STC #07068-2005-PHC - Impugnaciones Sobre Auto de Sobreseimiento

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EXP.

7068-2005-PHC
LIMA
ALDO WILFREDO
RODRÍGUEZ CESTI

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 17 días del mes de octubre de 2005, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y Vergara
Gotelli, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Aldo Wilfredo Rodríguez Cesti
contra la Resolución de la Primera Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas 141, su fecha 11 de julio de 2005, que declara infundada la
demanda de hábeas corpus de autos, con el objeto que se ordene su inmediata excarcelación.

ANTECEDENTES

Con fecha 12 de enero de 2005, don Aldo Wilfredo Rodríguez Cesti interpone demanda de
hábeas corpus contra el juez del Sexto Juzgado Penal Especial, magistrado Saúl Peña Farfán, y
contra el Colegiado “A” de la Sala Penal Especial, integrada por los vocales Villa Bonilla, Tello de
Ñeco y Ventura Cueva, por detención arbitraria y vulneración al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional. Refiere ser procesado por los presuntos delitos de asociación ilícita para delinquir,
colusión y contra la fe pública, en la causa penal 16-02, imponiéndosele mandato de detención,
medida cautelar que, posteriormente, fue variada por la de comparecencia restringida, la cual fue
impugnada por la Procuraduría Pública. Alega que el juez emplazado, transgrediendo el artículo
58º del Código de Procedimientos Penales, concedió la apelación a la Procuraduría Pública
constituida en parte civil, pese a que ésta, por mandato legal, no tiene capacidad sino para
impugnar una sentencia en relación a la reparación civil. Agrega que, posteriormente, la sala
emplazada, lejos de declarar nulo el concesorio de apelación, revocó el auto de variación dictado
por el Juez y, reformándolo, dispuso que se reinstaure la vigencia de la medida coercitiva de
detención, vulnerando los derechos constitucionales invocados, por lo que solicita que,
reponiendo la causa al estado en que se produjo la violación constitucional, se ordene su
inmediata libertad.
Realizada la investigación sumaria, el demandante se ratifica en el contenido de su
demanda, añadiendo que, al tomar conocimiento de la reinstauración del mandato de detención,
concurrió voluntariamente para hacerlo efectivo.,
Por su parte, el juez emplazado alega que no existe vulneración constitucional, que la demanda
debe ser desestimada, que el proceso penal seguido al demandante se encuentra arreglado a ley
y se tramita respetando el debido proceso; dado que la parte civil tiene capacidad para presentar
recursos impugnatorios; aduce que, por los mismos fundamentos del hábeas corpus, el
demandante interpuso recurso de queja que fue desestimado en la Corte Suprema de la
República y dedujo nulidad de actuados al interior del propio proceso penal.
En tanto que los Vocales emplazados sostienen de manera uniforme que no existe vulneración
constitucional, y que las facultades legales conferidas a la parte civil no pueden ser materia de un
proceso constitucional.
El Procurador Adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial emplazado se
apersona a la instancia con fecha 18 de enero de 2005 y solicita que la demanda sea declarada
improcedente por tratarse de un proceso regular, ante el cual el hábeas corpus no puede ser
eficaz.
El Cuadragésimo Noveno Juzgado Penal para Procesos con Reos en Cárcel de Lima, con
fecha 3 de junio de 2005, declaró infundada la demanda de hábeas corpus argumentando que no
existe vulneración constitucional, toda vez que la ley procesal penal vigente permite a la parte civil
presentar impugnaciones
La recurrida confirmó la apelada por similares fundamentos.
FUNDAMENTOS
1. El demandante considera que los magistrados emplazados, al conceder y pronunciarse sobre
la apelación de la variación del mandato de detención interpuesto por la parte civil,
lesionaron el debido proceso, la tutela jurisdiccional y su libertad individual.
2. Es importante resaltar que, si bien el proceso de hábeas corpus no tiene por objeto proteger en
abstracto el derecho al debido proceso, en el presente caso, habida cuenta que se invocan
restricciones al pleno ejercicio de la libertad locomotora tras la expedición de una resolución
judicial, el Tribunal Constitucional tiene competencia, ratione materiae, para evaluar la
legitimidad constitucional de los actos considerados lesivos.
3. El artículo 139º de la Norma Suprema establece los principios y derechos de la función
jurisdiccional, consagrando el inciso 3 la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional. Es decir, garantizando al justiciable, ante su pedido de tutela, el deber del
órgano jurisdiccional de observar el debido proceso y de impartir justicia dentro de los
estándares mínimos establecidos por los instrumentos internacionales.
4. Este enunciado es recogido por el artículo 4° del Código Procesal Constitucional,
que establece que

“[...] se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la
que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano
jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a
no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos
de los previos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a acceder a
los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la
actuación adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la
observancia del principio de legalidad procesal penal”.
§. Análisis del acto lesivo
5. El demandante sustenta la vulneración al debido proceso en el extremo de transgresión al
principio de legalidad procesal porque

“[...] contraviniendo lo prescrito en el artículo 58º del Código de Procedimientos Penales,


se concedió recurso impugnatorio de apelación contra la variación del mandato de
detención a quien sólo tiene capacidad para impugnar la reparación civil en caso de una
sentencia absolutoria.” (sic).
Es decir, el punto controvertido de la demanda es determinar si la Procuraduría Pública está
facultada para recurrir la resolución que varió la detención preventiva por comparescencia,
variando con ello la situación jurídica del demandante.
§. Las facultades legales del actor civil o parte civil
6. Se define como parte civil a quien es sujeto pasivo del delito; es decir, quien ha sufrido
directamente el daño criminal y, en defecto de él, el perjudicado; esto es, el sujeto pasivo del
daño indemnizable o el titular del interés directa o inmediatamente lesionado por el delito. Así,
pueden constituirse en parte civil el agraviado, sus ascendientes o descendientes (incluso
siendo adoptivos), su cónyuge, sus parientes colaterales y afines dentro del segundo grado, el
tutor o curador.
7. La ley procesal de la materia, en su artículo 58º, establece que la parte civil tiene capacidad
para promover -en la instrucción- incidentes sobre cuestiones que afecten su derecho, e
intervenir en los que hayan sido originados por el Ministerio Público o el inculpado. Señalando
que: “[...] Al efecto se pondrá esos incidentes en su conocimiento y se le notificará la
resolución que recaiga en ellos. Podrá ejercer los recursos de apelación y de nulidad en los
casos en que este Código los concede”.
8. El artículo 83º del Código de Procedimientos Penales precisa, que “[...] Contra la resolución
que disponga la comparecencia, procede el recurso de apelación del representante del
Ministerio Público y de la parte civil, en un solo efecto.”
9. Ello, porque el proceso debe concebirse como un ámbito de igualdad y proporcionalidad, de
modo que los que acudan a él tengan igualdad de oportunidades para cuestionar las
resoluciones judiciales a fin de que sean revisadas (como en el presente caso); en ese mismo
orden de ideas, se debe concebir el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva dentro de cuyo
contexto está el acceder a la justicia.
10. En tal sentido, de autos se advierte que con fecha 31 de diciembre de 2002, el juez
emplazado declara fundada la solicitud presentada por el recurrente y dispone variar el
mandato de detención por la comparecencia con restricciones, en la causa penal que se le
sigue por delito contra la administración pública -colusión- y otros en agravio del Estado. Al no
encontrar arreglada a ley la resolución que dispone la variación, es recurrida por el
Procurador Público, parte civil en la instrucción (fs. 16/17). Concedida la apelación (fs. 15), se
forma el incidente, elevándose los autos a la sala emplazada que, revocando la
apelada, dispone: “[...] se reinstaure la vigencia de la medida coercitiva de detención,
decretada en el auto apertorio”, conforme se acredita con las copias certificadas que obran en
autos de fojas 12 a 14 de autos.
11. A mayor abundamiento, la resolución cuestionada sustenta la revocación de la comparecencia
y la reinstauración del mandato de detención dictado contra el recurrente, porque “[...] no se
advierte en autos la incorporación de nuevos elementos de juicio que enerven los cargos que
se le atribuyen al recurrente.” De lo cual se colige no solo que el concesorio de apelación
obedece al principio de igualdad que caracteriza la tutela jurisdiccional, sino que al expedir la
resolución cuestionada se observó el debido proceso, por lo que mal podría decirse que la
detención del demandante es arbitraria. En consecuencia, al no evidenciarse en autos la
vulneración constitucional que sustenta la demanda, no resulta de aplicación el artículo 2º del
Código Procesal Constitucional.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución
Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda de hábeas corpus.

Publíquese y notifíquese.

SS.

BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
VERGARA GOTELLI
EXP. N.° 6838-2006-PHC/TC
LIMA
ANDRÉS ANDRÉS
PONCE RÍOS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 24 días del mes de agosto de 2006, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Gonzales Ojeda, Vergara Gotelli y Mesía Ramírez,
pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Andrés Edmundo Ponce Fonseca
contra la resolución de la Cuarta Sala Penal con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia
de Lima, de fojas 125, su fecha 21 de junio de 2006, que declara improcedente la demanda de
autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 19 de abril de 2006 el recurrente interpone demanda de hábeas corpus a favor
de Andrés Andrés Ponce Ríos y la dirige contra los magistrados de la Sexta Sala Penal de Reos
Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, señora Neyra Flores, Carrera Contti y Rodríguez
Vega. Refiere que en el proceso penal que se le sigue por el delito de estafa ante el Décimo
Juzgado Penal de Lima (Exp. N° 372-2001) tras haberse pronunciado el Ministerio Público sobre
no formular acusación fiscal, dicho Juzgado con fecha 30 de diciembre de 2004 emitió resolución
declarando el sobreseimiento de la instrucción seguida contra el favorecido de la presente
demanda. Asimismo refiere que luego de concederse la apelación, la Sexta Sala Penal de Reos
Libres de Lima, con fecha 27 de diciembre de 2005, resolvió declarar nulo el auto de
sobreseimiento. Alega que tanto la resolución que concede la alzada como la resolución que
declara el sobreseimiento de la causa vulneran el principio acusatorio, la presunción de inocencia
y el debido proceso, en conexión con la libertad individual.
Realizada la investigación sumaria, el favorecido se ratifica en los términos de su
demanda. Por su parte, los emplazados manifiestan que ciñeron su actuación al ordenamiento
jurídico vigente de conformidad con lo dispuesto por el artículo 221° del Código de Procedimientos
Penales, que prescribe la necesaria revisión de los fallos emitidos por el a quo. Asimismo, refieren
que emitieron la resolución cuestionada sobre la base del artículo 292°, inciso 4 y el artículo 220°,
inciso b) del Código de Procedimientos Penales.
El Trigésimo Octavo Juzgado Penal de Reos en Cárcel de Lima, con fecha 8 de mayo de
2006, declara infundada la demanda por considerar que en el presente caso se advierte una
estricta concordancia entre los preceptos legales glosados y la actuación de los magistrados
emplazados, por lo que no se acredita la afectación del debido proceso que alega el actor.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la demanda por considerar que
la decisión de la Salaemplazada se encuentra arreglada a derecho y a las facultades que tiene
como instancia de grado, no evidenciándose la alegada vulneración de derechos.

FUNDAMENTOS
1. El demandante afirma que la resolución de la Sexta Sala Penal emplazada (que corre a
fojas 09), que declara nulo el auto de sobreseimiento de fecha 30 de diciembre de 2004,
emitido por el Duodécimo Juzgado Penal de Lima en el proceso N°372-2001 (fojas 11 y 12 de
autos), vulnera los derechos del beneficiario a la presunción de inocencia y al debido proceso,
en conexión con la libertad individual, así como el principio acusatorio dentro del proceso
penal.
2. Al respecto es preciso señalar que si bien este Tribunal ha señalado que de acuerdo con el
principio acusatorio no es impugnable el auto de sobreseimiento emitido en conformidad con el
dictamen absolutorio del Fiscal Provincial que hubiera sido elevado en consulta por el órgano
jurisdiccional y con la opinión aprobatoria del Fiscal Superior (Exp. N.° 2005-2006-PHC/TC),
ello no implica que todo auto de sobreseimiento sea inimpugnable.
3. Este Tribunal considera que la posibilidad de revocar una resolución que dispone el
sobreseimiento no resulta atentatoria del principio acusatorio, por cuanto no implica una
injerencia indebida en las atribuciones del Ministerio Público como titular de la acción penal,
sino que permite a las partes procesales cuestionar los motivos que tuvo el órgano
jurisdiccional para concluir el proceso resuelto en sede jurisdiccional. Ello debido a que el
ordenamiento procesal ofrece diversas opciones al juzgador ante la posibilidad de que el
Ministerio Público, en un primer momento, decida, en virtud de sus atribuciones, no acusar. En
este sentido, el artículo 220º del Código de Procedimientos Penales establece que ante el
dictamen en el cual el fiscal se pronuncia por no emitir acusación, el órgano jurisdiccional tiene
más de una opción, a saber: a) disponer elarchivamiento del expediente; b) ordenar la
ampliación de la instrucción c); elevar directamente la instrucción al Fiscal Supremo.
4. Es por ello que nuestro ordenamiento procesal permite la impugnación del auto de
sobreseimiento cuando el artículo 292°, literal c) del Código de Procedimientos Penales
establece que: “Procede el recurso de nulidad: (...) C. Contra los autos que (...) extingan la
acción o pongan fin al procedimiento o a la instancia”. En tal sentido el ordenamiento jurídico
penal permite que el auto que declara el sobreseimiento del proceso (en tanto pone fin al
juzgamiento), sea pasible de impugnación. Por tanto, la demanda debe ser desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución
Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda de hábeas corpus

Publíquese y notifíquese.

SS.

GONZALES OJEDA
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ

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