Quemaduras

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Quemadura por corriente eléctrica.

Las quemaduras son lesiones que afectan la integridad de la piel. Las quemaduras eléctricas son de gran
letalidad por el desarrollo de complicaciones inmediatas. La corriente eléctrica causa lesiones en piel y tejidos
profundos como: tejido celular subcutáneo, músculos, tendones, huesos, articulaciones, arterias, nervios y
órganos distantes. Lo que las diferencia marcadamente de las lesiones térmicas, donde la afectación solo
interesa los tejidos superficiales. En ellas el porcentaje de superficie corporal quemada no es indicativo del daño
real existente, por lo que el daño que producen suele ser mayor de lo que aparenta, o lo que es lo mismo, una
piel aparentemente normal puede esconder grandes destrozos musculares en profundidad y extensión.
No existe una relación clara entre edad y extensión de la quemadura, pero sí se encuentra una estrecha relación
entre la edad del paciente y el riesgo de muerte tras la quemadura, se aumenta la proporción de muerte de forma
progresiva a partir de los 20 años. Dado el modo de producción accidental que acompaña clásicamente a las
quemaduras eléctricas, no es raro que la bibliografía revisada muestre a la población masculina laboralmente
activa como la más afectada, coincidió con la investigación.
Otras complicaciones descritas en la quemaduras eléctricas son: las lesiones del sistema nerviosos central que a
menudo comienzan con la pérdida de conocimiento, progresión al coma y muerte, también se describen:
síndromes dolorosos, neuropatías por lesión de la médula espinal, parkinsonismo, alteraciones
electroencefalográficas, convulsiones, trastornos del sueño, memoria, concentración, depresión, stress
postraumático, lesiones auditivas y oculares como la rotura de la membrana timpánica y catarata; en series de
autopsias se han descubierto: daños inespecíficos al cerebro y cerebelo. (1)
En las quemaduras por electricidad doméstica o “falsa” lesión por alta tensión, debido a que se suele asociar a
las corrientes en la casa como alta tensión, pero no es así, ya que las bajas tensiones tienden a provocar
pequeñas y profundas quemaduras por contacto en los puntos de salida y entrada, que es lo que pasa en
este caso. Lo peligroso con esta quemadura es que la naturaleza alterna de la corriente doméstica puede
interferir con el ciclo cardíaco, dando lugar a arritmias.
Las “verdaderas” lesiones por alta tensión se producen cuando la electricidad es mayor o iguala1000 V. En esta
lesión podemos encontrar un gran daño tisular y a menudo pérdida de extremidades (usualmente la que realizo
el contacto). Suele haber una gran cantidad de necrosis de tejidos blandos, óseos y el daño muscular da lugar a
rabdomiólisis, además de que con estas lesiones suelen producirse insuficiencia renal. Este patrón de lesión
necesita una reanimación y un desbridamiento más agresivos que otras quemaduras y el contacto con una
tensión superior a los 70 000 V es invariablemente mortal.
La regla de los nueves de Wallace, es un método fácil, rápido y bueno de valorar quemaduras de tamaño medio
a grande en adultos. Para realizar esta técnica el cuerpo se divide en zonas del 9% y se puede calcular la
superficie total de la quemadura. Algo importante a saber es que en niños o pacientes pediátricos este porcentaje
cambia y pierde exactitud.
Regla de los 9 de Wallace en adultos.

Regla de los 9 de Wallace en pediátricos.

Finalmente tenemos la tabla de Lund y Browder, la cual es la forma más precisa y la que más se utiliza, ya que
si se utiliza de forma correcta su precisión es del 90%. Una ventaja que presenta sobre la técnica de los 9 de
Wallace es que valora de forma precisa la edad con el cuerpo y, por ende, ofrece evaluaciones precisas de las
áreas de una quemadura. En esta técnica es importante que se exponga y evalúe la quemadura, mientras se
realiza la evaluación, el entorno debe estar caliente y se debe exponer segmentos de piel de manera secuencial
para así reducir la perdida de calor, lo cual si no se controla el paciente podría empeorar su cuadro de forma
rápida. La piel pigmentada podría resultar complicada de evaluar, en estos casos, resulta útil retirar las capas
epidérmicas sueltas para poder calcular el tamaño de la quemadura.
La profundidad de una quemadura depende de la temperatura de la fuente de calor y del tiempo de contacto. La
clasificación de las quemaduras se divide en primer, segundo y tercer grado. Sin embargo, su gravedad es difícil
determinar inmediatamente después de una quemadura. Una quemadura puede profundizarse con el tiempo
después del incidente de la quemadura.
1. Quemadura de primer grado (quemadura epidérmica): Se produce un eritema doloroso y un edema, que
se cura en 3 o 4 días sin dejar cicatriz, por ejemplo, quemadura solar.
2. Quemadura de segundo grado (quemadura dérmica): Hay una intensa sensación de ardor. El eritema va
seguido, en el plazo de varias horas, de una tensa formación de ampollas. Las quemaduras de segundo
grado se subclasifican en quemaduras dérmicas superficiales (QDS) y quemadura dérmica profunda
(QDP). La QDS se presenta como ampollas dolorosas cuyo fondo es de color rosa; hay un daño leve en
la dermis, que se cura sin cicatrización en unas 2 semanas. La quemadura dérmica profunda afecta a la
capa dérmica profunda y cicatriza en 3 ó 4 semanas.
3. Quemadura de tercer grado (quemadura profunda): Todas las capas cutáneas y a veces incluso las zonas
más profundas están dañadas, la proliferación de la epidermis alrededor de la quemadura es la única
recuperación espontánea; puede ser necesario un injerto de piel.
Podemos clasificar a las quemaduras en estos subgrupos:
1.Quemaduras menores
 Quemaduras de segundo grado en adultos con menos del 15% de la superficie total.
 Quemaduras de segundo grado en niños, inferiores al 10% de la superficie total quemada.
 Quemaduras de tercer grado en niños o adultos inferiores al 2% de la superficie total.
2.Quemaduras moderadas
 Quemaduras de segundo grado en adultos que implican entre el 15 y el 25% de la superficie total del
cuerpo.
 Quemaduras de segundo grado en niños que implican del 10 al 20% de la superficie total del cuerpo.
 Quemaduras de tercer grado en niños o adultos que implican del 2 al 10% de la superficie total del
cuerpo.
3.Quemadura mayor
 En adultos, quemaduras de segundo grado superiores al 25% de la superficie corporal.
 En niños, quemaduras de segundo grado superiores al 20% de la superficie.
 Quemaduras de tercer grado superiores al 10% en un adulto o en un niño.
La escisión e injerto tempranos han sido la norma de atención durante décadas. La mayoría de los estudios han
demostrado que la escisión en un plazo de 24 a 48 horas después de la lesión se asocia a una disminución de la
pérdida de sangre, la infección, la duración de la estancia hospitalaria y la mortalidad, así como a una mayor
aceptación del injerto, aunque la reducción de la mortalidad sólo puede producirse en pacientes sin lesiones por
inhalación.
Dado que uno de los principales retos en el tratamiento de las lesiones térmicas agudas es la prevención de la
infección, es fundamental extirpar la escara y cubrir la herida lo antes posible. La norma para el cierre rápido y
permanente de las quemaduras de espesor total es un injerto de piel de espesor parcial procedente de una zona
donante no lesionada en el mismo paciente (autoinjerto). Este tipo de injerto proporciona una cobertura
suficiente sin riesgo de rechazo, aunque los meta-análisis todavía tienen que determinar la tasa de fracaso de los
injertos de piel de grosor parcial en pacientes con quemaduras.
Los injertos de piel de grosor dividido pueden engranarse con ratios de expansión variables para aumentar el
área de cobertura, pero sigue preocupando el efecto que el engranaje tiene sobre la amplitud de
movimiento y la tasa de curación del sitio del injerto. Por otra parte, las zonas donantes son dolorosas e
imponen al paciente su propia carga de cicatrización. Los pacientes con quemaduras más extensas a menudo
requieren una cobertura temporal con un aloinjerto, xenoinjerto, sustituto de la piel o análogo dérmico debido
a que las zonas donantes son insuficientes o no están disponibles. Un meta-análisis reciente sugiere que,
dado que los aloinjertos y los xenoinjertos parecen ser igual de eficaces, los xenoinjertos pueden ser una
opción superior por su mayor seguridad con un menor precio.(2)

Manejo de injertos
Un injerto de piel consiste en una intervención quirúrgica en la que se emplean partes de la piel sana de la
misma persona para reemplazar el tejido cicatriz al que producen las quemaduras profundas. Como solución
temporal se puede usar piel de un donante fallecido o de cerdos.
Los injertos deben ser tratados de manera especialmente cuidadosa, ya que el manejo inadecuado representa
riesgos para el paciente relacionados con el retraso en la mejoría estética, riesgo de infección y costos
extra para el sistema de salud. El tratamiento también se enfoca en la prevención de cicatrización
hipertrófica o queloide. Las quemaduras profundas transforman la piel en escaras, siendo estas últimas
las responsables de que organismos bacterianos se acumulen e invadan el tejido sano, además de propiciar
la liberación de células proinflamatorias como factor de necrosis que produce un estado de catabolismo
que provoca el desgaste del paciente. Es de suma importancia que el tejido no viable se retire en el
menor tiempo posible para disminuir la probabilidad de infección y mejorar la evolución funcional y estética, de
allí que la cirugía es procedimiento electivo en el tratamiento de las quemaduras. La colocación temprana de
injertos se relaciona con una disminución de secuelas funcionales y cosméticas para el paciente. Mejorando con
esto la calidad de vida y la prevención de problemas psicológicos y físicos.
Los injertos de piel frecuentemente se usan en lesiones graves. En este caso se extirpa quirúrgicamente la piel
dañada y posteriormente se coloca el injerto de piel, el cual tiene dos propósitos fundamentales a saber:
reducir el curso del tratamiento necesario (y la estancia hospitalaria), y mejorar la función y apariencia de la
parte del cuerpo que lo recibe. Más puntualmente los injertos de piel consisten en: capas delgadas de piel
que el cirujano toma de una parte del cuerpo que no se ha quemado y las coloca con técnicas quirúrgicas en la
zona quemada. El lugar del que se toma la piel se llama zona donante. El muslo y la espalda son zonas
donantes frecuentes, pero el injerto se puede tomar de cualquier parte del cuerpo que no se haya quemado, a
excepción de la cara. La zona donante tarda unas dos semanas en sanar.
Es conveniente recordar que cuando se toman los injertos, el lecho donante representa otra pérdida
cutánea, por esta razón hay que tener en cuenta que estamos aumentando la zona cruenta en el momento de la
cirugía. La indicación en estos casos son injertos de espesor parcial y podría utilizarse un expansor de piel para
aumentar la cantidad de piel donante. Se suele emplear una malladora de piel para perforar el injerto en forma
de malla y de esta manera aumentar su elasticidad y lograr cubrir zonas más amplias. Se debe tener en cuenta
que no se recomienda el uso de injertos mallados en la cara, las manos, o los pliegues.

Tipos de injerto
Según procedencia los injertos se clasifican en:
• Autoinjerto o Injerto Autólogo: Es la piel trasplantada de un lugar a otro en el mismo individuo. Estos
consisten en toda la epidermis y un componente dérmico de grosor variable. El autoinjerto evita la
transmisión de enfermedades y el rechazo inmunológico.
• Isoinjerto: Se emplea la piel de un gemelo idéntico (univitelino).
• Homoinjerto o aloinjerto: Hace referencia a la piel humana cadavérica, es decir, el donante es otro individuo
de la misma especie.
• Heteroinjerto o xenoinjerto: El donante pertenece a otra especie distinta. El animal de elección es el cerdo.
Según su expansión se clasifican en expandido o mallado y no expandido o laminar.
• Los injertos en malla son injertos en los que la piel donante se perfora con agujeros o cortes pequeños. De esta
forma, el cirujano puede estirar la malla para cubrir una superficie grande del cuerpo.
• Los injertos laminares son injertos que se colocan directamente en la herida a partir de la zona
donante, sin hacer-les agujeros ni cortes.
Según su espesor la clasificación es la siguiente:
• Injertos de espesor parcial o de espesor dividido (STSG): Se incluye la epidermis y menos del espesor
completo de la dermis. Se subdividen en tres tipos: injertos de piel fina, injertos de piel semigruesa e injertos de
piel gruesa. Cuanto más delgado es el injerto, menor demanda nutricional, es decir, la posibilidad de vida
será mayor, no obstante, tendrá mayor fragilidad ante un traumatismo. Los injertos de piel de grosor
dividido requieren menos condiciones ideales para la supervivencia y tienen un rango de aplicación mucho
más amplio que los injertos de piel de espesor total. Sin embargo, son más frágiles y pueden contraerse
significativamente.
• Injertos de espesor total (FTSG): Están constituidos por toda la epidermis y la dermis en su totalidad.
En ellos se conservan más características de la piel normal después del injerto como el color, la textura
y el grosor. Sin embargo, requieren condiciones más óptimas para la supervivencia debido a la
cantidad de tejido que requiere revascularización. Los injertos de piel de espesor total son ideales para las
áreas visibles de la cara que son inaccesibles por los colgajos locales o para cuando los colgajos locales están
contraindicados, pero se encuentran limitados a heridas relativamente pequeñas, no contaminadas y bien
vascularizadas, por lo tanto, no tienen una gama de aplicaciones tan amplia como los injertos de grosor
parcial. Además, sufren menos contracción del tejido durante el tratamiento que los injertos de piel de grosor
parcial.
• Injertos epidérmicos de piel (ESG): Consisten solo en la capa epidérmica de la piel y proporcionan células
epidérmicas al área receptora. No previenen la contractura de la herida y, por lo tanto, al igual que los
injertos de piel de espesor parcial, su objetivo principal es restablecer la integridad funcional de la piel en el
sitio receptor. Asimismo, causan cicatrices mínimas o nulas y dejan poca morbilidad en el sitio donante.
El éxito de los injertos cutáneos depende de la técnica quirúrgica y de los cuidados postoperatorios.
Avellaneda et al., (2018) explica que es importante mencionar que la adecuada cicatrización del lecho
receptor dependerá de varios factores tanto propios, como de la piel trasplantada. Estos factores son
principalmente:
1. La vascularización de la piel trasplantada: si el injerto es tomado de un sitio con buena vascularización,
tiene más posibilidades de sobrevivir y cicatrizar adecuadamente ya que habrá mayor tasa de anastomosis
vasculares con el lecho receptor.
2. La vascularización del sitio receptor: si el sitio receptor tiene un rico lecho vascular y se encuentra limpio de
infecciones y microorganismos, el índice de éxito es más alto que en el caso de los injertos realizados en
lechos que no tienen buena vascularización.
3. El espesor del injerto: cuanto más fino es el injerto, mayor es la tasa de revascularización del mismo.
Esto se debe a que hay menos cantidad de tejido que nutrir y oxigenar. Entre más delgados los injertos,
mayor es el número de capilares que se expondrán al lecho receptor.
4. Actividad metabólica del injerto: cuanto mayor es el tamaño y/o espesor del injerto trasplantado, mayores son
sus requerimientos metabólicos, ya que poseen mayor cantidad de células y por tanto serán menos
resistentes a la isquemia, la cual se presenta en etapas iniciales del trasplante.

Cuidados de la zona donante


Los cuidados de la zona donante son fundamentales para evitar complicaciones y fomentar su correcta
curación. Además del manejo del dolor, Enfermería debe realizar 3 actividades fundamentales:
• Inspeccionar diariamente el apósito y valorar su estado.
• Controlar la presencia de signos de infección y complicaciones postoperatorias.
• Mantener limpia y libre de presión la zona donante.

Cuidados del injerto


Tras la cirugía de injerto cutáneo, se elige un apósito para proporcionar una presión uniforme sobre
toda el área injertada, que debe ser absorbente y no adherente. Estos apósitos están destinados a
inmovilizar el injerto. El vendaje inicial debe dejarse durante 3-7 días salvo presencia de dolor, olor,
secreción u otros signos de complicaciones. Los injertos de piel de espesor dividido, al emplearse
mayoritariamente en la reconstrucción de defectos de área grande, precisan de férulas para la
inmovilización. La cura diaria se debe realizar cuidadosa-mente para no despegar y dañar la zona injertada.

Cuidados después del alta


El cuidado después del alta es un verdadero reto para los pacientes. Es necesario el cuidado tanto del sitio
del injerto como del sitio donante. Las heridas tras el alta se encontrarán vendadas. Las principales
indicaciones para el cuidado tras el alta de un paciente tratado con injerto son las siguientes:
• Necesitará descansar por varios días después de la cirugía mientras la herida sana.
• El tipo de vendaje que tenga depende del tipo de la herida y dónde está.
• Mantenga el vendaje y la zona a su alrededor limpia y libre de suciedad o sudor.
• No deje que el vendaje se moje.
• No toque el vendaje. Déjelo en su lugar por el tiempo que el médico le recomiende (cerca de 4 a 7 días).
• Tome cualquier medicamento o analgésico como se le indique.
• Si es posible, trate de elevar la herida de manera que quede por encima del nivel del corazón. Esto ayuda a
reducir la hinchazón. Necesitará hacer esto mientras esté sentado o acostado. Puede usar almohadas para
apuntalar la zona.
• Si su médico lo autoriza, puede utilizar una compresa de hielo sobre el vendaje para ayudar con la
hinchazón. Pregunte con qué frecuencia se debe aplicar la compresa de hielo. Asegúrese de mantener el
vendaje seco.
• Evite cualquier movimiento que pudiera estirar o lesionar el colgajo o el injerto. Evite golpear o chocar la
zona.
• Evite ejercicio extenuante por varios días. Pregunte a su médico cuánto tiempo.
• Si tiene un vendaje con vacío, puede que tenga un tubo conectado. Si el tubo se cae, dígale al médico.
• Probablemente irá al médico para que le cambie el vendaje en 4 a 7 días. Posiblemente necesite que el
médico le cambie el vendaje del sitio del colgajo o del injerto un par de veces durante 2 a 3 semanas.
• A medida que el sitio sane, probable-mente usted pueda cuidarlo en casa. El médico le mostrará cómo
cuidar de su herida y ponerse los vendajes.
• El sitio puede presentar picazón mientras sana. No se rasque la herida ni hurgue en ella.
• Después de que sane la zona, aplique protector solar con un factor de protección de 30 o más
elevado en las zonas de la cirugía si tiene que exponerse al sol.
• Para cuidar el sitio donante, es necesario que deje el vendaje en su lugar. Manténgalo limpio y seco.
• El médico retirará el vendaje en más o menos 4 a 7 días o le dará instrucciones sobre cómo quitarlo.•
Después de retirar el vendaje, puede dejar la herida destapada. Sin embargo, si está en una zona que está
cubierta por ropa, necesitará cubrir el sitio para protegerlo. Pregúntele al médico qué tipo de vendaje
puede utilizar.
• No aplique ninguna crema ni loción a la herida a menos que el médico se lo indique. A medida que la zona
sana, puede presentar comezón y se pueden formar costras. No hurgue las costras ni se ras-que la herida
mientras sana. (3)

Abordajes terapéuticos en quemados


Mediante distintas terapéuticas se busca optimizar la cicatrización y evitar las secuelas que deja este tipo de
trauma. En el caso que el paciente haya requerido una cirugía, el paciente comienza con el proceso de
cicatrización mediante la inmovilización para que permita la vascularización de los injertos aproximadamente a
las 72 horas. En este periodo, está contraindicada la movilización para evitar complicaciones a la horade la
revascularización de los injertos, pero si los cambios de postura en conjunto con órtesis y almohadas.
Luego de la inmovilización, el terapeuta comienza con las movilizaciones de los segmentos lesionados, tratando
de evitar la retracción de los tejidos en proceso de cicatrización y rigidez articular. Cuando el estado general del
paciente mejora, se comienza con el tratamiento fisioterapéutico ambulatorio para evitar la instauración de
retracciones y optimizar la cicatrización.
▪ ESTIRAMIENTO
Son de importancia en esta fase de recuperación, ya que permiten elongar los tejidos aumentando su flexibilidad
y evitando la retracción, al menos 2 veces por día por 5 a 10 minutos.
▪ KINESIOTERAPIA
Se utiliza para mantener rangos articulares, ejercicios isométricos y movilización pasiva en sentido inverso a la
retracción, y de manera suave y lenta en sentido a la retracción. La movilidad activa se realiza para el
mantenimiento del tono muscular, flexibilidad cutánea y evitar contracturas musculares.
▪ PRESOTERAPIA CON PRENDAS COMPRESIVAS
Es el tratamiento de primera línea para la prevención de cicatrices patológicas. Su aplicación no sigue un
protocolo estandarizado pero su dosificación abarca 23 horas diarias por 6 meses con presiones que van desde
los 15 a 40 mmHg.
▪ MASAJES CICATRIZALES
Es aplicado cuando se consigue la madurez de la cicatriz ya que el masaje agrava la inflamación. Para definir el
nivel de inflamación se utilizan dos pruebas: la prueba del blanqueo dinámico y la prueba de la vitropresión.
Está contraindicado cuando existe la presencia de infección y queloides; y la presencia de heridas es una
contraindicación relativa porque sigue siendo posible lubricar la cicatriz.

▪ ONDA DE CHOQUE EXTRACORPÓREA


El tratamiento de ondas de choque estimula la regeneración y reparación de los tendones, músculos y otros
tejidos blandos. Es una onda acústica que lleva energía a puntos de tejidos cutáneos y musculoesqueléticos en
condiciones subagudas, subcrónicas y crónicas. (4)

Fundamentos sobre la rehabilitación de los pacientes quemados


La rehabilitación de los pacientes quemados debe centrarse más en las siguientes condiciones:
1) Atrofia muscular y reducción de la fuerza, la resistencia, el equilibrio y la coordinación muscular debido a la
Inmovilización.
2) Reducción del rango de movimiento (ROM) causada por la deposición de tejidos fibrosos y la adhesión de
tejidos blandos alrededor de las articulaciones debido a la inmovilización.
3) Anquilosis y deformidad causada por cicatrices hipertróficas o contracción de tejidos blandos como
cicatrices,
tendones, cápsulas de articulaciones y músculos debido a la inmovilización.
4) Reacondicionamiento cardiorrespiratorio, neumonía hipostática, trombosis venosa profunda y úlceras por
presión por inmovilización.
5) Terapias adyuvantes para ayudar a la cicatrización de heridas por quemaduras, control de infecciones de
heridas y edema de extremidades.
6) Pigmentación anormal causada por quemaduras y desfiguración causada por cicatrices hipertróficas.
7) Terapias adyuvantes para mejorar los síntomas causados por cicatrices y heridas como parestesias, dolores,
prurito y afectación del sueño.
8) Disminución de las AVD, de las habilidades de aprendizaje y de trabajo después de una lesión.
9) Trastornos sociales y psicológicos causados por quemaduras.
10) Seguimiento de los pacientes como pacientes ambulatorios después del alta .

Responsabilidades del Terapista Ocupacional (TO)


Las responsabilidades de la terapia ocupacional son mantener y mejorar el ROM, la fuerza muscular, la
resistencia, la flexibilidad y la coordinación de las extremidades a través de actividades diseñadas y orientadas a
objetivos en los que los pacientes con quemaduras puedan participar activamente, con la ayuda de férulas y
modalidades de tratamiento de cicatrices. El objetivo de la terapia es restaurar las AVD de los pacientes
quemados y promover la participación social y la reunificación.

Manejo integral de cicatrices


La posibilidad de formación de cicatrices aumentará si el proceso de curación es más de dos semanas después
de la quemadura. La cicatrización generalmente comienza a desarrollarse dentro de los primeros meses después
de la quemadura, se acelera después, alcanza su punto máximo alrededor de los 6 meses y será estable,
disminuirá o "madurará" alrededor de 12 a 18 meses después de la lesión. Las cicatrices activas aparecen
enrojecidas, elevadas y rígidas con sensación de tirantez, picor y dolor, así como neovascularización importante.
Las cicatrices hipertróficas alrededor de las articulaciones pueden dificultar la movilización y provocar
deformidad cuando se contraen. Hasta la fecha, no existe una única estrategia terapéutica que pueda evitar por
completo la formación de cicatrices hipertróficas. La combinación de estrategias e intervenciones terapéuticas
puede lograr mejores resultados. La presoterapia, el posicionamiento, la férula, el entrenamiento ROM y los
ejercicios terapéuticos son tratamientos insustituibles, que pueden prevenir, inhibir y mejorar la proliferación y
contractura de las cicatrices, así como suavizar la cicatriz y aliviar los síntomas acompañados.

Masaje de cicatrices
Aunque ningún estudio ha informado sobre el mecanismo exacto del masaje de cicatrices, la aplicación de una
presión profunda y lenta sobre las cicatrices puede ayudar a suavizar la cicatriz y mejorar los ROM, así como a
aliviar el dolor y el prurito. El masaje de cicatrices se ha recomendado ampliamente para el tratamiento de
cicatrices y puede ayudar de las siguientes maneras:
1) La cicatriz a menudo está seca y pica, lo que puede conllevar a ulceración y otros problemas, el masaje con
crema y aceite puede ayudar a hidratar y suavizar la cicatriz, aumentar la flexibilidad, ayudar a aliviar la
picazón y el dolor.
2) La tirantez de la cicatriz puede ser causada en parte por el exceso de líquido retenido en el interior. Un
masaje profundo y firme puede ayudar a resolver este problema. Los ejercicios acompañados de masaje de
cicatrices también pueden ayudar a aumentar el rango de movimiento (ROM).
3) El masaje profundo y circular también puede ayudar a realinear las fibras de colágeno durante la formación
de cicatrices.
4) El masaje de cicatrices también es una forma de desensibilizar la piel recién curada y podría promover la
recuperación sensorial. (5)
Bibliografía
1. Rodríguez Salazar, Orlando; Fuentes Díaz, Zaily. Protocolización de la atención al paciente con
quemaduras eléctricas en las primeras 24 horas. Archivo Médico de Camagüey, vol. 15, núm. 3,
junio, 2011, pp. 477-486. Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas de Camagüey.
Camagüey, Cuba.
2. Jacinto Eugenio Pérez Ramírez, Lizbeth Estefanía Cárdenas Suárez, Amanda Mireya Gonzaga
Jaya. Medicina de Urgencias. Tomo 2. Capítulo 39: Quemaduras. Primera Edición, 2022.
Editorial Puerto madero, Universidad católica de cuenca, Argentina.
3. Acosta Romero, K. V., Mendoza Intriago, M. A., Moreno Pincay, T. V., & Flo-res Pozo,
J. T. (2022). Injerto de piel en atención de pacientes quemados. RECIMUNDO, 6(3),
266-275. https://doi.org/10.26820/recimundo/6.(3).ju-nio.2022.266-275
4. Ulibarrie, Juliana. “Prevención de cicatrices patológicas en el paciente quemado”. Universidad
del Gran Rosario, Santa Fe, Argentina. Febrero 2021.
https://rid.ugr.edu.ar/handle/20.500.14125/147
5. Villalobos Mora, Carlos. Reconstrucción y manejo de secuelas del paciente quemado adulto.
Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica, 2023.
https://rid.ugr.edu.ar/handle/20.500.14125/147

Plan de tratamiento

Paciente: Carlos Arturo Chávez.


Quemadura por corriente eléctrica, en tórax lado derecho, mano izquierda, miembro pélvico
derecho.
Sesión 1: Preguntar al paciente con respecto a su injerto y cicatriz, esto nos ayudará a saber los
antecedentes y molestias que pueda presentar durante el tratamiento.
Comenzamos masaje leve con aceite de almendras para hidratar la piel.
Sesión 2: Seguiremos con masaje de forma circular, aumentando la profundidad, esto fomenta
la vascularización de la piel.
Sesión 3: Podemos empezar a tratar el retorno de la sensibilidad de la piel (hipoestesia o
hiperestesia), dependerá también de la información recabada del paciente en la primera sesión.
Sesión 4: Aumentar la profundidad del masaje comenzando en círculos, y después hacerlo en la
dirección adecuada para el retorno sensorial.

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