Por Que Mirar A Los Animales Jhonberger
Por Que Mirar A Los Animales Jhonberger
Por Que Mirar A Los Animales Jhonberger
JhonBerger
Jhon Berger es uno de los grandes escritores de nuestro tiempo. Autor de Puerca
Tierra (Alfaguara), libro en el cual dibuja los rasgos de un mundo campesino en
vías de destrucción por la llamada prosperidad europea, es también el creador de
El sentido de la vista (Alianza Editorial), obra en la que se aprecian sus virtudes
como crítico de arte y narrador. El texto que aquí presentamos forma parte del
libro Mirada sobre la mirada La traducci6n es obra de Hip6lito Rodríguez y las ·
ilustraciones del famoso grabador francés Grandville.
El Jaroc~ erd e - - -- - - - - -- 1
E1 siglo XIX, en Europa y en Estados Unidos, vio co- Los ojos de un animal en proceso de observar a un hom-
bre son atentos y recelosos. Podemos imaginar que el ani-
menzar un proceso que alcanzó su apogeo en ese siglo XX
regido fundamentalm ente por la economía de mercado, mal mira a las otras especies del mismo modo. No reserva
gracias al cual toda la tradición que había servido de me- al hombre una mirada especiaL Pero ninguna otra especie
diación entre el hombre y la naturaleza fue rota. Antes de más que el hombre reconoce como familiar la mirada del
esta ruptura, los animales formaban parte del primer cír- animal. Los otros animales serán solamente vistos con
culo del entorno humano. ¡Y quiza todavía más que eso! respeto, mientras que el hombre será consciente de devol-
Pues esa frase sugiere, todavía, una distancia. En reali- verle exactamente la misma mirada.
dad, los animales ocupaban con el hombre el centro de El animal le escruta a través de un precipicio de estrecha
su universo. Esta centralidad era por supuesto de orden incomprensió n. Es por esto que el hombre alcanza a sor-
económico y productivo. A pesar de la evolución de los prender al animal. Pero el animal -aún el doméstico-
medios de producción y de la organización social, los puede igualmente sorprender al hombre. Pues el hombre
hombres continuaban dependiendo de los animales para también le escruta a través de un precipicio de incom-
nutrirse, desplazarse, trabajar, y vestirse. prensión, el cual es similar pero no idéntico, y esto, cuan-
De ahí a suponer que los animales penetraron ante todo do le mira. Siempre, mira a través de su ignorancia, y
la imaginación humana bajo la forma de carne, cuero o algunas veces de su temor. De golpe, cuando el hombre es
cornamenta, sería proyectar sobre los milenios preceden- mirado por el animal, es visto como su propio entorno es
tes una actitud típica del siglo XIX. Los animales han visto por él mismo. El hecho de que el hombre admita esto
primerament e penetrado la imaginación humana en tan- hace familiar la mirada del animal. Sin embargo, el ani-
to que mensajeros portadores de promesas. La domesti- ma! permanece distinto, y no se deja jamas confundir con
cación del ganado, por ejemplo, no estuvo motivada por el hombre. De ahí la atribución de un poder al animal; un
la simple necesidad de leche o de carne. El ganado po- poder comparable al poder humano pero que no coincide
seía funciones mágicas, adivinatorias y sacrificiales. En jamás con él. El animal posee secretos que, contraria-
el origen, se decidía que una especie dada fuera a la vez mente a los secretos de las grutas, las montañas y los ma-
mágica, domesticable y alimentaria, en función de sus res, se dirigen específicamente al hombre.
hábitos, de su proximidad y de la intensidad con la cual La relación entre ellos se ve con mayor claridad si se
ella lo "propiciaba". compara la mirada de un animal con la de otro hombre.
Entre dos individuos, el puente del lenguaje franquea en
Vaca blanca, buena es mi madre principio el abismo. Aun en una confrontación hostil,
Y nosotros, pueblo de mi hermana, incluso cuando ni una sola palabra ha sido pronunciada,
Pueblo de Nyariau Bull ... aun si cada uno habla una lengua diferente, la existencia
Amigo, gran toro de cuernos abiertos del lenguaje permite a uno de ellos al menos, si no a los
Que muge, muge en el rebaño, dos, ser "confirmado " por el otro. El lenguaje permite a
Vaca de los hijos de Bull Maloa los hombres contar con los otros como con ellos mismos.
(La "conftrmació n" hecha posible por el lenguaje contie-
ne también al miedo y a la ignorancia humana. Pues mi-
(Los Nuer; una descripción de los modos de sobreviven- entras q ue en el animal el miedo responde a un signo, en
cia y las instituciones polfticas de un pueblo del Nilo, el hombre el miedo es endémico.)
Evans Pritchard, Oxford, 1940) Ningún animal "confirma" el hombre. sea positiva o
negativament e. El animal puede hacerse matar y luego
Los animales están situados en el mundo; están dotados comer, de tal manera que su energía se asimila a la que el
de sensaciones; son mortales. En esto, se parecen al cazador ya posee; el animal puede hacerse domesticar, de
hombre. En su anatomía externa -pero no en su tal manera que proporciona al campesino alimento y
anatomía profunda- , en sus hábitos, en su percepción ayuda en el trab~jo. Pero siempre, en ausencia de un len-
-~ez.se·m~}~n-t~s-;· dir~~~-;;;~~~--·- ·----·-- ....~------ ·---·· -- --· g_uaje co_mún, el silencio del animal garantiza su distan-
Cia, su diferencia, y su exclusjón por el hombre.
"~abemos lo que los animales hacen, cuáles son las nece-
Sidades del castor, del oso, del salmón y de otras cria- Uno puede sin embargo considerar, precisamente en vir-
turas, porque, antaño, los hombres se casaban con ellos y tud de _esta diferencia, que la vida de un animal, que no
han adquirido ese saber de sus esposas ... , (Indios ha- puede Jamás confundirse con la de un hombre, se des-
waianos, citados por Levi-Strauss en El pensamiento arrolla paralela a la de este último. Es al momento de la
salvaje). muerte solamente que las dos lineas convergen, para
cruzarse, tal vez, y redevenir en seguida paralelas; de ahí
II 1 J aroc~o..
V erde
la extendida creencia en Ja transmigración de las almas. insensato pensar que la primera metáfora fuera de orden
Con su vida paralela, los animales ofrecen al hombre una animal. En su ensayo sobre el origen de las lenguas, Rous-
compañía que no tiene nada que ver con aquella que seau sostiene que la metáfora se encuentra en el origen
puede ofrecer otro hombre. Nada que ver, puesto que esta mismo del lenguaje: "como los primeros motivos que
compañía responde a la soledad del hombre en tanto que hicieron hablar al hombre fueron las pasiones, sus pri-
especie. meras expresiones fueron los tropos (metáforas). El len-
Esta forma de compañía muda daba antaño la impresión de guaje figurado fue el primero en nacer, el sentido preciso
una presencia hasta tal punto igual que se tenía a menudo fue encontrado después."
la convicción que le faltaba al hombre la capacidad de Si la primera metáfora fue animal, es porque la relación
hablar a los animales -de ahi las historias y las leyendas esencial entre el hombre y el animal dependía ella misma
de seres excep- de la metáfora. En el seno de esta relación, lo que los dos
cionales, como Orfeo, que sabía hablar a las bestias- . términos -hombre y animal- tenían en común revelaba
¿Cuáles eran los secretos de esta seme- también lo que les diferenciaba. Y
janza y de esta diferencia entre el viceversa.
animal y el hombre? Esos secretos de En su libro sobre el totemismo,
los cuales el hombre reconocía su Levi-Strauss comenta el razona-
existencia desde que cruzaba su mirada miento de Rousseau: "es porque el
con la del animal. hombre se experimenta primitiva-
En un cierto sentido, toda la antro- l mente idéntico a todos sus seme-
pología, preocupada como está por ~. jantes (entre los cuales es preciso
el paso de la naturaleza a la cultura, colocar a los animales, Rousseau lo
intenta responder a esta pregunta. afirma expresamente), que adquirirá,
Pero existe también una respuesta en seguida, la capacidad de dis-
que desborda este marco. Todos sus tinguirse como él los distingue, es
secretos planteaban a los animales decir, de tomar la diversidad de las
como mediadores entre el hombre especies como soporte conceptual
y sus orígenes. La teoría de Darwin, aunque porta la hue- de la diferenciación social."
lla indeleble del siglo XlX europeo, se inscribe en una Aceptar la explicación de Rousseau sobre los orígenes
tradición casi tan vieja como la misma humanidad. Los del lenguaje implica por supuesto que uno eluda ciertas
animales servían de mediadores ente el hombre y sus preguntas - por ejemplo, ¿cuál era la organización social
orígenes porque son a la vez semejantes a él y diferentes. mínima necesaria para la emergencia del lenguaje?-
Ellos proceden del otro lado del horizonte. Se encuen- De todas maneras, una indagación de los orígenes per-
tran como en casa tanto allá como aquí. Al mismo tiem- manece por su propia índole insatisfecha. La respuesta
po, son a la vez mortales e inmortales. La sangre de un ambigua de los animales es precisamente aquello de lo
animal podía fluir como la sangre humana, pero su espe- que se tiene necesidad en esta indagación.
cie no moría jamás y cada león era el León, cada vaca la Toda teoria de los orígenes primeros no es más que una
Vaca. Esto -tal vez el primer dualismo existencial- se manera de definir mejor su continuación. Aquellos que
refleja en la actitud humana con respecto a los animales. no comparten el punto de vista de Rousseau, refutan el
Estos eran a la vez sometidos y venerados, se los hacía punto de vista de un hombre, no un hecho histórico. Lo
ganado y se los sacrificaba. que intentamos definir, por nuestra parte, es una práctica
Vestigios de este dualismo subsisten hoy entre aquellos casi perdida: el uso antaño universal de signos animales
que viven en intimidad con los animales y en su depen- para traducir la experiencia del mundo.
dencia. El can1pesino se liga a su cerdo y experimenta la Los antiguos veían animales en ocho de los doce signos
alegría de salar a su puerco. Lo que es significativo y di- zodiacales. Entre los Griegos, se representaba cada una de
fícil de captar para el citadino extranjero, es que las dos las doce horas de la jornada por un animal. (La primera
proposiciones de esta frase estén coordinadas por un "y", por un gato, la última por un cocodrilo.) Los Hindúes
y no por un "pero". pensaban que un elefante llevaba la tierra sobre su es-
Con el desarrollo paralelo de su vida semejante/dife- palda, y que una tortuga llevaba, sobre ella, al elefante.
rente, los animales suscitaron algunas de las primeras Para los Nuer del Sur de Sudan (Cf. Roy Willis, Man and
preguntas, y aportaron respuestas. El primer tema de beast, 1974), "todas las criaturas, incluido el hombre,
pintura fue animal. Es probable que el primer material de vivían en el origen juntos en camaradería en un solo y
pintura haya sido de sangre animal. Antes de esto no es mismo campo. La discordia nació del hecho de que el
El Jarocty¡ e r d e - - - - -- - - - - 111
Zorro persuadió a la Mangosta de lanzar un palo a la El libro XVII de la Jliada se inicia con Menelao tratando
cara del Elefante. Una disputa resultó de esto y los anima- de proteger el cadáver de Patroclo contra los troyanos que
les se separaron. Cada uno tomó su camino, comenzaron buscan destruirlo. Aquí, Homero utiliza los animales como
a vivir como viven hoy, y a matarse. Vientre, que había referencias metafóricas para acentuar, un poco con ironía,
al principio tenido una vida autónoma en la selva, entró un poco con admiración, el carácter excesivo o super-
en el hombre, e incitó desde entonces a éste a tener ham- lativo, de diferentes momentos de la acción. Sin el ejem-
bre de modo permanente. Los órganos sexuales, que plo de los animales esos momentos habrían permanecido
anteriormente habían tenido, también ellos, una vida indescriptibles. "Menelao rodea el cuerpo como, en torno
independiente, se vincularon a los hombres y a las mu- al becerro recién nacido, la madre quejumbrosa, que no
jeres, y los incitaron a desearse, unos a otros, de modo conoce todavía el alumbramiento."
incesante. El Ratón enseñó al hombre a engendrar y a Un Troyano lo amenaza, y Menelao grita irónicamente
'
las mujeres a criar. Y Perro aportó al hom- dirigiéndose a Zeus : "Padre Zeus,
bre el fuego." no es bueno jactarse en exceso. La
Los ejemplos abundan. En todas par- pantera no tiene tanto ardor -ni
tes los animales han proporcionado el león, ni el feroz jabalí cuyo
explicaciones, o, más exactamente, corazón, en el pecho, estalla-
han prestado su nombre o su carácter como los hijos de Panthos, cuyas
una cualidad que, como todas las lanzas de fresno lo muestran por
cualidades, era en esencia misteriosa. todos lados".
Lo que distinguía al hombre del Menelao mata entonces al troyano
animal, era la aptitud humana para el que lo amenaza, y nadie más osa
pensamiento simbólico, aptitud ella acercarse a él. "Como un león
misma inseparable del desenvolvi- alimentado en las montañas, con-
miento de un lenguaje donde las fiando en su fuerza, a un rebaño
palabras, en lugar de simples signos, que pasa arrebata una vaca, la me-
eran significantes de algo distinto de jor; le mmpe el cuello, atrapado
ellas mismas. Los primeros símbolos fueron los anima- entre sus fuertes dientes; después, sangre y entrañas, lo
les. Lo que distinguía a los hombres de los animales devora todo, desgarrándolo; alrededor de él, los perros, los
nació entonces de la relación misma que ellos susten pastores, gritan, desde lejos, sin querer a venir a enfren-
taban. tarlo, pues un gran núedo los atenaza: así ninguno de los
La !liada es uno de los más antiguos textos a los que troyanos tuvo el corazón en su pecho, para venir a enfren-
pueda accederse, y el empleo que ahí se hace de la me- tar al glorioso Menelao".
táfora da testimonio otra vez de la proximidad entre el Hasta el siglo XTX, el antropomorfismo formaba parte
hombre y el animal: proximidad de donde la núsma metá- integrante de la relación entre el hombre y el animal; cons-
fora ha arrancado. Homero describe en primer término la tituía una expresión de su proximidad; era la huella de un
muerte de un soldado sobre el campo de batalla; des- uso ininterrumpido de la metáfora animal. Pero en estos dos
pués, un poco más lejos, la de un caballo. Las dos muer- últimos siglos, los animales progresivamente ban des-
tes son igualmente transparentes a los ojos de Homero, aparecido. Hoy, vivimos sin ellos, y en esta nueva sole-
l
sin que haya más refracción en un caso que en otro. dad, el antropomorfismo nos coloca, por partida doble, en
'"Idomeneo horada, con el implacable bronce, a Eriman- una situación incomoda.
to en la boca. De parte a parte, la lanza de bronce lo La ruptura teórica se produjo con Descartes. Descartes
atraviesa, bajo la cabeza, y rompe sus blancos huesos. integró en el seno del hombre el dualismo inherente a la
Los dientes fueron arrancados, los dos ojos cubiertos de relación hombre-animales. Al trazar un corte neto entre el
sangre; esa sangre, ascendiendo por la boca, satura las cuerpo y el alma, abandonó el cuerpo a las leyes de la
narices, es arrojada por la respiración, la nube negra de física y de la mecánica, reduciendo a los animales, dado
la muerte la envuelve". Esto es para el hombre. que no poseen alma, al estricto modelo de una máquina.
Tres páginas más lejos, es el caballo el que se desploma. Las consecuencias de esta ruptura operada por Descartes
"Sarpedón falla al tirar a Patroclo su lanza brillante, que no se han sentido sino de modo paulatino. Un siglo más
ha lanzado hacia él; pero ésta choca con el caballo Pe- tarde, el gran zoologísta Buffon, aunque aceptando y uti-
gaso, justo en la espalda. Pegaso grita exhalando la lizando el modelo cartesiano de la máquina para clasificar
vida, cae en el polvo mugiendo, y la vida le deja". Y esto a los animales y sus facultades, muestra sin embargo una
es para el animal. ternura hacia las bestias que las rehabilita temporalmente
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como compañeros. Esta ternura denota un poco de envidia. naturaleza a la del hombre, supone no obstante
Esforzándose por trascender al animal, por trascender lo proyectos comunes y percepciones semejantes;
mecánico que hay en él, y provisto por otro lado de una proyectos que, teniendo por base la sociedad y
espiritualidad única, el hombre se encuentra a menudo por objeto un dique a construir, una aldea a edifi-
sujeto de la angustia. De golpe, a pesar del modelo de la car, una especie de república a fundar, suponen
máquina, cuando el hombre establece una comparación también una manera de entenderse y de actuar en
entre él y el animal, este último le parece que disfruta de concierto".
una suerte de envidiable inocencia. El animal se encuen-
tra desprovisto de su experiencia y de sus secretos, y ésta Aunque esta nostalgia fue una invención del siglo XVIII,
nueva "inocencia" --construida en todos sus detalles- muchas invenciones tecnológicas han sido necesarias
despierta en el hombre una especie de nostalgia. Por -ferrocarril, electricidad, industria de las conservas,
primera vez, se coloca a los animales en un pasado irre- automóvil, abonos químicos- antes de que los animales
vocable. Al hablar del castor, Buffon terminen por estar definitivamente mar-
escribe esto: ginados.
Durante el siglo XX, el motor de com-
"En tanto el hombre se ' bustión interna ha reemplazado a las
ha al.~;ado por encima del bestias de carga en las calles y en las
estado de naturaleza, en tan- fábricas. Las ciudades, en creciente y
to los animales se han reba- perpetua expansión, han transformado el
jado: sometidos y reducidos entorno rural en una periferia urbana en
a la servidumbre, o tratados la cual los animales, salvajes o domésti-
como rebeldes y dispersados cos, se han vuelto raros. La explotación
por la fuerza, sus sociedades comercial de ciertas especies (bisonte,
se han desvanecido, sus in- tigre, renos) les ha valido estar en vías
dustrias han devenido esté- de extinción. El poco de vida salvaje
riles, sus escasas artes han que subsiste, es necesario ir a las reser-
desaparecido; cada especie ha perOIOO sus cua- vas y los parques naturales para encontrarlos.
lidades generales, y todas no han conservado más Finalmente, el modelo de Descartes ha sido superado. En
que sus propiedades individuales, perfeccionadas las primeras etapas de la revolución industrial, se ha utili-
en algunas por el ejemplo, la imitación, la edu- zado a los animales cómo máquinas. Otro tanto se ha
cación; y en otras por el temor y por la necesidad hecho con los niños. Después, en las sociedades llamadas
que padecen de velar continuamente por su se- post-industriales, ha comenzado a aplicárseles el tratami-
guridad. ento habitualmente reservado a las materias primas: se
¿Qué percepción, qué propósito, qué proyec- trata a los animales destinados a nuestra alimentación
tos pueden tener los esclavos sin alma, o los pri- exactamente de la mjsma manera que a cualquier otro pro-
sioneros sin poder? Arrastrarse o huir, y siempre ducto manufacturado.
sobrevivir de una manera solitaria, sin nada que "Una nueva explotación agrícola, actualmente en desa-
..... l
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eficacia irritante, como los de Disney, todas las instan- mirando los animales. Van de jaula en jaula, y su despla-
cias, sin distinción de clase-. zamiento recuerda a los visitantes de una galería de arte,
Antaño, la parle de los juguetes que reproducían anima- deteniéndose ante cada cuadro antes de pasar al siguien-
les era mínima. Y estos, lejos de pretender el realismo, te, y al siguiente, y así sucesivamente. Salvo que en el
permanecían deliberadamente simbólicos. La diferencia zoológico la visión está siempre falseada. Como una
es la misma que entre un caballo de madera tradicional y mala foto retocada. Uno se ha acostumbrado tanto que no
un caballo subibaja moderno: el primero está hecho de se da cuenta; o más bien, para ser más precisos, uno se
un simple palo al cual se le montaba una cabeza rudi- inventa una justificación que se sobrepone a la decep-
mentaria que los niños cabalgaban como un palo de es- ción, hasta borrarla completamente. Esta justificación
coba; el segundo se pretende "la reproducción" detallada anticipada tiene, poco más o menos, este tono: "¿Pero
de un caballo, pintado de manera realista, provisto de rien- qué te crees? ¡No es una cosa lo que has venido a ver, es
.. das de cuero, con crines y concebido para moverse como
un verdadero caballo al galope. Este caballo es una inven-
un ser vivo! ¡Tiene su propia vida! ¡No tiene por qué
hacerse visible a tus ojos!" Pero el razonamiento que
ción del siglo XIX. subyace a esta justificación es erróneo. La verdad es más
Esta nueva exigencia de realismo en relación a los jugue- terrible.
tes de forma animal ha implicado cambios en su fabri- Cualquiera que sea la manera en que se mire a estos ani-
cación. Los primeros juguetes rellenos males, aun si estuvieran pegados a las
han hecho su aparición, y los má~ caros rejas a menos de un metro de uno, los ojos
entre ellos fueron recubiertos de autén- fijos en el exterior, hacia el público, nos
tica piel de bestia -a menudo de bece- hallamos ante criaturas radicalmente
ITOS no natos-. En la misma época marginalizadas, y toda la concentración
fueron introducidos al mercado los que se pueda tener no bastará para volver-
animales de peluche -ositos, tigres, los a poner en su centro. ¿Por qué?
conejos- que los niños llevan a dormir En el interior de límites bien precisos, los
consigo. animales gozan de una cierta libertad, segu-
Así, la producción de juguetes que imi- ros sin embargo, como los espectadores,
taban con realismo el mundo animal coincide de su estrecha reclusión. La transparencia
casi con el establecimiento de zoológicos públicos. de Jos vidrios, el espacio entre las rejas o el aire encima
Las visitas familiares al zoológico suelen ser un acon- de las fosas, no son lo que parecen -si lo fueran, todo
tecimiento más sentimental que el pasear por las tiendas sería diferente-. Transparencia, espacio, aire libre, se
o el acudir a un partido de fútbol. Los adultos llevan a encuentran reducidos a puros simulacros.
los infantes al zoo para hacerles ver el original de las El decorado, una vez admitido que esos elementos son
"reproducciones" que hay en casa, y quizá con la espe- simulacros, llega a veces a reproducir su entorno. creando
ranza de reencontrar un poco de la inocencia asociada al así ilusiones totales -en el caso, por ejemplo, de praderas
universo animal de las reproducciones de su propia in- o de rocas pintadas al fondo de un vivero que alberga a
fancia. pequeños animales-. Otras veces, reúne solamente algu-
Los animales se revelan rara vez a la altura de las remi- nos elementos falsos a fin de sugerir el ambiente natural del
niscencias adultas, mientras que a los niños Jes parecen animal - ramas muertas para los monos, rocas artificiales
sorprendentemente mudos y aburridos (mezclados a los para los osos, piedras y agua poco profunda para los co-
.. gritos de las bestias, en el wo, uno escucha sin falta los de
los niños que preguntan: "¿dónde esta?, ¿por qué no se
codrilos-. Estos elementos cumplen dos funciones dis-
tintas: para el espectador, la de los accesorios del teatro;
mueve?, ¿está muerto?"). De tal modo que la cuestión para el animal, forman el mínimo estrictamente biológico
sentida, aunque no siempre expresada, por la mayoría de que les permite existir físicamente.
los visitantes podría formularse así: ¿por qué esos anima- Aislados los unos de los otros, privados de toda interac-
les no responden a mis expectativas? ción entre especies, Jos animales son sometidos a una de-
Y a esta pregunta, simple y reprimida, vale la pena bus- pendencia absoluta respecto de sus guardianes. En con-
carle una respuesta. secuencia, la mayor parte de sus reflejos han cambiado.
El zoológico es un lugar donde se reúnen tantas razas y Lo que anteriormente era el centro de su instinto de so-
variedades animales como es posible, a fin de que ellas brevivencia, ha sido reemplazado por la espera pasiva de
puedan ser vistas, observadas, examinadas. Fundamental- una serie de intervenciones arbitrarias dictadas por el
mente, cada jaula funciona como un cuadro en torno al exterior. Los acontecimientos que perciben alrededor de
animal que encierra. Los visitantes recorren el zoológico ellos se han convertido así tan ilusorios (en lo que con-
El Jaroc~ erde·- - - - - - - - - - IX
1
cierne a las reacciones naturales normalmente susci- miento algo desordenado de los animales en cautiverio
tadas) como las praderas pintadas. Paralelamente, es ese puede ayudamos a comprender, a aceptar y a vencer e l
ntismo aislamiento el que garantiza (a menudo) su lon- estrés humano, indisociable de la vida en las sociedades
gevidad, en tanto que especímenes, a la vez que facilita de consumo. Todos los sitios de marginalización forzada
su clasificación. -ghettos, cinturones de miseria, prisiones, asilos, campos
Todo eslo contribuye a su marginalización . El espacio de concentración- tienen algo en común con los zooló-
que habitan es artificial. De ahí su tendencia a acurru- gicos. Pero es a la vez demasiado fácil y demasiado eva-
carse en una esquina (más allá de ella, quién sabe, se sivo utilizar el zoo como símbo lo.
extiende una espacio tal vez de verdad). En algunas El zoológico es un revelador de la relación entre el hom-
jaulas, incluso la luz es artificial. En todos los casos, el bre y los animales, nada más. A la marginalización de los
ambiente es ilusorio. Nada les rodea verdaderamente, animales sigue hoy en día la marginaliLación y elimina-
fuera de su propio letargo o ción de la sola clase que, a lo
biperactividad. No tienen nada largo de la historia, ha sostenido
sobre lo cual actuar -salvo, por un lazo de familiaridad con los
un breve instante, el alimento animales, y ha conservado la sabi-
que se les sirve ya listo y, muy duría que de ahí se deriva: el cam-
ocasionalmente, un compañero pesinado, pequeño y mediano. El
también listo para su uso. (Y sus fundamento de esa sabiduría resi-
prácticas instintivas tenninan de en la aceptación del dualismo
por ceder su sitio a prácticas que está en el origen mismo de la
marg ina lizadas, sin objeto). relación entre el hombre y el ani-
Finalmente, su dependencia y mal. El rechazo de este dualismo
aislamiento han condicionado ha contribuido sin duda en gran
hasta tal punto sus reacciones medida a abrir el camino al totali-
que consideran todo aconteci- tarismo moderno, pero mi propó-
miento que ocurre alrededor de sito no es reba~ar los límites de la
ellos -o en general delante de pregunta simplista y ahogada,
ellos, ahí donde está el público- como marginal. (Y los pero fundamental , planteada por la existencia del woló-
animales acaban por adoptar esa actitud exclusivamente gico.
humana que es la indiferencia). El zoo no puede más que decepcionar. El reto público del
Zoológ icos, juguetes realistas, difusión comercial masi- zoo es ofrecer a los visitantes la oportunidad de mirar a los
va de imágenes animales, todo comen.:ó al mismo tiem- animales. En ninguna parte, en un .:oo, un paseante puede
po que los animales sufrían esta progresiva separación encontrar la mirada de un animal. Cuando mucho, el ojo
de su vida cotidiana. Podría creerse que estas innova- del animal parpadea y después voltea. Mira oblicuamente.
ciones tenían un objetivo compensatorio. Pero pertene- Mira ciegamente a lo lejos. Peina mecánicamente el hor-
cen en realidad al mismo proceso implacable de disper- izonte de la mirada. Ha sido inmunizado contra todo en-
sión de los animales. Los LOOS y su decorado eran en cuentro. Pues nada puede ocupar un lugar central en su
suma la demostración de la radical marginalización de atención.
la cual los animales ya eran objeto. Los juguetes realis- Es ahí que se sitúa la última consecuencia de su margina-
tas no hacían sino redoblar la demanda de esta nueva lización. Esa mirada intercambiada entre el hombre y el
marioneta animal que era ya el animal de acompaña- animal, que podrfa haber jugado un papel crucial en el
mjento urbano. La reproducción de animales en imáge- desarrollo de la sociedad humana, y en el campo en el
nes -cuando el espectáculo de su reproducción bioló- que, en todo caso, los hombres habrían vivido siempre
gica se hacía cada vez más rara- ha forzado por razones hasta al menos un siglo, ha sido anulada. De cara a cada
meramente comercialc~, a colocarlos en lugares cada animal, en cada paseo, el visitante del zoológico se en-
vez más lejanos. en sitios crecientemente exóticas. cuentra solo. En cuanto a las muchedumbres, pertenecen
En todos lados, los animales están en vfas de desapare- ahora a una especie aislada de todas las demás.
cer. En los zoológicos, representan un monumento vivi- La pérdida histórica de la cual dan testimonio los .:oo-
ente conmemorativo de su extinción. Y, simultáneamente , lógicos es hoy irreparable, en un mundo regido solamente
suscitan una última metáfora. El mono desnudo, El zoo por la econonúa de mercado. ( 1977)
humano son títulos de best-sellers mundiales. En ellos,
el zoólogo Desmond Morris pretende que el comporta-