Hans Christian Andersen
Hans Christian Andersen
Hans Christian Andersen
Primeros años
Nació el 2 de abril de 1805 en Odense, Dinamarca. Su familia era tan pobre que en
ocasiones tuvo que dormir bajo un puente y mendigar. Era hijo de un zapatero de 22
años, instruido pero enfermizo, y de una lavandera de confesión protestante. Andersen
dedicó a su madre el cuento La pequeña cerillera, por su extrema pobreza, así como No
sirve para nada, en razón de su alcoholismo.
Desde muy temprana edad Hans Christian mostró una gran imaginación que fue
alentada por la indulgencia de ambos padres y por la superstición de la madre. En 1816
murió su padre y Andersen dejó de asistir a la escuela; se dedicó a leer todas las obras
que podía conseguir, entre ellas las de Ludwig Holberg y William Shakespeare.
Comienzos artísticos
Casa de Hans Christian Andersen.
Su voz le había fallado, pero fue admitido como alumno de danza en el Teatro Real de
Copenhague. Perezoso como era, perdió el apoyo de Guldberg, pero entabló amistad
esta vez con Jonas Collin, el director del Teatro Real, que sería su amigo de por vida.
Carrera
Hans Christian Andersen, autorretrato de 1830.
Hans Christian Andersen, 1835.
Retrato de 1836.
El mismo año de 1827 Hans Christian logró la publicación de su poema "El niño
moribundo" en la revista literaria Kjøbenhavns flyvende Post, la más prestigiosa del
momento; apareció en las versiones danesa y alemana de la revista.
Al año siguiente Andersen ingresó en la Universidad de Copenhague. En 1829, cuando
sus amigos ya consideraban que nada bueno saldría de su excentricidad y vivacidad,
tuvo considerable éxito con un volumen llamado "Un paseo desde el canal de Holmen a
la punta Este de la isla de Amager".
Andersen fue un viajero empedernido -«viajar es vivir», decía. Tras sus viajes escribía
sus impresiones en los periódicos. De sus idas y venidas también sacó temas para sus
escritos.
Exitosa fue también su primera obra de teatro, "El amor en la torre de San Nicolás",
publicada el año de 1839.
En 1834 llegó a Roma. Fue Italia la que inspiró su primera novela, El Improvisador
publicada en 1835, con bastante éxito. En este mismo año aparecieron también las dos
primeras ediciones de Historias de aventuras para niños, seguidas de varias novelas de
historias cortas. Antes había publicado un libreto para ópera, La novia de Lammermoor,
y un libro de poemas titulado Los doce meses del año.
El más largo de los viajes de Andersen, entre 1840 y 1841, fue a través de Alemania
(donde hizo su primer viaje en tren), Italia, Malta y Grecia a Constantinopla. El viaje de
vuelta lo llevó hasta el Mar Negro y el Danubio. El libro El bazar de un poeta (1842)
donde narró su experiencia. Es considerado por muchos su mejor libro de viajes.
Una costumbre que Andersen mantuvo por muchos años, a partir de 1858, era narrar de
su propia voz los cuentos que le volvieron famoso.
De igual forma que tuvo poco éxito con las mujeres, Andersen también se sintió atraído
sin ser correspondido por varios hombres. Por ejemplo, escribió a Edward Collin,:[4]
«Languidezco por ti como por un joven calabrés... mis sentimientos por ti son como los
de una mujer. La feminidad de mi naturaleza y nuestra amistad deben permanecer en
secreto.» Collin, por su parte escribió en sus memorias: «No me encontré capaz de
responder a su amor, y eso causó al escritor mucho sufrimiento.» Tampoco llegaron a
convertirse en relaciones duraderas las pasiones de Andersen por el bailarín Harald
Scharff[5] y Carlos Alejandro, el joven heredero del ducado de Sajonia-Weimar-
Eisenach,[6] Estudios literarios modernos sugieren que en algunas obras de Andersen
hay un homoerotismo camuflado,[7] fruto de su homosexualidad reprimida. Esta
represión se ve ya en los diarios de juventud de Andersen en los que registra su
intención de no mantener relaciones sexuales.[8] [9]
Tras la partida de Scharff y Eckardt para Salzburg, Andersen viaja a Suiza pero allí se
siente abatido y deprimido. En noviembre regresa a Copenhague y se va a pasar las
navidades a Basnæs, la finca de un aristócrata amigo suyo en la costa de Selandia. Las
fiestas navideñas le levantaron el ánimo y escribió El hombre de nieve en la nochevieja
de 1860.[14] Se publicó con otros cuentos nuevos de Andersen dos meses después, el 2 de
marzo de 1861 en el volumen Nuevos cuentos de hadas e historias. Segunda serie.
Colección primera. 1861. del editor de Copenhague C. A. Reitzel.[15]
Harald Scharff disfrazado para una representación del ballet Nápoles, 1860.
La relación entre ambos terminó a finales de 1863 cuando Scharff fue dejándola
gradualmente a medida que se intensificaba su relación con Eckardt.[19] [20] Andersen
anotó en su diario el 27 de agosto en 1863 que la pasión de Scharff hacia él se había
enfriado.[21] [20] Y el 13 de noviembre de 1863 anotó: «Scharff no me ha visitado en ocho
días, todo ha acabado con él.» En diciembre leyó cuentos en la casa de Eckhardt, donde
esta estuvieron presentes Scharff y una bailarina Camilla Petersen, con la que se
prometería pero con la que nunca llegó a casarse. Andersen tomó el final de la relación
con calma y los dos antiguos amantes siguieron coincidiendo posteriormente en su
círculo social sin reproches. Andersen trató varias veces sin éxito retomar la relación
intima con Scharff.[22] [23] [nota 2]
Cuando la relación se desvaneció Andersen se sintió viejo. Especuló que nunca tendría
otra relación. En septiembre de 1863 escribió: «No puedo vivir en mi soledad, estoy
cansado de la vida.» En octubre anotó: «Me siento viejo y cuesta abajo.» En 1864, tras
un paréntesis de doce años con el teatro, Andersen compuso tres nuevas obras para los
teatros de Copenhague, en las que se examinaba el amor fraternal y los sentimientos
profundos entre hombres. Una de las razones por las que el escritor pudo volver a hacer
un intento en un campo en el que ya había experimentado fracasos en el pasado sería la
posibilidad mantenerse cerca Scharff en el Teatro Real. Actualizó su ópera de 1832 El
cuervo que fue puesta en escena en Copenhague el 23 de abril de 1865 donde Scharff
interpretó a un vampiro que chupaba la sangre de un joven en su noche de bodas. En
1871, Bournonville compuso un ballet basado en el cuento de Andersen "El soldadito de
plomo", cuyo papel principal fue interpretado por Scharff. Pero el bailarín se rompió la
rodilla durante un ensayo de El Trovador en noviembre de 1871 lo que le obligó a dejar
su carrera en el ballet. Intentó convertirse en actor sin mucho éxito, y terminó casandose
con la bailarina Elvida Møller en 1874.[nota 3] [24]
Reconocimientos
Escultura de Hans Christian Andersen en el Jardín de Rosenborg en Copenhague.
Hans Christian Andersen recibió en vida muchos honores. En 1866 el rey de Dinamarca
le concedió el título honorífico de Consejero de Estado y en 1867 fue declarado
ciudadano ilustre de su ciudad natal. En su honor, desde 1956 se concede, cada dos
años, el premio Hans Christian Andersen de literatura infantil y, desde 1966, también de
ilustración.
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