RESUMEN Melodrama

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Melodrama

El melodrama tiene sus orígenes principalmente en el siglo XIX. Alcanzó su apogeo en la


primera mitad del siglo XIX (1800-1830) en Europa, y se convirtió en un género teatral muy
popular en ese período. El melodrama es conocido por su énfasis en los conflictos morales y la
lucha entre el bien y el mal, así como por sus elementos emocionales y espectaculares en la
puesta en escena.

El melodrama comenzó como un género teatral que se caracterizaba por presentar historias en
las que la virtud y la inocencia eran perseguidas por las fuerzas del mal. (En el melodrama, la
virtud es una característica importante de los personajes que desencadena el conflicto
principal de la historia. La audiencia tiende a sentir simpatía por el personaje virtuoso y espera
que al final de la obra, esa virtud sea reconocida y triunfe sobre las fuerzas del mal que la
persiguen). Con el tiempo, se convirtió en una matriz cultural que influyó en la narrativa y el
pensamiento moral en la sociedad. A través de sus representaciones dramáticas y énfasis en el
conflicto moral, el melodrama contribuyó a moldear la percepción de la virtud, el mal y la
condición humana en la cultura.

Proviene de la confluencia de las tradiciones populares y la modernidad. Por un lado, heredó


elementos de tradiciones teatrales y narrativas populares preexistentes que enfatizaban la
emotividad, la moralidad y la lucha entre el bien y el mal. Estas tradiciones incluían los
espectáculos de feria, los romances populares y las historias folclóricas, que ya habían
establecido la base para el enfoque en las emociones y la moralidad que caracterizaría al
melodrama.

Por otro lado, el melodrama se desarrolló en un contexto de cambios significativos en la


sociedad y la cultura. La Revolución Industrial y la urbanización crearon una sociedad en rápida
transformación, con ciudades en crecimiento que se convirtieron en centros de actividad
cultural. Estos cambios llevaron a una creciente diversificación de audiencias y una mayor
demanda de entretenimiento teatral accesible y emocionante. El melodrama, con su énfasis en
la emoción y el espectáculo, encontró un público ávido en estas áreas urbanas en expansión.

La modernidad también trajo consigo una mayor conciencia de la complejidad de la vida en la


ciudad, lo que se reflejó en las tramas melodramáticas que a menudo involucraban conflictos
urbanos y sociales. La mezcla de elementos visuales, musicales y dramáticos en las
producciones de melodrama contribuyó a su éxito y atractivo, ya que ofrecía una experiencia
teatral completa que apelaba a una amplia gama de espectadores.

Por otro lado, el melodrama aportó significativamente a las tradiciones populares, incluyendo
los romances, las baladas y las actuaciones de feria, enriqueciendo la oferta cultural y
entreteniendo a audiencias de diversos estratos sociales. El contexto de la feria parisina fue
crucial en esta dinámica. Durante el siglo XVIII, las ferias populares en París eran eventos
destacados en la vida de la ciudad. Ofrecían una amplia variedad de entretenimientos, desde
espectáculos de marionetas hasta actos de acrobacias y números cómicos. En este contexto, el
melodrama encontró su lugar como una forma de teatro popular que combinaba música,
acción visual y narrativa emocionante. Las actuaciones de melodrama en las ferias atraían a
audiencias heterogéneas, lo que contribuía a su popularidad y difusión.
En cuanto al contexto de la prohibición del uso del diálogo, se debe entender que, a fines del
siglo XVII y principios del siglo XVIII, en Francia, la Comédie-Française, como teatro legítimo,
tenía un monopolio sobre la interpretación de obras de teatro que contenían diálogo hablado.
Este monopolio fue garantizado por el rey Luis XIV y mantenía un alto nivel de control sobre la
producción teatral. Como resultado, las actuaciones de diálogo hablado estaban limitadas a
este teatro específico, mientras que otras formas de entretenimiento, como las ferias, tenían
que recurrir a alternativas para presentar narrativas dramáticas.

Los teatros legítimos, representados por la Comédie-Française, conformaban un lobby


poderoso en la escena teatral francesa. Apoyaron la prohibición del uso del diálogo en otros
escenarios, ya que esto protegía su monopolio y evitaba la competencia de otras formas de
entretenimiento. Al limitar la representación de diálogo hablado a la Comédie-Française, se
aseguraban un flujo constante de audiencia y preservaban su posición dominante en el mundo
teatral. La prohibición de diálogo en otros teatros y ferias favoreció a la Comédie-Française y a
los intereses de quienes controlaban este teatro legítimo.

Es a partir de este hecho que cobra relevancia el Boulevard du Temple. El Boulevard du


Temple, ubicado en el norte de París, desempeñó un papel crucial en la historia teatral y
cultural de la ciudad. Durante principios del siglo XIX, esta zona se convirtió en un epicentro de
teatros y entretenimiento en París. Esto se debió a varios factores que hicieron que la zona
fuese un lugar atractivo para los teatros populares. Como alternativa a la prohibición del
diálogo, los teatros populares recurrieron al melodrama, una forma teatral que se basaba en la
expresión emocional a través de la música y la acción visual en lugar del diálogo hablado. Esto
hizo que el Boulevard du Temple fuera un lugar ideal para la presentación de melodramas.

Además, el Boulevard du Temple atraía a una audiencia heterogénea, que incluía tanto a
espectadores de clases sociales bajas como a aquellos de clases más altas. Los teatros
populares, al ofrecer entretenimiento accesible y emocionante, podían atraer a una amplia
gama de espectadores, lo que los hacía económicamente viables y populares.

La zona del Boulevard du Temple ofrecía una amplia variedad de entretenimiento, desde
melodramas y espectáculos de marionetas hasta actuaciones cómicas y acrobacias. Esto
garantizaba que hubiera algo para todos los gustos, lo que hacía que la zona fuera un lugar
atractivo para el ocio.

Además, los teatros populares en esta zona a menudo experimentaban con técnicas escénicas
novedosas, como el uso de iluminación y efectos especiales. Esta innovación escénica
contribuyó a su atractivo y a su reputación como lugares donde se podía disfrutar de
experiencias teatrales emocionantes y visuales

El melodrama, entonces, como género teatral y luego como una forma de entretenimiento
cultural más amplia, tiene sus raíces en las tradiciones y prácticas artísticas de las clases
populares. Esto implica una evolución gradual desde formas teatrales y expresiones culturales
populares hacia una cultura “de masas”.

Cuando se menciona que el melodrama se gesta lentamente desde lo popular, se está


destacando que el género no surgió de manera repentina o separada de sus raíces populares.
En cambio, se desarrolló a lo largo del tiempo, integrando elementos y prácticas de las culturas
populares.
La frase de Martín-Barbero, "lo masivo se gesta lentamente desde lo popular", resalta que los
fenómenos culturales de masas no emergen de la nada, sino que evolucionan a partir de
tradiciones y expresiones populares preexistentes. En el caso del melodrama, este proceso de
gestación lenta implicó la transformación de elementos teatrales y culturales populares en una
forma de entretenimiento más amplia que podría apelar a una audiencia diversa.

Además, se menciona que el melodrama habla a un público heterogéneo como si fuera una
masa. Esto se relaciona con la idea de homogenización que acompaña a la masificación.
Aunque el público es diverso en términos de sus antecedentes y experiencias, el melodrama
logra comunicarse con ellos de una manera que los hace sentir como parte de una audiencia
más amplia. Esto podría deberse a la accesibilidad del lenguaje y los temas tratados en el
melodrama, que eran comprensibles y relevantes para una variedad de espectadores.

Este proceso de homogenización no se limitaba solo al lenguaje, sino también a las referencias
culturales. No podía haber referencias a leyendas o elementos muy específicos de una región o
zona geográfica, ya que se buscaba que el contenido del melodrama fuera universal y
comprensible para una audiencia diversa. Incluso cuando se representaban escenarios
exóticos, como Rusia o Japón, se simplificaban las referencias para que fueran fácilmente
comprensibles para el público en general, haciendo que la trama y los personajes fueran más
accesibles y atractivos para una audiencia más amplia.

El objetivo era asegurar que la mayor cantidad posible de personas pudiera comprender y, en
consecuencia, comprar entradas para el teatro, lo que contribuiría a la conformación de un
futuro público de masas y un mercado amplio.

La audiencia estaba compuesta por personas de diferentes orígenes y clases sociales, lo que
incluía a aquellos que venían de diversas regiones del país debido a las migraciones internas.
Además, este público heterogéneo abarcaba todas las clases sociales, ya que el teatro popular
de melodrama se estaba volviendo de interés para las clases más altas. Según la perspectiva de
Peter Brooks, el teatro popular era un terreno fértil para la innovación en contraste con el
teatro legítimo y serio, donde la innovación era limitada.

El teatro popular, en ese sentido, ofrecía novedades en términos de escenografía, música y


otros aspectos que generaban un gran interés. Esto atraía a aristócratas, en su mayoría
hombres pero posiblemente también mujeres, quienes asistían a estos espectáculos. Además,
las clases burguesas también se sumaban al público del melodrama, junto con las clases más
pobres. La creciente diversidad de la audiencia en términos de clases sociales reflejaba el
atractivo y la influencia del melodrama como un género teatral que trascendía las divisiones
sociales y atraía a una amplia gama de espectadores.

Características del melodrama:

1. Retórica simple: El lenguaje y la comunicación en el melodrama son directos y fáciles


de entender. Se utiliza una retórica sencilla y efectiva para que la trama y los
personajes sean accesibles al público general.

2. Tramas complejas: A pesar de la retórica simple, las tramas del melodrama suelen ser
intrincadas y llenas de giros dramáticos. A menudo involucran conflictos intensos,
dilemas morales y situaciones complicadas que mantienen el interés del público.

3. Drama del reconocimiento: Una característica fundamental del melodrama es la


revelación y el reconocimiento. Los personajes a menudo descubren la verdad sobre
sus identidades, relaciones o situaciones pasadas, lo que conduce a momentos
emocionales clave en la narrativa.

4. Personajes fijos: El melodrama presenta personajes arquetípicos y estereotipados.


Estos personajes incluyen al villano, la víctima, el justiciero y el bobo. Cada uno de ellos
desempeña un papel específico en la historia y se espera que cumplan con ciertas
características predecibles.

5. Peso de la casualidad: El melodrama a menudo hace un uso intensivo de la casualidad


en la trama. Los eventos y coincidencias improbables a menudo impulsan la narrativa y
generan tensión dramática.

6. Fidelidad a los lazos familiares: La familia y las relaciones familiares son temas
recurrentes en el melodrama. Los vínculos familiares, la lealtad y la traición entre
parientes suelen ser elementos cruciales de la trama.

7. Actuación no realista: En el melodrama, la actuación tiende a ser exagerada y no


realista. Los personajes a menudo expresan emociones intensas de manera evidente,
lo que contribuye a la intensidad emocional de la obra.

8. Estética hiperbólica y maquinea: La estética del melodrama suele ser llamativa y


exagerada. Los escenarios, vestuarios y gestos de los actores a menudo son dramáticos
y teatrales, lo que añade un elemento de espectáculo a la representación.

9. Didactismo apaciguador: Aunque el melodrama puede explorar temas y dilemas


morales complejos, a menudo busca proporcionar una lección moral o un mensaje
edificante al final de la obra. A través de situaciones dramáticas, se busca transmitir
valores y ética a la audiencia.

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