Familia y Síntoma Somático

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UNER – FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

MEDICINA
INJURIA – 2019

CLASE SOBRE FAMILIA Y PSICOSOMÁTICA


Lic María Alejandra Dominici.

Algunos puntos a desarrollar:


 Familia, definiciones, función, ciclo evolutivo
 La familia y el síntoma somático, la homeostasis familiar, pautas
transaccionales.
 Familia y adicción. Comportamientos adictivos y estados afectivos.

FAMILIA

OPS: La familia es el entorno donde por excelencia se debe dar el desarrollo integral
de las personas, especialmente el de los niños. Pero la familia es mucho más que
cuidado y apoyo mutuo, es el espacio donde realizamos nuestras más profundas
experiencias humanas.

La familia cumple funciones muy importantes como primera institución social, pues
alberga en su seno en forma casi exclusiva, o al menos durante la mayor parte del
tiempo, en los primeros años, a los futuros ciudadanos quienes allí se modelan física y
moralmente. Por lo tanto, la familia es la primera formadora de niños y
como consecuencia, de adultos, sanos en cuerpo y en espíritu.
La familia, cuando funciona correctamente, presenta una jerarquía democrática, donde
los padres se preocupan por alimentar a sus hijos en forma saludable, proveerles de
ropa adecuada, esparcimiento, control, límites, y los introducen en una escala de
valores que no solo se enseña teóricamente, sino que se recibe a través del ejemplo.
Un padre trabajador no necesitará recitar largos discursos sobre la importancia de
ganarse la vida a través del trabajo digno, pues el niño lo verá como algo natural, pues
“es lo que hace su padre”, que es su modelo. Si sus progenitores se preocupan por
sus semejantes, si resuelven sus conflictos a través del diálogo, si existe armonía en el
seno familiar, si siente respeto entre sus padres, para con él y sus hermanos, y el
resto de sus familiares, el nuevo individuo se desarrollará pleno y feliz.
Esto no sucede en la familia disfuncional
Aurora Pérez dice “la familia es una trama vincular donde el desarrollo y crecimiento
del infante humano se produce… sujeta a un ciclo evolutivo… la familia, a manera de
placenta extrauterina, sustenta el crecimiento biológico del ser humano nacido en
indefensión, provee los elementos para su humanización, Para su devenir en individuo
maduro de la especie, fundador de otros grupos que perennizan a la familia de origen”
Claude Levy-Strauss, antropólogo belga, remarca la importancia de la función y el
vínculo. “grupo humano ligado por vínculos de sangre, de casamiento y de filiación.
Cada uno de sus integrantes nombrados de determinada manera y a cargo de una de
las funciones que circulan en la familia”

Una denominación: madre padre, tio…


Una función, independientemente de quien la lleve a cabo, incluye
a) Actitudes de cuidado corporal, sostén físico y emocional, y de introducción
de los hijos en el entorno, presentando los objetos y posibilitando al hijo
devenir autónomo e independiente
b) Actitudes tendientes a establecer cierto orden, introducir la ley social,
favorecer la discriminación por sexo, edad y parentesco, marcar la
posibilidad de que los hijos se independicen de su madre y luego de la
familia
Las diferentes funciones pueden coexistir en un mismo individuo, por ello un niño
institucionalizado o con un solo padre puede tener un devenir normal, se hace posible
la crianza, aunque constituye un factor de vulnerabilidad para afrontar estresores. Se
considera un “Factor de riesgo”: aquellas situaciones o datos históricos o sociales o
psicológicos que, si bien por si solos no son capaces de generar patología, sí lo hacen
en conjunción con alguna otra situación que los potencia.

Ciclo evolutivo vital de la familia


Conformación de la pareja. Nacimiento del hijo. Entrada a lo social, el jardín y la
escuela. Salida a la adolescencia. Y el armado de una pareja.
Pareja conyugal se caracteriza por: Cotidianidad. Proyecto vital compartido.
Sexualidad. Tendencia monogámica.
Cada miembro no viene desprovisto, sino provisto de un nombre, un apellido, una
historia, una manera de ser hijo, un modelo de cómo ser padre-madre-cónyuge, un
sistema de normas, un estilo para resolver situaciones y de nombrar las cosas (lo
normal, lo peligroso, lo saludable, lo grave, etc)
Una pareja es el intercambio de dos familias que fundarán una nueva microcultura
familiar sobre la base de cambios mutuos, contratos y negociaciones diferentes.

LA FAMILIA Y EL SINTOMA SOMATICO


Una familia puede
 Facilitar la discriminación de sus miembros y el crecimiento y desarrollo y
salida de los hijos del núcleo familiar primario para reiniciar el ciclo
O
Entorpecer la discriminación de sus miembros haciendo prevalecer conductas o
actitudes que tengan que ver con la no diferenciación, por ser vivida ésta como
peligrosa.

 Intercambiar con el medio que los circunda


O
Tener dificultades para intercambiar con el medio social (aún con instituciones de
salud)

 Incorporar a la cotidianeidad de la familia elementos provenientes del afuera


sin sentir que son peligrosos (alimentos, palabras, ideas…)
O
Vivir como peligrosas la incorporación de “cosas” que vengan del afuera familiar. (a
veces las recomendaciones de profesionales no son escuchadas por “no estar
acostumbrados”

Este segundo tipo de funcionamiento hace a una familia vulnerable, con menos
recursos para enfrentar las crisis con la plasticidad necesaria para acomodarse a
situaciones nuevas y crea individuos dependientes. Las familias con funcionamiento
endogámico son retentivas, con alto grado de adhesividad y la individuación es vivida
como riesgosa, suelen tener dificultades para soltarse de la cultura de las familias de
origen, como si no terminaran de casarse.
Con la llegada del hijo, si todo va bien (mamá disponible, papá sosteniendo y
cuidando, macrocontexto protector, o no perturbador, recién nacido sano físicamente),
la simbiosis extrauterina será posible (función de sostén) y su disolución será “a
tiempo” (función de discriminación).

Desde hace décadas, ha tenido especial relevancia el estudio del papel de la familia
en la explicación de los síntomas somáticos, teniendo gran reconocimiento la
perspectiva sistémica. Por ejemplo, Minuchin, Rosman, Baker y Liebman (1978),
resaltan que además de la vulnerabilidad de la persona, las características
transaccionales en la familia (apego excesivo, sobreprotección, rigidez y evitación del
conflicto) y el rol que juega el hijo sintomático tienen un papel en la presencia de los
síntomas psicosomáticos.
Por otro lado, las investigaciones del grupo dirigido por Onnis (1997) han permitido
describir una tipología de familia psicosomática que corresponde a la descrita por
Minuchin et al., (1978): familias muy complicadas, con fronteras débilmente
delimitadas y con una tendencia a la intrusión en los espacios físicos y
psicoemocionales de sus miembros. Presentan un grado muy bajo de tolerancia hacia
las tensiones conflictivas, lo que impide cualquier manifestación de desacuerdo. Los
vínculos son tan complicados que entorpecen los procesos de individualidad y
autonomía.

Del estudio que se ha realizado con familias que tienen un miembro que padece un
problema psicosomático, principalmente en niños (Familias Psicosomáticas), se
postula que se presentan determinados tipos de organización familiar están
estrechamente relacionados en el desarrollo y mantenimiento de síndromes
psicosomáticos, en donde los síntomas (de dichos niños) juegan un papel importante
en el mantenimiento de la homeostasis familiar (Minuchin, 1978). Por lo que el síntoma
no puede ser definido solamente como la conducta de un miembro de la familia sino
como producto de la interacción de todos los miembros, en otras palabras ahora la
acción de una parte, es simultáneamente, la interrelación de otras partes del sistema.
Una compleja trama que relaciona los aspectos biológicos con la subjetividad
individual, con un modelo de interacción familiar y con una forma comunicacional

Desde esta óptica se establece la existencia de tres factores que conjugados facilitan
el desarrollo de enfermedades psicosomáticas en niños (Minuchin, 1978; Pardo,
1984):

1) El niño se encuentra fisiológicamente vulnerable, es decir, se encuentra presente


una disfunción orgánica específica, esta vulnerabilidad se encuentra relacionado a
factores hereditarios en la familia.

2) La familia de estos niños presenta 4 características transaccionales que proveen el


contexto para utilizar la enfermedad como un modo de comunicación y protección de
la homeostasis.
Dichas pautas transaccionales son conocidas como:
A. Amalgamamiento o AGLUTINAMIENTO que se refiere a una forma extrema de
proximidad e intensidad en las interacciones familiares, los miembros de la familia se
encuentran sobreinvolucrados recíprocamente. Autonomía y privacidad escasas.
Límites generacionales e interindividuales débiles con confusión de roles y funciones.
B. Sobreprotección que alude al alto grado de preocupación de los miembros de la
familia por el bienestar de todos, los cuales se encuentran hipersensibles a las señales
de tensión que denotan la aproximación de niveles peligrosos de conflicto. Se
fomentan, y se dan, respuestas de tipo protector.
C. Rigidez, aspecto que caracteriza más constantemente a los sistemas patológicos, la
familia es particularmente resistente al cambio, sus relaciones con el exterior son
particularmente escasas y se busca la conservación de la propia homeostasis: con
imagen de “la familia unida y armoniosa”. Los síntomas psicosomáticos se ponen de
manifiesto para prevenir cualquier amenaza de cambio.
D. Falta de resolución del conflicto a través de una serie de mecanismos para evitar y
no agravar el desacuerdo que se presente, ocultándolo para que no estalle nunca
abiertamente.

Ninguna de estas características sola parece suficiente para despertar y fortalecer los
síntomas psicosomáticos. Sin embargo, este grupo de patrones es considerado como
característico de un proceso familiar que estimula la somatización.

3) El hijo enfermo juega un papel muy importante en los patrones de evitación de


conflicto de la familia, dicha función es una fuente importante de reforzamiento para
sus síntomas.

Los integrantes de estas familias, aunque “pasen por alto” las emociones, pueden
prestar un considerable interés y atención a sus molestias físicas.
El niño es definido como “enfermo” y por él muestran una preocupación intensa,
sobreprotectora… la familia funciona óptimamente cuando alguien está enfermo.
Visto desde este punto de vista el síntoma del paciente adquiere un nuevo significado
dentro del sistema, convirtiéndose en un regulador del sistema familiar. La efectividad
del síntoma en la regulación de esta estabilidad interna refuerza tanto la continuación
del síntoma como de los aspectos particulares de la organización familiar en el cual
emergió.

En investigaciones más recientes, se ha observado la relación entre los patrones de


interacción familiar y algunas enfermedades (Sayre, 2001) o diversos dolores (Ochs et
al., 2005); además, las personas que utilizan habilidades positivas de comunicación y
que mantienen relaciones familiares de armonía son más saludables que aquéllas con
relaciones problemáticas (Segrin, 2006). Los miembros de las familias que con mayor
frecuencia manifiestan enfermedades somáticas, provienen de familias con
interacciones en las que predomina una comunicación evitativa y negativa (Sayre,
2001).
También se ha observado la relación entre el bienestar y la insatisfacción familiar. Por
ejemplo, una mayor satisfacción con el matrimonio parece disminuir el impacto del
estrés entre parejas de mujeres con cáncer de pecho y se relaciona con una mejor
salud mental: menores niveles de depresión, afecto negativo y estrés percibido y
mayores niveles de afecto positivo y de salud mental global (Segrin, Badger, Sieger,
Meek, y Lopez, 2006). Por el contrario, tener relaciones íntimas insatisfactorias puede
predecir futuras enfermedades (Horner, 2001; Segrin, 2006).

SE RESALTA LA RELACIÓN ENTRE:


 LA VULNERABILIDAD DE LA PERSONA
 LAS CARACTERISTICAS TRANSACCIONALES EN LA FAMILIA
 EL ROL DEL SUJETO SINTOMÁTICO

RELACIÓN ENTRE:
PATRONES DE INTERACCION FAMILIAR
ENFERMEDADES Y DOLORES

RELACIÓN ENTRE:
EL BIENESTAR Y SALUD MENTAL
LA SATISFACCIÓN O INSATISFACCIÓN FAMILIAR
Para Rivero-Lazcano y otros (2011), “resulta interesante observar la forma en que la
comunicación y el funcionamiento familiar interactúan. Estos resultados dejan claro
que aparentemente ambas variables están en un mismo nivel en su impacto en los
síntomas psicosomáticos. La variable que puede estar marcando la diferencia en esta
relación es la satisfacción. Es decir, dependiendo del grado de satisfacción de los
miembros de la familia con su funcionamiento familiar (incluyendo la comunicación) se
tendrán más o menos síntomas psicosomáticos. Lo que significa que, en ciertas
culturas un tipo de funcionamiento puede ser disfuncional, pero en otras no. Esto nos
confirma la importancia de tomar en cuenta la "cultura" en las conclusiones de los
estudios, cuyo impacto en el funcionamiento familiar ya está siendo considerado, como
por ejemplo al analizar la forma en que los valores, actitudes, deseos o creencias en el
medio sociocultural en el que viven los padres e hijos explican las normas de las
relaciones y su impacto en el bienestar de los miembros de las familias (García y
Peralbo, 2000).

Todo esto nos lleva a reflexionar acerca de la importancia del abordaje relacional
interdisciplinario para entender la AFECCIÓN SINGULAR del sujeto enmarcada en la
DISFUNCIÓN DE LA FAMILIA

FAMILIA Y SOLUCIONES ADICTIVAS

La patología adictiva no puede encerrarse en el cuerpo de un individuo, dice Mayer, ni


siquiera en el psiquismo. Se trata de una patología que surge como producto cultural,
como una especie de “síntoma social”.
En Malestar en la cultura, Freud dice que el sufrimiento amenaza al hombre desde tres
lados: el cuerpo propio, el mundo exterior y los vínculos con otros seres humanos. Y
Mayer relaciona a este último frente con la gran difusión de las adicciones en las
últimas décadas, debido al incremento de las frustraciones, la angustia, el dolor que
generan los vínculos “al tener que enfrentarse el hombre contemporáneo a relaciones
desamoradas donde es usual que uno no exista para el otro, ni el otro para uno, como
objeto de amor o como modelo valorado sino más bien como complemento o como
enemigo, según contribuya o se oponga a sus anhelos narcisistas.”
Mayer se pregunta ¡en 1998!! ¿Entonces qué sucede cuando la familia se achica y la
pareja se pelea constantemente, cuando las relaciones amorosas se hacen efímeras y
discontinuas, cuando la escuela endeble entra en contradicción con las pautas del
núcleo familiar, el trabajo se automatiza, la comunicación se despersonaliza y el
consumismo de objetos materiales y comprables se promueve como camino para
alcanzar la dicha y el bienestar?
Concluye: “Se relajan los lazos entre los eslabones, se pierden las apoyaturas y se
regresa a apoyaturas más arcaicas.” Cuando se pierden estos apoyos solidarios no
hay un dolor soportable y elaborable –como los duelos que plantean el crecimiento
normalmente- sino “una sensación de pánico intolerable frente a la emergencia de lo
indiferenciado, un vacío aterrador, una sobreexcitación imposible de ligar, recreándose
un estado semejante al del desamparo original. Indefensión.
“Esto es lo que sucede cuando no hay RECÍPROCOS APOYOS entre el niño y su
madre, entre el niño y sus padres, entre éstos entre si y entre ellos y la normatividad
cultural que deben mediatizar.”
Cuando falla la función materna, el niño, en vez de sentirse sostenido, percibirá que es
dejado caer, rechazando el proceso de culturización con sus normas y valores.
Por otro lado los sujetos con problemática adictiva no reconocen o no respetan los
límites, sufren del exceso y la transgresión.
Esto tiene su raíz en la no continencia familiar, en la falta de una presencia paterna
valorada por la familia y en especial por la mirada materna, que suele manifestarse en
los hijos como desprecio a las normas por sentirlas como una limitación a sus
impulsos, reclaman libertad.
Dice Jaime Barylko, los padres permisivos no dan libertad, dan licencia, otorgan vacío
para que el otro haga lo que quiera”. Hacen lo contrario a educar que es enseñar o
sugerir un camino.
Desde aquí plantea Mayer que la drogadependencia expresa una dependencia que
quedó pendiente de superación por haber fallado las funciones parentales en su papel
de objetos de satisfacción, de sostén, de ideales normativos, y de agentes
socializadores.
Frente a frustraciones ulteriores, aquel niño desamparado tendrá “una inclinación a
refugiarse en la magia del pensamiento y en la necesidad de control omnipotente de
un objeto, al que atribuirá la omnipotencia que en otro tiempo se ilusionó en su madre”.

NEONESECIDADES Y SOLUCIONES ADICTIVAS.


JOYCE MC DOUGALL se propone abordar las adicciones ligadas a la sexualidad pero
plantea conceptos valiosos para comprender todas las conductas adictivas:
“Una de las finalidades del comportamiento adictivo es liberarse de estados afectivos”
Diferencia toxicomanía de adicción. (Toxicomanía: deseo imperioso de envenenarse
Adicción: del latin addictus, entregado a otro. En la antigua Roma Addictus era un tipo
particular de esclavo, alguien que siendo previamente hombre libre era entregado
como esclavo a otro. ) “Esa esclavitud está lejos de ser la meta de la búsqueda
adictiva.”
Por el contrario, el objeto de adicción es experimentado como “bueno”, como una
promesa de placer y atenuación momentánea de la angustia, incluso como lo que le
da sentido a la vida. Es un OBJETO IDEALIZADO, pues se le atribuye el poder de
resolver mágicamente la angustia y el sentimiento de muerte interna, y se siente la
necesidad de volver a él de inmediato ante experiencias afectivas desbordantes para
atenuarlas provisoriamente.
Se acude a ello cuando se siente incapacidad para manejar los afectos y de
reflexionar sobre ellos de manera constructiva.
Todos recurrimos a comportamientos adictivos, la solución que adoptamos ante
nuestros conflictos y dolores mentales sólo se convierten en síntoma cuando este es
sólo y el único remedio con que contamos para soportar el sufrimiento.

¿Cuáles son las fuentes que contribuyen a la construcción de una economía psíquica
adictiva?
La cualidad de LAS RELACIONES entre la madre y el hijo puede ser decisiva en la
estructuración de fondo de ciertos tipos de funcionamiento psíquico.
“Existe el peligro potencial de que el niño no pueda llegar a constituir en su mundo
interno la representación de una instancia materna cuidadora, con capacidad de
contener y manejar sus estados de sufrimiento psíquico o sobreexcitación. Le faltará
entonces esa capacidad de identificarse con esa representación interna, y también de
aliviar por sí mismo sus estados de tensión psíquica. La maduración de la “capacidad
para estar a solas”, de Winnicott, puede quedar trabada de manera que el niño
requiera una presencia constante para soportar cualquier experiencia afectiva.
Cuando faltan las representaciones parentales aseguradoras con las que el niño
debería identificarse para tranquilizarse a sí mismo en los momentos de desborde
afectivo, más tarde, buscará en el mundo externo alguna solución a su falta de
introyección de un ambiente que asuma el quehacer materno: recurrirá a la droga,
comida, alcohol, medicamentos… para atenuar estados de tensión amorosa.
LA SOLUCIÓN ADICTIVA ES UN INTENTO DE AUTOCURACIÓN ante los estados
psíquicos amenazantes.
El descubrimiento del objeto adictivo le permite al sujeto “saber” exactamente que
hacer frente a las situaciones emotivas difíciles de soportar y elaborar psíquicamente.
Además el sujeto tiene la impresión de control omnipotente del objeto sustituto
escogido, piensa que este “objeto” jamás le faltará.
La elección del objeto adictivo no es al azar, se relaciona con los períodos del
desarrollo del sujeto en cuyo transcurso hubo una falla en la integración de los objetos
bienhechores. Es decir que LA META DE LA SOLUCIÓN ADICTIVA es crear o reparar
esa falla en el universo psíquico interno, que le permita alcanzar un “estado ideal”

BIBLIOGRAFIA
Freud, S. (1930) El malestar en la cultura. En Obras Completas vol XXI. Amorrortu
editores. Buenos Aires.
Mayer, H. (1998) Drogas: placer químico, dolor humano. Revista Psicoanálisis con
niños y adolescentes n°11. Adicciones. Buenos Aires. Pag. 28-36
Mc. Dougall, J. (1998) Neonecesidades y soluciones adictivas. Revista Psicoanálisis
con niños y adolescentes n°11. Adicciones. Buenos Aires. Pag. 62-69.
Minuchin, S., Baker, L., Rosman,, B., Liebman, R., Milman, L., Todd, T. (1975) A
conceptual model of psychosomatic illness in children. Family organization and family
therapy Arch. Gen. Psychiatry. Vol. 32.
Minuchin, S. (1978) Psychosomatic Families: Anorexia Nervosa in Context.
Cambridge, MA: Howard University Press.
Ravenna A.: La familia psicosomática. Guía de aprendizaje. Área Injuria. UNR. Pág
277-279
Rivero-Lazcano, Nayeli, Martínez-Pampliega, Ana, & Iraurgi, Ioseba. (2011). The Effect
of Family Functioning and Family Communication on Psychosomatic
Symptoms. Clínica y Salud, 22(2), 175-186. Recuperado en 25 de abril de 2017, de
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-
52742011000200006&lng=es&tlng=en.
Winnicott. D. (1980) La familia y el desarrollo del individuo. Editorial Hormé. Buenos
Aires

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