Sentencia Arq - Adriana Laurente
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JUZGADO CIVIL, COMERCIAL, MINERÍA Y SUCESIONES N° 9 - CIPOLLETTI
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vivienda y otras tareas imprescindibles, por ej. agregar una platea lateral para
evitar impactos del drenaje de agua por debajo de la estructura edilicia. En ese
informe el profesional interviniente, puso de manifiesto que las causales de que
la estructura cediera consistían en la colocación del pozo ciego en un lugar que
no correspondía, la omisión de una limpieza del terreno previo a comenzar a
construir, la incompleta ejecución del relleno y deficiente compactación, y
recomendó hacer un control y seguimiento de su estabilización.
Por su parte, refiere que contactó a los demandados a los fines de obtener
una reparación, sin éxito. Aunque recibió de Laurente una carta documento, que
respondió por igual vía, y de cuya transcripción surge que se lo intimaba para
que suprimiese una publicación en la red social Facebook, debido a que
contendría imputaciones falsas y maliciosas, afirmando que el trabajo fue
correcto y que los daños existentes en la obra fueron ocasionados por las
constantes intervenciones del actor en la construcción.
Sostiene que los daños en la vivienda son producto del obrar negligente de
la arquitecta Laurente y del constructor Villagra. Funda en derecho, cita
jurisprudencia. Y detalla los daños graves existentes en la vivienda, como
fisuras, grietas, revestimientos rotos, humedad tanto en el interior como en el
exterior y gastos incurridos para las medidas de salvataje, sin poder lograr
obtener una solución definitiva, detallando los arreglos que deben realizarse y
que fueran presupuestados por Oropel. De ese modo, por concepto de ruina
funcional parcial y gastos de reparación pretende la suma de $ 228.526,00,
gastos de $ 11.712,80 y finalmente, daño moral de $ 50.000; totalizando el
reclamo en $ 290.238,80. Ofrece prueba y peticiona, planteando la
inconstitucionalidad de los artículos 7 y 10 de la Ley 23.928.
II. A fs. 256/262 contesta demanda Omar Usmel Villagra, para lo cual
niega las afirmaciones vertidas por el actor y desconoce la documental
acompañada con la demanda, exceptuando al contrato para construir la vivienda.
Respecto a esto último, destacó que entre las obligaciones instrumentadas
los materiales que debía aportar el Sr. Blanes eran de pésima calidad. Considera
que este factor ajeno a su responsabilidad tuvo incidencia directa en el resultado,
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el que no fue posible evitar pese a haber hecho la advertencia suficiente, acerca
de la inconveniencia de utilizar tales materiales priorizando el abaratamiento de
los costos, pues el actor le respondía hostilmente y lo amenazaba con hacerlo
detener por la justicia.
Describe que se tornaba dificultoso para trabajar con los ladrillones que
adquiría Blanes, porque al manipularlos se desarmaban. Responde
contrariamente a la crítica del actor, en cuanto que las aberturas instaladas en la
vivienda fueron las que aquel le proporcionó, además de que no hubo ninguna
necesidad de cortar ventanas, ni siquiera de modo posterior a la instalación.
Niega ejecutar su trabajo con distanciamiento de las instrucciones de la
arquitecta o de los planos aprobados. Sostiene finalmente que la limpieza y
compactación del terreno se hizo bajo la supervisión y aprobación de la directora
de obra y que las eventuales fallas que pudieran existir en la vivienda tienen su
origen en las constantes modificaciones, propuestas por el actor y la mala
calidad de materiales por este proporcionado.
Pero afirma, que por voluntad del actor el plano original sufrió casi
permanentemente de las modificaciones a su voluntad, con la supervisión de la
arquitecta codemandada. Principalmente por esa razón se alargó el plazo
contemplado y se desperdició materiales y energía de trabajo. Indica que entre
tales decisiones discrecionales del actor, la vereda había sido colocada de modo
correcto pero el actor le ordenó levantarla y reciclar los mismos materiales para
su tendido nuevamente, por lo que lógicamente la apariencia varió. Sumado a
aquello, el actor solicitó el corrimiento del pozo de absorción y aún sin
encontrarse terminada la obra, este colocó su automóvil sobre la vereda,
partiendo baldosones y algunas terminaciones. La pintura exterior del inmueble
debió diluirse a sugerencia del dueño de la obra y su color se vio afectado.
Por otra parte, con referencia en la carta documento que la arquitecta
remitió al actor, ratifica que la conducta del actor les resultaba imprevisible,
poco equilibrada para decidir modificaciones e intervenir arbitrariamente las
directivas de Laurente. Todas conductas dañosas para su propia obra, la cual no
está en ruinas.
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modelos propuestos por la entidad financiera otorgante del crédito del actor, el
Banco Hipotecario (en adelante del BHSA). Manifiesta también que durante el
tiempo en que se ejecutó la obra, el actor hizo modificaciones al modelo de
arquitectura mencionado y que además existía permanentemente una situación
de conflicto entre el y el constructor debido a la mala calidad de los materiales.
Para ello destaca que en los mismos planos adjuntos, surge que el ejecutor
responsable de la obra es el propietario.
Afirma haber estado presente en la obra; que la misma fue realizada en sus
cimientos, zapata y estructura conforme las especificaciones técnicas que
corresponden, destacando que si estas se hubieran asentado sobre un terreno mal
compactado, no podrían haberse realizado.Niega que el arquitecto Oropel le
haya informado respecto a la realización del informe particular que estaba
efectuando y manifiesta que de las fotografías surge que el terreno se encontraba
sin el manto vegetal que lo cubre, dada la notable diferencia con sus alrededores.
Relata que la certificación del estado de obra le fue solicitada por Blanes
con la finalidad de continuar con abogados el "tema de Omar" (en relación al
constructor Villagra), por lo cual considera un obrar contrario a sus propios
actos, la conducta del actor de dirigir la demanda en contra de ella.
Considera que el informe técnico acompañado por la actora, contiene
contradicciones y que la modificación de la ubicación del pozo por parte del
actor tuvo consecuencias sobre las rajaduras existentes en la vivienda. Refiere
también que fueron constantes las discusiones y reclamos a Blanes respecto la
mala calidad de los materiales, ya que ello era motivo de queja constante por
parte del constructor, lo que claramente afecta la calidad de los resultados de las
terminaciones y resultados de la obra.
Adjudica también consecuencias negativas a la vivienda del actor producto
de la construcción de la pileta que este luego efectuó en el patio de la
propiedad.
Posteriormente efectúa la valoración y encuadramiento jurídico de la
situación y relación contractual, con cita de jurisprudencia en la que funda su
postura; ofrece prueba y peticiona.
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acreditarlo fehacientemente.
En relación al pozo séptico destaca que su ubicación es diferente a la
prevista en el proyecto original. De acuerdo a lo que ve en las imágenes (N°6) la
estructura no se ve afectada en razón de que el pozo se ejecutó previo a la
realización de la estructura resistente y la misma no fue modificada por esta
nueva localización.
Destaca también como correctos y necesarios los trabajos realizados por el
arquitecto Oropel, ya que de no haberse ejecutado los mismos la vivienda
hubiese entrado en ruina funcional.
Sostiene también que el tratamiento de las cargas en su encuentro con la
cubierta de chapa es deficiente, ya que no se ejecutaron las babetas necesarias en
esos casos.
Y a modo de complemento adjunta una imagen (N°10), de la que se
observa el perfil medianero del lote vecino para indicar cómo a su modo de ver,
debía haberse ejecutado la fundación para generar la tensión adecuada del suelo.
b. A fs. 535/537 obra presentación del escrito que contiene las
impugnaciones a la pericia formuladas por parte de Adriana Laurente. En es,
inicialmente se cuestiona el modo de designación del perito a propuesta de terna
del oferente, por considerar que si bien es resultado del sorteo, podría verse sin
embargo afectado el criterio imparcialidad. Luego sostiene que las tareas de un
arquitecto son las de proyectar, diseñar y dirigir una obra, lo que considera ajeno
a los supuestos defectos constructivos y estructurales en los que se asienta la
demanda, defectos que considera propios de la actividad de un ingeniero, quien
cuenta con conocimientos científicos, tecnológicos y de cálculo para mensurar
las eventuales deficiencias técnicas que aduce la actora.
Posteriormente advierte la existencia de una contradicción con lo referido
por el perito de la parte actora - Arq. Oropel - en relación a descartar el
corrimiento del pozo como causa de los daños en la vivienda. Considera la
existencia de cierto "consenso" entre el Arq. Zovich y el perito de parte actora
Oropel para emparentar las causales de los deterioros evidenciados.
Finalmente, considera contradictorio lo postulado sobre que no es posible
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arquitectura del actor, con la presencia de las partes que suscriben el acta, que a
falta de nómina de inscriptos en la lista oficial del tribunal -como es de estilo
cuando se dan similares situaciones- se dispuso que propusiera tres especialistas
para su posterior sorteo, por ende la improcedencia de la impugnación
sustanciada la prueba con la contraria, es evidente. A mayor abundamiento, a
modo de simple muestra de la impertinencia del planteo, a fs. 593 es la misma
demandada quien ofrece terna de ingenieros para producir su prueba, con lo cual
mal podría la misma cuestionar válidamente una modalidad que luego aplica a
su favor, más cuando se basa en suposiciones carentes de sustento.
Por otra parte, en lo que respecta a los cuestionamientos técnicos, de la
lectura de la impugnación no se advierten elementos que logren desvirtuar las
conclusiones del perito arquitecto designado.
En primer lugar, sobre la supuesta inidoneidad de la arquitecta Laurente en
la función de calcular las estructuras del proyecto arquitectónico que dirigía o
bien para advertir defectos constructivos, queda desvirtuado por el solo hecho de
que quien efectúa la pericia también es de profesión Arquitecto y logra advertir
la situación edilicia sin inconveniente alguno. Lo mismo respecto al arquitecto
Oropel, quien no acreditó una profesión diferente. Mas aún, tal como lo refiere
el perito, el sub-examen se trata de una obra de poca envergadura, y el cálculo
estructural para evitar fallas futuras, se encuentra dentro de la órbita de
incumbencia de los arquitectos.
En cuanto a que fuera reputado de falso lo afirmado en la pericia, relativo a
la falta de limpieza adecuada del manto vegetal, bajo el argumento de que no se
podría confirmar el extremo pasados 3 años desde el inicio de la obra, más aún,
avalado por el las declaraciones testimoniales el hecho de que se limpió el
terreno, todo ello no implica una línea argumental lo suficientemente sólida para
rebatir la tarea cumplida por el experto, quien complementa la prueba
fotográfica producida en el curso de la ejecución de la obra -fotos N°1 y 2- esto
es, tomadas al tiempo indicado por la impugnante, y de cuyo análisis surge que
la limpieza que debió llevarse a cabo no se advierte cumplida.
Asimismo, la crítica efectuada al cajón hidrófugo considero que es
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Es más, el director de obra debe verificar los materiales aún cuando los mismos
y la mano de obra sean proveídos y contratados por el al comitente, a menos
que el profesional le haya advertido de las deficiencias, dejando a salvo su
responsabilidad, y el dueño de la obra haya insistido en su utilización..." (Cf.
Marcelo López Mesa, "Responsabilidad contractual y extracontractual en la
construcción de obras", Revista de Derecho de Daños, Ed. Rubinzal Culzoni).
Entonces, siendo que en autos se acreditó que las razones de los daños y
fallas en la obra son producto de una deficiente compactación y limpieza del
terreno en el que se asentaron las bases y que la Directora de Obra era la
responsable de dirigir, vigilar e inspeccionar los trabajos; conforme sus
conocimientos debería haber advertido la deficiente compactación del terreno y
las gravosas consecuencias de ello. Más aún, conforme surgió acreditado en
autos, siendo que la reubicación del pozo absorvente parcialmente ubicado por
debajo de la zapata, también ha contribuido a los daños sufridos por la vivienda,
y si bien se acreditó que reubicación fue motivada en la decisión del actor, lo
cierto es que deberían existir las constancias que acreditasen la oposición de la
dirección de obra, seguida de la advertencia sobre sus aspectos inconvenientes
para los intereses del locador, de modo tal que sirva para resguardar su
responsabilidad profesional.
El art. 1646 dispone que la ruina debe proceder de vicio de construcción o
vicio del suelo o mala calidad de materiales, haya o no el constructor proveído
éstos o hecho la obra en terreno del locatario. El vicio de construcción
comprende toda falla en la ejecución de la obra y tal como referíamos el director
de obra responde porque son actos del constructor que están bajo su esfera de
control y dentro del contenido de su prestación asumida; él promete dirigir, tarea
que importa dar directivas y controlar su ejecución, todo lo cual implica, en
concreto, asegurarse que el constructor actúe dentro de las reglas.
Coincidentemente, se ha dicho que "El director de obra es responsable por
falta de conocimiento, previsión o vigilancia suficiente. La función de
supervisar los materiales y los trabajos, no por ser muchas veces antipática,
deja de ser siempre jurídicamente obligatoria. Tal vigilancia es un deber suyo,
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buen arte..." (cláusula Tercera - fs. 7), obligación pactada por escrito, que a la
luz de las pericias practicada en autos se revela incumplida.
Es por lo expuesto que los codemandados Laurente y Villagra deberán
responder de manera concurrente por los daños provocados al actor en su
vivienda.
A mayor abundamiento cito doctrina de que con claridad se expide por la
atribución de responsabilidad en casos similares al presente: "...Por ruina
proveniente de vicios de construcción responde: El constructor, aún cuando el
director de obra haya sido designado por el comitente; el director de obra,
porque son actos del constructor que están bajo su esfera de control y dentro
del contenido de su prestación asumida; él promete dirigir, tarea que importa
dar directivas y controlar su ejecución, todo lo cual implica, en concreto,
asegurarse que el constructor actúe dentro de las reglas..." (Cf. Kemelmajer de
Carlucci op. cit.).
Debo señalar que con respecto a los efectos que los codemandados intentan
asignarle a la recepción de la obra por el actor, estos no fueron acreditados, no
resultando suficiente para eximirse de responder el hecho de no haber efectuado
una reserva al momento de la recepción, ya que tal como se manifestó al
momento de su tratamiento, los vicios en la construcción se evidenciaron poco
después de tal acto y a la vez se no pudieron ser advertidos a simple vista, sino
con los estudios de un profesional en la materia contratado a tal fin, en aquella
oportunidad.
VII. Daños.
a.- Con el rubro denominado "ruina" la actora reclama el pago de la suma
de $228.526,00, lo que se respalda con el presupuesto de fecha 17/11/2016 y las
facturas emitidas por el arq. Oropel, quien a fs. 486 reconoció su autenticidad.
El presupuesto que luce agregado a fs. 57, por un total de $ 84.000 +IVA
(21%), contempló en el ítem 1, "Correcciones constructivas exteriores: Fachada;
corrección de revoques sobre fachada, recuadro de aleros, recuadro de cornisas,
corrección y llenado de grietas y fisuras. Techo; corrección y terminación de
revoques y cargas del lado interior. Medianeras; terminación superior del muro
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con revoques con aislante hidrófugos. Todo $ 15.000 más IVA en concepto de
materiales y mano de obra. También se detallan en un ítem 2 "Trabajos Estéticos
a realizar debido a las correcciones y arreglos detallados anteriormente.
Aplicación de revestimiento plástico revear frente y contra frente de la vivienda.
materiales y mano de obra $25.000 + IVA; Remiendos, parches y pintura
interior (pintura látex interior igual calidad a la existente) mat. y mano de obra $
32.000 + IVA; Recambio de cerámicos partidos o fisurados propios del
movimiento producido por la vivienda, mat. y mano de obra $ 12.000 + IVA."
Previo a analizar las facturas, me detendré en los rubros detallados en el
presupuesto. Puesto que tal como se advierte con la lectura del primer ítem
transcripto, se presupuestaron tareas en la fachada, lo cual no guarda relación
con el problema originado en la falta de limpieza y correcta compactación del
terreno. Al menos no surge así de lo probado en las pericias técnicas. Por igual
motivo, semejante distinción correspondería a las tareas de recuadro de aleros y
de cornisas. Es decir, que con respecto a estos rubros detallados en el
presupuesto, no advierto su relación de causalidad con el hecho de marras.
Sumado a que no existe ni el más mínimo antecedente de ello en las pericias
practicadas.
Asimismo, ocurre con el revestimiento plástico revear del frente y contra
frente de la vivienda, que la prueba testimonial demuestra que el actor decidió
diluir el revestimiento para optimizar su rendimiento frente a la advertencia en
contra de ello por parte de los albañiles. Sin perjuicio de ello, no se adjuntó en
autos prueba alguna de la compra y colocación de dicho material, como para
pretender la indemnización por su aplicación.
Sí entiendo razonable y como consecuencia de la mala compactación del
relleno, el consecuente movimiento de la obra y la aparición de grietas, fisuras,
remendar, parchar y pintar los interiores sumado al recambio de cerámicos
partidos o fisurados; fallas que se advierten como consecuencia directa de la
falta de firmeza de la estructura.
Por ello, el rubro reclamado prosperará de modo parcial, deduciendo de la
suma pretendida el item que se declara improcedente (Revear $25.000 + IVA),
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que se vincula con una serie de sentimientos que fueron depositados por el
consumidor en orden a estándares de seguridad, previsión, confianza, y una
expectativa de satisfacción que frente al incumplimiento se encuentra frustrada,
y de tal modo puede pensarse que proyecta sus efectos en el plano de las
afecciones legítimas, el criterio de procedencia restrictivo que para el rubro ha
imperado desde siempre en materia de responsabilidad contractual, requiere un
fuerte margen de apreciación razonable, de modo que no puede ser extendido a
todos los casos de forma dogmática.
En el caso que nos ocupa, se acreditaron de manera suficiente las fallas
existentes en la vivienda del actor, un bien que como refiere la norma está
previsto para tener una larga duración de existencia y a las semanas de haberlo
recibido, empieza a advertir las fallas, que si no eran tratadas e intervenida la
vivienda oportunamente, esta hubiera colapsado. También considerando todo el
esfuerzo de recursos económicos y tiempo que implica la construcción de una
vivienda y si bien, tengo en consideración que conforme se encuentra probado
en autos, el actor no se trató de un comitente ideal, no logró acreditarse que sus
modos o decisiones fueran las causantes de las fallas de la vivienda, sin haber
contado para dichas circunstancias con un asesoramiento profesional que lo
persuada de las mismas.
En este contexto, en el caso traído al análisis, de conformidad con lo que
surge en forma directa de los hechos, existe a mi modo de ver una afectación en
el espíritu de la parte actora producto de tener que lidiar con fallas estructurales
de una vivienda a estrenar.
En cuanto a la indemnización que debe fijarse por las consecuencias no
patrimoniales, cabe considerar las satisfacciones sustitutivas y compensatorias
que pueden procurar las sumas reconocidas (Cf. Art. 1741 último párrafo del
CCyC). "De esta manera, las limitaciones indemnizatorias cuantitativas
constituyen un ámbito de excepción, debiendo realizarse en cada caso concreto,
la valoración del perjuicio sufrido y su cuantificación en estricta relación con el
menoscabo moral que el dicha situación trajo aparejada (cf. Pizarro, Ramón
Daniel "Daño moral. Prevención. Reparación. Punición.", Hammurabi José Luis
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Depalma Editor, Bs. As., 2004, 2º Edición, pág. 385/386). Es por ello que
respecto del quántum del daño moral, más que ningún otro queda librado a la
discrecionalidad del órgano jurisdiccional, en tanto no existen parámetros, con
aproximación aceptable a un absoluta validez, que permitan fijar una suma
compensatoria del daño sin que pueda existir un margen de error. Queda pues,
librada a la prudencia y ecuanimidad de quien deba determinar su monto, para lo
cual es menester agudizar la imaginación y el sentido del equilibrio a los fines
de no incurrir en exceso o defecto" (Conf. CNEsp.Civ.yCom., Sala II, in re
"Pironi, Miguel D. c/ Suárez, Julio F. s/ sumario", del 11-10-83, citado por
Hernán Daray, "Accidentes de Tránsito", pag. 360, Nro. 194), como así también
que "...no cabe prescindir totalmente de la estimación efectuada en la demanda
ya que, dada la naturaleza del daño en cuestión, el actor contó entonces para
evaluarlo prácticamente con los mismos elementos de juicio que luego se
incorporaron al proceso" (Conf. CNEsp.Civ.yCom., Sala II, in re "Álvarez,
Daviglio c/ Rodríguez, Susana s/ sumario", del 4-11-85, citado por Hernán
Daray, "Accidentes de Tránsito", pag. 361, nro. 196)." (Cf. Cámara de
Apelaciones local, en autos "Fernandez Pablo Ezequiel c/ Teran Agurto Jorge y
Otra s/ Daños y Perjuicios (Ordinario)", Expte. A-4CI-1259-C2018, Se. 102 del
27/10/2021).
De conformidad con lo expuesto, entiendo que el rubro debe prosperar por
la suma solicitada de Pesos Doscientos Mil ($200.000) (Cf. Art. 165 CPCC),
suma que conforme criterio de la Alzada deberá adicionársele el monto
correspondiente a los intereses a razón de un 8 % anual a calcularse desde el
02/06/2016 (fecha de la pericia técnica en la que se advierten las causas de las
grietas en la vivienda) y a hasta la de fecha de la presente, que asciende
conforme cálculo efectuado con la herramienta disponible para ello en el sitio
web de nuestro Poder Judicial a la de $315.682.19; sin perjuicio de los que
correspondan calcularse en su caso desde la presente y hasta la fecha de su
efectivo pago su efectivo pago conforme tasas establecidas en la doctrina legal
de "Guichaqueo", "Jerez" y "Fleitas".
VIII. Costas y honorarios.
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