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Teorías 1

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Teoría del gran hombre

La teoría del gran hombre consiste en considerar que son pocas las personas con características
especiales que les hacen ser “grandes”. El liderazgo de este tipo de personas es
completo y utilizan instrumentos y técnicas originales; se considera que son personas con
capacidad para planificar, organizar y dirigir; además, son capaces de llevar el control y
conducción de las personas hacia los objetivos de la organización. Su liderazgo incluye
también el apoyo a sus subordinados, permitiendo la participación y consulta en la toma
de decisiones. Son personas capaces de conseguir los apoyos necesarios para su labor, son
eficientes en cualquier actividad o trabajo que se les asigne.
La teoría del gran hombre tiene relación con la teoría de los rasgos de personalidad
porque sugiere que las características son innatas y, por lo mismo, el liderazgo no puede
aprenderse. En la actualidad existe un consenso sobre el hecho de que el liderazgo sí
puede aprenderse.
Si se aplican los conceptos de la teoría del gran hombre en enfermería, quizá el resultado
es que pocas enfermeras reúnen las características especiales para ser líderes, lo que
llevaría a la conclusión de que la enfermera, por la simple razón de serlo, estaría descalificada
para ser líder, lo cual a todas luces es totalmente falso.
La educación en salud, la atención directa y la administración de servicios son actividades
que la enfermera tiene que realizar y se le prepara para ello. La profesional de enfermería
debe ejercer el liderazgo y, conforme a esta teoría, puede cultivar las características
especiales que le llevarán a ser “el gran hombre”, es decir, a ejercer un liderazgo adecuado y
aplicado a los servicios de enfermería.

Teoría del carisma


La teoría del carisma considera que las personas atractivas que llaman la atención y despiertan
el deseo de seguirlas tienen el poder de inspirar para lograr el compromiso de
los demás y despertar el entusiasmo y sentimiento de lealtad. Sin embargo, el carisma sí es
subjetivo y una característica difícil de definir. El carisma es una característica innata que
sólo poseen algunos individuos, de modo que presenta una dificultad debido a que no toda
persona tiene la posibilidad de resultar atractiva para los demás.
A fin de aplicar esto a enfermería, tendrían que detectarse las enfermeras carismáticas
y hacerlas líderes, situación un tanto cuanto utópica. Lo que resulta viable es encontrar
enfermeras que son seguidas por sus ideas y que poseen cierto tipo de influencia sobre
otras.

Teoría de los rasgos


Si bien inició con el concepto de características o cualidades innatas de ciertas personas
para ejercer el liderazgo, esta teoría evolucionó hasta proponer que dichas características
podían ser aprendidas.
Los rasgos de personalidad de los líderes son: energía, impulso, entusiasmo, agresividad,
honestidad, seguridad y confianza en sí mismo, cordialidad, afecto, justicia, responsabilidad,
capacidad para la docencia, denuedo en el trabajo, entusiasmo, entre otros. Los
rasgos comunes que los investigadores encontraron respecto al liderazgo son: inteligencia,
iniciativa, capacidad para iniciar acciones, creatividad, madurez emocional, integridad,
persistencia, congruencia, buena salud, entusiasmo, destreza, manejo fácil de la comunicación,
capacidad de persuasión, ser perceptivos y sociables.
A fin de aplicar esta teoría a enfermería basta con considerar estas cualidades como
descripciones de los perfiles del administrador en esta área. Hay varios problemas para que
la teoría de los rasgos logre describir el liderazgo profesional de enfermería porque tanto la
labor de la enfermera como el liderazgo que aplica es muy complejo e inciden las variables
del ambiente, de la tecnología, del manejo formal, de la administración y una suma de factores
que no son considerados en esta teoría.
Teorías situacionales del liderazgo
Dichas teorías sugieren que el liderazgo depende de la situación en que se encuentren los líderes.
La eficacia de su liderazgo depende de ciertos factores como la personalidad del
líder, el estilo de dirección, las actitudes e intereses de sus subordinados, las expectativas de
ambos, el grado de contacto interpersonal, el tiempo, el ambiente físico, la organización,
las motivaciones, etc. A pesar de aportar conocimientos sobre el liderazgo, la debilidad de
los principios que soportan dichas teorías que se hicieron populares en la década de 1950-
1959 perdieron fuerza con la aparición de otras teorías.
En enfermería, para aplicar las teorías situacionales puede estudiarse la teoría dual de
Herzberg, las de Tannenbaum y Schmidt (véase capítulo 1). Es importante considerar los
tres elementos que estudian las teorías situacionales: el líder, el grupo y la situación. Siempre
es posible encontrar aplicaciones de las teorías situacionales al liderazgo en enfermería.

Teoría de las contingencias


Fred Fiedler, autor del modelo de contingencias para el liderazgo, propuso que el líder debe
considerar tres aspectos: las relaciones entre el líder y subordinados, la complejidad de la
tarea y el poder que proporciona el puesto.
Según Fiedler, puede medirse la relación líder-subordinado, la tarea y el poder; sin
duda, es complejo definir aspectos tan subjetivos como la relación o el ejercicio del poder.
La complejidad de la tarea se puede definir pero no siempre es posible medir la correlación
entre la tarea, la relación y el poder. Para aplicar la teoría de las contingencias en
enfermería primero es necesario definir la relación líder de enfermería-subordinado, lo
cual puede hacerse con una escala sociométrica semejante a la que se muestra en el cuadro
14-1.

Medir la relación permite tomar decisiones para dirigir; se considera que las calificaciones
de 8 a 10 implican un liderazgo adecuado, menos de 8 requieren refuerzos o modificarse.
Sin embargo, no es necesariamente cierto que un líder antipático no pueda lograr
las metas.
La tarea puede medirse de igual forma y el poder se describe en términos de fuerte,
débil, liberal. La autoridad que da el puesto implica la aplicación de motivadores y éstos
oscilan entre recompensas y castigos. No hay datos concluyentes respecto a la utilidad del
modelo de Fiedler, pero es importante considerar que es posible utilizar las ideas para mejorar
el liderazgo.

Teoría de la trayectoria meta


Esta teoría tiene su base en que el ser humano estará motivado cuando su participación
conduzca al logro de una meta y se beneficie su grupo. Derivado de la teoría de la expectativa
entre los que destacan Broom, Porter y Lawler (véase capítulo 1), Robert J. House propone
su teoría de la trayectoria meta. Se supone que el líder facilita el trabajo minimizando
obstáculos y recompensando a sus trabajadores por completar sus tareas.
La observación de House sobre los estudios de motivación efectuados en la década
de 1950-1959 le permitió deducir que aquellos líderes que estructuraban el trabajo de sus
subalternos por lo general obtenían mayor productividad. Las características del líder en
estas condiciones se orientaban a programar, aclarar expectativas, asignar tareas, determinar
procedimientos, aplicar normas, controlar actividades y tomar decisiones. En cambio,
los líderes cuya característica era ser considerados, tenían trabajadores más satisfechos y el
ambiente cálido y de apoyo predominaba.
La teoría concluye que cuando un trabajo está bien determinado con los procedimientos
adecuados, es posible incrementar la motivación cuando cada quien sabe exactamente
lo que debe hacer. Sin embargo, cada subordinado puede tener diferencias en cuanto a la
preferencia de quien lo dirige y, de esta forma, para motivarse y adquirir el compromiso es
necesario estudiar al subordinado.
Para aplicar la teoría de la trayectoria meta en enfermería es importante determinar las
tareas, los procedimientos, propugnar por la satisfacción y el desarrollo del subordinado.

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