ABASCAL Y LA CONTRARREVOLUCION 2do y 3 Ro SECUNDARIA
ABASCAL Y LA CONTRARREVOLUCION 2do y 3 Ro SECUNDARIA
ABASCAL Y LA CONTRARREVOLUCION 2do y 3 Ro SECUNDARIA
ABASCAL Y LA CONTRARREVOLUCIÓN
1. Virrey:
Fernando de Abascal (Oviedo, 3 de junio de 1743 – Madrid, España, 31 de julio de 1821). Noble, militar y
político español, trigésimo quinto virrey del Perú. Conocido como el Fidelísimo debido a su lealtad al rey
Fernando VII.
2. Su gobierno
El virrey se centró, como buen ilustrado que era, en seguir políticas de orden interno, priorizando aspectos sanitarios y
culturales. Creó numerosas escuelas-taller y, con la colaboración del pintor José de Pozo, creó la Real Escuela de Pintura de
Lima. Apoyó la vacunación antivariólica de los peruanos, aprovechando la expedición del doctor José Salvany y Lleopart por
tierras hispanoamericanas y con el apoyo Hipólito Unanue. Otra medida ilustrada fue la creación, fuera de los muros de la
ciudad de Lima, del primer cementerio de Lima «Presbítero Matías Maestro», nombre en honor al sacerdote que lo diseñó,
para evitar enfermedades contagiosas que se pudieran acarrear del hecho de enterrar a los muertos dentro de las iglesias y
conventos capitalinos, para lo cual hizo una cuantiosa inversión apoyada por aportaciones y con el claro sostén del alto clero
limeño así como del colegio médico. Como virrey del Perú, Abascal solo estaba obligado a vigilar por el orden dentro de su
propio territorio que, debido a diferentes recortes, se limitaba a las Audiencias de Lima y Cusco. El resto de Sudamérica se
hallaba fuera de su jurisdicción. Nada tenía que hacer Abascal en Buenos Aires, Chile, Quito o el Alto Perú; Sin embargo
consideró que era su deber asumir la responsabilidad sobre cualquiera de esos territorios, en la medida que cualquiera de ellos
desconociera su obediencia a España.
La Constitución de Cádiz llegó a Lima en setiembre de 1812. El virrey juró observarla para garantizar la legitimidad imperial, y
para mantener la continuidad política mientras pudiera; es decir, de no haber actuado así, habría cometido un acto de rebelión
contra la Regencia y las Cortes. Esos cuerpos, funcionando en el nombre del rey ausente, representaron en esa coyuntura las
autoridades legítimas en la metrópoli. En realidad, la nueva definición de la soberanía por las Cortes, y el establecimiento de un
sistema representativo popular, chocaron con las convicciones políticas conservadoras de Abascal. La Constitución de 1812,
además, fue criticada, en su época por sus imperfecciones intrínsecas, entre ellas la disposición de que la Constitución no se
podría reformar sino hasta que hubiera transcurrido un período de ocho años desde su promulgación. La Constitución dejó
imprecisa la relación de los poderes del Estado, como también la del rey y el parlamento. Efectivamente, el virrey (convertido
en jefe político superior) en realidad no sabía qué poderes y atribuciones le quedaban. Al mismo tiempo, los diputados
americanos presionaban al Gobierno en España, dominado por la facción liberal, para hacer concesiones particulares, y el
gobierno virreinal, por su parte, estaba presionado por los notables limeños para compartir los puestos políticos con ellos. El
pequeño grupo de liberales en Lima, como Toribio Rodríguez de Mendoza (rector del Convictorio Carolino) y el fiscal de crimen
Eyzaguirre (de origen chileno), le presionaron para cumplir debidamente con los decretos de las Cortes.
De ambos lados, el Gobierno virreinal estaba presionado para poner en práctica la Constitución de una manera convincente. La
actuación política de Abascal fue la de neutralizar todas esas presiones.
Él demoró hasta junio la publicación del decreto de las Cortes sobre la libertad de la imprenta, que llegó a Lima el 19
de abril de 1811.
El virrey estableció la Junta Provincial de Censura para contener la crítica a su régimen en la prensa constitucional.
Presión gubernamental para conseguir la elección de peninsulares, se opuso a la tendencia de los diputados peruanos
en las Cortes a corresponder directamente con los ayuntamientos de su patria.
No hubo ninguna elección en que Abascal no interviniera, desde las elecciones para los veinticinco electores de
parroquia.
5. Acciones militares contrarrevolucionarias:
A. Campaña de Quito
Abascal desconoció desde un principio la Junta de Quito de 1809 llamándola «nula y ridícula».
Los patriotas quiteños controlaron su propio territorio durante más de un año (octubre 1811 - junio 1812). Pero Abascal
intervino nuevamente y pudo derrotar a los quiteños en el curso de 6 meses. A fines de 1812, Quito se encontraba
nuevamente bajo poder español.
B. Campaña de Chile.
La actitud de Abascal contra Chile tuvo varias etapas. La primera del Brigadier Antonio Pareja,
la segunda por Gabino Gainza y una tercera dirigida por el Coronel Osorio. Abascal desconoció
el convenio y envió una expedición mucho más poderosa (600 hombres) con artillería y dinero,
así lograron derrotar a la Patria Vieja Chilena (1810-1814). Los chilenos tuvieron que cruzar los
Andes y llegar a la Argentina. Concluido estos hechos, la Capitanía General de Chile fue
reincorporada al Virreinato del Perú.
Pero ni en Quito ni en Chile al norte y al sur de su virreinato puso Abascal tanto empeño como lo hizo en el Alto Perú que no
formaba parte del Perú desde su incorporación a Buenos Aires en 1777. Esta campaña tiene tres etapas :
● Castelli vs. Goyeneche. (Acuerdo patriota con los realistas)
● Belgrano vs. Pezuela. (Retroceso patriota)
● Rondeau vs. Pezuela. (Victoria realista El éxito general de estas campañas de Abascal convirtió al virreinato del Perú y su
centro Lima, en el centro de la represión realista en América del Sur.
APLICANDO LO APRENDIDO