La Danza de Los Signos - Victorino Zecchetto
La Danza de Los Signos - Victorino Zecchetto
La Danza de Los Signos - Victorino Zecchetto
Victorino Zecchetto
Ediciones
ABYA-YALA
2002
LA DANZA DE LOS SIGNOS
Nociones de semiótica general
Victorino Zecchetto
ISCS
Diseño
Portada: Raúl Yépez
ISBN: 9978-22-234-0
Presentación............................................................................................................................. 5
1
¿ Qué es la Semiótica ?
2
Lo dado, lo creado y adquirido
3
Los vericuetos históricos del signo
4
Los signos
5
Revelaciones de los códigos
1. Señales y signos....................................................................................................91
2. El nivel del código.................................................................................................92
3. Función dinámica del código................................................................................95
4. Pragmática del código...........................................................................................97
a) Los sub-códigos..............................................................................................97
b) Los mensajes criptográficos y la comunicación oculta...................................98
c) Los límites del código...................................................................................100
5. Código y doble articulación...............................................................................100
a) La primera articulación................................................................................101
b) La segunda articulación...............................................................................102
6
La trama denotativa y connotativa
1. La pista de la denotación....................................................................................109
2. Los recorridos de la connotación........................................................................111
3. Denotación y connotación: mitos e ideologías...................................................113
Palabras claves para recordar........................................................116
Bibliografía.....................................................................................116
7
La irrupción del lenguaje corriente: pragmática lingüística
3. Algunos investigadores......................................................................................129
a) John Austin...................................................................................................129
b) Los Actos de habla en la teoría de J.L. Searle...............................................133
c) H.P. Grice y el principio de cooperación......................................................138
d) Sperber D. Y Wilson D. y su teoría de la relevancia...........................................141
e) Observaciones críticas..................................................................................147
4. Pragmática argumentativa..................................................................................144
5. Tres facetas del lenguaje corriente.....................................................................151
a) El lenguaje y los sexos..................................................................................151
b) Hablar con metáforas..................................................................................153
c) Las expresiones de cortesía..........................................................................155
Palabras claves para recordar........................................................158
Bibliografía.....................................................................................159
8
La imagen visual
9
Los discursos
1. La corrida estructuralista....................................................................................185
2. En los confines del sentido.................................................................................187
3. Los discursos y sus perfiles.................................................................................191
a) Características de los discursos....................................................................192
b) El proceso de producción y reconocimiento discursivos.............................193
5. Los géneros.........................................................................................................209
Palabras claves para recordar........................................................211
Bibliografía.....................................................................................212
10
La valija de las narraciones
3. Enfoques narrativos...........................................................................................219
a) La morfología de V. Propp............................................................................219
b) La teoría estructural de A.J. Greimas...........................................................220
c) La narratología de G. Prince.........................................................................227
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS....................................................................243
A mis alumnos de semiótica
PRESENTACIÓN
La danza de los signos ha sido bién los signos aparecen en los lenguajes
escrito con la finalidad de servir como como expresión de creatividad, plastici-
breve ma- nual o texto–guía para dad, fantasía y libre dinamismo. La danza
estudiantes que se inician en el estudio es igualmente orden y seguimiento de
de semiótica general. Presenta nociones pautas, tiene una normativa, combina
fundamentales, refle- xiones e ideas rit- mos y coordina sus movimientos no
sobre temas y asuntos se- mióticos en forma arbitraria, sino de acuerdo a
relacionados con la estructura de los ciertos códigos. También los signos están
signos, la función de los códigos, el someti- dos a reglas, a gramáticas y
lenguaje corriente, las imágenes, los dis- códigos, siguen un orden en el modo de
cursos, los textos narrativos. En una integrarse y coor- dinarse. Los signos
pala- bra, se ocupa de los fenómenos más danzan en múltiples espacios mediáticos,
gene- rales y globales de la semiosis. pero dentro de los lí- mites de normas
Le corresponde a la “semiótica aplica- establecidas. La semióti- ca muestra las
da” analizar aquellos fenómenos específi- relaciones que se establecen entre la
cos y particulares de la comunicación, creación de los signos y las leyes que
co- mo por ejemplo: la semiótica del guían su vida.
teatro, de la radio, del cine, de la La forma y el estilo de los temas
televisión, de la pu- blicidad, de la abor- dados, poseen un lenguaje
canción, de las historietas, etcétera. relativamente sencillo y claro, aun siendo
Estos estudios particulares de- mandan necesario el uso de términos técnicos
una aplicación específica y pun- tual, que en su mo- mento, son siempre
sostenida no sólo en las nociones ge- explicados. Se evitó entrar en detalles
nerales, sino además en investigaciones teóricos que dificultan inútilmente la
sociosemióticas. comprensión de los con- ceptos centrales
El titulo de la obra pone el acento en y más importantes. En ca- da tema, se
la metáfora de la danza para aludir a los exponen esquemas y cuadros de síntesis
signos. La danza es libertad, movimiento, que ayudan didácticamente al
innovación, creación y expresividad. aprendizaje. Al final de los capítulos hay
Tam-
6 / Victorino Zecchetto
una lista de palabras claves y una breve bi- capten su utilidad para comprender mejor
bliografía relativa a la materia tratada, pa- la realidad de las comunicaciones sociales.
ra que nadie se contente sólo con leer este
texto.
Mi deseo es que los estudiantes, al El autor
perderle el miedo a la semiótica, Buenos Aires, marzo 2002
también
1
¿QUÉ ES LA SEMIÓTICA?
1 En: Curso de lingüística general. Ed. Planeta-Agostini, Buenos Aires, 1994 - Introd. Cap.III, 3
8 / Victorino Zecchetto
aún reconocida como ciencia autónoma, semiología Roland Barthes (1964), Louis
porque se creía que la lengua es más Hjelmslev (1957), Luis Prieto (1966), Pie-
apta para comprender los problemas rre Guiraud (1971), aunque cada uno la
semioló- gicos. Sin embargo, la lengua es entiende desde posturas teóricas diferen-
un sistema más entre otros sistemas de tes. Barthes, por ejemplo, invirtió la posi-
signos. Por consiguiente -sostiene ción de F. De Saussure y, según él, la se-
Saussure- la lin- güística es sólo una miología forma parte de la lingüística,
parte de la ciencia ge- neral de los signos, porque “parece cada vez más difícil conce-
o sea, de la semiología. De manera bir un sistema de imágenes u objetos cu-
paralela a Saussure, el filó- sofo yos ‘significados’ pudieran existir fuera del
norteamericano Charles Peirce lenguaje”. Por consiguiente, concluye: “la
(1839-1914), agudo investigador de los
lingüística no es una parte, aunque privi-
signos, había introducido el término se-
legiada de la ciencia general de los
miotics para indicar el estudio de los sig-
signos; es la semiología la que es parte
nos.2 Este autor, a pesar de la riqueza de de la lin- güística.” También el lingüista
su pensamiento, fue siempre poco leído Hjelmslev sostuvo que la semiótica
por lo difícil que resulta entender su debería ser consi- derada más bien como
lenguaje. Peirce concibió la semiótica el estudio teórico de las relaciones que
como un campo científico articulado en se dan en los proce- sos universales de
torno a re- flexiones de carácter lógico- significación y calcada sobre el modelo
filosófico que tuviera como objeto lingüístico. Eso mismo afirmará más
específico de su in- vestigación la tarde Greimas, pero añade que la
“semiosis”, es decir, el proce- so de
semiología de los signos lingüísticos entró
significación donde participan “un
en crisis, y es preciso ensanchar las
signo, su objeto y su interpretante”. fronteras para llegar a la “semiótica de los
Históricamente, se instalaron dos tra- procesos semánticos”.
diciones etimológicas, cuyas dos El término semiótica se impuso más
palabras representaban una mirada de en los países anglosajones, aunque
doble foco: la de F. Saussure que usó el pronto desbordó ese ámbito. Más
término semio- logía, y la del filósofo Ch. recientemente se han inclinado por esa
Peirce que optó por la palabra semiótica. palabra Julia Kristeva (1971), Umberto
La corriente saus- suriana ha tenido su Eco (1975), A.J. Greimas y J. Courtés
base sobre todo en Europa, se difundió (1979), Paolo Fabbris (1980). En América
hasta Rusia y, en par- te, también en Latina hallamos a
América Latina. Hablan de
2 Peirce en una carta a Lady Welby habla de “...la ciencia de la semiótica (semiotics) (semeiotikè), o cien-
cia cenoscópica de los signos...” - The Corespondence between Charles S. Peirce and Victoria Lady Welby.
Bloomington, Indiana University Press, 1977 (Año 1908). La traducción es nuestra.
La danza de los signos / 9
3 Morris Charles: Fundamentos de la teoría de los signos. Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, México, Buenos
Aires, 1994. Pág. 24
4 Cfr. Approaches to semiotics. Ed. Mouton, 1964.
10 / Victorino
dicar diferentes espacios de estudio de los les que atañen a la problemática sígnica.
sistemas de signos, reservando para la Según esto, a la semiótica le
se- miología la descripción teórica y corresponde verificar la estructura de los
general del funcionamiento de todos los signos y la va- lidez que pueden tener en
sistemas simbólicos, sin especificaciones las percepciones culturales, procurando,
ni parti- cularidades; mientras que a la además, enfren- tarse con explicaciones
semiótica le estaría reservada la indagación teóricas que den razones coherentes de
más espe- cíficas de los sistemas esos fenómenos que involucran la
particulares (semió- tica del cine, de la comunicación humana. A partir de esta
publicidad, de la mo- da... etc.). A acepción del concepto, se puede,
nosotros nos parece ya super- flua tal ulteriormente, ir perfeccionando los
distinción, además de ser incluso, contornos, pero manteniendo ese nú-
contraria a los sentidos estrictamente cleo fundamental.
ori- ginales de los términos. Es verdad que Entendemos que la semiótica está rela-
am- bas tradiciones no son excluyentes, cionada con el problema del conocimien-
pero precisamente por ello, to, y con el modo mediante el cual pode-
consideramos más clara y práctica la mos llegar a él a través del vehículo
postura unificada asu- mida en La Haya, inelu- dible de los signos. La semiótica se
que le otorgó existencia oficial a la presen- ta, entonces, como un punto de
disciplina institucionalizando vista sobre la realidad, una mirada acerca
universalmente el nombre. del modo en que las cosas se convierten
en signos y son portadoras de significado.
2. Motivo y finalidad de la
Su radio de acción, sin embargo, no abarca
mirada semiótica
sólo la des- cripción de los signos y sus
Las fronteras y los objetivos de la se- significados, sino que incluye y presta
miótica, como hoy son propuestos por la atención a la se- miosis, es decir, a la
comunidad científica, no son ajenos a la dinámica concreta de los signos en un
historia de esta disciplina, y están dictados contexto social y cultural dado. La
por la reflexión científica como proceso semiosis es un fenómeno opera- tivo
diacrónico. contextualizado, en el cual los diver- sos
sistemas de significaciones transmiten
a) Una primera descripción sentidos, desde el lenguaje verbal al no
verbal, pasando por los lenguajes audiovi-
¿Qué es la semiótica? ¿De qué se
suales, hasta las más modernas comunica-
ocu- pa?, ¿De qué trata? ¿Cuál es su
ciones virtuales. Las áreas que investiga
espacio de estudio? De entrada conviene
la semiótica tienen que ver, pues, con las
mantener la descripción más simple
no- ciones fundamentales y generales
sobre el objeto primario de la semiótica,
que la define co- mo la teoría de los que ri- gen el conjunto más relevante de
signos, y cuyo propósito es estudiar los signos y de semiosis. Ello no interfiere
conceptos básicos y genera- con los ob- jetivos de otras disciplinas
que se ocupan
La danza de los signos /
5 Como ejemplo de lo que decimos, ver la descripción de los diferentes enfoques en las
investigaciones de los efectos de los medios que reportan Mc Quail D. (1980, 1983), y Mauro Wolf
(1992).
La danza de los signos /
to, que toda obra es un fragmento de usó para estudiar las estructuras
una sustancia que tiene un cuerpo y
parenta- les de los grupos étnicos 7,
ocupa un espacio, lleva en sí misma un
mientras que a R.Jakobson la aplicó a la
significado y es fruto de una tarea de
lingüística8. En fin de cuentas fue posible
producción. Aho- ra bien, todo texto se
buscar la estruc- tura de cualquier
organiza en torno al concepto central de
fenómeno, y por esta ra- zón se acuñó la
estructura.6
expresión análisis estruc- tural, aplicable
No debemos olvidar que esta primera tanto al campo cinemato- gráfico, como
semiótica fue deudora de toda la al análisis de obras pictóri- ca, de una
corrien- te estructuralista que en aquellas novela o incluso de un fenóme- no
décadas impregnó numerosas disciplinas, político-social.
sobre todo los estudios de antropología Las semióticas de primera generación
cultural, de sociología, de lingüística. En se remitieron a este bagaje conceptual es-
sentido general, cuando se habla de tructuralista. Y con ese instrumental de
estructuralis- mo se entiende un método trabajo, ellas se han detenido de modo
de análisis que permite introducir un particular en el análisis de los objetos
orden explicativo en un conjunto o serie sig- nificantes de los lenguajes, y en los
de fenómenos apa- rentemente proce- sos de comunicación entendidos
desconectados entre sí. Su ob- jeto de como el flujo informativo entre emisores
estudio es, por consiguiente, el análisis y recep- tores mediante un desarrollo
de las relaciones que surgen entre sus regular y li- neal.
elementos. En este contexto la idea de A pesar de sus límites, estas semióticas
estructura puede remitir a uno de estos de primera generación, han tenido el
dos significados: como un sistema de mé- rito de ensanchar el horizonte
rela- ciones, es decir, como una totalidad restringido de la vieja lingüística y se han
no re- ducible a sus partes, y por tanto, preocupado por abarcar no sólo el
dichas re- laciones son susceptibles de lenguaje verbal, si- no también las
estudio y aná- lisis. En segundo lugar, del formas audiovisuales de comunicación.
punto de vista operacional, una
estructura es la interde- pendencia de b) Las semióticas de segunda generación
elementos de un conjunto de dinámicas
que interactúan recíproca- mente. A partir de los años 1970, los estudios
Aclarado así el término, resulta semióticos sufrieron un viraje hacia nue-
comprensible que la idea de estructuralis- vas posturas teóricas y metodológicas. La
mo resultó útil para indagar una gran va-
riedad de fenómenos: C.Levi-Strauss la
6 Ver de Roland Barthes: La aventura semiológica. Edit. Paidós, Buenos Aires, 1994.
7 En 1955 Claude Lévi-Strauss escribió Tristes trópicos, y en 1958 publicó Antropología estructural. En
1963 El pensamiento salvaje; en 1964 comenzó a publicar sus Mitologías.
8 La obra de R. Jakobson abarca más de quinientos títulos. Su enfoque estructuralista se refleja por ejem-
plo en su importante trabajo Ensayos de lingüística general. (Seix Barral, Barcelona 1981).
16 / Victorino
9 Jacques Derrida con sus Gramatologia y La escritura y la diferencia (1967), dio a conocer su pensamien-
to que modificaba el modo de enfocar y de leer la realidad mediante la deconstrucción.
10 Ver de Hans Georg Gadamer: Verdad y método.
La danza de los signos /
11 Ricoeur Paul: Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II. Ed. Fondo de Cultura Económica.
Mé- xico, Buenos Aires, 2001. Es la traducción de Du texte à l’Action. Essais d’herméneutique II
(1986), una recopilación de trabajos como continuación del anterior de 1969: Le conflit des
interprétations
18 / Victorino
12 Ver por ejemplo de Kebrat-Oreccioni Catherine: Les cultures de la conversation en “Le Langage” – Scien-
ces Humanines, nº 27 – Paris. Déc- 1999 Jan. 2000 p. 38 – 41-
La danza de los signos /
18 La llamada “Teoría de los modelos” tuvo su principal exponente en Tarski (1901 – 1983). Dicha
teoría apuntó a estudiar las estructuras matemáticas considerando las leyes que le obedecen. Tarski
describió los conceptos fundamentales de esa semántica, cuyo lenguaje fue aplicado a la programación.
A su vez, el investigador en informática Goguen, afirma en su Teoría de las Instituciones, que la teoría
general de la abstracción es una teoría semántica.
La danza de los signos /
***
Bibliografía
Chandler Daniel
1998 Semiótica para principiantes. Ed. Abya-Yala, Quito.
Morris Charles
1994 Fundamentos de la teoría de los signos. Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, México, Buenos Aires
(Ver: Cap. 2: “Semiosis y semiótica”).
decimos que están en su hábitat natural. turaleza, se hallan continuamente ante fe-
Igualmente es natural cuanto hay en el nómenos en apariencia fuera de todo or-
cosmos: sus astros, estrellas, galaxias y den, desviados y caóticos. No por nada
las leyes que rigen los movimientos del se han desarrollado las teorías del caos y
in- menso espacio sideral. la complejidad, que sostienen la idea de
Llamamos, entonces, natural a lo que na- turaleza autónoma y autoregulada,
deriva directamente de la naturaleza y está pero sometida al principio de
sometido a sus leyes. En los seres huma- incertidumbre, y donde las nociones de
nos son naturales fenómenos como el holismo e interco- nexión funcionan en
hambre, la sed, el sueño, el nacimiento, base al caos, es decir, con un orden sin
la muerte ... La naturaleza tiene una periodicidad.1 Así, la es- tructura de la
organi- zación previa, es decir, no materia atómica con su nú- mero de
construida a posteriori, ni tampoco dada partículas cada vez mayores y con casi una
por sí misma. infinita variedad de simetrías, conduce a
El modo de gravitar la tierra en torno pensar que se deben abandonar viejas
al sol es una ley natural. Lo mismo que la certezas acerca de la naturaleza. Por otro
velocidad de la luz, la “ley de gravedad”, lado, en el macrocosmos, el universo se
y también la evolución de la materia muestra todavía lleno de incógnitas, y los
vivien- te que hizo eclosión en el ser científicos -al menos en esta fase del
humano. E igualmente son ley natural las conocimiento- se rehusan formular una
infinitas se- cuencias y cadenas de los única ecuación del universo.
cuatro nucleóti- dos (A,T,C,G) que La naturaleza está allí, frente y dentro
integran el Genoma Humano. de los hombres y mujeres que se esfuerzan
La naturaleza es opuesta a los seres por investigar sus leyes y su peculiar ma-
no determinados. Un objeto natural no nera de estar presente y de ser compañera
tiene artificios, sino sólo la forma que le de nuestra vida.
es da- da, sin posibilidad de variaciones En fin, el mundo es como es, o sea, es
excepto aquellas que les permiten su naturaleza. En su larga historia, los seres
programa- ción ya fijada una vez para humanos la enfrentaron a menudo como
siempre, inclu- so los funcionamientos una rival enemiga. Ahora las cosas se
caóticos e impre- visibles. han invertido: es la naturaleza que tiene
Los científicos que estudian y tratan frente a sí a hombres y mujeres
de comprender las leyes profundas de la agresivos, como enemigos que tratan de
na- fagocitarla.
1 Ha sido el científico W.F. Heisenberg (1901-1976) quien en 1927 formuló el Principio de Incertidum-
bre, a partir de la teoría de la naturaleza dual de la materia y del electrón.
26 / Victorino Zecchetto
mones, a las caries, a los hematíes... Con sencia del enfoque deconstructivista de
razón observó un antropólogo: “La nega- Derrida, según el cual, la comprensión de
ción de la Naturaleza en nombre de la un fenómeno social exige salirse del cen-
cul- tura, cayó del lado malo de la tro y prestar atención a los márgenes,
barricada”.4 apuntar a lo que suele ocultarse y que está
lejos del foco central. Si las lecturas
b) La cultura como actividad de sentido
cultu- rales hasta ahora, estuvieron
de grupos sociales referidas casi todas a “los centros”, ahora
Al contenido de cultura propio de los es preciso cambiar de punto de vista y
análisis antropológicos y estructuralistas, colocarse en los espacios y lugares no
debemos agregar las elaboraciones hechas dominantes.
por la fecunda corriente de los Estudios Esta idea se ha revelado particular-
mente fecunda en el estudio de aquellas
Culturales.5 Estos se originaron principal-
mente en Europa a partir de los movi- expresiones culturales de los grupos y
mientos culturales y sociales de los años cla- ses sociales marginadas, cuyos
1960. Sus elaboraciones teóricas en un discursos y creaciones manifiestan
primer momento, respondieron a la nece- oposiciones y con- trastes con las fuerzas
sidad de afinar numerosos conceptos bási- culturales oficiales y hegemónicas. A
cos, tales como poder, ideología, subcultu- menudo, expresan verda- deros
ras, hegemonía, etc., y que ya la corriente enfrentamientos de sentidos, de
marxista estaba utilizando, pero que ideologías o de intereses entre grupos o
aho- ra era necesario reelaborar, para estratos sociales, y esas pugnas y luchas to-
poder ha- cer nuevas indagaciones de man cuerpo precisamente a través de la
campo. cultura.
La contribución de los Estudios Cultu- También en los Estudios Culturales, el
rales, consiste, de modo especial, en sus significado de la palabra cultura, se aparta
análisis de las relaciones, los intercambios completamente del sentido clásico ilumi-
y las expresiones de sentido que se nista que la entendió como la posesión
gene- ran e interactúan entre los grupos, de instrucción o de conocimientos, para
las cla- ses, las razas, los géneros de la legi- timar la división entre personas
sociedad, dando especial realce a la “más cul- tas” y “menos cultas”. Por el
cultura de los grupos subalternos. Se contrario, los Estudios Culturales en
nota aquí la pre- coherencia con la realidad social hablan
de “prácticas cultu-
4 Terry Eagleton: La idea de cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales. Editorial
Paidós, Buenos Aires, Barcelona, 2001, p. 52
5 Las investigaciones conocidas bajo el nombre de “estudios culturales” (Cultural Studies) tuvieron su ini-
cio en Inglaterra (Universidad de Birmingham) desde la década de 1960. Sus figuras más conocidas son
R. Hoggart y Stuart Hall. De Gran Bretaña el interés por analizar los fenómenos culturales se extendió
sobre todo a los países de habla inglesa (Estados Unidos y Australia).
30 / Victorino Zecchetto
6 J. Martín Barbero: Procesos de comunicación y matrices de cultura”. Ediciones G. Gili, México, 1987,
p. 13.
7 Las investigaciones teóricas sobre “semiótica de la cultura” fueron iniciadas por estudiosos de Semióti-
ca de la Universidad de Tartu (Estonia) en los años 1960, con la participación también de profesores ve-
nidos de la Universidad de Moscú. El exponente más conocido de esta corriente es ciertamente Juri Lot-
man.
La danza de los signos /
Otra vertiente de estudio está consti- hogar, el arte, el deporte ,la política, la
tuida por la semiótica aplicada que ciencia, la religión, la técnica, los bailes de
inves- tiga los diferentes sistemas o carnaval, hasta las grandes producciones
productos culturales, sus lenguajes y mediáticas que se difunden a través de la
códigos concre- tos. Desde el urbanismo, tecnología de las comunicaciones masivas.
hasta los grandes códigos Pero si la semiótica se conecta con los
telecomunicacionales, pasando por las hechos culturales vistos desde la comuni-
artes, las producciones publicita- rias, los
cación, la pregunta previa es: ¿de qué ma-
ficcionales televisivos, la prensa escrita,
nera expresan los hombres y mujeres el
la radial, la música, el marketing,
sentido del mundo, de la vida y de todo lo
internet. La semiótica aplicada investiga
que hacen? Mediante el lenguaje. Ante to-
las correlaciones que modelan esas dife-
do con la verbalización. Con ella nosotros
rentes expresiones de la cultura, y estudia
designamos las cosas, elaboramos catego-
además los contextos extra-semióticos
rías de comprensión de los objetos y de los
condicionantes o relacionados con la se-
fenómenos del mundo, analizamos la rea-
miosis. Pensemos en un concierto de
mú- sica rock. Culturalmente se trata de lidad e interpretamos nuestras propias ex-
un texto construido como un universo periencias. Toda actividad cultural lleva
se- mántico con propiedades y formas implícito algún tipo de lenguaje, sobre to-
expre- sivas propias, y que al mismo do, el lenguaje verbal que nos diferencia
tiempo de- sarrolla nuevos sentidos de la naturaleza animal. En ese universo
según los contex- tos en que interactúa de signos se introduce la reflexión semió-
con otras coordena- das culturales. Valdrá tica en busca de las estructuras y de las
la pena indagar, por ejemplo, los planos manifestaciones de sentidos que expresan
combinatorios sintag- máticos y los lenguajes.
paradigmáticos de la música rock, las El lenguaje humano manifiesta que
convergencias o las diferencias con otros so- mos seres simbólicos, y que -en cierta
sistemas de significaciones mu- sicales me- dida- los símbolos guían nuestros
juveniles. Todo esto es material propicio com- portamientos. Toda respuesta
para los estudios de semiótica aplicada. simbólica va articulada en un sistemas
de significa- ciones sociales, a menudo
b) Lenguaje y sentido complejas y muy ajenas a la realidad
natural. Esta fun- ción simbólica del
Ya hemos señalado que todo lo cultu- lenguaje es la más des- tacada de todas
ral, es decir, aquello que de alguna las actividades culturales, porque,
mane- ra expresa la actividad creadora expresamente, condensa signifi- cados
de los hombres y mujeres, está envuelto para manifestarlos y compartirlos, es
de senti- do, desde el trabajo del campo, decir, para producir comunicación.
la vida de
La danza de los signos /
L ASEMIÓSFERA
LA
S E M I Ó S F A
Parteintegral
Parte integralde
dela
la cultura
cultura es
es también ambientesemiótico denominado “Semiósfera”
tambiénelelambiente
Con ese término se entiende al como conjunto de acciones comunicativas, el tejido social d
semiótico denominado “Semiósfera”.
Con ese término se entiende al como conjunto
de acciones comunicativas, el tejido social de las
informaciones y significaciones que se intercambian
constantemente los individuos y las instituciones a
nivel macrosocial, como también los pequeños grupos.
La danza de los signos /
***
Cultura : es todo lo que hacen y realizan las personas humanas para crear sus mo-
dos de vivir. Constituye un sistema integrado de normas o de conductas aprendidas que
guían la existencia. Es un fenómeno exclusivamente humano.
Bibliografía
Martín-Barbero Jesús
1987 Procesos de comunicación y matrices de cultura. Itinerario para salir de la razón dualista. Fela-
facs GG – México
AA.VV.
2000 Cultura popular y cultura de masa. Conceptos, recorridos y polémicas. Ed. Piados, Buenos
Aires.
Derrick de Kerckhove
La piel de la cultura. Investigando la nueva realidad
3
LOS VERICUETOS
HISTÓRICOS DEL SIGNO
2 Ver el clásico texto de Aristóteles sobre el signo en: Sobre la Interpretación (‘Perí hermeneias’), 16, 5.
3 Aristótles: Retórica, 1357 b, 15. Utilizamos la edición bilingüe preparada por Antonio Tovar, Instituto
de Estudios Políticos - Madrid, 1971
La danza de los signos /
sas, sólo designan cosas y por eso son sím- los movimientos y la retórica del lenguaje,
bolos convencionales para nuestra mente. ni tampoco hace una clasificación clara
En cambio, las proposiciones pueden ser de los signos.
verdaderas o falsas, por cuanto en ellas se
enlazan las palabras para afirmar o c) Los estoicos
negar algo; en una proposición nuestra
mente pone en relación la expresión El estudio del lenguaje y de la lógica
lingüística y la verdad, es decir, el ónoma acaparó grandemente la atención de los
con el logos. Al inicio de Sobre la filósofos estoicos de los siglos III y II A.C.,
interpretación se en- cuentra esta que arrojaron nueva luz sobre la com-
célebre definición: “Las ex- presiones prensión del signo. Su aporte consistió
orales son símbolos, y las pala- bras fundamentalmente, en intuir por
escritas son símbolos de las palabras primera vez -aunque no totalmente clara
habladas…, pero todas ellas son signos a causa de las premisas filosóficas en que
(semeia), son conceptos mentales igual basaron su pensamiento- la distinción
para todos los hombres, de la misma entre signo, significante y significado, casi
ma- nera que las cosas -que la lengua anticipándo- se a las modernas doctrinas
reprodu- ce- son las mismas. Por semióticas.
naturaleza y según su sonido, una palabra Los estoicos se refieren al signo lin-
no tiene ningún significado, sólo güístico como ente portador de un doble
adquiere uno cuando se convierte en componente: las palabras en cuanto ex-
símbolo, el significado que la convención presión dicha, y el contenido de las mis-
establece.”4 Para Aristóteles, pues, el mas. Ambos elementos se unen para refe-
signo es propiamente, la idea que rirse a una realidad distinta, el referente.
tenemos en la mente y que, por ser uni- He aquí un texto famoso de Sexto Empí-
versal, compartimos con nuestros seme- rico que explica la doctrina estoica al
jantes. En forma convencional las pala- res- pecto:5
bras representan los objetos: (“ta onómata “Tres cosas se juntan: la cosa
simbola…ton pragmatón” = las palabras significa- da, la significante y la que existe.
son símbolos de las cosas), y nuestra De éstas, la cosa significante es la voz,
mente capta la idea de las mismas. por ejemplo la palabra “Dión”; la cosa
En conclusión, la reflexión de Aristóte- significada es el mismo objeto que se
les sobre el signo es rica, pero no logra de- indica, objeto que nosotros percibimos
finirla claramente en relación con todos en su presentación
8 Este tema lo desarrolla con amplitud Valerio Cricco en su interesante trabajo: Semiótica agustiniana. El
diálogo El Maestro de San Agustín. Ed. Universidad de Morón, Buenos Aires, 2000, págs. 39-49.
9 San Agustín: De doctrina christiana. Lib. II, c. I, 1. Hemos utilizado la edición bilingüe preparada por
Balbino Martín. C.A.C. - Madrid 1969. En adelante las citas de Agustín son de este mismo volumen.
10 Ib. Lib. II, cap. II, 2. 3
11 Ib. Lib. II, cap. III, 4
46 / Victorino Zecchetto
por excelencia, ya que no hay otros que Los pensadores cristianos del
tengan tanta extensión y fuerza como medioe- vo en sus reflexiones sobre los
ellas: “Las palabras han logrado ser signos, bus- caban elementos que
entre los hombres los signos más manifestaran la ver- dad de Dios. De ahí
principales para dar a conocer todos los su interés en distin- guir entre el signo y
pensamien- tos del alma, siempre que el referente. Un enun- ciado es verdadero
cada uno quiera manifestarlos. (...) La por la lógica interna que lo sostiene,
innumerable multi- tud de signos con pero se refiere a algo fue- ra del mismo,
que los hombres decla- ran sus es la cosa exterior lo que ga- rantiza la
pensamientos, se funda en las pa- verdad de algo. Decía Anselmo de Aosta
labras, pues toda esta clase de signos (1033-1109): “Una cosa es verda- dera
que por encima he señalado, los pude cuando existe la cosa que ella enun-
dar a conocer con palabras, pero de cia.”14
ningún modo podría dar a entender las
Podemos decir que la escolástica
palabras con aquellos signos”.12 me- dieval estaba construida como un
Las reflexiones de Agustín sobre los saber semiótico global que penetraba
signos, sobre las palabras y la lengua, per- todo el pensamiento filosófico. Era una
mitieron en el futuro, construir toda una construc- ción de ideas cuya tónica
teoría lingüística. dominante la constituía la reflexión
sobre las represen- taciones de la
b) El Medioevo
realidad. Los estudios mo- dernos sobre
Los pensadores del medioevo los signos provienen de estas raíces
recogie- ron las ideas estoicas de los filosóficas medievales.
signos y pro- fundizaron con sumo Por razones de brevedad, aquí sólo
interés su estudio. Durante esos siglos re- cordamos algunos autores y
dominaba en occiden- te la filosofía doctrinas se- mióticas más relevantes.
escolástica, la cual reconocía tres ciencias:
la ciencia natural, la filosofía moral y la Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274)
lógica, ésta última era la doctri- na de los El estudio del lenguaje en Tomás de
signos: Logica est doctrina prin- cipaliter Aquino estuvo vinculado a su interés por
de signis (“La lógica es principal- mente determinar qué son -en su núcleo esen-
la doctrina de los signos”).13 cial- las palabras, vehículos de acceso al
conocimiento de la realidad. Las
palabras
12 Ib.
13 Frase del filósofo Leonino de Padua, citado por Wilfreid Nöth en “Panorama da semiótica, de Platâo
a Peirce”. Ed. Annablume, Sâo Paulo, 1998, p. 35
14 Anselmo de Aosta: De veritate, 11
La danza de los signos /
son una realización peculiar del signo, y su ne una significatividad indirecta, la pala-
función consiste en ser vehículo del bra interna o concepto posee un
cono- cimiento ¿Y qué es un signo? Dice significa- do directo e inmediato, y
Tomás: Signo es aquello mediante lo cual ambas son sig- nos.
alguien llega a conocer algo de otro.15
Aunque la definición subraya el aspecto Guillermo de Ockam (1280 – 1349)
cognoscitivo del signo, sin embargo para
Tomás de Aquino el signo abarca un gran Este fraile franciscano nació cerca de
número de fenómenos. Son signos las Londres y estudió en Oxford. Más tarde
palabras, pero también los brotes de las fue titular de una cátedra de teología y
plantas que anuncian la primavera o el pronto brilló por sus ideas. Acusado de
rubor del ros- tro que denuncia el sostener tesis de dudosa ortodoxia fue lla-
sentimiento de ver- güenza. En cualquier mado a Aviñón -donde residía entonces
caso, siempre son las palabras los signos la corte papal- para responder ante un
por excelencia. Ellas no son solamente tri- bunal disciplinar. Tras abandonar
vox, es decir, un sonido, pues también los Francia se refugió en Pisa.
animales emiten soni- dos. Son verba Su principal obra donde trató el tema
(palabras), porque poseen un significado del lenguaje es “Summa logicae” (1324).
simbólico para otro que las escucha. En Ockam fundamentó el conocimiento hu-
este punto Tomás sigue a Aristóteles que mano en la primacía de la experiencia in-
consideraba a las palabras símbolos que dividual. Denominó “conocimiento intui-
nombraban las cosas. La pa- labra, tivo” a aquel que poseemos de las cosas
entonces, es un símbolo significati- vo concretas, existentes y contingentes. Este
destinado a comunicar conocimiento. es el conocimiento fundamental del cual
Pero esto no es todo. En el signo-palabra se adquieren a continuación todos los
Tomás descubre algo que muchos siglos de- más, también el llamado
después volvería a analizar Charles “conocimiento abstractivo”, o sea, el
Peirce, y es que la palabra externa, es referido a muchos entes y que por tal
decir, la que se dice y pronuncia (locutio), motivo se hace univer- sal y necesario.
deriva de una palabra previa, el Por tanto, sólo las ideas mentales y las
concepto interior que es un signo cosas individuales son sufi- cientes para
inmediato de las cosas. Escribió Tomás explicar las ideas generales. La relación
de Aquino: Lo hablado es un signo objetiva entre esos conceptos y la realidad
audible de un concepto interior.16 Mientras exterior está asegurada por di- versos
la palabra exterior y hablada tie- niveles de similitud, que es uno de
15 Signun est per quod aliquis devenit in cognitionem alterius. -Summa Theologica I, 34,1
16 Locutio est signun audibile interioris conceptus. -Sum.Theol. II, II, 181,3
48 / Victorino Zecchetto
los conceptos centrales de Ockam. Es distingue, pues, los signos como “térmi-
esa similitud la que nos permite explicar nos mentales” de los signos en cuanto
tam- bién la existencia del tipo general de “términos orales y escritos” que son las
obje- tos. En síntesis, para Ockam la palabras. Los signos son ante todo “térmi-
realidad sólo es particular e individual, y lo nos mentales” necesarios para compren-
que lla- mamos “ideas universales” sólo der la realidad y comunicarnos. Las pala-
son “nombres”, pues no hay esencias bras que usamos a continuación son
específi- cas universales de los objetos. A para designar objetos distintos de ellas.
éstos sólo los designamos por medio de las Todo “término mental” -afirma el filósofo-
palabras, instrumentos de la mente “...es una creación del alma, que por su
humana me- diante la cual y con una serie natura- leza significa algo o consignifica
de relaciones lógicas, se les otorga un algo, ca- paz de formar parte de una
estatuto universal. Las ideas o conceptos proposición mental.”17 Como vemos,
sirven para aunar y sintetizar muchos Ockam tuvo una idea conceptualista del
entes individuales y cu- ya existencia con signo, como simi- litud entre las cosas y
características similares nos dan el los conceptos por medio de una relación
conocimiento intuitivo reitera- do y que mental, no media- tizada. El uso de las
se suele llamar “concepto univer- sal”, palabras como signos es sólo para
porque lo genérico y abstracto no tie- ne sustituir las cosas externas, lo importante
existencia. Este es el “nominalismo en cambio, es el acto del pen- samiento,
conceptualista” de Ockam y consiste en verdadero signo de carácter mental.
que el efectivo conocimiento del intelecto El pensamiento nominalista de
es meramente individual. No hay ni Ockam influenció profundamente la
entes ni leyes generales o universales. filosofía oc- cidental sobre el lenguaje. Lo
Sólo hay conceptos abstractivos que veremos rea- parecer bajo nombres
configuran juicios generales en torno a diversos en el pe- ríodo de la ilustración
múltiples se- res empíricamente del siglo XVIII, y en nuestros días, en la
conocidos. llamada “filosofía del lenguaje”, por ej.
¿Y los signos qué son? Ockam afirmó N. Goodman donde los contenidos
que los signos sustituyen las cosas exter- abstractos de los nombres, se disuelven
nas por un acto de pensamiento y que en meras construcciones lin- güísticas,
ese concepto mental -que él llama carentes de significaciones obje- tivas.
“término mental”- junto con la palabra -
denomina- da “término oral o escrito”-
es un signo;
17 Summa Logicae”. Además de distinguir entre “términos mentales” y términos orales y escritos”, Ockam
hace la diferencia entre términos “categoremáticos y sincategoremáticos”, términos “absolutos y conno-
tativos”.
La danza de los signos /
Juan de santo Tomás. (1589 – 1644) son ellos los que organizan nuestras expe-
riencias sensoriales y le dan forma a las
Fray Juan de Santo Tomás fue un do-
comunicaciones intersubjetivas humanas.
minico portugués que llegó a ser un emi-
Gracias a los signos podemos interactuar
nente profesor universitario. Sus obras
con el mundo exterior, confrontarnos
“De signis” y “Ars Logicae” contienen im-
con toda una red de fenómenos y de
portantes reflexiones sobre los signos,
conoci- mientos que nos llegan de las
ha tal punto que algunos estudiosos
cosas y de las personas. Asimismo los
conside- ran que hizo de la semiótica
signos son también los instrumentos
una proble- mática autónoma de la cual
adecuados que permiten la articulación
dependen to- dos los demás tipos de
formal de las ar- tes, de las ciencias y de
conocimientos. Va- rias de sus ideas son
la historia.
precursoras de cono- cimientos
El signo contiene, por tanto, dos face-
semióticos que sólo en el siglo XIX y XX
tas, una instrumental, porque es un medio
volvieron a aparecer.
y vehículo de comunicación, con una di-
Este filósofo al hablar del trabajo de
námica dirigida a los procesos de
la mente humana, observa lo siguiente:
interac- ción ; y otra faceta interior,
“el intelecto conoce por conceptos
formal y cog- nitiva, ya que el signo sirve
significa- tivos que son expresados por
para dirigir la mente al conocimiento de
sonidos sig- nificativos, y en general
las cosas, a dar- se cuenta de lo que son en
todos los instru- mentos que usamos para
conocer o hablar con signos; por tanto sí mismas, y así permitirnos una mejor
para que el Lógico conozca con exactitud adaptabilidad al mundo. Son los signos
sus instrumentos, es necesario que los que nos facul- tan realizar en forma
también conozca que es el signo. (...) Por indirecta esas tareas, por la índole de
eso me pareció mejor ex- presar ahora mediación que poseen.
aquellas cosas destinadas a exponer la Al inicio de su Ars Logicae, Juan de
Santo Tomás dice que el signo es “aquello
naturaleza y la división de los signos.”18
que representa la potencia cognoscitiva de
Al definir los signos como “los instru-
alguna cosa diferente de sí”. Acá se marca
mentos que utilizamos para el conoci-
una clara diferencia con la definición de
miento o para hablar” (omnia instrumen-
San Agustín que consideraba el signo
ta quibus ad cognoscendum et loquendum
sólo en su carácter instrumental, como
utimur...) Juan de santo Tomás afirma que
una forma presente a los sentidos para
hacer surgir otra cosa.
19 Descartes René: Discurso del método (1637). Edic. Aguilar, Buenos Aires, 1972. 6a pte. p. 96; 4a pte. p. 74
20 Ib. 4a pte. p. 69
La danza de los signos /
21 Para mayores informaciones ver de AA.VV. bajo la dirección de Yvon Belaval: Racionalismo, Empirismo,
Ilustración. Siglo XXI Editores, México 1976 p págs. 44-46.
52 / Victorino Zecchetto
Cabe agregar que las obras de Port- vando al máximo su nominalismo Hob-
Royal han sido utilizadas también en ple- bes afirma que las ideas universales no son
no siglo XX por Noam Chomsky para re- más que palabras:: “El género y el (concep-
flexionar sobre la gramática generativa del to) universal de los nombres, no son cosas
lenguaje. sino nombres”.22 Las palabras son de dos
clases: unas que designan un solo objeto o
b) El empirismo inglés
individuo (por ejemplo, el nombre
Tomás Hobbes (1588 -1679) propio María), y otras que sirven para
indicar conjuntos correspondientes a las
Hobbes se destacó más por sus ideas universales (por ejemplo, el
doctri- nas políticas que como filósofo. término co- mún niños). En síntesis, para
Sin em- bargo su pensamiento – en Hobbes, las palabras son signos de los
relación con nuestro argumento semiótico conceptos que sirven para conservar los
- representa la postura racionalista y pensamientos en la memoria y
estrictamente no- minalista del problema comunicarlos a los demás.
de los signos. Se- gún Hobbes toda la
realidad es sólo cor- pórea y para John Locke (1632-1704)
conocerla podemos aplicarle el método
A John Locke le interesó investigar el
de las operaciones matemáticas propio de
mecanismo del conocimiento humano.
la indagación de las cantidades, del
Siguiendo la tradición de Th. Hobbes
movimiento y de la división de los
par- tió del mundo sensible para teorizar
cuerpos. En cambio la filosofía versa sobre
las palabras, ya que se trata de combinar sobre la estructura del entendimiento.23
con lógica los términos que usamos. Las Según Locke el punto de arranque
palabras son propiamente signos de las pa- ra cualquier forma de conocimiento
ideas antes que de las cosas, y es la pro- viene de la experiencia, no de
lógica la ciencia que enseña su correcta alguna idea innata, como creían los
combi- nación. Cualquier signo que se cartesianos. Nada hay a priori en el
forma en nuestra mente tiene su origen conocimiento, al contra- rio, todo brota
en la expe- riencia, y después de un de los datos que nos pro- porcionan los
proceso de selec- ción y combinación sentidos, y sólo a través de ellos es
acabamos expresan- do todos los posible acceder a las ideas: “Los objetos
fenómenos con palabras. Lle- externos proveen a la mente de ideas
de las cualidades sensibles... y la
34 Gian Battista Vico: Scienza Nuova, en Opere. Ed.Ricciardi, Milano-Napoli, 1953. La traducción es
nues- tra.
35 Ibídem
56 / Victorino Zecchetto
36 Cabe citar aquí: Lettres sur les aveugles à l’usage de ceux qui voient (1749). (En español: Carta sobre los
ciegos. Ed. La Piqueta, Madrid.) La publicación de esta obra le valió a Diderot seis meses de cárcel.
En 1752 escribió Lettres sur les sourd-muets , y en 1772 Essai de peinture.
37 Se trata de Philosophia prima, sive Ontología. (1729).
La danza de los signos /
38 La obra principal de Lambert se titula Neues Organum (1764) (Nuevo Órgano), y consta de seis volú-
menes. Es un intento de poner las bases para la investigación y el conocimiento. Todo el conjunto
está dividido en cuatro partes, y la tercera se llama precisamente Semiótica, donde trata de los signos y
len- guajes, o sea, las características externas que asume la verdad.
39 Cita reportada por Guillermo Fraile en Historia de la Filosofía, vol. III – BAC, Madrid, 1966, p. 985.
40 En Extrait raisonné du traté des sensations, III. (Editado en París 1777).
58 / Victorino Zecchetto
tónomo, sin relación alguna con una su- Gottlob Frege (1848 – 1925) es forzoso
puesta matriz universal, aunque la capaci- nombrar a este pensador alemán, profesor
dad para producir signos lingüísticos la de matemáticas y uno de los más
tienen todos los pueblos. Cada lenguaje es grandes lógicos de su tiempo, aunque
un sistema único e individual, los signos vivió muy aislado y en frecuentes
y los sonidos verbales carecen de polémicas con va- rios colegas de la
sentido, sólo lo adquieren una vez que Universidad de Jena. Frege estudió un
entran a formar parte de una estructura lenguaje específico, el de las matemáticas
idiomáti- ca, gracias a la función del y su esfuerzo lo dedicó a la construcción
pensamiento y la mente humana que es de un lenguaje lógico- simbólico basado
capaz de cons- truir reglas y gramáticas. en ellas.45
Por tanto una lengua está constituida En relación con nuestro tema, de Fre-
por una estructu- ra general (dada por la ge interesa retener su fundamental distin-
mente) y por una forma individual (dada ción entre “sentido y significado”. El “sen-
por cada indivi- duo). Vemos aquí en tido” es la representación conceptual de
ciernes, la futura dis- tinción que hará algo, es aquello que piensa o capta el suje-
Saussure entre “langue” y “parole”. to acerca de una determinada proposi-
Los idiomas, afirma Humboldt, son ción; en consecuencia el sentido es depen-
dinámicos y en continua evolución, por- diente de la subjetividad de la persona. En
que dependen del espíritu humano que cambio, muy distinto es el “significado” de
permanentemente va formando léxicos, esa misma proposición si se la considera
reglas sintácticas y semánticas. La lengua como algo totalmente independiente de la
es un fenómeno histórico, tiene un mente del sujeto; en este caso el significa-
deve- nir que depende de la mentalidad do está referido al mundo de objetos ob-
y de la sensibilidad de cada pueblo, jetivos y lógicos. Por tanto es posible cons-
resulta iluso- rio buscar en ella formas o truir un lenguaje riguroso hecho de sig-
esquemas uni- versales. nos con “significados” que expresan la
Este fuerte historicismo lingüista de verdad o la falsedad de las cosas y como
Humboldt introdujo en varias investiga- valores independientes de las opiniones
ciones posteriores, un enfoque relativista individuales o subjetivas. La noción de
que, en cierto modo, perdura hasta hoy en significado resulta crucial en toda la con-
algunos apasionados debates científicos. cepción del signo en Frege, de donde eli-
mina todo rastro psicológico y asume un
45 Las principales obras de G. Frege son: Ideografía (1879), Fundamentos de la aritmética (1884),
Función y objeto (1892). En español se puede leer Estudios de semántica. Ed. Aries Madrid 1965,
donde se en- cuentran los escritos de Frege de 1891 y 1892 sobre “sentido y significado”.
La danza de los signos /
***
***
Palabras claves para recordar
Semeion (semeion): término griego para indicar los síntomas de una enfermedad.
Más tarde se usó para referirse a los signos en general (= semeia). De esta palabra deri-
va también el término moderno “semiótica”.
Nominalismo: doctrina iniciada por G. Ockam cuyo núcleo sostiene que nuestras
ideas o conceptos generales son meros “nombres”carentes de cualquier referente obje-
tivo. Los signos son, entonces, esencias nominales, un conjunto de elementos (como su-
cede con nuestras palabras) que retenemos como pertenecientes a una cosa, son cons-
trucciones mentales para fines prácticos.
Gramática general y gramática particular: teoría del grupo de Port Royal según la
cual existiría en cada persona un esquema o matriz gramatical general y que la
habili- taría para el aprendizaje de las gramáticas particulares construidas por cada
lengua. Es- ta concepción se basa en la filosofía de las “ideas innatas” (Descartes). En la
actualidad ha sido retomada por la llamada “gramática generativa” (N. Chomsky).
Bibliografía
Eco Umberto: Semiótica y filosofía del lenguaje.
1990 Editorial Lumen, Barcelona -1990 (Sobre la concepción del signo en la antigüedad: pág. 30
a pág. 59).
Nöth Winfried:
1998 Panorama da semiótica. De Platao a Peirce. Annablume Editora, Sao Paulo, Brasil.
Quezada Oscar M.
1996 Semiosis, conocimiento y comunicación. Universidad de Lima. Fondo de desarrollo edito-
rial. (Los primeros cinco capítulos hacen un recorrido sobre el concepto de signo, desde la
antigüedad hasta Kant.)
Calabrese Omar
2001 Breve storia della semiótica. Ed. Feltrinelli, Milano. Por ahora es la obra más completa y es-
pecífica sobre el tema.
4
LOS SIGNOS
1. La pista semiótica en torno a los signos bir con los sentidos, lo que experimenta-
mos con los sentimientos, o pensamos
Aunque parezca sencillo el fenómeno
con la mente.
del signo resulta ser, en el momento de re-
Y podemos seguir indagando: ¿qué
flexionar sobre él, uno de los problemas
son “todas las cosas”?, ¿cuál es el horizon-
filosóficos más complejos y difíciles. Lo
te común que abarca toda la realidad?
hemos constatado en el capítulo
Así llegamos a la pregunta filosófica
anterior al narrar el esfuerzo intelectual
acerca del “ser”, es decir, aquello por el
que de- mandó a lo largo de la historia.
cual algu- na cosa “es”. No podríamos
Nos pode- mos preguntar: ¿Cuál es el
percibir ni pensar nada si no hubiera
origen de los signos? ¿Por qué tenemos
alguna cosa, es decir, si no hubiera ser.
necesidad de crear signos? O de manera
También la nada, el “no ser” lo captamos
más directa to- davía: ¿Por qué habla la
como algo pensa- ble, en la medida que
gente?
la damos forma mental y por tanto como
Sobre estas cuestiones hagamos, al me-
si fuese algo existente. El ser es el
nos, una reflexión general.
fundamento de cuan- to puede existir, de
Apenas la persona humana se coloca
lo que podemos hacer o imaginar. Es lo
ante el mundo (o ante sí misma como
que está allí y que posi- bilita cualquier
parte del mundo), se da cuenta que exis-
actividad humana, física, psicológica,
ten cosas. Y entre las cosas que existen, es-
afectiva o mental.
tá ella misma como ser humano que perci-
¿Qué tiene que ver todo esto con los
be cosas. Nosotros no podemos estar en el
signos?
mundo sin captarlo como realidad. La rea-
Tiene que ver, porque también como
lidad se nos impone como un dato nor-
trasfondo de toda actividad sígnica se
mal y primero. Pero cuando nos interro-
ha- lla la realidad del ser, la realidad de
gamos “¿qué es la realidad?”, la respuesta
todo aquello sobre lo cual es posible
primera y espontánea es: “son todas las
decir algo o simplemente pensarlo y, en
cosas”, o sea, todo lo que podemos
consecuen- cia, representarlo con
perci-
signos. Las cosas
66 / Victorino Zecchetto
que existen y con las cuales entablamos cial, y por ello sirven como instrumento
relaciones (aunque sean meramente de comunicación.
lógi- cas), son el fundamento de la En primer lugar el signo ofrece datos
posibilidad de los signos, porque éstos, en so- bre la realidad representada, es un
último tér- mino, también son “seres”. Si conjun- to de elementos que están en
queremos tener un contacto significativo lugar de otra cosa y que la designan. Los
con la rea- lidados o sea, con el ser y los datos que en- trega el signo son ante
seres, nos ve- mos obligados a construir todo la imagen del elefante reproducida
otros seres lla- mados “signos” y ellos en la mente del niño. Esa imagen mental
nos permiten cap- tar las cosas con algún no es el animal real, si- no sólo una
significado. Por es- te motivo los signos, “copia” con algunas caracte- rísticas - no
antes de ser estudia- dos por la nueva todas - del corpulento mamí- fero con su
ciencia de la semiótica – lo hemos visto - larga trompa y grandes orejas.
fueron desde la antigüe- dad, objeto de El signo, además, es una interpretación
la curiosidad filosófica. de la realidad representada.
Pongamos el siguiente ejemplo. Un El chico agrega o no toma en cuenta
ni- ño visita el zoológico y se detiene con otras cosas al comentar lo que ha visto so-
cu- riosidad a mirar los elefantes. Al día bre los elefantes. El signo es siempre tam-
si- guiente en la escuela le cuenta a la bién una hermenéutica, es decir, la inter-
maes- tra lo que vio. Esta lo invita a pretación de algún sentido que tiene la
describir co- mo son los elefantes que ha realidad conocida. Cada vez que pensa-
visto. Con to- da probabilidad el chico mos o imaginamos alguna realidad,
narrará algunas de las características del hace- mos una reproducción mental de
paquidermo, y además, añadirá otras a la mis- ma, pero bajo el aspecto o la forma
modo de comen- tario e impresiones. Lo en que nuestra mente la percibe, y por
que hizo el chico con sus palabras es tanto in- terpretamos las informaciones
seleccionar y estructu- rar signos recibidas. La percepción del ser (sea éste
lingüísticos, para comunicar su real, pensa- do o imaginado) inicia
experiencia, o sea, para expresar un signi- nuestro diálogo con las cosas, y los signos
ficado. son un modo de apropiarse y de
interpretar el mundo.
2. Naturaleza, rasgos y vocación
En conclusión el signo es un
de los signos simulacro de la realidad que comienza
Este sencillo episodio del chico que en nuestra mente. Es correcto decir,
cuenta su visita al zoológico nos da pie entonces, que el pensamiento, la idea, es
para explicar la naturaleza de los signos, un signo, porque está en lugar de otra
que son, recordémoslo, un fenómeno so- cosa, de cualquier en- te percibido dentro
o fuera de nosotros, o simplemente
creado por nuestra fantasía.
La danza de los signos /
Pero también son signos muchos otros - Debe referirse a algo diferente de sí
objetos construidos con el propósito de mismo (advierte sobre la presencia
estar en lugar de otras cosas: una foto, la de un virus),
señal vial, un gesto para saludar... y todo - Alguien debe reconocerlo como tal, o
aquello que podemos tomar convencio- sea, como signo (yo capto el significa-
nalmente como signo. do).
Llegamos a la definición clásica del
signo: aliquid stat pro aliquo (algo está en Hemos de agregar en seguida que esta
lugar de otra cosa), y aparece así su explicación descarnada de la estructura
dimen- sión relacional: un objeto presente del signo, no da cuenta de todo lo que
se rela- ciona con otro que está ausente. puede efectivamente desencadenar un sig-
Esa rela- ción, sin embargo, requiere de no a nivel comunicativo. A menudo, los
alguien que percibe la línea de conexión signos instauran una red de sentidos que
entre los dos objetos, es decir, alguien va más allá del simple “reemplazar cosas”,
que actualice la realidad del signo. porque la semiosis es un fenómeno social,
Tenemos entonces este juego de y los signos se mueven al interior de con-
relaciones: “A” está por “B” y esa textos, donde existe una constante y com-
sustitución es reconocida por “C”. Lo pleja interacción comunicativa. Los sig-
que equivale a decir que “A” es signo de nos, pues, no son entes abstractos, sino
“B” y lo percibe “C”. Según este esquema elementos de uso vital, sometidos a conti-
cual- quier cosa puede asumir una nuos reconocimientos a veces caprichosos
relación síg- nica, con tal que “esté en y bizarros.
lugar de…” y “para alguien” al que se La realidad de los signos instaura el
destina. problema de saber qué condiciones son
Otra faceta de la estructura del signo la las que dan lugar al reconocimiento de los
podemos ilustrar analizando el siguiente signos, al mecanismo por el cual el
ejemplo. Enciendo mi computadora, in- sujeto separa los objetos en “simplemente
troduzco un disquete y me dispongo a cosas” y en “cosas signos”. Sobre esto
es- cribir. De pronto la máquina emite volveremos más adelante.
un so- nido parecido a una alarma. Es la
adver- tencia de que hay un virus; he 3. Dos enfoques sobre el signo
percibido un signo y debo tomar las
precauciones necesarias. Me pregunto: En la historia de la semiótica han sur-
¿por qué ese so- nido lo capto como un gido varios modos de conceptualizar los
signo? Porque todo signo tiene - elementos que componen la estructura
semióticamente- las siguien- tes tres del signo. Vale la pena presentar las dos
características. corrientes más conocidas en la actualidad.
Los otros intentos teóricos aparecidos
- Una forma física por la cual se hace
perceptible a los sentidos (el sonido de
alarma),
68 / Victorino Zecchetto
Por sí solo un signo no tiene valor, es ción del signo”, afirmaban que hay que
necesario juzgarlo dentro de un sistema ubicar al lenguaje - y por tanto también
o estructura que es la lengua. Allí entra los signos - dentro de una semiología en-
en relación con otros signos y se vincula tendida como un proceso de comunica-
con los demás elementos de todo el ción y no como una ciencia que estudia
sistema lingüístico. un sistema de signos. En consecuencia -
El signo como fenómeno binario, fue afirmaban- que los signos en sí mismos
estudiado también por el lingüista danés no tienen razón de ser, se disuelven y lo
Louis Hjelmsev (1899-1963).3 Igual que que cuenta es la dinámica de las
Saussure distinguió en el signo dos significa- ciones. En rigor de verdad, esta
aspec- tos que llamó la forma de la crítica hoy no se sostiene, porque aparece
expresión y la forma del contenido, para claramente parcial, ya que -si
indicar, respec- tivamente, el plano teóricamente tuviese plena validez- se
sensible y material y la dimensión refiere exclusivamente a una categoría
inmaterial o conceptual del signo. de signos, a los lingüísticos. Pero
Debemos decir que cuando se sabemos que los lenguajes desbordan la
comen- zó a aplicar esta noción a los lengua y tienen una dimensión mucho
signos audio- visuales, especialmente al más amplia y dinámica. Es cierto que los
iconismo, apa- recieron de inmediato las signos actúan dentro de la movilidad se-
dificultades de trasladar al campo de las mántica propia de los procesos diacróni-
imágenes lo que es propio de las cos que le infligen cambios a los lenguajes,
categorías lingüísticas. Es- te problema lo sin embargo no se puede negar que cada
exploraremos en el capítu- lo sobre la signo posee también una base sincrónica
imagen icónica. fija y una propia estructura inmanente, y
Por último, en referencia al pensa- eso sucede también con los signos lingüís-
miento semiológico de Saussure, debemos ticos.
recordar que su teoría lingüística del signo La comprensión adecuada de los sig-
levantó una polémica, cuando algunos se- nos, requiere además, tomar en cuenta
miólogos comenzaron a afirmar que la la larga reflexión e investigación
noción saussuriana de signo era histórica que se ha hecho sobre ellos.
ambigua, y que no es posible seguir Por este mo- tivo nos detuvimos en el
sosteniendo que la lengua es un sistema capítulo anterior, a presentar una síntesis
general de signos.4 Los críticos y de la evolución de la noción de signo a
propiciadores de la “disolu- través de los siglos.
3 Ver en español su importante obra: Prolegómenos a una teoría del lenguaje. Ed. Gredos, Madrid, 1980
4 Nos referimos a algunos exponentes de la Escuela de París de los años 1960-70, como A.J. Greimas
y R.Barthes.
70 / Victorino Zecchetto
5 Ch.Peirce: Lecciones sobre el pragmatismo. Ed. Aguilar, Buenos Aires, 1978, p. 32. El conjunto de las obras
de Charles Peirce comenzaron a ser publicadas en 1931 bajo el nombre de “Collected Papers”.
Recientemente, desde 1997, Indiana University Press viene publicando una edición crítica de los
escritos de Peirce, que en el año 2000 ya tenía siete tomos.
La danza de los signos /
emergen y se hacen presente en él, sus vista pragmático, o sea, como si se tratara
tres elementos formales. de una “cualidad” que se manifiesta en
Sin embargo el signo no es un ente particulares efectos sensibles producidos
ais- lado. Su composición triádica, se por las cosas que la integran. La realidad,
inserta en el conjunto de las ideas puesta en conexión dinámica con estas
semióticas de Peirce, y para tres categorías fundamentales lógicas,
comprenderlo en forma adecuada hay permite “encontrar la raíz de toda verda-
que ubicarlo en el marco global de su dera distinción del pensamiento, por
filosofía. En ella el soporte teórico, sutil que sea”6 Y en este universo lógico, es
consiste en una clasificación feno- cla- ro que también el signo deba asumir
menológica de toda la realidad en tres la modalidad triádica. He aquí los tres
ca- tegorías fundamentales: ele- mentos que, según Peirce,
La primeridad: es la categoría que da conforman el signo:
cuenta de lo indefinido de las cosas, es el
sentimiento o impresión primera (fee- a. El representamen: es lo que funciona
ling), antes de toda determinación o como signo para que alguien lo perci-
con- creción del ser. Son las cualidades ba, o sea, la cosa que funge de signo, el
puras e indeterminadas de los entes. Por signo mismo como tal, por ejemplo,
ejemplo, “la rojidad”. las palabras de un idioma que han
La secundidad: es la categoría de la sido creadas para ese fin. El
re- lación con la primeridad, o de un representamen está siempre en lugar
fenóme- no de primeridad relacionado de otra cosa, es el sustentador o
real o ana- lógicamente con otro. Es la portador de esa cosa pa- ra los que
toma de pose- sión (struggle) de la han de verla o considerarla en el
concreción experien- cial. Por ejemplo signo.
“el rojo” de un objeto concreto. b.El interpretante: es la idea del repre-
La terceridad: es la categoría que regu- sentamen en la mente del que
la la unión y la síntesis de la primeridad percibe el signo, o sea, es un efecto
con la secundidad, es la ley, la convención mental cau- sado por el signo (otra
que conecta dos fenómenos entre sí. Por idea del signo), apenas se inicia el
ejemplo, las palabras para decir: “Este pa- proceso de semiosis a través del
pel es rojo”. representamen. En defini- tiva, el
interpretante es otra represen- tación
Notemos que la noción de “realidad”
referida al objeto signo, es un
debe ser interpretada desde el punto de
significado de los significantes.
7 Para una exposición de síntesis del pensamiento de Peirce ver V. Zecchetto y otros: Seis semiólogos en
busca del lector. - Edic. Siccus-La Crujía, Buenos Aires, 1999. Más explayado y completa es la obra de
Gérald Deladalle: Leer a Peirce hoy. Gedisa Editorial, Barcelona, 1996.
La danza de los signos /
EL SIGNO
Es todo lo que está en lugar de otra cosa y la significa. Es la marca de una intención de comunicar
un sentido. El sig nosede origina de la situación binaria “presencia – ausencia”.
La reflexión sobre el signo lleva a descubrir en él tres componentes:
La cosa o fenómeno que denota el signo: Objeto (Ch.Peirce),
Denotatum (Ch.Morris), Referente (Ogden-Richards)
C
A B
Plano del contenido:
Marcas semánticas.
Persona que capta la relación entre A,B,C
Los signos van dirigidos a destinatarios que los reconocen e interpretan. Los perceptores hacen una lectura
Denotativa y connotativa de los signos. Su comprensión exige el conocimiento del código, o sea del sistema
de reglas que rige la estructura de los signos.
De
74 / Victorino Zecchetto
8 G.Fregue publicó en 1892 un artículo sobre este tema: Sinn und Bedeutung (en: “Zeitschrift für
Philosofie und philosophische Kritik”).
La danza de los signos /
9 O.Ducrot y T. Todorov: Dictionnaire encyclopédique des sciences du langage. Editions du Seuil, Paris,
1972. Voz Signe. La traducción es nuestra. Existe la traducción española de esta obra: Nuevo diccionario
enciclopédico de las ciencias del lenguaje. Ed. Arrecife, Madrid, 1998
76 / Victorino Zecchetto
10 Sobre el signo como unidad cultural, ver U. Eco: Signo. Edit. Labor, Barcelona,1994, pág. 177.
La danza de los signos /
a) Las funciones según Roman Jakobson maestra que diga a los chicos: “Presten
(1896 -1982) atención, les voy a explicar de nuevo.”
Son conativos todos aquellos mensajes
Una de las más conocidas clasificacio-
destinados a mover al sujeto a actuar. Con
nes de las funciones de los signos es la que
esta función, entonces, el emisor presta
elaboró el lingüista ruso emigrado a
atención sobre todo a los destinatarios.
Esta- dos Unidos, Roman Jakobson.11
Este investigador hizo un elenco de Fática: es la función centrada en el
seis funciones de los signos y lenguajes se- ca- nal con el fin de asegurar el contacto
gún la ubicación que adquieren dentro y la relación con los demás. Los saludos
de un modelo de comunicación, en el cum- plen un rol fático, porque buscan
cual se distingue: ante to- do conectar a los interlocutores.
Igual fi- nalidad tienen las expresiones
Emisor (sus intenciones), de enlace conversacional: “sí, claro, por
Los Códigos y las formas, supuesto...”, o bien el diálogo
El canal por el que pasa el mensaje, intrascendente sobre el estado del
El mensaje o contenido, tiempo para mantener la co-
El referente u objeto. municación. Esta función tiene escaso
El preceptor (sus reacciones y efectos contenido informativo y en cambio
del mensaje). posee una alta redundancia, porque lo
Aunque Jakobson pensó estas catego- que inte- resa es la comunicación misma.
rías en relación con su funcionamiento La publi- cidad comercial suele usar este
dentro de la lengua, sin embargo se perci- tipo de función, cada vez que hace
bió que son aplicables también a otros hincapié en es- trechar lazos de amistad y
ti- pos de lenguajes, como el gestual y el benevolencia con los consumidores.
au- diovisual. Hoy esta clasificación se usa Referencial: Sirve para designar obje-
pa- ra interpretar las diversas clases de tos, personas, hechos, noticias,
textos y mensajes que emiten y difunden fenómenos, etc. Los mensajes
los me- dios de comunicación social. referenciales tienen que ver con los
He aquí las seis funciones de Jakobson: referentes del signo, sus contex- tos o
circunstancias. Su rol es, pues, referir y
Conativa: sirve para establecer el con- denotar. Los libros de textos, los noticie-
tacto entre el emisor y el destinatario. Una ros televisivos, las crónicas de los diarios y
los documentales de cine, hacen un abun-
dante uso de mensaje referenciales.
11 Ver por ejemplo, la clasificación de U. Eco en: Signo,, Barcelona, Ed.Labor, 1994,pág. 64.
La danza de los signos /
mos, son fruto de una actividad humana nos, excepto con la palabra, se puede
socializada por la cual se crean objetos o ex- presar la siguiente situación: “Aquel
se asumen cosas, fenómenos o hechos, chico quedó huérfano de padre ayer”? O
con el fin expreso de designar otras bien este pensamiento: “La pedagogía
cosas ausentes. En consecuencia, no debe ser crítica”.
existen propiamente signos naturales. Muy difícilmente se lograría dar a co-
Pero desde el momento en que un gru- nocer estos mensaje sólo con gestos o
po humano decide utilizar, por ejemplo, el imágenes. El lenguaje verbal imbuye la ca-
humo para emitir mensajes, de inmediato si totalidad de la comunicación humana.
ese humo deja de ser sólo un producto Por cierto que las palabras no agotan to-
de la combustión y pasa a convertirse en dos los signos, pero de hecho están pre-
un fenómeno cultural y sígnico sentes en cualquier clase de actividad
compartido, para desarrollar una co- municativa. Un noticiero televisivo
actividad de semio- sis. Lo específico del no tendría sentido sin la palabra que
signo no es lo natural en sí, porque la explican las imágenes. Tampoco le gusta
naturaleza carece de sig- nos, sino “la a la gente ver un partido de fútbol
convención cultural” creada en el seno transmitido en directo, sin los
de la sociedad, para designar a alguna comentarios hablados de los locutores.
cosa como signo. También con las palabras se realizan casi
todos los mensajes metalin- güísticos,
b) Signos verbales y no verbales
que ocupan gran parte de las co-
Para el uso pedagógico y educativo, municaciones científicas y tecnológicas.
parece preferible clasificar los signos en En conclusión, es la palabra el vehí-
dos grandes grupos: culo normal y más usado en la transmi-
sión de los pensamientos y de los relatos
Signos verbales: son los más numero- sobre las actividades humanas y lo que pa-
sos, abundantes y también los más utiliza- sa en el mundo.
dos en todas las sociedades humanas.
Prácticamente no hay actividad de Los signos no verbales: incluyen todos
comu- nicación sin la palabra, y casi todas los demás signos que se generan en las so-
las de- más formas de semiosis la ciedades humanas: imágenes de cualquier
incluyen. Los signos lingüísticos son tipo y género, símbolos figurativos,
imprescindibles especialmente cuando se musi- cales, señales fónicas, logos,
trata de describir o de expresar ideas señales de tránsito, gestos o
abstractas, estados de cosas o situaciones movimientos conven- cionales, etcétera.
anímicas interiores, psicológicas o Los medios de comunicación social,
espirituales ¿Con qué sig- difunden muchos mensajes “audiovisua-
82 / Victorino Zecchetto
nos para el mundo invisible del ser, y hay 7. Las dinámicas combinatorias de los
palabras y signos que nos hablan de ese signos
mundo que cambia, que se construye y se
derrumba, evolucionando según la lógica En el sistema de los signos nada está
del tiempo. Este último es el mundo que aislado, sino que los diversos elementos se
más sentimos, es mi mundo y el del otro integran funcionalmente. Esto es observa-
con el que me comunico y con el cual ble especialmente en las lenguas. Saussure
transcurro mi vida cotidiana, es el utilizó el modelo binario para distinguir e
mundo temporal donde se va integrar el plano de los significantes con el
deshilvanando mi existencia, donde se plano de los significados. Pero en el
desgastan mis horas, mis días y mis años. juego del tablero estructural de los
¿Cuáles son los lenguajes que mejor signos, ob- servó además la presencia de
nos permiten comunicarnos con el mun- otros ele- mentos o ejes combinatorios
do y los demás? binarios, y de ese modo introdujo los
¿Qué buscamos, en definitiva, conceptos de sintagma y el paradigma,
cuando nos comunicamos? la diacronía y la sincronía. Aunque estas
¿Cómo generar signos que expresen nociones han te- nido en primer lugar
los deseos más buenos del ser humano? una aplicación lin- güística, más tarde los
¿Es posible eliminar los signos y los estructuralistas ampliaron su sentido y
símbolos de destructividad humana? hoy se utilizan aplicados a otros
¿Qué signos vale la pena enseñar y fenómenos de semiosis. Explicamos, en
crear para que sean pedagógicamente síntesis, el sentido y alcan- ce de esas
atrayentes? nociones.
Los signos tienen necesariamente un
ritmo de vida dinámico y cambiante. Los a) El despliegue temporal del signo:
hay que, por su rol operativo y universal, su sincronía y diacronía
tienen una larga duración, otros en cam-
bio, son efímeros y desaparecen al poco El término sincronía (del griego “sin
tiempo de haber nacido. La cultura huma- crono” = junto con el tiempo), significa
na es una ininterrumpida fábrica de sig- sólo contemporaneidad, y se asume como
nos, pero es también un cementerio criterio para el estudio sistemático de los
don- de el tiempo va sepultando signos o hechos lingüísticos y asumirlos
aquellos que ya nadie usa y que están como un sistema organizado actual en
destinados a de- saparecer. un espacio dado. En el estudio de la
lengua “una sincronía dura varios
cientos de años y comprende
transformaciones in-
84 / Victorino Zecchetto
13 A.J. Greimas, J. Courtés: Semiótica. Ed. Gredos, Madrid, 1990. Voz “Sincronía”, p.380.
14 Ib. Voz “Diacronía”, p. 120.
La danza de los signos /
15 Ferdinand de Saussure: Curso de Lingüística general. Ed. Planeta-Agostini, Buenos Aires, 1993, p. 175.
86 / Victorino Zecchetto
17 Ib., p 173
18 R. Jakobson: Essais de linguistique genérale, Paris, 1963. Traducción española: Ensayos de lingüística gen-
eral. Seix Barral, Barcelona, 1981.
La danza de los signos /
ción de los signos de las producciones me- vertical, es decir, al paradigma del texto en
diáticas se basan en los juegos y cuestión.
combina- ciones de sintagmas y En los medios masivos, se puede partir
paradigmas. Así, en el abundante distinguiendo dos clases de productos: los
material de ficción (tome- mos el caso ficcionales y los no ficcionales. Y dentro
de un dibujo animado cómi- co de Walt de ambos tomar en cuenta los paradigmas
Disney), los sintagmas (tanto en el plano de los “géneros”, para luego enfocarlos
de los significantes como de los desde la perspectiva estructural y
significados), son combinados para dar narrati- va.
vida “al género”, es decir, a un paradig- ma Es importante prestar atención el “uso
cuyo perfil otorga ciertas característi- cas de los paradigmas” de parte de los pro-
a una obra. Las convenciones sintag- ductores. Un contexto específico lleva a
máticas y paradigmáticas, suelen operar elegir ciertos paradigmas y a descartar
de modo unitario en las estructuras na- otros. Toda elección involucra el
rrativas. abando- no de otras. La identificación de
Y podemos seguir detectando la pre- paradig- mas es indispensable para
sencia de sintagma y paradigmas en mul- definir el signi- ficado de un texto. Con
titud de formas expresivas de los medios razón un semiólo- go distinguió cuatro
masivos. En los diarios son visibles los si- órdenes de descrip- ciones de los
guientes ejes sintagmáticas: la serie de significados de los signos: el orden
tí- tulos, los artículos, las imágenes, los sintagmático, el orden paradigmá- tico,
tama- ños, etc. En una historieta: la el orden hermenéutico y el orden re-
sucesión de viñetas, de episodios, de ferencial.18
personajes, etc. En la publicidad: los
productos ofrecidos, las formas La aplicación a un caso
publicitarias, etc. En un pro- grama de
Tv.: cosas, personas, decorados, escenas, Para cerrar este capítulo aplicaremos
capítulos, partes, etc. En una can- ción: las ideas de sintagma y paradigma que
texto, música y clase de instrumen- tos, acabamos de explicar, a la lectura
cantante, etc. concre- ta de un fenómeno educativo y
Analizar la dimensión sintagmática de social muy extendido. Lo haremos
algo, requiere prestar atención a los ele- usando la signifi- cación más sociológica
mentos que se combinan en torno a un eje y ampliada de pa- radigma tal como la
elaboró Thomas
18 Se trata de François Rastier, semiólo del lenguaje que puso al centro de su investigación la cuestión de
la interpretación y dentro del marco de la semiótica de la cultura. Sus principales obras son :
Semantique interpretative. Puf - Paris, 1987, Semantique pour l’analyse. Ed. Masson, Paris 1994 y
Vocabulaire des sciences cognitives. Puf - Paris, 1998. Puede consultarse: www.msh-paris.fr/texto
88 / Victorino Zecchetto
Kunh (1963) y que servirá para mostrar que van suplantando las convicciones,
que se trata de un concepto con vastas los códigos y valores de antes. Llega un
proyecciones. cierto momento en que la mayoría
Sabemos que los programas de ense- comparte la nueva visión y se acepta el
ñanza de historia dedican al menos modo de pro- ceder sin cuestionarlo ya
algún capítulo a la Revolución Francesa y que existe un consenso de la
las guerras napoleónicas. Y es justo que comunidad.
así sea, porque esos eventos han tenido Un nuevo paradigma exige igualmente
una decisiva repercusión en América un nuevo lenguaje, expresiones sintagmá-
Latina desde los albores del siglo XIX; ticas acordes con “el nuevo código” que
abrieron el camino hacia un nuevo sostiene la estructura. Es posible, enton-
orden social basa- do en las democracias ces, percibir la presencia de una multipli-
modernas, funda- das en los derechos de cidad de pequeños sintagmas
los ciudadanos. Pe- ro no sé si entre las armoniosa- mente construidos en torno
cosas que se dicen, se cuenta también al eje vertical paradigmático. En
que, una de las novedades introducidas referencia con el “para- digma militar”
por esa “gran revolución” y por que hemos citado, pode- mos señalar
Napoleón, fueron los “ejércitos nacio- algunos ejemplos de sintag- mas que
nales” que aparecieron en nuestras socie- giran a su alrededor: el orgullo que
dades modernas con el mecanismo de la despierta en nuestros países cada des- file
“movilización masiva” (levée en masse) de militar, el deseo de los jóvenes de clase
ciudadanos para la guerra. Así se elevó a social baja, de enrolarse al ejército “para
categoría ideológica la importancia del llegar a ser alguien en la vida”, la valora-
ejército para un país, hecho éste que todas ción positiva que recibe la compra de ar-
nuestras naciones han copiado con mu- mas más modernas, el desconocimiento
cha satisfacción. Hoy todas las guerras total de los gobernantes de formas alter-
suelen tildarse de “patrióticas” y por tanto nativas de defensa nacional que no sea
exigen el compromiso de toda la nación la militar, la valoración étnica basada en
lanzada a la guerra. la eficacia bélica, el culto a la bandera
Este es un ejemplo de “instalación de como símbolo más militar que nacional,
un paradigma” a nivel social. Podríamos el con- senso y la convicción de la
denominarlo “un macro-paradigma”. De población civil sobre la necesidad de la
ninguna manera se trata de un hecho institución mili- tar, la escuela que enseña
me- cánico, sino de un proceso que fue la historia nacio- nal construida en torno
abrién- dose camino a impulsos a las hazañas bé- licas de su ejército, con
sucesivos, hasta hacer posible su vigencia la consiguiente aversión o desconfianza
total. Todo para- digma necesita “de- hacia los pueblos vecinos.
construir” su modelo opuesto, hasta Al tratarse de un paradigma de tama-
imponerse. Esto sucede a medida que ña contextura, podría considerarse como
entran nuevas ideas y códigos un normal y lógico fruto de la naturaleza
La danza de los signos /
humana, de su vida social, con cierta au- cen percibir de inmediato el paradigma
reola de eternidad y por tanto, del autoritarismo. Es como un “gran
insustitui- ble. Sin embargo -como códi- go” que atraviesa los modos de ser
demostraron cla- ramente Berger y de los actores de la familia: el marido
Lockmann- toda insti- tución es que traza gestos fuertes sobre su esposa,
simplemente una creación hu- mana ésta que responde con la ironía
nacida del libre querer del hombre e humillante; la her- mana mayor cuya
históricamente contextuada. Así como se especialidad es el uso continuo de
creó, puede cambiarse y sustituirse por “palabras gruesas” para tratar a los
otra cosa mejor. De hecho, los actuales hermanos menores, y éstos que se las
movimientos pacifistas y / o arreglan para mentir y vengarse como
antimilitaris- tas, van esparciendo sea de las injusticias sufridas. En suma,
sintagmas en esa di- rección. un cli- ma tórrido, donde se teje el arte
Hay también otros paradigmas, más de mu- tuas exclusiones, un equilibrio
pequeños y restringidos que rigen y entre los dobles juegos y el tedio
regu- lan más de cerca nuestra vida resignado de vivir juntos.
cotidiana. La psicología nos habla Cuando se habla de cambiar un “estilo
continuamente de la presencia de de vida” se apunta no a cambiar algún que
“paradigmas en las relacio- nes otro sintagma, sino a transformar un pa-
familiares”. Ciertas atmósferas que radigma.
inundan el entero cuadro familiar, nos ha-
***
Díada de Saussure: según F. De Saurrure el signo tiene dos elementos: “el significan-
te” (parte sensible y perceptible) y el significado (el contenido o idea).
Tríada de Peirce: Ch. Peirce concibió el signo como una tríada compuesta por un “re-
presentamen” (el signo mismo), el “interpretante” (la idea del representamen en la men-
te del sujeto que percibe el signo), el “objeto” (aquello a lo que alude el representamen).
Bibliografía
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Sebeok Thomas
1996 Signos: una introducción a la semiótica. Paidós, Bs. Aires, 1996
Guiraud Pierre
1996 La semiología (1971). Siglo XXI editores, México, (1972). (Ver: Cap. 1: “ Funciones y
‘Media’” y el Cap. 2: “La significación, forma y sustancia del signo).
Desde mediados del siglo XX, la no- el universo de la enciclopedia como sugi-
ción de código ha invadido numerosos rió U. Eco. (1989).
ámbitos de las ciencias humanas y, en el
campo específico de las comunicaciones, La señal es un estímulo que pertenece
se ha aplicado a fenómenos dispares, en al orden de la naturaleza y ante el cual
algunos casos con un sentido restringido reacciona el cuerpo animal. El aroma de
como hizo la lingüística, y en otros en una flor, el color del plumaje de un pája-
cambio, incluyendo bajo ese término, ro, la brisa helada del viento, la dureza
contenidos semánticos diversos como de una piedra , son señales que nos abren
su- cedió en los estudios estructuralistas. in- mediatamente a la experiencia
Con el fin de colocar el concepto de sensorial de la naturaleza. Todos los
código en el contexto de una compren- seres vivientes emiten señales y también
sión más pertinente a la semiótica, proce- responden a ellas mediante las reacciones
deremos por etapas. Primero de su estruc- tura orgánica. Vinculadas al
distinguire- mos entre señales y signos, acondiciona- miento sensitivo corporal e
ya que de allí brota la idea de código, instintivo, las señales al ser naturales
luego analizare- mos la naturaleza y la establecen reaccio- nes previsibles y
función de los códi- gos, y finalmente universales, aunque exis- ten variaciones
propondremos una cla- sificación de los en las respuestas dadas por las diversas
mismos. Creemos que así las especies animales. Ante la señal de un
revelaciones del código nos resultarán determinado ruido puede reaccionar en
más transparentes. forma distinta un perro y una gallina,
pero ese estímulo prevé que todos los
1. Señales y signos
perros o todas las gallinas res- ponderán
En la semiótica moderna el concepto de la misma forma.
de código supone la distinción entre Si una persona está sentada
señal y signo, pues ello esclarecerá por tranquila- mente mirando la televisión y
qué el có- digo se coloca en el horizonte de improvi- so alguien por detrás le
sígnico o en golpea con la ma- no el hombro,
espontáneamente ella se
92 / Victorino Zecchetto
dará vuelta; es una reacción ante una señal fónica y gráficamente de la letra “A”. Se
en sí carente de significado. trata se simples oposiciones. En este pri-
Las señales rigen también para nuestro mer nivel del signo, sólo hallamos signifi-
cuerpo humano. Los síntomas de los ma- cantes que carecen de sentidos específicos
lestares corporales son señales que emite y en sí no dicen nada, sólo indican oposi-
el organismo para advertirnos de ellos. ciones y/o distinciones, pero sin referen-
La ciencia médica basa sus diagnósticos cia a los contenidos o significaciones, ya
ob- servando dichas señales, pero toma que en este nivel, hay además carencia de
en cuenta también el hecho relevante, de código.
que el síntoma forma parte además de la Cabe preguntarse también: ¿Puede
mis- ma enfermedad, de modo que no es una señal convertirse en signo? Y la res-
posi- ble separarlo de su objeto puesta es afirmativa. En efecto, eso lo
referencial, co- mo sucede en los signos. constatamos a menudo en nuestra vida
Los síntomas no son fenómenos con un cuando una señal pasa a integrarse en el
significado autó- nomo, sino que espacio de un código. Un niño corriendo
permanecen ligados a los estímulos que y saltando, es una señal de su presencia,
los provocan. pero ese gesto hecho en el marco de un re-
El signo pertenece al orden cultural. Es creo de la escuela, es un signo que debe
una creación humana de un estímulo cu- in- terpretarse dentro del sistema escolar,
ya realidad no está presente , pero que cu- yo código ha sido fijado previamente
se señala o alude a través de otra cosa que con reglas que rigen la conducta de los
es- tá en su lugar. El signo pertenece al alum- nos en el aula y en el patio.
orden cultural porque está investido de
signifi- cado. Si en vez de golpear en el 2. El nivel del código
hombro a la persona que está sentada
frente al tele- visor, una voz la llama : En un segundo nivel, aparece el
“Juan ven acá”, ella se dará vuelta porque “códi- go”, es decir, el conjunto de reglas
capta un significa- do, no se trata sólo de que sir- ven para asociar semánticamente
un estímulo sono- ro. En consecuencia, los valo- res del repertorio de los
el signo es algo no motivado y creado significantes y, de esa manera, organizar
expresamente para que signifique algo los significados de los signos, ya que éstos
para un grupo humano. carecen de sentido mientras están
El mundo de los signos funciona desligados unos de otros. Los signos se
como un repertorio de significantes, hacen comprensibles única- mente a
cuya es- tructura reposa sobre una partir de algún código que actúa como
matriz que, en último término, es un una convención de sistema signifi- cativo,
sistema de diferen- cias o de y que indica la dirección semántica y
oposiciones. Así por ejemplo, en un unificada de los mismos en un texto. En
semáforo, el verde es en primer lugar, este nivel complementario el signo fun-
un color diferente del rojo; o bien, en el
sistema lingüístico la letra “L” es diferente
La danza de los signos / 93
ciona, pues, unido a un sistema de reglas el código lógico matemático. ¿Qué unifica
fijadas por consenso social, que rige la todas estas formas de códigos tan dispares
producción y uso de los signos, y las ex- y complejas?
presiones culturales en general. En la práctica, aún sin tener un senti-
Cualquier sistema semiótico incluye do restrictivo, la idea de regla ha servido
una idea de código, aunque más no sea para referirse a situaciones diversas con el
una sencilla lista de equivalencias como fin de controlarlas. Lo cual no quiere de-
sucede con el “código Morse”. De todos cir tampoco rigidez, clausura e inmovili-
modos, sea que se utilice en forma muy dad, sino posibilidad de imprimirle una
restringida o para designar hechos com- dirección a la creatividad, o simplemente
plejos y amplios de semiosis, en torno al decidir el control del movimiento. La re-
concepto de código, siempre estuvo pre- gla establece instrucciones, esquemas re-
sente como reflexión fundamental la ferenciales, formas a veces vinculantes co-
idea de regla, y en esa categoría la mo sucede con los códigos de las
semiótica lle- gó a incluir desde las reglas lenguas. Debemos observar que no todo
sintáctica o se- mánticas (como en el caso siste- ma de reglas remite a contenidos
de la lingüísti- ca), hasta las normas que semánti- cos. Eso sucede, por ejemplo,
rigen los hechos pragmáticos de la con las re- glas sintácticas de segunda
comunicación. articulación del lenguaje que no definen
En la noción de código es posible ningún con- tenido preciso, y que no
identificar con bastante claridad algunos tienen correlacio-
elementos claves: nes semánticas establecidas.
En realidad aquí no se trataría propia-
a) Un consenso o convención social: mente de un código, ya que el uso del
por el cual se asume alguna regla para sis- tema de reglas no es para designar
ser obedecida. La idea de regla ha servido reali- dad alguna, es decir, no llega a
a la semiótica contemporánea para expresar una correlación de
intentar ponerle orden a un sinfín de significación, sino que funciona sólo para
fenómenos que serían demasiado configurar los elemen- tos del mismo
volátiles sin un ti- món y una guía. Tal vez, sistema.
precisamente por este motivo, la noción A esto U. Eco denomina “s-código” y
de código ha servi- do de modelo para considera que la posibilidad de que éstos
abarcar gran variedad de fenómenos. Se puedan tener alguna correlación signifi-
habla de código civil, el código vial, el cante, depende de los nexos que se esta-
código de las buenas mane- ras, el blezcan en la cadena de inferencias, como
código deportivo, el código lingüís- tico, sucede con las leyes narrativas que remi-
el código cubista, el código musical, ten a elementos antecedentes y conse-
94 / Victorino Zecchetto
cuentes, o en los juegos de reglas retóricas banco de datos capaz de referir todo lo
que a menudo permiten interpretar ras- que los hombres han sido capaces de
gos semánticos de elementos aislados.1 ela- borar sobre las ciencias, artes,
experien- cias, y todas las interpretaciones
b) Informaciones que se transmiten: del mun- do..., en fin, la idea de
esta es la segunda característica, al tratar- enciclopedia abarca las informaciones
se de sistemas distintos que posibles objetivamente reunidas. La
intercomuni- can o bien de operaciones enciclopedia llegaría a ser
de comunica- ción en un mismo sistema. -dice Eco- “como la biblioteca de las bi-
Las informa- ciones transmitidas, exigen, bliotecas”, y en ese modelo cada punto del
por lo tanto, la presencia de normas de saber o cada parte, puede ser conectada
traspaso de ta- les datos. En ese ámbito, con el resto, mediante líneas a modo de
el código cumple la función de dirigir el conectores que se abren paso en todas di-
juego, de establecer las condiciones de recciones con posibilidades inmensas de
funcionamiento de cir- culación de alcanzar nuevos puntos de
saberes, como sucede, por ejemplo, en conocimiento.
todas las tareas de índole científica. ¿Cómo se accede a la enciclopedia? A
El caso más recurrente es la relación tra- vés de diccionarios o códigos que la
entre la idea de código y la de cultura va creando para señalar las
diccionario. Otra vez debemos diversas zonas temáticas de la biblioteca,
mencionar a U. Eco que ha concretando significados particulares del
proporcionado interesantes refle- xiones discurso. El código del diccionario
al respecto.2 Él sostiene que ambos proporciona repre- sentaciones, marcas
conceptos se complementan y asocian, de léxicos y establece significados que
porque la realidad del código descansa so- permiten registrar senti- dos, situar
bre el trasfondo de la noción de elementos y propiedades con- textuales,
dicciona- rio, y ésta a su vez se comprende hasta alcanzar los datos y las in-
a la luz de la idea de enciclopedia. La formaciones de la enciclopedia.
noción de enci- clopedia alude a la Es el caso de ubicar también acá los
totalidad del universo semántico códigos institucionales que funcionan
supuestamente almacenable. Es el co- mo sistemas de prescripciones
conjunto de todo aquello que puede destinadas a regular comportamientos.
abarcar la semiótica y que pudiera ser Así, el código vial establece obligaciones,
re- tenido en una imaginaria declara lo que está permitido y
“enciclopedia”. En ese caso se prohibido, señala casti- gos para los
constituiría un enorme transgresores. Este tipo de có- digos se
refieren a los modos con que las
1 Ver: U.Eco: Semiótica y filosofía del lenguaje. Lumen, Barcelona 1990, p.316 ss.
2 Sobre los conceptos de diccionario y enciclopedia ver de U. Eco op.cit: Semiótica y filosofía... Cap.2
“Diccionario versus Enciclopedia.”
La danza de los signos / 95
personas pueden llegar a observar las re- 3. Función dinámica del código
glas, una vez que la sociedad ha
aceptado la convención de regular la De lo que acabamos de explicar es
vida en socie- dad. po- sible comprender también la función
Los códigos institucionales se limitan y la naturaleza dinámica que suelen
a reconocer oficialmente el ligamen tener los códigos.
entre las obligaciones y/o Hemos dicho que los signos se hacen
violaciones/penas- comprensibles únicamente a partir de al-
/castigos. Por tanto tienen en cierto modo, gún código que actúa como una conven-
un carácter correlacional, aunque no de la ción de sistema significativo, y que indica
misma naturaleza que otros códigos, co- la dirección semántica y unificada de los
mo por ejemplo los lógicos. En las mismos en un texto. Y destacamos ade-
institu- ciones sociales, el horizonte en el más que esta operación se hace posible,
que se destacan los códigos, es muy porque existen reglas que ordenan los ele-
fluido, dado que una norma - por mentos del repertorio en paradigmas,
ejemplo la que pro- hibe agredir a un cu- ya presencia sintagmática en textos
inocente - puede ser vio- lada (con o mensajes concretos, transmiten sentido
frecuencia lo es también de mo- do a través de algún medio. Los códigos o
violento), sin tener su contrapartida, es sis- temas de significación asocian
decir, el castigo. En este caso el código ins- semántica- mente los elementos sígnicos
titucional no aplica el criterio de “verdad que se usan en todo tipo de
o falsedad” del hecho, sino que se refiere a comunicación. Esto le otorga un carácter
lo que se considera correcto o activo y dinámico a los códigos. Vale la
incorrecto. En consecuencia, los códigos pena recordar que la for- ma más simple
instituciona- les llegan a ser las mismas de código es el código bi- nario que
instituciones en cuanto funcionan como funciona utilizando dos alter- nativas: sí -
marcos o mode- los generales dentro de no, más - menos, 0 - 1, etc., y que es la
los cuales las per- sonas se ajustan o base con la que operan las com-
vinculan a normas so- cialmente putadoras, permitiéndoles, a su vez, crear
aceptadas, si bien éstas no tie- nen la una cantidad infinita de paradigmas. A
misma fijeza de otros códigos. medida que los lenguajes se hacen más
En resumen, y para cerrar este punto, complejos, también los códigos se mue-
parece indudable que para señalar las ven dinámicamente para dar cuenta de
competencias de cualquier comunicación, aquellos espacios comunicacionales que
es indispensable referirse a la noción de requieren bases que aseguran su com-
código, con tal que se ponga de relieve prensión.
su significado para evitar las
imprecisiones que conducirían a
confusiones.
96 / Victorino Zecchetto
En general los códigos funcionan con venes y adultos, entre educandos y educa-
dos órdenes de significación, el orden de dores... etcétera. Esta gran diversidad de
la denotación por el cual se designan los codificación de expresiones , no significa
datos objetivos de los signos, es decir, lo sin embargo, arbitrariedad. Al contrario,
que ellos entregan como información di- una vez establecido, el código se convierte
recta, y el orden de la connotación me- en la base firme y necesaria sobre la cual
diante el cual los usuarios amplían los se desplaza cualquier tipo de comunica-
sentidos primeros del signo, para ción, porque su función es la de hacer
abarcar nuevos espacios semánticos comprensible un texto, de hacer inteligi-
donde se ex- presan los mitos, las ble una práctica social o un discurso, al
creencias, las ideolo- gías y las vivencias ubicarlos en el marco de una estructura
de los grupos sociales. Los códigos no semántica. En este sentido el código es un
son entidades rígidas y fi- jas, pues punto inamovible en relación a ciertas
impedirían la comunicación. Cuando un normas fundamentales de
grupo humano necesita nue- vas formas funcionamien- to social. El código del
de expresión, entonces busca también semáforo debe ser exacto y claro al
nuevos códigos que la vehiculen. La señalar el significado de cada color,
excesiva rigidez de los códigos de co- porque así asegura una norma social de
municación sería la muerte de la resguardo de la vida de los tran- seúntes.
comuni- cabilidad de los signos. Los En los idiomas sucede algo
códigos han de tener una naturaleza semejante; el código de la lengua
flexible para cum- plir su rol de modo española señala que la letra “L” unida a la
dinámico y útil al ser- vicio de la letra “A”, forman el artículo femenino
comunicación. “LA”. El código estable- ce las
La práctica comunicación muestra equivalencias de los elementos de un
que no todos los signos se leen a partir sistema que contiene reglas sintácticas y
de un mismo código, porque éste opera reglas semánticas. Por eso, sin un código
co- mo un sistema homogéneo parcial, y se desmorona el valor de los signos, ya que
abarca sólo aquellos signos que dependen perderían el fundamento estructural so-
de él. Este hecho se hace patente, por bre el cual se levantan como ladrillos del
ejemplo, en la diferenciación de las len- edificio de un texto.. Es el código que
guas. Pero también en otros fenómenos otorga inteligibilidad, y les confiere arti-
culturales que tienen sus peculiares es- culación y coherencia a cualquier
tructuras comunicativas codificadas. lengua- je. Por eso todo código prevé un
Pen- semos en la variedad de códigos acuerdo previo de reglas compartidas
cinéticos que regulan la por la socie- dad que lo asume. Ya
intercomunicación en di- versos grupos citamos el caso de los idiomas que
humanos o étnicos, en las costumbres funcionan como la suma de nociones
culinarias, en las formalida- des que usa cada hablante por “convención
codificadas que guían las relaciones colectiva”.
sociales entre varones y mujeres, entre jó-
La danza de los signos / 97
En ambos casos, sin embargo, las dos fin. Al contrario, hay mensajes construi-
operaciones fundamentales de codifica- dos con el expreso propósitos de
ción y decoficación, exigen un substrato ocultar- los y esconderlos a la
común de valores, ideas, praxis, normas, comprensión de to- do el mundo, para
formas de vida, compartidas por emisores que sólo un grupo se- lecto de gente
y perceptores de los mensajes, condición logre comprenderlos me- diante el uso de
indispensable para dar lugar a la un código secreto. A esto llamamos
creación y recepción de los materiales codificación criptográfica.4 Aunque los
mediáticos. Los códigos son signos y los códigos están al servicio de
precisamente ese conjun- to compartido la función semiótica de la co-
de elementos organizados de la cultura municación, sin embargo, los niveles y
que permiten la producción y la grados de revelación de lo oculto, de lo se-
recepción de textos y géneros. Aunque creto o críptico (del griego kriptós =
sucede también lo imprevisible, es decir, ocul- to, secreto, simulado, engañoso),
que un código cultural se modifique y son prácticamente infinitos.
reelabore, otro que se refuerce, y otro que Sabemos que existen comunicaciones
simplemente desaparezca del tablero so- altamente nítidas y transparentes, espe-
cial. cialmente en algunas relaciones
interper- sonales donde se busca
b) Los mensajes criptográficos y la
compartirlo todo (pensemos en las
comunicación oculta parejas de enamorados), o bien en la
La actividad de los códigos, sin comunicación de ciertos mensajes hechos
embar- go, no es para buscar siempre lo en forma directa, sencilla y clara para que
diáfano y claro. Podemos comparar los todo el mundo conozca la intención y el
códigos a un castillo con muchos pasajes, contenido de lo que dice el emisor.
corredores y escalerillas que sólo un Pero a medida que nos introducimos
escaso número de personas conocen y en la complejidad social, van en
que les permiten ac- ceder a los lugares aumento los secretos o las cosas que se
más secretos. resguardan y ocultan. Los billetes de
Por tanto, si bien la vocación de la co- dinero que emite un Estado tienen
municación es pasar de lo oculto a lo re- muchos detalles ocultos, para impedir a
velado, de lo desconocido a los los falsificadores conocer “toda la
conocido, del no saber al saber, sin verdad” que encierra su fabrica- ción.
embargo no to- dos los mensajes se También existen los secretos llama- dos
construyen con ese “profesionales” tendientes a proteger
4 Sin duda uno de los semiólogos que mejor analizó el secreto y sus códigos ha sido Paolo Fabbri.
En nuestro caso somos deudores de sus reflexiones ampliamente expuestas en Tácticas de los signos.
Edit. Gedisa, Barcelona, 1995, p. 21-53
La danza de los signos / 99
5 Marcuse Herbert: El hombre unidimensional. Ed. Planeta Agostini, Barcelona, 1984, p. 116
100 / Victorino
tos poderes desean resguardar de miradas siempre será necesaria una adecuada in-
indiscretas y extrañas. terpretación, una constante tarea herme-
En nuestra época hay buenas néutica que arroje luz sobre las intencio-
tecnolo- gías que permiten la circulación nes comunicativas.
fluida de comunicaciones. Por eso se Por estas razones los semiólogos ob-
piensa que la información debe ser servan que es difícil definir “todas las re-
suministrada a to- dos los ciudadanos, glas” para manejar los signos, por lo tanto
en forma libre y sin fronteras. Pero esta parece que la existencia del código no es
pretensión de verdad absoluta, requiere una condición natural del “Universo Se-
primero desentrañar el secreto absoluto mántico global”, ni tampoco una estruc-
del mundo. tura subyacente de forma estable. Un
có- digo representa más bien un
c) Los límites del código fenómeno cultural, un juego
combinatorio para el funcionamiento de
A este punto, percibimos los límites de
la asociación de los signos. Sobre este
los sistemas de codificación, debido a la
tema ha reflexionado U. Eco, y al respecto
variedad y la fragilidad de los lazos con-
afirma : “La descripción de códigos tal
vencionales que supuestamente los rige.
como funcionan efectiva- mente, puede
Hay códigos estrictamente convenciona-
llevarse a cabo casi siempre sólo con
les de fuerte sintaxis, que no admiten nin-
ocasión del estudio de las condi- ciones
guna desviación de aplicación y uso
comunicativas de un mensaje de-
como sucede, por ejemplo, en los signos
terminado. Lo que equivale a decir que
quími- cos o matemáticos. Pero a
una semiótica del código es un instru-
medida que se abren los campos
mento operativo que sirva a una
simbólicos, llegamos a sistemas de
semióti- ca de la producción de signos
codificación más imprecisos donde los
(...). La teo- ría de los códigos explica que
límites interpretativos son cada vez más
poseemos reglas de competencia que
fluidos y subjetivos. Lo constata- mos en permiten for- mar e interpretar mensajes
el amplio espectro de los códigos y textos, y con- ferirles ambigüedad o
estéticos. Aquí estamos obligados a ate-
eliminarlos”.6
nernos y a aceptar todas las audacias y
las fluctuaciones de las codificaciones
5. Código y doble articulación
artísti- cas y poéticas donde abunda el
lenguaje metafórico y simbólico, por En el estudio de las lenguas se prestó
tanto alta- mente polisémico, con atención al funcionamiento del código
variedad de senti- dos. En los complejos en relación con las articulaciones
lenguajes humanos lingüísti-
6 Eco Humberto: Tratado de semiótica general. Edit. Lumen, Barcelona 1977, p. 231-232.
La danza de los signos /
cas. Se ha visto que es propio y exclusivo guaje verbal como un sistema o código ca-
del lenguaje humano el uso de codifica- paz de configurar infinitas articulaciones.8
ciones articuladas en nuestros sistemas Dicho esto, analicemos brevemente ca-
verbales. da nivel de articulación.
Fue sobre todo el lingüista francés
An- dré Martinet que analizó este punto a) La primera articulación
de vista y teorizó la noción de la doble
arti- culación. Se realiza sobre la base de las unidades
Según Martinet el lenguaje tiene dos más pequeñas de significación de los
planos, uno donde se hallan los elementos sig- nos lingüísticos, unidades que
gramaticales investidos de sentido (pri- suelen lla- marse morfemas o
mera articulación) , y el segundo que monemas. El término morfema lo ha
sólo posee unidades distintivas carentes implementado la escuela lingüística
de sig- nificado (segunda articulación).7 norteamericana (Bloomfield), mientras
Estos conceptos acerca de los dos nive- que monema es propio de la Es- cuela de
les posibles de articular los elementos París y sobre todo de Andrè Martinet.
del lenguaje y de desmontarlos, nos Con la primera articulación se combi-
permite comprender su matriz na la expresión significante con su
semiótica. Se trata de una forma del signifi- cado, de modo que se manifiesta
sistema binario aplicado a las relaciones una uni- dad plena de sentido. Dice
entre un polo y otro (con sentido - sin Martinet que se trata de una “sucesión de
sentido). El uso del código lingüístico unidades do- tadas cada una de ellas de
remite a dos opciones para ar- ticular los una forma vo- cal y de un sentido”
signos y las partes de los discur- sos. Por Los morfemas están ubicados en la
consiguiente, la referencia a la do- ble zo- na del significado. Por ejemplo, el
articulación, exige aceptar dos condi- enun- ciado: “Vendré después del
ciones previas: en primer lugar la mediodía”, es un componente semántico
existen- cia de unidades lingüísticas que expresa un significado preciso;
mínimas con significación (= primera cabrían otras signifi- caciones si
articulación), y en segundo lugar la sustituimos “ ...del mediodía”, por “ ...del
existencia también de unidades mínimas partido” o por “...” ...de las va- caciones.”
carentes de significado (= segunda Esta primera articulación muestra la
articulación). Si excluimos es- tas presencia de unidades míni- mas de
premisas, es legítimo imaginar el len- sentido (los morfemas o mone-
7 Ver Martinet André: Elementos de Lingüística general. Edit. Gredos, Madrid 1974.
8 Para una visión sintética de este problema ver de Garroni Emilio: Proyecto de semiótica. Ed. Gustavo
Gili, Barcelona, 1975, p. 63 ss.
102 / Victorino
mas) como los vocablos “mediodía / par- de reglas que ofrece a una comunidad
tido / vacaciones,” y al mismo tiempo ma- ha- blante.
nifiesta también otras unidades semánti- La parte de la lingüística que estudia
cas más amplias: “después del mediodía”. esas reglas que gobiernan las combinacio-
Pongamos el caso de alguien que ríe nes y las funciones de los morfemas, se lla-
sonoramente. La fonación de la risa en sí ma sintaxis.
misma no tiene un significado concreto,
pero lo puede aclarar o bien el contexto b) La segunda articulación
general, o alguna explicación verbal de
al- guien que diga por ejemplo: “Marina Aparece cuando se realizan sucesivas
se resbaló y cayó”. Ese morfema divisiones de la primera articulación en
compuesto de cinco palabras (primera unidades aún menores, y que representan
articulación), explica el motivo de la risa, los elementos más pequeños con los que
manifiesta un significado. Pero - como ya se construyen los morfemas. Hemos dicho
dijimos - es posible combinar los que éstos no pueden descomponerse, de
vocablos diversa- mente y crear otros otro modo pierden su significado. El mo-
sentidos. Con el tér- mino y nombre nema “risa” deja de significar si aislamos
propio Marina puedo de- cir: “La marina las sílabas: “ri-sa”, ya que tal separación
está en estado de alerta”; y con el verbo provocaría de inmediato la desaparición
cayó puede decirse: “Cayó el telón del de la primera articulación. Pero en cam-
partido.” bio, el código emplaza y pone en escena la
Precisemos además, que en los segunda articulación. Los elementos de la
mone- mas se incluyen también aquellos segunda articulación se llaman fonemas
seg- mentos de palabras que sirven de y cumplen la función de ser las unidades
enlace o para precisar una función menores distintivas de la lengua articula-
lingüística, co- mo sucede con los sufijos, da. Esta operación distintiva se realiza
los artículos, los pronombres, en fin, con so- bre un espacio fónico infinitamente
todo aquello que manifiesta un sentido nu- meroso, pero de hecho limitado al
lingüístico bá- sico. Según Martinet los alfabe- to fonético. El código establece las
segmentos de sentido (monemas) reglas y normas abstractas y generales de
situados en un voca- blo se llaman la lengua (reglas sintácticas,
lexemas. En la siguiente ex- presión fraseológicas...), mien- tras que la
verbal: “¡Corre!” hay dos mone- mas práctica del habla concretiza las formas de
(lexemas): /corr/ referido a la acción, y sentido en una situación dada. En el
/e/ que indica la persona; ambos tienen plano de la lengua los fonemas ope- ran,
sentido completo en su ubicación pues, como unidades dentro de la fa- se
grama- tical. significante. El lingüista ruso N.S. Tru-
El código es el instrumento para crear betzkoy (1890 - 1938) sostiene que “la fa-
la primera articulación, gracias al se significante de cada palabra existente
sistema
La danza de los signos /
9 Citada por Chaim S. Katz, Doria Fco. A. Luiz Costa Lima: Diccionario básico de comunicación. Editorial
Nueva Imagen, México, 1987, p. 226.
104 / Victorino
***
Doble articulación: Son elementos del código lingüístico usados para el reconoci-
miento de los dos planos del lenguaje humano articulado. La primera articulación es
el nivel de unidades verbales menores (morfemas) con sentido.
La segunda articulación indica una subdivisión de los morfemas en unidades aún
menores y carentes de significado.
Bibliografía
Eco Umberto
1977 Tratado de semiótica general. Edit. Lumen, Barcelona. (Ver el capítulo sobre los códigos).
Eco Umberto
1990 Semiótica y filosofía del lenguaje. Edit. LumenBarcelona, 1990 (Ver el Cap. 5: “La familia de
los códigos”, p. 289)
9 Tal vez la obra más conocida sea la de Catherine Kerbrat-Orecchioni: La connotation. Presse Universi-
taire de Lyon-1977.
110 / Victorino Zecchetto
2 Cfr. A.J. Greimas y J. Courtés: Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Edit. Gredos, Ma-
drid, 1982 / 1990, vol I - voz Referente, pág. 335-337.
La danza de los signos /
3 Sobre la evolución del concepto de “denotación” ver el Apéndice I en la obra de Umberto Eco: “Kant y
el ornitorrinco” – Editorial Lumen, Barcelona 1998.
112 / Victorino Zecchetto
llo desbocado, y que, en definitiva, todos están ausentes las interpretaciones que
los signos y textos pueden someterse a proporciona la cultura dominante y las
in- terpretaciones indefinidas, y si -como ideologías. En ese contexto las lecturas de-
ya hemos dicho al explicar la idea de notativas y connotativas sufren los vaive-
Peirce- todo signo remite a otros y éstos nes propios de los referentes sociales y
a su vez pueden conectarse sucesivamente de los códigos culturales instalados en
a otros más, entonces son posibles los emisores y en los perceptores: su
infinitas con- notaciones desligadas de educa- ción, el nivel social, la condición
todo punto de referencia. sexual, económica, religiosa, y otros
En realidad existen barras de conten- factores his- tóricamente cambiantes, los
ción connotativa, y son las que establecen cuales mode- lan los contenidos de los
en primer lugar los mismos significantes lenguajes, su pro- ducción, su consumo y
de los signos y discursos, cuya las interpretacio- nes. El público
estructura, en cierta medida, otorga una interlocutor que debe de- codificar los
orientación de sentido. En segundo lugar signos y discursos, se sentirá llevado más
existen los códigos culturales que actúan hacia la fase denotativa o con- notativa de
como siste- mas que definen los sentidos los mismos, según sea la ten- dencia
y fijan crite- rios de racionalidad dominante de un polo u otro del texto y
interpretativa. Pero esto es preciso del contexto que lo alimentan. Por eso la
explicarlo un poco más de- tenidamente construcción de los discursos no es una
y ver qué alcance tiene. tarea secundaria. Ella señala el curso
también ideológico de las significaciones
3. Denotación y
sociales. En este caso parecería ser decisivo
connotación: mitos e el tema del poder sobre el lenguaje. Y aquí
ideologías también la denotación y la connotación
Lo que acabamos de decir sobre la “de- se revelan como niveles de lectura
notación y la connotación” -lo histórica- mente situadas.
repetimos- debe tomarse con Una conclusión de lo que venimos di-
precaución.. La distin- ción entre ambos ciendo es que el lenguaje humano -por
conceptos es sólo analí- tica y sirve para te- ner una dinámica y un anclaje
anotar dos aspectos y di- mensiones del cultural- convierte al binomio
denotación/conno- tación en una fuente
signo, como bien observó Stuart Hall.5
fecunda de recursos retóricos de
En la práctica, frente a los signos y a los
discursos sociales. Mientras un
textos realizamos síntesis asociativas, y
determinado contexto puede hacer
uni- mos simultáneamente denotación y
surgir discursos de carácter documental,
con- notación. Esta operación se
descriptivos y miméticos -y por consi-
estructura en torno al eje de códigos
sociales, donde no
sentido deriva en primer lugar, de la for- que sólo la observación empírica asegura
ma significante. El proceso semántico el sentido de las cosas expresadas. Pero es-
continúa en la connotación, la cual ta postura hoy se considera superada e
queda expuesta a la estrategia de las inadmisible, porque el problema de la ver-
combinacio- nes excluyentes, y en dad no se aborda ya desde la dicotomía
consecuencia, sigue ocultando las objeto-sujeto, como si lo subjetivo fuese
diferencias. Sin embargo, nunca un texto algo totalmente opuesto a lo objetivo, es
es unitario como si tuvie- se una certeza más adecuado partir de contextos más
dogmática y universal; es posible, vastos y complejos, donde no sólo
entonces, “deconstruirlo”, ir sa- cándole cuenta la “verdad en sí”, sino el
las capas de los diversos sentidos que lo individuo y las personas con su modos y
envuelven. formas de inves- tigarla. No es el caso
Pareciera, pues, que la genealogía del ahora de detenernos sobre este tema
sentido de los signos, a un cierto punto filosófico.6 De todas ma- neras y para
se desconecta de la distinción entre concluir, volvemos a decir que la
“denota- ción” y “connotación”, toma el semiótica no se interesa directa- mente
rumbo de los simulacros enmascarados y en investigar la verdad filosófica de las
percibidos desde las significaciones cosas, porque considera que ese pro-
dominantes, o al menos, en la frontera blema en sí mismo, no es pertinente a su
entre la realidad re- ferenciada y las perspectiva, aunque lo tenga en cuenta co-
estructuras ideológicas. mo horizonte último donde opera cual-
Resumiendo, en el campo del estudio quier ciencia. Su atención va dirigida a la
del conocimiento, todavía la función del creación de los signos y a los sentidos
lenguaje tiene un rol protagónico, y los que ellos generan, a los discursos y a su
conceptos de “denotación” y “connota-
comu- nicabilidad, en fin, a todos
ción” son apreciados de modo diverso. Los aquellos fenó- menos de semiosis que se
teóricos positivistas siempre afirmaron gestan, que cir- culan y se transforman
que la única argumentación válida es la en los grupos y en las sociedades, más allá
denotación, por su carácter informativo de la verdad de los referentes extra
extensional (objetivo), mientras que la semióticos y de las inter- pretaciones
connotación operaría en el ámbito inten- que le da la gente.
cional (subjetivo). El positivismo sostiene
6 En relación con la teoría del conocimiento y los debates que suscita en el campo semiótico, puede
ver- se el estudio de Umberto Eco: Los límites de la interpretación. Edit. Lumen, Barcelona 1993
116 / Victorino Zecchetto
***
Bibliografía
Kerbrat-Orecchioni C
1983 La connotación. Ed. Hachette, Bs. Aires.
Eco Umberto
1999 Kant y el ornitorrinco. Ed. Lumen, Barcelona. ¿Ver Cap. 5: “Notas sobre la referencia como
contrato”.)
7
LA IRRUPCIÓN DEL LENGUAJE CORRIENTE
Pragmática lingüística
En las últimas décadas del siglo XX nas. Debemos citar, sobre todo, dos ver-
hubo una evolución en el modo de enfo- tientes de indagaciones que han tenido un
car el conjunto de problemas relativos a particular influjo en la pragmática. La pri-
las ciencias del lenguaje. Se fueron mera es la Filosofía del lenguaje cuyos
dejan- do de lado los modelos teóricos es- tudios han marcado con su sello
globales y bastante encerrados sobre sí filosófico también las reflexiones
mismos (funcionalismo, estructuralismo, pragmáticas. La otra vertiente es la
marxis- mo...) que pretendían abarcar etnografía de la comu- nicación y la
todas las explicaciones acerca de la sociolingüística, disciplinas que estudian
comunicación. Fue emergiendo una y analizan los factores socia- les que
visión más pluridis- ciplinar de la intervienen en la práctica del len- guaje.
investigación y se acentua- ron las Sus aportaciones se basan en estu- dios
tendencias que preferían paradig- mas de campo, cuyos datos se organizan para
más abiertos en sintonía y en colabo- construir principios teóricos de con-
ración con otras disciplinas. En este con- ducta comunicativa. En este capítulo, no-
texto se ubica la corriente de la sotros tomaremos en cuenta ambas ver-
“pragmá- tica del lenguaje humano” - tientes.
llamada tam- bién “pragmática
interaccional” -que apa- rece como una 1. Sobre las huellas de la filosofía
nueva perspectiva del estu- dio del del lenguaje
lenguaje en general, porque en sus
investigaciones toma en cuenta los apor- A inicios del siglo XX en el campo de
tes de disciplinas afines como la etnolin- la filosofía volvió a plantearse el “proble-
güística, la etnografía de la comunicación, ma del conocimiento”. La llamada “filoso-
la kinésica y la proxémica, la fía analítica del lenguaje” abordó el tema
antropología cultural... etc. La variedad y con una nueva postura teórica. Consideró
las ambigüe- dades que a veces se hallan que -en último análisis- los problemas
en la termino- logía empleada en la reales son problemas lingüísticos relativos
pragmática del len- guaje, derivan del a las formas del lenguaje y a las palabras
hecho de que en ella confluyen
reflexiones de diversas discipli-
118 / Victorino Zecchetto
en las que está planteado cada problema de la escuela de Berlín, que también ha-
real. bían huido de la dictadura nazi, dieron
origen a un nuevo y brillante
a) El hablar neopositivista
movimiento neopositivista al que se
Uno de los supuestos filosóficos del unieron algunos estudiosos
neopositivismo de las primeras décadas norteamericanos. El grupo creció y se
del siglo XX, fue que la realidad puede desarrolló hasta implantarse en algunas
so- meterse a un reducido número de universidades, logrando conquis- tar una
princi- pios y conceptos esenciales, nutrida audiencia.
enunciados con un lenguaje exacto en Entre las varias iniciativas asumidas
virtud del cual los fenómenos se por este movimiento cabe mencionar el
explicarían en forma co- rrecta y ambicioso programa de unificar el saber
adecuada. La pretensión del neo- sobre bases científicas, y que se concretó
positivismo era construir una “semántica con la creación de la “Enciclopedia inter-
veritativa” que lograra armonizar el len- nacional de las ciencias unificadas” publi-
guaje con la realidad del mundo; con ra- cada en Chicago en 1938 bajo la
zón se denominó “esencialismo semánti- dirección de O. Neurath, R. Carnap y W.
co” la postura de esta corriente. Pero ¿có- Morris. A pesar de cierta disparidad de
mo nació y se desarrolló el movimiento enfoque, es- ta enciclopedia muestra una
neopositivsta? ¿Cuál fue su marco visión co- mún de entender el saber y el
teórico y el contexto de sus rigor con que debe ser expresado a
indagaciones? través del len- guaje, su claro propósito
El grupo neopositivista más represen- era dar cuerpo a una precisa
tativo fue el que surgió en Austria, al for- metodología del saber.
marse el llamado “Círculo de Viena” en El postulado fundamental del neopo-
1923, organizado por Moritz Schlick que sitivismo afirma que se deben formular
reunió a estudiosos de matemáticas, física, los problemas de manera empírica, de
filosofía, entre los que se contaban nom- modo que puedan ser objeto de las cien-
bres conspicuos como Otto Neurath, Ru- cias experimentales. Los neopositivistas
dolf Carnap, Karl Popper, entre varios distinguían dos tipos de enunciados, los
otros. En 1928 una asociación con un en- “enunciados observables” y todos los
foque similar es creada en Berlín por de- más. Sólo los primeros pueden ser
asumi- dos como base para la creación
Hans Reichenbach que publicaba la im-
del un sa- ber sólido y firme. “El
portante revista de filosofía Erkenntnis
metafísico, el teólo- go creen -sin razón-
(Conocimiento).
poder afirmar algo y representar estados
Después que Austria cayó bajo el po-
de hecho mediante sus proposiciones. Al
der del nazismo alemán (1939), varios
contrario, el análisis muestra que
es- tudiosos de Viena emigraron a
semejantes proposiciones no dicen nada,
Estados Unidos, y allí junto con otros
expresan sólo actitudes emo- tivas (...).
exponentes
Hablar significa recurrir a con-
La danza de los signos /
1 El manifiesto teórico del Círculo de Viena se titula: La concepción científica del mundo, y fue
publicado en 1929. Nuestra cita corresponde al Nº II.
2 Existen numerosas ediciones de la obra de Ch. Morris. Nosotros consultamos : Fundamentos de la
teo- réa de los signos.Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, 1994
120 / Victorino Zecchetto
3 Cfr. Fundamentos..., 2
4 Ib. 5.2
La danza de los signos /
5 Las citas son del Tractatus Lógico-Philosophicus. Alianza Editorial, Madrid, edición de 1985.
122 / Victorino Zecchetto
8 Noam Chomsky: Estructuras sintácticas. (1957). Edit. Siglo XXI, México, 1974
9 Esta temática la expone Chomsky en su obra Aspectos de la teoría de la sintaxis (1965). Edit. Aguilar, Ma-
drid 1976. Aquí Chomsky usa los términos competence y performance para designar lo que se ha tradu-
cido como competencia y ejecución. En 1986 hizo nuevos aportes publicando: El conocimiento del
len- guaje, origen y uso. Edit. Alianza, Madrid, 1989.
10 Luis Prieto trabajó en París y allí produjo sus escritos más significativos. Cabe señalar sobre todo los
si- guientes: Mensajes y señales. (1966) Ed. Seix Barral, Barcelona 1967; y Pertinencia y práctica. Ensayo
de semiología. (1975) Ed. Gustavo Gili, Barcelona 1977
La danza de los signos /
cuencia, tiene que ver con el análisis de las lan sus sentimientos o su modo de
normas y principios que rigen la práctica hablar tal como se producen en la vida
de las conversaciones, la forma interactiva cotidiana, en las conversaciones
del lenguaje que mantienen los actores comunes y/o en si- tuaciones discursivas
humanos. Por tanto, el objetivo de esta similares reproduci- das por los medios
disciplina consiste en lograr una descrip- audiovisuales de co- municación social
ción pertinente de los fenómenos de co- (radio, televisión, ci- ne...). En el centro de
municación interpersonal y comunitaria, toda la investigación pragmática, está la
en sus múltiples aspectos y formas. lengua oral o bien la escrita, pero en sus
Busca investigar los hechos de la lengua formas dialógicas y en un contexto de
en ac- ción, los procesos comunicativos intercambio comunicativo ordinario y
prácti- cos. En una palabra, se ocupa del familiar para darle sentido a lo que nos
idioma en movimiento, mientras se usa pasa.
en forma viva, y los efectos que él La “pragmática” -de este modo- se
produce cuando funciona en los grupos, une, a la semántica en busca de las “condi-
y las interpreta- ciones que le da la ciones de verdad” que el mundo de la co-
gente a los enunciados en determinados tidianidad nos impele conocer. El campo
contextos. de los estudios pragmáticos es vasto, abar-
La pragmática tiene como clave de ca desde los actos lingüísticos hasta los
sus investigaciones la observación del problemas de la pertienecia, de la inferen-
mundo cotidiano, del conjunto de cia, de la argumentación, de la verdad de
estados de co- sas y nuestras reacciones los enunciados, del uso aproximativo de
frente a él a tra- vés del lenguaje. Ante la los términos, de la comprensión de los
realidad busca- mos y utilizamos el contextos, las leyes del discurso, de la me-
lenguaje que mejor nos dicta el sentido táfora y de la ficción. Por la extensión
común, aquel que ayuda para dilucidar que denota, la pragmática tiene
dudas, para adquirir conocimiento, para aplicaciones e implicaciones en otros
comunicarnos, para describir, para contextos de cien- cias cognitivas, en
entender y resolver proble- mas. Las informática, en psico- logía, en filosofía.
prácticas comunicativas ordina- rias y
comunes, se presentan como una red Si resumimos lo explicado hasta aquí,
social en la que se entretejen múltiples debemos decir que lo propio de la Prag-
elementos que conforman el desarrollo de mática es, entonces, el enfoque, el
la comunicación interaccional. Allí los su- punto de vista o ángulo desde el cual
jetos expresan sus formas mentales y ella analiza y se aproxima al lenguaje, y
competencia simbólicas, usan dialectos que consiste, precisamente en prestar
o formas lingüísticas locales, utilizan atención a las si- tuaciones contextuales
estra- tegias de persuasión, asumen roles y prácticas del
y regu-
128 / Victorino Zecchetto
12 La publicación de esta obra ocurrió dos años después de la muerte del autor, y corresponde a la
com- pilación hecha por J.O.Urmsonde de una serie de conferencias dadas por Austin entre 1951 y 1955.
Una traducción española apareció en 1971 con el titulo “Palabras y acciones” (Edic. Piadós, Buenos Aires).
En 1982, la misma editorial hizo una reimpresión titulada: “Como hacer cosas con palabras”, y es la que
ci- tamos nosotros aquí. Otro trabajo importante de Austin, pero menos conocido y en el que habla
de la distinción entre enunciados descriptivos y realizativos, es el artículo Performatif – Constatatif, que
leyó en 1958 en un simposio de Royaumont, y que luego fue publicado en la revista La Philosophie
Analiti- que. Cahiers de Royaumont, Philosophie IV. Paris, Les Editions de Minuit. 1963.
130 / Victorino Zecchetto
actos ilocutivos, tales como informar, or- varse). “Decir algo producirá ciertas con-
denar, advertir, comprometernos, etcéte- secuencias o efectos sobre los sentimien-
ra, esto es, actos que tienen una cierta tos, pensamientos o acciones del audito-
fuerza (convencional).”18 rio, o de quien emite la expresión, o de
- El acto perlocutivo (perlocutionary otras personas”. Pero quede claro que
act): se refiere a los efectos del decir “Existe una diferencia entre lo que consi-
algo. Por ejemplo, la mamá que le dice al deramos la producción real de efectos rea-
chico: “Andá a lavarte ahora mismo”, les y lo que consideramos como meras
realiza un acto lingüístico que consiste consecuencias convencionales.19
en una locu- ción (los términos dichos), La importancia que han tenido en la
una ilocución (una orden), y una pragmática estos distingos de Austin,
perlocución (la inten- ción de la mamá me- rece resaltarla en el siguiente
de inducir al chico a la- esquema:
Actos de habla
Es el acto
mismo de
hablar.
¡Dame un
Es el decir algo ejemplar!
El lenguaje: una actividad que tiene reglas Por esto, los modos de los acto del
habla, es decir, la emisión de una
El punto de partida de Searle es el re-
oración hecha en condiciones
conocimiento del lenguaje como una ac-
apropiadas de acuerdo a las normas
ción, como una actividad humana. Searle
establecida, pueden ser identi- ficados
percibió los límites que producía una ex-
mediante su diversidad ilocutiva. Hablar
cesiva atención por la sintaxis lógica de los resulta ser el uso que hacemos de los
enunciados, era preciso, entonces, enunciados como una actividad con-
enfati- zar la dimensión pragmática de la trolada por reglas: “Hablar un lenguaje es
lengua. Mediante los “actos lingüísticos” participar en una forma de conducta go-
la persona realiza actividades con el
bernada por reglas.”22 Representa, enton-
propó- sito de alcanzar ciertos objetivos.
ces, una forma compleja de actuar.
En con- secuencia, el lenguaje no es tanto
Searle reconoce que no se han estudia-
una for- ma de presentar objetos, sino una
do suficientemente las reglas de juego
manera viva y múltiple de actuar. El
del lenguaje “Hemos aprendido a jugar el
mismo Witt- genstein pensaba que los
jue- go de los actos ilocucionarios, pero, en
usos del lengua- je son ilimitados, y que
ge- neral, lo hemos hecho sin ninguna
existen infinitas posibilidades
formu- lación explícita de las reglas...”23
expresivas, un abanico lin- güístico
Se pro- pone formular dichas reglas para
universal y general, sin embargo no
el uso del dispositivo indicador de fuerza
logró detenerse en el análisis de las de-
ilocu- cionaria. Las normas subyacentes
terminaciones propias que asumen las
que ma- nejan y regulan la ejecución de
formas concretas del lenguaje. J. Searle,
todo acto de habla con sus
por el contrario, sostiene que no existen
proposiciones literales o estándar son:
innumerables formas de los usos lingüís-
ticos, sino que todo puede ser clasificado y
- De contenido proposicional: prescri-
formalizado a partir de las finalidades
ben las restricciones referidas al contenido
ilo- cutorias. Esta tarea es posible sobre la
de los enunciados con el fin de conectar
ba- se del supuesto de que existe una
las condiciones de análisis con la
relación de fondo entre significado literal
semánti- ca formal veritativa.
y fuerza ilocutiva. Searle considera - al
- Preparatorias: son las reglas que deli-
igual que Austin - que las oraciones son
mitan la situación en que los actos de
sólo frases abstractas hasta tanto no se
ha- bla tienen sentido, dictando los rasgos
concretizan en actos de habla, que son
del contexto que están implicados por
las verdaderas unidades de la
los ac- tos de habla.
comunicación humana.
22 Actos de habla, p.
31 23 Ib. p.63
La danza de los signos /
- De sinceridad: tiene que ver con los está sometido a un ordenamiento: “...ha-
sentimientos y creencias del hablante y su blar una lengua consiste en realizar actos
intención de ejecutar lo que dice en el de habla, actos tales como hacer afirma-
ac- to lingüístico. Esta regla deriva del ciones, dar órdenes, hacer preguntas...; en
signifi- cado de los enunciados y de su segundo lugar... se realizan de acuerdo
fuerza ilo- cutiva. con ciertas reglas para el uso de los ele-
- Esencial: es la regla que corresponde mentos lingüísticos.”25
a la definición esencial del enunciado y Según Searle, los actos de habla deben
en la que se incluye la intención analizarse en términos de condiciones
ilocutiva. Ya que el lenguaje proporciona de éxito, y considerar el significado de
a los hablan- tes las formas adecuadas cada una de esas unidades analíticas
para expresarse, esta regla corrobora el compues- tas de dos elementos:
principio según el cual el significado del
lenguaje correspon- de a la intención del - un indicador proposicional: es el
que lo usan. contenido expresado en las proposiciones
que se emiten;
A continación Searle cita un elenco - un indicador de fuerza ilocutiva:
de géneros de actos ilocuionarios de que muestra la dirección en que debe
acuerdo a esos tipos de reglas: pedir, inter- pretarse la oración, es decir, señala
aseverar, enunciar que, afirmar, el acto ilocutivo que se está realizando.
preguntar, dar las gracias, aconsejar,
avisar, saludar, felici- tar.24 Digamos que “Desde el punto de vista semántico
esta clasificación ma- nifiesta un modelo podemos distinguir dos elementos (no
más bien idealizado del lenguaje, en el necesariamente separados) en la estructu-
que hay poco espacio para el manejo de ra sintáctica de la oración, que podríamos
los contextos no predi- cibles. Se nota denominar el indicador proposicional y
aún mucho apego al signi- ficado literal el indicador de la fuerza ilocionaria.”26
de los enunciados. Véase en el siguiente ejemplo, la varie-
dad de fuerza ilocutiva que asume cada
Análisis de los actos del habla
forma: Cecilia juega. ¿Juega Cecilia?
En los actos de habla se produce la ¡Que juegue Cecilia! Prometo que jugará
convergencia o enlace entre el Ceci- lia.
significado de un enunciado y las formas La representación de la fuerza
verbales performativas. Esto surge del ilocuto- ria de cada unidad mínima de la
carácter convencional del lenguaje, que comuni-
como tal
24 Ib. p.74, 75
25 Ib., p.
26 Ib. p. 39
136 / Victorino Zecchetto
27 Ib. p. 38
28 Ib. p. 33
La danza de los signos /
29 Es reveladora su obra escrita en 1992: The Rediscovery of the Mind. MIT Press.
30 Ib. p. 163
138 / Victorino Zecchetto
31 H. Grice elaboró sus ideas sobre pragmática como investigador en Harward, y en la actualidad las com-
parten numerosos lingüistas. En 1989, Grice publicó Studies in the way of words. Cambridge,
Harvard University Press. Es esta obra reúne sus trabajos elaborados entre 1975 y 1981, donde expone
en forma completa su teoría del lenguaje.
La danza de los signos /
Lo que hace posible las implicaturas tuales, y éstos pueden depender directa-
es la existencia de las máximas de mente de la situación misma de
coopera- ción, ya que el hablante quiere conversa- ción y, en consecuencia, estar
comunicar otros significados además de ligados a las normas de cooperación
lo que está expresando literalmente. (Grice las deno- mina implicaturas
Grice pone el ejemplo de un individuo conversacionales); o bien, puede
en la calle para- do junto a su coche, tratarse de otros contextos que
otro se le acerca y ocurre el siguiente circunscriben la interacción dialógi- ca,
diálogo: como el factor social, económico, éti- co-
religioso, sexual, educacional... estas son
A: “Se me acabó el combustible”. las implicaturas no conversacionale.
B: “Aquí a la vuelta hay una estación de
servicio.” - Las implicaturas no convencionales
forman un amplio y diversificado
En este intercambio de frases, se abanico que Grice se detiene a clasificar
obser- van las normas de cooperación, y a anali- zar. Éstas al desbordar los
pero tam- bién se comunica algo más de márgenes lógi- co formales de los
lo que los enunciados dicen. La enunciados, remiten de continuo a
respuesta de B apa- rentemente no es situaciones contextuales (con-
relevante (dice sólo que hay un comercio versacionales o no) que hacen de guía
a la vuelta), pero lo que ella implica en el pa- ra la recta interpretación de los
contexto, la hace muy adecuada para la significa- dos.
cooperación. He aquí algunos ejemplos: “Nora tiene
Se puede observar que las implicaturas dolores de cabeza”. Esta frase puede impli-
están relacionadas sea con las normas car que se trata de una mujer con
de cooperación, sea con las situaciones proble- mas, o bien, que sufre físicamente
con- textuales. Grice se detiene en analizar de la ca- beza. El contexto dirá
lar- gamente las propiedades de las implícitamente a qué realidad hace
implicatu- ras. Por razones de síntesis referencia el hablante. “Alberto ya
creemos sufi- ciente reportar la división empezó a hablar”. En este caso puede
siguiente: referirse a un niño muy pequeño que
está aprendiendo a hablar, o a otras
- Las implicaturas situaciones de Alberto joven o adulto: que
convencionales: son las que dependen haya sufrido un accidente que lo dejó sin
sólo del texto, o sea, de la convención habla y que ahora la está recobrando, o
lexical y lingüística, no del contexto ni bien que Alberto por fin se decide a con-
del principio de cooperación. Por fesar un secreto, etcétera. “Luis salió a pa-
ejemplo, “Es chico, pero robusto”. “Es sear con Atahualpa”. ¿Quién es ‘Atahual-
un indio, por tanto, es pacífico”. Los pa’? ¿Su hermano, un amigo o el perro?
tér- minos pero y por tanto, Las situaciones contextuales van
introducen las implicaturas. - Las señalan- do las implicaturas que deben
implicaturas no con- vencionales : tomar en
Surgen de factores contex-
La danza de los signos /
cuenta los hablantes, y que no están nuevos espacios de estudios, como hicie-
con- tenidas en las descripciones ron a continuación Sperber y Wilson.
semánticas de sus conversaciones.
En cada ejemplo indicado, la com- d) Sperber Dan y Wilson Deirdre:
prensión adecuada de las frases depende, Teoría de la relevancia
sea del significado de las palabras, sea
del contexto. Pero, en todos los casos, se El modelo de Sperber y Wilson es uno
co- munica más de lo que sólo expresan de los más seguidos en la actualidad, pero
las informaciones lingüísticas, y eso es también ha suscitado muchas polémicas
debi- do al fenómeno de las en el campo de la pragmática. Se trata
implicaturas. Una autora sintetiza bien el de un modelo que quiere dar cuenta de
significado de este aporte de Grice: “la dos fenómenos: el significado literal de
noción de implicatu- ra permite cubrir la los enunciados, y la interpretación de los
distancia que separa lo que se dice y lo mis- mos. Para describirlo sus autores
que efectivamente se co- munica (es dejaron entre paréntesis teorías
decir, explicar un tipo de sig- nificado del anteriores que “explicaban” la
que la semántica no puede dar cuenta). Y comunicación, pero que no servían para
gracias a ello, permite tam- bién “describir” sus concrecio- nes
simplificar las descripciones sintácti- cas pragmáticas. Se enfrentaban, pues, dos
y semánticas, asignando a los elemen- tos modelos distintos para estudiar la co-
léxicos significados unitarios y esta- municación.
bles.”32
De modo suscinto exponemos los
Resumiendo, digamos que el puntos destacados de las ideas
principio de cooperación y las máximas pragmáti- cas de estos autores.
que lo es- pecifican y desarrollan, son
reguladores válidos para el intercambio
El marco referencial y sus conceptos básicos
de las comu- nicaciones verbales y los
diálogos en gene- ral. Para explicar su modelo Sperber y
Asimismo se revela útil el concepto Wilson recurren en primer lugar a la teo-
de implicatura, porque ayuda a no separar ría de la comunicación lineal descrita por
lo que se dice, de lo que efectivamente se Shannon y Weaver en 1949. Un emisor co-
co- munica. Es preciso reconocer que las difica un mensaje, lo envía a través de
in- vestigaciones de Grice -aún un canal a fin de que sea recibido por un
permanecien- do en un nivel cognoscitivo re- ceptor que lo decodifica. Emisor y
del lenguaje- abrieron el camino para recep- tor comparten un mismo
avanzar hacia código. Este
32 Escandell Ma. Victoria V.: Introducción a la pragmática. Edit. Antropos, Barcelona 1993, p. 105.
142 / Victorino Zecchetto
punto de vista -que significó sin duda un table. Un esfuerzo extra, implica efectos
avance importante como explicación extras”.34
teó- rica- es insuficiente para describir el Sperber y Wilson parten de la consta-
com- plejo fenómeno comunicativo, que
tación de que todo enunciado es interpre-
no consiste sólo en codificar y
tado en un contexto que no es fijo y per-
decodificar, si- no que incluye variedad
manente, sino cambiante y construido a
de juegos comu- nicativos con
lo largo de la conversación, y en un
combinaciones de formas y mensajes.
Sperber y Wilson trataron de conti- nuo proceso de enriquecimiento
describir la comunicación tomando en median- te informaciones contextuales,
cuenta sus grados de complejidad, en interpreta- ciones de enunciados
relación con las formas y las modalidades precedentes y cono- cimientos que van
pragmáticas del lenguaje. Forjaron las expresando los interlo- cutores.
nociones de osten- sión y de inferencia, La comprensión -entonces- no se re-
dos elementos bási- cos en la teoría de duce a la interpretación lingüística basada
la Revelancia.33 sólo en la decodificación, sino que posee
Esta teoría postula un principio mini- inferencias pragmáticas que entran en el
malista, según el cual en la juego de la comunicación mediante ex-
comunicación se tiende a realizar un presiones tendientes a resolver las ambi-
esfuerzo mínimo en vista a maximizar la güedades, o/y a complementar eventuales
cantidad comunicati- va. Se trata de un mensajes inarticulados. Ya que la comuni-
principio de pertinencia definido en cación humana no es simplemente cues-
términos de rendimiento o equilibrio de tión de codificar y decodificar informa-
esfuerzo / efecto y que pre- supone el ción, es preciso tomar en cuenta otros ele-
ejercicio de la cognición huma- na. mentos que forman parte de su
Nuestra experiencia, nos demuestra que dinámica y que actúan en el momento
tenemos una “pertenencia optimal” en del diálogo y la conversación. Esos
el modo de conocer, por la cual un factores son los si- guientes:
enunciado producirá suficientes efectos,
para que el interlocutor los tome en cuen-
- una representación semántica de
ta y haga un esfuerzo por comprender e los enunciados y que corresponde a la
interpretar: “La primera interpretación inva-
aceptable es la única interpretación
acep-
efecto, cuando una persona establece un les, y con todo ese material, por fin
contacto conversacional o comunicativo inter- preta. No está demás repetir que
en general, pretende provocar algún efec- la infe- rencia supone la
to en el campo cognitivo de los precepto- contextualización de los supuestos que
res, aunque el grado o intensidad de tales se obtienen en la tarea de decodificar los
efectos no puede establecerse o conocerse datos ostensivos. En cada momento del
de antemano. El uso del principio de rele- proceso de comunicación, el sujeto
vancia busca garantizar el logro de la ma- utiliza supuestos que funda en la
yor cantidad de efectos contextuales. Para inferencia a partir de las formulaciones
esto hay que entender dicho principio co- explícitas que señalan la presunción de
mo portador de dos elementos comple- que lo que se ha dicho es relevante; pero
mentarios: el primero es el acto comuni- al mismo tiempo toma en cuenta la
cativo ostensivo que, al manifestar una in- situa- ción contextual, ya que ella no está
tención informativa, conlleva la presun- plena- mente predeterminada para cada
ción de su propia relevancia, precisamen- conver- sación.
te porque es un estímulo ostensivo. En se- En síntesis, en el intercambio conver-
gundo lugar, la presunción de relevancia sacional, los hablantes seleccionan los
óptima tiene que ver con el conjunto de es- tímulos que más les parecen
supuestos que se desean comunicar con el relevantes, sea del campo textual, sea del
propósito de obtener efectos contextuales. ámbito con- textual. Por consiguiente ser
Cada nueva información puede ser rele- relevante no es una característica
vante o irrelevante para nosotros: un su- intrínseca de los enunciados. Se trata más
puesto es relevante si sus efectos contex- bien de una pro- piedad que surge de la
tuales son amplios, y si el esfuerzo cogni- relación entre enunciado y contexto.
tivo para obtenerlos es pequeño. Una in-
formación, pues, resulta relevante en un ¿Cómo funciona la interacción verbal?
contexto si da lugar a efectos contextuales.
En la comunicación humana no hay Los rasgos de su modelo, lo aplican
criterios fiables y seguros que permitan Sperber y Wilson a las situaciones de los
predecir qué tipo de inferencias va a usar diálogos y conversaciones comunes. Para
el interlocutor para la interpretación de ello introducen nuevos conceptos teóri-
un enunciado. cos:
Normalmente se puede entender que
el destinatario que reconoce la intención - Las explicaturas: corresponden al
informativa del emisor, primero contenido que se comunica
decodifi- ca, después usa los supuestos explícitamen- te por medio del
derivados del enunciado y las inferencias enunciado en un contex- to dado, es
contextua- decir, reúne los contenidos conceptuales
codificados, con otros infe-
146 / Victorino Zecchetto
36 Fabbri Paolo: Tácticas de los signos. Edit. Gedisa, Barcelona, 1995. p. 321
37 Searle J. Acto de habla. p. 39
38 Tannen Deborah: Género y discurso. Ed. Piadós, Barcelona 1996
La danza de los signos /
39 Son varios los trabajos de estos autores donde desarrollan el tema de la argumentación. En
castellano ver sobre todo: Anscrombre J.C. y Ducrot O.(1983): La argumentación en la lengua. Ed.
Gredos, Madrid 1994. Obras de Ducrot O.: El decir y lo dicho. Ed. Hachette, Buenos Aires, 1984;
Polifonía y argumenta- ción. Edic. Universidad del Valle, Cali-Colombia, 1990.
40 La argumentación en la lengua: 8.
150 / Victorino Zecchetto
41 Joaquín Garrido: Los conectores contextuales en el discurso. Edit. Abya Yala, Quito, 1999, p.30
42 Ib. pág. 95
Y de Ana María Vergara T. : El hilo del discurso. Ensayos de análisis conversacional. Edit. Abya Yala , Qui-
to-1999
La danza de los signos /
44 Lakoff Robin: (1972) El lenguaje y el lugar de la mujer. Edit. Hacer, Barcelona, 1981
La danza de los signos /
excluyen a las mujeres, o bien, como suce- presencia de modelos que el género incor-
de más a menudo, se trata de formas del pora en su relación con la lengua y la for-
habla que dan preferencia y prestigio a los ma de emplearla. El lenguaje se desen-
varones en detrimento del género femeni- vuelve en la sociedad y sigue el ritmo de
no. Pero aquí ya se entra en el campo de su desarrollo. Como hecho social, está
los valores sociales donde la masculini- su- jeto a cambios, que van a remolque de
dad, en general, es considerada aún como los producidos en la propia sociedad.
sistema dominante, mientras que el sexo Sería deseable que todas aquellas
femenino tiene connotaciones culturales diferencias que son reflejo de una
asociadas al acompañamiento, y por tan- distinta educación o una desigual
to, con referencias lingüísticas distribución de los roles fueran
subordina- das. Esto evidencia que las difuminándose, hasta lograr que
tendencias en las formas de hablar permaneciesen sólo aquellas que confor-
reflejan necesaria- mente no sólo el man nuestra identidad sexual, aunque es
género sexual de los ha- blantes, sino muy difícil señalar exactamente dónde
también su planteamiento general de la empiezan unas y terminan otras.
conversación, sus expectati- vas Los estilos conversacionales del hom-
personales, el modo de valorar el con- bre y de la mujer son dos formas
texto. En una palabra, el uso del distintas de lograr un mismo fin: la
lenguaje es vivido como una práctica comunicación con los demás y la
comunicati- vo-cultural, en la que expresión de nuestro pensamiento. La
hallamos diferencias en los estilos de existencia de diferencias queda
comunicarse de los varo- nes y de las demostrada por más que algunos se
mujeres, mezclados a meca- nismos empeñen en negarla. Ahora bien, nin-
sociales de dominación o suje- ción, de guno de los dos estilos es mejor que el
dependencia y al mismo tiempo de otro, sino que cada uno se adecua a los
búsqueda continua de la propia identi- propósitos del hablante que lo emplea.
dad sexual. De todos modos, no puede ne-
garse, pues se constata de manera genera- b) Hablar con metáforas
lizada, tanto en los sistemas pragmáticos
como en las expectativas de los hablantes, De todas las figuras retóricas, la que
la existencia de los estereotipos del género, más fascina es ciertamente la metáfora.
o sea, formas de habla o modelos típica- Desde sus inicios la literatura la utilizó
mente femeninos o masculinos. Los abundantemente. Al analizar la naturaleza
varo- nes suelen usar ciertos esquemas de la metáfora descubrimos que para
para di- rigirse a las mujeres, y viceversa. construirla a menudo se recurre a los
Y por más que las variaciones culturales ras- gos semánticos que ofrecen
y los contextos sean factores que numerosas palabras, para aplicar su
diversifican el uso del lenguaje, siempre sentido en forma análoga a otra realidad.
se advierte la Se trata de carac-
154 / Victorino Zecchetto
constata que todas las lenguas poseen generosidad para dar satisfacción, la má-
un repertorio de frases y de expresiones xima del acuerdo y la de simpatía para
rela- tivas al trato cortés con los demás. No co- municar elogio y evitar censuras. Estas
hay idioma que no contenga un conjunto re- glas buscan minimizar los costos del
de frases modélicas para señalar la otro en materia de desaprobación, de
manera educada o cortés que debiera desa- cuerdo, de antipatía y -por el
observarse en las relaciones contrario- maximizar el aprecio y el
interpersonales. Es ver- dad que existen respeto hacia el hablante durante la
costumbres lingüísticas diferentes y que conversación.
las modalidades de uso de frases de La ya citada autora Robin Lakoff que
cortesías varían de cultura a cul- tura, sin estudió el fenómeno de las expresiones de
embargo, bajo una forma u otra, las hay cortesía desde el ángulo del género, y ana-
en todas partes, y su cumplimien- to o su lizó el estilo relacional propio de las
trasgresión y descuido, afecta sen- muje- res. Observó que las mujeres en sus
siblemente las relaciones sociales. estra- tegias conversacionales ponen el
¿Qué se entiende por “expresiones de énfasis en la cortesía positiva mediante
cortesía”? Son aquellas expresiones del el sumi- nistro de datos privados, no sólo
lenguaje conversacional tendientes a regu- en los grupos pequeños (familiares,
lar la distancia social y el equilibrio en las amigas/os), sino también en público, y
relaciones humanas. esto a veces, no es de agrado del público
Para Geoffrey Leech45 la pragmática masculino.
de la cortesía complementa las sugeren- De modo más general Lekoff dice que
cias dadas por H. Grice sobre el uso del en la conversación hay que observar la
“principio de cooperación”. Las reglas de re- gla de la formalidad y no imponerse
cortesía interpersonal consisten en sobre el interlocutor, se debe dejarlo
poner en práctica adecuadamente las expresar sus opiniones, y mantener una
cuatro normas dadas por Grice. Según relación en igualdad de condiciones.
Leech el “principio de cortesía” Otras investigaciones46 han desarro-
establece algunas máximas con el fin de llado un modelo centrado en estrategias
optimizar la inte- racción, y nombra las de cortesía y tuvieran una aplicación
siguientes: la máxi- ma de tacto para que muy amplia en diversas culturas.47
el interlocutor se sienta beneficiado con Levinson y Brown parten del supuesto
nuestro hablar, de que toda per- sona desea resguardar y
afianzar su presti-
gio durante la conversación, a eso deben bién cuando les toca optar entre pareceres
tender las normas de cortesía. La necesi- diferentes o expresar ideas que se inclinan
dad de prestigio es una exigencia hacia posturas no por todos
emotiva de reconocimiento y que compartidas. En el lenguaje debe
durante el diálo- go puede mantenerse, prevalecer el deseo de no menoscabar el
disminuir, perderse o aumentar. Se sabe prestigio del otro, evi- tando en lo
por experiencia que cuando los posible, los desacuerdos. En cualquier
individuos sienten amenazado su caso es preciso observar que las
prestigio, allí comienzan los problemas. implicaturas contenidas en las múltiples
“Una clase es el prestigio negativo o el de- formas de conversación, pueden
recho al territorio, la libertad de acción y expresar diferentes valores culturales, y
la libertad respecto de las imposiciones,
eso tiene una incidencia importante en
esencialmente la necesidad de que sus ac-
la pragmá- tica.
ciones no sean impedidas por otros. La
Cabe observar que el fenómeno
otra es el prestigio positivo, la autoimagen
social de la cortesía, está relacionado con
positiva que las personas tienen de sí
la prag- mática también por otro motivo.
mis- mas y la necesidad de ser
Conoce- mos la discrepancia que existe
apreciados y aprobados por al menos
entre la forma de las oraciones y los
algunas otras personas. Las acciones
actos que cumplimos con ella, esto lo
racionales que las personas realizan para
hemos consta- tado al tratar la teoría del
preservar ambas clases de prestigio para
acto de habla de Searle que no explica
sí mismas y para las personas con las
satisfactoriamente la relación entre
que interactúan re- presentan
comprensión formal y enunciados
esencialmente la cortesía.”48
indirectos. En esos casos las expresiones
En las conversaciones se trata de poner de cortesía fungen de instru- mento
en práctica aquellas estrategias que favo- pragmático para determinar la efi- cacia
rezcan o al menos que no hieran el de la comunicación, ya que propor-
presti- gio de los participantes, se debe cionan una ayuda concreta destinada a
actuar de tal modo que el receptor de asegurar el significado útil de los
nuestras pala- bras y gestos no se sienta enuncia- dos, sin debilitar su valor
amenazado. En caso de que se incurra semántico for- mal. En cierta manera los
directa o indirecta- mente en algún acto enunciados o frases de cortesía,
de amenaza al presti- gio, es necesario cumplen la función de modelos
realizar alguna acción de cortesía empíricos que otorgan preemi- nencia a
compensatoria. Los hablantes que los significados literales.
intervienen en los diálogos, deben esfor- Tal vez no se pueda adoptar un punto
zarse por cuidar el mutuo prestigio, tam- de vista único, o sea, pensar en una teoría
***
Juegos del lenguaje: Noción introducida por Wittgenstein, para mostrar que el
len- guaje humano funciona según el paradigma del juego, con reglas, códigos,
estrategias, combinaciones, intereses y otros procesos similares a cualquier juego.
Aunque existan modos diferentes en los usos y manejos de las lenguas, sin embargo,
todas se caracteri- za por tener “semejanzas de familia”, o sea, del juego.
Acto de habla: Es una unidad del lenguaje expresada en un enunciado con sentido
completo. Corresponde a lo que J. Austin denominó acto locutivo, esto es, el acto de ha-
blar mínimo para formular o decir algo con una intencionalidad comunicativa y ten-
diente a la acción.
Fuerza ilocutiva: corresponde al valor realizativo que lleva implícita toda proposi-
ción o acto de habla. Al decir algo no sólo se expresa un contenido, sino que además se
evidencia la intención de lo que se pretende al hablar, por ejemplo, hacer una
pregun- ta, expresar una súplica, dar una orden, etc. Por tanto se dice que todo
enunciado en su formulación expresa una fuerza ilocutiva.
Principio de cooperación: noción formulada por Grice para señalar que la práctica de
interacción versal, tiene éxito en la medida en que los hablantes respetan ciertas reglas
de cooperación conversacional: hablar diciendo la verdad, decir cosas significativas
pa- ra los demás, respetar los ritmos del diálogo...
Bibliografía
Austin John
1982 Como hacer cosas con palabras. Ed. Piadós, Buenos Aires.
Ralph Fasold
1998 Sociolingüística del lenguaje. Ed. Docencia, Bs. As., 1998
Reyes G.
1990 La pragmática lingüística. El estudio del uso del lenguaje. Ed. Montesinos, Barcelona, 1990.
AA.VV.
2000 Pragmática. Conceptos claves. Edit. Abya-Yala, Quito, 2000
8
LA IMAGEN VISUAL
1. Las imágenes que vemos y las ra su vaca pastando, no dudan de las imá-
imágenes que creamos genes que aparecen ante sus ojos, las con-
sideran parte de la realidad concreta del
¿De qué imágenes vamos a tratar aquí?
mundo. Si alguien cruzara una avenida
Sólo de las producidas con el propósito
creyendo que son mera fantasía los
de servir de signos. En otras palabras, nos
autos que se deslizan velozmente por ella,
re- feriremos a los signos icónicos. Ello
corre el serio riesgo de que algún coche
supo- ne la existencia de otras imágenes
le arre- bate esa fantasía para siempre.
que no son signos. Y en verdad es así.
Diversa es la situación cuando se
Pensemos en la experiencia visual.
trata de imágenes hechas con medios
Nuestros ojos ven cosas y objetos. Con la
técnicos como la pintura, la fotografía, el
mirada nos forma- mos una experiencia cine, la televisión, el video o la
directa del mundo. computadora. Allí la realidad es
El sentido de la vista nos permite cap- representada de manera me- diatizada, o
tar la realidad de los seres, y ese sea, en forma indirecta y síg- nica. Quien
contacto visual es el medio más común mira la foto de un auto sabe que no lo
que tene- mos para formarnos una idea puede conducir, ni que se le puede sacar
de las cosas, de conocer y distinguir sus leche a la vaca que vemos pin- tada en un
formas y colo- res. “La visión es directa, afiche publicitario. Y sin em- bargo, a
transitiva: el ob- jeto que está allí se hace todas esas representaciones les
conocer, más allá de la distancia, en el asignamos cierto grado de valor real,
simulacro que viene a buscar al ojo, por- que aluden a referentes conocidos y
aquí... La verdadera visión es contacto, con- cretos, hasta tal punto que
sensación en el objeto mismo, segura de despiertan sig- nificados y connotaciones
su realidad. La percepción es sin múltiples, indi- viduales y colectivas. En
representación; la precede, pero no la la sociedad ob- servamos que a menudo
in- cluye.”1 son las imágenes mediáticas las que
Se trata, pues, de una experiencia in- crean imaginarios co- lectivos de todo
mediata, fácil de comprender porque la tipo.2
relación visual con el mundo se nos
Hecha esta distinción entre imágenes
impo- ne como fenómeno directo,
directas y signos icónicos, conviene pro-
cotidiano y normal. Un transeúnte que
porcionar también una explicación
ve pasar vehí- culos por la calle o un
termi- nológica. La palabra iconismo
campesino que mi-
deriva del
griego (eikón) que podemos traducir por precisamente en signo icónico. En este
imagen o icono, sustantivo usado en la contexto han surgido los debates en torno
ci- vilización bizantina para designar las al tema y los podemos cristalizar en la si-
re- presentaciones pictóricas de su arte. guiente pregunta: ¿qué vemos cuando mi-
La lengua latina que dominaba en el ramos una foto, un dibujo, una pintura o
imperio romano, empleó el término imágenes televisivas?
imago del cual deriva nuestra palabra
imagen. En el siglo XIX fue Ch. Peirce el 2. ¿Qué es el iconismo?
que volvió a proponer el uso del término
iconos en re- ferencia a los signos Los tentativos por describir o definir
primarios, los signos icónicos, es decir, el iconismo datan de los inicios mismos
aquellos que reenvían directamente a su de los estudios semióticos sobre las
objeto de referencia. A su vez, la palabra imáge- nes.
iconicidad o iconismo apunta a la relación El interés por la noción de iconicidad
que se establece entre un signo visual y el deriva del hecho que ella permite saber
objeto que él represen- ta, y al modo por qué una imagen es portadora de sig-
como esa relación logra eventualmente nificados icónicos.
producir la comunicabili- dad de la A lo largo de años de discusiones, el te-
imagen. ma fue abordado desde ángulos
El problema más hondo por resolver diversos, con postulados
y que interesa verdaderamente a la epistemológicos igual- mente diferentes
semióti- ca, es el que se refiere a la que dieron origen a la elaboración de
naturaleza del iconismo. Este debate teorías no siempre fáciles de conciliar.
absorbe desde mu- chos años a los Puede ser útil, entonces, esbozar una
semiólogos que discuten la pregunta: síntesis de las principales respuestas que
¿qué es el iconismo? se han dado a la cuestión del iconismo.
Las respuestas que se han dado
acerca de la naturaleza del iconismo a) El iconismo como “semejanza”
fueron muy variadas. Hay que señalar de según Charles Peirce
entrada, que las discusiones semióticas
El investigador Charles S. Peirce
no son acerca de las percepciones
(1829-1914), distingue tres grupos de
visuales directas que ya mencionamos,
sig- nos, según las relaciones que tienen
pues esas corresponden al campo de la
entre sí, las relaciones con el objeto que
fisiología perceptiva y a la psicología del
desig- nan, y en tercer lugar, las
conocimiento humano. En semiótica se
relaciones que establecen con el
piensa más bien al iconismo como
interpretante.
categoría comunicativa, es decir, a
aquellos rasgos que convierten a un
signo
164 / Victorino Zecchetto
En relación con el objeto, Peirce sostie- dos que en figuras semejantes se corres-
ne que pueden darse tres tipos de ponden). Aplicado este concepto a la ima-
signos: gen, en ella existirían puntos, elementos,
cualidades y coincidencias que de alguna
el índice: señala e indica en forma di- manera reflejan los objetos y las cosas rea-
recta el objeto al cual se refiere, por ejem- les representadas. Un estudioso (ajeno al
plo las calles mojadas son un signo pensamiento de Peirce) observó que las
índice de que ha llovido. imágenes icónicas reproducen los
contor- nos de las cosas representadas. Lo
el símbolo: es y se establece por una que ma- nifiesta una imagen es el
convención social, como sucede con los “contorno uno” del objeto (C 1), y lo
signos lingüísticos de un idioma. hace a través de una determinada forma
(C 2). Si luego se con- sidera la imagen
el icono: es el signo que se relaciona en su conjunto, la seme- janza con los
con su objeto por razones de semejanza. referentes reales, la vemos
Las llamadas imágenes visuales se representadas en dichos contornos. Bajo
ubican aquí en la sección de los iconos. este punto de vista la explicación es bas-
Al explicar qué son los signos icónicos tante plausible.4
Peirce afirma que son aquellos que “tie- Para algunos, sin embargo, no queda
nen una cierta semejanza innata con el claro, el modo de funcionar que tiene la
objeto al que se refieren.” O más concreta- semejanza, porque cuando se quiere esta-
mente aún: “una cosa cualquiera ... es ico- blecer el enlace entre “un elemento seme-
no de algo, en la medida en que es jante” del icono con aquel que posee el
seme- jante a esa cosa y es usada como objeto real, es prácticamente imposible
signo de la misma.”3 determinarlo.
Vemos que Peirce se desliga de la tradi- Comentando la definición de Ch. Peir-
ción lingüística y explica la imagen por ce, Umberto Eco observa que el vínculo
elementos internos a la misma, optando gráfico por vía de semejanza, establece
por aquello que convierte a un signo la relación entre la imagen y su objeto
figu- rativo como “semejante a...” La por equivalencia de rasgos, ya que aquélla
caracterís- tica de representar objetos por “re- produce la forma de las relaciones
semejanza sugiere la idea de figuras reales a las que se refiere”. En este caso,
homólogas (en geometría se dice de los sin embar- go, ciertamente es necesario
puntos y de los la- -continúa
Eco- que existan unas reglas básicas de denota. Un signo caracterizador sí que ca-
in- terpretación icónica mediante las racteriza lo que puede denotar. Un signo
cuales las informaciones transmitidas de este tipo puede lograr ese resultado
por las lí- neas representadas sean de tipo mostrando en sí mismo las propiedades
cultural, y por tanto de carácter que un objeto debe tener para ser denota-
convencional y, a ve- ces, netamente do por él, y en este caso el signo caracteri-
arbitrario. De allí que “la correlación zador es un icono Una fotografía, un
entre la imagen y su referente, en el signo mapa estelar, un modelo, un diagrama
icónico se establece por con- vención de
químico son iconos.”6
contenidos y no por semejan- za de
Morris, sin embargo, quiso obviar las
rasgos. Tal semejanza se produce por la
dificultades que planteaba la teoría de la
transformación icónica que se realiza en
semejanza. Entonces dijo que las imáge-
la imagen, y es lograda sobre bases de
nes son iconos porque “denotan
impresión, de congruencia, de
aquellos objetos que tienen las
equivalen- cia, de artificios de luz, de
características que ellos mismos poseen,
colores, y que acaban otorgándole a la
o, más comúnmen- te, cierto conjunto
imagen una fun- ción semiótica.” 5 Se
especificado de sus ca- racterísticas.”7
puede completar es- ta idea recordando
Esta percepción nos pro- porciona la
la peculiar visión que tiene Peirce de la
iconicidad de un objeto, por- que lo
semiosis. En ella todos los procesos se
captamos de acuerdo a un criterio de
configuran como una red de signos
“pertinencia” (características, cualida-
interconectados que constitu- yen,
des o propiedades) que poseen las cosas
precisamente, una semiosis infinita. En
representadas.
este caso, la semejanza icónica no ac-
Si se acepta esta noción de imagen que
tuaría en forma aislada, sino al interior del
establece en ella la presencia de algunas
flujo semiótico que integra el conjunto
propiedades de las cosas que representa,
cognitivo humano.
hay que decir que un cuadro -por
ejemplo de una mujer - tiene “algunas
b) Las “propiedades” en la posición de
característi- cas o propiedades” de la
Charles Morris
mujer real. ¿Cuá- les? De inmediato nos
El semiólogo Charles Morris retomó topamos con un se- rio problema de
la idea de Peirce y su clasificación de los comprensión. ¿Cómo lo- grar explicar
sig- nos en índice, icono y símbolo. El qué significa “poseer ciertas
signo icono es aquel que es “...similar a características o propiedades” del objeto
lo que representado? Si comenzamos a descartar
5 Cfr. Umberto Eco: Tratado general de semiótica”. Ed. Lumen,Barcelona,1977, p.330 y ss.
6 Charles Morris: Fundamentos de la teoría de los signos. Ed.Planeta-Agostini,Barcelona 1994, p.59
7 Ib. p. 60
166 / Victorino Zecchetto
los elementos que no posee el cuadro res- re U. Eco al afirmar que es más apropiado
pecto de la realidad figurada, aparece decir que las imágenes contienen “esque-
cla- ramente la inconsistencia del mas de objetos”, y que la gente mira histo-
concepto. Por de pronto no puede rietas interpretándolas a partir de ciertas
tratarse de carac- terísticas físicas del “convenciones gráficas” cuya base es cier-
objeto representado, sino sólo de tamente de carácter cultural.8
estímulos visuales que tienen algún
parecido con él. El cuadro de la mu- jer c) La explicación mediante el concepto de
me permite designarla con algunas ca- analogía
racterísticas, por ejemplo, mujer gorda,
como sucede en las pinturas de Han sido sobre todo los semiólogos
Fernando Botero. Se trata, pues, de una franceses Christian Metz, Roland Barthes,
designación meramente pictórica, ya que los que recurrieron al concepto de
las propieda- des físicas y palpables de tal analo- gía para explicar la iconicidad.
gordura se nos esconden. Si tomamos Afirmaron que una imagen es análoga a
como ejemplo los dibujos de historietas, la cosa que representa. ¿En qué sentido la
el asunto se complica aún más, porque en imagen icó- nica es un signo analógico?
ellos resulta muy difícil indicar qué La respuesta exige aclarar que la analogía
propiedades se re- producen de los es una opera- ción lógica por la cual se
objetos, y cuáles, en cam- bio, son aplica el conteni- do de un fenómeno
excluidas. Consciente de este pro- blema particular a otro, con el fin de mostrar
Morris especificó que la noción de las relaciones de corres- pondencia
imagen icónica hay que entenderla proporcional que mantienen ambos.
como un signo que se asemeja “...en Según esto Barthes opina que en la
algunos as- pectos a lo que denota”, o imagen icónica se establece realmente
como dice la ci- ta que reprodujimos una analogía con el objeto designado. Si
arriba a “cierto con- junto” de por definición la analogía establece un ti-
características. Morris añade también po de relación entre dos cosas basada en
que es preciso tomar en cuenta los la proporcionalidad, es válido aplicar el
grados de iconicidad que tiene una con- cepto a las imágenes, ya que en
imagen para descifrarla. Es claro que, del ellas la analogía se manifiesta en la
punto de vista semiótico, la expresión “al- proporciona- lidad icónica. En la imagen
gunos aspectos” no resulta ser una expli- vemos que se codifican ciertos atributos
cación totalmente satisfactoria, aunque del “analogon” y se reconoce una serie
sirve para usar el concepto y entenderse de “figuras deno- tadas”. La presencia de
en los diálogos comunes. De todos modos estos elementos, de propiedades y de
creemos que, en parte, es posible rescatar rasgos significativos
la idea de Morris en el sentido que
sugie-
12 Aquí sintetizamos los conceptos que U.Eco expone en una de sus últimas obras semióticas: Kant y el or-
nitorrinco. Ed. Lumen, Barcelona, 1999 .
13 U. Eco: Kant y.....pág. 84
14 Ib.
La danza de los signos /
iconos lo que percibimos en primer lugar to, como es la de los signos icónicos. A
no son “signos”, sino estímulos que prece- menudo el proceso se genera mediante
den cualquier otro fenómeno posterior. “esquemas” que nuestra mente usa de
Eco cita el ejemplo de una foto publicita- continuo como una categoría inferencial.
ria de cerveza; en ella vemos la imagen del De hecho constatamos que muchas figu-
vaso transparente y helado, la espuma ras e imágenes, las armamos esquemática-
de la cerveza que lo desborda, el color mente para darle una identidad a las cosas
dora- do de la misma y otros detalles. que queremos representar, aunque sabe-
Pero es claro que no hay equivalencia mos que esos esquemas no corresponden
entre lo que vemos y la realidad, porque a los referentes objetivos. Los esquemas
la imagen no nos transmite ni las icónicos representan, pues, una
dimensiones, ni la temperatura, ni el continui- dad con los estímulos primarios,
gusto, ni el aroma de la cerveza. Sólo nos y aunque no conozcamos exactamente el
llegan estímulos que de modo vicario mecanis- mo de su funcionamiento, en la
nos transfieren datos y nos permiten práctica nos sirven y dan buenos
interpretar como naturales las cosas que resultados.
nos muestra la imagen fotográ- fica. En
todo este proceso de semiosis, pri- mero e) El iconismo según el Grupo m
está la percepción y después vienen los
signos. En consecuencia, los estímulos Este grupo compuesto por
sucedáneos aparecen como una condición semiólogos de la Universidad de Brujas
previa a cualquier fenómeno semiótico, (Bélgica), se ha dedicado al análisis del
y por eso los signos icónicos dependen signo visual y su obra más conocida es
del despliegue de la actividad Tratado del signo vi- sual. Para una
cognoscitiva que es la percepción retórica de la imagen.16 Sin- tetizamos su
primaria: “Si la carac- terística teoría, limitándonos al tema del
fundamental de la semiosis es la iconismo, y dejaremos de lado las cues-
inferencia, ...entonces puede considerarse tiones sobre la retórica visual minuciosa-
la inferencia perceptiva como una proceso mente analizada por esos autores.
de semiosis primaria”.15 Desde aquí se Al preguntarse acerca de la
construyen otras formas de conocimien- naturaleza del signo icónico, el Grupo m.
pasa revis-
15 Ib. p. 106
16 Grupo m : Para una retórica de la imagen. Editorial Cátedra, Madrid 1993. El original francés fue pu-
blicado en 1992 (Traité du signe visuel). Los representantes más conocidos del “Groupe m” son Fonta-
nille Jacques, Jean-Marie Klinckenberg, Jean-Marie Floch. En 1995 Fontanille J. publicó: Semiotique
du visible. Des mondes de lumières. PUF – Paris, Y Floch J.M. también en 1995 escribió: Identités
visuelles.
-PUF- Paris.
En adelante citaremos la mencionada edición española de Para una retórica de la imagen.
170 / Victorino Zecchetto
17 Op.cit. p. 111
18 Op. cit. p. 121
19 Ib.
20 Op. cit. p. 122
21 Ib.
22 Ib.
La danza de los signos /
ticas visuales, pero puede ser descrito por muestro un objeto para hacer de él un sig-
una serie de características, algunas de las no, lo despojo de algunas de sus funciones
cuales son visuales y otras no, entrando en y reorganizo el repertorio de sus caracte-
un producto de paradigmas cuyos térmi-
rísticas.”24 Y es el contexto pragmático el
nos están en una relación de suma lógi-
que define si algo es o no signo icónico.
ca”23 Por eso, “El significante es, en todo siste-
La identificación de un tipo se hace ma semiótico, no una realidad física,
por niveles de análisis según los factores sino un modelo teórico que testimonia
que lo integran, algunos más vagos e inde- los es- tímulos físicos.”25
finidos, otros más claros y nítidos. En consecuencia “el iconismo depende
En cierto modo podemos decir que el del conocimiento de las reglas de uso de
tipo corresponde a la noción de “interpre- los objetos, reglas que instituyen a algunos
tante” de Peirce.
de esos objetos como signos”26. Se podría
Estos conceptos permiten hacer otras
preguntar si acaso el iconismo -en el fon-
afirmaciones complementarias:
do- corresponde al significado
lingüístico. La respuesta es no, porque
En la imagen visual las transformacio- “El tipo no mantiene en la estructura del
nes que se realizan sobre el significante signo icóni- co el mismo género de
deben ser tales que no impidan el relación con signi- ficante y referente
recono- cimiento del tipo y su referente. que en el signo lingüís- tico, sino que
Si un signo lo constituye la unión en- sirve de garantia a un con- trato que se
tre los estímulos de un referente con el establece entre un significan- te y un
de su tipo, ¿cuándo un hecho visual llega referente conmensurables (es lo que se
a ser icono? La pregunta es válida
ha llamado la cotipia).”27
porque constatamos que los estímulos
La articulación de los signos icónicos
visuales en sí mismos, aunque sean
se realiza mediante “unidades determi-
transformaciones hechas en significantes nantes” en las que se manifiesta el tipo.
no aseguran la ico- nicidad sígnica (o sea, Esas unidades son significante de un signo
la distinción entre objetos y signos). De icónico. Por ejemplo en una foto o
hecho muchos obje- tos se asumen dibujo de una cabeza se pueden
como signos: “Cuando yo identificar uni- dades como ojo / oreja /
nariz...todas ellas
juntas conforman los rasgos “que consti- quier caso hay una transformación del
tuyen el tipo ‘cabeza’”.28También puede re- ferente. Y esto tiene que ver también
haber articulaciones icónicas más com- con el significante que es igualmente
plejas que se llaman “marcas”: “se definen transfor- mado, pero en él deben
por la ausencia de correspondencia con permanecer siem- pre algunos elementos
un tipo”29 (por ej. una línea que indique invariables que permitan la identificación
una nariz sobresaliente). “Estas marcas del objeto, o di- cho de otro modo, en
pueden ser igualmente cromáticas o tex- cualquier escala de iconicidad de una
turales” (...) “las marcas sólo poseen un imagen visual deben haber rasgos que
función distintiva”.30 En resumen las señalen “lo que queda del original en la
‘marcas’ se pueden definir así: “son estí- copia”. El iconismo esta- blece una
mulos descriptibles independientemente diferencia entre el referente y su
de su eventual integración a un significan- significante, pero ambos relacionados a
te icónico, pero concurrente a la identifi- través de las operaciones de transforma-
cación de un tipo, y por lo tanto, a la ela- ción. En efecto y como acabamos de afir-
boración de un significante icónico glo- mar, nunca las transformaciones deben
bal, el cual las finaliza.”31 quitarle al soporte significante aquellos
Según el Grupo m. el iconismo surge datos mínimos que destruyan el reconoci-
de tareas de transformación -esto es- de miento del tipo, sino que deben
operaciones hechas sobre los rasgos espa- asegurar la ‘cotipia’. Aquí entra en juego
ciales atribuidos al referente. Una trans- también el concepto de redundancia. Su
formación puede ser homogéneo o hete- presencia - aunque sea mínima- es
rogénea, según el espacio o los elementos indispensable pa- ra la existencia del
transformados. En el iconismo las trans- iconismo. Es la redun- dancia la que
formaciones son complementarias entre establece los grados de ico- nicidad: una
ellas y pueden ser transferidas a campos foto en colores sería más icó- nica que
diversos: un personaje puede ser repre- un sencillo dibujo. Sin embargo, en sí
sentado mediante una caricatura, un re- mismas, las transformaciones de son las
trato de pintura o una fotografía. En responsables directas de la escala de
cual- iconicidad; a ellas deben agregarse los fac-
28 op.cit. p. 132
29 op.cit. p. 134
30 ib.
31 op.cit. p. 135
La danza de los signos /
se de muchos modos y dar origen a múl- bal, sino a causa de los elementos que se
tiples sistemas de signos visuales. El en- suceden de acuerdo a la dialéctica de la
samble de las formas y de las figuras no manifestación. El mostrarse, es decir, el
lo vemos como caótico, sino con un hecho epifánico es inherente a la
sentido que brota de la percepción de la formali- dad icónica. De allí emergen los
Gestalt. “La Gestalt sólo se manifiesta en significa- dos vinculados con la
la per- cepción del estímulo cuando se experiencia del mundo como aparición,
reconoce la estructura de éste.”33 En la donde las cosas se convierten
Gestalt siempre se manifestará el aspecto inmediatamente para noso- tros en
esencial de la estructura visual, aunque objetos o en formas con sentido, en el
cambien algunos de sus elementos. Se instante en que las vemos y observa- mos.
llama iso- morfismo a la relación que Por supuesto que la captación de un
mantienen en- tre sí los elementos de sentido requiere una interpretación.
dicha estructura gestáltica. En ella se hace Pero en el caso de la imagen, tal sentido
presente el fenó- meno de la emer- ge a pesar de la mediación
reestructuración intuitiva de los datos icónica, por la vía inmediata del aparecer,
proporcionados por la percep- ción por el carácter epifánico de la imagen
visual. Las imágenes icónicas las per- misma que mues- tra antes de que
cibimos dentro de un campo de fuerzas podamos decir algo acer- ca de lo
donde todos los elemento interactúan mostrado. Este registro de mani-
re- cíprocamente, y mediante la festación inmediata sostiene el funciona-
experiencia de la intuición figurativa miento semiótico de la imagen, y le per-
(insight), nos da- mos cuenta de su mite traspasar los umbrales que a muchos
unidad, del paradigma visual que otros lenguajes les están vedados.
reproducen, como una expe- riencia
primordial independiente de la voluntad b) En las imágenes confluyen diversos ele-
consciente, porque resulta ser parte mentos que producen significados icóni-
integrante de la misma experiencia del cos
ver.
Al final, la distinción entre imagen e Los estímulos que nos proporcionan
icono se reduce a una cuestión de realis- las superficies icónicas producen efectos
mo. diversos, o si se prefiere, dan material
El mundo de las imágenes icónicas se bá- sico para que en nuestra mente se
hace lenguaje, no porque posee una creen configuraciones unitarias y
codi- ficación semejante a la de un estructuras vi- suales. La acción de mirar
discurso ver- no es nunca pa-
34 Gadamer Hans-Georg: Verdad y método. Ediciones Sígueme, Salamanca 1991, pág. 202.
35 Gadamer H.G. op.cit. p. 204. Siguiendo esta línea Gadamer llega a afirmar que la imagen no es un
sig- no.
176 / Victorino Zecchetto
36 Ver, a modo de ejemplo, las conclusiones que pueden derivarse de esto en: Alessandria J. Imagen y me-
taimagen. Eudeba, Buenois Aires, 1998
37 Para una.....p. 124.
La danza de los signos /
entre el medio y la realidad, oculta el as- ción de las convenciones icónicas. Ellas
pecto de construcción de la evidencia se instalan como modelos o medidas
siempre mediatizada por la acción acepta- das socialmente. La viñeta que
discur- siva y selectiva del medio”.38 ilustra los rasgos de Mafalda del
Tal vez sea posible hablar de códigos dibujante Quino, establece icónicamente
icónicos en referencia a esas una convención cultural por la cual
construccio- nes de unidades de reconocemos unos trazos figurativos
evidencias que son las imágenes, en las como pertinentes a ese personaje en
cuales se detectan signos figurativos oposición a otros. Lo mismo puede
menores relacionados con otros afirmarse de los demás conocidos
conjuntos más complejos. Tome- mos, personajes de historietas, desde los ani-
por ejemplo, la foto de un hombre. En males de Walt Disney, hasta los héroes
ella son perceptibles iconos menores de los manga japoneses. Se los reconoce
como la cabeza (y en la cabeza la boca, las por los artificios gráficos instalados
orejas, el pelo, la nariz...), los brazos (y cultural- mente y aceptados según el
en los brazos el codo, las manos, los catálogo icó- nico que los sitúa en
dedos...), etcétera. Esta manera de oposición a otros sig- nificantes.
entender y de re- ferirse a los códigos Queda claro, entonces, que los códigos
icónicos, la vemos traducida en libros icónicos poseen su correspondiente con-
escolares que utilizan figuras de tenido cultural que permite identificar
personas, de animales o de ob- jetos y los objetos representados. La mayoría de
sus partes, como recurso didáctico para las imágenes las comprendemos por ese
la enseñanza de idiomas extranjeros. Por vín- culo entre los objetos y las
tanto, hay que matizar la postura ex- convenciones de codificación. Sería
trema que pretende negarle a las precipitado, sin em- bargo, atribuirle a
imágenes toda codificación. Los signos los signos icónicos un carácter
icónicos también se producen bajo meramente convencional y arbi- trario.
reglas, si bien son variadísimas las Es más exacto utilizar el concepto
formas que las rigen. En efecto, las mencionado anteriormente sobre los di-
imágenes pueden asumir una gama muy versos grados de iconicidad que hace refe-
amplia de grados de iconi- cidad, rencia a la mayor o menor cantidad de
planteando el problema de cómo rasgos codificados y pertinentes a la
individuar las unidades figurativas meno- reali- dad representada, con sus signos
res, ya que a menudo son difícilmente menores incluidos.
re- conocibles. Es aquí donde aparece la
no-
39 Eliseo Verón: La semiosis social. Gedisa Edit. Buenos Aires, 1987, p. 122
40 Verón Eliseo: La semiosis social. Gedisa Edit. ,Buenos aires, 1987
La danza de los signos /
portadores de sentido. Pero un mensaje de cación. Estas son las relaciones de sentido
cualquier clase no se puede comprender ya que potencialmente, todos los sentidos
separado del contexto en el cual se realiza son afectados por su ubicación en una
el flujo discursivo. La exégesis de los sig- red semiótica.
nos, de los textos y discursos no se A partir de esta perspectiva vamos a
realiza sólo de forma segmentada, sino detenernos en algunos puntos que ayuda-
que se en- foca en relación con el rán a profundizar la significación de la
conjunto contex- tual, es decir, desde la imagen como texto y discurso.
perspectiva de los elementos externos al
mensaje y dentro del proceso que se a) El tema y los estilos de la imagen
lleva a cabo en la co- municación. El
sentido brota, pues, de la semiosis y no La premisa anterior permite ante
constituye una entidad au- tónoma, ni es todo comprender por qué el tema de la
una cualidad en sí misma. Por tal motivo imagen se revela como un componente
se suele hablar de efectos de sentido, esencial de los discursos icónicos. En
para decir que lo que evocan los signos o efecto, los creadores de imágenes le dan
los discursos viene envuelto en sus “un conteni- do” a sus obras, es decir,
contextos, y no depende sólo de sus elaboran signifi- cantes para expresar
significados semánticos básicos. Los con- algún tema.
textos dan los matices y van marcando Resulta apropiado hablar, entonces, de
los márgenes y alcances de los tematización visual, la cual se refleja en
sentidos.41 los elementos figurativos que instauran
Entendemos que el estudio del sentido una función semántica. Un diseñador, un
forma parte de la semiótica social, una ac- pintor o un fotógrafo, crean sentido me-
tividad científica que opera sobre los diante el tema, integrando en él aquellas
len- guajes y como un lazo de reflexión marcas semánticas (los diversos factores
que se une también a la vertiente visuales como la composición, las líneas,
pragmática. El sentido se descubre los niveles icónicos, los colores...), ten-
mediante la interac- ción de los valores y dientes a manifestar, con mayor o
significados de los signos en relación con menor unidad y coherencia, algún tema.
las interpretaciones culturales que brotan El es- pectador percibe las marcas
de los elementos contextuales donde se semánticas y
verifica la comuni-
41 En “La semántica” Pierre Guiraud (Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1995, séptima reimpre-
sión), sostiene que gracias al contexto “se forman asociaciones extranocionales” (p.38) que él denomi-
na valores en oposición al sentido, pero en relación con las connotaciones. Guiraud se mantiene estric-
tamente en el campo de la lingüística, pero hoy podemos proyectarlo hacia el campo de los sentidos
contextuales de cualquier situación de semiosis y en referencia a todo tipo de signos o discursos.
180 / Victorino Zecchetto
mediante ellas, capta el tema o argumento ne para el público de nuestro tiempo sig-
de la imagen, lee en ella un sentido. nificaciones y sentidos que con facilidad
Las formas y las expresiones que asu- conducen a interpretarlo como “matri-
me un tema icónico, son variadísimas. monio medieval”, “rigidez institucional”,
Es acá donde hay que buscar el “pareja antigua de siglos pasados”, etc. Por
origen de los estilos con sus rasgos y cierto que la gente del siglo XVII (los con-
característi- cas, cuyos códigos, de temporáneos del pintor), lo veían desde
acuerdo al tiempo y las circunstancias, se otra perspectiva, la propia de su tiempo.
instalan socialmente y permiten al El factor diacrónico al desplegarse a lo
público distinguir un estilo de otro. Los lar- go de la historia, necesariamente es
estilos son los modos peculia- res de tam- bién cultural. Existe una percepción
expresión que operan a nivel de los co- lectiva de las imágenes, ligada a
significantes y de los actantes visuales. Los circuns- tancias espacio-temporales y
actantes son objetos iconográficos en los por tanto a factores culturales. Digamos
cuales las formas expresivas toman cuer- que los tex- tos visuales no permanecen
po, y mediante ellos el tema se hace pre- inalterados a través del tiempo. En cada
sente en el signo imagen. Mientras un época o en cir- cunstancias diversas,
te- ma puede permanecer inalterado a producen connota- ciones y significados
través de muchos estilos, éstos van nuevos e insospecha- dos, creándose así
asumiendo expresiones y elaboraciones situaciones hermenéu- ticas donde cada
formales cambiantes a lo largo del sujeto o grupo de indivi- duos generan
tiempo y de las épocas. interpretaciones cada vez nuevas y
Observemos que el cambio de originales.
relacio- nes entre los niveles formales y los El conocimiento objetivo de la
niveles temáticos, producen también imagen prácticamente es una ficción,
cambios de lectura y de interpretaciones porque no existe ninguna comprensión
en el público. En su raíz, tales cambios se de la misma sin que exista algún entender
deben a la es- tructura misma del texto- previo de las relaciones de esa imagen
imagen por un lado, y de sus con un contexto cultural desde el cual se
significaciones o sentidos por otro. la interpreta. El proceso de
interpretación es parte inte- grante de la
b) La interpretación de los
producción de sentido y de la
discursos visuales
comprensión de las imágenes. Las tradi-
Mientras el significante y el significado ciones que están a nuestras espaldas -dice
de la imagen son elementos sincrónicos, Gadamar- no actúan como un movimien-
las significaciones y los sentidos son de ca- to subjetivo, sino como una corriente de
rácter diacrónico. Un cuadro de Van Eyck anticipación de sentido, antes que
con el tema de la pareja matrimonial, nosotros empecemos a comprender. Así, el
tie- sentido manifiesto de un discurso visual,
en el contexto global de las
interpretaciones da-
La danza de los signos /
das con anterioridad a las nuestras, ensan- que miran las imágenes, si bien es eviden-
cha el horizonte simbólico y entra en la te que la capacidad simbólica para
corriente del círculo hermenéutico, crean- captar significados es diferente de una
do nuevas condiciones y vínculos de persona a otra. Lo importante es retener
com- prensión simbólica.42 que el hombre y la mujer, constituye el
Este fenómeno explica por qué -por espacio dentro del cual es posible hablar
ejemplo- una misma película o un mismo de crea- ción de sentido.
programa televisivo o un artículo de dia- Además de la capacidad simbólica, hay
rio, están sujetos a tan diversas interpreta- que mencionar también otro potencial
ciones. Simplemente sucede que las con- humano que nos permite ver en una
diciones de reconocimiento se gestan cosa lo que ella no es, se trata de lo
so- cial y culturalmente. imaginario. Lo simbólico y lo imaginario
intervie- nen como elementos de
c) El símbolo y los imaginarios significación, que siendo ambos de
Llegados a este punto, es preciso recor- carácter social, funcio- nan sobre una
dar la observación de Castoriadis (1983), base de significados com- partidos.
según la cual el sentido de la imagen Junto al imaginario individual, existe el
exis- te antes de la obra iconográfica, imaginario social que es una suerte de
porque lo simbólico es una capacidad margen de indeterminación en- tre el
humana que existe en los individuos campo de lo natural y la ley racional, y
como un presu- puesto cognitivo y donde los grupos y la sociedad forjan su
comunicativo básico. El sentido funciona modo de ser y de pensar. Recorriendo el
a espaldas de la ima- gen, y sólo desde camino de lo imaginario social, una colec-
ese horizonte es posible comprenderla e tividad toma tal rumbo o tal orientación,
interpretarla. El símbolo- imagen que puede ser práctica, emocional o
constituye un aparato mediador entre el inte- lectual. El imaginario es un
sujeto y la realidad. Cuando deci- mos modelo de mundo que asume un grupo
que el autor de una imagen une y humano pa- ra darse identidad y
combina elementos icónicos o consistencia social. En el imaginario
figurativos para crear sentido, estamos hallamos gran cantidad de símbolos que
afirmando que hace emerger de la se usan con el fin de dar- le una
imagen, algún sen- tido que existe definición a los objetos concretos en los
previamente ínsito en la acción cognitiva que se encarna la identidad de un grupo
de la persona al hallarse frente a la o de una sociedad. Toda imagen re-
realidad que percibe. Es ese sen- tido el presenta y lleva involucrada una faceta
que descubren los destinatarios imaginaria.
Las imágenes forjan el mundo más las imágenes, porque su fuerza explicativa
allá de su pretendida objetividad. es además, siempre, una fuerza encubri-
Seguimos interesados en saber de qué se dora de la realidad: “Vehículos de una
trata la rea- lidad que miramos, que ideología, las imágenes sufren el destino
pintamos, que fo- tografiamos o que del poder que representan.”43
filmamos. Tal vez por este motivo
debamos mirar con sospecha
Imagen simbólica: es la imagen que desborda los límites denotativos del signo y se
amplaza con energía para aludir a realidades más amplias, a veces oníricas y
profundas del espíritu humano.No siempre se adecua al significado estricto del signo,
sino que acumula y sugiere contenidos abstractos e indefinidos.
Grados de iconicidad: son los niveles de acercamiento al referente que posee una
imagen visual. La escala de iconicidad depende de la elaboración de los elementos cuan-
titativos y cualitativos presentes en las figuras.
43 Changeux Jean-Pierre: Razón y placer. Tusquetes Editores, Barcelona, 1997, pág. 92. Este autor se detie-
ne a analizar el goce y el placer que produce la mirada. Un estudio muy pertinente al tema que
trata- mos.
La danza de los signos /
Bibliografía
Eco Humberto
1999 Fant y el ornitorrinco. Editorial Lumen, Barcelona, 1999 (Ver cap. 6: “Iconismo e hipoico-
nos”).
Gauthier Guy
1986 Veinte lecciones sobre la imagen y el sentido. Editorial Cátedra, Madrid.
Villafañe Justo
2002 Introducción a la teoría de la imagen. Ediciones Pirámide, Madrid.
AA.VV.:
1990 Videoculturas de fin de siglo. Editorial Cátedra, Madrid.
9
LOS DISCURSOS
1 Pensamos en las investigaciones de Osgood y Berelson y en general en los estudios sobre los contenidos
de los medios.
2 Las ideas semiológicas de R. Barthes, la teoría de A.J.Greimas, los estudios de U. Eco, de Ch. Mets, V.
Morin, y otros, abrieron el panorama a nuevas perspectivas semióticas y enriquecieron la indagación
sobre los productos textuales y las prácticas discursivas.
186 / Victorino Zecchetto
interpretantes es infinita, o al menos inde- entre dos términos:“La relación es una ac-
finida.”4 Por eso, termina afirmando que tividad, de tipo cognitivo que establece la
“en la semántica de la interpretación no identidad y la alteridad de dos o más mag-
hay entidades metalingüísticas ni univer-
nitudes, o como resultado de este acto” 6 Si
sales semánticos”. 5 la relación es la que nos permite captar
Desde otro punto de vista, analiza el la identidad y diferencia entre dos
cuestión del sentido A.J. Greimas y su pen- términos o fenómenos, quiere decir que
samiento aquí nos interesa de modo parti- allí emerge una unidad de sentido
cular, porque más adelante tomaremos en precisamente por los valores puestos en
cuenta su teoría analítico-narrativa. relación y por la captación de su
Greimas sostiene que el plano de la ex- diversidad.
presión o significante no es pertinente pa- Paolo Fabbri corrige esta idea y
ra el estudio del sentido, porque en último sostie- ne la hipótesis según la cual el
análisis, el mundo sensible del cual for- mundo po- see una consistencia propia y
man parte todos los significantes, no es en con él todas las cosas. Lo que hace
sí mismo, sentido; necesita que algún ser nuestra mente es in- vestir de forma a los
humano lo involucre en su percepción seres, y luego con el lenguaje expresar
significativa. La semiótica se preocupa, un sentido. El lenguaje no es algo
entonces, de dar razón de ese mundo de independiente de las cosas que
las significaciones, que por cierto se conocemos, ya que es allí donde la
vehi- culan a través de canales sensoriales, mate- ria viene organizada e informada
pero el sentido como tal, sólo puede convir- tiéndose en una sustancia con
abordarse a nivel de metalenguaje, pues el sentido.
estudio de las significaciones desborda la
descripción del plano significante. Esta hipótesis -dice Fabbri-: “ nos libera de
Greimas opina que así como existen modo definitivo de la idea según la cual es
unidades mínimas en el nivel de los necesario descomponer los objetos en unida-
significantes (por ejemplo, en la lengua), des mínimas de significado, o los sonidos
así también es posible identifi- car en unidades mínimas de fonación, para
unidades mínimas de sentido. Ello se da luego reconstruirlas y comprender su
cada vez que establecemos una relación estructura interna. (...) Sólo por este
camino es posible estudiar la curiosa
realidad de los objetos, objetos que pueden
ser al mismo tiempo pa-
4 Umberto Eco: Semiótica y Filosofía del lenguaje. Ed. Lumen, Barcelona, 1990, p.131
5 Ib. p. 132
6 A.J. Greimas: Du sens. (1982). Existe la traducción castellana: Del sentido II. Ensayos Semióticos. Edit.
Gredos, Madrid, 1990.
190 / Victorino Zecchetto
labras, gestos, movimientos, sistemas de luz, cretos, pero también de otros “universos
estados de materia, etcétera, o sea, toda posibles” que podemos pensar o imaginar.
nuestra comunicación.”7 De todas formas, es en ese marco donde
se desarrolla nuestra actividad
En síntesis digamos que a los objetos
interpretativa y productora de sentido.
les vemos un sentido, porque nuestra
Todo texto se construye en referencia a
mente capta sustancias revestidas de for-
algún “universo posible”. Citemos como
mas y no cosas aisladas colocadas en un
ejemplo una obra literaria. En su novela
mundo caótico.
“Pedro Páramo” el mexicano Juan Rulfo
La semiótica no desea identificarse con
diseña el singular ambiente de su
la teoría del conocimiento, descarta en-
narración. La base del re- lato es el viaje
tonces, la tarea de elaborar complejos
de Juan Preciado, hijo de Dolores y del
principios epistemológicos y reduce al
cacique Pedro Páramo. La madre
mínimo las consideraciones de base. En
moribunda envía a su hijo a Co- mala en
otras palabras, afirma que es posible ela-
busca de su padre. A ese pueblo muerto
borar una teoría del sentido (y por tanto
y árido, Juan llega conducido por un
como estaría estructurado un universo se-
arriero. La comarca está vacía y desola- da.
mántico), sin referirse necesariamente a
“Aquí no vive nadie”, le dice el guía a
una determinada materia significante.
Juan. “¿Y Pedro Páramo?” - “Pedro Pára-
Aquí podemos introducir la noción de
mo murió hace años”. Juan no sabe que
“mundos posibles”, ya que se trata de
po- ner en movimiento operaciones de ese arriero es un hijo de Pedro Páramo,
inter- pretación y de relaciones. Aunque el mismo que lo asesinó. En ese paraje
la rela- ción es una operación mental, sin fan- tasmagórico Juan Preciado se topa
embar- go la realizamos desde el mundo con una tierra poseída por la muerte,
sensible en el cual estamos insertos. Éste por el mal, el rencor y la opresión; es el
se nos presenta inmediatamente lleno de reino que su padre había fundado por su
cosas, y por consiguiente, como el avidez de poseer tierras.
“mundo posi- ble concreto” dentro del Este “mundo posible” construido por
cual fijamos es- tructuras o códigos para el novelista, funciona como una
darle orden a las relaciones de los estructu- ra lógica en la cual el relato
objetos que captamos como entes también se hace posible, y dentro del
presentes.8 cual se repre- senta la historia con los
elementos que dan consistencia a esa
La búsqueda de sentido tiene como te-
lón de fondo la presencia, en primer lugar posibilidad. La obra cobra sentido sólo si
del universo con su conjunto de seres con- nos acercamos a ese mundo cultural
construido por el
7 Paolo Fabbri: La svolta semiotica. Editori Laterza, Bari, 1998 p. 17 La traducción es nuestra.
8 Para más reflexiones y análisis acerca de los “mundos posibles”, ver de U. Eco: Lector in fabula, Ed.Lu-
men, Barcelona, 1981, cap. 8 “Estructuras de mundos” p. 172 - 244
La danza de los signos /
autor, aunque después, su lectura tado con las demás fuerzas de socializa-
permi- ta a los lectores desgajar otras ción que actúan en los grupos humanos, y
perspecti- vas ideológicas, no las pasiones también socializan, ellas son
necesariamente con- signadas en el elementos que acompañan al proceso me-
discurso narrativo de ese mundo diático y los mensajes, por tanto están ins-
posible. taladas en la estructura misma de las
Al referirnos a los discursos como mo- dalidades discursivas.
“portadores de sentido”, no debemos pen- Para concluir, repitamos que la
sar tan sólo en los contenidos intelectua- semió- tica la podemos considerar como
les y cognitivos de los mismos. La gesta- la teoría de los sistemas de significación.
ción de los textos discursivos y su recep- En esta teoría se toma en cuenta el
ción de parte del público, van mundo sensi- ble (todo aquello que es
acompaña- dos de significaciones extra-semiótico), en cuanto susceptible
emotivas que, en mayor o menor de convertirse en materia significante
medida, desatan y produ- cen pasiones. sobre la cual se mani- fiesta el sentido
Los discursos están delimita- dos en humano. Todo lo que per- tenece a la
campos pragmáticos y por tanto es naturaleza y a la cultura puede ser
razonable preguntarse por la vinculación objeto de la semiótica, en la medida que
que establecen con una “semiótica de las en esos ámbitos se originan signos,
pasiones”. El sentido de algo lo compone lenguajes y discursos y, con ellos los
un complejo cuadro de elementos en los seres humanos creamos significaciones.
que interactúan aspectos de lenguajes es- En una palabra, todo cuanto existe puede
peculativos, componentes prosódicos, fi- ser obje- to de conocimiento y de
guras retóricas, metáforas sensibles y todo afección, y por tanto, cae bajo la óptica de
un conjunto de códigos de las emociones la semiótica La totalidad de las
que configuran el contexto cultural de la significaciones (reales o posibles) que
comunicación. Por consiguiente, la nuestra mente construye, forman el
orien- tación de los discursos – y por universo semántico. Las significa- ciones
tanto sus significaciones, está dada no sólo pueden ser estudiadas por par- te o
solamente por las categorías semánticas porciones limitadas, ya que resulta una
cognitivas o mentales, sino también por tarea prácticamente imposible abarcar la
una cadena o serie de elementos totalidad del universo semántico.
pasionales que actúan como dispositivos
pragmáticos y cultura- les que 3. Los discursos y sus perfiles
sobrepasan el paradigma del cono-
cimiento. Los factores emotivos y pasiona- Hemos dicho que para referirnos al
les le imprimen sus propios valores a las sentido utilizamos el metalenguaje como
acciones de la comunicación humana. El instrumento de análisis, de modo que
sentido es siempre un hecho contextuali- cualquier sentido llega a ser un efecto de
zado y acaece vitalmente ubicado y conec-
192 / Victorino Zecchetto
10 Eliseo Verón: La semiosis social. Gedisa Edit., Barcelona, Buenos Aires 1987. Las ideas expresadas a con-
tinuación derivan sobretodo de esta obra.
194 / Victorino Zecchetto
en cuenta reglas de generación y reglas de Sabemos que todos los objetos, sin de-
lectura: en el primer caso hablamos de jar de ser tales, pueden tener una
gramática de producción y en el segundo, función sígnica para la sociedad, por
de gramáticas de reconocimiento.” 11 ejemplo, una casa lujosa además de ser
una cosa desti- nada a albergar
¿Cómo es posible el acceso a la red personas, emite también un sentido
se- miótica? agregado de riqueza, de presti- gio, de
Eliseo Verón dice que la discursividad status, o sea, genera ideas y repre-
es un proceso dinámico, a ella se puede sentaciones sociales. Y esto es discurso,
acceder desde cualquier punto. En efecto, porque tiene un soporte material
un discurso es un recorte arbitrario que percep- tible, organizado de tal modo
realiza el analista con vistas a que provee un sentido social. “Toda
introducirse en la red semiótica, ya que producción de sentido, en efecto, tiene
es compleja e infinita. A partir de un una manifesta- ción material”.13
fragmento pode- mos acceder al Es admisible, además, que un
conjunto. Cada unidad (discurso) figura fenóme- no que en una sociedad
dentro del sistema de significaciones significa algo, en otro lugar o tiempo,
señalado por la sociedad. “Analizando signifique otra cosa, porque los objetos
productos (discursos concre- tos), de la realidad forman sistema de
apuntamos a procesos (a la red se- relaciones, tanto en su produc- ción como
miótica)”.12 en sus efectos (red semiótica).
¿Qué derivaciones se siguen de la susti- Las redes semióticas se forjan
tución del objeto (parte de la realidad), por entrela- zando los recorridos de pretextos,
las representaciones (los discursos)? textos y contextos. El siguiente esquema
ilustra lo que queremos explicar.
11 Ib. p. 129
12 Ib.. p. 129
13 Ib. P. 126
La danza de los signos /
14 Véase la indagación de Guiomar Elena : Tipos textuales. Universidad de Buenos Aires, 1994 donde la au-
tora presenta “un enfoque global de las tipologías y los intentos tipológicos realizados, especialmente
dentro de la lingüística general.” (p. 21).
La danza de los signos /
pero no absolutamente.” (Ret. 1357). Un niegue a saludarlo por algún motivo des-
hecho lo podemos considerar verosímil, conocido.
porque es probable que suceda, ya que ge- La noción de verosímil, para Aristóte-
neralmente así pasa en casos similares al les, es lo que se conoce como algo que co-
que se narra. Lo verosímil se basa en una rresponde a lo que siempre acontece y
especie de acuerdo social y fundado en que, por tanto, tiene un carácter
el sentido común, al constatar que las general. “Conocer un hecho
cosas suelen suceder del modo que nos verosímil...es conocer algo que es en
señala la experiencia. Comenta C.Metz: cierto modo universal, algo que pone de
“Para Aris- tóteles lo Verosímil (tó eikós) manifiesto el razonamiento de quien
se definía como el conjunto de lo que es participa y que, por lo tanto, nos dice más
posible a los ojos de los que saben sobre el mundo de lo que pueda hacerlo
(entendiendo que este último posible) se
un hecho puramente contingen- te.”16
identifica con los posible verdadero, lo
En la actualidad la semiótica enfoca
posible real).”15 el concepto de verosimilitud de un modo
En consecuencia se trata de una “gene- di- ferente del que lo había pensado
ralización” o universalización a partir de Aristóte- les. Ahora se lo relaciona más
hechos que se repiten constantemente y con la no- ción de género y los efectos que
bajo formas similares. Es normal (y por puede pro- ducir en el público. El citado
tanto, verosímil) que un hombre que no Metz ya ob- servó este desplazamiento:
sabe nadar se ahogue si cae al agua en me- “es verosímil lo que es conforme a las
dio de un lago profundo sin que nadie lo leyes de un género establecido”.17 De
auxilie. Sin embargo no es imposible que esto se sigue que lo ve- rosímil
se salve por algún otro hecho fortuito y culturalmente está conectada con otros
casual, por ejemplo, si al caer está endo- discursos anteriores. “Lo verosímil es,
sando una vestimenta tal que le permite desde un comienzo, reducción de lo
permanecer a flote. Lo verosímil, pues, posible, representa una restricción cultu-
también toma en cuenta las excepciones a ral y arbitraria de los posibles reales, es de
la regla general. Si una hija siempre y ha- lleno censura: sólo pasarán entre todos los
bitualmente, saluda y besa a su padre posibles de la ficción figurativa, los que
an- tes de que éste salga a trabajar por autorizan los discursos anteriores”.18
la ma- ñana, no es imposible que un día Para la lectura de los textos los lectores o
ella se espec-
tadores utilizan el género siguiendo las dero que tienen las cosas y los hechos
normas que los rigen. El género, por del mundo, y por tal motivo la gente los
ejemplo, la comedia, refleja los rasgos co- asu- me como verosímiles. Es claro que
munes que tiene el relato, implica cierto la con- cepción del mundo es inherente
tipo de reiteraciones de los hechos para a la cul- tura, pero ello no es
hacerlos previsible, como así mismo el impedimento para que las personas de
comportamiento relativamente fijo de los esa cultura se apro- pien de modo
personajes. El género le sirve al lector o es- verosímil de lo que se narra y se dice de
pectador para ubicarse en las estructuras ese mundo.19
textuales de las producciones mediáticas, Lo verosímil, entonces, también está
y reconocer el mapa por donde debe tran- directamente vinculado con el sentido
sitar a fin de satisfacer sus expectativas. En que los receptores del discurso perciben
cierta medida, el género ofrece aquellos a través de la semántica y sintáctica del
elementos invariables y controlados que mis- mo, y por tanto dice relación con
hacen posible la comprensión de las varia- aquello que es deseable en la lógica
bles propias de cada obra singular. Las pe- discursiva. La semióloga Julia Kristeva
lículas del género de aventuras del oeste, distingue, con ra- zón, entre:
ofrecen las características de los persona- - Lo verosímil semántico: es la seme-
jes buenos y malos, ya fijados en obras an- janza o similitud con un referente y que
teriores y cuyos rasgos son los esperables produce el efecto de similitud: “Es verosí-
para el público. Pero al mismo tiempo la mil todo discurso que está en relación de
variedad, el desarrollo, el tipo y las combi- similitud, de identificación, de reflejo
naciones argumentales son innumerables. con otro. (...) se proyecta sobre el otro
La verosimilitud se relaciona con los que le sirve de espejo y se identifica con
discursos del género y deriva sus aprecia- él por encima de la diferencia. El espejo al
ciones del conjunto de los mismos. Sin que lo verosímil remite el discurso
embargo, no parece correcto pensar que literario es el discurso llamado
lo verosímil es sólo un fruto arbitrario de natural.”20 Siempre lo verosímil es un
restricciones culturales propias e inheren- efecto, un producto y el resultado de
tes a cada género, sino que deriva de igual una operación discursiva re- lacionada
manera del carácter habitualmente verda- con algo existente. A menudo produce
sencillamente el efecto de reali- dad.
19 Bettitini y Fumagalli sostienen esta idea al referirse a la construcción de lo verosímil basado en “una
cierta coherencia en las características internas de los personajes, donde lo habitualmente verdadero es-
tá más interrelacionado con la experiencia directa del espectador”. Por este motivo, lo verosímil
como efecto textual, no necesariamente significa una total fidelidad referencial con la realidad, “sino que
la influye, la dirige, selecciona los aspectos pertinentes.” Lo que queda de los medios. Op. cit. p. 60
20 Julia Kristeva: “La productividad llamada texto”. En Lo verosímil, op. cit. p. 66
200 / Victorino Zecchetto
21 Ib. p. 68
22 Ib. p. 68
La danza de los signos /
Las metáforas tienen una infinidad de “Es muy útil distinguir entre metáfora
matices, desde una simple y llana y alegoría, o símbolo, aunque esto ya no
compa- ración hasta sutiles sea siempre tan fácil. El paso de la metáfo-
simbolizaciones. En cualquier caso ra al símbolo es a menudo
mediante las metafóras se enuncia más imperceptible; interviene en el momento
de lo que aparentemente se expresa. De en que la analo- gía ya no es sentida por
allí que el recurso a esta figu- ra es la intuición sino percibida por el
dominante en las obras de estructu- ra intelecto.”27
simbólica.26 La metonimia: es una figura retórica
A veces la metáfora asume la forma basada en el principio de tomar una
de ironía, una figura que consiste en parte para indicar el todo. En otras
decir al- go usando el significado de su palabras, es utilizar un término o imagen
antónimo (por ejemplo, decirle a una de un obje- to (o una propiedad del
persona mie- dosa: “Veo que usted mismo), para re- ferirse a lo que está en
demuestra el arrojo de un león.” relación directa y concreta con él. El
Sabemos que la ironía y la metáfora obelisco en el centro de la ciudad de
son inexpresables en términos de verdad o Buenos Aires, indica “toda la capital”. El
mentira. Tal vez por eso su uso es el más dibujo de un mariachi, se usa para
adecuado en los tiempos de dictadura o señalar al pueblo mejicano en gene- ral.
de censuras de los medios de expresión. También en la relación metonímica
Finalmente digamos que la metáfora se designa un objeto con el nombre o a
posee una estrecha vinculación con la me- tra- vés de otro objeto, de aquí que sea
tonimia, pues ambas figuras tienen rela- una fi- gura semejante a la metáfora. Sin
ciones de similitud y de contigüidad, co- embar- go en la metonimia hay un
mo veremos a continuación. cambio de equivalencia, de lo parcial se
La alegoría suele considerarse un tipo pasa a una realidad más vasta, como
de metáfora en la que se representan sucede, por ejemplo, en muchas
ideas abstractas mediante figuras. La expresiones lingüísti- cas. En el enunciado:
imagen de una mujer con ojos vendados “Esa noche salimos a tomarnos una copa”,
y con una balanza en la mano es una el término “copa” co- rresponde al plural
alegoría de la justicia. Algunos llaman metonímico de “todo lo que bebimos
también símbolos a las alegorías. esa noche”.
Los diferentes tipos de metonimias
nos llevan a interpretarlas como formas
26 La metáfora simbólica no sólo sirve para construir obras mediáticas, sino también en el terreno con-
creto de la vida. Paul Ricoeur dice que: “Tenemos necesidad de grandes símbolos para reestructurar
aquel espacio oscuro de la maldad que no es analizable ni en términos jurídicos, ni en términos
políti- cos o morales…” (en: Magazine littéraire , 2000).
27 Michel le Guern, Ib. p. 108
204 / Victorino Zecchetto
28 Ib. p.30 - 31
29 Ib. p. 31
La danza de los signos /
32 Pensamos al método de deconstrucción de Paul de Man en Estados Unidos en la década de 1970, y que
elaboró enteramente sobre las ideas de J. Derrida. En América Latina en esa misma época - pero
asu- miendo conceptos de origen diverso (crítica marxista, pedagogía de la liberación...) - realizaron
un tra- bajo similar de subversión de textos, autores conocidos como Ariel Dorfman, Armand Mattelart,
Hugo Cerda, Mario Kaplún y otros.
La danza de los signos /
textualidad, esto es, de la multiplicidad de tas que se usan para acceder al sentido dis-
otros textos que se entrelazan para con- cursivo.34 Eco instala el concepto de
verger y localizar directa o indirectamente enunciatario modelo, y habla de construc-
en el discurso presente. Este fenómeno in- ciones fantasmas para abordar los textos
terdiscursivo es recurrente en la produc- (según las competencias y los contextos de
ción textual.
los destinatarios).35 Algunos de esta es-
- Locutor es la persona que emite
cuela distinguen entre el sujeto de la
con su voz y figura los textos orales, aquel
enunciación (autor-modelo) y el sujeto
que empíricamente realiza las
empírico; el primero es producto de las
enunciaciones.
condiciones de producción del texto, lo
- Enunciador es el narrador particular segundo depende de tareas de reconoci-
de ciertos actos de la anunciación. Es el miento que realizan los destinatarios.
constructor particular de textos discursi-
vos. Rasgos y marcas enunciativas
Auditor o receptor, son las personas
que de hecho escuchan o reciben las Dentro de los discursos aparecen ras-
enunciaciones discursivas. gos y marcas que dan cuenta de los com-
- Alocutorio: son los individuos a los ponentes enunciativos. Esto responde a la
que el enunciador declara dirigirse. pregunta: ¿Cómo encontrar en el texto
el sujeto de la enunciación y al
Una vez que se han aceptado las reser- enunciatario? Respondemos:
vas que ya señalamos en torno a la hetero- - Mediante los deícticos: pronombres
geneidad de emisores y la autoría personales, adverbios, apelativos, tiempos
textual, queda por determinar de qué del verbo...etc. En los audiovisuales son
manera el enunciador y el enunciatario los planos, los movimientos de cámara,
son los cons- tructores de los textos ciertos rumores o sonidos, etc.
discursivos. - Pero también a través de los rasgos
Las respuestas que se han dado aún no modalizantes, es decir, las maneras en que
acaban de agotar el tema. Ducrot habla de el sujeto de la enunciación o del
enunciador y enunciatario como entida- enuncia- do se hace presente (por
des que tienen presencia propia aún cuan- ejemplo, los mo- dos de representarse).
do son construcciones discursivas.33 Ve-
rón dice que son construcciones abstrac-
33 Cfr. Ducrot O.: El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación. Edit. Piados, Barcelona, Buenos Aires,
1986.
34 Cfr. Verón E.: La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad.
Ed. Gedisa, Barcelona, 1987.
35 Cfr. Eco U.: Lector in fabula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo.
Edit. Lumen, Barcelona, 1981.
208 / Victorino Zecchetto
d) El contrato de lectura cas se definen como una grilla que guía las
fases de producción y de lectura o inter-
La conjunción de las marcas temáticas,
pretación de los discursos, y que permite a
sintácticas y enunciativas empieza a fun-
los actores asumirlas para posicionarse
cionar como trasfondo modélico en el
uno frente al otro. A este fenómeno se
momento en que se establece la relación
le ha denominado “contrato de lectura”.
(implícita) entre los emisores y percepto-
He aquí un esquema que indica su
res de mensajes. En cierto modo esas mar-
naturaleza y proceso:
El contrato de lectura
Discurso
C o n t r a t o d e l e c t u r a
cidos. Esto pasa cada vez que en algún valor artístico, cuyo perfil llegó a brindar,
campo de las artes o de los además, identidad y realce a nuestra
audiovisuales masivos, aparecen estos mú- sica y folklore nacional.
“anti-géneros”, es decir, obras que La noción de género tiene también
rompen las marcas y las reglas ordinarias sus límites. En la práctica no resulta
de los demás géneros. Digamos que siempre fácil definir con claridad ciertos
instauran una “transgre- sión” en la géneros de las producciones audiovisuales
comunicación social. De ella, sin que nos ofrecen los medios de
embargo, nacen a veces, obras nuevas y comunicación ma- siva, como sucede a
formas artísticas hasta entonces desco- menudo por televi- sión. ¿Cuáles son los
nocidas. rasgos específicos del “género político” y
Cuando en Buenos Aires, a que lo distingue, por ejemplo, del
comienzos del siglo XX apareció el tango, género judicial, o del género educativo-
causó asombro y revuelo en la sociedad. escolar? Por cierto no puede ser sólo el
Incluso se produjeron escándalos, tema o contenido. Deben tomarse en
polémicas y al- borotos, porque al cuenta otras características, pues un
tratarse de una música y un baile discurso electoral es diferente de un dis-
novedosos -es decir- de un gé- nero curso escolar. Los problemas que
desconocido, perturbó la estética suscitan estas cuestiones han llevado a los
musical y bailable conocidas. Al principio semiólo- gos a prestar atención, no tanto
fue considerado un “anti-género”, pero a la dife- renciación de los géneros, sino
con el pasar de los años, y la aparición a las diná- micas de producción social de
de continuas producciones con esas sentido, fe- nómeno éste que trasciende
mismas características, el tango fue y va más allá del interés por los géneros
incorporado y aceptado plenamente como mismos.
un género de
La danza de los signos /
Género: son las características regulares, estables y reiterativas que posee un discur-
so y que permite clasificarlo para acceder a él con facilidad.
212 / Victorino Zecchetto
Bibliografía
Verón Eliseo
1987 La semiosis social. Ed. Gedisa, Buenos Aires, 1987
Steimberg Oscar
1991 Semiótica de los medios masivos. Ediciones Culturales Argentinas, Buenos Aires. (Ver cap. 2:
“Proposiciones sobre el género”)
Renkema Jan
1999 Introducción a los estudios sobre el discurso. Gedisa Editorial, Barcelona.
Garrido Joaquín
1999 Los conectores contextuales en el discurso. Ed. Abya-Yala, Quito.
10
LA VALIJA DE LAS NARRACIONES
1 Sobre este tema y referido especialmente a las ciencias, ver el libro de John Shotter: Realidades conver-
sacionales. La construcción de la vida a través del lenguaje. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2001.
2 Paúl Ricoeur, en “Magazine litteraire”, París . 2000.
La danza de los signos /
3 Prince Gerald: Dictionary of Narratology, University of Nebraska Press, 1987. Voz “Narratology”.
216 / Victorino Zecchetto
narratología tiene, pues, un carácter diná- presiva de un texto, los modos o formas
mico, no se detiene sólo en los elementos mediante los cuales son presentados los
estructurales estáticos de una historia, contenidos. Se estableció, pues, una estre-
si- no que estudia la evolución y los cha relación entre lo dicho y el modo de
procesos narrativos, los contextos en los decirlo.
cuales sur- gen los sentidos de los relatos La idea de función surgió para dar
que circulan entre los emisores y los cuenta de los valores variables que
perceptores. emer- gen cuando se compara un tipo o
La investigación narratológica se ins- un con- junto de relatos con otros.
pira e interactúa con otras disciplinas Finalmente, la idea de estructura iba
(an- tropología, lingüística, ciencias de la emparentada con un enfoque más estático
co- municación. ) y con ellas tiende a de los elementos internos que
consti- componen la narración.
tuir una integración más orgánica, cuyo En semiótica los conceptos de forma-
resultado será un conocimiento más lismo, funcionalismo y estructuralismo,
hon- do y pleno de nuestra cultura. caminaron casi siempre juntos, aunque a
Asumir una perspectiva científica veces hubo intentos de contraponerlos
para abordar los estudios narrativos es el entre sí. Algunos autores consideraron la
obje- to propio de la narratología. idea de función opuesta -en su
contenido- a la de sistema o estructura, y
2. En busca de esquemas de comprensión
también a la de forma. Pero nunca se llegó
El estudio de los discursos narrativos a establecer con claridad los elementos
tiene una larga trayectoria en la historia excluyentes de cada concepto respecto al
de la literatura. Pero en el siglo XX se otro, y más bien se optó por precisar la
pro- dujo un cambio profundo de interdependencia de sus significados,
enfoque en las indagaciones, debido no relacionándolos dia- lécticamente y de
sólo a la ela- boración de nuevos modo complementario. Nos parece
paradigmas teóricos, sino también por la oportuno trazar algunos hitos
curiosidad científica que despertaron las evolutivos que marcaron la indaga- ción
novedosas produccio- nes narrativas de narratológica en el siglo XX. Fueron
los lenguajes audiovi- suales de los principalmente tres las escuelas semióti-
grandes medios de comuni- cación cas que aplicaron sus esfuerzos al
masiva. estudio
La investigación sobre la narrativa, de este tema.
desde mediados del siglo veinte, estuvo
a) El movimiento formalista ruso
marcada por la aplicación analítica de
nuevos conceptos, tales como el de “for- Un hito histórico de peso en el siglo
ma”, “función” y “estructura”. XX fue el llamado Movimiento formalista
En lingüística literaria la noción de desarrollado en Rusia entre 1915 y 1925.
forma nació para indicar la dimensión
ex-
La danza de los signos /
4 Jakobson R. (1896-1963) Autor de numerosos libros y muchos artículos. Entre sus obras más impor-
tantes cabe citar en español: Ensayos de lingüística general. Ed. Seix Barral, Barcelona, 1981.
218 / Victorino Zecchetto
5 En nuestro medio es posible hallar todavía una pequeña obra que ilustra el pensamiento de estos auto-
res: AA.VV.: Análisis estructural del relato. Edit. Tiempo contemporáneo. Buenos Aires, 1970.
La danza de los signos /
8 El influjo de Propp se observa en varios estudiosos de la Escuela de París. Ver el citado libro de AA.VV.:
Análisis estructural del relato. Ed. Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires, 1970
9 Para lo que sigue hemos consultado la obra de A.J. Greimas escrita en colaboración con J. Courtés: Se-
miótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Edit. Gredos, Madrid 1982. Voces: Narrativi-
dad, Narrativo (Recorrido), p. 272 ss.
También hemos tomado en cuenta la buena síntesis del pensamiento narrativo de Greimas hecha
por César González O.: Semiótica narrativa: La escuela de París. En su obra: Imagen y sentido.
Elementos para una semiótica de los mensajes visuales. Universidad Nacional
La danza de los signos /
Implicación Implicación
Contradictorios
10 Autónoma de México, México, 1986, p.119 – 153. Igualmente hemos tenido presente el trabajo de
Os- valdo Dallera : La teoría semiológica de Greimas. En: AA.VV. : Seis semiólogos en busca del lector.
Edic. Ciccus / La Crujía, Buenos Aires, 1999, p.132-164
Fue propuesto en 1970 en: Du sens. Essais sémiotiques. Traducción castellana de Edit. Gredos: Del sen-
tido. Ensayos semióticos. Madrid.
222 / Victorino Zecchetto
Según este cuadro, el sentido es el pro- quiere gracias a ella una existencia in prea-
ducto de la relación; por ejemplo blanco sentia”.11
tiene el significado que deriva de ser
con- trario a negro. Los elementos que En el binomio de oposición “blanco -
están en la línea horizontal son negro”, cada término implica la idea con-
simplemente con- trarios; en cambio los traria del otro, se trata de una operación
situados en el eje diagonal son de implicación establecida con una rela-
contradictorios y no pueden coexistir ción de complementariedad.
juntos. Según Greimas la generación de las
Esta es la premisa de la semiótica na- significaciones se realiza no tanto en la
rrativa. Para analizar el sentido es impres- producción de enunciados, sino en los
cindible descubrir la unidad mínima de la ni- veles fundamentales de las estructuras
significación. A partir de ahí se pueden ir na- rrativas. Es propio y normal de la
descubriendo conjuntos significantes ca- mente humana elaborar pensamientos
da vez mayores. en forma narrativa y expresar su visión
del mundo y de las cosas narrándolas.
La estructura profunda Por eso la na- rratividad es “la instancia
En segundo lugar, está la estructura apta para expli- car el surgimiento y la
profunda de la significación y que funcio- elaboración de toda significación”12
na mediante dos operaciones sintácticas Al contar algo llenamos de significado
fundamentales o transformaciones, que las cosas que habitan en el mundo, los he-
son la aserción y la negación. chos que en él acontecen y la vida. A la se-
miótica le compete dar cuenta de este
la aserción se define como contradicto- fe- nómeno común y central de nuestra
ria a la negación, (decir “blanco” implica exis- tencia diaria.
afirmar el término contradictorio “no
blanco”). La gramática narrativa
la negación es la “operación que El modelo así establecido para
esta- blece la relación de contradicción enfocar el discurso narrativo, se ha
entre dos términos, de los cuales el definido como gramática narrativa, y su
primero, previamente planteado, se finalidad consis- te en señalar los pasos y
convierte en ausente mediante esta los requisitos que explican y dan razón de
operación, mien- tras que el segundo, su la realidad narra- tiva. Ésta, sin embargo,
contradictorio, ad- cobra cuerpo y se
17 Ib.
18 César González O. , op.cit. p. 139
226 / Victorino Zecchetto
19 Ib. p. 142
20 Ib.
La danza de los signos /
21 Ib. p. 145
22 Las obras más conocida de G. Prince son: Narratology: The Form and Function of Narrative (1982) y
A Dictionary of Narratology (1987).
228 / Victorino Zecchetto
del lenguaje que funciona a la par del dice sencillamente que el narrador “es
mo- do como el común de la gente aquel que narra, en cuanto inscrito en el
entiende la realidad y las cosas que texto”23 El narrador, sin embargo, puede
suceden. Una na- rración tiene ocupar diversas posiciones en la
personajes que realizan ac- ciones, éstas estructu- ra del relato. En primer lugar,
se relacionan unas con otras de acuerdo es narrador el autor mismo de la
a las leyes de causalidad que explican los historia, por ejem- plo, el de una novela,
eventos y los sucesos del mundo. Esta un cuento o una te- lenovela.. En este
estructura narrativa marca toda clase de caso el autor es un na- rrador externo a
relatos: literarios, radiales, gráficos su relato, él no habla en forma directa,
(historietas), audiovisuales (pelí- culas, sino a través de lo que cuenta o
telenovelas…etc.). mediante los personajes de su historia.
Prince lo denomina narrador ex-
La gramática narrativa
tradiegético.
Tratemos ahora de identificar los ejes En cambio lo que reporta el autor
centrales de la gramática narrativa, es de- real sobre sí mismo o mediante los
cir, los elementos que articulan las personajes del relato, constituyen el
narra- ciones. narrador interno, y se le denomina
narrador intradiegético. Este narrador es
El narrador indirecto y su discurso re- presenta las
palabras y pensamientos de los
Todo relato tiene, ante todo, un personajes. Existen relatos donde el na-
autor real que es el sujeto o persona que rrador intradiegético no es propiamente
escribe la obra. Pero hay también un un personaje, sino alguien que describe las
autor implí- cito o inferido que indica la cosas como quien contempla y mira lo que
imagen que el escritor quiere dar de sí sucede desde fuera, semejante a una voz
mismo y es inma- nente al relato o se invisible que narra, al parecer, en forma
deduce del mismo. Es el lector el que objetiva. A éste suele llamársele narrador
infiere esa imagen del au- tor, a través heterodiegético, (narrador-no personaje).
de los indicios autoriales que emite la En cambio el narrador homodiegético
obra, o que sencillamente el mis- mo (narrador-personaje) puede ser manifies-
lector proyecta o transfiere sobre ella a to como sucede con los personajes de
partir de la propia cultura o formación. un cuento o de una película.
El agente de la actividad creadora de la Aquí el sujeto narrador se instala en
narración (autor real), como asimismo el los actores que actúan y hablan.
autor implícito se les llama narrador y Más adelante explicaremos también
re- presenta al sujeto que cuenta algo. que en todo relato el narrador expresa
Prince un
23 A Dictionay....voz: Narrator.
La danza de los signos /
punto de vista, una perspectiva o ideas so- detectarlo, porque la forma del texto no
bre el asunto que trata. proporciona pistas fijas para determinar
Siempre el perfil del narrador se deli- con certeza quién es la persona que está
nea en relación con los destinatarios, los frente al narrador. Entonces surge la
lectores en el caso de obras literarias, o pre- gunta: ¿para quién dice esto el
bien televidentes o radioescuchas si se tra- narrador? En efecto, a veces sucede que
ta del público de la televisión o de la radio. dentro del relato narrativo hay un
La atención puesta sobre ellos produce procesamiento del discurso que
una dialéctica relacional entre ambos condiciona el hablar del na- rrador y
po- los: el narrador y el público que ve y conduce a interpretar su inter- vención
escu- cha la historia. como dirigida a otros personajes más
lejanos y objetivamente distanciados. Esto
El narratario
se nota más en los relatos literarios que
Prince llama narratario al o los perso- en los audiovisuales, ya que en éstos la
najes a los cuales se dirige el narrador: “es imagen puede restringir los textos
aquel al cual se narra, en cuanto inscrito lingüís- ticos. Sin embargo hay obras
en el texto. En todo relato hay al menos un cinemato- gráficas (filmes o
narratario (representado de manera más documentales) cuya na- rración fusiona
o menos explícita) puesto en el mismo palabras e imágenes (a ve- ces incluso se
ni- vel diegético del narrador que se le suprime el texto lingüístico y sólo hay
diri- ge.”24 El narratario es lo que está música y sonidos), creando un mensaje
frente al autor. Siempre un narrador simbólico compacto, donde el narratario
tiene a al- guien al cual cuenta su implícito excede al explícito.
historia, o sea, un narratario que dentro Pongamos un ejemplo. La película “La
del texto mismo re- cibe lo que habla o lengua de las mariposas” (2000) del direc-
expresa el narrador. Puede tratarse de un tor español José Luis Cuerda, cuenta la
narratario explícito o bien implícito o historia de la relación entre un viejo
inferido. El receptor im- plícito consiste maestro de escuela y el niño Mocho. La
en la imagen del lector al cual se dirige el narración transcurre en un pequeño
autor implícito, es el na- rratario real pue- blo del interior de España durante
infiere de la obra. la épo- ca de la sangrienta guerra civil
A menudo es fácil percibir quién es el española de 1936. Don Gregorio (el
narratario; otras veces, en cambio, cuesta maestro) se ga- na la confianza del niño y
entre ellos nace una sincera amistad. El
maestro trata de
monólogo interior, los comentarios e in- Además el uso del vocabulario, de los
terpretaciones del narrador. La símbolos y las figuras retóricas son facto-
narración puede asumir diversidad de res necesarios de articulación del relato,
formas, según la orientación y la porque posibilitan al destinatario o
perspectiva que le im- prima el autor. lector guiarse en el desarrollo y
Hay discursos que buscan el consenso comprensión de la narración.
social, o bien las sentencias - Finalmente emerge la focalización e
provocadoras, discursos que expresan ideología de la narración.
condescendencia, otros que son neutros y La focalización - en rigor de verdad -
simplemente declarativos. es una operación inicial que realiza el au-
- En tercer lugar hay que tomar en tor del relato, ya que narrar, de entrada
cuenta la presencia de otros elementos na- implica tomar una decisión sobre como
rrativos que configuran la obra. Primera- ver y percibir al objeto, es adoptar un
mente está el marco temporal que va punto de vista para mirar la realidad. To-
seña- lando la duración de los hechos do narrador comienza así su tarea. Sin
relatados. La amalgama de fenómenos embargo es válido igualmente colocar el
muestra la relación que corre entre el tema de la focalización al terminar el
tiempo de la narración y el tiempo de la aná- lisis, para indicar que ella es
historia. El primero indica el orden en que también el elemento final que perciben
se suceden los hechos del relato y el orden los destinata- rios de la narración. Sólo
con que se despliegan en la narración; una vez leída y terminada la novela, o
mientras que el tiempo de la historia es después de haber visto una película nos
la disposición temporal de los damos cuenta qué ideología han tenido.
acontecimientos en su su- cesión lógica y Pero partamos nuevamente del
cronológica. Puede haber narra- dor. Hemos dicho que al
correspondencia entre el tiempo componer un re- lato (cuento, novela,
narrado y el tiempo de la historia, o bien película, historieta...) el autor tiene un
estable- cerse una ruptura entre uno y punto de vista sobre lo narrado. Como
otro. sujeto de la enunciación él asume una
Luego aparece también el ambiente o perspectiva, observa las cosas desde un
marco espacial donde se desarrollan los lugar y al mismo tiempo se lo es- tá
eventos y situaciones. La geografía conlle- diciendo a los destinatarios. Hay un yo
va una significativa experiencia humana (el autor) que percibe algo respecto de
que sitúa a los individuos en una un objeto y se lo señala a un tú que lo
perspec- tiva visual concreta del mundo. recibe. Todo relato tiene, pues, una
El modo de percibir y describir el estructura dialógica, es una actividad
tiempo y el espacio donde se desplazan los comunicativa. Prince denomina
personajes, configura y crea el tono de la focalización a la vi- sión del mundo o
narración, la verosimilitud, el ambiente sistema conceptual en
afectivo y emocional.
La danza de los signos /
intriga, que contienen una fuerza situaciones de intriga que se han creado
particu- lar para arrastrar al destinatario mediante la presentación de diversos indi-
a plan- tearse preguntas acerca de la cios tendientes a provocarla, por ejemplo,
dirección que tomará la historia. De la divulgación de datos falsos o dejar en
ordinario esos recursos abarcan ámbitos la ambigüedad las informaciones.
diversos: la psi- cología de los
personajes, el entrelazado de la trama, Los indicios: corresponden más bien
las motivaciones de la acción, los códigos una categoría literaria tendiente a calificar
culturales y los símbolos com- partidos el suspenso del relato. Distribuidos a lo
en la sociedad y puestos de relie- ve por largo del texto los indicios son marcas que
el autor del relato. proporcionan pistas y direcciones y con-
ducen al lector al interior de la intriga. Los
Los factores retardativos: son los que indicios, pues, se expresan a través de téc-
tienden a prolongar la acción hasta los lí- nicas narrativas, estilísticas y retóricas.
mites de lo posible. Por ejemplo, en los ca- Puede tratarse de indicios directos cuando
sos de escenas o epílogos trágicos, el autor actúan en forma activa en las secuencias
puede insertar una narración paralela me- narrativas (determinadas actitudes de los
nos fuerte, y después volver a retomar personajes, sus gestos, frases, la creación
nuevamente la acción del primer de ambientes…); o bien, pueden ser indi-
suspen- so. Elaboraciones similares se cios indirectos, si ejercen su presencia
dan tam- bién en narraciones de buenos só- lo en el plano textual, como por
contenidos cómicos. El suspenso se hace ejemplo, el vocabulario, la construcción
más intenso cuanto más se prolonga. lingüística, el estilo del texto. Los indicios
son siempre portadores de significados
La sorpresa: es la aparición de un even- implícitos, y a diferencia de las funciones
to imprevisto o imprevisible. En cierto que establecen una relación horizontal o
modo la sorpresa es lo contrario al sus- de contigüidad entre los elementos del
penso, y provoca un efecto de emoción en discurso, los indi- cios inducen a
el destinatario. El enigma del relato se ha- relaciones verticales para dirigir la
ce más intenso y genera mayores expecta- atención hacia algún acto explí- cito,
tivas cuando va unido a una solución sor- complementario y relacionado más o
presiva. A menudo, sin embargo, el menos metafóricamente, con el sentido de
factor sorpresa es simplemente un la historia relatada. 26
producto de
26 Ver de Barthes Roland: La aventura semiológica, Ed. Paidós, Madrid 1990. Esta obra, aunque fue
pub- licada en París en 1985, reporta conferencias dadas en 1974.
236 / Victorino Zecchetto
Los móviles de los personajes: pertene- Otra tipología semiótica es la que to-
cen al ámbito de los hábitos mentales, pe- ma en cuenta las fases límites del
ro se manifiestan en la acción. progra- ma narrativo, y dentro de cuyas
Una manera de identificar la fronteras aparecen tanto la competencia
ideología de un texto consiste en prestar como la performancia. Se trata de la:
atención a los móviles de los personajes: - “semiótica de la manipulación” im-
¿qué hace tal o cual agente del evento y portante en las relaciones humanas;
por qué ac- túa de ese modo? Así los - “semiótica de la sanción”.
móviles se con- vierten en referentes Ambas formas son opuestas a una se-
necesarios para des- cubrir la axiología miótica de la acción. Según Panier “mani-
presente en el relato. La estructura pulación” y “sanción” son manifestaciones
narrativa tiene una intriga, y en ella cada particulares de los sistemas que rigen el
personaje se apropia de gestos, de proceso narrativo. El paso de sistema a
acciones, de modos de ser, pero detrás de proceso corresponde a la manipulación,
todos ellos están los móviles que guían los y el inverso corresponde a la sanción.
comportamientos y revelan qué valo- res
ideológicos se defienden o se atacan, a b) La narración ficcional
medida que se desarrollan las acciones. El
estudio de los móviles pone al lector Las narraciones pueden representar
fren- te a la naturaleza de los conflictos sucesos reales, es decir, que corresponden
de fon- do que teje la narración y, en a hechos sucedidos verdaderamente. Pero
definitiva, qué focalización ideológica pueden también relatar cosas ficticias,
ella sustenta. in- ventadas y creadas libremente por el
au- tor. En el primer caso, o sea, en un
Las sanciones: Las narraciones acaban texto de no-ficción la realidad del mundo
con algún tipo de sanciones que señalan el tiende a ser idéntica a la relatada. En
punto de vista del autor sobre como cambio el re- lato ficticio es una
pien- sa la realidad el autor. A menudo construcción o trans- cripción literaria de
en los medios masivos la opción por una imaginaciones y fan- tasías que tiene en
y otra sanción se instala simplemente su mente quien las in- venta. La ficción,
como un recurso retórico para halagar al pues, se refiere a entida- des (personajes,
público destinatario. Dentro de los hechos, cosas, aconteci- mientos...) que
límites del re- lato y a través de la trama, carecen de consistencia objetiva fuera
se manifiestan las “manipulaciones” que del texto. En definitiva se trata de una
encaminan el fi- nal hacia la característica estructura narrativa que or- dena
que va a tener la sanción. hechos y personajes en vista a la
La danza de los signos /
Si nos referimos más particularmente que evoque la realidad física, social, estéti-
a los relatos ficticios, podemos establecer ca o ética contenida en el MRR y el MV
las siguientes afirmaciones: del lector. En la verosimilitud deben verse
cumplidos los mismos mecanismos cau-
- El mundo narrativo posible sales que se dan en esas realidades. La no-
o el mun- do ficcional (MF), es vela o relato histórico nos proporcionan
diferente del mundo “real-real” (MRR) un claro ejemplo de esto. Allí constatamos
y del “mundo real vi- venciado” una estrecha correspondencia entre el
(MRV), aunque la ficción se ali- mente MRR y el MR, pero no hay identidad. A
de ambos. menudo el MR ofrece elementos geográfi-
- El mundo ficcional (MF) cos o temporales del MRR y, al mismo
manifiesta una ruptura respecto del tiempo, incluye personajes totalmente fic-
mundo “real- real” (MRR). ticios. Y sin embargo todo resulta verosí-
- El MF (mundo ficcional) mil. Puede darse igualmente otra combi-
nace de lo RV (real vivenciado), es nación, esto es, relatos ficcionales de ca-
decir, es creado por alguien (autor) rácter autobiográficos o histórico, que
que ve y experimenta la realidad de re- fieren la verdad de experiencias
una determinada manera. interiores, psicológicas, afectivas o
- El texto del mundo ficcional espirituales del autor o de un personaje
(TMF) pertenece a la misma categoría (su MV en corres- pondencia con el
de cual- quier otro texto, ficcional o MRR), mientras los de- más aspectos
no, en el sen- tido de que su esencia es (ambientes, tiempos, luga- res…) son de
ser mundo repre- sentado (MR).27 pura ficción. Esto lleva a considerar que
la ficción es susceptible de representar
La mayoría de las narraciones ficcio- una vida real.28
nales las comprendemos, porque Un caso bastante curioso lo propor-
usamos como eje referencial el MRR o el ciona la novela Baudolino de U. Eco. 29 El
MV con los cuales las comparamos. De protagonista y demás personajes se
allí brota también el grado de mue- ven en el ambiente medioeval del
verosimilitud de un relato. Éste es siglo XII
verosímil a condición de
27 Ryan (1991) formuló otra clasificación de mundos, pero nos parece más clara la nuestra para los
fines de la comprensión de los conceptos de fondo.
28 La investigación de Robert Elbaz es iluminadora al respecto. En The Changing Nature of the Self: A
cri- tical study of autobiographic Discourse. (1988), demuestra el intercambio que existe entre realidad y
fic- ción en las autobiografías, donde ambos aspectos se entremezclan continuamente. Su conclusión es
que el lenguaje es esencialmente ficción, o sea, “construcción de un sujeto que habla”
29 Umberto Eco: Baudolino, Ed. Bompiani, Milano 2000
La danza de los signos /
y están enlazados a los grandes aconteci- Alien. Lo mismo se observa en otras clases
mientos históricos (sociales, políticos y de textos narrativos de carácter “indicial”.
religiosos) fácilmente reconocibles de En ellos el MF es accesible en el plano
esa época. La ficción del relato se ve psi- cológico, pues las propiedades
inundada de continuo por los rasgos mentales de los personajes ficticios, son
verosímiles es- pacio-temporales de ante todo verdaderas como MRV. Es el
hechos y episodios acaecidos durante la caso de algu- nos cuentos de Arlt (Los
tercera cruzada; pero subyacentes y siete locos) y de innumerables
contrarrestando ese tipo de historietas y producciones audiovisuales.
verosimilitudes, hay otra más profunda: la Los cuentos fantásticos o relatos de
verosimilitud psicológica de las mentali- ciencia-ficción, suelen apartarse de todo
dades y creencias fantásticas y parámetro de verosimilitud respecto a la
estrafalarias de ciertos imaginarios realidad que conocemos, y rompen la
populares medie- vales. Esta verosimilitud co- herencia de las leyes que mantienen
no se produce só- lo en el nivel literario la es- tabilidad de nuestro mundo. En
del relato y con do- sis no despreciable general esos relatos ficticios expresan el
de humor e ironía, si- no que además se triunfo o de lo sobrenatural (hadas,
traslada al presente por los rasgos magos), o de la racionalidad científica. Se
autobiográficos que esconde. Las proponen sus- citar en los destinatarios
grandes cuestiones e interrogantes fi- temor y miedo, haciendo tambalear la
losóficos y teológicos que plantea la solidez de ciertas convicciones o
nove- la, corresponden a las dudas e creencias acerca de la rea- lidad.
interrogan- tes que desde muchos años A pesar de poseer una estructuración
acompañan al autor. sintagmática que quiebra nuestra idea
Se podrían también mencionar los re- de composición del mundo, esos
latos que testimonian una extraña ficcionales fantásticos manifiestan un
atmós- fera psicológica. Pongamos el paradigma que todo el mundo entiende.
ejemplo de la película argentina La ¿Por qué? Por- que se presentan con un
ciénaga, de la Di- rectora L. Martel armazón de eventos y de experiencias
(2000), o bien, la novela de García que manifiesta claramente su intención
Márquez Crónica de una muer- te comunicativa, y expresan un modo de
anunciada. En estos casos el MR se de- sentir la realidad en conexión con
sarrolla según la ley física del MRR, aun- nuestros temores, deseos, horrores y
que todos los demás elementos no estén esperanzas; de ellos emergen vivencias
contenidos en el MRR. Por el contrario , inconfesadas o simplemente sueños o
hay narraciones donde los elementos fantasías que impregnan nuestra vida.
na- turales de MRR están presentes, Entonces, la perspectiva ficcional ad-
mientras que hay una ruptura con las quiere sentido, porque lo que se narra -
leyes físicas, como sucede en la novela
La Metamorfo- sis de F. Kafka, o en la
conocida película
240 / Victorino Zecchetto
Estructura elemental y profunda del relato: en el modelo propuesto por Greimas son
dos aspectos de la gramática narrativa. La estructura elemental corresponde a la forma
más simple y básica de significación que surge de la presencia de elementos opuestos; la
estructura profunda es la que genera significaciones mediante operaciones de transfor-
mación como la aserción y la negación.
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