Comprension Lectora 4 Basico 2024
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VALPARAISO
Los vientos de Valparaíso soplaban en verano y duraban tres días cabales,
revelando con este límite su carácter de cosa viva e inteligente. El viento Sur se
adueñaba de la ciudad de manera súbita, deshilachando las nubes, expulsándolas.
Despejaba el cielo y los lomos de los cerros pasaba con mil ruidos disímiles, que
nuestros oídos filtraban y aglomeraban en concierto.
PEDRO
1.- De acuerdo con el texto leído Pedro era: 2.- Pedro rechazó los zapatos, porque:
a) Un estudiante fugado de su casa a) Le quedan chico
b) Un rehén muy peligroso b) Le impedían moverse a gusto
c) Un personaje más bien salvaje c) Le disgustaba el color
d) Un animal domesticado d) Le dolían los pies
3.- Lo primero que hicieron con Pedro fue: 4.- Los marineros bailaban y zapateaban ante
a) Vestirlo y cortarle el pelo Pedro para:
b) Bañarlo y vestirlo a) Demostrar su alegría, porque él había
c) Vestirlo y ponerle los zapatos llegado
d) Cortarle el pelo y bañarlo b) Manifestar la utilidad del calzado
c) Darle confianza y amistad
d) Enseñarle a bailar y danzar
5.- Los marineros al bailar y zapatear: 6.- La actitud de Pedro frente a lo que le
a) No consiguieron lo que deseaban entregaron fue:
b) Lo consiguieron a medias a) De total rechazo
c) Lo consiguieron plenamente b) De aceptación y entusiasmo
d) No lo dice el autor c) De indiferencia
d) De duda y asombro
7.- El título que mejor conviene a este trozo es: 8.- La acción que se desarrolla en este texto
a) La vestimenta de Pedro transcurre:
b) Las aventuras de Pedro a) En un muelle
c) La educación de un salvaje b) En un velero
d) Los zapatos de Pedro c) En un barco
d) En una aldea
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UN NIÑO
En la infancia, durante una enfermedad larga, tan larga que todavía la recuerdo, tuve ante
el lecho una ventana con hierros verticales que una sola rama de árbol cruzaba, desnuda y
como suspendida.
La lluvia la llenaba de gotitas lentas y viajeras, los vientos apenas la movían.
Se recogió la lluvia a lo alto, se fue el viento siguiendo su camino. Y una
mañana, de sorpresa, amaneció tras los barrotes negros una
guirnalda blanca, veinte florecitas agazapadas y curiosas, que parecían prontas a volar
al menor ruido.
1.- El autor recuerda un pasaje de su: 2.- Al evocar un hecho de su vida, el escritor lo
a) Juventud hace con:
b) Infancia a) Alegría
c) Madurez b) Indiferencia
d) Vejez c) Ternura
d) Enojo
3.- El título de la lectura podría ser: 4.- Cuando el autor observa la rama del árbol
a) El invierno está en:
b) Recuerdos de la infancia a) Una silla
c) La lluvia b) El jardín
d) Un árbol c) Un huerto
d) Su lecho
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PRUEBA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA
EL PERRO
ESOPO
Un día de gran mercado, Janto, que deseaba convidar a sus amigos, mandó a Esopo, su
esclavo, que comprara lo mejor que hubiera, y nada más. El frigio no compró más que
lenguas y las hizo aderezar con diferentes salsas: entrada, frito, asado y postre, todo
fueron lenguas. Los convidados alabaron al comienzo este excelente plato; más al fin se
disgustaron. Requerido por Janto, Esopo contestó: ¿Hay algo mejor que la lengua? Ella
es el lazo de la vida, la llave de la ciencia, el órgano de la verdad y la razón. Esta bien,
dijo Janto, mañana cómprame la peor que haya; estas mismas personas vendrán también
a comer. Al día siguiente, Esopo sirvió el mismo alimento, diciendo que la lengua es
también lo peor que hay en el mundo: es la madre de las contiendas, la engendradora de
los pleitos, la fuente de las discordias y de la guerras. Uno de los convidados dijo a Janto
que este esclavo le era muy necesario, pues sabía graciosamente ejercer la paciencia de
un filósofo.
3.- Uno de los convidados le dice a Janto que un esclavo como Esopo:
a) Es intruso
b) No le conviene
c) Le era muy necesario
d) No servía como cocinero
CHILENO
ANDRES
Los enormes zapatos del tío Andrés eran ligeramente arqueados en las puntas, en los costados
tenían franjas de felpa verdosa. Sus pantalones, extremadamente ajustados, eran de casimir más
grueso que hubiera en el mercado. Usaba un alto cuello almidonado y un sombrero de paño negro
de anchas alas que en verano cambiaba por cucalón de paja forrado en corcho. Caminaba
lentamente, con cara pálida inmutable, como si no reparara en nada, pero la verdad es que ningún
detalle escapaba a sus ojillos lagrimiantes, que solía ocultar tras unos lentes negros.
ANDACOLLO
LA LLUVIA
Las goteras son el piano de mi infancia. Mi padre siempre hablaba de comprar un piano que,
además de permitir a mis tías tocar mi adorado vals “ Sobre las olas “, pondría sobre nuestra
familia ese título inexpresablemente distinguido que da la frase: “Tienen piano”. Mi padre, en los
momentos que le dejaba libre la vida de movilidades perpetua, porque era conductor de trenes,
llegaba hasta medir las puertas por donde iba a pasar aquel piano que nunca llegó.
Pero el gran piano de las goteras duraba todo el invierno. A la primera lluvia se descubrían
nuevas goteras de voz dulce, que acompañaban a las viejas goteras. Mi madre repartía sus
cacharros, lavatorios, jarros lecheros y otros artefactos. Cada uno daba un sonido distinto, a cada
uno le llegaba del cielo tempestuoso un mensaje diferente, y yo distinguía el sonido claro de un
lavatorio de fierro enlozado del opaco y amargo de un balde abollado. Esa es toda mi música, el
piano de mi infancia, y sus notas, digamos sus goteras, me han acompañado donde me a tocado
vivir, cayendo sobre mi corazón y sobre mi poesía.
EL GIGANTE EGOISTA
“ Al volver del colegio, todas las tardes, tenían los niños la costumbre de ir a jugar
al jardín del gigante.
Era un jardín grande y solitario, con un suave y verde cesped. Brillanban hermosas
flores sobre el suelo, y había doce durazneros que en Primavera se cubrían con delicadas
flores de un blanco rosado y que en Otoño daba jugosos frutos.
Los pájaros, posados sobre las ramas cantaban tan deliciosamente que los niños
solían interrumpir sus juegos para escucharlos.
Que felices somos aquí, se decían unos a otros.
Un día volvió el gigante, Había ido a visitar a su amigo el ogro de Cornualles,
pasando siete años en su casa. Al cabo de los siete años dijo todo lo que tenía que decir,
pues su conversación era limitada, y decidió volver a su castillo.
Al llegar, vió a los niños que jugaban en el jardín. - ¿Qué hacéis ahí? - Les gritó
con voz desagradable.
Y los niños huyeron.
- Mí jardín es para mí sólo - prosiguió el gigante, todos deben entenderlo así, y no
permito que nadie que no sea yo se divierta en él. Entonces lo cercó con altas murallas y
puso el siguiente cartelón:
SE PROHIBE LA ENTRADA
BAJO LAS PENAS
LEGALES
CORRESPONDIENTE
Era un gigante egoísta.
Los pobres niños no tenían ya sitio de recreo.
Intentaron jugar en la carretera; pero la carretera estaba muy polvorienta, toda llena
de agudas piedras, y nos les agradaba”.