GLADIS PEREZ MONTOYA Vs EPS FAMISANAR
GLADIS PEREZ MONTOYA Vs EPS FAMISANAR
GLADIS PEREZ MONTOYA Vs EPS FAMISANAR
E. S. D.
HECHOS
2- Soy Paciente que tengo varias Enfermedades como Vértigo, Colon Irritable y
Artrosis.
3- Para poder tratar estas Enfermedades y tener una Condición de Salud estable los
AR Médicos me Ordenaron que tengo que tomar la siguiente cita Médica con
Especialista:
5 Sin embargo, a la fecha no ha sido posible obtener la cita por parte de la EPS
FAMISANAR.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
En desarrollo de tal mandato constitucional se expidió la Ley 100 de 1993, que señala el
marco normativo dentro del cual se ha de circunscribir el Estado, para dar cabal
cumplimiento a lo dispuesto sobre implementación de una atención básica en salud, así
como los particulares que deseen conformar las Entidades Promotoras de Salud Subsidiada.
Sobre la Salud, como Derecho Fundamental conexo con el de la Vida ya se ha hecho oír la H. Corte
Constitucional en oportunidades como las reseñadas a continuación:
"…La Corte Constitucional ha expuesto que "(la salud y la integridad física son objetos
jurídicos identificables, pero nunca desligados de la vida humana que los abarca de
manera directa)", por ello "cuando se habla del derecho a la salud, no se está
haciendo cosa distinta a identificar un objeto jurídico concreto del derecho a la vida, y
lo mismo ocurre cuando se refiere al derecho a la integridad física. Es decir, se trata
de concreciones del derecho a la vida, mas no de bienes jurídicos desligados de la
vida humana, porque su conexidad próxima es inminente" (Sentencia T-494 de 1993,
M.P. Vladimiro Naranjo Mesa)
"..El carácter fundamental del derecho a la salud emerge siempre que su desatención
vulnere directa y gravemente el derecho a la vida, destacándose que en estos eventos
comporta "(no sólo la intervención puntual necesaria para evitar la enfermedad, sino
también la actuación difusa necesaria para lograr la recuperación de la calidad de
vida" (Sentencia T597 M.P. Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz)
Nuestro estatuto Constitucional consagra en sus artículos 48 y 49 los derechos a la seguridad social y
a la salud al establecer:
"La seguridad social es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo
la dirección, coordinación y control del Estado, en sujeción a los principios de
eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la Ley .Se
garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la seguridad social..."
"La atención en salud y ... son servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a
todas las personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación
de la salud".
En relación con la materia que nos ocupa, el derecho a la salud y a la seguridad social, en conexión
con el de la vida digna e integridad personal; es más evidente la supremacía constitucional:
"... El respeto a la dignidad humana debe inspirar todas las actuaciones del Estado.
Los funcionarios están en la obligación de tratar a toda persona, sin distinción alguna,
de conformidad con su valor intrínseco (C.P. arts. 1,5 y 13). La integridad del ser
humano constituye razón de ser, principio y fin último de la organización estatal”.
Así debe procederse también en mi caso, quien de acuerdo a los pronunciamientos médicos, requiere
con urgencia, bajo amenaza de que su problema cobre mayor trascendencia y grave daño que la
lleven a perder su vida. Con los exámenes de diagnóstico y la interconsulta con medicina Nuclear, se
trata es de atender unas recomendaciones especiales, con origen estrictamente médico- científicas,
que resultan irremplazables tanto como urgentes en aras de mejorar la salud y contrarrestar el peligro
y la vulnerabilidad a que está expuesta mi vida, así como su integridad física y propender por un futuro
no tan incierto como el que le augura la negligente conducta de la Entidad Promotora de Salud a la
que me encuentro afiliada.
No puede ninguna entidad promotora de salud, negarse con su conducta negligente a realizar los
exámenes de diagnóstico y la interconsulta con medicina Nuclear, ni tampoco a darle continuidad al
tratamiento de manera inmediata como lo ordenen los médicos especialistas y que requiero, la cual
ostenta una importancia de la que nadie dudará, atendiendo a que es del dominio público, y con
muchísima mayor razón lo será de las élites médicas especializadas, que el procedimiento que
requiere mi tía, es no solamente urgente sino indispensable para contrarrestar el cáncer que padece
con el fin de mejorar su calidad de vida, mucho menos puede una E.P.S. sumir en la incertidumbre a
los pacientes, informándoles que su petición fue incluida en una base de datos sin indicarle una fecha
precisa en que será atendido su requerimiento, con el agravante de saber que no le autorizan el
procedimiento por no tener las partidas para tal fin y así lo ha indicado en varias oportunidades la
Corte Constitucional, como en sentencia T-728 de julio 5 de 2001. MP. Rodrigo Escobar Gil, donde
indicó que:
Por lo anterior, la Corte considera que debe protegerse el derecho a la salud del
demandante en conexidad con los derechos fundamentales a la vida y a la integridad
personal, derechos que le fueron vulnerados al no suministrarle oportunamente
información sobre cuándo se le realizaría el tratamiento quirúrgico que requiere,
hecho que ha significado un retardo injustificado en la realización de su cirugía...”
EL DERECHO A LA VIDA
Fue voluntad del Constituyente que sesionó en el año 91 para dotar nuestra vida jurídica de una nueva
Carta Política, consignar en el TITULO II, agrupados bajo el CAPITULO I, los allí expresamente
denominados “DERECHOS FUNDAMENTALES” y entre ellos, como el primero de todos, se escribió en el
ARTÍCULO II, EL DERECHO A LA VIDA, redactado de la siguiente manera:
Resulta absolutamente claro que se habla en este canon constitucional, de una prerrogativa que debe
colocarse por encima de consideraciones que pretendan desconocerla, pues el contenido de lo que ha de
entenderse por derecho a la vida, en un Estado como el nuestro que, por lo menos en teoría, se declara
como Social de Derecho, ha de ser colocado en la cúspide de todo el discurso jurídico que entraña una
Carta de Derechos ciudadanos, tan amplia como la que nos gobierna desde el año 91.
“La vida humana está consagrada en la Carta de 1991 como un valor superior que,
según las voces del preámbulo debe asegurar la organización política cuyas
autoridades, de conformidad con el artículo segundo, justamente están instituidas para
protegerla. En perfecta concordancia con ese valor, en cuanto constituye proyección
del mismo, encabezando el capitulo correspondiente a los derechos fundamentales,
aparece el derecho a la vida (art. 11 C.P), caracterizado por ser el de mayor
connotación toda vez que se erige en el presupuesto ontológico para el goce y el
ejercicio de los demás derechos, ya que cualquier prerrogativa, facultad o poder
deviene inútil ante la inexistencia de un titular al cual puedan serle reconocidos.
“Así pues, el tenor literal del artículo 11 de la Carta supone una actitud de las
autoridades públicas y de los particulares orientada a evitar cualquier
comportamiento capaz de afectar la vida o producir la muerte, empero, como se
ha visto, el derecho a la vida es de más amplio espectro y por ello no agota su
designio protector en la simple abstención. Actualmente el constitucionalismo
hace eco de
CONCEPTO DE VIOLACIÓN
Por su parte, el artículo 49 de la Carta, en relación con lo anterior, consagró que toda
persona tiene el derecho de acceso a la protección y recuperación de su salud, el cual se
encuentra a cargo del Estado y que debe ser prestado conforme a los principios de
eficiencia, universalidad y solidaridad.
Así, en desarrollo de las normas constitucionales citadas, el Congreso expidió la Ley 100
de 1993 “por medio de la cual se crea el Sistema General de Seguridad Social”, con el
objetivo de otorgar el amparo frente a aquellas contingencias a las que puedan verse
expuestas las personas con la posibilidad de afectar su salud y su situación económica.
En ese orden, el sistema fue estructurado con los siguientes componentes: (i) el Sistema
General en Pensiones, (ii) el Sistema General en Salud, (iii) el Sistema General de
Riesgos Profesionales y (iv) Servicios Sociales Complementarios.
De igual forma, y por interesar a esta causa, la mencionada ley dispone como uno de los
objetivos del Sistema General en Salud, crear condiciones de acceso a todos los niveles
de atención para toda la población, orientado por los principios de universalidad, calidad y
eficiencia, entre otros.
Asimismo, la Ley 1751 de 2015, reconoció el carácter fundamental que comporta este
derecho, tal como lo venía señalando la jurisprudencia constitucional. Dicha garantía,
consiste en una serie de medidas y prestación de servicios, en procura de su
materialización, en el más alto nivel de calidad e integralidad posible.
En ese orden, esta Corte ha sostenido que, en virtud del derecho fundamental a la salud,
el Estado está en la obligación de adoptar aquellas medidas necesarias para brindar a las
personas este servicio de manera efectiva e integral, derecho que, de encontrarse de
alguna manera amenazado, puede ser protegido por vía de acción de tutela.
En ese orden, esta Corte ha sostenido que, en virtud del derecho fundamental a la salud,
el Estado está en la obligación de adoptar aquellas medidas necesarias para brindar a las
personas este servicio de manera efectiva e integral, derecho que, de encontrarse de
alguna manera amenazado, puede ser protegido por vía de acción de tutela.
En ese orden, no se puede imponer obstáculo alguno para que el paciente acceda a todas
aquellas prestaciones que el médico tratante considere que son las indicadas para
combatir sus afecciones, de manera oportuna y completa.
Así, por regla general, los servicios que deben ser otorgados de manera integral, son
aquellos que el profesional de la salud estime pertinentes para atender el padecimiento
que se presente. Al respecto, la Corte ha señalado que:
Bajo esa perspectiva, dado que con el tratamiento integral se logra garantizar la atención
eficiente, adecuada y oportuna de las patologías que puedan presentar los pacientes
diagnosticados por el respectivo médico tratante, el amparo por vía de tutela se torna
procedente.
Ahora bien, la Corte ha identificado que existen ciertos eventos en los que no se logra
evidenciar con claridad que el tratamiento solicitado por el paciente relacionado con la
atención integral, provenga de una orden médica o siquiera se acredite concepto o criterio
del galeno, por tanto, sostiene que, en estos casos, el juez constitucional al conceder el
amparo, debe ajustarse a precisos presupuestos, que le permitan determinar con claridad
la orden que se pretende dictar, a saber:
Bajo ese orden de ideas, es claro que en casos en los que la enfermedad de la persona
hace notorias sus condiciones indignas de existencia, resulta desproporcionado y contrario
al principio de integralidad en materia de salud, que se exijan requisitos de carácter
administrativo, como lo es la prescripción por parte del galeno tratante, para que el
paciente pueda recibir la asistencia médica requerida.
Así las cosas, cabe concluir que el tratamiento integral en materia de salud, comporta una
gran importancia en cuanto a la garantía efectiva de este derecho fundamental, en la
medida en que no se reduce a la prestación de medicamentos o de procedimientos de
manera aislada, sino que abarca todas aquellas prestaciones que se consideran
necesarias para conjurar las afecciones que puede sufrir una persona, ya sean de
carácter físico, funcional, psicológico emocional e inclusive social, derivando en la
imposibilidad de imponer obstáculos para obtener un adecuado acceso al servicio,
reforzándose aún más dicho entendimiento cuando se trata de sujetos que merecen un
especial amparo constitucional.
PRUEBAS
Con el fin de establecer la vulneración de los derechos, solicito señor Juez se sirva tener
en cuenta las siguientes pruebas:
PRETENSIONES
Con fundamento en los hechos relacionados, solicito al señor Juez disponer y ordenar a
favor mío lo siguiente:
CUARTO: Solicito señor juez que la presente acción constitucional se amparada de maenra
integral para poder garantizar los procedimientos médicos que se me indiquen por los
jueces de manera continua sin trabas y dilaciones administrativas para que no se me
vulneren mis derechos fundamentales.
JURAMENTO
Manifiesto bajo la gravedad del juramento que no se ha presentado ninguna otra acción de
tutela por los mismos hechos y derechos.
NOTIFICACIONES
Accionado
EPS FAMISANAR
[email protected]
Accionante