033 - El Nuevo Pacto - 5
033 - El Nuevo Pacto - 5
033 - El Nuevo Pacto - 5
“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré
Nuevo Pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.”
Jeremías 31:31
Muchos de estos beneficios recibidos al momento del nacimiento espiritual, están relacionados entre sí, es
por eso que varias promesas cumplidas dependen de una básica, e igualmente varias promesas cumplidas
pueden aportar beneficios similares.
2. NUEVO NACIMIENTO
El nuevo nacimiento es el requisito para poder ver y entrar al reino de Dios.
Juan 3:3-5
“3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por
segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
No se trata de la restauración del viejo hombre ya que éste no puede participar del reino de Dios, por eso
es necesario acabar con él, para dar lugar a una nueva creación que si puede participar del reino de Dios.
Por eso el apóstol escribió:
Gálatas 6:15
“Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.”
La obediencia o la desobediencia a la ley no tienen relación con esta nueva creación. El nuevo nacimiento
es en realidad otro de los beneficios del cumplimiento de la promesa del Espíritu. Es una oportunidad
completamente nueva, que deja a los ojos de Dios todo nuestro pasado atrás.
2 Corintios 5:16-17
“16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo
conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
EL NUEVO PACTO - 5 Página 3 de 16
Al ser transformados en nuevas criaturas, también cambian nuestras necesidades, por esta razón el
verdadero creyente poco a poco se sentirá incómodo respecto de la vida que venía viviendo, y sentirá la
necesidad hacer cosas nuevas que satisfacen el Nuevo Hombre creado en él.
Este nuevo nacimiento es el que nos convierte en hijos de Dios.
3. HIJOS DE DIOS
Ahora somos hijos de Dios en lugar de ser hijos de Satanás como éramos antes. El convertimos en hijos
de Dios no ha sido iniciativa nuestra pues ignorábamos que éramos hijos de Satanás, y además no hay
poder en el hombre para lograr este cambio, es Dios quien con su poder lo ha producido.
Juan 1:12-13
“12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios.”
Esta transformación implica una serie de enormes beneficios a saber:
Juan 8:35
“Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.”
Romanos 8:14-17
“14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15 Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu
de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos
glorificados.”
Tenemos; salvación asegurada, dirección del Espíritu de Dios, libertad de la esclavitud y del temor para
disfrutar de la adopción por amor, certeza en el espíritu de ser hijos de Dios, herederos de Dios y
coherederos de Cristo dependiendo de nuestro servicio a pesar del sufrimiento, para ser glorificados
juntamente con él.
Romanos 8:18-19
“18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar
la manifestación de los hijos de Dios.”
Y será tan grande el resultado de lo que Dios hará en nosotros, que todo el sufrimiento necesario para esta
transformación, será visto como poca cosa.
4. PERDÓN
Hemos recibido un completo y absoluto perdón de todos nuestros pecados pasados, presentes y futuros.
Hechos 10:43
“De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de
pecados por su nombre.”
Ser perdonados por Dios significa que jamás podrá castigarnos (cobrar) por los pecados cometidos, ni
siquiera por los que vamos a cometer. Eso quiere decir que a pesar de ser aun pecadores, Dios nos
acepta tal como somos, está aceptación de parte de Dios permite quitar las barreras que hacen que los
EL NUEVO PACTO - 5 Página 4 de 16
hombres no quieran reconocer sus pecados. Quita además la hipocresía de nuestra vida y nos vuelve
personas honestas con Dios y con los hombres, además quien acepta el perdón de Dios, no sólo no
puede dejar de perdonar a sus semejantes, sino que obtiene la capacidad de perdonar y amar aun
a sus enemigos.
Mateo 6:14-15
“14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre
celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras
ofensas.”
Contrario a esto, quien no entiende o no cree en el perdón de Dios, no sólo tendrá problemas con sus
semejantes al no poder relacionarse con ellos en un ambiente de continuo perdón, también tendrá
problemas con Dios, pues tratará de buscar el perdón o la justificación y aceptación a través de las obras,
y lo más seguro es que después de volverse legalista, terminará siendo de aquellos que piensan
equivocadamente que la salvación se puede perder.
Este perdón y aceptación de parte de Dios no significa que Dios se agrade de nuestros pecados, por
lo cual el proceso normal en la vida cristiana incluye que Dios tratará nuestra vida para que dejemos de
pecar.
Hebreos 12:6
“Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.”
1 Juan 1:7-9
“7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 2:1
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”
5. JUSTIFICACIÓN
Somos vistos por Dios tan justos como su hijo Jesús.
Romanos 3:24-26
“24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a
causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar
en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”
Eso quiere decir nuevamente, que nunca seremos castigados por nuestros pecados.
Romanos 5:8-11
“8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más,
estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos
en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”
Quien no entiende o no acepta la justificación recibida por Dios, va a tener serios problemas para
entender los tratos de Dios en su vida. Puede por ejemplo, pensar que hoy le suceden cosas por lo que
6. REDENCIÓN (liberar)
Ser redimidos significa ser rescatados de la esclavitud, en la cual estábamos sometidos, y de la que no
podíamos librarnos nosotros mismos, por no tener ni el poder ni el pago necesario para efectuar la
redención. Sin embargo hemos sido redimidos y liberados de la culpa, del poder del pecado y del poder de
Satanás, por medio de la muerte y la resurrección de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Mateo 1:21
“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”
Juan 8:34-36
“34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del
pecado. 35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36 Así que, si el
Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
Marcos 10:45
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos.”
Efesios 1:7
“en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,”
1 Pedro 1:18-19
“18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros
padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de
un cordero sin mancha y sin contaminación,”
Esta redención ya efectuada nos da completa libertad para poder vivir haciendo la voluntad de Dios, sin
embargo es necesario aclarar que “falta la redención de la parte física”, la de nuestro cuerpo, por lo
tanto todavía estamos expuestos a la enfermedad y a la muerte, no sólo a pesar de estar haciendo la
voluntad de Dios, si no precisamente por estarla haciendo.
El error de muchos creyentes es hacer énfasis en una redención que aún no ha sido realizada, la de
nuestro cuerpo y por lo tanto predican que los cristianos deben ser completamente sanos (además de
prósperos, ricos y poderosos), y que si no lo son, es por causa del pecado. Pero esta mala doctrina ignora
o minimiza de manera muy perjudicial que la redención que ha sido hecha, nos da libertad de la
esclavitud del pecado y del poder de Satanás.
La esclavitud de Satanás sobre los hombres tiene como base el amor al mundo y el temor de no
disfrutar de él, y estos creyentes que mal interpretan la redención, con sus doctrinas enseñan a perpetuar
el amor al mundo, un amor que además justifican delante de Dios. Contrario a estas malas enseñanzas el
apóstol aclaró:
Romanos 8:23
“22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y
no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también
gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”
Y luego de que la redención y la adopción de nuestro cuerpo hayan sido completadas el resultado será:
7. CAMBIO DE REINO
Pero no sólo hemos sido rescatados del poder de pecado y de la esclavitud que Satanás ejercía través del
amor al mundo, sino que además hemos sido cambiados de reino.
Colosenses 1:12-13
“12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en
8. RECONCILIACIÓN
También hemos sido reconciliados con Dios. Las palabras que usa la Escritura en sus textos originales
cuando habla de la reconciliación, dan a entender que el hombre le dio la espalda a Dios volviéndose su
enemigo, mientras que Dios a pesar del pecado del hombre no cambió.
Por lo tanto en la reconciliación lo que ha sido cambiada es nuestra posición de enemistad contra Dios, lo
cual nos permite relacionarnos en amistad con Dios, y esto permite a Dios el poder salvarnos.
Romanos 5:10-11
“10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más,
estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos
en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”
Pero también hemos recibido el privilegio de encargarnos de la reconciliación de los demás con Dios.
2 Corintios 5:18-19
“18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio
de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”
Entre más progrese la obra de Dios en nosotros, más importancia daremos al encargo que hemos
recibido del ministerio de la reconciliación. No lograr ver la importancia de este asunto puede ser
consecuencia de menospreciar la salvación que hemos recibido.
9. ACEPTACIÓN TOTAL
Gracias a que Dios ha quitado todas las barreras que nos impedían relacionarnos con él, esto también
le ha permitido aceptarnos totalmente a través de Jesucristo, de acuerdo al puro afecto de su voluntad,
con lo cual la grandeza de su gracia será alabada.
Efesios 1:5-6
“5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en
el Amado,”
Como está aceptación que es por pura gracia, lo cual quiere decir que no hay mérito en nosotros para
ser aceptados, sin embargo lo somos a través de Jesucristo, es decir, que para acercarnos a Dios
debemos desechar todo esfuerzo o buen comportamiento de nuestra parte, pues tratar de hacer
EL NUEVO PACTO - 5 Página 8 de 16
mérito para ser aceptado o para acercarse a Dios, es en realidad negar por completo la eficacia del
sacrificio de Jesucristo en la cruz.
Contrario a esto dice la Escritura, que a pesar de nuestro pecado podemos acercarnos a Dios para
recibir el oportuno socorro:
Hebreos 4: 15-16
“15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno
que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Y más adelante la Escritura insiste, en que la razón por la cual podemos acercarnos a Dios con toda
libertad, es por el camino abierto por Jesucristo a través de su muerte…
Hebreos 10:19-22
“19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y
teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
Una vez que hemos nacido de nuevo, tenemos la libertad para acercarnos a Dios, pero debemos
hacerlo con sinceridad, con confianza, con un deseo de hacer las cosas como Dios quiere, pidiendo perdón
si es necesario.
12. COMUNION
El tener a Jesucristo en nuestra vida, producto del nuevo nacimiento o conversión verdadera, le ha dado a
Dios la oportunidad de compartir con nosotros ciertas características de Él, que son las que nos mantienen
unidos a Él y a todos los auténticos hijos de Dios.
Esto la Escritura lo llama “comunión”, y se refiere a las cosas que tenemos en común con Jesucristo.
1 Juan 1:3
“lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con
nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”
Las palabras usadas y traducidas como “comunión” tienen tres diferentes significados:
Tener participación: Como los que comparten una empresa en común, como compartir el trabajo en el
campo cristiano, y como los que comparten una experiencia común que puede ser persecución,
sufrimiento, adoración, e igualmente se usa para hablar de los que comparten privilegios.
Dar participación: Este término se usa para hablar de la participación, por ejemplo económica de unos
creyentes con otros, en la carta a los romanos esta palabra en forma práctica se convierte en la colecta
para los Santos de la iglesia en Jerusalén.
Compartir: Es el tercer significado y es este precisamente el término que se usa en esta carta de primera
de Juan.
Las siguientes promesas cumplidas en nosotros, todas tienen como objetivo común que compartamos
nuestro conocimiento de Dios con los demás…
Somos también su pueblo adquirido, lo cual habla de ser propiedad de Dios, y de la responsabilidad que
Dios asume con nosotros de alimentarnos, cuidarnos y protegernos, para multiplicarnos sobre la tierra.
Creo necesario insistir que no es que los gentiles nos volvimos Judíos, sino que de ambos Dios ha hecho
un nuevo pueblo. Igualmente el pasaje enseña que hemos sido acercados a Dios, no al pueblo judío.
Apocalipsis 21:3
“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con
ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.”
1 Pedro 2:10
“vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo
no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
20. LA IGLESIA
Pero también somos su iglesia, que es el lugar donde Dios nos ha colocado para que entre unos y otros
nos edifiquemos en el Señor, para lo cual ha dado diferentes dones.
1 Corintios 12:28
“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los
que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de
lenguas.”
Efesios 4:11-13
“11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo
de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”
1 Tesalonicenses 5:11
“Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.”
Efesios 4:15-16
“15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose
en amor.”