Ensayo Contraargumentativo

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La publicidad estética: ¿Un problema en la adolescencia?

Doménica Vega (00326673)

Universidad San Francisco de Quito

ESP-1001: Escritura Académica

Profesor: Luis Muñoz

11 de mayo del 2023


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¿La publicidad actual está bien direccionada? ¿Qué transmite?¿Qué peso tienen los

diferentes cánones estéticos en nosotros? Estas son incógnitas que no deberíamos pasar por

alto, ya que son necesarias para comprender uno de los temas más discutidos hoy en día, la

influencia de los estereotipos de belleza. No obstante, también es necesario recalcar que la

sociedad actual en muchas ocasiones prefiere ignorar todo aquello que consideran que se

aleja de la cotidianidad o que no les afecta directamente, aún cuando este fenómeno

concierne a cada persona y en ocasiones a grupos específicos. En este sentido, la tesis del

presente ensayo es: La publicidad de estética selectiva debería ser eliminada de las redes

sociales. Dónde se abordará estadísticas basadas en grupos focales e información acerca de

la influencia de los estereotipos de belleza en torno a ambas posiciones en tanto a los ejes

sociales, psicológicos y bioéticos; enfocándonos en los adolescentes.

A continuación, a modo de antecedentes, se definirá el concepto de estereotipos de

belleza, al igual que su breve historia y relación con los adolescentes. Judith Butler (2019)

en su ensayo “Plan Enia” acuña la definición de estereotipos de belleza como “La serie de

características que forman parte de algo o alguien; a los que la sociedad somete a un juicio,

definiendo como estético o antiestético” (p. 1). Lo que en resumidas palabras, nos hace

entender que los diferentes arquetipos estéticos en la publicidad actual se deben a razones

discriminatorias, dónde se busca clasificar los diferentes aspectos físicos. Es decir,

perjudica de diferentes maneras a las personas que no entran dentro de estos estándares y

provoca brechas sociales.

Ahora bien, en cuanto a los adolescentes, la influencia que los estereotipos de

belleza tienen en este grupo específico, es considerada como una problemática social

alarmante. Ya que, a pesar de que desde hace varios años atrás ha habido una mayor

concientización sobre la inclusión en la publicidad estética, en la actualidad aún hay un


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gran índice de empresas (mayormente cosméticas y textiles) que continúan creando

publicidad enfocada en los estereotipos idealizados de hombres y mujeres ´perfectas´. Tal

cómo, expone Lorena Rodríguez en su ensayo “ Estudio de la influencia de la publicidad”

y tras una investigación académica sostiene que:

En los varones, el estereotipo culturalmente establecido y transmitido por los medios

de comunicación de masas ejerce una mayor presión social hacia un ejercicio físico y

propicie una imagen de fuerza y potencia (mesomorfo), mientras que las modelos

femeninos reflejan una actividad física dirigida a la consecución de una imagen

corporal delgada y definida (ectomórfica).” (Rodríguez, 2016, p. 33).

Por lo cuál, entendemos que hoy en día, la sociedad está expuesta a publicidad regida por

diferentes estándares de belleza idealizados que distorsionan la percepción del cuerpo

humano en la realidad.

Avanzando en nuestro razonamiento, visto desde la postura social los diferentes

roles importantes que las personas han tenido a lo largo de la historia. Han sido así

minimizados y en ocasiones menospreciados únicamente por el físico y/o apariencia que

tienen, en otras palabras nuestra sociedad tiene una idea tergiversada de los estándares

sociales en conjunto de la imagen corporal. Es decir, si no se considera atractiva a una

persona, se asumen cosas negativas de su personalidad y/o actitud. Tal cómo expone

Marco Cáceres en su artículo “La representación del cuerpo de la mujer”:

La publicidad propone mujeres bellas, con rostro y cuerpo perfecto donde no

existen marcas de cansancio o de edad, o rasgos que se aparten del canon de belleza

actual, afirmando que en cuatro de cada cinco anuncios se presenta un cuerpo y

rostro perfecto. Lo peor de todo, es que la sociedad tiende a atribuir cuali­dades

como el éxito social, la felicidad, etc. a las personas bellas. (Cáceres, M. 2008).
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Todas estas observaciones, nos dejan entender qué las cualidades acertadas y buenas, cómo

el éxito, fortuna, inteligencia, etc. Pertenecen únicamente a personas atractivas o que se

ven bien físicamente. Además de mostrarnos, la relación directa que enlaza la percepción

de una persona en cuánto a sus características físicas, cuándo en realidad las mismas

deberían desunirse y tener peso propio.

No obstante, no siempre la sociedad relaciona los estereotipos físicos de una

persona con el resto de sus capacidades. Específicamente en campos solicitantes de

destreza, cómo: plazas laborales, desempeño escolar y universitario, práctica de deportes o

actividades particulares, etc. Tal cómo indica María Verdú en su artículo “ Impacto de los

estándares de belleza”:

Las personas a lo largo de nuestra vida desarrollamos una representación mental de

nuestro cuerpo que implica una serie de percepciones, pensamientos y sentimientos.

Esta experiencia totalmente personalizada y subjetiva puede no ser congruente con

la realidad objetiva y se determina socialmente, conformándose de manera paralela

al desarrollo evolutivo y cultural. (Verdú, M. 2021).

Afirmaciones que nos dejan en claro, que a pesar de los diferentes estereotipos que puedan

haber en la sociedad. Cada individuo es capaz de tener su propio juicio para saber

diferenciar entre el físico de una persona y las diferentes capacidades que pueda tener.

En relación con la problemática expuesta y visto desde el eje psicológico, se

considera que la publicidad de estética selectiva no tiene una relación directa con el

desarrollo de trastornos psicológicos, ya que se le atribuyen rasgos de costumbre visual. En

otras palabras, nos habituamos casi de una manera connatural con toda la publicidad que

vemos o escuchamos a diario, en todo momento sea directa o indirectamente. Así cómo

explica Eduardo Verchili en su artículo “De las casa de las Muñecas al Gloss”:
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Vivimos en una sociedad tremendamente visual donde constantemente percibimos

imágenes a través de los medios de comunicación, dichas imágenes son aceptadas

como reales ya que están instaladas en nuestro imaginario, sin plantearnos ninguna

duda más, quizás por la costumbre de haberlas estado viendo a lo largo de nuestras

vidas. (Verchili, 2012, p.16)

Por lo cuál, comprendemos que no existe ningún precedente que enlace a manera de

causa-efecto los posibles trastornos psicológicos de belleza que puede desarrollar un

adolescente. De esta manera, deslindando de cualquier responsabilidad a las diferentes

empresas que suelen usar este tipo de publicidad.

Sin embargo, podemos asumir que la publicidad estética selectiva, sí puede llegar a

ocasionar y desarrollar trastornos psicológicos en los adolescentes. Que en ciertos casos

conllevan a problemas de salud mucho peores, cómo trastornos de cuidado psiquiátrico o

malas prácticas/conductas que perjudican directamente la lozanía de las personas. Tal

cómo Carmen Maganto resalta en su artículo “Factores de riesgo o vulnerabilidad

asociados a los trastornos de la conducta alimentaria”:

Cada año las cifras de pacientes diagnosticados con anorexia, se ve incrementado

en todo el mundo, “Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han ido

incrementándose en los últimos años, especialmente en la adolescencia,

convirtiéndose en una preocupación social y clínica”[....]. Estudios recientes

estiman que en los últimos años “la anorexia subió del 1% al 3% de la población y

la bulimia del 3% al 6%”. (Maganto, C. 2011).

Es necesario recalcar, que si bien es cierto que hay una gran cantidad de factores de riesgo

contribuyentes para este tipo de desórdenes. La continua exposición a estas propagandas,

hacen que los adolescentes crezcan creyendo que únicamente lo que se ve, es bien
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aceptado. Cómo por ejemplo: una niña en proceso de formación que crece observando con

mucha frecuencia anuncios web de mujeres esbeltas y de pequeñas proporciones, nada

más. Va a querer replicar este tipo de conductas, sin tener en cuenta si es sano o perjudicial.

Extendiendo nuestro análisis y visto desde una postura bioética, se considera que la

publicidad de estética selectiva respeta y se mantiene dentro de los límites morales

propuestos. Ya que su preferencia o inclinación a la contratación de modelos delgadas, no

tiene cómo fin generar controversia en torno a la bioética personal. De esta manera,

deslindandose completamente de los efectos alternos que puedan darse, ya sea

intervenciones estéticas o ´retoques´. Dejando toda la responsabilidad en la persona que

opta por estos tratamientos y el lugar en dónde lo hagan, incluyendo así al personal médico

involucrado.Tal cómo menciona Ester Busquets en su artículo “El culto al cuerpo: algunas

reflexiones filosóficas”:

Otro aspecto ético importante en la relación sanitaria es el consentimiento

informado, muy importante en las diferentes especialidades médico-quirúrgicas,

entre las cuales se encuentra la cirugía plástica. Se trata de dar información sobre

los diferentes procedimientos o tratamientos de forma comprensible y sin utilizar

tecnicismos, para que la persona competente pueda tomar una decisión, de manera

libre o autónoma. (Busquets, E. 2008. pág. 2).

Aclaraciones que nos dejen entender que la persona que asiste por información a estos

centros estéticos, están bien informadas y comprenden lo que se tiene a juego. Es decir, no

toman una decisión al azar/impulsiva y tienen una conciencia bioética sobre sí mismos.

A pesar de ello, la publicidad de estética selectiva propone modelos estandarizados

a seguir, ignorando la conciencia bioética y creencias de cada individuo. Ya que la forma

en la que se logra llegar a los adolescentes (grupo sin un criterio totalmente formado), es
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agresiva a tal punto que este tipo de decisiones pasan a tomarse a la ligera. Deshaciendo el

iniciante criterio que se empezaba a formar, lo que deja que sus creencias disuelvan y

caigan en los estereotipos, rompiendo así toda norma bioética propia ya adquirida . Así

como nuevamente explica Ester Busquets en su artículo “El culto al cuerpo: algunas

reflexiones filosóficas”:

La sociedad –primordialmente a través de la tiranía de la publicidad y la moda– nos

dicta y nos impone un ideal de belleza, [...]. Y, naturalmente, quien está poco

acostumbrado a la reflexión crítica, acepta acríticamente que el cuerpo perfecto es

la única clave para el triunfo y la felicidad, y se pone fácilmente en manos de todos

aquellos que le prometen, sea por el medio que sea, conseguir su ideal de belleza.

(Busquets, E. 2008. pág. 4).

Dicho lo anterior, los adolescentes en proceso de formación pueden llegar a someterse a

estos procedimientos, sin pensárselo dos veces. Al mismo tiempo en el que no piensan en

su salud ni en sus consideraciones éticas o creencias sobre la imágen corporal.

En definitiva, los adolescentes se ven expuestos a diario por los diferentes

estándares de belleza. Hecho que a pesar de influir en cómo toman y se percibe la

publicidad estética selectiva a través de redes sociales, no dictamina su valor propio.

Problemática que debería ser anexada al control de lo que las grandes empresas publican y

deciden mostrar en sus escaparates virtuales. Esto considerando que los adolescentes en la

mayoría de los casos, son susceptibles a la crítica ajena en cuánto a su físico y apariencia a

comparación de personas adultas. Desde lo psicológico,dicha publicidad genera

inestabilidad mental y produce efectos negativos que pueden desencadenar en problemas

más serios como la bulimia y la anorexia. Respecto a lo bioético, las modificaciones

corporales o dietas estrictas, son elementos que no cumplen las normas de la naturaleza y
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ponen en riesgo la salud de las personas que se someten a este tipo de intervenciones. En lo

social, las ideologías, estereotipos y tabúes, son los principales motivos por los que los

adolescentes absorben esta publicidad y generan pensamientos obsesivos sobre sí mismos

que derivan en circunstancias mucho más grandes.


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Referencias:

Agliata, D., & Tantleff-Dunn, S. (2004). The impact of media exposure on males’ body .

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Cáceres, M., & Díaz, S.(2008). La representación del cuerpo de la mujer en la publicidad

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Maganto, C. (2011). Factores de riesgo o vulnerabilidad asociados a los trastornos de la

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. belleza en la cultura mediática infantil. Revista científica de Comunicación y

. Tecnologías emergentes.

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