Unidad 2 Ejercicio 2
Unidad 2 Ejercicio 2
Unidad 2 Ejercicio 2
Valorar el estado de la piel, al poder comprobar que no hay indicios de aparición de rojeces,
úlceras por presión, erupciones u otros problemas relacionados.
Y con todo ello, mejorar el estado de confort y bienestar de la persona, al influir sobre su
autoestima, autoconcepto y autopercepción corporal.
Explicarle a la persona lo que se le va a realizar, pidiéndole en todo momento (en caso de que
sea posible) su máxima colaboración.
Desarrollar una actitud positiva hacia la persona, respetando sus tiempos y su intimidad.
Determinar el grado de limitación de la persona, valorando las posibilidades reales que tiene
de realizar por si misma la actividad o colaborar en ella. Ya que esto nos permitirá determinar
el grado de ayuda que precisa y el tipo de aseo e higiene que necesita (en cama, en la ducha,
etc.).
Tener en cuenta en todo momento, que solo se deben destapar aquellas zonas en las cuales
estemos realizando el aseo en ese momento. Y que debemos secar minuciosamente cada zona
una vez finalizada la higiene.
Y por último, controlar la iluminación y la temperatura de la estancia, para que ésta sea lo más
agradable y cómoda posible.
Una vez preparado el material y con el agua a la temperatura adecuada, desvestir a la persona
y taparla con una sabana y toallas.
Comenzar a realizar el aseo en decúbito supino (boca arriba) siguiendo la siguiente secuencia:
Extremidades superiores (manos, brazos y axilas). Prestar especial atención a los espacios
interdigitales (entre los dedos), uñas y axilas.
Torax y abdomen. Prestando especial atención a la región submamaria, zona del ombligo y
pliegues.
Extremidades inferiores (piernas y pies). Prestando especial atención a la zona inguinal, huecos
poplíteos (detrás de la rodilla) y espacios interdigitales.
Y por último, lavar el pelo empleando para ello un lavacabezas hinchable, secarlo y cubrirlo con
una toalla.
Una vez finalizado el aseo en decúbito supino, ayudar al enfermo a colocarse en decúbito
lateral (de lado) y realizar el aseo con una esponja nueva siguiendo la siguiente secuencia:
Espalda.
Glúteos.
Muslos.
Y región anal.
Una vez finalizada la higiene corporal pasaríamos a realizar el aseo e higiene bucodental el cual
será explicado en otra publicación dada su importancia.
Realizar el aseo sentado en una silla de ducha o asiento rígido siguiendo el mismo orden de
secuencia descrito con anterioridad. Pero teniendo en cuenta, que en personas que presenten
graves dificultades para mantenerse en bipedestación (de pie) se recomienda comenzar
realizando el aseo urogenital y anal en cama. Para posteriormente pasar a la ducha.
Secar, incidiendo en los pliegues cutáneos y zonas de riesgo para evitar infecciones debido a la
humedad.