, que deja ver su vientre desnudo. Un día en los desfiles, otro en la villa o en el liceo Mermoz. Solo ella
Marie-Anne tiene ahora viente años. Nada ni nadie se le resiste. tiene la clave de ese universo donde no existe, en principio, ningún
La casa de la avenida Monroe no es más que un lugar de tránsito por punto de pasaje. No hay una sola Marie-Anne sino varias: la elegante,
donde aparece de vez en cuando, entre dos viajes, dejando carteras la enamorada, la militante, la francesa, la argentina, la Marie-Anne
y valijas en el garaje convertido en dormitorio. En cuanto suena el de Gente y la del Bajo Belgrano, la Marie-Anne de sus padres y la de
teléfono en medio de la noche, sus hermanas y hermanos rezongan: todos los otros: Eudes Cokombet, los guías, los colegas, los curas, los
«Otra vez para ella», convencidos de que un fotógrafo, una agen- peronistas, los seductores pasajeros, los ex, las modelos, la ex pensio-
cia o un pretendiente despechado la llaman desde Londres o Nueva nista de la Inmaculada Concepción.
York, sin preocuparse por el desfase horario. Además hay llamados
1
Todas esas personas no se conocen entre sí; no se imaginan ni
anónimos, voces masculinas que Étienne, uno de sus hermanos, no por un instante que forman parte de una misma galaxia donde cada
olvidará nunca, voces que preguntan: «¿Está la leona?» Marie-Anne uno es detentar de un fragmento de verdad acerca de esa estrella que
es hermosa, sexy, y su notoriedad naciente hace de ella el blanco de se vuelve cada vez más fugaz. Se va haciendo difícil comprenderla,
todas las frustraciones y fantasmas. todavía más difícil seguirle la pista. Ella misma se pierde a veces en
Ese éxito relativo no se le sube a la cabeza. Para su familia, sigue su camino, condenada a correr tras un improbable Grial. ¿Sabe real-
siendo la Marie-Anne de Miramar o de los campamentos de scouts: mente lo que quiere? En una carta de 1969 a Mariano, su confidente
simple, generosa, directa. Un día mientras circula con su hermana de los años de liceo en Benito Juárez, le había escrito: «Tengo muchos
Marie-Noelle por un barrio comercial del centro de Buenos Aires, se proyectos en mi vida ¿sabés? Mirándolo bien, a veces me pregunto si
precipita de golpe fuera del coche gritando: «¡Tetita! ¡Tetita!». Marie- no tendría que calcular un poco menos. ¡Pero tengo tantas ganas de
Noelle se pone colorada, los transeúntes se dan vuelta, Marie-Anne hacer algo por alguien! ¡Y ser alguien también yo!»
sigue gritando «¡Tetita! ¡Tetita!». Acababa de ver a la estrella de los Han pasado más de dos años. Su búsqueda de estabilidad no ha
desfiles de moda argentinos, su amiga Teté Coustarot, alias «Tetita». dado resultado. Pensándolo bien, solo Eudes Colcombet, su novio vete-
Marie-Anne es así: auténtica, escucha más su corazón que su ra- rinario, le ofrece una quietud relativa, pero está «allá», en el Chaco, y se
zón. Teté Coustarot lo confirma: «Ocupaba un lugar aparte en nuestro ven muy poco. Y muy pronto no se verán más ... Durante el año 1972,
ambiente. Su aire selvático hada de ella una figura especial y muy Eudes le anuncia una noticia decisiva para su vida de pareja: Francia
atractiva. A veces desaparecía durante algunos meses, por viajes o
por amores, sin dar noticias, luego reaparecía como si nada, con la
l. Entrevista con el autor en febrero de 2010.
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acaba otorgarle una beca para seguir en París una formación pro- ¡El Alvear Palace Hotel! Marie-Anne apenas puede creerlo. Ese
fesional sobre «las enfermedades del ganado en los países tropicales». hotel de once pisos, en la esquina la avenida Alvear y la calle Aya-
Cuando se entera, Marie-Anne reacciona de un modo sorprendente: cucho, fue durante mucho tiempo el hotel de la tripulación Air
«¡No podés irte así y dejar a tu pueblo! Este país te necesita». Hermé- France y de las personalidades francesas de paso por Buenos Aires.
tico a esos argumentos patrióticos, Eudes no cambiará de posición. El escritor Joseph Kessel ocupó allí una suite en en una estada
Marie-Anne lo acompaña, a pesar de todo, al aeropuerto de Ezei- que quedó grabada en las memorias. Muchos otros dientes famosos,
za. Aunque haya olvidado su cólera inicial, ausencia de su compa- ministros o vedettes cinematográficas, durmieron en ese estableci-
ñero empieza ya a pesarle. «Dejame un tiempo ganar un poco miento decorado con los estilos Luis XV y Luis XVI.
de dinero con la moda y me reuniré contigo en París», le promete. En el día señalado, la flor y nata de la costura confluye
Su éxito en el ambiente es tal que los contratos se multiplican. en los salones. Todas las marcas de renombre compiten: La Clocharde,
Los creadores más famosos de Buenos Aires la solicitan. Entre ellos, Linterdit, Dédé, Zebra, Ana de Castro ... Y Lamarca, por supuesto.
Manuel Lamarca, célebre por haber merecido los honores de la revista Marie-Anne no ha venido sola. Ha invitado a su hermanita Marie-
Vague y del fotógrafo de las estrellas, Richard Avedon. Para el diario Noelle a ese universo de princesas suntuosamente vestidas. La niña
Clarín, Lamarca es un franco-tirador con una «originalidad triunfa- se escabulle entre los camarines con el corazón palpitante, sus ojos
dora». Y él solo jura por Marie-Anne, «la» francesa de los desfiles de brillan de admiración. Con sus dedos infantiles, aparta las cortinas
moda argentinos. para contemplar a esa hermana mayor cuyo porte orgulloso es capaz
Para presentar la colección del invierno 1972, el gran modisto de imponer gestos y audacias que no se permite ninguna top-model.
ha elegido un trío glamour: Teté Coustarot, María Larreta, Marie- La sala está repleta. Ningún periodista ha faltado a la cita. El ju-
Anne Erize. Es ella la que se presenta primero en la pasarela con un rado, en el cual se destaca la presencia de la actriz Mirtha Legrand
vestido largo de estilo campestre, estilo Caperucita en el bosque. Una y del director de teatro Cecilio Madanes, se ha instalado en primera
ida y vuelta al camarín y vuelve luego vestida como para pasear por fila, con las libretas de notas en la mano. El desfile puede empezar. ..
los barrios chic: con un pantalón negro, chaqueta a rayas, un bolso María Larreta, la primera de las dos modelos que representa a
de viaje colgado al hombro en diagonal. «Era su primer desfile en la Manuel Lamarca, se adelanta con pasos seguros y la frente alta. Es
alta costura - relata Manuel Lamarca- pero tenía una desenvoltura una rubia de belleza un poco fría, con un falso aire de Ingrid Berg-
y prestancia increíbles. Por su historia personal, sobre todo por su man. Lleva un vestido de estilo Tudor, cuya distinción, típica de una
infancia en la selva, había en ella una mezcla única de naturalidad y Francia tradicional, se adapta a las maravillas a los techos dora-
sofisticación, totalmente nueva para la época». 1 dos del Alvear. Llega luego el turno de Marie-Anne, en el estilo neto
Algunas semanas después, en junio de 1972, otra cita de prestigio del todo-blanco. Su atuendo se destaca por su modernidad elegante,
moviliza a la profesión: el «Primer Certamen de la Elegancia Feme- más parisina que argentina: con un sombrero de.alas anchas, viste un
nina», organizado en el Alvear Palace, el hotel más ilustre de Buenos conjunto de lanita blanca cuya pollera corta y con vuelo, sin ser sexy,
Aires. Lanzado por un pequeño grupo de damas de alcurnia, el pro- pone de relieve las piernas elegantemente engarzadas en medias y
yecto apunta a colectar fondos para una obra de beneficencia. Una zapatos de taco alto. Como María, tiene distinción y el don de realzar
veintena de prestigiosas casas de alta costura compiten en la muestra, el genio del creador. El jurado y el público no se equivocan: Manuel
con dos modelos cada una. El ganador, nombrado por el público y un Lamarca gana el certamen por unanimidad.
jurado de especialistas, recibirá la «aguja de plata». Emocionado como un actor en su primer rol, el creador recibe su
trofeo rodeado por sus dos protegidas, María y Marie-Anne. Desde
l. Conversación telefónica con el autor en abril de 2010. La Prensa hasta La Nación, desde Panorama hasta La Razón, la prensa
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nacional relata el evento. Y aunque los diarios deforman todavía su Sus padres solo tienen una vaga idea de ese compromiso, pero lo
nombre -La Razón la llama «Marianne Élise» y Clarín simplemente poco que saben los enfurece. Hace meses que temen por su hija. Tie-
«Marian»-, se impone ampliamente en el mundo de la moda. Gente, nen miedo de la política y sus derivas. Miedo de la moda y sus excesos.
por su parte, ha previsto dedicarle una vez más la tapa, el 22 de junio Su temor es doble, o sea, por un lado que caiga en el izquierdismo y,
de 1972. por otro, en el desorden moral. Piensan que no tiene quizá la distancia
Esta vez, los lectores de la revista la descubren en biquini en una de Yolande, la hermana mayor que comparte sus indignaciones con
playa brasileña, poniéndose la mano en los cabellos mojados en una Marie-Anne. Habría que alejarla de Buenos Aires, enviarla a Francia
pose muy sensual. Por una extraña casualidad, dos de los temas evo- con Eudes. Es la única persona que puede tener una influencia sobre
cados en la primera página se refieren a Francia: la pelea de los boxea- ella. Con él en París, podrá reflexionar sobre su vida, sus amores, ol-
dores Bouttier-Monzón en la cancha de Colombes y el relato de un vidar sus anhelos revolucionarios y el universo superficial de los des-
viaje de Yves Montand a Chile. En las páginas de adentro, se describe files. Frarn;:oise se pone a soñar de nuevo con un posible matrimonio
a Marie-Anne como una misteriosa elegante que un fotógrafo sor- con el joven veterinario ...
prendió (!) por azar en las playas de Río, logrando «detenerla en un Con sus honorarios de modelo y su magro sueldo de maestra
instante -escribe Gente- para que quede así, definitiva, en nuestra jardinera en el liceo Mermoz, Marie-Anne logra comprarse un pasaje
memoria». En esta serie de fotos, camina al lado de adolescentes, y en de avión. Avisado de su llegada, Eudes se prepara para recibirla en
otra, en compañía de un play hoy con músculos de surfer. La acom- Francia.
pañan tres argentinas, dos rubias y una morocha, pero la heroína es
ella\ la «francesa».
Marie-Anne no se engaña: la Argentina real no tiene nada que ver
con la fotografiada en las revistas de moda o con el Alvear Palace. Es
un país sufrido, que hace ingentes esfuerzos y no come lo necesario.
En Belgrano, la villa está allí cerca, del otro lado de su casa, con sus
desempleados, sus casonas de chapas y esos chicos tan orgullosos de
su éxito. Desde allí, ella oye cómo el país se queja. Sufre por él y a
menudo con él. «Marie-Anne no me ocultaba su misión social en los
barrios pobres -dice Manuel Lamarca-, hasta el punto de que me
pedía modificaciones de horarios de trabajo para ir a la villa. Otras
chicas también tenían trabajos paralelos a la moda, pero su caso era
excepcional. Marie-Anne tenía una verdadera conciencia social y una
inteligencia que la diferenciaba de las otras. Algunos días, llegaba de
la villa, se ponía un vestido y desfilaba casi inmediatamente, con toda
tranquilidad, pasando con una flexibilidad asombrosa de un mundo
a otro.»
Ese don de ubicuidad va acompañado por un militantismo polí-
tico cada vez más visible. Como decenas de miles de jóvenes en toda
la Argentina, Marie-Anne se siente cerca del movimiento peronista y
de su ala izquierda: los Montoneros.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 105
dado cita con Marie-Noelle, en la ciudad vieja. Sin haberla visto nunca,
no me costó nada identificarla, sobre todo por la sonrisa. Pero sus ojos
son diferentes, marrones y no verdes, como los de Marie-Anne, color
jungla. En sus primeras pala_bras reco~~cí de in~ediato la
franco-argentina de sus des~~nos de exiliados: ~zenso ahora que su voz
trasuntaba cierta aprehenswn en volver a v1v1r su pasado. Nada
normal. Hace falta mucha valentía para atreverse a hacer confidencias
ante un desconocido. O si no, una inmensa
una historia como la de su hermana puede terminar de ese modo un
sábado de octubre en San Juan.
Málaga, España, 27 de mayo de 2009 Nos sentamos en la terraza de un café a orillas del mar. Marie-
Noelle me repitió varias veces: « Yo tenía nueve años menos que Marie-
Querida Franroise, Anne. Era la más chica de las tres hermanas». Al principio, no le presté
mucha atención, viendo allí una alusión sin importancia a su diferencia
Le escribo desde la sala de embarque del aeropuerto de Málaga. de edad. Pero comprendí después que la insistencia de su hija se debía
Estoy esperando un vuelo para París. Son un poco más de las siete de a una herida de infancia. Tenía catorce años en 1976, y algo se rompió
la mañana. Este miércoles de otoño se anuncian lluvias en el sur de en ella la noche en que un comando irrumpió en la casa de ustedes. Esa
España. Por las ventanas se ven unas nubes agolpadas alrededor de violencia y luego el silencio insoportable de la desaparición la propul-
los contrafuertes de la cordillera Bética. Hay pocos pasajeros, el avión saron de golpe en la edad adulta. «Durante años -me confió- tuve
estará. medio vacío. la esperanza de que Marie-Anne volvería, pensaba que se había ido a
No quería esperar demasiado antes de escribir esta carta, de miedo esconder en el extranjero o que se evadiría de un campo de detención,
de omitir un detalle o dejar escapar una sensación. Esta estada es tan cualquiera sea. Cuando golpeaban a la puerta, mi corazón empezaba
intensa que se lo tenía que contar sin retraso alguno. a latir».
Ayer, estuve en la casa de su hija Marie-Noelle en Marbella mirando Nos quedamos casi dos horas en la terraza. Hacía un poco de
sus álbumes de fotos, unos retratos apenas envejecidos de toda la vida fresco. Un viento fuerte llegaba desde el horizonte. Había muy poca
de ustedes: Wanda, Ciudadela, la avenida Monroe ... Marie-Anne a los gente en la costanera. El grabador daba vueltas, Marie-Noelle hablaba
cuatro años, Marie-Anne a los doce años, a los veinte, Marie-Anne en y hablaba, de la familia, de su nacimiento en Wanda, de su vida allí
Buenos Aires, en París, en la playa, en el campo ... hacía cinco años, de su viaje a Oloron-Sainte-Marie, la cuna de los
En el living, vi un cuadro que usted conoce seguramente: Marie- Erize en los Pirineos. Muy pronto empezó a tutearme; era un signo
Noelle a los nueve años es una rubiecita adorable, con una sonrisa pí- más de confianza.
cara; Marie-Anne, con un vestido y un sombrero blancos, la rodea con La noche ya había caído cuando me contó que su hermana orga-
sus brazos con un gesto protector. Se ponen en pose de un modo un nizaba meriendas y juegos para los niños en el Bajo Belgrano. En una
poco ceremonioso, como si fuera un día de primera comunión o de ca- hoja de papel dibujó su casa de la avenida Monroe: la entrada, el living,
samiento, pero en sus miradas hay una fuerza inaudita. Sus hijas eran los dormitorios, el jardín, el garaje que Marie-Anne había convertido
hermosas, Franroise, y se querían con amor de hermanas. en su territorio personal. Marie-Noelle dibujaba con un trazo firme y
Pero volvamos al comienzo de mi estada. seguro, como si hubiera abandonado el lugar esa misma mañana. Su
Llegué aquí el lunes por la tarde. Esa misma noche nos habíamos memoria había registrado todo, no había más que despertarlo. Solo
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LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 107
una vez su mirada se empañó al evocar el jardín que daba a la calle. Debían ser más de las 23 h cuando salimos del restaurante. Sentía
La famosa noche del 26 de octubre de 1976, dos tipos encapuchados y que Marie-Noelle había experimentado un gran alivio por haber su-
armados habían pasado por allí, trepándose a una pared baja exterior. perado la prueba del recuerdo. Fijamos otra cita al día siguiente a las
Habían empujado la ventana y habían aparecido delante de su cama. 10:30 h delante de mi hotel. Quería presentarme a un amigo arquitecto,
Marie-Noelle no olvidó nunca ese episodio, su marido, tampoco. Gustavo Kloster, un argentino que vivía en Marbella.
«Ese pino era el símbolo de nuestras desgracias -me confesó-, No creo que usted haya conocido a ese señor. Marie-Anne lo había
papá hizo que lo cortaran.» Decía «papá» y no mi padre, «mamá» y conocido en Ciudadela en la pileta, en un centro deportivo, el Club 26
no mi madre. Hablaba en serio. Como usted, Franroise. Como Marie- de Mayo. Él conservó de ella la imagen de una muchacha «sublime»
Anne, estoy seguro. (la palabra es suya), con un aire muy <ifrancés», resplandeciente en
Hacia las 21 y 30 hs, dejamos el café para ir a cenar a un restaurant el spot publicitario de los cigarrillos Jockey. El fondo sonoro de esa
italiano a orillas del mar. Marie-Noelle conoce a los dueños, que son pequeña película, rodada en la estación balnearia de Villa Gesell,
napolitanos. era Soley Soley del grupo escocés Middle of the Road. Marie-Noelle
Cuanto más avanzaba la noche, más anécdotas aparecían. Sobre lo recuerda y hasta canturreó la melodía delante de mí y de Gustavo.
los desfiles a los que asistió. Sobre la ropa que le había regalado Marie- Como la marca sigue existiendo, tal vez tenga la suerte de ver la pu-
Anne: su primer corpiño y un conjunto de pantalón y blusa muy mo- blicidad en la Argentina.
derno para esa época ... En un momento, pronunció esta linda fórmula: El martes por la noche, como se lo expliqué al comienzo de mi carta,
« Yo era como su muñeca, me protegía». pasé por la casa de Marie-Noelle y miramos docenas de fotos de su her-
4Se acuerda del mono Makulele? Marie-Anne lo había traído de su mana. La más hermosa, realmente, es esa donde se la ve en jeans apo-
viaje por Brasil. Debía ser una especie de tití muy travieso, con una cola yada en una pared, con los cabellos no muy largos y un collar indígena:
muy lairga y un cuerpo minúsculo. Se había apegado tanto a Marie- «Ahí es realmente ella, dulce y a la vez rebelde», concluyó Marie-Noelle.
Noelle que gritaba en cuanto ella se ausentaba, se aferraba a las raíces Ya no dudo de que la tapa del libro llevará esa foto.
de sus cabellos cuando los querían separar. Al verlo, usted había gritado: Al irme, le agradecí su confianza y nos prometimos quedar en con-
«¡Otra ocurrencia de Marie-Anne!», como si nada pudiera sorprender tacto. Su hija es una mujer digna y fuerte, Franroise, ella también me-
viniendo de ella. Un día en que usted se enojó, terminó por darle Maku- recía la verdad.
lele a un amigo de su hijo ... De vuelta en París, retomo esta carta en mi casa. Es miércoles por
A medida que pasaban las horas, el retrato que Marie-Noelle esbo- la noche. Pensaba que la terminaría en el avión, pero lo que ocurrió
zaba de su hermana se afinaba, los rasgos se volvían más precisos y el aná- después me obliga agregar unas líneas. Le explico por qué.
lisis más distanciado. Pesando sus palabras, interrumpidas por silencios, Al llegar a tExpress, me esperaba un mail firmado por Gustavo
terminó por extraer del fondo de su memoria y de su afecto una verdad Kloster,fechado en la misma mañana, a las 8:37 h, cuando yo ya estaba
quizás incómoda: «No quisiera idealizar a Marie-Anne -me dijo-, no en el avión. Se refería a la famosa publicidad de los cigarillos Jockey.
era una santa. Como todos, tuvo altibajos. Pero nadie te hablará mal El mail de Gustavo decía, en un francés un poco mezclado de español:
de ella porque era de una honestidad admirable. El haber frecuentado «Mi sobrino en la Argentina me envió el spot publicitario; no tiene más
el m~ndo de la moda no le hizo perder nada de su espontaneidad y que buscar en YouTube, '1ockey (Soley Soley)". Si tiene problemas en
humildad. Sobre todo, se atrevió a hacer lo que muy pocos hacen: vivir abrirlo, no vacile en decírmelo y se lo mando de nuevo».
con intensidad, divertirse, gozar de la vida. En ese sentido, era mucho ¡Su sobrino había encontrado la película! ¡Más aún, con hacer click
más rebelde que los otros hijos. Su energía la llevaba a querer tragarse en Internet podía recuperar a Marie-Anne viva!
a todo el mundo para cambiar las cosas.» Cuando inicié esta investigación, nunca pensé encontrar nada más
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN [ 109
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que fotos. muchísimas, entre las había algunas muy emotivas. · mo y todos /os franceses de Buenos Aires le dijeron seguramen-
ca tecis , J' .. d
. .Vi a su hiia en la tele! ¡ Vi a su hz;a en la tele!» Pero han pasa o
¡Pero imágenes, Fram;.oise, imágenes! te.«¡ J s·· f
años y usted no había podido verlo otra vez. z tiene J uerza
Semejante momento requiere tranquilidad y silencio. ~are nta . ,
Cerrar la puerta del escritorio. para eso, sepa que el tiempo ha realz~do esa~ imagenes que ayer eran
Cortar el teléfono. tan banales. Hoy nos ofrecen lo esencial: la vida.
Escribir en la casilla «Buscar»: «Jockey (Soley Soley)». Con mi amistoso recuerdo,
YouTube propone diversas referencias. Hay que cliquear en la pri-
Philippe
mera. El spot desfila en la uu,·,u,.uu sesenta y cuatro segundos al ritmo
de «Soley Soley».
Recuerde ...
Es una fiesta entre gente despreocupada y sin problemas, en una
casa de un lujo notorio. Los muchachos son hermosos y elegantes, lle-
van camisas apretadas y pantalones acampanados. Las chicas están
bronceadas; sus vestidos son estivales. Marie-Anne está soberbia, con
un conjunto blanco y un chal al cuello. Los cabellos castaños caen sobre
sus hombros. Está parada delante del bufet, lleno de platos y botellas de
champagne. La cámara se dem0ra en ella y la sigue hasta el exterior.
Ella baja la escalera y se acerca a la playa con otras dos chicas, una
rubia, vestida con una túnica blanca, y otra morocha, con un vestido
largo. E~ de noche. Las tres charlan caminando al borde del agua. Se
adivinan palabras de muchachas jóvenes sobre la vida, los hombres, el
amor. El viento hace revolotear su echarpe. Parece feliz. Quiere fumar.
La rubia le ofrece un cigarrillo y un encendedor. La cámara enfoca
su rostro. Ella sonríe. ¡Oh, Soley Soley! Una voz masculina cierra la
secuencia: «Jockey, la pura verdad».
En total, Marie-Anne aparece solo cuarenta y tres segundos. En la
escala de una vida, esos segundos son insignificantes. Pero un tesoro
para quienes no la conocieron.
Para serle franco, yo temía esta brusca confrontación con una for-
ma de realidad. Hasta entonces, Marie-Anne era para mí un rostro
inmovilizado en fotos viejas, con una expresión a menudo misteriosa
detrás de la cual había que adivinar los contornos de una personalidad
compleja. Pero en cuanto apareció en la pantalla en carne y hueso, en
movimiento, era tal como me la había imaginado.
Usted debe haber mirado miles de veces este spot al principio de los
años setenta. Hasta el punto de detestarlo quizá, porque encarnaba a
la Marie-Anne de la farándula. Sus vecinos, sus amigos del bridge o del
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 111
sino, en la lle de la Cité, corazón histórico de París. La invitó también en Nueva York para el concierto que Paco de Lucía, el príncipe del
a una espléndida fiesta donde simpatizó con su hija, Pía, de 16 años. flamenco, ha de dar en el Carnegie Hall el 2 de noviembre a las 20 h.
En los últimos años, Marie-Anne trabó también relación con un Los afiches están pegados en todo Broadway, pero la promoción nece-
hombre de unos cincuenta años, Paco Rebés, el organizador -español sitaría un último toque para garantizar el éxito. Marie-Anne propone
y no argentino- de la gira de Moustaki en la Argentina. Marie-Anne espontáneamente sus servicios. Hela aquí recorriendo velozmente los
lo había conocido en el aeropuerto de Ezeiza el día de la partida del corredores del subterráneo neoyorkino con un cartel que anuncia el
cantante. Había bastado con una conversación en el taxi que los lle- espectáculo. •
vaba de vuelta al centro de Buenos Aires para que ella lo invitara a El concierto será un éxito. No así los castings de Marie-Anne.
cenar a la avenida Monroe y presentarle a sus padres. Desde entonces, Sus medidas no obedecen a los cánones de la época. No tiene la al-
Paco Rebés es su amigo, nada más que un amigo, y ella lo ve en cuanto tura que exigen las agencias: mide menos de un metro setenta. Paco
puede, en España o en otro lado. Es un agente muy reputado en el Rebés intenta mover sus relaciones norteamericanas solicitando el
mundo cultural de habla hispana. Los artistas más notorios, desde apoyo de su amiga Naomi Sims, primera mujer negra aparecida en
el guitarrista de flamenco Paco de Luda hasta el bailarín Antonio la tapa del suplemento «Moda» del New York Times (1967), pero sus
Gades, pasando por el cantante barcelonés Joan Manuel Serrat, son últimos intentos fracasan. Marie-Anne regresa sin haber firmado nin -
sus amigos o «protegidos», a veces ambas cosas. Sin embargo, no es gún contrato.
su lista de relaciones lo que provoca en Marie-Anne el aprecio por su Según Rebés, ese chasco neoyorkino la «decepcionó» y «afectó».
compañía. Le atrae en él su cultura, su pasión por el arte y sus ideas Pero tuvo por lo menos el mérito de obligarla a cuestionarse sobre su
de izquierda. Paco Rebés no oculta su simpatía por Montoneros; hasta futuro y sus prioridades. Desde 1970, fue maestra jardinera, simpati-
se díce que colecta dinero para ellos: «Con Marie-Anne hablábamos zante peronista, recepcionista en el Salón de Agricultura de Buenos
de polfüca, de los debates que agitaban a la juventud -recuerda, sin Aires, «primera princesa» de Siete Días, chica de tapa de Gente, luego
demorarse demasiado en el aspecto financiero 1- , todo eso le intere- se imaginó modelo en Nueva York, periodista o asistenta social en
saba mucho, y como yo estaba en contacto con muchos Montoneros, Buenos Aires, se acercó a Moustaki, Paco de Lucía y todos los otros,
intercambiábamos nuestros puntos de vista». En los meses y años noctámbulos argentinos, Montoneros, los chicos del Bajo Belgrano y
siguientes, sus caminos habrían de cruzarse varias veces, sobre todo su jefe paraguayo, el «Negro» Vidal. .. sin olvidar a Eudes y a la familia
durante un viaje común a Bolivia, donde él aprenderá a conocerla: Erize, tan lejana en esta carrera desenfranada por vivir. «Quiero ser
«Marie-Anne era esencialmente buena, llena de atención a los demás libre, libre, conocer, aprender, viajar», escribía en 1969 a Mariano, su
-prosigue Rebés-y dispuesta a ayudar a su prójimo. Su ingenuidad confidente de Benito Juárez. Ha cumplido con su promesa: es libre,
e idealismo hacían de ella una persona frágil, pero cualquiera que la pero a veces se siente perdida.
conociera no podía olvidarla». Cuando vuelve a Europa, pasa algunos días en España, desde don-
Hacia fines de octubre de 1972, la joven francesa advierte a Eudes de envía tarjetas postales a sus padres, después vuelve a París y al
que se prepara para ir a los Estados Unidos, invitada por Paco Rebés. altillo del bulevar Beaumarchais, donde retoma la vida con Eudes: los
Convencida de que su futuro de modelo pasa por las casas de alta restaurantes universitarios, los almuerzos de los domingos en casa de
costura de Nueva York, quiere presentar su candidatura en agencias «Gram» o de la condesa de Massignac, en la calle Mignard (distrito
de esa ciudad. Tiene algunos contactos, sobre todo un escultor van- XVI) ... Eudes se ha convertido ahora en un verdadero parisino; se ha
guardista, que dirige una galería allí. Rebés, por su parte, se encuentra comprado una motoneta Solex para recorrer la capital. Le presenta
a sus primos y primas, jóvenes de la alta burguesía que veían a me-
nudo con placer en París, Allier o en las pistas invernales de esquí.
l. Encuentro con el autor en septiembre de 2009.
114 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 115
Marie-Anne no tiene ninguna habilidad para esquiar. Pero produce veterinario a dejar la pieza del bulevar Beaumarchais para mudarse a
sensación en el chalet de Megeve, las noches de raclette, enseñando al la Ciudad Universitaria, Marie-Anne sigue viéndolo entre dos perío-
resto del grupo a jugar al truco, ese juego argentino basado en el bluf, dos de silencio y ausencia, como sabe hacerlo, pero sus relaciones se
el engaño y el dominio de sí mismo. En ese juego, como en la vida, han vuelto distantes. Riéndose, lo trata de «burgués» y él la trata de
Marie-Anne no tiene rival para despistar al otro y avanzar guiándose «madre Teresa». Saben uno y otro que su amor se convertirá pronto
nada más que por su instinto. Eso es en ella una segunda naturaleza. en amistad. «Vos también tenés que ayudar al pueblo -insiste ella-.
El único que no se deja engañar por esa espontaneidad descon- Volvamos, por favor ... »
certante es Eudes. Sabe hasta qué punto su novia se busca y duda de sí Volverá sola.
misma. Sabe también qué es lo que la carcome por dentro: la Argen-
tina, a la que reclama y de la que huye al mismo tiempo. En el fondo
la comprende: «Ese país no nos ha formado del mismo modo», suele
decir. Sí, la Argentina ha hecho de ellos seres libres de cuerpo y espí-
ritu, pero presos de ese vínculo carnal y visceral con su tierra. Hasta
en París, Marie-Anne no puede separarse de su país. ¿Qué pasa en
Buenos Aires? ¿En el Bajo Belgrano? ¿En qué están los Montoneros?
¿Preparan la vuelta de Perón?
Sus centros de interés son ahora más políticos que mundanos. El
de~afío chileno del socialista Allende la apasiona, devora los libros de
compromiso político. Cuando dibuja con tinta china, como antes en la
casa o '~n el colegio, representa presos con el rostro desfigurado por el
sufrimiento, supliciados cuyos dedos descarnados intentan doblar los
barrotes de siniestras cárceles. Como leyenda de uno de esos dibujos
escribió: «No te encierres nunca en tu propia cárcel. Encerrarse en sí
mismo es empezar a morir».
No le sorprende ya a Eudes escuchar sus críticas al capitalismo
o celebrar a Trotski o al Che. Cada día teme, simplemente, que sus
utopías la encadenen: «Deberías volver a la Argentina, participar en
la lucha de Montoneros», le repite Marie-Anne sin cesar, como ob-
sesionada por el remordimiento de vivir a miles de kilómetros de
Buenos Aires. Nunca se sintió tan cobarde ni tironeada entre sus dos
países: Francia le ofrece los placeres de la juventud, la Argentina la
embriaguez de un ideal.
Cuanto más pasa el tiempo, más avanza a tientas, sin certeza ni
objetivo definidos, postergando una decisión. Viajes, proyectos, amo-
res ... todo se mezcla y se acelera. Concentrado en sus libros de cien-
cia, Eudes intuye que va a perderla.
Al comienzo del año 1973, cuando sus estudios obligan al joven
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 117
demasiado joven en esa época como para apreciar las preocupaciones ninguna profundidad, en ningún aspecto. Ella no ocupó un gran lugar
que podía provocar su hermana mayor. Creo más bien que Marie- en mi vida y yo tampoco en la suya.»
Anne, a pesar del amor que tenía por todos ustedes, había terminado Tres veces, y sin que yo abordara ni siquiera el tema, me repitió de
por ser el «patito feo» de la familia, según la expresión de su amiga manera más o menos directa que no habían salido juntos. Creo que
Laurence Fabre. El padre Loison me lo había confirmado. Una vez que su memoria lo engaña en ese punto, pero eso no tiene ninguna impor-
le pregunté cómo veían ustedes la vida un poco disoluta de su hija, tancia, ya se lo dije. En el fondo, solo una frase me molesta realmente.
me dijo sin la menor maldad: «A Fram;oise le escandalizó que Marie- Cuando dijo: «Ella no ocupó un gran lugar en mi vida y yo tampoco en
Anne trabajara de modelo. Sentí que estaba decepcionada, humillada, la suya», ahí se equivoca. Para Marie-Anne, Georges Moustaki era una
y temía que Marie-Anne pudiera exponerse a gente mal intenciona- persona importante, encarnaba la Francia de las ideas. Le gustaban sus
da». Jean Loison me dijo también que usted estaba inquieta cuando se textos y su compromiso. También el hombre, creo.
enteró de su encuentro con el cantante Georges Moustaki, que estaba En Marbella, Marie-Noelle me habló de él con admiración. «¿Sabés
entonces en el pináculo de su gloria. El universo de la farándula sus- que Moustaki escribió una canción sobre mi hermana?», me preguntó
citaba en usted mucha sospecha y desconfianza y temía que su hija con entusiasmo. Esa noche misma, consulté su discografía donde figura,
cayera en la trampa de relaciones sin futuro. en efecto, en un álbum de 1974, una obra titulada «Carta a Marianne».
Ese encuentro con un ídolo que simbolizaba a Francia y al mismo Marianne y no Marie-Anne.
tiempo el espíritu de rebelión había marcado mucho a Marie-Anne. Le envié un mail al artista para tener más precisiones y me respon-
Un testigo directo me lo había dicho, Paco Rebés, el organizador de la dió de inmediato con diez palabras secas: «Hay un error. La canción no
gira de Moustaki. Es ahora un viejo señor de 88 años, que no goza de estaba dedicada a Marie-Anne». Le pregunté otra vez, siempre por mail:
muy buena salud, aunque tenga todavía la energía de mantener una «¿Debo inferir entonces que nunca escribió una canción para ella?» Su
galería <le arte en Barcelona. En su última visita a París, nos reunimos respuesta se limitó a una sola palabra, ni una más ni una menos, sin
en el Deux-Magots, el famoso café de Saint-Germain-des-Prés, donde fórmula de cortesía ni puntuación: «Negativo».
me habló mucho de Marie-Anne. Era inútil insistir. Me quedé con ese Négatif duro en la garganta.
También me puse en contacto, hace un tiempo, con Moustaki. Que- Ni relaciones amorosas, entonces, ni canción, de hecho no había habido
ría saber qué recuerdos tenía de ella, después de cuarenta años. Lo nada.
llamé entonces pensando que podía verlo. Me hizo entender que una Es tonto decirlo, Frani;oise, pero me dolió. Un poco por usted y mu-
conversación telefónica sería suficiente. cho por Marie-Anne.
Aunque pueda decepcionarla, Frani;oise, debo decirle que se mostró Unos días después quise comunicarme con Paco de Lucía, la estrella
somero y cómo decir... distante. Sí, distante. Percibí rápidamente en ese del flamenco, a propósito del episodio de Nueva York. Hablé una o dos
hombre de 75 años un desfase entre el rol importante que todos ustedes veces con su secretario español. Mandé mails una vez, dos veces. El gui-
le atribuyen en la vida de Marie-Anne y el lugar que ocupa ella en su tarrista nunca contestó. Ulteriormente, entré en contacto con su agente
memoria selectiva de estrella eclipsada. Le diré lo que me confió a este y secretario norteamericano, un tal Michael Stein, que me contestó del
respecto, casi literalmente: siguiente modo: «Por favor, tiene que comprender que el maestro Paco
«La conocí durante mi gira por la Argentina en octubre de 1972. Me de Lucía pueda querer guardar para él solo los recuerdos de su vida
sirvió de guía e intérprete en Buenos Aires. Me acuerdo de ella como de privada».
una joven que me hablaba de sus ideas políticas, porque en esa época yo El artista tiene derecho a callarse, por supuesto. Y hasta derecho al
tenía una imagen de cantante comprometido. Después, probablemente desprecio, es su privilegio de estrella, un modo de pedir disculpas propio
me vio en París. Nuestras relaciones fueron muy breves, no tuvieron de los «maestros». Pero cuando yo miro las fotos del otoño de 1972 y
120 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 121
a Marie-Anne que posa feliz a su lado en Manhattan, y a él, orgulloso Discúlpeme que le hable directamente, Frani;oise, pero usted se
como un torero delante del afiche del Carnegie Hall, pienso que a esa vaca: Marie-Anne quería ser montonera. Nadie le impuso ese deseo.
gente del espectáculo, que se decía «comprometido», a esos Paco de Lu- y si ella le escribió un día: «No formo parte del club», le dijo eso para
cía y otros Moustaki, le falla la memoria. Una mujer ha desaparecido, protegerla. Con esa mentira -no hay otra palabra- aspiraba a
hace mucho tiempo, una mujer que conocieron y apreciaron, que tal vez lejos de sus secretos. Su familia debía saber lo menos posible, era una
amaron (o fingieron amar), una mujer que llevó sus ideas, por utópicas cuestión de seguridad, para ella y para ustedes.
que fueran, hasta sus últimas consecuencias. Al fin y al cabo, su lucha ¡Cuidado! No digo que Marie-Anne haya cometido actos violentos,
era semejante a la de ellos, que juraban por la izquierda y por ninguna estoy convencido más bien de lo contrario. Pero militó
otra cosa. Pero los años, y sin duda el dinero y la amargura de la vejez, lo que usted cree. Su atracción por la causa peronista no se limitó a
hicieron trizas sus principios de antaño, y hoy no encuentran ni tiempo las actividades del Bajo Belgrano, a meriendas festivas o cursos de
ni sentimientos para rendirle un simple homenaje. canto con los chicos de las villas. Desde 1972, año de una increíble
Solo el cantante catalán Joan Manuel Serrat, de paso por el sur de efervescencia en la Argentina, ella se encontraba en las primeras filas
España por un espectáculo, aceptó recibir a Marie-Noelle, que ya lo de la protesta.
conocía. Cuando ella le advirtió que estaba por salir un libro sobre su Alex Maudet, uno de los viejos scouts con quien me encontré dos
hermana, le dijo que estaba dispuesto a ofrecer testimonios, dudando veces en París, recuerda haberla visto a menudo en manifestaciones
sin embargo de que fueran de mucha utilidad: la había visto en Nueva en las calles de Buenos Aires con el «Negro» Vidal, el jefe de la villa del
York, al margen del famoso concierto de Paco de Lucía, pero recuerda Bajo Belgrano. Otra prueba de su compromiso es que en agosto de 1972,
solo su gentileza. Y su belleza, evidentemente. Unos años después, lo después de la matanza de Trelew, va a la sede del Partido Peronista,
había conmocionado la noticia de su desaparición. Como Marie-Noelle avenida La Plata, a expresar sus condolencias ante los cadáveres de tres
iba a verlo, yo le había pedido sobre todo que verificara una información de los dieciséis «compañeros» ejecutados por soldados del ejército. Y al
que circulaba en Internet, quería saber si había escrito su canción «La final de la tarde está presente cuando la policía y el ejército asaltan el
montonera» para Marie-Anne. La verificación se hizo y resultó que se lugar con carros blindados. Y eso no es todo ... El mismo año participa
refería a otra mujer. Pero esto importa poco, y usted lo sabe, ya que de una manifestación de la Juventud Peronista en Vicente López. Ese
ha llegado el momento de abordar esta zona sombría que la ha hecho día estallan violentos enfrentamientos con sindicalistas y ella corre a
sufrir tanto a usted. socorrer a un herido célebre, el pintor Ricardo Carpaní, gran figura de
Sí, su hija hubiera podido ser «La montonera» de Joan Manuel Se- la izquierda argentina.
rrat. Ella también fue guerrillera, soñó con la «revolución», con un Para comprender mejor ese contexto de ultraviolencia y para im-
«mundo mejor» y deseó una Argentina sin corrupción ni traiciones, una pregnarme de él, quise escuchar, no obstante, la canción de Serrat, y ver
Argentina donde los militares no fueran torturadores y donde los hom- imágenes de archivos disponibles en Youtube. Es sorprendente, todo lo
bres y mujeres de la Iglesia se parecieran a los que había frecuentado en que acabo de contarle puede verse allí en blanco y negro: los manifes-
las villas, ocupándose de los más pobres de los pobres. tantes, los soldados armados, los policías con cascos en medio del humo
Marie-Anne montonera, Marie-Anne revolucionaria ... Sé cómo la de los gases lacrimógenos, hasta un camión blindado que destroza la
hieren estas verdades ... Hasta hoy, usted duda de la realidad de su com- puerta entrando en la sede del Partido ...
promiso. Para usted, su implicación en ese movimiento político-militar Le parecerá a lo mejor ridículo, pero yo estaba muy esperanzado
sigue siendo inconcebible, y si ella se movió en ese grupo, usted piensa con la idea de ver a Marie-Anne en algún lado en medio de la muche-
que solo lo hacía a distancia, por ingenuidad o idealismo, o por amor; dumbre. Fue inútil. En algunos cortejos había decenas de miles, chicas
pero de ninguna manera por convicción ideológica. y muchachos de Buenos Aires, La Plata, Mendoza, quizá también San
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fresco, un viento frío sopla desde el Atlántico. Dentro del negocio, los
10 modelos, hombres y mujeres, se suceden sobre la pasarela bajo las
Noche en vela miradas de un grupo de privilegiados. Llega el turno de Marie-Anne.
Camina con paso seguro, mirando serenamente hacia adelante. Los
meses pasados en París y el fracaso de los castings en Nueva York no
han tenido ninguna incidencia en el aura que la rodea en la Argentina.
Sigue siendo allí una figura del mundo de la moda.
Mirándola en la pantalla, Mariano no puede evitar pensar en una
lejana carta en que ella se criticaba a sí misma por ser menos elegante
que la amiga de su compañero Simón. ¿Ha adquirido tanta confianza
en sí misma? Quiere saludarla y decide esperar.
La ceremonia toca a su fin. Afuera, un grupito de jóvenes admira-
dores acecha a las modelos como actores a la salida del teatro. Ahora
llegan: «¡Vamos, los invito!», les grita el dueño de Delmar, satisfecho
- ¿Tiene una invitación? de sus prestaciones.
-No, pero ... Mariano, que se ha quedado un poco atrás, hace una señal a Ma-
-No tiene ni invitación ni entrada ... rie-Anne, que lo reconoce enseguida. Loca de alegría, se abre paso
Mariano insiste, dice que conoce a una de las modelos. Pero es hasta él y lo estrecha en sus brazos como a un hermano a la vuelta
inútil, l.as recepcionistas son inflexibles: no podrá asistir al desfile de de un viaje.
modas realizado por la célebre firma Delmar, en La Plata. No es que -¡Vamos a cenar juntos! -le sugiere ella sin transición.
se apasione por la alta costura, que no es el mundo de él, hombre de -¿ Y tus colegas? -le pregunta él, un poco molesto.
izquierda, militante de la Juventud Peronista. Pero la prensa anuncia -Prefiero estar con vos. Hace tanto que no nos hemos visto ...
la presencia de famosas top-models, entre las cuales se halla su amiga -¿Una pizza?
Marie-Anne Erize. -Una pizza.
Hace más de dos años, tal vez tres, que Mariano no la ha visto. La Marie-Anne avisa a las otras modelos y se escapa con Mariano
última vez fue tal vez a finales de 1969, cuando estaban por terminar hasta la gran pizzería de Plaza Italia, en el centro de La Plata.
las clases en la Inmaculada Concepción en Benito Juárez. Marie-Anne La noche está bastante avanzada cuando se sientan a la mesa, pero
se disponía a irse a Francia para trabajar de niñera, y él se iba a La no sienten el paso del tiempo. Es la una, las dos ... Los dientes van
Plata, para seguir hipotéticos estudios de medicina. Ha conservado de desapareciendo, los mozos se impacientan. Las luces de la plaza se
ella algunos dibujos en tinta china, algunas cartas y esa frase llena de apagan una por una y ellos siguen hablando, hablando.
ternura: «mi hermanito tan querido»; después no tuvo más noticias En el fondo, es la primera vez que se confían uno al otro de ese
hasta el día en que la revista Siete Días la había eligido «primera prin- modo. Sobre todo Marie-Anne. Le habla de todo, del colegio, de Pa-
cesa» en 1972. Había comprendido entonces que la bachiller de Benito rís, de Eudes. De lo que le preocupa y obsesiona. De la lucha entre
Juárez, la juiciosa cantante del conjunto Melipal, se había convertido la mujer que es y la que quisiera ser. ¿Dónde está su verdadera vida?
en una estrella en Buenos Aires. Mariano no olvidará nunca la violencia de sus dudas: «Vos por lo me-
Ella no sabe que Mariano está afuera, siguiendo el evento en una nos encontraste tu camino -le dice ella-, militás, sos solidario con
pantalla de televisión instalada en la vidriera del negocio Delmar. Está los demás. Yo no soy más que una egoísta, incapaz de ser más activa y
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se entendía muy bien con Marie-Anne, dirige actualmente la colección - Mario Berlingierí, el rey del levante, que había alquilado una
Gallimard Jeunesse, el editor de los libros Harry Potter en Francia?¿ Y avioneta para ir a verla a Bernardo de Irigoyen. No pude entrevistar a
que su primo, Fram;:ois Colcombet, cofundador del Sindicato de la Ma- su hermano Nicolás, el fotógrafo del book de Marie-Anne, solo inter-
gistratura, fue diputado socialista en Allier? cambiamos unos pocos mails;
Era inverosímil que se pudiera entrevistar a Eudes en otro lugar que - Teté Coustarot, top model que se volvió después una estrella de
no fuera el Chaco. Y debo confesar que eso me daba a mí la oportunidad la televisión;
de conocer esa región que Marie-Anne apreciaba tanto. Resistencia, - Pata Villanueva, otra figura de la farándula porteña. Conoció a
Colonia Benítez ... nombres fascinantes solo escucharlos. Marie-Anne en el ámbito de la moda y se divirtieron mucho juntas. Pata
El avión acaba de despegar. Está sobrevolando el Río de la Plata. Me se casó después con el futbolista Alberto Tarantini, campeón del mundo
pregunto si los pasajeros piensan todavía en los «vuelos de la muerte», en 1978, con quien vivió en Francia;
cuando los presos de la dictadura eran empujados al vacío, cayendo - Louis Pittau, uno de los primeros compañeros políticos de su hija.
vivos en las aguas marrones del estuario que los hundía para siempre, o Había fundado en Buenos Aires una pequeña sociedad especializada
los depositaba algunos días o semanas más tarde, como macabros títeres en la utilización del plástico como material apto para construir bombas
de carne y hueso, en las orillas embarradas de ese cementerio marino. baratas.
Han pasado treinta años ... Hago esta lista simplemente para decirle que esas personas de hori-
Antes de encontrarme con Eudes Colcombet ( me falta menos de zontes diferentes usaron siempre las mismas palabras para describir a
media hora), quería decirle que estos últimos días vi a mucha gente en Marie-Anne: «irradiaba», «resplandecía». En París había escuchado ya
Bu'(nos Aires. Usted conoce a algunos. De otros, es probable que nunca esos términos. Que ayudan a comprender por qué tenía tantos amigos
haya escuchado hablar. Lo más difícil no es no encontrar testigos, eso con perfiles tan heterogéneos.
forma parte de mi profesión, tampoco hacerles entrevistas, lo cual tam- La mayoría no tiene miedo de hablar. Contrariamente a lo que me
bién forma parte de mi profesión. habían dicho en Francia, no se les ocurre que puedan producirse nue-
No, lo más difícil es pasar de una Marie-Anne a otra. Su vida esta- vas represalias. Una sola excepción ( una mujer que vive en otro país
ba tan dividida en compartimentos estancos -familia, política, amor, sudamericano) me pidió que callara su nombre sin precisarme por qué.
amistad, moda- que los puentes entre esos mundos resultan invisibles. Trabajó en el liceo Jean Mermoz, y cuenta que al final del año escolar
De golpe, me encuentro desempeñando el papel de transmisor de infor- Marie-Anne hurtaba el material usado para regalárselo a los chicos de
maciones. Sus amigas modelos me hacen preguntas sobre sus actividades la villa miseria.
de militante. Sus compañeros de lucha descubren su faceta jet-set. Com- El encuentro más conmovedor en Buenos Aires fue el que tuve con
pañeras de scout, compañeras de liceo, ex novios, curas franceses ... cada Mariano, su «confidente» de Benito Juárez, que es actualmente perio-
uno conserva un recuerdo singular, un toque diferente para dar al retrato. dista. Nos vimos en el bar de un hotel cinco estrellas. Es un personaje
Para darle una idea del casting que se va acumulando, le enumero sorprendente, con una actitud directa y un poco burlona, un físico de ju-
los últimos testigos por orden cronológico: gador de rugby y una mirada honesta. Tenía un gran interés en nuestro
- Ricardo Polo, el ex director argentino del liceo Mermoz, que se encuentro. Había traído todos los documentos de que disponía: cartas,
jubiló hace poco; fotos, recortes de diario ... La dimensión únicamente amistosa de su
- Marie-Jo Cocagne, una ex guía. Trabajó con Marie-Anne en la relación con Marie-Anne confiere a su testimonio una fuerza particular.
villa del Bajo Belgrano; Para ella, no era un compañero ni un pretendiente, sino el Amigo.
- La célebre actriz Claudia Lapacó. Sus dos hijos eran alumnos de Cuando evocó la noche en vela de La Plata y la cena en una pizzería,
Marie-Anne cuando era maestra jardinera en el liceo; los ojos de Mariano se llenaban de lágrimas y su voz se cortaba. Esa
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noche lo marcó profundamente. Se acordaba de cada detalle, de cada nos quedamos allí para dormir, con la única provisión que teníamos,
palabra de su conversación. Cuarenta años después; ese recuerdo lo que eran unas bananas que Marie-Anne había traído. Me acuerdo de
persigue. Se estima en parte responsable de lo que le ocurrió después a sus actitudes, de sus reflexiones. No parecía feliz, daba la impresión de
Marie-Anne. «Ella se preguntaba cuál era el camino a seguir, la moda estar buscando algo. Para decirle la verdad, terminó por fastidiarnos,
o la militancia -me dijo-, pero mi opinión era crucial para ella. Yo nos daba su opinión sobre todo, insistiendo sin parar en la dimensión
también quería cambiar el país pero hubiera debido aconsejarle que social de las cosas. Después cada uno siguió su itinerario; luego la
renunciara. Me es imposible no pensar en eso. Esta historia me persigue, vimos en otra ocasión, en Paraguay.
me siento culpable ... »
Mariano no debería reprocharse su actitud: Marie-Anne había ele- «Marie-Anne no parecía feliz», había dicho Irene. La vuelta a la
gido su camino por sí misma, por su propia iniciativa. En esa época esta- Argentina después del paréntesis parisino no le había procurado la sere-
ba un poco perdida y necesitaba certezas. Otra persona me lo confirmó nidad que ella esperaba. Seguía buscando. ¿Pero qué buscaba, o a quién?
esa misma noche, una mujer esta vez, llamada Irene Pérez. Tal vez Eudes podrá explicarme algo más. El avión está por aterri-
Dudo que usted la conozca. Organiza un taller de relajación orien- zar. A lo lejos, hacia el oeste, se perciben las chatas y verdes inmensida-
tal en una zona residencial del Gran Buenos Aires. Se habían tratado des chaqueñas, y hacia el norte, la capital provincial, Resistencia.
fugazmente al principio de los años setenta en un grupo de jóvenes de R.E.S.I.S. T.E.N.C.I.A. A Marie-Anne debía gustarle ese nombre ...
estilo «hippies snobs», para retomar la expresión de Mario Berlingieri: Con mi recuerdo amistoso,
muchachos y chicas de buena familia, habitués de todas las discotecas
y que viajaban a veces por América del Sur. Sí, Frani¡:oise, Marie-Anne Philippe
también trataba ese tipo de personas ...
Pero lo esencial no reside en ese punto. El testimonio de Irene nos
interesa sobre todo por una razón precisa, un recuerdo situado a co-
mienzos del año 1973.
Ese año, Irene visita el sur del Perú con su novio del momento, y es
ahí cuando se encuentra con Marie-Anne. El mes tiene su importan-
cia: es febrero. Si mis cálculos son exactos, su hija acaba de volver de
Francia. Es probable que a esa altura hubiera tenido ya su famosa con-
versación con Mariano. Ese periplo por las alturas del Machu Picchu le
permite reflexionar una vez más, lejos de Buenos Aires y de sus amigos.
Lejos de usted, tal vez.
He aquí lo que me dijo Irene:
11 con pasta o arroz. Vestirse con la ropa de los primos, resistir a las
burlas de los compañeros. Sus padres, acostumbrados a afrontar la
adversidad, hacen lo que pueden. Frarn;:oise solicita becas de estudio,
limita los gastos, Albert piensa en vender algunos terrenos.
A los 51 años, el ex pionero de Wanda busca abrirse un cami-
no en esa época tormentosa. Es un padre tierno pero chapado a
antigua, arrimado a sus certidumbres. Todo cambia tan rápido a
su alrededor. .. El mundo. La Argentina. Sus hijos. Sobre todo sus
hijos. Cuanto más crecen, menos entiende sus gustos y tendencias.
Por ejemplo, desde que se enteró que Yolande juega al fútbol con
la camiseta de la selección argentina, la amenazó con prohibirle la
entrada a la casa si seguía manchando el honor de los Erize prac-
ticando un deporte tan masculino. Marie-Anne, por su parte, re-
cibirá los rayos y truenos de su furia mientras siga tratándose con
Marie-Anne ha reanudado sus viejas costumbres en la avenida Mon- los «izquierdistas». Hasta Marc, el mayor, se ha vuelto una fuente
roe 1062. Su vida en pareja con Eudes en París es, a esa altura, un le- de preocupaciones: después de haber recorrido todo el continente
jano recuerdo. Cuando partió a principios de 1973, le dejó su guitarra sudamericano, se radicó en Venezuela, donde integra una secta lla-
y su~ grandes fotos en blanco y negro, retratos de moda con los que él mada Gran Fraternidad Universal (GFU), para la cual Cristo es el
cubrió las paredes de su habitación. En cuanto llegó a Buenos Aires, «gran Yogi», el «gurú de los gurúes».
se instaló en el garaje familiar transformado en departamentito de un Cuando va a almorzar a la casa de la avenida Monroe, el padre
ambiente. Le gusta encerrarse allí para dibujar, escribir poemas, leer Jean Loison, el amigo de los campamentos de scouts y guías de Fran-
a Boris Vian o escuchar a Serrat. cia, asiste a los primeros esbozos de los desgarramientos que amena-
A los 21 años, la ex primera princesa de las revistas femeninas ha zan el equilibrio familiar. Cuando se abordan en la mesa toda clase de
viajado por todo el mundo, ha conocido Nueva York, Río, Marbella, temas, espirituales o políticos, percibe hasta qué punto divergen los
Montevideo, pero la casa de la avenida Monroe sigue siendo el puerto puntos de vista: «Albert estaba desesperado de ver cómo su hijo Marc,
donde echa el ancla. Muy apegada a sus padres y hermanos, adora a adherente a una filosofía oriental, creía en la reencarnación -cuenta
la pequeña Marie-Noelle, que es ahora alumna en el colegio francés, el sacerdote francés 1- . Un día, mientras estaba almorzando con ellos
y a Yolande, la mayor, actualmente novia de un ex seminarista. Todo ¡Marc trató de convertirme! Tenía una especie de revelación. Inútil de-
andaría a la perfección en la familia si no fuera porque su padre pa- cirle que no era esa mi especialidad ... Los Erize eran muy simpáticos,
dece graves problemas financieros. Su empresa, especializada en la sobre todo por su capacidad de solidaridad en la adversidad, pero los
construcción de rutas, está al borde de la quiebra. La corrupción es padres daban la impresión de estar desbordados. Hasta Marie-Anne
tal, en las obras públicas, que quienes tomas las decisiones reclaman parecía estar en disidencia con ellos. Un domingo me anunció que
cada vez más coimas. En 1972, debió ceder el 50% de los negocios formaba parte de los Montoneros. "Para mí -me dijo- es también
al contramaestre, que le paga en cuotas por giros mensuales, pero el una cuestión de fe:' Albert, que era un hombre de principios, estaba
porvenir se ha vuelto sombrío. La crisis económica no contribuye a escandalizado de ver que se incorporaba a ese grupo».
resolver la situación, y el nivel de vida de la familia, que era razonable,
empieza a alterarse. Los hijos deben hacer esfuerzos. Conformarse l. Entrevista con el autor en marzo de 2008 en París.
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Marie-Anne quiere a su padre pero no cede ni por un instante personalidades, a ejecutivos, profesionales extranjeros con altas res-
respecto de ese compromiso, ni dejar de ir al Bajo Belgrano, adonde ponsabilidades. Se desvían camiones enteros de víveres y ropa y se
volvió inmediatamente después de su llegada de París. Su verdadera distribuye su cargamento entre los pobres. En los ambientes llamados
vida está allí, del otro lado de la calle que la separa de ese lugar donde «progresistas», se percibe el recurso a la violencia como una respuesta
la gente la considera una villera y no se asombra de verla correr de un justa a la represión de la dictadura. Hasta la gente de las villas empieza
lado para otro con los pies desnudos, como en Wanda. Los chicos la a movilizarse: el ala izquierdista del peronismo ha organizado una red
adulan, los adultos la admiran. En las paredes de las casas de chapa, tan densa de villas que puede arrastrar a grandes muchedumbres a
pegan recortes de la prensa: Marie-Anne en Brasil, Marie-Anne en el favor del exiliado de Madrid, el «Viejo», como se lo llama.
Alvear Palace ... La Juventud Peronista (JP), que es el movimiento de Marie-Anne,
Pero para ella, esos episodios han entrado en el pasado. El univer- es una de las ramas de ese movimiento socializante. Provenientes en
so de la moda es demasiado facticio e indiferente a las realidades de su su mayoría de las clases medias urbanas, esos jóvenes constituyen el
época. Si se pone a trabajar de nuevo, lo hará en otro ambiente, para motor de la ola de rebelión. Cierta forma de culpabilidad para con
financiar sus estudios. Una amiga, empleada en la aerolínea Austral, los pobres imprime una doble energía a su compromiso humanitario:
debería ayudarla a conseguir un puesto de azafata en el aeropuerto. «Queríamos ayudarlos -testimonia la historiadora militante María
Al parecer, el trámite puede tener un desenlace positivo. Oliveira-Cézar 1- tanto a nivel de trámites administrativos como de
Mientras tanto, se orienta hacia el periodismo y se inscribe en la salud, búsqueda de empleo o mejoría en las condiciones de vida e
carrera de antropología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su higiene en sus barrios. La idea era impregnar a la sociedad de nuestro
fic4a de inscripción en el examen de ingreso, con fecha del 23 de abril proyecto político. A cambio, aprendíamos muchísimo de esos hom-
de 1973, menciona su dirección de avenida Monroe, su diploma de bres y mujeres que componían amplios sectores de la sociedad argen-
maestra, su fecha de nacimiento (28 de marzo de 1952 en Espartillar). tina, y que conocíamos muy poco».
Será la única huella de su recorrido universitario. Todo indica que La participación activa de muchos sacerdotes, entre los cuales se
estuvo ausente de los claustros de la facultad. Sus actividades como hallan los famosos «Sacerdotes del Tercer Mundo», confiere a este
militante peronista la absorben. Un día y otro, participa constante- movimiento una dimensión casi mística. Desde finales de 1972, una
mente en manifestaciones y reuniones ... monja francesa, Léonie Duquet, 2 dirigiéndose a unas amigas, relata,
Esa dispersión no desentona para nada con el contexto de ese pri- en el texto que sigue, cómo comparte la vida cotidiana y las esperanzas
mer semestre de 1973. Para muchos jóvenes, los puntos de referencia de los más pobres: « Ustedes saben que estamos esperando el retorno
se confunden, las fronteras sociales desaparecen, las universidades se de Perón; todos prevemos que se producirá aquí un gran sacudón.
convierten en espacios de debates apasionados sobre el futuro argenti- En fin, Dios dirá. [... ] Seguimos de cerca, muy de cerca, los aconteci-
no y planetario. Marie-Anne asiste a las conferencias de intelectuales, mientos, pacíficamente, lo cual no significa que nos quedemos impa-
como Rodolfo Ortega Peña o Eduardo Luis Duhalde, se apasiona por sibles o inactivos. [ ... ]No podemos permanecer insensibles, por eso
la actualidad política sudamericana. debemos comprometernos con la causa del pueblo. Eso no significa
Las fuerzas armadas, que habían derribado a Perón hacía diecio-
cho años, parecen impotentes para contener esa gran ola que sacude l. Entrevista con el autor en septiembre de 2009 en París.
las profundidades de la sociedad. En la ciudad y en el campo, la re- 2. Léonie Duquet y su amiga, la hermana Alice, se habrán vuelto las desaparecidas
más célebres del período de la dictadura (véase la carta a Franyoise Erize del 30 de
belión se amplifica, excitada por una especie de euforia prerrevolu-
noviembre de 2008). Estos textos están extraídos del libro de Arlette Welty-Domon,
cionaria que nadie es capaz de decir adónde lleva. Las organizaciones Sor Alicia, un sol de justicia, Contrapunto, Buenos Aires, 1987. Soleil de justice, la
guerilleras (ERP, FAR, Montoneros) desafían el poder. Se secuestra a passion de soeur A/ice, La Campagnette, Montpellier, 2007.
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violencia sino cambio de las estructuras en el gobierno, tanto desde el Esta capacidad del peronismo para bajo una bandera única
punto de vista político como económico o social. Tendría tantas cosas tendencias tan opuestas, es un extraño fenómeno argentino difícil de
para decirles al respecto, pero hay que vivirlo para comprenderlo ... comprender para un observador extranjero. ¿Podríamos imaginar,
No he perdido la alegría, muy por el contrario». en Francia, que un Charles de Gaulle hubiera seducido tanto a
Cinco meses después, en 1973, Léonie retoma la pluma para criti- ultraizquierda como a grupos nostálgicos del fascismo? Pero Perón
car a los militares: «No quieren largar el pedazo de torta que defienden juega con esa ambigüedad. Piensa sin duda, que una vez en Buenos
por la fuerza hace tanto tiempo. Es una vergüenza, si se piensa que no Aires, tendrá tiempo para delimitar ambos campos y decir dónde está
han hecho nada por su país, salvo vaciarlo de sus tesoros, ya que todos el «verdadero» peronismo ...
viven con sueldos exorbitantes y gozan de todos los beneficios, eco- Como sus compañeros de lucha, Marie-Anne cifra espe-
nómicos y sociales. [... ] Cada día miles de ancianos y niños mueren ranzas en su retorno. Es cierto que Perón había venido una primera
de hambre, los salarios no aumentan, o muy poco, en comparación vez, el 17 de noviembre de 1972, pero su estada en Vicente López,
con el alza de los precios. Desde enero hasta ahora, hubo un alza del al norte de la capital, no había pasado de diez días, y además estuvo
40%, y el año pasado, de 50% o más». vigilado de cerca por las fuerzas del orden. Por otro lado, los milita-
En este contexto muy peculiar, la influencia de los Montoneros res habían sabido frenar el fervor popular en las zonas exteriores a
llegó a extenderse al conjunto del país. El movimiento cobró una su predio de Vicente López, invadido por sus adherentes. Después,
amplitud tal que es imposible evaluar sus efectivos. Considerando comprendieron que debían relajar la presión y llamar a elecciones pre-
nada más que los dirigentes, sé llegaría más o menos a unos 5.000, sidenciales democráticas. 1 Ese escrutinio histórico, programado para
rep<;1.rtidos en una estructura piramidal de ocho niveles a lo largo del marzo de 1973, está marcado por la victoria del candidato del peronis-
territorio. Es preciso agregar a ellos decenas de miles de simpatizan- mo de izquierda, Héctor José Cámpora. Ese triunfo abre las puertas a
tes más¡o menos declarados, miembros de organizaciones afines. Los la vuelta definitiva -y esta vez triunfal- del jefe venerado ...
Montoneros encarnan la esperanza de un cambio, una especie de sue- Todo está previsto: el avión de Juan Domingo Perón debería ate-
ño revolucionario sobre el telón de fondo del peronismo. Ese sueño rrizar el 20 de junio de 1973 en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza,
se conjuga, aunque parezca extraño, con el de los «Sacerdotes del a veintidós kilómetros de la capital.
Tercer Mundo». Guerrilleros y sacerdotes se codean así a menudo en Los Montoneros, orgullosos del calificativo de «maravillosos» con
las villas del Gran Buenos Aires ... que los ha aureolado su héroe, preparan el acontecimiento en medio
La misma Marie-Anne se acercó a la «causa» montonera por la vía de una exitación indescriptible. Se calcula que centenas de miles de
de la fe y a partir de una fuerte sensibilidad social. Como su hermana personas, tal vez varios millones, estarán presentes en Ezeiza para
mayor Yolande, es llevada en el torbellino de esa fiebre revolucionaria celebrar al hombre providencial, considerado como el único capaz de
y se regocija de ver las pinturas en las paredes que dicen PV («Perón volver a dar un impulso al país. Cada barrio y cada villa organizarán
vuelve») o el eslogan: «Libres o muertos, jamás esclavos». sus cortejos y carteles. Todos quieren demostrar a los partidarios tra-
Desde Madrid, donde espera el momento propicio, el líder exi- dicionales del «Viejo» que el pueblo peronista es de izquierda.
liado halaga a esa juventud a la que califica de «maravillosa». La ne- Los Montoneros son quizá menos disciplinados que los trots-
cesita, no pudiendo prescindir de la influencia que ella ejerce sobre kistas del ERP, pero su proselitismo ha dado sus frutos. Gracias
la inmensa población de las villas. No importa que ello lo obligue a al apoyo de las villas, piensan que se han vuelto un poder político
operar un considerable desvío ideológico para congraciarse con sus insoslayable.
partidarios de derecha, hostiles a esos «rojos» que empiezan amo-
lestar demasiado. l. Parte de lo que se conoció como «Gran Acuerdo Nacional».
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nuestra visita al cementerio. Un grupo de chicos de piel cobriza jugaban ¡ cual se tiene una vista impresionante de las inmensidades circun-
en medio del agua. Por un instante, dejaron de tirarse chorros de agua ~antes. Mientras hablaba de Marie-Anne, puso un CD traído de_ París
para observarnos sonriendo. n el equipo de su Renault Mégane: eran hits franceses de los anos 60
Eudes me mostró el lugar donde nadaba, en un espacio de varios e 70. La escena tenía un tono levemente surrealista: estábamos por
kilómetros, sin temer las pirañas ni los yacarés al acecho a lo largo las y ncima de uno de los ríos más grandes de América del Sur, a miles de
orillas: «Los de aquí son inofensivos», dice con firmeza. Hay que creerle: ~ilómetros de Francia, y escuchábamos Ma préférence de Julien Clerc.
estudió en Maisons-Alfort y es veterinario. Por desgracia, lo propio de la Argentina es imponernos bruscas
A Marie-Anne le gustaba este río. Venían a menudo a bañarse jun- vueltas hacia su pasado de sangre de lágrimas.
tos. Desde ese entonces, Eudes vivió por su lado, se casó con una sueca Algunos minutos después, en medio de Derniere séanc~ d~ Edd[
que le dio tres hijos -dos varones y una niña- y que se quedó en Mitchell, 1 Eudes me mostró, a lo largo de la ruta 11, los edificws eri-
Estocolmo. Él permaneció aquí, en Colonia Benítez, Chaco, Argentina. gidos en memoria de veintidós presos políticos mas,acrados por el
Nunca olvidó a su hija. Ya no se trata de amor, por supuesto, sino ejército, una noche de diciembre de 1976. La mayor:ª de ellos eran
más bien de cierta nostalgia por los excesos de la juventud. Habla de ese militantes peronistas, como Marie-Anne. Hace unos an_os, unos grupos
pasado con emoción, simplicidad, con una voz dulce y levemente pau- profanaron ese lugar de memoria y destroz~ron vari~s ~statu~s. El
sada, sin marcas del francés. Aunque corra el riesgo de escandalizarla, episodio hizo mucho ruido en el ~haco, suscit~ndo la ind~gnacton de
le confío el hermoso secreto que me confesó a orillas del río Tragadero, las familias de las víctimas. ¿Cuantas generacwnes faltaran para que
señalando un rincón de hierbas altas, un poco más lejos a su derecha: este país deje de desgarrarse? .. .,
« Ves -susurró- allí hicimos el amor por primera vez, Marie-Anne Antes de terminar, solo quisiera transmitirle una confeston de Eudes.
nun'ca lo había hecho antes». Los hechos se sitúan en los años 1973-1974, después de la vuelta de
Lo dijo de un modo natural, sin pudor ni vulgaridad, para destacar Perón. Marie-Anne se había ido de París hacía meses. Sus relaciones
la seriedad de su relación. con Eudes se habían vuelto más amistosas que amorosas, pero él seguía
Según él, ese episodio data de 1969 o de principios de 1970. Algunos yendo a la casa de la avenida Monroe c~ando volvía a la Argentina.
días después, Marie-Anne viajaba a Francia para trabajar de niñera y Cuando usted lo invitaba a cenar y dormir, pasaba la noche en un dor-
le enviaba una foto de ella al borde de un acantilado. En el dorso había mitorio diferente del de Marie-Anne. Cuando lo cuenta, sonríe. .
escrito: «Mi mirada hacia la Argentina, hacia ti, querido mío». Apenas se levantaban de la mesa, su hija le decía: « Vamos al eme»
Pero volvamos a mi jornada en el Chaco, cuando Eudes vino a 0
« Vamos a tomar algo en casa de amigos». Usted les pedía que no
buscarme al aeropuerto de Resistencia ... volvieran tarde y que no hicieran ruido porque los otros niños dormían
Empezamos yendo a un restaurante de la ruta, un autoservicio don- en el piso de abajo.
de servían carne asada, bufé de ensaladas y cervezas frescas. Duran- En realidad, no iban al cine ni a casa de amigos sino que se escapa-
te el almuerzo, me contó varias anécdotas, unas más asombrosas que ban a las villas para ayudar a los «compañeros» de Marie-Anne heridos
las otras. ¿Sabía usted, por ejemplo, que en plena dictadura franquista de bala en enfrentamientos con la policía o con las milicias de derecha.
Marie-Anne había ayudado a Paco Rebés, el agente de las estrellas de «Si sos capaz de cuidar a los animales, bien podrás ponerle una
habla hispana, a sacar clandestinamente de España obras de arte muy inyección a un hombre», le decía ella a Eudes. Y él se dejaba llevar•••
cotizadas? ¡ Una nota más en su currículum vítae de aventurera!
Después de la comida, Eudes quiso hacerme conocer Corrientes, la 1. Tanto «Ma préférence» [Mi preferencia] cantada por Julie~ Clerc como «La der-
ciudad de la otra orilla del Paraná. Tomamos entonces el gigantesco niere séance» [La última sesión de cine] cantada por Eddy Mitchell figu~~n entre las
canciones insoslayables que invadieron el espacio audiovisual de la canc1on francesa
puente Belgrano, que cruza el río sobre unos dos kilómetros y desde
popular de los años setenta. [N. de la T.]
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Tenía que ponerse una venda en los ojos y subir a un coche desconoci- N.B.: Me enteré hace poco de que en 1970 Marie-Anne había parti-
do que desaparecía en la noche de Buenos Aires. «Es por tu seguridad cipado como extra en una película argentina llamada Un elefante
-le decía ella en el camino- y también por la nuestra. Tenías que ilusión. Es la historia de un niñito chaqueño (¡otra vez el Chaco!) que
saber lo menos posible.» va a un circo y recoge un pequeño elefante cuya madre acaban matar
Una vez llegados al lugar, ella lo ayudaba a salir del coche y le unos policías. En 1987, salió a la venta un videocasete. Pude encargarla
sacaba la venda. Eudes no sabía dónde estaba pero los niñitos en ha- a los Estados Unidos para tenerla y la vi. Marie-Anne aparece apenas
rapos y los estrechos caminos llenos de perros vagabundos no dejaban unos segundos, con un traje rojo al estilo del que llevan las chicas de las
Tipos silenciosos los con desconfianza. Todos vivían bandas musicales aldeanas. Triste y silenciosa, asiste a la partida
en el miedo y la paranoia de la traición. Marie-Anne los tranquilizaba: niño y del bebé elefante.
«No hay nada que temer, es un amigo». Su palabra les bastaba.
Eudes no olvidará jamás esas visitas nocturnas, cuando extraía
una bala o debía coser una herida. Tampoco olvidará la influencia
que Marie-Anne ejercía sobre esa gente. «La respetaban -me contó-,
para ellos era una verdadera "compañera", que trabajaba a fondo en
su asunto. Se las arreglaba siempre para conseguir los medicamentos
que yo necesitaba. En esos momentos yo me preguntaba: '¿Pero qué está
haciendo en este lugar?" Cuando se lo preguntaba, me contestaba: "Es
mi vida, mi pasión" o "No estoy hecha para vivir en el lujo". Sus padres
no estaban enterados de nada, evidentemente, las opiniones políticas de
Marie-Anne los habrían puesto furiosos. Albert, que tenía afecto por mí,
me pedía con frecuencia que la sacara de ese ambiente. Nunca pude.»
Supongo que usted nunca supo nada de esas expediciones noc-
turnas a las villas, pero prueban en todo caso que el compromiso de
Marie-Anne no era el resultado de un capricho efímero o una ceguera
amorosa, como ustedes lo creyeron durante mucho tiempo. Venía de
lejos, muy lejos, se debía solo a su propia voluntad.
Eudes y yo tenemos que hablar nuevamente. Después, quiere lle-
varme a Resistencia para hacerme visitar una casa transformada en
esos años en centro clandestino de detención. Después me llevará al ·
aeropuerto y tomaré el último vuelo para Buenos Aires, adonde llegaré
a eso de las 23 horas.
Hasta pronto.
Con mi amistoso recuerdo,
Philippe
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 147
y voz imponente, que alimenta su reputación de rebelde «rojo». Vacilan por un momento pero piensan que, al fin y al cabo, eso no
Cuando entra en una casa «burguesa», escupe siempre en el suelo, los obliga a nada. Está bien, démonos un beso ...
como para mostrar a las claras su desprecio. Se besan.
El grupo llega algunos minutos después, detrás del Negro. Como Los otros exultan, aplauden como en la cancha de River Plate o
siempre en esos casos, se produce primero un momento de vacilación Boca Juniors después de un gol. Pero los otros piden todavía más ...
en que cada uno se pregunta dónde se va a sentar. -¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!
---¡Marie-Anne, sentate al lado de Daniel! -sugiere uno. Da- Esta vez Daniel se siente realmente molesto. El sobreenténdido
niel acaba de entrar en el paraíso; su maniobra ha dado resultado; no tiene misterio. « Vamos» sugiere que es hora de dar un paseo. Pero
la bella francesa va a cenar a su lado. El Negro, buen jugador, no como no se mueven, los otros insisten de modo más explícito:
parece sentirse molesto. Sin duda, tiene ganas de una sola cosa: -¡La noche! ¡La noche! ¡La noche!
distenderse, después de tres días de tensión insoportable, entre có- Daniel, siempre incómodo, se vuelve hacia Marie-Anne y le su-
lera y emoción. SUrra al oído:
Marie-Anne descubre así, al final de esa noche, a Daniel Ra- - ¿Qué hacemos?
banal, un joven inteligente, con una trayectoria ideológica y afec- Ella, menos incómoda, responde simplemente:
tiva ya muy rica. Casado por un breve período con una activista, -Salgamos, después vemos.
se divorció sin haber tenido hijos. Desde entonces, vive solo en Dejan el restaurante en medio de los gritos de los compañeros y
un departamento del barrio residencial de Palermo. Oficialmente, se meten en el coche de Daniel, estacionado cerca de ahí.
estµdia arquitectura. En realidad, se dedica a su movimiento revo- Y allí están, de nuevo, sentados uno al lado del otro, ambos muer-
lucionario, las FAR, que lo ayuda a vivir en la semiclandestinidad. tos de risa.
Daniel creció en Pompeya, en el sur de la capital, en una familia La noche está avanzada, hace frío. Daniel, que no sabe bien qué
de clase media, entre un padre comerciante y una madre ama de giro dar a esta secuencia un poco desatinada, se atreve:
casa. Su árbol genealógico tiene sus raíces en la Europa de los hu- -¿Y ahora qué hacemos?
mildes, en Italia y España. Sus abuelos -una rama napolitana y otra Marie-Anne sugiere que vayan a su casa. Queda a dos minutos en
castellana- desembarcaron en la Argentina llevados por el hambre. coche. A esa hora, hace un buen rato que sus padres están durmien-
Eran analfabetos. Pero jugaron su destino en la lotería del exilio y do, sus hermanos y hermanas también. Sus dormitorios están arriba,
se abrieron camino ascendiendo progresivamente los escalones de el suyo en el garaje. Nadie podrá oírlos. Escucharán tranquilamente
la sociedad, ganando posición a costa de mérito, de generación en Imagine de John Lennon, sin que nadie se entere.
generación. El hermano de Daniel, llamado Rodolfo, es un escritor Avenida Monroe.
y periodista de prestigio. Uno de sus tíos fue intendente de la ciu- El garaje.
dad. Él mismo quisiera ser arquitecto o quizá dibujante. Pero por el Imagine
momento una sola cosa le preocupa: la revolución. Y Marie-Anne ... La noche ...
Los otros comensales han observado, divertidos, las miradas in- Daniel se eclipsará a la madrugada, antes de que los padres se
sistentes de Daniel y sus atenciones de adolescente para con la bella despierten. Y caminará hasta su coche al paso liviano del enamorado
francesa. A los postres, cuando el vino de Mendoza los ha mareado del alba ...
un poco, se ponen a cantar al unísono:
-¡El be-so! ¡El be-so! ¡El be-so!
Ella sonríe. Él se pone colorado.
150 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 151
Ese vínculo no es una aventura de una noche. Para Marie-Anne, Señalándole la puerta a Daniel, le advierte: «No quiero verlo más por
es la relación más seria desde que volvió de Francia. Daniel es dife- aquí detrás de mi hija».
rente de los jóvenes que ha frecuentado en los últimos años. Es más Ese rechazo hace sufrir mucho a Marie-Anne. Cuenta consuma-
político y más intelectual que Eudes. Tampoco se lo ~uede comp~rar dre para que esta contrapese la actitud paterna, pero Fran1roise, a su
con los galanes simpáticos pero superficiales, de la ;et set argentma. vez, no deja de repetir: «Ese muchacho no me gusta». Sin embargo,
Sobre todo, comparte con ella lo que ningún otro puede ofrecerle: Marie-Anne no cortará nunca los lazos con sus padres. Los quiere
el compromiso ideológico, el llamado de la villa y su pueblo. Ella se demasiado para renunciar a verlos. Una vez más, tendrá que lograr
impacienta ya por presentarlo a sus padres, lo cual es un ritual y una un equilibrio entre sus diferentes vidas, seguirá viendo a Daniel sin
etapa natural: todo compañero o efímero «novio», todo nuevo amigo abandonar a la «familia Trapp».
debe almorzar en su casa. En las semanas siguientes, se mudará poco a poco a su departa-
Algunos días después de su visita nocturna, Daniel Rabanal toca mento, en el decimotercer piso de un edificio del barrio de Palermo.
el timbre en la avenida Monroe 1062. Esta comparecencia ante el Tiene una cocinita, un baño y una pieza central desde cuyas ventanas
«tribunal» Erize apabulla al irreductible jefe de las Fuerzas Armadas se puede admirar una hermosa vista de Buenos Aires. Marie-Anne se
Revolucionarias, pero está dispuesto a jugar el juego, aunque más no ocupa con cuidado y atención de la casa.
sea por Marie-Anne. Le encanta cocinar, hacer revueltos de verdura escuchando cha-
«Es una linda familia», dice al descubrir a los benjamines del clan. mamé o conjuntos chilenos. Le gusta también ir al cine con Daniel, o
Jean tiene solo ocho años, Marie-Noelle tres años más. Con sus cabe- pasar un fin de semana tranquilo en la provincia de Córdoba. El resto
llo$ rubios y muy cortos, le parece una miniatura de Juana de Arco. del tiempo, trabajan en la villa del Bajo Belgrano, donde ella se ocupa
Los padres parecen rígidos y muy devotos. Cuando Albert implora de los niños y él, de una misión «política» con el Negro Vidal. El ob-
al Señor «la bendición de esta comida», Daniel se queda atónito. Su jetivo común de FAR y Montoneros consiste en encuadrar y educar a
mirada de marxista ateo se cruza con la de Marie-Anne, que parece ·esa población necesitada, aconsejarla en sus trámites administrativos
decirle: «No te preocupes. Es la costumbre». Daniel no se hace la se- y en su lucha por lograr condiciones de vida decentes. Ese proseli-
ñal de la cruz. Fran1roise y su marido lo notan enseguida. Pero si no tismo apunta a aumentar las filas del peronismo de izquierda, para
hubiera más que eso ... enraizar más aún en la sociedad la idea de una revolución necesaria.
Durante toda la comida, escrutan y juzgan al muchacho del que su Marie-Anne no ha adherido a esa causa como ideóloga sino como
hija está enamorada. Para ellos es un izquierdista, un comunista, un militante de base. Su compromiso no es dogmático sino que sigue
Che Guevara improvisado. ¿Adónde va a llevar a su hija esa relación? siendo el del corazón y la generosidad. No se inspira en ninguna re-
i
Después de comer, Albert lo lleva aparte y le advierte: «Usted va a flexión intelectual estructurada. Eso no le impide compartir el com-
llevar a Marie-Anne por un mal camino». La joven, que es testigo de bate de Daniel y hasta algunos de sus secretos. Entre confidencias y
1
¡'
la escena, interrumpe a su padre: «No, papá, el buen camino, yo voy conversaciones, ha llegado a saber todo sobre él. Que es un dirigente
a seguirlo desde ahora ¡junto con Daniel!» «medio» de las FAR y no un jefe que toma decisiones. Que nunca
En ese momento, no piensa en la política sino en su estabilidad mató a nadie pero esconde en su departamento armas de mano, una
afectiva. Amar a ese hombre es volver la espalda a su vida anterior, a granada y documentos. Que se los llevará en una valija en caso de una
las relaciones sin futuro ni pasión. Su padre no sabe ni la centésima partida precipitada. Conoce también dos de sus sobrenombres en la
parte de sus andanzas en París, en Nueva York o Punta del Este. Ignora nebulosa revolucionaria, «El Flaco» y «Pancho». 1
hasta qué punto le repugnó ese universo y tal vez ella misma. Pero
Albert tiene una sola obsesión: romper esa unión que acaba de nacer. l. El uso de sobrenombres, vieja tradición argentina, está en plena vigencia dentro de
los grupos revolucionarios. Los activistas como Daniel Rabanal deben tener la menor
15 2 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 153
Por su lado, él descubre a todas las Marie-Anne que cohabitan en Además, conoce al Negro y su capacidad de usar y abusar de su esta-
ella: la pequeña parisina tan feliz de aprender francés; la ciudadana tuto de jefe para lograr sus fines. Sin embargo ...
argentina, que se siente a sus anchas en todos los barrios de Buenos Hablan mucho durante la noche. Marie-Anne evoca su vida ante-
Aires; la niña de Wanda, nunca muy lejos, sensible y emotiva a flor rior, bastante «bohemia», como decía Eudes. Daniel, más cartesiano,
de piel. defiende su propia concepción de la pareja y le recuerda que su seguri-
Al compartir su intimidad, comprende mejor por qué puede ca- dad común exige un respeto estricto de los horarios: «De lo contrario,
minar descalza en las callecitas polvorientas de la villa; sus pies han no sirve de nada vivir juntos», agrega. La joven no insiste. Por nada
pisado tanto la tierra del Chaco y Misiones, allá, en el norte lejano, que del mundo quisiera destruir la relación que han empezado a construir.
sus plantas tienen la resistencia del cuero y la dureza de los cascos de El incidente no dejará demasiadas huellas. Daniel le perdonará
los caballos. Ese pasado salvaje se manifiesta hasta en su modo de ser esos desvíos. Marie-Anne se compromete a respetar un poco más las
y de amar. Marie-Anne es tan imprevisible que Daniel no sabe nunca conveniencias revolucionarias y amorosas. Y a tornar sus distancias
qué sorpresa lo espera. con el amante de una noche, el Negro Vidal. ..
Una noche, mientras la espera en el departamento, no vuelve a De todos modos -y el momento es propicio para ello- deben
la hora convenida. Daniel se inquieta, mira por la ventana. En su dejar la villa del Bajo Belgranp. Una misión más importante espera
situación de activista con mil precauciones, la puntualidad es un im- a Daniel en Retiro, otro barrio pobre de la capital. Cuando la fusión
perativo absoluto. Al menor retraso de un compañero, la organiza- con Montoneros está por consumarse, le encargan que represente a
ción aconseja irse con sus cosas y buscar otro lugar adonde «parar». las FAR dentro de la villa local.
Dapiel posterga la decisión, vuelve a la ventana, acecha los ruidos del La llaman «Villa 31». Incomparable con la del Bajo Belgrano. Pa-
ascensor. sar de una a otra es lo mismo que mudarse de una aldea a una metró-
Los minutos pasan. Pronto va a ser una hora de espera. Marie- polis. La «31» de Retiro es una enorme excrecencia urbana derramada
Anne no aparece. de un modo anárquico al sur del corazón histórico de Buenos Aires,
Loco de inquietud, Daniel saca la valija, ordena las armas, la gra- entre el puerto y la estación Retiro. Se amontonan allí alrededor de
nada, los documentos. Debería irse, ya debería haberse ido. Pero oye 5.000 personas, muchos de los cuales son paraguayos y bolivianos, en
un ruido de llaves en la cerradura. La puerta se abre. Marie-Anne, con condiciones de higiene deplorables.
una gran sonrisa, le dice en francés: <<Bonsoir man chéri!». Para peronistas de izquierda corno Daniel y Marie-Anne, ese ba-
Le cuesta mucho conservar la tranquilidad. Pero lo peor no pasó rrio de paredes de cemento y techos de chapa encarna la Argentina
todavía ... de las injusticias y la esperanza, la Argentina que es preciso ayudar
Con Una espontaneidad desconcertante, Marie-Anne le cuenta cotidianamente para preparar el gran día final del socialismo. Un ecle-
que pasó la noche con el Negro Vidal, el otro líder del Bajo Belgrano. siástico goza allí de una popularidad sin igual: el padre Carlos Mugica.
Hace meses, tal vez años, que este intenta seducirla, y hoy, en un mo- Este cura del Tercer Mundo, educado en una familia de alta alcurnia,
mento de abandono, ella aflojó .... Se lo confiesa a Daniel sin la menor es un sacerdote comprometido que ha roto con la rama más conser-
intención de herirlo, sin vergüenza ni agresividad. vadora de la Iglesia. Todos saben que mantiene relaciones con ciertos
Él sabe que es sincera. Como Eudes, él también comprendió que dirigentes montoneros. Nadie duda tampoco de su apoyo a Perón.
Marie-Anne nunca hace trampa, sobre todo en el aspecto sentimental. ¿No formaba parte acaso de la comitiva privilegiada que acompañó a
Cuando dice: «Te quiero solo a vos», Daniel está dispuesto a creerle. Perón en el avión del retorno del exilio?
Numerosos militantes peronistas se movilizan por los habitantes
cantidad posible de informaciones unos de otros, para evitar entregar informaciones de la Villa 31. Marie-Anne, conocida bajo el sobrenombre de «Katy»,
comprometedoras en caso de tortura (nombre, dirección, profesión).
154 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 15 5
vuelve a encontrar allí a su compañero Luis Pittau, que veía a menudo da- me la crucé a Marie-Anne en una avenida del centro de Buenos
en el Bajo Belgrano. Luis dirige allí un depósito de alimentos y un Aires. Tomamos un vaso de vino en un café y ella me dijo que era
pequeño dispensario. Ella, por su lado, anima un jardín de infantes. montonera. Yo mismo era un semi-clandestino del ERP y hablamos
«Marie-Anne no era para nada una violenta -recuerda-, pero tenía un poco de política. se mostraba muy orgullosa de ese compro-
carácter y la voluntad de "cambiar el mundo", 1 según la expresión que miso.»
usaba a menudo. Una vez que había tomado una decisión, no renuncia- Marie-Anne no rompió el vínculo con sus otras vidas. Más bien,
ba a ella. De todos modos, era una época en que era difícil dar marcha hizo una selección entre la gente que aprecia verdaderamente y la que
atrás, y todavía más oponerse a una decisión de la jerarquía. Muchos de ahora en adelante, prefiere evitar. Eudes, su ex novio del Chaco y
jóvenes se comportaban como mariposas atraídas por la luz ... Sabía- del bulevar Beaumarchais, pertenece para siempre a la categoría de
mos tantas cosas uno de otro, Marie-Anne y yo, que por razones de los fieles. Cuando viene a Buenos Aires, lo ve con alegría en casa de
seguridad, nos pusimos de acuerdo en trabajar en sectores diferentes sus padres. El empresario Paco Rebés, agente de las estrellas y amigo
de la villa. Su compañero, al que yo solamente conocía con el nombre de los Montoneros, sigue siendo también uno de sus amigos cercanos.
de "Pancho", era uno de los responsables de la Villa 31.» Hasta la invitó una noche a cenar con Daniel en el restaurante del
En esa época, los Montoneros están en su apogeo. Pueden con- Claridge Hotel. Como no habían tenido tiempo de cambiarse de ropa
tar con la simpatía de una miríada de simpatizantes en todo el país. al salir de la villa, llegaron allí en zapatillas, para gran estupor de los
Daniel Rabanal, remunerado por la organización, ha sobrevivido a la mozos. Paco, gran señor, se levantó entonces de la mesa para decir en
absorción de las FAR por Montoneros. Se dedica ahora casi a tiempo voz alta, ante las elegantes de vestidos largos: «Déjelos entrar, señor
completo a la política, ya se trate de operaciones de propaganda o maitre d'hotel, son mis invitados».
animación de debates. Marie-Anne terminó por conseguir un puesto Las visitas de Marie-Anne a la avenida Monroe l 062 se han espa-
en la compañía aérea privada Austral. Es empleada en una agencia del ciado bastante, pero nunca se han interrumpido. De vez en cuando
centro de Buenos Aires. Al final de la tarde, él viene a buscarla para ir almuerza con la «familia Trapp» y hasta duerme a veces en su depar-
juntos a la Villa 31. Cuando deja su uniforme azul de recepcionista, tamento-garaje. La herida paterna sigue siendo profunda. Daniel, el
se siente revivir. Es de nuevo ella misma. Algunas noches, cuando se «comunista», es siempre persona no grata en casa de los Erize. Él mis-
hace demasiado tarde para ir al departamento de Daniel o a la avenida mo los considera con rigidez e intolerancia juzgando a Albert como
Monroe, duerme con placer en la casa de tal o cual familia, feliz de un «reaccionario». Frarn;:oise parece más flexible, dispuesta a hacer
alojarla en la villa. concesiones, pero Daniel siente muy claramente que, en el fondo, ella
Su proximidad con la gente hace de ella un lazo importante en no lo aprecia más que su marido. El casamiento, en que uno y otro
medio de la población. Aunque no le confíen ninguna función de piensan seriamente, deberá decidirse sin los padres.
dirigencia, los Montoneros del sector la llaman ahora con otro sobre- Llega por fin el 31 de diciembre de 1973, pero nadie sabe cuál es
nombre, «Pirú», que en guaraní significa flaca o delgada. Marie-Anne el futuro que les espera. Han pasado tantas cosas desde hace seis me-
se siente montonera, es montonera. ses: el retorno definitivo de Perón (junio), su elección definitiva a la
En su entorno familiar, solo muy pocos están al corriente, sobre Presidencia de la Nación en reemplazo de Cámpora (septiembre), la
todo uno de sus primos, Michel Ortiz. «A finales de 19732 -recuer- fusión entre FAR y Montoneros (octubre) y una extrema tensión con
el Ejército, la policía, la derecha ... Sobre todo, los Montoneros han
franqueado un límite en la ultraviolencia con el asesinato en el mes
l. Entrevista con el autor en febrero de 2010 en Buenos Aires.
de septiembre de una figura del ala derecha del peronismo: el sindica-
2. Conversación telefónica con el autor en noviembre de 2009. Michel Ortiz vive
actualmente en España.
lista José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT (Confederación
156 1 PHILIPPE BROUSSARD
nal, que está en Buenos Aires. Y no muy lejos de su casa, al parecer... El título de estos veinte renglones es «Quiero». Cada uno lo inter-
Hasta hace unas pocas semanas vivía en Colombia, donde trabajaba preta a su modo, por supuesto, pero creo que revelan a una Marie-Anne
como dibujante en la revista Cambio. Cuando tomé contacto con él por llena de exigencias, una mujer de convicciones, presa de una sola y
mail, me avisó que volvería definitivamente a la Argentina, y me dijo única cosa: la búsqueda de lo absoluto. Tan altas son sus aspiraciones,
que está dispuesto a verme. Le contaré ese encuentro en cuanto pueda. en el amor como en lo demás, que se pone en peligro. En peligro de ella
Mientras tanto, quisiera que leyera un poema que su hija escribió en misma.
una fecha indeterminada. Sería un poco largo explicarle de qué modo Si quiere, le envío la versión original.
llegó hasta mí, pero me parece muy bello y no creo que usted lo tenga. Hasta pronto.
Dice así: Con mi amistoso recuerdo,
Philippe
Quiero amar bien
sin mezquindad ni reproches
sin angustias ni vacíos
que el amor me desborde
para tener qué beber en sequía.
Francoise rodeada por sus tres hijas en los años 60. A la izquierda, Yolande,
na~ida el 24 de octubre de 1950. A la derecha, Marie-Anne, nacida el 28
de marzo de 1952. Adelante, la menor, Marie-Noelle, nacida El 8 de junio de 1970 viaja por segunda vez a Francia. Un amigo francés,
el 19 de diciembre de 1961. [© D. R.] Patrick D'Espéries, toma el mismo vuelo desde Buenos Aires. En París,
trabajará como niñera durante algunos meses. [© D. R.]
Desde la adolescencia, Marie-Arine se siente muy cercana a su hermana
menor Marie-Noelle. Un tiempo después, la invitará a los camarines
de los desfiles de moda. [© D. R.]
Un fotógrafo de
Gente la lleva
a Río, adonde
posa en varias
playas. Para ella,
ese trabajo no
representa una
vocación. Sólo En 1973, coincide en más de una ocasión con el famoso guitarrista
le permite ganar de flamenco Paco de Lucía. En noviembre, en Nueva York, lo ayuda a hacer
dinero. [© Gente] la promoción de su espectáculo en el Carnegie Hall. [© Deidi von Schaewen]
Según la información que pudimos recabar, esta foto es la única donde se puede
Mig.µel Reynal, dueño ver a Marie-Anne junto a su compañero montonero Daniel Rabanal. Este sostiene
de Una compañía aérea en sus brazos a la hija de Ana de Skalon, una amiga de Marie-Anne. [© D. R.]
argentinp, es uno de
los hombres que ocupó
uno de los lugares más
importantes en la vida
de Marie-Anne. En
la actualidad vive en
Uruguay. [© D. R.]
Eudes Colcombet, su
amigo de la infancia, que
se convirtió en su novio,
está asentado en la
provincia del Chaco en el Esta casa de la calle Sabatini, en San Juan, es el último domicilio
norte del país. conocido de la joven. Vivió allí con una pareja, los esposos
[©D. R.] Poblete. [© D. R.]
Fue en este lugar, delante de una bicicletería que ya no existe, donde Marie- En la época de la dictadura (1976-1983), el complejo deportivo La Marquesita,
Anne fue secuestrada el i 5 de octubre de 1976, cerca del mediodía, en las afueras de San Juan, albergaba un centro clandestino de detención.
sin duda por policías o militares vestidos de civil. [© D. R.] [©D. R.]
Todavía hoy, para llegar a las
instalaciones de La Marquesita,
es necesario dejar la ruta y atravesar
este camino de tierra. [© D. R.]
Triple A practican la política del terror: operan vestidos de civil, con aunas tienen como objetivo atacar a los activistas de izquierda y otras
V
una violencia inaudita, irrumpen en las casas de sospechosos para gol- se deben a opositores a las derivas del poder. 1
pearlos o matarlos. En el mejor de los casos, se encontrará su cuerpo En esa situación, se ha vuelto ineludible para Marie-Anne y Daniel
a la vera de un camino o en un foso. Para el escarmiento. cambiar de domicilio, sobre todo teniendo en cuenta que los Mon-
López Rega y sus grupos de asesinos no retroceden ante ningún toneros han decidido pasar a la clandestinidad. Los dirigentes de la
horror. Dan prueba de ello cuando, después del famoso discurso de organización -unos diez- estiman que solo la lucha armada puede
Perón, eliminan a un ícono de la izquierda peronista: el padre Carlos invertir el curso de la historia. Lo que se prepara es una guerra, una
Mugica, el cura de la villa de Marie-Anne y Daniel. Ese hombre de guerra urbana, calle por calle y barrio por barrio. Es preciso, así, re-
43 años, carismático y comprometido, es asesinado el 11 de mayo de sistir a la derecha, más que nunca recurrir a seudónimos, multiplicar
1974, a la salida de una misa celebrada por él en otro barrio popular. las medidas de prudencia, recuperar armas, fondos y contactos fiables
«Ahora más que nunca debemos estar con el pueblo», habría susu- en casos de urgencia. Activista aguerrido, Daniel ha acumulado ya
rrado en un último estertor. una relativa experiencia de ese tipo de vida. Marie-Anne, en cambio,
Su muerte suscita una enorme emoción y lo convierte en el mártir no tiene ninguna o casi ninguna. Va a tener que hacer de la cautela
de esos años de violencia. Mientras algunos ven en ese crimen una su divisa y arreglárselas sin su compañero, cuando este se esconda
maniobra maquiavélica de Montoneros, la realidad parece mucho más acá o allá. Nadie improvisa una formación así. La joven francesa pro-
simple: diez días después del discurso de Perón desde los balcones de gresa un poco todos los días pero su desconfianza es tal que termina
la Casa Rosada, la Triple A ha declarado la guerra a la izquierda. Sin por despertar la sospecha de su entorno familiar, las raras veces que
ninguna duda, la derecha peronista ha tomado las riendas del poder vuelve a la avenida Monroe. Su hermano Bernard, dos años menor, se
político 1. sorprende al verla tan preocupada cuando toman juntos el ómnibus:
Marie-Anne vive esas horas trágicas en plena Villa 31, el terri- «No puedo decirte adónde voy -le confiesa una mañana- más vale
torio del padre Mugica. Ve cómo aumentan el miedo y la cólera, en que no lo sepas, es mejor para vos».
ese barrio y en todos lados. Daniel, por su parte, duda de si no llegó Marie-Anne se encuentra, de hecho, en la misma situación de
el momento de dejar el departamento de Palermo, con sus armas, millares de jóvenes. Hasta ahora, habían militado sin ocultarse, casi
para refugiarse en otro lado. Aunque no tenga funciones de mucha sin temor. La situación ha cambiado: la extrema derecha ajusta sus
responsabilidad dentro de Montoneros, constituye un blanco ideal cuentas. Los izquierdistas con nombres son conocidos, se vuelven
para los matones de la Triple A. presas potenciales. La Triple A mata.
La muerte de Perón el 1° de julio de 1974 agrava aún más la situa- Desde los comienzos de Marie-Anne en la política, el dima nunca
ción. Una vez transcurrida la tregua del duelo, López Rega prosigue su había sido tan tenso. En septiembre de 1974, dos industriales de re-
ascensión política, siguiendo las huellas de Isabel Perón, que sucede nombre, Juan y Jorge Born, son secuestrados por los Montoneros, ob-
en la presidencia a su marido muerto. El momento es propicio para teniendo el rescate récord de sesenta millones de dólares a cambio de
que la Triple A actúe con total impunidad, con el apoyo oficioso de su liberación. En las universidades y las villas, los militantes se hacen
las autoridades. En seis meses, entre julio y septiembre de 1974, se preguntas, debaten y entran en conflicto acerca del modo de encarar
cometen en el país doscientos atentados, entre los cuales sesenta son el futuro del movimiento. Entre los puntos de discusión figuran un
asesinatos. Dentro de esas operaciones, y de un modo indistinto, al~
l. Utilizo como fuente el libro de Marie-Monique Robin, Escadrons de la mort, l'école
l. Otra prueba de esa estrategia es el hecho de que se voltean equipos de gobierno franraise, op. cit. Entre las víctimas de esa época señalemos al abogado y diputado
considerados como demasiado cercanos a Montoneros, tanto en Buenos Aires como Rodolfo Ortega Peña, cuyas conferencias tanto apreciaba Marie-Anne Erize, y Pablo
en la provincia. Van Lierde, un compañero montonero de Daniel Rabanal.
164 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 165
acuerdo con el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP, trotskista) y de play boy y el éxito de su empresa hacen de él un patrón
el recurso a la violencia. Por ejemplo, ¿hay que ir a matar fríamente apreciado por su personal y por los ambientes mundanos de Buenos
a un simple policía para sacarle su arma? La respuesta será negativa. Aires. Su relación con Marie-Anne tomó de entrada un cariz de serie-
Pero el solo hecho de tener debates en torno a esos temas prueba que dad. Ella lo llama Mike o «Delfín» y él -porque se amablemente
la organización -«la orga» en la jerga interna- está pasando por de sus orejas- le ha puesto el mote de «Dumbo». Él le presenta a sus
un momento difícil: algunos quieren renunciar, otros quieren seguir amigos, a su hermano, a sus dos hijos, un varón y una niña nacidos
luchando. de un primer matrimonio.
Marie-Anne quiere seguir, pero a su modo, haciendo equilibrios Del brazo de un hombre de esas características,
entre varias vidas. reanuda su vida glamurosa anterior a 1973. Van a los mejores restau-
La política al lado de Daniel y bajo su autoridad. rantes de la capital, frecuentan clubes de jazz y el prestigioso teatro
El trabajo en la Compañía Austral. Colón, una de las más bellas salas de concierto del mundo. La relación
La familia en la avenida Monroe. no deja de ser, corno la propia Marie-Anne, eruptiva, un día «con»
Y un último secreto, muy difícil de preservar: hay otro hombre y un día «sin». Cada uno tiene su pasado, otra vida afectiva, a veces
en su vida. Un hombre totalmente ajeno a la política. Un hombre que sus remordimientos. Ella se lo dice, además, en cartas en que las pa-
Daniel no conoce. labras surgen con naturalidad en medio de la urgencia del desorden
Él tiene treinta y siete años, ella veintidós. amoroso:
Él es rico, ella no lo es.
)viiguel Reynal es uno de los dueños de la compañía Austral y por Mike ... 1
lo tanto, de algún modo, su propio patrón. Aunque no estés solo, aunque Hercilia [una ex compañera de Rey-
La historia no cuenta dónde ni cómo se vieron por primera vez. nal] te acompañe, quiero que leas esto, que me leas sin vergüenza a que
Solo se sabe que Viviana, una amiga en común, los presentó uno a se entere, que me leas como si estuvieras mirando mis ojos, que me sigas
otro. La historia no precisa tampoco de qué modo Marie-Anne se leyendo como cuando tratas de adivinar lo que pienso. Por qué sufrir
enamoró de Miguel en 1974, cuando vivía con Daniel Rabanal hacía si sentimos algo por el otro? Por qué negar o negarlo ante los demás? A
ya un año, amándolo sinceramente. ¿La tensión circundante y los veces me pregunto si la monogamia no es un pretexto para satisfacer el
cambios incesantes de escondrijo terminaron tal vez por desgastar a inmenso sentimiento posesión=sumisión, por temer a perder las cosas
la pareja, sin quebrarla del todo? ¿O ella comprendió que sus padres, que conseguimos ...
sobre todo Albert, no aceptarían jamás a Daniel? Todas estas cosas por qué no, en cambio, amar varias personas, pero amarlas en sen-
siguen perteneciendo a su secreto más profundo. Tan profundo como tido integral?... Tampoco quiero que esto se entienda como una manera
su manera de orquestar una doble vida amorosa entre un compañero liberal de autojustificarse las gansadas que nos mandamos a menudo,
y otro. bastante a menudo ... o no? Es que quizás haya también una relación
Cuando Miguel Reynal va a la avenida Monroe para las presenta- muy de compinches y que por miedo a perderla, me ocultes tus demás
ciones rituales, Frarn;:oise y Albert están convencidos de que su hija relaciones.
ha roto con el «comunista» Rabanal, lo cual no es cierto en absoluto. Es muy cierto, Mike, que si yo te hubiese amado más, estaríamos
Miguel, el nuevo novio, es un hombre de buen parecer, tal vez de- quizá en el más lindo idilio jamás vivido ni en los sueños de Cupido. Y
masiado mayor que ella, pero eso no les importa a los padres, ya que
goza de una situación económica excelente, es culto, dotado para los l. Los textos de las cartas que siguen, dirigidas a Miguel Reynal, reproducen exac-
tamente, con sus galicismos e inexactitudes, el original escrito en argentino por
negocios y, además, conserva sus distancias con la política. Su porte Marie-Anne Erize. [N. de la T.]
166 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 167
es muy cierto también que nunca me entregué a vos c,omo pareja, pero La mayoría de estas cartas están acompañadas de dibujos en tinta
también debemos admitir, aún pese a todo, que la relación se mantiene china. El trazo es puro y de una dulce sobriedad. Va a lo esencial, no
y esto tan sencillo y que nos cuesta admitir, con el simple hecho de ser sin jugar, con un poco de candor infantil, con los símbolos y lo ima-
así, limitado, imperfecto, parcial y subjetivo, no deja de ser admirable! ginario. Un día representa a un caracol subiendo los escalones de una
Te quiero así, mal, escalera en dirección a un pingüino cercano y a la vez inaccessible.
a medias Es Reynal, sin duda, cuya compañía aérea tiene como emblema al
pero al fin ... te quiero! pingüino. Otro día, los imagina como dos pájaros rechonchos que se
miran con amor.
Dumbo La menor frase o mensaje dejado en el escritorio se vuelve pretexto
para un rápido dibujo, gracioso o lleno de emoción, rico en reproches
Cuando «Mike» viaja por la Argentina o se va al extranjero, ella o en afecto. Estos mensajes son más elocuentes acerca del estado de
tiene las llaves de su casa. Vive en un elegante departamento cons- ánimo de Marie-Anne que muchas confidencias. Dejan ver sus tor-
truido al modo de las buhardillas parisinas, en el último piso de un mentos, sus variaciones de humor y relatan día a día una relación
edificio burgués del centro de Buenos Aires. El ascensor es muyan- apasionada pero caótica. El 6 de febrero de 1975, como complemento
tiguo, con puertas de rejas y armazón de madera, como los viejos a un breve texto escrito a «Mike», agrega también una casa de cuen-
edificios parisinos. Una vez arriba, la puerta se abre a un pequeño to de hadas semejante a la de los siete enanitos de Blancanieves. Se
paraíso: una ventana con vitrales da al Río de la Plata. El baño está adivina que se podría vivir muy bien en familia allí: sale humo por la
eq4ipado con una bañadera de plata donde el antiguo dueño· grabó chimenea, hay un pájaro en el techo y un gato en el jardín. Arriba, en
su nombre y apellido. medio del cielo soleado, una escalera de cuerda lleva, más allá de las
Marie-Anne duerme allí de vez en cuando, aunque «Mike» esté nubes, a una felicidad fuera del alcance. A la izquierda, Marie-Anne
ausente. Algunas noches, trae de la oficina papel con el sello de Austral escribe con trazos ansiosos:
y redacta una especie de informe, que firma «Marianne» y no «Marie-
Anne», que él descubrirá a su vuelta: Querido Mike:
Mike! cuando nos necesitamos, no estamos juntos. Sé que vos también buscás
algo más estable que yo. Alguien que esté cuando lo necesitás,
Vine, llamé, en vano, parece que nuestra incomunicación se pro- para ello sea Hercilia tu fiel compañera y ... estarás ahora con ella. ¿Si
fundiza ... me duele? Un poco, como cuando estoy o estuve con el Flaco
Quién boicotea nuestra relación? Para colmo, cambiaste la cerra- sea completamente diferente). [ ... ]
dura. Por qué no hablar claro? Voy a lo de Viviana, si querés hablar conmigo, tratá de ir. Te esperaré
Lástima, allí, ya que en tu casa no puedo entrar. Andá solo con la condición de
ser vos mismo. Te quiero bastante,
Marianne
Marianne
Como en la época de su relación con Eudes, el veterinario francés
del Chaco, parece oscilar entre dos estilos de vida. Y esta vez, entre
dos hombres.
Miguel Reynal sabe de la existencia de Daniel Rabanal, alias «Pan-
cho» o «El Flaco». No tiene duda de que ella lo sigue viendo de modo
regular. Se da cuenta también de que su búsqueda de libertad no tiene
fin, y que un día u otro será necesario cortar por lo sano, por ambas
partes. Marie-Anne adivina esas vacilaciones y a menudo le reprocha
no cumplir con lo que promete:
21:30 h
Mike!!
no lo digo por vos, simplemente vos estás, quieras o no, estás en un contexto argentino, del cual los amores son indisociables. ¿Qué
mundo que deberá cambiar, que ya está cambiando ... elegir? ¿El de Rabanal o el de Reynal? ¿Resistir o someterse?
Si Miguel no hubiera tomado la iniciativa poniendo fin a su vínculo,
de todos modos Marie-Anne se habría alejado de él, tarde o temprano.
Miguel Reynal no es Eudes Colcombet. No tiene su desarmante es- El hecho de volver a Daniel y a las villas era en el fondo una manera
pontaneidad, ese aspecto de vino recién sacado de la bodega. Se nota en de permanecer fiel a sí misma: libre. Libre de esperar. Libre de amar. Y
él una leve reserva, una voluntad de mantener distancia con esa histo- quizá de equivocarse.
ria. Pero el retrato psicológico que hace de su hija no deja de ser exacto Con mi amistoso recuerdo,
y se acerca sin ninguna duda a la verdad: «Quizá buscaba a través de
mí una estructura familiar como la suya ... Usted sabe, Marie-Anne Philippe
era inteligente, indiferente a su confort, muy sensible a la noción de
familia. Muy sensible a todo, en realidad. Había en ella una forma de
extremismo, de bulimia en su modo de actuar y de ser. Quería escapar a
las convenciones, a lo que yo llamaría la mentalidad de 9 a 17 h. En su
vida, no hacía nada por la mitad, siempre había energía, compromiso,
ideales. Con ella, había que trascender el ritmo normal de la vida, había
que ir más rápido, siempre más rápido. A veces podía inspirar temor, es
es'? quizá lo que me retuvo ... »
Miguel recuerda perfectamente el día de la ruptura. Era después
de un 'fin de semana que habían pasado juntos en Bariloche, donde se
habían alojado en un complejo turístico gestionado por Austral. En el
avión de vuelta, él le había anunciado de golpe su intención de romper.
«Todo ocurrió muy rápido -me dijo- de golpe me pareció evidente
que era imposible seguir. Me di vuelta hacia ella y le dije: "Se terminó".
No quería herirla ni dolerla, solo decirle la verdad. Después seguimos
en relación, como amigos, pero ella se fue con Daniel y los Montoneros,
esta vez en serio.»
Todo eso debió ocurrir en los primeros meses de 1975. Marie-Anne
tenía 23 años. ¡Nada más que 23 años! ¿No hay derecho a buscar, vacilar
y soñar, a los 23 años?
Me enteré hace poco de que su vida amorosa era una fuente de
tensión y hasta de disputas entre ustedes dos. En ese terreno, como en
política, a usted sus secretos se le escapaban. Pero sería demasiado fácil
juzgarla hoy en día, después de tantos años y para colmo, en el contexto
del confort de nuestras vidas actuales. Un destino así no se juzga, al con-
trario, nos obliga a hacernos preguntas sobre nosotros mismos. ¿Cómo
habríamos reaccionado en lugar de ella? No hablo de sus amores sino del
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 175
Cuzco, 23/04/75
Querida « Vivita»,
Hostal Argentino: «Finnish Sauna». Pedir la pieza al lado del sauna Desde la vuelta de Perú, Marie-Anne reanuda su trabajo en Aus-
(iba yo). tral, la sociedad de su «querido delfín», Miguel Reynal. Ahora trabaja
Hotel del Virrey: Conseguir pieza con frente a la Plaza de Armas como azafata en Aeroparque, el aeropuerto de los vuelos de cabotaje
(frente a la Catedral). Allí tomaba los desayunos.
Librería: allí me pasaba revolviendo libros. [... ] l. Esta joven, llamada Viviana Boglietti, fue sin duda una de las mejores amigas de
Hotel Bolívar: Hotel de hippies (30 soles diarios). Marie-Anne. Según Miguel Reynal, murió. Ella es la que habría ayudado a Marie-
Casa parroquial: Preguntar por el cura Tato Repullés. [... ] Anne a conseguir el puesto en la compañía aérea Austral.
2. No hemos podido saber quién es el «Paco» al que alude Marie-Anne. Se trata quizá
del célebre guitarrista Paco de Lucía o de su amigo Paco Rebés.
1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 177
interno. Ese trabajo no la apasiona pero es su único ingreso de dinero scout de los Castores. 1 Como para ella, el encuentro con los sacer-
desde que dejó moda y su puesto de maestra jardinera en el liceo dotes tercermundistas fue decisivo y ha entrado en el juego seductor
francés. de rebelarse contra el orden establecido. La pertenencia de Marie-
«Volveré renovada», anunciaba en su carta a Viviana. Como le Anne a Montoneros no lo sorprende. Recuerda haberla visto un día
suele ocurrir, la renovación para por las relaciones amorosas. Desde de 1973 con el famoso Negro Vidal, el líder de Bajo Belgrano. Dos
ese punto de vista, el final de su relación con Miguel tuvo al menos el meses después, su llegada a la villa del brazo de Pancho Rabanal
mérito de clarificar la situación: su destino de mujer y de montonera confirma su grado de compromiso con la guerrilla: «El solo hecho de
se halla solamente y en forma definitiva al lado de Daniel Rabanal y frecuentar a un hombre de esa envergadura a Marie-Anne una
solo de él. Siendo su compañera, acepta de hecho la existencia que él relativa importancia dentro de la organización -dice Alex Mau-
le propone, la de un dirigente medio del movimiento, un «oficial» de det-. Fue eso lo que la llevó, además, a un grado de clandestinidad
cuarta categoría comprometido en la lucha contra los «fascistas» del superior al que le hubiera correspondido. Sin ser una dirigente del
entorno presidencial. movimiento, «Pirú», como la llamábamos entonces, era algo más
La vida con un activista de esa índole exige una vigilancia perma- que una militante de base. Su activismo no se debía solamente a su
nente. En la calle, por teléfono, en el colectivo o en el subte, Daniel relación con Rabanal, venía de mucho antes». 2
«Pancho» Rabanal desconfía de todo y de todos, trata de desaparecer En Saavedra, la joven pareja aplica estrictamente las severas reglas
en la población, diluyéndose hasta el anonimato, sin renunciar a sus de seguridad instauradas por Montoneros. Está excluido, por ejemplo,
acciones militantes: distribución de volantes, empapelamientos sor- enclaustrarse dentro del departamento, porque despertaría las sospe-
presa, debates internos, y sin duda muchas otras cosas que no dice a chas del vecindario. Durante el día, cada uno debe trabajar en lo suyo
Marie-Anne. como todo «honesto» ciudadano, salir temprano, volver a la noche lo
Esa.vida cotidiana de animal perseguido desgasta los nervios, más tarde posible. Lo esencial es estar alerta, cambiar a menudo de
obliga a cuestionarse sin cesar, a levantar campamento en cuanto se vereda para despistar posibles seguimientos o caminar a contramano
siente la menor amenaza de confort. Daniel nunca sabe bien adónde de la circulación para detectar vehículos sospechosos.
va a dormir, todavía menos si ella podrá acompañarlo. Durante los Mientras que Daniel se maneja con documentación falsa, Marie-
nueve primeros meses de 1975, cambia de dirección una docena de Anne conserva sus documentos auténticos. En caso de control, deben
veces, siempre con el apoyo logístico y financiero de «la orga», como tener presente siempre alguna coartada, que modifican según el lugar
ambos llaman al movimiento. en que se encuentran. Esa consigna peculiar tiene un nombre en la
Su vida errante lo lleva así, en unos pocos días, al barrio de Saave- organización Montoneros: el «minuto» que permite justificar, en el
dra, al norte la capital. La casa adonde se muda ahora se sitúa a dos segundo que dura el control, su presencia en tal o cual lugar.
pasos de la estación, una proximidad muy útil en caso de partida En la casa, todo está preparado, pues, para una irrupción de la
precipitada. Su dueña, de unos treinta años, es una peronista de larga policía. En las habitaciones, nada debe revelar un interés político,
data que vive en ese barrio tranquilo con su compañero y dos hijos. cualquiera sea. Volantes y revistas deben ocultarse en lugar seguro,
Acepta alojar a Daniel Rabanal, con la condición de no llevar armas tanto como los libros demasiado intelectuales, por naturaleza sospe-
ni depositarlas en el lugar. chosos. En lo demás, la mejor de las protecciones es la normalidad. Y
La casa tiene un edificio principal (tres habitaciones) y un jardín mejor si la madre de la dueña de casa viene a menudo a cuidar a los
al fondo. Un hombre se esconde ya allí: Alex Maudet, estudiante
en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires. Marie-Anne l. Véase el capítulo 6.
lo conoce bien, es un amigo argentino, de tres años más y antiguo 2. Entrevista con el autor en enero de 2009 en París.
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nietos: sin saberlo, mantiene una imagen anodina de familia normal. de la Triple A están más activos que nunca. Cada día, se descubren
«Era una gimnasia de vida agotadora y esquizofrénica -cuenta Alex nuevos cadáveres de «izquierdistas». En la provincia de Tucumán, el
Maudet-; con Marie-Anne y Daniel Rabanal, hablábamos muy poco Ejército lleva a cabo desde hace unos meses una acción de enverga-
de nuestras respectivas actividades porque era peligroso tener dema- dura llamada «Operativo Independencia», contra los guerrilleros del
siados datos, en caso de interpelación y tortura. Para ellos y para mí, Ejército Revolucionario del Pueblo y todos los sindicalistas o docentes
esa casa era un lugar para dormir y pasar desapercibido». acusados de sostenerlo. 1
Los únicos momentos de distensión se daban en la cena en torno La ola de represión afecta también a la propia familia de Marie-
a la mesa familiar. «Como Rabanal tenía problemas de digestión, Ma- Anne: uno de sus primos, Michel Ortiz, miembro del ERP, fue in-
rie-Anne -prosigue Maudet- le preparaba platos especiales, menos terpelado el 23 de noviembre de 1974 y condenado a varios años de
pesados que para nosotros. Por su nivel de intimidad y frescura, su cárcel.2
relación era sorprendente. Sobre todo para un militante duro e inteli- Una verdadera guerra sacude al país, una «guerra sucia» cuyas se-
gente como él. Estaban tan enamorados que se decían todo el tiempo cuelas finales nadie es capaz de predecir. Ni siquiera la partida de Ló-
«Lovito» y «Lovita», palabras tiernas derivadas de lave». pez Rega, obligado a abandonar el gobierno después de la revelación
Sin embargo, el paso constante de un domicilio donde refugiarse de sus vínculos con la Triple A, bastará para hacer cesar la violencia. 3
a otro, deja poco lugar para la intimidad. Justamente por eso, los mo- Para no poner en peligro a su familia, Marie-Anne ha dejado casi
mentos de intimidad se vuelven memorables. Como este paseo en un de pasar por la casa de la avenida Monroe. Solo duerme allí cuando
barrio típico de Buenos Aires en mayo de 1975 ... Daniel no puede alojarla en su refugio del momento. Sus padres no
Por una vez, Daniel está menos angustiado. Marie-Anne está saben nada de su vida de montonera y están bastante perdidos en lo
todavía bajo el efecto benéfico de la estada en Perú. Posan para un referente a su vida amorosa. Antes del viaje a Perú, habían creído que
fotógr21.fo para turistas. La foto es de mala calidad, condenada a enve- organizaría su vida con el dueño de Austral, pero ahora ven que una
jecer, pero capta a las mil maravillas la exaltada utopía de sus veinte vez cortada esa relación, su hija ha vuelto con el «comunista» y no ha
años. En el dorso, escriben la fecha, 1° de mayo de 1975, seguida de aparecido más por la casa desde el invierno de 1973. En cuanto llama
estas palabras: «Victoria de los Khmers rojos». Unos días después, en al teléfono para hablar con su hija, Frarn;:oise y Albert quisieran cortar
Camboya, los combatientes comunistas entraron en Phnom Penh. la comunicación.
El ideal de los dos enamorados quiere ver en ellos a los héroes de un ¿Qué saben de ella, en concreto? Nada o casi nada. Tal vez sea
triunfo popular. mejor así. .. Porque Daniel Rabanal ocupa ahora. una jerarquía su-
No saben que sus lejanos «camaradas» asiáticos preparan uno de
los peores genocidios del siglo XX. l. Según documentos encontrados en los archivos de la embajada de Francia en
Buenos Aires, esta organización habría provocado un saldo de 600 víctimas entre
La euforia revolucionaria agudiza la frustración de Marie-Anne.
febrero de 1975 y octubre de 1976.
Quisiera actuar más o participar en actividades políticas y sobre todo
2. Michel Ortiz es el hermano de Monique, la prima de Marie-Anne que había pasa-
sociales. Se queja de ser inútil, le comenta a Daniel que está limitada do sus vacaciones en Wanda en 1961. Detenido en i974, pasó nueve años de su vida
a un rol inactivo de extra cinematográfico, sin posibilidad de darse en la cárcel. Su esposa Cecilia fue asesinada en el mismo período.
a la causa de los pobres, como en 1973 en la Villa 31 de Retiro. Por 3. López Rega debe renunciar el 11 de julio de 1975 después que se descubren armas
desgracia, todo ha cambiado allí desde la muerte del padre Mugica en los locales de su ministerio y luego de la revelación de su rol al frente de la Triple
en mayo de 1974: la villa está ahora tan vigilada que se ha vuelto pe- A. Isabel Perón le confía entonces un cargo diplomático en España. Vivió después en
Suiza, probablemente con el apoyo· financiero de Licio Gelli, el gran jefe de la logia
ligroso entrar en ella. Toda la Argentina se hunde inexorablemente en masónica P2. Volveremos a esta última en los capítulos siguientes. López Rega murió
la ultra violencia, tanto de derecha como de izquierda. Los matones en la cárcel en la Argentina en 1989.
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perior en Montoneros, de resultas de lo cual debe dirigir las células zona residencial, Villa Hipódromo. Es una pequeña construcción baja,
del movimiento en una gran ciudad provincial. Después de un breve a la que se accede por un camino de tierra, en la esquina de las calles
pasaje por Rosario, termina siendo nombrado en Mendoza en sep- Cayetano Silva y Raffo de la Reta. Marie-Anne, muy ocupada por la
tiembre de 1975. mudanza, está satisfecha con las tres habitaciones, su patio y cocina.
Marie-Anne vacila en seguirlo. Dejar la capital sería doloroso ... El barrio es tan tranquilo que tienen casi la impresión de estar reali-
implicaría dejar a los amigos, Viviana y los otros, cortar el cordón con zando su sueño de vivir en el campo. Desde los meses pasados en el
la avenida Monroe y esa «familia Trapp» que nunca dejó de querer... departamento de Daniel en Buenos Aires, nunca antes habían sentido
Pero debe seguirlo, y se decide a partir. Su pedido de traslado de una que formaban una verdadera pareja. «Buenos pequeños burgueses de
agencia Austral a otra debería ser aceptado sin dificultad. Miguel Rey- provincia», bromea Marie-Anne, saboreando esos momentos de paz.
nal, su «querido delfín», no se lo podrá negar. Apenas instalada, la joven francesa simpatiza con los vecinos, que
En septiembre, pues, Daniel parte para instalarse en Mendoza. la ven salir todas las mañanas con el uniforme azul de la compañía
Aunque no conozca a nadie allí, aprecia la vida en esa ciudad, capital para ir a la agencia del centro de la ciudad. Por la noche, vuelve a
del vino y de la buena vida. El centro es agradable, en los espacios horas fijas, sin despertar la menor sospecha. Para ellos, es la «hija de
verdes se respira aire puro y los alrededores ofrecen magníficos pai- Austral», una mujer bella y sonriente cuyo novio, solitario y discreto,
sajes de viñedos al pie de las alturas montañosas de los Andes. Desde trabaja, al parecer, intensamente. Los fines de semana, cuando Marie-
que llegó, duerme en hoteluchos bajo una falsa identidad, haciéndose Anne y Daniel salen a pasear entre los viñedos, nadie puede saber
pasar por especialista en serigrafía, encargado de una investigación en que viajan en un coche robado. Tampoco sospechan que ocultan en
la región. El material, comprado en Buenos Aires, lo pone por encima su casa dos o tres armas de mano, granadas y diversos documentos
de toda sospecha. En realidad, es el número dos local de Montoneros. sobre la rama local de Montoneros.
El núcleo duro, la «unidad de combate» dirigida por él, está com- Con el tiempo, sin embargo, Daniel empieza a dudar y a pensar
puesta por unas cuarenta personas. Ninguno de sus miembros conoce que la rigidez excesiva de «la orga» terminará por perjudicar a su cau-
su identidad: para ellos es «Pancho». Se debe preservar el anonimato. sa, más aún, destruirla. Se pregunta si los grandes jefes, el triunvirato
Por razones de seguridad, más todavía, de vida o muerte, ya que los Firmenich-Perdía-Quieto, no están cediendo a un «delirio militaris-
Montoneros están en la mira prioritaria del poder y del ejército. En ta» cuando exigen, por ejemplo, que los oficiales de su rango deban
Formosa, en el norte del país, el 5 de.octubre de 1975, el ataque a un portar armas permanentemente, hasta en la calle. Solo los impulsos
cuartel por uno de sus grupos mató a doce militares y un policía. Esa de adrenalina y la esperanza de un Día Final revoh.).cionario lo incitan
operación, percibida por el poder como un acto de guerra, no debe todavía a avanzar. .. Marie-Anne comparte sus convicciones y tam -
quedar impune. bién sus dudas. Pero rumia las frustraciones que la minaban ya en
Daniel, que es ajeno a ese ataque, no aprueba forzosamente todas Buenos Aires, se siente inútil y condenada a la inactividad. Daniel lo
las decisiones estratégicas de la dirección nacional del movimiento, percibe pero no puede hacer nada: cada uno tiene su función precisa
pero las acata, como Marie-Anne, sin pestañear. Es así: las órdenes en Montoneros, las consideraciones afectivas no deben interferir con
no se cuestionan dentro de «la orga», estructura estalinista por ex- la acción política. Pero sabe, por lo menos, que puede contar con ella
celencia. en caso de alerta. Y nunca hay que descartar lo imprevisible, aun en
Un mes después, el 6 de noviembre, Marie-Anne obtiene, como la tranquila Mendoza.
lo había previsto, su traslado en una agencia Austral de Mendoza. Su Un día, mientras Marie-Anne está sola en la casa, Daniel llega
sueldo, que se eleva a 7.300 pesos, añadido a la ayuda financiera que como una tromba, el rostro deshecho y las manos temblorosas. Viene
el movimiento acuerda a Daniel, les permite alquilar una casa en una del barrio de la comisaría, donde su comando debía hacer estallar un
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paquete lleno de volantes. La operación falló: estalló un tiroteo y él Lo han atrapado. Está muerto de pánico, apenas respira y le han
debió utilizar su arma (al parecer, no mató a nadie) y huyó. Los im- atado las manos en la espalda. Todo se confunde en su mente: el café,
pactos de bala en la carrocería del automóvil confirman la violencia el jefe, Marie-Anne ... Y ese maldito «minuto», la coartada de un mo-
del encuentro con la policía. Con una tranquilidad asombrosa, Marie- mento que va a tener que venderles a los canas.
Anne trata de calmarlo: actuando de ese modo ha hecho su «deber», Por suerte, no saben nada de él todavía. Ni siquiera en la comisa-·
nada más que su «deber». Y no importa que sus vidas cotidianas se ría. Para ellos, es solo un delincuente cuyo coche tiene una denuncia
hayan convertido en un juego de sombras, un teatro de apariencias de robo. 1 Por corrección, transmiten, mal que mal, su ficha a Buenos
entre una vida de pareja anhelada como normal y un compromiso Aires: «Daniel Hugo Rabanal, nacido el 9 de julio de 1949 en Capital
que los lleva a lejanías imprevisibles. Federal».
La casa de Villa Hipódromo hace las veces de «oficina» de Daniel, No se le escapa que allá su nombre debe figurar en los ficheros de
el cuartel central de la unidad de combate. El 6 de febrero de 1976 los «subversivos». Por lo menos como simpatizante de la causa pero-
por la mañana, Daniel recibe al jefe de Montoneros de Mendoza. Los nista. Pero eso es lo de menos. Lo importante es preservar el grupo
dos hombres deben estudiar diversos proyectos y las estructuras del de Mendoza: el jefe, Marie-Anne y todos los otros. Los policías no
movimiento. Daniel ha sacado de sus escondrijos todos los documen- deben descubrir que es montonero ni su jerarquía de número dos. O
tos necesarios. Marie-Anne está ya en su oficina de Austral, donde por lo menos, lo más tarde posible. Hay que mentirles, ganar tiempo.
comienza un día de deprimente rutina: venta de pasajes de avión, Veinticuatro horas como mínimo: es una de las reglas de oro de la
estadas de vacaciones, antes de volver al hogar dulce hogar de «buena guerrilla. Ese plazo debe bastarles a los compañeros para vaciar los
pequeña burguesa de provincia». domicilios que sirven de escondite, confundir las pistas, ocultar lo
Hacia el final de la mañana, después de una primera sesión de tra- que se puede ocultar.
bajo, Daniel y su jefe hacen una pausa. Los espera una cita en un café Daniel piensa en Marie-Anne. ¿Sabrá que se ha dejado capturar?
del centro, a algunas cuadras de la agencia de Marie-Anne. Saldrán a El jefe debe haber salido -piensa- y ha ido tal vez a la agencia a de-
tomar un café y volverán en un santiamén. Dejando los documentos círselo. A esa hora, ya debieron encontrarse en la casa para recuperar
en desorden arriba de la mesa del living, salen de la casa y suben en las armas, la ropa y esos malditos documentos que no tendrían que
el coche de Daniel. haber dejado sobre la mesa del living. Realmente, una falta digna de
Como estaba previsto, diversos compañeros se reúnen con él en un principiante.
el café, sin llamar la atención de los otros dientes. Alrededor de las Aguantar. Aguantar veinticuatro horas, veinticuatro horas «como
doce, Daniel sale solo del café para hacer una compra. El jefe y él se mínimo».
han puesto de acuerdo para encontrarse ahí mismo, un poco más -No hice nada -repite-, un amigo me prestó el coche.
tarde, y volver juntos a casa. Los policías lo golpean pero no lo torturan. No se tortura a un
Daniel camina en dirección a su coche, estacionado no lejos de ladrón de coches.
allí. Cuando se dispone a abrir la puerta, un militar vestido de civil lo Hacial el final de la tarde, caen por fin las informaciones des-
aborda: «¡Tiene los papeles del vehículo?» de Buenos Aires. El comisario en persona viene a ver a Daniel en
Sin vacilar un instante, Daniel hace un gesto brusco y se escapa su celda. Le dice simplemente, con un tono casi compasivo: «Ahora
a toda carrera. Al llegar a la esquina, tira los documentos falsos y si- sabemos quién sos, los duros que llegan ahora se ocuparán de vos».
gue corriendo. Pero no por mucho tiempo. Una patrulla de la policía Son tres. Vestidos de civil. Con pinta de asesinos.
provincial lo intercepta en la esquina de las calles Belgrano y Sargento
l. Al parecer, el hijo del dueño del coche, de paso por el barrio, había reconocido el
Cabral.
vehículo y había avisado de inmediato a la policía.
184 1 PHIL!PPE BROUSSARD
Querida Franroise,
cia. Pero además, Marie-Anne era muy joven y Francia, donde había ciares estalinistas. Hasta su apreciación de su familia es más matizada
vivido dos o tres años, pertenecía ya al pasado. Importaba solamente de lo que creía. En su memoria, usted era más «flexible» que Albert,
la lucha política en la Argentina». siempre dispuesta a llegar a un arreglo con Marie-Anne. Daniel insiste
Según él, Albert era, pues, un hombre de «extrema derecha» y Ma- también en que ella no había roto nunca los lazos con su familia y que
rie-Anne mantenía «pésimas relaciones» con ustedes dos. la partida para Mendoza, por esa razón, fue un desgarro. .
La severidad del juicio podría hacer pensar que la fuerte perso- Las horas pasadas en el café y luego en un restaurante con parrilla,
nalidad del ex montonero, «Pancho» para sus compañeros, era muy nos permitieron evocar, sobre todo, las sucesivas etapas de su vida en
intransigente. Yo temía encontrar a un ex activista de izquierda similar común. No era la primera vez que Daniel se encontraba con periodistas
a muchos otros que había conocido, inteligentes pero incapaces de auto- a propósito de estos temas, pero nunca antes las entrevistas fueron tan
crítica, y convencidos de que la extrema derecha empieza en el centro. largas y profundas.
Daniel creía, equivocadamente, que su marido era un «pied-noir» 1 No lo sorprendió la idea de que se dedicara un libro a su ex com-
nostálgico de las colonias perdidas. Durante mi primer encuentro de pañera Marie-Anne. Según él, ella lo merece. La amó, Fran<;oise, es
hace unos días, tuve que explicarle que era cierto que Albert había indudable.
vivido en Argelia, pero por un período muy breve, como militar, en la A la salida del restaurante fuimos a un bar de Puerto Madero. Mi-
época de la guerra. rando ese barrio renovado, muy apreciado por la juventud dorada de
Nos habíamos dado esa primera cita en un café de San Yelmo, en 2010, nos costaba creer que ese país fuera el que Marie-Anne conoció
Buenos Aires. Como Daniel no habla francés ni inglés, yo había invitado en los años setenta. Y sin embargo, la villa de Retiro sigue existiendo,
a la reunión a un amigo francés instalado en la Argentina, Joel Riveslan- a cinco minutos en taxi, a dos pasos del hotel Sheraton y del Alvear
ge, para que no hubiera malentendidos en nuestra conversación. Había Palace. Hasta han bautizado con el nombre Padre Mugica, una calle de
que captar todos los matices del personaje, avizorar al hombre detrás de los alrededores, que corre entre las vías férreas, en homenaje al famoso
sus palabras, comprender a «Pancho» detrás de Daniel. sacerdote asesinado.
¿Qué puedo decirle de él? Que es un hombre de altura mediana, de Creo que Daniel ha hablado con total confianza, sin ocultar nada.
unos sesenta años, con unos anteojos que le dan un aire de profesor uni- Ni las críticas contra la dirección de Montoneros ni su propia ceguera.
versitario. Que se expresa en términos precisos, con un tono tranquilo Se acordó, por ejemplo, de la foto que se había sacado con Marie-Anne
y sin agresividad. Que tiene sentido del humor. En resumen, para ser en un barrio turístico. « 1° de mayo de 1975, victoria de los Khmers
franco, no tiene nada del guerrillero amargo y esclerosado en los gla- Rojos», habían escrito.
Me dijo que las fuerzas de seguridad habían incautado esa foto en
l. Dentro de la sociedad colonial franco-argelina anterior a la independencia de
la casa de Mendoza. Las palabras escritas al dorso no los favorecieron
Argelia, y de la que le sucedió después de 1962, el apelativo no muy preciso de pied-
noir puede designar tanto a franceses implantados en Argelia recientemente o desde mucho ... «No podíamos sospechar los horrores que sucederían en Cam-
muchas generaciones, como a franceses y sus descendientes nacidos en Argelia, así boya» -dijo, defendiéndose- y no me arrepiento ni por un segund~
como también a los fervientes partidarios antigaullistas de la «Argelia francesa». Pero de lo que pude hacer en esa época. Con la distancia actual, puedo decir
también señala a la comunidad franco-judía instalada en Argelia, o al «expatria-
que teníamos el poder adquisitivo y el acceso a la universidad. O sea,
do» obligado a abandonar Argelia y volver a Francia después de la descolonización
(adonde van a formar otra «colonia» muy identificable ... ). Íntimamente unida a la nuestra situación no era mala. Viendo a la juventud de hoy, pienso que
posición identitaria o política que se tome respecto del imbroglio de las relaciones es ahora cuando tendrían que rebelarse.»
entre la metrópoli y las colonias, la expresión pied-noir está lejos de ser unívoca, y su Más tarde, durante la cena, traté de saber si tenía remordimien-
connotación cambia según que la enuncie un nacionalista argelino o un francés de
tos respecto de Marie-Anne, o si se sentía en falta por haberla llevado
Argelia ... Es evidente que Daniel Rabanal la usa como sinónimo de colono (francés)
explotador del nativo argelino. [N. de la T] a Montoneros. Esta pregunta, Frani;oise, era un poco la suya, llevaba
188 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 189
todas sus heridas y acusaciones de madre. Mire lo que me respondió: deseo de su hija Marie-Noelle, que intercambió varios mensajes por
«Quise y respeté a Marie-Anne. Aunque hayamos pasado por momen- con él cuando vivía en Bogotá. Estoy seguro de que aceptaría, aunque
tos difíciles, ella nunca dudó de su compromiso. Por consiguiente, no Juera nada más que para hablarle de Marie-Anne.
experimento ni remordimiento ni culpabilidad respecto de lo que le Cuando yo la vi en 2000, usted me había dicho que ese perdón
ha ocurrido. Mire, era una chica sólida e independiente, capaz de ele- estaba por encima de sus fuerzas de cristiana. ¿Sigue siendo así? Yo
gir y tomar sus decisiones con toda libertad. Nunca intenté influirla 0 no soy amigo de Daniel Rabanal ni su abogado, pero estoy convencido
imponerle cosas. Ella sabía cuáles eran los riesgos que corría si vivía ahora de que Marie-Anne no lo necesitaba a él para trazar su camino,
conmigo. Mi jerarquía en Montoneros era superior a la de ella pero en Mendoza o en otro lado.
nuestras esperanzas eran idénticas en todo. Si yo le hubiera dicho: ''Es Con mi amistoso recuerdo,
demasiado peligroso, tenés que irte", ella se habría sentido humillada,
y con razón. Le hacía sufrir el hecho de no tener un rol más activo. No Philippe
olvide que su compromiso era visceral, venía de sus tripas, no era pura
ideología. Quería ayudar a la gente, sobre todo a los niños. Que yo sepa,
Marie-Anne nunca detentó armas ni las usó, en cambio yo sí las tuve
y las usé, y lo asumo».
Mi segundo encuentro con Daniel Rabanal tuvo lugar en Belgrano,
no muy lejos de la antigua casa de la avenida Monroe. Era una linda
ma(lana soleada, siempre en la vereda de un café. Esta vez me contó
largamente los últimos momentos vividos con Marie-Anne, luego su
detenci(m el 6 de febrero de 1976 en Mendoza.
Yo había llevado fotos en blanco y negro de montoneros conocidos
en la provincia en esa época. Hombres y mujeres desaparecidos desde
el período de la dictadura. Daniel pasó revista a esos rostros y se detuvo
bruscamente en uno de ellos: Jorge Vargas. Un abogado originario de
San Juan pero instalado en Mendoza. Según él, era sin duda alguna
el jefe, el hombre que se hallaba en la casa con él y luego en el café el
día de su arresto. Parecía turbado al ver resurgir ese actor decisivo de
su historia. Se quedó un momento en silencio, como si por un instante
hubiera vuelto a febrero de .1976.
En total, contando todos nuestros encuentros, pasamos juntos unas
seis o siete horas, sin incluir los muchos mails intercambiados para ve-
rificar una que otra información. No sentí en él ninguna reticencia
ni voluntad de disimular esto o aquello, tanto respecto de él como de
Marie-Anne.
Después de despedirme aquella mañana, pensé si usted estaría dis-
puesta a encontrarlo, ahora que vive de nuevo en Buenos Aires.
Solo usted puede tomar esa decisión pero creo que sería el más caro
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 191
ahogados de las cañerías. Su calvario va a durar unos doce días. Casi ra-sigue relatando Rodolfo Rabanal-y me pusiera en contacto
dos semanas de idas y venidas entre el piso y el subsuelo. con los abogados de su organización para iniciar trámites a favor de
21 de febrero de 1976, Daniel Rabanal, el «Pancho» de los Mon- mi hermano. Yo no quería dar a mi acción una dimensión política.
toneros, es transferido por a la cárcel oficial de Mendoza. Volví, pues, el mismo día, a Buenos Aires, para estudiar el asunto con
dos amigos abogados. Unos días después, volvimos juntos a Mendo-
za. Durante este segundo viaje, vi probablemente a Marie-Anne dos
En cuanto se entera del arresto de su compañero, Marie-Anne veces, no más, en cafés. Conservaba sus anteojos, que no le servían
redacta su carta de renuncia a la compañía Austral. Un texto breve, de mucho porque era tan linda que le daban un aspecto de estrella de
escrito a las apuradas en una hoja suelta: «Presento mi renuncia a mi cine. Había siempre una forma de excitación en su actitud, pero no de
puesto a partir del 7 del mes corriente [febrero]. Marie-Anne Erize». pánico. Como muchos jóvenes de veinte años en esa época, la invadía
No volverá nunca más a la agencia y a la casa. Demasiado peligroso. un entusiasmo juvenil, una euforia romántica de la lucha. Alrededor
Había que advertir luego al hermano de Daniel, Rodolfo Raba- de ella, la gente la alentaba dándole la ilusión de que todo tendría un
nal. Ella lo conoce, se han encontrado varias veces. Tiene 35 años, buen final para ellos dos. Por mi lado, tenía que resolver un problema
es un escritor con mucho futuro, periodista en el diario La Opinión doble: encontrar a Daniel y ayudar a Marie-Anne. En cierto modo, me
de Buenos Aires. Para evitar los controles telefónicos, Marie-Anne sentía responsable de ella. Era, por así decir, mi cuñada. Pero de ahora
lo llamó desde una cabina, esperando que el otro comprendería su en adelante, ella era clandestina y por lo tanto corría peligro. Cuando
lenguaje codificado: mis abogados me dijeron que era imposible para mí quedarme en
-Rodolfo, tenés que venir a vernos a nuestra casa de Mendoza. Mendoza, tuvimos ambos una última conversación ...
Tu hermano está en una situación complicada. »Ese día, lo que nos dijimos fue tan breve como emotivo.»
-¿Cómo? ¿Una situación complicada? -Marie-Anne, tenés que irte -le implora Rodolfo-. Mis amigos
-Tendrías que venir con un médico porque está realmente muy lo confirman, la situación es grave.
mal. - De ningún modo.
Rodolfo no sabrá más nada. Loco de inquietud, se mete en el pri- -Pero sos francesa, podés dejar el país.
mer avión pensando que al llegar encontrará a un médico que podrá -No me iré de aquí antes de saber dónde está Daniel.
curar a Daniel. Rodolfo no la verá nunca más. A fines de febrero, cuando logra
Marie-Anne lo espera en el aeropuerto, con los ojos ocultos detrás localizar a su hermano en la cárcel y puede visitarlo, este le pregunta,
de unos espesos anteojos de sol. Rodolfo la ve más bien distendida pero inquieto: «¿ Y Marie-Anne?»
nota un estado subyacente de exaltación. «Cuando me vio -cuenta- la Rodolfo le cuenta sus viajes a Mendoza y su última conversación
primera reacción de Marie-Anne fue burlarse con humor de mi traje en torno a una eventual partida de la Argentina.
azul oscuro. Me dijo: "¿Pero por qué te ponés semejante cosa? ¡Parecés - ¿Y después?
un cana!': Después me contó lo que le había ocurrido a Daniel y en- - Desde entonces, no tuve más noticias.
tendí qué significado encerraba la "situación complicada"... Lo habían Ambos lo ignoran, pero ella ha encontrado refugio a ciento se-
arrestado y nadie sabía dónde estaba detenido». 1 tenta kilómetros de allí, en la última ciudad antes de la frontera con
Marie-Anne no vino sola al aeropuerto. Tres o cuatro jóvenes Ia- Chile: San Juan.
acompañan. Jóvenes montoneros. «Todos deseaban que yo me queda-
me alentaba a continuar, era feliz y lo emocionaba que alguien llevase Sin grandes expectativas, también yo intenté buscarlo, pensando que
a cabo el proyecto de Ana. tal vez vivía todavía, de este lado del Atlántico. Pensaba, en resumen,
El momento era para mí excepcional: encontrarme frente a un hom- que con suerte, sí, con mucha suerte ... Y lo logré.¿ Cómo? De la manera
bre curtido por la experiencia, un veterano de los años sombríos, y sentir más simple del mundo: ¡gracias a la guía telefónica y a Internet! Más
que me otorgaba lo esencial: su confianza. aún, ¡Marcelo Peschin es empleado de una librería parisina situada a
Cuando partimos, Miguel Bonasso hizo un último gesto que tampo- menos de diez estaciones de subte de mi trabajo!
co olvidaré nunca. Sin una palabra y con los ojos brillantes de emoción, Mi llamado no pareció sorprenderlo. Como si hubiera estado es-
me miró mostrándome su puño cerrado. Como diciendo: «Resistí, seguí perando que su pasado argentino resurgiera de nuevo una mañana de
adelante ... » invierno.
Recuerde, querida Franroise: al comienzo de mis investigaciones, Yo estaba muy tenso pensando que iba a cortar sin contestar, o que
usted deseó no mostrarse. A la espera de los plazos judiciales, prefirió se negaría a recibirme para no reabrir sus heridas, o para preservar no
guardar silencio. Como ya se lo escribí varias veces, es una decisón que sé qué secreto. Pero no, se mostró acogedor y disponible. Su voz era dulce,
yo comprendo y respeto. Pero no dude de lo justificado de mi trámite: su francés llevaba la marca de sus orígenes argentinos. Cuando le dije
esta historia debe contarse. Ana de Skalon estaba convencida, Miguel que había hecho una lista de todas las personas que habían conocido a
Bonasso también. Y no son los únicos ... La mayoría de la gente que Marie-Anne en San Juan en 1976, me contestó: «Conozco a esa gente,
llamo, tanto aquí como en Francia, se alegra de dar testimonio. Me pero creo que soy el único que vive en Francia».
mandan mails, fotos, documentos, reconstruyen el hilo de su memoria, Habían bastado unos segundos. Me quedé sin voz.
para mí y sobre todo para Marie-Anne. Y sin embargo, soy un extranje- Es una sensación inexplicable enterarse, después de meses de ansiosa
ro para ellos, aparezco de golpe en sus vidas, entro como por efracción, impaciencia, que existe a dos pasos de su propia casa una persona que
con mi cuhosidad y mis preguntas a veces estúpidas. detenta una parte de la verdad, una persona de la que la justicia no
El encuentro que más me impresionó se remonta a más de un año sabe nada. Un hombre que podría haberme cruzado en un café o en
atrás, esta vez en París. No me tenga rencor si no le hablé nunca hasta un negocio del Barrio Latino, sin adivinar su proximidad con su hija.
ahora de esto. Me demoré porque me parecía prematuro. Pero ahora ha Marcelo Peschin aceptó verme para hablarme de ella y de San Juan,
llegado el momento ... su ciudad natal. Nos pusimos de acuerdo en almorzar juntos en las
El hombre que conocí ese viernes 6 de marzo de 2009 es un testigo semanas siguientes.
importante. El juez de instrucción francés que lleva a cabo la investiga- ¿Qué sabía, concretamente? ¿La había conocido de cerca o se habían
ción ignora, qué extraño, su existencia, a pesar de que trabaja a cinco visto de paso por actividades políticas? ¿Se habían encontrado desde la
minutos a pie del Palacio de Justicia de París. llegada de Marie-Anne a San Juan, en febrero de 1976, u ocho meses
Se llama Marcelo Peschin. No conoció a la Marie-Anne de Buenos después, en las semanas que precedieron el secuestro?
Aires, de los desfiles o de las villas, sino a la de los últimos meses en San Contaba los días.
Juan. Descubrí su identidad un poco por casualidad, consultando un Marcelo Peschin, iría a ver a Marcelo Peschin.
viejo documento judicial, una nota de síntesis excelente que su aboga- Su nombre se había vuelto sinónimo de misterio. Esperaba mucho,
do argentino, Horacio Méndes Carreras, había redactado en los años o tal vez demasiado, de ese almuerzo.
ochenta: «El nombre de Marcelo aparece constantemente durante las Su librería, especializada en libros usados, está situada en pleno
investigaciones, pero no pude localizarlo», escribía entonces, precisando Saint-Germain-des-Prés. Me había dado cita, por lo tanto, cerca de
que ese misterioso Peschin ya no vivía, al parecer, en la Argentina, sino allí. El restaurant, llamado Le P'tit Fernand, es de esos cuyo menú se
probablemente en Francia. puede leer en un pizarrón en la vereda. Las mesas están cubiertas por
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manteles cuadriculados blancos y rojos. Llegué temprano y, mientras En ese preciso instante supe verdaderamente que no estaba frente a
esperaba, traté de imaginarme cómo sería «mi» testigo olvidado. Vaya un testigo entre otros sino ante EL testigo, el hombre providencial que me
uno a saber por qué, me lo había imaginado petiso, delgado, de cierta iba a permitir reconstituir los ochos meses de Marie-Anne en San Juan.
edad, con la elegancia un poco trasnochada de los viejos comerciantes Esa tarde el tiempo voló. Cuando pagamos la cuenta, todas las otras
de ese barrio burgués. Me equivocaba. mesas del restaurante se habían vaciado hacía un buen rato. Marcelo
Como estaba de espaldas a la puerta de entrada, lo primero que debía retomar su trabajo. Lo acompañé por las callecitas soleadas de
escuché fue su voz. Mejor dicho, la del mozo: «Bonjour Marcelo!», Saint-Germain-des-Prés, hasta la librería.
después la del dueño: «Bonjour Marcelo!» y al final la del cocinero: Un cliente caminaba impaciente de un lado a otro delante de la
«Bonjour Marcelo!». Todos lo recibían como habitué y amigo. Cuan- puerta y se burló amablememnte de su concepción sudamericana de los
do se presentó delante de mí, comprendí por qué: Marcelo Peschin es horarios de apertura. Ignoraba que Marcelo Peschin, su proveedor de
un barbudo de unos cincuenta años, tiene un físico corpulento, modos libros raros, volvía de un largo, larguísimo viaje por el tiempo.
simples y el don de descubrir libros agotados para clientes coleccionistas Querida Franroise, voy a tener que dejarla en este momento real-
a los que tutea sin escrúpulo. mente conmovedor. Ahora me toca a mí ir en busca de «Lucía», en San
No sabía por dónde empezar. ¿El libro? ¿Marie-Anne? ¿Su propia Juan.
vida? Más valía tomar el toro por las astas y contarle cómo la investi- Hasta pronto.
gación me había llevado hasta él: el documento del abogado, Internet, Con mi recuerdo amistoso,
la guía de teléfonos ... De hecho, él conocía a Horacio Méndez Carreras
y h,asta lo había visto algunos años antes en París, a propósito de este Philippe
asunto. «Pero ni el juez de instrucción francés ni la abogada parisina de
los Erite me interrogaron nunca», me precisó, para mi gran sorpresa.
Después evocamos largamente a Marie-Anne. O más bien a «Lucía»,
ya que la conoció bajo esa falsa identidad en 1976...
Durante la conversación, Marcelo estuvo muchas veces a punto
de llorar. Los mozos del P'tit Fernand debieron preguntarse qué podía
afectarlo tanto. Estaban a mil leguas de imaginarse las cosas que me
contaba: la clandestinidad, la dictadura, la desaparición de su propia
novia llamada Gladys, su huida a Israel y luego a Francia. Y «Lucía»,
o «Lucííía», como él decía con su acento.
Marcelo y su hija no tuvieron una relación íntima, estoy seguro,
solo un vínculo de confianza y complicidad, de esos que se forjan en el
miedo y la resistencia. Él no sabía casi nada de su vida anterior ni de sus
amores con Daniel, Miguel o Eudes. Para él era simplemente «Lucía»,
la bella montonera.
Mientras yo abordaba la escena del secuestro del 15 de octubre de
1976, delante del negocio de bicicletas adonde había ido a buscar la
suya, Marcelo sonrió levemente por un segundo y susurró con una mi-
rada de adolescente: «La bicicleta ... ¡era mía!»
•
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 201
casa modesta cerca de un club de boxeo. La propietaria, una vieja tre las células, para saber lo menos posible unos de otros. Saber solo
señora poco curiosa, les alquila la habitación del fondo, al extremo los sobrenombres: «La Gorda», «El Chastro», «La Pata», «Petete» ...
del corredor a la derecha. Cree que son estudiantes. Ellas son mon- Y por supuesto, «Lucía».
toneras. Para guiarlos en esa ciudad descompuesta desde el atentado, «la
San Juan no es Buenos Aires, ni Mendoza; la represión es allí me- orga» ha designado a un joven absolutamente fiable: Marcelo Peschin,
nos intensa y el miedo menos oprimente. Es hasta posible llevar una de 19 años. No es montonero sino «simple» militante peronista. Ha
vida social, con la condición de simular una indolencia despreocu- crecido en San Juan, conoce todos sus recovecos y emboscadas. Al
pada que puede a veces desconcertar. Así es como una vez invitan a ver a Lucía, piensa que una chica tan bonita no podrá recorrer cien
«Luda», a fines de febrero, a una fiesta de carnaval en una propiedad metros sin que se la detecte. Por más que se enrule el pelo, se lo corte
de Médano de Oro, al sudeste de la ciudad, adonde asisten más de o se lo tiña, en una palabra, por más que trate de afearse, es inútil. «Era
cincuenta muchachos y chicas, en su mayoría disfrazados. Entre ellos imposible esconderla -relata-,1 en cuanto nos encontrábamos con
hay varios compañeros de lucha: Carlos Melo, de la Juventud Uni- amigos, enseguida venían a preguntarme: "¿Pero quién es esa mina?"
versitaria Peronista (JUP); Marcelo Peschin, hijo de comerciantes del Se veía de lejos que no era de aquí y que su aire era más europeo que
centro de la ciudad y simpatizante de la JUP; Andrés Portillo, jefe de argentino. Supe mucho más tarde que tenía orígenes franceses. Al
esta misma organización y ex seminarista, que se ha disfrazado ese principio, me había dicho solamente que había vivido con su familia
día de ... diablo. en la provincia de Misiones, cerca de las Cataratas del Iguazú. Pero
«Lucía» descubre así el universo de los militantes de San Juan, una como el pasado de los otros militantes debía permanecer secreto, yo
micrnsociedad donde se codean hijos e hijas de profesores, obreros o no había insistido. Mi función consistía en sacarla de los escondites,
comerciantes, originarios o no de la región. Todos defienden las ideas llevarla aquí o allá evitando los cortes de calles. Nunca actuamos jun-
de izquierda y se aferran a lo que creen que es el «peronismo autén- tos en política. Un día, sin embargo, fuimos a una reunión organizada
tico», social y generoso. En su conjunto, sus acciones son limitadas: por los jefes en plena naturaleza. «Lucía» y yo debíamos preparar el
difusión de volantes, pintadas en contra de la Triple A o la presidenta asado. Yo me ocupaba del fuego y ella de los pollos. Fue uno de los
Isabel Perón, ayuda a las familias de los compañeros presos ... mejores de nuestros últimos momentos.»
Como en todas partes, se discute mucho acerca de la violencia. Por prudencia, Marie-Anne cortó toda relación con sus amigos
Algunos, sobre todo entre los más creyentes, postergan el momento de Buenos Aires. Solo sus padres saben dónde se refugia. Temiendo
de decidir esa cuestión que los enfrenta de un modo doloroso a sus las intervenciones de las líneas telefónicas por parte de los servicios
propias contradicciones. Otros, en cambio, reclaman una guerra total de inteligencia, se comunican por carta. Les ha dado una dirección
contra las fuerzas del orden. Y pasan al acto: en marzo de 1976, un adonde pueden escribirle en San Juan, un pequeño kiosco de diarios
policía federal acusado de practicar la tortura, el comisario Ernesto atendido por un compañero de lucha en la esquina de las calles Alem
Máximo Patetta, es asesinado en San Juan por un comando de Mon- y Rivadavia. Pasa por allí una vez por semana para recoger su correo
toneros que circulan a bordo de una camioneta. Entre los que perpe- a nombre de «Gloria Ruth Goldenberg».
traron el crimen, se halla el jefe local, un tal Gabino. En las cartas a su madre, Marie-Anne afirma que da clases de
Ya sea que aprueben o no esa operación asesina, todos los acti- francés y se ocupa de los pobres. Omite que esas familias necesitadas
vistas de San Juan presienten que la respuesta policial será terrible. son a menudo los parientes de compañeros presos. Hay que encontrar
Las autoridades no dejarán que una ciudad apacible como San Juan fondos, víveres, lugares para albergar a los niños. Todo eso obliga a
naufrague en la violencia. Por el lado de Montoneros, es necesario,
pues, preservar una compartimentación lo más hermética posible en- l. Conversaciones con el autor en marzo de 2009 y en enero y mayo de 201 Oen París.
♦
salir de la madriguera y exponerse. Pero por lo menos, ahora se siente blación. Poco importa que una mayoría de inocentes caiga en la red:
útil, como antes en el Bajo Belgrano o en la Villa 31. es el precio a pagar en la lucha contra el izquierdismo. Esta estrategia
Condenada a vivir al día, teniendo como único y magro sostén va a sumir a la Argentina en la peor dictadura de su historia, una era
financiero el que le procura Montoneros, anda a ciegas, sin saber lo de sospecha y de miedo donde será preciso desconfiar de todos, hasta
que le reserva el futuro. A mil kilómetros, en Buenos Aires, el destino de los eventuales «infiltrados» dentro de las células de militantes.
del país está a punto de naufragar de nuevo ... En medio de este contexto caótico, Marie-Anne no tiene la menor
El 24 de marzo, cuatro días antes del día en que Marie-Anne noticia de su novio Daniel Rabanal, detenido en Mendoza. No sabe
cumplirá 24 años, la televisión anuncia que los militares acaban de que ha pasado doce días en un calabozo, salvajemente torturado. Aho-
derrocar a Isabel Perón. Una Junta compuesta por el representante del ra se encuentra en la cárcel, con diez kilos menos y varias fracturas
Ejército (el general Videla), de la Armada (el almirante Massera) y un en las costillas, heridas en los testículos (ya no podrá tener hijos) y
tercero de la Fuerza Aérea (el brigadier Agosti), ha tomado el poder una infección grave en el talón derecho. Las correas de acero que lo
y dirige de ahora en adelante el país. mantenían atado han frotado tanto su carne bajo la potencia de las
Este golpe de Estado es el resultado de un proceso largamente descargas eléctricas, que la llaga terminó infectándose. Pero está vivo.
madurado, como si los golpistas hubieran dejado que la situación Vivo y preso, no desaparecido. En la Argentina de 1976, ese matiz es
se pudriese para presentarse luego como los salvadores y garantes crucial: marca la diferencia entre la muerte segura y una esperanza
del orden y la unidad nacionales. Su llegada al poder regocija a una de supervivencia.
mayoría de argentinos, cansados del conflicto entre los asesinos de la De alguna manera, Daniel tuvo suerte al ser detenido un mes y
Triple A y los «terroristas» de ultraizquierda (ERP, Montoneros ... ). medio antes del golpe, en un momento en que existía aún una apa-
Los propios padres de Marie-Anne, convencidos de que su hija no es riencia de legalidad en los procesos judiciales. Lo interpeló la policía y
una mqntonera sino una víctima embaucada por los «comunistas», no un grupo de esbirros a las órdenes de la Junta. Entró en el sistema
aprueban la nueva Junta Militar. de detención por un circuito «oficial». Es probable que el hecho de
Para ellos, la Argentina debe recobrar su estabilidad política y su tener un hermano periodista y un tío que había sido intendente de
rigor moral. Para comprometerse con esa tarea, los nuevos dueños de Buenos Aires haya jugado a su favor.
Buenos Aires enarbolan una prioridad central: «Erradicar la subver-
sión». Empezando por Montoneros.
La Junta aplica su plan. Dicta leyes de seguridad. Restablece la En San Juan, la atmósfera del posgolpe es relativamente tranquila.
pena de muerte. Prohíbe el derecho de huelga. Suspende las activi- En ese mes de marzo de 1976, la respuesta al asesinato del comisario
dades políticas y sindicales. Ocupa las universidades con tropas del de policía Patetta se hace esperar. Es cierto que se hace difícil viajar
ejército. Refuerza los controles en las rutas, las estaciones y los aero- por la ciudad, pero la situación no es para nada comparable con la de
puertos. Por todos lados, una tenaza cada vez más férrea se cierne las grandes aglomeraciones, como Buenos Aires o La Plata. Marie-
en torno de los que el nuevo poder llama los «delincuentes subver- Anne, escoltada por el alerta Marcelo Peschin, encuentra siempre la
sivos». Lo rige la evidente voluntad de asestar un golpe a la base del manera de soslayar los cortes de calle del ejército ¡y hasta de ir al
movimiento y perseguir a los que los escuadrones de la muerte de la cine!: «Yo quería ver La Pantera Rosa -cuenta Marcelo-, pero esa
Triple A no han podido ejecutar. Todos deben sentirse entrampados película no entraba dentro de sus gustos: "Quiero una película de sexo
y asfixiados. Para lograr esos objetivos, hay que ampliar el círculo de y violencia'', decía. Era alegre, estaba llena de vida y de sentido del
la represión, extenderla sin respetar ningún límite, aterrorizar a los humor. Recuerdo, por ejemplo, que a veces me llamaba "Tranquera''
parientes o amigos para aislarlos de toda protección dentro de lapo- porque yo llevaba en ese entonces un aparato de ortodoncia. Tenía
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una capacidad portentosa para poner al mal tiempo buena cara. Lo Han estudiado juntos los modos de hacerle dejar el país con todas las
más importante para ella era el contacto con la gente, compartir lo garantías de seguridad. ¿En avión? Demasiado peligroso. ¿Por tierra?
poco que tenía». Imposible. Queda solamente el barco. Miguel conoce una línea que
Lo esencial de su actividad se concentra en el barrio pobre de San podría hacerle cruzar el Río de la Plata fuera de los cabotajes habi-
Juan, la Villa del Carril, adonde suele ir con dos o tres compañeros. tuales, para llegar a Uruguay por uno de los muchos canales que se
Aprovechan las fiestas y celebraciones organizadas por los habitantes hunden en las tierras.
para ocuparse de los chicos, aconsejar a los padres en la compra de Fran4roise Erize ha puesto todas sus expectativas en ese proyecto
bienes comunitarios y para difundir así, a una población precisa, su digno de una novela espionaje. Pero otro lado, uu,,nn.'-'H
ideología sociahzante. Los villeros, que la conocen como «Sofía», la tomar sus precauciones. Según el Consulado, es peligroso que vaya
adoptan desde el primer contacto. Como antes en el Bajo Belgrano o sola a San Juan. Viajará, pues, con el director de la Alianza Francesa
en la Villa 31 de Buenos Aires, Marie-Anne se siente allí a sus anchas. de toda América del Sur, que ha previsto ir a la provincia el 30 de
Las familias la invitan a tomar mate y a tocar la guitarra, en presen- mayo. Una vez allí, será alojada en la casa del responsable local de la
cia de los niños maravillados. Solo el jefe del barrio sabe que ella es Alianza Francesa.
montonera, pero con él no hay peligro, porque Héctor Córica es el En avión, el trayecto de Buenos Aires-San Juan dura más o me-
hombre del kiosco de diarios donde ella recibe sus cartas. nos una hora y media. El aparato sobrevuela primero el oeste de la
Durante el mes de mayo de 1976, le entrega una carta con remi- capital, luego Mendoza y por fin las inmensidades verdes de la llanura
tente de Buenos Aires. La abre: su madre le anuncia su intención de de San Juan. Con buen tiempo, se perciben a lo lejos las cim.is de la
venir a San Juan. precordillera.
Frarn;:oise no estuvo nunca tan inquieta por su hija como ahora. A «Te esperaré entonces todos los días, a las 12 h, delante de la ca-
los cuarenta y ocho años, conoce el país mejor que cualquiera y adivi- tedral», había escrito Marie-Anne a su madre.
na que el golpe del 24 de marzo no augura nada positivo. La Argentina A la hora señalada, Frarn;:oise va al centro de la ciudad y cruza la
«eterna» del Estado Mayor y de la Iglesia, la Argentina ultraconserva- plaza del 25 de Mayo. La catedral se levanta del otro lado, más allá
dora de los grandes latifundistas les va a hacer pagar caro a los «rojos» del estanque y los bancos públicos. Es un monumento un poco frío,
sus sueños revolucionarios. En Buenos Aires, la comunidad francesa de inspiración italiana, construido después del terremoto de 1944.
presiente que los jóvenes que han entrado en la aventura peronista Franyoise se adelanta buscando a su hija con la mirada.
de los últimos años se van a convertir en sospechosos y deben irse lo Allá, en la entrada. Sí, allá ...
antes posible al extranjero. Marie-Anne está radiante, aunque no puede ocultar su emoción.
El objetivo del viaje de Frarn;:oise es, pues, convencer a su hija de Estrechando a su madre entre sus brazos, la besa largamente: «Vení
que debe escaparse. Por prudencia, informó de su viaje al diplomático -le dice- vamos a casa».
del Consulado de Francia. Serge Bataille, un ex miembro de la resis- En la calle Sarmiento, en Concepción, Fran~oise descubre la casa
tencia francesa que ella aprecia sobremanera, se ha comprometido a sin pretensiones que le sirve de escondrijo: el living, el patio, el dor-
ayudarla si Marie-Anne acepta partir. Según sus planes, tres agentes mitorio que comparte con las otras dos chicas. La pieza es grande y
de los servicios franceses irían a buscarla en coche y la llevarían de funcional; sus tres camas individuales están alineadas contra la pared
vuelta, discretamente, a Buenos Aires. El paso ulterior consistirá en del fondo, lo que les deja un espacio para comer en la pieza.
sacarla fuera de la Argentina. Un hombre está dispuesto a organizar Fran~oise ha previsto pasar dos días en San Juan. Cuarenta y ocho
su fuga, su ex compañero Miguel Reynal, el dueño de la compañía horas para convencer a su hija y someterla a su plan: los agentes, el
Austral. Fran~oise ha ido a verlo y le ha mostrado las cartas de su hija. viaje por los canales fuera de línea para llegar a Uruguay... Tiene
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Querida Fran~oise,
Mi hotel está ubicado en pleno centro. Desde mi habitación veo Todo es cierto, a lo mejor. ¿Pero por qué Moroy no dijo nada durante
la catedral donde usted se había dado cita con Marie-Anne del 30 de el interrogatorio de la brigada criminal? Al contrario, insistió en preci-
mayo de 1976. Ignoro qué aspecto tenía San Juan en esa época, pero sar: «Nunca vi a Marie-Anne en posesión de un arma durante todo el
hoy es una ciudad muy agradable, de dimensión humana, con un aire período en que militamos juntos».
de «pequeño municipio de provincia». Durante el día, la gente hace sus El otro testigo, a mi parecer más fiable, es Eloy Camus, funcio-
compras en el sector peatonal y por la noche toman fresco en los bancos nario en la administración provincial. Él sí conoció brevemente a
públicos o en las veredas de los cafés. Marie-Anne en 1976. Pero no fue por eso que tomamos un váso de
Las huellas de la dictadura son escasas. Se perciben apenas algu- vino juntos en cuanto llegué a San Juan, el viernes por la mañana,
nos libros en las vidrieras de las librerías. El sufrimiento se diluyó con sino más bien para evocar sus investigaciones sobre la dictadura en
el tiempo, el horror se convirtió en historia. De ese lejano pasado solo esa ciudad. Después de trabajar durante años en forma privada, ex-
quedan coches: los Ford Falcan que utilizaban los torturadores. Están trajo de esa labor un libro, publicado por la universidad local en
siempre allí, indestructibles, con sus caños de escape chisporroteantes. Al octubre de 2009. Según él, el número de víctimas en San Juan sería
verlos, no puedo evitar pensar en el secuestro de Marie-Anne ese viernes mucho más elevado (por lo menos ciento veinticinco personas) que
15 de octubre de 1976 delante de la bicicletería. Ese día, sus captores el balance admitido (unos treinta) por las organizaciones de defensa
la habían metido en el baúl de un Falcan. « Un Falcan de color claro», de los derechos del hombre.
según los escasos testigos. Su libro retrata el trayecto de más de un centenar de hombres y
Durante mi primer viaje, había podido entrevistar a dos hombres mujeres en la región. Unas cuarenta páginas están dedicadas a Marie-
que la habían conocido. Anne y a sus principales compañeros. Al parecer, un pasaje le molestó,
El primero es Jorge Moroy, alias «El Polaco», un ex montonero de el que dice que la familia Erize pertenecía a la «clase media alta»,
San Juan. Esta vez, no organicé un encuentro personal por una razón dicho de otro modo, a un ambiente social favorecido. «No éramos ri-
muy simple: dudo de su credibilidad. cos, siempre tuvimos que arremangamos para sobrevivir», les habría
Sus declaraciones ante la justicia y los medios comportan impreci- dicho usted a diversas personas, reaccionando contra los escritos de
siones y hasta contradicciones. En junio de 1985, había indicado a la Eloy Camus.
justicia argentina que había visto a «Lucía» solamente dos veces, y que No lo dijo para herirla, Fran<;oise, sino para destacar el hecho de
la conocía poco. Quince años después, declaraba a los diarios de su país que Marie-Anne provenía de un ambiente diferente de la gente que
haberla vista «prácticamente todos los días» y hasta haberse enamorado ella quería socorrer. Aunque haya forzado un poco las cosas con la
de ella. Cuando los policías franceses de la brigada criminal lo interro- fórmula «clase media alta», sería injusto reducir el libro de Eloy a
gan a su vez el 4 de marzo de 2003 en París, evoca «dos o tres» citas por esa única frase. Trabajó mucho sobre las actividades encubiertas de
día con «Lucía» en septiembre y octubre de 1976. la represión en San Juan durante el período 1975-1983. Sin super-
«El Polaco» Moroy es un hombre simpático y afable cuyos antepa- severancia y la de sus hermanas (Margarita, la magistrada, María
sados eran oriundos del norte de Francia. ¿Pero su memoria no le hace Julia, abogada), esos dossiers habrían caído en un total olvido. Sus
trampa? En 2000, yo había hablado mucho con él y me había propor- búsquedas siempre complementaron las investigaciones, más judicia-
cionado datos importantes: les, de su abogado argentino Horacio Méndez Carreras. Consultando
- Que Marie-Anne detentaba un arma que no había usado nunca; los archivos, pude comprobar cuán profundo fue el compromiso de
- que un día, en un supermercado, habría robado el monedero ambos en este asunto.
de un cliente porque la organización carecía de documentos de iden- Apenas llegué, Eloy me pidió el favor de dar una conferencia de
tidad. prensa a la semana siguiente, para explicar a los periodistas locales mi
4if
trabajo acerca de Marie-Anne. Su historia es conocida aquí, los medios ¿Recuerda usted que «Celeste» era una de las dos chicas que com-
la han tratado largamente, pero sin llevar muy lejos las investigaciones. partían la habitación con Marie-Anne cuando usted vino aquí en mayo
Eloy quiere que hable, para mostrar que los crímenes de la dictadura de 1976? Ahora es una mujer de cerca de sesenta años cuya mirada se
siguen siendo de interés en el extranjero. Por simpatía por él, participaré nubla de tristeza con solo evocar ciertos episodios. Hablando con ella,
en esta conferencia. Pero sin revelar tampoco demasiados elementos, me contó, sin embargo, una anécdota divertida: «Había en el grupo un
porque falta mucho para que la investigación se termine. Para serle muchacho forzudo y muy simpático cuyo sobrenombre era "El Gordo".
franco, me ocurre a veces perderme un poco en medio de la masa de Varios muchachos estaban enamorados de Marie-Anne, "Lucía", como
informaciones ... Demasiados nombres, sobrenombres, fechas, recuerdos la llamábamos. Pero solo el Gordo tuvo la valentía de declarárselo un
más o menos brumosos. Así lo quiso Marie-Anne: su vida, sus vidas, día, en plena reunión y delante de todos. Ella se burló graciosamente
fueron un rompecabezas de mil piezas. de él, sin agresividad, y la cuestión quedó ahí. Para serle totalmente
Lo más desconcertante en los ocho meses que ella pasó en San Juan honesta, estábamos todas un poco celosas de Marie-Anne, que atraía
es la desconexión casi total de este episodio respecto de los anteriores. tanto a los hombres».
Ella había construido aquí su propio mundo, separado de todos los Otro ex militante aceptó testimoniar: Héctor Córica. Más vale que
demás. Cuando daba a sus nuevos amigos indicios de su pasado, era a se lo diga, Franroise: sin que usted lo sepa, este hombre de sesenta años
cuenta gotas, por pudor o por precaución. Ellos no podían calibrar la desempeñó una función crucial en su vida, entre febrero y octubre de
riqueza de su trayectoria, a los vienticuatro años: Espartillar, Wanda, 1976. Es el dueño del kiosco de diarios donde Marie-Anne recogía sus
Buenos Aires, Miramar, París, Jersey, Saint-Tropez, Resistencia, Río, cartas. Era el enlace entre ustedes dos, el cartero de sus secretos. I-Iéctor
Nueva York, España, otra vez París, el Bajo Belgrano, el Machu Picchu, no olvidó nunca la sonrisa de felicidad de Marie-Anne cada vez que
la Villa 31, Mendoza ... Y por fin San Juan, donde da la impresión de recibía una carta de Buenos Aires.
haber llegado a la última fase del acoso, semejante al Fugitivo de la serie Vivía en esa época en la Villa del Carril, ese barrio pobre que a
y la película epónimas. ella le gustaba tanto. «La gente la adulaba -me contó-, tenía una
¿Quién queda, en 201 O, que nos pueda relatar esa trampa progre- verdadera personalidad, una reflexión política estructurada. Una vez
siva? En San Juan, la represión fue feroz. Faltan sobrevivientes. Justo que estaba entre nosotros, se comportaba como una líder, dirigía la
antes de dejar Buenos Aires, el otro día, pude encontrarme pese a todo maniobra, organizaba actividades, sobre todo para los chicos. Recuerdo
con Carlos Mela, uno de los que participaban en la famosa fiesta de haberla visto participar en una carrera donde cada adulto llevaba a un
disfraces de febrero de 1976. Mirada a distancia, esa fiesta de carnaval niño sobre los hombros. Otro día, en invierno, regaló su tapado de piel
aparece como un viraje en el destino de esa comunidad de militantes, a una mujer que temblaba de frío.»
una especie de clímax de la despreocupación: los personajes centrales Cuando Marie-Anne desapareció en octubre de 1976, le faltó poco
de la futura tragedia están reunidos allí, uno disfrazado de diablo, otro a Héctor Córica para ser detenido. Se escapó de San Juan y volvió
de Nerón, un tercero de yudoca. Bailan, cantan, beben, aprovechan sus recién en 1982. Desde entonces, envejece con sus dolores de sobrevi-
veinte años sin preocuparse por el mañana. viente, cargado con el duelo imposible de los compañeros cuyos cuer-
Carlos Mela estaba presente ese día. En los meses que siguieron logró pos nunca se encontraron: Florentino Arias, las hermanas Otarola,
exiliarse. Mucho más tarde fue a vivir a Mozambique y luego ... a París. Gladys Sánchez ... Por lo menos unas treinta personas. Entre ellas
Otra sobreviviente de los años de plomo es una mujer conocida con Marie-Anne.
el sobrenombre de «Celeste». No puedo develarle su verdadero nombre «No pertenezco al club», le había dicho a usted en mayo de 1976.
ni su profesión, ni el lugar donde la vi en la Argentina, porque me pidió Era falso, Franroise. Era una gran mentira, para protegerse y sobre todo
el más completo anonimato. protegerla A USTED. Ella formaba parte de ese «club». Como Celeste,
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Héctor y algunos otros de los que ya le hablaré. Nadie la vio con un arma
en la mano, poniendo una bomba o incitando a la violencia, pero ella
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perteneció al grupo, fue montonera hasta el último día.
Hasta pronto.
Con mi amistoso recuerdo,
Philippe
metido a sesiones de un sadismo inaudito: descargas eléctricas, con Para alojar a los compañeros buscados o que esperan un refugio,
la cabeza cubierta con una bolsa de plástico o sumergida en el agua, «la orga» dispone de un campamento en las alturas del monte Cerro
golpes simultáneos en las dos orejas (el suplicio del «teléfono») ... sin Negro, a unos treinta minutos por ruta de San Juan. Los ocupantes
olvidar las torturas psicológicas. Así, unos cuatro meses después de nunca son muchos, a lo sumo unos diez. Sus carpas están instaladas
su arresto, su principal torturador le muestra la foto del 1° de mayo en una esplanada a la que se llega por senderos de cascotes y arena. En
de 1975 en Buenos Aires, poco después del triunfo de los Khmers la subida, hay que tratar de borrar con ramas las huellas de pasos, pero
rojos en Camboya. Hablando despacio y fingiendo emoción, el tipo el lugar ofrece una hermosa vista global, ideal para avistar al «ene-
le pregunta, señalando a Marie-Anne: migo». El lugar resulta perfecto, además, para depositar un pequeño
-¿La querés mucho a esta chica? arsenal (armas de mano, fusiles ... ) y entrenarse para el combate: los
ruidos de detonación, frecuentes en esa región minera, no llaman
-¡Te metió los cuernos con tu jefe de Mendoza! ¡Vos la querés y mucho la atención.
ella no te quiere! En sus orígenes, el campamento servía únicamente para entre-
namiento, pero el aflujo de militantes de Mendoza -después de la
-Sabemos dónde está. En San Juan. Colabora con nosotros y no destrucción de la sección regional de Montoneros en febrero- lo
tendrá problemas. O la dejamos libre, o la metemos en la cárcel, pero ha convertido en un lugar de tránsito, donde las condiciones de vida
sin tocarla. son más que rudimentarias. Falta agua, que hay que traer en baldes y
-¿Qué quiere que le diga? Aunque quisiera decirle algo, no po- distribuir a cuenta gotas. El menú de las comidas es invariable: arroz,
dría. Hace cuatro meses que estoy aquí. Usted sabe mejor que nadie pastas, conservas. La higiene deja mucho que desear: nadie puede la-
que no tengo informaciones de lo que pasa afuera. varse, mujeres y hombres deben dormir vestidos, las carpas despiden
-Si Vos nos ayudás, ella quedará con vida. Si no ... un olor pestilente de sudor y mezcla de suciedades diversas.
Daniel rechaza ese «ofrecimiento» y no cree ni por un instante en Marie-Anne pasa por allí solo dos o tres veces. No le molesta
la relación de Marie-Anne con Jorge Vargas, su ex jefe de Mendoza. en absoluto dormir en medio de la naturaleza, al contrario, tiene la
Pero una cosa le parece evidente: ya la han localizado, o están a punto impresión de volver a la vida de los campamentos de scout, en esa
de encontrarla. época en que sus compañeras guías o el padre Loison la llamaban
En esta época, o sea, a mediados de 1976, es imposible determinar «Lagarto mañoso».
en qué lugar vive la joven francesa. Su recorrido es sinuoso, una noche Un hombre puede dar testimonio de esas horas interminables en
aquí y otra allá. Hace malabarismos entre las direcciones, los contactos, medio de la soledad ventosa del monte Cerro Negro: Aldo Morán,
los sobrenombres: «Luda», «Sofia», hasta «Lovita». La única certeza es 60 años. Es uno de los escasos sobrevivientes de Montoneros de San
que en junio, después de la visita de su madre, vive por un momento Juan. «"Luda': como la llamábamos, estaba llena de vida -relata-
en la casa del cónsul honorario de Francia, Jean Jacquemin, en la calle y siempre dispuesta. Participaba en los entrenamientos militares, se
Maglioli nº 203 «sur» de San Juan. Se queda allí hasta el día en que un formaba en el manejo de las armas, aunque no se haya visto obligada
desconocido parado delante de la casa -un tipo rubio, bastante alto y a usarlas, por lo menos que yo sepa. En realidad, no sabíamos gran
corpulento, vestido con ropa blanca de deporte, según sus descripcio- cosa de su pasado. Un día que un avión de línea sobrevolaba el lugar,
nes- le llama la atención. Según sus amigos montoneros, se trataría me confió que había trabajado para una compañía aérea. También
de un miembro de los servicios de inteligencia apodado «El Pichi». Por hablaba de su familia y de sus padres, que adoraba. Como los días
suerte, deja ese refugio a último momento, antes de que el tipo en cues- eran largos, dibujaba mucho, sobre todo niños, o se distraía leyendo
tión venga a preguntar al propietario: «¿Acá vive Marie-Anne Erize?» nuestro futuro en las cartas: "Vas a ser el único que vivirá hasta viejo,
--------------------,,
yo moriré joven': Otra cosa me había marcado: sus manos, muy finas recibido alguna: misión en la capital? Hubieran podido interpelarla
pero arruinadas, tan rugosas como las de un artesano». 1 diez veces, cien veces, en el tren o en la ciudad. Pero no. Hela aquí
Esa vida cotidiana de privaciones fue agotándola lentamente. Sus delante de su casa de la avenida Monroe al 1602.
sonrisas, su energía, su furia por seguir avanzando no son más que Ha caído la noche, hace frío. Marie-Anne está más menuda y frágil
simulacros para disimular una angustia cada instante. Minada por la que nunca. Su rostro, de una flacura inquietante, ha palidecido y está
desazón, debilitada por la mala alimentación, Marie-Anne se miente marcado por la preocupación; sus ojos verdes revelan el desgaste y la
a sí misma y pone su salud en peligro. Violentos dolores abdomina- fatiga de una huida agotadora: «No me quedaré a dormir, tengo que
les provocados por una enfermedad parasitaria obligan a Marcelo volverme rápido», dice a todos, dándoles un beso. Apenas tiene tiem-
Peschin, su guía oficial, a apelar a un tío médico. Para recuperar sus po para echar una ojeada al garaje, su antro de otras épocas, donde su
fuerzas, Marie-Anne recurrirá también a una amiga de su hermano madre ha guardado su mesa de dibujo, sus fotos del Perú, las revistas
Marc: Marita Gómez, una joven que este conoció en el marco de la de moda ...
Gran Fraternidad Universal, la secta de la que es miembro. Tiembla de frío. Su hermanita Marie-Noelle le da un pulóver. La
A principios del invierno austral de 1976, Marie-Anne se presenta mayor parte de los otros hermanos está presente, reunida en el dor-
en la casa de Marita Gómez, en la calle General Paz 94, una pequeña mitorio de los padres: Yolande, Jean, Étienne ... Entonces Marie-Anne
casa igual a otras cien en San Juan. Marita, soltera, vive en el segundo toma una guitarra y vuelve a dar vida a la «familia Trapp», animan-
piso con su madre María Magdalena, viuda de un comisario de poli- do el coro despreocupado de los años felices. Emocionados hasta las
cía. La joven francesa les oculta su pertenencia a Montoneros. Declara lágrimas, entonan canciones de Trenet, Piaf, Montand. Y después,
estar de paso por la provincia y les pide sólo poder pasar de vez en cuando se va, y agarrándose fuerte las manos: «Es solo un hasta pron-
cuando para lavarse y descansar en un ambiente calefaccionado. La to, nos veremos», les dice.
madre y la hija se encariñan muy rápidamente con esa visitante atra- San Juan, 18 de agosto de 1976. Se expande en la ciudad la noticia
yente pero un poco perdida. Su pelo corto, sus manos sucias y su ropa de que las fuerzas de seguridad han asaltado un campamento «terro-
le dan un aspecto de descuido extremo. Además, no tiene un centavo. rista» en el monte Cerro Negro. Un guerrillero ha muerto: Roberto
El departamento de los Gómez se convierte en su refugio, una Guilbert, 25 años. Los otros, que son menos de diez, en su mayoría
especie de centro de normalidad en su vida cotidiana de fugitiva. mujeres, habrían logrado huir por la montaña. Entre ellos Marie-
Aquí por lo menos vuelve a ser «Marie-Anne» y no «Luda», «Sofía» Anne, alias «Lucía».
o «Gloria Ruth Goldenberg». En general, llega a la hora de la siesta, Nadie sabe de qué modo las fuerzas del orden se enteraron de la
mordisquea alguna cosa rápidamente, duerme un rato y vuelve a irse existencia de esta base oculta -se trata tal vez de un total azar-, pero
a la caída del crepúsculo, después de dar un beso a la dueña de casa, a era inevitable que el grupo cayera, tarde o temprano. Había habido ya
la que ha empezado a llamar «mamá». Algunos días, la depresión es varias alertas, sobre todo un sábado en que los militantes presentes
más fuerte. Con los ojos húmedos, dice de pronto, misteriosamente: habían visto a scouts en las cercanías y con un nudo en el estómago
«Ya sé cómo va a terminar todo esto». se habían preguntado qué hacer para evitar que los descubrieran. 1
¿Es esa certeza la que la lleva a ir a Buenos Aires algunas semanas Los adolescentes, por suerte, habían proseguido su camino. Después
después? Nadie sabrá nunca por qué, ese día de invierno de 1976, de ese episodio, uno de los responsables insistió en que sería más
corre el riesgo insensato de ir a saludar a los suyos a mil kilómetros prudente desplazar el campamento unos kilómetros, pero nunca se
de San Juan. ¡Presiente una urgencia por verlos una última vez? ¿Ha realizó esa sugestión, al parecer por pereza.
l. Testimonio recabado por el autor en una conversación con «Celeste», ex monto-
l. Conversación con el autor en febrero de 2010. nera, en febrero de 2010, en la Argentina.
+
220 [ PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN [ 221
Esta vez, no fueron scouts sino policías, vez acompañados por ingeniero digno de confianza, Carlos Cámpora. 1 Se la reconoce
soldados, los que llegaron hasta el campamento. Se cuenta que Ro- fácilmente por la larga reja que la separa de la vereda. Marie-Anne
berto Guilbert, la única víctima, se habría sacrificado enfrentando a vive allí con una pareja de militantes, los Poblete. Para evitar toda
los asaltantes para que sus amigos pudieran escaparse. «Marie-Anne sospecha, el trío aparenta una u«1uL1au de fachada. Marie-Anne y
formaba parte de los fugitivos -confirma el ex montonero Aldo Mo- la otra joven dan cursos de francés, química y matemáticas a los chicos
rán-, me lo contó uno de los sobrevivientes. 1 Tuvieron que caminar de los alrededores. Para los padres de los niños, son «simpáticas» y
un centenar de kilómetros antes de refugiarse en la región de Zonda, «muy lindas». No olvidan nunca saludar a los señores ni sonreír a las
donde conocían un lugar seguro. A su llegada, estaban extenuados y señoras. Los vecinos notan movimientos nocturnos, sobre todo al oír
tenían los pies bañados en sangre.» un Citroen que estaciona delante de la casa, pero terminan diciéndose
De vuelta en San Juan después de ese trágico episodio, Marie- que debe ser el coche del propietario.
Anne está más alerta que nunca. Cuando va a buscar sus cartas al
kiosco de diarios o va a la casa de su «mamá» Gómez, verifica cons-
tantemente si alguien la sigue. Desde que se esconde en San Juan, la única persona con la que
Nunca volvió a ver al «Pichi», el agente vestido de campera y pan- Marie-Anne ha conservado contacto, fuera de sus padres, es Eudes
talón blancos, pero al parecer, militares vestidos de civil patrullan la Colcombet, su ex novio del Chaco y del bulevar Beaumarchais. El
ciudad en coches Ford Falcon o Renault. La situación es tan tensa amigo de siempre.
que las diferentes células militantes ya no llevan a cabo prácticamen- Le escribe a Colonia Benítez, donde su padre, cónsul honorario
te ninguna actividad política, volviéndose cada vez más autónomas. de Francia, dispone de una casilla de correo diplomática (nº 155)
Sus miembros están enteramente concentrados en evitar los robos y protegida de la curiosidad de los militares. «Si querés, venía verme»,
seguimientos. El propio Marcelo Peschin, su compañero de primera le sugiere en una carta. Con una precisión: «Iré todos los primeros
hora, ha pasado a la clandestinidad después de haberse escapado por domingos del mes a la misa de las 18 h en la catedral, estaré en el
un pelo a ser arrestado a mediados de agosto. 2 último banco».
Por suerte, desde hace algunas semanas «la orga» ha instalado El joven veterinario se preocupa por ella. Sabe qué peligroso es desa-
a Marie-Anne en un lugar seguro y confortable, en la calle Sabatini fiar a los servicios de seguridad. La Argentina está en estado de tensión.
170, en un barrio residencial de San Juan. 3 La casa es propiedad de un En Buenos Aires, un atentado atribuido a Montoneros ha provocado
veinte muertos en las dependencias de la Policía Federal (2 de julio de
1. Aldo Mo.rán afirma que saca este testimonio de Coco Andrada, desaparecido hasta 1976). Por todas partes en el país, muchachos y chicas calificados de
el día de hoy. Es el único testigo que evoca la presencia de Marie-Anne Erize en el «subversivos» son detenidos, torturados, algunos de ellos estarían de-
momento del ataque armado. Jorge Moroy, alias «El Polaco», aludió también a este tenidos en cárceles no oficiales (chupaderos fuera de todo control ju-
hecho en 2000. Marcelo Peschin, ausente ese día del campamento, no tiene ningún
dicial). Por sus propias funciones consulares, el padre de Eudes evalúa
recuerdo de la participación de la joven francesa en este enfrentamiento armado,
pero considera que es «muy posible» que estuviera presente. todavía mejor la gravedad de la situación: hatenido que negociar con las
2. En ese momento, Marcelo está sin noticias de su mejor amigo, Andrés Portillo (24 autoridades la liberación de franceses sospechosos de «izquierdismo» 2:
años), el ex seminarista que se había disfrazado de diablo en la famosa fiesta de febrero.
Miembro muy activo de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), Portillo no dio más l. Juan Carlos Cámpora, personalidad de la izquierda muy conocida en San Juan,
signos de vida a partir del 6 de julio de 1976 a la noche, cuando partió para Córdoba, desaparecerá el 25 de febrero de 1977. En 1960, había sido rector de la universidad
donde debía asistir a una reunión de Montoneros. Nunca se encontró su cuerpo. de dicha provincia.
3. La fecha de llegada de Marie-Anne a esa dirección no se conoce con precisión. Se 2. En 1975, su sobrina Edwige y su novio fueron detenidos por un breve período
puede conjeturar que fue en julio de 1976. mientras viajaban por el norte del país. Los policías, muy agresivos, les preguntaron
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«Tiene que irse, si vos decidís ir a buscarla, les pago el avión para Francia «Lucía», la montonera. Apurada, toma las calles desiertas, para llegar
o Brasil». a su madriguera de la calle Sabatini.
Un sábado del invierno de 1976, Eudes decide ir a dedo a San Para Eudes, el viaje de vuelta es una noche sin fin. Una frase dicha
Juan. Desde Resistencia, en el Chaco, el trayecto es interminable. Debe por ella lo obsesiona: «Estoy acorralada, han encontrado mis rastros».
recorrer más de mil kilómetros, pero podría llegar a destino en la El mismo fatalismo se hace visible en la tarjeta que Marie-Anne envía
jornada del domingo. Una sola cosa le preocupa: los hombres de la a su padre para su cumpleaños (que cumple cincuenta y cinco años
SIDE, el servicio de inteligencia: «Tenía barba, el pelo medio largo, el 5 de octubre de 1976).
una chaqueta de tela de jean, en resumen, el aspecto ideal de un per- La tarjeta lleva una inscripción: «La alegría siempre viaja en los
fecto sospechoso», cuenta hoy. hombros del dolor». Al dorso, las palabras están llenas de tristeza y
A la hora de la misa dominical, penetra en la catedral de San amor. La letra apretada y nerviosa expresa todo el peso de la desga-
Juan, en pleno centro de la ciudad. A pesar de sus cabellos cortos y rradora separación:
sus anteojos negros, reconoce enseguida a Marie-Anne sentada en la
última fila. Ella se levanta y lo besa. Se instalan en un rincón apartado
para hablar en voz baja. Mi querido padre,
«Traté de convencerla que volviera conmigo al Chaco -prosigue
Eudes-. Por lo menos ahí nadie la conocía. Después, podíamos ir a Un nuevo cumpleaños. Un año lleno de preocupaciones, alegrías ...
Brasil o a Francia, como mi padre me lo había propuesto. Pero en- penas. Pero las penas solo deben afectar cuando vemos lo imposible,
segtüda me di cuenta de que todos esos argumentos no servían para cuando hemos perdido todas las batallas.
nada. Estábamos en dos ópticas diferentes. No parecía escucharme, Pero en esta vida, papá, ¿perdiste realmente tantas batallas?
estaba como aturdida, o como si le hubieran hecho un lavado de ce- Papá, lejos de mí pero cerca de mi corazón, estas palabritas que te
rebro. Cuando me había invitado a San Juan, yo creía que necesitaba mando en tu día no son más que un pequeño gesto de afecto, pero todo
ayuda. En realidad, su objetivo era enrolarme en su causa ... Eviden- el resto nunca se podrá decir con palabras. Algún día, tal vez, ustedes
temente, me negué. Ella dijo: "No puedo traicionar a mi pueblo. Si comprenderán cuánto los quiero. Hoy pienso en ti, pero no puedo sepa-
hace falta, moriré aquí". Como siempre con Marie-Anne, decía que rarte más de la imagen «papa-mamá».
no perseguía ningún interés personal, que no actuaba por su propio Pensaré en ti en la iglesia el 5 de octubre.
beneficio sino por pura generosidad, con el fin de ayudar a los demás. Hasta siempre,
Con el peligro de precipitarse en una muerte anunciada ... »
Después de la misa, caminan un rato por la ciudad. Marie-Anne le Con una ternura muy mía,
muestra la casa donde vive, en la calle Sabatini. Él observa la larga reja tu hija Marianne
y los postigos cerrados, que dan a la casa el aspecto de esas ciudades
balnearias cuyas ventanas están cerradas en invierno. Ella lo acom-
paña luego hasta la estación de ómnibus para tomar, en las primeras
horas de la noche, el micro para Resistencia.
A las nueve de la noche, las puertas se cierran y el chofer arranca.
Una última mirada, un gesto con la mano, y Marie-Anne es de nuevo
Es muy simple: Carlos Poblete es entonces el responsable militar de Usted conocía, Franroise, todas estas informaciones, pero el hilo de
la organización en San Juan. «EL» patrón. los hechos ayuda a comprender lo que siguió ...
Su mujer, «La Pichona», es la superior directa de Marie-Anne, de Ese mismo viernes alrededor de las 20 h, cuatro o cinco hombres
algún modo su jefa. vestidos de civil irrumpen en el domicilio de Marita Gómez y su madre,
Su casa hace las veces de centro de operaciones de Montoneros. las dos mujeres en cuya casa Marie-Anne iba a descansar de vez en
Carlos organiza allí importantes reuniones clandestinas a las que Ma- cuando. ¿Cómo esos hombres consiguieron esa dirección? O Marie-Anne
rie-Anne no está siempre autorizada a asistir, porque no tiene la sufi- habló, o hicieron un seguimiento hasta allí... •
ciente jerarquía en la estructura. La organización, por otra parte, ha Llevan a la «mamá» Gómez al baño y a la hija Marita a su dor-
considerado problemática su presencia en un escondite tan estratégico mitorio. Someten a esta última a un intenso interrogatorio de cuatro
y ha sometido el tema a una discusión colectiva. ¿Tenía la suficiente horas, con las manos atadas a la espalda y los ojos vendados. No se
experiencia y discreción para vivir en ese lugar? La dirección había sabe si los intrusos son policías o militares. Quieren saberlo todo sobre
decidido en su favor. sus relaciones con Marie-Anne. Terminan comprendiendo que Marita
Resumiendo, las personas más próximas a su hija en la jerarquía son: no está informada de sus actividades políticas. El hecho de que el padre
- Daniel Russo, su subordinado. de Marita fuera comisario de policía juega a su favor. «Solo por eso te
- «La Pichona» Poblete, su jefa. perdonamos la vida», le dice uno de los tipos. Eso no les impide robar
Ambos van a desempeñar un papel decisivo en este drama, en dos todo lo que pueden: dinero, casetes, objetos personales.
tiempos. Para tener más datos sobre este episodio, fui a la casa de Marita
Todo empieza el viernes 15 de octubre a las diez, cuando Marie- Gómez. sigue viviendo en el mismo departamento, a trescientos metros
Anne entra a la bicicletería de Palacio. Su bicicleta negra marca Peugeot de mi hotel. Pasé por su casa el sábado, otra vez al día siguiente, e insistí
que le h't;l prestado su amigo Marcelo tiene una pequeña falla mecánica, una vez más ayer por la tarde, pero nadie contestaba el portero. Esta
nada importante. Dos horas bastan para repararla. mañana, por fin, alguien me respondió para decir «Marita no está» y
Hacia las 12 h, según previsto, el dueño, un ex corredor de ciclismo, colgó enseguida. Estoy convencido de que era ella. Como su madre, Ma-
le devuelve la bicicleta. Ella sale del negocio. Un hombre la aborda, des- rita no perdonó a Marie-Anne haberlas puesto en peligro ocultándoles
pués otros tres, vestidos de civil. Quieren llevársela. Ella grita, forcejea, su pertenencia a la guerrilla de extrema izquierda. Aunque usted les
pierde sus anteojos y un zapato. Domingo Palacio intenta interponerse pidió disculpas en su nombre, la herida no se ha cicatrizado.
pero es inútil. Los hombres empujan a Marie-Anne en el asiento de Pero retomemos una vez más el hilo de los acontecimientos de octu-
atrás de un Ford Falcan, que arranca como una tromba perdiéndose bre de 1976. Diversos testimonios permiten reconstruir la jornada que
en la ciudad. siguió al secuestro. Ese sábado, todo el pequeño grupo que Marie-Anne
Además de Domingo Palacio y su hija, una mujer presenció la esce- construyó en San Juan va a derrumbarse en pocas horas ...
na: la vendedora del kiosco de bebidas y golosinas instalado frente al co- Por la mañana, su jefa, «La Pichona» Poblete, va al kiosco de diarios
legio vecino. Según su testimonio, los secuestradores eran «cinco o seis». donde usted mandaba sus cartas. Sabe que Daniel Russo, el «segundo»
Según el juez Gallo, a quien vi ayer por la mañana, habrían llegado en de Marie-Anne, vive al lado.
tres coches, dos Ford Falcan y un Renault 6 blanco. Su abogado me habla -Quisiera hablar con Daniel -le dice al kiosquero.
más bien de un Renault 12, más apropiado para ese tipo de operación. Como él no la conoce, vacila por un instante:
Cuando el dueño del negocio preguntó a los secuestradores qué debía -Yo ... Yo no lo vi hoy.
hacer con la bicicleta, le contestaron que «alguien» vendría «segura- -Bueno, volveré.
mente a buscarla». «La Pichona» se acerca, no obstante, al edificio donde vive Russo.
228 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 229
Toca el portero y pide a Daniel que baje. Su hermano y su madre, que es- y dobla rápidamente a la derecha. Su salida provoca la intervención de
tán presentes en el departamento, lo ven irse con toda tranquilidad. «No un equipo «mixto» de Policía federal/Policía de San «Lo hicieron
parecía para nada ansioso ni nervioso -me confirma su hermano-, caerse provocando un choque con una camioneta -relata su herma-
estoy seguro de que no estaba informado de lo que le había ocurrido a no- y luego lo balearon, aunque él no estaba armado. La chica que lo
Marie-Anne el día anterior». acompañaba tuvo tiempo de escaparse en un ómnibus.»
Daniel y «La Pichona» van entonces al negocio de Palacio para Gravemente herido en el abdomen por una bala de 9 mm, Daniel
retirar la bicicleta que Marie-Anne había dejado el día anterior. ¿Saben Russo es transportado de inmediato al hospital. Sin que nadie lo atien-
en ese momento que fue secuestrada? Si lo saben, ¿por qué se exponen da, permanece allí durante una hora vaciándose de su sangre en la parte
a tantos riesgos? En su libro, Eloy Camus defiende la siguiente tesis: la de atrás de la camioneta, un vehículo de color blanco y sin patente. Los
cubierta de la bicicleta disimulaba un mensaje y documentos secretos, policías, ocupados en hacer las constataciones de rigor, se niegan a que
que había que recuperar a toda costa. En una palabra, Daniel habría la esposa del vendedor de bicicletas le dé agua. Morirá cuatro horas más
actuado en nombre de la salvaguarda del grupo, por orden de «La Pi- tarde, en el hospital Rawson. «Nos prohibieron toda visita -se indigna
chona». su hermano-, recién pudimos verlo en la morgue. Estoy seguro de que
El argumento se sostiene. Pero todos los otros participantes del epi- lo torturaron en el hospital.» El juez me confirmó, en efecto, que el joven
sodio se muestran escépticos ... había sido objeto de violencias durante el interrogatorio de la policía
Marcelo Peschin, dueño de la bicicleta, no cree en lo más mínimo (o del ejército) dentro del centro hospitalario. Marcelo Peschin, con el
en esa explicación. Su abogado mantiene la misma posición que Mar- cual evoqué este episodio en París, me contó una cosa asombrosa: el
celo, .al igual que el propio hermano de Daniel Russo. «Esa historia del grupo había concebido montar una operación armada para hacer salir
mensaje no es creíble -me asegura Alfredo Russo-. ¿Usted cree que a Daniel del hospital. Pero los peligros que los acechaban, tanto como a
éramos James Bond? Teníamos veinte años y métodos muy artesanales. Daniel, los habrían disuadido de su intento.
Nuestro idealismo y nuestra falta de preparación explican por qué caye- Las actas del legajo que relata el «arresto» de Daniel Russo cerca
ron tantos de nosotros. Le repito que cuando salió de casa, mi hermano de la bicicletería se redactan el mismo sábado 16 de octubre a las 13 h.
no sabía que Marie-Anne había desaparecido. En ese caso, no se habría El comisario Julio Nieto lo presenta como un «delincuente subversivo»
quedado en casa la noche del viernes, se habría escondido en otro lugar. y deja entender que sería en realidad el jefe de Montoneros de San
En cuanto a la bicicleta, la quiso recuperar, punto, no hay que buscar Juan. Lo cual, por supuesto, es totalmente falso. Según el comisario, sus
más vueltas.» hombres actuaron en legítima defensa, dado que el sospechoso fue el
Ese sábado por la mañana del 16 de octubre de 1976, hacia las 11 h, primero en abrir fuego con un revólver tipo Ruby Extra de caño corto.
Daniel Russo penetra solo en la bicicletería. «La Pichona», vestida con El mismo documento indica que le incautaron una fotografía (formato
una chaqueta y una pollera amarilla, vigila afuera, un poco apartada. 6 cm x 4 cm) de una cierta «Ana María Erize», alias «Lovita», califi-
El joven pregunta al dueño si puede llevarse la bicicleta. Aleccionado por cada como «un elemento de activa participación en esta provincia en
las fuertes impresiones del día anterior, Domingo Palacio le advierte: la subversión de los delincuentes guerrilleros».
-Hay un tipo vestido de civil delante del colegio, un barbudo que El hecho de que se mencione la identidad de su hija en un informe
vigila la entrada. Ayer se llevaron a la chica. Fingí que comprás algo y policial -con un error en el nombre, una vez más- prueba que co-
andate tranquilamente. nocen su existencia. Dicho de otro modo, son las fuerzas de seguridad
-¡Pero si no tengo motivos para ocultarme! oficiales las que la secuestraron el día anterior.
-No agarres esa bicicleta, te repito. Pero la jornada del sábado todavía no ha terminado. En las horas
Daniel no quiere escuchar. Se apodera de la bicicleta, abre la puerta que siguen, se organizan dos allanamientos.
230 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 231
El primero se hace en el departamento de la familia Russo. Es tal además que el apellido Mainer aparece mencionado en las actas del
la envergadura de la operación, y tan poco discreta, que el kiosque- comisario de policía del que le hablé hace un momento.
ro vecino ( el hombre de sus cartas) es informado a tiempo y logra Su abogado, al que le pregunté acerca de esa traición, no cree en ese
escapar. relato. Según él, la verdad es mucho más simple y a la vez más trágica:
El segundo allanamiento tiene lugar, a partir de las 3 h de la tarde, Marie-Anne no habría resistido a la tortura y habría hablado. Luego,
en la casa de Marie-Anne y de los esposos Poblete, en la calle Sabatini los acontecimientos se encadenaron uno tras otro: la requisa en casa de
170. Allí también el dispositivo desplegado es impresionante: hombres los Gómez, la emboscada de Daniel Russo, el allanamiento en la calle
armados controlan los alrededores (hasta se instala un automóvil blin- Sabatini.
dado en el jardín de una vecina); los habitantes no pueden salir de sus No se trata aquí de juzgar a su hija -nadie sabe lo que tuvo que
casas. En total, la operación dura entre dos y tres horas. Los soldados soportar-, pero la hipótesis parece plausible. Además, una cosa llama
llenan un camión entero con muebles, libros y ropa, pero no encuentran la atención en esta terrorífica cronología: las fuerzas del orden entran
ni armas ni «material subversivo», como dicen. Los esposos Poblete, en su casa veinticuatro horas después de su secuestro. Es precisamente
Carlos y «La Pichona», tuvieron tiempo de llevarse todo y escapar. Para el plazo a partir del cual un guerrillero puede empezar a hablar bajo la
las fuerzas del orden, el fracaso es humillante: los verdaderos jefes están tortura, para darles tiempo a sus compañeros para escapar.
en libertad. Pese a todo, es indudable que varias zonas oscuras seguirán siendo
Esta secuencia de un poco más de veinticuatro horas, entre el 15 y el para siempre opacas:
16 de octubre de 1976, se termina la noche del sábado con un llamado - ¿Cómo supo «La Pichona» que la bicicleta estaba en el negocio?
anónimo al negocio de Domingo Palacio. «Olvídate de lo que viste», le Alguien tuvo que habérselo dicho y darle la dirección, el viernes por la
lanza una voz masculina. noche o el sábado por la mañana;
Para'profundizar más en la reconstitución de los hechos, habría que - ¿Por qué necesitó a Daniel Russo para recuperarla? Podría haber
encontrar testigos. Desgraciadamente, los sobrevivientes son escasos ... ido sola, o dejar la bicicleta ahí donde estaba. «Es un acto inconsciente,
¿Daniel Russo? Muerto en San Juan el 20 de octubre de 1976. una enorme boludez», opina Marcelo Peschin, propietario de la bici-
¿Carlos Poblete? Detenido en la provincia de Mendoza el 1º de abril cleta.
de 1977. Desaparecido. - ¿Cómo es posible que nadie haya avisado al mismo Russo, desde
¿«La Pichona» Poblete?» Detenida en la provincia de Mendoza el el día anterior, que habían secuestrado a Marie-Anne? Es evidente que
1° de abril de 1977. Desaparecida. el sistema de informaciones circuló mal, o de modo parcial. Teniendo
¿Juan Carlos Cámpora, el propietario de la casa? Desaparecido el en cuenta las reglas de seguridad de la organización, es imposible que
25 de febrero de 1977 en San Juan. la ausencia de Marie-Anne, a partir del viernes por la tarde, no haya
La lista se alarga si se agregan las otras víctimas registradas en esta alertado a sus compañeros. Desde este punto de vista, los Poblete cargan
ciudad durante la segunda quincena de octubre. Eloy Camus cuenta con una parte de responsabilidad. En el mejor de los casos, pecaron por
hasta siete. Una hecatombe. imprudencia; y en la peor de las hipótesis, ocultaron la verdad a Russo
¿Se conocerá algún día la verdad sobre el modo en que se detectó, se enviándolo a buscar la bicicleta sin informarle de los peligros que corría.
siguió y desmanteló a estos grupos? Camus, que nos ha acostumbrado - ¿Por qué los Montoneros eligieron la casa de la calle Sabatini 170
ya a explicaciones sorprendentes, sostiene que el arresto, el 15 de sep- como sede central de sus operaciones sabiendo que el propietario, el
tiembre, de una tal «Malena» Mainer habría desencadenado toda la ingeniero Cámpora, era una personalidad de izquierda que podía ser
serie. Sospecha que esa militante habría traicionado a sus compañeros blanco de una vigilancia constante?
denunciando toda la estructura, especialmente a Marie-Anne. Destaca Por fin, me pregunto cómo «La Pichona» pudo escapar tan fácil-
◄
adolescente se acuesta en el suelo poniendo su mejilla contra los no olvidará nunca su rostro ni la amenaza que lanzó a Albert: «Va-
mosaicos fríos de la entrada. mos a poner a su hija a dos metros bajo tierra». Frarn;:oise no olvidará
Varios tipos suben a buscar a los padres, Frarn;:oise y Albert. Otros tampoco a otro, más joven y más bien bajo, con un bigote fino y bien
dos, que se han quedado afuera, se trepan por la pared exterior para moreno: «Vamos a condenarla a muerte. No le escriban más. Ya pue-
llegar a la ventana. Uno de ellos empuja los postigos y aparece en el den rezar por ella».
dormitorio de los pequeños, apuntando su pistola en la sien de Marie- «No le escriban más», ha dicho. «No le escriban más.» ¿Es una
N oelle. «No despierte a mi hermano», le suplica ella. Jean tiene 11 simple bravata? ¿Ü han logrado localizar a Marie-Anne por los inter-
años y duerme con un sueño profundo de niño. cambios de cartas? Sin embargo, el sistema funcionaba: el kiosco, las
Los intrusos, frenéticos, van de un lado a otro como locos. Abren cartas a nombre de Gloria Ruth Goldenberg ...
las puertas, los cajones, buscan armas sin encontrar ninguna. Petrifi- Mirando la lista de los hijos de la familia, el más joven de los jefes
cado, Albert se mantiene de pie delante de ellos, en calzoncillos. se detiene un momento en el nombre de Marc, el mayor, y nota en
-¡Sus documentos! -ordena uno de ellos. uno de los documentos relacionados con él, que hizo la conscripción
-¿Pero quiénes son ustedes? en la policía: «Es uno de los nuestros», comenta.
- La policía. El garaje, convertido en sala de estudio o lectura desde la partida
- ¿Me lo puede probar? de Marie-Anne, está todo revuelto. Han vaciado la biblioteca y los
Otro se acerca, apuntándolo con su arma y apoyándola en su libros están tirados arriba de la cama.
frente: «¿Te basta para la identificación?» Con un gesto con la mano, Los «policías» inspeccionan ahora el armario metálico donde
Albert aparta el caño del arma. Fran~oise guarda toda clase de documentos: cartas, análisis médicos,
Lo llevan a él al jardín de invierno y a Fran~oise al garaje. Los in- boletines escolares ... Agarran una vieja libreta de direcciones de Yo-
terrogan por separado. Las preguntas son muy precisas y machacadas lande, la película Súper-8 del bautismo de un nieto, una tarjeta postal
cien veces. Sobre Marie-Anne, su vida, sus amigos. Albert comprende australiana dirigida a Bernard, y se llevan todo, absolutamente todo lo
que tienen ya muchas informaciones sobre su familia. referido a Marie-Anne. Sus cuadernos, sus fotos del Perú. Y su última
Estallan gritos en el corredor. Su hijo Bernard acaba de volver de carta, enviada desde el correo de San Juan una semana antes, para el
su cena con los amigos. Al ver los Falcon verdes, enseguida pensó: Día de la Madre. Marie-Anne había delineado en ella, con tinta china,
«Es por Marie-Anne». un dibujo extraño que representaba una mujer sin nombre ni rostro.
-¿Dónde está tu hermana? -pregunta uno de los tipos. Agarran la tarjeta, dejan el dibujo y prosiguen la requisa. «¿Reci-
-¡Pero no sé nada! bió otras cartas de su hija?», pregunta uno de ellos. Fran~oise contesta
Bernard no miente: sus padres no le han dicho nada. Como sus que no, lo cual es falso: las cartas están escondidas. No deberían en-
hermanos y hermanas, ignora que se ha refugiado en San Juan. contrarlas. A falta de otra cosa, uno de ellos intenta entonces alzarse
-¿No tenés miedo? con la vajilla que Marie-Anne había comprado cuando había hecho
-¿Miedo de qué? ¡No hice nada! el proyecto de vivir con el montonero Daniel Rabanal. Fran~oise, loca
-¡ Cuerpo a tierra! de rabia, se opone: «¡Vuelvan a poner eso en su lugar!», les grita. El
Como su hermano Étienne, se acuesta en el piso. policía-ladrón se somete a la orden.
El allanamiento se eterniza. Una hora. Dos horas ... Buscan, re- Pasan tres horas más. Tres horas durante las cuales interrogan y
vuelven todo y preguntan. Uno de los hombres, el que parecía el jefe, amenazan. No insultan, no golpean, no provocan demasiados des-
se comporta de manera correcta y sin violencia. Es de talla y estatura trozos, solo quieren aterrorizar a la familia y quebrarla moralmente:
medianas, de cabello escaso y bigote espeso color castaño. Fran~oise «Vamos a volver -dicen al irse-, el teléfono está intervenido. Re-
◄
cuerden que tienen otros seis hijos. Y no busquen a su hija, o tendrán el diplomático que en el mes de mayo estaba dispuesto a hacer salir a
que irse del país y perder todos sus bienes)) 1. • Marie-Anne hacia el Uruguay. Con el apoyo personal del embajador
Son ahora un poco más de las dos de la mañana. Las calles están Frarn;:ois de la Gorce, les obtiene una cita en la Dirección Central de
desiertas. Los Fakon verdes desaparecen en la noche tibia de Buenos la Policía. Pero no antes del 1° de noviembre. Tendrán que pasar una
Aires semana más con el terror de enterarse de lo peor. ..
Padres e hijos se quedan solos. Un silencioso espanto se instala en El día indicado, un policía con nombre francés los recibe: el comi-
las piezas, ensuciadas de odio. De ahora en adelante, todos ellos saben sario Decour. Les promete informarse y se muestra más bien tranqui-
que nada será como antes en esa casa y en ese país. El comando ha lizador: «No se preocupen, vuelvan dentro de una semana».
hecho algo más que violar su intimidad. Ha matado lo mejor de ellos Otra semana más.
mismos: «la familia Trapp». Entretanto Albert viaja a Mendoza, adonde Marie-Anne partió
en noviembre de 1975. El cónsul de Francia en esa ciudad, Bernard
Wyns, se entrevista en su nombre con un ministro del gobierno de la
¿Y Marie-Anne en medio de todo eso? ¿Marie-Anne, cuyos padres provincia que se compromete a darle noticias.
ignoran que ha sido secuestrada allá lejos, en San Juan? Albert emprende luego un viaje a San Juan, a ciento setenta kiló-
Ese jueves 21 de octubre de 1976, no tienen ningún modo de metros hacia el norte. Allí, otro cónsul, Jean Jacquemin, le presenta a
ponerse en contacto con ella o de asegurarse de que está sana y salva. un oficial, el capitán Pérez Ruega, y a su consejero, el capitán Tronge.
Salvo el kiosco, no tienen ninguna dirección. Tampoco un teléfono. Los dos oficiales le dan una cálida y amistosa acogida. Por supuesto,
Tienen el de los Gómez, madre e hija, pero sería demasiado arriesga- harán «todo» lo que puedan para ayudarlo ...
do confesarles la verdad. Y además, los tipos dijeron que la línea de De regreso a Buenos Aires, Albert vuelve, como estaba previsto,
teléfono está intervenida. a la comisaría central, con su esposa: El comisario Decour les había
Una carta recibida a la mañana siguiente les da, por fin, una no- dicho: «No se preocupen, vuelvan dentro de una semana».
ticia. Es una carta anónima, enviada desde San Juan por una persona -No encontré nada, no hay ningún rastro de su hija -les dice
que se presenta como un «amigo» de su hija. Unas pocas líneas es- de entrada.
pantosas: Marie-Anne fue arrestada el 15 de octubre de 1976 en horas ¿La embajada? Tampoco. No tienen la menor información.
del mediodía, en la calle, por cuatro hombres que bajaron de un Ford ¿El consulado, tal vez? Nada. El vado total.
Falcan y se dejó capturar «sin oponer resistencia». Al final, solo las autoridades de Mendoza les transmiten el re-
La última precisión es inexacta -se sabe hoy en día que la mu- sultado de sus diversos trámites. En diciembre de 197 6, Frarn;:oise
chacha se r.esistió y gritó-, pero el resto es cierto: la fecha, la hora, y Albert reciben en su casa de la avenida Monroe una carta de una
los secuestradores, el automóvil. frialdad que los deja helados. Está firmada por un tal Raúl Correas.
¿Quién escribió esa carta? Nadie lo sabrá nunca. El texto dice así:
Albert, que se encuentra todavía bajo el efecto de las amenazas «Al respecto, comunico a Ud. que la.señorita Erize habría estado
del comando, deja pasar el fin de semana. El lunes, va a ver a un abo- residiendo en la provincia de Mendoza (calle Cayetano Silva y Raffo
gado de Buenos Aires, viejo amigo de su padre, que le aconseja ir al de la Reta - Villa Hipódromo) y luego de un procedimiento que se
consulado de Francia. realizó en el domicilio que ocupaba junto con el ciudadano Daniel
Albert y Frarn;oise relatan entonces lo ocurrido a Serge Bataille, Hugo Rabanal d'Amato, se constató que había hecho abandono del
lugar y luego, por averiguaciones practicadas, pudo determinarse que
1. Extraemos estas citas de las declaraciones de Frarn;:oise y Albert Erize en el marco
residiría en San Juan, estableciéndose posterioremente que tanto ella
de diferentes investigaciones judiciales.
238 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 239
como su compañero estarían seriamente vinculados con _organizacio- Temiendo el retorno de los tipos en Ford Fakon, Frarn;:oise reúne
nes declaradas ilegales». las cartas de su hija. Confía una parte a Eudes Cokombet, de paso
Rabanal, San Juan, «organizaciones ilegales» ... Nada nuevo, en- por la capital. Pero el joven veterinario no las guardará mucho tiempo.
tonces. Albert da vueltas en círculo dentro de un universo kafkiano, Por miedo de requisas en su casa del Chaco, las romperá una por una.
un mundo de uniformes y desprecio donde los hombres parecen na- Hará lo mismo con las fotos ampliadas que Marie-Anne le había rega-
cidos para la mentira y el odio. lado en París. Por su lado, Frarn;:oise acude rápidamente al consulado
En Buenos Aires, sin embargo, la policía sabe perfectamente lo con las cartas que faltan: «Páselas por la trituradora», le aconseja el
que ha ocurrido a Marie-Anne. Un oficial de grado inferior le ha dado diplomático Serge Bataille.
incluso informaciones de lo ocurrido a uno de sus ex novios, Miguel Frarn;:oise no conocía esa máquina de triturar y comer las palabras,
Reynal, el patrón de Austral. «Un día -relata este último- me con- los renglones, las vidas. Bajo sus ojos, las cartas se reducen a pedazos
vocaron a la sede de la Policía Federal. Un tal Rivera quería verme. rotos, como si no se pudiera dejar ninguna huella de Marie-Anne,
Era un tipo siniestro, que todos conocían en la ciudad. La gente lo reduciendo así su exilio de los últimos meses a un montón de papeles
apodaba «el detective millonario» por alusión a una muy popular en el tacho de basura de un diplomático tal vez demasiado prudente.
serie televisiva. De unos 45 años, frecuentaba los cafés a la moda y Con las fotos, le cuesta más. Ponerlas en la trituradora está por
una famosa discoteca, Mau Mau. Era corpulento, de buen parecer, encima de sus fuerzas. Hay que intentar ocultarlas, en el peor de los
siempre elegante. Llevaba un Rolex de oro en la muñeca. Ese día me casos, «censurarlas». ¿Qué hacer, por ejemplo, con ese póster en que
encuentro, pues, frente a él, en Una oficina. Me recibe con mucha su hija aparece disfrazada de cowboy, con una pistola de juguete en
seriedap, en uniforme, y me habla de Marie-Anne: "Sabemos que us- cada mano? Para evitar toda sospecha de «terrorismo», corta con una
tedes estuvieron saliendo, incautamos algunas cartas tuyas. Sabemos tijera los brazos que sostienen las armas. Quedarán solo de Marie-
también que vos no estás involucrado en la guerrilla. Ella sí. Entonces, Anne el busto y el rostro, siempre sonriente.
solo quería avisarte que murió. La asesinaron. Pero no se lo repitas a
nadie. ¡A nadie!" 1 Supongo que sentía placer anunciándome eso. Esa
misma tarde llamé por teléfono a Albert Erize. Más tarde, supe que
la mamá no había creído nunca en esa información. Pensaba que su
hija (reacción maternal lógica) estaba secuestrada en algún lado y
conservaba así la esperanza de volver a verla con vida.»
Frarn;:oise busca más que nunca apoyo en Dios. En una carta en-
viada el 16 de diciembre a una amiga argentina, le confía: «Pienso a
menudo en la Virgen María, que ha asistido a la tortura de su hijo y
a su muerte. Pero la muerte de Jesús tenía un sentido. ¿Qué sentido
puede tener la muerte de Marie-Anne?» Le preocupa también la opi-
nión ajena. Siempre a su amiga: «Esta desaparición nos llena de dolor
y de vergüenza porque la gente pensará: "Era una extremista': Pero
creo en la justicia divina y estoy convencida de que irá al cielo antes
que todos aquellos que la han matado en nombre de la "justicia''».
tipo del que ella se había enamorado. [... ] Sufría mucho por estar ale-
19 jada de nosotros, porque nos quería mucho. Se sacrificó por una causa
que ella creía noble, y es terrible pensar que fue tratada, torturada y
probablememte asesinada como si hubiera sido una terrorista.
Es una verdadera pesadilla para nosotros, pero por suerte tenemos
fe, y eso nos permite aceptar esta prueba que nos envía Dios (creemos en
la justicia de Dios, que sabrá ver su intención y su bondad, aunque se
haya equivocado en los métodos). Sufrimos también por no saber dónde
la han enterrado (probablemente la han arrojado a una fosa común),
pero tenemos el consuelo de creer en la resurrección de los muertos y
en la vida eterna. Es lo que quería decirles: les pedimos a AM y a D 1
que no le digan nada a nadie, aunque parece que algunos jóvenes que
han estado aquí empiezan a saberlo. Pero nosotros quisiéramos que la
noticia se supiera por nosotros. Ustedes deberían ser los primeros en
Enero de 1977. Comienzo de las vacaciones argentinas. Los padres estar enterados. Escribí a AM para que se lo diga a mamá porque ella
Erize se van de Buenos Aires con sus hijos más jóvenes para ir a la pregunta por ella en todas sus cartas.
casa veraniega de Miramar. Todos anhelan respirar un aire diferente Escríbanme rápido si recibieron mi carta.
de la.atmósfera viciada y malsana de una capital oprimida, donde los Un beso,
militares ejercen un poder omnímodo desde hace diez meses.
Fran~oise y Albert no olvidan a Marie-Anne. Al contrario, su Frani;oise
paradero los obsesiona. Pero se sienten impotentes, abandonados,
reducidos al silencio, desgarrados entre las ganas de luchar y el mie- Un mes después, Frarn;:oise les envía a unos amigos de Buenos
do a las represalias. Cuanto más pasa el tiempo, más lancinante es el Aires otra carta donde evoca nuevamente a su hija, su idealismo y la
reproche que se hace la madre de no haberla convencido de escapar. influencia negativa de ese «extremista» de Daniel Rabanal.
Y además, lamenta no haber alertado al cónsul cuando Marie-Anne
visitó Buenos Aires la última vez. «Bataille habría sabido retenerla», Queridos amigos,
reflexiona, como tratando -equivocadamente- de convencerse a sí
misma. Hace mucho tiempo que quería escribirles, pero me resultaba muy
El 14 de enero de 1977, tres meses después de la desaparición de difícil, primero porque tengo mucho trabajo y sobre todo porque Dios
su hija en San Juan, Frarn;:oise les escribe a unos parientes: nos ha enviado una prueba terrible, que me cuesta mucho contar. Pero
como pienso que deben estar entre los primeros avisados, quiero que lo
Marie-Anne fue detenida a mediados de octubre y estamos con- sepan antes del comienzo de las clases.
vencidos de que la han asesinado. Albert ha hecho múltiples trámites Ustedes recuerdan que yo les había dicho que Marie-Anne había
por intermedio de la embajada pero la policía no quiere decirnos nada. querido independizarse y se había ido a vivir a Mendoza.
Marie-Anne era idealista y generosa, quería contribuir a que hubiera
1. «AM» es Anne-Marie, la hermana mayor de Frarn;:oise, y «D» es Domingo, su
menos pobreza, sufrimientos e injusticias sobre la Tierra. Desgraciada-
cuñado. En esa época, viven en Francia, y su hijo, militante del ERP, está preso en
mente, los comunistas le hicieron un lavado de cerebro, sobre todo un Argentina.
244 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 245
Algunos meses antes, se había enamorado de un muchacho con «Estamos convencidos de que la han asesinado», escribe Frarn;:oi-
quien quería casarse. Pero cuando nos dimos cuenta de las ideas de ese se. Esa convicción es solo una apariencia. En realidad, conserva una
muchacho, Albert lo echó de casa y nos opusimos al matrimonio. Poco esperanza, se aferra al menor rumor, al signo más insignificante, in-
tiempo después, Marie-Anne rompía con él. Pero un día quiso irse a tentando mover a todas las personas influyentes que Marie-Anne le
Mendoza. presentado en su vida. Es así que escribe un día al agente artístico
El muchacho había insistido en reanudar sus relaciones y la con- Paco Rebés, el organizador de la gira de Georges Moustaki en la Ar-
venció de irse con él para allá. Marie-Anne era una chica muy idealista gentina en 1972. Su hija lo quería mucho y esa amistad era recíproca.
y generosa, hacía muchas buenas obras entre los pobres y a pesar de su La noche anterior, Frarn;:oise había tenido un sueño extraño: Marie-
juventud, había visto muchas miserias. Quería contribuir a que haya Anne habría encontrado refugio en una ciudad llena de altas torres,
menos sufrimientos sobre la Tierra. Río por ejemplo. Como Paco Rebés viaja a menudo a Brasil, Frarn;:oise
Desgraciadamente, la utilizaron y se dejó enceguecer, porque ese solicita su ayuda: «Dígame si la ve, ella conocía bien Río». Paralizado
muchacho que le decía que era contrario a la violencia ¡fue detenido al por semejante desazón, Paco Rebés no tendrá fuerzas para contestarle.
final por ser un extremista! No hay duda de que Frarn;:oise no le informó a su marido de esa
Marie-Anne tuvo miedo y se escondió. Pero la policía, convencida carta a Rebés. La desaparición de su hija es una herida tan profunda
de que era cómplice del muchacho, la buscó y la detuvo. Lo más terri- que el tema se vuelve tabú hasta en la intimidad familiar. Tanto en
ble es que desde ese entonces no sabemos más nada de ella y estamos Miramar como en Buenos Aires, nadie habla del tema en la casa. Los
convencidos de que la han asesinado. Y sin embargo, Marie-Anne nos padres quieren proteger a sus hermanos y hermanas y evitar que les
escribía [ ... ] que no hacía nada malo, que había elegido vivir pobre ocurra nada. Es mejor permanecer en la ignorancia, no saber nada
entr~ los pobres, tratando de poner así en práctica el Evangelio; nos decía que pueda acarrear problemas. «Recuerden que tienen otros seis hi-
que iba todos los días a la iglesia y que le pedía a Dios que la iluminara
1
jos», habían amenazado los hombres del comando. Albert no olvidará
y le mostrara el camino que debía seguir. Pero se había metido en un nunca esas palabras, que dictarán su conducta hasta su muerte. Lu-
callejón sin salida. Solo Dios puede juzgarla, porque su intención era chará por obtener noticias de Marie-Anne, escribirá a medio mundo
verdadera, creía que la causa por la cual se sacrificaba era noble y justa. si es necesario, pero en forma discreta.
Para nosotros, es una pesadilla permanente no saber qué ha sido En ese año 1977, en que la Argentina se hunde en el peor período
de ella. Aunque el gobierno tenga razón en querer exterminar a los de su historia, cada uno de los hijos Erize intenta hacerse un camino.
comunistas, no tiene derecho a hacer desaparecer a personas sin que la Solo Marc, el mayor (28 años), vive en el extranjero, dentro de la Gran
familia sepa sí están vivas o muertas, y sin juzgarlas. Fraternidad Universal. Su hermana Yolande (26 años), asistenta social
Por suerte, tenemos fe y eso nos permite soportar esta prueba. Sabe- de formación, se quedó en su país al lado de su marido y su pequeño
mos que sí nuestra hija ha muerto, la veremos de nuevo en la resurrec- hijo. Bernard estudia veterinaria. A los 22 años, es el más solitario
ción. Pero hasta que llegue ese momento, sufrimos atrozmente. de todos los hijos. Hasta en la pensión tenía pocos amigos. Durante
Es lo que quería decirles. Espero verlos a mi vuelta a Buenos Aires. mucho tiempo Marie-Anne había insistido en sacarlo de ese aisla-
Los beso con todo mí corazón. Que Dios los bendiga, miento, con el dinamismo que le era propio. Ahora que desapareció,
él no comprende sus decisiones y le reprocha poner a la familia en
Fran~oise Erize peligro. A fuerza de dedicar su vida a los pobres y a la guerrilla -se
pregunta-, ¿no terminó por olvidar a su entorno? ¿Cómo entender
que una mujer tan inteligente, con el mundo de la moda a sus pies,
haya podido entrar en esa lucha suicida y sin salida?
◄
Los tres últimos hijos de la fratría - Étienne, Mari e~ No elle, Jean- defensiva, por temor a que tal o cual colega sea un espía. «Había espías
estudian todavía en el liceo francés, donde su hermana desaparecida entre los profesores y el personal», confirma Ricardo Polo.
había trabajado hace algunos años. Pese a las intenciones protectoras Nunca la Argentina había vivido hasta ese punto la maldad y la
de los padres, su evolución está marcada por el miedo. Marie-Noelle desconfianza. Todo es pretexto para denunciar, detener y torturar. La
está convencida de que «ruidos extraños» en el teléfono de la familia Junta no se limita a combatir a la «subversión», tal como lo había pro-
revelan un dispositivo de escuchas. Étienne elude evocar «la historia metido a su llegada al poder el 24 de marzo de 1976, sino que somete
de Marie-Anne», como dicen, en presencia de los compañeros de cla- al país a un régimen de terror, sobre el telón de fondo de un catolicis-
se. A pesar de su tierna edad, está al tanto de la división profunda que mo intransigente. Muchos militares tienen una concepción mística de
desgarra a la comunidad francófona entre partidarios y enemigos del su misión. Convencidos de participar en una cruzada en contra del
régimen militar. Y esa ruptura, que va mucho más allá de la división peligro marxista, más aún, seguros de encarnar el Bien en contra del
habitual entre derecha e izquierda, tiene por epicentro justamente el Mal, se reconocen en el ala más radical de la Iglesia, encarnada por
liceo Mermoz, donde se codean un millar de alumnos de todas las el obispo francés de extrema derecha Marcel Lefebvre. No es casual,
edades y nacionalidades. por otro lado, que este último haya saludado los méritos de la Junta
Uno de los dos directores de la sección primaria es un argentino militar en un discurso pronunciado en Lille en agosto de 1976. En un
de unos treinta años, Ricardo Polo. En contacto permanente con los libro notable, A la sombra de las dictaduras 1, el historiador Alain Rou-
padres de los alumnos, descubre el origen de las fracturas franco- quié señala esta connivencia y el rol preponderante de una parte de la
francesas. «Muchos "colaboracionistas" -explica- se habían refu- Iglesia: «La jerarquía católica, que mira la democracia con sospecha,
giado aquí después de la Segunda Guerra Mundial. Sus hijos y nietos bendice todas las intervenciones militares y aprecia especialmente a
eran alumnos en nuestro liceo. Agregue a eso la presencia en Buenos los generales integristas deseosos de hacer defender "el estilo de vida
Aires de militantes de extrema derecha surgidos sobre todo de las filas occidental y cristiano" de la Argentina».
de la OAS1, y usted comprenderá por qué el clima era tan peculiar. A la inversa, se persigue a los hombres y mujeres de fe etiqueta-
Sin olvidar, por último, un sectarismo social muy marcado: algunos dos como «zurdos», herederos de los «Sacerdotes del Tercer Mundo»
padres con grandes fortunas, pertenecientes a la alta burguesía y a de los años sesenta. En La Rioja, en el nordeste, un obispo juzga-
las patronales, se negaban a que sus descendientes se codearan con do demasiado «social», Enrique Angelelli, es asesinado en agosto de
los pobres. Los Erize no formaban parte de los ricos. Y créame, eran 1976. En Buenos Aires, dos monjas francesas acusadas de ayudar a
mucho más abiertos que muchas otras familias 2 .» los parientes de los desaparecidos son secuestradas 2 • Los sacerdotes
Los militares desconfían de ese liceo, percibido como un nido de franceses más cercanos a la familia Erize tampoco están exentos de
«comunistas». Recuerdan que muchos adolescentes franceses fueron sospechas. En noviembre y diciembre de 1976, el padre André Baqué
marcados por la influencia de los sacerdotes de izquierda durante las estuvo detenido durante quince días. En cuanto a su amigo, el padre
expediciones de los scouts y los Guías. Sin hablar de los profesores, Jean Loison, escapó por un pelo a la misma suerte. Habiendo salido
argentinos o franceses, sospechosos por ser «intelectuales». Todo eso de Francia por razones familiares, estaba ausente de Buenos Aires en
alimenta un clima de temor y sospecha que corroe a esa microso- el momento del golpe. Su superior, el obispo de Orleans, juzgó más
ciedad paralizada de miedo, donde cada uno tiende a quedarse a la prudente que no volviera más a la Argentina.
Sin embargo, nadie puede medir realmente el alcance de la repre- menudo sus noticias y consigue para Marie-Noelle, estudiante en el
sión ni su aspecto planificado y sistemático. Se sabe, por supuesto, que liceo Mermoz, un puesto de trabajo a tiempo parcial en la Fundación
se detiene a cientos de personas; que comandos de hombres vestidos de la Vida Silvestre.
de civil rastrean a los «terroristas», reales o supuestos. Pero sus fami- Ese empleo es tanto más apreciado cuanto que la situación eco-
lias y amigos conservan la esperanza de que están presos, a la espera nómica de la familia se ha deteriorado. Albert no se recuperó nunca
de un juicio. ¿Quién se atrevería a imaginar «vuelos de la muerte» 1 o de la devualación del peso en 1975. Obligado a ceder poco a poco lo
fosas comunes? Las madres y abuelas que manifiestan todos los días, que posee, ve cómo su patrimonio disminuye en el espacio de algunos
desde el 30 de abril de 1977, en la Plaza de Mayo, en pleno centro de años a ritmo acelerado. Aunque esté excluido todavía vender la casa
Buenos Aires, pasan por «locas» a fuerza de reclamar informaciones de vacaciones de Miramar o la vivienda de avenida Monroe, han lle-
sobre sus hijos. Una buena parte de la población considera imposible gado momentos de austeridad. Frarn;:oise reduce los gastos de alimen-
que alguien desaparezca sin dejar rastros. Los «zurdos» que nadie vio tación, vestimenta, vacaciones y sigue solicitando becas al Consulado.
nunca más deben estar en alguna parte, en el extranjero o escondidos «Los Erize no nadaban en oro y eso se veía cada vez más», confirman
en alguna provincia. varias de sus relaciones.
Frarn;:oise no se incorpora a las «locas» de la Plaza de Mayo. Com- .Para llegar a fin de mes, Albert elucubra varias estrategias: volver
parte su cólera pero no su modo de expresarla. Teme sobre todo la a poner en venta el diccionario mapuche, que su padre Esteban había
reacción de su marido. Como jefe de familia intransigente, Albert redactado algunos años antes. O comercializar un utensilio que los
ha fijado para siempre la doctrina Erize: está excluido «hacer ruido» argentinos no conocen: el tensor, esa correa elástica tan práctica para
exhipiendo el caso de Marie-Anne en la plaza pública. «No nos atre- amarrar las valijas en el techo del coche. Si es necesario, los fabricará
víamos ni siquiera a hablar entre nosotros -testimonia su hija Marie- él mismo, en su taller de bricoleur de los domingos. Su esposa está
Noelle--'c--, ¡tal era el clima de miedo que había en el país! No había dispuesta a venderlos junto con él, tocando el timbre casa por casa,
que decir nada, disimular todo. Años más tarde, me enteré de que mi si fuera necesario.
padre había iniciado trámites, que había escrito sobre todo al obispo La pareja ya no es joven -Frarn;:oise ha llegado a los cincuenta,
de Buenos Aires. Al principio, el tono era cortés, le pedía simplemente Albert a los sesenta-, pero ambos conservan la mentalidad de los
ayuda. Después, como no se producía ningún cambio, acabó por ser pioneros que hacía su fuerza, un cuarto de siglo antes, en la jungla de
más duro y hasta llegó a insultarlo. Lo había decepcionado el apoyo Wanda. Esa capacidad para reaccionar y renovarse. Y además, esas
de la jerarquía católica a los militares. Se sentía solo, impotente. Muy dificultades financieras son secundarias comparadas con la angustia
poca gente lo ayudó, y eso también lo había marcado mucho.» que los corroe desde el 21 de octubre de 1976: Marie-Anne, sus silen-
Entre los amigos de Marie-Anne informados de su desaparición, cios, su ausencia. «Ese episodio ha quebrado nuestra vida -confía
algunos, pese a todo, salen de la oscuridad: Mario Berlingieri, el direc- Frarn;:oise a un amigo-, me obsesiona y me obsesionará siempre.»
tor de ventas de la concesionaria de autos que la perseguía asiduamen-
te en otros tiempos. Y sobre todo Miguel Reynal. La muerte de su hija
de diecisiete años, fulminada por una enfermedad, llevó al hombre
de negocios a cambiar de rumbo profesional para dedicarse a los pro-
blemas ambientales, sin renegar de su vida anterior (cuando dirigía
la compañía aérea Austral). Sensible al dolor de los Erize, inquiere a
«hacer gesticulaciones» en París mientras otros, como él, viven en El eco de estas protestas llega, mal o bien, a Buenos Aires, donde la
Buenos Aires aterrorizados en medio de los Ford Fakon. El nombre Junta Militar, ulcerada, denuncia una campaña de «calumnias». Para
de su hija no figurará, por lo tanto, en las primeras listas de desapa- replicar a los defensores de los derechos humanos, inventa el eslogan:
recidos entregadas a los medios franceses. «Los argentinos somos derechos y humanos».
Para los responsables de la asociación, presidida por Jean-Pierre ¿Los desaparecidos? «Un puro invento.»
Lhande, lo más difícil queda por hacer, es decir, alertar a la opinión ¿Las cárceles clandestinas? «¡Prueben que existen!»
y suscitar la reacción del gobierno y del presidente, Valéry Giscard ¿Los Montoneros? «¡Terroristas!»
d'Estaing. «La primera en ayudarnos realmente -relata- fue la actriz Demos lugar al gran circo del fútbol. Nada deberá manchar el
Simone Signoret. 1 La conocimos por intermedio de Régis Debray. La espectáculo.
fuimos a ver una noche en un famoso restaurante parisino. Ella lla- Los generales, conscientes de que esa cita deportiva es vital en
mó por teléfono a la escritora Frarn;:oise Sagan y le pidió que viniera. términos de imagen, pretenden presentar al mundo un país estable y
Cuando llegó Sagan, le espetó con su voz tan particular: "Tenés que seguro de su fuerza. En Belgrano, el barrio de los Erize, los tanques
hacer un artículo sobre estas historias". Unos días después, Sagan pu- han arrasado con las casitas de la villa. Las autoridades querían termi-
blicaba un texto en el diario Le Matin de París.» nar con ese asentamiento urbano y suprimirlo antes del comienzo de
La movilización de esas personalidades tiene mucho impacto en la competencia deportiva, que tendrá lugar en el estadio monumental
los medios, sobre todo porque la Argentina está en el centro de la ac- de River Plate (con capacidad para 70.000 espectadores), situado a
tualidad internacional. En junio de 1978, se organizará allí el Mundial algunos centenares de metros de allí. Los habitantes, desalojados sin
de Fútbol, una oportuniadd ideal para denunciar las infracciones a los miramientos, han sido expulsados hacia la periferia, volviéndose in-
derechos humanos. Desde octubre de 1977, mientras el equipo fran- visibles para visitantes y turistas.
cés de Michel Platini se dispone a obtener la clasificación, el escritor Respecto del Mundial que se acerca, los Erize reaccionan como
Marek Halter publica en Le Monde un artículo en el que incrimina a sus amigos argentinos. Piensan que ese evento debe ser y será una
jugadores y futboleros fanáticos: «Niéguense a autorizar al régimen luz en medio de la noche carcelaria en que está sumergido el país.
con su presencia, hasta tanto no se haya liberado a los presos políticos No se trata de olvidar a Marie-Anne, simplemente quieren seguir
y acabado con las masacres». Prendiéndose al movimiento, muchos viviendo. Y la vida, durante ese mes de junio de 1978, se resume a
intelectuales de renombre planetario (Sartre, Aragon ... ) firman un esa competencia futbolística que lleva a un pueblo a preguntarse
llamado al boicot; Simone Signoret intenta sensibilizar a las esposas sobre su identidad profunda. Todas las naciones «madres» del cri-
del equipo francés; la ONG Amnesty International difunde un afi- sol argentino están representadas: España, Italia, Francia, Polonia,
che donde se lee: «Cuando ustedes aplaudan a los once de Francia, Alemania ... Esta tierra de inmigración nunca se enfrentó como en-
las aclamaciones cubrirán los ruidos de los torturados. Detrás de la tonces con el dilema de los orígenes. ¿A quién alentar? ¿Al país de
pantalla, la realidad». las raíces o al del corazón? En cada familia, una y otra generación
El único jugador que tomará una posición será Dominique Ro- discuten y se enfrentan entre sí.
cheteau (que juega de delantero), conocido por sus adhesiones de En casa de los Erize, los padres hinchan por Francia y los hijos, por
izquierda. Todos los demás, o sea, la inmensa mayoría de la opinión, la Argentina. El 6 de junio, cuando las dos selecciones se enfrentan en
repetirán una y otra vez el mismo argumento: «No se mezcla el de- el estadio monumental, la casa de la avenida Monroe se ha ornado en
porte y la política». ¿Al precio de garantizar horrores? la planta baja con banderas tricolores y en el primer piso con banderas
celestes y blancas. «Era un período particular, lleno de patriotismo
-recuerda Marie-Noelle Erize-, durante el cual la mayoría de los
1. Conversación con el autor en noviembre de 2008, en París.
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argentinos vivieron el Mundial como un respiradero y una oportuni- A medida que pasan las semanas, la cita de los jueves atrae
dad para vivir algo muy fuerte todos juntos. Pero en realidad, era un vez más personas. Participan intelectuales (Marek Halter, Jorge Sem-
simulacro destinado a distraernos y disimular lo esencial.» prún, Bernard-Henri Lévy... ), artistas (Yves Montand, Catherine
Ese día, para gran decepción de los tricolores, los jugadores fran- Deneuve, Michel Piccoli, Daniel Balavoine, Ariane Mnouchkine ... ),
ceses deberán indinarse ante los argentinos. Nadie oye -o no quiere políticos (Fran\ois Mitterrand, Bertrand Delanoe, Lionel Jospin ... ).
oír- los gritos de los supliciados en los chupaderos. Están disemina- Los manifestantes enarbolan los retratos ampliados regalados por
dos por todos lados en Buenos Aires, llegan hasta los alrededores del Simone Signoret, pegados a los carteles. La pequeña foto de Marie-
estadio monumental donde los argentinos competirán por la Copa Anne se ha convertido en un póster. Jean-Pierre Lhande no ni
Mundial en un último partido contra Holanda. «Las aclamaciones por un instante de la reacción de sus padres ... «Un jueves -cuen-
cubren los ruidos de los torturados», repite en vano Amnesty Inter- ta- uno de los hijos Erize, de paso por París, viene a la embajada
national. El 25 de junio de 1978, un domingo, la Argentina salega- y cae en plena manifestación. Al descubrir el rostro de su hermana,
nadora. Sentados ante la pantalla de televisión, la familia Erize asiste, me dice que su padre se pondrá furioso cuando se entere. Después,
como el mundo entero, a increíbles escenas de júbilo en la cancha de Fran\oise me advirtió: "Albert no te lo perdonará nunca". Le contes-
River, donde un público extasiado perdido en medio de un diluvio té: "¡Pero si fuiste vos quien me dio esta foto!". Albert me gritó y me
de papelitos celestes y blancos, ovaciona a los jugadores aglutinados endilgó toda clase de injurias. Tomando distancia, lo comprendo. Él
ante la tribuna oficial. estaba en la Argentina y yo no, y quería proteger a sus otros hijos.
Detrás de la tribuna está de pie un hombre con traje oscuro. Su No obstante, en el momento, su actitud me desconcertó. De hecho,
rostro es delgado, huesudo, atravesado por un fino bigote. Tiene ca- la familia Erize no supo nunca qué actitud adoptar. Cada vez que
bellos negros y una mirada de águila. Es el general Videla, el líder de tomábamos una iniciativa, Marc, el mayor, reunía a sus hermanos y
la Junta. Un asesino. hermanas y les prohibía tomar la menor decisión.»
Sin embargo, la opción «discreción», defendida desde el prin-
cipio por Albert, no da resultados. En Buenos Aires, no logra su
En París, los defensores de los derechos humanos no bajan los cometido. Ni siquiera la embajada de Francia le proporciona ayuda,
brazos después del Mundial. A partir del otoño de 1978, acostumbran mostrando que la cuestión de los desaparecidos es secundaria para
a reunirse todos los jueves ante la embajada de la Argentina, situada ella. Lo único que importa son las buenas relaciones económicas y
en un barrio residencial. Como en Buenos Aires, donde las Madres políticas con el régimen.
de Plaza de Mayo siguen desafiando al poder, esas manifestaciones Para una parte de los diplomáticos y algunos militares franceses
semanales incorporan cada vez más gente. Simone Signoret, plena- con cargos en la Argentina, esa timidez respecto de la dictadura
mente comprometida con la causa, no ceja en su activismo. «Un día delata una forma de connivencia ideológica. El ex periodista Jean-
-recuerda Jean-Pierre Lhande- se le ocurrió aumentar el tamaño Pierre Bousquet, corresponsal de la Agencia France Presse (AFP)
de las fotos de los desaparecidos, para que fueran visibles en las ma- en Buenos Aires en esa época, se acuerda de la «poca diligencia»
nifestaciones. Financió todo con sus propios fondos. Sin decir nada manifestada por el embajador Fran\ois de La Gorce (1976-1978) y
a su marido, Frarn;:oise Erize aprovechó su viaje a París para darme su sucesor Bernard Destremau (1978-1981), para exigir informacio-
una foto carnet de Marie-Anne. Fue la primera vez que su rostro nes sobre los desaparecidos: «Destremau organizaba cócteles con el
apareció en las calles de París.» 1 ministro del Interior, general Harguindeguy. Siempre decía: "Entre
oficiales de caballería, nos entendemos". El único que tomó inicia-
l. Frarn;:oise Erize afirma, por su parte, que fue Jean-Pierre Lhande quien le había
tivas reales fue el cónsul Hugues Horno. En el fondo de su corazón,
pedido una foto, sin precisarle el uso que iba a darle.
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creo que era monárquico, pero eso no le impidió ayudar a la libera- Bernard Destremau, ex campeón de tenis, semifinalista en Roland
ción de compatriotas de extrema izquierda.»
1 Garros en 1937, parece aterrorizado ante la idea de irritar a los dic-
Los embajadores, sin embargo, tienen conciencia del drama ar- tadores argentinos. En una nota del 13 de junio de 1979, dirigida a la
gentino, puesto que se lo comunican a sus superiores parisinos de Cancillería en Francia, afirma que se topa con «cierta indiferencia»
modo preciso y regular. Así, el 29 de diciembre de 1978, el mismo Ber- respecto de los desaparecidos, pero no por ello da la impresión de
nard Destremau envía al Ministerio de Asuntos Exteriores una nota querer forzar a sus interlocutores. Al contrario, cuando una delega-
confidencial en la que evoca «campos de detención no registrados ción de senadores franceses anuncia su viaje a Buenos Aires, manda
oficialmente». «Los detenidos -escribe- se hallan aislados en celdas a sus superiores esta carta edificante: «Para que la misión en América
de diez, con la cabeza permanentemente cubierta con una capucha.» Latina pueda efectuar en la Argentina una estada útil y agradable,
Sobre el caso preciso de Marie-Anne Erize, los expedientes de la sería esencial que no haga mención de su intención de proceder a
embajada muestran una pobreza reveladora en el modo de tratar el investigaciones sobre derechos humanos».
asunto. No se cita prácticamente su nombre entre un documento y Albert Erize no está al corriente de esas tibias estrategias diplo-
otro, y son frecuentes los errores de nombres y fechas. En una ficha, máticas. Legalista de alma, se limita a ir a la embajada para reclamar
se especifica que no ha dado signos de vida desde «fines de 1976», en a los argentinos informaciones sobre Marie-Anne. No contempla el
otra, desde el «20 de octubre» de 1976. Es todavía mayor la impre- menor cambio en su modo de gestión. Por miedo a las represalias,
cisión de los documentos argentinos: en una lista de desaparecidos sigue exigiendo total discreción sobre su hija. Hasta el cónsul Hugues
publicada en 1979 por la Asamblea Permanente por los Derechos Horno tiene que escribir a Jean-Pierre Lhande a París, para llamarlo
Humanos, aparece con el número de expediente 1326, con estas in- al orden: «Debo decirle, por saberlo de buena fuente, que el señor y la
dicaciones: señora Erize, como usted ya lo sabe sin duda, se han negado siempre
«Nombre: Erize Nane Anne. a hacer publicidad, de cualquier clase que sea, en torno a la desapa-
Edad: O. rición de su hija». 1
Documento de identidad: O. En el clan Erize, solo Frarn;:oise toma a veces iniciativas en contra
Lugar de la desaparición: O. de su marido. Así, en 1979, cuando se entera que una delegación de la
Fecha: 1976.» Organización de Estados Americanos (OEA) pasa por Buenos Aires
Habrá que esperar al 5 de enero de 1979, es decir, dos años después con el fin de recoger testimonios sobre las violaciones de derechos
del secuestro, para que la embajada deposite por fin un pedido oficial humanos,2 va al centro de la ciudad, donde juristas internacionales
al Ministerio Argentino de Relaciones Exteriores y Culto respecto del han abierto una especie de «oficina de reclamos». En principio, los
caso Marie-Anne Erize. Peor aún, el embajador, Bernard Destremau, trámites deberían ser rápidos, podrá llegar a tiempo para preparar el
oculta a los padres de la muchacha elementos que son quizá capitales. almuerzo de Albert, que está lejos de sospechar nada.
Omite decirles, por ejemplo, que su amigo el general Harguindeguy
l. Como la mayor parte de las notas y documentos de la embajada citados en este
le ha hablado de Marie-Anne. Según ese oficial, la habrían matado en capítulo, esta carta fechada el 22 de octubre de 1980 está extraída de los archivos
un «enfrentamiento» en que ella era portadora de «armas de mano». diplomáticos, que el autor pudo consultar. En el caso de Marie-Anne Erize, la em-
Por cierto, se sabe hoy en día que la información era falsa. ¿Pero por bajada de Francia hizo un último pedido de información al Ministerio Argentino
qué el diplomático no intentó advertirles a los padres? de Relaciones Experiores y Culto el 11 de agosto de 1981, o sea, tres meses después
de la llegada al poder de Frarn;:ois Mitterrand. Esta gestión no tuvo más éxito que
la de enero de 1979.
l. Conversación con el autor en mayo de 2010. Jean-Pierre Bosquetes autor de un
libro dedicado a la Argentina de esa época, Les folles de la Place de Mai, Stock, 1982, 2. La Junta Militar se ve obligada a aceptar esa visita porque está a la espera de la
Las locas de la Plaza de Mayo, El Centro Editor, Buenos Aires, 1983. ayuda financiera internacional para volver a llenar las cajas del Estado.
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Llegada al lugar, Fran<;:oise descubre una larguísim.;t fila de espera. Debilitada por la crisis, minada por los negocios financieros y la
Centenares de personas están en su mismo caso, esperando que la corrupción, la Argentina se hunde cada día más. Los generales
puerta se abra. Después de hacer la cola durante tres o cuatro horas, suceden a Videla sienten que la situación se les escapa de las manos.
empieza a alarmarse, temiendo llegar tarde y provocar la inquietud En 1982 el régimen intenta una última maniobra de unión nacional,
de Albert. Felizmente, los que están delante de ella la dejan pasar. Un declarando la guerra a Gran Bretaña a propósito de las Islas Malvinas, 1
representante de la delegación anota sus datos. El drama de su vida pero la euforia patriótica nacida de ese conflicto será de muy corta
se convierte en una ficha entre mil otras. Pero esta vez, la ficha habla duración y la derrota, humillante. •
con exactitud: En su libro sobre las dictaduras sudamericanas,2 el historiador
«Apellido: Erize. Alain Rouquié explica claramente cómo la Junta buscó una puerta
Nombre: Marie-Anne. de salida después de siete años (1976-1983) de ejercicio en el poder:
Fecha de nacimiento: 28 de marzo de 1952. «[Ella] decide negociar el retorno a la democracia y declara, con un
Lugar de nacimiento: Espartillar (provincia de Buenos Aires). tono de arrogancia particularmente fuera de lugar, que no aceptará
Fecha de desaparición: mediados de octubre de 1976. ningún cuestionamiento en cuanto a los métodos y resultados de su
Lugar: San Juan». "glorioso combate" contra el terrorismo. [... ] En abril de 1983, la Junta
La masa de quejas recogidas por la OEA -5.580 en total- da publica un "documento final" sobre la lucha antisubversiva. Recono-
la medida de la tragedia argentina. Por lo menos, eso prueba tal vez ciendo "cristianamente" los errores cometidos, el texto estipula que la
que la Junta comienza a vacilar. ¿Pero por cuánto tiempo sobrevivirá guerra antisubversiva fue un "acto de servicio" y que solo la historia
todavía? ¿Qué hace falta para que cese el terror? Hasta los Estados juzgará "quiénes son los responsables directos de métodos injustos y
Unidos, durante tanto tiempo cómplices de los torturadores sudame- muertes inocentes. [... ] La dictadura no tiene cuentas que rendir a
1
ricanos, cambian su estrategia bajo el impulso del demócrata Jimmy nadie salvo a Dios"».
Carter. Desde que fue elegido en la Casa Blanca en 1977, ha erigido Seis meses después, se llama a elecciones democráticas para elegir
la defensa de los derechos humanos en la prioridad de su mandato. presidente de la república. Mesas de voto se instalan en todo el país.
A diferencia de la ostensible timidez del gobierno francés, Carter no Albert Erize no lo sabe, pero ese escrutinio histórico va a depararle
oculta su hostilidad a los generales. una prueba más ...
Los cuestionamientos norteamericanos acentúan el aislamiento Una mañana, un agente de la comisaría vecina se presenta en su
argentino al llegar el año 1980. Enfrentado a una crisis económica casa de la avenida Monroe y le trae una carta certificada dirigida a
muy grave, el país se deteriora. La euforia del Mundial de 1978 quedó «Mademoiselle Marie-Anne Erize»: se ha designado a la joven para
atrás como un viejo recuerdo. La cólera se eleva por todos lados, las presidir una mesa de votación en Avenida del Libertador 1886. Albert
finanzas entran en crisis, los precios se disparan. contesta que su hija no está, que ha desaparecido en 1976. Pero en su
La familia Erize, como tantas otras en Buenos Aires, trata de supe- lógica de frío papelería, la administración no quiere escuchar. Poco
rar las dificultades. Mientras su esposa vende tensores y diccionarios
de mapuche, Albert obtiene, gracias a Miguel Reynal, un empleo en l. El 2 de abril de 1982, la Junta ordena la invasión de esas islas apenas pobladas,
situadas en las cercanías de Tierra del Fuego. Las Islas Malvinas eran una posesión
una isla del Río de la Plata en un terreno de cavazón y transporte de territorial británica desde 1833. La primera ministra británica, Margaret Thatcher,
tierras. Es un trabajo extenuante y mal pago pero le permitirá soste- replica lanzando una operación militar de envergadura. Los combates son breves
nerse hasta la jubilación, en 1982. Mientras tanto, su hija Marie-Noe- pero mortíferos: 255 víctimas británicas y 649 argentinas. La Argentina reconoce
lle consiguió un buen puesto de secretaria de dirección en una mul- su derrota el 14 de junio de 1982. La dictadura sobrevivirá solo algunos meses a ese
fracaso.
tinacional (el grupo Louis-Dreyfus) y podrá así ayudar a la familia.
2. Utilizo como fuente el libro de Alain Rouquié, op. cit.
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tiempo después Albert recibe una convocación firmada, esta vez por posibles en un país donde ciertos militares siguen ejerciendo una
Un Juez. influencia considerable sobre la vida social y política, se obstina en
Hasta entonces, hace siete años que la vida de familia es una pe- rechazar toda mediatización. Su prioridad sigue siendo la protección
sadilla, un largo combate contra el miedo, el olvido y el vado, siete de sus otros hijos, algunos de los cuales han trabajado o trabajan para
años durante los cuales no han podido saber nada y donde no se ha el Ejército. Esta prudencia, alentada por algunos de sus hijos, contras-
registrado ningún cambio. ta con la perseverancia de Frarn;:oise. Aun cuando haya aceptado las
Felizmente, la elección del 30 de octubre de 1983 confirma la de- indemnizaciones financieras propuestas por el Estado a las familias
rrota de los militares y el triunfo del radical Raúl Alfonsín. Argentina de los desaparecidos, eso no le impide seguir luchando por saber
cambia de época, aborda el fin de siglo como un país herido y mori- verdad.
bundo, donde veinte o tal vez treinta mil muertos habitan la memoria Es así como durante ese año 1984 convence a su marido de
como fantasmas. acompañarla en coche a San Juan, a mil kilómetros de Buenos Aires.
Hostil a toda ley de amnistía a favor de los militares, Alfonsín exi- Frarn;:oise no volvió nunca allí, desde ese día de mayo de 1976, en que
ge de inmediato indagaciones sobre las desapariciones. Un organismo Marie-Anne se había negado a seguir su plan de huida al Uruguay.
nacional, la CONADEP, presidida por el escritor Ernesto Sabato, se En esa época, por razones de seguridad, no había sacado fotos ni
encargará de esta tarea. anotado nombres ni direcciones. Su memoria solo había conservado
Como a otros miles de padres a lo largo y ancho del país, esta vagas imágenes de la ciudad.
comisión recibe a Frarn;:oise y Albert Erize. Su denuncia, firmada el 9 El aeropuerto.
de abril de 1984 ante dos funcionarios, cabe en tres páginas escritas a La catedral.
máquina. Cuentan lo poco que saben: la partida de Marie-Anne para La Alianza Francesa.
Mendoza\ con Daniel Rabanal, su radicación en San Juan, la carta Y esa casa, cerca de un club de boxeo, donde Marie-Anne vivía
anónima del 22 de octubre de 1976 ... Y las amenazas del comando: con otras dos chicas, una de las cuales se llamaba «Celeste».
«La vamos a poner dos metros bajo tierra». Ha pasado el tiempo. Más de ocho años. Excepto la catedral,
Ahora que es libre de sus movimientos, Frarn;:oise trata de recoger Fran<;:oise no reconoce nada. Ni un rostro ni una calle ni una casa. El
por todos los medios posibles otras informaciones acerca de su hija. olvido. San Juan no solo le arrebató a su hija sino que le robó también
Activa y reactiva los contactos que ella y su marido pudieron tener sus recuerdos.
esos últimos años. Una vez más, recurren a Miguel Reynal, el ex dueño Antes de volver, sin embargo, quiere pasar por el cementerio. Al-
de la compañía Austral. «La Señora Erize me llamó varias veces -in- bert la acompaña, pero se quedará en el coche.
dica este último- porque quería que yo fuera a ver a Rivera, el policía Fran<;:oise le pregunta al guardia si existe un lugar donde están
que me había convocado hace siete años para anunciarme la muerte enterrados los muertos después del año 1976. No, no hay ninguna
de Marie-Anne. Su madre esperaba que me diera precisiones o que me lista. Nada más que tumbas anónimas, allá, un poco más lejos.
dijera cómo encontrar su cuerpo. Insistió tanto que fui a ver a Rivera, Camina, avanza. Uno, dos, diez desconocidos ... Hombres. Tal vez
el "detective millonario", como lo llamaban en 1976. Cuando evoqué mujeres. Fran<;:oise reza por ellos. Por ella.
a Marie-Anne, me gritó: "¡Yo nunca te dije que había muerto! ¡No
me hables nunca más de eso!" Después, tuvo que irse de la Argentina
porque había recibido amenazas de muerte.»
Ni el retorno de la democracia ni el lanzamiento de un juicio
alteran la estrategia de Albert Erize. Temiendo represalias, siempre
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 265
julio de 1977, en una pregunta escrita dirigida al gobierJIO, se preocupa general de la ONU Según él, «todo lo que se hizo en la Argentina en
por la suerte de «muchos franceses[ ... ] capturados en las tenazas de esa época se hizo con el aval y bendición de la CIA».
esa máquina sin alma» que es la dictadura argentina (y chilena). El Acusar a los Estados Unidos o a Francia no sirve ya mucho hoy en
diputado adelanta una lista de nombres, entre ellos «Madame Marianne día. Los dos principales embajadores franceses han muerto, también
Erize». El término «madame» hace sonreír, pero lo importante es otra «Ponia». 1 Giscard es hoy un viejo señor libidinoso que escribe novelas
cosa, la reacción del gobierno, que responde así: «Las personas cuyos rosas. Pero hay que sumergirse en esos archivos y hasta perderse en ellos
nombres se citan [. .. ] son conocidas por el Ministerio de Relaciones para comprender cuáles son los muros contra los cuales se rompieron
Exteriores, que no ha dejado de intervenir en el más alto nivel interpe- las esperanzas de usted. Hubo diplomáticos que la apoyaron -Serge
lando a las autoridades competentes de los gobiernos de referencia para Bataille, Hugues Hamo y otros que usted no conoce- ¿pero con qué
obtener su liberación o encontrar los rastros de los que han desapare- resultados? Solo una vez las autoridades francesas estuvieron quizás a
cido. [... ]Nuestras misiones diplomáticas han solicitado, asimismo, en dos pasos de obtener elementos decisivos: el 8 de noviembre de 1978,
varias oportunidades, a las autoridades locales, con el fin de intentar cuando Valéry Giscard d'Estaing aceptó recibir discretamente en París
obtener informaciones y en lo posible, garantías sobre su suerte. Estos a uno de los dignatarios del régimen, el almirante Massera. Para lograr
reiterados intentos, desgraciadamente, no han logrado el resultado desea- esa cita tan prestigiosa, este se había comprometido a proporcionar in-
do hasta ahora y las respuestas que han sido dadas invariablemente, que dicaciones sobre los franceses desaparecidos. Ese día había llegado al
señalaban que no se pudo encontrar rastros de los interesados en las listas Elíseo con una lista de doce nombres. En el octavo renglón se podía leer.
de detenidos, advierten o dejan entender que los cambios de identidad «Marie-Anne Erize 15 oct 76 III CPO EJ».
o los pasajes de una frontera a otra son frecuentes en este tipo de casos. La mención III CPO EJ se refería al «Tercer Cuerpo Del Ejército»,
No obstante, el honorable parlamentario puede tener la seguridad de que dicho de otro modo, a la entidad militar responsable, según él, del caso
nuestras embajadas proseguirán sus esfuerzos a favor de esos desapare- Erize en Mendoza y San Juan.
cidos, aunque la mayoría de ellos se componga de portadores de doble De los doce nombres citados, cuatro estaban precedidos de un as-
nacionalidad, es decir, personas consideradas por las autoridades locales terisco, que significaba que esas personas estaban muertas sin duda
como oriundas de Chile o la Argentina». alguna. Para las otras, había solo un punto, que dejaba que una duda
Este texto, pues, deja abierta la hipótesis de una huida al extranjero planeara aún sobre su destino. Antes del nombre de Marie-Anne, no
y tiene especial cuidado en diferenciar el caso de los portadores de doble había asterisco, Fran<;oise, sino solo un simple punto. Pero pese a ello, ¿su
nacionalidad, lo cual corresponde al ejemplo de Marie-Anne. En resu- hija estaba viva, ese día del otoño de 1978, dos años después del secues-
men, el gobierno francés, cauteloso, no levanta la voz. No hacer ruido, tro? Nada permite afirmarlo. Pero todo eso prueba la habilidad sádica
sobre todo no hacer ruido. del almirante, su capacidad para destilar informaciones utlizando en
¿Por qué? Simplemente porque la verdad molesta: su hija y todos los su beneficio el juego diplomático.
otros fueron víctimas de grupos paralelos, sustraídos a todo encuadre ju- El legajo «Marie-Anne Erize» ha atravesado esos años de una mane-
dicial pero avalados por las autoridades. Es evidente que los franceses ya ra muy extraña, entre luces y sombras. En París, los manifestantes que
adivinan eso, más o menos, cuando uno lee los documentos ... También enarbolaban su foto no sabían nada de su recorrido. En Buenos Aires,
saben, probablemente, que los servicios norteamericanos de inteligencia hizo falta la valentía de su madre para que no se hundiera en el olvido.
actúan a la sombra de la Junta. La CIA, obnubilada por su lucha contra Con la distancia que da el tiempo transcurrido, una cosa sorpren-
el «peligro rojo», sostiene la dictadura tanto en la Argentina como en de en este destino franco-argentino: en ningún momento usted dio la
Chile. Me lo confirmó un testigo confiable, Antaine Blanca, ex emba-
jador de Francia en Buenos Aires (período 1984-1988) y ex secretario l. Michel Poniatowski. [N. de la T.]
268 1 PHILIPPE BROUSSARD
impresión de alimentar rencor por uno u otro de sus dos países. Varios 21
amigos suyos me lo dijeron: ni la desaparición de Maiie-Anne ni esa
agotadora búsqueda de la verdad han roto su apego por la Argentina.
Esa doble prueba, por otro lado, tampoco puso en tela de juicio su con-
fianza en Francia. Al igual que su marido, usted siempre creyó en su
ayuda. A veces equivocadamente.
Querida Franroise, voy a tener que dejarla por hoy, no sin constatar
mi fracaso que me deja, personalmente, un gusto amargo.
Con mi recuerdo amistoso,
Philippe
Como ellos, el abogado Méndez Carreras empieza por viajar militares y policías de haber llevado a cabo operaciones clandestinas
a San Juan, donde Eloy Camus, un ex militante de la izquierda contra los «subversivos».
peronista, 1 lo ayuda a recabar diversos testimonios y a reconstruir en Pero el abogado Méndez Carreras se empecina, prosigue sus ve-
parte el trayecto seguido por la joven montonera. Gracias a la madre rificaciones, completa documento por documento un expediente que
de un desaparecido de Mendoza, el abogado recupera asimismo un va volviéndose para él la obsesión de toda una vida. El 21 de abril de
télex «urgente» difundido el 24 de julio de 1976 por los servicios de 1986, redacta para la justicia un relato lo más completo posible
inteligencia (D2) de esa ciudad. Según ese aviso de búsqueda, debía secuestro, luego los hechos acaecidos los días 15 y 16 de octubre: la
detenerse cuanto antes a una docena de hombres y mujeres, presen- trampa tendida al joven Daniel Russo cerca de la bicidetería y el alla-
tados como miembros de la «columna Mendoza» de Montoneros. namiento en la casa de Marie-Anne y los esposos Poblete en la calle
En el octavo lugar de la lista aparecía un nombre: Marie-Anne Erize, Sabatini. Al final del documento, establece una «lista del personal
alias «Lobita». militar y/o paramilitar y policial involucrado en los hechos».
Otro documento, proveniente esta vez del Tribunal Federal de Entre las doce personas citadas en la lista, figura el jefe del re-
Mendoza, intriga al abogado Méndez Carreras: es una lista de per- gimiento de San Juan, coronel Menvielle, y un hombre sospechado
sonas buscadas por «infracción a la ley». Entre ellas está «Ana María de ser «El Pichi», el tipo con equipo de gimnasia blanco que hacía el
Erico o Erice». Han deformado una vez más su nombre pero lo que seguimiento de Marie-Anne en la ciudad. Otro nombre, que encabeza
interesa sobre todo es la fecha mencionada al final del texto: 12 de la lista, llama la atención: Jorge Olivera.
marzo de 1976. Esa fecha prueba de un modo contundente que las Según el doctor Méndez Carrera, ese teniente de los servicios de
fuerzas de seguridad habían detectado ya a Marie-Anne por lo menos inteligencia dirigía las operaciones especiales. Siempre vestido de ci-
siete m.eses antes de su secuestro. vil, viajaba en un Renault 12. Para Méndez Carreras, se trata del que
El abogado requiere más informaciones, sobre todo en lo referido organizó el secuestro y el allanamiento. El sospechoso nº l.
al rol eventual desempeñado por el Ejército en su desaparición. A su
pedido, el juez federal encargado de la investigación se dirige a los
responsables del RIM 22, el regimiento de San Juan, para saber si Jorge Olivera.
existe un dato, cualquiera sea, sobre el caso. La respuesta de los mi- Este nombre acaba de entrar en la vida de los Erize. En ese mo-
litares cabe en tres renglones, con fecha de 1984: «Pongo en vuestro mento, no tienen ninguna foto suya, tampoco ninguna indicación
conocimiento que en este Estado Mayor General, no se registran an- sobre su trayectoria de católico de extrema derecha ni de «cruzado»
tecedentes sobre la mencionada ciudadana de nacionalidad francesa. de la lucha contra la ultra-izquierda ...
Dios guarde a Us». Olivera, hijo de un oficial de Gendarmería, es oriundo de la pro-
Para lograr su objetivo en la búsqueda de la verdad, Méndez Ca- vincia de Misiones, en el nordeste argentino. Nació el 10 de agosto de
rreras debe franquear una infinidad de obstáculos formales. Durante 1950 en Posadas, en la orilla oriental del río Paraná. Si desde allí se va a
meses y años, el expediente Erize, número de referencia 6204, se bam- hacia el norte, dirección de las Cataratas del Iguazú, se llega a Wanda,
bolea entre la justicia militar y la justicia civil. No es el único: miles el pueblo tropical donde Marie-Anne pasó una parte de su infancia.
de casos similares existen en la Argentina. Los tribunales de todo el Egresado del Colegio Militar de la Nación en 1971, lo afectan
país se derrumban bajo las pilas de pleitos. Por todos lados, se acusa a primero al Regimiento de Infantería de Montaña 26, en Junín de los
Andes, en el sur del país. A principios de 1975, lo trasladan a San Juan
1. Eloy Camus desempeñó un rol decisivo en la indagación de la verdad de lo acaeci- como «jefe de sección» en el RMI 22. En esa época, varias misiones, de
do en San Juan. Mencionamos su libro en la carta a Franc;:oise Erize del 8 de febrero
dos meses cada una, lo llevan hasta la provincia de Tucumán, donde
de 2010.
272 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 273
se esconden centenares de guerrilleros ERP. Esos combates, de una la situación. Debió pensar que la democracia era todavía demasiado
extrema violencia, agudizan su odio por los guerrilleros: que él llama frágil como para tener que vérselas con el ejército. Para desesperación
«ratas». Para él, como para algunos de sus compañeros, el peligro rojo de la mayoría, que era hostil a los rebeldes, ese jefe de Estado con fama
cobra un cariz francamente fóbico. El teniente Olivera se queda un de imprevisible y colérico va a a ceder a sus exigencias, acordándoles
poco menos de tres años en San Juan, con su joven esposa Marta y su lo que reclaman, o sea, la impunidad.
primer hijo. ¿Su misión oficial? Estudiar con el mayor detalle posi- A partir del 4 de junio de 1987, el Congreso vota la de Obe-
ble la zona fronteriza con Chile, en caso de una guerra eventual. Ese diencia Debida, que limita el alcance las persecuciones judiciales
conflicto, que se temió realmente por un momento, no se producirá vinculadas con el período 1976-1983. En nombre de la reconciliación
nunca. Olivera proseguirá su carrera en La Plata, San Javier, Posadas, nacional, la justicia no iniciará procesos contra los que cumplieron
Corrientes. Cada una de esas etapas significa un ascenso profesional órdenes durante la dictadura. Se perseguirá solo a los grandes «jefes».
(primer teniente, capitán ... ). Termina su formación como paracaidis- Al igual que centenares de otros sospechosos, Olivera no deberá
ta y en el área de los comandos. comparecer ante un tribunal: el expediente Erize vuelve a enterrarse
La caída de la dictadura a fines de 1983 perturba apenas su ascen- en los cajones.
so en el seno del Ejército, y todavía menos sus convicciones radicales. Es otra prueba suplementaria muy difícil para Albert y Frarn;:oise.
Olivera está convencido de que pertenece al campo de los vencedores, Creían haberse acercado a un punto de la verdad pero ahora ven que
esos patriotas que salvaron al país del marxismo y desafiaron a los se les escapa, más huidiza que nunca. De esos años de espera con
ingleses en las Malvinas. Méndez Carreras, les queda el esbozo de un relato real (la bicicletería,
Cuando su nombre empieza a emerger en el expediente Erize, en los secuestradores, el Ford Falcon) y un puñado de nombres, entre
1984, ocupa un puesto en el comando de paracaidistas de Córdoba. los cuales se halla un tal Olivera, pero siguen sin saber dónde está su
Como muii::hos de sus colegas de armas, no reconoce ninguna legi- hija, ni siquiera si realmente ha muerto.
timidad a los jueces que investigan sobre los crímenes de los años Albert Erize no se hace más ilusiones de encontrarla algún día.
1976-1983. Las nuevas autoridades recientemente elegidas tampoco A los 67 años, conoce a la perfección ese país y sabe que el Ejército
tienen para él mayor peso y está dispuesto a ponerlas en cuestión, funciona como una casta que preserva todos sus secretos. Las fami-
junto con otros militares. lias de los desaparecidos sufren cada día más y tienen que soportar
En abril de 1987, en el cuartel de Campo de Mayo, los argentinos la arrogancia de los inculpados y hasta, a veces, sus amenazas. En lo
descubren así las «caras pintadas» de los soldados rebeldes, que han que respecta a los militares radicales, en cuanto perciben la menor
elegido ese apodo por alusión a su vestimenta de camuflaje. Surgidos debilidad en los compromisos tomados por los poderes públicos, se
en su mayoría de las formaciones especiales, son unos cuantos miles rebelan, como para hacer recordar su capacidad de dañar. Es así como
en todo el país, están decididos y animados por un fervor católico en los años siguientes, se produjeron diversos levantamientos: en el
casi místico. Los otros soldados se resisten a intervenir contra ellos cuartel de Caseros (enero de 1988), en Villa Martelli (diciembre de
y lo hacen saber al poder político. Olivera, que es un «carapintada», 1988) y hasta en el corazón de Buenos Aires (diciembre de 1990). 1
aprueba esa lucha dirigida por un líder nacionalista, el teniente co- En este contexto de perpetuas tensiones entre una parte del ejér-
ronel Aldo Rico. cito y el poder civil, Jorge Olivera, el ex teniente de San Juan, va su-
Mirado de cerca, el objetivo de ese levantamiento no apunta a
derribar a Raúl Alfonsín, sino más bien a ponerlo en guardia para que 1. Estos levantamientos militares, que se limitaban a minorías extremistas, compren -
impida la condena de los «héroes» de la lucha antisubversiva. Tanto en <lían a un veterano de la Guerra de Malvinas, el coronel Mohamed Alí Seineldín. Este
argentino de origen libanés es el ideólogo de los exaltados y aventureros. Su odio por
uno como en otro caso, el presidente calibra enseguida el peligro de los norteamericanos y los judíos es conocido en toda América del Sur.
274 [ PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN [ 275
biendo los escalones de la jerarquía con una tranquilidad olímpica, sin y un círculo restringido de iniciados, nadie le presta atención. Jorge
hacerse ningún problema por las eventuales repercusiones judiciales Olivera, protegido por la Ley de Obediencia Debida, puede conti-
del caso Erize. nuar su carrera de abogado sin inquietudes. Nadie puede molestarlo.
Mientras enseña el arte del combate en la Escuela Superior de Nada le impide, tampoco, intentar dar un primer paso en política.
Guerra de Buenos Aires, sigue cursos nocturnos para preparar su gran En los años noventa, se incorpora a un grupo ultranacionalista, el
reconversión, que es también la gran encrucijada de su vida: a los 41 Movimiento por la Dignidad y la Independencia (MODÍN), creado
años, quiere trocar el uniforme color caqui por una toga de abogado, por Aldo Rico, líder de los carapintadas. Nombrado responsable del
el Ejército por el Colegio de Abogados. partido en la provincia de Misiones, Olivera aspira ahora a un futuro
Desde sus primeros días en la profesión, al comienzo de los años electoral. Reivindica una Argentina fuerte y piadosa, liberada para
noventa, el abogado Jorge Olivera se arma con una libreta de direc- siempre del marxismo. Pero los electores no aprecian lo suficiente
ciones compuesta por una clientela bastante peculiar: los ex militares, esa mezcla de catolicismo exaltado y neofascismo típico de ciertos
los torturadores de los años negros de la dictadura. Entre sus dientes sectores. Su fracaso será total. En 1997, no logra obtener el mínimo
figuran sobre todo tres celebridades: de votos necesarios para una banca en el Congreso de la Nación. Más
- un ex suboficial de la Policía Federal, Julio Héctor Simón, alias vale concentrarse en sus actividades de abogacía en Buenos Aires ...
«El Turco Julián», acusado de haber sido un torturador de primera Su despacho extiende poco a poco su campo de acción. En abril
línea en Buenos Aires; de 1999, el abogado Olivera y su socio Jorge Appiani difunden en
- el general Suárez Mason, acusado en un sórdido asunto de robo una revista especializada un aviso publicitario dirigido a todos los
de bebés;1 «uniformados», activos o jubilados, militares, gendarmes, policías o
- el nazi Erich Priebke, refugiado durante cuarenta años en la guardiacárceles. Ofrecen sus servicios en el área de las pensiones,
Argentina. 2
1 accidentes de trabajo, indemnizaciones de toda clase, pleitos discipli-
El abogado Olivera atiende también a las víctimas de la guerrilla narios o penales, sin olvidar los redamos vinculados con las Malvinas.
que piden indemnizaciones. Para él, no hubo represión en ese perío- Gracias a ese litigio, los dos abogados van a cobrar una inesperada
do sino una reacción justificada por la amenaza revolucionaria que notoriedad.
pesaba sobre el país. Argentina, su Argentina estaba en guerra, y una En efecto, en el año 2000 se deciden a enjuiciar a Gran Bretaña y
su ex primera ministra, Margaret Thatcher, ante la Corte Europea de
1
la intención de dedicarles un artículo bajo la pluma de la prestigiosa las asociaciones de defensa de los derechos humanos», le dice. En la
periodista Victoria Ginzberg. Argentina, esas asociaciones no hacen concesiones con los tortura-
Acompañada por un fotógrafo, la joven periodista se presenta en dores. En cuanto uno de ellos es identificado, se manifiestan delante
el despacho de Olivera, en un viejo edificio del centro de Buenos Ai- de su domicilio o de su lugar de trabajo.
res, a dos pasos de Tribunales. Es la primera vez que Victoria Ginzberg La abogada Thonon-Wesfreid defiende una estrategia más ambi-
toma contacto con ese abogado. Ignora, al igual que sus colegas, las ciosa, o sea, aprovechar el paso de Olivera por Francia para arrestarlo.
sospechas que pesaron sobre su persona hace quince años, en la época Sería una captura histórica, el primer militar o ex militar argentino
en que era militar. interpelado fuera de su país. Roger Le Loire, el juez de instrucción
Olivera la recibe un largo rato en su despacho. Ha engordado parisino encargado de las indagaciones de la justicia francesa sobre la
un poco y tiene como un aspecto de notable de provincia, con su desaparición de Marie-Anne Erize, 1 aprueba ese audaz proyecto. Pero
camisa blanca y su chaleco a la antigua. Detrás de él, una pantalla de debe resolver un problema mayor: un abogado que hace una gestión
computadora. A su derecha, un teléfono, un cenicero, anteojos de sol. ante la Corte Europea de los Derechos Humanos, goza de impunidad.
Otros dos objetos llaman la atención: una cruz y un caballero armado. Por consiguiente, es imposible interpelarlo. Habrá que encontrar
La periodista registra también diversos documentos militares, una otra solución. O dejarlo volver a la Argentina ...
boina verde de los comandos, una boina roja de los paracaidistas, un Olivera no tiene la más pálida idea de lo que se trama detrás de
banderín de la Policía, un emblema de Gendarmería ... Pero el objeto bambalinas cuando llega a Alsacia el 4 de julio. Allí, nadie conoce
sagrado y central del orgullo de Olivera, es un diploma otorgado por su pasado. Por otro lado, tampoco sabe que en mayo de 1999, se ha
el general Antonio Bussi en persona. Toda la Argentina conoce a ese efectuado una denuncia en París por el caso Erize. En lo inmediato,
oficial de extrema derecha, que dirigía la «Operación Independencia» solo piensa en saborear su triunfo ante los medios británicos de co-
contra los guerrilleros del ERP. Desde entonces, sus víctimas lo han municación, curiosos de descubrir el rostro del hombre que pretende
apodado «el carnicero de Tucumán». extraditar a Maggie Thatcher. El diario Guardian, la BBC, la agencia
El 2 de julio de 2000, Página/12 publica el artículo de Victoria Reuters le dan la palabra: «Queremos indemnizaciones para todos
Ginzberg. En la entrevista, Olivera relata una parte de su carrera, esos muertos», clama Olivera en nombre de las víctimas argentinas
especialmemte su paso por el Regimiento 22 de San Juan. Ese simple de la Guerra de las Malvinas.
recuerdo, de apariencia anodina, va a dar vuelta toda su vida como La estada de los dos abogados se prolonga unos días a la espera
un guante. de la respuesta -que será negativa- de la Corte de Estrasburgo. 2
Al leer esas líneas, Méndez Carreras, abogado de los Erize, tiene Ese tiempo les permitirá, además, conocer a un hombre presentado
un súbito presentimiento: ¿ese colega que se jacta de haber pertene- a los periodistas como su «corresponsal» en Francia: un tal Jacques
cido al RIM 22, no será el famoso Olivera al que consideraba hace Cheminade.
quince años el supuesto autor del secuestro de Marie-Anne Erize?
Hace la verificación. Es él. En esa época, tenía jerarquía de teniente.
l. Frarn;:oise Erize depositó una querella ante la justicia francesa en mayo de 1999.
Después, fue trazando su camino a la derecha de la derecha. Algunos meses antes, la detención del dictador chileno Augusto Pinochet en Lon-
El artículo precisa que Olivera y su asociado han tomado un avión dres, en octubre de 1998, había abierto una brecha jurídica decisiva, que mostraba
para Francia el 1° de julio, y que deben presentarse en Estrasburgo tres que era posible iniciar persecuciones en Gran Bretaña, España o Francia, en nombre
días después con el fin de depositar su querella contra Gran Bretaña. de las familias de los desaparecidos.
Méndez Carreras avisa de inmediato a su colega Sophie Thonon- 2. La demanda, archivada con el número de referencia 58692/00, será rechazada el 19
de julio de 2000, con el motivo de haber sido depositada fuera de plazo (documento
Wesfreid, la abogada parisina de la familia Erize. «Voy a avisarles a en posesión del autor).
278 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 279
Estrafalario personaje, enarca 1 de 59 años, candidato fantasmáti- tonces que después de pasar por Estrasburgo, su colega se fue a Italia
co a la elección presidencial de 1995 (obtuvo el 0,28% de los votos), en coche con su mujer Marta. Un viaje de enamorados para festejar
ex miembro del Ministerio de Economía y Finanzas, con sospechas, sus veinticinco años de casados (sus bodas de plata).
fundadas o no, de flirtear con la extrema derecha, Cheminade fue el La abogada Thonon-Wesfreid capta rápidamente el interés de to-
líder del Partido Obrero Europeo (POE), un grupúsculo desaparecido das esas informaciones. Esta vez, no se puede alegar la impunidad,
hoy en día. porque se trata de una estada privada. Si el juez francés pronuncia un
¿Por qué dos abogados argentinos necesitan el apoyo de ese actor pedido de captura internacional, Olivera puede ser interpelado en
marginal de la vida política francesa para pleitear su causa? Cuando Italia. Pero para eso, hay que localizarlo.
el diario Libération le hace esa pregunta, Jacques Cheminade contesta:
Con el objeto de conocer su programa en Italia, la abogada pide a
«No sé en realidad quiénes son esos abogados. Un amigo de Buenos
su amiga de Buenos Aires que llame por teléfono al despacho de Oli-
Aires me habló de ellos, la ayuda que les presto es muy modesta. Mi
vera. Por prudencia, esta llama desde una cabina pública, haciéndose
apoyo era natural: Argentina es mi segunda patria porque nací allí». 2
pasar por una dienta ansiosa por obtener una cita. La secretaria del
Jacques Cheminade, en efecto, nació en Buenos Aires el 20 de
abogado le indica entonces que su vuelta al despacho está prevista
agosto de 1941. Hasta estudió en el liceo francés. Pero tiene también
para el miércoles 9 por la mañana. Conclusión: ha reservado un vuelo
otros amigos diseminados por el mundo ... En Estados Unidos, su
modelo es Lyndon LaRouche, un político al que se atribuyen derivas Roma/Buenos Aires para el domingo o el lunes por la noche. Y como
sectarias y racistas. En resumen, diga lo que diga, el ex candidato a es más que patriota, es seguro que eligió la compañía nacional, Ae-
la pr~sidencia francesa ofrece probablemente una «ayuda muy mo- rolíneas Argentinas. Verificando en las listas de los pasajeros, los in-
desta».ª esos extremistas argentinos por simpatía ideológica. Su sola vestigadores de la brigada criminal constatan que los esposos Olivera
presencia en las sombras, y su forma de presentarse, confirma el perfil están efectivamente inscriptos en el vuelo AR 1141 del domingo 6 de
de los dos visitantes: son hombres que forman parte de una vasta red agosto a las 20:40 horas. Entre París y Roma, se va poner en marcha
y disponen de apoyos en el extranjero. una impresionante maquinaria para interceptarlos.
Para la abogada Sophie Thonon-Wesfreid, la prioridad no es Che- Las autoridades italianas, solicitadas por Francia, prevén un dis-
minade sino Olivera. Como es imposible detenerlo en Francia, habrá positivo importante pero discreto en el aeropuerto de Fiurnicino. Po-
que atraparlo en la Argentina. La Ley de Obediencia Debida legaran- licías de civil irán a interpelar a Olivera cuando este se presente, con
tiza la impunidad pero no el olvido. Nada impedirá a las asociaciones su mujer, en el check-in. Al fin y al cabo, no tiene ninguna razón para
de derechos humanos denunciar su pasado. Entre tanto, la abogada desconfiar. ¿Cómo podría saber que es objeto de un pedido de captura
francesa quiere saber algo más acerca de sus recorridos y actividades. urgente decidida por el juez el 26 de julio?
Llama por teléfono a una amiga periodista en Buenos Aires, y le sugie- En las pantallas, el vuelo AR 1141 no tiene retraso. Al final de la
re asistir a la conferencia de prensa que organizarán Olivera y Appiani tarde, la pareja Olivera penetra en el hall de las partidas y empieza
a su vuelta a la Argentina. Ahora bien, al llegar al lugar el 18 de julio a hacer la cola ante la oficina de Aerolíneas Argentinas. El abogado
a las 13:30 horas, la mentada periodista se sorprende al constatar la no percibe el ballet de los policías en medio de la muchedumbre de
ausencia de Olivera. Con la mayor naturalidad, Appiani le confía en- pasajeros. Solo tienen de él una foto de mala calidad y les cuesta iden-
tificarlo entre los hombres de unos cincuenta años. La única solución
l. Traducción del original francés énarque designa en el lenguaje común al egresado
del ENA, Escuela Nacional de Administración, donde se forman la mayoría de los es transmitir el dato a las recepcionistas, pidiéndoles que les señalen
políticos franceses. [N. de la T] al pasajero Olivera.
2. Libération, 20 de julio de 2000. Le llega el turno en la fila de espera. Se adelanta hasta el check-
280 1 PHILIPPE BROUSSARD
reja Olivera empleaba como mucama. La imagen es de mala calidad, Recuerde las declaraciones de Cheminade en el diario
desgastada por el tiempo y el olvido, pero se adivinan una mesa, unas «No sé en realidad quiénes son esos abogados. Un amigo de Buenos
botellas de gaseosa y una masa blanca que debe ser un postre. Hay ocho Aires me habló de ellos, la ayuda que les doy es muy modesta. Mi apoyo
personas de pie: una adolescente con un vestido violeta claro, un hombre era natural: la Argentina es mi segunda patria porque nací allí.»
con traje negro ... Olivera, todo sonriente, se ha puesto un saco de color Así hablaba el ex candidato a la elección presidencial francesa de
crema. Tiene en sus brazos a un niño. Otra adolescente muy corpulenta 1995, en julio, es decir, algunas semanas antes de que Olivera Juera de-
lo agarra por el brazo, debe ser Rosario, la empleada. A su izquierda se ve tenido en Roma. Ahora bien, cuando lo llamé por teléfono, Cheminade
una mujer esbelta con tapado de piel: Marta Ravasi, esposa de Olivera. se mostró mucho más crítico con los dos abogados: «Nunca había escu-
Es imposible fechar la Joto. ¿Cómo saber si ese hombre es el de antes chado hablar de ellos antes de que vinieran a Francia -me aseguró-.
o después del 15 de octubre de 1976? ¿O si su camino se ha cruzado ya Unos amigos norteamericanos, que tampoco conocían su perfil ideoló-
con el de Marie-Anne? ¿En qué pensaba en ese momento? ¿Conocía gico y actuaban de buena fe, les habían dado mis datos diciéndoles que
su existencia? Viéndolo así, al final de la comida, uno no puede evitar tal vez yo podía ayudarlos. Como su gestión con los ingleses me había
imaginarse que al día siguiente sale para seguirla a la salida de la bi- parecido interesante, yo había aceptado verlos en París por unas tres
cicletería ... horas. Pero vi enseguida que se trataba de tipos poco recomendables y
En San Juan, traté de recabar otras informaciones sobre él. Quería los había mandado a la mierda. Usted me dice que son nacionalistas o
saber más de sus orígenes, algo que le diera significación a ese rostro ultranacionalístas ... ¡Pero era mucho peor! Al verlos y al escucharlos,
muy típico, muy indio, de mirada negra y cabellos negros aceituna, ca- me habían hecho pensar en Astiz, ese capitán acusado por la desapari-
racterístico de mucha gente del norte argentino. Verifiqué que su padre ción de dos monjas francesas. Eran tan sospechosos que hasta le avisé
era un. oficial de Gendarmería de la provincia de Misiones, encargado a mi amigo Renaud Vignal, ex embajador de Francia en Buenos Aires.
de vigilat las zonas fronterizas. Su madre, llamada María, vive todavía Sus ideas no eran las mías. Sepa que tengo amigos chilenos y argentinos
y estaría radicada cerca de Posadas. que han sufrido en carne propia durante la dictadura ... »
Cuando ejercía sus actividades en San Juan, parece que Olivera cui- Esas declaraciones son muy diferentes de las que el mismo Chemi-
daba mucho su aspecto y su ropa. Llevaba a menudo un anorak azul y se nade hizo hace diez años para Libération:
peinaba con extrema pulcritud, poniéndose gomina en el pelo. Su mujer - En un caso, un «amigo de Buenos Aires» los orientó hasta él. En
era psicóloga de niños y adolescentes y trabajaba en la universidad local. el otro, «amigos norteamericanos».
Para contarle una anécodota, una vez fui a ver el lugar adonde vivían, - En un caso, se trata de «apoyo» o de una «ayuda muy modesta»;
en un campamento militar aledaño a la ciudad. Es una linda casita de en el otro, afirma que «los mandó a la mierda» y denuncia su extre-
una sola planta a la sombra de unos mangles. Tenían un solo hijo en esa mismo.
época, ahora tienen cuatro. El juez me indicó también que en ese tiempo ¿Cuándo dice la verdad Jacques Cheminade? ¿En caliente en el año
estaba asociado con otro militar en el Kangouroo Club, una especie 2000 o cuando el asunto se enfrió, diez años después? Más allá de sus
de bar o discoteca en el centro de la ciudad. Para serle completamente contradicciones, su distancia es poco creíble. Basta consultar el sitio
franco, en realidad, nadie lo recuerda en San Juan. Internet de la asociación de Jacques Cheminade, Solidaridad y Pro-
En estos últimos meses, busqué también precisiones sobre sus ideas greso, para comprobar que se nombra muy a menudo allí a un célebre
políticas, sus apoyos o su red de relaciones. Tengo que contarle a este coronel argentino, Mohamed Alí Seineldín, el ideólogo de los golpistas
respecto, una conversación que tuve en París con Jacques Cheminade, carapintadas, ¡los buenos amigos de Olivera!
ese misterioso «corresponsal» francés que Olivera y su asociado Appiani El sitio llega hasta el extremo de presentar a Seineldín como un
habían solicitado en el verano de 2000. «héroe nacionalista». Sí, llama «héroe» a un oficial de extrema dere-
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fuera del país. «La impunidad ha quedado atrás -se alegra Nora Cor- Su detención volvió a abrir otras heridas en San Juan. Varias per-
tiñas, una de las madres de Plaza de Mayo-, de ahora en adelante, los sonas reconocen en él al torturador de los años negros. Su apellido,
responsables de la represión saben que están virtualmente presos dentro que es muy común en la Argentina, se había borrado de sus memorias.
de nuestras propias fronteras. Si salen, los capturan.» No así su rostro ni sus métodos. Un cuarto de siglo después del calva-
Reaccionando a esos ataques, el dan Olivera se pone en actividad, rio sufrido, descubren, gracias al juicio Erize, que se ha reencarnado
sobre todo su hijo Javier, un católico fanático en contacto con los en abogado. Uno por uno, van saliendo de la sombra.
ambientes integristas. Lanzándose en una cruzada religiosa, exhorta, Uno de los primeros en manifestarse fue un ex montonero, Jorge
por ejemplo, a sus compatriotas, a boicotear los productos franceses Moroy, alias «El Polaco». Es un hombre de 52 años, que
e italianos. En una carta al presidente de la república, Fernando de conoció a Marie-Anne, alias «Luda», en San Juan en 1976. 1 Relata
la Rúa, denuncia que se «ha abandonado» a su padre «en manos de que fue secuestrado por Olivera en diciembre del mismo año. Acom-
países extranjeros». Según él, los ingleses son responsables de todos pañado por un tal «Pichi» (¿el hombre del conjunto blanco?), el te-
estos problemas. Su mujer, Marta Ravasi de Olivera comparte la mis- niente del RMI 22 habría llevado luego al «Polaco» a un lugar de
ma actitud, y sostiene que Londres manipuló la causa: «Este caso lo interrogatorio y tortura llamado La Marquesita, un centro deportivo
inventaron después de la presentación en Estrasburgo». del Ejército situado en las afueras de San Juan. El lugar era tan tran-
La Nación, el diario conservador más importante, publica un ar- quilo y estaba tan aislado, que los militares lo habían convertido en
tículo sobre Marta Olivera. Tiene unos cincuenta años, es profesora una cárcel clandestina.
en la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires. Una foto Una segunda persona testimonió haber sido víctima del accionar
la muestra vestida con un pulóver de cuello alto y un chaleco blan- de Olivera. El gobernador de San Juan desde 2003, José Luis Gioja.
cos. Con una mirada preocupada y mucha tensión en sus rasgos, se Acusa al ex militar de haberlo detenido cuando trabajaba como in-
pone las >.manos en la frente, como abrumada por ese mal golpe que geniero en la provincia de San Juan. «Olivera formaba parte entonces
le depara la suerte: «Yo entiendo el dolor de la familia de esa chica de esos grupos de tenientes y subtenientes que nos interrogaban y nos
-asegura-, pero mi esposo no tiene nada que ver». torturaban hasta que nos desmayábamos. Después, nos hacían tomar
Sus recuerdos de San Juan evocan una vida feliz y ordinaria, sin alcohol para que nos despertáramos. Yo había decidido borrar todo
terror ni violencia: «En 1976, mi marido era un modesto teniente de eso de mi memoria para no caer en el odio, pero cambié de opinión
24 años que vivía feliz en San Juan con un hijo chiquito -cuenta la cuando escuché las mentiras de su mujer, que me asquean.»
mujer, entrevistada por una radio argentina-. Como todo militar, La tercera víctima es una abogada, Margarita Camus. La detu-
siempre en uniforme, iba y volvía del cuartel. No tenía ningún poder vieron el 25 de noviembre de 1976, en San Juan. En esa época, era
de decisión». Su observación acerca del uniforme no es anodina, estudiante de sociología y adhería a la tendencia montonera. «Olivera
quiere hacer entender que no era de los tipos de civil de que hablan primero me interrogó solo, de modo cortés, sobre cosas de política
los diarios sino un «modesto teniente» a las órdenes de sus supe- -cuenta-, pero después, en la cárcel, me encontré desnuda, con los
riores. Más sorprendente aún es que pretenda que «nunca tuvo un ojos vendados, una capucha en la cabeza y las manos atadas atrás.
proceso» ni «fue convocado por la Cámara Federal en Mendoza en Varios hombres me tocaban, me insultaban y me golpeaban. Uno de
1987». Esas declaraciones son falsas, como lo prueban los archivos. ellos era Olivera. Lo reconocí por su voz. En otras sesiones, hicieron
¿Pero conoce todo el pasado de su marido? ¿Sabe que se escapó venir a mi abuelo, ex gobernador de la provincia, para que asistiera a
por un pelo de la comparecencia ante los jueces gracias a la Ley de la escena y hacerme aflojar más fácilmente.»
Obediencia Debida? Hasta había una fecha prevista: el 17 de junio
de 1987. Pero si todo se limitara al asunto Erize ... L Véase la carta a Frarn;:oise Erize del 8 de febrero de 2010.
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Los testimonios de Margarita Camus van más lejos, ya que acusa primero, Marcantonio Bezicheri, ejerce en Bolonia. A sus 64
a Olivera, que tenía entonces 26 años, de haberse infiitrado entre los años, es un fascista destacado vinculado con los círculos católicos
estudiantes inscribiéndose en la universidad con una falsa identidad. más tradicionalistas. En el pasado, defendió a terroristas italianos de
Su mujer, empleada en los servidos sociales de la facultad, lo ayudaba, extrema derecha que disponían de sólidos lazos en la Argentina.
al parecer, a identificar a «subversivos». vínculo con el dan Olivera se ha de haber hecho de ese modo, es
Otro hombre acusa a la esposa de Olivera: César Gioja, hermano decir, mediante las conexiones ítalo-argentinas del neofascismo y el
del gobernador mencionado. En 1975, cuando él mismo era diputado integrismo.
justicialista, César Gioja se veía con la pareja Olivera a nivel privado: El segundo abogado, Augusto Sinagra, tiene su despacho en
«Su mujer y la mía -cuenta- eran colegas en la universidad. Marta Roma. Él tampoco oculta sus lazos con América del Sur1 ni sus sim-
Olivera hada muchas preguntas. Ahora comprendemos por qué ... Un patías fascistas. Se lo ve a menudo en las ceremonias de ex comba-
día, nos invitaron a cenar en su casa del campo militar, con amigos pe- tientes italianos o acompañando a responsables políticos y religiosos
ronistas que al igual que nosotros, no desconfiaban de ellos. Olivera nos extremistas. Es un hombre brillante, experto en derecho internacional
había recibido muy bien, hasta había tocado un instrumento de música, y profesor en la Universidad La Sapienza de Roma. Se lo conoce por
trompeta o saxofón, no me acuerdo. Por supuesto, yo ignoraba que an- haber defendido en otra época a Licio Gelli, el gran gurú de la logia
daba en misiones de inteligencia. En esa época, San Juan era un lugar masónica Propaganda 2. Defendió asimismo, en 1988, los intereses de
más bien tranquilo. Después del golpe de Estado, cuando la situación Turquía cuando esta había pedido a Italia la extradición del líder turco
se agravó, estuve detenido en la cárcel local. De vez en cuando Olivera Abdullah Ocalan del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán,
venía a verme y me decía: "No te preocupes, decí lo que sabés y todo va sigla en kurdo), refugiado en Roma.
a andar bien': Se hacía el simpático y compasivo, dispuesto a ayudarme. El abogado Sinagra es un profesional de larga experiencia. En un
Pero cuclndo me interrogaban otros tipos con capucha, yo sentía su primer paso, se fija como prioridad la excarcelación de Jorge Olivera,
presencia y oía su voz, estoy seguro de que estaba ahí. Mi mujer trató o por lo menos, que se lo haga beneficiar de un arresto domicilario
de interceder con la suya, pero fue inútil. La echaron de la facultad. 1 mientras espera el resultado de los debates sobre la extradición. Si
La lista de las víctimas del ex militar se hace cada vez más larga: la justicia le otorga ese favor, podrá quizás instalarse en la pequeña
una modelo francesa, un ex montonero, una abogada, un senador, un ciudad de Frascato, cerca de Roma, donde un monasterio franciscano
ex diputado ... Debe cambiar de estrategia. Atacado por todos lados, había alojado a su propio diente, el nazi Priebke, en 1997. No tendrá
Jorge Olivera no puede seguir alegando complots. Su hijo Javier lo más que esperar, entonces, la decisión que determinará las consecuen-
va a socorrer poniendo en movimiento a sus amigos y sus redes de cias del juicio de extradición.
relaciones. La audiencia que tratará el pedido de liberación está prevista para
En ese mes de agosto de 2000, lo primero que hace es viajar a el 15 de septiembre de 2000, un viernes, en el palacio de tribunales de
Roma. Allí reorganiza el equipo de defensa de su padre. Los aboga- la capital italiana. Tanto la abogada Thonon-Wesfreid como el juez
dos italianos que había solicitado con urgencia en los primeros días, francés Roger Le Loire tienen entera confianza. El expediente no pa-
terminan siendo descartados a favor de dos colegas cuyos currículum rece presentar ninguna falla; hasta ahora, Italia se mostró cooperativa
vítae presentan una notoria orientación ideológica. y no hay razones para que la situación cambie. En el peor de los casos,
Olivera se quedará en Frascati, beneficiado con un arresto domici-
l. El autor se entrevistó en 2000 con tres de estos testigos (Jorge Moroy, Margarita
Camus y José Luis Gioja). Desde ese entonces, José Luis Gioja fue elegido gobernador 1. La noticia biográfica de Augusto Sinagra comporta decenas de textos jurídicos, en-
de la provincia de San Juan. Su hermano, César, que el autor entrevistó en febrero tre los cuales hallamos el siguiente, que prueba sus antiguos y estrechos vínculos con
de 2010, es hoy en día senador nacional. Argentina: «El conflicto anglo-argentino por las islas Falkland-Malvinas» (1983).
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liario y la libertad condicional. Eso no podrá afectar _su extradición -la culpabilidad o inocencia del ex militar- sino solo el pedido de
a Francia. Tendrá que armarse de paciencia durante menos de tres liberación (incluso en su variante de libertad condicional) solicitado
meses y después irá a dormir a su celda francesa. por su abogado.
El viernes 15 de septiembre, uno de los abogados italianos, Au- Al lunes siguiente, de acuerdo con lo previsto, la cuarta sección de
gusto Sinagra, se dirige a la hora prevista al Palacio de Tribunales, la Corte pronuncia su fallo. Una decisión que deja estupefacto: Jorge
que se halla a diez minutos en taxi del centro histórico de Roma. Los Olivera debe ser liberado de inmediato.
feos edificios que lo componen tienen ese carácter impersonal y frío Liberado. ¡Jorge Olivera está LIBRE! Las últimas líneas del fallo
de la arquitectura de los años setenta. Todo el conjunto configura lo dicen muy claro: la Corte pide la «liberación inmediata del señor
una ciudad dentro de otra ciudad, un dédalo de corredores y oficinas Olivera». ¡Ni siquiera sus propios abogados esperaban tanto!
donde el visitante pasa al lado de centenas de personas: magistrados, Para justificar su decisión, los magistrados alegan una serie de
acusados, testigos, policías ... complejos argumentos jurídicos sobre la noción de prescripción de
Los debates sobre el caso Olivera están :fijados para la mitad de los hechos. 1 Destacan que la defensa ha producido una «documenta-
la mañana, en la cuarta sección penal de la Corte de Apelación. Los ción donde se constata la defunción de la francesa» el 11 de noviembre
periodistas tienen prohibida la entrada, deberán quedarse afuera. de 1976. Para ellos, es una vieja historia, no hay razones, en términos
Al llegar a la sala de la audiencia, Augusto Sinagra transmite a la de derecho, para mantener detenido al acusado.
Corte y al representante de la Fiscalía de la Nación, un fax que afirma Sin preocuparse por saber un solo detalle más, dejado en liber-
haber recibido de la Argentina el día anterior: ¡un certificado de ... tad esa misma noche, Olivera abandona la celda de Regina Coeli y
defunción de Marie-Anne Erize! Según ese documento, esta habría se dirige prontamente al aeropuerto. Una noche de viaje le bastará
muerto el 11 de noviembre de 1976, o sea, cerca de un mes después para llegar a sus tierras argentinas, protegido por la famosa Ley de
de su desaparición en San Juan. Obediencia Debida.
En la sala, nadie se sorprende que un documento de esa índole En el aeropuerto de Ezeiza, compañeros militares lo reciben como
se entregue a la Corte a último momento. Nadie se hace tampoco la un huésped destacado, casi como un héroe. Según la prensa local,
pregunta fundamental: ¿cómo puede existir ese documento cuando lo hacen pasar a una sala reservada (VIP) a las celebridades. El ex
nunca se encontró el cuerpo y cuando ni siquiera los padres tuvieron teniente de San Juan vive ese retorno triunfal como una revancha
jamás el menor indicio a ese respecto? contra sus acusadores. Entrevistado por una radio, infla el pecho y se
La Corte integra el fax en el expediente, sin verificar su autentici- presenta como una víctima de los servicios de inteligencia europeos
dad. Comienza la audiencia. y de los «guerrilleros apátridas de los años setenta». Diez veces, cien
El abogado Augusto Sinagra expone su demostración jurídica. veces, asegura no haber visto nunca a Marie-Anne.
Sentado a su lado, Jorge Olivera reza en silencio, acariciando con Su liberación resulta tanto más chocante cuanto que «el certifi-
sus dedos una imagen piadosa. Lleva una camisa clara, un pantalón cado de defunción» presentado por uno de los abogados italianos no
gris oscuro y zapatos negros. Afuera, los periodistas se impacientan resiste al más apresurado examen. Las propias autoridades argentinas
por los corredores, esperando tener algunas briznas de información
l. Según la ley italiana, la prescripción para un secuestro es válida solo quince años
durante las escasas pausas. después. Se puede alargar el plazo a veintidós años y medio si un «hecho interruptivo
Tres horas después, al término de debates muy técnicos, la pre- de la prescripción» -dicho de otro modo, un hecho nuevo y decisivo- se produce
sidenta de la Corte, Maria Luisa Carnevale, anuncia que se conocerá durante los primeros quince años. En el caso Olivera, los magistrados calcularon a
la decisión el lunes 18 de septiembre, luego de un fin de semana de partir de la fecha del secuestro de Marie-Anne, es decir, el 15 de octubre de 1976.
Estiman, por consiguiente, que hay prescripción a partir de octubre de 1991 o, te-
reflexión. La decisión de la Corte no concernirá el fondo del litigio niendo en cuenta el plazo máximo, a partir de abril de 1999.
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deben aceptar que es un documento falso, un collage mal hecho cal- El ministro italiano de justicia, Piero Fassino, califica los hechos
cado sobre un simple pedido de certificado. de «gravísimos». El asunto agita también a la Cámara de Diputados,
Varios indicios lo confirman: donde un diputado ecologista denuncia «una de las páginas más es-
- la utilización de diferentes tipos de letras, que dan al conjunto candalosas de la historia reciente de la justicia nacional». Conminado
un aspecto muy artesanal; a explicarse, el gobierno anuncia una medida disciplinaria contra los
- faltan las fechas en dos sellos; tres magistrados. Al mismo tiempo, se abre un pedido de informa-
- el funcionario del Registro Civil que firmó el documento, una ción judicial contra los abogados de Olivera, el romano Sinagra y el
tal Suzana Morgenstern, no es conocida en la administración ... boloñés Bezicheri. Este último se defiende diciendo: «El certificado
¿Cómo es posible que los magistrados italianos se hayan dejado de defunción fue presentado en las formas previstas por la ley; todo
engañar de un modo tan burdo? ¿De dónde viene ese certificado tru- es, pues, regular. Si fue falsificado, nosotros, abogados, no tenemos
cho? ¿Quién lo envió al abogado Sinagra a Roma? En París, Sophie ninguna responsabilidad, porque fue enviado desde la Argentina».
Thonon-Wesfreid se indigna: «Esa grosera falsificación, hecha a base Queda por saber si el hecho de aceptar un documento en esas
de una evidente superposición de fotocopias, solo pudo elaborarse condiciones es un mero error debido a la incompetencia de los ma-
en Buenos Aires, pero con complicidades en Roma, que habrá que gistrados o si toda una red de grupos de extrema derecha vinculada
buscar». con lo que queda de la logia P2 orquestó el conjunto de la maniobra. 1
La falsificación es tan grave que el jefe de gobierno de la provincia Esas sospechas están lejos de ser una pura fantasía. Aun si esa or-
de Buenos Aires, Aníbal !barra, viaja en persona a Italia para confir- ganización se disolvió hace años, se sabe que uno de los abogados de
mar ante la Fiscalía de Roma que se trata, con toda evidencia, de un Olivera, Augusto Sinagra, la conoció de cerca (su apellido figura en las
documento fraguado y sin validez. listas) y también que defendió a su jefe Licio Gelli. Nótese asimismo
Por el lado italiano, la polémica escandaliza a los medios. El diario que otros argentinos célebres fueron miembros de la P2: López Rega
de izquierda La Repubblica se asombra de la excepcional celeridad con (el «brujo» de la Triple A); el almirante Massera2 (uno de los líderes
que se ha resuelto la causa: «Cuando Olivera salió de Regina Coeli por de la Junta); el general Carlos Suárez Mason, uno de cuyos abogados
la noche, ya tenía el pasaje de avión en el bolsillo», destaca el diario. defensores es, precisamente ... ¡Jorge Olivera! En resumen, toda esa
Según La Nación, algunos miembros de los servicios secretos de in- gente pertenece a la misma familia ideológica, el sector más radical
teligencia italianos estaban ya informados de la liberación de Olivera de la derecha.
veinticuatro horas antes de que la Corte hubiera pronunciado el fallo. Otros indicios, revelados por la prensa argentina, dan lugar para
La embajada de Francia en Buenos Aires se pregunta, por su lado, suponer que para sacar al ex militar de una situación tan embarazo-
qué papel pudo haber jugado un importante diplomático italiano, sa, debió ponerse en marcha una mecánica digna de una película de
del que se sospecha de haber maniobrado para resolver el «problema espionaje. Una verdadera «Operación Olivera»:
Olivera» con el fin de preservar las buenas relaciones ítalo-argentinas. - el certificado falsificado enviado a Roma el 14 de septiembre
Por el lado francés, al no tener pruebas, flota solo un sentimiento de desde la ciudad de City Bell, cerca de La Plata, a partir del fax de un
sospecha.
Pesan sobre los magistrados acusaciones muy graves: ¿por qué 1. La P2 comprendía cerca de 1.000 miembros, en su mayoría italianos y argentinos.
no ordenaron las más elementales verificaciones y no aplazaron los Había allí gente encumbrada, mafiosos, políticos más o menos corruptos ... En la
época de la dictadura en la Argentina, el gran jefe de la Logia, Licio Gelli, mantenía
debates para una audiencia ulterior que trataría la extradición? ¿Por estrechas relaciones con la Junta.
qué el sustituto general del fiscal general, al que competía presentar 2. Emilio Massera murió de una hemorragia cerebral el 8 de noviembre de 2010 en
el reclamo francés, no exigió el original del documento? Buenos Aires.
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militante nacionalista vinculado con el partido de Olivera, o sea, el francés no pesó políticamente en el asunto -acusa hoy-,1 no había
MODIN; ningún representante de la embajada en la sala de audiencia. Fíjese,
- se habría visto a su asociado Jorge Appiani en La Plata poco mi colega parisina Sophie Thonon-Wesfreid tampoco estaba presen-
antes del envío del fax; te 2 ••• Y no fue una casualidad que la audiencia haya tenido lugar a las
- una misteriosa mujer rubia se habría presentado la semana an- apuradas. ¡A los abogados italianos de Olivera les convenía trabajar
terior al Registro Civil de Buenos Aires para obtener informaciones en esas condiciones! Estoy convencido, asimismo, que el gobierno
sobre los certificados de defunción; argentino colaboró con la liberación. La presión de los militares so-
- la computadora de la oficina del Registro Civil guardó en su bre el presidente Fernando de la Rúa fue muy fuerte. Los servicios de
memoria tres pedidos de certificado referidos a Marie-Anne Erize. inteligencia del Ejército trabajaron para hacer salir de ese brete a su
Esos pedidos, efectuados los 7, 8 y 11 de septiembre por tres períodos «compañero». Para ellos, su caso era simbólico, había que mostrar
sucesivos (año 1976, década 1980-1990, años 1989-1999) no dieron que el Ejército era solidario con uno de los suyos. Créame, estaba todo
ningún resultado, como es evidente, pero permitieron que los falsifi- calculado, organizado de una manera diabólica».
cadores recuperasen documentos necesarios para hacer los collages; Horado Méndez Carreras no niega su propia responsabilidad.
- se habrían arrancado veinte páginas de un registro inaccesible Al contrario, se acusa a él mismo como el más culpable de todos:
al público para hacer desaparecer ciertos documentos (auténticos) «Tengo un sentimiento muy fuerte de culpabilidad», confía con un
referidos a Marie-Anne Erize ... suspiro. De hecho, se reprocha haber pecado por ingenuo, dejando
El escándalo hace tanto ruido en Buenos Aires que Olivera, asal- la totalidad del expediente Erize en las oficinas de la Secretaría de
tado por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, no Derechos Humanos. Piensa que fue víctima de una traición interna:
puede entrar en su despacho. Las paredes del edificio se cubren de «Robaron documentos -acusa- y estoy seguro de que eso ayudó a
inscripciones: ¡Asesino! Su mujer Marita ha perdido su cargo en la los falsificadores a concebir su plan. En ese expediente estaba la "llave
universidad. Se inicia una investigación judicial a sus asociados para de acceso'' a esta maquinación».
saber si han fraguado el misterioso fax. Las principales víctimas de todo esto, Frarn;:oise Erize y sus hijos,
A unos cien metros de allí, en su despacho de la avenida Roque no tienen la menor idea de lo que ocurrió detrás de bambalinas. Ese
Sáenz Peña, el abogado histórico de los Erize, Horado Méndez Ca- mundo de intrigas y mentiras les es extraño. Lo único que les importa
rreras, declara estar «afectado» y «herido» por esa liberación. Hace es ese drama interminable que afecta los nervios de unos y otros, con -
dieciséis años que esperaba que Olivera fuera arrestado. Creía haber virtiéndose en fuente de fricciones en el seno de la familia. ¿Hay que
logrado su objetivo, resolver el misterio de la desaparición de Marie- expresarse en los medios? ¿Deben hacerse ver en público, con todos
Anne, y hete aquí que el enemigo vuelve libre y, para colmo, con los peligros que eso comporta? Cada uno tiene su punto de vista sobre
aires de vencedor. El abogado está tanto más afectado cuanto que el asunto, pero esa historia los demuele.
trabaja por ese entonces en la Secretaría de Derechos Humanos del Fieles a la línea de conducta adoptada veinticuatro años antes por
Ministerio de Justicia. Su compromiso personal en la denuncia de
los crímenes de la dictadura hace de él una figura emblemática de las 1. Declaración hecha al autor en febrero de 201 O. Nueve años y medio después de los
instituciones jurídicas en Buenos Aires. hechos, Méndez Carreras tiene por fin la suficiente distancia como para comprender
Se añaden a esa herida una serie de dudas acerca de lo que pudo qué ocurrió entre Roma, París y Buenos Aires durante el verano de 2000.
tramarse en las sombras de la justicia italiana. No lo puede decir to- 2. Interrogada por el autor, Sophie Thonon-Wesfreid contesta, en efecto, que no
davía en público, porque representa al gobierno francés, pero no com- había podido asistir a la audiencia pero que estaba en contacto permanente con abo-
gados y con los servicios de la embajada de Francia en Roma, sobre todo con el ma-
prende la actitud de Francia frente a la tramoya italiana: «El gobierno gistrado encargado de esos vínculos en el Ministerio de Justicia, Philippe Labrégere.
296 j PHILIPPE BROUSSARD
derivas de Silvio Berlusconi donde se lee: «Serenella Siriaco, magistrada juezas más jóvenes de Italia»), ejerció sus funciones en tres grandes
retirada, Nápoles». • ciudades (Milán, Roma, Nápoles) y trató muchos dossiers de extradi-
La guía telefónica registra nada más que una persona con ese nom- ción. Esos expedientes, a menudo minados por razones políticas, eran
bre. Una empresa, al parecer. Por qué no llamar.. . su «especialidad».
Un hombre atiende el teléfono. Le pregunto si conoce a Serenella El café está servido. La señora Siriaco se sienta, se acomoda los
Siriaco. Me pide que espere y me pasa con otro hombre: ¡el marido de anteojos, abre el expediente y va directamente al meollo de la cuestión,
la ex magistrada! sin tratar de rehuir sus responsabilidades: «Tomamos nuestra decisión
-Mi mujer llega dentro de una media horita. ¿Pero por qué la colectivamente, pero soy yo la que redactó el texto, porque tenía conoci-
llama? mientos específicos en este campo. Mis colegas, dos buenos magistrados
-Por un asunto que remonta a algunos años, en Roma. con los que tuve el gran placer de trabajar, dominaban menos la temá-
No hace más preguntas, lo cual me alivia porque temía que se re- tica. Usted sabe, esa historia fue para mí una fuente de sufrimiento,
trajera si se enteraba de qué dossier le estaba hablando. porque tengo la certeza de haber aplicado nada más que la ley de mi
Treinta minutos más tarde, llamo de nuevo al mismo número na- país. La audiencia había durado tres horas. Tres horas de debates serios
politano. Esta vez, atiende una mujer: Serenella Siriaco. y argumentados. No merecimos la medida disciplinaria que se inició
Cuando le digo que estoy investigando el caso de Marie-Anne Erize, contra nosotros. Nos defendimos con la fuerza de los que tienen con-
me interrumpe: «¡Ah! ¡La historia que tanto embadurnó mi carrera!» ciencia de haber cumplido con su deber, y ganamos, ya que el Consejo
No necesito insistir. Me recibirá en Nápoles «sin ningún problema». Superior de la Magistratura nos amnistió».
L.f pareja vive en el barrio residencial de Vomero. Para llegar, hay Para probarlo, me muestra el informe del Consejo Superior de la
que salfr de las arterias saturadas del centro y subir hasta alturas más Magistratura con fecha del 8 de junio de 2001: sí, efectivamente, están
tranquil4s. rehabilitados en sus funciones.
El departamento está situado al fondo de una cortada, en un lindo Nuestra conversación es importante para ella. La ha preparado
edificio, elegante sin ser lujoso, con una espléndida vista sobre el golfo como se prepara un juicio, con documentos y pruebas, interiorizán-
de Nápoles. Es lo primero que me dice el ama de casa, abriendo las dose en los argumentos punto por punto. Al escucharla hablar, al verla
ventanas: «Hoy hay un poco de bruma ¡pero mire qué hermoso es!» Con subrayar con un lápiz algunos pasajes del fallo del 18 de septiembre
sol, debe verse Sorrento en la orilla sur. de 2000, comprendo que espera este momento desde hace nueve años.
Serenella Siriaco es una mujer menuda, chispeante y vivaz. Debe Nunca pudo defenderse públicamente ni responder a las acusaciones
tener unos sesenta años. Su living, muy luminoso, está lleno de adornos, de los medios: «En esa época -precisa- había pensado en atacar por
arlequines y fotos en blanco y negro. Hay un piano cerca de la mesa y difamación a algunos diarios, pero mi superior se había opuesto».
arriba de la mesa, una carpeta: el dossier Olivera. Se ha lanzado ahora en una larga demostración jurídica, una clase
Me ofrece un café, me invita a sentarme. de derecho destinada a convencerme de la rectitud del fallo pronunciado
La imagino a usted, Fran<;oise, frente a esta mujer cuya decisión a favor de Olivera. « Usted sabe, soy muy escrupulosa», repite leyendo
tanto la hirió. ¿Qué pregunta tendría para hacerle? ¿Si tiene remordi- el texto en voz alta. No hay duda. Fue ella quien tomó la decisión, dice
mientos? ¿Si pensó por un instante, uno solo, en su dolor de madre? ¿Si siempre «yo» y nunca «nosotros». Diez veces, cien veces, expone sus
tiene hijos, o quizás una hija? principales elementos de defensa.
Sus gestos, sus palabras, su manera de medir mis reaccions revelan Primer argumento: para la ley italiana, esos hechos están prescrip-
una persona con carácter, segura de sus habilidades y orgullosa de su tos. «No tenía ningún motivo jurídico para mantener detenido a ese
trayectoria. Habiéndose recibido de juez a los 23 años («una de las hombre -insiste-, y en ese caso hubiera cometido una falta que me
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podía costar una medida disciplinaria. No era cuestión, ese día, de pro- Un poco confusa, me da una respuesta torpe: «Después de nuestra de-
nunciarse sobre la extradición en sí misma sino sobre el p~dido de libe- cisión, no supe nada de él». Sobreentendido: «No era problema mío, mi
ración presentado por la defensa. Para mí, es simple: Olivera no podía responsabilidad consistía solamente en ejercer la ley, no soy culpable
quedarse en la cárcel según la ley italiana.» de su partida».
Segundo argumento: el famoso certificado de defunción presentado Serenella Siriaco es inteligente, sabe que esta última respuesta la
por el abogado de Olivera no fue un elemento decisivo. «Con o sin docu- deja en evidencia, que hay que profundizar un poco, confesar algo más.
mento, se habría llegado a conclusiones idénticas. No jugó un rol deci- Después de un momento de silencio, como para sacar de .las pro-
sivo y tan importante como se quiso hacer creer. Además, yo no quería fundidades alguna otra verdad que no sea la del Código Penal, añade:
incorporarlo en el expediente. Al final terminamos por ponerlo, es cierto, «Si yo hubiera podido, respetando la ley, encarcelar a Olivera y a la vez
pero no condicionó nuestra reflexión. Ante todo, porque la acusación echar al mar la llave de la celda, lo habría hecho de buena gana ¡pero era
principal de la justicia francesa era "secuestro". Si la querella se hubiera jurídicamente imposible! Eso es lo que usted puede decir a la familia de
referido a un homicidio, nuestra reflexión habría sido diferente, porque esa pobre chica. Y además, dígales que todas esas polémicas me hicieron
ese crimen es imprescriptible en Italia.» mucho daño, me entristecieron mucho ... yo no lo merecía».
Serenella Siriaco tiene una respuesta para todo. Por un breve instante su voz pierde seguridad, se le caen las lágri-
Cuando le hago observar que el certificado era fraguado, me replica: mas, no puede controlar su emoción. No llora en señal de expiación de
«Es lo que nos dijeron después, pero yo no podía saberlo. Y además, para una falta, cualquiera sea, ni porque el fallo de 2000 será eternamente
mí, se lo digo una vez más, ese documento no fue lo esencial». escandaloso. No, llora porque cree haber sido víctima de una injusticia,
Curndo le pregunto si habla español, me contesta que no, pero que porque piensa en ese juicio por incompetencia o deshonestidad que ella
todos los documentos, «por supuesto, estaban traducidos». considera inmerecido.
Cuando le recuerdo que los medios de comunicación italianos habían Como con Michelozzi, guardé para el final las preguntas sobre la
protestado a los gritos por la injusticia, me responde: «La mayor parte de Logia P2.
los problemas vienen de una periodista de La Repubblica, una mujer muy -¿ Qué piensa usted de la tesis según la cual habrían liberado a
arrogante a la que le negué una vez la entrada en la sala de audiencia Olivera gracias a la influencia de la logia P2?
porque los debates no eran públicos, y que igual sacó un artículo engañoso -¿De la P2? ¡Oh!, ¿de la P2?
sin saber nada de lo que se había dicho adentro del recinto». -Sí, de la P2.
Su objetivo es claro. Pero tropieza con una realidad que ella no -¿ Yo? ¡Oh! ¡Pero yo soy de izquierda, lo juro! ¿Quiere una prueba?
puede negar: si ese certificado tenía tan poca importancia, ¿por qué Estoy contra Berlusconi.
lo pusieron pese a todo en el expediente?¿ Y por qué aluden a él cons- No finge sorpresa, al contrario, parece realmente asombrada de esa
tantemente en el fallo? Serenella Siriaco sabe que en ese punto toca los acusación de la que jamás, asegura, ha oído hablar. Hay que ver cómo
límites de su explicación, y termina admitiendo: «Nosotros tendríamos se agita en su sillón, asegurándome que sus opiniones políticas «jamás
que haber escrito claramente, haciendo abstracción total del documento, interfirieron» con sus argumentos jurídicos. En resumen, me quiere de-
que nuestro análisis redundaba en un resultado idéntico». cir que todo es falso y que cuenta conmigo para hacerlo saber.
Hace una hora que estamos hablando. La bruma se ha disipado Nuestro encuentro se termina así, después de una hora y media de
en el golfo de Nápoles. El tiempo es espléndido. La ex magistrada sigue charla. Tengo que correr a la estación y tomar el primer tren para Roma,
defendiendo sus certezas y a ella misma, como mujer de ley, sin una sola donde me espera otra cita a media tarde.
duda ni falla, sin un amago de remordimiento. Termino preguntándole Serenella Siriaco llama a un taxi y me acompaña hasta la puerta. La
qué sintió cuando se enteró de que Olivera se había ido a la Argentina. evocación de la Logia P2 la perturbó, no puede sacársela de la cabeza.
304 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 305
Mientras subo al ascensor, mantiene la puerta abierta repitiendo: «¡Pero abogado en 1980. Especialista en derecho internacional y de los conflic-
soy de izquierda! ¡De izquierda!» tos territoriales, dio cursos y conferencias en el mundo entero. Más allá
El ascensor empieza a bajar. Su voz resuena todavía en el hueco de esa rica trayectoria, usted debe saber que tiene dos particularidades
del ascensor. «¡Hasta pronto! Pero no lo olvide ¿eh? Soy socialista, co- principales: fue el defensor del gran jefe de la Logia P2, Licio Gelli, y su
munista, roja, todo lo que quiera, pero no de la P2, no, ¡de la P2, no!» nombre figura en la lista de los 959 miembros de esa organización. Si
Creo que es sincera. Mis verificaciones en otras fuentes judiciales existe un vínculo con la P2 en el expediente Olivera, hay que buscarlo
me permitieron concluir que no se había descubierto contra los tres quizá por el lado de este abogado de 68 años.
magistrados ninguna prueba de complicidad con la P2 ni con eventuales Su despacho se encuentra en la avenida Gorizia, en un barrio re-
grupos de extrema derecha. sidencial de la Ciudad Eterna. Me recibe a la hora indicada, en un
En el taxi, no puedo no seguir preguntándome cosas acerca de esas despacho bastante sombrío y amueblado a la antigua. Es un hombre
dos mujeres y de ese hombre que un lunes de septiembre de 2000, casi de altura mediana, de pelo ralo y una voz ronca de fumador. Me recibe
veinticuatro años después del secuestro de Marie-Anne, decidieron li- cortésmente, visiblemente halagado por ser entrevistado por un perio-
berar a Olivera. dista francés. Empieza a contar el modo en que Olivera llegó a él como
Admitamos que hayan querido aplicar la ley. cliente. « Yo no lo conocía antes de su arresto en Italia -explica-; su
Admitamos también que no hayan recibido ninguna influencia. hijo Javier había solicitado primero un abogado boloñés, Marcanto-
Sí, admitamos todo eso ... nio Bezicheri. Creo que Bezicheri está vinculado con un movimiento
¿Qué queda? Lo esencial, Fram;oise: la amoralidad absoluta de esta religioso y es así como se vinculó con el hijo, que era seminarista en la
decisión. No sirve nada discutir: Italia, Estado de derecho, dio prueba de Argentina. Después, mi colega me llamó para que defendiéramos juntos
indulgencia para con un hombre buscado por otro Estado de derecho, a Olivera, porque no podía ir y venir tantas veces entre Bolonia y Roma.
Francia. Dos países europeos, dos países vecinos y amigos, miembros de Por mi parte, era la primera vez que defendía a un militar o ex militar
la Unión Europea, fueron incapaces de entenderse respecto del destino sudamericano.»
de un sospechoso que ha aprovechado la situación para escaparse. Por Se levanta. Abre la ventana que da a la avenida Gorizia. Enciende
más que Serenella Siriaco y Massimo Michelozzi invoquen su buena fe otro cigarrillo. Se vuelve a sentar. No sé si para preparar el encuentro se
y el respeto del dogma jurídico, predomina en nosotros el sentimiento ha sumergido primero en los archivos, pero sus recuerdos son límpidos,
de iniquidad y vergüenza. sobre todo en lo que concierne al certificado. Ignora que yo entrevisté a
Sus explicaciones sobre el falso certificado de defunción tampoco Serenella Siriaco en Nápoles y que esta no ha dejado de exonerarse de
resisten al sentido común. Si se hubieran tomado el tiempo para verifi- toda culpabilidad, invocando sobre todo la prescripción de los hechos.
car su autenticidad, si hubieran hecho un esfuerzo por exigir el original, Desde el principio, la conversación es amable pero tensa, tomando
habrían comprobado que alguien en Buenos Aires o en Roma se burlaba a veces un aspecto de interrogatorio.
de ellos con un documento falsificado. Tal vez eso habría sido una causa -¿Quién le transmitió ese documento?
para postergar el juicio a una audiencia ulterior, y ese incidente bastaba -El hijo de Olivera. Es lo que yo supongo, por lo menos. Porque
para mantener detenido a Olivera, o por lo menos bajo control judicial. el fax fue enviado desde un teléfono público en la Argentina. También
Nada de ello ocurrió. ¿Por qué? Un hombre conoce quizá la verdad, el puede tratarse de un envío anónimo, no sé. En todo caso, lo recibí el día
que voy a ver a Roma el mismo día: el abogado Augusto Sinagra, uno anterior a la audiencia, por la tarde.
de los dos abogados italianos de Olivera. - ¿Y usted qué hizo?
Nacido en Sicilia en 1941, Sinagra tiene detrás de sí una larga ca- Al día siguiente, señalé a la Corte que había recibido ese documento.
rrera. Después de ser magistrado durante unos quince años, ejerce como Sugerí entonces aplazar la audiencia para otro día, para tener tiempo de
....,
verificar su autenticidad. Me parecía que era lo más razonable. Mí obje- precipitación, dejando pasar una posibilidad de mantener detenido a
tivo era sacar a mi cliente de la cárcel y ponerlo bajo control judicial en Olivera, con arresto domicilario o en la cárcel. El abogado Sinagra lo
algún lugar a determinar, a la espera del resultado de las verificaciones. sabe, es un hombre experimentado, habituado a los juicios alambicados.
-¿ Y cuál fue la reacción de los magistrados? Cuando me relata el momento preciso en que se dirigió a los magis-
-El fiscal general se volvió hacia la Corte y dijo: «No, no hay motivo trados para sugerirles que verificaran la autenticidad del documento,
para aplazar la audiencia a una fecha ulterior, el certificado está ahí, no hay una especie de asombro en su voz, como si continuara sin entender,
hay razón para ponerlo en duda». Yo mismo insistí con la presidenta, nueve años después, por qué la Corte fue mucho más lejos de lo que él
María Luisa Carnevale: « Verifique si quiere, pero entretanto, podría reclamaba como abogado.
poner a mi cliente en arresto domiciliario aquí en Roma, en vez de Tengo la impresión, pese a todo, de que calcula cada una de sus
mantenerlo en la cárcel». Prefirieron liberarlo completamente. palabras para eludir eventuales trampas. No olvida que este asunto
-¿Por qué? acarreó una indagatoria judicial en Roma, con medidas disciplinarias
-¿A mí me lo pregunta? contra él y su colega Bezicheri. Adivina también que no voy a soslayar
-Sí, a usted. la cuestión de los vínculos con la Logia P2.
-¡Pero qué sé yo! Llegó el momento.
-Pero hay tal vez una argumentación jurídica. -¿Usted fue miembro de la P2?
-¿Qué argumentación jurídica? Ninguna, no hay ninguna. -No, pero es exacto que hice una solicitud para entrar. Digamos
-¿Eso quiere decir que la Corte cometió un error? que mi adhesión no se formalizó antes de la huida de Gelli en 1981. 1 No
-Como abogado, sería hipócrita si pretendiera que eso no me ale- comprendo por qué la prensa se interesa tanto por mí a ese respecto. Sí
gró. Después de hacerles el pedido dos veces, ¿qué más podía hacer? ¿Les yo hubiera formado parte de la P2, se lo diría. Además, yo no juzgo el
iba a decir que dejaran a mi cliente en la cárcel? ¡Por favor! Yo actué co- valor de una persona en función de su pertenencia a tal o cual organi-
rrectamente, ya está. La polémica que estalló después no me concierne. zación sino en base a su comportamiento, su conducta.
-¿Aunque ese documento sea falso? -¿ Y después, usted fue el abogado de Gelli?
-Ignoro si es falso o auténtico. No tengo modo de verificarlo, no vi -Sí, y le puedo decir que me pagaba muy bien. ¡Pero también de-
la respuesta del gobierno argentino a esa cuestión. fendí a terroristas de izquierda! Para ocuparme de un cliente, no me
-¿Ese certificado fue un elemento central en la decisión de la Corte considero obligado a hacer una evaluación preliminar de índole política,
de Apelaciones? moral o ideológica. Yo pienso que un abogado que actúa de ese modo
-Central no, pero importante sí. Si recuerdo bien, la Corte retuvo no es buen abogado. Todo el mundo merece que lo defiendan, ya sea
también mi tesis según la cual no era creíble decir que un secuestro san José o Satanás.
podía durar vienticuatro años, sobre todo cuando se conoce el contexto Augusto Sinagra parece más nervioso. Se ha puesto incisivo y sus
argentino. Aunque el cuerpo de la joven francesa nunca se encontró, réplicas se vuelven más secas. El huésped desenvuelto y sonriente cede
hubiera sido más lógico perseguir a Olivera por asesinato. su lugar a un hombre de lenguaje acerado ymirada sombría. Oyéndolo,
Escuchándolo, recuerdo a Serenella Siriaco, la dama de Nápoles: la decisión favorable a Olivera no le debe nada a sus acercamientos con
el abogado Sinagra está confirmando su demostración sobre la pres- la famosa Logia. También ataca los artículos que lo presentan como un
cripción de los hechos y la diferencia, en el derecho italiano, entre un
secuestro y un homicidio. Pero las palabras del abogado sobre el modo l. En marzo de 1981, el gran jefe abandona Italia cuando la policía allana su domici-
en que los magistados validaron el certificado me confirman también lio y descubre la importancia de sus negocios. Su huida lo llevará sobre todo a Suiza
y América del Sur. Siempre pretendió tener vínculos particulares con la Argentina,
en mi propio análisis: se cometió una falta, por lo menos por exceso de un país donde varios militares de alto rango pertenecieron a la P2.
.....
amigo de Silvia Berlusconi, que fue también, recuérdelo, ex miembro recibido la orden de detenerla en razón de sus actividades subversivas.
de la P2: «Nunca lo traté -me dice con enojo-, y si así fuera, no veo Con ayuda de otros hombres, había ejecutado la orden y la había in-
por qué no se lo diría, ¡es el presidente del Consejo!». terpelado, entregándola a sus superiores. Decía ignorar lo que había
El abogado marca una pausa, enciende un enésimo cigarrillo. Su pasado después».
humor varía según los temas abordados. En cuanto es cuestión de po- Adivino su sorpresa, Franroise. Yo también, me di cuenta enseguida
lítica, le agarra un ataque de nervios. de la importancia de esas palabras. Acababa de confirmar, por boca del
Empezamos a hablar de Olivera y del recuerdo que conserva de él, hombre que fue su propio abogado, su ABOGADO, lo que presentimos
limitado pero positivo: «Ese hombre, de una absoluta corrección, me desde hace tiempo.
conmovió mucho durante la audiencia. Todavía lo veo a mi lado, sus Jorge Olivera miente cuando afirma que no conoció nunca a Marie-
labios se movían como si rezara en silencio, mientras sus dedos acari- Anne.
ciaban una imagen de Jesús. Si hizo algo malo, responderá con su con- Jorge Olivera miente cuando declara que es ajeno a su secuestro.
ciencia delante de Cristo, pero yo no puedo decir nada negativo de él». Augusto Sinagra no se dio cuenta, tal vez, de la «primicia» que me
Sinagra afirma que recibe «de vez en cuando» mails del hijo de regalaba en ese momento. Se expresó con confianza, olvidando que uno
Olivera. También me confió viajar «bastante a menudo» a la Argenti- de los argumentos de la defensa de su ex cliente consistía justamente en
na, un país que él quiere por haber dado alimento a los italianos en la pretender que no sabía nada de su hija.
posguerra. Entonces, es cierto, mi grabador no registró esa parte de la conver-
Sus súbitos arrebatos, su modo de decir de golpe que Italia es un sación y se podrá objetar que no son más que fabulaciones de periodis-
«paí~ de ladrones» y la Guerra de las Malvinas una «agresión inglesa» ta. Pero no soñé: Augusto Sinagra pronunció esas palabras. Dijo que
dejan yer a un hombre rígido en sus convicciones, antinorteamericano, Olivera había recibido la orden de detener a Marie-Anne y que luego
anticomunista y derechista. Comprendo mejor ahora su participación la había «entregado» a sus superiores.
en ceremonias organizadas por nostálgicos del fascismo. Es verdad que A partir de ahí, me quedé ensimismado en esas declaraciones, no
parece dispuesto a reconocer los «horrores» cometidos por ciertos mili- podía ya escuchar lo que me contaba de su perro, de Bezicheri o de cual-
tares argentinos, pero un instante después, con idéntica convicción, se quier otra cosa. Mi espíritu viajaba solamente por el lado de San Juan.
pone a alegar el «contexto» y a denunciar los crímenes .(es cierto que los Saliendo del despacho, aún bajo el efecto de esa «confesión», pensa-
hubo) del «otro campo». En resumen, a falta de excusas, termina en- ba en usted, en sus abogados, en el juez, en todos aquellos que buscan
contrando explicaciones a los eventuales abusos de Olivera y compañía. o han buscado la verdad. Un poco después, por la tarde, intenté llamar
La conversación termina. Ha llegado la hora de guardar mi graba- a Bezicheri. Por desgracia, el número estaba fuera de servicio. A la
dor, que había apoyado en la mesa baja, delante de los sillones. mañana siguiente, partí para Bolonia, a dos horas de tren de Roma. La
Augusto Sinagra se levanta y abre la puerta con una gran sonrisa, dirección -4, via Riva di Reno- era exacta, pero el portero, que lavaba
dejando entrar a un perro joven y revoltoso que insiste sin parar en a baldazos el hall de entrada, me indicó que Marcantonio Bezicheri se
jugar con alguien. había mudado uno o dos años antes y que ignoraba su paradero.
Mientras su asistenta se ausenta para buscar los datos de Marcan- Navegando por Internet a la espera de poder ubicarlo, obtuve ciertas
tonio Bezicheri, el abogado de Bolonia, Sinagra sigue hablando, esta precisiones sobre su perfil. Quería comprender por qué había defendido
vez de manera informal. Por su propia iniciativa, sin que yo le pre- a Olivera en 2000. Y también por qué le resultaba tan simpático a su
gunte nada al respecto, vuelve a sus intercambios con Olivera en 2000. colega romano Sinagra.
Me hace entonces esta confidencia, que me deja estupefacto: «Cuando Marcantonio Bezicheri reivindica en voz alta y con orgullo su adhe-
discutía con mi cliente respecto de la joven francesa, me dijo que había sión al fascismo. Hasta ha ocupado funciones de dirigente en la Fiamma
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Tricolore, un partido racista. Como abogado, es conocido por haber Antes de terminar, quisiera volver por un momento al final de mi
defendido terroristas de extrema derecha involucrados en el atentado estada del otoño de 2009 en Italia.
de la estación de Bolonia en agosto de 1980 (85 muertos) y en años Ese viaje terminó con una última visita al Palacio de Tribunales de
más recientes, al ex vicepresidente iraquí Tareq Aziz. Su nombre figura Roma. Quería hablar con el juez que había hecho la investigación del
también en un libro publicado en Italia en 2004 titulado A la extrema año 2000 sobre el certificado fraguado. Tal como lo habían decidido
derecha del Señor. Tradicionalismo católico y derecha radical. Como las autoridades de la época, se habían efectuado averiguaciones sobre
lo había explicado Sinagra, esas complicidades religiosas explican pro- los abogados Sinagra y Bezicheri, con el objeto de saber si estaban in-
bablemente que Olivera hijo y Bezicheri se hayan puesto en contacto. volucrados o no en esa manipulación. «La investigación fue muy larga
Busqué en vano sus rastros antes de dirigir mis pasos, a fines de y completa, según me había asegurado una buena fuente judicial. Se
2009, hacia la Fiamma Tricolore. El responsable del movimiento en Bo- indagaron sobre todo las comunicaciones telefónicas entre los defensores
lonia, Claudia Zanasi, me indicó que había dejado de recibir noticias de italianos de Olivera y diversos interlocutores argentinos, pero al final
ese abogado desde hacía un tiempo. «Solo sé que estuvo muy enfermo», el proceso cerró, sin que se haya retenido ninguna falta en su contra.»
me explicó por teléfono. Unos días después, recibí del propio Zanasi un Desde entonces, el expediente está archivado (referencia 7347/ 01).
comunicado dirigido a los militantes de su organización: «El compañero El juez de instrucción, Renato Laviola, me sugirió redactar un pedido
Marcantonio Bezicheri nos ha dejado después de una larga enfermedad. oficial, cosa que hice ya de regreso en París, sin que haya obtenido res-
Todos lo recordaremos como hombre, político y profesional ilustre y res- puesta hasta ahora.
petado. Dedicó su vida entera a la defensa de los valores sagrados. Que Lo que pude recoger a lo largo de estos viajes, se resume, pues, en
Dios lo acoja serenamente en una vida más justa y gloriosa». tres certezas:
El texto no mencionaba ni la fecha ni el lugar de su muerte. Pero - Olivera conocía a Marie-Anne;
supe después que el «compañero» Bezicheri había muerto totalmente - Olivera participó en su secuestro;
solo, el 3 de enero de 201 O, a la edad de 73 años. - Olivera sabe adónde la llevaron.
Un tiempo después, Zanasi me envió el folleto de los neofascistas de Esperando que esta larga carta le haya permitido comprender me-
Bolonia, el Folio di Ricino, una especie de diariucho donde se rendía jor lo que pudo ocurrir hace nueve años, y que no la haya perturbado
un breve homenaje al difunto. Según el autor de ese artículo, «nadie que demasiado, quiero expresarle toda mi admiración por su perseverancia
escriba la historia del neofascismo italiano puede omitir el nombre de y dignidad ante esta prueba interminable.
Marcantonio Bezicheri». Acompañaba el texto una foto del abogado,
donde se veía un coloso barbudo y apuesto con aires de Pavarotti. Hasta pronto.
Pero lo 'que más me llamó la atención fue el dibujo publicado en Con mi amistoso recuerdo,
primera página de ese pasquín. Nos lleva una vez más, curiosamente,
a la Argentina de los dictadores. Se ve en ella un avión piloteado por Philippe
dos hombres blancos. Atrás, seis pasajeros negros están de pie, con un
cinturón de hojas de cocoteros. Uno de ellos tiene una pelota en la mano.
El piloto, burlón, les grita: «Chicos, el día es tan lindo ... ¿Por qué no
van a jugar afuera?» Es evidente que representa un vuelo de la muerte,
en alusión directa a la broma que hizo una vez Silvia Berlusconi refi-
riéndose a lo sucedido en la Argentina. Nada de eso es casual, querida
Frani;:oise. Así es la gente dispuesta a defender a Olivera.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 313
para encontrarlo en la libería adonde trabaja e interrogarlo acerca deportiva. Todos los oficiales y suboficiales presentes estaban bajo sus
de Marie-Anne. Aunque no tenga pistas decisivas sobre el secuestro, órdenes. Era un hombre autoritario, brutal, cuya sola presencia inspi-
nadie conoce mejor que él lo que fue la vida de la joven francesa en raba temor. Ahora no tiene coraje, no admite sus responsabilidades.
esa época. Le puedo asegurar que era responsable del servicio de inteligencia,
En 2003, otra información crucial pasa desapercibida en Francia: a que gozaba de cierta autonomía en el seno del regimiento.» 1 Estas
su llegada al poder, el presidente argentino Néstor Kirchner, que había palabras confirman que Olivera miente cuando pretende haber des-
sido militante en la izquierda peronista, decide terminar con la impu- cubierto el nombre de Marie-Anne recién en agosto de 2000, cuando
nidad de los torturadores. Abroga, pues, la Ley del Punto Final de 1987. lo detuvieron en Roma. ¿Cómo imaginar que haya podido efectuar un
Según esa decisión, los verdugos de los años negros no podrán ya prote- allanamiento en la casa de la calle Sabatini sin saber dónde se escondía
gerse detrás de la jerarquía evocando la obediencia a las órdenes de los la joven francesa?
superiores. La justicia, por lo tanto, deberá reabrir las investigaciones. El segundo testimonio tiene todavía más peso que el anterior,
En San Juan, el expediente Erize vuelve a salir de los placares. Un juez puesto que emana del ex jefe regional de la Gendarmería, Ernesto
federal, Leopoldo Rago Gallo, se va a hacer cargo de él. En línea de mira Jensen. El 22 de noviembre de 2007, ese hombre de 83 años firma
se encuentra un sospechoso ya célebre: Jorge Olivera. una larga declaración donde indica en primer lugar haber conocido
¿Qué le reprochan, específicamente? Esencialmente, haber ejerci- a Olivera, él mismo hijo de un gendarme, cuando era aún un niño,
do dos funciones cuando trabajaba en San Juan en 1976. La primera y haberlo encontrado de nuevo en 1976 en San Juan con el grado
era oficial y concernía su grado de teniente. La segunda era oficiosa de teniente. Interrogado respecto de la lucha contra la subversión,
y consistía en dirigir un servicio de intervención paralelo, un grupo Jensen declara lo siguiente: «La versión que tenía yo [era] que el que
de hombres de civil que disponía de un margen de maniobra casi llevaba la batuta de todo era el teniente Olivera y después un oficial
total. Esa.estrategia no era solo propia del RIM 22. En todo el país, que estaba muy obsesionado, de nombre Cardozo, pero que siempre
existían esas células llamadas «grupos de tareas» (GT), sustraídos a dirigió la batuta Olivera».
todo control judicial. ¿Su misión? El trabajo sucio: identificar a los Con esos testimonios y el de las víctimas, el juez Gallo, a fines de
«subversivos», interrogarlos y, si era necesario, eliminarlos. Aparte de 2007, estima contar con suficientes elementos como para emitir un
Marie-Anne Erize, Jorge Olivera sería responsable de la desaparición pedido de captura contra Olivera. Pero primero hace falta localizar-
de varias decenas de personas. lo ...
Este último había rechazado siempre esas alegaciones utilizando El ex militar reconvertido a la abogada hace lo posible por pos-
un argumento recurrente: tenía solo 26 años en 1976, y sus funciones tergar el plazo, que sabe inevitable. Cada vez más solo, en instancia
de «modesto teniente» no podían otorgarle autoridad sobre oficiales de divorcio con su esposa Marta, cambia varias veces de domicilio en
de mayor edad y jerarquía que él. Esas explicaciones serían acepta- Buenos Aires, y termina haciéndose domiciliar en su despacho, donde
bles, si no fuera por que varios testigos afirman lo contrario, entre los había trabajado con su asociado Jorge Appiani. Cuando los policías
cuales, como lo vimos antes, no solo se hallan víctimas sino también se presentan, la secretaria contesta: «El señor Olivera está de viaje, no
dos hombres que trabajaban con él. sabemos en qué fecha estará de vuelta». En realidad, el magistrado
El primero de estos es Tristán Valenzuela, que efectuaba su servi- de San Juan se entera de que fue una vez al Paraguay el 14 de abril de
cio militar en la sección «Comunicación» del RIM 22. Tristán Valen- 2007. Pero habrá que esperar un año aún (20 de febrero de 2008) para
zuela cuenta haber participado en el allanamiento del domicilio de que se ordene un pedido de captura internacional.
Marie-Anne en la calle Sabatini en San Juan. «Olivera -recuerda-
l. El autor recogió este testimonio en un primer viaje a San Juan en 2000. Por otro
dirigía esa operación. Cuando llegamos, estaba en el lugar, con ropa lado, Tristán Valenzuela prestó testimonio varias veces ante autoridades judiciales.
w;;¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ---------- --------------~
l. En San Juan, cuarenta y dos juicios se han abierto contra Olivera (afirmación de
su abogado argentino en febrero de 2010).
o;¡¡¡¡¡¡¡¡
El único testimonio de que dispone el magistrado es indirecto. gencia, pero únicamente con objetivos militares, para un eventual
Proviene del ex militante peronista Eloy Camus. 1 conflicto con Chile. Diversas misiones de reconocimiento lo habrían
Camus, que tenía 17 años en 1976, se acuerda de charlas con un llevado a la cordillera, con el fin de encontrar puntos de pasaje para las
amigo montonero, Jorge Bonil, que hacía entonces la conscripción tropas argentinas. «También estaba a cargo de los mensajes cifrados
en el RMI 22. El soldado Bonil trataba de informar a sus compañeros que llegaran a la unidad», agrega.
de los hechos y gestos de los militares. Fue así como en diciembre de Según él, la existencia de una jerarquía paralela es una pura fan-
1976, había transmitido a Camus un informe crucial: afirmaba haber tasía. Y además, de todos modos, el RMI 22 no era competente para
asistido unas semanas antes a una pelea entre Olivera y uno de sus lucha contra la subversión, sino solamente la policía y servidos
compañeros de armas, el teniente Cardozo, cuando se hallaban en la especializados (D2) del Destacamento de Inteligencia, venidos de
cárcel clandestina bautizada La Marquesita, en San Juan. Los dos se Mendoza. Solo ellos llevaban a cabo operaciones contra lo que él lla-
peleaban por tener el «privilegio» de violar a Marie-Anne. Unos días ma la «guerrilla urbana».
después, ambos se habían jactado, ante los otros militares, de haber Cuando el magistrado exige precisiones, nombres, grados, sobre
violado a «la francesa», como la llamaban. esa «gente venida de Mendoza», él contesta que no tenía acceso, da-
Por desgracia, la justicia nunca podrá escuchar al soldado Bonil. das sus funciones, a informaciones de ese tipo. En un acta del 24 de
Desapareció a su vez en febrero de 1977, a caer quizás en una embos- noviembre de 2008, el ex militar llega hasta a precisar que los sub-
cada tendida por el grupo del propio Olivera. 2 El juez deberá, pues, oficiales y «oficiales subalternos» del RMI 22 tenían «estrictamentre
limitarse al testimonio indirecto, y por ende frágil, de Eloy Camus. 3 prohibido tomar contacto con ningún subversivo». Según sus declara-
Jorge Olivera sabe que ahí reside el punto débil de sus adversarios. ciones, solo las altas jerarquías tenían vínculos con los «especialistas»
Recurriendo a sus reflejos de abogado, aprovecha su encarcelamiento de Mendoza. La base debía proceder a veces a controles en las rutas
para estudiar a fondo el asunto y preparar una estrategia. Hay que es- o a requisas, pero en ningún caso estaban autorizados a interrogar a
tudiar y analizar en detalle cada testimonio, destacar las contradiccio- los sospechosos. Algunos meses después, el 5 de junio de 2009, indica
nes de fechas, lugares y hechos. El ex militar presiente cuán decisivas que no participó nunca en interrogatorios o audiciones de detenidos,
serán sus declaraciones ante el juez y sus colaboradores. Tendrá que ya sea en la cárcel o en el regimiento. En esta oportunidad, reacciona
luchar detalle por detalle. con mucha violencia a las declaraciones de dos testigos.
De un interrogatorio a otro, Jorge Olivera rechaza en bloque todas El primero es Tristán Valenzuela, el conscripto que lo designa
las acusaciones. «Nunca conocí a la Señora Marie-Annne Erize. [... ] como organizador de la requisa y allanamiento de la calle Sabatini.
Manifiesto que nunca conocí al señor Russo», repite en presencia del Según Olivera, «indujeron a mentir» a Valenzuela para implicar a
magistrado. Admite, por cierto, haber efectuado trabajos de inteli- oficiales y suboficiales del RMI 22.
El otro testigo cuestionado es Eloy Camus. Olivera lo acusa de
1. Véase la carta a Frarn;:oise Erize del 8 de febrero de 2010. mentir respecto de la violación de «la francesa»: «Esta conversación
2. Varios testigos nos confirmaron que el soldado Bonil era un militante peronista que mantiene Bonil con el señor Camus -declara- no fue presen-
muy apreciado, que recababa informaciones inapreciables en el RMI 22. Militares
próximos a Olivera le habrían tendido una emboscada haciéndole creer que habían
ciada por nadie». Se lo acusa solamente a partir de «comentarios» de
descubierto su doble juego pero que podrían facilitarle una partida hacia Bolivia. terceros. Firma en esos términos las actas de la declaración.
Creyó en sus promesas. Nunca se encontró su cuerpo. Olivera manifiesta asimismo sus dudas sobre ese punto: «¿Cómo
3. Eloy Camus nos confirmó ese testimonio dos veces, en 2000 y en 2010. Hizo el un joven de tan solo 16 años [Camus tenía en realidad 17 años] pudo
mismo relato a la justicia de su país poco tiempo después del retorno de la demo- tener en esa época tanta relación con estos personajes de la guerilla
cracia (actas de la declaración indagatoria del 16 de octubre de 1985), y después en
París ante la brigada criminal (actas del 3 de marzo de 2003).
montonera y cómo pudo granjearse la confianza de los mismos para
-
324 \ PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 325
ser receptor de tanta información importante?». En resumen, todo teniente» como Olivera no tenía acceso a conocer las operaciones de
eso no son más que fabulaciones y maniobras fabricadas desde la «Se- aquellos.
cretaría de Derechos Humanos con el señor Duhalde a la cabeza, por En plena conversación, San Emeterio, súbitamente, dejó de hablar.
abogados con marcada ideología marxista». «Definitivamente, debo Se ausentó algunos minutos, antes de retomar, visiblemente contrariado:
considerarme un preso político del Régimen ... », concluye. De creerlo, -Tenemos que hablar en voz más baja. Aquí los dientes son todos
la Argentina actual estaría en manos de los guerrilleros culpables de militares. No les gusta que abordemos ese tema. ¡Me van a tornar por
haber «asolado al país en la década del setenta». un delator!
Su abogado, Eduardo San Emeterio, mantiene un discurso si- La conversación se reanudó más despacio, grabada siempre en
milar, pero se muestra más mesurado, actuando con la prudencia los dos aparatos:
verbal de los hombres que calculan el peso de sus palabras y sobre -¿ Qué responde usted a las acusaciones del jefe de Gendarmería,
todo desconfían de los medios. Profesional experimentado y especia- Ernest Jensen, según el cual Jorge Olivera «llevaba la batuta de todo»?
lizado en la defensa de supuestos torturadores, afirma que asesora a - Dice eso para salir del paso, para protegerse él. ¡Pero es un men-
«unos cuarenta» dentro del país. Según sus detractores, esa clientela tiroso!
escogida no debe nada al azar, ¡hasta lo acusan de haber pertenecido -¿La ex mujer de Olivera trabajó para los servicios de inteligencia
él mismo a un grupo clandestino de intervención, cosa que él niega dentro de la Universidad de San Juan?
con vigor! -Es falso.
Eduardo San Emeterio tiene unos sesenta años, es afable y se -¿Por qué su cliente necesita, si es inocente, un certificado de
muestra disponible. Lo entrevistarnos un jueves de febrero de 2010, defunción fraguado en el momento de su arresto en Italia, en 2000?
en el bar q_el Círculo Militar de Buenos Aires, un edificio prestigioso -No puedo responderle porque en ese momento tenía otro abo-
reservado a los dignatarios del Ejército Argentino. Allí está como en gado. No sé en absoluto cómo se hizo eso.
su casa, mozos y clientes lo saludan corno un habitué. - ¿Y por qué andaba con documentos falsos cuando fue detenido
En cuanto se instala, en el fondo de la sala, pone en marcha un pe- en la Argentina en noviembre de 2008?
queño grabador para registrar la conversación. Nuestro propio graba- -No los utilizó ... Y además, puedo asegurarle que no se escondía.
dor también daba vueltas. Más valen dos precauciones que una sola ... La prueba es que lo vieron en las exequias de un amigo oficial. Usted
El abogado destacaba en forma aproximada los mismos argumen- sabe, lo único que yo pido es que se juzgue a los militares como a todos
tos que su cliente Jorge Olivera: los otros ciudadanos. Si alguien cometió delitos ¡que los pague! No de-
- este no había pertenecido nunca a una estructura paralela; fenderé nunca a violadores o traficantes de droga. Y si yo supiera que un
- era demasiado joven y su grado en la jerarquía era demasiado cliente militar tocó aunque sea un solo pelo de alguien, no lo defendería.
bajo como para tener mando sobre los jefes de compañía de un regi- -En el caso Erize, hay testigos ...
miento de oficiales del RMI 22; -Uno solo, ¡y para colmo indirecto! En esta historia, ¡los seu-
- no «tiene nada que ver» con la historia de Marie-Anne Erize ni dotestigos están pagados por el Estado! Pregúntese más bien cuánto
con la muerte de Daniel Russo, el joven asesinado a balazos cerca de cobraron para acusarlo de haberla violado.
la bicicletería; -¿Qué piensa usted del juicio iniciado en Francia en 1999?
- la lucha contra la subversión en San Juan era de la competencia -La justicia francesa es jurídicamente incompetente en este asun -
de los servicios de inteligencia venidos de Mendoza. Como Marie- to porque Marie-Anne Erize es argentina. 1
Anne Erize había vivido en esa ciudad con su compañero montonero
l. Este argumento es insostenible, puesto que Marie-Anne Erize, nacida en la Ar-
Daniel Rabanal, su caso era tratado por «especialistas». Un «modesto gentina de padres franceses, gozaba de la doble nacionalidad.
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-Por una última vez, ¿podría usted decirnos si su diente ha par- En el segundo grupo figuran hombres que deben obedecer a las
ticipado en operaciones contra la «subversión»? órdenes de Olivera:
-Para combatir a los subversivos hay que saber cómo están orga- - el teniente Daniel Vic. Podría ser el famoso «Pichi», el descono-
nizados, y eso exige una formación. Pero mi diente no tenía ninguna. cido vestido con un equipo de gimnasia blanco que buscaba a Marie-
Durante el juicio, presentaré un testigo que probará que Jorge Olivera Anne por la ciudad;
no podía desempeñar ese rol. Voy a desmantelar todas las declaracio- - el sargento Osvaldo Benito Martel, que tocaba el tambor en la
nes de los testigos adversos. orquesta del regimiento; •
-¿Había estado en contacto, de uno u otro modo, con Marie- - el teniente Eduardo Daniel Cardozo. Promovido a coronel en
Anne Erize? ¿La conocía? 2000, es hijo de un conocido policía de alta jerarquía asesinado por
-No. Montoneros (Cesáreo Cardozo). Profundamente marcado por ese
Todo eso era falso, por supuesto, quizá de buena fe, pero falso. A mi- asesinato, habría actuado por venganza. Es el mismo con quien Oli-
les de kilómetros del Círculo Militar, su colega italiano Augusto Sinagra vera habría tenido una rencilla respecto de la violación de Marie-
había admitido que Olivera era efectivamente responsable del arresto de Anne. Su responsabilidad queda por definir pero su nombre aparece a
la joven francesa ... Sus palabras me volvían a la memoria: Olivera había menudo en varios testimonios. El juez Leopoldo Rago Gallo sospecha
«recibido la orden de detenerla en razón de sus actividades subversivas. que vino especialmente de Mendoza a San Juan para cazar a la joven
Con ayuda de otros hombres, la había interpelado y entregado a sus francesa. Esos sospechosos presentan un punto en común con Jorge
superiores. Decía ignorar lo que había ocurrido después». Olivera: tienen el mismo defensor, el abogado San Erneterio, el hom-
La _conversación con el abogado San Emeterio terminó, así, con bre del Círculo Militar.
un «No» que olía a mentira. El abogado nos dio cita para el juicio que
tendría lugar «quizás en 2011», en los tribunales de San Juan.
Ese día Jorge Olivera no comparecerá solo. Otros sospechosos po-
drán sentarse con él en el banquillo de los acusados. Las investigacio-
nes han permitido hacer las listas de estos. Se dividen en dos grupos.
Figuran en el primero los que pertenecen a la alta jerarquía militar
y policial de la época:
- el general Luciano Benjamín Menéndez (81 años), responsable
del 3° cuerpo del ejército desde 1975 hasta 1979. Basado en Córdoba,
dominaba una inmensa zona militar, que comprendía sobre todo San
Juan y su regimiento. Menéndez ya fue condenado a varias decenas
de años de cárcel en el marco de otros juicios;
- Juan Carlos Coronel, jefe de la Policía regional de San Juan;
- el comisario Horado Julio Nieto, jefe de la Policía Federal en San
Juan. Era uno de los responsables de la operación del 16 de octubre de
1976 que había tenido corno desenlace la muerte del amigo de Marie-
Anne, Daniel Russo, cerca de la bicidetería. El mismo día, Nieto había
redactado las actas de la intervención donde se mencionaba el nombre
de la joven francesa.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 329
Sin embargo, sigue luchando a favor de su padre. Poc_o tiempo des- Era Cristo quien sufría por los suyos, por la injusticia, por
pués de ser ordenado como sacerdote a fines de 2008 ¡pudo celebrar... los pecados de nuestra patria; era Cristo el que una vez más
una misa en la cárcel de San Juan! En agosto de 2009, difundió también pasaba la noche del Jueves Santo injustamente encadenado y
en los medios nacionales un relato de sus visitas a tres establecimientos sometido a un juicio que da risa, por no decir llanto. Era Cristo
penitenciarios (San Luis, Mendoza, San Juan) para encontrar a dete- que ahora padecía una vez más el odio satánico de quienes
nidos que él califica como «prisioneros de guerra». Alabando la «inte- todavía tienen un corazón de piedra.
gridad cristiana» de esos hombres perseguidos por crímenes cometidos
en la época de la dictadura, escribe: El joven no menciona ningún nombre, pero sus acusaciones exal-
tadas apuntan, en forma confusa y mezclada, a los defensores de los
[ ... ] una cosa es pagar por algo injusto que uno sí ha derechos humanos, a los ex montoneros, a los padres de los desapareci-
hecho y otra cosa muy distinta es pagar injustamente por dos, a los políticos de izquierda, a los periodistas ... Sin olvidar al más
algo que no se ha hecho. El visitar a esos presos es una ex- importante, el juez de San Juan, Leopoldo Raga Gallo. Cuando habla
periencia inolvidable que implica, a la vez, un gran dolor y de «seguir peleando», es en ellos en quienes piensa.
un poco de gozo. Semejante discurso no ha de sorprenderla demasiado ... Cuando nos
Dolor, por la cruz que deben llevar, y gozo porque uno se encontramos por primera vez usted y yo hace diez años, usted me había
sabe que está cumpliendo con un mandato evangélico («Es- hablado de los desgarros de este país. ¡ Y bien! Ahí están, Frani;:oise, en
tuve en la cárcel, y vinisteis a mí», Mateo, 25, 36). esas palabras, en esas acusaciones medievales de «satanismo». Al leer
. Se trata de ayudarlos a cargar la cruz, la de ellos y la de esto, uno se da cuenta de hasta qué punto esa gente permanece presa de
sus familias, porque todos estamos presos con ellos. Es com- su oscurantismo, y dispuestos a entablar contra sus adversarios odiosos
partiendo esta bendita Cruz como se les hace· más liviana, es procesos de brujería.
compartiéndola y abrazándola como la Cruz nos puede llegar Es normal que un hijo defienda a su padre, pero este texto va más
a redimir. allá del amor paterno: transpira violencia y rechazo. No deja el menor
[... ] lugar para las víctimas -ni a Marie-Anne ni a ninguna otra-, pre-
Había que ver a nuestros presos, no solo a mi padre, a sentadas como la encarnación del Mal. Felizmente, la realidad de los
quien visito mensualmente en la vieja cárcel de San Juan, sino hechos barre con esos sermones de inquisidor: por más cosas que diga
a muchos otros, a los que no pueden asistir a la Santa Misa, su hijo, Jorge Olivera secuestró a Marie-Anne en San Juan, un viernes
a los que -normalmente- no pueden recibir el cuerpo de de octubre de 1976. Y será necesario que responda de ese hecho ante la
Cristo, a los que pocas veces reciben un consuelo o una con- justicia de los hombres.
fortación. Hasta pronto.
Porque hay que seguir peleando, hay que seguir comba- Un beso,
tiendo esta misma guerra que pelearon ellos.
[... ] Philippe
Tres cárceles fueron y tres espadas parecían clavarse en
cada requisa, en cada lista y espera. [... ] Tres cárceles y varios
prisioneros de guerra. Historias similares, combates, desilu-
siones, pero siempre, siempre, un solo protagonista; uno solo
aparecía tras las rejas: era Cristo en la cárcel.
---
de póquer mentiroso se juega a la sombra de la máquina judicial: dan crédito a sus demostraciones. Para él, es un hecho fehaciente que
el abogado afirma estar convencido de que Olivera recuperará su Olivera no era un torturador entre otros, sino El jefe.
libertad «dentro de algunas semanas». 1 Sus adversarios, en cam- «En total, Jorge Olivera -precisa el magistrado- 1 está implicado
bio, insisten para que su detención se prolongue por lo menos un en unos cincuenta juicios. Aunque niega absolutamente todo, él co-
año más. No abrigan la menor duda en cuanto a su intención de mandaba ese grupo, es una certeza. Notemos, sin embargo, que insiste
escapar antes del juicio. La documentación falsa incautada en el mucho en no haber violado a Marie-Anne. Por otro lado, no se lo acusa
momento de su arresto en 2008 ¿no delataba ya entonces un pro- de violación porque no tenemos ninguna prueba sobre ese punto. Usted
yecto de fuga? sabe, todo esto se remonta a 1976. Los culpables han tenido tiempo de
Desde España, adonde le es muy difícil seguir esa serie de sorpre- sobra para destruir las pruebas. Este tipo de procesos son difíciles por-
sivos cambios, Marie-Noelle Erize está muy afectada. Para colmo, se que no existen documentos ni rastros escritos. En cuanto a los testigos,
entera de ello el 15 de octubre, día del aniversario de la desaparición tanta gente está traumatizada que no quieren hablar... En el expediente
de su hermana. Esta enésima prueba reabre las heridas de los últimos Erize, el carácter indirecto de los testimonios nos complica la tarea. Pero
treinta y cuatro años y despierta las reiteradas preguntas: ¿hay que tratamos de mostrar que Olivera encabezaba el dispositivo. Por eso lo
expresarse en público?, ¿alertar a los medios?, ¿pedir una intervención inculpamos también por la requisa y allanamiento de la vivienda en la
al juez o a la embajada? En el momento en que termino la redacción calle Sabatini y por la muerte de Daniel Russo. Espero llegar al final y
de este libro, Olivera sigue detenido en Campo de Mayo. ¿Pero por obtener la pena máxima contra los acusados, o sea, la prisión perpetua.»
cuánto tiempo? Las pruebas acumuladas contra él en el conjunto de Desde que sigue el proceso, el juez sabe que dispone ahora de
los juicios son, no obstante, abrumadoras. Suman un abultado expe- una ventaja enorme: Olivera no goza ya de los mismos apoyos que
diente cuidadosamente vigilado en las oficinas de la justicia federal, tenía en 2000. En diez años el país ha cambiado, y también el Ejército.
en el corazón de San Juan. Los militares -una minoría, aunque influyente- que sentían cierta
Esas oficinas, adonde fuimos en febrero de 2010, están situadas solidaridad con Jorge Olivera, han tomado ahora sus distancias, ya
en un edificio de apariencia totalmente anodina detrás de la catedral sea por convicción o por prudencia. El «modesto teniente» del RIM
donde Marie-Anne daba antaño sus citas secretas. Visto desde afue- 22 nunca estuvo tan aislado como ahora. Se han incautado sus bienes
ra, ese pequeño inmueble podría también servir de administración por un valor de 3,7 millones de euros. Su ex mujer, tan vindicativa en
territorial o de oficina de impuestos. Adentro, el visitante descubre 2000, permanece en silencio. Fuera de sus hijos y de su abogado, los
hileras de pasillos y despachos. El del juez Leopoldo Rago Gallo, frente apoyos manifiestos se han vuelto escasos.
a la escalera, se ha transformado en el epicentro del caso Erize. Todo En San Juan, algunas víctimas siguen acusándolo de haber esta-
lo relacionado de lejos o cerca con esa investigación pasa por aquí. do a la cabeza de un servicio paralelo encargado de las tareas sucias.
El expediente, compuesto por varios tomos, consta de centenares de Algunas de ellas conservan el anonimato, sin atreverse a salir a la luz.
cartas, audiencias y documentos de toda clase. «Esta historia me ha marcado hasta tal punto que nunca podré hablar
El juez es un hombre de cincuenta años, de cabellos blancos, baja delante de un juez - nos confía un hombre de alrededor de cincuenta
estatura y bastante gordo. Debía tener unos veinte años en la época de años-, pero puedo asegurarle que es él quien me detuvo en 1976,
la dictadura, esa «época aberrante», como dice ahora. Cuando habla llevándome a un centro clandestino.»
del asunto Erize, en ningún momento se altera o alza el tono de voz. Otros testigos se atreven a hablar a cara descubierta. Blas de la
Al contrario, enuncia los hechos con una frialdad y distancia que Fuente es uno de ellos.
l. En octubre de 2010, el abogado San Emeterio comunicó varias veces sus gestiones
a Joel Riveslange, corresponsal del autor en Buenos Aires. 3. Entrevista con el autor en San Juan, el 8 de febrero de 2010.
336 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 337
En 1976 era camionero en una empresa pública, la Empresa Pro- -¿Meritello, el otro chofer, le parece que hablaría?
vincial de la Energía (EPE), cuando el Ejército lo había intimado para -No, murió. Pero estaba presente el día en que mataron al ami-
ser chofer del regimiento. Con su colega Meritello, se había encontra- go de Marie-Anne, Daniel Russo, cerca del negocio de bicicletas. De
do, pues, al servicio del grupo de Olivera. todos modos, Meritello admiraba a Olivera, lo consideraba como un
Han pasado cerca de treinta y cinco años. Blas de la Fuente, estatu- salvador de la patria. Como tenía una especie de complejo de
ra mediana, de aspecto rechoncho y jovial, es hoy un apacible jubilado rioridad, mi colega estaba como orgulloso de estar a las órdenes
que vive en la provincia de San Juan. Cuando aborda el período de un tipo como ese. Si estuviera vivo, merecería estar en la cárcel junto
la dictadura, sus palabras no revelan ni odio ni miedo, solamente con Olivera.
voluntad de relatar lo que vivió. -¿Nadie le oponía resistencia?
Lo encontramos tres veces a lo largo de estos diez últimos años. En -Sepa usted que había dos danes adentro del grupo. Por un lado,
San Juan en 2000, en París en 2003 y de nuevo en San Juan, en 2010. los que pensaban que Olivera era un héroe, por ejemplo los llamados
Esa tarde en el restaurante de un hotel en el centro de la ciudad, Martel, Vic, De Marchio o Cardozo. Por otro lado estaban los que lo
habla durante más de una hora. Un nombre reaparece sin cesar en la seguían pero con reticencia, Olivera les repugnaba pero lo ayudaban
conversación: Olivera. igual.
-¿Cómo lo conoció? -¿Cómo sabe usted lo que hizo?
-En el RMI 22. Era el jefe del grupo de intervención. -Por mi colega Meritello o amigos soldados, que me hablaban
-¿En qué consistía su trabajo? sobre todo de Olivera y de Cardozo. Otros civiles no se atrevían a
-Co:q mi colega Meritello, dependíamos de la división motori- hacer preguntas. A propósito de Cardozo, no entiendo por qué no
zada, dirigida en una época por Cardozo. Teníamos que transportar está encausado.
alimentos desde el regimiento hasta la cárcel, o participar en opera- -¿Usted recibió amenazas alguna vez?
ciones que necesitaban camiones. A veces, Olivera y sus hombres me -No,nunca.
pedían prestado el mío y me decían que no podía ir. -¿Por qué habla?
-¿Cuáles eran sus funciones? -Por mis hijos. No quiero que cosas semejantes se produzcan
- Hoy se hace el mártir pero yo sé lo que hizo. En materia de de nuevo.
informaciones, su servicio funcionaba como la Gestapo respecto -¿Recuerda usted a Marie-Anne Erize?
del ejército alemán, con un gran margen de maniobra para decidir a -No, no puedo dar testimonio directo de lo que le sucedió. Pero
quién detener y torturar. Disponía de un poder de vida y muerte sobre recuerdo que me encontré después de octubre de 1976, con un simple
las personas interpeladas. Todo pasaba por él, lo cual le producía un soldado que yo conocía, de apellido Arredondo. Me había interpelado
evidente orgullo. Adonde iba, todo el mundo acataba sus órdenes. un día diciéndome: «¿Conocés la última de Olivera?» Me contó que
Lo vi más a menudo vestido de civil que con uniforme militar. Todo el teniente había secuestrado y violado a la joven. Al parecer, había
eso para decirle que es imposible que hayan detenido y secuestrado estado detenida por un tiempo antes de desaparecer. Una vez más,
a Marie-Anne sin su aval. Olivera no puede pretender, tampoco, que estoy seguro de que hay gente que sabía mucho más que yo, y que
no sabe nada sobre los secuestros y torturas. Créame, es una mentira. hasta saben dónde se halla el cuerpo.
Conozco a ex soldados que podrían dar testimonio en esta misma -¿Había un centro clandestino en San Juan?
dirección, especialmente un suboficial que participó en la represión, -Sí. La Marquesita. Una especie de club deportivo del ejército,
el problema es que tienen miedo de hablar. Olivera torturaba él mismo situado en las afueras de la ciudad. Pero yo no tenía acceso, no fui
en la cárcel de San Juan. nunca.
338 1 PHIL!PPE BROUSSARD
vado lo mejor que tenías, lo que Olivera y los demás nunca pudieron Pero estoy convencido de una cosa: que en ningún momento dejaste de
robarte. Esta presencia es la que hace tu fuerza, Marie-Anne. La vida ser tú misma.
y no la muerte. Antes de dejarte, quisiera hacerte una última confidencia: semejan-
Con ayuda de tus amigos y de tu hermana Marie-Noelle, pues, te te búsqueda deja marcas. Uno no pasa dos años reconstruyendo una
busqué, mejor dicho, busqué a todas las que tú eras: la hija de Wanda, vida sin que esa vida termine por habitarlo a uno. Entonces, sí, esta
la «Pirú» de las villas, la «Lucía» de San Juan ... Este libro se fue cons- experiencia me ha afectado, mucho más allá del simple aspecto profesio-
truyendo así, poco a poco, siguiendo un juego en una pista cuyos indicios nal. Salgo marcado por todo esto, extenuado también, pero enriquecido
tú habías entregado otrora. Mi camino se detiene en el momento en que por todos estos encuentros y todas estas emociones. Enriquecido gracias
se detiene, por ahora, el recorrido de la justicia: ante las puertas de La a ti, Marie-Anne. Gracias.
Marquesita.
Ahora que todo eso terminó, yo quisiera que este libro sirviera para
despertar las memorias. Para que alguien, en San Juan o en otro lado,
tenga la valentía de decir dónde se halla tu cuerpo. Corren diferentes
rumores, por supuesto, sobre hipotéticas fosas comunes en el departa-
mento de Zonda, o cerca de un dique, pero nada es verificable, dado
que esas zonas son inmensas. Tu mamá, en todo caso, sigue teniendo
esperanzas. Ya dio su ADN en vistas a eventuales peritajes.
Hablemos de ella, justamente.
En otoño del año 2008, yo le había escrito a propósito de este libro:
«Espero que este proyecto no la moleste ni la contraríe». Esa preocupa-
ción nunca me abandonó.
A cada nueva información o testimonio, siempre me pregunté cuál
sería su reacción. Imaginé a veces su alegría o sus heridas, a veces su
pena, cuando lea este libro. Ella lleva a cuestas tu destino hace tantos
años que mis palabras no pueden estar a la altura de su lucha, y menos
todavía de su amor por ti. Aun cuando haya deseado no salir a la luz,
dejando a Marie-Noelle el cuidado de tomar la palabra en nombre de
la familia, yo sé hasta qué punto está atenta y es sensible a todo lo que
te concierne. Este drama escande su vida desde hace treinta y cuatro
años, le impone un ritmo donde alternan un día la esperanza y otro
día el dolor.
Cuando la conocí en 2000, ella me había contado su visita a San
Juan en 1976, cuando te negaste a escaparte de la Argentina. Con la
distancia, mucha gente que te era cercana ve en esa decisión una «di-
mensión sacrificial», como si hubieras decidido morir por tu «causa»,
tu exigencia de un «mundo mejor». ¿Era esa verdaderamente la única
razón? Hay allí un secreto que seguirá siendo tuyo, tu última libertad.
Quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas que acepta-
ron orientarme, de un modo u otro, en la búsqueda de los rastros de
Marie-Anne.
En Francia: Sophie Thonon-Wesfreid, Anne-Marie Ortiz; Monique
Ortiz, Frarn;:oise Besse, Alex Maudet, Christine Grigny, Laurence Fa-
bre, Roger Sorbac y su padre, Éric Bancharel, Jean Loison, André Ba-
qué, Jean-Pierre Lhande, Marcelo Peschin, María Oliveira-Cézar, Louis
Joinet, Edwige Pasquet, Jean-Pierre Bousquet, Henry Floquet, Frédéric
Baleine du Laurens, Antoine Blanca, Paul Dijoud, Jean Mendelson.
En España: Michel Ortiz, Gustavo Kloster, Paco Rebés, Joan Ma-
nuel Serrat.
En la Argentina: Horado Méndez Carreras, Eudes Cokombet,
Miguel Reynal, Daniel Rabanal, Rodolfo Rabanal, Luis Pittau, Patrick
D'Espéries, Marie-Jo Cocagne, Margarita Camus, Eloy Camus, Ma-
ría Julia Camus, Blas de la Fuente, César Gioja, Jorge Moroy, Carlos
Melo, «Celeste», Alfredo Russo, Leopoldo Rago Gallo, Elvira Garcés,
Miguel Bonasso, Sofía Serbin de Skalon, Laura Radetich, Florencia,
Ricardo Luis Polo, Claude Mary, Nathalie Kantt, Manuel Lamarca,
Nicolás Berlingieri, Mario Berlingieri, Teté Coustarot, Irene Pérez,
Héctor Córica, Aldo Morán, Juan Mariano Asurabarrena, Simón Sa-
bre, Nora Bilbao, Claudia Lapacó.
No puedo dejar de agregar a esta lista varias personas cuya ayuda
discreta y silenciosa fue para mí inapreciable: Joel y Laura Riveslange
344 1 PHILIPPE BROUSSARD
1. La desaparecida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Carta del 22 de noviembre de 2008
2. Dos metros bajo tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Carta del 30 noviembre de 2008
3. Un destino argentino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Carta del 15 de diciembre de 2008
4. Pampa.......................................... 33
Carta del 30 de diciembre de 2008
5. La niña salvaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Carta del 3 de marzo de 2009
6. La familia Trapp.................................. 57
Carta del 5 de abril de 2009
7. Inmaculada Concepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Carta del 30 de abril de 2009
8. Primera princesa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Carta del 27 de mayo de 2009
9. De París a Nueva York ............................. 110
Carta del 23 de septiembre de 2009
-
10. Noche en vela .............................. _..... 124 25. La Marquesita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
Carta del 1º de febrero de 201 O Carta del 20 de diciembre de 201 O
11. La masacre ...................................... 132 Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343
Carta del 1º de febrero de 201 O
12. Montonera ...................................... 146
Carta del 2 de febrero de 2010
13. «Dumbo» y «Delfín» ............................. 160
Carta del 3 de febrero de 201 O
14. La hija de Austral ................................ 174
Carta del 4 de febrero de 201 O
15. El chupadero .................................... 190
Carta del 5 de febrero de 201 O
16. «Luda» 200
Carta del 8 de febrero de 2010
17. El acoso ........................................ 215
Carta del 1O, de febrero de 201 O
18. Los Ford Fakon ................................. 233
Carta del 13 de mayo de 2010
19. El tiempo de las «locas» ........................... 242
Carta del 14febrero de 2010
20. El cementerio de San Juan. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
Carta del 1Ode junio de 201 O
21. El teniente ...................................... 269
Carta del 18 junio de 2010
22. Operación Olivera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
Carta del 20 de junio de 201 O
23. El prófugo ...................................... 312
Carta del 27 de julio de 2010
24. «Preso político» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321
Carta del 23 de agosto de 2010
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