La Educacion Durante El Periodo Colonial
La Educacion Durante El Periodo Colonial
La Educacion Durante El Periodo Colonial
Ciencias de la Educación
Sección: “B”
Ciclo:2024
Santa Elena de la Cruz, Flores Petén
Introducción
EL PERIODO colonial en Guatemala abarca casi trescientos años, incluyendo los primeros
tiempos de la conquista llevada a cabo por los españoles. Iniciase con la fundación del
primer asiento fijo de que dispusieron los conquistadores en Iximché y que denominaron
Santiago de los Caballeros de Guatemala. Esta villa fue fundada el 25 de julio de 1524, por
Pedro de Alvarado, quien aprovechó la hospitalidad ofrecida por los cakchiqueles en la que
era su ciudad más importante. La fundación de esta villa no significó la consumación de la
conquista ni mucho menos; era, como decía Alvarado en una de sus Cartas de Relación,
porque hay más y mejor aparejo para la dicha conquista y pacificación". En efecto, los
españoles habían logrado sojuzgar a los quiches no obstante el arrojo con que se habían
defendido; los conquistadores habían recibido la alianza de los cakchiqueles, quienes por
estar en guerra con los quichés brindaron su amistad a los castellanos, traicionando sus más
caros intereses de independencia; pero aún se mantenían en pie los grupos mames,
pocomames, tzutuhiles, lacandones, itzaes, etcétera. Por cierto, que estos últimos fueron
dominados hasta fines del siglo XVII. Los primeros colonizadores despojaron a los
indígenas de sus tierras y sus bienes, y no contentos con eso, los redujeron a la más vil
esclavitud. Las reales cédulas donde se pedía mejor trato para los indios eran letra muerta
para los encomenderos y explotadores de aquellos desamparados seres, quienes no
representaban para ellos más que medios de enriquecimiento y explotación inicua. El
propio Alvarado ofrecía los peores ejemplos: “poseía el conquistador cuarenta mil indios
esclavos que trabajaban en las minas de su pertenencia, para saciar su codicia y cubrir sus
cuantiosos gastos”.
Las misiones evangelizadoras, si bien llevaron a cabo una labor culturiza dora dentro de los
pueblos aborígenes, no se quedaron a la zaga en lo tocante a las encomiendas y
repartimientos. Los conventos tenían asignada un área de explotación en la que
desplegaban su actividad con similares métodos. La resistencia natural que oponían los
indios a admitir la nueva religión llevada por los conquistadores. era penada con la
reducción a la esclavitud, como lo manda la Real Cédula del 19 de marzo de 1532 que
establece "que los indios que se resistan a recibir a los evangelizadores sean sometidos a
esclavitud". "En nuestro país la encomienda tuvo en un principio, un carácter esclavista, los
indios encomendados eran herrados y vendidos y además de su trabajo personal forzado
para su encomendero éste los alquilaba a otras personas recibiendo a cambio cierta cantidad
en remuneración". Dentro de estas circunstancias, es natural que la preocupación educativa
distara mucho de ser de las más importantes. La castellanización y la evangelización eran
los únicos objetivos existentes para con las masas indígenas. La primera, porque era
necesaria para efectuar una más cómoda explotación, y la segunda. porque correspondía al
espíritu altamente religioso que privaba a la razón.
Las escuelas de primeras letras, las casas de recogimiento para doncellas y los hospicios y
hospitales, nacieron en primer lugar para beneficio de los peninsulares y en segundo para
"los pobres hijos de españoles". Estos últimos eran el resultado de las uniones irregulares de
españoles con mujeres indígenas, y que se convertían a menudo en vagabundos y sin hogar.
Era en estos seres en quienes se reflejaba la crisis producida por el choque de dos culturas
en que abundaba la crueldad y falta de equidad de los colonizadores. Los indígenas recibían
algunas veces educación en los conventos, la cual se reducía al aprendizaje de la doctrina y
los dogmas religios0s. Por esta razón, los frailes aprendieron con tesón las principales
lengas que se hablaban en lo que entonces era la Capitanía General de Guatemala. La
educación media fue suministrada en los colegios conventuales y colegios mayores.
Sobresalieron en esta obra las órdenes de los dominicos franciscanos y jesuitas. Estos
colegios funcionaron desde la segunda mitad del siglo XVI.
La Universidad de San Carlos fue creada por Real Cédula del 31 de enero de 1676. Antes
de que fuese fundada, la función de impartir la educación superior estuvo a cargo de los
colegios mayores de Santo Tomás, San Borja, San Buenaventura y San Lucas. Su fundación
abrió una nueva etapa para el desarrollo cultural de Guatemala, etapa que llegó a su apogeo
en la segunda mitad del siglo XVIII. Otro hecho de gran importancia del siglo XVII fue la
introducción de la imprenta. En 1663 sale a luz la primera obra editada en la imprenta de
José de Pineda Ibarra. Pronto habrían de imprimirse los primeros libros de texto para uso de
las escuelas. Otra realización de trascendencia, llevada a cabo en este periodo, fue la
fundación de la Sociedad Económica de Amigos del País, que impulsó el desarrollo
económico de Guatemala y creó los centros de estudio necesarios para contribuir a tal
desarrollo. Fue la educación un privilegio para la oligarquía feudal formada por los
peninsulares, sus descendientes los criollos y algunos mestizos. En general la educación
para el pueblo no nace todavía. Las escuelas de primeras letras dirigidas y sostenidas por
los Betlemitas, así como algunas otras anexas a los conventos no eran suficientes para
atender las necesidades escolares. Las masas indígenas estuvieron por lo general al margen
de toda acción educativa, como no fuera la emprendida por las órdenes religiosas. La cual
se reducía a la enseñanza de la doctrina, la castellanización y algunas industrias caseras.
LA CONQUISTA DE GUATEMALA
El 6 de diciembre de 1523 salió de México una expedición, cuyo objeto era la conquista de
Guatemala. Iba al frente de ella Pedro de Alvarado, que era uno de los más valerosos
capitanes de Cortés. La expedición estaba como puesta, según el cronista Bernal Díaz del
Castillo, de 300 soldados; 120 eso pateros y ballesteros, 135 de a caballo, l artillero, 200
indios tlaxcaltecas y cholutecas y 100 mexicanos.5 Figuraban entre los más destacados
capitanes que acompañaban a Alvarado, Pedro Portocarrero y Hernando de Chávez, y como
capellán el padre Juan Godínez. La expedición se dirigió al sur, pasando previamente a
Tehuantepec a cumplir el encargo de Cortés de pacificar aquella región. Luego se encaminó
hacia los antiguos reinos que ocupaban lo que hoy es Centro América. Todo hace suponer
que los cakchiqueles habían mandado a testimoniar su subordinación a Alvarado, pues
deseaban su apoyo por encontrarse a la sazón en guerra con los quichés. Lo cierto es que la
mayor resistencia que encontraron los españoles fue por parte de estos últimos.
El primer encuentro se llevó a cabo en Tonalá, en donde los reyes quichés Oxib-Qeh y
Beleheb-Tzi habían situado sus fuerzas en estrecha alianza con el cacique de Soconusco.
Aquí sufrieron los indígenas su primera derrota, explicada, por la desigualdad de armas,
pues mientras los castellanos peleaban con armas de fuego, aquéllos lo hacían con lanzas y
flechas. Los quichés habían logrado unir a todos los pueblos comarcanos para la defensa de
su libertad, a excepción de los cakchiqueles que como ya hemos dicho, se habían aliado a
los conquistadores.
El comando general de la resistencia indígena estuvo a cargo de Tecún Umán, elegido de la
Casa de Cagüek, quien dio la batalla hasta donde sus fuerzas lo permitieron. Muchas fueron
las bajas en el bando indígena en las sangrientas batallas de Tilapa, Samalá y Olintepec.
Finalmente muere el jefe indígena en una batalla que se libró en el lugar denominado
Pachah (Urbina).
EI espíritu sanguinario de Alvarado se desbordó con lujo de poder mandado quemar los
reyes quiches en abril de 1524. En una de sus castas de relación que dirige a cortes, se
expresa en los términos siguientes: `` y para bien y sosiego de esta tierra, yo los queme, y
mande a quemar la ciudad y poner los cimientos, porque es tan peligrosa y tan fuerte que
más parece casa de ladrones que no de pobladores; y para buscarlos envié a la ciudad de
Guatemala, que está a diez leguas de esta decirles y requerirles de parte de su majestad que
me enviasen gente de guerra, así para saber de ellos la voluntad que tenían como para
atemorizar la tierra`` Y más adelante agrega: “ Y cuando toca todo a esto de la guerra, no
hay más que decir al presente, sino que todos los que en la guerra se tomaron se herraron y
se hicieron esclavos, de los cuales se dio el quinto de su majestad al tesorero de Baltazar de
Mendoza”
Muertos los reyes de quiches y quemada la ciudad de Utatlán, Alvarado dirige sus pasos a
la capital de los cachiqueles y funda allí la ciudad de Santiago de los caballeros,
acontecimientos a que ya nos hemos referido en el espíritu anterior. Inmediatamente
procedió a la designación de Diego de Roxas y Baltazar, como alcaldes; de pedro
Portocarrero, Hernán carrillo, Juan Pérez Dardon y Domingo Zubirreta, regidores y
Gonzalo de Alvarado, alguacil mayor.
La conquista de los tizates fue intentada primero por los religiosos de la orden de San
Francisco de San José de Yucatán, sin que hayan podido, consumar Por parte de Guatemala
llegó fray José Delgado, de la orden de los dominicos, en el año de 1674. Posteriormente el
rey se dirige a los gobernadores de Guatemala y Yucatán por Real Cédula de l693 en
tándolos a que combinasen sus fuerzas a efecto de lograr reducir a los pueblos de Petén y
lacandón. El Jacinto Barrios Leal, que era el gobernador de Guatemala. Organizo una
expedición militar que bajo su mando penetro simultáneamente por tres puntos:
Huehuetenango, Verapaz y Ocosingo; pero no pudo alcanzar su objetivo. El propio Barrios
leal contrajo una enfermedad, a consecuencia de la cual murió a fines de 1695, once meses
después de haberse iniciado la expedición.
Fue hasta marzo de 1697, cuando logró conquistar El Petén el general Martín Ursúa y
Arismendi, cuya expedición fue organizada en Campeche. Tan pronto como fue
comunicado este hecho al presidente de la Audiencia de Guatemala, don Gabriel Sánchez
de Berrospe, envió como gobernador de esta Provincia, que por disposición del rey debía
formar parte de la Capitanía General de Guatemala, al capitán Melchor de Mencos, el cual
tomó posesión en 1699.
En una carta dirigida en l698 por el vicario de Itzá, informa a Ursúa y Arismendi que se ha
bautizado al rey de los itzaes Canek. Este hecho revela que en la sojuzgación de esta zona
intervinieron simultáneamente fuerzas militares y misiones evangelizadoras, y que no fue
poca la resistencia presentada por aquellos descendientes de los antiguos mayas.
Digna de mención es la rebelión de Petapa en 13520, dirigida contra el cacique por haberse
sujetado a los españoles. Cuatro años más tarde fue la violenta rebelión de Chiquimula que
se extendió a Zacapa y Esquipulas.
En l633 fue la sublevación de los indios Manché, los de Yoly Xocomo cerca de Cobán, que
estaban en el sector que conquistaban los religiosos la Orden de Santo Domingo: robaron al
convento de San Miguel Manché y se llevaron 3 campanas, cruz de plata, custodia, 5
cálices, jarras y vinajeras de plata. Hicieron pedazos los ornamentos, quemaron la iglesia.
convento y en él los libros, bienes y alhajas de los religiosos, que sólo Un cáliz escapó y un
recado para decir misa que estaba en otro pueblo". Con anterioridad habían dado muerte a
fray Domingo Vico los antepasados de estas gentes. En Los indios por lo general mantenían
con respecto a los religiosos actitud de aparente aceptación, aunque en el fondo
continuaban con sus antiguas creencias y practicaban los ritos propios de sus religiones
antiguas.
El padre Ximénez, que llegó a Guatemala en el año de l688, da cuenta a menudo de las
burlas que hacían los indios de los religiosos, ocultando ante ellos sus verdaderas creencias.
Desde el tiempo de la Conquista,
que entonces (como allí dicen) los redujeron de su modo de escribir al nuestro; pero fue con
todo sigilo que conservó entre ellos con tanto secreto, que ni memoria se hacía entre los
ministros antiguos de tal cosa, e indagando yo a este punto, estando en el cuarto de Santo
Tomás Chichicastenango.
hallé que era la doctrina que primero mamaban con la leche y que todos ellos casi lo tienen
de memoria y descubrí que de aquellos libros tenían muchos entre sí “Ximénez, que fue el
descubridor del Popol Vuh, como ya se dijo en otra parte de este trabajo, conoció varios de
esos libros que contenían la concepción cosmogónica y teogónica de los pueblos quichés.
Refiere asimismo Ximénez, que los indios en el tiempo que él estuvo en Chichicastenango
llevaban a cabo prácticas religiosas del tiempo he Su gentilidad; "cuando cortaban la
madera para hacer sus casas, hacía unos sacrificios al dios de casa por ellos suplicándole
que la casa para donde se cortaba aquella madera fuese dichosa y que en ella viviesen
muchos
días y con felicidad'". Tenían asimismo sus oratorios particulares donde acudían en sus
mayores trabajos que les sucedían, por la mayor parte los tenían en arboledas muy espesas
que la escritura sagrada llama Lucos, que también sacrificaban debajo de árboles muy
espesos y copados, debajo. Francisco Ximénez: Historia de la Provincia de San Vicente de
Chiapa. Otros levantamientos e insurrecciones que registra la historia tuvieron los de los
indios tzendales en Chiapas y la de los talamancas en la provincia de Costa Rica. La
sublevación de los tzendales se produjo por las mismas razones que se habían operado
todas las insurrecciones: la crueldad de las autoridades y la ambición desmedida de los
encomenderos, incluyendo a los religiosos. En el año de 1708 se inició el malestar en
Ciudad Real y pueblos cercanos, motivado por la codicia sin medida del obispo Juan
Bautista Álvarez de la Vega: la sublevación se generalizó en 1712 debido no sólo a las
tiranías que con los indios obraron el alcalde Mayor y otros españoles, sino que como se ha
dicho el mayor motivo fue el señor Obispo con su des medida codicia, porque con el ansia
de juntar dinero para sus pretensiones, no quedó medio por ilícito que fuese, de que no se
valiese.
Uno de ellos fue el de los maíces con que tanto se ha tiranizado siempre aquella Provincia y
pretextando para con el alcalde Mayor que no tenía renta de que pasar respecto de no estar
consagrado, les sacó la porción de maíz que tocaba a los pueblos de Tuxtla. San Bartolomé
y Yamaha, las coronas y otros a su Majestad al que importaría sobre cuatro mil fanegas y
pagándolo precio del remate, que es a cuatro reales, hizo que los indios se los pagasen a
doce reales fanega". Todas estas crueldades fueron la causa del levantamiento que cobró
grandes proporciones y la venganza estaba dirigida particularmente contra el obispo:
estuvieron los indios ya para matarlo y lo hubieran ejecutado a no haberlo llegado a
entender el Reverendo P. Fray Pedro Villena y alguna de su familia que entendía la lengua.
Por lo apuntado se puede inferir que la situación de los indígenas desde la conquista se
tornó desesperante y que a menudo se producían sublevaciones y levantamientos, de los
cuales apenas hemos citado algunos de los muchos que registra nuestra historia.
Es decir, los indígenas buscaban un cambio social, en el que los españoles serían
expulsados de sus territorios y en el que la sociedad indígena volvería a ser cómo antes.
Logra unir a una población marcada por la desigualdad y la desintegración étnica, social,
cultural, económica y política, contra un enemigo común, que se identifica con el gobierno
opresor de los españoles.
Los españoles eran muy violentos y los obligaron a los indios a trabajar en las minas sin
descansar. Los indios en el campo cosechaban frutos para poder comer y mandar comida a
los que estaban en las minas. Algunos morían, por ejemplo, los chicos. Las madres los
cubrían para que los españoles no los golpearan.
Pedro de Alvarado fue el primer gobernante que tuvo Guatemala. Por su crueldad con los
indios fue carias veces acusado ante Hernán Cortés y ante el rey de España. De los 17 años
que tuvo a su cargo el gobierno de Guatemala, los primeros cuatro fueron por comisión de
Hernán Cortés y los otros 13 como Gobernador y Capitán General. Murió el 4 de julio de
1541, a consecuencia de los golpes que recibió cuando prestaba auxilio al gobernador de
Nueva Galicia, en el peñol de Nochistlán.
Tan pronto como se supo esta noticia en la ciudad de Santiago de los Caballeros, doña
Beatriz de la Cueva, esposa del Adelantado, asumió poder después del interinato de su
hermano Francisco de la Cueva. Gobernó solamente del 9 al 11 de septiembre en que murió
a consecuencia de la terrible inundación que sufrió la ciudad por las grandes avenidas que
descendían de las faldas del volcán de agua, principalmente la noche del 10 de septiembre.
Entretanto, la ciudad capital había sido trasladada al valle de Panchoy y por considerarse un
sitio más seguro frente a las amenazas que presentaba la proximidad del Volcán de Agua.
Dentro de aquel cuadro de crueldad para con los indígenas, que caracterizó al período
colonial en Guatemala, surgieron aisladamente algunos benefactores de los naturales
guiados por un espíritu justiciero o piadoso entre los que sobresalieron: fray Bartolomé de
las Casas, fray Juan Torres fray Matías de Paz y el hermano Pedro de San José de
Betancourt.
Bartolomé de las Casas: El primer lugar dentro de estos beneméritos hombres lo ocupa el
infatigable fray Bartolomé de las Casas. Nació este ilustre varón en la ciudad de Sevilla en
el año de 1474. y murió a la avanzada edad de 92 años, en Madrid en l566. Hasta los
últimos momentos de su vida tuvo en su mente a los desamparados indígenas, de los cuales
fue en los últimos 19 años de su existencia, procurador y abogado general
Sin restar méritos a la participación personal del padre Las Casas en la conquista pacífica
de los indios de Tezulutlán hasta convertirlos en núcleos civilizados y pacíficos,
reconocemos que el aspecto más admirable de su obra consiste en la denuncia que llevó a
cabo sobre el mal trato que daba a los indios, y las reiteradas peticiones al rey para que
promulgara leyes de protección en favor de aquellos seres.
Fray Juan Torres: Este fraile llegó a Guatemala procedente de Soconusco en compañía de
fray Pedro de Angulo. Ambos religiosos de la Orden de Santo Domingo fueron destinados a
fundar un convento en Quezaltenango en el año de 1544. En este lugar realizó el padre
Torres una labor de protección a los indios, enseñándoles a trabajar la tierra y oponiéndose
a las disposiciones que lesionaban los intereses de ese pueblo. Llegaron a Quezaltenango
"en persecución de la doctrina que desean los frailes dominicos en defensa de estas gentes
contra la tiranía de los españoles, que no fue menos en Guatemala que en otras partes”.
Fray Martin de Paz: La obra benefactora de este fraile consistió en el cuidado de los
indios enfermos y abandonados, pues era muy común en aquellos tiemp0s que los
encomenderos, después de haber explotado a los indios, a consecuencia de lo cual se
enfermaban o inutilizaban, los echaban de sus dominios a merced de las inclemencias, las
hambres y el frio. "La Caridad inefable con que el padre Fray Matías de Paz cuidaba de los
pobres indios, que aún hasta esta piedad faltaba a aquellos cristianos, que después que los
habían muerto con sus excesivos trabajos y tiranías, en viendo que estaban inútiles para el
servicio o por enfermedad o vejez, los arrojaban de sí como perros. Todos estos recogían el
bendito padre y curaba y regalaba según su pobreza alcanzaba, cargábalos en sus hombros
cuando los hallaba imposibilitados totalmente de tenerse en sus pies"
El hermano Pedro de San José de Betancourt: Este caritativo padre fue un protector de
los indios y mestizos pobres. Su vida la dedicó por completo al alivio de los menesterosos y
enfermos. AI igual que fray Matías de Paz cargaba sobre sus hombros a los enfermos que
no tenían cabida en los hospitales y les prodigaba todo género de alivio dentro de sus
limitadas posibilidades económicas. Fue fundador de la Orden de los Betlemitas, cuyo fin
primordial era el cuidado de los enfermos. El padre Pedro de San José de Betancourt era
originario de Tenerife y vino en su juventud a la ciudad de Santiago de los Caballeros de
Guatemala en donde le estaba reservada la misión de aliviar el dolor de los menesterosos.
Murió en abril de 1667.
Otros benefactores dignos de mención fueron los cronistas Remesal y Ximénez, de la orden
de Santo Domingo. La labor de estos cronistas fue indirecta, pues consistió en la denuncia
que hicieron desde las páginas de sus importantes publicaciones, del mal trato que se daba a
los naturales. El propio Remesal se vio perseguido por la Inquisición, por haber
considerado esta institución que su obra contenía datos relativos al régimen de encomiendas
y a la esclavitud de los indios, y cuya publicación consideraba peligrosa a sus intereses.
La inquisición funcionaba en Europa desde principios del siglo XIII, y su objeto era la
vigilancia del clero y los seglares en el cumplimiento de los preceptos religioso. Por medio
de esta institución se persiguió a religiosos y seglares que profesaban ideología reformista
en lo tocante a la religión.
Pablo III fue el primero de los pontífices vinculados a la Contra reforma, después de la
crisis que había sufrido la Iglesia Católica con motivo de la reforma planteada inicialmente
por Martin Lutero y Calvino. El sucesor de Pablo III fue Pablo IV, quien se concreto a
continuar la obra de su antecesor. Entre las resoluciones mas trascendentales sobresale la
reorganización de la Inquisición.
El primer comisario que llego a Guatemala fue el tristemente recordado Diego de Carbajal,
el cual presento su nombramiento ante el Cabildo el 18 de febrero de 1572.
Las autoridades españolas cuidaban con extremado celo las lecturas de los guatemaltecos,
tanto que por Real Cedula del 14 de agosto de 1560 se establece que “todo libro impreso
sin licencia respectiva y que se refiera a las Indias Occidentales deber ser confiscado”.
El auge cultural de la segunda mitad del siglo XVIII y primeros años del siglo XIX, ala
cabeza del cual se encontraba la Universidad de San Carlos se tuvo que abrir paso dentro de
penosas circunstancias va que ese movimiento abarcaba la gesta de la independencia, tan
duramente combatida por el clero y los encomenderos.
CONCLUSION
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS