Error de Tipo Vencible. Elementos. 59403-23

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MYRIAM ÁVILA ROLDÁN

Magistrada ponente

SP106-2023
Radicación n.º 59403
CUI: 11001600071120180001601
Aprobado acta n.º 057

Bogotá, D. C., veintidós (22) de marzo dos mil


veintitrés (2023)

I. OBJETO DE LA DECISIÓN

Decide la Sala el recurso de apelación interpuesto


por el defensor de LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS
contra la sentencia del 4 de marzo de 2021, proferida por
la Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Cundinamarca, mediante la cual la
condenó por el delito de abuso de autoridad por acto
arbitrario e injusto.

Calle 12 No. 7 – 65 Palacio de Justicia - Bogotá, Colombia.


PBX: (571) 562 20 00 Exts.1126 -1142 - 1143 - 1144 - 1145 Fax: 1125 - 1428
www.cortesuprema.gov.co
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

II. HECHOS

1.- El 18 de septiembre de 2018 en el despacho de


la entonces Juez Penal Municipal con Función de
Conocimiento de Funza (Cundinamarca), LILIA
ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS, estaba programada la
realización de la audiencia concentrada del artículo 542
de la Ley 906 de 2004, dentro del proceso penal
identificado con el número 52866000376201601266,
adelantado contra John Harry Bulla Ramos por el delito
de inasistencia alimentaria.

2.- Debido a la ausencia justificada del fiscal, la


audiencia no se realizó. Sin embargo, la funcionaria
judicial dispuso el reconocimiento del abogado
Arquímedes Gil Torres como representante de la víctima
Zoraida Naranjo Castillo dentro de la actuación y fijó una
nueva fecha para la celebración de la audiencia.

3.- A continuación, la juez LILIA ESPERANZA


FIGUEREDO VIVAS percibió en el abogado Arquímedes
Gil Torres síntomas de ebriedad, por lo cual le ordenó
que permaneciera en la sala y se trasladara con apoyo de
la Policía Nacional al Hospital Nuestra Señora de las
Mercedes de Funza (Cundinamarca) para que le fuera
practicada una prueba de embriaguez. Dicho examen
arrojó un resultado negativo, el cual fue entregado a la

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togada. Posteriormente, el abogado interpuso denuncia


penal en su contra.

III. ANTECEDENTES PROCESALES

4.- El 19 de febrero de 2020 el Juzgado 82 Penal


Municipal con Función de Control de Garantías de
Bogotá declaró legalmente formulada la imputación
hecha por la Fiscalía contra LILIA ESPERANZA
FIGUEREDO VIVAS por el delito de abuso de autoridad
por acto arbitrario e injusto, conforme al artículo 416 del
Código Penal. La implicada no aceptó los cargos
imputados1.

5.- Ante la Sala de Decisión Penal del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca se
celebró la audiencia de formulación de acusación el 22
de julio de 20202, la audiencia preparatoria el 21 de
agosto de 20203, la de juicio oral los días 12 de
noviembre de 20204 y 4 de marzo de 2021, en cuya
última sesión se anunció el sentido del fallo condenatorio
y se corrió el traslado del artículo 447 de la Ley 906 de
20045. La audiencia de lectura de la sentencia se realizó
el mismo día6.

1
Folios 10 a 17. Cuaderno original. Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cundinamarca.
2
Folios 42 a 45. Ibídem.
3
Folios 57 a 63. Ibídem.
4
Folios 88 a 90. Ibídem.
5
Folio 94. Ibídem.
6
Folio 111. Ibídem.

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6.- El 4 de marzo de 2021 la Sala de Decisión Penal


del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cundinamarca condenó a LILIA ESPERANZA
FIGUEREDO VIVAS como autora del delito de abuso de
autoridad por acto arbitrario e injusto. En consecuencia,
le impuso las penas de multa de 3 salarios mínimos
legales mensuales vigentes y pérdida del empleo, aunque
ya no lo ejercía7.

7.- Contra esta decisión, el defensor de LILIA


ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS interpuso el recurso de
apelación.

IV. LA SENTENCIA APELADA

8.- La Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior


de Cundinamarca determinó que LILIA ESPERANZA
FIGUEREDO VIVAS era autora del delito de abuso de
autoridad por acto arbitrario e injusto, por las siguientes
razones:

9.- En primer lugar, se acreditó la calidad de


servidora pública de la acusada, pues ocupaba el cargo
de Juez Penal Municipal con Función de Conocimiento
de Funza el día 18 de septiembre de 2018, conforme fue
estipulado por las partes.

10.- En segundo lugar, la funcionaria judicial


FIGUEREDO VIVAS realizó la acción típica de abuso de

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Folios 94 a 110. Ibídem.

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autoridad por acto arbitrario e injusto descrita en el


artículo 416 del Código Penal.

11.- Así, de los testimonios rendidos en juicio de la


oficial mayor del despacho, Tatiana Jiménez Macías, el
denunciante Arquímedes Gil Torres, la testigo Zoraida
Naranjo Castillo, la secretaria del juzgado, Doralba
Góngora Moreno, el patrullero Ferney Lozada y la médica
Laura Marcela Niño Rojas y las demás pruebas allegadas
al plenario, está demostrado que la procesada en su
condición de juez no declaró abierta la audiencia
concentrada programada para el 18 de septiembre de
2018 dentro del radicado 52866000376201601266
adelantado contra John Harry Bulla Ramos por el delito
de inasistencia alimentaria, con motivo de la ausencia
justificada del Fiscal del caso. A continuación, reconoció
la personería al abogado Arquímedes Gil Torres, para
actuar como apoderado de la víctima y fijo una nueva
fecha para realizar la audiencia mencionada.

12.- Posteriormente, la procesada prevalida de la


autoridad inherente al cargo de juez, en virtud al
aparente estado de ebriedad del abogado Gil Torres
dispuso que permaneciera en la sala de audiencias, para
que después, se trasladara con auxilio de los agentes de
policía de Funza a un servicio médico del mismo
municipio, con el fin de que le fuera practicada una
prueba de embriaguez y de este modo establecer a qué se
debía el olor que presentaba, el cual hacía presumir que
había ingerido alcohol.

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13.- El abogado Gil Torres sumiso a la autoridad,


sin contradecir a la juez, acató las órdenes, esperó a que
llegara la Policía y acompañado del patrullero Ferney
Loaiza acudió al Hospital Nuestra Señora de las
Mercedes de Funza, en donde le practicaron el examen
médico de alcoholemia que finalmente resultó negativo.

14.- A juicio del Tribunal, con la actividad descrita,


la acusada pasó por encima del ordenamiento jurídico,
sin reparar en el sentido común, en lo razonable y en la
experiencia judicial, privilegió su forma particular de
percibir los hechos y soportada en la autoridad del juez,
en perjuicio del abogado de la víctima que había acudido
a la cita judicial y no había exhibido algún
comportamiento que ameritara tan siquiera un llamado
de atención por irrespeto o faltar al debido decoro,
dispuso que permaneciera en la sala de audiencias,
mientras acudía la Policía para conducirlo al hospital a
que le fuera practicado el examen.

15.- Igualmente, la conducta asumida por la juez


fue abiertamente contradictoria, puesto que, si el
abogado se presentó a la audiencia bajo los efectos del
alcohol, no correspondía reconocerle personería jurídica.
Por el contrario, la funcionaria judicial debía iniciar el
trámite correccional previsto en el numeral 5 del artículo
143 de la Ley 906 de 2004 en armonía con los dispuesto
en el precepto 59 de la Ley 270 de 1996.

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16.- En tercer lugar, el elemento subjetivo del tipo


(dolo) resultó probado, por cuanto la enjuiciada se
desempeñó varias veces como juez en el distrito judicial
de Cundinamarca, incluso como juez penal del circuito y
tenía larga experiencia como abogada. Por ende, conocía
el procedimiento descrito en el numeral 5 del artículo
143 de la Ley 906 de 2004, para tramitar este tipo de
situaciones. Por el contrario, su actuar fue arbitrario,
injusto y caprichoso, si se tiene en cuenta que no expuso
fundamento normativo, jurisprudencial o doctrinal que
justificara su actuar, sino que dispuso que el abogado
permaneciera en la sala de audiencias mientras obtuvo el
apoyo policial para remitirlo al hospital a que le
realizaran el examen de alcoholemia.

17.- Además, el a quo manifestó que, la procesada


omitió el mandato constitucional y legal de tratar a los
intervinientes en el proceso penal con respeto a la
dignidad humana, de ahí, que la conducta de la
procesada fue dolosa, porque actuó con conocimiento y
voluntad de obedecer su capricho, no el ordenamiento
jurídico ni la prudencia y señorío del juez que honre la
majestad de la justicia.

18.- Por todo lo anterior, la Sala de Decisión Penal


del Tribunal Superior de Cundinamarca concluyó que
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS era penalmente
responsable por la conducta punible de abuso de
autoridad por acto arbitrario e injusto. Por consiguiente,
le impuso las penas de multa de 3 salarios mínimos

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legales mensuales vigentes y pérdida del empleo, aunque


ya no lo ejercía.

V. EL RECURSO DE APELACIÓN

19.- El apoderado de LILIA ESPERANZA


FIGUEREDO VIVAS fundamentó su censura en que: i) la
procesada actuó amparada en la legalidad; ii) la acusada
tenía razones para enviar al abogado a que le fuera
practicado el examen de alcoholemia; y iii) el Tribunal
sustentó equivocadamente la existencia del dolo en el
actuar de la juez8.

20.- En primer lugar, el recurrente afirmó que no


se acreditó el ingrediente normativo “acto arbitrario e
injusto” del tipo penal por el cual su defendida fue
condenada, por cuanto, existen normas que autorizan al
juez para tomar correctivos dirigidos a preservar la
dignidad de la justicia y el buen comportamiento de las
partes en cualquier actuación judicial, no sólo en las
audiencias. La Ley Estatutaria de la Administración de
Justicia en su artículo 58 autoriza la aplicación de
medidas correccionales, incluso a los particulares que
asisten a las audiencias, y el artículo 59 de la misma
normatividad establece el procedimiento que se debe
seguir para ello, lo cual también se encuentra
consagrado en el artículo 143 del Código de

8
Folios 116 a 120. Ibídem.

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Procedimiento Penal. Esta normativa es aplicable en


casos como el presente, en los cuales alguna parte acude
a una audiencia en estado de alicoramiento, pues esto
constituye no sólo una falta disciplinaria de la profesión
del abogado, sino un acto de irrespeto para el juez y los
demás intervinientes en la diligencia.

21.- Pareciera que el juzgador de primera instancia


entendió que el hecho de haber ordenado el examen de
alcoholemia constituyó la imposición de una sanción
correctiva y, por tanto, para ello debía haberse agotado
todo un procedimiento, consistente en escuchar
descargos y permitir las explicaciones del caso. Sin
embargo, lo cierto es que, frente a la sospecha de un
estado de embriaguez percibido por la juez, debía
determinarse si efectivamente el abogado se encontraba
bajo los efectos del alcohol, para lo cual no había nada
distinto que un examen médico, y de haber resultado
positivo, ahí sí tramitar la imposición de la medida
correctiva o compulsar copias a la sala disciplinaria.

22.- Lo que muestra el acto de enviar a medicina


legal al abogado para determinar si existía o no algún
estado de embriaguez, no constituyó una actuación
contraria al ordenamiento jurídico, un desvió de la ley
para fines no contemplados en la misma o una
extralimitación de la función de la juez.

23.- Por el contrario, la funcionaria judicial tuvo la


prudencia de, antes de formular un cargo contra Gil

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Torres por presentarse a la audiencia en estado de


ebriedad, enviarlo al hospital para que se determinara o
descartara tal situación. Afirma que no sería razonable ni
lógico que la acusada procediera a escuchar en descargos
al abogado en estado de embriaguez, cuando no se
encontraba establecida técnicamente esa condición.

24.- Adicionalmente, no obra prueba alguna en la


actuación que demuestre un capricho de la juez,
tendiente a la negación de la ley, o la existencia de un
ánimo o motivo de la acusada para perjudicar a
Arquímedes Gil Torres. Por el contrario, el propio
abogado, reconoció que la juez no tenía alguna
motivación especial en su contra, pues ni siquiera había
estado en audiencias anteriores con ella.

25.- En segundo lugar, afirmó que no es acertado,


como se adujo en el fallo de primera instancia, que enviar
a Gil Torres a realizarse el examen, haya sido un acto de
soberbia, capricho y ausencia de sentido común. Por el
contrario, existía la posibilidad de que el abogado
presentara algún estado de embriaguez, pues olía a
alcohol o similares y presentaba rubor en el rostro, tal
como él mismo lo aceptó.

26.- Asimismo, la médica legista que practicó el


examen, manifestó en la audiencia de juicio que percibió
en el examinado un olor mentolado, lo cual concuerda
con la percepción señalada por la acusada.

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27.- Finalmente, el Tribunal supuso


equivocadamente el dolo en la conducta de la acusada, al
señalar que, por su experiencia como juez, era
conocedora de que estaba quebrantando la ley. Puesto
que, el hecho que la acusada sea abogada y haya ejercido
el cargo de juez varias veces, no permite deducir que
tenía el conocimiento de que su acción era objetivamente
típica y que la dirigió para obtener el resultado
propuesto, consistente en obrar con capricho y soberbia.

28.- En consecuencia, el apoderado de LILIA


ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS solicitó que la
sentencia apelada sea revocada y en su lugar se absuelva
a su prohijada de la conducta penal que le fue atribuida.

VI. DE LOS NO RECURRENTES

29.- El Fiscal 16 Delegado ante el Tribunal


Superior de Cundinamarca manifestó que los
argumentos expuestos por el defensor de la procesada no
tienen sustento jurídico ni probatorio, y en consecuencia
solicitó que se confirme la providencia controvertida9.

30.- Refirió que LILIA ESPERANZA FIGUEREDO


VIVAS no actuó amparada por los artículos 58 y 59 de la
Ley 270 de 1996, por cuanto, no fue evidente para los
asistentes a la audiencia que el abogado Arquímedes Gil
Torres estuviera en estado de embriaguez. Así lo declaró
la empleada del Juzgado Penal Municipal de Funza,

9
Folios 125 a 128. Ibídem.

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Tatiana Jiménez Mesías y la entonces denunciante


Zoraida Naranjo Castillo. Además, el profesional del
derecho aclaró que sufre de hipertensión y la coloración
de su rostro podía obedecer a ello. Lo cual dejó en
evidencia que la acusada ni siquiera reparó en tal
posibilidad o averiguó mediante una sencilla pregunta,
qué sucedía con el abogado, no siendo de recibo la
explicación del recurrente, consistente en que la
procesada debía exclusivamente ordenar la prueba de
embriaguez.

31.- Además, afirmó que el comportamiento de


FIGUEREDO VIVAS fue arbitrario, por cuanto ella debía
iniciar el correspondiente incidente y correr los
respectivos traslados para recibir explicaciones,
independiente del grado de embriaguez que presentara el
representante de la víctima, el cual, de haber sido alto,
hubiera quedado en evidencia con el tipo de respuesta
del abogado. No adelantar el incidente no autorizaba a la
togada para tomar la decisión de ordenar el examen de
alcoholemia en una diligencia que resultaba ilegal, pues
no instaló la audiencia y no permitió la salida del
abogado de la sala, convirtiendo su orden en una
retención ilegal que encuadró en un acto arbitrario.

32.- Por otro lado, de la lectura de la sentencia


condenatoria se encuentra que la orden de la juez de
acudir a la Policía convirtió su mandato en algo
ineludible y coercitivo, suficiente para plantear la

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arbitrariedad y la afectación de la dignidad del abogado


con la conducta investigada.

33.- Por último, señaló que, sí se contextualizó la


prueba del dolo con el injurioso comportamiento de la
enjuiciada hacia el abogado, cuando en la audiencia
indicó erróneamente que el profesional del derecho
estaba ebrio y por tanto debía ser notificado del
aplazamiento de la audiencia en otra oportunidad.

VII. CONSIDERACIONES

VII.1Competencia

34.- La Sala de Casación Penal de la Corte


Suprema de Justicia es competente para conocer del
recurso de apelación interpuesto por el defensor de LILIA
ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS contra la sentencia
proferida por la Sala de Decisión Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca el 4 de
marzo de 2021, conforme a lo dispuesto en el numeral 3
del artículo 32 de la Ley 906 de 2004.

VII.2Planteamiento del problema jurídico y


estructura de la decisión

35.- Corresponde a la Sala definir si de acuerdo


con las pruebas allegadas al plenario concurren los
presupuestos para declarar la responsabilidad penal de

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LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS como autora del


delito de abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto.

36.- Para resolver el anterior problema jurídico, la


Sala dividirá la presente parte considerativa en los
siguientes apartados: i) la estructura típica del delito de
abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto (7.3.); las
facultades correccionales y las órdenes del juez (7.4.); y
iii) el análisis del caso concreto (7.5.).

VII.3La estructura típica del delito de abuso de


autoridad por acto arbitrario e injusto

37.- El delito de abuso de autoridad por acto


arbitrario e injusto está descrito en el artículo 416 del
Código Penal de la siguiente forma:

ARTÍCULO 416. ABUSO DE AUTORIDAD POR ACTO


ARBITRARIO E INJUSTO. El Servidor público que
fuera de los casos especialmente previstos como
conductas punibles, con ocasión de sus funciones o
excediéndose en el ejercicio de ellas, cometa acto
arbitrario e injusto, incurrirá en multa y pérdida del
empleo o cargo público.

38.- En reiterada jurisprudencia se ha descrito la


estructura típica de este delito. En la tipicidad objetiva se
encuentra que: i) el sujeto activo es calificado y
corresponde a un servidor público que actúa con motivo
de sus funciones o excediéndose en el ejercicio de ellas;
ii) el sujeto pasivo es el Estado como titular del bien
jurídico de la administración pública; iii) el objeto
jurídico atañe al normal funcionamiento y desarrollo de

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la administración pública; iv) el objeto material puede ser


real o personal, atendiendo a si el comportamiento recae
en una cosa o persona o en un acto jurídico; v) la acción
consiste en cometer un acto arbitrario e injusto; y vi) es
un tipo penal subsidiario10.

39.- Frente al acto arbitrario o injusto, se tiene que


este puede ser jurídico o material. El primero comprende
la manifestación de la voluntad de un servidor público
con alcance jurídico, y el segundo corresponde a un
hecho material. Adicionalmente, los elementos de
arbitrariedad e injusticia en el actuar del agente son
acumulativos y no alternativos11.

40.- Esta Sala ha definido el acto arbitrario como


“el realizado por el servidor público haciendo prevalecer
su propia voluntad sobre la de la ley con el fin de procurar
objetivos personales y no el interés público, el cual se
manifiesta como extralimitación de las facultades o el
desvió de su ejercicio hacia propósitos distintos a los
previstos en la ley.12”

41.- Por su parte, el componente de injusticia ha


sido determinado como “la disconformidad entre los
efectos producidos por el acto oficial y los que debió
10
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencias SP347-2022 del
16 de febrero de 2022. Radicado 60199, SP122-2021 del 27 de enero de 2021.
Radicado 57296 y del 12 de noviembre de 2014. Radicado 40458 y autos AP949-
2022 del 9 de marzo de 2022. Radicado 60716 y AP1450-2021 del 21 de abril de
2021. Radicado No. 57990 y AP242-2020 del 29 de enero de 2020. Radicado 55753.
11
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia SP122-2021 del 27
de enero de 2021. Radicado 57296.
12
Ibídem.

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causar de haberse ejecutado con arreglo al orden jurídico.


La injusticia debe buscarse en la afectación ocasionada
con el acto caprichoso.”13

42.- La naturaleza subsidiaria otorgada por la ley


al tipo penal permite resolver el concurso aparente
eventualmente presentado con otras conductas punibles
que comportan un abuso de poder por parte de los
servidores públicos, como sucede en los casos de
prevaricato, concusión y violación de derechos políticos,
entre otros14.

43.- Finalmente, respecto a la tipicidad subjetiva,


se encuentra que esta conducta es únicamente dolosa.
Es decir, el agente debe conocer la arbitrariedad e
injusticia de su proceder y actuar con voluntad de su
realización.

44.- Lo anterior implica que, se presenta atipicidad


subjetiva del delito por falta de dolo, cuando el agente se
encuentra inmerso en un error de tipo. Esta figura se
define como la discordancia entre la conciencia del sujeto
activo y la realidad. Internamente este error consiste en
una falta de representación o en una representación falsa
sobre uno o varios de los elementos que describen la
conducta penal15.

13
Ibídem.
14
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Auto AP242-2020 del 29 de
enero de 2020. Radicado 55753.
15
Jescheck, Hans y Wigend, Thomas. Tratado de Derecho Penal. Parte General.
Granada, España: Comares, 2014, pág. 329.

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45.- El error de tipo está descrito en el numeral 10


del artículo 32 del Código Penal, de la siguiente manera:

10. Se obre con error invencible de que no concurre


en su conducta un hecho constitutivo de la
descripción típica o de que concurren los
presupuestos objetivos de una causal que excluya la
responsabilidad. Si el error fuere vencible la conducta
será punible cuando la ley la hubiere previsto como
culposa.

(…)

46.- Esta Sala ha señalado que esta categoría


jurídica:

“(…) hace referencia al desconocimiento o conocimiento


defectuoso de las circunstancias objetivas del hecho
que pertenecen al tipo legal, con independencia de que
estas tengan carácter fáctico, de naturaleza
descriptiva (cosa, cuerpo, causalidad), o normativa, de
esencia comprensiva (ajenidad, documento,
funcionario) (CSJ SP, 10 abr. 2013, rad. 40116).

Frente a la consecuencia del reconocimiento de un


error de tipo vencible, en eventos en que la conducta
no se halla prevista en la modalidad culposa, se ha
establecido que el mismo conduce a la atipicidad del
comportamiento.”16

47.- Así, por ejemplo, en un caso similar al


presente, esta Corte precluyó por atipicidad de la
conducta, una indagación adelantada por el delito de
abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto en
contra de una juez que ordenó el desalojo de la sala de
audiencias de un funcionario de su despacho con apoyo
16
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Auto AP242-2020 del 29 de
enero de 2020. Radicado 55753.

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de la Policía. Por cuanto, se acreditó que la togada actuó


inmersa en un error de tipo, pues consideró
erróneamente que su conducta se encontraba amparada
en sus funciones como directora de la audiencia y del
despacho.

48.- En esa oportunidad, se estableció:

“En esa dirección, y como ha quedado claro en el curso


de esta providencia, aunque el comportamiento de la
juez se advierte arbitrario e injusto en lo que atañe al
factor objetivo, puesto que su conducta como se expuso
anteriormente, no corresponde al ejercicio de una
medida correccional adoptada en el curso de una
audiencia, ni a una actuación que podría adelantar
válidamente como directora del despacho en orden a
que sus directrices fuesen acatadas, resulta plausible
colegir que la funcionaria desplegó tal comportamiento
bajo el convencimiento de que podía hacerlo en el
marco de sus funciones y que su actuación respondía
a criterios de justicia.

Ahora bien, surge evidente la vencibilidad de ese error


de tipo, pues, basta señalar que la Dra. MARÍA ELENA
MEJÍA SÁNCHEZ es una abogada que actuó en
ejercicio de la función pública de administrar justicia
y, por tanto, siempre le fue posible superar el yerro en
que incurrió, ya que el ejercicio de su cargo le imponía
estar al tanto de lo que correspondía efectivamente a
una medida correccional, susceptible de ser adoptada
en el curso de una audiencia, así como tener presente
sus competencias y límites como directora del
despacho, respecto al comportamiento de sus
empleados; sin embargo, no actuó con la mínima
diligencia que le era exigible.

Así las cosas, como se está reconociendo que en el


presente asunto existió un error de tipo vencible
determinante en el actuar de la indiciada, tal factor

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elimina el dolo en su comportamiento y, a su vez, lo


torna atípico, pues, en nuestra legislación penal no se
prevé la conducta de abuso de autoridad por acto
arbitrario e injusto en modalidad culposa, la Sala
revocará la decisión impugnada, para en su lugar
decretar la preclusión solicitada por el fiscal
recurrente.”17

VII.4Las facultades correccionales y las órdenes del


juez

49.- Los artículos 58 y 59 de la Ley 270 de 1996 o


Ley Estatutaria de la Administración de justicia
contemplan las medidas correccionales de los
funcionarios judiciales y el procedimiento para
ejecutarlas.

50.- Frente a los poderes correccionales del juez, la


Corte Constitucional ha establecido que:

“(…) la finalidad de dichas facultades consiste en


hacer prevalecer y preservar la dignidad de la justicia
y dentro de ella, garantizar el normal desenvolvimiento
y la celeridad de las actuaciones judiciales. Ello,
cuando en el proceso las partes e intervinientes tengan
alguno de los comportamientos descritos en tales
preceptos, pero al mismo tiempo cuando sea visible
que con su conducta, buscan claramente entorpecer o
dilatar el normal desenvolvimiento del proceso.”18

51.- Específicamente, en materia penal, el artículo


143 de la Ley 906 de 2004 enuncia los poderes y
medidas correccionales del juez, así como el trámite para

17
Ibídem.
18
Corte Constitucional. Sentencia C-203 del 24 de marzo de 2011.

19
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

imponerlas. Adicionalmente, esta Sala ha señalado lo


siguiente frente a estas facultades:

“Entiéndase por poder correccional, el conjunto de


facultades que autorizan al juez como conductor o
director de un proceso para mantener el adecuado
orden y la buena marcha del mismo, en su desarrollo
general o en específicas actuaciones como las
audiencias. En ejercicio de esas facultades, los jueces
pueden imponer sanciones a los sujetos procesales o
intervinientes o a meros concurrentes a las
audiencias.19”

52.- Asimismo, se ha establecido que el funcionario


judicial en materia penal y en el marco del sistema
acusatorio mantiene sus facultades correccionales frente
a aquellos eventos en los cuales la falta no ocurre en el
desarrollo de una audiencia. Puesto que la misma norma
hace referencia a “cualquier diligencia durante la
actuación procesal” y algunas de las situaciones
sancionables enlistadas en el artículo 143 del Código de
Procedimiento Penal no suceden en el marco de las
audiencias20.

53.- Junto con los poderes correccionales, los


jueces tienen la facultad de dictar órdenes, con el fin de
asegurar la buena marcha de las diligencias penales. En
este sentido, el numeral 3 del artículo 161 de la Ley 906
de 2004 al enunciar las clases de providencias judiciales
describe las órdenes de la siguiente manera:

19
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia del 17 de octubre
de 2012. Radicado 38358.
20
Ibídem.

20
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

3. Ordenes, si se limitan a disponer cualquier otro


trámite de los que la ley establece para dar curso a la
actuación o evitar el entorpecimiento de la misma.
Serán verbales, de cumplimiento inmediato y de ellas
se dejará un registro.

54.- Al respecto, la Corte Constitucional ha


señalado que el concepto de órdenes contenido en el
Código de Procedimiento Penal es bastante amplio, pues
abarca todas aquellas providencias del juez que no
pueden ser calificadas como sentencias o como autos y
que tienen por fin garantizar el desenvolvimiento de la
actuación penal. Además, estos mandatos son verbales y
de ellos se debe dejar un registro21.

VII.5El caso concreto

55.- Las censuras planteadas por el defensor de


LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS se dirigen a
cuestionar la valoración que el Tribunal hizo de los
medios de convicción, que lo llevaron a considerar
acreditada la materialidad de la conducta punible y la
responsabilidad penal de la procesada.

56.- Por lo tanto, para resolver el recurso de


apelación, la Corte determinará si las pruebas exhibidas
en el juicio oral permiten afirmar, más allá de toda duda
razonable, que se presentaron todos los elementos de la
conducta típica de abuso de autoridad por acto arbitrario

21
Corte Constitucional. Sentencia C- 897 del 30 de agosto de 2005.

21
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

e injusto y que la acusada es responsable de la comisión


de la misma.

57.- En primer lugar, en el caso sub judice se


acreditó la condición de servidora pública (sujeto activo
calificado) de LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS,
pues fue objeto de estipulación entre la Fiscalía y la
defensa que la procesada para el momento de los hechos
se desempeñaba como Juez Penal Municipal con Función
de Conocimiento de Funza22.

58.- En segundo lugar, está demostrado que, para


el 18 de septiembre de 2018, en el Juzgado Penal
Municipal con Función de Conocimiento de Funza,
estaba programada la realización de la audiencia
concentrada del artículo 542 de la Ley 906 de 2004,
dentro del proceso penal abreviado identificado con el
número 52866000376201601266, adelantado contra
John Harry Bulla Ramos por el delito de inasistencia
alimentaria.

59.- A las 10 de la mañana la entonces juez LILIA


ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS instaló la audiencia y
verificó la presencia de las partes. Después, la
funcionaria judicial dispuso reconocer personería
jurídica para actuar como apoderado de víctimas al
abogado Arquímedes Gil Torres, en representación de los
intereses de Zoraida Naranjo Castillo23.
22
Audiencia de juicio oral del 12 de noviembre de 2020. Parte 1. Récord. 16:54.
23
Acta de audiencia del 18 de septiembre de 2018 dentro del proceso
52866000376201601266. Folio 78. Cuaderno de pruebas incorporadas durante el
juicio oral.

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Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

60.- A continuación, la directora de la audiencia


dejó constancia de la inasistencia justificada del fiscal
asignado al caso, por cuanto él se comunicó el día
anterior con el despacho y señaló que la Fiscalía General
de la Nación no había expedido el acto administrativo de
prórroga de su función y competencias. Igualmente,
indicó que el defensor se presentó ante el despacho, pero
tras la ausencia del representante del ente acusador,
pidió permiso para retirarse con el fin de asistir a una
diligencia en Mosquera. Por último, refirió que el acusado
no se presentó a la diligencia a pesar de que fue
notificado de la misma. Por lo tanto, al no contar con los
sujetos procesales necesarios para la validez de la
audiencia concentrada, la togada manifestó que ésta no
se llevaría a cabo24.

61.- Inmediatamente después, la juez señaló:

“Teniendo en cuenta que el día de hoy, el doctor


Arquímedes Gil Torres identificado como quedó
registrado en el audio, se presenta a la audiencia de
carácter público y penal en estado de alicoramiento, se
dispone de forma inmediata y con auxilio de los
servidores públicos de la Policía Nacional de Funza,
para que proceda a trasladarse de forma inmediata
para que ejerciendo su derecho de defensa, las
autoridades médicas del municipio de Funza
practiquen prueba de embriaguez, con el fin de
establecer a qué se debe el olor que presenta el doctor
Arquímedes Gil Torres, que hace presumir una ingesta
de alcohol (…).

24
Ibídem.

23
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

Dejo la constancia que, tanto la juez como la secretaria


de la audiencia observaron la presencia de un olor
alcohólico en el profesional del derecho. De llegarse a
establecer ese estado se ordenará enviar copia de la
actuación al Consejo Superior de la Judicatura para
que inicien las acciones legales pertinentes en contra
del doctor Arquímedes Gil Torres, donde podrá ejercer
el derecho de defensa. Por lo tanto, como juez de la
República, solicito al apoderado permanecer en la sala
hasta tanto haga presencia un policial para que se
sirva acompañarlo al Hospital de Funza
(Cundinamarca). En atención a lo anterior, se
procederá a librar a través de secretaria oficio de
remisión del doctor Arquímedes Gil Torres al hospital
mencionado. 25”

62.- Posteriormente, la togada programó la


realización de la audiencia concentrada para el 4 de
octubre de 2018 a las 4 de la tarde, dentro del proceso
penal 52866000376201601266 adelantado contra John
Harry Bulla Ramos26.

63.- El entonces intendente de la Policía Nacional,


Cristian Ferney Rangel Lozada, relató en el juicio que se
encontraba de turno en el cuadrante y fue designado
para acompañar al abogado Arquímedes Gil Torres al
Hospital Nuestra Señora de las Mercedes de Funza para
que allí le hicieran la prueba de embriaguez. Narró que
juntos tomaron un taxi al frente de los juzgados con
destino al hospital27.

25
Audiencia concentrada del 18 de septiembre de 2018 dentro del proceso
52866000376201601266. Récord. 8:36. Cuaderno de pruebas incorporadas
durante el juicio oral.
26
Ibídem.
27
Audiencia de juicio oral del 12 de noviembre de 2020. Parte 2. Récord (2:54)

24
Segunda instancia
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LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

64.- El testigo refirió que adentro del hospital


esperaron cerca de 20 minutos hasta que Gil Torres
ingresó solo al consultorio de la médica de turno.
Mientras tanto, el intendente esperó afuera del recinto
hasta que terminó la prueba28.

65.- La médica general adscrita al Hospital Nuestra


Señora de las Mercedes y con funciones de medicina
legal, Laura Marcela Niño Rojas, relató que recibió de
parte de un policía una orden de la Juez Penal Municipal
con Función de Conocimiento de Funza para practicar
un examen de embriaguez29.

66.- Afirmó que, Arquímedes Gil Torres ingresó al


consultorio, ella le explicó en qué consistía el examen
que le iba a realizar y él firmó el consentimiento
informado. A continuación, el paciente narró los hechos,
mientras la médica evaluaba si él tenía alguna alteración
en el habla, el lenguaje, la memoria, en la introspección,
en el juicio o en el raciocinio. Luego, ella le realizó el
examen físico y analizó su aliento para determinar si
tenía algún rastro de alcohol u otra sustancia30.

67.- Señaló que, el resultado del dictamen fue


negativo para signos de embriaguez. Sin embargo, en el
documento consignó que solamente encontró un aliento
mentolado en el paciente. A continuación, entregó el
dictamen al policía31.
28
Ibídem. Récord (5:57).
29
Audiencia de juicio oral del 12 de noviembre de 2020. Parte 1. Récord (2:25:38)
30
Ibídem. Récord (2:37:29).
31
Ibídem. Récord (2:39:31).

25
Segunda instancia
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LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

68.- Finalmente, el testigo Cristian Ferney Rangel


Lozada refirió que esperó junto con Arquímedes Gil
Torres el resultado del examen. Luego de que les
entregaron el documento, ambos se dirigieron al
despacho judicial, el policía entregó el dictamen al
juzgado y el abogado tomó una copia del mismo32.

69.- Conforme a lo anterior, es claro que el 18 de


septiembre de 2018 la entonces Juez Penal Municipal
con Función de Conocimiento de Funza, LILIA
ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS, luego de declarar que
no se podía llevar a cabo la audiencia concentrada en el
proceso penal abreviado 52866000376201601266
adelantado contra John Harry Bulla Ramos, por
inasistencia justificada del fiscal, tras advertir que el
representante de la víctima Arquímedes Gil Torres podría
estar bajo los efectos del alcohol, ordenó que con
acompañamiento de la Policía Nacional al abogado le
fuera practicada una prueba de embriaguez en el
hospital del municipio. Examen que arrojó un resultado
negativo.

70.- Para la Sala, la actuación anteriormente


descrita realizada por LILIA ESPERANZA FIGUEREDO
VIVAS, en ejercicio de sus funciones como juez, tuvo las
características típicas objetivas de ser arbitraria e
injusta.

32
Audiencia de juicio oral del 12 de noviembre de 2020. Parte 2. Récord (16:37).

26
Segunda instancia
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CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

71.- Así, la acusada FIGUEREDO VIVAS no estaba


habilitada por sus facultades correccionales para ordenar
que Arquímedes Gil Torres fuera conducido por la Policía
y le fuera practicada la prueba de embriaguez, lo cual le
otorga a su comportamiento el carácter de arbitrario.

72.- Por cuanto, conforme al artículo 59 de la Ley


270 de 199633 y al parágrafo del precepto 143 de la Ley
906 de 200434, la togada estaba obligada a respetar el
debido proceso y antes de ordenar cualquier prueba,
debió dar inicio a un incidente con el fin de que el
abogado Arquímedes Gil Torres fuera escuchado y
pudiera dar las explicaciones respectivas frente a su
aparente estado de embriaguez, para posteriormente
disponer la práctica de los elementos de juicio que
considerara pertinentes.

73.- En cambio, del audio de la actuación del 18 de


septiembre de 2018 se extrae que la juez luego de
declarar que no se iba a realizar la audiencia
concentrada por inasistencia justificada del fiscal del
caso, declaró que Arquímedes Gil Torres había acudido a
la diligencia presuntamente en estado de embriaguez y sin
33
ARTÍCULO 59. PROCEDIMIENTO. El magistrado o juez hará saber al infractor
que su conducta acarrea la correspondiente sanción y de inmediato oirá las
explicaciones que éste quiera suministrar en su defensa. Si éstas no fueren
satisfactorias, procederá a señalar la sanción en resolución motivada contra la cual
solamente procede el recurso de reposición interpuesto en el momento de la
notificación. El sancionado dispone de veinticuatro horas para sustentar y el
funcionario de un tiempo igual para resolverlo.
34
PARÁGRAFO. En los casos anteriores, si la medida correccional fuere de multa o
arresto, su aplicación deberá estar precedida de la oportunidad para que el
presunto infractor exprese las razones de su oposición, si las hubiere. Si el
funcionario impone la sanción, el infractor podrá solicitar la reconsideración de la
medida que, de mantenerse, dará origen a la ejecución inmediata de la sanción, sin
que contra ella proceda recurso alguno.

27
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

permitirle el uso de la palabra al abogado para que


explicara su versión de la situación, la togada
inmediatamente ordenó su conducción al hospital del
municipio.

74.- Entonces, la acusada guiada únicamente por


su forma particular de percibir los hechos y a pesar de
que el representante de la víctima no había exhibido
algún comportamiento contrario a la solemnidad de la
audiencia o al debido decoro, dispuso que él fuera
conducido por miembros de la Policía al centro médico y
se le practicara el examen.

75.- Adicionalmente, el comportamiento de la juez


FIGUEREDO VIVAS también puede ser catalogado como
injusto, toda vez que el acto oficial causó afectaciones al
representante de la víctima.

76.- Tal como fue declarado por los testigos,


Arquímedes Gil Torres tuvo que esperar en la sala de
audiencias mientras llegaba un policía a acompañarlo,
quien posteriormente se desplazó con él al hospital, allí el
abogado aguardó cerca de 20 minutos mientras fue
atendido y posteriormente, permaneció en el centro
médico hasta que le fue entregado el resultado de la
prueba. Durante todo este tiempo y a pesar de lo
incómodo de la situación, el profesional del derecho acató
sin oposición las directrices de la juez.

77.- Igualmente, resultó inmerecido que


Arquímedes Gil Torres fuera conducido por un policía por

28
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

las calles del municipio de Funza, porque esto expuso su


prestigio como abogado, más aún cuando él no había
demostrado algún comportamiento indecoroso dentro de
la sala de audiencias.

78.- Por lo tanto, el comportamiento de la juez


LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS resultó ser
arbitrario e injusto, cumpliendo así con la tipicidad
objetiva del delito por el que fue acusada, puesto que ella
no actuó amparada en el ejercicio de sus facultades
correccionales ni en sus atribuciones como directora del
proceso.

79.- Sin embargo, no ocurre lo mismo respecto a la


tipicidad subjetiva de su actuar, toda vez que la
funcionaria judicial obró inmersa en un error de tipo, por
cuanto procedió convencida de que estaba actuando en el
marco de sus funciones y buscaba que las partes que
acudieron a la actuación se comportaran con el debido
decoro y respetaran la solemnidad y seriedad de los actos
procesales.

80.- Así, la acusada creyó que el representante de


la víctima presumiblemente estaba bajo los efectos del
alcohol, y, en consecuencia, consideró erróneamente que
podía ordenar la prueba de embriaguez en el marco de
sus funciones correccionales para preservar la
respetabilidad y la solemnidad de la actuación penal, sin
acudir al procedimiento contemplado en el parágrafo del
artículo 143 de la Ley 906 de 2004.

29
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

81.- Los testimonios rendidos en juicio indican que


la procesada tenía motivos para presumir que el abogado
Arquímedes Gil Torres podría estar en estado de
embriaguez. Toda vez que, el profesional del derecho
durante la diligencia presentaba algunos signos que
podrían ser compatibles con dicho estado, como el tono
ruborizado de su rostro y, además tenía un aliento
mentolado.

82.- En efecto, en el acta de audiencia del 18 de


septiembre de 2018 quedó establecido que la juez
identificó la presencia de un “olor alcohólico” en el
profesional del derecho. Situación que fue confirmada
por la médica general Laura Marcela Niño Rojas, cuando
afirmó que en el dictamen de embriaguez clínica
consignó que encontró un “aliento mentolado” en el
paciente35.

83.- Asimismo, Arquímedes Gil Torres aseveró en


juicio que, durante la diligencia se presentaron “unas
presuntas casualidades”36 que llevaron a pensar a la juez
que él estaba en estado de embriaguez.

84.- En este sentido, refirió que:

“cuando ya se había dado la orden de cancelación de


la audiencia y pues como al observar la actitud de la
señora juez que es como exaltada e imponente, me
indispuso, entonces yo sufro de la tensión y pues se

35
Audiencia de juicio oral del 12 de noviembre de 2020. Parte 1. Récord (2:39:51).
36
Ibídem. Récord (49:10).

30
Segunda instancia
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CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

me subió la tensión y me puse colorado y de ahí


entonces tomaron que supuestamente yo estaba en
estado de alicoramiento (…)”37.

85.- Lo anterior constituyó un motivo de peso para


que la juez FIGUEREDO VIVAS haya pensado que el
abogado de la víctima se presentó en estado de
embriaguez, lo cual podía constituir una falta conforme
al numeral 5 del artículo 143 de la Ley 906 de 2004 que
sanciona “A quien en las audiencias asuma
comportamiento contrario a la solemnidad del acto, a su
eficacia o correcto desarrollo”.

86.- Por tal razón, la enjuiciada ordenó que Gil


Torres fuera acompañado por la fuerza pública al
hospital municipal, para que le practicaran una prueba
de embriaguez. La juez tomó esta determinación con el
fin de establecer si el abogado se encontraba bajo los
efectos del alcohol, para que en caso de que el resultado
de la prueba fuera positivo, ella pudiera aplicar las
sanciones correspondientes o compulsar copias a las
autoridades disciplinarias.

87.- La procesada creyó erróneamente que su


conducta no era arbitraria ni injusta, pues, estimó que
esta obedecía al ejercicio de sus facultades correccionales
y su función como directora de la audiencia y del
despacho, máxime cuando a su juicio, el abogado de la
víctima habría acudido al recinto judicial en estado de

37
Ibídem. Récord (49:57).

31
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

alicoramiento y por tanto estaba habilitada para ordenar


la prueba varias veces mencionada.

88.- Además, la acusada consideró que lo adecuado


era establecer con la prueba técnica, si efectivamente
Arquímedes Gil Torres se encontraba bajo los efectos del
alcohol, antes de imponer cualquier medida correctiva.
Por cuanto, imponerle una sanción solamente fundada
en su percepción podía constituir un acto caprichoso y
contrario al debido proceso.

89.- Sumando a lo anterior, la aplicación de las


medidas correccionales consagradas en la Ley 906 de
2004, no se desenvuelve en un escenario frecuente,
cotidiano y natural, pues, no se trata de una temática
que los juzgadores afronten de manera reiterada, al
punto de conocer a profundidad sus características y
detalles. De tal suerte que, cuando menos en este caso
particular, no es posible sostener que la acusada contaba
con un conocimiento depurado sobre el procedimiento
especifico que debía adelantar en aplicación de dichas
facultades.

90.- Finalmente, no se probó que el


comportamiento de LILIA ESPERANZA FIGUEREDO
VIVAS estuviera marcado por un ánimo caprichoso con el
fin de procurar objetivos personales o dirigido por algún
tipo de animadversión en contra del abogado.

32
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

91.- Así, el propio Gil Torres declaró en el


contrainterrogatorio que “no había tenido algún
encuentro, alguna animadversión antes de estos hechos”38
con la procesada. Además, indicó que “no había tenido
alguna audiencia con anterioridad con la señora juez”39.

92.- Por todo lo anterior, se concluye que en el


presente asunto LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS
actuó inmersa en un error de tipo respecto a la conducta
de abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto.

93.- Ahora bien, surge evidente que ese error de


tipo era vencible. Puesto que, basta señalar que la
acusada es una abogada que actuó en ejercicio de sus
funciones como juez y, por tanto, siempre le fue posible
superar el yerro en que incurrió, ya que el ejercicio de su
cargo le imponía estar al tanto del procedimiento que
debía seguir en materia de medidas correccionales
conforme al parágrafo del artículo 143 de la Ley 906 de
2004, así como tener presente sus competencias y límites
como directora del despacho, respecto al comportamiento
de las partes que acudieron al proceso. Sin embargo,
contrario a lo que le era exigido, actuó negligentemente.

94.- En consecuencia, como se está reconociendo


que en el presente asunto existió un error de tipo
vencible determinante en el actuar de la procesada, tal
factor elimina el dolo en su comportamiento y, a su vez,

38
Ibídem. Récord (1:05:21).
39
Ibídem. Récord (1:05:12).

33
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

lo torna atípico, pues, en nuestra legislación penal no se


prevé la conducta de abuso de autoridad por acto
arbitrario e injusto en la modalidad culposa.

95.- Por lo tanto, la Sala revocará la sentencia


proferida en primera instancia por la Sala de Decisión
Penal del Tribunal Superior del Distrito de
Cundinamarca, para en su lugar disponer la absolución
de la procesada por atipicidad de la conducta.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal


de la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

VIII. RESUELVE

Primero: REVOCAR la sentencia apelada proferida


por la Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior del
Distrito de Cundinamarca el 4 de marzo de 2021.

Segundo: En su lugar, ABSOLVER a LILIA


ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS por el delito de abuso de
autoridad por acto arbitrario e injusto.

Tercero: Contra lo aquí resuelto no procede recurso


alguno.

34
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

Devuélvase el expediente al Tribunal de origen.

Notifíquese y cúmplase.

HUGO QUINTERO BERNATE

PRESIDENTE

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

MYRIAM ÁVILA ROLDÁN

FERNANDO BOLAÑOS PALACIOS

35
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

GERSON CHAVERRA CASTRO

DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

FABIO OSPITIA GARZÓN

36
Segunda instancia
Radicado: 59403
CUI: 11001600071120180001601
LILIA ESPERANZA FIGUEREDO VIVAS

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA

Secretaria

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