La Ilíada de Homero
La Ilíada de Homero
La Ilíada de Homero
Catalina Arancibia Durán Revisado por Catalina Arancibia Durán Máster en Literatura Española e
Hispanoamericana
La Ilíada es un poema de género épico que trata el asedio de la ciudad de Troya por los aqueos,
para rescatar a Helena, esposa del rey Menelao, la cual fue raptada por Paris, príncipe troyano.
Después de este hecho, se origina una guerra entre aqueos y troyanos.
Está compuesto por un total de 24 cantos en los que se narran diferentes sucesos acaecidos
durante el último año de la guerra de Troya, la cual se dilató durante un periodo de 10 años.
Especialmente, atiende a la cólera de Aquiles, guerrero griego que decide mantenerse al margen
del conflicto después de enfadarse con Agamenón, líder del ejército aqueo que le arrebata a su
esclava Briseida.
La Ilíada, junto a La Odisea, son epopeyas atribuidas a Homero. Los dos poemas suponen un
compendio de textos tradicionales que habían sido transmitidos verbalmente por los rapsodas
durante siglos.
Resumen de La Ilíada
Tras nueve años desde el inicio de la guerra de Troya, conflicto bélico entre aqueos y troyanos, la
peste irrumpe en el campamento aqueo.
Calcante, un adivino, asegura que la enfermedad no cesará a menos que Agamenón entregue a
Criseida a Crises, su progenitor.
Cuando Agamenón cede a su esclava, rapta a Briseida, esclava de Aquiles, provocando así el enfado
de éste. Entonces, Aquiles decide retirarse del campamento y Zeus apoya su decisión.
Agamenón había decidido mandar a la población a sus respectivos hogares. Sin embargo, el éxodo
cesa cuando se prepara para ir a la guerra y comienza a enumerar las diferentes embarcaciones de
las que disponen para la batalla.
Los troyanos y los aqueos se juntan en la batalla. Paris reta a Menelao para un duelo singular.
Mientras, Helena observa el combate, ya que ella es vista como recompensa para quien gane la
batalla.
Cuando Menelao se encuentra a punto de matar a Paris, Afrodita, su protectora, aparece para
salvarle la vida.
Los dioses están reunidos y Zeus quiere cesar el combate. Aunque, finalmente, deciden que la
guerra debe continuar y Atenea baja a la tierra disfrazada e incita a Pándaro a disparar una flecha a
Menelao.
La tregua cesa cuando Agamenón se entera de lo sucedido y decide alentar a sus tropas para
continuar la batalla. Entonces, los dos ejércitos se enfrentan.
Por su parte, Pándaro hiere con una flecha a Diomedes, pero Atenea acude a su rescate y consigue
recomponerlo. Después, le advierte que debe evitar atacar a otros dioses, a menos que se
encuentre con Afrodita.
La guerra continúa sin la ayuda de los dioses, y los aqueos juegan con ventaja frente a los troyanos.
Heleno, principe de Troya, le pide a Héctor que viaje a Troya para ordenarle a su madre y a las
mujeres troyanas que se dirijan al templo de la diosa Atenea y le hagan una ofrenda para que se
apiade de ellos durante la guerra.
Héctor insta a su hermano Paris para que luche en la batalla. Después, se encuentra con su esposa
Andrómaca, la cual llora desconsolada, porque teme perder a su marido en la guerra.
Héctor quiere enfrentarse a los aqueos y reta a duelo a uno de ellos. Áyax Telamonio es el elegido.
La batalla transciende hasta el anochecer, cuando los combatientes se dan una tregua.
Por su parte, Néstor ordena a los aqueos construir una muralla para proteger su campamento y
aprovecha para incinerar los cadáveres. Asimismo, los troyanos se plantean si deben entregar a
Helena o no.
Zeus prohíbe a los dioses ayudar a los aqueos y troyanos en la guerra. Atenea se opone a su firme
decisión y solicita que las deidades puedan aconsejar a los hombres durante la batalla, aunque no
puedan intervenir.
Después, Zeus manda un rayo y los aqueos huyen. Sin embargo, Néstor no consigue escapar y uno
de sus caballos muere.
Agamenón solicita la ayuda de Zeus y este beneficia a las tropas aqueas. Hera y Atenea bajan del
Olimpo para ayudar a los griegos, pero Isis las frena.
Canto 9: Embajada a Aquiles
Agamenón convoca a los suyos y les propone retirarse de la guerra y regresar a casa. Diomedes
critica su decisión y le advierte que él continuará luchando.
Después, Néstor le aconseja a Agamenón que se disculpe con Aquiles, y este promete que le
devolverá a su mujer. Sin embargo, Aquiles está muy ofendido y no acepta su perdón.
Agamenón y Menelao deciden espiar el campamento troyano. Así, Diomedes y Odiseo son los
encargados de llevar a cabo la misión.
Por su parte, Héctor también resuelve enviar a Dolón para vigilar a los aqueos. No obstante, este es
interceptado por Diomedes y Odiseo, quienes lo interrogan para obtener información.
Diomedes y Odiseo descubren el plan de los troyanos y deciden asesinar a los soldados tracios y a
su rey Reso, los cuales iban a ayudar a los troyanos en la guerra.
Zeus advierte a Héctor que si consiguen herir a Agamenón, los troyanos saldrán victoriosos. De
este modo, Agamenón cae herido y los troyanos toman las riendas de la batalla.
Entretanto, Aquiles, quien se niega a pelear, envía a Patroclo para que averigüe cómo se está
desarrollando en combate.
Héctor lanza una piedra y consigue atravesar la puerta de la muralla. De esta forma, abre paso a los
troyanos, quienes entran al campamento rival, arrasando con todo a su paso.
Canto 13: Batalla junto a las naves
La batalla continúa. Poseidón asesora a los aqueos para que resistan a los ataques troyanos. Héctor
continúa ganando el conflicto y avanza con ventaja.
Hera engaña a Zeus y lo deja somnoliento. Entretanto, Agamenón está a punto de rendirse
nuevamente y Poseidón ayuda a los aqueos en la batalla.
Por su parte, Áyax ataca a Héctor, el cual queda herido y tiene que retirarse del combate. Después,
los aqueos consiguen recuperar su avance.
Zeus se despierta y se enfada con Hera. Asimismo, le asegura que la batalla la ganarán los troyanos
a menos que Aquiles regrese a la contienda.
De este modo, Zeus le da fuerzas a Héctor y a los troyanos, quienes consiguen llegar hasta las
naves de los aqueos y logran elevar su posición en la batalla.
Héctor quema las naves de los aqueos. Por su parte, Patroclo busca la ayuda de Aquiles y le pide
sus armas para poder ayudar a los griegos.
Así, Patroclo llega a la batalla vestido con la armadura de Aquiles y consigue asustar a los troyanos,
quienes lo confunden con él y huyen.
Después, Apolo ayuda a los troyanos y golpea a Patroclo por la espalda. Finalmente, este muere en
manos de Héctor.
Los aqueos vengan la muerte de Patroclo y luchan. Por su parte, los troyanos quieren conseguir la
armadura de Aquiles, la cual es hurtada por Héctor.
Finalmente, los aqueos consiguen llevarse el cuerpo de Patroclo a las naves.
Antíloco informa a Aquiles de la muerte de su amigo Patroclo. Después, Aquiles decide vengar su
muerte y enfrentarse a Héctor.
Los troyanos se reúnen y deliberan cómo continuar en la batalla. Mientras algunos quieren
protegerse tras los muros de Troya, Héctor pretende luchar en campo abierto.
Por otro lado, Tetis, madre de Aquiles, consigue una armadura nueva para su hijo por medio de
Hefesto, dios del fuego.
Aquiles se dispone a pelear con la nueva armadura que le ha proporcionado su madre. Pero antes,
hace las paces con Agamenón, quien le devuelve a su esclava, Briseida, y algunos regalos más.
Zeus descubre que Aquiles ha regresado a la batalla y permite que los dioses intervengan y ayuden
al bando que prefieran.
Aquiles lucha en campo de batalla y va dejando muchos muertos a su paso. También encuentra a
Eneas y lo ataca. Finalmente, Poseidón consigue salvar la vida de Eneas.
Aquiles mata sin piedad a todos los troyanos que se cruzan en su camino.
Encamandro, el dios del río, se enfurece y le pide a Aquiles que deje de matar gente. Ante la
negativa de Aquiles, el dios lo rodea con sus aguas y Hera acude a rescatarlo.
Asimismo, los dioses pelean entre ellos, unos en defensa de los troyanos y otros de los aqueos.
Por su parte, Príamo ordena abrir las puertas de la ciudad y Apolo consigue alejar a Aquiles de los
muros de Troya.
Tiene lugar la batalla entre Héctor y Aquiles alrededor de las murallas de la ciudad. Aquiles ataca a
Héctor y este intenta huir.
En un duelo final, Héctor es asesinado por Aquiles, quien después ata su cadáver a un carro de
combate y recorre con él la ciudad.
Los aqueos celebran un funeral en honor a Patroclo. Durante el acto, el difunto se aparece a su
amigo Aquiles y le pide que entierre su cuerpo para poder descansar en la tierra de los muertos.
Finalmente, tienen lugar unos juegos en su honor: carrera de carros, lucha libre, lanzamiento de
peso, entre otros.
Príamo se dirige al campamento de Aquiles y le pide que devuelva el cuerpo de Héctor a los
troyanos.
Entonces, ambos se lamentan por sus respectivas pérdidas y Aquiles entrega el cuerpo de Héctor.
Asimismo, acepta una tregua de once días para celebrar el funeral de Héctor, después de la cual
aqueos y troyanos volverían a pelear.