Administración de justicia
El sistema de justicia de la República Argentina está compuesto por el Poder Judicial de la Nación
y el Poder Judicial de cada una de las provincias. Integran también el sistema de justicia argentino
el Ministerio Público Fiscal, el Ministerio Público de la Defensa y el Consejo de la Magistratura.
La organización judicial responde al carácter federal del Estado Argentino. De este modo, existe
por un lado una Justicia Federal con competencia en todo el país que atiende en materia de
estupefacientes, contrabando, evasión fiscal, lavado de dinero, y otros delitos que afectan a la
renta y a la seguridad de la Nación. Por otro lado, cada una de las provincias argentinas cuenta
con una Justicia Provincial que entiende en el tratamiento de los delitos comunes.
En el 2005 se sancionó la ley 26052 que introduce algunas modificaciones en lo relacionado con
las competencias juridiccionales con el objeto de descomprimir los juzgados federales,
concluyendo que los delitos de la ley de drogas seguirán siendo de competencia federal excepto
para aquellas provincias y para CABA que mediante la ley de adhesión opten por asumir su
competencia: Buenos Aires, Córdoba y Salta.
Ley 23737: Ley de estupefacientes promulgada en 1989. Tenencia y tráfico de estupefacientes.
Tipifica entre otras conductas penalizables, la tenencia simple, la tenencia para consumo personal
y la tenencia con fines de comercialización, las cuales castiga con un sistema mixto que incluye la
aplicación de penas y medidas de seguridad.
La ley 23.737 prevé medidas de seguridad curativas y educativas como alternativa a la pena
privativa de la libertad para quienes se consideren usuarios de drogas.
Las penas correspondientes a un delito no son fijas sino que el código penal habla de un máximo y
un mínimo. Es el juez que interviene en la causa el que GRADUA la pena teniendo en cuenta el Art
41 del CP que marca los factores atenuantes y agravantes de una pena, qué cuestiones hay que
tener en cuenta para después dictar una pena determinada para un delito determinado. Hay que
tener en cuenta la naturaleza de la acción y de los medios empleados para ejecutarla, la extensión
del daño y del peligro causados; edad, la educación, las costumbres y la conducta precedente del
sujeto, la calidad de los motivos que lo determinaron a delinquir, especialmente la miseria o la
dificultad de ganarse el sustento propio necesario y el de los suyos, la participación que haya
tomado en el hecho, las reincidencias en que hubiera incurrido y los demás antecedentes y
condiciones personales, así como los vínculos personales, la calidad de las personas y las
circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión que demuestren su mayor o menor peligrosidad.
El juez deberá tomar conocimiento directo y de visu del sujeto, de la víctima y de las circunstancias
del hecho en la medida requerida para cada caso.
Artículo 5º: Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de dos millones
doscientos cincuenta mil a ciento ochenta y siete millones quinientos mil australes el que sin
autorización o con destino ilegítimo:
a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes, o materias
primas, o elementos destinados a su producción o fabricación;
b) Produzca, fabrique, extraiga o prepare estupefacientes;
c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o los tenga
con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, o almacene o transporte;
d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con
fines de comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;
e) Entregue, suministre, aplique o facilite a otro estupefacientes a título oneroso. Si lo fuese a título
gratuito, se aplicará reclusión o prisión de tres a doce años y multa de tres mil a ciento veinte mil
australes.
Si los hechos previstos en los incisos precedentes fueren ejecutados por quien desarrolla una
actividad cuyo ejercicio dependa de una autorización, licencia o habilitación del poder público, se
aplicará, además, inhabilitación especial de cinco a quince años.
En el caso del inciso a), cuando por la escasa cantidad sembrada o cultivada y demás
circunstancias, surja inequívocamente que ella está destinada a obtener estupefacientes para
consumo personal, la pena será de un mes a dos años de prisión y serán aplicables los artículos
17, 18 y 21.
En el caso del inciso e) del presente artículo, cuando la entrega, suministro o facilitación fuere
ocasional y a título gratuito y por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere
inequívocamente que es para uso personal de quien lo recepta, la pena será de SEIS (6) meses a
TRES (3) años de prisión y, si correspondiere, serán aplicables los artículos 17, 18 y 21.
(texto conforme ley N° 26.052)
Artículo 6º: Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de dos millones
doscientos cincuenta mil a ciento ochenta y siete millones quinientos mil australes el que
introdujera al país estupefacientes fabricados o en cualquier etapa de su fabricación o materias
primas destinadas a su fabricación o producción, habiendo efectuado una presentación correcta
ante la Aduana y posteriormente alterara ilegítimamente su destino de uso.
En estos supuestos la pena será de tres a doce años de reclusión o prisión, cuando surgiere
inequívocamente, por su cantidad, que los mismos no serán destinados a comercialización dentro
o fuera del territorio nacional.
Si los hechos fueren realizados por quien desarrolle una actividad cuyo ejercicio depende de
autorización, licencia o habilitación del poder público, se aplicará además inhabilitación especial de
tres a doce años.
Artículo 7: Será reprimido con reclusión o prisión de ocho a veinte años y multa de once millones
doscientos cincuenta mil a trescientos treinta y siete millones quinientos mil australes, el que
organice o financie cualquiera de las actividades ilícitas a que se refieren los artículos 5º y 6º
precedentes.
Artículo 14: Será reprimido con prisión de uno a seis años y multa de ciento doce mil quinientos a
dos millones doscientos cincuenta mil australes el que tuviere en su poder estupefacientes. La
pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás
circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal.
Artículo 15: La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural, destinado a la
práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como
tenencia o consumo de estupefacientes.
Artículo 16: Cuando el condenado por cualquier delito dependiera física o psíquicamente de
estupefacientes, el juez impondrá, además de la pena, una medida de seguridad curativa que
consistirá en un tratamiento de desintoxicación y rehabilitación por el tiempo necesario a estos
fines, y cesará por resolución judicial, previo dictamen de peritos que así lo aconsejen.
Artículo 17: En el caso del artículo 14, segundo párrafo, si en el juicio se acreditase que la
tenencia es para uso personal, declarada la culpabilidad del autor y que el mismo depende física o
psíquicamente de estupefacientes, el juez podrá dejar en suspenso la aplicación de la pena y
someterlo a una medida de seguridad curativa por el tiempo necesario para su desintoxicación y
rehabilitación.
Acreditado su resultado satisfactorio, se lo eximirá de la aplicación de la pena. Si transcurridos dos
años de tratamiento no se ha obtenido un grado aceptable de recuperación, por su falta de
colaboración, deberá aplicársele la pena y continuar con la medida de seguridad por el tiempo
necesario o solamente esta última.
Artículo 18: En el caso del artículo 14, segundo párrafo, si durante el sumario se acreditase por
semiplena prueba que la tenencia es para uso personal y existen indicios suficientes a criterio del
juez de la responsabilidad del procesado y éste dependiere física o psíquicamente de
estupefacientes, con su consentimiento, se le aplicará un tratamiento curativo por el tiempo
necesario para su desintoxicación y rehabilitación y se suspenderá el trámite del sumario.
Acreditado su resultado satisfactorio, se dictará sobreseimiento definitivo. Si transcurridos dos años
de tratamiento, por falta de colaboración del procesado no se obtuvo un grado aceptable de
recuperación, se reanudará el trámite de la causa y, en su caso, podrá aplicársele la pena y
continuar el tratamiento por el tiempo necesario, o mantener solamente la medida de seguridad.
Artículo 19: La medida de seguridad que comprende el tratamiento de desintoxicación y
rehabilitación, prevista en los artículos 16, 17 y 18 se llevará a cabo en establecimientos
adecuados que el tribunal determine de una lista de instituciones bajo conducción profesional
reconocidas y evaluadas periódicamente, registradas oficialmente y con autorización de
habilitación por la autoridad sanitaria nacional o provincial, quien hará conocer mensualmente la
lista actualizada al Poder Judicial, y que será difundida en forma pública.
El tratamiento podrá aplicársele preventivamente al procesado cuando prestare su consentimiento
para ello o cuando existiere peligro de que se dañe a sí mismo o a los demás.
El tratamiento estará dirigido por un equipo de técnicos y comprenderá los aspectos médicos,
psiquiátricos, psicológicos, pedagógicos, criminológicos y de asistencia social, pudiendo ejecutarse
en forma ambulatoria, con internación o alternativamente, según el caso.
Cuando el tratamiento se aplicare al condenado su ejecución será previa, computándose el tiempo
de duración de la misma para el cumplimiento de la pena. Respecto de los procesados, el tiempo
de tratamiento suspenderá la prescripción de la acción penal.
El Servicio Penitenciario Federal o Provincial deberá arbitrar los medios para disponer en cada
unidad de un lugar donde, en forma separada del resto de los demás internos, pueda ejecutarse la
medida de seguridad y de rehabilitación de los artículos 16, 17 y 18.
Artículo 20: Para la aplicación de los supuestos establecidos en los artículos 16, 17 y 18 el juez,
previo dictamen de peritos, deberá distinguir entre el delincuente que hace uso indebido de
estupefacientes y el adicto a dichas drogas que ingresa al delito, para que el tratamiento de
rehabilitación en ambos casos, sea establecido en función de nivel de patología y del delito
cometido, a los efectos de la orientación terapéutica más adecuada.
Es controvertido determinar cuándo se habla de tenencia para consumo personal y cuando es para
comercializar. Hubo una causa en el año 2009 llamada Caso Arriola que fue muy conocida porque
la Corte Suprema de Justicia declara la inconstitucionalidad del Art. 14 segundo párrafo de la Ley
23737 y concluye que se trataba de una acción privada que no atentaba contra la salud pública.
También, se suma a la polémica la modificación de la Ley 24660 –Ley 27375- ya que en algunos
de sus artículos dictamina que los delitos previstos en los artículos 5°, 6° y 7° de la ley 23.737 o la
que en el futuro la reemplace, no gozarán de beneficios de salidas anticipadas.
Ley 27375-05-jul-2017
Artículo 14: La libertad condicional no se concederá a los reincidentes. Tampoco se
concederá cuando la condena fuera por:
1) Homicidios agravados, por ejemplo: conyugue, descendiente, ex pareja, con alevosía, para
preparar o disimular otro delito, con premeditación, etc. Estos homicidios agravados tienen PENA
PERPETUA.
2) Delitos contra la integridad sexual: abuso, corrupción de menores, promover la prostitución o
explotarla económicamente, pornografía infantil, conectar por redes a una persona menor de edad
con fines sexuales.
3) Privación ilegal de la libertad coactiva, si se causare intencionalmente la muerte de la persona
ofendida.
4) Tortura seguida de muerte.
5) Delitos de homicidio en ocasión de robo.
6) Secuestro extorsivo, si se causare la muerte de la persona ofendida..
7) Delitos de explotación de personas.
8) Casos en que sea aplicable el artículo 41 quinquies del Código Penal: cometer un delito con el
fin de aterrorizar a la población, obligar a realizar un acto o abstenerse de hacerlo
9) Financiamiento del terrorismo.
10) Delitos previstos en los artículos 5°, 6° y 7° de la ley 23.737 o la que en el futuro la reemplace.
11) Algunos delitos del Código Aduanero: Ej: Contrabando
"Artículo 56 bis.- No podrán otorgarse los beneficios comprendidos en el período de prueba
a los condenados por los mismos delitos del artículo 14.
Los condenados por cualquiera de los delitos enumerados precedentemente, tampoco podrán
obtener los beneficios de la prisión discontinua o semidetención, ni el de la libertad asistida,
previstos en los artículos 35, 54 y concordantes de la presente ley."
Artículo 56 quáter: Régimen preparatorio para la liberación.
En los supuestos de condenados por delitos previstos en el artículo 56 bis, la progresividad deberá
garantizarse a partir de la implementación de un régimen preparatorio para la liberación, elaborado
a través de un programa específico de carácter individual, teniendo en cuenta la gravedad del
delito cometido, que permita un mayor contacto con el mundo exterior.
Un año antes del cumplimiento de la condena, siempre que el condenado hubiera observado con
regularidad los reglamentos carcelarios y, previo informe de la dirección del establecimiento y de
peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social, podrá acceder a
la libertad conforme a dicho régimen. En éste, los tres (3) primeros meses se dedicarán a la
preparación dentro del establecimiento del condenado para la liberación, con posterioridad se
admitirá la realización de salidas con acompañamiento durante un plazo de seis (6) meses y,
finalmente, en los últimos tres (3) meses el condenado accederá a la posibilidad de ingresar en el
régimen de salidas fuera del establecimiento penitenciario sin supervisión.
En todos los casos las salidas serán diurnas y por plazos no superiores a las doce (12) horas.