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ESCUELA SUPERIOR DE FORMACIÓN ARTÍSTICA PÚBLICA

"FELIPE GUAMÁN POMA DE AYALA"
DE AYACUCHO

CARRERA PROFESIONAL: EDUCACIÓN ARTÍSTICA

SEMANA 3

La Comunicación

¿Qué es la Comunicación?

Para comprender qué es la comunicación, es útil reconocer su origen en la palabra

latina "comunicare", que denota compartir o poner en común. En términos simples, la

comunicación implica un proceso en el que una persona se conecta con otra mediante un

mensaje y espera una respuesta, que puede manifestarse en forma de opinión, actividad o

comportamiento.

La comunicación es el medio por el cual nos relacionamos con los demás a través

de la transmisión de ideas, hechos, pensamientos y conductas, por lo general, el propósito

del comunicador es influir en el comportamiento de quien recibe el mensaje. La

comunicación implica la transferencia de información, ideas, emociones y habilidades

utilizando diversos símbolos y herramientas, como palabras, imágenes y gráficos.

El ser humano, por naturaleza, es un ser social, y la comunicación se presenta como

un proceso innato en él, una necesidad básica que está determinada biológicamente.

Desde el momento mismo de su nacimiento, el niño comienza a comunicarse utilizando

diversos códigos. La comunicación se define como un acto de interacción humana, en el

cual dos o más individuos intercambian mensajes a través de un lenguaje u otra forma de

expresión. Este proceso es esencialmente interactivo y se desarrolla en el contexto de la

sociedad.

La comunicación humana nos permite:

- Explorar y comprender nuestro entorno.

- Estructurar y ordenar nuestros pensamientos.

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- Articular y compartir nuestros sentimientos y conceptos.

- Entender los sentimientos y pensamientos de los demás.

Características de la Comunicación

En líneas generales, la comunicación se distingue por:

- Participación de un emisor y un receptor: La comunicación requiere la presencia

de al menos dos partes, una que emite el mensaje y otra que lo recibe. Sin un

receptor, la comunicación no puede tener lugar.

- Intercambio de información: en cualquier interacción comunicativa, ambas partes

comparten y reciben datos, experiencias, emociones y, en general, algún tipo de

significado.

- Modalidades de transmisión: La comunicación puede ser directa y en tiempo

real, como en una conversación cara a cara, o indirecta y diferida, utilizando

medios como cartas, correos electrónicos o mensajes de voz.

- Retroalimentación: A lo largo del proceso comunicativo, el papel del emisor y del

receptor puede invertirse, permitiendo un flujo de información bidireccional.

- Búsqueda de respuesta: Aunque los objetivos de la comunicación pueden ser

diversos, casi siempre implican provocar una reacción deseada en el receptor o

receptores.

- Irreversibilidad: Una vez que se ha transmitido un mensaje, no se puede

deshacer. La comunicación no tiene "marcha atrás" y lo dicho queda registrado

en la interacción.

- Irrepetibilidad: Cada acto comunicativo es único y no se puede replicar

exactamente. Aunque un mensaje pueda ser repetido, las circunstancias y el

contexto nunca son idénticos en cada ocasión.

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Expresión y Comunicación

La expresión y la comunicación están estrechamente relacionadas y suelen ocurrir

simultáneamente. La expresión se define como la representación verbal o mediante otros

medios externos de un pensamiento, una idea o un sentimiento. Sin embargo, la expresión

no se transforma automáticamente en comunicación. Podemos entender la expresión como

el acto de externalizar, a través de palabras u otros métodos, un pensamiento, una idea o

una emoción, que luego es percibido por otros, dando lugar así al fenómeno de la

comunicación.

Elementos del Proceso de la Comunicación

En todo proceso de comunicación, es esencial considerar una serie de elementos

que son fundamentales para comprender completamente el mensaje resultante. Estos

elementos incluyen:

- El emisor: es la persona que crea y transmite el mensaje. Su función implica

codificar el contenido mental en signos combinados según reglas para

transmitirlo.

- El receptor: es quien recibe e interpreta el mensaje, es decir, lo decodifica.

Puede ser individual o colectivo. Es importante distinguir entre el receptor-

destinatario, la persona a la que va dirigido el mensaje, y el receptor-

descodificador, quien lo recibe e interpreta, aunque no necesariamente sea el

destinatario original.

- El mensaje: es la información transmitida por el emisor al receptor. La recepción

del mensaje puede ser perturbada por ruidos, es decir, factores que afectan la

transmisión de información.

- El canal: es el medio a través del cual se transmite el mensaje y conecta al

emisor con el receptor. Puede ser natural o artificial.

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- El código: es el conjunto de signos y reglas compartidos por el emisor y el

receptor que permite la comunicación. El emisor codifica y el receptor

descodifica.

- El contexto: es el entorno global en el que se lleva a cabo el acto de

comunicación. Se divide en contexto lingüístico, texto en el que se incluye el

mensaje y que determina su significado y contexto extralingüístico o situación

comunicativa, que incluye aspectos como las características del emisor y del

receptor (por ejemplo: nivel cultural, carácter, gusto, ideología), la intención del

emisor (informar, persuadir, explicar, etc); el canal utilizado (no nos expresamos

igual de forma oral o escrita), el espacio y el tiempo en que se produce la

comunicación, y el marco textual en el que se realiza el mensaje (carta, poema,

mensajes).

Tipos de Comunicación

Según los Mecanismos Empleados en la Transmisión del Mensaje

Comunicación verbal. La comunicación verbal se refiere al intercambio de

información mediante el uso de palabras o signos lingüísticos. Esta comunicación puede

manifestarse de dos formas principales: oral y escrita.

La comunicación oral implica la transmisión del mensaje a través de la palabra

hablada, ya sea en un encuentro cara a cara o mediante medios auditivos como el teléfono,

mensajes de voz o la radio.

Por otro lado, la comunicación escrita ocurre mediante el uso de palabras y otros

códigos escritos, como pictogramas. A diferencia de la comunicación oral, que puede ser

instantánea en situaciones como una conversación telefónica o cara a cara, la

comunicación escrita siempre se realiza de manera aplazada en el tiempo y el espacio.

Además, se caracteriza por ser duradera, a diferencia de la comunicación oral que tiende a

ser efímera en muchos casos.

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Comunicación no verbal. Los actos de comunicación humana no se limitan

únicamente al intercambio de conversaciones; siempre están acompañados, resaltados y

alterados por actos externos no verbales que tienen una importancia equiparable a la

comunicación verbal misma. Esta última se basa en el uso de palabras y el idioma, mientras

que la comunicación no verbal se apoya en gestos, miradas, posturas, entonaciones, entre

otros aspectos. La teoría de la comunicación ha analizado estos procesos no verbales y los

ha categorizado para comprenderlos mejor. De aquí surgen tres áreas de estudio de los

procesos comunicativos no verbales:

Kinésica. Se refiere a los movimientos corporales que permiten interpretar el

comportamiento de una persona, incluyendo su postura, gestos, expresión facial, mirada y

sonrisa.

La postura corporal se define como la posición que adoptamos cuando nos

comunicamos con otras personas, reflejando nuestro estado emocional. Una postura

adecuada implica mantener el cuerpo erguido y la espalda recta, lo que indica relajación.

Por otro lado, una postura rígida sugiere ansiedad, mientras que encogerse puede expresar

tristeza. Además se encuentra influenciado por el contexto en el que nos encontramos.

Los gestos son movimientos articulares de manos, brazos y cabeza que

complementan las señales verbales y pueden expresar interés, aburrimiento o diversas

emociones como alegría, tristeza, sorpresa, miedo, asco o ira.

La expresión facial y la mirada son medios a través de los cuales expresamos

emociones, sentimientos y estados de ánimo de manera intensa. Por ejemplo, las pupilas

dilatadas indican interés, mientras que el parpadeo puede reflejar nerviosismo o

tranquilidad. Nuestros ojos pueden expresar una amplia gama de emociones y mostrar

nuestro interés en la interacción con los demás.

La sonrisa es un elemento importante para transmitir alegría, felicidad y simpatía, y

puede atraer a otras personas. Una sonrisa genuina se caracteriza por ser amplia y ligera,

mientras que una sonrisa exagerada puede denotar tensión, miedo o decepción. A menudo
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sonreímos al saludar a alguien o al expresar alegría, pero también puede utilizarse para

ocultar emociones negativas, lo que se conoce como una sonrisa fingida.

Proxémica. Se refiere a la distancia física o el grado de cercanía que se establece

entre dos o más personas durante una interacción. Este aspecto está regido por una serie

de normas implícitas que son aplicables en cualquier contexto cultural donde dos individuos

mantienen una conversación.

Es importante tener en cuenta que acercarse demasiado a otra persona puede

interpretarse de diferentes maneras: podría ofender, poner a la persona a la defensiva o,

por el contrario, abrir la puerta a una mayor intimidad.

Además, Hall distingue entre cuatro tipos de distancias:

- Distancia íntima (0-45 cm): Esta distancia se reserva para personas que tienen

una relación muy cercana y de confianza, como parejas, amigos íntimos o

familiares. En este rango de distancia, es posible oler a la otra persona y hablar

en susurros.

- Distancia personal (45-1,20 cm): Esta distancia se observa en relaciones

cercanas, como en reuniones de trabajo, en una oficina o en eventos sociales.

Por ejemplo, si extendemos el brazo, podríamos tocar a la persona con la que

estamos hablando.

- Distancia social (1,20-3,65 cm): Se presenta en relaciones más impersonales,

donde se requiere un volumen de voz más alto para comunicarse con otras

personas. Esta distancia se mantiene con individuos que no tienen una relación

cercana, como con desconocidos en un comercio, nuevos empleados o

proveedores.

- Distancia pública (3,65 cm en adelante): Esta distancia es la más amplia y se

utiliza para dirigirse a grupos de personas, como en conferencias, charlas o

discursos, donde se requiere un tono de voz alto para llegar a todos los

presentes.
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Paralingüística. Se define como la capacidad para codificar y decodificar mensajes

mediante códigos no verbales generados por la voz. Estos elementos paralingüísticos se

emplean durante una conversación y complementan el lenguaje no verbal para transmitir

información adicional al mensaje que queremos comunicar. Se enfoca más en cómo se dice

algo que en qué se dice exactamente. Estos elementos incluyen:

- Dicción: Se refiere a la correcta vocalización de las palabras, garantizando que

sean pronunciadas de manera precisa, morfológica y sintácticamente, para que

el receptor las comprenda sin dificultad.

- Fluidez verbal: Es el ritmo de habla que empleamos, expresándonos de manera

clara y concisa, utilizando pausas y silencios apropiadamente. Un ritmo de habla

lento, entrecortado o monótono puede indicar rechazo al contacto social o

frialdad en la interacción, mientras que un ritmo fluido y ligero promueve una

comunicación efectiva y un buen contacto interpersonal.

- Entonación: La modulación de la voz al hablar indica el tipo de expresión

utilizado, como preguntas, afirmaciones o dudas, así como emociones como ira

o temor. Los tonos de voz pueden ser agudos o graves, variando según cada

individuo.

- Volumen de la voz: El volumen de la voz transmite emociones y sentimientos,

además de enfatizar el discurso. Es importante hablar con un volumen

adecuado, evitando ser demasiado alto, lo que podría denotar autoridad o

enfado, o demasiado bajo, lo que podría indicar timidez o falta de seguridad,

transmitiendo la sensación de no querer ser escuchado.

- Timbre: Se refiere a la cualidad de la voz que permite distinguir a la persona que

habla, así como diferenciar entre una persona y otra. Cada individuo tiene un

timbre de voz único que lo distingue, permitiendo identificar quién está hablando.

Además, el timbre de voz también puede indicar si habla una sola persona o

varias al mismo tiempo, así como diferenciar entre sonidos similares en tono e

intensidad.
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Según los Participantes Involucrados

La clasificación de la comunicación también puede realizarse según los participantes

o actores involucrados, lo que nos lleva a distinguir entre tres tipos principales: la

comunicación interpersonal, grupal y masiva.

La comunicación interpersonal se define como aquella que ocurre entre dos o más

individuos, tradicionalmente estos participantes se encuentran físicamente cerca, lo que

permite el intercambio de información a través de los sentidos. En esta forma de

comunicación, tanto los aspectos verbales como los no verbales juegan un papel

fundamental en la transmisión y recepción del mensaje.

Por otro lado, la comunicación grupal tiene lugar dentro de un conjunto específico de

individuos, generalmente en el contexto de una familia u otro tipo de grupo social. En este

caso, la interacción comunicativa se da entre varios miembros de ese grupo, lo que puede

implicar dinámicas complejas y variadas.

Finalmente, la comunicación masiva se caracteriza por la transmisión de un mensaje

desde un único emisor hacia un gran número de receptores, constituyendo una audiencia.

Este tipo de comunicación se lleva a cabo a través de diversos medios tecnológicos, como

la prensa, la radio, internet, entre otros, y tiene como objetivo alcanzar a un amplio público.

Funciones de la Comunicación

La comunicación despliega una serie de funciones que, lejos de ser mutuamente

excluyentes, suelen entrelazarse o superponerse en muchos casos. Estas funciones

abarcan:

- La función informativa, cuyo propósito fundamental radica en compartir

información de manera más o menos objetiva, ya sea describiendo un aspecto

de la realidad o destacando algún elemento del mundo real.

- La función formativa, orientada a influir en el receptor con propósitos educativos

o de enseñanza, con el fin de transmitir hábitos, ideas o convicciones.

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- La función persuasiva, que busca convencer al interlocutor para que adopte un

punto de vista específico o lleve a cabo determinadas acciones.

- La función expresiva, enfocada en la transmisión de impresiones subjetivas,

sentimientos o emociones, permitiendo así compartir estados internos con otros

individuos.

- La función estética, que se manifiesta cuando la comunicación tiene como

objetivo provocar un placer estético, como sucede en la poesía y otras formas

artísticas.

- La función de integración social, que tiene como principal finalidad establecer un

vínculo con otros individuos, contribuyendo así a la cohesión y conexión entre

miembros de una comunidad.

Ruidos y Redundancia

Durante el proceso de comunicación, pueden surgir factores perturbadores que

obstaculizan o dificultan la comprensión de los mensajes, conocidos comúnmente como

"ruidos". Estos ruidos pueden manifestarse de diversas formas, como la falta de señal en un

teléfono móvil, una página rota en un libro, el bajo volumen de la voz del interlocutor o un

sonido estridente que interfiere con la audición de lo que se está diciendo, entre otros

ejemplos.

Para abordar los problemas derivados de estos ruidos, se recurre al uso de la

redundancia, un recurso basado en la repetición que busca prevenir posibles fallos en la

comunicación. La redundancia se manifiesta de diversas maneras, como repetir un mensaje

tras un estruendo repentino que podría haber interrumpido su correcta recepción, expresar

una idea utilizando diferentes palabras para aclarar posibles confusiones del receptor, o

reforzar lo dicho con gestos significativos.

BIBLIOGRAFÍA

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Lic. Elvis Marshall Palomino Gutierrez