Modulo 3 Las Fuentes Del Derecho Romano

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MODULO 3

LAS FUENTES DEL DERECHO ROMANO

1.1 El Ius

El ius
La palabra que se usaba en Roma para designar lo que hoy conocemos como Derecho
era la palabra ius, de la cual derivan las palabras españolas jurídico, jurista y otras. Ius
significa prioritariamente lo justo.

Ius es un término del derecho romano; su definición hoy en día podemos equipararla a
la del derecho objetivo: se refiere al conjunto de reglas y normas que conforman un
ordenamiento jurídico.

Juvencio Celso hijo, jurisconsulto romano que vivió entre los siglos I y II de nuestra era,
definía el ius o el derecho como “el arte de lo bueno y de lo equitativo” al afirmar, en
latín: “ius est ars boni et aequi”.

Esta afirmación es considerada como uno de los dogmas fundamentales del derecho
romano, pues en ella se encuentran condensados algunos de sus principios.

1.2 La civitas

Se denomina civitas a la comunidad ciudadana jurídicamente organizada y basada en


la primacía de la sociedad civil (de lo que se deriva el desarrollo del ius civile). La civitas
romana hereda la idea de polis griega y fue fundada en el año 753 a.C.

En latín se distinguen civitas (civitates en plural) de urbs. Las urbs es lo que en la


actualidad llamamos ciudades y a su espacio físico: calles, plazas y edificios que la
forman. Civitas se refiere al conjunto de ciudadanos que forman la ciudad, lo que
denominamos ciudadanía, no el espacio físico que ocupaban, por eso, no siempre las
civitates se correspondían con un núcleo urbano, sino que podían englobar a villas o
poblados cercanos.

Tipos de civitates

Los romanos distinguían entre varios tipos de ciudades: civitates de derecho romano o
de ciudadanía romana plena, ciudades latinas, pertenecientes a la Liga Latina, ciudades
sin voto (civitas sine suffragio) y ciudades confederadas no latinas, cuyos derechos se
establecían en tratados particulares. La civitas tiene su origen en la polis griega y se
desarrolla y configura durante la República Romana, pero mientras que en la polis
griega se habla del hombre como animal político, en la civitas romana, es un animal
social. La cohesión en la civitas se basa en el consenso de la ley, en el «pacto» de
sumisión de sus habitantes a la misma.

1.3 Autoridad y potestad en las diversas fuentes del Derecho

El término auctoritas procede del verbo augere, que significa autoridad, autorización,
asistencia. Por su parte, el vocablo potestas se utiliza para designar “la facultad de
disposición jurídicamente atribuida a una persona.

“La Auctoritas y la Potestas representan 2 funciones políticas, la autoridad ejercida "por


los que saben": orienta, aconseja y limita el poder que está en manos de "los que
pueden."

El Derecho es fundamentalmente obra de los juristas, quienes poseían autoridad, ahí


reside su importancia. Esto se puede ver reflejado en los ensayos que poseen autoridad
personal como los de Cicerón o Quintiliano. Los conceptos auctoritas y potestas son de
vital importancia en el Derecho procesal romano. El Derecho romano clásico es aquel
que surgió del pensamiento de los juristas clásicos y del procedimiento de sus
acciones. Los juristas, jueces, augures y senadores llevaban a cabo un reparto de las
funciones entre la auctoritas. Dicho reparto de funciones sirvió para establecer un
equilibrio entre los romanos. Así, la potestas hizo el mismo trabajo entre los
magistrados y los pater familias en el ámbito doméstico. Hubo una confusión en su
momento entre los conceptos potestas y auctoritas debido a las ideas de Augusto.
Como resultado, se otorgaron las labores legislativas al Senado y las actividades del
magistrado popular al emperador a través del Senado. Tras esta confusión, este
conflicto se vio resuelto gracias a la intervención de Adriano con sus ideas. Aun así, hay
que destacar que estos dos conceptos deben de estar separados, pues cuando la
autoridad alcanza el poder (de la potestad) esta última se desnaturaliza, ya que deja de
cumplir su importante función limitadora. La acción de separar estos dos términos
coincide con el inicio del nacimiento del Estado (concepto de soberanía) y con la teoría
de la división de poderes, desarrollada por el Barón de Montesquieu (1689-1755)

3.4 La primera jurisprudencia

Empieza con la definición que Ulpiano da de la Iurispprudentia, para luego entrar a los
orígenes de la misma, en la época de la Monarquía, titulando todos estos
acontecimientos como “la primera Jurisprudencia”, donde destaca la intervención de
los Pontífices, primeros sacerdotes juristas, que a través de la interpretatio llenaban los
huecos de la ley o extendían su significado a fin de modernizar el derecho, creando con
esto, los cimientos de esta rama. Continuaron estos acontecimientos a través de la
siguiente etapa, “la República” que con sus nuevas fuentes del derecho (la ley, los
plebiscitos, los edictos de los magistrados y los senado-consultos) hacen que los juristas
sigan a través del “Dictamen” con su actividad jurisprudencial produciendo la
“Jurisprudencia Cautelar” que era más bien, una labor de dictaminar hacia un enfoque
más libre y amplio.

La primera Jurisprudencia

La Ley de las XII Tablas fue objeto de una primera interpretación jurisprudencial todavía
rudimentaria, pero no sin fuerza creadora, de la que fue surgiendo un orden jurídico
más amplio, acomodándose a las necesidades del crecimiento del pujante pueblo
romano. En los inicios del siglo II a.C. se observa una decidida tendencia a la
nacionalización secular del ius civile.

Los orígenes de la Jurisprudencia Romana son conocidos, en parte, gracias al discutido


enquiridion (enchiridium) o manual de historia del Derecho Romano, escrito para
estudiantes por el jurista Pomponio, a mediados del siglo II d.C., con el que ciertamente
se inauguró un modelo de literatura jurídica. En esta historia elemental, recogida en el
título II del libro I del Digesto de Justiniano (D. 1.2.2.6), Pomponio afirmó que con la
llamada Ley de las XII Tablas, brotó el Derecho Civil.

Con esta importante aseveración y peculiar ley, se da entrada a partir del 450 a.C., al
más genuino punto de partida de la Jurisprudencia Romana, cuando el Colegio de los
Pontífices (los sacerdotes), primeros juristas de Roma, a través de la interpretatio y para
resolver las controversias entre Patricios y Plebeyos, empezaron a llenar por analogía,
los huecos de la citada ley y extendían el significado de los términos, más allá de la
intención de los originales decembiri (la comisión de diez ciudadanos que le dieron
origen a la ley) o inclusive utilizaban los términos en contra de la evidente intención de
los creadores, a fin de modernizar el derecho sin tocar las palabras de la ley, de esta
manera se evidencia la intención de estos juristas, de ir adaptando el derecho al
desarrollo de la realidad social de aquella época.

Posterior a esta etapa, la Iurisprudentia empieza a secularizarse, entre otras cosas,


debido a que en el 304 a.C. el plebeyo Gnaeo Flavio, secretario del progresista y ciego
sacerdote patricio, Apio Claudio, recibió de éste, acceso a las fórmulas procesales que
utilizaban los Pontífices (juristas-sacerdotes) para dar asesorías y consultas jurídicas a los
particulares. El último y decisivo paso hacia la secularización y popularización del
derecho fue dado cuando Tiberio Caruncanio, sacerdote plebeyo, comienza a dar
consultas jurídicas al público en general, pues permitió que el público pudiese asistir a
escucharlas. Tiberio Caruncanio, con el tiempo empezó a sufrir la competencia de
aquellos estudiosos de la novilitas que sintiéndose atraído por los estudios jurídicos
empezaron a aconsejar a los particulares, volviéndole esta doctrina jurídica sacerdotal,
en laica, a la que los romanos denominaron Iurispurdentia.

3.5 Las leyes

Para los romanos la ley es toda manifestación del pueblo al ordenar y disponer algo, por lo
que en un sentido amplio se usó el término ley para cualquier norma con fuerza universal
dentro del cuerpo jurídico del derecho romano, así se llamó ley a algunos edictos
proclamados por los emperadores, y a algunos plebiscitos, e.g. la Lex Aquilia.
Aunque estrictamente "ley" era el nombre que recibían los actos proferidos por votación en
los comicios romanos a propuesta de un magistrado, con un procedimiento especial, y con
tiempos definidos de promulgación y discusión.
En un sentido amplio la palabra lex refería a cualquier norma, que tuviese una aplicación
obligatoria y general a todos los habitantes, independientemente del órgano colegiado o
magistrado que la promulgara.
El concepto de 'ley', del latín lex o legis, que podría ser traducido como ligar o escribir, es
indudablemente uno de los principales aportes de la civilización romana a la cultura
universal, y su uso es una práctica universal en el mundo moderno.
3.6 Los edictos

Edicto es el nombre que recibían los pronunciamientos oficiales que hacían los magistrados
romanos con relación a los asuntos de su competencia, permitiendo al público en general
conocer tanto las decisiones específicas de un magistrado, como las normas o las
condiciones en que debían allegarse a él los casos.
• Edictos del pretor
• Edictos del emperador

La facultad que permitía la publicación de edictos, se llamó ius edicendi, y era exclusiva de
las magistraturas. Aunque solo dos tipos de estos edictos fuero jurídicamente relevantes: (a)
los del pretor y (b) los del emperador, por ser ambos creadores de verdadero derecho.
En general, las mayores fuentes de los edictos del derecho romano provinieron de los
pretores, o al menos fue así hasta el 131 cuando Adriano ordenó compilarlos todos en un
solo texto.

Esto, debido a que cada año, el pretor debía invocar las normas que tendría como
referencia para sus juicios. Y es precisamente esta labor de publicidad del contenido de los
edictos, lo que dio como resultado el surgimiento del ius honorarium.

Ya durante la época imperial romana son famosos los edictos publicados por el emperador,
y a nivel provincial los edictos por los gobernadores ─presidentes─ que regían como los del
mismo emperador.

3.7 Los senadoconsultos

Para el Derecho Romano, el senadoconsulto es el acto proferido por parte del Senado
sobre cualquier materia en concreto. A lo largo de la historia romana su vinculatoriedad
jurídica varía, siendo de carácter meramente consultivo durante el periodo republicano,
especialmente luego de la Lex Hortensia y luego de un carácter obligatorio durante el
imperio.

El senado fue una institución romana presente durante casi toda la duración de Roma, tanto
en su etapa republicana, como durante la consolidación del imperio. Una de sus principales
funciones fue asesorar a los magistrados y decidir en temas que se consideraran fuera de la
competencia del magistrado. Si bien es una fuente formal del derecho romano, su
vinculatoriedad jurídica fue variable a lo largo del tiempo.

3.8 La jurisprudencia clásica alta

Así pues, sólo diremos, antes de iniciar con las características de la Jurisprudencia
Clásica, que en el gobierno republicano se conocieron como fuentes del derecho, las
siguientes figuras:

* La costumbre del sistema anterior (Monarquía).

* La ley (la Ley Rogata de los Comicios curiados y centuriados).

* Los plebiscitos (acuerdos de los Comitia Plebis).

* Los senadoconsultos (opiniones del Senado).

* La iurisprudentia (opiniones de los jurisconsultos).


* Los edictos de los magistrados ([leyes datae] esta era la labor de administrar justicia a
través de los Pretores y Ediles).

El máximo esplendor de la Jurisprudencia Romana coincidió con el “Principado”


(primera parte del Imperio) instaurado por Octavio Augusto, el año 27 a.C., y se
prolonga hasta el final de la dinastía Severiana del año 235 d.C. Como evento simbólico
del fin de la Jurisprudencia Clásica, se puede destacar el asesinato del último gran
jurista clásico, Domicio Ulpiano, a consecuencia de una conjuración de la guardia
pretoriana, que no pudo ser controlada por el emperador Alejandro Severo.

Octavio, sin pretender como César instaurar una Monarquía helenística (pero sin
olvidarse completamente de ella) restauró la vieja República romana, otorgando
poderes al senado y al pueblo y encubriendo su personal potestad en su auctoritas
Principis. Ésta lo consagra como guía, protector de la República y como “Augusto” que
daba plenitud al augurium augustum de la fundación de Roma.

Con la instauración del Principado, se afectó a las fuentes de producción del derecho,
pues desde Octavio, se observó la costumbre de los emperadores de otorgar el Ius
Publice Respondendi ex auctoritate Principis siempre y cuando, así les fuere concedido
y se utilizaba para formular cuestiones de carácter jurídico, pero sólo a unos cuantos
favoritos del Emperador, aunque quedaban también en funciones, los jurisconsultos
particulares, que de forma personal asesoraban a las personas y a veces a los
Magistrados, pero sus opiniones, no contaban para la Jurisprudencia oficial. Por estas
circunstancias surgieron en aquella época dos importantes corrientes jurisprudenciales
o escuelas: La Sabiniana (Capitón, alto funcionario del emperador Octavio) y la
Proculeyana (fundador Labeón, adverso a la política del emperador).

La Jurisprudencia Clásica logró altos grados de perfección doctrinal y creatividad, pero


no una ordenación sistemática y precisa. La pasión magisterial de los juristas dejó una
literatura jurídica fecunda y variada, que se concreta en extensos comentarios a leyes,
senado-consultos, edictos, obras de casuismos jurídicos, colecciones de fórmulas,
monografías y otras obras de literatura isagógica (introducción preámbulo de una obra
o discurso), así como libros de reglas, definiciones, sentencias y opiniones.

Gran parte de esta literatura nos resulta fácilmente accesible gracias al esfuerzo de Otto
Lenel por reordenar por autores en su Palingenesia Iuris Civiles, los fragmentos
jurisprudenciales que conocemos principalmente por el Digesto de Justiniano, pero
sería imposible abarcar en esta reseña aunque fuera someramente, los aspectos más
importantes de la misma, solo nos concretaremos a hacer una mención de los
principales juristas que contribuyeron a esta brillante época de Jurisprudencia Romana.

Los principales de la Jurisprudencia Clásica Alta:

Publio Mucio Escévola, Marcos Iunius Bruto y Manilio Marcus, son los tres que se
consideran fundadores del Ius Civile de esta época; Quinto Mucio Escévola (sobrino), el
augur; Publio Lucio Craso Luciano, hermano menor de P.M.Escévola; Aquilio Galo;
Servio Sulpicio Rufo; Aulo Ofilio; Alfeno Varo.

3.9 Los rescriptos imperiales

Se consideran los rescriptos imperiales como fuente de derecho y, por tanto, con fuerza
de ley. La doctrina romanística (no unánimemente), sin embargo, no comparte el
criterio de la jurisprudencia clásica y critica que se atribuya fuerza de ley a las
constituciones imperiales. Aunque los rescriptos tuvieran en principio eficacia normativa
directa únicamente sobre el concreto asunto del que habían emanado, fuera de ese
caso los rescriptos tuvieron la eficacia de un precedente: "criterios decisionales
precedentes".

3.10 La última jurisprudencia clásica

La última etapa de la jurisprudencia clásica (año 130 al 230 d.C.) se caracteriza por la
progresiva centralización del derecho en la cancillería imperial formada por los
jurisconsultos y la transformación de éstos en burócratas. El periodo de transición lo
marca la época del emperador Adriano y el jurista Salvio Juliano. Con la codificación
del edicto que éste realiza se detiene la gran obra de creación de nuevas acciones y
medios procesales. El nuevo procedimiento cognitorio, con su tramitación ante un juez
único y la jerarquizada apelación, supone un nuevo modo de actuar de la
jurisprudencia.

Por otra parte, el derecho estudiado por los juristas, tradicionalmente centrado en el
pasado, se extiende a todas las cuestiones relacionadas con la administración en
general y con otras ramas como el derecho de los funcionarios públicos y el derecho
penal y fiscal. Se establece una distinción entre el derecho privado y el derecho
público.

Los juristas de esta etapa se dedican preferentemente a redactar extensos comentarios


al edicto pretorio y a las obras de los juristas precedentes, en una tendencia
enciclopédica a extractar y reunir toda la aportación jurisprudencial. Es característica de
esta jurisprudencia la tendencia a resumir los principios jurídicos, en forma de reglas,
sentencias y definiciones.
En la época de Adriano, y Antonino Pío, destacó Pomponio, maestro del derecho. Su
obra más conocida "Enchiridion" o manual elemental, que ofrece la única historia de la
jurisprudencia que se encuentra en la literatura jurista clásica.

El más famoso y desconocido jurista de la época es Gayo, maestro del derecho que
nació y vivió en una provincia oriental. Su obra más importante son las famosas
Instituciones, manual didáctico que ha tenido la mayor influencia en la compilación
justinianea y en la sistemática del derecho. Gracias a ese libro podemos conocer las
más antiguas instituciones y el procedimiento de las acciones de la ley y el formulario.
Sus instituciones nos han llegado completas de ahí su importancia.

En la época de los emperadores Severos destacaron grandes juristas:

• Emilio Papiniano: el más grande de los juristas romanos por el ingenio y


profundidad de sus respuestas, inspiradas en la justicia y la equidad; estilo
denso y rico en ideas y matices, haga que no siempre sea fácil de entender.
Escribió las obras casuísticas, como 37 libros de digestos y los 17 libros de
respuestas.
• Papiniano: en sus respuestas afirma que los juristas colaboraran asiduamente
junto a los príncipes y desarrollaban las funciones que se les confiaban, sin
límites ni espacio ni tiempo.
• Domicio Ulpiano: murió asesinado, víctima de una conjura de los pretorianos;
redactó extensos comentarios al derecho civil, siguiendo el orden de Sabino.
Destacan sus exposiciones monográficas de algunas materias y sus dos libros de
instituciones y siete reglas.
• Julio Paolo: conocemos 317 libros, escribió en la mejor tradición clásica 25
libros de cuestiones y 23 de respuestas. Con fines didácticos, escribió dos libros
de instituciones y uno de reglas.
• Erenio Modestino: escribió en griego y en latín en la forma simple y clara; es
autor de obras elementales destinadas a la enseñanza y a la práctica.

3.11 El Derecho en las provincias

La administración provincial romana surgió cuando la primera guerra púnica trajo


consigo la expansión del territorio de Roma fuera de Italia (la cual no era una provincia,
sino el territorio metropolitano de la misma Roma), básicamente a las islas
mediterráneas.
Al principio los dos cónsules tenían la responsabilidad de la administración. Los
cuestores itálicos eran considerados auxiliares de los cónsules. En las islas (Cerdeña-
Córcega y Sicilia) se establecieron cuestores particulares dependientes de los cónsules,
pero el sistema no funcionó. Se hacía preciso buscar una nueva figura jurídica que
administrara los territorios provinciales.
El procónsul tenía un alto rango dentro de las magistraturas romanas: venía después
del cónsul. Su rango era equivalente al del pretor pero lo ejercía sobre un territorio
determinado (provincia), mientras que las funciones del pretor abarcaban la totalidad
del territorio de la República.
El procónsul era a la vez general, administrador y juez supremo en su provincia, y reunía
en sus manos todas las funciones que antiguamente habían tenido los cónsules y que
ahora estaban repartidas entre los cónsules, el pretor, el censor, los ediles curules, los
tres viri nocturni, los tribunos del pueblo y el jefe de la caballería. Únicamente las
cuestiones financieras de la provincia escapaban a su imperium, ya que para llevarlas a
cabo se creó la figura del cuestor provincial o procuestor, que dependía directamente
del Senado. A los procónsules se les exigía sobriedad y probidad.
Entre los tres de Hispania figuró Catón, que administró la provincia de Hispania Citerior
con una proidad y un celo ahorrativo excepcional, pero su ejemplo tuvo pocos
imitadores. Catón viajaba por la provincia a pie con un solo servidor. Cuando terminó
su servicio vendió su caballo para no cargar al Estado con los gastos del transporte.
Como los procónsules eran verdaderos reyes de su provincia, su poder absoluto llevó a
menudo a la corrupción; exigían «donativos voluntarios» a las ciudades, y otras
prácticas ilegales. Cuando viajaban podían solicitar hospedaje gratuito y hacer algunas
requisas, lo que dio lugar a abusos y exacciones. Por necesidades del servicio o de sus
gentes, o en caso de guerra, o también por necesidades de los soldados, podían exigir
granos a precios moderados. Esto se convirtió en una fuente de exacciones injustas.
Finalmente, los procónsules exigían recursos para sufragar las fiestas populares
romanas. El Senado estableció limitaciones en el 171 a. C., pero los magistrados
corruptos rara vez fueron juzgados.
Las ciudades que eran sometidas perdían su independencia para establecer tratados
con otras ciudades o Estados y para hacer la guerra o firmar la paz. Sus ciudadanos no
podían adquirir territorios fuera de su ciudad, y probablemente tampoco podrían
casarse fuera de ella. Los ciudadanos no podían llevar armas salvo por orden expresa
del procónsul. La moneda romana no fue impuesta, pero tenía curso legal.
En cada ciudad sometida se tendió a favorecer el acceso al poder en los consejos
locales de la aristocracia. Roma podía enviar a las ciudades a ciudadanos romanos o de
los territorios sometidos sin limitación.
El censo quinquenal, siguiendo el modelo romano, fue establecido para todas las
ciudades. Cada ciudad tenía fijado un contingente que debía facilitar al Ejército
regularmente.
Los impuestos establecidos eran el diezmo de las cosechas y productos de la tierra, y
una veinteava parte del valor de las mercancías que pasaban por el territorio en
cuestión, tanto para entrar como para salir (postoria). Algunas ciudades estaban exentas
por lo cual no estaban sometidas a estos impuestos. A otras, junto a la inmunidad o
exención de impuestos se les concedió el rango de ciudades sin sufragio u otros niveles
de derechos.
Junto a las ciudades sometidas en sus diversos grados, estaban las colonias romanas y,
sobre todo, las colonias de derecho latino, cuyos ciudadanos podían disfrutar de la
ciudadanía romana o latina (con restricciones), y las ciudades de rango municipal. La
mayoría de las colonias de derecho latino se fundaron en el norte de Italia, porque esta
región, al contrario de la Italia peninsular, fue administrada como territorio provincial
hasta el I a. C., bajo el nombre de Galia Cisalpina, pero, a pesar de esto, era
considerada dentro del mismo ámbito geográfico italiano que Roma e Italia, al cual fue
definitivamente anexionada en el 42 a. C. (dejando de existir como provincia), tras la ex
Roscia del 49 a. C., emanada por Julio César, que otorgaba la plena ciudadanía romana
a todos los habitantes cisalpinos. Desde el 238 al 221 a.C. los establecimientos y
asentamientos romanos se dirigieron principalmente a esta zona. Posteriormente, la
segunda guerra púnica, interrumpió el proceso y llevó a los romanos a Hispania.
Los primeros procónsules de la Hispania Citerior uvieron la misión de pacificar el país y
actuaron más como jefes militares que como jefes políticos.
La pertenencia a un territorio, en este caso una provincia, no constituía ninguna
situación jurídica, pues la condición de la persona en el derecho romano, no estaba
ligada al territorio, sino a la ciudad. En efecto, el derecho romano efectúa los
«contratos» o pactos, con ciudades o bien con grupos asimilables a una ciudad (este
contrato, conocido por foedus, establecía la autonomía local y las prestaciones a las que
estaba sometida la ciudad; cuando se trataba de una ciudad colonial, se regía por la lex
colonia, normalmente con derecho latino, aunque con tendencia a asimilarse de pleno
derecho, (salvo en caso de rebelión en que su situación podía empeorar).
Se sabe que el establecimiento romano en provincias conllevó la creación de un ager
publicus importante (hasta entonces el ager público era solo una pequeña parte del
territorio conquistado). Sobre este ager provincial se establecerán más tarde las nuevas
colonias. Algunos de estos terrenos eran arrendados para pastos o campos de cultivo
(el arrendatario debía pagar el 10 % del producto). Cuando en el ager existían bosques,
minas, puertos, salinas, etc. su explotación era confiada a unos intermediarios
(publicani). Las minas de Hispania fueron arrendadas aproximadamente a partir del 178
a.C.
Los habitantes de las provincias estaban exentos del servicio militar, aunque eran
normalmente reclutados como voluntarios. Los ciudadanos romanos de provincias no
estaban sujetos a tributo individual.
En provincias, los habitantes de las ciudades vencidas eran vendidos como esclavos o
bien eran incluidos en los dominios de Roma bajo la cobertura de ciudadanos de
ciudades aliadas que conservaban una independencia municipal y su libertad de
impuestos.
En algunas provincias (África, Sicilia, Córcega y Cerdeña, y las de Hispania) se
recaudaban tasas e impuestos siguiendo el sistema ya existente con los cartagineses
cuando gobernaron estos territorios. En teoría la recaudación era para satisfacer los
gastos de la administración y la defensa de la provincia, pero el sistema se extendió
más tarde a las provincias de Iliria y Macedonia, donde Roma no asumió ni la defensa ni
las administraciones municipales.

Las fuentes jurídicas en la época clásica

Cuando hablamos de fuentes del derecho hay que tener en cuenta la siguiente
aclaración:

- Fuentes de conocimiento: Son los elementos que nos permiten reconstruir el proceso
de formación del Derecho romano a través de sus épocas históricas. En este punto
entrarían principalmente las fuentes literarias, epigráficas etc. Dentro de las fuentes de
conocimiento, a su vez se dividen en jurídicas (aquellas que se refieren al Derecho,
como la Ley de las XII Tablas o las instituciones de Gayo) y extrajurídicas (aquellas que
nos traen el Derecho por referencia, toda aquella obra literaria que nos permita
reconstruir el Derecho romano)

- Fuentes de producción: Son los organismos productores de las leyes o normas


jurídicas romanas, en las cuales incluiríamos los comicios, el Senado, el emperador, el
pretor o las asambleas populares.

Los grandes jurisconsultos romanos, principalmente de la época clásica (entre el 130 a.


C. y el 230 d. C.) brillaron por su capacidad creadora de nuevas instituciones. Según la
clasificación que hace el juriconsulto Gayo, de época clásica, las fuentes del Derecho
Romano fueron seies: las leyes, los plebiscitos, los senadoconsultos, las constituciones
imperiales, los edictos y las respuestas de los prudentes.

Ley y plebiscito

La ley es una declaración de potestad autorizada por el pueblo, que vincula a todos los
ciudadanos.

Los juristas se reunían para aprobar la ley propuesta o dictada por el magistrado.

La ley tenía tres partes:

1. La praescriptio: contiene el nombre del magistrado que la propone, la asamblea


que la acepta y la fecha, la primera unidad comicial que la vota y el nombre del
primer ciudadano que da su voto.
2. La rogatio: es el texto de la ley sometido a votación.
3. La sanctio: es la parte final, en la que se declara que la ley no valga cuando esté
en contradicción con las leges sacratae o emanada a favor de la plebe, o con el
derecho anterior.

Las leyes se clasifican en:

• Perfectas: son las que declaran la ineficacia de los actos realizados en contra por
efecto del mismo derecho.
• Menos perfectas: son las que no declaran la ineficacia o nulidad del acto, sino
que imponen una sanción o pena por la infracción.
• Imperfecta: son las que no disponen nada, pero pueden servir de base a
recursos de la jurisdicción pretoria.

Los plebiscitos son las propuestas de los tribunos, aprobadas por la plebe reunida en
asambleas o concilia.

Senadoconsultos

"Senadoconsulto es lo que el senado autoriza y establece, y tiene fuerza de ley, en este


punto hay discusiones". Antiguamente el senado participaba en la función legislativa, al
final de la época republicana, el senado ejerce una actividad legislativa propia y dicta
senadoconsulto. Este poder legislativo sólo sería reconocido y admitido en el
Principado, cuando Augusto concede al senado las funciones que correspondían a los
comicios.

Constituciones imperiales

Constitución del príncipe es lo que el emperador establece por decreto, por edicto o
por epístola jamás se ha dudado que tenga fuerza de ley, ya que el mismo emperador
recibe el poder en virtud de una ley. Los emperadores dictaban epístolas: que servían
de forma ordinaria para comunicar las decisiones imperiales de todo tipo. Estas podían
ser:

• Edicta o disposiciones que dicta el príncipe en virtud del ius edicendi.


• Decreta o sentencias dictadas en el procedimiento extraordinario en primera
instancia o en apelación.
• Mandata o en apelación u órdenes que da a sus administrados o a los
gobernadores de provincias.

La actividad legislativa más importante del príncipe son los rescriptos: son respuestas
sobre cuestiones jurídicas de la cancillería imperial, de la que forman parte los más
destacados juristas solicitados por las partes en un proceso o por los magistrados y
jueces. El rescripto se escribía al final de la misma instancia o en una epístola separada.
Los verdaderos rescriptos aparecen con Adriano que tecnifica el consejo del
emperador integrando en él a los juristas y a los nuevos funcionarios.

Edictos

El magistrado tiene derecho a dictar edictos relativos a las cuestiones de su


competencia. En el año 367 a.C. se creó el pretor con la función de administrar justicia,
separando esta función de la potestad suprema de los cónsules. Más tarde cuando se
desarrolló el comercio con los extranjeros, se crea otro pretor, en el año 242 a.C.,
ocupado de los litigios que surgían entre los ciudadanos romanos y los extranjeros o
entre éstos. El primero se llama urbano, porque declaraba el derecho en la urbe entre
los ciudadanos, y el segundo peregrino que declaraba el derecho entre los peregrinos
o entre los ciudadanos romanos y los peregrinos.

BIBLIOGRAFIA Y CIBERGRAFIA
Derecho Privado Romano, Antonio Ortega Carrillo de Albornoz.

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son%20las,jur%C3%ADdico%20llamado%20Corpus%20Iuris%20Civilis.

Imperio romano - ¿Qué fue?, características, etapas, caída y más


(enciclopediadehistoria.com)

Potestad y Aurotidad en materia de Derecho Romano. Redacción 2 - Warning: TT:


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VIDEOS DE APOYO

https://www.youtube.com/watch?v=AA4JfcYh4Ig

https://www.youtube.com/watch?v=rJwxTOLhz-k

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