El Contrato A Favor de Tercero

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El contrato a favor de tercero, tiene la característica de que son las partes las

que se han puesto de acuerdo en otorgar el efecto beneficiario al tercero y este


a su vez a declarado su consentimiento para que el efecto altere su esfera
jurídica. Es de recalcar que se le otorga al tercero la facultad de exigir la
prestación debida.

Este contrato "ha constituido en algunos ordenamientos europeos de derecho


codificado, el (caballo de Troya) utilizado para abrir una brecha en las murallas
del principio de relatividad de los efectos del contrato". Claro ejemplo de ello lo
encontramos en la legislación alemana en donde el contrato a favor de tercero
sirvió de base para la elaboración, por la jurisprudencia de dicho país, del
contrato con efectos protectores frente a terceros.

De acuerdo a la Comisión de investigaciones, en un caso en donde una


doméstica había sufrido quemaduras por la defectuosa instalación de un
calefactor a gas. El Reiclzsgericlzt, en 1930, le otorgó la posibilidad de accionar
para el resarcimiento de los daños valiéndose del contrato estipulado por su
empleador. El tribunal consideró que el contrato para la instalación de la
calefacción a gas debería de entenderse como un contrato concluido también a
favor del tercero (la doméstica), ya que este se encontraría en" contacto" con el
objeto del contrato.

Este caso que el tribunal alemán lo subsume a una hipótesis de contrato a


favor a tercero dio el camino para que se elaborara una figura contractual
nueva: El contrato con efectos protectores frente a terceros. Me explico, la
legislación alemana ha regulado en el BGB el contrato a favor de tercero, en
donde el beneficio del tercero nace de la prerrogativa de las partes. En el caso
de la doméstica, esto no ha sucedido; por tanto, se estaría forzando la figura
del contrato a favor de tercero para darle protección al tercero.

Ante tal situación, se dio como solución que el tercero en estos casos tenga la
potestad de valerse del contrato base para pedir el resarcimiento de daños
porque los deberes de protección no solo se refieren a las partes del contrato,
sino también a los terceros implicados en el área de protección del contrato. Si
bien es cierto que en un principio el contrato con efectos protectores frente a
terceros, solo tenía desarrollo en la jurisprudencia, actualmente con la ley del26
de noviembre de 2001, sobre la reforma del derecho de las relaciones
obligatorias en Alemania.

A pesar de que resulta "relativamente fácil" la identificación de quién es un


tercero en un contrato, creemos que es conveniente formular algunos
comentarios al respecto. Podríamos definir al tercero como aquel sujeto que no
es parte (formal o material) del contrato, de ese modo los efectos del negocio
no pueden recaer sobre él (principio de relatividad de los efectos del contrato).

Así las cosas, los terceros son ajenos a la relación jurídica (como nexo jurídico
que une a las partes) que compone al contrato cuyos efectos sólo tienen
eficacia entre las partes contractuales. El contrato, entonces, no puede generar
efectos perjudiciales ni beneficiarios hacia los terceros. Sin embargo, de esta
afirmación no se puede llegar a la conclusión de que el contrato no existe para
ellos y que, por lo tanto, lo puedan desconocer, es decir, que el contrato no les
sea oponible.

Como menciona Mosset "El contrato es oponible frente a todos, erga omnes.
Es un error creer que sólo los derechos reales se dan erga omnes y que por
eso son absolutos. Toda relación jurídica, sea real o personal, se da erga
onmes y debe de ser respetada por los terceros; su violación apareja siempre
responsabilidad." Para terminar esta parte de nuestro trabajo queremos
mostrar, a modo de ejemplo, como interviene el tercero en el contrato de
promesa del hecho de un tercero. En este contrato, el promitente le promete al
promisorio que un tercero realizará un hecho y que en caso de que esto último
no suceda, el promitente le pagará una indemnización.

Nótese que el contrato es válido y eficaz entre las partes del contrato, no existe
vinculación con el tercero; en caso de que éste no realice el hecho, el
promisorio no le puede exigir el cumplimiento del hecho prometido, porque no
tiene vinculación alguna con este, es decir, no hay una relación jurídica
obligatoria entre promisorio y tercero. La relación jurídica se compone entre
promisorio y promitente, el tercero es ajeno a las situaciones jurídicas
subjetivas que van a derivar del contrato.

De ese modo, se comprende que el promisorio tiene una situación jurídica


potestativa y el promitente una situación jurídica de sujeción en caso de que el
tercero incumple, o mejor dicho no realice, el hecho que ha sido prometido. No
hay un efecto jurídico hipotético ante la concreta no realización del hecho por
parte del tercero que lo haga participar como responsable solidario junto con el
promitente en la indemnización. El promisorio, tiene la potestad de exigir el
pago de la indemnización en caso de que el tercero no haga el hecho sólo al
promitente y no al tercero.

Con referencia a nuestro tema el Código Civil estipula lo siguiente:

Artículo 1458.- El derecho del tercero surge directa e inmediatamente de la


celebración del contrato. Empero, será necesario que el tercero haga conocer
al estipulante y al promitente su voluntad de hacer uso de ese derecho, para
que sea exigible, operando esta declaración retroactivamente. La declaración
del beneficiario puede ser previa al contrato.

Ahora nos toca decir cuál ha sido la postura por la que ha optado el legislador
peruano. En la primera parte del art.1458 dice: "El derecho del tercero surge
directa e inmediatamente de la celebración del contrato". Nuestra primera
aproximación sería que nuestra se adscribe a la teoría alemana del derecho
directo. Entonces, se concluirá que por el contrato el tercero adquiere de
manera directa el derecho. Los efectos del contrato recaen sobre la esfera
jurídica del beneficiario y, por tanto, el tercero no necesita declarar la
aceptación del derecho. Además, como ya explicamos anteriormente, debería
de regular la posibilidad de que el tercero pueda rechazar los efectos
favorables del contrato entre el estipulante y el promitente. Sin embargo, el
mismo artículo menciona después "Empero, será necesario que el tercero haga
conocer al estipulante y al promitente su voluntad de hacer uso de ese
derecho, para que sea exigible, operando esta declaración retroactivamente".
Esta parte del artículo merece dos observaciones.

En primer lugar, se menciona que la declaración del tercero hace que este
pueda exigir el derecho, ya que una cosa es el surgimiento del derecho que
según nuestro código nace de manera directa e inmediata del contrato y otra
cosa es su exigibilidad. Exigibilidad que en principio debería de regirse por las
estipulaciones del contrato ya que puede darse el caso de que las partes hayan
establecido un plazo o circunstancia de la que dependa la exigibilidad del
derecho del tercero. Lo que tratamos de explicar es que la mera declaración del
tercero no hace exigible el derecho. La explicación de este error, el profesor
Forno la explica de la siguiente manera "Lo que ocurre es que el legislador
peruano, al referirse a la declaración tercero, ha utilizado una dicción
semejante.

Abarca, J. (2011). ¿En qué momento el tercero beneficiario adquiere el


derecho en el contrato a favor de tercero? Foro jurídico 9. Comisión de
investigaciones.file:///C:/Users/walter/Downloads/18536-Texto%20del
%20art%C3%ADculo-73460-1-10-20170526%20(1).pdf

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