Perspectiva de Género y Violencias - MODULO 2docx
Perspectiva de Género y Violencias - MODULO 2docx
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Unidad 2
Introducción
A su vez, es necesario resaltar que las violencias no siempre son fáciles de detectar a simple
vista, ya que como mencionamos anteriormente, no se trata solamente de violencia física. La
violencia adquiere rasgos verbales, de degradación y comentarios “disfrazados”. Es esto
último lo que recibe el nombre de micromachismo, algo que veremos más adelante.
Otro punto a remarcar es que muchas veces, en las relaciones de pareja abusivas, el ciclo de
la violencia se va generando tan paulatinamente que no es sencillo ver los indicios desde el
principio. En estos casos es imperioso contar con el conocimiento para poder detectar las
conductas violentas, y poder asesorar y aconsejar a quien sufre de violencia.
Por todos estos motivos consideramos importante informarnos sobre esta problemática y
adquirir las herramientas y recursos necesarios para poder detectar las señales a tiempo.
Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
las Mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales
Según la Ley 26.485, sancionada en 2009, se entiende por violencia contra las mujeres toda
conducta, por acción u omisión, basada en razones de género, que, de manera directa o
indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de
poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o
patrimonial, participación política, como así también su seguridad personal. Quedan
comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes.
Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción,
omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja
con respecto al varón.
Tipos de violencia
Como mencionamos previamente, hay distintos tipos de violencia que pueden ser ejercidos
en contra de personas por motivos de género. A continuación, presentaremos una breve
descripción de cada uno de ellos como es entendida por la presente Ley en el artículo 5.
Violencia física
Violencia psicológica
Violencia sexual
Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital,
del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a
través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro
del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así
como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
d) La limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor por
igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.
Violencia simbólica
Violencia política
(Este último inciso se incorpora a la presente ley a través del artículo 3 de la Ley N° 27.533)
Modalidades de violencia
VIOLENCIA DOMESTICA:
Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar, independientemente
del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el bienestar, la integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad
reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres. Se entiende por grupo familiar
el originado en el parentesco sea por consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las
uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las relaciones vigentes o finalizadas, no
siendo requisito la convivencia.
VIOLENCIA OBSTETRICA
Aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las
mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización
de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929 de Parto Humanizado.
Asimismo, se entiende violencia obstétrica cuando la atención en una situación de aborto no
es rápida, confidencial, de calidad ni con buen trato.
Ejemplos:
VIOLENCIA INSTITUCIONAL:
VIOLENCIA MEDIATICA:
VIOLENCIA LABORAL:
Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o privados y que
obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o permanencia en el
mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la
realización de test de embarazo. Constituye también violencia contra las mujeres en el
ámbito laboral quebrantar el derecho de igual remuneración por igual tarea o función.
Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en forma sistemática sobre una determinada
trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral.
VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN ESPACIOS PUBLICOS
Aquella ejercida contra las mujeres por una o más personas, en lugares públicos o de acceso
público, como medios de transporte o centros comerciales, a través de conductas o
expresiones verbales o no verbales, con connotación sexual, que afecten o dañen su
dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia y/o generen un ambiente hostil
u ofensivo. (Inciso incorporado por art. 1° de la Ley N° 27.501)
Aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número
de embarazos o el intervalo entre los nacimientos, de conformidad con la Ley 25.673 de
Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Ejemplos:
Cuando tu pareja o la persona con la que mantenés relaciones sexuales te impide el cuidado a
través del uso del preservativo o cualquier otro método de anticoncepción.
Micromachismos
Continúa diciendo que esa normativa propicia el dominio para los valores y reproduce la
subordinación para las mujeres, a quienes se les otorga comportamientos femeninos, como la
pasividad, la complacencia, los cuidados y servicios al varón y a las demás personas, entre
otros. Bonino pone como ejemplo de micromachismo el hecho de que los hombres no
participen de las tareas de cuidados, y que cuando lo hacen, sea desde el lugar de ayuda hacia
la mujer. Estos comportamientos son apropiados por las mujeres, que los incorporan
asumiendo ese rol de subordinación.
Los utilitarios, que se aprovechan de las supuestas cualidades femeninas para la realización
de las tareas domésticas y de cuidados.
Los coercitivos, que utilizan la fuerza moral o psicológica masculina para retener el poder.
El maltrato es un ciclo que comienza poco a poco, de forma sutil, y se conforme de distintas
fases:
Fase del estallido de la tensión: la violencia se va volviendo cada vez más agresiva,
llegando a ser física. Las subcategorías en esta fase son la violencia y la autoprotección.
Consecuencias
Para que esta situación cambie, es fundamental tener las herramientas para detectar estos
comportamientos en charlas con amigos, familia o contactos, lo que ayudará a eliminar los
prejuicios hacia las personas que sufren maltratos y a dejar de culpabilizarlas. La violencia
no puede ser justificada en ningún contexto, y es importante saber que no siempre es posible
cortar con un ciclo de maltrato sin ayuda externa. Es por eso que hay que visibilizar y charlar
sobre esta problemática, y pedir ayuda, asesoramiento y asistencia a especialistas.
Las distintas situaciones de violencia, entre las que contamos también a los
micromachismos, generan distintos efectos en quienes los sufren, como un sobreesfuerzo
psicofísico, agotamiento emocional y de la energía, cierta inhibición del poder personal con
una parálisis o retroceso del desarrollo personal, la limitación de la libertad y la valentía, un
aumento de la irritabilidad y el deterioro de la autoestima. Generalmente, todas estas
características se dan a la par del aumento del poder y bienestar del hombre.
Es fundamental visibilizar estas situaciones y el daño que generan en las personas que las
sufren junto a su rol en reproducir las discriminaciones y violencias por motivo de género si
queremos empezar a trabajar en pos de una mayor igualdad y el cese de las violencias.
Como explica Bonino en relación a los micromachismos, ser conscientes de estas actitudes
ha demostrado ayudar a las mujeres a detectar las actitudes de violencia sutiles, reconocer el
lenguaje de acción y manipulación, disminuir la culpabilización y recuperar su pensamiento
propio y posibilidades de acción. Con respecto a los varones, el autor explica que para ellos
reconocer la existencia y frecuencia de los micromachismos es más difícil ya que tiende a
generar una posición defensiva pero también logra un cambio hacia una mayor práctica
igualitaria. En este proceso es fundamental la autocrítica sobre su ejercicio cotidiano y
naturalizado de los privilegios de género para lograr un cambio real.