Septenario A Jesús Cautivo
Septenario A Jesús Cautivo
Septenario A Jesús Cautivo
Ð IA
Preciosa Sangre
Ð NUESTRO SEÑOR EN HONOR A
Acto de contriciÓn
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser quién eres, en tu Bondad infinita, y porque te
amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido;
también me pesa porque podrías castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Acto de esperanza
Dios mío, espero de tu bondad, por tus promesas y por los méritos de
Jesucristo, nuestro Salvador, la vida eterna y la gracia necesaria para
merecerla con las buenas obras que debo y quiero hacer.
Señor, que pueda gozarte para siempre.
Acto de FE
Dios mío, creo firmemente todo cuanto Tú, Verdad infalible, has
revelado y la Santa Iglesia propone a nuestra fe. Creo especialmente en
Ti, único Dios verdadero, en tres personas iguales y distintas; Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Y en Jesucristo, el hijo hecho hombre y muerto
por nosotros, que a cada uno dará según sus obras, premio o castigo
eterno Con esta fe quiero siempre vivir.
Señor, aumenta mi fe.
Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo el corazón sobre todas las cosas, porque
eres infinitamente bueno y nuestra eterna felicidad: por amor a ti amo a
mi prójimo como a mí mismo, y perdono las ofensas recibidas.
Señor, haz que yo te ame cada vez más.
Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre
antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que
el Padre, por quien todo fue hecho; que, por nosotros los hombres y por
nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer
día, según las Escrituras y subió al cielo y está sentado a la derecha del
Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin.
Jesús Cautivo: Tú, que has querido pasar por la condición de esclavo para
librarnos de nuestras esclavitudes, mira con bondad a los que sufrimos
bajo el peso del egoísmo, las pasiones, mentiras, injusticias y pecados, y
haznos libres por el amor y la verdad. Líbranos de todos los males y
cautívanos con las ataduras de tu amor, para que, siguiendo tus huellas de
Pasión, alcancemos los gozos eternos de la Resurrección. Sangre
preciosísima, derramada por nosotros.
-I-
La Preciosa Sangre de jesÚs derramada
en su CircuncisiÓn.
“En aquel tiempo, tras el nacimiento del niño, cuando se cumplieron los
ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el
ángel antes de ser concebido en el seno.
Gloria al Padre...
¡Oh, Jesús mío!, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno
y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu
divina misericordia
- II -
La Preciosa Sangre de jesÚs derramada
en la Agonía del Huerto.
“Pilato tras haber hablado con Jesús y darse cuenta de que este era
inocente. Se apartó de Él y el sanedrín; recordando que cada Fiesta les
concedía la libertad de un preso, el que pidieran. Había uno, llamado
Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín
habían cometido un asesinato. […] Los sumos sacerdotes incitaron a la
gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás. Pilato les decía:
«Pero ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaron con más fuerza:
«Crucifícale!» Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó
a Barrabás y entregó a Jesús pues para azotarle” (Mc.15 ,6-15).
“Tras azotar a Jesús los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir,
al pretorio y llaman a toda la cohorte. Le visten de púrpura y, trenzando
una corona de espinas, se la ciñen. Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey
de los judíos!» Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y,
doblando las rodillas, se postraban ante Él.” (Mc. 15, 16-19).
Salve reina
Dios te salve, Reina y Madre, madre de
misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.
¡Dios te salve!
Oh, clemente, oh piadosa, oh, dulce Virgen María. Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
OraciÓn al bienaventurado
San JosÉ.
Con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María,
Madre de Dios, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús,
humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia
que con su Sangre adquirió Jesucristo, y nos socorras en nuestras
necesidades. Protege, oh, piadoso Custodio de la divina Familia, la
escogida descendencia de Jesucristo; aleja de nosotros, oh, padre
amantísimo, este flagelo de errores y vicios.
Agradecimiento:
¡Oh, amor inmenso, que nos has dado este tan saludable bálsamo! ¡Oh
bálsamo inapreciable, brotado del manantial de un inmenso amor! Haz que
todos los corazones y todas las lenguas te puedan alabar, ensalzar y dar
gracias, ahora y por siempre. Amén.
Ofrecimiento para cada día
I DÍA
Eterno Padre, te ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús,
tu amado Hijo y divino Redentor mío, por la propagación y exaltación
de mi querida Madre la Santa Iglesia, por la conservación y prosperidad
del Santo Padre, por los Cardenales, Obispos y Pastores de almas y por
todos los ministros de la Iglesia.
II DÍA
Eterno Padre, te ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús,
tu amado Hijo y Divino Redentor mío, por la paz y concordia entre los
gobernantes y líderes, por la humillación de los enemigos de la santa Fe y
por la felicidad del pueblo cristiano.
III DÍA
Eterno Padre, te ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús,
tu amado Hijo y divino Redentor mío, por la propagación y exaltación
de mi querida Madre la Santa Iglesia, por el retorno y la unidad de los
fieles, por la propiciación de todas las herejías y por la conversión de
todos nosotros pecadores.
IV DÍA
Eterno Padre, te ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús,
tu amado Hijo y divino Redentor mío, por todos mis parientes, amigos
y enemigos, por los indigentes, enfermos y atribulados, cautivos, y por
todos aquellos por quienes sabes que debo rogar, por los que no tienen
quien ruegue por ellos y por quienes quieres tu que ruegue.
V DÍA
Eterno Padre, te ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús,
tu amado Hijo y divino Redentor mío, por todos aquellos que hoy pasarán
a la otra vida, para que los libres de las penas del infierno y los admitas
con la mayor solicitud en la presencia de tu gloria.
VI DÍA
Eterno Padre, te ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús,
tu amado Hijo y divino Redentor mío, por todos aquellos que aman un
tan gran tesoro, por todos los que se han unido conmigo en adorarlo y
honrarlo, y, en fin, por todos los que se ocupan en propagar esta devoción.
VII DÍA
Eterno Padre, te ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús,
tu amado Hijo y divino Redentor mío, por todas mis necesidades
espirituales y temporales; en sufragio de las santas almas del purgatorio,
especialmente de las que han sido más devotas del precio de nuestra
redención y de los dolores y las penas de nuestra amada Madre María
Santísima.
Conclusiones
V. Sea siempre bendito Jesús y dénsele gracias, porque con su Sangre nos
ha salvado.
R. Alabada sea la Sangre de Jesús, ahora y siempre y por todos los siglos
de los siglos. Amén.
Oremos.
JesÚs cautivo
y maría santísima Ð la esperanza
Parroquia san NicolÁs, Quetzaltenango