Historia de La Ciencia-Art - Christie 1
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J.R. R. Christie (1996). The development of the History of Modern Science. En: Companion to
the history of modern science, Olby, R., G.N. Cantor, J.R.R. y M.J.S. Hodge (Eds.) Routledge.
Londres y Nueva York, 1996, pp. 5-22. Traducido por León Martínez Castilla.
1.INTRODUCCIÓN
(...)
Bacon y los otros revolucionarios científicos de su período se
preocupaban más por promover una imagen que liberara a la historia humana
de su pasado y la colocara en una nueva época que de elaborar sobre el pasado
de la ciencia. Así, para discernir los orígenes globales de la historia de la ciencia,
necesitamos, además, especificar el momento en que esta concepción baconiana
de la ciencia se vuelve en sí misma un objeto de interés e investigación para la
conciencia histórica de Occidente, al tratar de explicar y comprender la
particularidad de su existencia histórica.
Podemos decir que las décadas centrales del siglo XVIII marcan el
surgimiento de esta preocupación específicamente histórica acerca del
significado global y temporal de la ciencia. El surgimiento está asociado con el
movimiento intelectual que dominó ese tiempo y que los historiadores conocen
como la Ilustración.
La Ilustración fue esencialmente un programa de reforma producido por
filósofos y científicos dedicados a cambiar el terreno intelectual, político y social
en que los humanos habían estado obligados a vivir hasta entonces. En
particular buscaban un mayor grado de libertad política individual y de
igualdad social del que existía en ese momento. Una clave para lograr esto era
la liberación intelectual, y este presupuesto de la Ilustración hizo que la ciencia
fuera central para sus aspiraciones, pues los pensadores de la Ilustración
hicieron de la ciencia el modelo de lo que el espíritu humano puede lograr
cuando es desencadenado. La obra de Galileo, Descartes, Bacon y Newton fue
aprovechada como ejemplar, como portadora de verdadero conocimiento acerca
de la naturaleza. Este conocimiento auténtico no sólo liberaba a la mente
humana de los grilletes de la religión supersticiosa y la metafísica pasada de
moda, sino que podía dirigirse hacia fines materiales productivos que
incrementarían la prosperidad y por lo tanto garantizarían el progreso político y
social. Para poder afirmar esto que recuerda muchas de las afirmaciones
baconianas originales, los intelectuales de la Ilustración tenían que prestar a la
historia de la ciencia una detallada atención que hasta entonces no había
recibido, pues no sólo se pretendía repetir la promesa baconiana original, sino
mostrar que esta promesa, desde los tiempos de Bacon y Galileo, se había
cumplido parcialmente, y que esta consumación justificaba el optimismo
progresista de la Ilustración. Por lo tanto, fue durante la Ilustración que por
primera vez se construyó y se lanzó al mundo la visión históricamente basada
del significado intelectual, político y social de la ciencia para la humanidad. Al
llevarse esto a cabo, se asentaron una serie de suposiciones acerca de la ciencia y
su significado histórico que han sido tan influyentes que todos los historiadores
de la ciencia occidentales se han formado dentro de ellas. Esto es cierto sin
importar que los historiadores hayan estado convencidos de los compromisos
de la Ilustración o que hayan tratado de modificarlos o derribarlos.
(...)
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8. LA HISTORIOGRAFIA DE LA QUÍMICA
Tal vez el lugar en el que más tiempo se han hecho estas preguntas ha
sido, y sigue siendo, la historiografía de la química, pues los historiadores de la
ciencia están obligados a considerar el problema del linaje histórico de esa
ciencia con relación a la práctica preexistente de la alquimia. Esto representa un
problema clave, pues la alquimia puede verse como una embarazosa actividad
"precientífica", una práctica secreta y cargada de jerigonza, con objetivos
imposibles. Sin embargo los alquimistas también eran experimentadores de
consideración y desarrollaron teorías de los "elementos" químicos, dos cosas
que indican que en términos históricos, la química no puede simplemente
cortarse de su pasado alquímico. Este problema histórico, de la emergencia de
una disciplina auténticamente científica en relación a su pasado problemático,
fue atacado, por ejemplo, en la obra de Thomas Thomson Historia de la Química
(1830-1). También aparece recurrentemente dentro de los escritos históricos de
la recientemente emergida ciencia de la geología, donde los intentos de Charles
Lyell (1797-1875) de restablecer los fundamentos metodológicos y conceptuales
de la ciencia geológica imponían una descripción y designación históricas de su
origen.
Tales reflexiones históricas sobre los orígenes "genuinos" a menudo
tienden a acompañar la aparición de especialidades científicas particulares..
Este proceso constituye la formulación de la identidad de una disciplina junto
con la especificación del tema de estudio, los métodos, las técnicas y las teorías.
Aunque desde el siglo XIX la historiografía de la ciencia disciplinaria se ha
distanciado profesionalmente de tales formulaciones directas de identidad, la
naturaleza y la forma del problema de la identidad original continuarán
rondándola como alma en pena.
9. EL "HISTORICISMO"
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(...)
El siglo XIX historicista fue también una gran era de literatura biográfica y
la historiografía de la ciencia respondió también a esta tendencia global de la
cultura del siglo XIX. La biografía era una forma literaria extremadamente
popular y sirvió para comunicar aspectos de la historiografía de la ciencia a un
público más amplio que el de los científicos. David Brewster (1781-1868), el
físico escocés, escribió biografías populares de Galileo, Tycho Brahe y Kepler, y
también produjo una biografía monumental de Isaac Newton, una obra que
sólo recientemente ha sido superada, así de considerable es su alcance y su
detalle. Las biografías de científicos que hizo Brewster todavía tienen interés
historiográfico, pues a menudo se enfocan en un problema que aún tiene
significado técnico y general para los historiadores de la ciencia. Este problema
queda bien delineado en el tratamiento que hace Brewster de los intereses
alquímicos de Newton. Estos resultaban problemáticos para Brewster pues
revelaban que Newton estaba involucrado en la práctica intelectualmente
despreciable y moralmente reprensible de la alquimia. El propio Brewster no
pudo producir una explicación coherente de la alquimia de Newton y el
problema con el que se enfrentó, entender como Newton, el parangón de la
racionalidad científica, también tomaba en serio las prácticas místicas de la
alquimia, nunca ha desaparecido para los estudiosos de Newton. Aunque hoy
en día las aproximaciones a este problema son más sofisticadas que cualquier
cosa imaginada por Brewster, el problema de cómo integrar estos aspectos
aparentemente opuestos de Newton, aún persiste.
El trabajo biográfico se ha vuelto algo habitual para los historiadores de la
ciencia desde el siglo XIX y continúa proveyendo un útil foco de investigación y
escritura. Su tendencia consiste en subrayar el elemento individualista en la
historia de la ciencia, es decir, ver a la mente individual como agente único de
desarrollo científico al luchar con los problemas científicos. Pero la biografía
también añade un elemento humanizador que a menudo hace falta en las
historias de teorías o ciencias particulares. Como la biografía toma la vida
humana como su unidad narrativa y cómo cualquier biografía para ser exitosa
necesita clarificar el significado que la vida y la carrera del protagonista tenían
para él, la biografía debe enfocarse en lo que para el científico significa su
propio trabajo y como éste expresa la personalidad del científico en términos
psicológicos y sociales. Si bien el aspecto individualista de la biografía puede
llevar a exagerar el genio individual dejando de lado una explicación histórica
más completa, y si bien la influencia de Freud puede a veces dar paso a
explicaciones psicológicas reductivas e implausibles, no deja de ser verdad que
con un manejo apropiado y sensible, el enfoque biográfico sobre la obra de un
científico puede darnos un importante alcance de ideas novedosas, algo que no
nos ofrecen otro tipo de historiografías. Esto, combinado con la mayor
popularidad que tiene la biografía entre el público más general, asegura la
continua supervivencia de la biografía científica.
Guía de lectura
1. ¿Cuál es su valoración del siguiente párrafo del texto anterior: “Si se puede
considerar que la ciencia responde a fuerzas y valores sociales, económicos,
políticos y culturales, ¿en qué sentido se puede sostener que la ciencia produce
conocimiento auténtico, neutral y objetivo?”, a la luz de sus propias
concepciones personales de ciencia?
2. Intente identificar los elementos de la idea de progreso científico en Sarton, y
piense cuales de ellos son invalidados a partir de la postura (rupturista) de Kuhn
en La estructura de las revoluciones científicas.
3. ¿Qué relación puede establecer entre la creciente especialización en el campo
profesional de la Historia de la Ciencia, y algunas de las polémicas
historiográficas - por ejemplo, continuismo vs. rupturismo?
4. Investigue acerca del alcance de las reconstrucciones racionales de la ciencia en
Lakatos, y haga una breve crítica de sus limitaciones.