Gustavo Pontonero, Crisis y Redefiniciones La Globalizaci - N 1973-1989
Gustavo Pontonero, Crisis y Redefiniciones La Globalizaci - N 1973-1989
Gustavo Pontonero, Crisis y Redefiniciones La Globalizaci - N 1973-1989
LA GLOBALIZACIÓN
GUSTAVO PONTONERO*
*
Tomado de Alberto Lettieri et al, Los Tiempos Modernos. Del Capitalismo a la Globalización. Siglos XVII al
XXI, Buenos Aires, Ediciones del Signo, 2000, pp. 333-345.
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suministros en el exterior. No abrigamos graves temores con respecto a la
probable capacidad de la mayoría de los países europeos económicamente
fuertes para pagar las importaciones de energía que parecen necesarias
(conclusión 4).
Sin embargo, esta nueva política no daría frutos antes de las convulsiones
del precio del petróleo, que recién a comienzos de la década del ochenta,
comenzó a revertir su tendencia alcista. Se propagaban los informes sobre
los “límites del crecimiento”, los problemas demográficos y ambientales.
Así, la crisis de 1973 sencillamente dinamitó el optimismo de posguerra y
las bases del estado benefactor. Las tasas de crecimiento del PBI en los
países industriales avanzados, entre 1973 y 1981, cayeron al 1,9% anual.
La inflación alcanzó un promedio anual del 6,7% y las tasas de desempleo
mostraron nuevamente cifras alarmantes, siendo España y Francia algunas
de las más castigadas, con niveles superiores al 10% de la población
económicamente activa.
Gran Bretaña y los Estados Unidos fueron los primeros en reformular las
relaciones entre la economía y el Estado durante la década del ochenta,
1
Georges Brondel, “Las fuentes de energía, 1920-1970” (En: Cipolla, C. (ed.), Historia
económica de Europa. Barcelona, Ariel, 1971; vol. 5, primera parte, p. 313).
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tendencia que fue seguida aunque con menor grado de profundidad en
otros países industriales avanzados.
Los nuevos programas se basaban en la privatización de empresas
públicas, la reducción brusca del gasto social, la aplicación de reducciones
impositivas que alentaran las inversiones y la desregulación y liberaiización
de los mercados.
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creación de nuevos materiales y productos de tecnología avanzadas, la
introducción de la informática, asumiendo un rol importantísimo en la
organización y gestión administrativa de los procesos de diseño, logística,
manejo de información, producción y comercialización; y, finalmente, la
flexibilidad adecuada para responder a una demanda globalizada,
caracterizada por la fragmentación, diversidad y selectividad.
En este sentido, se ha producido un deslizamiento hacia la subcontratación
a proveedores y hacia la reducción de stocks. Así, a fines de los ochenta y
durante la década del noventa, este proceso de transformación se ha ido
fortaleciendo hasta constituirse en una nueva realidad; la globali- zación,
es decir, el mundo como mercado único, con lo que ello implica también
desde el punto de vista cultural.
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una nueva etapa en la URSS. La llegada de Mikhail Gorbachov a la cúspide
del poder soviético representaba no sólo el desplazamiento de la
gerontocra- cia sino el inicio de un proceso reformista que pretendía sacar
al país de su estancamiento.
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incruenta y en otros extremadamente violenta, de los gobiernos de
Hungría, Checoslovaquia, Rumania, Polonia, Bulgaria y la República
Democrática Alemana.
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El tránsito desordenado al capitalismo ha generado, sin embargo, la
frustración de las expectativas de progreso económico y su rumbo es aún
difícil de pronosticar. Peor aún, la caída del comunismo ha dejado abierto
el camino para nuevas guerras en Europa como las que acompañaron la
disolución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia, durante los
años noventa.
3. Un sistema policéntrico
El fin del mundo bipolar, preanunciado tras la crisis de los años setenta y
consumado a fines de los ochenta, abrió paso a una nueva configuración
de las relaciones de poder. En ella, los Estados Unidos permanecen como la
única superpotencia militar mientras que, en el terreno económico, se ha
fortalecido la competencia del Japón y de la Comunidad Económica
Europea. Rusia y China, entretanto, amenazan con recuperar espacios en la
primera mitad del siglo XXI.
Cuadro 1
Déficit, deuda e intereses de la deuda federal de los EE. UU, 1980-1985
(en miles de millones de dólares)2
Intereses de la
Déficit Deuda
deuda
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1980 59,6 914,3 52,5
1983 195,4 1.381,9 87,8
1985 202,8 1.823,1 129,0
2
Paul Kennedy, Auge y caída de las grandes potencias. Barcelona, Plaza & Janes, 1998; p.
818.
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“tigres del sudeste asiático” (Hong-Kong, Singapur, Taiwán, Corea del Sur)
durante los ochenta.
A la caída del salario real, se sumaron los despidos masivos: unos 300.000
en 1990, 550.000 en 1991, casi 400.000 en 1992 y 600.000 en 1993. Las
reducciones de personal afectaron no sólo a los trabajadores manuales
sino también, y en mayor proporción, a los empleados administrativos y
gerentes. La tasa de desempleo, a comienzos de 1995, se situaba en un
5,4%.
La economía creció a tasas del 5-6% anual entre 1997 y 1999, favoreciendo
a sus socios mexicanos y canadienses del NAFTA y a los países que
exportan a los Estados Unidos. Por ejemplo, el caso de México que coloca
el 82% de todas sus ventas al exterior en el mercado norteamericano, cifra
que equivale al 23,6% de su PBI; Venezuela, con 54,4% y 16%; o Colombia,
con el 53,1% y el 8,1%, respectivamente.4
3
Lester Thurow, El futuro del capitalismo. Buenos Aires, Javier Vergara Editores, 1996; p.
39.
4
Diario Clarín, Suplemento de Economía y Negocios, 28 de enero de 2001; p. 5)
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mencionados “Tigres asiáticos” en los años ochenta, cuyo promedio llegaba
al 48%.
Esta evolución reciente de la economía norteamericana impulsa el interés
de algunos países latinoamericanos por sumarse al NAFTA. “...Con el
NAFTA, las exportaciones mexicanas pasaron del 16% del PBI en 1994 a
31% en 1999; con la CEE, las españolas pasaron de 17% en 1990 a 30% en
1999. Con el NAFTA, la Argentina triplicaría sus exportaciones en pocos
años”.5
En Europa, entretanto, los años ochenta fueron testigos del avance de las
ideas comunitarias que culminaron, como vimos con anterioridad, en el
“Tratado de Maastricht” (1992). Esta decisión implica que se consolide sin
ningún tipo de barreras para la circulación de mercaderías, capitales y
personas, un área que abarca casi 400 millones de habitantes.
5
Jorge Ávila, “El NAFTA es el club al que debemos entrar” (En: Diario Clarín, Suplemento
de Economía y Negocios, 21 de enero de 2001; p. 11)
6
Lester Thurow, op.cit., p. 51.
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En 1999, Francia sigue ostentando un 11% de desocupación y su PBI sólo
ha crecido el 2,4% con respecto al año anterior. Entretanto, los Estados
Unidos lo ha hecho al 4,1% y su tasa de desempleo ronda el 4%.
3.3. Japón
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mostrar, luego, una leve recuperación: 0,9% en 1999 y casi 2% en el año
2000.
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