Unidad 4 - Regimen Patrimonial Del Matrimonio.
Unidad 4 - Regimen Patrimonial Del Matrimonio.
Unidad 4 - Regimen Patrimonial Del Matrimonio.
Convenciones matrimoniales.
Es un convenio celebrado entre los futuros esposos con el objeto de escoger o diseñar el
régimen de bienes al que quedarán sujetas, durante el matrimonio, las relaciones
pecuniarias de los cónyuges entre sí y de éstos con relación a terceros, o bien precisar sólo
ciertos aspectos de sus relaciones patrimoniales.
Art 446: Objeto. Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges pueden hacer
convenciones que tengan únicamente los objetos siguientes:
a) la designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio;
b) la enunciación de las deudas;
c) las donaciones que se hagan entre ellos;
d) la opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en este Código.
Art 447: Nulidad de otros acuerdos. Toda convención entre los futuros cónyuges sobre
cualquier otro objeto relativo a su patrimonio es de ningún valor.
Art 448: Forma. Las convenciones matrimoniales deben ser hechas por escritura pública
antes de la celebración del matrimonio, y sólo producen efectos a partir de esa celebración
y en tanto el matrimonio no sea anulado. Pueden ser modificadas antes del matrimonio,
mediante un acto otorgado también por escritura pública. Para que la opción del artículo 446
inciso d), produzca efectos respecto de terceros, debe anotarse marginalmente en el acta
de matrimonio.
Art 452:Condición implícita. Las donaciones hechas por terceros a uno de los novios, o a
ambos, o por uno de los novios al otro, en consideración al matrimonio futuro, llevan
implícita la condición de que se celebre matrimonio válido.
Art 453: Oferta de donación. La oferta de donación hecha por terceros a uno de los
novios, o a ambos queda sin efecto si el matrimonio no se contrae en el plazo de un año. Se
presume aceptada desde que el matrimonio se celebra, si antes no ha sido revocada.
Art 455. Deber de contribución. Los cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento,
el del hogar y el de los hijos comunes, en proporción a sus recursos. Esta obligación se
extiende a las necesidades de los hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con
discapacidad de uno de los cónyuges que conviven con ellos.
El cónyuge que no da cumplimiento a esta obligación puede ser demandado judicialmente
por el otro para que lo haga, debiéndose considerar que el trabajo en el hogar es
computable como contribución a las cargas.
Art 456: Actos que requieren asentimiento. Ninguno de los cónyuges puede, sin el
asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles
indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella. El que no ha dado su asentimiento
puede demandar la nulidad del acto o la restitución de los muebles dentro del plazo de
caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero no más allá de seis meses de la
extinción del régimen matrimonial.
Art 457. Requisitos del asentimiento. En todos los casos en que se requiere el
asentimiento del cónyuge para el otorgamiento de un acto jurídico, aquél debe versar sobre
el acto en sí y sus elementos constitutivos.
Art 458. Autorización judicial. Uno de los cónyuges puede ser autorizado judicialmente a
otorgar un acto que requiera el asentimiento del otro, si éste está ausente, es persona
incapaz, está transitoriamente impedido de expresar su voluntad, o si su negativa no está
justificada por el interés de la familia. El acto otorgado con autorización judicial es oponible
al cónyuge sin cuyo asentimiento se lo otorgó, pero de él no deriva ninguna obligación
personal a su cargo.
Casos en que la vivienda familiar no cae dentro del ámbito de protección legal. Estos son
los acreedores por:
1)obligaciones por expensas comunes y por impuestos, tasas o contribuciones que gravan
directamente al inmueble;
2) obligaciones con garantía real sobre el inmueble, constituida de conformidad a lo previsto
en el art. 250;
3) obligaciones que tienen origen en construcciones u otras mejoras realizadas en la
vivienda;
4) obligaciones alimentarias a cargo del titular en favor de sus hijos menores de edad,
incapaces, o con capacidad restringida
Art 459. Mandato entre cónyuges. Uno de los cónyuges puede dar poder al otro para
representarlo en el ejercicio de las facultades que el régimen matrimonial le atribuye, pero
no para darse a sí mismo el asentimiento en los casos en que se aplica el artículo 456. La
facultad de revocar el poder no puede ser objeto de limitaciones.
Excepto convención en contrario, el apoderado no está obligado a rendir cuentas de los
frutos y rentas percibidos.
Art 460. Ausencia o impedimento. Si uno de los cónyuges está ausente o impedido
transitoriamente de expresar su voluntad, el otro puede ser judicialmente autorizado para
representarlo, sea de modo general o para ciertos actos en particular, en el ejercicio de las
facultades resultantes del régimen matrimonial, en la extensión fijada por el juez.
A falta de mandato expreso o de autorización judicial, a los actos otorgados por uno en
representación del otro se les aplican las normas del mandato tácito o de la gestión de
negocios, según sea el caso.
➔ La responsabilidad solidaria.
Principio general: Irresponsabilidad del cónyuge por las deudas que asume el otro.
Excepción: El cónyuge responde solidariamente frente a terceros por las deudas
que uno de ellos haya contraído, si estas tuvieron su origen en las siguientes causas:
➢ Necesidades ordinarias del hogar.
➢ Sostenimiento y educación de los hijos comunes.
➢ Sostenimiento y educación de los hijos no comunes menores de edad, con
capacidad restringida, o con discapacidad de uno de los cónyuges que conviven con
ellos.
➢
Art 461. Responsabilidad solidaria. Los cónyuges responden solidariamente por las
obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades ordinarias del
hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 455.
Fuera de esos casos, y excepto disposición en contrario del régimen matrimonial, ninguno
de los cónyuges responde por las obligaciones del otro.
➢ Régimen de comunidad.
Bienes propios.
El principio general es que son bienes propios los que aporta cada cónyuge al matrimonio, y
los recibidos con posterioridad a la celebración del matrimonio por legado, herencia o
donación y los adquiridos con el producto de aquellos. La calificación del bien puede ser
probada por cualquier medio, siendo de mayor facilidad su prueba cuando se trata de
bienes registrables a causa de esta formalidad. En todo caso, el conflicto podría recaer
sobre los bienes muebles no registrables, por eso tanto el régimen derogado como el
vigente permiten que en las convenciones matrimoniales se describan los bienes que se
aportan al matrimonio y, por ende, son de carácter propio.
Art 464. Bienes propios. Son bienes propios de cada uno de los cónyuges:
a) los bienes de los cuales los cónyuges tienen la propiedad, otro derecho real o la posesión
al tiempo de la iniciación de la comunidad;
b) los adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o donación, aunque sea
conjuntamente por ambos, y excepto la recompensa debida a la comunidad por los cargos
soportados por ésta.
Los recibidos conjuntamente por herencia, legado o donación se reputan propios por
mitades, excepto que el testador o el donante hayan designado partes determinadas.
No son propios los bienes recibidos por donaciones remuneratorias, excepto que los
servicios que dieron lugar a ellas hubieran sido prestados antes de la iniciación de la
comunidad. En caso de que el valor de lo donado exceda de una equitativa remuneración
de los servicios recibidos, la comunidad debe recompensa al donatario por el exceso;
c) los adquiridos por permuta con otro bien propio, mediante la inversión de dinero propio, o
la reinversión del producto de la venta de bienes propios, sin perjuicio de la recompensa
debida a la comunidad si hay un saldo soportado por ésta.
Sin embargo, si el saldo es superior al valor del aporte propio, el nuevo bien es ganancial,
sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge propietario;
d) los créditos o indemnizaciones que subrogan en el patrimonio de uno de los cónyuges a
otro bien propio;
e) los productos de los bienes propios, con excepción de los de las canteras y minas;
f) las crías de los ganados propios que reemplazan en el plantel a los animales que faltan
por cualquier causa. Sin embargo, si se ha mejorado la calidad del ganado originario, las
crías son gananciales y la comunidad debe al cónyuge propietario recompensa por el valor
del ganado propio aportado;
g) los adquiridos durante la comunidad, aunque sea a título oneroso, si el derecho de
incorporarlos al patrimonio ya existía al tiempo de su iniciación;
h) los adquiridos en virtud de un acto anterior a la comunidad viciado de nulidad relativa,
confirmado durante ella;
i) los originariamente propios que vuelven al patrimonio del cónyuge por nulidad, resolución,
rescisión o revocación de un acto jurídico;
j) los incorporados por accesión a las cosas propias, sin perjuicio de la recompensa debida
a la comunidad por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con dinero de ella;
k) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era propietario
de una parte indivisa de un bien al comenzar la comunidad, o que la adquirió durante ésta
en calidad de propia, así como los valores nuevos y otros acrecimientos de los valores
mobiliarios propios, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad en caso de
haberse invertido bienes de ésta para la adquisición;
l) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió antes del comienzo de la
comunidad, si el usufructo se extingue durante ella, así como la de los bienes gravados con
otros derechos reales que se extinguen durante la comunidad, sin perjuicio del derecho a
recompensa si para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se emplean bienes
gananciales;
m) las ropas y los objetos de uso personal de uno de los cónyuges, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad si son de gran valor y se adquirieron con bienes de
ésta; y los necesarios para el ejercicio de su trabajo o profesión, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad si fueron adquiridos con bienes gananciales;
n) las indemnizaciones por consecuencias no patrimoniales y por daño físico causado a la
persona del cónyuge, excepto la del lucro cesante correspondiente a ingresos que habrían
sido gananciales;
ñ) el derecho a jubilación o pensión, y el derecho a alimentos, sin perjuicio del carácter
ganancial de las cuotas devengadas durante la comunidad y, en general, todos los derechos
inherentes a la persona;
o) la propiedad intelectual, artística o industrial, si la obra intelectual ha sido publicada o
interpretada por primera vez, la obra artística ha sido concluida, o el invento, la marca o el
diseño industrial han sido patentados o registrados antes del comienzo de la comunidad.
El derecho moral sobre la obra intelectual es siempre personal del autor.
Bienes Gananciales.
Son bienes gananciales los adquiridos durante la vida en común a título oneroso, es decir,
por el esfuerzo de cualquiera de los cónyuges; como así también los adquiridos por la
fortuna o azar y las rentas y frutos de los bienes propios.
Art 466. Prueba del carácter propio o ganancial. Se presume, excepto prueba en
contrario, que son gananciales todos los bienes existentes al momento de la extinción de la
comunidad. Respecto de terceros, no es suficiente prueba del carácter propio la confesión
de los cónyuges.
Para que sea oponible a terceros el carácter propio de los bienes registrables adquiridos
durante la comunidad por inversión o reinversión de bienes propios, es necesario que en el
acto de adquisición se haga constar esa circunstancia, determinándose su origen, con la
conformidad del otro cónyuge. En caso de no podérsela obtener, o de negarla éste, el
adquirente puede requerir una declaración judicial del carácter propio del bien, de la que se
debe tomar nota marginal en el instrumento del cual resulta el título de adquisición. El
adquirente también puede pedir esa declaración judicial en caso de haberse omitido la
constancia en el acto de adquisición.
Art. 469.Bienes propios. Cada uno de los cónyuges tiene la libre administración y
disposición de sus bienes propios, excepto lo dispuesto en el artículo 456.
Art 472. Ausencia de prueba. Se reputa que pertenecen a los dos cónyuges por mitades
indivisas los bienes respecto de los cuales ninguno de ellos puede justificar la propiedad
exclusiva.
Art. 473 Fraude. Son inoponibles al otro cónyuge los actos otorgados por uno de ellos
dentro de los límites de sus facultades pero con el propósito de defraudarlo.
Art. 474. Administración sin mandato expreso. Si uno de los cónyuges administra los
bienes del otro sin mandato expreso, se aplican las normas del mandato o de la gestión de
negocios, según sea el caso.
Extinción de la comunidad.
Art 476. Muerte real y presunta. La comunidad se extingue por muerte de uno de los
cónyuges. En el supuesto de presunción de fallecimiento, los efectos de la extinción se
retrotraen al día presuntivo del fallecimiento.
Causales:
Art 477. Separación judicial de bienes. La separación judicial de bienes puede ser
solicitada por uno de los cónyuges:
a) si la mala administración del otro le acarrea el peligro de perder su eventual derecho
sobre los bienes gananciales.
Para que se configure este supuesto tienen que darse dos elementos
constitutivos:
● el elemento objetivo: la existencia de gastos innecesarios o
sin justificación o la comprobación de malas decisiones en materia económica, etc.
● el elemento subjetivo: que tal accionar sea imputable al cónyuge
demandado por culpa o dolo.
b) si se declara el concurso preventivo o la quiebra del otro cónyuge.
El cónyuge del fallido o concursado que solicita la separación judicial de bienes no obtiene,
cómo consecuencia de esa acción, un derecho preferencial sobre la masa de bienes
gananciales del fallido, debiéndose primero desinteresar a los acreedores de aquel.
c) si los cónyuges están separados de hecho sin voluntad de unirse.
Producida la separación de hecho, los cónyuges en forma unilateral o bilateral pueden
solicitar la separación judicial de bienes con el fin de liberarse de las limitaciones que el
régimen de comunidad impone en materia de administración y disposición de los
bienes y en materia del derecho eventual a participar en la mitad de los bienes
adquiridos a título oneroso durante la vida matrimonial.
d) si por incapacidad o excusa de uno de los cónyuges, se designa curador del otro a un
tercero.
Si por alguna razón uno de los cónyuges es declarado incapaz o con capacidad
restringida, nombrándosele como curador a un tercero ajeno al matrimonio, resulta
lógico que el otro cónyuge (no curador) tenga la posibilidad de solicitar la
disolución del régimen de comunidad a fin de no depender de la administración y
disposición de un tercero ajeno al proyecto marital.
Medidas precautorias y terceros en la separación judicial de bienes.
El único legitimado a pedir la separación judicial de bienes es aquel cónyuge que
acredite algunas de las causales taxativas del art. 477; no pudiendo los terceros
acreedores de este cónyuge iniciar la acción subrogándose en los derechos de aquel.
Asimismo, al igual que en el supuesto de indivisión postcomunitaria, el cónyuge que
demanda la separación judicial de bienes está autorizado a peticionar medidas precautorias
con el fin de preservar su derecho en expectativa a participar de los gananciales producidos
por ambos durante la vigencia del régimen de comunidad de ganancias.
Una vez declarada la separación judicial de bienes, los cónyuges ingresan al
régimen de separación de bienes, manteniéndose la aplicación del régimen primario o
disposiciones comunes a ambos regímenes.
Indivision postcomunitaria.
Etapa que acontece entre que se disuelve la comunidad de ganancias o la mal llamada
sociedad conyugal por cualquiera de las causales establecidas en la ley, pero por diversas
razones, los bienes no son liquidados y, por ende, ingresan al patrimonio personal de cada
cónyuge.
Art 481. Reglas aplicables. Extinguido el régimen por muerte de uno de los cónyuges, o
producido el fallecimiento, mientras subsiste la indivisión postcomunitaria se aplican las
reglas de la indivisión hereditaria.
Si se extingue en vida de ambos cónyuges, la indivisión se rige por los artículos siguientes
de esta Sección.
Art 483.Medidas protectorias. En caso de que se vean afectados sus intereses, los
partícipes pueden solicitar, además de las medidas que prevean los procedimientos locales,
las siguientes:
a) la autorización para realizar por sí solo un acto para el que sería necesario el
consentimiento del otro, si la negativa es injustificada;
b) su designación o la de un tercero como administrador de la masa del otro; su desempeño
se rige por las facultades y obligaciones de la administración de la herencia.
Art 484. Uso de los bienes indivisos. Cada copartícipe puede usar y disfrutar de los
bienes indivisos conforme a su destino, en la medida compatible con el derecho del otro.
Si no hay acuerdo, el ejercicio de este derecho es regulado por el juez.
El uso y goce excluyente sobre toda la cosa en medida mayor o calidad distinta a la
convenida, sòlo da derecho a indemnizar al copartícipe a partir de la oposición fehaciente, y
en beneficio del oponente.
Art 485.Frutos y rentas. Los frutos y rentas de los bienes indivisos acrecen a la indivisión.
El copropietario que los percibe debe rendición de cuentas, y el que tiene el uso o goce
exclusivo de alguno de los bienes indivisos debe una compensación a la masa desde que el
otro la solicita.
Art. 486. Pasivo. En las relaciones con terceros acreedores, durante la indivisión
postcomunitaria se aplican las normas de los artículos 461, 462 y 467 sin perjuicio del
derecho de éstos de subrogarse en los derechos de su deudor para solicitar la partición de
la masa común.
Respecto a la relación de los cónyuges con terceros (la responsabilidad por las deudas
asumidas por uno o ambos cónyuges) se aplican las mismas reglas vigentes durante la
comunidad. En principio, ningún cónyuge responde por las deudas del otro. Excepción a
este principio, que las deudas hayan sido contraídas teniendo en miras el sostenimiento del
hogar y las necesidades y educación de los hijos comunes o de los hijos de uno de los
cónyuges siempre que conviva con ellos y sea persona menor de edad, con capacidad
restringida o discapacidad. En estos casos, ambos cónyuges responden solidariamente con
todo su patrimonio. Asimismo, en caso de que la deuda haya sido contraída con el fin de
conservar los bienes gananciales, el cónyuge que no contrajo la deuda responde en forma
limitada y subsidiaria con todos sus bienes gananciales. Los acreedores de los cónyuges
pueden, en cualquier momento de la indivisión, subrogarse en los derechos de sus
deudores y solicitar la partición de la masa común de gananciales.
Art 487.Efectos frente a los acreedores. La disolución del régimen no puede perjudicar
los derechos de los acreedores anteriores sobre la integralidad del patrimonio de su deudor.
Liquidación de la comunidad.
El art. 1315 del Cód. Civil derogado establecía como regla: "Los gananciales de
la sociedad conyugal se dividirán por iguales partes entre los cónyuges, o sus
herederos sin consideración alguna al capital propio de los cónyuges, y aunque
alguno no hubiese llevado a la sociedad bienes algunos".
Hoy se tienen en cuenta dos cuestiones:
❖ Teoría de la recompensa.
Art 492. Prueba. La prueba del derecho a recompensa incumbe a quien la invoca, y puede
ser hecha por cualquier medio probatorio.
Art 493. Monto. El monto de la recompensa es igual al menor de los valores que
representan la erogación y el provecho subsistente para el cónyuge o para la comunidad, al
día de su extinción, apreciados en valores constantes. Si de la erogación no derivó ningún
beneficio, se toma en cuenta el valor de aquélla.
Art 494. Valuación de las recompensas. Los bienes que originan recompensas se valúan
según su estado al día de la disolución del régimen y según su valor al tiempo de la
liquidación.
Art 495. Liquidación. Efectuado el balance de las recompensas adeudadas por cada uno
de los cónyuges a la comunidad y por ésta a aquél, el saldo en favor de la comunidad debe
colacionarlo a la masa común, y el saldo en favor del cónyuge le debe ser atribuido a éste
sobre la masa común.
En caso de insuficiencia de la masa ganancial, en la partición se atribuye un crédito a un
cónyuge contra el otro.
Por lógica, corresponde que el activo de la comunidad (los bienes gananciales) sea utilizado
para solventar o cubrir el pasivo de la comunidad (las cargas de la comunidad), y el activo
propio de cada uno de los cónyuges (los bienes propios) , haga frente a las obligaciones
personales de estos. No obstante, si durante la vigencia de la comunidad la regla lógica
entre activo y pasivo no se cumple, al momento de la liquidación las injusticias serán
saldadas por aplicación de la teoría de la recompensa. Es decir, si se pagó una carga de la
comunidad con dinero propio, habrá recompensa a favor del cónyuge y en contra de la
comunidad. En cambio, si se pagó una obligación personal con dinero ganancial, habrá
recompensa a favor de la comunidad y en contra el cónyuge que se benefició.
Partición de la comunidad.
Art. 496. Derecho de pedirla. Disuelta la comunidad, la partición puede ser solicitada en
todo tiempo, excepto disposición legal en contrario.
Art. 497. Masa partible. La masa común se integra con la suma de los activos gananciales
líquidos de uno y otro cónyuge.
Art 498. División. La masa común se divide por partes iguales entre los cónyuges, sin
consideración al monto de los bienes propios ni a la contribución de cada uno a la
adquisición de los gananciales. Si se produce por muerte de uno de los cónyuges, los
herederos reciben su parte sobre la mitad de gananciales que hubiese correspondido al
causante. Si todos los interesados son plenamente capaces, se aplica el convenio
libremente acordado.
Art. 499. Atribución preferencial. Uno de los cónyuges puede solicitar la atribución
preferencial de los bienes amparados por la propiedad intelectual o artística, de los bienes
de uso relacionados con su actividad profesional, del establecimiento comercial, industrial o
agropecuario por él adquirido o formado que constituya una unidad económica, y de la
vivienda por él ocupada al tiempo de la extinción de la comunidad, aunque excedan de su
parte en ésta, con cargo de pagar en dinero la diferencia al otro cónyuge o a sus herederos.
Habida cuenta de las circunstancias, el juez puede conceder plazos para el pago si ofrece
garantías suficientes.
Art. 500. Forma de la partición. El inventario y división de los bienes se hacen en la forma
prescripta para la partición de las herencias.
Art. 501. Gastos. Los gastos a que dé lugar el inventario y división de los bienes de la
comunidad están a cargo de los cónyuges, o del supérstite y los herederos del premuerto, a
prorrata de su participación en los bienes.
Art 504. Bigamia. En caso de bigamia y buena fe del segundo cónyuge, el primero tiene
derecho a la mitad de los gananciales hasta la disolución de su matrimonio, y el segundo a
la mitad de la masa ganancial formada por él y el bígamo hasta la notificación de la
demanda de nulidad.
Art 506. Prueba de la propiedad. Tanto respecto del otro cónyuge como de terceros, cada
uno de los cónyuges puede demostrar la propiedad exclusiva de un bien por todos los
medios de prueba. Los bienes cuya propiedad exclusiva no se pueda demostrar, se
presume que pertenecen a ambos cónyuges por mitades.
Demandada por uno de los cónyuges la división de un condominio entre ellos, el juez puede
negarla si afecta el interés familiar.
Art 507. Cese del régimen. Cesa la separación de bienes por la disolución del matrimonio
y por la modificación del régimen convenido entre los cónyuges.
Art 508. Disolución del matrimonio. Disuelto el matrimonio, a falta de acuerdo entre los
cónyuges separados de bienes o sus herederos, la partición de los bienes indivisos se hace
en la forma prescripta para la partición de las herencias.
Art 506. Prueba de la propiedad. Tanto respecto del otro cónyuge como de terceros, cada
uno de los cónyuges puede demostrar la propiedad exclusiva de un bien por todos los
medios de prueba. Los bienes cuya propiedad exclusiva no se pueda demostrar, se
presume que pertenecen a ambos cónyuges por mitades.
Demandada por uno de los cónyuges la división de un condominio entre ellos, el juez puede
negarla si afecta el interés familiar.
Art 507. Cese del régimen. Cesa la separación de bienes por la disolución del matrimonio
y por la modificación del régimen convenido entre los cónyuges.
Art 508. Disolución del matrimonio. Disuelto el matrimonio, a falta de acuerdo entre los
cónyuges separados de bienes o sus herederos, la partición de los bienes indivisos se hace
en la forma prescripta para la partición de las herencias.