Final Psicopatología Ii
Final Psicopatología Ii
Final Psicopatología Ii
¿A qué llamamos psiquiatría clásica? A una serie de textos producidos a partir de una
práctica, que sentaron las bases de la disciplina, especialmente en lo que respecta a
cuestiones metodológicas.
● 1890 y 1930: Culminación de la psiquiatría clásica.
● A la psiquiatría clásica le importaba el cómo y el por qué, trataba de entender, no así
el DSM.
● Era y es valiosa porque describia los trastornos sin los psicofármacos.
¿Por qué como psicoanalistas nos interesaria conocer estas líneas del pensamiento
psiquiátrico?
1) Si bien el psa. Desde sus orígenes genera un campo propio y una práctica
específica, no puede negarse que parte de sus orígenes se sitúan en el campo de la
psiquiatría de donde se desprende. Por eso, a veces arrastra una serie de marcas (a
pesar suyo) vinculadas a la práctica de la psiquiatría. Se da un entrecruzamiento.
3) Otro motivo, es que lo que escriben estos psiquiatras son textos; mientras que el
DSM no puede ser leído como uno (texto), ya que NO es un libro de texto, es
un manual de diagnóstico con fines estadísticos. En cambio, lo que podemos
leer de Krapelin, Sérieux y Capgras, Clérambault, son verdaderos textos, en los que
Daira Aguilera.
2) Antes de hablar sobre el segundo momento, Leibson hace mención del “método
anatomo clínico”, en el cual un anatomo-patólogo (Bayle), realiza una serie de
autopsias de pacientes que habían padecido un cuadro llamado “parálisis general”
acompañado de delirios. Bayle en estas autopsias descubre la existencia de
lesiones especificas en las meninges, lesiones que no aparecian en otros pacientes
con otras formas de alienación mental. Esto da cuenta de que no existia una única
dolencia, sino que existian distintas enfermedades mentales. Este método anatomo-
clínico indica que una enfermedad se define por varios parámetros: evolución
típica; etiología conocida; un tipo de lesión histopatológica; un mecanismo
fisiopatológico preciso.
A partir de ahí surge el segundo momento, que llamamos “clínica diacrónica” o
periodo de las Enfermedades Mentales. En psiquiatría se profundizo la
observación de estados terminales de los cuadros clínicos, o sea la evolución de
ellos no solamente el corte (sincrónico) que se realiza en el momento del examen
Daira Aguilera.
3) El tercer periodo, es conocido como “el periodo de las Grandes Estructuras” mas
psicopatológico que nosológico. Se trata en este momento de buscar explicaciones
orientadas hacia la cuestion de los fenómenos y sus mecanismos de producción.
Sus exponentes son: Jaspers, Bleuler, Minkowski, etc.
La sexta edición de Kraepelin, el punto de partida:
Lacan en el inicio del seminario 3 plantea la importancia de distinguir Paranoia y
Esquizofrenia para abordar “la cuestión de las psicosis.” Esta división orienta el
modo de abordaje psicoanalítico de las psicosis, estableciendo un campo de las
psicosis que para Freud se divide en 2: Paranoia y Esquizofrenia (o Parafrenias
freudianas). El punto de origen de esta “divisoria de aguas” la encontramos en la 6ta
edición del Compendio de Psiquiatría de Krapelin de 1899, donde se presenta
una diferencia entre la Paranoia y la Demencia Precoz (denominación de
Krapelin que devendra luego, a partir de una intervención de Bleuler en
Esquizofrenia).
Antecedentes:
A la altura de las ediciones cuarta y quinta de los tratados de Krapelin, el termino
que englobaba casi todos los cuadros clínicos de psicosis era “Paranoia”. La
Paranoia era casi un sinónimo de “locura”, al tal punto que significaba casi el 80 o
90% de diagnosticos de personas que se encontraban internadas en asilos
psiquiátricos. En ese momento la Paranoia se dividía en 2 formas clínicas: la
“Paranoia Combinatoria” y la “Paranoia Fantastica”. Ambas se caracterizaban
por presentar un delirio. La diferencia fundamental entre las dos era que en la
primera no había alucinaciones, sino un delirio a tipo interpretativo, mientras que en
la otra el delirio iba acompañado de alucinaciones. Se describen además otros
cuadros (que no eran tan frecuentes) bajo la rubrica de “Procesos demenciales”,
como la Hebefrenia, Catatonia, Demencia Paranoide y Demencia Precoz. Todos
estos, se caracterizaban no solo por presentar delirios o alucinaciones sino tambien
por su mas o menos rápida evolución hacia estados de empobrecimiento de las
facultades mentales, que es lo que Krapelin y otros llamaban “demencias”.
Paranoia:
Bercherie dice que la 6ta edición del tratado de Krapelin es clave debido a que
allí se va a plantear una modificación en la manera de concebir la oposición
entre Paranoia y Demencia Precoz, que dara vuelta por todo el mundo y
posteriormente sera muy criticada, lo que llevara al propio Krepelin a modificar
algunas de sus ideas.
● A partir de esta definición, sobre todo la idea que en la paranoia hay una
conservación de las facultades mentales, lleva a Krepelin a diferenciar de la
paranoia en sentido estricto, de lo que quedara bajo la rubrica de
“enfermedades paranoides” que pasan a ser incluidas en el grupo de la
Demencia Precoz como sus “formas paranoides”.
● Esta nueva concepción de Paranoia incluye lo que antes era conocido como
“paranoia combinatoria”, osea un delirio sin alucinaciones que describe Kraepelin,
delirio persistente, inquebrantable y crónico.
Demencia Precoz:
En el grupo de las demencias precoces van a entrar las anteriores denominadas
“Paranoias fantasticas” (delirio con alucinaciones), junto con la demencia paranoide,
hebefrenia y catatónica. Kraepelin platea que lo que comparten todos estos cuadros que a
el lo lleva a incluirlos a todos bajo una misma rubrica, es que hay una alteración de 2
funciones mentales: la voluntad y la afectividad.
● Entabla la gran diferencia que hay entre la Paranoia verdadera y las formas
paranoides de la demencia precoz.
En primer lugar, una de las mayores diferencias es que el delirio de la Paranoia
es a mecanismo interpretativo y sin alucinaciones; si las hay estas no
determinan el delirio. En cambio, en las formas paranoides de la demencia
precoz, el delirio suele estar acompañado de alucinaciones y estas tienen que
ver con lo que engendra ese delirio. En segundo lugar, el delirio de la paranoia
es bien sistematizado, es decir “hace sistema”, lo cual quiere decir que se
mantiene la estructura interna del sujeto coherente. En cambio, en las formas
paranoides de la demencia precoz, el delirio esta pobremente sistematizado o
directamente no se sistematiza, es un delirio DESHILVANADO. (Cambia de
temática con facilidad, se pierde en su discurrir…) Además suele ser de
temáticas mas absurdas y fantasiosas. En tercer lugar, en la paranoia no hay
síntomas catatónicos, ni tampoco lo que Krepelin llamo “delirio de posesión
corporal”. La demencia precoz, si afecta el “centro de la personalidad” , deja al
sujeto inerte y a merced de fuerzas exteriores, y esto ultimo es lo que muestra
la debilidad de la voluntad del sujeto. En cuarto lugar, la evolución: En la
paranoia hay una evolución continua, se mantiene a lo largo del tiempo sin la
perturbación de las facultades mentales, mientras que en las formas
paranoides de la demencia precoz el sujeto evoluciona rápidamente hacia el
deterioro, que implica la perdida de coherencia del delirio, el aumento de la
retracción y la ausencia progresiva de la voluntad.
Tener en cuenta estas diferencias nos ayudara a hacer un pronostico mas ajustado.
● Su interés no era hacer una descripción de la totalidad del cuadro, sino poder
detectar lo mas inicial, los primeros esbozos del desarollo de una psicosis.
La Esquizofrenia:
● Cuando Bleuler publica su monografia proponiendo el termino de
esquizofrenia y describiendo las características de esta enfermedad, no solo
fue criticado, sino que algunos opinaron que seria como “el Titanic de la
psiquiatria”: tratándose de un proyecto pretencioso que intentaba abarcarlo
todo y que fracasaría.
● ¿Que sucede con la Paranoia en todo este proceso? Si bien Bleuler la mantiene
como categoria diagnostica, queda cada vez mas restringida, ya que este autor va a
incluir dentro del CAMPO DE LA ESQUIZOFRENIA a todo cuadro que presente
delirios y alucinaciones. Esto contribuye la disolución del concepto de
Paranoia, que finalmente para Bleuler termina siendo mas un tipo de caracter
que una entidad clínica propiamente dicha.
● Para Bleuler igual que Krapelin, los delirios, las alucinaciones, los trastornos del
lenguaje y la escritura, son SÍNTOMAS ACCESORIOS, su presencia no es
suficiente para establecer el diagnostico y su ausencia no excluye la posibilidad del
mismo.
● Ballet afirma que las PAC, pueden evolucionar hacia el deterioro o no, es decir que
la evolución es variable y depende de cada caso.
De Clérambault se intereso siempre por los síntomas iniciales, aun en sus formas mínimas.
(Esto permitiría detectar fácilmente una PAC).
● Este autor era el encargado de dicha tarea y es por eso que se intereso en encontrar
una solución rápida para establecer aquella diferencia. Por eso se dedico a estudiar
síntomas minimos, detalles pequeños pero claros y decisivos. El resultado de esa
investigacion fue lo que el llamo SÍNDROME DE AUTOMATISMO MENTAL.
(SAM) definido como el síndrome basal y fundamental de la PAC. Dentro de los
signos y síntomas iniciales encontramos: eco del pensamiento, robo del
pensamiento, ideorrea, vacío del pensamiento,etc.
- Neutro: afectivamente, los fenómenos del SAM son vividos por los pacientes como
neutros, sin tonalidad afectiva o con muy poco malestar.
- No sensorial: Son fenómenos que al menos en sus inicios, no afectan a los órganos
de los sentidos.
CIRCUNSTANCIAS DE APARICIÓN
FORMAS DE COMIENZO
Su inicio puede estar caracterizado por una fase depresiva (cansancio, fatigabilidad,
tristeza, desinterés por el trabajo y sobre todo insomnio) o por un estado premonitorio de
exaltación emocional de algunas horas o varios días.
Comienzo Súbito (repentino): Otras veces, el inicio es brutal y sin pródromos (avisos):
la crisis irrumpe de golpe. El enfermo se siente invadido por un sentimiento eufórico de
bienestar y facilidad, por una necesidad irresistible de actividad y movimiento. El insomnio
es total. Las palabras se hacen cada vez más abundantes y rápidas. El paciente forja
múltiples proyectos, se muestra alborotado, se irrita con facilidad, emplea términos
groseros, raros en él y que sorprenden a los que le rodean. Fuma y bebe más de lo habitual
o manifiesta una excesiva excitación sexual.
PERÍODO DE ESTADO
Daira Aguilera.
f) La memoria. Los recuerdos son evocados en el curso de la crisis con gran lujo de
detalles: así, por ejemplo, textos aprendidos de memoria son recitados abundantemente
(hipermnesia). La fijación de los recuerdos en el curso de la crisis es muy deficitaria.
La fuga de ideas es el síntoma principal de esta excitación psíquica. Puede decirse que por
sí solo resume todos los otros. Es un aspecto fundamental de la "volatilidad" (inestabilidad)
maníaca. La fuga de ideas y la taquipsiquia no se reducen a un simple exceso de
velocidad. Se trata de una exaltación del ser psíquico en su totalidad.
Daira Aguilera.
3. La exaltación del humor. El estado afectivo del maníaco viene caracterizado por la
expansividad y la hipertimia (trastorno del animo, exceso de actividad). Éstas se manifiestan
en especial a través de la euforia y del optimismo. El maníaco se siente admirablemente
bien, pletórico, infatigable, dichoso de vivir. Pero su tonalidad afectiva es inestable y así
pasa rápidamente de la alegría a las lágrimas y de las lamentaciones a la cólera.
FORMAS CLÍNICAS
3. Manía sobreaguda o furor maníaco. Se caracteriza por una agitación con notable
oscurecimiento de la conciencia. En esta forma puede observarse rechazo de alimentos y
signos orgánicos graves de agotamiento: deshidratación, hipertermia, etc., los cuales, en su
forma externa, se confunden con el cuadro del "delirio agudo".
Daira Aguilera.
EL ESTADO DEPRESIVO
Hay que resaltar la importancia considerable que tienen los trastornos somáticos:
cefaleas, algias diversas, sensaciones de ahogo, palpitaciones cardiacas, dolores
vertebrales o articulares, trastornos digestivos, constipación, etc. Es posible incluso
que estos trastornos adquieran una tal importancia que el estado depresivo quede
camuflado por las quejas somáticas. Entonces sólo cabe un examen clínico muy
minucioso que permita establecer que los trastornos de que se queja el sujeto no son
de etiología orgánica, sino que expresan un estado depresivo.
HISTORIA
Daira Aguilera.
® Esquirol (inicio del s. XIX): dentro de las locuras parciales hablaba de una
monomanía propiamente dicha con un componente expansivo y la lipemanía o
monomanía triste.
CIRCUNSTANCIAS DE APARICIÓN
El acceso puede aparecer en todas las edades. Las mujeres son afectadas más
frecuentemente que los hombres. Los factores genéticos y el biotipo pícnico (Kretschmer)
tienen la misma importancia que en la manía. Con bastante frecuencia se encuentran
causas desencadenantes como un shock emocional o una situación de conflicto.
PERIODO DE ESTADO
3. Sentimientos depresivos. Ocupan el primer plano del cuadro clínico. El paciente aqueja
siempre un estado de tristeza profunda que invade más o menos todo campo de su
conciencia. Por otra parte, tiene dificultades en expresar su dolor moral, el cual está
constituido por sentimientos intensos y vagos, de aburrimiento, de disgusto. El
paciente siente un malestar vago, difuso, un sentimiento de inseguridad, una profunda
Daira Aguilera.
EVOLUCIÓN
FORMAS CLÍNICAS
1. Depresión melancólica simple. En esta forma domina la inhibición, el sujeto acusa una
simple tendencia a la inacción, está asténico y fatigado. El paciente sufre una penosa
impotencia y una improductividad intelectual; se siente enfermo y tiene necesidad de
consuelo.
d) Son pasivas, el paciente acepta con inercia o desespero sus desgracias como si se
tratara de una abrumadora fatalidad.
6. Formas monosintomáticas: en las que la crisis se reduce a uno solo o a varios (formas
oligosintomáticas) síntomas o equivalentes psicosomáticos.
1. La edad media del primer acceso se sitúa antes de los 40 años para la mayoría de
los autores.
II. Duración media de las crisis: ciertas crisis pueden durar tan sólo algunos días en tanto
otras se prolongan durante varios años.
III. Duración de las remisiones. La duración de las remisiones es aún más variable que la
de las crisis. Por lo general se admite que tienden a acortarse a medida que van
repitiéndose los accesos. A veces, las crisis, están separadas por varias decenas de años.
Ideas delirantes: no son solo creencias y concepciones a través de los cuales se expresan
los temas de la ficción delirante (persecución, grandeza, etc.), sino también fenómenos ideo
afectivos en que el delirio toma cuerpo: intuiciones, ilusiones, alucinaciones,
interpretaciones, exaltación imaginativa y pasional, etc.)
Los Delirios Crónicos son diferente de las experiencias delirantes, en tanto el delirio no
es solo pasivo y accidental como en una intoxicación, sino que esta prendido en las
relaciones permanentes que unen la persona a su mundo. Es decir que el Delirio está
incorporado a la personalidad del delirante, los Delirios crónicos son en este sentido
enfermedades de la personalidad, modalidades delirantes del Yo alienado.
Los síntomas de este delirio se reducen a una patología de las creencias, ya que las ideas
delirantes envuelven en su convicción, todos los fenómenos que forman la edificación del
sistema de su mundo. Se habla de un carácter paranoico, ya que es un rasgo fundamental
de muchos de estos enfermos: Desconfianza, orgullo, agresividad, falsedad del juicio,
psicorrigidez.
Daira Aguilera.
Comienzo: a menudo repentino. Estallan las voces, las transmisiones del pensamiento
aparecen en la mente, se siente adivinado, espiado, sus actos son comentados o percibe
extraños olores, gusto sospechoso en los alimentos, fluidos en el cuerpo, corrientes
eléctricas en la cabeza o en los genitales. Sus reacciones son de asombro a este
parasitismo alucinatorio. (Desconoce todo eso). Una anamnesis minuciosa permite poner en
evidencia una progresiva alteración del humor, de los sentimientos o de la conciencia, una
cierta meditación o prefacio delirante.
3. La primacía de la fabulación sobre las alucinaciones. Es muy raro que este tipo
de delirio no comporte una actividad. Es a través de voces, de revelaciones, de
comunicaciones telepáticas, de visiones o de éxtasis, como el Delirante toma
conciencia de su mundo fantástico. Pero, por lo general, la alucinación cede el
paso a la fabulación.
Neurosis y Psicosis:
● Va a decir Spilka citando a Freud 1924 “Neurosis y psicosis” y “La pérdida de la
realidad en la neurosis y psicosis” que en la neurosis hay una lucha entre el
Daira Aguilera.
● El autor inicia su teorización mencionando que desde sus comienzos, Freud estuvo
muy preocupado en hacer una distinción entre los mecanismos defensivos de la
neurosis y de la psicosis.
“Fetichismo”
Represión de la Repudio/forclusión Renegación de la
realidad: recae (término propuesto por realidad: recae sobre
sobre la carga de la Lacan). Alucinación de la representación de la
percepción de la la falta debido al percepción de la
ausencia fálica. rechazo total de la ausencia fálica.
castración que no Aceptación parcial de
puede ser simbolizada. la renegación y
búsqueda del fetiche
como salida.
Näcke usa el término narcisismo para designar aquella conducta por la cual un individuo da
a su cuerpo propio un trato parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual; lo mira con
complacencia sexual, lo acaricia, lo mima, hasta que gracias a estos manejos alcanza la
satisfacción plena. Es decir, el narcisismo cobra el significado de una perversión que
ha absorbido toda la vida sexual de la persona; su estudio se aborda entonces con
las mismas expectativas que el de cualquiera otra de las perversiones.
Gracias a las dificultades que ofrecía el trabajo psicoanalítico en los neuróticos, Freud
concluye en que el narcisismo en este sentido ya no sería una perversión, sino el
complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación y
que aparece en distintas dosis en todo ser vivo.
® ¿Qué plantea Freud con respecto al narcisismo? ¿Qué es necesario para que
se constituya? ¿Cómo relaciona el autoerotismo y el narcisismo?
Diferencia: desde el comienzo en el individuo no está presente una unidad como el yo; el yo
se desarrolla. Las pulsiones autoeróticas son iniciales, primordiales; una nueva acción
psíquica tiene que agregarse para que el narcisismo se constituya (en el autoerotismo las
pulsiones son parciales, cada una se autosatisface en su zona erógena; en cambio en el
Narcisismo se necesita una unidad hacia la cual la libido pueda dirigirse y en la cual pueda
satisfacerse. Por ello se constituirá el YO como primer objeto a investir libidinalmente). El
narcisismo que nace por replegamiento de las investiduras de objeto como un
narcisismo secundario que se edifica sobre la base de otro, primario, oscurecido por
múltiples influencias.
Daira Aguilera.
® ¿Cuáles son las vías de acceso que encuentra Freud para estudiar el
narcisismo?
Enfermedad orgánica: mientras el enfermo sufre, retira de sus objetos de amor el interés
libidinal, cesa de amar. Retira sobre su yo sus investiduras libidinales para volver a
enviarlas después de curarse. Libido e interés yoico tienen aquí el mismo destino y se
vuelven otra vez indiferenciables.
Hipocondría: el hipocondríaco retira interés y libido de los objetos del mundo exterior y los
concentra sobre el órgano que le preocupa. Las sensaciones penosas no tienen su
fundamento en alteraciones comprobables. La hipocondría tiene que ver con la libido yoica,
mientras que las demas neurosis de angustia tiene que ver con la libido de objeto. Y dira
Daira Aguilera.
tambien que la hipocondría esta mas relacionada con la psicosis, y las neurosis de angustia
con las neurosis.
La vida amorosa de los sexos: los seres humanos tienen abiertos frente a sí dos caminos
para la elección de objeto: elección de objeto del apuntalamiento y elección de objeto
narcisista; tiene dos objetos sexuales originarios: él mismo y la mujer que lo crió; y, además,
se presupone en cada ser humano el narcisismo primario.
La erogenidad es la actividad por la cual un lugar del cuerpo envía a la vida anímica
estímulos de excitación sexual, es una propiedad general de todos los órganos y puede
aumentar o disminuir en una determinada parte del cuerpo.
A cada una de las alteraciones de la erogenidad en los órganos podría serle paralela una
alteración de la investidura libidinal dentro del yo. Se puede hablar entonces de buscar
aquello que está en la base de la hipocondría y puede ejercer, sobre la distribución de la
libido, un efecto idéntico que la contracción de una enfermedad material de los órganos.
RETRACCIÓN: Designa una vuelta de la libido sobre el yo, retirada de sus catexias
objetales. Es el fenómeno definitorio del narcisismo secundario.
NEUROSIS DE PARAFRENIA
TRANSFERENCIA
® Formación protectora
(fobia)
® ¿Por qué Freud afirma que una tercera vía de acceso al narcisismo es la
vida erótica humana?
Así como al comienzo la libido yoica quedó oculta tras la libido de objeto, reparamos
primero en que el niño (y el adolescente) elige sus objetos sexuales tomándolos de sus
vivencias de satisfacción. Las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son
vivenciadas en relación con funciones vitales de autoconservación.
® ¿Por qué afirma que las pulsiones parciales se apuntalan a las pulsiones
yoicas?
® El padre protector.
En la elección de objeto narcisista, el objeto de amor es el yo propio. Dice Freud que esta
elección es típica de aquellas personas cuyo desarrollo libidinal experimentó una
perturbación (caso de perversos y homosexuales). La elección de objeto se hace según
la relación que tenga la persona consigo misma. Es la idea de que un sujeto pueda
elegir un objeto de amor y de deseo según el modelo de su propia persona. La
persona elige su objeto según el modelo del niño o del adolescente que ha sido, y además
se identifica con la madre que lo cuidaba. Entonces, Freud va a distinguir distintos tipos de
amor narcisista. Según él, se ama a:
Todo ser humano tiene abierto ambos caminos para la elección de objeto, pudiendo
preferir uno o el otro. Al principio, la persona tiene dos objetos sexuales (él mismo y
la mujer que lo crió).
Elección de objeto en el hombre : es típico del hombre elegir el tipo de objeto por
apuntalamiento o apoyo. Hace la transferencia del narcisismo originario (es decir, el
narcisismo del principio, de los comienzos) sobre el objeto sexual (o sea, la madre). Esto da
origen al enamoramiento, es decir, se produce un empobrecimiento libidinal del yo (el yo
“queda con poca libido”) en beneficio del objeto.
® ¿Por qué Freud habla de una reviviscencia del narcisismo de los padres
con sus hijos?
Apartado III:
Según Freud, es imposible colocar la génesis de la neurosis sobre la base del complejo de
castración. La observación del adulto normal muestra amortiguado el delirio de grandeza
que una vez tuvo, y borrados los caracteres psíquicos desde los cuales distinguimos su
narcisismo infantil. ¿Qué se hizo con su libido yoica? Las mociones pulsionales libidinosas
sucumben al destino de la represión cuando entran en conflicto con las representaciones
culturales y éticas del individuo. Las mismas impresiones y vivencias, los mismos
impulsos y mociones de deseo que un hombre tolera, son desaprobados por otro con
indignación total. La formación de ideal sería, de parte del yo, la condición de la
represión.
Daira Aguilera.
El yo ideal remite al amor de sí mismo de que en la infancia gozó el yo real (su majestad el
bebé: convocar y poner a todos los demás a disposición de sus necesidades). El narcisismo
aparece desplazado a este nuevo yo ideal que, como el infantil, se encuentra en posesión
de todas las perfecciones valiosas. Aquí el hombre se muestra incapaz de renunciar a la
satisfacción de que gozó una vez.
El sentimiento de sí (autoestimación) es un «grandor del yo», como tal. Todo lo que uno
posee o ha alcanzado, cada resto del primitivo sentimiento de omnipotencia contribuye a
incrementar el sentimiento de sí. El sentimiento de sí depende de manera estrecha de la
libido narcisista. En las parafrenias el sentimiento de si aumenta, mientras que en las
neurosis de trasferencia se rebaja; y en la vida amorosa, el no-ser-amado deprime el
sentimiento de sí, mientras que el ser-amado lo realza. El ser-amado constituye la meta y
la satisfacción en la elección narcisista de objeto.
● Lacan hizo sus tesis de “la paranoia en sus relaciones con la personalidad” donde
toca y habla del caso AIMÉ.
● Hay una critica de Lacan a la doctrina clásica con respecto a los FENÓMENOS
ELEMENTALES.
- 2do momento: un trabajo del sujeto sobre el enigma que se traducen en diferentes
preguntas de carácter acuciante. (urgente)
® Delirio de Aimee
1er lugar: la localización del perjuicio que padece el sujeto (hablan mal de ella y la
critican en el trabajo, en la calle, en los periódicos). Son fenómenos elementales: “¿Por
qué me hacen todo esto? Quieren la muerte de mi hijo”. La respuesta queda fijada a lo
largo del delirio.
2do lugar: la localización del agente del perjuicio, o sea, los perseguidores. EJEMPLOS
DEL CASO: AGENTES
Automatismo y delirio
1925 - “Una buena parte de la ideación no es construida por la reflexión del sujeto,
sino que se elabora mecánicamente en el subconsciente (ideación neoplásica)”.
¿La crítica de lacan es válida aquí? Dado que parece que le da al automatismo mental y
al delirio una estructura común. Es decir que lo que era puesto en disyunción pasa a
ubicarse en conjunción.
1934 – plantea dos niveles de pensamiento: el que denomina extrapersonal (el automático,
intrusivo) y califica de inferior con respecto al de la ideación personal, que refleja las
cualidades intelectuales normales del sujeto. “Toda psicosis alucinatoria es una suerte
de delirio de dos”. El delirio automático es más constructivo que explicativo, más absurdo,
nos muestra como la personalidad parasitaria invade la personalidad primitiva hasta
terminar sustituyéndola.
El modo en que se imbrican e insertan las nervaduras de una hoja reproduce una
estructura análoga a la de las formas que componen la totalidad de la planta. Del
mismo modo, la composición del delirio y el fenómeno elemental mostrarían
estructuras análogas, la misma fuerza estructurante.
PUNTO 1:
Lacan en este seminario comienza hablando de la CUESTION, porque como dice el, no
puede hablarse del tratamiento de la psicosis de entrada, menos del tratamiento de la
psicosis desde Freud, teniendo en cuenta que él nunca hablo de ella, salvo de manera
alusiva.
Por otro lado, deja en claro los puntos que desarrollara: Los problemas que la
psicosis plantea hoy, los problemas clínicos y nosográficos y fundamentalmente,
problemas de tratamientos.
Daira Aguilera.
Sin embargo, habria que preguntarse ¿Por que en cambio en la doctrina freudiana la
paranoia es la que tiene una situacion mas privilegiada? Freud no ignoraba la
esquizofrenia, incluso, la elaboración del concepto le era contemporaneo y relaciono la
teoría analítica con los aportes de Bleuler, pero sin embargo, permaneció bastante alejado.
Se intereso de entrada y esencialmente en la paranoia.
Hace más o menos unos cincuenta años, en Francia, la palabra paranoia fue
identificada con algo totalmente diferente. Un paranoico era un malvado, un
intolerante, un tipo con mal humor, orgullo, desconfianza, susceptibilidad,
sobrestimación de sí mismo. Esta característica era el fundamento de la paranoia;
cuando el paranoico era demasiado paranoico, llegaba a delirar.
La noción de comprensión tiene una significación muy neta. Es un resorte del que Jaspers
hizo, bajo el nombre de relación de comprensión, el pivote de toda su psicopatología
llamada general. Consiste en pensar que hay cosas que son obvias, que, por ejemplo,
cuando alguien está triste se debe a que no tiene lo que su corazón anhela. Nada más
falso: hay personas que tienen todo lo que anhela su corazón y que están tristes de todos
modos. La tristeza es una pasión de naturaleza muy diferente. La comprensión, en cuanto
nos acercamos a ella, es inasible. (incapturable)
La enseñanza freudiana hace intervenir recursos que están más allá de la experiencia
inmediata, y que en modo alguno pueden ser captados de manera sensible. Allí, como en
física, no es el color lo que retenemos, en su carácter sentido y diferenciado por la
experiencia directa, es algo que está detrás, y que lo condiciona. La experiencia freudiana
no es para nada pre-conceptual. No es una experiencia pura. Es una experiencia
verdaderamente estructurada por algo artificial que es la relación analítica, tal como
la constituye la confesión que el sujeto hace al médico, y por lo que el médico hace
con ella. Todo se elabora a partir de este modo operatorio primero.
¿Qué diferencia hay entre lo que es del orden imaginario o real y lo que es del orden
simbólico? En el orden imaginario, o real, siempre un más y un menos, un umbral, un
margen, una continuidad. En el orden simbólico todo elemento vale en tanto opuesto
a otro.
PUNTO 2:
Hay por parte de Freud una verdadera genialidad que nada debe a penetración
intuitiva alguna: es la genialidad del lingüista que ve aparecer varias veces en un
texto el mismo signo, parte de la idea de que debe querer decir algo, y logra
restablecer el uso de todos los signos de esa lengua. PENSAR EN LA PECULIAR
LECTURA QUE HACE FREUD A LAS MEMORIAS DE SCHREBER.
La identificación prodigiosa que hace Freud de los pájaros del cielo con las
jovencitas, participa de este fenómeno: es una hipótesis sensacional que permite
reconstituir toda la cadena del texto, comprender no sólo el material significante en juego,
sino, más aún, reconstituir esa famosa lengua fundamental de la que habla Schreber. Más
claramente que en cualquier otra parte, la interpretación analítica se demuestra aquí
simbólica.
Esta traducción es, en efecto, sensacional. Pero, cuidado; deja en el mismo plano el
campo de las psicosis y el de las neurosis. Si la aplicación del método analítico sólo
proporcionara una lectura de orden simbólico, se mostraría incapaz de dar cuenta de
la distinción entre ambos campos.
Ya que se trata del discurso, del discurso impreso del alienado, es manifiesto
entonces que estamos en el orden simbólico. El material, es el propio cuerpo. La
relación con el propio cuerpo caracteriza en el hombre el campo de lo imaginario. Si algo
corresponde en el hombre a la función imaginaria tal como ella opera en el animal, es todo
lo que lo relaciona de modo electivo, pero siempre muy difícil de asir, con la forma general
de su cuerpo, donde tal o cual punto es llamado zona erógena. Esta relación, siempre en el
límite de lo simbólico, sólo la experiencia analítica permitió captarla en sus mecanismos
últimos. Esto es lo que el análisis simbólico del caso Schreber demuestra. Es tan sólo
a través de la puerta de entrada de lo simbólico como se llega a penetrarlo.
PUNTO 3:
completo, diremos que el sujeto psicótico ignora la lengua que habla.El asunto no es
tanto saber por qué el inconsciente que está ahí, articulado a ras de tierra, queda excluido
para el sujeto, sino saber por qué aparece en lo real.
Jean Hyppolite (filosofo frances) destacaba que, en lo inconsciente, todo no está tan
sólo reprimido, es decir desconocido por el sujeto luego de haber sido verbalizado,
sino que hay que admitir, detrás del proceso de verbalización, una Bejahung
primordial (be·yaa·ung palabra alemana que significa AFIRMACION) ,una admisión en
el sentido de lo simbólico, que puede a su vez faltar.
La relación que Freud establece entre este fenómeno y ese muy especial no saber
nada de la cosa, ni siquiera en el sentido de lo reprimido, expresado en su texto, se
traduce así: lo que es rehusado en el orden simbólico, vuelve a surgir en lo real. Hay
una estrecha relación entre, por un lado, la denegación y la reaparición en el orden
puramente intelectual de lo que no está integrado por el sujeto; y, por otro lado, la
Verwerfung y la alucinación, vale decir la reaparición en lo real de lo rehusado por el
sujeto.
Esta definición fruto de la pluma de un clínico eminente tiene algo llamativo, y es que
contradice punto por punto todos los datos de la clínica. Nada en ella es cierto.
Lo importante del fenómeno elemental no es entonces que sea un núcleo inicial, un punto
parasitario, como decía Clérambault, en el seno de la personalidad. El delirio no es
deducido, reproduce la misma fuerza constituyente, es también un fenómeno elemental.
¿A fin de cuentas, qué dice el sujeto sobre todo en cierto período de su delirio? Que
hay significación. Cuál no sabe, pero ocupa el primer plano, se impone y para él es
perfectamente comprensible. Y justamente porque se sitúa en el plano de la comprensión
como un fenómeno incomprensible, por así decirlo, la paranoia es tan difícil de captar, y
tiene también un interés primordial.
El momento en que han comprendido, en que se han precipitado a tapar el caso con
una comprensión, siempre es el momento en que han dejado pasar la interpretación
que convenía hacer o no hacer. Por ejemplo: El sujeto quiso decir tal cosa. ¿Qué saben
ustedes? Lo cierto es que no lo dijo. Y en la mayoría de los casos, si se escucha lo que ha
dicho, por lo menos se descubre que se hubiera podido hacer una pregunta, y que esta
quizá habría bastado para constituir la interpretación válida, o al menos para
esbozarla.
Daira Aguilera.
Tras una breve enfermedad, entre 1884 y 1885, enfermedad mental que consistió en un
delirio hipocondríaco, Schreber que ocupaba entonces un puesto bastante importante en la
magistratura alemana, sale del sanatorio del profesor Flechsig, curado, según parece de
manera completa, sin secuelas aparentes.Lleva durante unos ocho años una vida que
parece normal, y él mismo señala que su felicidad domestica sólo se vio ensombrecida
por la pena de no haber tenido hijos. Al cabo de esos ocho años, es nombrado
Presidente de la Corte de apelaciones en la ciudad de Leipzig. Habiendo recibido antes del
período de vacaciones el anuncio de esta muy importante promoción, asume sus funciones
en octubre. Parece estar, como ocurre muy a menudo en muchas crisis mentales, un
poco sobrepasado por sus funciones. Es joven para presidir una corte de apelaciones de
esa importancia, y esta promoción le hace perder un poco la cabeza. Está en medio de
personas mucho más experimentadas, mucho más entrenadas en el manejo de
asuntos delicados, y durante un mes trabaja excesivamente, como el mismo lo dice, y
aparecen sus trastornos: insomnio, mentismo, aparición en su pensamiento de temas
cada vez más perturbadores que le llevan a consultar de nuevo.De nuevo se lo interna.
Primero en el mismo sanatorio, el del profesor Flechsig, luego, tras una breve estadía en el
sanatorio del doctor Pierson en Dresde, en la clínica de Sonnenstein, donde permanecerá
hasta 1901. Ahí es donde su delirio pasara por toda una serie de fases de las que da un
relato extremadamente seguro, y extraordinariamente compuesto, escrito en los últimos
meses de su internación.
Lo que está en juego no es la realidad. El sujeto admite, por todos los rodeos
explicativos verbalmente desarrollados que están a su alcance, que esos fenómenos
son de un orden distinto a lo real. Pero, a diferencia del sujeto normal para quien la
realidad está bien ubicada, él tiene una certeza: que lo que está en juego le
concierne.En él, no está en juego la realidad, sino la certeza. Esta certeza es radical,
significa para él algo inquebrantable.Esto constituye lo que se llama, con o sin razón,
fenómeno elemental, o también- la creencia delirante.
Un fenómeno central del delirio de Schreber, que puede considerarse incluso inicial en la
concepción que se hace de esa transformación del mundo que constituye su delirio, es lo
que llama la Seelenmord, el asesinato del alma. Ahora bien, él mismo lo presenta
como completamente enigmático. Considera este asesinato del alma como un resorte
cierto, que a pesar de su certeza conserva por sí mismo un carácter enigmático.
Daira Aguilera.
A medida que el delirante asciende la escala de los delirios, está cada vez más seguro
de cosas planteadas como cada vez más irreales. La paranoia se distingue en este
punto de la demencia precoz: el delirante articula con una abundancia, una riqueza,
que es precisamente una de sus características clínicas esenciales. Las
producciones discursivas que caracterizan el registro de las paranoias florecen, casi
siempre, en producciones literarias, en el sentido en que literarias quiere decir
sencillamente hojas de papel cubiertas de escritura.
Si Schreber escribe esa enorme obra es realmente para que nadie ignore lo que
experimentó, e incluso para que, eventualmente, los sabios verifiquen la presencia de los
nervios femeninos que penetran progresivamente en su cuerpo, objetivando así la relación
única que ha sido la suya con la realidad divina. Es algo que de hecho se propone como un
esfuerzo por ser reconocido. Tratándose de un discurso publicado, surge el interrogante
acerca de qué querrá decir realmente, en ese personaje tan aislado por su experiencia que
es el loco, la necesidad de reconocimiento. El loco parece distinguirse a primera vista
por el hecho de no tener necesidad de ser reconocido.
Previa a toda simbolización hay una etapa, lo demuestran las psicosis, donde puede
suceder que parte de la simbolización no se lleve a cabo. En la neurosis hay una
palabra que se articula, en tanto lo reprimido y el retorno de lo reprimido son una sola
y única cosa. Puede entonces suceder que algo primordial en lo tocante al ser del
sujeto no entre en la simbolización, y sea, no reprimido, sino rechazado. Esto no está
demostrado. Tampoco es una hipótesis. Es una articulación del problema.
A nivel de esa Bejahung, pura, primitiva, que puede o no llevarse a cabo, se establece
una primera dicotomía: aquello que haya estado sometido a la Bejahung, a la
simbolización primitiva, sufrirá diversos destinos; lo afectado por la Verwerfung
primitiva sufrirá otro.
PUNTO 4:
Resulta difícil pensar cómo la represión pura y simple de tal o cual tendencia, el rechazo o
la represión de tal o cual pulsión, en mayor o menor grado transferencial, experimentada
respecto al doctor Flechsig, habría llevado al presidente Schreber a construir su enorme
delirio. Se trata de la función femenina en su significación simbólica esencial, y sólo la
podemos volver a encontrar en la procreación. En un momento cumbre de su existencia, no
en un momento deficitario, esto se le manifiesta bajo la forma de la irrupción en lo real de
algo que jamás conoció, de un surgimiento totalmente extraño, que va a provocar
progresivamente una sumersión radical de todas sus categorías, hasta forzarlo a un
verdadero reordenamiento de su mundo.
aparecer. Hay compromiso. Esto caracteriza a la neurosis, es a la vez lo más evidente del
mundo y lo que menos se quiere ver.
¿Qué es el comienzo de una psicosis? ¿Acaso una psicosis tiene prehistoria, como
una neurosis? ¿Hay una psicosis infantil? Todo parece indicar que la psicosis no tiene
prehistoria. Aparece bajo la forma de un desencadenamiento, de una ruptura,
discontinuidad, eclosión, A diferencia de los neuróticos que tienen padecimientos
desde siempre, infinitos.
DUELO MELANCOLIA
¿En qué consiste el trabajo que el Hubo una elección de objeto; por obra de una
duelo opera? El examen de realidad afrenta real o un desengaño de parte de la
muestra que el objeto amado ya no persona amada sobrevino un sacudimiento de
existe más, y es necesario ahora ese vínculo de objeto. La investidura de
quitar toda libido de sus enlaces con objeto fue cancelada, pero la libido libre no
ese objeto. Lo normal es que se desplazó a otro objeto, sino que se
prevalezca el acatamiento a la retiró sobre el yo. Ahí sirvió para establecer
realidad, dado que uno no resigna una una identificación del yo con el objeto
posición libidinal tan fácilmente. Se resignado. La sombra del objeto cayó
ejecuta pieza por pieza con un gran sobre el yo, quien pudo ser juzgado como
gasto de tiempo y de energía de el objeto abandonado. Tiene que haber
investidura, y entretanto la existido, por un lado, una fuerte fijación en el
existencia del objeto perdido objeto de amor y, por el otro y en
continúa en lo psíquico. Cada uno contradicción a ello, una escasa resistencia de
de los recuerdos y cada una de las la investidura de objeto.
expectativas en que la libido se
anudaba al objeto son clausurados, La identificación narcisista con el objeto se
sobreinvestidos y en ellos se convierte entonces en el sustituto de la
consuma el desasimiento de la investidura de amor, lo cual trae por
libido. resultado que el vínculo de amor no deba
resignarse a pesar del conflicto con la
Una vez cumplido el trabajo del persona amada. NO ENTIENDO.
duelo, el yo se vuelve otra vez libre
y desinhibido.
Freud estudia la manía en este escrito por dos razones: por un lado, menciona que es
posible pasar de la melancolía a la manía. Por el otro, hace alusión a una cuestión
económica, que consiste en Intoxicación alcohólica: elación. Por toxinas suspensión del
gasto de energía de la represión.
SOLER, Colette. (1991). Estudios sobre la psicosis. Buenos Aires: Manantial. Cap.
“Pérdida y culpa en la melancolía”.
Lacan hizo de la forclusión, en tanto ella es “rechazo del inconsciente", la causa primera de
la psicosis.
Hay que partir de lo que Lacan enfatizó: la negatividad esencial del lenguaje, que
procede al asesinato de la cosa. El nombre de esta negativización, tal como es
revelada por la neurosis, es castración, que se significa como renuncia al goce
masturbatorio. Se trata de una mutilación de goce, pero de una mutilación parcial y,
además, compensada: es una pérdida que reclama una “condición de complementariedad”,
promoviendo ésta al objeto en su valor compensatorio. No entiendo lo que esta subrayado.
La melancolia nos permite distinguir que, la forclusión del falo condiciona una doble
serie de fenómenos: de negativización y de positivización del goce. La función fálica
tiene precisamente el efecto de articularlas, de combinarlas, mientras que la psicosis
las disocia. La instancia negativa del lenguaje y la positividad del goce, por más
disociadas que estén, aun así están presentes las dos.
El dolor de existir no es patrimonio del sujeto melancólico, pues este dolor reside en
el hablanteser, pero casi nunca se encuentra en estado puro sino mixto o dividido, y
ello por una razón estructural concreta; el Falo, significante del goce, que no va sin la
castración, hace también las veces de significante de la vida, y al constituir una
mediación entre la falta del Otro y el ser del sujeto, alivia a éste, por lo menos en
parte, del pathos de su dasein.
El sujeto no sólo sitúa al mal en posición de causa, reduciendo todo el registro del sentido al
de la culpa, culpa casi siempre oscura, primordial y que él cree encarnar, sino que no duda
de que se trata también de una culpa de excepción, inmensa y única, que a veces lo
convierte en el más grande culpable de todos los tiempos. El delirio melancólico no es
florido. Carece de la fantasía intuitiva del parafrénico y de la lógica sutil del
paranoico.El melancólico no se feminiza como Schreber, pero se difama. Esta es su
propia versión del empuje-a-la-mujer. En la difamación hay un goce, sin duda, pero
reducido a un goce como masoquista con el cual no hay Otro, divino o no, que haga
pareja.
del alma”. En los dos casos juega la hipótesis causal, pero aquí se detiene la simetría,
pues el sujeto paranoico está del lado del buen derecho, del lado del orden. Esto en
Schreber es muy claro: es Dios el que quiere gozar, en efracción con el orden del universo,
y es la víctima la que, a falta de ley paterna, toma a su cargo la legalización del goce y
quien, en su delirio, construye un orden nuevo en el que el goce se torna justificable.
Acentuemos esta oposición: si el paranoico identifica el goce en el lugar del Otro según
la expresión que proponía Lacan en 1966, ¿no deberemos decir que el melancólico lo
localiza, o más bien lo encarna, fuera del lugar del Otro? Schreber identifica el goce en
el lugar del Otro en forma triple y no homogénea: porque se lo imputa al partenaire, Dios;
porque lo correlaciona con el significante, puesto que su pensamiento es la condición del
goce divino; finalmente, porque cuando ese goce irrumpe en el cuerpo, que por este hecho
cesa de ser “desierto de goce", él intenta componer su cartografía y su nomenclatura
mediante su lucubración sobre la acción y el efecto de los rayos. Nada parecido ocurre en el
melancólico, quien cree encarnar lo inmundo y lo innombrable; él no se alcanza por el
verbo sino en el límite de lo simbólico, por el insulto, y no se realiza sino en el
silencio del acto, por el suicidio.
El goce es pensado como un mal, Lacan mencionaba que el goce perjudica al lazo
social y también a la homeostasis del viviente. En este aspecto, el goce sexual, con
su componente de placer, no es representativo; es un goce acomodado ya al lazo
social. En sí mismo, el goce primario es goce del cuerpo propio, autístico. Hace falta
toda una elaboración de discurso para hacerlo compatible con el otro. Dicho de otra
manera, la barbarie es natural al hablanteser, por lo mismo que, debido a que habla,
está más allá del principio de placer.
La locura es inherente al hombre. Es una capacidad de ser del hombre, qué está en
íntima relación con las determinadas condiciones en las que se forma y desarrolla. En
el transcurso del tiempo, la locura ha sido conceptualizada de muy diferentes
maneras:
exterior al hombre, eran fuerzas desconocidas que se apoderaban de él sin que nadie
pudiera evitarlo.
En el siglo XVII sus víctimas recibían castigos, persecución, hoguera, flagelación, etc,
hasta la creación del hospital general, que fue la institución destinada a albergar a los
transgresores de las normas sociales vigentes, para resguardo de la comunidad. Así se
incluían a los individuos que no eran delincuentes, pero que transgreden las buenas
costumbres de la época. Por lo tanto, tanto los enfermos mentales como los
delincuentes eran hospitalizados. Es importante destacar que en esta época ya se
empezaba a vislumbrar “lo enfermo” que comienza a perder la connotación de pecado.
En el siglo XIX aparece, con Bleuler, el término psicosis, que marcó una evolución en
el pensamiento con respecto a la enfermedad mental. Ésta se diferencia de las
enfermedades del cuerpo y de las enfermedades del alma (pecado y delincuencia). Se
fundan asilos donde se recluye a los locos con la intención de cuidarlos, castigarlos o
domesticarlos para poder preservar a la sociedad del peligro.
La familia del enfermo era la víctima inocente que padecía el estigma de tener un
loco en su seno. Empiezan a especializarse medicos en este área, como por ejemplo Pinel
que fue quien pudo arriesgarse a quitarles las cadenas. Se establece tambien la
cuestión del vínculo humano con el paciente; sin embargo, el enfermo mental seguía
segregado. Su locura era algo que le pasaba a él. Su medio era inocente y lo apartaba. No
tenia ninguna posibilidad de curación.
El enfermo pasaba a ser propiedad del médico, se sometía a una observación sistemática y
se convertía en su campo de exploración. De esta modalidad de vínculo y de estas
observaciones surgió la nosografía. Esta relación médico paciente se caracterizaba por
una gran distancia, sin empatía y sin compromiso, actitud que alienaba doblemente al
enfermo.
A partir de Freud la comprensión del enfermo mental incluye la historia del sujeto y
fundamentalmente la relación con los padres. El enfermar era algo que se iba
gestando en el tiempo y en lo que tiene que ver la relación con otros. A partir de la
Segunda Guerra Mundial se dan otras características en el tratamiento: se rompe el
monopolio medico incluyendose, enfermeros, asistentes sociales, psicólogos,
medicos clínicos y fundamentalmente se empieza a incluir a la familia.
Cada vez en mayor o menor grado, la locura sigue envuelta en temores y prejuicios.
Fácilmente se puede reconocer que la reacción de los familiares ante una enfermedad
Daira Aguilera.
orgánica es muy distinta a la reacción ante una enfermedad mental. Por otro lado, existe
otro factor muy importante; algunos elementos de la enfermedad mental forman parte de
nuestra vida cotidiana, con la diferencia de que lo hacen en forma parcial y temporaria.
Todos tenemos experiencias enfermas, aunque sin percatarnos de ello y sin enfermarnos
realmente.
Descripción clínica
Formas de comienzo:
Periodo de estado:
Existen en la esquizofrenia y con un fondo básico, características que está dado por los
siguientes rasgos particulares: (Henry Ey)
SÍNTOMAS DEFICITARIOS
® Rigidez del pensamiento: es una alteración del curso del pensamiento que
consiste en la fijación inmutable, persistente e inmodificable de una idea directriz;
es decir, el pensamiento aparece canalizado en un determinado sentido del que
es imposible desviarlo.
3. Alteraciones de la afectividad
4. Alteraciones conativo-motrices
Los trastornos conativo-motrices de los esquizofrénicos son, los que llaman la atención del
observador profano. Sirven para caracterizar a una forma clínica esquizofrénica: la
catatonía. Sus alteraciones son:
SÍNTOMAS PRODUCTIVOS
1. El delirio
2. El autismo
Periodo terminal
Formas clínicas
Krápelin señaló la frecuencia con que cambia una determinada forma clínica en el curso de
un mismo proceso en un mismo enfermo; pero a pesar de ello, en general, en cada
esquizofrénico predomina un determinado tipo de síntomas sobre los demás, lo que permite
diagnosticar una u otra forma clínica.
LOMBARDI, Gabriel y otros (2009) La clínica del psicoanálisis. Las psicosis 3. Buenos
Aires: Atuel. Cap. 4: “La realidad y su perdida” y Cap. 5: “La cuestión preliminar de
Jacques Lacan”
Ø Síntoma: Demuestra ser aquella parte del sujeto que rechaza los ideales, que no se
adapta a los ideales de la felicidad, que se niega a esperar el encuentro con dios, y que
no se contenta con el encuentro satisfactorio con una mujer.
Ø El autor concluye esta primera parte del texto afirmando que la clínica del
psicoanálisis debe interrogar los puntos ciegos de la psicología, por ejemplo,
partiendo de la idea freudiana de que la angustia es angustia ante algo.
® En 1959, Lacan no había elaborado aún su teoría del objeto a(Una cuestion
preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis). Cuando el escribe esto todavía no
estaba formalizado el concepto de objeto a minúscula. La invención del concepto del
objeto a: A partir del seminario X DE LA ANGUSTIA 1963, pero los ESCRITOS
FUERON PUBLICADOS RECIÉN EN 1966.
Ø Lombardi señala que será de mucha importancia conocer la elaboración del esquema
R para entender de que manera Lacan plantea la transformación de la realidad en el
caso Schreber, como pasa del esquema R al esquema L (lambda).
La realidad NO es lo real. La realidad es lo que está en lugar de lo real por la textura que lo
simbólico y sus efectos imaginarios imponen a la percepción. Hay otro objeto en cambio que
es decisivo que permanezca afuera de la realidad limitada de lo perceptible. Una
característica fundamental de ese objeto es que no pertenece a la realidad, no es un objeto
de la percepción, está fuera del alcance de los sentidos. OBJETO a.
Daira Aguilera.
"Situar en este esquema R al objeto a es interesante por esclarecer lo que él aporta sobre el
campo de la realidad". El objeto a aporta a ese campo la constitución de la realidad
misma, a partir de que él se extrae de ella. "El campo de la realidad no se sostiene sin
la extracción del objeto a, que sin embargo lo enmarca''. La realidad, lo que se percibe,
no es un caos informe, sino que es algo estructurado.
● Lacan propone que la realidad en la neurosis es una realidad que esta determinada
por el marco fantasmático y que este fantasma es un fantasma incc.
● La alucinación psicótica es ante un objeto y es ante el objeto a. Es ante el objeto
mirada y ante el objeto voz SIN INTERMEDIACIÓN DE FANTASMAS.
● El deseo, en la neurosis, esta determinado por la instauración del ste del
nombre del padre y por la inscripción de la significación fálica.
● En la psicosis, la NO instauración del significante del nombre del padre en el
campo de lo simbólico y por ende su consecuencia en el campo de lo
imaginario que es la forclusión del significante fálico, es lo que hace que
claramente que el comportamiento del deseo neurótico y el comportamiento
del deseo psicótico NO TENGAN LA MISMA LÓGICA. Se trata de un deseo
que no esta ordenado por la significación fálica
● La mirada tomada como objeto libidinal, como a, necesariamente queda afuera
del campo visual así delimitado; mientras vemos, no podemos ver a nuestro
propio ojo mirando. Para ver nuestro propio ojo necesitarnos del Otro -que
eventualmente puede ser reemplazado por un espejo-, pero entonces ya no se trata
de la misma mirada, porque ahora la mirada es del Otro -lo que nos aleja de lo
pulsional de la mirada-. La mirada como objeto pulsional no es visible en las
condiciones habituales.
El objeto voz
El objeto de la alucinación
Schreber explica que estamos acostumbrados a pensar que todas las impresiones que
recibimos del mundo externo se nos transmiten por los así llamados "cinco sentidos". Pero
resulta ser que él recibe sensaciones lumínicas y sonoras proyectadas en su interior por los
Rayos (que para Lacan son los significantes), por una vía distinta de los cinco sentidos, vía
Daira Aguilera.
a la que llama sus "ojos espirituales". La voz es audible y la mirada es visible aun
cuando sus orejas y sus ojos estén completamente obturados.
Lejos de poder afirmar entonces que la alucinación es una percepción sin objeto,
concluimos en primer lugar que la alucinación suele no ser una percepción, y en
segundo que es difícil sostener que es sin objeto, porque la alucinación es la
presencia misma en el campo de la realidad del objeto no perceptible, que condiciona
la subsistencia de la realidad. En cierto sentido la alucinación es la percepción del
auténtico objeto, del que no es ilusorio, del verdadero efecto del significante en lo
real.
El fenómeno de franja
Es un fenómeno en que se hace visible o audible lo que linda justo con borde de la
realidad, pero que está fuera de ella. La alucinación suele instalarse en el centro de la
realidad, desorganizándola. El fenómeno de franja, en cambio, es un efecto que
ocurre en su borde.
¿Por qué dice que los fenómenos de franja son mucho más alucinatorios que las
alucinaciones mismas? Porque dan cuenta de una condición estructural anterior a las
alucinaciones, y es que lo real se estructura antes de toda dualización de los fenómenos del
lenguaje, antes del surgimiento del Otro.
Los fenómenos de franja son situados por Lacan con toda precisión en dos
momentos estructuralmente definibles: el de la prepsicosis y el del alejamiento o la
desaparición del Otro durante la psicosis ya desencadenada.
Esos fenómenos en el caso de Schreber son el milagro del aullido que surge de sus
entrañas, los gritos de socorro que "surgen de la totalidad de la masa de los nervios
divinos que se desprenden". Los más evidentes fenómenos de franja son las
creaciones milagrosas que se producen, dice Schreber, “cerca de mi": moscas.
arañas, mosquitos y otros insectos, también pájaros. Esas creaciones milagrosas se
producen justo por fuera de su campo visual. IMPORTANTE!!!
Ese cerca de mí, pero fuera de la captura de los sentidos que caracteriza a los
fenómenos de franja, se traduce en las psicosis en una rica fenomenología que
comprende las alucinaciones llamadas extracampinas (el sujeto "ve" algo por detrás
suyo, fuera del campo visual), y que para Lacan incluye también las "perturbaciones" de las
que hablaba Schreber, "eclosiones próximas en la zona oculta del campo perceptivo, en la
habitación vecina, en el pasillo, y otras manifestaciones que, sin ser extraordinarias, se le
imponen al sujeto como concerniéndole'', como producidas a propósito suyo.
Daira Aguilera.
Calligaris fue un psicoanalista italiano que decía que todo psicoanalista debería pasar por la
experiencia de trabajar con la psicosis. Poder identificar un psicótico fuera de la crisis es
todo un desafio, siendo que una psicosis desencadenada es mas facil de verla.
CASO CLÍNICO: Paciente que estuvo en analisis mas o menos 1 año en Italia. Fue la 1ra°
vez que el autor llego a un diagnostico de psicosis en ausencia fenoménica de
manifestaciones de psicosis. Se trataba de un paciente norteamericano. El autor relata que
este paciente fue “traído”, pero no traido fisicamente por alguien, traído en el sentido en que
su mujer frecuentaba los medios analiticos y le decía que tal vez tuviese que hacer un
analisis. Se trataba de un muchacho de mas o menos 30 años con una historia bastante
extraordinaria. Antecedentes del muchacho: Fue militar combatiente y dejo el ejercito
americano al finalizar su periodo. Él había regresado a los Estados Unidos de una manera
interesante. El regresaba, pero no había llegado a los Estados Unidos, porque se había
quedado en India. Se quedo allí durante mucho tiempo y en ese entonces se había
relacionado con las drogas hasta llegar a Europa. Allí encontro a la mujer con la que se
caso. Como la mujer era de Paris y dueña de una empresa, vuelven a Francia donde el
muchacho ocupa un cargo en dicha empresa. El hombre había terminado siendo amante de
su suegra, lo que le traía problema a su mujer o tal vez a su suegra, pero a el no, no le
planteaba ningún problema. Luego de un tiempo, Calligaris comenta que no asistió mas a
terapia y el supo enterarse que, una noche en un bar, un grupo de bandidos le habían
ofrecido participar de un asalto y el aceptó. El asalto había salido mal, uno había muerto y el
fue preso.
La estructura psicótica
● La apuesta neurótica es que haya "por lo menos uno" que sepa lidiar con la
demanda del otro, entonces el saber va a tener un sujeto supuesto, y la problemática
de defensa se va a jugar en relación de cada sujeto con "por lo menos uno" que
sabe. Es en esta relación que el sujeto se constituye y obtiene una significación.
La vida del neurótico es un rumbo en el cual la significación está dada por una
orientación en relación con la cual hay yerros (hay una dirección por la cual ir nos
podemos equivocar pero hay orientación), pero no errancia, siendo esta orientación
ejemplarmente la necesidad, el servicio de la deuda paterna. La vida misma del
psicótico es una errancia, pero no por ello sin significación.
El neurótico se defiende con un saber sobre la demanda del otro, que él supone a un sujeto,
al padre como detentor supuesto de un saber esencialmente sexual. Este saber le permite
al neurótico descansar depositando la confianza en el padre.
Si para el psicótico el saber de defensa es sin sujeto, entonces este saber no puede
ser parcial, pues no vale por el dominio que un sujeto supuesto ejercería sobre la
demanda del otro, sino que debe por sí mismo tejer una red total e idealmente
Daira Aguilera.
completa que proteja de la demanda del sujeto. Aparte de eso, sí ese saber no tiene
sujeto supuesto en quién confiar, la tarea de sustentar o de producir la red de este
saber le corresponde al sujeto mismo. De allí la necesidad de una errancia infinita.
Calligaris le hace una critica a Lacan, porque este ultimo postula que la forclusión es
lo propio de la psicosis. Calligaris en este punto dice “como podes decir que lo propia de
la psicosis es justamente algo que no tiene”... Teniendo en cuenta que en la psicosis el
nombre del padre esta forcluido, no esta. Desde este punto de vita, este concepto se
posiciona como un universal negativo de la psicosis, pero no necesariamente constituye
el centro de la misma.
La Constitución de un delirio después de una crisis psicótica es una metáfora, una metáfora
delirante, en la misma medida en que es una metáfora fracasada. La metáfora es una
operación que supone una primacía de la significación sobre el significante. El sujeto
psicótico no dispone de esa referencia.
Un delirio es eso: el trabajo de construir una metáfora paterna, entonces una filiación
y su relativa significación, lidiando con una función paterna no simbolizada, pero si
en lo real. Es con un delirio que un sujeto psicótico trata de armar para el mismo una
significación que no le sería garantizada por una filiación simbólica. El sujeto psicótico
tiene que sustentar el mismo, con su certeza yoica, un saber infinito. De allí su
errancia infinita.
Daira Aguilera.
¿Qué es el saber psicótico más acá de cualquier tipo de problemática delirante? Para este
sujeto, que parece estar en una errancia no hay relación fundante a un significante paterno.
El orden de la crisis
1. El saber del sujeto psicótico fuera de crisis está organizado de una forma
específica, sin un amarre central homólogo a la función paterna en la neurosis.
2. Una imposición no negociable golpea al sujeto exigiéndole que se refiera a una
función paterna.
3. De pronto su saber se crepusculariza (se pone en jaque) y la forma específica de
ese saber aparece como falta en lo simbólico de la instancia evocada por la
imposición: forclusión de la función paterna.
4. Los significantes evocados por la imposición hablan en la real, porque la función
misma que están llamados a ocupar no está simbolizada por el sujeto. No estar
simbolizada significa que su saber no se orientaba alrededor de una función
paterna central. LA FUNCIÓN PATERNA MISMA ES LO QUE HABLA EN LO
REAL.
5. Intento de constitución de una metáfora delirante, con el objetivo de armar el
mismo una significación que no le seria garantizada por la filiación simbólica. Intento
de compensación.
Calligaris dice que el profesional debe ocupar el rol de secretario para el paciente
psicótico. El análisis va a ser algo más que va a formar parte de la errancia de ese sujeto,
por lo tanto, se tiene que acompañar y estar a la par del paciente en ese recorrido, aunque
desde la lógica neurótica podemos pensar que ese acompañamiento no le sirve, o no tiene
ninguna utilidad para esa persona, en el sentido de que tal vez para ese sujeto no tenga
nadie (por ejemplo, de su familia) que escuche su delirio y poder explayarse en eso que le
pasa o siente. En la clínica con el paciente también tenemos que tener en cuenta que
al psicótico todo le hace signo, todo quiere decir algo para él. Como no maneja la
cuestión metafórica, entienden todo de forma literal.
En el caso Schreber, por ejemplo, en Lombardi se dice que en estos puestos para los que este
concursaba eran puestos que le demandaban posicionarse en un lugar de autoridad y eso
automáticamente lo hacía remitirse a una función paterna de la cual no disponía, y fue eso lo que
produjo el desencadenamiento ≠ Freud.
Imposición y forclusión
Lo que está forcluido no son los significantes relativos al padre, al marco edípico,
sino que lo que está forcluido es la función organizadora del nombre del padre. Lo
que está forcluido es el amarre en cuanto tal. No es que el paciente psicótico no
disponga de significantes para hablar de su padre, de su familia, sino que el problema
es que estos significantes no tienen la función de amarre central como en una
metáfora neurótica.Se trata de la forclusión de una función. Lo que va a hablar en lo real,
porque no está simbolizada, es la función. Va a hablar con significantes que ya estaban en
el saber del sujeto.
La alucinación auditiva tiene un estatuto muy diferente de las otras alucinaciones. Esa es la
vuelta en lo real de la función paterna que, solicitada y forcluida, habla. Y es por eso que
podemos decir que siempre hay por lo menos una alucinación auditiva en cada crisis, pues
en cada crisis la función paterna vuelve en lo real. Si, a partir de una situación
Daira Aguilera.
En el marco de una estructura neurótica, puede ocurrir que algunos significantes del
registro paterno amarrados en la metáfora, hayan producido por lo menos una vez en
el historial del paciente un efecto traumático, o sea producían otra cosa que un efecto
de significación y filiación, un efecto propiamente traumático. De allí que cuando el
sujeto neurótico, en una referencia cualquiera a la función paterna, evoca este significante
específico que fue traumático, sucede que este significante vuelve en lo real.
En efecto, se puede pensar que un significante paterno que no produjo significación, que
golpeó traumaticamente en el sujeto, no fue simbolizado. Si se trata de sujetos neuróticos,
un mínimo de elaboración bastará para que rápidamente el significante traumático sea
simbolizado, vuelva a producir significación. Desde este punto de vista, no pueden
considerarse crisis psicóticas, se trata de episodios de apariencia psicótica y producidos por
un mecanismo homólogo a la psicosis en el marco de una neurosis.
FREUD, Sigmund. (1980). Fetichismo. En Obras completas. (Tomo XXI) Buenos Aires:
Amorrortu editores.
Cabría esperar que, en sustitución del falo femenino que se echó de menos, se escogieran
aquellos órganos u objetos que también en otros casos subrogan al pene en calidad de
símbolos. Acaso ello ocurra con bastante frecuencia, pero sin duda no es lo decisivo. En la
instauración del fetiche parece serlo, más bien, la suspensión de un proceso, semejante a la
detención del recuerdo en la amnesia traumática. También en aquella el interés se detiene
como a mitad de camino; acaso se retenga como fetiche la última impresión anterior a la
traumática, la ominosa. Entonces, el pie o el zapato —o una parte de ellos— deben su
preferencia como fetiches a la circunstancia de que la curiosidad del varoncito fisgoneó los
genitales femeninos desde abajo, desde las piernas; pieles y terciopelo fijan la visión del
vello pubiano, a la que habría debido seguir la ansiada visión del miembro femenino; las
prendas interiores, que tan a menudo se escogen como fetiche, detienen el momento del
desvestido, el último en que todavía se pudo considerar fálica a la mujer. Es lícito formular
que el modelo normal del fetiche es el pene del varón, así como ese órgano inferior, el
pequeño pene real de la mujer, el clítoris.
1- Explique cuáles son las exteriorizaciones (conductas) del fetichismo: Los varones
que poseen un fetiche rara vez lo sienten como un síntoma; las más de las veces están
contentos con él y hasta alaban las facilidades que les brinda en su vida amorosa. El
fetichista venera su fetiche, lo trata de una manera que equivale a la figuración de la
castración. Esto acontece cuando se ha desarrollado una fuerte identificación con el padre.
El fetichismo desempeña entonces el papel del padre, a quien el niño, había atribuido la
castración de la mujer. La ternura y hostilidad en el tratamiento del fetiche, que
respectivamente corren en igual sentido que la desmentida y la admisión de castración, se
mezclan en diferentes casos en proporciones desiguales.
El fetiche es el sustituto del falo de la mujer (de la madre) en que el varoncito ha creído y al
que no quiere renunciar. El modelo del fetiche es el pene del varón, así como ese órgano
inferior, el pequeño pene real de la mujer, el clítoris
El yo del niño se encuentra, pues, al servicio de una poderosa exigencia pulsional que está
habituado a satisfacer, y es de pronto aterrorizado por una vivencia que le enseña que
proseguir con esa satisfacción le traería por resultado un peligro real-objetivo difícil de
Daira Aguilera.
soportar. Y entonces debe decidirse: reconocer el peligro real, inclinarse ante él y renunciar
a la satisfacción pulsional, o desmentir la realidad objetiva, instilarse la creencia de que no
hay razón alguna para tener miedo, a fin de perseverar así en la satisfacción. Es, por tanto,
un conflicto entre la exigencia de la pulsión y el veto de la realidad objetiva. Ahora bien, el
niño no hace ninguna de esas dos cosas, o mejor dicho, las hace a las dos
simultáneamente, lo que equivale a lo mismo. Responde al conflicto con dos reacciones
contrapuestas, ambas válidas y eficaces. Por un lado, rechaza la realidad objetiva con
ayuda de ciertos mecanismos, y no se deja prohibir nada; por el otro, y a renglón seguido,
reconoce el peligro de la realidad objetiva, asume la angustia ante él como un síntoma de
padecer y luego busca defenderse de él.
Las dos reacciones contrapuestas frente al conflicto subsistirán como núcleo de una
escisión del yo. La función sintética del yo, que posee una importancia tan extraordinaria,
tiene sus condiciones particulares y sucumbe a toda una serie de perturbaciones.
La aproximación freudiana.
Lacan, en la dirección de la cura dice que al neurótico le falta una razón para ser, para
justificar su existencia. Es así como buscará lo que le falta, el complemento de ser en el
Otro. En cambio, el perverso que llega a análisis no viene por ninguna falta, él ya ha
encontrado el objeto de la libido que le procura un goce. Él tiene esta certidumbre
sobre el goce, que sabe a dónde buscarlo. En principio no se implica en ninguna
pregunta, ya que tiene la respuesta, sabe que la razón de su ser es el goce y poco
espera del análisis.
Más bien es el perverso quien hace sentir a su partenaire la falta, causando angustia
en el Otro. La paradoja del perverso analizante es que en un cierto nivel tiene una
respuesta segura, pero trabaja para el Otro todo el tiempo. El perverso lo hace todo
por el Otro, trabaja para que el Otro goce. Pero no es cierto que el goce en juego sea
el suyo.
Miller comenta un ejemplo en el que el objeto de la elección puede ser una mujer de
tacones altos. Si bien el objeto elegido es la mujer de tacones altos, si luego son necesarios
sólo los tacones altos para producir satisfacción, serán éstos un objeto fetiche. Es una
sustitución, y ese fetiche es condición de goce sexual del objeto de la elección.
Entonces la tesis de Lacan es que el perverso encarna el objeto por la vía de un fetiche,
siendo la condición que encarne el objeto, y ante la pregunta ¿Qué es en el deseo? Un
objeto fetiche, que se encuentre en el lugar de la causa, el fetiche tiene que estar, y es lo
que le permite ser el amo de esa posición.
Dando vueltas por lo ya dicho advertimos que Lacan rompe con la idea de pares. El
masoquismo no es la posición del partenaire del sádico. Son dos posiciones
heterogéneas, que Lacan propone estudiar a nivel del objeto y del sujeto barrado. Uno
no es el reverso del otro, porque un perverso, por todo lo antes dicho, no puede ser
partenaire de otro perverso, ya que no puede producir su división subjetiva, es indivisible.
Diríamos que son relaciones asimétricas o en términos freudianos: ninguna pulsión
comporta el recorrido inverso de la otra. El sádico no es partenaire del masoquista, ni el
Daira Aguilera.
Resulta que el neurótico también puede llegar a decir te hago lo que quiero, pero una
vez en la escena se angustia, se inhibe, a diferencia del perverso, que decididamente
se sostiene en eso, sin detenerse en justificaciones como el neurótico. Miller opone la
voluntad de justificación del neurótico a la voluntad de goce del perverso.
Precisamente éste no escucha lo que el Otro le demanda, no hay más que lo que él
impone, esa es su pasión, su voluntad de goce.
Sadismo.
Los personajes de Sade muestran cómo el sufrimiento causado al Otro es para producir la
división subjetiva. Como el juez sádico que, con sus fetiches a mano, recibe la demanda de
la joven para que salve a su padre condenado a la ejecución. El juez acepta evitar la muerte
del padre de ésta a condición que la joven virgen se preste.
Bruscamente, la ubica frente a un problema ético, ella está dividida entre salvar su honor o
salvar la vida de su padre. El juez opera como objeto, ella queda en posición de sujeto
dividido, mientras el sádico aspira a que la joven se angustie. El deseo sádico es un
experto en hacer vibrar la angustia del otro. El sádico no es más que el instrumento
del suplemento dado al Otro, pero que en este caso el Otro no quiere. No quiere, pero
obedece de todos modos.
Masoquismo.
El hecho que el masoquista perverso requiera de un fetiche es, en este caso aún más
claro el intento de ser un objeto. Así lo exclama Leopold Von Sacher Masoch en La
venus de las pieles; estaba enamorado de Wanda a la que extorsiona para que lo trate
como un esclavo, en formas cada vez más humillantes, ese es el deseo. Y acerca de su
condición erótica: “El dolor posee en mi un encanto raro, nada enciende en mí más la
pasión que la tiranía, la crueldad y sobre todo la infidelidad”. Y el Otro está concernido en
tanto el perverso desde esa posición hace angustiar al Otro.
Daira Aguilera.
Voyeurismo.
Muestra una vez más que el Otro es necesario en la perversión, trata de ver a la mujer
dedicada al goce de su propio cuerpo. De alguna manera procura interrogar en el Otro
aquello que no se puede ver, él aporta su mirada. Además, su reducción a la posición
humillada, hasta ridícula…obedece según Lacan a que Otro pueda atraparlo. Cabe afirmar
que él se convierte en mirada oculta, que no tiene nada de íntima, es éxtima. De ahí
que, siguiendo el razonamiento de Miller, el perverso es aquel a quien el deseo no le
impide tener voluntad de goce. El perverso para realizar la pulsión escópica, necesita
alguien a quien mirar o alguien que lo pueda mirar, necesita un objeto en el mundo
externo.
Exhibicionismo.
También aquí trata de obtener la presencia, la aparición del Otro. El deseo apunta al
Otro, ya que los efectos de una exhibición, provocando miedo o no al testigo provoca
ese pudor y vergüenza que divide al sujeto. Él es quien ofrece a ver, trata de hacer
surgir en el Otro la mirada.
El exhibicionista queda atrapado por el goce del Otro, y como en el resto de las
perversiones el goce en juego es el del Otro, esa es la condición.
Condición que divide al partenaire pasajero, lo fuerza a llevar su mirada ahí, si se abre la
bragueta del pantalón, ante la puerta de una Escuela y alguna de las estudiantes no
parpadea, ni se ruboriza, sino que en su lugar es recriminado por la mujer o bien ella ante
presenciar su acción larga una carcajada, el acto perverso no tiene efecto. El fantasma
perverso tiene que armar un lugar donde el sujeto quede dividido, y sólo el acto es
logrado si causa goce en el partenaire.
En términos generales, la perversión es una prueba al analista para que suprima toda
contratransferencia, - como sugiere Miller en Los fundamentos de la perversión - ya
que esta estructura clínica pone en cuestión los juicios más íntimos del analista.
Lo que hemos llamado “clínica estructural” toma como referencia la estructura del lenguaje.
Ella supone partir de algo ya estructurado cuya célula fundamental da cuenta de la cadena
significante y su significación retroactiva.
Es el “trastorno” de esta célula lo que ordena y clasifica las diferentes estructuras clínicas.
También es la ruptura lo que se pone en juego en distintos fenómenos clínicos: los
desencadenamientos, la desestabilización del fantasma, la aparición del síntoma, la
irrupción de la angustia, etc. En este sentido entendemos una clínica de la discontinuidad.
Daira Aguilera.
El nombre del padre, al ser una forma particular de sinthome -la más común- sirve para
anudar.
Esto nos lleva de una clínica discontinuista (que permite fundar clases) a otra que posibilita
la última enseñanza de Lacan.
La neurosis es una estructura muy precisa, si durante mucho tiempo (incluso años) no
encontramos elementos evidentes para reconocerla claramente en un paciente, deberíamos
pensar en la posibilidad de una psicosis velada que debería poder deducirse de pequeños
indicios, de signos discretos. Una neurosis es una formación estable, que se organiza por
medio de la constancia en la repetición. Si no encontramos esto, debemos buscar los signos
discretos de “desorden en la juntura más íntima del sentimiento de la vida en el sujeto. El
desorden se sitúa en la forma en la que se siente el mundo que nos rodea, en la forma que
se siente el cuerpo y en la forma de referirse a nuestras propias ideas. ¿Cuál es, pues, este
desorden que llega a la juntura más íntima del sentimiento de la vida en el sujeto”?
Miller propone reconocer ese desorden en base a una triple externalidad: una externalidad
social, una externalidad corporal y una externalidad subjetiva.
que “el más claro indicio se encuentra en la relación negativa que el sujeto tiene con su
identificación social. Cuando hay que admitir que el sujeto es incapaz de conquistar su lugar
al sol, asumir su función social. Cuando se observa un desamparo misterioso, una
impotencia en la relación con esta función. Cuando el sujeto no se ajusta, no en el sentido
de la rebelión histérica o de la manera autónoma del obsesivo, sino cuando existe una
especie de foso que constituye de forma misteriosa una barrera invisible. Cuando se
observa lo que yo llamo una desconexión, una desunión”
Estas tres externalidades, nos permiten un marco donde encuadrar las particularidades de
la psicosis ordinaria. Los detalles clínicos remiten a un desorden central. A diferencia de los
casos llamados borderline, no se plantea que se trate de sujetos que no son ni psicóticos ni
neuróticos. La psicosis ordinaria es una clínica de los pequeños indicios de la
forclusión, es una clínica de la psicosis, por lo tanto. Tampoco es reductible a la
categoría de psicosis no desencadenada, que se sitúa en el horizonte temporal de un
posible desencadenamiento, ya que “[…] algunas psicosis no llevan a un
desencadenamiento: son psicosis, con un desorden en la juntura más íntima, que
evolucionan sin hacer ruido, sin explosionar, pero con un agujero, una desviación o una
desconexión que se perpetúa”.
tiempo de los otros”. Ansermet aclara que debemos distinguir el signo discreto de la
solución que engendra precisamente porque “[…] El signo puede volverse discreto debido a
la solución puesta en juego. Del mismo modo que podría decirse que hay signos discretos
que no detectamos. Y hay soluciones que resisten y soluciones que no resisten”.
Gustavo Dessal precisa diferentes fenómenos clínicos que deben ser tomados en cuenta
para pensar un posible diagnóstico de psicosis ordinaria. Enumera los siguientes: “[…] se
trata de sujetos que suelen carecer de discurso en lo que se refiere a su historia. Se apoyan
en un limitado ramillete de frases más o menos coaguladas en su significación para referirse
a su pasado y a las circunstancias relevantes, pero en las que se destaca muchas veces
con gran nitidez la ausencia de implicación subjetiva. […] es frecuente que se trate de
personas cuya vida sexual es o bien inexistente, o que muestran signos a veces sutiles y
otros más marcados de una relación lábil con la identidad sexual. Las dificultades en el lazo
social suelen ser también manifiestas, aunque también nos encontramos con muchas
excepciones en este plano, especialmente en aquellos sujetos que son exitosos en alguna
actividad profesional, artística o comercial. Pero incluso en estos casos percibimos que con
frecuencia el vínculo social está atravesado en distintos grados por signos de agresividad,
desconfianza paranoide, o pasajes al acto generalmente discretos, pero que muestran
puntos de forclusión inequívocos. Otro aspecto interesante, es el hecho de que muchos
sujetos a los que consideramos psicóticos ordinarios suelen manifestar de forma
espontánea una extraordinaria tendencia a recrear en su discurso una novela “edípica” poco
filtrada por la censura”. “Las psicosis ordinarias, como cualquier otra entidad clínica,
presentan muy distintas fenomenologías. Desde el exceso de normalidad, hasta la
apariencia de una neurosis caracteropática grave. En cualquier caso, nunca falta el núcleo
delirante, evidentemente encapsulado, apenas un atisbo de ideación que el paciente
confiesa de forma subrepticia, o que mantiene a resguardo mediante circunloquios o elipsis
del discurso. También podemos añadir que en ocasiones se aprecia una fijeza muy
particular en la significación, son aquellos casos en los que el paciente es capaz de
mantener un discurso fabricado a partir de sintagmas que ha ido seleccionando aquí y allá,
que suplen su imposibilidad de metaforizar lo real, pero que le sirven como una forma de
nominación. Lo advertimos en el uso constante de tópicos, refranes, frases hechas, giros
retóricos, citas, incluso chistes, que conforman una suerte de “ideología” verbal que el
paciente repite para encuadrar el vacío de la enunciación”.
En las psicosis ordinarias los signos no son espectaculares, son discretos. Tampoco los
déficits son espectaculares. Por esto podemos hablar en estos casos de la locura
Daira Aguilera.
normalizada tal como la denomina José María Álvarez. Desde su perspectiva, la locura
normalizada describe un conjunto de psicosis en las que las manifestaciones son discretas
pero que deben contemplarse como formas achicadas, subclínicas o atenuadas, de
paranoia, esquizofrenia o melancolía-excitación. José María Álvarez destaca que “con la
psicosis enloquecida, la normalizada comparte las experiencias genuinas que la identifican
como psicosis o locura y la separan de la neurosis. Se trata de experiencias que se
caracterizan, en lo tocante al saber y la verdad, por la certeza, la revelación y el rigor; en lo
que atañe a las relaciones con los otros, por la autoreferencia, la extrañeza, la intrusión
xenopática, la soledad por excelencia y el perjuicio; en cuanto a la satisfacción, el placer y el
goce, por la plenitud, el exceso y la intensidad insoportable; con respecto al cuerpo, por la
fragmentación y la desunión”. Para José María Álvarez la gravedad, o la adecuación a la
realidad común, no es lo determinante para el diagnóstico de psicosis sino compartir
experiencias genuinas como las referidas.
Los psicóticos ordinarios son psicóticos que se confunden con lo común, mientras los
extraordinarios siempre son excepcionales. Es algo constatable en la clínica: el sujeto de la
persecución, el del delirio mesiánico o el de la erotomanía, no se piensan a sí mismos en el
registro de lo común sino en el registro de la excepción.
Al lugar de la evaporación del padre vienen las normas sociales. Ante el declive de la Ley
proliferan las normas, el sentido común (ordinario). Por eso, dice Marie-Hélène Brousse,
“Cuando hablamos de psicosis ordinaria se trata de comportamiento supersocial, de
sumisión absoluta, metonímica sin duda y no metafórica, a los usos comunes, a la
banalidad tal como se define por la mediana de la curva.
Liquidaciones
época de Freud, podría preguntarse ¿a dónde se han ido los perversos de antaño?, esa
rara fauna clasificada minuciosamente antes de Freud por Richard Von Krafft-Ebing la que
sin duda constituyó la base misma del desarrollo freudiano sobre el asunto. Se encuentra
bien conservado el bello zoológico del doctor Krafft-Ebing, perfectamente inexistente en la
actualidad. Se trata, en efecto, de la compilación de cientos de observaciones muy cuidadas
de una fauna extinta ¡imposible de clonar en nuestros días! Eso está liquidado. Vale la pena
corroborarlo y asomarse, cuando mas no sea un poco, a esas páginas de la Psycopathia
sexualis, deteniéndose brevemente en algunas de esas observaciones, una especie de
viaje a un tiempo que se fue.
Paidofilia
La paidofilia condenada como delito, a partir de la promoción de los derechos del niño y la
niña, claro está. Pero también, entonces, su reverso: el usufructo solapado del niño-gadget.
Versatilidad
Desde que fue creado en los años '70, el conjunto de las parafilias fue perdiendo
integrantes de entre sus filas. Seguramente, el retiro más rimbombante lo constituyo la
separación de la homosexualidad en 1973. En efecto, la homosexualidad llamada
egosintonica desaparece de las páginas del manual en ese año.
Sin manifestación alguna la gerontofilia fue retirada del grupo de las parafilias. Es que su
condición de miembro de esta tropa solo se justifica, solo tiene sentido, en épocas en las
que el goce sexual del anciano -o de la anciana- no este contemplado... ¡o se lo difame! El
joven "desviado" ("graofilia" en este caso -e s decir, la atracción que se siente por mujeres
ancianas-) que eventualmente "abusa" de la mujer madura, la que hace tiempo se ha
retirado de la acción... pero eso es historia.
del hombre sobre... el sentido común, siempre tan bien repartido. Y el DSM, con sus
categorías también democráticamente consensuadas, recibe el impacto de esa
propagación: de la decadencia de la medicalización o patologización del pecado, a la
liquidación, a la dilución de la perversión como categoría nosológica en "modos de vida",
"orientaciones sexuales", "decisiones personales", "elecciones íntimas".
En efecto, asoma desde hace unos años -aunque remedando expresiones contestatarias de
otras épocas una versión del psicoanalista, políticamente correcto, que cierra filas con l@s
universitari@s de los gender studies y la queer theory, y anuncia que él también rechaza la
categoría clínica de la perversión, rémora de la moralina del pasado que habría que
erradicar del campo analítico. El "psicoanalista queer” llega todavía mas allá: un
psicoanálisis que se precie de tal, no lo seria de un sujeto neurótico, psicótico o perverso, y
menos todavía de uno hombre o mujer. No es solo la perversión, es el uso de las categorías
nosológicas y los tipos clínicos lo que este "psicoanálisis poslacaniano"- echa por la borda
para descontaminar el barco analítico de sus residuos médico-psiquiátricos.
La perversión y la psicopatología
Para hacer psicopatología hay que dar el paso que supone por ejemplo la introducción de
hipótesis sobre los mecanismos de formación de síntomas, es decir, hay que poder avanzar
de la clasificación al interrogante por la causa.
Las perversiones por mas escandalosas, exóticas, riesgosas, obscenas, desviadas o lo que
fuere que sean, no garantizan la perversión en el nivel de la estructura. Diversas prácticas
"perversas" en el plano descriptivo, son perfectamente compatibles, en efecto, con
estructuras neuróticas, psicóticas, o perversas. Y, a la inversa, la ausencia de prácticas
"perversas" ostensibles, o la presencia de las perversiones liquidas ofertadas por el
mercado, a las que antes hice referencia, no aseguran que no pueda constatarse allí la
posición de instrumento del goce del Otro, que da cuenta de la perversión en un sentido
estructural. De modo que la perversión resta, persevera, mientras las perversiones se
liquidan al ritmo que fija la época.
Las psicopatías podrían ser descritas como una específica estructura de la personalidad, no
sólo en su comportamiento en general, sino asimismo en la modalidad especial de sus
valores éticos, de sus intereses sociales y de la estructura familiar o grupal, que está al
servicio de ideales vindicatorios.
REDEFINICIÓN DE LA PSICOPATÍA
Consideraciones generales
En los períodos del ordenamiento nosográfico inicial, las personalidades sociopáticas fueron
consideradas como anomalías constitucionales del carácter. En realidad, se los ubicaba
como variaciones cuantitativas de la denominada personalidad normal. A estos factores se
agregaban aquellos otros de carácter hereditario, constitucional o disposicional.
La pauta de la conducta
Su comportamiento revela una incapacidad casi absoluta para hacerse cargo y cumplir con
una tarea útil con características estables. Se presenta un exceso de agresión. Tiene
intolerancia a las restricciones de la sociedad y a la frustración, y es incapaz de aceptar la
demora de una gratificación. Presenta una grave perturbación en los sentimientos de amor y
de culpa, y por lo tanto fracasa en lograr cierto grado de insight.
Daira Aguilera.
Externaliza el afecto a través de actos concretos y tiene falla en los intentos de control
interno de sus conflictos intrapsíquicos. Su enfermedad consiste en buena parte en sus
dificultades para pensar y comunicarse y también para manejar las situaciones
interpersonales. A su vez padece una marcada incapacidad para concentrarse y para
cualquier esfuerzo sostenido.
Tiene una dificultad para articularse en la relación grupal más amplia, pues esto implica una
necesidad de mayor control sobre los otros. La situación grupal amplia se convierte en
peligrosa cuando excede sus posibilidades máximas de control sobre el grupo.
El psicópata posee una estructura narcisista, cuyas ansiedades básicas primarias son de
características francamente persecutorias, que pueden alcanzar gran intensidad. La
Fantasía inconsciente básica predominante está caracterizada por ansiedades
persecutorias y confusionales, con un tipo de relación objetal específica y defensas como la
omnipotencia, la identificación proyectiva, etcétera, que pueden llegar a un cierto equilibrio
inestable, cuya descomposición llega a desembocar en la psicosis o la criminalidad.
Trastornos psicopatológicos:
2. La conducta es aloplástica.
Estas dos cualidades facilitan la inserción del psicópata, desde el punto de vista general, en
instituciones autocráticas, discriminatorias, raciales, etcétera. De esta manera encuentra
una salida institucionalizada para su hostilidad, o sea para la necesidad antisocial, algo que
se agrega la posibilidad de desempeñar el rol de otro (impostor)
● Los económicos
● La ideología
● Los factores socioeconómicos y políticos
Propuesta de definición
Problemas diagnósticos
® Psicopatía:
Diagnósticos diferenciales
® Neurosis
Daira Aguilera.
® Caracteropatias
® Psicosis
El grado de angustia está en función del predominio ejercido, tanto en intensidad como en
calidad como por los aspectos psicóticos de la personalidad sobre los neuróticos. La culpa
puede ser negada y proyectada como en los esquizoides, pero también puede crear una
situación dificultosa en los melancólicos, ya que su autoestima es precaria y puede
producirse una descompensación. La conducta racional es defectuosa, ya que la objetividad
es muy pobre para algunos tipos de pacientes. La diferenciación entre fantasía y realidad es
escasa o nula. La reversibilidad de este fenómeno puede ser lenta o muy rápida. El
comportamiento suele ser imprevisible y generalmente no resulta adecuado a la realidad,
aunque puede ser regulado en ciertos casos clínicos por la autoestima.
El sistema superyó-ideal del yo del psicópata puse una ética que está consustanciada con
los impulsos destructivos, y que por lo tanto el yo resulta inducido a actuar sin trabas
internas contra la agresión.
Psicopatía en la adolescencia
Ante la falta de padres que limitan hasta cierto punto las actitudes y conductas del
adolescente, este puede transformarse, bajo el impacto de las ansiedades primarias, en el
más intensamente antisocial del grupo, Como índice de su conducta vindicatoria. La falta de
cierta contención favorece la omnipotencia y perturba los límites de la personalidad, o sea la
relación self-no self.
Por otra parte, el adolescente psicópata suele encontrar en sus grupos de pares los
depositarios para llevar a cabo conductas con una finalidad vindicatoria.
El psicópata está fijado en un tipo estereotipado de rol actuador frente al grupo familiar
externo y posteriormente internalizado (superyó lacunar). Ello explica la peculiar necesidad
del psicópata de mantener un fuerte control sobre las relaciones interpersonales con un alto
grado de rigidez en la distribución de roles. Con este fin el psicópata recurre a su capacidad
Daira Aguilera.
para convertirse en el ideal del yo de sus depositarios, y a partir de allí puede inocular en
secreto una serie de mensajes inductores que los demás no perciben como tales, sino como
propios. Por ello se vuelven especialmente peligrosos cuando pasan a ocupar el papel de
líderes.
Entre los distintos cuadros nosológicos, el psicópata es uno de los que tienen menos
capacidad para estar solo. Requiere constantemente depositarios en quiénes proyectar sus
propios aspectos sufrientes Y ante quiénes asumir un papel omnipotente y mágico,
contraparte de su miedo a ser aniquilado.
partes del yo por el liderazgo, para determinar cuál será el fragmento que estará en
contacto y gozará del pecho alimenticio, objeto idealizado.
SINTOMATOLOGÍA GENERAL
Características de la conducta
Por lo general son irresponsables y llaman la atención por su despreocupación total por las
consecuencias de sus actos. Es notoria su falta de consideración real de la dimensión
temporal, ya sea del presente, del vínculo con el pasado o de la progresión hacia el futuro.
En general poseen una característica muy importante en su conducta, que es la de no
modificarse por el ejemplo, ni siquiera por ciertos premios o castigos. También impactan por
su versatilidad, por su incapacidad casi absoluta para hacerse cargo de un rol y cumplir con
una tarea útil, con características estables en cuanto a tiempo y rendimiento. Cuanto más
impulsivo es el comportamiento de un sujeto, más probabilidades hay de que el trabajo
refleje esta impulsividad. A su vez, su conducta suele ser irreversible y carece de toda
planificación.
La motivación básica que organiza todos los episodios psicopáticos, en los cuales otras
personas siempre terminan resultando las víctimas, consiste en la satisfacción de los
deseos de venganza.
La actitud del psicópata, de colisión y choque con las leyes y normas habituales del
contexto en que está inserto, tiene su origen en un sistema de valores y una visión del
mundo y de sí mismo totalmente distintos de los del resto de las personas que lo rodean.
Debido a que su ética se basa en una consumación de fantasías vindicatorias, en que la
víctima aparece como un sustituto de las figuras parentales narcisistas que a su vez fueron
frustrados en la niñez del sujeto, el psicópata puede representar una apariencia y una ética
determinadas, cuya finalidad última es alcanzar el objetivo propuesto: el de venganza. Al
Daira Aguilera.
mismo tiempo, por identificación proyectiva el psicópata supone que los demás poseen una
ética vindicatoria similar a la suya.
Desde el punto de vista del interjuego de roles, podemos decir que los psicópatas no son
leales ni a las personas, ni a los grupos, ni a las leyes; muestran una oposición constante
hacia la autoridad, promoviendo ansiedad en los demás por las probables consecuencias
que su actitud puede acarrear para todos.
En algunos tipos psicopáticos se destaca una suerte de cálida simpatía, propia de una
personalidad atractiva y hasta subyugante, que puede inducir al equívoco muy fácilmente.
Por otra parte, cuando por determinadas circunstancias ellos perciben que corren el riesgo
de que las verdaderas motivaciones de su conducta puedan ser descubiertas, suelen utilizar
como recurso la apelación a la piedad. Es decir, procuran despertar, mediante una
verdadera teatralización, una suerte de compasión en la otra persona, como un modo de
escamotear algo, y simultáneamente para ratificar su narcisismo de sentir que la otra
persona se preocupa intensamente por ellos. Procuran así movilizar también los aspectos
narcisistas de esa persona (omnipotencia reparatoria) para que quede subordinada a ellos.
Todo esto está motivado por la desconfianza y el pánico que les provoca sentirse
descubiertos, cuyo significado en última instancia es caer bajo el dominio de la
omnipotencia del otro.
Aparentemente poseen astucia, con aspectos y actitudes normales y comunes, pero que en
el fondo demuestran la carencia de un sentido adecuado de la realidad. Su falta de
adaptación al medio, como a la sociedad y a la cultura en que viven puede ser considerada
como seria y grave. En consecuencia, su lectura e interpretación de la realidad, es
incorrecta o inadecuada, y resulta a veces inconsistente. Se puede llegar a percibir el
encanto con el cual algunos psicópatas fascinan a sus interlocutores, ocultando su real
asociabilidad, ya que ese rol seductor representa la posesión de la omnipotencia y la
negación del miedo.
El psicópata se caracteriza en buena parte por sus graves dificultades para pensar y
comunicarse. De la misma manera diríamos que el progreso hacia la curación se acompaña
siempre de una capacidad para internalizar un objeto, con una mayor posibilidad y
capacidad en sus modos expresivos, y asimismo en su capacidad de pensar.
Cabe destacar que no poseen la capacidad para deprimirse profundamente ante los
fracasos en su vida, depresión que podría conducirlos al suicidio, tal como sucede con
enfermos depresivos, por ejemplo.
Daira Aguilera.
Tolerancia a la frustración
El superyó queda consustanciado con las conductas vindicatoria del yo, por lo cual estas
son de carácter egosintonico. Por eso, el psicópata tiene dificultades para exteriorizar
ansiedades depresivas y las emociones ligadas a esa área, como ser la culpa y la
vergüenza.
Su enfermedad consistiría en una serie de dificultades que se iniciarían por la alteración del
pensar y también del comunicarse, distorsiones estás que suelen llamar la atención ya en
un período temprano de la evolución. De tal modo podríamos decir que estos pacientes
piensan con actos. El juicio del psicópata está en desconexión con la realidad, y esto
posibilita el incremento de fantasías y ansiedades persecutorias. Su característica está dada
por la calidad y cantidad de la hostilidad, que se originan la intensa envidia y la voracidad.
En líneas generales diríamos que utiliza el pensar como un hacer, como una acción, a
Daira Aguilera.
El psicópata típico es una persona con un nivel variable de inteligencia, que puede ser bajo,
medio y hasta inclusive frecuentemente alto.
impostura). Tiene una gran ductilidad para representar múltiples papeles según las
circunstancias y para simular una gama de afectos con la finalidad de ganar la
confianza de la futura víctima. Busca gratificaciones a través del aplauso a sus
actitudes teatrales. En estos casos suele emerger también una característica que, a
menor escala, es propia de otros tipos de psicópatas: la novela familiar.
TOXICOMANÍAS:
DROGA: Proviene del francés antiguo “Drogue” y significa HIERVA SECA. Dicho nombre
se emplea a toda sustancia mineral, vegetal o animal que se emplee con fines
terapeuticos.
A partir del siglo XV (año 1.400) ese termino empieza a ser utilizado para referirse a los
MEDICAMENTOS.
Para la Real Academia el termino droga es mas amplio, ya que se utiliza para nombrar a
cualquier sustancia animal, vegetal o mineral que se utilice en medicina, en la industria o en
bellas artes.
El termino droga tambien alude al efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno
de un medicamento.
EL CONCEPTO DE DROGA TIENE QUE VER CON LAS CREENCIAS Y EL CONTEXTO
SOCIAL EN EL QUE ESTAMOS INSERTOS/PREDOMINA.
Fernandez Ana Maria: “Droga es toda sustancia química que es usada sin mediar
autorización medica con el objetivo de conseguir una modificación inmediata del
estado mental o de la conducta y es capaz de generar una adicción a las mismas.” Esta
autora pone el acento en EL MOTIVO DEL CONSUMO. (Según doc. Marisa,como
psicólogos, nos interesa el motivo que llevo a esa persona a consumir).
Niveles de consumo:
● USO: No requiere intervención profesional alguna. Significa simplemente
consumo.
El autor inicia su teorización interrogándose si: ¿vamos a realizar un abordaje que tenga
en cuenta al sujeto, o por el contrario, lo va a dejar de lado? ¿vamos a tratar de
adaptar a la gente un estilo de conducta, o vamos a tener en cuenta la singularidad de
cada sujeto?
● Naparstek va a decir que la historia de las drogas es mas amplia que las
toxicomanías, teniendo en cuenta que la relación del individuo con la droga es
milenaria, en cambio, la toxicomanía y el alcoholismo tienen poco tiempo. Pensar en
el yuyito, el té, mate, en este sentido, todo ser humano tuvo contacto con las
drogas (en sentido genérico, sustancias que generan cambios en el cuerpo y
mente). (Mientras que cuando hablamos de toxicomanías o alcoholismo, nos
estamos refirieron a la relación que tiene el sujeto con una determinada
sustancia.)
Relación de las drogas con la religión: En el budismo está muy presente desde el
comienzo. El budismo tiene una práctica específica, que es la práctica de la meditación y en
muchos casos está acompañada por consumo, o al menos antiguamente, estaba
acompañada por el consumo de cáñamo. (Hoy marihuana)
En el antiguo testamento - lo que podemos llamar la cultura judeocristiana- la cuestión del
consumo de alcohol está mencionada de diferentes formas. Por un lado, tomando recaudos
de lo que puede producir el consumo de alcohol, pero, por otro lado, recomendándolo como
un analgésico.
China y el Opio: El opio es una sustancia que existía en China desde mucho tiempo antes
que los ingleses comenzaran a vendérsela. Cuando éstos se la empiezan a vender, se
prohíbe el opio en China, pasando a ser un negocio entre los traficantes y los ingleses.
Cuando se prohíbe, pasa a ser un problema para ellos, se transforma en el opio de los
pueblos. La cuestión parece estar en la relación entre la ley y el deseo; cuando algo es
prohibido es, a la vez, más deseado. Es el estado el que se hace cargo de cómo se
consume o si cada cual se hace responsable de su propio consumo.
Las drogas en el 1500: Esta época tiene que ver con las relaciones entre las drogas y las
brujerías y es donde existen las llamadas "cazas de brujas", donde la droga no era el
Daira Aguilera.
centro de la cuestión, no se perseguía la droga misma, sino que se perseguía a las brujas.
Eso luego va variando, continúa en la actualidad, y se empieza a perseguir a las drogas,
como si fueran el mismo demonio.
La época del liberalismo y el laissez faire: Estas ideologías están en relación con el
concepto de democracia de esa época, que supone que los derechos de cada quién
permiten relacionarse libremente, entre otras cosas, con estas sustancias. Una idea
muy fuerte de la época se fundaba en la creencia de que, consumiendo ciertas drogas, se
podía llegar más fácilmente al inconsciente.
Este momento está en íntima relación con la guerra de los EEUU que es cuando se
empieza a usar de manera sistemática la morfina, un derivado del opio,
fundamentalmente en los hospitales de campaña para calmar los dolores y, cuando
termina la guerra comienzan a aparecer las adicciones a la morfina; a esto se lo llamó
"mal militar".
Entonces, históricamente es allí donde se ubica la toxicomanía, la droga-dependencia, la
adicción, depende cómo se la llame.
OMS: la adicción es un estado de intoxicación crónica y periódica originada por el
consumo excesivo de una droga, natural o sintética.
Las cantidades y las sustancias no hacen al toxicómano. Hay gente en ciertas culturas que
consume dentro del marco de la definición de adicción y, no obstante, viven muchísimos
años con un estado de salud impecable.
No hay cultura sin malestar. En todo caso, según Freud, el malestar no es una contingencia
de un momento dado o una coyuntura especial, sino que es un dato estructural.
"Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara
excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles." Para Freud hay un malestar
inevitable y, a la vez, hay diferentes formas de intentar paliar ese malestar. Freud le da a los
narcóticos un valor de remedio frente a enfermedad de la existencia humana. Lo dice en los
siguientes términos: "Para soportarla, no podemos pasarnos sin lenitivos. Las hay quizá de
tres especies: distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria;
satisfacciones sustitutivas que la reducen; narcóticos que nos tornan insensibles a ella."
Todas las estrategias pueden dividir en dos grandes grupos. Están aquellas que se
enfrentan al malestar con un negativo y las otras con un fin positivo. Las de fin negativo las
entiende como estrategias que tienden a evitar el malestar o el sufrimiento, en este caso
alcanza con no sufrir, aunque eso no implica encontrar una gran felicidad. Por el contrario, a
las de fin positivo las enuncia como aquellas que apuntan a lograr grandes o intensas
sensaciones placenteras.
"El más crudo, pero también el más efectivo de los métodos destinados a producir tal
modificación, es el químico: la intoxicación”. La intoxicación no es un método simbólico, sino
más bien es un método que apunta a lo real, una operación real. No intenta resolver el
malestar desde el campo de la palabra, desde la sublimación.
Daira Aguilera.
Hay un punto en todo toxicómano en que esta muleta que comandaba y servía para paliar el
malestar se transforma en siniestra, ya que la puede manejar y lo deja por fuera de la
relación con el Otro. Lo que en un principio era un bienestar y podían manejar, luego se les
transforma en insoportable e inmanejable a la vez. Es decir, que a muleta que respondía a
los mandos de quien la lleva puesta empieza a caminar sola y lleva al sujeto a un infierno
difícil de detener. El desencadenamiento hacia la toxicomanía como un desenganche del
Otro.
En la actualidad, hay una tendencia que lleva a una respuesta única y globalizada, se trata
de un goce unitario y para todos por igual, intentando barrer con todas las diferencias. El
consumo de narcóticos empieza a perfilarse como un modo más para enfrentarse a lo real
y, en todo caso, como síntoma aislado. Es una época donde prima n los ideales y hay cierta
preponderancia del Nombre del Padre, por eso la droga se ubica como posible partenaire.
Pero, a su vez, tenemos otro momento que responde a la época, llamada por J.-A. Miller, de
la inexistencia del Otro, en donde ya se trata de la "toxicomanía generalizada", como un
modo único y globalizado. Es el tiempo del consumo generalizado como supuesta y única
respuesta al malestar, lo cual hace que las cosas queden divididas en términos de
consumidores y deprimidos.
En lo que respecta al uso de drogas, se perfilan tres momentos históricos. Un primer tiempo
en donde el uso de las drogas no se presentaba como posible patología; donde pudimos
observar que miles de años de uso de drogas no implicaban la existencia de la toxicomanía.
De este modo, la problemática de la toxicomanía o drogadependencia o adicción, o como se
la llamara en cada momento y lugar, llega a establecerse con claridad sólo en el momento
de la aparición del síndrome de abstinencia. A partir de allí se constituye en un problema,
del cual se ocupan hasta los estados; por supuesto, con una preponderancia de la
presencia de Estados Unidos en el asunto que, desde un principio, se la pasó buscando
acuerdos internacionales para enfrentar se con el problema.
Hay un segundo momento que se inicia a fines del siglo XIX y comienzos del XX, en donde
se empieza a insta lar la droga como pudiendo procurar una dependencia. Este es el
periodo del malestar en la cultura, en donde Freud muestra al alcohólico y al consumidor de
narcóticos como un síntoma acotado. Finalmente, tenemos la época contemporánea de la
inexistencia del Otro -anticipada por J. Lacan y nombrada así por J.-A. Miller-, en donde se
perfila una toxicomanía generalizada. Una época donde prima el goce del consumo
propuesto por el mercado, para todos por igual, borrando todas las diferencias. En este
caso sería una solución universal, lo cual lo quita del lugar de respuesta singular, ya que si
algo caracteriza a la época de Freud es la singularidad y su lazo con el Otro.
Daira Aguilera.
El acto es tomado por Lacan como un paso que conlleva el atravesar un umbral. No es un
paso cualquiera y propone separar acto de acción, ya que no toda acción es un acto, hace
falta -para que lo sea- que atraviese dicho umbral; el cual es siempre simbólico. Entiendo
que es lícito, a su vez, distinguir dos tipos de umbrales. Los primeros son internos a campo
del Otro. En este tipo de umbral, el atravesarlo lo deja al sujeto en el mismo terreno, es
más, generalmente confirma el campo mismo. Atravesar estos umbrales está del lado de
actos que uno puede llamar rituales: casamientos, ordalías, bautismos, no hay que olvidar
los actos obsesivos (rituales que implican la repetición). Es decir, que para el sujeto no es lo
mismo estar o no casado, pero ambas posiciones están dentro del campo del Otro. Se
precisa de ese Otro simbólico para producir ese acto y es dentro de dicho campo donde se
realiza; pero, lo que define al acto es la característica de atravesamiento de un umbral.
Porque lo que implica atravesar el umbral es que el sujeto, a partir de ese acto, ya no queda
en la misma posición.
Hay otros actos donde el umbral que se atraviesa es el límite mismo del Otro, la frontera del
Otro, y el atravesarlo implica salirse del campo del-Otro En un caso, uno atraviesa un límite,
pero es interno al Otro, y es más: ese acto sostiene al Otro, porque uno tiene que recurrir a
ese Otro.
En cambio, en este tipo de actos que atraviesan ese umbral, que es el límite mismo del
Otro, se sale del campo del Otro y salir del campo del Otro implica, además, dejar al Otro
atrás por lo menos en este acto. En ambos casos el acto está en el lugar donde no alcanzan
las palabras. Salvo que, en el primero, ese acto está sostenido por un andamiaje simbólico
muy fuerte para avalar ese andamiaje mismo.
La práctica de consumo - sea la que sea- es una operación sobre lo real que no va por la
vía de la palabra. En el primer caso es un intento de atrapar lo real por lo real, aunque está
sostenido desde cierto andamiaje simbólico. En el segundo, cuando se atraviesa todo límite;
es un intento de atrapar lo real por lo real sin ningún andamiaje, y eso lo deja a uno fuera
del campo del Otro. En todo caso, el consumo siempre tiene esta característica.
Consumiendo algo se produce un efecto real, elimina la angustia, no importan las causas,
no importan las razones, no importa nada. Y los efectos del consumo son unos, en tanto y
en cuanto están sostenidos por la función paterna, y son otros radicalmente diferentes, en
tanto y en cuanto no están sostenidos por esta función y producen diferentes consecuencias
para el sujeto.
Entonces, mientras más ideal es el padre, aunque el padre esté vivo, mientras más
idealizado está ese padre menos relación con el padre de la realidad. El Nombre del Padre
va en contra del padre de la realidad, para decirlo de alguna forma, ausentifica al padre de
la realidad. No implica que el padre ideal puede prescindir del padre de la realidad, sino
que, lo que hace el Nombre del Padre es ausentificar al padre de la realidad. Sostener a
ultranza al padre ideal tiene como contrapartida un retomo feroz de goce, que es la
contracara el padre ideal.
Cuando Lacan habla del padre de la perversión piensa en una versión del padre, que ya no
tiene que ver con el padre gozador, con el protopadre, aquél que gozaba ilimitadamente,
sino que goza de algo puntual. Mientras más ideal es el padre, mucho más difícil es ir más
allá de él. Si el padre es dios, ¿cómo uno va a ir más allá de ese dios? Mientras más de
carne y hueso es, más allá del padre se puede ir, por eso Lacan habla de la sublimación y
de la creación.
Es entonces el padre que puede transmitir al hijo un pequeño goce, una versión de cómo él
se las arregló con el Otro sexo; que es una, no la única ni tampoco universal. Ante la
dificultad del encuentro con el Otro sexo el padre tuvo una versión de cómo arreglárselas
con ese Otro sexo. O sea, no es tanto el padre del no, el que prohíbe, sino, más bien, lo que
Lacan en un momento llamó un padre dador, es lo que habilita, al menos, una forma de
gozar, una versión del goce.
Desde la perspectiva de Lacan se debe ubicar cierta sustitución: el lugar del tóxico viene al
lugar del autoerotismo. Ni la psicosis ni la toxicomanía han sido sencillas para el
psicoanálisis. En principio, la hipótesis a seguir allí es cierta relación compleja respecto de
lo simbólico, es decir, respecto de la vía de la palabra como cura. El adicto es alguien con
quien verdaderamente, lleva todo un trabajo conseguir que algo de su adicción se empiece
a poner en palabras, que se empiece a formalizar una demanda de tratamiento. Hay algo de
la relación directa a la sustancia que implica también, una detención de la asociación no en
el sentido de las psicosis; pero, en ambos casos se ve que resisten a la cura por la palabra.
La pregunta por el modo en que un sujeto inicia el consumo, en qué coyuntura, cómo se
viene a articular en su economía psíquica, también va a ser la posibilidad de pescar su
estructura.
La formación de ruptura seria la propuesta de Lacan. Laurent dice directamente que es una
tesis de ruptura, dar ese lugar a la droga como lo que permite romper el matrimonio, con el
hace pipi, con el falo, Es una tesis de ruptura, ya que en principio la droga no viene al lugar
de hacer lazo de engancharse al falo, ni siquiera en el sentido de una formación de
compromiso. Éric Laurent plantea allí que, en los casos de psicóticos que consumen, esta
ruptura con el Otro no se verifica. No se verifica que la droga venga a romper con el falo, a
romper con el Otro, sino lo contrario. Él ha encontrado casos donde los psicóticos
consumen, pero más bien, como un modo de enlazarse al Otro y no de romper con el Otro.
Por excelencia, en la psicosis se ve que no hay inscripción del falo, no hay falla sino
Daira Aguilera.
El uso del falo es eso, hacer de ese órgano algo en el campo del Otro, hacerlo pasar por el
discurso. Es ese el problema en la psicosis, cuando a falta del falo no se puede hacer pasar
ese órgano al campo del Otro.
¿O sea que en la psicosis no se requiere de la droga para que haya una ruptura?
Exactamente, ese es el planteo de Éric Laurent. Es decir que la ruptura está de antemano,
con lo cual queda jaqueada la idea de la droga como la ruptura con el falo. En la psicosis la
droga viene más bien, al lugar de intentar restituir esa ruptura, no se presenta como en la
neurosis. En la neurosis se ve bien cómo el tóxico va al lugar de no querer saber nada del
Otro, al lugar del autoerotismo. Es un modo de cortocircuitar la pregunta por el deseo del
Otro, el pasaje por la castración del Otro. Se instala con un punto de certidumbre en vez del
¿qué desea? o ¿qué quiere el Otro? Para situar algo de la certidumbre del goce, hay una
"certeza', que no es del orden de Ja de certeza psicótica, pero ha lila convicción de que esa
sustancia otorga un goce. Hay un saber sobre el goce que da la ingesta. En ese punto hay
ruptura con el falo, hay ruptura con el Otro. En cambio, en la psicosis podríamos decir que
esta ruptura es estructural.En el campo de las psicosis es el falo el que permite localizar un
goce, es el falo el que permite regular el goce y todo el problema es cómo se las arregla el
psicótico para regular o lograr hacer algo con ese goce, sin el instrumento fálico. Muchas
veces la relación a una sustancia es un intento más de regular, sin el falo, ese goce que lo
invade.
Está muy bien ubicar la cuestión del goce real en la neurosis, algo que escapa a la medida
fálica, incluso en la neurosis. Esto llevaría un tiempo de desarrollo y se podría tomar desde
diferentes ángulos. Uno de ellos: la cuestión de la manía, es eso lo que podría hacer
confundir un toxicómano neurótico con un psicótico. Porque la manía está en el polo
opuesto del falo. Si el falo limita, la manía es lo que barre al falo.
No es lo mismo la perplejidad del psicótico a suponer que es adicto a una droga, como
tantos otros. No es lo mismo la perplejidad más absoluta, el estar fuera del campo del Otro
más radical, a suponer una significación en relación a una droga que puede entrar en un
discurso, el ser adicto, que enlaza: hay un Jugar que se dedica a eso. Se ve allí que el
tóxico no va un lugar de ruptura, sino más bien a tratar de solucionar esa ruptura.
Éric Laurent sostiene que el adicto no es un perverso porque la droga permite romper
con las particularidades del fantasma. En todo caso, él ubica cómo la relación a la
droga permite cortocircuitar el fantasma, gozar por fuera del fantasma, y el perverso
goza con el fantasma. VINCULACIÓN DE LA TOXICOMANÍA CON LA PERVERSIÓN.