STP8325 2023

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MYRIAM ÁVILA ROLDÁN

Magistrada ponente

CUI: 05000220400020230022701
Radicación n.° 131367
STP8325-2023
(Aprobado acta n°123)

Villavicencio (Meta), seis (06) de julio de dos mil


veintitrés (2023)

I. OBJETO DE LA DECISIÓN

La Sala resuelve la impugnación formulada por URIEL


TARAZONA ROJAS contra la sentencia de tutela de primera
instancia proferida el 16 de mayo de 2023 por la Sala Penal
del Tribunal Superior de Antioquia, que negó su solicitud de
amparo contra los Juzgados Primero de Ejecución de Penas
y Medidas de Seguridad de El Santuario y Cuarto Penal del
Circuito Especializado de Medellín.

En síntesis, la parte recurrente objeta los autos del 20


de octubre de 2022 y 6 de marzo de 2023, que en primera y
segunda instancia, le negaron la libertad condicional.
CUI: 05000220400020230022701
Tutela de segunda instancia n.° 131367
URIEL TARAZONA ROJAS

II. HECHOS

1.- Fueron relatados así por el a quo:

Indicó el accionante que el 13 de abril de 2018 fue condenado por


el Juzgado 004 Penal del Circuito Especializado de Medellín, por
la conducta de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes,
destinación ilícita de bienes muebles e inmuebles, suministro a
menor y concierto para delinquir agravado, con una pena principal
de 107 meses de prisión.

Manifestó que el 09 de septiembre de 2022 recibió respuesta del


subrogado penal de la libertad condicional por parte del Juzgado
Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de El
Santuario negando la solicitud.

Afirmó que el 20 de octubre de 2022, tras solicitar nuevamente el


beneficio de libertad condicional, el Juzgado Primero de Ejecución
de Penas y Medidas de Seguridad de El Santuario negó la solicitud
y el 06 de marzo de 2023, fue notificado del recurso de apelación
en contra de la decisión de negar la solicitud de libertad
condicional por Juzgado Cuarto Penal del Circuito Especializado
de Medellín el cual confirmó la decisión, aduciendo su respuesta
en un test de proporcionalidad, el cual no le da un trámite
completo, solicitando al establecimiento penitenciario una
descripción detallada sobre el proceso de sus actividades dentro
del cumplimiento de su condena, para así, ponderar su
resocialización frente al delito.

Solicitó que se revoque el auto interlocutorio N° 3049 del 20 de


octubre de 2022 emitido por el Juzgado Primero de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad del Santuario que negó la solicitud
de libertad condicional y la providencia del Juzgado Cuarto Penal
del Circuito Especializado de Medellín del 06 de marzo de 2023
que ratificó la decisión del A quo. Y en consecuencia se le conceda,
el subrogado penal de la libertad condicional.

Por último, pidió que se oficie al Juzgado 001 de Ejecución de


Penas y Medidas de Seguridad Antioquia y a CPMS de Puerto
triunfo Antioquia para que remita la documentación descriptiva
relativa al desempeño de las actividades dentro del
establecimiento penitenciario de su resocialización, junto con
documentos necesarios, de forma tal que el Tribunal pueda
dilucidar, de primera mano, la existencia de esas actividades.

III. ANTECEDENTES PROCESALES RELEVANTES

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2.- El 16 de mayo de 2023 la Sala Penal del Tribunal


Superior de Antioquia negó la acción interpuesta por el actor.
Sostuvo que el juez vigía respetó el debido proceso que le
asiste al afectado, además, en una determinación motivada
negó la libertad condicional y le otorgó la posibilidad de
interponer los recursos de ley, de los cuales hizo uso. Destacó
que la segunda instancia de ese proceso confirmó la
determinación de primer grado, sin que hubiera incurrido en
alguna vía de hecho.

3.- Contra la anterior decisión, URIEL TARAZONA ROJAS


interpuso impugnación y solicitó que se revoque el fallo al
considerar que sí cumple con los presupuestos para ser
acreedor a la libertad condicional, toda vez que los
accionados únicamente valoraron la gravedad de las
conductas por las que fue condenado.

IV. CONSIDERACIONES

a. Competencia

4.- La Sala es competente para conocer de la


impugnación propuesta, de conformidad con lo previsto en el
artículo 86 de la Constitución Nacional, el canon 32 del
Decreto 2591 de 1991 y el Decreto 333 de 2021, toda vez que
la decisión de primera instancia fue emitida por la Sala Penal
del Tribunal Superior de Antioquia, del cual es superior
funcional.

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b. Problema jurídico

5.- La Sala debe analizar si en el presente asunto se


configura alguna violación al derecho fundamental que
justifique la intervención del juez de tutela para dejar sin
efecto los autos del 20 de octubre de 2022 y 6 de marzo de
2023 emitidos por los Juzgados Primero de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad de El Santuario y Cuarto
Penal del Circuito Especializado de Medellín, que en sede de
primera y segunda instancia, negaron la libertad condicional.

6.- Para resolver el problema jurídico planteado, la Sala


(i) hará algunas precisiones respecto de la jurisprudencia
relacionada con la metodología de análisis de la
procedibilidad de la acción de tutela contra providencias
judiciales; (ii) analizará la configuración de los «requisitos
generales» en el caso concreto; y, (iii) la eventual
configuración de las causales específicas de procedibilidad
sugeridas por el actor, en este ítem se abordarán los
presupuestos legales y jurisprudenciales para la concesión
de la libertad condicional y el caso concreto.

c. Sobre los requisitos de procedibilidad de la acción


de tutela contra providencias judiciales

7.- La Corte Constitucional ha precisado que la acción


de tutela contra providencias judiciales es un mecanismo
excepcional, de tal forma que, su aplicación no puede generar
afectaciones a la seguridad jurídica ni a la autonomía
funcional de los jueces.

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8.- Al respecto, la Corte Constitucional en la sentencia


CC C–590 de 2005 expresó que la tutela contra providencias
judiciales es excepcionalísima y solo procede cuando se
cumplen ciertos y rigurosos requisitos de procedibilidad:
unos de carácter general, que habilitan la interposición de la
acción y otros de carácter específico, relacionados con la
procedencia del amparo.

8.1.- En relación con los «requisitos generales» de


procedencia deben acreditarse, y en su orden, los siguientes:
(i) la relevancia constitucional del asunto; (ii) el agotamiento
de todos los recursos ordinarios y extraordinarios de defensa
judicial; (iii) la inmediatez, (iv) que se trate de una
irregularidad procesal que tenga una incidencia directa y
determinante sobre el sentido de la decisión cuestionada; (v)
que se identifiquen razonablemente los hechos generadores
de la vulneración y los derechos afectados y que se hubiere
alegado tal circunstancia al interior del proceso en donde se
dictó la providencia atacada; y (vi) que no se trate de una
tutela contra tutela. Si falta al menos uno de estos requisitos
la solicitud de amparo debe declararse improcedente.

8.2.- Por su parte, los «requisitos o causales específicas»


hacen referencia a determinados escenarios especiales que
afectan la integridad de la decisión judicial y que justifican
la intervención del juez constitucional para salvaguardar los
derechos fundamentales. En este sentido, para que prospere
una tutela contra una providencia judicial se requiere que se
presente, al menos, uno de los siguientes vicios o defectos:

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defecto orgánico; procedimental absoluto; defecto fáctico;


defecto sustantivo; error inducido; falta de motivación;
desconocimiento del precedente; o violación directa de la
Constitución. En caso de que, luego de realizar el análisis de
fondo, se advierta la configuración de uno o más de estos
defectos o vicios, lo que sigue por parte del juez
constitucional es conceder el amparo y, en caso contrario,
negarlo.

9.- A pesar de que hoy estos parámetros son aceptados


en las diferentes jurisdicciones, es necesario insistir en que
ellos definen una metodología estricta de análisis frente a las
tutelas contra providencias judiciales. Así, en primer lugar,
deben analizarse siempre y en orden los «requisitos
generales» de procedibilidad. La ausencia de uno solo de ellos
supone necesariamente la declaratoria de improcedibilidad
de la acción. Si, por el contrario, concurren los requisitos
generales, en segundo lugar, lo que sigue es el análisis de
la(s) «causal(es) específica(s)» de procedencia que
eventualmente se configure(n) de acuerdo con los hechos y
particularidades de cada caso. Si el juez constitucional
encuentra acreditada al menos una de esas causales, lo que
procede entonces es conceder el amparo solicitado. A
continuación, se realizará este análisis en el caso concreto.

d. Análisis de la configuración de los «requisitos


generales» de procedibilidad

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10.- En el caso concreto las partes están legitimadas por


pasiva y por activa. Lo primero, porque la acción de tutela se
dirige contra las autoridades judiciales que profirieron las
providencias cuestionadas. Lo segundo, porque fue
promovida directamente por el titular de los derechos
supuestamente afectados.

11.- Además, (i) el asunto es de relevancia


constitucional por cuanto involucra el derecho fundamental
al debido proceso; (ii) frente a las providencias cuestionadas
y emitidas en primera y segunda instancia, no proceden
recursos; (iii) la acción de tutela fue instaurada en un
término razonable y oportuno; (iv) no se alega una
irregularidad procesal sino una cuestión sustancial; (v) en la
acción de tutela se identificaron de manera razonable los
hechos que generaron la vulneración como los derechos
afectados; y (vi) la demanda no se dirige contra una sentencia
de tutela.

12.- Conforme con lo anteriormente referenciado, es


procedente entrar a verificar si existe alguna actuación u
omisión de los despachos accionados capaz de afectar la
vigencia efectiva de los derechos fundamentales del actor.

e. Los presupuestos legales y jurisprudenciales para


la concesión de la libertad condicional

13.- El artículo 64 del Código Penal, modificado por el


artículo 30 de la Ley 1709 de 2014, estipula la procedencia
de dicho mecanismo sustitutivo de la pena, así:

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[…] El juez, previa valoración de la conducta punible, concederá la


libertad condicional a la persona condenada a pena privativa de
la libertad cuando haya cumplido con los siguientes requisitos (…):

1. Que la persona haya cumplido las tres quintas (3/5) partes de la pena.

2. Que su adecuado desempeño y comportamiento durante el


tratamiento penitenciario en el centro de reclusión permita suponer
fundadamente que no existe necesidad de continuar la ejecución de la
pena.

3. Que demuestre arraigo familiar y social.

Corresponde al juez competente para conceder la libertad condicional


establecer, con todos los elementos de prueba allegados a la actuación,
la existencia o inexistencia del arraigo.

En todo caso su concesión estará supeditada a la reparación a la víctima


o al aseguramiento del pago de la indemnización mediante garantía
personal, real, bancaria o acuerdo de pago, salvo que se demuestre
insolvencia del condenado.

El tiempo que falte para el cumplimiento de la pena se tendrá como


periodo de prueba. Cuando este sea inferior a tres años, el juez podrá
aumentarlo hasta en otro tanto igual, de considerarlo necesario.

14.- La Corte Constitucional, en sentencia CC C-757-


2014, determinó, en primer lugar, cuál es la función del juez
de ejecución de penas frente a la valoración de la conducta
punible, así:

«[E]l juicio que adelanta el Juez de Ejecución de Penas tiene una finalidad
específica, cual es la de establecer la necesidad de continuar con el
tratamiento penitenciario a partir del comportamiento carcelario del
condenado. En este contexto, el estudio del Juez de Ejecución no se hace
desde la perspectiva de la responsabilidad penal del condenado –
resuelta ya en la instancia correspondiente, ante el juez de conocimiento-
sino desde la necesidad de cumplir una pena ya impuesta. En el mismo
sentido, el estudio versa sobre hechos distintos a los que fueron objeto
de reproche en la sentencia condenatoria, cuáles son los ocurridos con
posterioridad a la misma, vinculados con el comportamiento del
sentenciado en reclusión.

[…]

[L]os jueces de ejecución de penas no realizarían una valoración ex novo


de la conducta punible. Por el contrario, el fundamento de su decisión en
cada caso sería la valoración de la conducta punible hecha previamente
por el juez penal».

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15.- Adicionalmente, en el citado fallo, reconoció que la


redacción del artículo 64 del Código Penal no establece qué
elementos de la conducta punible debían considerar los
jueces de ejecución de penas, ni los parámetros a seguir para
asumir las valoraciones que de ella hicieron previamente los
jueces penales en la sentencia, por lo que aquellos debían
“tener en cuenta todas las circunstancias, elementos y
consideraciones hechas por el juez penal en la sentencia
condenatoria, sean éstas favorables o desfavorables al
otorgamiento de la libertad condicional”.

16.- Posteriormente, en sentencias CC C-233-2016, CC


T-640-2017 y CC T-265-2017, el Tribunal Constitucional
determinó que, para facilitar la labor de los jueces de
ejecución ante el ambiguo panorama, debían tener en cuenta
que la pena no ha sido pensada únicamente para lograr que
la sociedad y la víctima castigaran al condenado y que con
ello vean sus derechos restituidos, sino que responde a la
finalidad constitucional de la resocialización como garantía
de la dignidad humana. Por lo anterior, estimó que aquellos
debían velar por la reeducación y la reinserción social de los
penados, como una consecuencia natural de la definición de
Colombia como un Estado Social de Derecho fundado en la
dignidad humana, que permite humanizar la pena de
acuerdo con el artículo 1º de la Constitución Política (CC T-
718-2015).

17.- Acorde con lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia estableció que, si bien el juez de ejecución de penas,
en su valoración, debía tener en cuenta la conducta punible,

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también debía analizar la participación del condenado en las


actividades programadas al interior del centro carcelario,
como una estrategia de readaptación social en el proceso de
resocialización (CSJ SP 10 oct. 2018, rad. 50836), pues el
objeto del Derecho Penal en un Estado como el colombiano
no es excluir al delincuente del pacto social, sino buscar su
reinserción en el mismo (CC C-328-2016).

18.- Adicionalmente, esta Sala ha sostenido que si bien


el juez vigía debe analizar la gravedad de la conducta, ese
aspecto no puede ser el único elemento a estudiar a la hora
de resolver las solicitudes de libertad condicional, sino que
esa labor requiere del análisis integral de los aspectos
positivos y negativos consignados en la sentencia, así como
el proceso de resocialización, pues sólo a partir del estudio
ponderado de aquellos aspectos es dable negar o acceder al
beneficio citado (CSJ AP2977-2022, rad. 61471, 12 jul. 2022
y CSJ AP3348–2022, rad. 61616, 27 jul. 2022).

f. Configuración de los defectos específicos en los


autos del 20 de octubre de 2022 y 6 de marzo de 2023

19.- En este caso, se conoce que el 13 de abril de 2018


el Juzgado Cuarto Penal del Circuito Especializado de
Medellín condenó URIEL TARAZONA ROJAS a 107 meses de
prisión y a pagar por concepto de multa el equivalente a
2.018.66 S.M.L.M.V., luego de hallarle penalmente
responsable de los injustos de tráfico, fabricación y porte de
estupefacientes, destinación ilícita de bienes muebles e

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inmuebles, suministro a menor y concierto para delinquir


agravado.

20.- La sanción es vigilada en la actualidad por el


Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de El Santuario, ante quien el interesado solicitó
la libertad condicional. En auto del 20 de octubre de 2022, le
fue negada esa solicitud ante el incumplimiento del
presupuesto subjetivo -gravedad de las conductas por las
que fue condenado-.

21.- Esta decisión fue confirmada el 6 de marzo de 2023


por el juez de conocimiento. En el proveído de segundo grado
se refirió que no había duda de que el actor cumplía las 3/5
partes de la condena, no obstante, no se cumplía el
presupuesto subjetivo. Al respecto dijo:

URIEL TRARAZONA ROJAS hacía parte de una organización


delincuencial, dedicada al expendio de estupefacientes, utilizaba
inmuebles para la comisión de delitos y revistiendo especial
gravedad, suministrando estupefacientes a menores de edad
como delito autónomo.

El accionar del procesado reviste un alto grado de gravedad; se le


condenó por cuatro conductas, todas ellas con un alto impacto
para la comunidad afectando una multiplicidad de bienes
jurídicos, entre ellos la seguridad de la comunidad, salud
pública…y, afectando con ello a menores de edad, lo cual se
demostró y en virtud de ello se le condenó por la conducta
tipificada en el artículo 381 de la Ley 599 de 2000.

Para el despacho, no hay duda en cuanto a que el comportamiento


del condenado, reviste una trascendencia superlativa para el caso,
teniendo el rol que cumplía dentro de la estructura criminal,
contribuyendo así al sostenimiento económico de la organización
delincuencial, y al cumplimiento de los fines de la misma, dañando
a sus congéneres sin ningún tipo de reparo, generando ese impacto
de gran significancia para la seguridad, que no puede ser
desconocida, es que su accionar afectó a la comunidad del

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municipio de Medellín, desestabilizándose la tranquilidad de la


población, y en ese sentido, resulta claro y completo el examen que
adelantó el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad, cuando valoró la conducta punible desplegada por el
condenado y el modo de ejecutarla, en punto a la afectación para
los bienes jurídicos tutelados por el legislador, con fundamento en
lo expuesto en la sentencia, incluso, en el ítem de subrogados y
mecanismos sustitutivos de la pena, se señaló que las conductas
por las que fue condenado el señor URIEL TARAZONA ROJAS
“revisten de un nivel intenso de gravedad”, advirtiendo con ello, la
necesidad de cumplir de manera efectiva, la sanción impuesta.

22.- Seguidamente, manifestó que la asesora jurídica de


la cárcel otorgó concepto favorable para la libertad
condicional, igualmente, que el accionante ha tenido buena
conducta y ha desarrollado actividades al interior de la
institución carcelaria. No obstante, aquello no era suficiente
para otorgar el beneficio reclamado: “en tanto que tiene mayor
relevancia la valoración negativa de la conducta punible por el
real daño al que se sometió a la sociedad, verificándose la
necesidad de continuar privado de la libertad”.

23.- En ese orden, la Sala encuentra que no hubo


ningún estudio sobre los aspectos que pudieran resultarle
beneficiosos al condenado, como por ejemplo la terminación
anticipada del proceso, menos una ponderación de aquellos
frente a la gravedad de las conductas ilícitas y tampoco
existió algún tipo de valoración real sobre el proceso de
resocialización posterior a la imposición de la pena a URIEL
TARAZONA ROJAS tal y como lo exige la jurisprudencia que fue
citada en acápites precedentes.

24.- Así las cosas, resulta claro que los demandados,


por un lado, no cumplieron con la carga argumentativa

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requerida en el análisis de la solicitud de libertad


condicional, pues guardaron silencio frente a las
valoraciones que hubieran podido realizar al confrontar la
sentencia condenatoria frente a nuevas situaciones que
incidirían positivamente en la tasación de la pena, y, por el
otro, si bien enunciaron el proceso de resocialización, como
el buen desempeño en el tratamiento penitenciario, calificado
de ejemplar, no se hizo ninguna valoración de su posible
incidencia frente a la solicitud de libertad condicional

25.- Conforme con la reciente jurisprudencia


especializada citada en precedencia (CSJ AP2977-2022, rad.
61471, 12 jul. 2022, CSJ AP3348–2022, rad. 61616, 27 jul.
2022 y CSJ, STP2321-2023, 2 mar. 2023, Rad. 128722) el
juicio de valor efectuado por los demandados desconoce los
derroteros jurisprudenciales fijados por esta Sala, pues, si
bien no se pasa por alto la gravedad y afectación de los bienes
jurídicos protegidos con las conductas ilícitas atribuidas al
actor, así como lo sensible de los hechos, el razonamiento
efectuado por los despachos judiciales demandados no
satisface plenamente los criterios que deben adoptarse en
asuntos como el analizado.

26.- Recuérdese que, si bien el juez de ejecución de


penas está llamado a valorar la conducta por la cual fue
emitida la condena con el objeto de determinar la necesidad
o no de cumplir con la sanción impuesta, ese estudio debe
incluir el análisis de la personalidad, los antecedentes y
todas las circunstancias abordadas por el juez de
conocimiento en la condena así como el proceso de

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resocialización, pues solo a partir de un análisis real y


ponderado es dable definir si hay lugar a conceder o no la
libertad condicional. Esto no significa que la gravedad de la
conducta no deba ser valorada o que el fallador acceda sin
ningún miramiento a la libertad condicional, sino que exige
del funcionario judicial una evaluación en conjunto de los
aspectos favorables y desfavorables del solicitante, análisis
que en todo caso debe ser real y no meramente
enunciativo.

g. Conclusión

27.- Para la Sala, contrario a lo señalado por el A quo,


en este caso los despachos accionados lesionaron los
derechos del actor al momento de resolver la solicitud de
libertad condicional, ya que al emitir los autos del 20 de
octubre de 2022 y 6 de marzo de 2023, se apartaron de los
precedentes jurisprudenciales desarrollados en torno a los
criterios de valoración al momento de resolver ese tipo de
peticiones, pues la negativa se edificó únicamente en la
gravedad de la conducta, sin hacer una labor de ponderación
real y explícita entre ese ítem y los aspectos positivos
consignados en la sentencia y el proceso de resocialización.

28.- En consecuencia, se dejarán sin efecto los autos


citados, para que, en su lugar, el juez que vigila la sanción
del actor profiera, en un plazo de (cinco) 5 días hábiles
contados a partir de la notificación del presente proveído,
una nueva decisión donde se efectúe un análisis que sea

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acorde con los lineamientos brindados en el presente fallo de


tutela.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Decisión de Tutelas


n.o 3 de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la ley,

RESUELVE

Primero. Revocar la sentencia impugnada y, en su


lugar, conceder el amparo al derecho al debido proceso
invocado por URIEL TARAZONA ROJAS.

Segundo. En consecuencia, dejar sin efecto los autos


del 20 de octubre de 2022 y 6 de marzo de 2023, emitidos en
primera y segunda instancia, por los Juzgados Primero de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de El Santuario
y Cuarto Penal del Circuito Especializado de Medellín,
negaron la libertad condicional del aquí accionante, para
que, en su lugar, el juez que vigila la sanción del actor
profiera, en un plazo de (cinco) 5 días hábiles contados a
partir de la notificación del presente proveído, una nueva
decisión donde se efectúe un análisis que sea acorde con los
lineamientos brindados en el presente fallo de tutela.

Tercero. Disponer el envío de las diligencias a la Corte


Constitucional, para la eventual revisión de los fallos
proferidos.

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Notifíquese y cúmplase

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

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