PAF - Compromiso Ético
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El cannabidiol (CBD) es el compuesto principal y más abundante del cannabis, que ha sido
ampliamente estudiado por sus grandes beneficios para la salud física y mental. Este
componente tiene propiedades no psicoactivo, es decir no actúa a través de los receptores
cerebrales responsables de la psicoactividad, no es alucinógeno, además presenta diversas
propiedades terapéuticas, como por ejemplo tiene función antioxidante, analgésica,
anticonvulsionante, antiinflamatoria, entre otras (1). El CBD puede llegar a considerarse
uno de los mejores tratamientos para enfermedades neurodegenrativas, es decir
enfermedades que no responden al tratamiento estándar, pero que no necesariamente son
incurables, ya que puede aliviar síntomas y dar una mejor calidad de vida. La manera en la
que estos compuestos funcionan es a través de la médula espinal, de receptores CB1
cerebrales y de las neuronas sensoriales periféricas; estos receptores activan la proteína G,
que neutraliza el dolor, por medio de la actividad neuronal (2). Por esta razón, se presenta
la siguiente problemática ¿Los cannabinoides pueden llegar a ser el mejor tratamiento para
enfermedades neurodegenerativas? Desde mi perspectiva, pienso que la legalización del
cannabidiol es un paso positivo, ya que muestra un gran potencial en el campo de la
medicina debido a sus propiedades terapéuticas y a sus diversas vías de administración;
también ha demostrado ser prometedor por ayudar en el tratamiento de enfermedades
neurodegenerativas, al igual que posee efectos secundarios mínimos y manejables. El
objetivo de este artículo de opinión es determinar si el cannabidiol puede llegar a ser el
mejor tratamiento para enfermedades neurodegenerativas.
La legalización del cannabidiol con fines medicinales es un tema complejo que involucra
una evaluación cuidadosa de los beneficios terapéuticos, los riesgos y la regulación
efectiva. La Organización Mundial de la Salud ha respaldado el uso medicinal del cannabis
en varias ocasiones, incluyendo un informe del Comité de Expertos en
Farmacodependencia de la OMS en diciembre de 2017, que afirmó que el CBD carece de
potencial adictivo, no produce efectos psicoactivos o cardiovasculares perjudiciales, no
representa riesgos individuales o sociales, y tiene aplicaciones terapéuticas prometedoras.
La OMS ha recomendado a las Naciones Unidas reducir la regulación del cannabis con
base en esta evidencia. (3). Si se considera el uso de marihuana en el Perú, se sugiere
seguir el ejemplo de países que han respaldado su uso medicinal basado en evidencia
científica de seguridad y eficacia, ya que la población peruana tiene falta de comprensión
sobre estos medicamentos y la DIGEMID no cuenta con la organización y los recursos
suficientes que garanticen su uso adecuado (4). El Comité de Expertos en
Farmacodependencia de la OMS explicó que el cannabidiol en su forma pura no parece ser
dañino ni con riesgo de abuso (5). Debido a esto el CBD requiere un análisis cuidadoso de
sus beneficios y riesgos, si bien la OMS respalda su uso medicinal por sus prometedores
efectos y su bajo riesgo, en el Perú hace falta más investigación y regulaciones adecuadas
por parte de DIGEMID, para garantizar un uso seguro y responsable de este compuesto.