Hector Gallego - Proyecto Final - TEXTO REVISADO - COMPLETO
Hector Gallego - Proyecto Final - TEXTO REVISADO - COMPLETO
Hector Gallego - Proyecto Final - TEXTO REVISADO - COMPLETO
DE LA IGLESIA PANAMEÑA
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN:
PROFESOR:
Estudiantes:
AGRADECIMIENTO .................................................................................................................. 2
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................... 3
DESAPARICIÓN .................................................................................................................. 18
EL JUICIO ............................................................................................................................ 19
SU LEGADO ............................................................................................................................ 24
METODOLOGÍA................................................................................................................... 26
HOMENAJE………………………………………………………………………………………….33
CONCLUSIÓN ......................................................................................................................... 34
ANEXOS……………………………………………………………………………………………..36
FOTOGRAFÍAS.................................................................................................................... 65
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................ 75
Estudiantes de Licenciatura en Ciencias Teológicas – Profesor Manuel Ramos
DEDICATORIA
Es un gran placer conocer la historia y labor pastoral de este gran pastor de los
pobres, trabajador incondicional en favor de los más necesitados y de los campesinos.
Fue una gran experiencia y un honor el poder conocer el arduo trabajo del Padre
Gallego en las distintas comunidades de la Iglesia Católica y nos sentimos
agradecidos de haber podido contribuir a honrar su memoria.
AGRADECIMIENTO
El presente trabajo, no habría sido posible, sin la ayuda de nuestro Señor, quien nos
acompañó en todo momento a través de tantas personas y profesionales de buena
voluntad que de forma desinteresada nos apoyaron durante el desarrollo de esta
investigación y su presentación.
Especial agradecimiento a nuestro querido Profesor, Lic. Manuel del C. Ramos, quien
nos ha compartido sus conocimientos y experiencias en torno a la Iglesia Panameña
y quien nos confió esta investigación, misma que ha sido de gran provecho para todos
nosotros, sus estudiantes, y esperamos que lo sea también para toda persona que
desee conocer más acerca de la vida y obras del Padre Jesús Héctor Gallego.
INTRODUCCIÓN
Con alegría deseo que este momento nos ayude a cimentar nuestra fe, en una iglesia
profética y misionera, que sigue alzando su voz por los más pobres y necesitados.
Como cita el papa Francisco:
Avanzado a su tiempo le tocó dar su propia vida por la evangelización que se realizó
en tierras Veragüenses aplicando el “Plan Veraguas” que sostenía bases de la
rechazada teología de la liberación.
La teología del pueblo que profesa hoy el Papa Francisco, hace 51 años nos hubiesen
parecido opuestas, enemigas, llenas de rivalidad para los gobiernos de turno y las
débiles democracias de los años 70. Nos preguntamos en palabras del Papa
Francisco:
Panamá desde hace más de 500 años ha visto misioneros pasar por esta tierra y dejar
sus vidas, sus huellas por los más pobres, por la evangelización de nuestras
comunidades indígenas, del campo, del interior y de las áreas olvidadas e inhóspitas.
Cabe mencionar muchas órdenes religiosas en la época precolombina y de igual
manera en nuestra época republicana. Pero para nosotros, hoy sigue siendo un
misterio la vida del Padre Jesús Héctor Gallego, joven sacerdote fiel a sus principios
religiosos.
De manera especial por los más pobres, los campesinos de Santa Fe de Veraguas
en cual vio la discriminación, la desigualdad, la marginación, la indiferencia de los
gobiernos y el poder imponente de unos cuantos llevándolos a la esclavitud y a la
miseria.
Luchó incansablemente para que estos pobres fueran protagonistas de sus historias
y dejarán un legado de unidad, fraternidad, trabajo, sacrificio y el esfuerzo en aprender
a organizarse a trabajar en sus comunidades a través de las cooperativas para
aprender a sacar sus productos de sus tierras.
5. ¿El legado del Padre Héctor, impulsa la pastoral social de nuestra iglesia
panameña? ¿Sería un adelantado a su tiempo?
8. Nos dice algo el martirio y la santidad por entregar la vida como lo hizo el Padre
Héctor por la comunidad que le tocó vivir, encarnarse con el pueblo.
11. Como cristianos y como iglesia ¿seguimos haciendo opción preferencial por
los pobres desde nuestra realidad donde nos encontramos?
Surgen muchas preguntas de tipo social que habría que cuestionarnos hoy, frente a
la vida del Padre Héctor y su vida de entrega por los más pobres.
Necesitamos hombres y mujeres que sean modelos del Padre Jesús Héctor Gallego
que caminen hacia el Sínodo con oídos para escuchar la voz del pueblo. Necesitamos
una teología sinodal, encarnada en el pueblo, presente y encarnada donde se
consagre toda la vida pensando rezando y haciendo.
Teólogos de hoy con la mirada tierna de Dios, que buscan en los más pobres a Cristo
pero que reclama los derechos y necesidades de los que menos tienen. Que vayan
a las periferias en busca del campesino del campo, del que está en el ghetto, barrios
marginales, del que está en la Isla, el afrodescendiente, en las parroquias, el que no
asiste o se le ha excluido.
Hoy necesitamos muchos “Héctor”, que escuchen y sepan discernir, que no le tengan
miedo al enfermo, a la desigualdad, las injusticias sociales, a las calamidades y las
miserias humanas.
Te invito a que puedas vivir este recorrido histórico, viajando en el tiempo y podamos
seguir el legado, dejando huellas. Hacer juntos un compromiso misionero y eclesial
para nuestro crecimiento humano, cristiano y profético.
asumirlo con esperanza Pascual. Los últimos diez años han sido
violentos en nuestro continente. Pero caminamos seguros de que el
Señor sabrá convertir el dolor, la sangre y la muerte que en el camino
de la historia van dejando nuestros pueblos y nuestra Iglesia, en semillas
de resurrección para América Latina. Nos reconforta el Espíritu y la
Madre fiel, siempre presentes en la marcha del Pueblo de Dios.
Documento Puebla 266.
Hoy, vemos esa semilla Pascual, en tantos mártires y santos que han dejado marcada
la vida cristiana en muchas comunidades de América Latina, pero sus muertes no son
en vano, son signos de esperanza, de lucha para nuestros hermanos pobres y para
nosotros que seguimos haciendo una teología vivencial, sinodal, de escucha, de
oración y acción, desde la mirada de Dios en el pueblo.
Que Santa María La Antigua Patrona de Panamá, y de esta Universidad, nos guarde
siempre en este caminar. Amén
ARRIBÓ A PANAMÁ
Siendo seminarista, el joven Gallego llega por primera vez a Panamá con el reverendo
Pablo Bueter en 1966 y se incorpora en la vida de los veragüenses el 5 de febrero de
1967; realiza sus primeras prácticas religiosas como diácono en la parroquia del
distrito de San Francisco. Su trabajo diario se centró en el movimiento familiar
cristiano y su labor pastoral de la parroquia y con los jóvenes del Grupo “San
Francisco Mejor”. El 12 de julio de 1967, regresó a Medellín y el 16 del mismo mes
fue ordenado sacerdote por Monseñor Marcos Gregorio McGrath. Regresó a Panamá
el 13 de agosto del mismo año y su primera misa la celebró en el templo de la
parroquia de San Francisco. El 20 de agosto marchó de inmediato a Santa Fe para
comenzar la organización de su futura parroquia.
Inicia su trabajo pastoral con un grupo de seminaristas, después de visitar todas las
comunidades de Santa Fe, un área muy difícil por sus montañas y su población muy
dispersa. El padre Gallego organiza el distrito en centros de comunidad circundantes,
inicia las reuniones de estudio del evangelio para la formación de las comunidades
de base en el pueblo de Santa Fe y en los diferentes centros comunales.
En el verano del año 1968 es nombrado párroco del distrito de Santa Fe por Monseñor
McGrath; constituyéndose así la parroquia de Santa Fe, siendo el padre Héctor
Gallego, su primer párroco.
EL PLAN VERAGUAS
El Plan Veraguas consistía en crear las condiciones para romper los círculos viciosos
del atraso. Este Plan fue elaborado por el reverendo Ricardo Seidel, con apoyo del
Obispo de la provincia, Monseñor Marcos Gregorio McGrath y Edwin Fábrega,
subdirector de Planificación de la Presidencia. El estudio identificó un analfabetismo
del 51.7% de la población de 10 y más años de edad; y la región ocupaba el 87.5%
de viviendas con piso de tierra, segundo lugar nacional, mientras que había criaderos
de cerdos con piso de cemento; 80.4% de la población vivía sin agua potable ni
servicio sanitario; 91.9% sin energía eléctrica; un 50% de la niñez sufría de
malnutrición; y había una alta tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas y
parasitarias, y por tuberculosis en todas sus formas. Pero eran los tiempos de la
Guerra Fría y la labor de la Iglesia chocaría no solo con los intereses de los
terratenientes del área, sino con unas estructuras de poder atemorizadas con
que faltará algún día, y entonces? Entre cada visita del sacerdote a las comunidades,
la misma comunidad se reúne los domingos para la celebración donde reflexionan la
Palabra de Dios comunitariamente. Para 1971 contaba con 34 comunidades en la
parroquia participando activamente en las labores de evangelización. Al final de cada
mes, Héctor celebra en Santa Fe la misa para las diferentes comunidades a la cual
asisten campesinos de todas partes. Muchas veces llegan a mil personas reunidas
en la mañana de este domingo. En ese día los campesinos santafereños se unen en
una sola fuerza de voluntad y devoción. Al terminar la misa, cada persona regresa a
pie a su comunidad, llevando en su corazón una luz de esperanza alentadora al ver
que no se encuentra solo en la lucha por un futuro mejor. Una de las mayores
dificultades para su trabajo era el ambiente individualista, junto con el sentido de
conformismo y de pasividad. El no querer dar pasos, no querer romper con una cosa
que llamamos orden y que en el fondo no es más que un desorden. Gracias a la labor
pastoral y a la luz del Evangelio se creó en Santa Fe un ambiente de cambio. Decía
Héctor en una entrevista pocos días antes de su desaparición: Las personas se
respetan mucho más. Hay más comunicación entre las personas, es un ambiente más
huma- no, es un ambiente más optimista en el sentido de que está más orientado a
realizar esta fuerza nueva que se está descubriendo, que es la fuerza de la
comunidad. Héctor vio su labor en Santa Fe dentro de la visión amplia y abarcadora
de una nueva sociedad, de que otro mundo es posible, la utopía del Reino. Por eso,
los esfuerzos locales tienen que vincularse con otros movimientos a una escala más
amplia, con otros grupos y sectores populares. Santa Fe, realmente yo no puedo
imaginármelo solo. Un movimiento aislado no puede ir a ningún lado. Cuando
hablamos de cambio, nos referimos al sistema. Es un sistema que abarca el mundo
de hoy, de manera que un movimiento que permanezca aislado es un movimiento que
está enfrentándose hacia algo imposible, algo demasiado grande para un movimiento
local. De allí la insistencia de Héctor por construir redes a través de contactos con
otros grupos y movimientos. Los conflictos no los creaba Héctor. Los conflictos nacían
de una clara situación de injusticia. En Santa Fe reinaba una marcada explotación de
los campesinos por los patrones y terratenientes. Para las elecciones de mayo de
1968 los campesinos habían decidido no votar. Ante este hecho, único en la historia
de Panamá, los caciques de Santa Fe declararon una guerra a los campesinos. Otra
causa de conflicto fue la cooperativa. Los campesinos viéndose desafiados y sin base
económica en qué descansar, encontraron en la cooperativa la oportunidad para
liberarse de esta opresión. La cooperativa fue un segundo choque con los caciques,
pues rompía el control económico de la región. La división entre la clase popular
campesina y la clase dirigente de Santa Fe comenzó a agudizarse y hacerse cada día
más fuerte.
en aquel entonces, dijo: No es nuevo lo que nos sucede. El profeta no puede morir en
la cama. Jesús, el profeta por excelencia, fue llevado en la noche. También en la
noche el padre Héctor fue arrancado de los suyos, de la casa de un campesino porque
tampoco tenía casa con violencia y con engaño. El padre Héctor fue un auténtico
testigo del Evangelio por su paciencia en sufrimientos de toda clase. Frecuentemente
era molestado, investigado.
En 1968 se implantó por fin un sindicato al cual muchos se inscribieron; otro de los
grandes planes del padre Gallego fue la implementación de Cooperativas de
Consumo e indujo a los campesinos a creer que podían ser dueños de su destino a
través del trabajo colectivo y el apoyo mutuo entre los de su clase. Los terratenientes
seriamente perjudicados con esto, culparon del asunto al párroco sacerdote
colombiano. En junio de 1969, empezaron los ataques, incluso algunos aldeanos le
dieron una paliza al padre Gallego en el mes de junio y en diciembre del mismo año
lo arrestaron. No obstante fue puesto en libertad porque se comprobó que todas las
acusaciones eran calumnias.
El 2 de julio de 1970, Héctor Gallego fue detenido por agentes de la Guardia Nacional
de la provincia de Veraguas, acusado por Álvaro Vernaza Herrera de quemar una
planta eléctrica. El Arzobispo McGrath habló con el general Omar Torrijos Herrera
para que lo liberaran. Lo soltaron con el compromiso de viajar a Panamá al día
siguiente para entrevistarse con el General Torrijos. El 3 de julio, el Padre Gallego se
entrevistó con el General Torrijos, y llegó a acuerdos importantes para llevar adelante
la reforma agraria y alcanzar los objetivos trazados por el Plan Veraguas. Se suscitó
entonces un nuevo incidente: Vernaza intentó atropellar con su Jeep al religioso
Gallego, y golpeó con un cable al padre Alejandro Vásquez Pinto en Santa Fe. La
Conferencia Episcopal protestó públicamente. El 16 de julio de 1970, Álvaro Vernaza
fue relevado del cargo de Director Regional en el Instituto Nacional de Agricultura.
Meses después, Vernaza fue nombrado administrador del Instituto Nacional de
Agricultura (INA) en Divisa.
El padre Héctor Gallego hizo un viaje a Colombia el 23 de enero de 1971 para pasar
sus vacaciones y regresó a Panamá el 14 de marzo. A su regreso, realizó un
campamento del 22 al 28 de marzo de ese mismo año con jóvenes universitarios de
la comunidad de Chilagre. La Guardia Nacional detuvo a varios universitarios para
comprobar que no fueran guerrilleros. Los diarios atacaron el proyecto social de la
Iglesia Católica. Nuevamente, tras una correspondencia de por medio, se
entrevistaron el Padre Gallego y el General Torrijos el 30 de marzo y convinieron en
que el Padre y el General estudiarían la mejor forma de llevar a cabo un plan de
desarrollo en Santa Fe.
solicitó por telégrafo una reunión con Torrijos para informarle de los resultados de las
reuniones con campesinos, pero el 16 de mayo se le informó que la reunión sería
imposible por el momento. En la madrugada del 22 al 23 de mayo de 1971, enemigos
del trabajo de la Iglesia Católica y del gobierno, incendiaron el rancho donde dormía
Gallego logrando escapar milagrosamente; esto lo obligó a refugiarse en casa de
Jacinto Peña y Clotilde Toribio de Peña.
El 31 de mayo, Gallego viajó a la ciudad de Panamá para asistir a un curso con Joseph
Comblin. El 1 de junio de 1971 el padre Gallego hizo un nuevo intento para obtener
una entrevista con el jefe del Estado Mayor, con el propósito de presentarle las
principales peticiones de los dirigentes campesinos sobre el plan de desarrollo para
el campo. Su gestión no logró materializarse. Al no lograr entrevistarse, escribió una
carta al General Torrijos donde expresaba la preocupación de los dirigentes de las
comunidades campesinas, quienes consideraban que las reuniones con el Gobierno
no tomaban en cuenta el deseo manifiesto de los campesinos de colaborar con un
plan para la solución de los problemas que ellos habían estudiado y analizado. El
Padre Gallego le expresaba al General Torrijos, además, su temor de que tal actitud
de ignorarlos, pudiera influir contrariamente en el campesinado. Durante su estadía
en la Ciudad de Panamá, el 4 de junio de 1971, Gallego concedió una entrevista al
Jesuita Julián Leucona, en la emisora Católica Radio Hogar, donde arremetió contra
los grandes comerciantes y terratenientes de la región de Santa Fe y señaló que la
orientación del movimiento social y político que se estaba gestando en Santa Fe tenía
que irradiarse a todo el país. Sus declaraciones alarmaron enormemente a los
dirigentes de la dictadura, quienes giraron instrucciones para desmembrar la
cooperativa.
HISTORIA DE SU DESAPARICIÓN
Entre los años 1968 y 1989, de acuerdo con informes de la Comisión de la Verdad
(reporte de 2002) desaparecerían en el país 187 personas.
El secuestro de Gallego fue denunciado por el campesino Jacinto Peña, testigo de los
hechos, a las 6 de la mañana del jueves 10 de junio en Santiago de Veraguas.
Pero eran los tiempos de la Guerra Fría y la labor de la Iglesia chocaría no solo con
los intereses de los terratenientes del área, sino con unas estructuras de poder
atemorizadas con cualquier desafío al orden social establecido.
El sacerdote fue liberado por intermediación del arzobispo Marcos Gregorio McGrath,
quien lo solicitó a Torrijos. Este aceptó con la condición de entrevistarse con él para
“Las personas se respetan mucho más. Hay más comunicación; es un ambiente más
humano, más optimista, en el sentido de que está más orientado a realizar esta fuerza
nueva que se está descubriendo, que es la fuerza de la comunidad.”
DESAPARICIÓN
EL JUICIO
Las investigaciones oficiales del caso se iniciaron el mismo 10 de junio de 1971, pero
se cerraron el 26 de junio de 1973, sin mayor resultado.
“Hay suficientes elementos de convicción para concluir que Jesús Héctor Gallego
Herrera fue detenido por la Guardia Nacional y desaparecido mientras se encontraba
bajo custodia de ese cuerpo armado”, concluyó la Comisión de la Verdad.
Hoy, los restos del padre Héctor Gallego no han sido encontrados.
La hermana del padre, Edilma Gallego, quien en 1971 contaba con apenas doce años,
ha pasado la vida entera intentando dar sentido a su desaparición: “¿Qué pasó con
Héctor? ¿Lo enterraron allí? ¿Lo enterraron en Cañazas? No, fue en Tocumen. No,
lo arrojaron al mar. No, fue en Coiba. Se siente un dolor profundo. Es tan simple como
eso, el drama que nunca acaba”.
Urgía a los militares acallar, sin demora, al sacerdote, la que movía voluntades hacia
la consecución de una patria en donde resplandeciera la verdad y la justicia; era un
imperativo de los militares eliminar al hombre que representaba una bandera contra
el atropello y despojo cometido por personajes del régimen y por los terratenientes
santafereños que siempre habían explotado a los campesinos. El Estado Mayor toma
la decisión de capturar y deportar a Gallego acusándolo de comunista e inventar una
serie de delitos subversivos y justificar su deportación. Lo cierto es que los altos
mandos del instituto armado sabían sobre la operación que se estaba tramando en
contra del padre Gallego.
sujetos llegaron en un vehículo jeep Toyota Land Cruiser color verde, con la capota
blanca, tocaron la puerta de la casa del campesino; quien abrió la puerta fue Héctor
Gallego. Dos de los tres sujetos respondían a los nombres de Eugenio Magallón y
Melbourne Walker, miembros en ese entonces de la Guardia Nacional, quienes le
solicitaron a Gallego que los acompañara al cuartel militar, ya que por órdenes
superiores se requería su presencia. Ante su negativa, fue sacado de la casa a la
fuerza, golpeado y secuestrado. Actualmente, no se tiene noticias de su paradero.
Héctor Gallego tenía pleno conocimiento que su vida corría peligro, ya que su
movimiento social en Santa Fe, de Veraguas, había causado molestias entre los
terratenientes y la cúpula del régimen militar. Ante cualquier evento, Gallego exhortó
a los campesinos a seguir adelante con los proyectos comunales:
Más de una docena de testigos afirman que desde las 8:30 de la noche del 9 de junio
de 1971, vieron el vehículo Jeep que recorrió las comunidades que van desde San
Francisco hasta el Carmen (10:30 p.m.) y Santa Fe (12:10 a.m.). Al conocer la noticia
de la desaparición de Héctor Gallego, cientos de campesinos con machete en mano
salieron esa noche a buscar por los caminos, trechos, ríos y matorrales a Gallego,
pues pensaban que lo habían golpeado y tirado por alguno de esos sitios. Se iniciaron
investigaciones sumarias el 10 de junio de 1971, hasta la aparición en televisión del
Obispo de Veraguas, Monseñor Martín Legarra, quien declaró excomulgados a los
autores intelectuales y materiales del secuestro del Padre Gallego; Álvaro González,
uno de los enemigos del proyecto social de la iglesia y el gobierno, se suicidó el 13
de julio de ese año. Finalmente el 26 de junio de 1973, se cerraron, sin resultados,
las investigaciones del caso. Solamente se reiniciaron luego de un proceso iniciado
Tras haber tenido noticias sobre el posible paradero de los restos del padre Héctor
Gallego, el 22 de septiembre de 1999, se inició una excavación en el antiguo cuartel
de Los Pumas de las Fuerzas de Defensa, donde se encontró una osamenta humana.
Se da inicio a la investigación con numerosas pruebas de ADN con la finalidad de
confirmar la pertenencia en vida de los restos hallados. Finalmente, el 21 de agosto
de 2000, se comprobó científicamente que la osamenta encontrada no era del padre
Gallego, sino del dirigente socialista Heliodoro Portugal, quien fue secuestrado en
1970 en el Café Coca Cola en Santa Ana por miembros de la Guardia Nacional
vestidos de civiles, al ser compañero del luchas del también desaparecido por la
dictadura, Floyd Britton y férreos opositores al régimen de Torrijos.
HIPÓTESIS DE SU DESAPARICIÓN
"Noriega le había dicho que todo el Estado Mayor había decidido sacar a Gallego del
país y además dijo que cuando vigiló a Gallego él pasó esa información a los Macho
de Monte, comandados por Edilberto Del Cid y Juan González. Otros agregan al Flaco
Espinoza. Cosa extraña, pero en el expediente no aparece ninguna investigación de
esa carta y resulta lógico preguntarse ¿por qué el fiscal Carlos Augusto Herrera no
investigó este importante documento para dar con la verdad?"
SU LEGADO
El principal legado del padre Héctor Gallego fue la organización campesina para así
evitar ser víctimas de los abusos y explotaciones de los terratenientes de Santa Fe.
El Padre Jesús Héctor Gallego organizó el Movimiento Popular Cristiano de Santa Fe,
con valores y principios comunitarios, donde tuvo su resonancia a nivel nacional,
logrando presentar una propuesta Presidencial, candidato a la presidencia de la
República el señor Ricardo Barría, campesino de la provincia de Veraguas. Este
movimiento ha sobrevivido durante todos estos años y se ha encalado en
movimientos de otras regiones de los Países Centroamericanos.
CAUSA DE BEATIFICACIÓN
"No puede haber ninguna causa mientras no exista el cuerpo, sin éste no se puede
iniciar el proceso".
Fue detenido y secuestrado por la Guardia Nacional la noche del 9 de junio de 1971
durante la dictadura militar de Omar Torrijos Herrera. Actualmente se encuentra
desaparecido.
El Padre Jesús Héctor Gallego organiza el Movimiento Popular Cristiano de Santa Fe,
con valores y principios comunitarios, donde tuvo su resonancia a nivel nacional,
logrando presentar una propuesta presidencial, candidato a la presidencia de la
República el señor Ricardo Barría, campesino de la provincia de Veraguas. Este
movimiento ha sobrevivido durante todos estos años y se ha encalado en
movimientos de otras regiones de los Países Centroamericanos.
METODOLOGÍA.
En la memoria
No preciso en qué momento fue creado el grupo guerrillero. En 1980 se funda el Partido
Acción Popular, conocido como PAPO, cuyo presidente fue Carlos Iván Zúñiga. A través de
mi primo, Rodrigo Sánchez Conoan, mejor conocido como ‘Yoyi', me inscribí en el PAPO y
formé parte activa en la adquisición de nuevos adherentes.
En esas andanzas estaba cuando me encontré con Abrahán Solís, a quien conocía de niño.
Por supuesto, la política saldría flote. Ante mi invitación a unirse al PAPO me respondió: ‘la
situación no está para partidos políticos, estoy formando un grupo armado para enfrentar el
régimen y ando buscando gente'. Acepté su invitación y le dije:
—Cuenta conmigo, estoy de acuerdo de que la lucha armada es la solución.
Abrahán había abandonado el destacamento Diablos Rojos de la Guardia Nacional de
Panamá, que tenía su cuartel en David, Chiriquí, donde se enroló entre 1969 y 1970. En
aquella época yo era un niño en Almirante, Bocas del Toro, pero ya Abrahán era adulto y
laboraba en la carnicería del señor Fermín Sánchez. Formó parte de los Boy Scout de
Almirante, dirigidos por el señor René Lavenier. La edad de 18 años lo alcanza en Almirante,
donde vivía con su madre.
Un día, entre los años 68 y 69, desapareció. Como era apenas un niño ciertas cosas no las
entendía, porque eran asuntos de adultos. Entre 1970 y 1971, cuando tenía entre 10 y 11
años, llegué con la señora Ofelia Sánchez a una Feria de San José, Chiriquí. ‘Vamos al
Cuartel de David a visitar mañana a Abrahán a primera hora de la mañana', diría Ofelia.
Recordaba perfectamente a Abrahán. Era de esos jóvenes que caen bien y era agradable
para mantener una conversación. En el cuartel lo encontré con su uniforme verde olivo.
Abrahán en una u otra forma había estado vinculado a la familia Sánchez de Almirante. Esa
fue la última vez que lo vi siendo niño. Se había incorporado a la Compañía Diablos Rojos de
la Guardia Nacional. No supe más de él.
En el frente guerrillero
Los recuerdos que a continuación narro tuvieron lugar entre los años 1981, o tal vez en 1982.
Lo cierto es que un mediodía me encontraba en el Banco Nacional de Vía España llenando
un ‘slip', después de haber salido de clases de la Universidad de Panamá y volví a
encontrarme con Abrahán. Me invitó a conversar aparte, como acostumbran los
conspiradores.
‘¿Te sumas o te restas?... ya está todo listo y vine a retirar el dinero para las armas, el plan
va'. Atiné a responder: ‘Abrahán, en esta no voy a poder ir, ya que estoy terminando mi tesis
de la carrera'.
—Ni modo, pero toda va.
Nos despedimos y otra vez lo volví a perder de vista. No dudaba que el plan estaba en
marcha. No volví a saber del asunto, hasta que un día que me encontraba en Almirante y en
un diario leí una noticia que hacía referencia a la captura del movimiento revolucionario,
calificando a Abrahán Solís de ‘comandante de los ladrones o guerrilleros'. En ese momento
no terminaba de captar el asunto. Lo que me llamó la atención del editorial —cuyo autor
seguramente había sido Tristán Solarte— era que Abrahán lideraba el grupo, quienes se
habían declarado asaltantes o ladrones, por razones elementales, a pesar de que su
dialéctica y su hablar eran muy finos y propios de hombres educados. En estilo sarcástico,
Tristán señalaba: ‘pero que ladrón más fino en su hablar, con esta clase de ladrones
educados, los panameños no tenemos de que preocuparnos'.
‘Cierto día tomo el bus de Boca La Caja en el Parque Porras; al subir, observo en un puesto
aparte y solo a Abrahán. Emocionado fui a saludarlo. Solo me dijo: ‘cámbiate de puesto o
toma otro bus; hay agentes del G2 que me están siguiendo”.
Después de ser capturados, fueron torturados por personajes como Silverio Brown, quien
sería ejecutado posteriormente por agentes del G-2. Abrahán y sus compañeros serían
enviados a la isla de Coiba. Ahí ‘los ladrones' coincidirían con un grupo de colombianos que
planeaban una fuga. Abrahán trató de enrolarse con ellos, pero dudaban de él, ya que los
colombianos sospechaban que era un infiltrado del G2.
En un principio los colombianos aceptaron, pero a última hora lo dejaron por fuera, porque no
confiaban en Abrahán. El día de la fuga fueron asesinados todos los colombianos, episodio
que posteriormente sería conocido como ‘la masacre de los colombianos en Coiba'.
Después de la invasión de 1989 apareció muerto un oficial de apellido Chaverri en un
vehículo. Entre los posibles móviles del crimen se encontraba una posible venganza por la
masacre de Coiba.
¿Inteligencia en el bus?
Cierto día tomo el bus de Boca La Caja en el Parque Porras; al subir observo en un puesto
aparte y solo a Abrahán. Emocionado fui a saludarlo. Solo me dijo: ‘cámbiate de puesto o
toma otro bus; hay agentes del G2 que me están siguiendo'.
Entendido el mensaje, me retiré inmediatamente, y abordé otro bus.
Después de la invasión, cierto día Abrahán y yo volvimos a encontrarnos. Intercambiamos un
abrazo y un saludo fraterno, como debió haber sido el día que abordé el bus de Boca La Caja.
Recordamos la aventura guerrillera, quedamos en que me concedería una entrevista para
contar esta parte de la historia, cuando un grupo de jóvenes intentaron derrocar la dictadura
militar (1968-1989). En sus filas estaba Rolando Alberto Pérez Palomino, veterano de la
Guerra de Nicaragua, quien posteriormente se inmoló en las afueras de la embajada de los
Estados Unidos en Panamá, el 10 de enero de 1984. Participó en el Frente Héctor Gallego.
Desde el primer momento en el que el padre Gallego hace contacto con la comunidad,
se percata de una cruda realidad: las condiciones de olvido, injusticia, marginalidad,
desigualdad y sometimiento en que vivía la población. Para el padre Héctor estas eran
condiciones que primeramente atentaban contra los ideales y principios cristianos
establecidos como fundamento para la evangelización y promoción de la política
social de la iglesia. Segundo, y tal vez más relevante, atentaban contra el respeto y
el desarrollo integral de las personas.
Entre algunas realidades de la población: no había carretera en estado transitable, el
acueducto sólo llegaba a algunas casas. La planta eléctrica diésel sólo trabajaba en
las noches y era para algunas familias; no había escuela primaria por lo que el
analfabetismo llegaba al 51% No había centros de salud, los que requerían atención
médica urgente eran sacados a pie o a caballo a la carretera principal y trasladados
al hospital de la ciudad de Santiago. El nivel de desnutrición en la niñez llegaba al
50% Anterior a su llegada la presencia de un representante de la iglesia era muy
esporádica o nula. La actividad comercial de compra y venta de mercancías y
productos era controlada por “familias blancas de apellido y por comerciantes
foráneos” Comprobó que casi toda la tierra que trabajaban los campesinos, en
condiciones que en ocasiones llegaban al abuso y esclavitud, tenían nombre y
apellido. Estas eran las llamadas “tierras planas” a orillas del rio Santa María. Si bien
los campesinos tenían tierras para ser trabajas por ellos por asunto de una “legislación
agraria” no necesariamente eran los mejores tanto por accesibilidad como en
capacidad de producción. Aparte de no estar legalizadas ni con planos ni con títulos.
Frente a estas realidades, el padre Gallego se decide trabajar para llevar su misión
sacerdotal desde el punto de vista del Evangelio a todos los hombres y mujeres de
Santa Fe. Se compromete a enseñar y a aplicar la palabra de Dios como único camino
de salvación real. Y tal vez lo más importante, se compromete a crear consciencia
entre los campesinos que el sometimiento al trabajo esclavo, la miseria y las
privaciones en las que vivían no eran parte del plan de Dios.
Se percata de inmediato que esta era una tierra olvidada en donde el respeto al
trabajo del hombre no existía. Vio entonces la oportunidad de implementar lo que la
iglesia católica llamó en su momento el Plan Veraguas, en el cual se establecía un
Catolicismo Progresista que en conjunto con la Teología de la Liberación promulgaba
no solo por un crecimiento espiritual, sino económico y político. Romper con ese “ciclo
vicioso de atraso” en el que estaban atrapados.
Apunta sin temor a la liberación y progreso del hombre marginado y explotado, los
insta y organiza a desarrollar proyectos sociales y de emprendimiento que les
permitiera hacer frente a la explotación de los terratenientes. Para lograr esto, los
incentiva a formar equipos de trabajo y así trabajar la tierra en su propio beneficio.
Intenta que se respete el trabajo del campesino y que se le remunere de manera justa.
Aboga igualmente por el pago justo de los productos que eran por ellos cosechados.
Surge entonces la idea de formar una cooperativa que les permitiera comercializar
directamente sus productos. Así es como en 1969 nace la “Cooperativa La Esperanza
de los Campesinos”.
Esto por supuesto disgustó a los dueños de las tierras, quienes no sólo veían poner
en peligro sus métodos y practicas injustas de enriquecimiento, sino que exponía y
ponía en peligro la práctica de explotación del trabajo campesino. Comienza entonces
no solo la persecución dentro de la comunidad contra el campesinado: intimidación,
amenazas, se les niega la venta de productos básicos; sino también la presión política
y de influencias familiares por parte de dueños de las tierras y de los comercios en
contra del sacerdote. Se le acusa entonces de izquierdista, de guerrillero, de
comunista, de estar armando al pueblo para un levantamiento desde las montañas.
En la noche del 9 de junio de 1971 el padre Héctor es sacado del rancho que
compartía con Jacinto Peña, pues el rancho donde residía había sido quemado días
antes en un intento de asesinarlo. Fue sacado por miembros de la entonces “Guardia
Nacional” y el resto es historia. Fue asesinado y sus restos aún siguen sin ser
identificados de manera positiva. Si bien por presión de la ciudadanía y de la iglesia
católica, se realizó un juicio que fue catalogado por algunos como un “espectáculo o
entretenimiento” en donde incluso, uno de los acusados nunca apareció. Como era
de esperar los autores intelectuales, los ostentadores del poder político y económico
de ese entonces nunca fueron llamados ni llevados a juicio.
En junio de 2017 Edilma Gallego, hermana del sacerdote, dio una entrevista al diario
La Prensa en donde relató con lujo de detalles todas las vicisitudes para encontrar los
restos de su hermano y expuso de manera clara y directa, con nombres y apellidos,
los autores intelectuales y los motivos de su asesinato. Expuso de manera reveladora
lo que para el país y la ciudadanía era y sigue siendo aún hoy día, un secreto a voces.
Héctor Gallego fue un hermano que compartió el amor del Padre con todo que aquel
que lo conoció. Fue campesino que se identificó para erradicar las condiciones de
opresión y miseria que regían el trabajo del campo. Fue mártir que ofreció su vida
dejando un mensaje de esperanza: “sigan adelante”
Como sociedad tenemos una deuda, pues la historia del padre Héctor Gallego es la
historia de la lucha del hombre por el respeto al derecho al trabajo y a su justa
remuneración. Es la historia de todos nosotros por ser libres.
El trabajo de los padres de Chicago en San Miguelito en los años sesenta y la labor
de Héctor en santa Fe, fueron algunas de las primeras experiencias del trabajo de las
Comunidades Eclesiales de Base en América Latina. De muchos países de nuestro
Continente vinieron a conocer estas experiencias como modelo de trabajo pastoral a
la luz del Concilio Vaticano II y de Medellín. Sin embargo en los años setenta y
ochenta diferentes movimientos revolucionarios sacudieron América Central y
muchas comunidades cristianas quedaron inmersas en la lucha por transformar la
sociedad, algunas estrechamente vinculadas a estos movimientos. Por esta cercanía
con las luchas populares la experiencia de las comunidades eclesiales de base ha
sido perseguida por los regímenes militares y dentro de la Iglesia se les ha tildado de
reducir la fe a un mero compromiso social. Sobre todo el compromiso con la
transformación social ha sido interpretado por los círculos más reaccionarios como
una lectura ideológica que preparaba simplemente a los cristianos para que cayesen
en las garras de estos movimientos marxistas. Héctor inició su labor pastoral en Santa
Fe a la luz de la Conferencia Episcopal de Medellín. Dicha conferencia insistió en la
renovación de las estructuras pastorales, promoviendo las Comunidades Cristianas
de Base. El cristiano debe vivir la fe en la vida de cada día, impulsando en su
comunidad la fraternidad y la justicia social. La comunidad cristiana de base es así el
primer y fundamental núcleo eclesial, foco de la evangelización y motor de promoción
humana y de desarrollo. Para poder realizar todo esto Medellín insiste en la
descentralización de la parroquia, en la formación de líderes locales y el compromiso
cristiano para la transformación de la sociedad. En el corto tiempo que Héctor trabajó
en santa Fe, recorrió las diferentes comunidades campesinas, reflexionó junto con
común, en la fracción del pan y en las oraciones. (Hechos 2, 42). Ahora han
desaparecido los movimientos revolucionarios en Centro América, sin embargo, las
injusticias y las exclusiones persisten, lo que es más, el rampante neoliberalismo ha
aumentado la brecha entre quienes todo tienen y quienes viven al margen del
crecimiento económico. A nivel eclesial, las parroquias en el campo y en las afueras
de la ciudad son inmensas y con escaso personal de sacerdotes. Los diferentes
movimientos y denominaciones evangélicas han ocupado el vacío que la Iglesia
católica ha dejado en las barriadas populares y en muchas comunidades del campo.
El modelo de las Comunidades Eclesiales de Base, propulsado por Medellín y
aplicado en San Miguelito y en Santa Fe, mantiene toda su actualidad como expresión
concreta de vivir el evangelio en medio del pueblo. Se trata de pequeñas
comunidades donde los laicos asumen su responsabilidad como agentes activos en
la Iglesia, donde las personas se conocen personalmente, donde se vive la fe de
manera activa en las relaciones interpersonales.
HOMENAJE
CONCLUSIÓN
Desde temprano, el joven seminarista Héctor mostró interés y voluntad para servir
apenas supo de la existencia de un lugar como Santa Fe de Veraguas; con una clara
identificación con el camino marcado por el Concilio Vaticano II, la Doctrina Social de
la Iglesia y también por la admiración del trabajo pastoral de monseñor McGrath. Se
convierte en un profeta moderno que se coloca al lado de los pobres, no solo para
ayudarles y acompañarse en sus necesidades sino también para enseñarles nuevos
caminos de superación personal y comunitaria; rescatándolo de la marginalidad, la
desigualdad y el olvido.
Es necesario preguntarnos si la causa que llevó al padre Héctor a dar su vida sigue
vigente, si aún hay campesinos u otros grupos discriminados, marginados,
desprotegidos, explotados, que sufren la indiferencia y la desigualdad ocasionada
muchas veces por un grupo dominante e injusto.
La vida del Padre Héctor es una mirada directa al corazón en nuestros tiempos
actuales, que nos acusa, nos cuestiona y nos impulsa a tomar acción -con
determinación- hacia las realidades más urgentes de nuestra social; impulsados por
ese amor que solo proviene de Dios.
Su desarrollo pastoral va acorde con lo que la Iglesia nos llama a ser hoy, esto lo
convierte en un adelantado a su tiempo, una Iglesia que va al encuentro del pobre,
del más pobre (en todos los sentidos), que lleva a un encuentro que compromete y
hace cambiar, tanto a unos como a otros, haciendo presente el Reino de los Cielos
en nuestro mundo cada vez más necesitado de Dios.
La voz que reclama justicia social y derechos para los más desfavorecidos sigue
clamando, y este material además de pretender servir para memoria de la figura del
padre Héctor Gallego y su misión, espera despertar la conciencia de nuestra misión
como católicos, que puede estar adormecida, como en aquellos tiempos, cuando
caminaba aquel humilde sacerdote por campiña veragüense.
En el marco de camino de una Iglesia sinodal, el padre Héctor nos deja una luz en el
camino, de cómo se concretiza, se consolida y complementa la Palabra de Dios que
siempre es viva y eficaz con la acción humana que humaniza, que aliviana el camino,
que tiene la capacidad de mirar al otro y sacarlo de la miseria, de comprometerse por
el otro a hacer lo posible por crear sistemas y estructuras más humanas, solidarias y
justas.
ANEXOS
Bueno, muchas de esas interrogantes, casualmente hoy, van a ser respondidas con
nuestro invitado especial, que va a ofrecer una conferencia para hablarnos sobre la
vida del padre Héctor Gallego.
Para darles la bienvenida formal a este evento a continuación les presento al Rector
Magnífico de nuestra Universidad Católica Santa María la Antigua, el profesor
Francisco Blanco, que se va a dirigir a todos ustedes. ¡Bienvenido profesor Blanco!
¡Adelante!
Buenas tardes y como ya dice el profesor Félix, bienvenidos a esta acción que tiene
la Universidad. Casualmente, hace unos días el Cardenal Lacunza, quien presidió la
Eucaristía de Aniversario de la USMA, el 56 aniversario y después nos dirigió un
mensaje. Uno de los puntos más importantes que dijo es que la Iglesia ojalá sienta
que la USMA es su Universidad. En eso hemos estado empeñados estos 56 años
yo pienso que en actividades como ésta se pone de manifiesto ese caminar codo con
codo de una parte de esa iglesia con sus características propias como es la
Universidad, en su ser Universidad, pero ese caminar con la iglesia y poniendo y
refrendando por así decir, aquellos aspectos que le son propios en este caso
profundizar el pensamiento y la obra de algunas personas importantes en la historia
de la Iglesia. Así que bienvenidos y muchas gracias por participar en este acto que
además es en un día señalado, un día como hoy es exactamente el 50 aniversario de
ese suceso que hoy estamos recordando.
Todas las instituciones, todos los países, en su historia tienen momentos y personas
claves. Nuestra República pues solo por mencionar algunos Justo Arosemena,
Manuel Amador Guerrero, en fin todos aquellos que fueron forjando y cada uno de
ellos son un punto de inflexión. La historia de la Iglesia también; desde el primer
obispo, Fray Juan de Quevedo, monseñor Francisco Javier de Victoria de Luna y
Castro. Ese primer obispo panameño, que incluso tuvo una gran nación y una gran
proyección dentro de la Iglesia panameña y también latinoamericana, Monseñor
Mcgrath por mencionar solo algunos, podríamos mencionar muchos más. Pues bien,
yo creo que la figura de Héctor Gallego, con todo y la polémica que se generó incluso
en los primeros momentos bien difíciles por así decir desde el punto de vista
ideológico que incluso atravesaba Latinoamérica y la iglesia. Pues bien una vez
clarificadas las aguas, yo creo que la figura del padre Héctor Gallego también se
convierte en un hito, también se convierte en un punto de inflexión para la Iglesia y
por eso tenemos el honor de que esa persona, que fue un hito, que fue un punto de
inflexión, formó aunque era colombiano, aunque vino desde Colombia, formó parte y
se integró a esta vida de la Iglesia panameña. Incluso ya en la misma línea que hoy
en día el papá Francisco está impulsando a toda la iglesia a la periferia; precisamente
para acercar ese Evangelio también a los más desposeídos. Así pues es muy
satisfactorio contar con la con la presencia en este caso de dos obispos de la
Conferencia Episcopal reflejando precisamente eso, esa unidad que prácticamente
todos los que formamos las distintas diócesis formamos una sola Iglesia, la Iglesia
panameña que forma parte también de la Iglesia Universal. Por eso agradecemos
muy particularmente a monseñor Valdivieso, Presidente de la Conferencia Episcopal,
que precisamente va a dar también su proyección, sus palabras y su mensaje de este
acto, desde esa perspectiva de la Conferencia Episcopal panameña; y por supuesto,
Muchas gracias señor rector por sus palabras y como lo dijo estimado público el señor
rector, se encuentra con nosotros monseñor Rafael Valdivieso presidente de la
Conferencia Episcopal, quien también va dirigirles unas palabras, ¡bienvenido
monseñor Valdivieso!, adelante.
Muchas gracias por la invitación, agradezco y felicito por este acto en esta modalidad
ahora de zoom pero qué tan significativo una fecha muy especial al recordar los 50
años de desaparición del padre Héctor Gallego y saludó a todos los presentes y
autoridad de la USMA, a mi hermano Billo, hermano y vecino y de verdad es un
acontecimiento que al reflexionar sobre la figura de Héctor Gallego, yo tendría 3 años
cuando ocurrió este acontecimiento y fuí creciendo no con esa voz que siempre
clamaba ¡dónde está Héctor! ¿no? fue pues es una figura que quizá de niño, de joven,
cuando estaba tan involucrado en la Iglesia ya esa figura de Héctor Gallego marcaba
mucho en el camino en todo lo que representaba la Iglesia para nosotros, la vida de
fe, la vida de la comunidad cristiana, ya era como una persona sin tener como
conciencia que era esta experiencia de su desaparición fue ya más adelante la misma
formación y en esa madurez que uno va adquiriendo en la fe, donde se va entiendo
todo el valor que tiene esto, el sacrificio, el martirio, el desaparecer de esta forma, ya
eso fue como marcando un aspecto de importante dentro de esa concepción que iba
teniendo sobre lo que es la Iglesia en Panamá qué es el sacerdocio, lo que esa misión
Gracias monseñor Valdivieso por sus palabras y como usted bien lo ha dicho,
definitivamente la USMA es la Universidad de la Iglesia y este es el inicio de alguna
de las actividades que la USMA está realizando este mes precisamente para
conmemorar la vida del padre Héctor Gallego y todo su legado. Toda esta serie de
actividades que vamos a tener pues van a finalizar el 30 de junio, también con el
estreno mundial de la obra de teatro El Gran Maestro sobre la vida del padre Héctor
Gallego, que va a correr a cargo del teatro el desván de la USMA y que le haremos
llegar la invitación posteriormente para que nos acompañe ese día del estreno
mundial de la obra del gran maestro para honrar la vida casualmente del padre Héctor
Gallego. Como les decía estimado público también se encuentra con nosotros dentro
de los invitados especiales que tenemos y que había mencionado nuestro rector
monseñor Audilio Aguilar obispo de la diócesis de Santiago diócesis casualmente
donde trabajó el padre Héctor Gallego y él también quiere dirigirnos unas palabras.
Bienvenido monseñor Aguilar, adelante.
Muchas gracias, buenas tardes a todos los panelistas, al señor rector, la verdad que
me alegra que grandemente el poder participar en este conversatorio, desde que
llegué a Veraguas, como obispo he estado siempre los 9 de junio en Santa Fe
celebrando la Eucaristía a las 10:00 de la mañana por el alma del padre Héctor, la
memoria, conmemorando pues su desaparición. Hay otra cosa que se puede decir
del padre Héctor que uno va escuchando los testimonios de la gente y que impresiona
de él. Primero pués Santa Fe de Veraguas no es lo que es hoy, en carretera una hora
de Santiago en aquel entonces solamente en carros de esos que llaman comandos
se llegaba hasta allá y en avioneta, esto pues él llega a su obispo monseñor Legarra
le pide que vaya a Santa Fe y el pues obedece. La cosa muy importante es la
comunión, el cariño, el aprecio, que existía entre el obispo monseñor Legarra y el
padre Héctor Gallego, lo que hacía el padre Héctor siempre estaba en comunicación
con su obispo, yo creo que una de las personas que más sufrió su desaparición fue
precisamente monseñor Legarra por todo lo que significó para él, que un hijo
desapareciera de esta forma y que pues no se pudo o no pudo el lograr de nada
esclarecer la verdad. Pero el testimonio de la gente también es interesante porque
nos presentan a Héctor Gallego, lo me han dicho pues no lo conocí, tenía 7 años
cuando desapareció Héctor Gallego y me dicen que era un hombre de estatura
pequeña, era hombre flaco, podemos decir pero que este hombre caminaba 12 hora,
14 horas, para ir a encontrarse con las comunidades, compartir con las comunidades,
yo creo que esta expresión del Papa Francisco Pastor con olor de oveja en el padre
Héctor, prácticamente lo vivía. El iba compartía el café con la gente, compartía lo que
la gente tenía, dormía en donde le ofrecían para dormir pues no solamente era Santa
Fe llegaba hasta Calovébora caminando. Entonces la verdad es que es impresionante
todo el trabajo que realizó. En aquel entonces salió el documento de Medellín y él
junto con la Biblia Medellín pues era lo que él iba enseñando y compartiendo con la
gente. Como decía una persona frágil pero también como me decía un sacerdote que
le comentaban que él llegaba a una comunidad y de repente encontraba un niño
enfermo, pues él no le importaba traer regresarse caminando, con ese niño al hombro
para traerlo a que tuviera asistencia médica, o sea un hombre que vivió la caridad
también en grado podemos decir, heroico. Entonces hoy hay tantas cosas de Héctor
Entonces creo que es impresionante que uno se encuentre todavía con personas
muy mayores y le pregunte: ¿usted conoció al padre Héctor? Y le digan a uno: si, yo
lo conocí. Yo estaba alejado de la Iglesia y precisamente, por ese cariño, por ese
contacto con el padre Héctor, yo estoy ahí en la Iglesia desde aquel entonces. Yo
sigo en la Iglesia gracias al trabajo del padre de Héctor Gallego. Entonces, yo creo
que la figura del padre Héctor, muchos quizás han querido utilizarla negativamente
pero creo que no. Fue un hombre heroico, un hombre trabajador, un hombre que fue
pues coherente con lo que vivió, él era un hombre pobre, vivía en medio de la pobreza
de los campesinos, era un campesino más. No fue un hombre que digamos le huía al
trabajo; al contrario, lo que se le presentaba pues trataba de llevarlo adelante.
Yo creo que para todos, como ha dicho monseñor Valdivieso, pues la figura de Héctor
es impresionante y ojalá pues esto siempre lo recordemos y lo recordemos con
alegría, porque ciertamente el lunes, cuando se nos hablaba de las
bienaventuranzas: “Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino”; yo
pensaba hoy plenamente en Héctor Gallego “dichosos los que trabajan por la justicia
porque de ellos es el Reino de los cielos”. Yo pensaba en Héctor Gallego que trabajó
por la justicia, que fue pobre de espíritu, que vivió la caridad e hizo suyas las
bienaventuranzas. Creo que ha sido una bendición para esta diócesis la presencia
de Héctor Gallego. Y aquí estamos pues para seguir adelante animados por la
memoria de este hombre que trabajó, que quiso al campesino, al indígena que se
entregó a ellos con toda valentía y de verdad con todo su corazón. Muchas gracias
por esta invitación y creo que ojalá pues, que esta figura de Héctor Gallego nos siga
iluminando.
Bueno, antes de comenzar la conferencia tipo conversatorio como digo yo, quiero
avisarles pues a todo el público presente que está con nosotros, que las preguntas
que les vayan surgiendo, las interrogantes, que tengan que quieran hacer a medida
que nuestro panelista invitado de esta tarde va a ir dando la conferencia, ustedes
pueden ir escribiéndolas en el chat de aquí mismo de zoom para al final entonces
responderlas.
Bueno, ahora a continuación les voy a presentar a nuestro invitado especial que nos
va a hablar sobre el padre Héctor Gallego él es doctor, doctor en teología y
especialista en doctrina social de la Iglesia es párroco de la Iglesia de Santa Cruz en
Chilibre que atiende numerosas comunidades rurales y por muchos años ha sido
director de la pastoral social de la arquidiócesis. Ha publicado escritos y un libro sobre
el padre Héctor Gallego y es profesor aquí en nuestra Universidad en la USMA, en
la Facultad de Humanidades y Teología. A continuación pues les presento al padre
Patricio Hansen, quién nos va a ofrecer esta conferencia.
Tiene que activar el micrófono, que no lo tiene activado padre. Ahora sí. Bueno
muchas gracias por la invitación y gracias y felicidades a las autoridades eclesiásticas
y académicas también que asistan a este conversatorio para conocer un poco más el
trabajo de El padre Héctor Gallego es importante saber que el padre que era
colombiano del departamento de Antioquia y pasó sus años del seminario en
Medellín, sobre todo el Seminario Mayor, donde conoció a Plinio Mojica que es de
Santa Fe de Veraguas, entonces que con toda la pobreza y de la falta de sacerdotes
en la diócesis en una nueva diócesis que recién se había creado en el año 64, bajo el
impulso de monseñor Marcos Gregorio Mcgrath, que fue el primer obispo
descendente de Santiago de Veraguas, así que el padre Héctor vino a Veraguas,
bajo el impulso de Plinio Mojica que lo invitó y contó un poco de las dificultades de los
campesinos en Santa Fe y en toda la diócesis. Fue ordenado sacerdote en el año 67
por monseñor Mcgrath porque monseñor Mcgrath era también, participaba en la
preparación de la conferencia de Medellín y para entender bien el trabajo del padre
Héctor Gallego tenemos que ubicarlo también dentro del marco del Concilio Vaticano
Segundo. Yo creo que muchos jóvenes quizás no se acuerdan del Concilio, no
conocen el Concilio Vaticano Segundo; sin embargo, el Concilio Vaticano Segundo
ha sido el acontecimiento de la Iglesia más importante del siglo pasado. Desde el año
62 hasta 65 en Roma se le unieron todos los obispos del mundo durante dos, tres
meses cada año, durante cuatro años y donde pensaron y reflexionaron seriamente
sobre cómo debe ser la presencia de la Iglesia en El Mundo de hoy. Así que el Concilio
para mí es uno de los acontecimientos más importantes de la Iglesia a nivel mundial
porque abrió las ventanas de la Iglesia al mundo y también quiso regresar a las
fuentes del Evangelio entonces habla también de la Iglesia como pueblo de Dios que
todos somos parte activa, parte plena de la Iglesia. La Iglesia no es tan solamente
los sacerdotes, los obispos y las hermanas religiosas, sino cada miembro de la Iglesia
es parte pueblo de este pueblo sacerdotal, fermento del reino y también la iglesia en
el Concilio Vaticano segundo ya abres las ventanas la iglesia al mundo de los más
pobres y afligidos. Después del Concilio, los obispos de América Latina que hicieron
aplicar con la novedad del Concilio Vaticano Segundo en Medellín en esta
Conferencia General del Episcopado de América Latina y monseñor McGrath era uno
de los obispos prominentes de esta conferencia y publicó un artículo, presentó un
discurso intervención sobre los signos los tiempos y en su declaración final, al final
de la conferencia, dicen los obispos: “como cristianos creemos que esta etapa
histórica de América Latina está vinculada íntimamente a la historia de salvación, a la
luz de la fe hemos realizado un esfuerzo por descubrir el plan de Dios, en los signos
de nuestros tiempos e interpretando que las aspiraciones y clamores de América
Latina son signos que revelan la orientación del plan divino. Nuestros pueblos aspiran
a su liberación y a su crecimiento en humanidad. Entonces debemos terminar la
separación entre fe y vida y debemos alentar una nueva evangelización para lograr
una fe, lúcida y comprometida.” Y entre las conclusiones pastorales debería, se dice
entre otros, despertar en los cristianos una viva conciencia de Justicia, infundiendo
un sentido dinámico de responsabilidad y solidaridad, alentar también y favorecer
todos los esfuerzos del pueblo por crear y desarrollar sus propias organizaciones.
Hacer de la parroquia un conjunto pastoral verificador de las comunidades de base,
así la parroquia ha de ser, ha de descentralizarse pastoral en cuántos sitios, funciones
y personas es en este ambiente, que realmente el padre Héctor inicia su labor como
primer párroco también de San Pedro apóstol en Santa Fe. Entonces lo primero que
hace es dividir la parroquia en centros, descentralizar la parroquia también para poder
visitar los diferentes centros, más o menos eran unos once centros. Siempre el padre
Héctor, reflexiona la vida a la luz del Evangelio, trata de promover en la actitud de la
gente, una actitud de cambio de asumir su responsabilidad frente a la situación de
opresión y de marginación que viven los campesinos. Entonces después de medio
año de trabajo, se reúne con los responsables de las diferentes comunidades para
formarlas y capacitarlas para que puedan asumir más responsabilidad del todo de
esta nueva iglesia con una conciencia crítica y actitudes de cambio. Entonces nunca
el padre adopta una posición paternalista, cree en la capacidad de la propia
comunidad para afrontar sus problemas y sabe que algún día si falta para que los
campesinos tendrán que seguir el camino. Una de las mayores dificultades que
enfrenta el padre es el conformismo y la pasividad de la gente; entonces a la luz del
Evangelio y desde la reflexión de la vida a la luz del Evangelio, entonces promueve
cambios en el sentido de una mayor dignidad de la persona humana. Dice el padre
de entrevista que hace unos cuántos días antes de desaparición, las personas se
respetan mucho más hay más comunicación entre las personas es un ambiente más
humano un ambiente más optimista en el sentido de realizar cambios y de trabajar
con su propio futuro y al mismo tiempo, el padre Héctor está consciente que un
movimiento aislado no podrá enfrentar todos los problemas del mundo actual porque
El Mundo dice ese es el esencialmente un mundo individualista, entonces por eso se
necesita un cambio de actitud en la persona. Una actitud más abierta a las realidades
que vive El Mundo entonces la utopía del reino que es cambio de no solamente de
actitudes personales, pero también de la actitud en en el sistema que estamos
viviendo, para que sea un sistema mucho más humano. Los conflictos en la vida de
Héctor Gallego no surgen porque Héctor era conflictivo por mentalidad, sino
Entonces cuando estamos ahora 50 años de la vida de Héctor Gallego, uno puede
preguntarse qué de la vida de Héctor Gallego nos impulsa y nos interroga como Iglesia
porque vemos que hay nuevos desafíos también. Por ejemplo, la brecha entre ricos y
pobres en Panamá ha crecido a pesar de todos los esfuerzos; la falta de conectividad
ahora estamos en pandemia hemos visto muchos estudiantes del campo como han
abandonado la escuela por falta de conectividad. Primero, no hay internet, después
también con el celular es muy caro. Vivimos en América Latina en una democracia
frágil. El Papá Francisco ha escrito también la encíclica sobre Cuidado de la Casa
Común es otro de los grandes desafíos, nuevos que tenemos por delante. Y hay
una abundancia de información muchas veces cuando no hay conciencia crítica
entonces crea más bien confusión y mucha gente por ejemplo frente a las vacunas
hay tanta gente que se opone porque escuchamos de todo a través de los medios de
comunicación, pero si no hay una interpretación clara o una concientización, crea
más confusión. Así que son nuevos desafíos. Hay también temas pendientes, por
ejemplo, la falta de administración de Justicia en nuestro país porque conectan unos
las nuevas formas de matar en la desaparición hace más difícil la investigación, no
hay evidencias. Sin embargo, para la Iglesia lo más importante no es tanto encontrar
el cuerpo de Héctor, sino sobre todo seguir el camino, seguir la misma el mismo
trabajo de evangelización y de lucha por la justicia de Héctor Gallego. Héctor mismo
dice en un momento dado si desaparezco no me busquen, sino sigan el camino.
Y quizás quisiera terminar un poco con cuáles son los puntos del método pastoral de
Héctor que son de mucha actualidad y que son válidos también para nuestro tiempo.
Primero, Héctor habla de una Iglesia pueblo de Dios, pueblo sacerdotal al servicio
del Reino. Eso es el gran aporte del Concilio Vaticano Segundo y no quiere un
clericalismo sino que para cada cristiano es responsable en el pueblo de Dios es un
pueblo de sacerdotes también. Después por eso es tan importante la formación de
los laicos, eso es un trabajo muy importante que hizo Héctor, la formación de sus
responsables de las diferentes comunidades. Héctor también trabajó siempre desde
la fuerza del Evangelio cuando se confronta la realidad que vivimos con el Evangelio
induce a una actitud de cambio, una actitud de respeto para la persona humana.
Entonces Héctor insiste también en la descentralización en las pequeñas
comunidades, viven los sacramentos en cada comunidad donde hay donaciones
personales entre las personas, donde la fuerza se siente en la comunidad al servicio
del reino. Por eso es importante insistir desde el Evangelio según la dignidad de cada
persona humana y también la acción no violenta porque Héctor siempre actuando
desde el Evangelio quería convencer a los campesinos de la necesidad de cambio
desde la fuerza del Evangelio que es una fuerza de cambio pero es una fuerza de la
acción no violenta es un cambio diferente que el sistema marxista porque muchos
dicen que Héctor era un marxista pero yo creo que la dignidad de cada persona
Héctor Gallego, nace el día 7 de enero de 1937, en la vereda llamada Montebello del
municipio de Salgar, Antioquia, Colombia. De un matrimonio joven, fue el mayor de
once hijos, la alegría le caracterizaba y, desde muy pequeño mostró cualidades de
protector, dadivoso y solidario con sus hermanos menores.
Desde muy temprana edad, cuenta su hermana Edilma, Héctor tenía inclinación por
el hábito usado por los sacerdotes, y su madre, Alejandrina Herrera Bustamante,
compraba la tela oscura y le cosía sus hábitos, los que al vestirlos le daban mucha
alegría. “Desde pequeño, era experto en hacer pesebres, y daba misa y usaba sotana
a imitación del Padre López, a quien admiraba. Se inclinaba por las cosas de Dios”.
La tierra y el cultivo es el oficio familiar. Desde la niñez, Héctor labraba la tierra junto
a su padre, Nicolás Gallego Betancur, quien cree que la tierra lo es todo y, basta con
estudios primarios y la tierra, para salir adelante.
Durante este tiempo, sus encuentros familiares son cada seis meses, y sus
reencuentros con los suyos se entremezclan entre momentos muy alegres en familia
y el arduo trabajo en el campo ayudando a su padre y hermanos en la cosecha y
proceso del café.
Cuenta su hermana Edilma del Carmen, que “de joven conoció a una joven, muy
interesada en Héctor, y que casi lo hace tropezar en su carrera de sacerdote”, pero
Héctor, se mantiene fiel a su vocación de servir al Señor.
La segunda separación familiar, más larga, fue cuando viajó en calidad de diácono a
Panamá. La comunicación la realizaba a través de cartas escritas, contando sus
esfuerzos, alegrías y penas mientras servía en tierras panameñas.
Seis meses antes de su desaparición, Héctor visita a su familia por última vez. Esta
visita fue especial porque llegó muy alegre llevando unas diapositivas a colores con
las que le compartía a la familia sus esfuerzos en pro de la comunidad a la que servía
en los campos de Santa Fe de Veraguas.
Generalmente es una tierra pobre, solamente así la montaña ya es una tierra más
fértil, una tierra más descansada, pero normalmente es una tierra de cerros, una
tierra mala para la agricultura.
En cuanto al área humana, Santa Fe tiene 7500 habitantes, es una población en gran
parte bastante desnutrida y esto afecta muchísimo la idiosincrasia de la capacidad de
las personas, la capacidad para su mismo desarrollo, la capacidad para captar, la
capacidad mental de las personas, capacidad de imaginar nuevos métodos de
trabajo, de imaginarse formas de ellos mismos estructurar su propia economía o su
propio desarrollo, en general ellos allí, no tienen medios para conseguir su propia
subsistencia, para conseguir su dinero y casi durante todo el verano, cuatro meses al
año, tienen que salir al interior a ganar sus centavos allí; y después, regresan el resto
del año a sembrar un poco de arroz -a ver llover, tal vez- porque realmente hay muy
pocas fuentes de trabajo, casi ninguna fuente de trabajo. Los productos principales
que se siembran allí, el arroz, como tal vez es lo principal, aunque la tierra no produce
el arroz, produce una medida muy baja; sin embargo, el campesino por una tradición
sigue sembrando el arroz, siembran también un poco de verdura y de frijol, de lo que
llaman ellos frijol de palo.
Los demás productos se siembran pero de una manera muy escasa: el plátano, maíz
se siembran muy escasamente. Analizando precisamente esta situación de la
agricultura que los campesinos están sembrando realmente lo que no produce allí, y
si ellos hicieran una contabilidad de los gastos que invierten y de lo que sacan, ellos
sacarían por conclusión: que una libra de arroz les costaría el doble de lo que cuesta.
sembrándola que si la compraran en la tienda.
Las bases primeramente de este programa las dio monseñor Vázquez más o menos
a partir de 1958; pero de una manera más intensa en 1966 y 1967. Ya en el año de
1968 fue cuando comenzó un programa más organizado y más planificado, con un
plan de trabajo fijo, un programa para un año, y en base a eso, entonces una
continuidad de ese mismo programa.
Padre Héctor, aunque yo considero que usted es más panameño que nadie; sin
embargo, por ser de nacionalidad colombiana ¿ha tenido usted algún problema así
especial con la comunidad?
Cuatro organizaciones. Tal vez el primer elemento de organización que se hizo fue la
distribución o la división de toda la parroquia o de todo el distrito en 11 centros,
teniendo en cuenta las distancias y teniendo en cuenta la facilidad de comunicación
y en este caso los ríos, que son uno de los impedimentos más fuertes.
por un espacio inicialmente, en el plan inicial fueron por un espacio de tres meses y
culminaron con un cursillo en el mes de mayo de 1968.
Este cursillo era con los elementos que más habían captado el trabajo y también con
los elementos que más se habían comprometido en las diversas comunidades. Aquí
entonces ya comenzaron a ir resultando, a ir apareciendo lo que nosotros llamamos
allí los responsables. Inicialmente, fueron unos treinta y con ello se dice entonces en
una en la escuela pública del distrito se hizo un cursillo de tres días con ellos. Era más
que todo un cursillo de motivación, un cursillo de comunidad era una convivencia
cristiana con ciertos temas de motivación. Basado principalmente en textos bíblicos y
encaminados hacia la idea sembrar una idea de cambio, una idea de liberación, una
idea de reconocimiento de sus propios valores y una idea también entonces de de
que para vivir la vida cristiana necesitábamos organizarnos en, necesitábamos
realmente experimentar y sentir lo que es la comunidad en cada uno de los lugares
donde, de donde ellos son.
¿Cuál fue el efecto de estos cursillos, de estas convivencias, en orden a crear los
líderes comunitarios?
¿Cada cuánto? En Santa Fe nos reunimos con ellos desde hace dos años. Nos
reunimos cada mes por día y medio
Esta reunión con los responsables, al mismo tiempo coincide con el con la una
concentración que hacemos cada mes en las comunidades. Como las comunidades
quedan distantes no tenemos la misa dominical cada ocho días, en el sentido de una
misa parroquial sino que la misa parroquial es solamente cada mes entonces es una
concentración de campesinos vienen de todos los lugares aún de las comunidades
más lejanas y realmente, es una, realmente es una, es una asamblea diríamos
general de la parroquia no, en el sentido de que participan la mayor parte de los
campesinos que están tomando parte en el trabajo las comunidades.
Por la parte sacramental o la parte litúrgica, diríamos que es como, es como la parte
culminante de todo el trabajo. La celebración de la eucaristía o la celebración de los
bautismos casi nunca lo hacemos en el pueblo mismo sino que lo hacemos en cada
grupo, en cada centro; donde los grupos son más, los grupos son más limitados y por
lo tanto, hay más relaciones personales, hay más hay más sentido de comunidad no
hay tanto esa esa, no se siente ese peso de la masa sino que realmente se siente
una reunión de un grupo donde el sentido del compromiso por ejemplo el bautismo es
un es muy muy visible, donde el sentido de convivencia y de participación en la
eucaristía también es bastante sensible, bastante vivo.
Eh El valor que ha añadido, yo creo que es tal vez una de las fuerzas principales que
hay en América latina la fuerza religiosa y cuando realmente, cuando realmente se
descubre el Evangelio, que el Evangelio compromete hacia un cambio en el Evangelio
el mensaje de Cristo después de bueno inicialmente el movimiento fue un análisis de
la realidad y cuando ese mensaje de Cristo nos muestra qué esa realidad está en
contradicción con el mensaje de Cristo, tiene que de una vez el compromiso de
cambio precisamente para que esos principios del Evangelio puedan realizar
precisamente porque la realidad está en contradicción con ellos.
¿La cuestión comunidad ayuda a los religiosos a eso o sería igual en el centro
comunal?
¿Para hacer los proyectos ustedes tienen reuniones periódicas o simplemente las
tienen cuando vienen, sin organización ninguna?
Las reuniones son periódicas cada mes y cada mes se elabora el programa en la
convivencia con los responsables se elabora el programa para cada mes, de manera
que es una diríamos es una programación ágil pero regular bueno, en cada lugar
están los diversos responsables de las diversas comunidades forman lo que es el
equipo de cada centro. El centro es un lugar a donde llegan diversas comunidades
cada comunidad tiene un responsable entonces en cada centro hay una especie de
un equipo de responsables.
¿Quieres decirnos Héctor algunos de los objetivos a corto plazo que persiguen
ustedes?
Bueno, a corto plazo uno de los objetivos ahora a corto plazo, es la organización de
los campesinos en grupos agrícolas. Básicamente, porque durante el año pasado el
trabajo intenso fue un trabajo de formación, un trabajo de análisis, un trabajo de
concientización. Entonces siguiendo ese proceso, este año nos hemos dado cuenta
que lo que necesitamos ahora es una acción, es algo que te mentiremos, es dar pasos
concretos. no.
A este paso concreto de la formación de los grupos agrícolas. Ahora esto diríamos
los campesinos antes estaban, ellos dependían económicamente de sus patrones y
sus patrones allí mismo en Santa Fe aunque las fuentes diríamos, aunque lo que
ellos podrían dar de salario eran realmente muy poco, muy pocos días al mes. Pero
algo salvo unos trabajaban. Lo más general era que los campesinos salen de Santa
Fe al ingenio, eso quiere decir que los campesinos están durante todo el verano fuera
de Santa Fe, están trabajando en el ingenio. Ahora para que ellos realmente se
sientan un poco liberados de ese sistema y ellos mismos comiencen a ver la forma
de ellos estructurar su propio desarrollo y su propia economía tienen que tienen que
organizarse en equipos de producción, en equipos agrícolas asesorados por la
cooperativa, no solamente la asesoría técnica de un técnico agrícola, de un
agrónomo, cosa de éstas, sino también la asesoría en cuanto a instrumentos en
cuanto a bono y en cuanto a cierta maquinaria, en cuanto a cierta, algo que realmente
aumente la producción y garantice para ellos ciertas entradas económicas.
¿Entiendo que en Santa Fe había tiendas como en cualquiera de los pueblos del
interior, quisiera saber yo, si la distribución estaba honrada o había cierta explotación
aprovechándose de la ignorancia de los campesinos?
¿Se daban casos de usura aprovecharse de préstamos para con los campesinos?
¿Y qué ha pasado con las tiendas, siguen las mismas o han fracasado?
Las tiendas, algunas de ellas han fracasado completamente y otras de ellas han
estado medio sosteniéndose pero su movimiento ha rebajado considerablemente la
cooperativa el año pasado movió 55,000 dólares, son 55,000 dólares que no pasaron
por las tiendas de los patrones.
En cuanto a acción física punitiva ahora que yo recuerde ha habido ahora algunos
campesinos directamente no. En los mismos días que ocurrieron los hechos con
Vasquez Pinto hubo allí algo que fue general con todos y hubo ciertos puñetazos o
cosas de esas, pero no, pero fue más que todo por parte del grupo que apoya estos
patrones, esos caciques, pero realmente el grupo de campesinos que había esa tarde
en Santa Fe sostuvo una actitud bastante equilibrada, en una actitud más que todo
de resistir pero de no realmente no se recurrió a la violencia en ningún momento. Fue
una actitud bastante equilibrada.
¿Si tú crees que si Santa Fe queda sola se perdería el movimiento humano y por tanto
se perderían los logros del desarrollo?
¿Esos cincuenta líderes de la comunidad han tenido relación con otras comunidades
en plan grande también para plantar su obra hacia afuera o no?
Las relaciones básicamente, hacia afuera que han tenido con otros líderes ha sido
básicamente en los cursillos de formación de base en el centro Juan 23, donde se
encuentran con elementos de otras parroquias que reciben más o menos la misma
formación solamente que tal vez lo que ocurre es que Santa Fe está un poco
adelantado va un poco más adelante pero es un programa que quiere realizarse en
varias parroquias y hasta donde sea posible utilizando los recursos que tenemos,
extenderlo a todo Veraguas e influir al mismo tiempo para que esta campaña o acción
de concientización se extienda a todo el país.
Toda nuestra idea al hacerte estas preguntas es detectar cuáles son los rasgos más
típicos de una Comunidad de cambio social. Yo quisiera que ahora me concretes un
poco algunas de las notas típicas específicas de una Comunidad de cambio social.
¿Crees tú que este rasgo del respeto a la persona es una nota dominante en la
Comunidad de campesinos de Santa Fe?
Yo creo que en Santa Fe hay una serie de señales de que las personas se respetan
mucho más. No diríamos que es una cosa perfecta digamos un proceso que ha
comenzado, pero hay una serie de valores, hay una serie de señales en los que es
un poco claro de que la persona se está respetando.
tener una fuente de entrada y donde ya ellos teniendo un poco esta seguridad no
tienen que estar dependiendo de patrones y no tienen que estar saliendo de sus
comunidades por el incendio durante todo el verano y más estabilidad las
comunidades y también al mismo tiempo donde ellos tienen una experiencia de
trabajo comunitario y donde comienzan a ver qué es posible y es más humano y más
ventajoso también pero no tal vez eso no es el aspecto principal de que seamos
ventajoso en el sentido utilitario sino que es más humano la posesión comunitaria la
tierra. Además de la agricultura se está incrementando también la ganadería, está
comenzando un proyecto de carneros, también aún seguiríamos a una en una línea
comunitaria una comunidad sana de un proyecto de carneros y está comenzando
también la cooperativa un proyecto de conejos, para ayudar a alimentación en las
comunidades que realmente es muy deficiente, hay familias que pasan hasta un mes
sin comer carne sin probar la carne.
En la mañana se toman un café muchas veces o cuando más tienen una tortilla que
es algo hecha de maíz o arroz y al mediodía casi lo mismo y en la noche arroz
nuevamente. El arroz es casi que muchas veces la mayor parte de las veces es arroz
blanco sin nada más que eso.
Es una cooperativa de servicios múltiples. En este comenzó con el consumo y tal vez
ahora lo que tiene más desarrollado el año pasado a partir de septiembre entonces
se comenzó con la etapa de producción, se está pensando inclusive se ha comprado
un terreno donde la cooperativa comience un proyecto de vivienda de compra de a
prestar un servicio a los socios para construir su propia casa.
Bien Héctor creo que ya nos has dicho más o menos tu proyecto para el fin que
pretendemos que es presentar en Ecuador el proyecto de Santa Fe quisiera que me
dejaras tu dirección porque sin duda que esto va a haber que completarlo y tal vez
salga visitarte por ahí la dirección mía ese apartado 48 Santiago Veraguas
¿Cada cuánto tiempo para recoger el correo? Normalmente, más o menos cada 15
días
Por telegrama entonces, lo más directo es ir a Santa Fe, ahí es lo más directo, en
Santa Fe del agua hay teléfono, pero muy malo el mejor tal vez sea un telegrama y
respondería.
FOTOGRAFÍAS
Imagen 22. El pueblo desea la beatificación del padre Héctor Gallego, un cristiano ejemplar.
BIBLIOGRAFÍA
• Por: Profesor Domingo Lapadula Silvestri - Héctor Gallego: Hermano,
Campesino, Mártir. https://info.usma.ac.pa/hector-gallego-hermano-
campesino-martir/
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guerrillero
• CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ. Censos
nacionales de población y vivienda de 1980. Volumen V, características
generales.
• LÓPEZ VIGIL, María. Héctor Gallego está vivo. Panamá: Pastoral Social
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• PRODESO. De Victoriano a Gallego, Cronología del movimiento
• RODRÍGUEZ CRUZ, Pedro. Una visión trascendente: Jesús Héctor Gallego.
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Asistencia Social (C.E.P.A.S), 1968.
• ¿Dónde está el padre Gallego? Panamá: Editorial Nueva Vida, 9 de junio de
1990.
• GALLEGO, Horacio. "Panamá": Revista Diálogo Social. Panamá, 1971.
• ATENCIO, Claudio y DÍAZ, Elizabeth. Evolución histórica del corregimiento
cabecera de Santa Fe. Panamá: Universidad de Panamá, Centro Regional
Universitario de Veraguas, Facultad de Humanidades, Escuela de Geografía
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• La Diócesis de Veraguas. http://www.cáritas.org.pe/pa_social.htm.
• Entrevista directa a Sra. Edilma Del C. Gallego, realizada por Brígida Varela
estudiante de Licenciatura en Ciencias Teológicas.