Casos Feminicidios
Casos Feminicidios
Casos Feminicidios
Debanhi Susana Escobar Bazaldúa era una joven mexicana de 18 años que desapareció el
sábado 9 de abril del 2022 exactamente en el estado de Nuevo León. Su cuerpo fue hallado
13 días después, con signos de abuso, en una cisterna. La historia de la joven conmocionó a
todo México.
Las últimas horas de Debanhi no están claras. Al
parecer, asistió a una fiesta con dos amigas la noche
del viernes 8 de abril. La reunión era en Quinta
Venecia, ubicada a unos metros de la carretera en
Nueva Castilla Escobedo, Nuevo León.
Aparentemente, todo marchaba bien hasta que
habría tenido diferencias con las jóvenes, quienes
decidieron dejarla sola e irse a sus casas. En ese
contexto, fue vista por última vez el 9 de abril,
cuando se bajó de un taxi en el kilómetro 15,5 de la
carretera de Monterrey a Nuevo Laredo, entre una
empresa de trasporte y el hotel Nueva Castilla.
Eran las 5 de la madrugada, Debanhi regresaba de una fiesta sola, pero había asistido con dos
amigas que se retiraron antes y le enviaron un taxista “de confianza” para que la llevara a su
casa. El hombre presta servicio a través de una aplicación digital, pero esa vez fue contactado
de forma independiente. La última foto de la joven estudiante habría sido tomada por el
mismo conductor y enviada a sus amigas como evidencia de que la había dejado en plena
carretera y no en su casa, a pedido de la misma Debanhi Escobar.
Sin embargo, el padre de la víctima, Mario Escobar, aseguró a los medios que tuvo acceso a
imágenes en las que se observa al taxista acosando sexualmente a su hija alargando el brazo
para tocarle los senos. Esta sería la razón por la que la joven se habría bajado del vehículo en
el camino. "Yo supongo que mi hija no aguantó el acoso, porque es un acoso donde el fiscal
dice que no hay acoso. Acuso públicamente, yo, a Juan David Cuéllar (el taxista) de todo
esto”.
Voluntarios, perros de rescate y drones participaron en los operativos de búsqueda que no
cesaron, hasta que trabajadores del hotel alertaron a las autoridades de un olor fétido
proveniente de una alcantarilla que se utilizaba para una antigua piscina que ya no estaba en
uso. Con esta pista, el 21 de abril a eso de las 2 de la madrugada, un equipo de buzos rescató
el cuerpo de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa. Estaba dentro de un depósito subterráneo de
agua, ubicado en los terrenos del hotel Nueva Castilla, registrado previamente.
El pozo de agua, con una profundidad de cuatro metros, está ubicado detrás de un muro que
forma parte de la fachada del hotel, cerca de donde la estudiante universitaria fue vista por
última ocasión. Debanhi tenía la misma ropa que el día que desapareció, además de un
crucifijo. “Mi hija está muerta. Y yo no sé qué hacer”, reaccionó desconsolado Mario
Escobar, al confirmar la identidad de la única hija que tuvo con su esposa Dolores.
A VISTA DE TODOS, LA HISTORIA DE
VILMA FLORES
Vilma Flores, de 25 años, fue degollada, con un cuchillo carnicero, por el padre de sus dos
hijos en las afueras de un supermercado de Santa Cruz. Su muerte fue uno de los crímenes
que más conmocionó a los bolivianos.
La joven, nacida en Aiquile, uno de los 47 municipios de Cochabamba, dejó su pueblo y se
mudó a Santa Cruz en busca de oportunidades, hace una década. Ahí, conoció a Marcelino
M.A., quien le prometió amor eterno, pero se convirtió en su verdugo. Fue enviado
preventivamente, por seis meses, al penal de Chonchocoro, mientras se colectan todas las
evidencias para el juicio.
Vilma y Marcelino vivían en alquiler en una vivienda de la Radial 17 ½, donde también
alquilaron unas tiendas. A la joven aiquileña le gustaba la cocina y montó un restaurante para
mantener a sus dos hijos (de dos y seis años). Su pareja, de 39 años, era violento con ella y
sus pequeños, y por eso rompió su relación al menos un año antes de su muerte. Seguían bajo
el mismo techo, pero no compartían habitaciones.
Vilma denunció a su expareja tres veces por violencia familiar y doméstica; la última
demanda la puso dos semanas antes de su muerte, cuando Marcelino la golpeó a ella y a su
madre dejándolas con siete y cinco días de impedimento. Esa vez, el hombre fue detenido,
pero liberado a las ocho horas. Él debía desalojar la vivienda y tenía prohibido acercarse a la
víctima, pero nadie hizo cumplir esa disposición para cuidar la vida de la joven madre.
El 4 de abril, su exconcubino compró el cuchillo carnicero, con el que segó su vida, mientras
la seguía por todo el supermercado. La joven se percató de la presencia del hombre, cuando
se disponía a abandonar el lugar, y llamó a su hermana para contarle que Marcelino la estaba
vigilancia. Ella creyó que él no iba a hacerle nada “a vista de todos”. Sin embargo, el
feminicida se aproximó y sorpresivamente la tomó del cuello estando ella de espaldas. Sacó
el arma y le realizó cortes
en el cuello hasta que
Vilma cayó al piso, donde
la apuñaló unas tres veces
más para asegurarse de que
estuviera muerta.
A DOS CUADRAS DE LA CASA, LA
HISTORIA DE BALVINA FLORES
El 14 de febrero del 2021 Balvina salió de su casa a la de su expareja Gonzalo Condori para
visitar a sus tres hijas, quienes estaban bajo la tutela de su padre. Según las declaraciones de
Condori, aquel día él propuso realizar una parillada, ella aceptó. La actividad terminó en
consumo de bebidas alcohólicas.
Aproximadamente a las 17:00 Balvina recibió una llamada aparentemente de un amigo, esa
situación, según el oficial, despertó los celos de Gonzalo y se generó un conflicto.
Posteriormente, Balvina envió un mensaje a otra persona indicándole que está teniendo
algunos problemas con Gonzalo.
A las 17:30, Condori mandó a sus hijas
“a la casa de unas amistades de ellas que
están por el barrio Constructor, de la
ciudad de Tarija”. Luego a las 19:45
Balvina hizo una llamada a su hermana
pidiendo auxilio. A partir de las 20:00 ya
no se sabe qué pasó, la víctima ya no hizo
ningún tipo de llamadas, tampoco envió
mensajes.
Su familia no descansó un solo día en la
búsqueda. El presunto feminicida decía
que su expareja probablemente había
viajado. La madre de Balvina soñó con
ella y asegura que le dio pistas para
hallarla tras remover piedras en el río.
“Ella estaba vestida de blanco, me abrazaba y me decía que estaba detrás de la casa de su
expareja”. También recurrieron a videntes, quienes afirman que también les dijeron que fue
asesinada, pero ellos mantenían la esperanza de encontrarla con vida.
“Son 77 días prácticamente que hemos tenido de búsqueda, el rastrillaje por diferentes zonas
de Tarija, finalmente se encontraba a una distancia de 130 metros del domicilio del señor
Condori, en un barranco, de una profundidad de un poco más de siete metros”, informó el
coronel Escobar. Gonzalo Condori usó una pala para enterrar a Balvina en el barranco, de la
zona 2 de Mayo, ubicado a 130 metros de la casa donde habría ocurrido el feminicidio.
Las cámaras de seguridad grabó al acusado circulando por la zona de su casa a las 00:30 con
una pala.Balvina Flores, de 33 años, desapareció el 14 de febrero de este año. Ese día, salió
de su vivienda para ir a ver a sus hijas a la casa de su expareja Gonzalo C., en el barrio 2 de
Mayo de Tarija. A los 77 días de búsqueda, sus restos óseos fueron hallados enterrados en
una quebrada seca ubicada a casi dos cuadras del domicilio del padre de sus niñas, el domingo
2 de mayo.