Ciencia y Etica

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Ciencia y Ética

Autor: Anul

La ciencia aparece en la vida del hombre como respuesta a la necesidad por


conocer el mundo que lo rodea, tal como lo expresó René Favaloro “La ciencia es la
expresión de una necesidad inherente al ser humano y, en todo caso, está ligada a la
función superior de su naturaleza inteligente: la capacidad de crear”. Sin embargo en
el mundo contemporáneo el papel del conocimiento científico es mucho más
controvertido que este, tanto que muchas veces el desarrollo de las tecnologías
pareciera superar ampliamente el de las sociedades, sobre todo para la concepción y
la mentalidad conservadora de algunas. Es cuando la vida misma de los hombres se
ve “superada” por la ciencia que este busca limitarla, tal vez desde el lado jurídico o
legislativo, pero también se ha buscado, encontrar las fronteras éticas del
conocimiento científico.

Antes de hablar sobre las relaciones entre ciencia yética es preciso aclarar qué
se entiende por ética. En términos muy generales, la ética es una disciplina filosófica
que se ocupa de la justificación racional de las normas morales que regulan la
conducta humana individual y social. Las normas morales nos dicen qué es correcto
hacer y qué no, tanto en relación con nosotros mismos como en relación con el resto.
Dichas normas se expresan en juicios de la acción humana, entonces, en dichos
juicios aparecen conceptos como bueno, malo, correcto, incorrecto, justo, injusto,
deber, obligación, prohibición y otros que aluden a las creencias que tiene la gente
sobre la conducta propia y ajena y lo que aparentemente es aceptable. El concepto
vinculado con las cuestiones éticas de la ciencia y la tecnología que más peso tiene
hoy, dada la influencia que tiene la ciencia sobre la vida de las sociedades y los
hombres, es el concepto de RESPONSABILIDAD. Como sucede con la gran mayoría
de los conceptos filosóficos, el significado de la noción de RESPONSABILIDAD es
problemático. Si hablamos de ciencia hay solo algunas definiciones de esta que son
acordes. Con esto me refiero a que: las lluvias son responsables de la inundación,
pero no se le puede adjudicar una RESPONSABILIDAD moral a la lluvia por esta
catástrofe. Por tanto podemos decir que la intencionalidad es necesaria para adjudicar
RESPONSABILIDAD a un individuo. Por supuesto que además existen una gran
variedad de condiciones jurídicas que son necesarias para otorgar culpabilidad por un
acto, pero en este caso, son irrelevantes.
Entonces cabe preguntarse por qué y en qué medida se puede hablar de la
RESPONSABILIDAD moral de la ciencia y la técnica. Si, como se ha dicho, los sujetos
de la RESPONSABILIDAD son las personas, son los científicos quienes pueden ser
imputados en ese sentido. Pero la RESPONSABILIDAD moral no es sólo atribuible a
los individuos, también es válido plantear la existencia de la RESPONSABILIDAD
colectiva. Justamente, los problemas ambientales y sociales ocasionados por la
tecnología actual han llevado a considerar el concepto de RESPONSABILIDAD más
allá de los individuos que intervienen en la producción de un fenómeno dado; los
desastres ecológicos producidos por derrame de petróleo, las transfusiones realizadas
con sangre contaminada con el VIH y muchos otros casos conocidos aleccionan la
cuestión de la RESPONSABILIDAD colectiva. Es indudable que el concepto plantea
muchos interrogantes difíciles de solucionar, pero su empleo viene exigido por las
situaciones conflictivas de la vida moderna.

Otra distinción aplicable a la cuestión de la RESPONSABILIDAD moral de la


ciencia y la tecnología es la establecida entre RESPONSABILIDAD retrospectiva y
RESPONSABILIDAD prospectiva. La primera se refiere a los resultados de las
acciones ya realizadas, por ejemplo, el haber permitido que se arrojaran residuos en el
Riachuelo, y la segunda, a la exigencia de prever los posibles resultados de las
acciones es un claro ejemplo el de Albert Einstein quien sin darse cuenta facilito la
implementación de bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki. El segundo sentido,
tiene un interés especial pues plantea a la ciencia y la tecnología la exigencia de
conservar el planeta en buenas condiciones para las generaciones venideras. Sin
embargo, no todos acuerdan en que el “conocimiento” científico y tecnológico pueda
ser en parte responsable de los daños medioambientales, médicos, etc. que ocurren
en el mundo actual. Desde un extremo por demás optimista, se suele afirmar que la
ciencia y la tecnología están más allá de posibles objeciones de naturaleza ética
porque son buenas en esencia, lo cual quedaría probado por las múltiples formas de
progreso con que han beneficiado a la humanidad. Efectivamente, día a día
sorprenden al mundo nuevos artefactos y procesos innovadores que salvan vidas,
evitan los efectos, o al menos los atenúan, de las catástrofes naturales, incrementan la
posibilidad de la comunicación entre las personas y, en fin, proporcionan todos los
medios para lograr el bienestar material, psicológico y espiritual que necesitan los
seres humanos. Y esto es, sin duda, cierto. Pero desde otras perspectivas se
muestran los efectos adversos e irreversibles que acompañan a los beneficios.
Muchas veces las mismas técnicas y productos que permiten salvar vidas ocasionan
otros malestares y dolencias, y no pocas veces esos malestares y dolencias terminan
en daños irreversibles: la represa que proporciona la energía eléctrica tan necesaria
en un mundo superpoblado también provoca la pérdida de valiosas especies naturales
y altera el clima de la región donde se construyó, ejemplos como este hay muchos que
muestran los efectos nocivos que en forma directa o potencial puede acarrear la
implementación de las distintas tecnologías. Un caso que ha resultado controversial en
años anteriores en los estudios de ciencia y tecnología es el de la energía nuclear. En
este ámbito se ven claramente las dos caras de la ciencia. Si fuera posible dominar los
procesos de modo que su utilización fuese segura, los beneficios serían formidables.
Pero la lección que dejó la catástrofe de Chernobyl fue suficiente para saber que se
está lejos de alcanzarse este ideal, y que los peligros que acarrea la manipulación de
la energía nuclear por ahora se consideran fatales, como también lo marca el
problema de los residuos nucleares. La decisión de poner en marcha una central
nuclear exige una evaluación rigurosa de los riesgos que implica. Pero, ¿es posible
realizar tal evaluación? La estadística pareciera prometer tales respuestas pero
lamentablemente son solo predicciones. Lo que la gente quiere saber para aceptar o
tener cierta seguridad sobre una determinada tecnología, tiene menos relación con
números que con modos de vida, esperanzas, cuidados, creencias. La consideración
de estos factores por parte de quienes dirigen el aspecto político y económico de la
ciencia y la tecnología significaría adoptar un modelo de evaluación en el que se
considere el riesgo, no como algo determinable en forma o técnica solamente, sino
pensándolo desde una dimensión integralmente humana. En otras palabras, este
modo de encarar el control de la ciencia y la tecnología implica asumir sobre todo una
perspectiva ética y no meramente técnica en dicho control, es decir, dejar de ver al
hombre o a la sociedad como un ser biológico solamente, sino un conjunto de
características sociales, psicológicas y culturales, quien es afectado por el mundo que
lo rodea.

Como conclusión cabe decir que el conocimiento científico no tiene la precisión


ni la objetividad que se creía al comienzo, tampoco está libre de la presencia de
problemas. Además, puede estar sujeta a la dirección que le marcan potencias
económicas o políticas. En el terreno de los efectos y resultados de las investigaciones
la falta de RESPONSABILIDAD ha sido y es habitual: la sofisticación de los
armamentos es cada vez mayor, los experimentos con personas en lugares del tercer
mundo aún ocurren, la experimentación en animales todavía se da a gran escala etc.
La solución propuesta consiste en que los proyectos de investigación y de desarrollo
tecnológico sean puestos a consideración de los afectados por ellos. A muchos puede
parecerles irreal este tipo de sugerencia, pero no hay soluciones indiscutibles, salvo en
lo que hacen al mantenimiento del respeto y dignidad de las personas. Además, una
ciencia no afectada por los intereses económicos, políticos y sociales no deja tampoco
de ser una idea utópica. La dimensión ética la atraviesa, como lo hace con todo lo
humano. Queda entonces, como tarea pendiente, rescatar la riqueza y complejidad
que le es inherente al estudio de un fenómeno típicamente humano como es el de la
ciencia y su relación con la ética.

Bibliografía
http://www.fundacionfavaloro.org/museo_pensamientos.html

http://conceptodefinicion.de/responsabilidad/

http://eunomia.tirant.com/?p=238

http://masconciencia.blogspot.com.ar/2012/07/responsabilidad-colectiva.html
file:///C:/Users/alumno/Downloads/Dialnet-ResponsabilidadYTemporalidad-79831.pdf

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