Moniciones de La Purisima B

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8 DE DICIEMBRE SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA

CONCEPCIÓN DE MARÍA

MONICIÓN DE ENTRADA
En nuestro viaje de Adviento celebramos hoy la fiesta de
la Inmaculada concepción de María, limpia de pecado y
concebida sin pecado original. María, madre por la fe y la
obediencia a Dios, espera con nosotros la venida del Hijo
que nos trae la gracia y la verdad.
En este tiempo de Adviento intensificamos nuestra
oración y con María esperamos vigilantes la venida del
Señor.
Celebremos con gozo esta eucaristía y entonemos el
canto que acompaña la procesión de entrada

Monición única para todas las lecturas


La primera mujer, Eva, de cuyo pecado nos habla el libro del Génesis, le
falló a Dios; pero otra mujer, María, la llena de gracia, sin pecado, según
nos narra el evangelio, acepta gustosamente el plan de Dios para salvar a la
humanidad. Por ese hijo, concebido de sus entrañas, nosotros también
hemos recibido toda clase de bienes espirituales y celestiales, y el llamado a
vivir en santidad. Escuchemos la Palabra de Dios.
MONICIÓN PARA LA COMUNIÓN
Con la sencillez y humildad con las que María recibió a Jesús en su seno,
nosotros nos acercamos a comulgar. Cantemos todos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Sacerdote: En el día en que la Iglesia celebra la inmaculada concepción de
la Bienaventurada Virgen María, entreguemos a Dios Padre nuestro corazón,
hecho para abrirse a un continuo diálogo de amor con Él, pero a veces herido
por el orgullo y la soberbia. Oremos juntos diciendo:
Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
Oremos por el Papa y los obispos, pastores del pueblo de Dios, para que con
su ejemplo y su palabra animen a los cristianos a vivir santamente como lo
hizo María.
Oremos por los líderes de las naciones, servidores de los ciudadanos, para
que sus decisiones promuevan el bien común, construyan puentes de paz
entre los pueblos y el mundo sea un lugar más justo y amable.
Oremos por las madres, educadoras de sus hijos, para que les acompañen
y los vean crecer como buenos ciudadanos y cristianos.
Oremos por todos nosotros, oyentes de la Palabra, para que la vivamos y
edifiquemos la civilización de la vida y del amor.
Oremos por los niños y los jóvenes, futuro de la Iglesia y de la sociedad, para
que, imitando a María, maduren en la fe y el servicio.
Oremos por los difuntos de nuestra comunidad que nos han precedido en el
Reino para que podamos reunirnos y gozar con ellos de la vida resucitada.

Oración Padre omnipotente, que, en María, Virgen Madre Inmaculada, nos


concedes contemplar nuestra humanidad liberada de la contradicción del
pecado, escucha nuestra oración sencilla y transparente. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
8 DE DICIEMBRE SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA
CONCEPCIÓN DE MARÍA
MONICIÓN DE ENTRADA
Queridos hermanos, tengan muy buenos
días, sean todos bienvenidos a la
celebración eucarística en la gran fiesta
mariana que nos congrega hoy en torno
al altar. Hoy celebramos la Solemnidad
de la Inmaculada Concepción. La fiesta
de la Inmaculada entona perfectamente
con el espíritu del Adviento; mientras la
Iglesia se prepara a la venida del
Redentor, es muy justo acordarse la
Purísima, que fue concebida sin pecado
porque debía ser su madre.
Esta fiesta surgió en el Oriente hacia los
siglos VII-VIII, y luego se extendió rápidamente también por el Occidente.
En el año 1854 el papa Pío IX declaró dogma de fe que María, por singular
privilegio, en previsión de los méritos de Jesucristo, fue preservada de toda
mancha de pecado ya desde el momento de su concepción. Alegrémonos con
María y la celebremos en esta Santa Eucaristía en su fiesta. De pie,
cantamos con gozo el canto de entrada…
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
Eva es la madre de los que necesitan redención y desean volver al paraíso
perdido. María es la madre de los creyentes, la que por su fe aplastó la
cabeza de la serpiente primordial. María es la nueva Eva, la que nos trae la
nueva vida y nos abre las puertas de la nueva alianza en y con Jesucristo.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Como María, todos nosotros hemos sido también elegidos y llamados a vivir
una vida santa y convocados a proclamar la alabanza de su gloria y a
heredar la promesa de la salvación que nos trae el Hijo único de Dios.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
COMUNIÓN
Dios preparó el corazón de María para que fuera el arca de la Alianza.
Preparemos también nuestros corazones para recibir a Jesús, presente en
la hostia consagrada. Cantemos.
Oración de los Fieles
Presidente: Oremos al Señor nuestro Dios, que eligió a María con vocación
singular, bendita entre todas las mujeres. Y por su intercesión pidamos por
las necesidades del mundo entero. Contestaremos a cada petición:
Que la llena de gracia interceda por nosotros
Tú que en Pedro fundaste a la Iglesia, haz que, por mediación de María,
Madre de la Iglesia, sea fortalecida en tiempos de tribulación y mantenga
siempre la esperanza de la gloria que un día se nos descubrirá. Oremos.
Tú que coronaste a María como reina de todo lo creado, haz que los
gobiernos de las naciones busquen y construyan la paz que tanto
anhelamos. Oremos.
Tú que nos diste a María por Madre, concede por su mediación salud a los
enfermos, consuelo a los afligidos, y, a todos, abundancia de salud y de paz.
Oremos.
Tú, Verbo hecho carne en el vientre de María Santísima, haz que por su
intercesión podamos hacer vida la Palabra que este día hemos escuchado.
Oremos.
Oración Padre omnipotente, que, en María, Virgen Madre Inmaculada, nos
concedes contemplar nuestra humanidad liberada de la contradicción del
pecado, escucha nuestra oración sencilla y transparente. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

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